
Francisco Javier Nucete Alba, de 53 años, casado y con un hijo, después de una intensa vida laboral y 32 años cotizados a la Seguridad Social se encuentra en el paro. No es un caso mas ni un caso cualquiera, es la particular historia de un trabajador de toda la vida, sometido a la lacra del desempleo, sin poder sacar su familia adelante a una edad complicada, metido ya en los cincuenta. Una persona multidisciplinar, sociable y extrovertida, con amplia experiencia, con ganas y disposición que, desde Gente del Puerto, pide una oportunidad.
Nació el 13 de febrero de 1961, el hijo más pequeño de los varones, de los 10 que tuvo el matrimonio formado por Juan Nucete Sucino --trabajador de Bodegas Terry fallecido en 1971, apenas pudo disfrutarlo 10 años-- y de Isabel Alba Barbosa, que a sus 93 años aún recuerda aquel parto acaecido en el número 57 de la calle San Juan, y que tuvo que hacer de padre y madre de aquella extensa prole, 7 hijas y 3 hijos: Milagros, Isabel, Carmen, Teresa, María, Marisol la mas pequeña de las mujeres y Pepi, la mayor que falleció en diciembre de 1984, y los varones Antonio, Manuel y nuestro protagonista.
1961
Entre 1960 y 1969 fue alcalde de El Puerto Luis Portillo Ruiz (ver nótula núm. 966 en Gente del Puerto). Aquel año de 1961, En Madrid, el artista Manolo Prieto, pintaba un cartel publicitario para Anís Castellana. Rafael Alberti visitaba a Picasso para felicitarle en su 80 aniversario y se publicaban las versiones italianas de de Imagen Primera y El Trebol Florido. En El Puerto, la comparsa Los Quasimodos, ganaba el Primer Premio --y las 1.000 pesetas-- en el Concurso de Agrupaciones de las Fiestas Típicas Gaditanas, hoy Carnaval. El poeta José Luis Tejada, pronunciaba el pregón de la Semana Santa. La Hermandad del Olivo hacía su primera salida procesional. En el antiguo Penal se celebra un partido de fútbol entre la familia Benjumeda, contra los penados el 7 de enero. /En la imagen de la izquierda, cartel de Anís Castellana, pintado por el portuense Manolo Prieto en 1961.

Seguimos en 1961, los novicios y estudiantes --que ocupaban el edificio del Colegio San Luis Gonzaga-- se llevaron al colegio de Córdoba consigo los fondos de la Biblioteca del citado colegio-noviciado, dejando las estanterías que hoy contienen el Archivo Histórico Municipal. El grupo musical Los Starfis, dirigido por los hermanos Diego y Manuel García Mateos, actuaba en la Sala de Fiestas El Oasis, hoy restaurante El Faro de El Puerto.

El fútbol, una de sus grandes aficiones, aquí con el equipo del Zeppelin, en la temporada 1976/77. De pie de izquierda a derecha, Ambrosio, López, Joaqui, Juan, Chano, Alejandro, José Luis; agachados, Jose Mari, Reyes, Ariza, Javier Nucete Alba, Ramón y Caco.
ESTUDIOS.
De párvulo nuestro protagonista estuvo en el Hospitalito hoy Sala del Museo Municipal; en los Jesuitas, en SAFA los dos primeros cursos de primaria y luego La Salle, con el cambio de domicilio, de la calle Zarza a la barriada de la Vid, donde obtiene el Certificado de Escolaridad. Al regresar del servicio militar cumplido en Almería, en 1982 --el año del Mundial de Fútbol en España-- cursó el Graduado Escolar en San Agustín, obteniendo en 1983 la calificación de notable.

Recuerdo del Servicio Militar en Almería.
EXTENSA VIDA LABORAL.
Pronto empezaría su vida laboral: con 13 años la madre le buscó su primer trabajo, en verano, en Muebles Sabino, en la calle Larga. Después, empezó el 8º de Primaria que no terminó por lo que le ‘castigaron’ --el hermano de la disciplina era Martín-- con lo que mas le gustaba, el fútbol, y como consecuencia de ello abandonó los estudios.
Con 14 años fue el chicuco, el mandadero de Ferretería Sánchez, en la calle Luna, entre Nevería y Larga, --regentada por Salvador, Pepe y Paco Sánchez-- recordando aquel 5 de mayo de 1975 en el que empezó su trayectoria en dicha empresa, donde pasó de adolescente a adulto, como aprendiz, ayudante de dependiente y con 18 años dependiente. Aquella fue su universidad; rememora infinidad de anécdotas, vivencias, la vida de entonces, hasta 1981 cuando realiza el servicio militar. En marzo de 1987 entra en Pryca, hoy Carrefour y antes Hiper, donde desempeña las labores de mantenimiento, mozo reponedor y gestor en el departamento de Bazar, hasta el año 2000 en el que pide una excelencia por dos años y vuelve a trabajar con otro Sánchez, en el sector de la ferretería, en Suinbasa (Suministros Industriales Bahía) en calle de los Toreros. En el 2002 regresa a Carrefour a ferretería, bricolage, jardinería, automóvil, menaje, iluminación, material eléctrico, ...

Con el equipo de Pryca, en 1990, en un encuentro celebrado en Barbate. De pie, de izquierda a derecha, Marín, Herrera, desconocido, Lolo Peinado, Mateo, Fidel y Sandokán; agachados Javi Peinado padre e hijo, Antonio Arévalo, Javier Molina, Poli, Jorge, Javier Nucete Alba y José Molina ‘Petete’.
En 2007 se incorpora a Verinsur, empresa gestora de residuos con sede principal en la finca de Bolaños (El Portal), donde trabaja como peón, operario de planta y carretillero; en 2008 trabaja como auxiliar administrativo y basculista en Marpi Canteras perteneciente a Verinsur, a donde se reincorpora en 2010, como oficial, en cuestiones de reciclaje medioambiental: mercancías peligrosas, gestión de líquidos, reciclaje, medicinas, trapos, cartón, madera, punto limpio en Jerez, escombros, escayolas, hierro, pintura, muebles, pilas, aceites, gamas blanca y marrón (frigoríficos, lavadoras, televisores, vídeos, ...), donde finaliza a finales de 2012, encontrándose, desde entonces, en el paro, buscando una oportunidad.

En 1986 se casó con Aurora Camacho Reinado, en la Iglesia de San Francisco, con quien tiene un hijo, Francisco Javier, de 27 años.
Es una persona lo suficientemente conocida, por su carácter afable y sus capacidades profesionales que, inexplicablemente, después de 32 años cotizados a la Seguridad Social, se encuentra en paro y sin ayudas, además con problemas en la estructura de su vivienda familiar. Desde Gente del Puerto, pide su oportunidad, iniciando la recta final de su vida profesional


Ángel Mendoza defiende la vigencia de la poesía que "lejos de ser una rareza inútil, tiene mucho que aportar".





Baldomero Rodríguez Sánchez, disfruta de su jubilación tras más de 50 años trabajando en el establecimiento de la familia, el Bar Casa Paco ‘Ceballos’ que continúa regentando su hermano Ignacio. “Ya he cumplido” señala de forma muy gráfica Baldomero Rodríguez Sánchez. Las cosas de los periodistas, en poco más de dos horas le hacemos que resuma su vida, que en vez de en millones de fotogramas se cuenta en los millones de pavías de merluza que han pasado, rubitas y crujientes por delante de sus ojos. La conversación se “enluce”, precisamente, con una tapita del plato que les ha dado fama, 7000 kilos han llegado a vender en un año.







Su madre, Balbina Sánchez Rosso en la imagen de la izquierda,
En la edición de 1872 de los “Anales de Sevilla”, libro del que es autor José Velázquez Sánchez, y en una época referida al último tercio del siglo XVIII, figura mencionado un concejal del ayuntamiento hispalense llamado Francisco Monge, del comercio de aquella ciudad, con ilustres compañeros de corporación tales como el catedrático Pedro Luis Huidobro, Francisco Fontecha, Cónsul del tribunal del comercio sevillano o el aristócrata José Ignacio Fernández de Santillán, marqués de la Motilla.
TTR“Por tenor del presente mando en virtud de Santa Obediencia a los curas de la iglesia Prioral de la ciudad del Puerto de Santa María y siendo con el registrados en las partidas de baptismo de Francisco Monge y en la de María Barvara su mujer y en la de Joseph Monge hijo del antedicho y en todas tres tilde y borre las palabras de gitanos o castellanos nuevos previniendo hacerse en virtud de este mi mandato y de la Real Pragmática de S. M. (que Dios guarde) quedándose con este folio de la parte interesada certificación de dichas tres partidas de baptismo sin la expresión de gitanos o castellanos nuevos lo que cumplan bajo apercibimiento, dado en Sevilla, día cuatro de Septiembre de mil setecientos ochenta y seis”. /Texto: Antonio Gutiérrez Ruiz. A.C. Puertoguía.


Estaba tan enfadada, que por más que me decía, que me acercara que tenía un regalito para mí, y que la perdonara que era por mi bien, yo no la quería oír, pero me decía: ven que te quite el algodón, y como era obediente, me daba un abrazo, y ahí se acababa el enfado. Cuando ya me iba a jugar, me pedía que extendiera las manos, y me las llenaba, de almendras fritas por ella: ¡buenísimas! y altramuces. Como sabía, que tenía que pincharnos, pobrecilla, se había llevado un buen rato partiendo, pelando y friendo las almendras, para compensar de alguna manera ese ratito malo, que sin dudas debíamos pasar, y endulzando durante varios días los altramuces. /Publciidad del chicle Bazoka Joe. Año 1964.
O como nos acompañaba a lavarnos las manos, antes y después del almuerzo o cena, porque decía que las manos siempre debían estar muy limpias, porque sin darnos cuentas, podíamos tocarnos los ojos, o la boca y se nos pondrían malos. De la misma manera no le gustaba, que nos anduvieran besuqueando. Nos decía…. a los niños, no se los debe dar tantos besos, solo los de casa y poco más. Cada noche al acostarnos, nos cepillaba el pelo con mucho mimo, nos daba nuestro besito de buenas noches y marchaba feliz para su casa que ya debía estar esperándola su único hijo: Antonio Fernández Gálvez, un sol de hombre, al que Dios lo había revestido de infinita bondad y buen corazón. /Publicidad de muñecas Famosa. Año 1966.
De nada servía que le dijéramos que no teníamos hambre, si no lo hacíamos en casa, estaba claro que lo haríamos en el colegio. Así aprendíamos la lección, y a partir de ese día, todos apurábamos el desayuno, porque de nada valía decirle…. es que no tengo ganas. Lo dicho, una mujer con carácter y un cariño enorme por sus niños. /Publicidad de La Casera. Año 1968.







1983.

