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Ha sido noticia reciente en toda España este empleado de bodegas Caballero, en El Puerto de Santa María, al conocerse que lleva 70 años ininterrumpidos cotizados a la Seguridad Social. Desde los 14 años no ha parado de trabajar, y tiene ya 84.

Francisco Parra García es el hombre que más trabaja de España. A sus 84 años ha cotizado sin interrupción 70 años a la Seguridad Social. 25.529 días. Y no piensa parar. «Mientras mental y físicamente pueda, no pienso dejar de trabajar», explica. «¿Qué hago yo por la calle sin nada que hacer?»

Nació en 1930, con la Dictadura de Primo de Rivera, conoció la II República en su infancia y empezó a trabajar con 14 años, en los primeros años de la dictadura franquista. En la posguerra Francisco Parra se colocó «como meritorio» -aprendiz- en una pastelería de El Puerto de Santa María, ‘Los dos Pepes’.

En la España de la posguerra, Parra recuerda que cobraba 5 pesetas al día. «Trabajaba 12 horas al día. Era peligroso, pero te aseguraban. Antes en los obradores, que es donde yo estaba, los hornos había que calentarlos con leña, así que te podías quemar. Tenía su peligro». Aguantó allí tres años y a los 17 años hizo su primer cambio de trabajo. Primero y último.

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«En mi calle vivía el capataz general de las Bodegas Caballero, Primitivo Roso Camacho. Un familiar mío le conocía y me dijo que hablara con él. Así entré en la bodega, de peón de embotellado, ganando 11 pesetas al día». Sería su última entrevista de trabajo, porque en esta empresa ha visto pasar la historia reciente de España: vio la caída del franquismo, que le pilló ya en las oficinas, trabajando en el departamento de compras de la bodega. Vivió la Transición y la llegada de la Democracia, cuando ya estaba en contabilidad. Son 70 años de la historia del país que le han pillado trabajado todos y cada uno de ellos.

La vida de este trabajador incansable también ha dado un vuelco desde que consiguió este empleo. «Entonces vivía con mi abuela y un primo. Ella cosía remendando ropa para ganar algo de dinero y con eso y lo que yo ganaba tirábamos. Hoy vivo con mi mujer y mi nieto».

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José Breval, desconocido, Ricardo ‘el de las Gomas’, Francisco Parra García ‘Parrita’, Tadeo Sánchez, José Trujillo y Vicente González Rivera,  en el desaparecido Campo del Racing, Eduardo Dato.

En Caballero, Francisco ha visto cómo España cambiaba al mismo ritmo que la bodega. «Antes todo era manual, ahora está todo mecanizado». Aunque no echa de menos esos años, sí que habla con cariño de esa época. La misma con la que, dice, hablan de él en su trabajo. «Me quieren mucho y me respetan. Me gusta lo que hago y tengo unos compañeros estupendos».

Francisco reconoce que sus hijos le dicen que descanse, pero él se niega. Después de 67 años en su empresa y 70 trabajando, no se ve sin nada que hacer. «Ahora voy solo el 15% de una jornada laboral, pero sigo ahí, cotizando y trabajando». ¿Hasta cuándo? «Hasta que el cuerpo aguante». /Texto: M.Moguer.

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El agricultor y prócer roteño, Manuel González Figueroa, quien fuera presidente de la Peña Tendido 7, persona culta, leída e instruida, poso de conocimientos, tenía, como todos los sabios, un gramo de locura. Su vida fue azarosa y sus andanzas, ocurrencias y dichos relacionados o acaecidos en su presencia y en nuestra Ciudad, bien merecen que le dediquemos en su momento, una nótula en Gente del Puerto. Vaya como adelanto este artículo que publicó en un periódico provincial, apropiándose del seudónimo de Marqués de Carabás, dedicado a uno de sus lugares favoritos, cercanos a los recintos carceleros, digno de coplas. In memoriam.

«Estoy hasta los cojones de los desayunos de pan con aceite de oliva. Los mismo le pasa a muchísimas personas, unos, los toman por la edad o por los saludables informes macrobióticos. Algunos, incluso, lo hacen por esnobismo, porque está bien visto, porque es in. 

11aHace años que hemos desterrado la manteca colorá, la blanca con zurrapa de lomo, la colorá con tropezones de asaduras o la de zurrapa de morcilla o, incluso, la delicia de las delicias, la verdadera y auténtica exquisitez, el súmmum de la delicatessen: la pringá, así como suena, con su cacho de tocino. Todo lo descrito no se puede comer a diario por la vida sedentaria, a no ser, que se juegue al tenis, se caven zanjas y otras cosas por el estilo.

La pringue del cerdo es veneno para los sedentarios, ya lo sabemos, pero una vez a la semana se puede comer, y eso es lo que hacen las decenas de ciudadanos que nos reunimos todas las mañanas de los fines de semana, desde hace algunos años, en la Venta ‘El Cepo’, de viernes a domingo, hasta pasado algo más de las doce del medio día.

Vienen de Jerez, de Rota, de El Puerto, Sanlúcar, Rota e incluso de Costa Ballena. Yo mismo voy a ‘El Cepo’ a los desayunos cortijeros. Allí no hay gilipollas que se ruborizan por ver a tantos fieles a la bendita colorá. Un día a la semana tonifica el ánimo. Y, además, se ha demostrado por científicos USA, que es un antidepresivo eficaz. ¡Ah, también hay aceite de oliva! Y a los que desayunan mantequilla con mermelada los miramos por encima del hombro».

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José Fernández Villegas es un pintor nacido en 1948 en El Puerto de Santa María. Sus inicios en la pintura datan de su infancia, cuando empezó a recibir clases del pintor también portuense Manuel Rubí de Celi, alternando además, como alumno, en la Academia de Bellas Artes "Santa Cecilia", que mas tarde le serviría para adquirir la profesionalidad de dibujante de artes gráficas.

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Fernández Villegas en una imagen tomada en Bellas Artes, en 1965

La técnica que principalmente usa es la del óleo, contando entre sus obras con bodegones, pasando por paisajes de El Puerto y otras poblaciones, imágenes taurinas, marinas y playas porteñas y una última etapa de obras sacras, con Cristos, vírgenes y santos, destacando entre su producción diferentes versiones de la patrona de la Ciudad, la Virgen de los Milagros.

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En la portuense Parroquia de la Palma existe una reproducción de la Cruz de San Damián, que preside el presbiterio, bajo la ‘corona mistérica’, realizada por nuestro protagonista, así como un óleo de Jesucristo Redentor, en la sacristía de dicho templo. El crucifijo original de San Damián es un icono de Cristo glorioso pintado sobre tela, poco después del 1100, y luego pegado sobre madera. Obra de un artista desconocido del valle de la Umbría, se inspira en el estilo románico de la época y en la iconografía oriental. Esta cruz, de 2'10 metros de alto por 1'30 de ancho, fue realizada para la iglesia de San Damián, de Asís.

sanfranciscoafligidos_puertosantamariaEn esa línea de arte sacro, José realizó un cuadro al óleo con la imagen de San Francisco de Asís, que donó a la Hermandad de los Afligidos a la que pertenece, que se encuentra en la iglesia del mismo nombre, junto a la puerta de acceso al claustro del antiguo Convento San Juan de Dios, luego Hospital Municipal, hoy en desuso, que fue bendecida el 4 de Marzo de 2012 por el Ministro Provincial de la Orden Franciscana Fray Severino Calderón Martínez OFM. /En la imagen de la izquierda, José finalizando la obra de San Francisco de Asís.

Cuando fue creada la Hermandad de los Afligidos, en el año 1955, San Francisco de Asís fue nombrado titular, abogado y protector de la corporación por los fundadores a su vez, miembros de la Orden Tercera de San Francisco, recordando así la vinculación histórica de aquella nueva cofradía con la Venerable Orden Tercera de San Francisco y la época en la que Jesús de los Afligidos presidía el Via Crucis cuaresmal que durante doscientos años  organizó la citada orden tercera cuando residía en el portuense Convento de San Francisco, hoy desaparecido pero cuya iglesia parroquial se conserva en la calle de su nombre.

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El taller de pintura de José Fernández Villegas. Vista parcial.

Ha expuesto sus obras en numerosas ocasiones y en diversos lugares, tanto en El Puerto así como en otros municipios de la provincia de Cádiz, tanto en exposiciones colectivas  y en solitario.

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Antonio Lavandera García, cocinero y de Puerto Real, y Alejandra Quintia Martinez, de La Coruña abrieron su primera taberna del sapo en marzo de 2010. El 12 de diciembre de 2012 se trasladaron al local que tienen ahora, en la Avda. de la Paz, en Valdelagrana, muy cerca del Hotel Puertobahía.

El establecimiento está decorado de forma sencilla. Tienen barra y algunas mesas en un salón interior, y terraza. En el salón hay una especie de reservado para los tanques de cerveza ya que trabajan con cerveza “de bodega”, sin pasteurizar de Estrella de Galicia. Exquisita. La carta es común para todo el establecimiento y se basa en tapas y raciones para compartir.  La estrella de la casa es el pulpo que sirven a la gallega y también asado, acompañado en ambos casos de patatas, en el segundo caso también asadas. También tienen ensaladilla de pulpo. La empanada, además, es famosa, especialmente la de atún e incluso la encargan para llevar.  Traen mariscos de Galicia como navajas, percebes, mejillones, berberechos, centollos o cigalas. Para acompañar pimientos de Padrón que traen desde Herbón, la localidad con más fama en este producto. Cuentan también con carnes gallegas y cuando hay, sardinas fritas.

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El tapatólogo José Rodríguez Muñoz recomienda La Taberna del Sapo: señala que le sorprendieron especialmente dos productos, el pulpo a la gallega y la empanada. José Rodríguez afirma que para él “estamos ante el mejor gallego de la provincia”. También destaca el pan y los licores gallegos que ofrecen de postre y la relación calidad precio.

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La Taberna del Sapo está en la Avenida de La Paz, número 26, en los locales 11 y 12, en la urbanización de Valdelagrana en El Puerto de Santa María. Abre todos los días excepto lunes. En los meses de junio, julio, agosto y septiembre no cierra ningún día. El teléfono es el 956561330. /Texto y fotos: Pepe Monforte.

SAN-SEBASTIAN-3_puertosantamariaNos complace recordar y divulgar algunas pinceladas biográficas de este portuense en el 140º aniversario de su fallecimiento, ocurrido el 13 de julio de 1873, personaje que ya fue reivindicado como “Portuense Ilustre” por el archivero Juan Cárdenas, hace ahora un siglo, al incluirlo como tal en la relación que publicó en la Revista Portuense del 30 de abril de 1913. /En la imagen, portada de la casa de San Sebastian número 5, casa en la que probablemente naciese Ramón Coloma, en la que vivía la familia en 1816.

Dentro de un par de años, en 2015, se conmemorará el centenario de la muerte del jesuita jerezano Padre Coloma, (ver nótula 434 en GdP) ilustre escritor y periodista, académico de la lengua, autor entre otras de la novela “Pequeñeces”, todo un “bets seller” literario en la última década del siglo XIX.  En nuestra época actual muchas familias aún mantienen la tradición, pasada de generación en generación, de poner un regalo debajo de la almohada en la caída del primer diente de nuestros hijos y nietos. Se invoca al “Ratoncito Pérez” como responsable del obsequio,  personaje creado por él en un cuento que escribió para Alfonso XIII cuando este tenía 8 años, que el pueblo se incautó para sí, haciéndolo protagonista de esa intimidad familiar que todos recordamos, la etapa de nuestra dentición.

PADREcolomaFue Luis Coloma Roldán, el Padre Coloma, el tercero de 14 hermanos, hijos todos del matrimonio formado por Ramón Coloma Garcés y Concepción Roldán. Hoy vamos a incorporar a la galería de personajes portuenses de siglos precedentes que venimos publicando regularmente al progenitor de este insigne literato, el destacado médico homeópata Don Ramón Coloma Garcés. Debió nacer en los primeros años de la Guerra de Independencia en la casa número 38 antiguo y 5 actual de calle San Sebastián, casa conocida como de “Villette” por el blasón en bajorelieve de esta notable familia de origen francés que figura en su portada. En 1816, figura censado con su familia, compuesta por el padre, Pedro Coloma Partearroyo, nacido en la población nombrada Rio, en el Valle de Mena, en Cantabria, comerciante y cosechero, de 43 años de edad; la esposa de este y su madre, María de la Paz Garcés, de 32 años y cuatro hermanos: dos mayores que él, Manuel y José, de 11 y 9 años y dos menores, José Pedro y Eugenio, de 7 y 4 años en esa fecha, en la que se indica que él tiene 8 años. /En la imagen, Luis Coloma Roldán.

Su padre, de familia y ascendencia distinguida, como certifica el expediente existente en el archivo histórico municipal (Autos de prueba de hidalguía de don Pedro Coloma Partearroyo) en el que se indica es hijodalgo notorio de sangre, casa y solar, bajó a tierras andaluzas para familiarizarse con el comercio de Indias, acudiendo a la llamada de su tío Domingo Coloma, que no tenía descendientes y era un cargador afincado en La Habana, ciudad en la que pasó toda una década, implicado de lleno en las actividades y negocios de su familia, instalándose en nuestra ciudad, donde crecieron y se educaron sus hijos, aunque parece que después por temas comerciales retornó  al país caribeño, quedando allí hasta su muerte.

Cursó nuestro protagonista, su hijo Ramón Coloma,  estudios médicos en la Escuela Gaditana, finalizando el doctorado en medicina y cirugía  en el Real Colegio de San Carlos, gozando desde esa época estudiantil de la admiración y afecto de condiscípulos y profesores tanto por su talento, constancia y aplicación, como por su modestia, según señalaría en el panegírico funerario su colega Cristóbal Mateos.

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En primer plano, el edificio (de Francesco Sabatini) que compartieron desde 1781 el Hospital General y el Real Colegio de Cirugía, actualmente ocupado por el Centro de Arte Reina Sofía. Al fondo, el edificio (de Isidro González Velázquez) donde se trasladó el Colegio en 1831, en el solar anteriormente ocupado por el Hospital de la Pasión, y que actualmente acoge el Colegio de Médicos de Madrid.

Concluida la carrera se trasladó a Cuba donde tuvo la ocasión de conocer, de vivir profesionalmente y observar, dos grandes epidemias: una, de cólera morbo y otra, de fiebre amarilla y en ambos casos se distinguió tanto por su trato con los enfermos como por la observación de los síntomas de estas dos mortíferas enfermedades en su época, obteniendo provechosas enseñanzas de las muchas horas pasadas en la cabecera de los dolientes, buscando y encontrando fórmulas antes desconocidas en la resolución favorable de estas terribles enfermedades en un porcentaje inusual, publicando en La Habana una extenso estudio monográfico sobre el “Cólera morbo asiático” del  que se hizo eco un colega paisano, Joaquín Medinilla, que lo refiere en la Revista portuense del 24-4-1896.

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Pasado el primer tercio del siglo XX, creemos que viudo de un primer matrimonio sin descendencia, retornó a su tierra natal, montando consulta en Jerez de la Frontera y contrayendo segundas nupcias con Concepción Roldan, con la que tuvo catorce hijos, de los que once de ellos alcanzaron la mayoría de edad. Allí, en Jerez, su prestigio profesional trascendió más allá de la localidad a toda la comarca y parte de la provincia debido en gran parte al éxito con que se enfrentó, nada más llegar, a una importante epidemia de cólera en los años 1833 y 1834 que llevaron al cementerio a casi 700 vecinos de Jerez. Los números, tomados de una revista de la época, resultan evidentes y reveladores. Se indican, entre hombres, mujeres y niños, afectados por la epidemia, invadidos por el mal, a 2.547 individuos, de los que fallecieron 672 (26,4%). De ellos, 169 fueron tratados por el doctor Coloma, de los cuales solamente fallecieron 13 (7,7%). Otra estadística, la contenida en el texto de las Reales Ordenes de 11 de julio de 1834 y de 28 de febrero de 1835 por la que se le concedía una pensión vitalicia de 200 ducados “en premio a los servicios de reconocida importancia y utilidad para el Estado prestados en las provincias de Cádiz y Málaga durante la invasión de cólera de 1834” es aún más favorable en el porcentaje de resultados pues cita que “trató, en Jerez, donde residía, 247 coléricos y no perdió más que 14”, lo que supone un 5,7%, añadiendo que “por sus sorprendentes curaciones y métodos el gobierno de S.M. le concede la Cruz de Carlos III”.

No sería este el único reconocimiento a su entrega. Al terminar la campaña, la ciudad de Jerez, agradecida, le dio un diploma o certificado elogiando su pericia y abnegación. De la prensa del momento, reproducimos un párrafo que muestra su gran humanismo y el agradecimiento popular: “… curó a pobres y ricos sin distinción y con igual interés y por donde quiera que andaba recibía las bendiciones y alabanzas de todo el vecindario.”

Ejerció como Vicepresidente de la Asociación Médica de Jerez y fue autor de una memoria premiada por el Instituto Médico, en competencia con otros colegas, trabajo de gran contenido científico que le validaría para el título de Socio Corresponsal del mismo. Amante de la filosofía, como verdadera fuente del saber humano, disciplina que cultivó con esmero y fiel discípulo de la doctrina de Hahnemann, fue  pionero en estas latitudes de la medicina homeopática, que ejerció en esta región del Sur durante cuarenta años, consagrando su vida al consuelo de sus congéneres y al cuidado de su extensa familia. /Texto: Antonio Gutiérrez Ruiz.- A.C. Puertoguía

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El Carromato nace en el año 2000 bajo la dirección de Pascual Varo. Su trabajo va enfocado a espectáculos de Teatro de Calle entre los que destacan “Volando en Aeroplano”, “El Carromágiko”, “Paseando Ícaros” y “Bufonadas” con los que ha pisado festivales y circuitos importantes como el Festival Internacional de Teatro i Animació “Al-Carrer” de Viladecans (Barcelona), Festival Iberoamericano de Teatro (FIT) de Cádiz, Feria de Teatro de Calle “Lateatral” de Espartinas, Circuito Andaluz de Teatro, I Muestra de Teatro Andaluz de El Puerto, Festival de Teatro de Comedias de El Puerto, Festival de Teatro de Calle de Úbeda, III Muestra de Teatro y Artes de Calle de Aljaraque, Fiestas de San Pedro y San Pablo de Burgos, Circuito Provincial de Teatro de Almería y Cádiz, Fiestas de la Virgen Blanca (Vioria), Festas Antoninas de Vilanova de Famaliçao (Portugal), Jornadas Medievales de Cortegana… además de encargos para Ferias de Turismo Andaluz (Junta de Andalucía) participando en Bilbao, Barcelona y Valencia.
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Con la obra 'Carne al Toro'.

El teatro es uno de los más expresivos y útiles instrumentos para la edificación de un país, y el barómetro que marca la grandeza o su descenso. Un teatro sensible y bien orientado puede cambiar en pocos años la sensibilidad del pueblo. Con estas palabras justificaba Federico García Lorca su entrega generosa como director de La Barraca, y su empeño en llevar el teatro a la calle, a las mismas casapuertas de los pueblos perdidos de nuestra geografía andaluza. Hoy en día, que somos testigos mudos de la supervaloración de la calidad de cualquier propuesta escénica ante el concepto teórico en que se circunscribe una obra, son dignas de admiración las compañías que se dedican a patearse la calle baldosa a baldosa con el único de fin de acercar al público familiar la verdadera esencia del teatro. El teatro de calle todavía es considerado por algunas mentes preclaras un subproducto, en cambio, el público está cada día más necesitado de estas nuevas formas de comunicación que se alejan de lo que es el teatro a la italiana. En El Puerto nos podemos sentir orgullosos de contar entre nuestros convecinos con un verdadero entusiasta de esta ancestral forma de llevar la cultura a la calle. Pascual Varo, alma máter de la compañía portuense El Carromato, está consiguiendo cruzar el Rubicón local, y con la sabiduría y la paciencia que le caracteriza ha logrado meter la cabeza en circuitos tradicionales de teatro de calle que hasta hace bien poco eran impensables para una compañía de El Puerto.

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Bufonadas, por las calles de Bilbao.

Además de creador de la compañía, es autor de varias obras de teatro infantil y de guiones para teatro de calle, que junto con su docencia en la Escuela de Formación Teatral de la Universidad de Cádiz, aglutina su magisterio permanentemente en el taller de Teatro  que mantiene en nuestra ciudad, del que se nutre de nuevos actores para los distintos espectáculos. La Máquina de Otto, Volando en Aeroplano o Las hazañas del Caballero de la Mancha, son algunas de las producciones con las que ha paseado su Carromato por el resto del país con notable éxito. Este Carromágiko nacido con el siglo, está en estos momentos enfrascado con el montaje de su última creación, un espectáculo de títeres llevado a cabo con la técnica del guante y la varilla de gomaespuma titulado El Teatrillo de Panero, en donde comparten escenario Mesié Guiñol, la Tía Norica y Don Cristóbal, pionero de la saga de los cristobitas. Sin pecar de pretenciosos, es probable que en alguna ocasión nos encontremos ante una ópera de Rossini convertida en un espectáculo insufrible, y que nos sobrecojamos ante una sublime representación de títeres. El esfuerzo siempre obtiene recompensa, y en este caso está más que justificada. Amanece sobre El Puerto y que salga el Sol por donde quiera. /Texto: Manolo Morillo.

susanafernandezcasia_puertosantamariaSusana Fernández Casla nació el 25 de agosto de 1977 en Madrid. Tras recorrer medio mundo por motivos profesionales ha decidido instalarse definitivamente en El Puerto. Su amor por esta ciudad viene de lejos. De niña, leyendo a Rafael Alberti, ya soñaba con convertirse en marinera en tierra y surcar la Bahía a bordo de un velero cargado de sueños e ilusiones. Y desde entonces, siempre que ha podido, ha pasado algunas temporadas en la ciudad. Ahora ha llegado para quedarse y ejercer su carrera profesional desde “la Ciudad de los Cien Palacios”.

Amante de la música, toca el violonchelo, el arte, la gastronomía y los viajes, Susana estudió psicología en la Universidad Autónoma de Madrid. Se especializó en psicología social y de las organizaciones, rama en la que actualmente está realizando el doctorado. El año antes de licenciarse fue fichada por la consultoría Pricewaterhouse Coopers donde trabajó en el campo de la formación, los recursos humanos y el desarrollo de carreras en diversos proyectos, tanto nacionales como internacionales, para compañías de la talla del Banco Santander, Meliá o Telefónica.

Comprometida con la sociedad y su entorno, en 2004 Susana Fdez-Casla decidió dar un giro a su carrera y aplicar en el tercer sector todo lo aprendido en Price. Su primer contacto con el mundo de la cooperación y la acción social fue en México y Guatemala donde colaboró en diversos proyectos de varias ONGs. A su vuelta a España trabajó en temas de inserción laboral para el Ayuntamiento de Madrid y en 2006 comenzó a trabajar en la Fundación Acción Contra el Hambre, donde ha dirigido la Unidad de Formación y Desarrollo durante más de 6 años.

Tras certificarse como coach ejecutivo y de equipos con expertos internacionales como Joseph O’Connor y Robert Dilts, ha sido reconocida como Coach Internacional Destacada por ICC (International Coaching Community).

z6oe602h61pp0tzlmk6Ahora, desde su propia empresa, ESCOACHING (www.escoaching.net), realiza programas de desarrollo del talento para ejecutivos, equipos de alto rendimiento y emprendedores con metodologías tales como coaching, mentoring, training y positioning.

Con clientes en Madrid, Bilbao, Marbella, Londres, Haití, Barcelona, Sevilla o Cádiz, Susana Fernández decidió en abril de 2013 establecer su base de operaciones en El Puerto de Santa María, la ciudad de sus sueños. Desde aquí sigue viviendo su propia aventura. /Texto: Juanjo Castillo

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En un programa de Radio Sevilla, que se llamaba ‘Estudiantes y Modistillas’, de Rafael Santiesteban, Merche Macaria cantó la pieza ‘Granada’, resultando la ganadora. Con el premio conseguido, invitó a varias amigas a un viaje a Sevilla.

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En la foto, tomada en el sevillano Parque de María Luisa están Carmen Gómez Casares, Milagros Ruiz Ruiz, Juani Valimaña Lechuga y su hermana Mercedes, María Isabel Domínguez de los Reyes y Dolores León Zarzuela. 19 de septiembre de 1959. /Foto: Colección V.G.L.

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De izquierda a derecha, Domingo Rosado Ramírez (nótula 290 en GdP) con un vestido de 'Lo que el viento se llevó';  Luis del Pino Robles ‘Luis el de los Huevos’ (nótula 203 en GdP) vestido de 'Carmen Miranda' y Francisco Rodríguez ‘Paquito’, vestido de cabaretera casual.

Nunca mejor que ahora este palabra coloquial de nuestra Ciudad, --recogida por primera vez en el Diccionario de la Lengua en 1970 y en 2010 en el Palabrario Porteño--, define mejor a este trío de transformistas: ‘coloquialmente, parecido a  una mujer en su persona y en sus maneras’. U.t.c.s.m. (Usado también como sustantivo masculino). Otros sinónimos, unos mas políticamente correctos que otros son: de la otra banda, de la piompa, que cosen pa la calle, vagoneta, tiene una vena/venazo, sarasa, chai, ...

 

 

 

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La noche del sábado 6 de abril de 1968, el maestro Rafael Ibarbia subía, impasible el ademán, al escenario del Royal Albert Hall de Londres. Segundos después salió Massiel, enfundada en un vestido cortísimo de organdí que, según nuestra vecina de enfrente, parecía más la indumentaria de una mujer de la vida que la de una mujer de su casa. Al fondo, en la esquina izquierda de la pantalla de nuestro General Eléctrica Española, tres muchachas, con un modelito similar, se colocaban esperando los primeros acordes. Fue entonces cuando mi madre dijo: ¡la de en medio es La Macaria, nuestra paisana!

Mientras Massiel cantaba, mi padre no paró de hacer gestos de desaprobación, pues no le gustaba nada el balanceo con que  interpretaba el tema compuesto por el Dúo Dinámico. Para su gusto, abría excesivamente los brazos, como si fuera a salir volando de un momento a otro. "A lo mejor, los que le han hecho la canción le obligan también a ser dinámica", dijo mi madre para excusarla. Ya entonces yo tenía clarísimo, tras oír a mis progenitores, que era La Macaria, la niña del coro de la Prioral, la que tendría que haber sustituido al tío ese catalán que era tan torpe que no sabía decir la, la, la en español, con lo fácil que era.

La votación fue reñidísima y mi padre, para aplacar los nervios, se tomó un Soberano que esa noche, al menos en mi casa, fue más cosa de hombres que nunca. En la entrega de los premios, mientras celebrábamos el triunfo sobre la pérfida Albión, el Soberano ya no era cosa de hombres en general, sino de un solo hombre en particular, más concretamente de mi padre, que, pletórico, cantaba a la tierra que le había visto crecer y también a su madre (la abuela Luisa) que dio vida a su ser. Mi madre también perdió la compostura, pero de otra forma: movía la cabeza y el tronco de un lado a otro, buscando desesperadamente en el televisor a nuestra simpática paisana, que, en su humilde opinión, había sido la gran triunfadora de la noche.

Sucedió hace cuarenta y cinco años. En el número 17 de la Calle San Sebastián, La Macaria, la nieta de Macario Valimaña, el del cine, había ganado, ella sola, el XII Festival de Eurovisión. /Texto: Pepe Mendoza.

Merche Macaria interpretando el Ave María, de Caballero, en 2010.

Merche Valimaña Lechuga. La Macaria. Nótula 047.

Eurovisión 1968. El Puerto estuvo allí. Nótula 1.391.

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