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Tras la barra del Restaurante ‘El Resbaladero’, propiedad de Maximino Sordo en 1960, podemos ver, de izquierda a derecha a Pepe Ríos, Elías a la sazón encargado del Restaurante, oriundo de la Montaña, el maestro repostero Pepe Mesa González, el niño es Guillermo Salas que hoy trabaja en APEMSA y Florencio. Al fondo, el cocinero José, ‘de toda la vida en el ‘Resbalón’.

“Antiguo muelle”. Grabado Anónimo. Siglo XIX.

LA LONJA DEL PESCADO.
Enrique Pérez Fernández, en su libro ‘Tabernas y Bares con Solera’ recoge que, «En 1778, por mandato del Conce O’Relly, Capitán General de la Mar Océana, residente por su cargo en El Puerto y promotor de diversas obras Públicas [entre ellas el Vergel del Conde, entre la Plaza de las Galeras y el inicio de Micaela Aramburu], se construyó en el frente de la Plaza donde hoy están las viviendas construidas en 1960, una nueva pescadería que fue a reemplazar a la del siglo XVII levantada al lado. Perduró como tal hasta 1876, año en el que se edificó enfrente otra, al tiempo que la antigua se remodelada en su interior para convertirse en una taberna a la que llamaron ‘El Resbaladero’, también conocida por ‘El Resbalón’

EL MUNDO ES ANSÍ.
En 1912 Pío Baroja ambientaba en el local una escena de su novela ‘El mundo es ansí’. Este es un fragmento.' --¿Que hicieron ustedes ayer? --pregunto yo. --Estuvimos en la taberna El Resbalón --contesta Juan. --¿Algún sitio raro? --Si figúrese usted --dice Arcelu-- una especie de camarote pintado de amarillo, una mesa redonda, grande, en medio, y alrededor sillones de paja con el asiento inclinado, y de cuando en cuando unos gatos que entraban por debajo de un tabique y se llevaban lo que podían. --¿Y que cenaron ustedes? --Unos platos de pescado frito y un caudillo de perro. --¿Pero como? ¿De perro?. --Un guiso que aquí llamamos así'.

CALDILLO DE PERRO.
Este tradicional plato portuense es una sopa de pescadilla, aceite, zumo de naranja agria, ajo, cebolla, sal, pan asentado y agua, que ciertamente fue, durante décadas, la especialidad gastronómica del Resbaladero, al igual que los guisos de pescado a la marinera, o el besugo a la puerca (con ajo, vinagre, aceite y sal)

Mariano López Muñoz, en un artículo publicado en la Revista Portuense en mayo de 1926, recogió el modo tradicional de cocinar el plato según se lo dictó un marinero: ‘Se pone el aceite y cuando está bien caliente se le echan dos dientes de ajo que, al verlos bien tostado, se sacan. Entonces, echamos en el aceite cebollas y otros dos dientes de ajo, todo muy picado, más aún los ajos que las cebollas, y sin esperar a que se frían, se agrga agua enseguida, dejando el caldo cocer cosa de diez o doce minutos; y a continuación se agrega el zumo de naranja agria al gusto del cocinero (y aquí está la primera parte del punto del guisado, cuya segunda mitad consiste en lo que sigue). Agregado, el ácido de la naranja, se zampan en la cazuela buenas pescadillas de ‘parejas’, de las acabaditas de llegar, someramente lavadas para que no pierdan sabor con tantos enjuagues como suelen darles en las casas’.

El Resbaladero, en una imagen de los años sesenta del siglo pasado. /Foto: Neto Anelo.

También lo citaron en otras dos novelas de dos ingleses: ‘Don Gitano’ (1944), de Walter Starkie y ‘El Puerto’ (1959) de Peter de Polnay». (ver nótula núm. 1.093 en GdP).

DE RESTAURANTE A BAR DE TRAGOS LARGOS.
Su último propietario, Ignacio Sordo y hermana, hijos de Maximino lo gestionaron como restaurante, cedido durante un tiempo al restaurador Antonio Barrios llevando desde finales del siglo pasado compartimentado y convertido en hasta cuatro lugares de copas y tragos largos. Esto escribíamos en Diario de Cádiz en 1997: "Hubo una época en la que llegar al cantil del muelle de nuestra Ciudad, suponía iniciar una aventura. Podía Vd. embarcarse para explorar nuevos territorios, para cumplir pena de trabajos a galeras, para comerciar con otros pueblos y culturas,... Pero la mayoría de las veces, embarcar en los muelles de El Puerto era para buscar el sustento, surtiendo a las poblaciones cercanas con la pesca.

Lo marítimo fue hasta hace unos años -como lo es ahora el turismo- la locomotora de arrastre de otros sectores económicos: una constante en el devenir histórico de El Puerto. Tal ha sido así, que en el nombre de la Ciudad la palabra puerto no ha desaparecido a lo largo de su historia: Puerto de Menesteo, Puerto de Salinas, Santa María de El Puerto, hasta su actual nombre.

Y ha quedado claro que la vida de la Ciudad gravitaba en torno al puerto y a lo que ésto suponía: embarque de pasajeros, comercio de mercancías, procura de efectos navales, empleo duro pero seguro, venta del pescado, ... Ironías de la historia: el edificio que sirvió antes para recibir los frutos de la mar, se utiliza ahora para recibir alguna clase de turismo, de acuerdo con la actual evolución del tejido industrial portuense.

Hasta 1876 el paseante -y así lo cuentan los libros de viajes- podía resbalar y caer a causa del agua de limpiar pescados en la Venta. Hoy -si los regidores de lo público no lo remedian- el resbalón continuará produciéndose, pero como mucho, por pisar la cáscara de una rodaja de limón de un trago largo, o por el deshielo de los cubitos de ídem.

Que la antigua Lonja del Pescado, El Resbaladero, haya quedado para bares de copas -ni siquiera de copas de Vino Fino- es algo que reclama la mirada de quién corresponde. Tras su primer y noble fin y su posterior época gloriosa como restaurante, entendemos que otros cometidos más señeros deben acoger a estas centenarias piedras que, curiosamente, están rematadas con un escudo de la Ciudad. ¿Le corresponde a los poderes públicos, trás pagar un justiprecio a sus propietarios, hacerse con la propiedad de El Resbaladero?. Desde luego, siempre será mejor escuchar en su interior una sinfonía que un cha-cha-chá" (Texto: José María Morillo).

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José Manuel Herrera Maestre nació en Cádiz el 25 de junio de 1974. Verán por que fue en Cádiz, esta es la curiosa historia: su madre, Francisca Maestre, mientras su padre trabajaba de sol a sol como tantos en aquella época, pasaba muchas horas en el balcón de su casa de la calle Valdés desde donde se veía la Clínica del Dr. Frontela --hoy es Santa María de El Puerto--, y cuenta que veía pasar una ambulancia, y al rato un coche fúnebre, y  así  durante todo el embarazo; por ello, asustada, decidió que su primer hijo viera la luz en la  gaditana Clínica de San Rafael. Tiene dos hermanos mas, hijos de los portuenses Jose Manuel Herrera y Francisca Maestre. No realizó el servicio militar ya que se hizo objetor de conciencia, prestando el Servicio Social sustituitorio en la residencia de la Tercera Edad que Cruz Roja dirigió en la calle Nevería. /Manolo Herrera, en una foto reciente.

1974.
Era alcalde de El Puerto Fernando T. de Terry Galarza.  Se celebran carreras de caballos en Valdelagrana, así como la última edición del Festival del Cante de los Puertos. Se funda la Hermandad de la Entrada de Jesucristo en Jerusalén y Nuestra Señora de la Entrega, vulgo ‘La Borriquita’. El Obispo de Jerez, Monseñor Bellido Caro hace su primera visita oficial a El Puerto al Club Juvenil de la Prioral. La comparsa porteña ‘Nobleza Baturra’, alcanza el 2º Premio Provincial  en el Concurso de las Fiestas Típicas Gaditanas. /El niño Manolito, con pocos años, en la guardería infantil.

ESTUDIOS.
El Colegio Pinar Hondo acogió sus primeros años escolares, donde estudió Educación General Básica (EGB), que terminó en La Gaviota. Luego, Formación Profesional en la rama de la Automoción que  cursó en las Escuelas Profesionales de la Sagrada Familia.

Con su mujer, Macarena, y sus hijas.

SIEMPRE CERCA DE LA PLAZA REAL.
Vivió los primeros años de su infancia en el número 39 de la calle Valdés, parte de su adolescencia en la calle Alberca (en lo que fueron terrenos de la huerta de los Jesuitas) y una vez casado, se trasladó a la calle Molinete, donde aún reside y, como le gusta señalar «siempre cerca de la Plaza Real». Se casó en la iglesia de los Jesuitas con Macarena Moreno Martínez, el 24 de abril de 2004; tienen dos niñas.

Manolo Herrera, sosteniendo el megáfono al exalcalde de Sevilla, Sánchez Monteiserín en presencia del concejal de IU, Pablo Torrijos, al llegar la marcha --andando-- de Delphi a la capital de la comunidad autónoma.

EL MUNDO DEL TRABAJO.
Sus inicios en el mundo laboral se remontan a 1992 en la ya extinguida Delphi, donde permaneció, ocupando diversos puestos, precisamente hasta 2007, el año de su cierre. Posteriormente, en 2009 entró en Alestis, donde aún continúa pero en situación de suspensión por la implantación reciente de un Expediente de Regulación de Empleo Temporal (ERTE).

Toreando al alimón  con el novillero David Cala en la Finca de los Lavi.

EL UNIVERSO DE LOS TOROS.
El universo taurino lo vivió desde pequeño con sus abuelos, el paterno Antonio Herrera, que era un gran aficionado y su abuelo Paco Maestre, 'gallosista por los cuatro costados'. Ellos, junto a su padre, fueron los que acercaron de la mano al pequeño Manolo al mundo del toro, siendo escenario especial para ello el Bar Los Pinchitos, también en las inmediaciones de la Plaza Real, en la barriada de Los Toreros.

Con el aficionado Manuel Figuereo, capataz de pasos y personal auxiliar de la Plaza Real que fue durante muchos años.

Posteriormente, llegaría también el que es ahora su cuñado y amigo, Paco Moreno, con quien termina de fraguarse como aficionado. Y es que, en el caso de este taurino no es una frase hecha eso de «en el toro menos ponerme delante, he hecho casi todo».

Hablando con el maestro Enrique Ponce.

TERTULIA ‘LA GARROCHA’.
Fundó con un grupo de amigos la tertulia ‘La Garrocha’, siendo miembro de su directiva más de diez años. En octubre de 2008 creó como él mismo afirma "con la única intención de aportar un granito de arena al mundo del toro un blog taurino ‘En el Albero’ enelalbero.blogspot.com". Y este granito de arena lleva cerca de tres años siendo un referente para la afición taurina, como centro de información y análisis de lo que ocurre, no sólo en la plaza portuense, sino en todas las españolas y muchas de fuera.

En Ubrique con compañeros de prensa especializada, Javier Bocanegra y acompañante, Emilio Trigo, María Mendoza, Antonio Ojosnegros y señora y Álvaro González.

RADIO PUERTO.
Su incursión en los medios de comunicación comienza en Radio Puerto con Carlos Serrano hace unos diez años, con quien comienza como colaborador de la información taurina de la Ciudad, para luego, tras la marcha de éste, quedarse nuestro protagonista al frente del mismo contando con la colaboración de Álvaro González y Gloria García de Quirós. El programa taurino finalizaría poco antes de la celebración de las elecciones municipales de este año, que compaginaría con la publicación de una columna de opinión en el semanario Noticias Locales, colaboración que duró un corto espacio de tiempo.

DESDE EL CALLEJÓN.
También ha sido, hasta el 2008, corresponsal para El Puerto de la web www.desdeelcallejon.com y, como su afición taurina y su know how periodístico combinan de la mejor manera en Manolo, sigue en la actualidad encargándose de dar información taurina. En esta ocasión a través del diario digital www.espaciodigital.es, en las dos cabeceras impresas del periódico de ED!, para El Puerto y Chipiona; y dirige y presenta cada jueves el programa Espacio Toros que se emite en www.elpuertotv.es, donde trabaja con Enrique Pedregal Cárave y Pedro Payán.

SINDICALISTA.
Antes que en la política, Manolo ha estado muy presente en el mundo sindical, a través de la Unión General de Trabajadores (UGT). Ha pertenecido  al grupo de trabajo de la MCA- UGT creada al cierre de Delphi, y una vez que entra en la empresa aeronáutica Alestis, da los pasos necesarios para crear la sección sindical de UGT en la empresa.

Foto final de la campaña electoral socialista  para los comicios locales 2011.

CANDIDATO SOCIALISTA.
Su ideología de izquierdas y sus fuertes principios demócratas le harán afiliarse al PSOE en el año 2008. Cuenta el propio Manolo que en febrero de 2010, el secretario general del PSOE portuense y candidato a la Alcaldía, Ignacio García de Quirós, “habla conmigo y me explica las bases del proyecto electoral que tiene y que quiere contar con mi persona, no me lo pensé ni un segundo le dije que como socialista me debo a mi partido y si mi partido me necesita ahí estaré. Para mí ha sido todo un orgullo y una suerte estar en las listas del PSOE, poder trabajar para cambiar mi Ciudad pero sobre todo, he tenido la suerte de poder trabajar con un equipo maravilloso de personas con ganas e ilusión y de entre las que quiero destacar a tres en particular: primero una persona con un corazón grande como es Ignacio Garcia de Quirós, la suerte de aprender mucho con el maestro Joaquín Corredera y a otras que, aunque en el anonimato, trabajan con pasión como es el caso de Alexandra García”.

En la presentación del Homenaje a Victor Manuel Coronado, el 24 de noviembre de 2010 en el Hotel Pinomar. A la izquierda María José Coronado, Manolo y los matadores de toros, José Luis Moreno, Jesuli de Torrecera y Juan Pedro Galán.

Entrevistando a Jesús Neva, uno de los actuales presidentes de la Plaza de Toros de El Puerto.

AFICIONES.
En 1996, vivió una curiosa anécdota en la finca del ganadero Luis Pérez Pacheco. Iban además del titular de la ganadería y del propio Manolo, José Cañas ‘Cañita’ y Paco Moreno, a ver una novillada de las que la tertulia ‘La Garrocha’  montaba en el Poblado de Doña Blanca. Iban en un Land Rover y cuando estaban en medio de la camada de erales, el ganadero saca la mano por la ventanilla con tan mala fortuna que se le cae el puro que fumaba, y al querer cogerlo el todoterreno se paró y, como no contaba con puesta en marcha, tuvieron que empujar para arrancarlo.

En los tendidos de la Plaza Real, a la izquierda de Manolo Herrera, Eduardo Duarte y Antonio Ojosnegros, a la derecha, Ignacio García de Quirós, su hija Gloria, Ana Pedrero, Javier Bocanegra, José Manuel Rojas, Raul Rincón, Miguel Ángel Arellano y con sombrero de ala ancha Manuel García de Quirós Domínguez, con nótula núm. 207 en GdP.

Por si no lo han notado, es aficionado  a los toros, a las tertulias de amigos bien sea para hablar de toros o de política, a la lectura y a la música, pero en español.

Os invito a recordar mis tiempos mozos cuando yo formaba un revuelo en la playa de Valdelagrana de El Puerto de Santa María. Yo me arrancaba con arte y era un auténtico espectáculo porque yo tenía entonces una buena mata de pelo, mis bañadores meyba y una belleza internacional.

El retrato pertenece a otra época muy distinta, un franquismo lleno de prohibiciones y de censura pero el verano permitía "ciertas" licencias y la gente humilde y con arte sabía disfrutar del mariconeo y del compás en una playa de pueblo, que era los más fresquito que teniamos los jerezanos por aquel entonces.

Recuerdo a familias enteras de jerezanos en el ferrobus de Jerez a El Puerto con las ollas del puchero para pasar una larga y bonita jornada en la playa. Eran las vacaciones de entonces cuando no existía Cancun ni Cayo Coco pero había mucha dignidad y una gran calidad humana. (Texto: María Cala).


María Cala. O Manuel en su carné de identidad. /Foto Kiki.

María Cala de Jerez, jerezana del campillo, del Barrio de San Miguel, mariquita de toda la vida de Dios, de los que se sacaban los pechos con las chuponas del cuarto de baño. Fue ayudante de camerino en los comienzos de Lola Flores en el Teatro Villamarta de Jerez. La faraona es para María Cala su gran pasión. María fue emigrante en París, y trabajó y se educó como mayordomo en las mejores casa ricas de Madrid sirviendo a toda la nobleza decadente, lo que le ha valido saber más por lo que calla que por lo que cuenta. (Berasaluce)

MARÍA EN EL CORAZÓN.
La reina del Magazine Rosa. La actualidad del Corazón. Todos los jueves a las 13.00 horas en el Hoy por Hoy de Radio Jerez Cadena Ser (1026 AM). Escúchame, corazón…

Radio Jerez Cadena SER
El Blog de María Cala.

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Editado por José J. Sánchez Llebret, en su año XVII, (es decir, desde 1910), se editaba en 1927 en El Puerto el Carnet Oficial de Propaganda Veraniega que recogía, además de las propuestas comerciales de los anunciantes, profusas por cierto, el Programa de Festejos Veraniegos que transcurría entre el 16 de junio, Festividad del Corpus Christi, hasta el 8 de septiembre Día de la Patrona, entre otras informaciones. Reproducimos aquí algunas páginas del programa de mano.

Se celebraban casi todas las festividades religiosas, San Juan Bautista, el Corazón de Jesús, San Pedro y San Pablo, la Virgen del Carmen, Santiago Apóstol… amén de conciertos de la Banda de Música, Corridas de Toros, Inauguración de la Temporada de Baños, Carreras de Cintas en bicicleta, elevación de globos y fantoches, fuegos artificiales, Exposición de los Alumnos de Bellas Artes, Cucaña en el Guadalete, Feria de la Victoria en el último tercio de agosto, ...

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Foto: Raul Doblado. Octubre 2010.

No es la silla, es el torero. Pero la silla sintetiza el clamor. La tarde ronca, el jaleo. Morante, punteado en el trasero tras su segundo par de banderillas, pidió la silla al palco de honor. Ni más ni menos. Lo de este torero es increíble por lo que tiene de inesperado. De mano en mano, la silla se hizo presente en el esplendoroso ruedo de El Puerto, y la gente ahí ya se rompió la camisa definitivamente.

Foto: José Ramón Serrano.6  Agosto 2011.

No es difícil deducirlo: la gente, esta gente de El Puerto de Santa María en representación de otra mucha, quiere alegrías, divertirse. España, está claro, necesita una silla en la que reposar un ratito a gusto. Y hay tardes que, en esto de los toros, el día señalaíto que cantó Raimundo Amador no defrauda. La bajada de la silla a la arena no fue un aterrizaje más: fue la simbiosis de la sorpresa, la pasión y el embrujo. Luego, sentado, Morante sólo pegó un muletazo, otros cuantos más, insólita aquí su facilidad, con la silla en la mano izquierda mientras la derecha obligaba por abajo al toro como si nada.

Foto: José Ramón Serrano. 6 Agosto 2011.

A continuación vino una de esas faenas exprés que jamás se olvidará. Uno a uno, no en tandas tradicionales sino como encerrado a solas en el campo con una becerra, Morante fue espigando los naturales. De adelante a atrás sin excesos ni tirones, y sin saber cuándo ni por qué se acababan. Tal fue que, de seguido, empezó el recital de ayudados por alto. 'Acaganchaos', que decían los mayores del toreo. Muy rumboso, sobrellevando al toro como en volandas, por alto, con una profundidad pocas veces vista. Toda la faena, insisto, estructurada de corrido, como si fuera una serie única. Y excepcional.

Pedrucho 'el Canario', citando con banderillas, en 1905.

Ya en su anterior toro, cuando le aplaudían a rabiar sus redondos, Morante, con el eco aún de la ovación, enjaretó a ese tercero de Cuvillo una rematadísima tanda de naturales. Diríase que era una afrenta al 'tempo' de las faenas de Manzanares, siempre despacioso, ceremonioso, por debajo de los límites del cinemómetro habitual de las faenas. Así, reflexivo entre tanda y tanda, Manzanares terminó de exprimir a sus tres toros. Este torero tiene mucha química, y está en su año. No es recomendable perdérselo.

Rafael 'el Gallo' en 192o. Valencia.

Y, cómo no, Morante con el capote: la sedosa verónica y media al primero, las chicuelinas al quinto y, en el de en medio, el tercero, un saludo monumental. El toro se iba lejos y cuando regresaba al embroque Morante adelantaba la pierna de la 'suerte cargá', así todas las verónicas, solo, inmenso, con un único paso adelante, y el toro que se va y vuelve. A compás. Una media de Manzanares, flexionando una rodilla, realzó aún más la singularidad de la tarde.

La faena de Morante, cortesía de la web Plaza Real.

Me da la sensación de que los dos toreros tenían ganas de lanzar un mensaje. 'Aquí hay partido, señores, y lo jugamos todos, no sólo uno'. Y qué mejor que hacerlo ante más de trece mil espectadores que abarrotaron la Plaza Real. Porque el lleno fue de reventón, aligerado solo por una brisa, maligna para los de luces, pero reparadora para la clientela. Sin ella, en cualquier caso, se hubieran divertido aún más. Porque había muchas, muchas ganas de pasar tres horas incandescentes. (Texto: Fernando Bermejo. Subdirector de deportes de El Mundo).

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Las Bodegas Jiménez Varela abarcan un conjunto de cascos bodegueros que fueron el fruto de la unión de edificios de obra nueva, el llamado escritorio, las oficinas centrales de las bodegas Varela, construido en 1872 y reformado en 1913; como de otros que ya estaban construidos, con anterioridad y que habían pertenecido a otras firmas bodegueras, las bodegas de Haro construidas en 1848.


Patio del trabajadero de las Bodegas Jiménez Varela.


El mismo patio, hoy convertido en dependencias del Hotel Bodega Real.

El núcleo de bodegas o zona industrial donde se ubicaba surgió en el primer tercio del siglo XIX, (el casco de bodega de la Sagrada Familia se construye en 1829), abarcaba el espacio comprendido entre las calles Pozos Dulces, Espíritu Santo, Albareda y Avenida de la Estación y Larga. Una zona de cierta tradición industrial que ya  en el siglo XVIII contaba con fábricas de estampados, curtidos,  molinos de aceite, así como otras relacionadas directamente con las faenas y las necesidades de la actividad marinera.

Camino de Urdax, actual Avda. de la Estación, donde se encontraban las Bodegas Sagrada Familia en la actualidad reconvertidas en viviendas. A la izquierda el Paseo de la Victoria y al fondo la Estación de Ferrocarril.

DEL COMERCIO CON AMÉRICA AL MERCADO EUROPEO.
El Siglo XIX fue un periodo caracterizado por el gran número de cambios que se produjeron en las sociedades de una manera continua e incesante. Cambios a todos los niveles: políticos, sociales y económicos. Estos últimos en El Puerto de Santa María,  como en gran parte de los pueblos de la Bahía, hicieron que se buscaran nuevas salidas o que se potenciaran actividades que ya eran importantes como la crianza y la exportación del vino fino. Se sustituyó la tradicional relación comercial con el continente americano por la potenciación de la ventas en el mercado europeo y muy especialmente en el inglés del vino de El Puerto.  Esto hizo que la imagen de la ciudad se viera transformada en algunas zonas por la instalación de naves bodegueras que acabarían por configurar el paisaje urbano de El Puerto.

Interior de uno de los cascos bodegueros. /Foto: CMPH.

CATEDRAL DEL VINO.
Estas bodegas de la calle Albareda, antes Victoria porque emboca hacia el monasterio del mismo nombre, son también un testimonio importante de una de las claves de la crianza biológica del vino fino: la proximidad al río Guadalete.  El río es uno de los condicionantes principales para obtener un buen caldo, las brisas del Guadalete controlaban el proceso de crianza aportando y manteniendo los grados de temperatura y humedad necesario para la obtención de un producto de calidad. Para ello era también imprescindible una arquitectura, en cierta medida biológica, que permitiera aprovechar las bonanzas climáticas de la zona: el casco bodeguero. Éste ha recibido todo tipos de apelativos, pero quizás el que más se le aproxima es el de catedral para alguno de ellos, que le viene dado por la esbeltez conseguida por el empleo de pilares y arcos de piedra de gran altura y tamaños en su construcción.

De izquierda a derecha, Ernesto Jiménez González, uno de los cuatro hijos varones del fundador de la firma Jiménez Varela, casado con Rafaela Sancho Mateos; Ernesto Jiménez Sáncho, hijo del anterior junto al hijo del fotógrafo Justino Castroverde, que aparece a la derecha de la imagen, tomada en los tendidos de la Plaza de Toros. En la segunda fila, en el centro, Mariano Cantera Molares /Foto: Colección de Rafael Ceballos Jiménez.

En la imagen superior, personal del escritorio de Hijos de Jiménez Varela. De izquierda a derecha, Arias, desconocido, José Lojo Espinosa, José Luis González Obregón capataz de la bodega, Juan Manuel Brea Vila, Luque que era suegro de Vera Palmer, Bernardo Zayas, Francisco Martín Repollet, Felix Ochoa 'Ochíta' primo del pintor y el niño Manolo Fernández Lores, hermano de Francisco el del Bar 'Paquito'. Sentados, de izquierda a derecha, Victor Unzueta Gabiola, Guillero Siloniz, Victor Unzueta padre, González Bruzón, dos desconocidos y Victor Moriñas. /Foto: Pantoja.

En la imagen de la izquierda, publicidad del Cacao Varela.

LOS JIMÉNEZ VARELA.
La familia Jiménez Varela fue muy laboriosa, y prueba de ello fueron las industrias vinateras que crearon y los afamados productos que en ella se fabricaron: el Brandy Viejísimo Varela, Cacao Varela, Oloroso Los 46, o el Amontillado Fino Jardín, bajo la firma comercial de Hijos de Jiménez Varela. También existe una relación familiar de los Jiménez Varela, pues un familiar de éstos fue el hombre de confianza de Isaac Peral, cuando botó en El Puerto, en la desembocadura del río Guadalete, el prototipo del que fue el primer submarino.

Publicidad del Champagne en una revista local portuense.

Parte de la desaparecida plantilla de Hijos de Jiménez Varela. Detrás, de izquierda a derecha, José Pérez Camacho; Estanislao Jiménez González-Nandín, Joaquín Jiménez Sancho y un argentino. Delante de ellos, en pie, Benito Moriña, Francisco Martín Repollet, Artiza, José Luis González Obregón. Agachados, Rafael Valiente Moreno, Miguel Ferrer García, Luis Jiménez González-Nandín, José Herrera Raposo, arriba de él Francisco Ariza Zarzuela y a la derecha, movido, Manuel Buhigas. /Foto: Colección Vicente González Lechuga.

HIERRO DE LA PALMA.
También se dedicaron a la cría de caballos, llegando a ser propietarios del Hierro de la Palma, ganadería creada por los señores Artalaya y Azpillaga, a principios del siglo XIX, y que luego fuera propiedad del Marqués del Castillo de San Felipe. El Hierro de la Palma figuraba en la etiqueta de los productos de Hijos de Jiménez Varela.

Productos de Hijos de Jiménez Varela, entre ellos el Amontillado Fino Jardín. /Foto: CMPH.

Cacao Varela, Champán Continental, reclamos publicitarios, que han sido recuperados para la colección de Antonio García, de quien es la fotografía.

Publicidad del año 927

AMONTILLADO FINO JARDÍN.
Que si bien se comercializaba como Fino, se aproximaba más a un vino  Amontillado. El amontillado es un vino dulce y generoso de uva Palomino, de color pajizo, ribeteado en metálico y destellos violáceos, de aspecto lagrimoso, brillante y transparente. Al olfato ofrece un olor a bodega, intenso y punzante; y al paladearlo saboreamos un vino redondo, seco, ahumado y con recuerdos de yodo. Hace un perfecto maridaje con el jamón ibérico o un queso curado de pasta dura y de gran potencia.

Es un vino perfecto para beber como aperitivo, o a media tarde, aunque los devotos del Vino Amontillado dicen que «sirve para compartir y departir a cualquier hora». La temperatura ideal para degustarlo es entre 10º y 14º, siempre en relación con la temperatura del ambiente. /En la imagen, un aprendiz, de nombre José Raposo Rasuelo,  jarreando sobre la canoa y la bota de Jiménez Varela.

Los vinos amontillados proceden de los Vinos Finos, el Vino por excelencia de El Puerto de Santa María, cuyo color ha evolucionado y llega a alcanzar entre 18º y 19º. Es un vino generoso (aquel que alcanza una graduación entre 15º y 23º), obtenido mediante soleras y criaderas, sistema de crianza que se aplica en la zona vinícola que ampara el Consejo Regulador del Jerez-Xérès-Sherry, a la que pertenecen los vinos y brandies de El Puerto de Santa María.

RELATO EL BARRIL DE AMONTILLADO.

El relato de Edgar Allan Poe, The Cask of Amontillado, adaptado al cómic por Archie Goodwin y Reed Crandall en Creepy N6 (Warren, 1966), de la mano de Golden Age Comic Book Stories

Interesante el cuento de terror del siglo XIX, obra del bostoniano Edgar Allan Poe «El Barril de Amontillado» (The Cask of Amontillado), usando como excusa la del conocedor de estos vinos generosos para contar el relato corto. (Fuentes: Centro Municipal de Patrimonio Histórico. Archivo de Antonio Gutiérrez Ruiz y otros)

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Han pasado doce años desde que edité el último número de la guía turística PUERTOGUIA, en el verano de 1999. Fue un número diferente y antológico en el ocaso del siglo XX, fin de un ciclo que había durado 15 años. Con la colaboración impagable de la mayoría de las empresas y comerciantes que habían patrocinado y hecho posible la publicación de la guía en años precedentes, pusimos en las manos de nuestros visitantes aquel verano de 1999 un libreto de 75 páginas a todo color, sin una sola página de publicidad y un contenido generalista que intentaba recoger todos los aspectos culturales y lúdicos de la ciudad, en cualquier época del año:

Monumentos: (Tres retablos barrocos; Iglesias y conventos; Monasterio de la Victoria; Edificios desaparecidos; Colegio de San Luis Gonzaga; Casas palacios de los Cargadores a Indias; Castillo de San Marcos; Excavaciones arqueológicas; Plaza de Toros y estatuaria urbana definida como “Homenaje en bronce”), fiestas: (Calendario de fiestas locales; Carnavales; Semana Santa, hermandad por hermandad; Feria de Primavera; Corpus Christi; Virgen del Carmen y Fiestas Patronales), fichas de historia: (Alfonso X conquista El Puerto; La época del Descubrimiento; Felipe V, huésped ilustre; Vizarrón, virrey de Méjico; El Condado del Puerto de Santa María; La invasión anglo-holandesa de 1702 y la abolición de la Constitución) y una serie de páginas de interés para el visitante que incluimos en el índice de contenidos como “Peculiaridades”: (Bodegas visitables; el vaporcito de El Puerto a Cádiz; Un siglo de vocación turística; José Luis Tejada; Rafael Alberti; Museos y fundaciones; El toro de Osborne; Gastronomía local; Ocio y tiempo libre y nuestras playas.)

35 NÚMEROS.
En la presentación de este número final, que hacía el 35 de los editados desde el verano de 1985 tuve un emocionado recuerdo, que ahora repito, amplificándolo, para Antonio Pérez Ruiz, amigo y socio, que falleció en 1987, con el que realicé, conjuntamente, los PUERTOGUIA de 1985, 1986 y 1987. En 1988 cambié al formato que, con ligeras variaciones en 1991 y 1992, se mantendría hasta el final. Ahora, en la distancia, resulta agotador y un tanto nostálgico, recordar las innumerables horas dedicadas en mi tiempo libre y con tan modestos medios a diseñar páginas, recopilar información tanto literaria como gráfica, contactar con anunciantes y confeccionar sus anuncios en ocasiones, coordinar la impresión y realizar el reparto… hasta incluso, para ahorrar costes, realizar en casa con la ayuda de toda la familia en pleno, el montaje y grapado de los libretos.

COLABORACIONES.
Bien verdad que, en distintas épocas, he tenido el consejo y ayuda técnica de creativos portuenses como Javier Gandulla, Pepe Fernández Villegas y Josema Martínez, a los que reitero décadas después mi agradecimiento por su amistosa colaboración, así como a Antonio Jiménez, en su calidad de presidente de Acocén y a José María Morillo, gerente del entonces Patronato Municipal de Turismo, entidades que tuvieron gran importancia, con su patrocinio y ayuda económica, en la consolidación de la publicación, al igual que los numerosos anunciantes locales, 32 de los cuales cubrieron por iguales partes el coste de este número antológico final.

Los tres primeros años la guía se imprimió en la imprenta Jiménez Mena, de Cádiz y el resto, salvo algunas ediciones puntuales que se realizaron en una imprenta de Lloret de Mar, en la imprenta Bollullo de esta ciudad, a cuyo responsable, Ramón Bollullo Estepa y al personal de la misma quiero mostrar, igualmente, mi agradecimiento por el trato y amistad recibido en todos esos años.

LUCES Y SOMBRAS.
Aunque resulta evidente que la publicación alcanzó altas cotas de popularidad y aceptación, tuvo sus sombras en los primeros años. En 1988  fracasó un intento de ampliar el radio de actividad a la cercana ciudad de Rota. Edité una “Guía de Rota” en Puertograf,  con el anagrama diseñado por Jesús Suarez Ávila que resultó un fiasco económico ante la ausencia de apoyo por parte de los comerciantes, desistiendo de continuar. También, a modo de ensayo, se realizaron tiradas de primavera y otoño-invierno en los años 1988, 1989 y 1990, de las que igualmente desistimos para afianzar la publicación del verano, haciendo una especie de sustitución de las mismas con números extras de Feria y Semana Santa.

Me alegra comprobar que otras publicaciones han cubierto el hueco de la mía,  modesta continuadora de la tradición de otras anteriores y pionera en el último cuarto del pasado siglo en dar información útil y practica a cuantos nos visitaban cada verano en un formato digno y manejable.

ASOCIACIÓN CULTURAL ‘PUERTOGUÍA’.
Me quedó el ‘gusanillo’ y es por eso que creé una asociación cultural con este mismo nombre, con la única finalidad de difundir la historia, cultura y tradiciones de El Puerto y sus gentes, editora hasta el momento de tres libros, dos de ellos agotados y también colaboradora, a través de mi persona, en esta web, con más de una treintena de temas. (Texto: Antonio Gutiérrez Ruiz. A.C. Puertoguía).

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Diario de Cádiz publicaba el 1 de septiembre de 1910, hace 100 años, una noticia sobre el enorme tumulto ocurrido en la Plaza Real, con motivo del Toro del Aguardiente, que debía matar el espada ‘El Hijo del Cochino’.

Foto: Kiko Sánchez. Colección José Luis Sánchez Pacheco, procesada desde un cristal.

El animal era de los llamados palurdos y manso por completo. Los toreros no pudieron lucir sus habilidades y el público se arrojó al redondel para matar al toro a palos y puñaladas. Pedían los espectadores, unos seis mil, más toros y como no había la emprendieron con la Plaza. Derribaron las barreras de madera, ya que no podían con las de cantería.

Los guardias municipales no podían dominar el tumulto, por lo que tuvo que intervenir una pareja de la Guardia Civil. Para lograr imponerse tuvieron que llegar a cargar los fusiles ‘Maüssers’ y apuntar a los revoltosos, momento que recoge la fotografía de Kiko Sánchez, que huyeron precipitadamente. Resultaron contusionados el comandante de la Guardia Municipal, Fernández, y el sereno Ruiz.

En el censo de 1910 El Puerto de Santa María tenía 17.984 habitantes de hecho 17.583 habitantes de derecho y 4.610 hogares.

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José Manuel Sánchez García nació en El Puerto en 1913, siendo el pequeño de cuatro hermanos. Sus padres llegaron a nuestra Ciudad procedentes de un pueblo de Málaga llamado Tolo. Vinieron buscando trabajo como pinaleros y fueron contratados por la familia Osborne para talar el Pinar del Conde en el Camino Viejo de Rota. Con las ramas que cortaban preparaban leña para los hornos, además de carbón.

1913.
Era alcalde de El Puerto Manuel Ruiz-Calderón y Paz. Ese año un decreto papal declaró festivo el 8 de septiembre, día de la Virgen de los Milagros por la intermediación del Cardenal Enrique Almaraz Santos, quien fue recibido en la Estación de Ferrocarril por la Corporación Municipal Bajo Mazas, con cuyo nombre se rotularía la calle Zarza y quien sería nombrado Hijo Adoptivo de la Ciudad. Ese año volvía a salir la imagen del Cristo de la Veracruz, de salida irregular e intermitente en los últimos tiempos, desde sus capilla de la Sangre en la esquina de Nevería (Castelar) y Palacios (José Navarrete), frente al Bar Apolo donde hace años estuvo el Bar ‘La Mina’ y la Librería ‘Sanjamás’. Pedro Muñoz Seca estrenaba su obra ‘Trampa y Cartón’. En 1913 nació José de los Reyes Santos, ‘el Negro’ cantaor que interpretaba como nadie los ‘martinetes’.

José ‘el Carbonero’ estudió en escuela de D. Juan Pinto Salas, (imagen de la izquierda) en la calle Meleros. Era famosa la frase en el recreo con el desayuno, cuando el maestro decía aquello de: «Cada cual se come lo suyo y Dios lo de todos». Vivió en las calles Cantarería (Pedro de Villa) y Ganado (Calvo Sotelo). Pronto empezaría a trabajar de temporero en el campo, de consumista, pinalero, carbonero, salinero, en la Sierra de San Cristóbal, picando piedra… José ‘el Carbonero’ fue como muchas personas anónimas de los años de la posguerra que pasaron muchas calamidades, no creadas por la sociedad de consumo sino por una situación trágica. Salir de una guerra civil como muchos de ellos, les obligaba a trabajar en los oficios más diversos, para sacar su prole adelante.

Fue movilizado para el Servicio Militar en 1933, en Jerez, Regimiento de Infantería núm. 41 perteneciente a la guarnición de Cádiz.

EL LIBERATO.
Se casó con María Antonia Gil el 24 de enero de de 1942, y tuvieron cinco hijos: Pepi, Antonia, María de los Milagros, José y Paco. Aficiones, las de una persona sencilla de aquella época: la lectura, el cante, el cine, el trabajo y su familia.

Novelas del Oeste de las que se 'cambiaban' en Casa Juana, en la calle Vicario.

Impulsó en sus hijos la afición a la lectura, llevaba a casa los programa del Cine Moderno y las novelas de Marcial Lafuente Estefanía del liberato de Casa Juana, en la calle Vicario, donde apuntaría a sus hijos para poder sacar novelas, a bajo precio. Aquel liberato junto con el de Librada, en la misma calle Vicario, era como la biblioteca pública de la época con novelas y tebeos.

Carboneros

CARBÓN, CISCO Y PICÓN.
En relación con el oficio de carbonero, su hija Pepi recuerda que, de pequeña, veía a su padre preparar un montón de arena donde enterraba las ramas que, al cabo del tiempo, salían convertidas en carbón, cisco y picón, que su abuela vendía en una carbonería. En ese horno, nuestro protagonista tostaba las piñas procedentes de aquellos árboles, que encantaban a la chiquillería. El padre de José participó en la repoblación de las Dunas de San Antón, sembrando pinos. Eran sus amigos, Antonio del Bar ‘El Golpe’, en la calle Ganado, José ‘Chicarrana’, Paco ‘Camero’, ...

Salvoconducto de José, donde describe sus señas físicas personales. Año 1946.

Como nuestro protagonista  no podía ofrecer a su familia muchas comodidades, no podía llevarlos a los espectáculos taurinos, procuraba llevar a la familia a los desencajonamientos, que eran gratuitos. Pepi recuerda que en cierta ocasión, estando tras los burladeros, se escapó un toro y su padre la cogió a ella y a su hermano de un puñado y los subió a la grada de un impulso.

Certificado de voto del año 1954.

MUERTE PREMATURA.
Falleció joven en la Sierra de San Cristóbal, donde sufrió un accidente el 26 de mayo de 1955, con apenas 42 años. Al fallecer, las circunstancias económicas de la familia fueron ciertamente difíciles, tanto que Pepe Ojeda, dueño de la Panadería del mismo nombre situada en la calle Ganado, estuvo facilitando el pan a la familia durante un año hasta que la viuda empezó a trabajar. Pepe fue un gran amigo de la familia. Ese fue el año en el que se empezaron a extraer piedras de la Sierra de San Cristóbal con destino a la Base Naval de Rota que iniciaba su construcción. Los americanos llegaron con la leche en polvo y el queso chedar, que entregaban a los colegios religiosos. Todavía el recuerdo de aquel padre, después de tantos años, sigue vivo en la memoria de sus hijos.

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Rafael Arvilla Jiménez nace en El Puerto el 23 de Enero de 1928, hijo de José Arvilla Hernández y María Jiménez Sancho. Cursa los estudios elementales y de bachillerato en el Colegio del Pilar de Madrid. /En la imagen, Rafael Arvilla en un autorretrato de 1971, realizado con óleo a espátula.

1928.
En 1928 era alcalde de El Puerto, Alfonso Sancho y Mateos. Ese año era refundada la Hermandad del Nazareno, que empezó su desfile procesional a las 3 de la madrugada la noche del jueves al viernes. Pedro Muñoz Seca estrenaba ocho obras de teatro, entre ellas ‘El Teniente de Alcalde de Zalamea’. El 10 de febrero de dicho año se fundaba el Racing Football Club de El Puerto, celebrándose los primeros encuentros en la Plaza del Polvorista. El maestro Antonio de la Torre González era aquel año Secretario de la Sección Juvenil de la Cruz Roja de Medina Sidonia. El 2 de abril de ese año es nombrado Hijo Adoptivo el benefactor local Elías Ahuja y Andria. Antonio Cruzón Moreno, patrón del Vapor ‘Cádiz’ se calló al agua desde el cantil del del muelle a primeros de junio.

Su padre era un ingeniero industrial de Deusto (Bilbao) que consigue su primer trabajo en Sevilla en una refinería de petróleo. Poco después se traslada a Madrid con CAMPSA (Compañía Arrendataria del Monopolio de Petróleo Sociedad Anónima), la mayor empresa petrolífera de España, y en 1934 es nombrado director general de CAMPSA. Desde la calle Luchana se trasladan a Calle General Mola No. 33 en 1934 y en 1938 se mudan a Burgos. Durante la guerra civil española viven entre Burgos y Ávila. En 1942 Félix de Gregorio le sucede en el puesto de Director General de CAMPSA y comienza a trabajar en una empresa de oxígeno líquido donde ejerce hasta el final de sus días. / En la imagen, nuestro protagonista en El Puerto con sus primos y  hermanos. De izquierda a derecha y de abajo arriba: Teresa Ceballos Jiménez, José y nuestro protagonista Rafael Arvilla Jiménez, y Magdalena Ceballos y María Arvilla.

FALLECIMIENTO DEL PADRE.

El 12 de Junio de 1943, José Arvilla Hernández muere de tuberculosis en Madrid a las 9:10 de la mañana dejando a la familia en una situación delicada y sin medios de subsistencia. Rafael tiene 15 años. Para subsistir, la madre de Rafael, María Jiménez Sancho, se ve obligada a alquilar las habitaciones de la casa y entre los inquilinos se pueden encontrar a Pedro Macabeo, Fernando Esquivias y Osorio. Mientras tanto su hermano Pepe decide montar un laboratorio en la casa lo que conlleva a que esta acabe con un olor que a veces se hacía insoportable. /En el retrato de la izquierda, su madre, María Jiménez Sancho.

ARQUITECTO Y BODA.
Entra en la Escuela Superior de Arquitectura de Madrid donde se gradúa en 1957. Es durante esta época en la que conoce a Marie Françoise Cure Berger, una ciudadana de nacionalidad francesa, al ser ella una de las inquilinas de la casa. Poco después de graduarse, en 1958 se casan y fruto de ese matrimonio nacen sus hijos Carolina, Patricia, Rafael, Cayetana y Javier.

DOCTOR ARQUITECTO EN MARBELLA.
Rafael obtiene el doctorado en Arquitectura en 1961 y poco después de obtenerlo, en Noviembre de 1961, se traslada a Marbella en la provincia de Málaga, con toda la familia, donde continúa desarrollando su actividad profesional. La marcha a Marbella se efectúa bajo contrato con la empresa Torregrosa con un salario de 12.000 pesetas mensuales. Es el primer arquitecto que reside de forma permanente en Marbella, en lo que en su día era un pequeño pueblo de la costa andaluza, e instalándose originalmente en el Hotel El Fuerte desde donde inicia la dirección del Hotel Bellamar. /En la imagen, 'Pinares', óleo y acrílico original de Rafael Arvilla.

EN LA MILLA DE ORO.
En mayo se separa amigablemente de Torregrosa y se instala de forma temporal primero en El Palangre y después en la Calle Valdés. En 1963 se compra una finca en la zona que más tarde se denominará La milla de oro debido a la gran afluencia de dinero, prestigio y personalidades que se incorporan en la zona comprendida entre Marbella y el puerto de yates de lujo Puerto Banús. En 1965 se traslada a Ricmar, un lugar situado a unos 11 kilómetros del centro de la ciudad marbellí, en una casa que llamarían mas tarde Los cuatro olivos, donde vive los próximos 11 años. En 1976 deja la casa de Los cuatro olivos y vive durante un año en un piso del edificio AMI en el corazón de Marbella donde también se encuentra su galería de Arte Art. En 1977 deja el apartamento de AMI y se muda definitivamente a su nueva residencia en el camino del ángel en la finca La Judía, donde continuará viviendo el resto de su vida. Rafael Arvilla Jiménez muere el 19 de febrero de 2008 en Marbella después de una larga enfermedad. /'Palmeras', óleo y espátula. Año 1996, original de Rafael Arvilla.

LA PINTURA.
Para nuestro protagonista, la pintura, que le acompaña desde su niñez, es su gran pasión mientras que la arquitectura es su medio de vida. Todo esto le permite compaginar su gusto por la pintura y el dibujo con la arquitectura, que tiene reflejo en sus obras arquitectónicas donde funcionalidad, gusto por los espacios y armonía visual se mezclan para dar sensación de un lugar que no está fuera de sitio, sino todo lo contrario, que es parte del entorno.

EL RETRATO Y SUS TÉCNICAS.
Rafael Arvilla realizó más de seiscientos retratos al óleo, que estamos en proceso de añadir, además de haber concurrido igualmente en innumerables certámenes de dibujo y pintura desde 1956, año en el que gana el primer premio para carteles de Semana Santa en Cartagena,(Murcia). Llegó a fundar su propia galería de arte, y entre sus exposiciones caben destacar las realizadas en la galería Zurbarán en Madrid, en la sala de exposiciones de Club de Golf de la Moraleja también en Madrid, en la Casa de la Cultura de Fuengirola (Málaga), y por supuesto en Marbella en varias exposiciones. Utilizaba el óleo con la espátula con absoluto dominio y con motivos centrados en retratos, paisajes y bodegones, compaginando tanto la pintura acrílica como el óleo o bien una técnica mixta. /En la imagen, la mujer de Manuel Lores, técnica de óleo y espátula.

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