
Ramón Sánchez Pina nació en la Ribera núm. 41 entonces, en la Casa de la Escalerita el 3 de marzo de 1921. Cuando Ramón contaba apenas un año, su padre Manuel Sánchez Atalaya, se colocó de Sacristán en la Parroquia de San Joaquín a donde se fue a vivir toda la familia, y donde fue bautizado nuestro protagonista, hace ahora 88 años. Con cuatro años cursaría sus primeros estudios -con una amiga- en el Asilo de Huérfanas, con entrada por la calle Diego Niño. Allí estaría poco tiempo, luego pasaría a otra amiga en la calle Melero -con Paca la mujer de Juan Pinto, aunque lo llevaba la hija- cuando la familia tenía dinero para destinar 1 “perra chica” diaria a tal menester.
Allí aprendería las primeras reglas y, con seis años se vería de monaguillo, a las órdenes de su padre, el Sacristán, en San Joaquín. Luego estudiaría en el Pósito de Pescadores, en Puerto Escondido, aunque por poco tiempo: hacía falta arrimar algún dinero para la familia y dejó pronto la escuela. (En la imagen, Ramón de monaguillo, en 1926).
PROCLAMACIÓN DE LA REPÚBLICA.
La proclamación de la II República le cogió el 14 de abril con 10 años. Vendrían malos tiempos para la familia porque al padre lo echan de Sacristán de la Parroquia, debido a que su hijo era presidente de la Sociedad de Camareros, una especie de sindicato gremial progresista y porque también otros hermanos de Ramón militaban en partidos de izquierda que no se llevaban precisamente bien, con la Iglesia. Y así empieza un largo peregrinar por diversas viviendas de aquel Sacristán venido a menos y su larga prole -6 hijos- por diversos domicilios: Larga 72 -hoy 74-, Pozuelo, Durango, ...
El padre coloca a Ramón de monaguillo en la Iglesia Mayor Prioral, donde estará dos meses y luego con el mismo oficio además de mozo, en el antiguo Hospital San Juan de Dios. También ejercería en el Convento del Espíritu Santo, el Asilo de Huérfanas y las Capuchinas. Un par de años más tarde, en 1933, se va a trabajar en la Papelería Cortés, con Emilia y Elisa, como repartidor y vendedor de periódicos, llegando a ganar 1 peseta diaria, compatibilizándolo con la venta del periódico comunista Mundo Obrero, donde se ganaba otra peseta al día.

Ramón es el primero de la derecha, con sus padres y hermanos. La fotografía es de 1932.
LA REBELIÓN DE 1936.
En 1936 ya no vendía periódicos. Entra a trabajar como aprendiz, con 15 años, con Pepe Lora en la Carpintería La Palma y de chiquillo en las casetas de playa. El día que se produjo el Desembarco de los Moros en los muelles de El Puerto, el 18 de julio, lo mandaron para su casa.

Los moros de Franco, camino de Madrid.
Los moros eran seguidos por la chiquillería, alborotadora, que contemplaron como sacaban a los falangistas que estaban presos en la Prevención. En el Ayuntamiento se cambiaron las tornas y organizaron el nuevo régimen; luego fueron a la Casa del Pueblo. Hubo tiros, algunos heridos y los niños desaparecieron, se cerraron comercios y en España y en El Puerto empezaría una nueva etapa que duraría 40 años.

La Taberna 'La Burra', en una instantánea tomada después de su cierre. (Foto Fito Carreto).
Ramón siempre fue un buscavidas y buscando trabajo llegó a ejercer de freganchín en la Taberna “La Burra” en la calle Cielos, en “La Antigua de Cabo”, en las corridas de toros y en fiestas privadas. Como aprendiz de carpintería ayudaba a su padre, que en aquellos tiempos se ganaba la vida como fotógrafo de comunión, tomando instantáneas a los marineros o a los niños del Batallón Infantil, junto a otros conocidos retratistas de la época de El Puerto como Quico Sánchez o Justino Castroverde.
LA GUERRA Y SU NOVIA.
Debido a su papel como repartidor de Mundo Obrero, los Requetés lo quisieron llevar al frente de batalla y para ello lo pusieron a hacer instrucción militar. Pero un amigo le presentó a Juan Ignacio Varela Gilabert que lo introdujo en la organización juvenil de la Falange -los flechas- y se salvó de ir a la guerra. Eso si, todos los domingos y fiestas de guardar, tenía que ir a misa. (En la imagen, Ramón y su mujer, Catalina, el día de su boda celebrada en el año 1946).
Fue precisamente con los flechas que fueron a Rota a escoltar la procesión de la Virgen del Rosario cuando conoció a la que habría de ser su mujer, Catalina Santos Lucero. Estamos en 1938. Y a partir de entonces, domingo si domingo no, se desplazaba a la vecina población a ver a su novia. En 1939, con la mayoría de edad, lo mandan a Utrera a hacer la instrucción para ir, esta vez si, al frente de batalla. Allí conoce Manuel Delgado Almisas, que era practicante, y con él estuvo en el botiquín y haciendo la instrucción durante 21 días, con tan buena fortuna que se acabó la guerra y no conoció la confrontación en primera persona. Vuelta a El Puerto y se coloca de eventual en Bodegas Caballero, primero y luego en Bodegas Terry como arrumbador.

De izquierda a derecha, Pepe Morillo León, Ramón Sánchez Pina y un desconocido. Foto de los años 40 del siglo pasado.
LA DIVISIÓN AZUL.
En 1941 se incorpora de nuevo al Servicio Militar. Viendo el hambre que había en Cádiz decide enrolarse en la División Azul -al menos comería- ganando 7,50 pesetas al mes. La División Azul --Blaue Division, para el ejército alemán, o la 250 Einheit spanischer Freisilliger de la Wehrmacht--, fue una unidad de voluntarios españoles que sirvió a partir de 1941, y oficialmente hasta 1943, en el bando alemán durante la II Guerra Mundial, principalmente en el frente oriental contra la Unión Soviética.

En el frente ruso, a la derecha, llevando un carro de artillería.

En Hoff (Alemania) 1943, poco antes de su repatriación a la derecha del grupo.
Allí estaría con otros porteños, entre otros Pepe Benjumeda, el Neno, con nótula 115 en Gente del Puerto, pasando dos inviernos de auténtico frío. Fue artillero conductor del 4º de Carros del 2º Escuadrón, llevando también un armón de artillería. Recuerda aún el ametrallamiento aéreo de la columna en la que iba en el frente de Nogolor y también su paso por el Frente de Leningrado (San Petesburgo). De El Puerto fueron unos 25, --en Sevilla se bajaron 4-- regresando los de Artillería, no así los de Infantería que volvieron pocos. Recuerda a Pepe Barragán, Francisco Camacho Ullén, Ramón Ortiz, José Navarro Guerra, Quirós Vergara, Manolo Morillo (de infantería, que no regresó, muerto en Voljow). Ramón hizo amistad con el Cabo Carmelo Gómez Corella, con el que todavía se habla por teléfono.

En las bodegas Terry, a la derecha con algunos compañeros, entre otros Alex R. Eady, con nótula núm. 391 en Gente del Puerto y Manuel Delgado Almisas, con el que compartió instrucción durante el Servicio Militar.
REGRESO A EL PUERTO.
En 1943 se incorpora de nuevo en Bodegas Terry donde haría de todo: arrumbador, embotellador, pintor, ayudante de carpintero, camarero, ... jubilándose como conserje en 1981, con 60 años. Lleva pues 28 años de jubilado jubiloso, con una memoria impecable, una conversación amenísima y nada pesada ni aburrida, y muchas cosas que contar y compartir que, en una segunda parte esperamos ofrecerles a los lectores de Gente del Puerto.

Ramón y Catalina, con sus once hijos, en una reunión de aniversario.

Ramón con sus nietos, no están, todos, en la misma reunión de aniversario.
LA FAMILIA Y EL TRABAJO.
Ramón se casaría en el año 1946 con Catalina Santos Lucero -recientemente desaparecida- con quien tuvo 11 hijos: los nietos y los biznietos siguen de camino. La ceremonia la celebró en la Iglesia Mayor Prioral, fijando su residencia en la calle Luna, 47. En la actualidad vive en un piso en una barriada que no podía tener un nombre más apropiado con su relación profesional: la Barriada de la Vid.

Con un grupo de compañeros, de camarero.
Ramón, con tanta familia, tenía que seguir haciendo lo que hizo toda su vida: trabajar y compatibilizó sus ocupaciones en Terry con las de camarero -algo que también ejerció en la Bodega- en Los Tres Reyes, el Bar Vicente, el Resbaladero, en la Feria llevando la Caseta de Helo-Libo. Además, participó en la construcción del Depósito de Gasoil en “La Otra Banda”, o cuando estaba parado, acarreando tablillas en el Muelle, e incluso descargando maletas en la Estación. También fue conserje y cobrador de la Asociación Cultural 'Medusa' con nótula núm. 181 en Gente del Puerto, ayudando a sus hijos y cobrador de la Hermandad del Olivo.

Catalina y Ramón, el matrimonio duró más de sesenta años.
Su larga prole se tiene que sentir orgullosa de un hombre trabajador, sensible, culto e inquieto que al enterarse de que Gente del Puerto se lee por Internet, no ha dudado en pedirle a sus hijos que le instalasen en su casa un ordenador para conocer -tiene muchas ansias de conocer- que se cuenta de sus paisanos, de las Gente y Habitantes de El Puerto.


Juan Antonio Benicio, gerente del grupo Jubengo, fundado en 1991, señala que la intención de su empresa es mantener la cocina de La Goleta y por ello dirije la cocina el portuense José Manuel Cuevas que ya trabajó en el restaurante al igual que el nuevo maitre, José Arjona. Cuevas mantiene en carta las gambas a La Goleta, marisco envuelto en bacon ahumado y luego frito, al igual que los pescados a la sal y el marisco, aunque ha incorporado platos propios como el solomillo relleno o los postres, que ha aprendido a hacer en su dilatada carrera en las que ha estado en establecimientos como Las Beatillas o el Hotel Los Jándalos. La Goleta, que ya está abierta al público, realizará una cocina mediterránea basada en los pescados a la sal y la cocina marinera. El establecimiento, que abrió sus puertas el pasado 26 de marzo, abre todos los días excepto domingos por la noche y lunes. (Textos: Pepe Monforte).

Manuel Bermudo de la Rosa S.J., era director de la Escuela y persona comprometida con su orden, su pensamiento cristiano y humano a elevar el nivel integral de los alumnos en aquella época, según marcaba las directrices del ideario redactado por el Padre Villoslada. Como los recursos que se disponían eran escasos, el Padre Bermudo se dedicaba a visitar con frecuencia al Ministerio de Educación y Ciencia, para solicitar el reconocimiento de las Escuelas y que pudieran tener derecho al sostenimiento económico de las mismas. Mientras tanto estas peticiones no se solucionaban el Padre Bermudo consiguió que su padre comprara una furgoneta DKW para el servicio del Colegio. (En la imagen, el Padre Villoslada, S.J.)






BIENAL DE ARTE CONTEMPORÁNEO DE FLORENCIA.
ALONSO ILUSTRADOR.


Desde entonces, a Alonso le han crecido amigos por doquier y se enfrascó en toda actividad con el entusiasmo de un recién nacido (si antes nació egabrense o cabreño, ahora se siente crecer portuense o porteño). Se le puede ver tanto ante un cóctel de Juan Franco, interviniendo activamente en las tertulias culturales de Razzia Artis en el café Milord, como en un partido de rugby vibrando como un hincha porteño: ¡Portu, Portu, Portu...! ¡A la playa!
En 1950, el año del nacimiento de Faly, se estrena en Barcelona la película El amor brujo, protagonizada por Ana Esmeralda y Manolo Vargas. Stalin y Mao firman en Moscú un pacto de amistad entre China y la URSS. Muere fusilado en Barcelona, con tan sólo 24 años, el anarquista Manuel Sabater. Robert Schuman presenta la declaración que lleva su nombre, primer paso para la formación de la Unión Europea.. El 16 de junio se da la aprobación definitiva del Opus Dei y de la sociedad sacerdotal de la Santa Cruz. Se reconoce a todos los judíos el derecho a vivir en Israel. Celia Cruz debuta oficialmente con La Sonora Matancera. El Papa Pio XII instaura el dogma de la Asunción de María. La Madre Teresa de Calcuta funda la asocación de las Misioneras de la Caridad. Pablo Neruda publica su 'Canto General de Chile', mientras Isaac Asimov hace lo propio con su obra 'Yo Robot'. Se lanza el primer computador comercial: UNIVAC I. Erich Fromm, expone sus tesis sobre el Psicoanálisis y la Religión. En Se estrenan las películas: 'Agustina de Aragón' de Juan de Orduña, 'Stromboli' de Roberto Rosellini, 'Los Olvidados' de Luis Buñuel. El Premio Nobel de Literatura será para Bertrand Russell. (En la imagen, Faly, de primera comunión en una típica foto de Pantoja de la época. La comunión la hizo en la iglesia del Convento de las Capuchinas, hoy Auditorio Municipal 'San Miguel').




Pasó noches de guardia como los auténticos paparazzis, en lo alto de un pino, buscando alguna fotografía diferente de Paloma San Basilio, cerca de su domicilio en nuestra Ciudad. Hizo varias fotografías a aquel famoso ministro de Hacienda que veraneaba en Las Redes: Solchaga. Y últimamente, para la actual empresa concesionaria de la Plaza de Toros, ha cubierto los espectáculos musicales que en ella se han celebrado, tales como los de Julio Iglesias, Raimundo Amador o Isabel Pantoja.
Hubo un humilde personaje en El Puerto de la segunda mitad de los cincuenta del siglo XX que por humilde, ni siquiera era personaje, pero sí un ser entrañable para los niños de entonces, como yo: el Loro de la calle Alquiladores.
Los animales se parecen a sus dueños. Eso es cosa que siempre se ha dicho, yo no sé si con fundamento o sin él. Pero, sea como fuere, me vienen a la memoria una serie de ejemplos y verbi gratias que me llaman la atención sobre el particular. Del mundo de las aves, los loros, son animales de los que en este Gran Puerto ha habido unos buenísimos ejemplares, más que nada por su carácter cosmopolita y por el comercio con la Indias. En cualquier casa había un loro, una cotorra o un guacamayo que un embarcado había traído de regalo. Sin embargo, siempre estuvieron sometidos a la disciplina y enseñanzas domésticas y nunca disfrutaron de libertad plena, como ahora que se han escapado, o los han echado a la calle, por perversos, y han poblado en colonias numerosísimas todas las palmeras de la entrada de Vista Hermosa y se han extendido a todos los Pagos del término municipal. Son loros salvajes y cotorras montunas, sin formación específica que, abandonados por sus dueños, se han multiplicado sin tasa en un medio que no les es el propio y ya van por la décima generación, por lo menos. En cierto modo son como los cocodrilos que aparecieron en un pantano madrileño, las tortugas americanas que pueblan nuestros ríos, o los patos malvasía foráneos que han abandonado sus dueños, con peligro y detrimento de bastardear la especie autóctona en los humedales de Doñana.
Seguramente, para la gran mayoría de ciudadanos y ciudadanas, el nombre de Blas de Lezo les es desconocido. Quizá hayan oído hablar de una fragata de la Armada que lleva ese nombre y la gente de la vela sabrá que hay una importante regata nocturna que organiza el Club de Mar Puerto Sherry -el pasado 2008 asistió el actual Marqués de Ovieco, descendiente de Lezo-. Pero, por fortuna, en los últimos meses la figura del insigne marino vasco Blas de Lezo y Olavarrieta (también conocido como El Almirante 'Patapalo') ha sido difundida a través de conferencias, artículos periodísticos y radiofónicos, cientos de páginas web -algunas de ellas con errores y anacronismos-, varios vídeos que se pueden visionar en 

se fueron acentuando en los distintos frentes en los que participó. Era tuerto, cojo y manco. (Foto Juan Carlos Muñoz).
Las diferencias de estrategia que mantuvo con el virrey de Nueva Granada, Sebastián Eslava, en la defensa de Cartagena hizo que éste conspirase contra el marino (en el cuadro de autor desconocido que aparece a la izquierda de este texto) y el rey Felipe V actuase de tal manera que su determinación ocasionó a su familia la ruina económica y social, hasta el punto que ni siquiera pudieron pagarle una sepultura digna, por lo que se desconoce su enterramiento. Incluso después de muerto fue destituido. Finalmente y, pasado un tiempo, fue rehabilitada su figura y el 26 de agosto de 1760 el Rey Carlos III le otorgó, a título póstumo, el Marquesado de Ovieco, que recayó en su hijo Blas Fernando de Lezo y Pacheco, el cual fue investido en diciembre de 1771 por el Rey como maestro de ceremonias de la Orden de los Caballeros de las Grandes Cruces de Carlos III. Gracias a este reconocimiento, los descendientes de Lezo empezaron a obtener privilegios y nombramientos y a emparentarse con la aristocracia del país. Tomás de Lezo y Pacheco murió en Santa Cruz (Bolivia) en 1782, siendo gobernador.
Un sobrino de los anteriores, hijo de una hermana, llamado Alvarado Lezo, llegó también a ser Almirante. Blas de Lezo y Castro, Marqués de Ovieco, fue nombrado Académico de honor de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando en 1815. Otro Lezo, José Lezo y Vasco, durante el período 1858 a 1900, año de su muerte, fue Senador vitalicio, además de llevar el título del Marquesado. En la actualidad, el título está regentado por Antonio Marabini y Bérriz. (En reconocimiento de sus servicios al Rey, este le concedió en 1731 como estandarte para su capitana la bandera morada con el escudo de armas de Felipe V, las órdenes del Espíritu Santo y el Toisón de Oro alrededor y cuatro anclas en sus extremos).
Tras las investigaciones realizadas en los padrones de la época por Miguel Ángel Caballero Sánchez -historiador de Patrimonio Histórico de la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de El Puerto- al que agradezco su constancia y dedicación ya que, sin sus aportaciones, no se hubiesen podido divulgar estos datos que se relatan a continuación, hemos podido saber fehacientemente tras el estudio de los padrones de la Iglesia Mayor Prioral que Blas de Lezo, su mujer, Josefa Pacheco Bustos -una criolla peruana con la que se había casado el 5 de mayo de 1725 en Lima- sus hijos y un criado (¿?) afroamericano llamado Antonio Lezo, vivieron desde 1736 en una casa de la calle Larga, para ser más exactos en Larga, 70, hoy reconvertida en apartamentos de alquiler. Tras su muerte, su viuda -conocida en la localidad como 'La Gobernadora'- y sus hijos permanecieron en ella hasta la muerte de ésta el 31 de marzo de 1743. (En la imagen, la 'Casa de la Gobernaora', hoy Apartamentos 'Larga 70').
A la izquierda, firma del Almirante Blas de Lezo. 

Según dice mi padre “la risa del niño expresa placer y felicidad de vivir”. Es carpintero pero, desde hace seis años, cuando nació mi hermano y quedó ingresado por un periodo muy largo de tiempo, observó la necesidad que tenían los niños hospitalizados de reír y maravillarse, lo que le motivó a realizar actividades de ilusionismo y globoflexia, con el objetivo de distraer y provocar risas en las secciones de pediatría.??Comenzó esporádicamente en los hospitales de Cádiz y Puerto Real. Conforme pasaban los meses los profesores de las aulas de Pediatría comprobaban el beneficioso efecto que causa estas actividades sobre los niños, y los médicos consideran que las risas en los niños enfermos favorecen a su recuperación. (En la imagen, el Mago Jaime Peinado López).

«--Papá, ¿me dejas hacerles unos juegos?», le pregunté.
Conforme iba pasando por el pasillo desde las habitaciones los niños se despedían con alegría y los padres con agradecimiento. Al pasar por el Control de las enfermeras una de ellas le dijo: «--Ojalá pudieras venir todos los días, pues contigo las tardes se le hacen más cortas y les suben los ánimos a los niños». Ese día me di cuenta que los minutos tan valiosos que desaprovechamos haciendo cosas inútiles lo podíamos invertir en ilusiones como la que hacen personas como mi padre. (Texto: Jesús Peinado Bueno, en la imagen)
En un principio, comenzó a realizar dichas actividades con carácter esporádicos en los hospitales Puerta del Mar, en Cádiz, así como en el Universitario de Puerto Real. Como quiera que profesores del aula de pediatría comprueban el beneficioso efecto que causa esta actividad sobre los niños enfermos solicitan de aquel que se desarrolle en Fin de Año como después en otros eventos. Habiendo comprobado por tanto el éxito de esta experiencia y teniendo en consideración que resulta patente que la asociaciones desempeñan un papel fundamental en los diversos ámbitos de la sociedad.
VI FESTIVAL DE MAGIA Y MÚSICA.