| Texto: José María Morillo.
A Antonia Mora Leiva la conocían en El Puerto por más nombres que santos tiene el calendario: Antoñita “la de las flores”, “la tuerta”, “la de la maceta”... y si uno preguntaba por cualquiera de ellos, tarde o temprano acababa señalando al mismo torbellino humano que se apostaba cada mañana en la puerta del antiguo ambulatorio de la Seguridad Social --hoy centro de especialidades médicas--, justo enfrente de la Comisaría. Allí, como si fuera su escenario particular, se plantaba con sus flores en la cabeza, su desparpajo y su fajo de cupones de la ONCE bajo el brazo.
Luis Riu Güell, DJ invitado el sábado de Feria en la caseta del Tirititrán
| Texto: José María Morillo.
No todos los días se ve al CEO de una de las cadenas hoteleras más grandes del mundo mezclando temas frente a una pista de baile, y mucho menos en plena Feria de Primavera y Fiesta del Vino Fino. Pero Luis Riu Güell no es un ejecutivo convencional. El sábado de Feria, el dueño y director general de RIU Hotels & Resorts cambió el traje de empresario por los auriculares y el control de los platos en la caseta del Tirititrán, donde desplegó su faceta más festiva como DJ invitado.
"Cuando uno es niño pasan las cosas, cuando es viejo los años pasan los años" (Ángel González)
| Foto superior 1ª Fila: Juan Carlos, Santi, Juli, Don Rafael y Vicente Camacho 2ªFila: Ricardo, Gabriel, Chuchi Gago, Pepe Herrera y Javier Escalante. Foto Media: 1ª Fila: Enrique, Alfonso Perez, Emilio, Jose María Peña, Don Teodoro y Péculo. 2ª Fila: Javier Ordoñez, Javier Neva, Javier Nucete y Teófilo. Foto inferior: 1ª Fila: Viillegas, Sotelo, Velarde, Miguel Velazquez, Jose Antonio Ruiz Gil. 2ª Fila: Ernesto, José de los Santos, Alfonso Vazquez, Don Martín y Julian.
| Texto: Manuel Gago Fornells y José Antonio Herrera Lara.
La promoción del Colegio de la Salle, 1967-1975, nos reunimos para seguir haciendo cosas, el primer sábado de mayo. Fuimos la última generación que cursó primaria e inauguró la Enseñanza General Básica (EGB), de la reforma de educativa de 1970, conocida como ley de Villar Palasí, ministro que la puso en marcha. Quizás fuimos los últimos niños del franquismo y los primeros adolescentes de la transición, el caso es que eso de los cambios parece que venían ligadon a nosotros.
La política como juego de poder: la metáfora de las sillas
| Viñeta: Alberto Castrelo | Texto: Nerea López.
En la teoría política, pocas imágenes resultan tan eficaces como la del juego de las sillas. ¿Lo recuerdan? Un grupo de jugadores gira en torno a un conjunto de sillas —siempre en número inferior al de participantes— mientras suena una música de fondo. Cuando esta se detiene, sobreviene la lucha silenciosa por ocupar un espacio. Quien no lo logra, queda fuera. O al lado.
La analogía es transparente: el poder, al igual que las sillas, es un bien escaso. Los actores políticos —partidos, líderes, facciones— se mueven en círculos, atentos a las señales del entorno, ...
A finales del pasado mes de mayo, coincidiendo con la Feria de Primavera, la portuense Ana Cristina Arévalo Bernal, la primera mujer en ostentar la alcaldía de El Ronquillo (Sevilla), puso punto final a su breve e incierto mandato. Con una carta de tono conciliador pero firme, la dirigente socialista, natural de El Puerto de Santa María, anunció su dimisión irrevocable tanto del bastón de mando como del acta de concejala. Detrás de la decisión, según se encuentran “motivos personales”, pero el trasfondo político revela una historia más compleja.
Hay victorias que se miden en segundos. Otras, en metros. La de Myriam Benítez Vera en Cairns (Australia), sin embargo, se mide en años. Años de madrugones, de pedaladas bajo la lluvia, de caídas que duelen más en el alma que en la piel, de llegar a meta cuando ya no queda nadie mirando. Y aun así, seguir. Siempre seguir.
Con Myriam el nombre de El Puerto de Santa María viajó 14.000 kilómetros y se subió al segundo cajón del podio del Campeonato del Mundo de Mountain Bike (MTB), categoría Máster 30. Lo hizo de la mano —y las piernas— de una mujer que ha convertido la bicicleta en extensión de su cuerpo y la montaña en su lugar natural.
¿Sabías que Pedro Muñoz Seca, el maestro del teatro cómico español, dedicó una de sus obras a un bodeguero de El Puerto de Santa María? En este video te contamos la apasionante historia del vino oloroso Sangre y Trabajadero, de las Bodegas Cuvillo, y su vínculo con la tradición de la botadura de barcos en los astilleros de la Bahía de Cádiz. Y como llegó este vino hasta la Guardia Real y a mercados internacionales como Londres, Canadá o Perú.
Te revelamos cómo este singular oloroso sigue siendo protagonista de un ritual marítimo, con un vino único en el mundo, en el que se estrellan botellas contra el casco de los buques antes de hacerse a la mar, siguiendo una tradición ancestral. Pero también conocerás la entrañable amistad entre Muñoz Seca y Carlos del Cuvillo, así como el legado de una de las sagas bodegueras más queridas de Andalucía la baja.
| Dibujo del sarcófago de Medina Sidonia en una de las láminas que Guillermo Tirry envió en 1764 al conde Caylus. Biblioteca Capitular y Colombina de la catedral de Sevilla.
| Texto: Enrique Pérez Fernández
Era uno de los objetos más destacados de la colección arqueológica de los marqueses: pieza digna del Gabinete de un Soberano, sentenció Guillermo Tirry. Procedía de Asido, la Medina Sidonia romana. Se descubrió al construirse el convento de San Francisco asidonense, entre 1620 --cuando tomaron posesión del solar-- y 1625, al cimentarse el inmueble.
Por entonces, según contó en 1724 un cronista de la orden religiosa, se hallaron “muchos ídolos truncos [truncados, incompletos] y sepulcros primorosos y otras lápidas con algunas inscripciones, que la poca curiosidad o la providencia de quererlo aprovechar todo, dejó por cimiento en la misma fábrica. Todavía la codicia, a mi ver, más que la curiosidad, reservó un sepulcro de mármol, con dos figuras y algunos bajeles, que lo adornan todo con otras molduras muy primorosas que hoy sirve de aguamanil en la sacristía de nuestro Convento.Todo el Convento está fundado sobre diferentes arcos y bóvedas antiquísimas, que por considerarlas los alarifes muy firmes, pareció conveniente que sobre ellas se fundase el Convento.”
Centenario de un bautismo poético: Mar y Tierra o Marinero en Tierra
| Texto: José María Morillo.
Hoy se cumplen 100 años. El 6 de junio de 1925, un jurado compuesto por sabios y poetas --entre ellos Antonio Machado, que no se limitó al gesto protocolario, sino que dejó constancia autógrafa de su voto-- rubricaba un acto que, con el tiempo, se volvería casi fundacional para la poesía española del siglo XX. Aquel día, el entonces jovencísimo Rafael Alberti Merello, un portuense con apenas 22 años, obtenía el Premio Nacional de Literatura en la sección de “Poesía Lírica” por un libro inédito titulado Mar y Tierra. Un libro que, con la natural deriva de los títulos que aún no han tocado imprenta, terminaría por ser publicado como Marinero en Tierra en noviembre de ese mismo año, abriendo una travesía que aún resuena con fuerza un siglo después.
| En la desembocadura del río Guadalquivir los actores Manolo Morillo, Dioni Torres, José Manuel Batista y el director de la película Rafael Sadoc, durante el rodaje.
| Texto: Verbigracia García L.
El cine de la provincia de Cádiz suma una nueva propuesta de interés con Aulas de cine, el esperado largometraje de Rafael Sadoc, que acaba de iniciar su rodaje tras más de siete años de desarrollo, donde cuenta con la colaboración de actores de El Puerto de Santa María. No se trata simplemente de una película más sobre jóvenes y enseñanza, sino de un retrato íntimo y metacinematográfico sobre lo que ocurre cuando la cámara entra en el aula... y el aula se convierte en cine.
En la jornada del miércoles de laVelada de la Feria de El Puerto, poco antes de que se procediera al encendido del alumbrado extraordinario, en la casetaDe Verde y Albero, que monta la formaciónpolítica Unión Portuense,se rendía homenaje al veterano ecologistaJuan ClaveroSalvador, como reconocimiento a su extensa trayectoria en pro del medio ambiente y el asociacionismo en la Ciudad.
La solución final para el Deseado, o el arte de conspirar contra la historia
| Texto: José María Morillo
Si alguna vez hubo un rey que mereciera ser personaje de Valle-Inclán, ése fue Fernando VII: bufo, letal, melancólicamente ridículo. El monarca más vilipendiado de nuestras letras —y eso que compite con tules de dinastía— vuelve a escena, esta vez como blanco de una novela ‘Matar a Fernando VII’ (Editorial Almuzara) que, más que histórica, parece escrita con tinta de cicuta por el portuense David Fernández Fernández, residente en San Fernando y profesor de historia en el instituto Carlos III en Prado del Rey.
La portuense Bella (el nombre artístico de Julia González) actuó el pasado 31 de mayo en el concurso de Canal Sur ‘Tierra de Talento’ interpretando un tema propio, creado el Día del Apagón. Bella se encontraba en su casa el pasado 23 abril cuando España entera se quedó sin suministro de energía eléctrica e incomunica por internet. Al ver que no podía contactar con nadie, hizo lo que se le da mejor: coger su guitarra y componer un pasodoble al que tituló: "La vida Pasa", rodeada de velas. Una letra llena de lecciones de vida, que le ha dado el pase para las semifinales del talent show.
El Puerto de Santa María dijo adiós a finales de febrero de 2025 a Hernán Díaz Cortés (1940-2025), el carismático alcalde que, entre 1991 y 2006, dirigió los destinos de esta Ciudad. Más allá de su controvertida trayectoria, Díaz Cortés será recordado como el artífice que transformó la Feria de Primavera y dio vida a la Fiesta del Vino Fino, dos eventos en uno que, bajo su liderazgo, dieron brillantez al principal evento festivo de El Puerto de Santa María.
Nacido en 1940, Hernán Díaz asumió la alcaldía al frente de Independientes Portuenses, un partido ya desaparecido que fundó y dirigió con su inconfundible sello personal. Durante sus 15 años de mandato, su pasión por engrandecer El Puerto se reflejó en múltiples iniciativas, una de ellas el impulso a la Feria de Primavera. Fue él quien tuvo la visión de añadir el nombre de ‘Fiesta del Vino Fino’ dentro de esta celebración, uniendo la tradición vitivinícola del Marco del Jerez-Xérès-Sherry al que El Puerto pertenece, con el ambiente festivo de la primavera.
Fue uno de los impulsores de la caseta Tierra, Mar y Vino, en el siglo pasado
| Texto: Luis Alfonso Pérez Nogués
La caseta 'Tierra, Mar y Vino' fue fundada por Juan Ignacio Pérez Salas, Depositario/ Tesorero del Ayuntamiento de El Puerto de Santa María y por Antonio Romero Castro, jefe de Negociado de la concejalía de Fiestas. En aquella época y durante 15 años hasta 1980 (posteriormente y desde el año 1981 se trasladó al recinto actual de Las Banderas), la Feria portuense pasó a ser por primera vez urbana, aunque nunca perdiera su carácter campestre y de concurso de ganado, que esta vez se celebraba a la sombra de los pinos y eucaliptos de las dunas de San Antón, en lo que su día fuera plaza de abastos y hoy sede de la Policía Local.
Fue uno de los impulsores de la caseta ‘Tierra, Mar y Vino’ en el siglo pasado
| Texto: José María Morillo
Hablar de Antonio Romero Castro es hablar de la esencia misma de la fiesta en El Puerto de Santa María en los años 60 y 70 del siglo XX. Como jefe del Negociado de Fiestas del Ayuntamiento, su influencia en la organización de eventos festivos fue determinante para consolidar celebraciones que hoy forman parte del calendario colectivo de la ciudad. Pero su legado no se limitó a la Feria: su labor abarcó también Playas, Turismo, Vivienda y otros ámbitos municipales, siempre con la intención de hacer de El Puerto un lugar más vibrante y acogedor para vecinos y visitantes.
Conocido cariñosamente como el ‘alcalde chiquito’, no tanto por su estatura sino por su capacidad de gestión y liderazgo, Romero Castro se convirtió en una pieza clave en la planificación y presentación de los actos lúdicos organizados por el Ayuntamiento. Su cercanía y don de gentes lo convirtieron en una figura indispensable en cada evento, desde las festividades patronales hasta las iniciativas culturales y benéficas que iban ganando peso en la Ciudad.
También quiero avisarles que,
si en mi discurso notan cierta rima,
es rindiendo homenaje a Muñoz Seca,
siempre en alta estima,
y su don Mendo…
¡cuyo olvido, por parte de quien compete
no comprendo!
Recordó a Menesteo, al yacimiento de Doña Blanca y a su principal excavador, Diego Ruiz Mata. También se dio un paseo por El Puerto andalusí, hasta llegar a 1281.
Uno que se llamaba Alfonso,
que era décimo y muy chulo,
dijo: "¡Aquí va una iglesia…
para turismo en el futuro!"
Y la Virgen de los Milagros,
con acento muy gadita,
entonces curaba juanetes, tristezas
y hasta el alma con tiritas.
A simple vista, las ciudades de Badalona y El Puerto de Santa María podrían parecer dos mundos separados por los más de 900 kilómetros que las distancian. Sin embargo, una observación más profunda revela una serie de conexiones históricas, económicas y culturales que han tejido un lazo sorprendentemente sólido entre esta urbe catalana y la localidad porteña.
Uno de los vínculos más destacable se encuentra en la industria licorera. En 1870, Badalona vio nacer a Anís del Mono, un destilado que con el tiempo se convertiría en uno de los licores más consolidadoss de España. En 1975 el Grupo Osborne, con sede en El Puerto de Santa María, compró Destilerías Vicente Bosch, la fabricante del conocido destilado. La historia tomó un giro significativo en 2021 cuando Osborne trasladó la embotelladora de Anís del Mono a tierras portuenses, manteniendo en Cataluña únicamente el proceso de destilación. Este movimiento no solo representó una decisión empresarial estratégica, sino que también consolidó una relación que, aunque menos visible, llevaba décadas en construcción.
Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.