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Manuel García de Quirós Domínguez, el guardia municipal, el aficionado a los toros; el hombre que siempre se buscó la vida para salir adelante; el hombre que se vino del campo dejando un arado y se jubiló dejando un ordenador, tiene una compleja historia que se confunde con los últimos setenta y tres años de la vida de El Puerto. Policía Local jubilado en el año 2000, con una familia procedente de Asturias y Portugal, emparentado con ‘el Portugués’ de la calle Zarza y con los primeros propietarios de Lolita y Serafina, hoy reparte su tiempo entre recordar,  caminar mucho, sentir la afición por los toros y su familia. (En la fotografia, en la cafeteria 'El Paseillo').

manuelgarciadequiros_01_puertosantamariaNació en la calle Cruces, 32 el día 2 de diciembre de 1935, pero con cuatro años su familia se va a vivir a la calle Postigo, frente a la Fábrica de Harinas. Sus primeros recuerdos son para la droguería de la esquina y la frutería de Tito Pastrana o el almacén -luego bar y freidor- de La Gloria. (Manolo, de pequeño, posando para el fotografo).

Su familia vivía en el campo, labrando un campo propio, en el Pago Serrano, donde se crió Pernita. Solo bajaban a El Puerto un día de Feria, el Viernes Santo, el 18 de julio, la Virgen de los Milagros o por enfermedad o parto de alguno de sus hermanos. No se podía perder el tiempo en ir y venir a diario con los exiguos medios de transporte de los años treinta. No fue a la escuela de pequeño, un Guardia Civil retirado -Antonio Toro- lo instruía; el resto lo aprendió en el servicio militar o por su cuenta. Ni lo podían llevar al colegio. No fueron los seis hermanos mayores aunque si los dos mas pequeños, a la Escuela Rural de la Arreijanal y a la del Barranco.

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Con el primer tractor, Manolo, a la izquierda, con su desaparecido hermano Jose, en El Barranco.

Manolo, como hermano mayor le tocaba dar de comer a las bestias muy temprano y luego pasaba todo el día al sol trabajando. Pero afirma que en el campo se vivía bien. Por lo menos se comía. Todos juntos: sus padres, hermanos, tíos y los trabajadores. Allí comía todo el mundo. Incluso algunos braceros -en aquellos tiempos difíciles- sacrificaba su comida y se la llevaban para la familia después de una dura jornada laboral. Recuerda que su padre, Juan, era reconocido por su gran humanidad y por eso a él le conocieron durante un tiempo por Juanito.

manuelgarciadequiros_03_puertosantamariaUn tío suyo, Paco, estaba suscrito a las revistas Clarín, Dígame y El Ruego y mientras las devoraba, se le metía la afición en el cuerpo a la par que practicaba la lectura. Todo el tiempo que tenía libre lo invertía en aprender, leer, documentarse... No sabe jugar a las cartas, ni al dominó, ni al carro, ni a las siete y media, ni a nada... No perdía el tiempo, su avidez por aprender no le dejaba tiempo para nada más.  En julio de 1955, con 20 años, se marcha al Servicio Militar de voluntario. Como no había hecho la Primera Comunión, allí que la hizo, vestido de marinero, pero de marinero de verdad. Y seguía aprendiendo, estudiando, conociendo... Y a su vuelta al campo, a trabajar en las viñas, especialista como era en las tareas de las viñas, entre otras las labores de poda y castr. (En la fotografía del Estudio Pantoja, tomada el 26 de noviembre de 1955, cuando estaba haciendo la instrucción durante el Servicio Militar).

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LA BODA Y LA CASA DEL PORTUGUÉS.
En octubre de 1960, el día 12, se casa con Milagros Pacheco Nucete, vecina de “el Portugués”: vivía en la calle Zarza, 57, -en la casa restaurada por la inmobiliaria de Antonio Caraballo Crespo-. El mote de “el Portugués” le viene a aquel buen señor, que tenía un puesto de chucherías en los bajos de la casa, por su bisabuelo, quien durante una epidemia de peste durante el siglo XIX fue dado por muerto. Lo depositaron en la piedra de los féretros en el cementerio y cuando despertó y se vio rodeado de muertos, empezó a correr y no paró hasta Portugal. Si no es verdad bien pudiera serlo.

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Manolo y Milagros, en una foto de Estudios Pantoja, tomada el 16 de enero de 1957.

manuelgarciadequiros_05_puertosantamariaADIOS AL CAMPO, ADIOS.
Manolo y Milagros se van a vivir a la calle San Juan, 27 a la edad de veinticinco años trabajando en el campo hasta los veintiocho. En enero de 1963 no se lo pensó más, de tantas veces como lo había hecho; aquello no era para él: tiró la azada, cogió campo a través y se vino a El Puerto a buscar trabajo. En el crucero de las calles Larga y Luna se encontró a un guardia, “el Tuli” que también había desertado del campo; le explicó su situación y éste le ofreció la oportunidad de entrar a trabajar con los municipales: «--se cobra poco, pero comerás todos los días. El hambre pasará por la puerta de tu casa, pero no entrará», le dijo. Su primera nómina sería de 333 pesetas con 33 céntimos, casi le faltaba dinero para pagar el tabaco que se había fumado ese mes y tenía ya tres hijos. Con el tiempo buscaría trabajos extraordinaros que le complemenaran el recibo de salario.

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De izquierda a derecha: Francisco Muñoz Chacón, Manuel García de Quirós, el Comandante Manuel López Romero, Juan Barrios Quirós, Jaime Fernánez Criado, Secretario General del Ayuntamiento, Manuel Vázque, 'el Cuqui' y Manuel Rebollo Laynez, concejal de Policía Local. La foto de Rafa es del 5 de enero de 1973.

EL GUARDIA QUIRÓS.
Nuestro protagonista afina fechas: entró a trabajar en el Cuerpo de la Policía Local el día 4 de febrero de 1964 y se jubiló el 2 de diciembre del año 2000, después de 36 años de servicios prestados a la Ciudad. Ha hecho de todo en la policía municipal. Dirigiendo el tráfico en las esquinas; motorista con sus propios medios en 1968 (tenía un plus de 1.000 pesetas) llegando a estrenar las motos Sangla siendo concejal de Tráfico el desaparecido Manuel Rebollo Laynez. Estuvo en el grupo de Atestados durante nueve años, y de patrullero hasta su jubilación.

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Manuel García de Quirós Domínguez, con la policía motorizada en Sangla, el primero por la derecha.

El último día salió de su puesto de trabajo una hora más tarde, siendo su compañero en el patrullero, Manuel Martínez Rodríguez, “el Volpa”. (El apodo se corresponde con la costumbre de éste, siendo taxista, de no beber alcohol y tomar el popular “refresco antised” fabricado en El Puerto). Manolo sostiene que, como hijo de El Puerto, durante la época de la represión se ponía de parte de los trabajadores, evitando ir a servicios complicados donde se repartían palos, o soslayando las primeras filas, algo que pueden corroborar -afirma- gente que hoy está viva. En vigilancias políticas, solía mirar para otro lado.

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Patrullando a pie, por la calle Vicario en invierno, con salacof, junto a su compañero Juan.

Ya hemos hecho referencia a lo reducido del salario. Había que completar el sueldo y Manolo ha sido cobrador toda la vida, en el tiempo que no estaba de servicio. De máquinas de coser Sigma, durante siete años. Del Servicio de Aguas, luego Aguas del Puerto, durante 18 años. En la financiera de SEAT, 19 años. Incluso, como era un especialista. Incluso, como era especialista en las tareas de las viñas, acumulaba días de descanso para realizar las labores de poda y castra entre otros. También a lo largo de 25 años -en cinco ocasiones- se rebajaba del servicio policial para ejercer como Agente Censal, algo que le encargaban por sus conocimientos de los territorios campales.

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En el Patio de Cuadrillas. De izquierda a derecha, Manuel Paz Reina, Paco Camino, Manuel García de Quirós y El Viti. (Foto Fariñas).

LOS TOROS
La afición a los toros le vino desde que tiene uso de razón. Quería saber, pero no sabía leer y eso le obligó a aprender: quería conocer el mundo taurino. Iba a los toros con su padre. Desde 1948, desde el 30 de agosto. Y por su cabeza pasan las primera figuras de la época que vio pisar el albero porteño: Antonio Ordóñez, Pablo Lozano, Manolo Vázquez y Conchita Cintrón, rejoneadora y novillera que le había comprado una yegua a su padre, con cuya venta compraron una finca de labranza. De Policía Local tuvo la suerte de estar en el callejón hasta que se hace cargo la Policía Nacional, entonces Policía Armada.

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Manolo con el sombrero de ala ancha. (Foto Jorge López. Zarzaquemada).

Tiene un abono en Delantero Balcón Primer Piso, números 242 y 243 desde 1958, hace cincuenta años. Es el único aficionado que se destoca, que se quita el sombrero en la Plaza cuando un torero brinda la faena al respetable... «La fiesta taurina, como las ceremonias religiosas, son un ritual. Cuando un torero brinda la faena al público, me levanto y me descubro porque al ser yo público me considero brindado. Es un agradecimiento y respeto a lo que el torero hace. Hoy ya casi se ha perdido esa costumbre» afirma. Con tal motivo, en Bilbao le dieron un premio al mejor detalle. «Que tenga que venir un andaluz a enseñarnos lo que es el respeto en los toros» se escuchó en los ambientes taurinos vascos. De la Plaza Real se moja y opina: «En Andalucía, después de Sevilla, la siguiente en importancia es la nuestra. Ya quisieran tenerla para sí otras capitales de provincia de España. Es donde se da la mejor feria del verano en Andalucía, aunque falten toreros, que no hay en el mercado, para tanto festejo.»

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Saludando desde el burladero de callejón de la Plaza de Las Ventas (Madrid). Año 1999.

Se ha recorrido media España asistiendo a los festejos taurinos y siguiendo a sus ídolos: Madrid (San Isidro y la Feria de Otoño), Bilbao, San Sebastián, Zaragoza, Logroño, Pamplona, Barcelona, Valencia, Málaga, Albacete,... y todas las de Andalucía La Baja (Algeciras, Jerez, Sevilla, Sanlúcar, la desaparecida de Cádiz, ...). En Francia: Nimes, Arlés. Con Mondeño era “mondeñista” y con José Luis Galloso el comunicador de lo que hacía a la afición y los medios, recién terminada la corrida allá donde torease. El llamaba o lo llamaban y comunicaba las incidencias habidas en la faena. Tiene amistad con Galloso, éste nació en el número 32 de la calle San Juan y Manolo vivía en el 27.

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NUNCA VIÓ TOREAR A MANOLETE.
Manolo recuerda que nunca pudo ver torear a Manolete. Con nueve años, en 1944, el diestro actuó en El Puerto. Acompañaba a su padre que estaba trabajando en la finca que tenía arrendada, Haza de la Becerra, y venían a caballo para los toros por la carretera de Sanlúcar. En esto un coche marca Austin que llevaba en la baca teleras de pan, perdió una pieza. Y otra. Y otra mas. Hasta tres. Como comprenderán ese día no fueron a los toros, pero todos comieron pan en plena posguerra incivil. En otra ocasión estaba previsto que Manolete actuara en El Puerto el 20 de julio de 1947, empero, una cogida el 16 de julio impidió que el diestro se desplazara a El Puerto. El tercer intento sería definitivo en la frustración de poder presenciar una faena del torero cordobés, prevista su presencia en la corrida que se iba a celebrar el 31 de agosto de 1947. Dos días antes, el 28 de agosto el toro “Islero” lo mata en Linares.

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Carteles en El Rincón de los Recuerdos.

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En la bodega del Rincón de los Recuerdos, con su nieto en brazos, delante de las botas que tienen los nombres de los hijos. El Fino, el vino típico de El Puerto, lleva el nombre de su hijo Ignacio, concejal y portavoz socialista en el Ayuntamieto de El Puerto.

EL RINCÓN DE LOS RECUERDOS.
Tiene una especie de museo taurino, el Rincón de los Recuerdos, como le gusta llamarlo, que por cierto lo tiene en la Barriada de los Toreros. Allí conserva 12.000   carteles taurinos, más de 400 de ellos enmarcados; colecciones de las revistas Ruedo, Dígame, El Clarín de antes de los años 30, (le robaron una serie de Clarín y el Ruedo), 6 toros 6, desde que salió. Allí tiene capotes, banderillas, muletas, trajes de luce, películas, libros taurinos, incalculables entradas de toros de todos los sitios a donde ha ido, ... en apenas 210 metros cuadrados

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Con el matador de toros, José Tomás.

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luiseldeloshuevos_01_puertosantamariaLuis del Pino Robles, Luis 'el de los huevos', nació en la Ribera del Río el 15 de julio de 1923, en los soportales existentes frente a la Casa de la Munición o Provisión, donde por la época existía un cuartel militar de Artillería, y que muchos han conocido  al final del siglo XX como Taberna 'La Resaca'. Su madre, María Magdalena Robles le lavaba y planchaba la ropa a los soldados. Su padre, Francisco Pino Suárez era primo hermano de Manolo y Miguel del Pino, los célebres diestros locales. El apodo de la recova le viene a Luis por su trabajo en el Despacho de Plácido Carvajal, con el que repartía huevos y queso al por mayor al comercio local con quince años.

Estudió en Santo Domingo, solo allí, y recuerda a su maestro D. Alfonso. Ya con siete u ocho años repartía leche con José Arcila por las casas. Era el sexto hijo de una familia con diez hermanos y su madre enviudó pronto, por lo que había que echar una mano. Con quince entra a trabajar en el despacho de Plácido Carvajal, en la calle Ricardo Alcón, 11, donde se encuentra una venta de periódicos de su sobrina frente al refino “De los Muertos”. Allí estuvo hasta bien avanzada la treintena, mientras alternaba sus ocupaciones laborales con sus aficiones artísticas, colaborando en festivales y actuando en tablaos y fiestas privadas.

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Casa Plácido, en la esquina de la Placilla (antigua calle de San Bartolomé) esquina con Ricardo Alcón, donde Luis se avituallaba para el reparto de huevos (en la pizarra los precios) y quesos. (Foto Colección Carlos Pumar Algaba).

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En la Sala de Fiestas 'Venta Taurina' de Las Palmas de Gran Canarias.

luiseldeloshuevos_08_puertosantamariaSU OPORTUNIDAD ARTÍSTICA: CANARIAS.
A Luis le sale un contrato para actuar con un grupo en las Islas Canarias, con 39 años. Estuvo en la Playa de la Cantera en sendas Salas de Fiestas: La Venta Taurina y el Patio Andaluz; tres meses en una y otros tantos en otra. Luego le vino un contrato para Barcelona, pero su hermana le reclamó en París para que actuara de intérprete -nuestro protagonista aún domina hoy el francés- y allá que se fue abandonando el artisteo. «--Si me hubiera ido a Barcelona “mi capa habría valido más”, pero lo dejé y malogré mi carrera de artista». Dominaba y afirma que aun domina, el baile, el cante y las castañuelas.

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Luis, caracterizado de Carmen Miranda, en la cabalgata del Carnaval del año 2002.

SU NÚMERO FUERTE.
Su especialidad, su mejor número artístico era imitando a una brasileña, a la magistral interpretación de Carmen Miranda quien, aconsejada por Xavier Cugat para que usara aquellos a modo de sombreros con frutas caribeñas en la cabeza y que utilizó en sus películas musicales. En realidad María do Carmo Miranda da Cunha, había nacido en Portugal el 9 de febrero de 1909 aunque residente en Río de Janeiro desde los 10 meses de edad. Luis tenía que hacer bises pues el público le reclamaba esa actuación cada vez que la ofrecía en el escenario.

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Luis, en un par de fotografías promocionales de sus actuaciones. En la de la izquierda, como primer bailarín de los espectáculos. A la derecha, caracterizado como repartidaor de huevos, con un canasto, parodiando su ocupación y el sobrenombre por el que es conocido.

lolafloresCON LOLA FLORES.
Recuerda Luis que «Emilio Bootello, mandamás de Renfe, tenía un chalet en la calle Pozos Dulces. Su mujer era muy amiga de Lola Flores y ésta había venido a actuar a Jerez, al Villamarta. A Bootello yo lo conocía porque era el suministrador a domicilio de “la gandinga”. Y me invitó a la fiesta que dio en su casa a la artista. Me llevé un capote de lentejuelas de raso, hecho por mí que fue la admiración de la Faraona: allí hice el número, imitándola, de la bulería de Antonio Torres García. Como yo tenía poquita voz tenía que pedir que me pusieran la cejilla en el tres. Lola se dirigió a Gabriela Ortega y a la Paquera y les preguntó: «--fijarse la cara del gachó ¿a quien se parece?, mirarlo bien». Y es que yo era, por lo visto, clavao a un zapatero de Venezuela. Nos reímos mucho y pasamos una buena noche».

luiseldeloshuevos_05_puertosantamaria23 AÑOS EN FRANCIA.
Desde 1965 hasta 1985 estuvo viviendo en Francia, allí se jubiló y allí le dieron la invalidez por culpa de dos hernias. Estuvo trabajando de camarero y en otras actividades que no tenían que ver con su arte, aunque algunas veces los dueños de los locales de hostelería donde prestó sus servicios, sabedores de sus habilidades, le animaban a hacer algún número. A partir de su jubilación estuvo durante tres años mas en el país galo hasta que se vino para España. Allá quedó su hermana Paca, que tiene 80 años y aquí vive su hermana Mercedes, con 83. Luis, que cumplirá 86 años el próximo junio vive en la Barriada de las Nieves, en la Plaza de Venezuela y afirma que «me quiero ver otra vez en un escenario. Me gustaría actuar, desinteresadamente, en algún festival con fines benéficos. Dilo tu en el Ayuntamiento, por si quieren contar conmigo». Queda escrito. Genio, educación y figura, educadísimo, Luis sueña con volver a un tablao y ofrecernos su arte. (En la fotografía adjunta, Luis con peluquín, actuando en el Café Cantante Barcelona, junto al Folies Bergère parisino. En realidad Luis trabaja en el Office de dicho local, pero un autobús de españoles que le conocía, pidió a la dirección que Luis hiciera uno de sus números de baile con castañuelas).

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A la izquierda del programa de mano, podemos ver a Luis, en una instantánea con su pareja de baile Luchy Rodríguez, “la excepcional pareja de baile clásico andaluz. Era el miércoles 26 de agosto de 1953 a las once de la noche. Manolo Carrillo presentaba por primera vez en España en su gira triunfal por Andalucía, al coloso de la canción moderna Luis Aranda y la nueva figura  de la canción andaluza Carmen Mariscal, en la grandiosa superproducción de Variedades Selectas “Cabalgata de Estrellas 1953, entre otras destacadas actuaciones.

luiseldeloshuevos_07_puertosantamariaLa ficha técnica es para leerla: Dirección Artística: M.Carrillo. Dirección Musical: M. Leveque. Maestra Concertadora, profesora: Lolita Lanzarote. Regidor de escena: Manolo R. Cortés. Maquinista Jefe: Francisco Camacho. Segundo Maquinista: Francisco Andrade. Gerente: José Valiente. Representante en Ruta: Guillermo Aguilar. Números de Baile montado y dirigido por L. del Pino. Vestuario confeccionado para este espectáculo por: M.Mariscal, según diseños de M. Carrillo. Decorados y atresso [sic]: Propiedad. Peluquería: Pepi. Grupo microfónico: Quico, montado por Manolo Pacheco. Organización: M. Leveque y M. Carrillo. Representante exclusivo: Manolo Astorga. El patrocinio era de una bodega portuense: Brandy Viejo Veterano Osborne y Amontillado Fino Quinta. (En la fotografía, perteneciente a otro festival benéfico, Luis caracterizado de mejicano en el Teatro Principal. Doña Virginia lo dirigía al piano y escogía para nuestro protagonista los números cómicos).

Reunión de amigos celebrada en el desaparecido Hostal San Nicolás (el propieario era Guardia de Asalto y la dueña Irene), de la calle San Bartolomé,  hoy reconvertido en lujosos apartamentos, con motivo de dar un homenaje de despedida a un funcionario de prisiones de nombre Atilano, que se iba de El Puerto; había sido sargento cuando Manolo Carrillo estuvo haciendo el servicio militar en Toledo. De izquierda a derecha y de arriba abajo: Francisco Navarro Mariscal Navarrito, Manolo Astorga Morillo mancebo y vate; Joaquín López Hidalgo, Macario Valimaña Lechuga, funcionario de prisiones desconocido,  Pepichi Nogués, Ángel funcionario de prisiones, Francisco Pérez Bernal Kako, Manuel Campos García, funcionario municipal, Juan Astorga Morillo y Juan Belmonte. Fila de enmedio: Pepe Morillo León, Manuel Rodríguez, Aquilino, funcionario de prisiones homenajeado, natural de Talavera de la Reina, Guillermo Aguilar Martínez y Luis  del Pino Robles, mas conocido como Luis el de los Huevos. Abajo: Miguel Leveque, Miguel Lobato Quintero y Manolo Carrillo Lucero con su inseparable pajarita, organizador del sarao. (Foto Colección M.S.L.).

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¿Que estaba Vd. haciendo el día que Tejero nos quiso sojuzgar con la intentona golpista? ¿Que hacían nuestros representantes políticos en el Ayuntamiento? ¿Como lo vivió la gente de a pie?. Aquella tarde de lunes se convulsionó el país, mientras no toda la ciudadanía era consciente de la que se nos podía venir encima. Así, unos siguieron sus actividades con normalidad, otros evocaron tiempos del pasado y se preparaban para lo peor. Unos dieron la cara hasta el final como el alcalde Antonio Álvarez y otros, inconscientes, se pasaban por delante del Cuartel de la Guardia Civil a intentar vislumbrar que pasaba; desde dentro del Cuartel algún número estaba mas asustado que los que andábamos por fuera. Unos cuantos concejales estaban preparados para irse a Portugal. Otros pasaron la noche en un barco en la Bahía. Un falangista amigo se ofreció a esconder en su casa al sindicalista Pepe Marroquín, pero al final no fue necesario. Un excomisario de policía que vivía en la calle Santa Lucía se frotaba las manos. Alguien de la trama golpista -un hotelero local ya desaparecido- contactó con el Jefe Provincial de la Falange por si éstos se sumaban al desafuero, obteniendo un no rotundo por respuesta «--Era una locura participar en aquello; yo estaba seguro que el rey no iba formar parte de la intentona». Un policía municipal se fue para el Cuartel del Instituto Armado a ponerse a las órdenes del comandante de puesto; nuestro informante afirma desconocer de que parte estaba. Los radioaficionados que esa noche se encontraban en vela, recibían esta expedita orden: «--Pasen a banda comercial». Estas son algunas de las historias que se vivieron aquella noche, hace 28 años, del aciago 23 de febrero de 1981.

antonioalvarez_23f_puertosantamariaAntonio Álvarez Herrera, el primer alcalde del actual periodo democrático le tocó lidiar con la situación. No se movió de su despacho hasta que el discurso del Rey lo tranquilizó como al resto de españoles. Allí estaba con algunos concejales que iban y venían, y a los que aconsejó que se fueran a su casa, cosa que hicieron, pero el permaneció en su despacho. Curiosamente el comandante de la Policía Local, Manuel López Romero (acompañado por el guardia Manuel García de Quirós Domínguez), estuvo con el alcalde hasta el final: «--La suerte que Vd. corra, la correremos los demás». Y es que en el pasado predemocrático Manuel López y Antonio Álvarez vivieron una situación difícil cuando el primero apresó al segundo; pero esa es otra historia que un día contaremos en Gente del Puerto. Mario Peluffo Rojas, Teniente de Alcalde de la Policía estuvo durante una buena parte de la tarde a la puerta del Ayuntamiento, controlando los accesos a la Casa Consistorial, vigilante de cuanto pudiera acontecer en las afueras del primer edificio público.

estebancaamano_23f_puertosantamariaEsteban Caamaño Bernal. Diputado en Cortes. Era, además de concejal socialista, diputado a Cortes Constituyentes en Madrid y la asonada le cogió en la votación en el Palacio de la Carrera de San Jerónimo. Estos comentarios nos hacía en marzo de 2005, evocando aquel día: «Yo me río mucho de eso. ¿Cómo era posible que, cuando estábamos saliendo de la dictadura, camino de Europa, nos quisieran llevar otra vez atrás?. Gracias a que el Rey lo cortó de momento… Sentí vergüenza de ser de mi país, y del espectáculo que estábamos dando. Recuerdo que la única vez que me levanté de mi escaño, camino de los servicios, Fraga le estaba diciendo con voz aturrullada y alta a Tejero que dudaba que Milans estuviera metido en aquello. Tejero lo mandó a su sitio con cajas destempladas. Y yo quise ir a comprar tabaco a la calle, ver el ambiente y volver, pero me mandaron para el escaño, junto al diputado Vargas Machuca. El sabe que no pasé miedo. No acepté ni agua, ni tabaco: no quería nada de esa gente.»

pacolara_23f_puertosantamariaFrancisco Lara Fernández, era el portavoz del PSOE y socio en el gobierno local. Estaba en casa escuchando la radio por si había algún cambio en el sentido de la votación que se estaba celebrando en el Congreso. Al ver que no hay cambios salió a hacer un recado y a su regreso se encontró con su mujer que bajaba las escaleras muy alterada diciendo que: «--Han habido tiros en el Congreso». Al comprobar por la radio lo que pasaba empezó a llamar a compañeros para contrastar la información. Recibió una llamada de su padre: un amigo suyo, representante de una marca de cava le ofrecía cruzar la frontera con Portugal a través de una finca de su propiedad que poseía en Badajoz, algo que Paco agradeció pero declinó. Se fue para el Ayuntamiento y allí permaneció junto a Antonio Álvarez y otros concejales que no recuerda hasta después de las ocho de la tarde, aunque permanecieron en contacto telefónico a lo largo de la noche Los ficheros del Partido Socialista los escondió Rafael Valera Rey. Y en Madrid, según supo Paco por su amigo Lito, secretario de Luis Fajardo, los ficheros del PSOE a nivel nacional pasaron la noche en el depóstio de la grúa municipal, pues en el coche del primero se encontraban escondidos cuando la grua lo retiró por mal aparcamiento. Estaban en un lugar seguro.

munozcuenca_23f_puertosantamariaAntonio Muñoz Cuenca, era portavoz del Partido Andalucista, el tercer socio de gobierno del pacto de las izquierdas. Muñoli estaba llevando a su hijo Daniel al médico, concretamente a Manuel Pérez Blanco a la consulta de la calle Cielos. Se enteró de lo sucedido por el médico y se fue para su casa con su hijo donde estuvo escuchando la radio. Luego al Ayuntamiento y allí se encuentra con Antonio Álvarez quien le conmina para que se vaya para su casa, a lo que le preguntó: «--¿Te vas a quedar solo? y desoyéndolo estuvo acompañando al alcalde junto con otras personas que no recuerda, algo más de una hora. Como era lunes, el jesuita Diego Casares, no entendiendo la gravedad de la situación, prosiguió con los ensayos del Orfeón Portuense, del que era su director. Antonio no ensayó. De vuelta para su casa estuvo hablando por teléfono con José María Simón y con Carmelo Ciria, en aquella época en el PA, quienes le tranquilizaron tras el discurso del rey. Se acostó a las tres de la mañana. Al día siguiente, en el colegio, unos adolescentes pertenecientes a Fuerza Nueva le increparon junto a los profesores José María Simón y Manolo Sierra, respondiédoles éstos con unos significativos cortes de manga.

enriquemiranda_23f_puertosantamariaEnrique Miranda García, concejal de Unión de Centro Democrático. El más joven, quizás por eso “el más inconsciente” según sus propias palabras. A la hora de los tiros en el Congreso estaba en un consultorio médico protagonizando pacientemente una operación de cirugía menor. Cuando se enteró se quedó tan pancho «¡que inconsciencia la mía!» se reitera. No supo calibrar la importancia y gravedad del momento. En la sede del partido a la que acudió había gente con miedo y gente que estaba contenta por lo que estaba sucediendo. Algunos se quitaron de en medio. Él se fue para su casa. Según sus propias palabras lo quisieron expedientar en UCD dos veces por “confraternizar con el enemigo” y es que Chelique se llevaba bien con todo el mundo, independientemente de sus ideas, independientemente de su militancia.

manuelmoreno_23f_puertosantamariaManuel Moreno Romero, portavoz y único concejal de Coalición Democrática, de la “minoría absoluta”, como a él le gustaba autodenominarse. Estaba en su casa regando el jardín cuando se produce el asalto al Palacio de la Carrera de San Jerónimo. Al principio no sabía si se trataba de un bulo o era la realidad lo que le estaban contando. Cuando confirma la asonada, llamó al alcalde, Antonio Álvarez, con el que le unía un cordial relación de amistad y le ofreció su casa para que se escondiera por si fuera necesario, a lo que éste le respondió que «--yo me quedo en el Ayuntamiento; no me marcho de la Alcaldía». Otros concejales si saldrían de El Puerto. Según Moreno, aquella intentona no tenía porvenir. El portavoz de la derecha, único concejal de esta tendencia política en el ayuntamiento presume de su buen trato con el alcalde Álvarez y, como prueba de ello, recuerda que fue el primer concejal que representó al Ayuntamiento fuera de El Puerto, en el primer viaje oficial que se realizó en el actual periodo una vez restaurados los ayuntamientos democráticos.

manuellopezromero_23f_puertosantamariaAl día siguiente, con la radio y los medios de comunicación anunciando en grandes titulares el fracaso del golpe, se reunieron en la alcaldía desde muy temprano políticos, sindicalistas y otras representaciones que abarrotaban la alcaldía: mas de cincuenta personas. Todos se felicitaban y tomaron el propósito de estar vigilantes ante una democracia tan frágil. Felicitaban a Álvarez por su valentía y recordaban los momentos pasados. Mas tarde se celebró un Pleno Extraordinario para reafirmarse en la vocación democrática de este país, en el que acordaron defender la democracia y -que ilusión la de entonces- ser mas leales entre los partidos y no llegar a confrontaciones que pusieran en peligro la democracia. En la fotografía de la izquierda, el Comandante de la Policía Local, Manuel López Romero, excaballero legionario, tenía la Medalla Militar individual y una Cruz Laureada de San Fernando colectiva (obtenida durante la Guerra Incivil; al ser la máxima condecoración militar concedida, empleos militares de mayor graduación se cuadraban en su presencia. Siempre la llevaba puesta ). El militar retirado y jefe de los guardias tuvo un papel destacado aquella noche, defendiendo con su presencia la soberanía popular en la persona del alcalde Antonio Álvarez, con quien permaneció hasta el final. Su frase «--La suerte que Vd. corra, la correremos los demás» ya no la olvidaría nunca.

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elarropiero_2_puertosantamariaManuel Delgado Villegas, “el Arropiero” debía su apodo a que su padre vendía arropías o arrope, un dulce elaborado con higos,  a la puerta de los colegios, concretamente a la puerta del Colegio de La Salle donde tuve la oportunidad de verle de pequeño. Las arropías tenían tres colores: frecuentemente rosa, pero también traía en el canasto de mimbre las de color amarillo y verde claro. El pregón que lanzaba el padre era: «¡Arropía de Turquía! / ¡Las llevo largas y retorcías! / ¡Que ricas y que buenas, / llevo mis arropías!». Y en función del público oyente, agregaba nuevos versos: «¡Largas, largas, / como las malas lenguas!». O este otro: «¡Qué larrrrrrrga la tengooooooooooo!». La colaboración de dos policías locales, uno de ellos vecino de la novia del hijo del arropiero, Juan Barrios Quirós y su compañero Manuel García de Quirós, fue decisiva para la detención del personaje a manos del Cuerpo Superior de Policía.

«Primero fue "el hijo del arropiero" y luego se quedó con el mote. Manuel Delgado Villegas nació en Sevilla el 25 de enero de 1943. Su madre, que contaba entonces 24 años, murió al dar a luz, por lo que él y su única hermana, Joaquina, fueron criados por su abuela. Fue detenido el 18 de enero de 1971 en el Puerto, por la muerte de Antonia Rodríguez Relinque, con la que mantenía relaciones sentimentales.

El Arropiero presentaba entonces un aspecto muy singular: corpulento y atlético, caracterizaba su rostro con un inconfundible bigote a lo "Cantinflas", en homenaje al que era su personaje más admirado. Salía con Antonia Rodríguez, una mujer subnormal, soltera, de 38 años, mucho mayor que él, a la infligía malos tratos. El día del crimen la llevó en moto a un lugar del campo, solitario, en Galvecito, donde mantuvieron relaciones sexuales. Movido por el impulso irrefrenable que le hizo cometer tantos crímenes, rodeó el cuello de Antonia con los leotardos que le había quitado y la estranguló mientras hacían el amor. Fue detenido tras haber vuelto tres noches seguidas a poseer el cuerpo, ya cadáver, de Toñi en el mismo lugar donde la había asesinado.» (F.P.A.)

elarropiero_4_puertosantamaria«En septiembre de 1970 decidió trasladarse a vivir al puerto de Santa María con su padre, para ayudarle en la fabricación de arropías y vender golosinas en un carrito por las calles. Pronto hizo amistad con un homosexual, con el que mantuvo secretas relaciones. "Fuimos a dar un paseo en moto y cuando íbamos a salir a la carretera general, me acarició. Le dije que se estuviera quieto, pero no me hizo caso. Enfadado, paré y le di un golpe en el cuello, despacio, pero era tan flojo que se cayó y se rompió las gafas. No respiraba bien y me dijo que lo llevara al fresco, junto al río. Allí intentó otra vez tocarme y, sin pensarlo, le solté un golpe más fuerte y cayó al fango, boca abajo e inmóvil". El cadáver fue localizado flotando a 12 kilómetros del lugar del crimen...» Margarita Bernal.

EL CROMOSOMA LOMBROSO.
Este es el relato que hace Pedro Ingelmo de nuestro personaje: "El Arropiero se llevaba con él su arma homicida, un arma genética conocida como el cromosoma Lombroso en honor al positivista que afirmaba que el asesino es incorregible, que su impulso de matar está en el código genético. El criminal nace, no se hace, defendía Cesare Lombroso a finales del siglo XIX. Los asesinos y violadores en serie no son XX ni XY en el cromosoma que define la sexualidad humana. Son XYY. El Arropiero tenía esa anomalía genética. El Arropiero era violador y asesino, violento en toda circunstancia, no tenía una sexualidad definida. El Arropiero parecía haber sido puesto en el mundo por Cesare Lombroso en persona.

elarropiero_5_puertosantamariaCuando fue detenido, confesó 47 crímenes más además del de Paqui, entre ellos el de Francisco Marín, un vecino suyo de El Puerto que apareció ahogado en el Guadalete, una hippie francesa ciega de LSD en Ibiza, un millonario barcelonés que había solicitado sus servicios de chapero, un publicista al que dejó seco de un golpe de karate... De 1964 a 1971, El Arropiero regaba muerte en su vagabundeo. La policía pudo comprobar ocho de esos crímenes, dio verosimilitud a otros 22 y no siguió investigando los demás. Cuando iba en el coche policial, escucharon por la radio el caso de un mexicano al que se le atribuían 49 crímenes. "Este te gana", bromeó el policía. "Señor inspector" -contestó El Arropiero- "déjeme libre tres días más. No deje que ese mexicano me gane".

Pero al Arropiero no se le juzgó por ninguno de esos crímenes. El Arropiero dio con sus huesos en el manicomio sin más, escondiéndolo del sistema, eliminándolo en su celda de psicópata. Y así el bigotillo se transformó en una larga barba. En la Navidad de 1997 un esqueleto de larga barba, sin sombra de parecido con Papá Noel, se refugiaba en las esquinas de Mataró escupiendo sangre. Tenía 58 años, pero aparentaba mil. No quería pisar albergue alguno, no quería volver a estar entre cuatro paredes. Había tenido bastantes paredes de psiquiátrico en psiquiátrico, de Carabanchel a Fontcalent, de Fontcalent a Santa Coloma, el Robinson de los loqueros, como le llamaban los demás locos. Loco, loco... Estaba libre porque iba a morir. Ya no era un asesino peligroso, sino un mendigo moribundo. Y moriría días después, en febrero. En las calles reventarían sus pulmones podridos de nicotina. Acababa de morir el mayor serial killer de la historia de este país. Tendido en el suelo de una calle de Mataró, El Arropiero parecía poca cosa. Un muerto poco vistoso para una biografía con tantos muertos a las espaldas.

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En la fotografía, el Hospital Psiquiátrico de Miraflores (Sevilla) donde estuvo 'el Arropiero' antes de su traslado a los psiquiátricos catalanes.

Investigadores publicaron en la revista American Journal of Medical Genetics un estudio en el que encontraron el 'cromosoma criminal' en el 1,8 por ciento de los agresores sexuales que examinaron. Pero el autor de la investigación, Peer Briken, del Instituto de Investigación Sexual y Psiquiatría Forense de la Universidad de Hamburgo, matiza que "los factores genéticos sólo son importantes cuando concurren con otros de tipo ambiental. Realmente, la presencia de XYY es rara y no debería preocuparnos como un gran comportamiento antisocial, pero hay que estar atentos a su presencia en los agresores sexuales".

Los individuos con un cromosoma Y duplicado suelen presentar una serie de patrones comunes. Según el instituto de Investigación en Enfermedades Raras del Instituto de Salud Carlos III, los afectados suelen ser altos y delgados, la mayoría presenta un acné severo en la adolescencia y el espermiograma revela generalmente falta o ausencia de espermatozoides. Todo ello coincide con El Arropiero, el mayor criminal de la historia de España, un bruto, un Robinson de los psiquiátricos, un hombre solo, un vagabundo sin infancia, un salvaje que, como el monstruo de Frankenstein, acariciaba con cariño el cadáver de la mujer que había asesinado. Un esqueleto del invierno de Mataró.»  Pedro Ingelmo.

elarropiero_amigo_puertosantamariaBERNARDO SÁNCHEZ.
A raíz del reportaje que VISTA PÚBLICA emitió acerca de este peligroso y peculiar personaje, un espectador de El Puerto, residiendo en el Asilo de Anciano se puso en contacto con el  programa para contarles  su personal y peculiar experiencia con  Manuel Delgado Villegas, asesino confeso de 48 personas, la Policía le atribuyó 22. Bernardo Sánchez, que lógicamente desconocía la faceta criminal de éste, describe cómo el azar lo salvó de morir, en dos ocasiones, a manos del mayor asesino en serie de la historia de España.

elarropiero_peliculaARROPIERO, EL VAGABUNDO DE LA MUERTE.
Título original: “Arropiero, el vagabundo de la muerte”.
Productor: Carles Balagué.
Productora: Diafragma P.C.., S.L.
Directora de Producción: Susana Batalla.
Coproducción: Producción Ejecutiva TVC: Jordi Ambrós. Producción Delegada TVC: Rosa Bosch.
Guión y Dirección: Carles Balagué.
Duración: 80 min.
Versión original: Castellano y catalán.
País: España.
Año: 2008.
Montaje: Carmen M. Guzmán.
Director de fotografía: Josep Gusi (AEC).

Carles Balagué:
Ensayista y crítico de cine, ha escrito seis libros, el último de ellos, “Las mejores películas del cine negro”. Desde hace 12 años programa las Salas Meliès de Barcelona, dedicadas a la recuperación del cine clásico y a la difusión del cine europeo, y galardonadas con el Premio Sant Jordi en 1996.

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Los alumnos de la Academia de Bellas Artes en 1951, cuando se encontraba situada en el antiguo Convento de Santo Domingo, hoy Institiuto de Bachillerato. Podemos observar las palmeras existentes, donde hoy hay naranjos y la fuente original que en la actualidad  está situada –mutilada- en el Parque Calderón. Atrás en alto, Antonio Poullet y José Antonio Sánchez. Fila siguiente de izquierda a derecha:  Ramón Querol Llerandi, Ramóncito Zarco, dos desconocidos, Francisco González Delgado, Manuel Monge, Manuel Girón Ceballos, Joaquín Lojo Rodríguez, Luis Ortega García, Antonio Pérez Ruiz. Fila siguiente, de izquierda a derecha, José Marchena Rodríguez, Manuel Guerrero, desconocido, José González Padilla, desconocido, Rafael Rivas Acal, Eduardo Cáravae, Antonio Gandulla López, Miguel Ángel Pantoja del Puerto, Pedro Vidal. Fila siguiente, agachados de izquierda a derecha, Luis Poullet, Francisco Dueñas Redondo, Quique, Antonio de la Torre González, Eloy Fernández Lobo, Javier Renedo Varela, Esteban Matute, Juan Luis Rodríguez, Abadía e Ignacio Sordo. (Foto colección Eloy Fernández Lobo).

logobellasartes2_puertosantamaria«Más de 20.000 alumnos han pasado a lo largo de siglo y pico de existencia de la Academia por sus aulas. La exposición de los trabajos realizados, la entrega de diplomas y las visitas de personalidades a las clases han sido tónica permanente de todos los tiempos. Muchos alumnos encontraron en las enseñanzas de la Academia la orientación hacia su futuro profesional como arquitectos, pintores, músicos y oficios artesanos.» (Del catálogo de la exposición: Un siglo de Actividad e Historia).

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juanitocuvillo_1_puertosantamariaJuan de Mata, Expedito, Genaro del Cuvillo y Sancho (El Puerto 08.04.1898, Sevilla 16.09.1974) fue el primer vástago del matrimonio compuesto por los primos hermanos Don Carlos del Cuvillo y Sancho y Doña Dolores Sancho, hijos de dos rancias familias bodegueras. Por no se sabe qué razón, o si por enfermedad en edad menor, Juan de Mata perdió la cordura y terminó sus días en una casa de templanza en Sevilla, luego de haber sido un educado ciudadano y un tranquilo, curioso y simpático especímen. Ocurrió que, en edad nubil, conoció a una señora de Cádiz, con la que quiso contraer matrimonio, en contra de toda su familia. Diariamente, Juanito Cuvillo, como se le conocía, se acercaba a la Iglesia de San Francisco, donde, al fondo, estaba el confesionario del Padre Lambertini, S.J., al que le contaba sus cuitas amorosas y los pormenores de la oposición familiar. Día a día, como una gotera. Tan harto estaba el P. Lambertini, que un mal día, al acercarse al confesionario Juanito, le espetó: «--Juan, retírese o llamo a la Guardia Civil». Y acto seguido el jesuita le señaló una línea de losas de la iglesia que nunca debería traspasar. Detrás de esa línea estaba el confesionario. Y a la línea le puso Juanito "el Paralelo 38". (En la fotografía, Juanito Cuvillo, cuarentón. La fotografía pertenece a la colección de José Joaquín Sánchez Sena).

capillasanluisgonzaga_puertosantamariaPero su más íntima frustración era no haber sido Gobernador Civil de Cádiz. Le habían dicho que el nombramiento estaba al caer y que dependía tan sólo de una firma. Y Juanito preparó su discurso de toma de posesión que leía en alto, bien entonado, en todas las casas portuenses, donde tenía acceso y era muy querido, subido en una silla. En ese trance, Juan se transfiguraba, como aquel Loco del Pumarejo, o aquel Loco Amaro que pasaron por la vida dando sermones de pega y de cuyas historias han quedado escritos cronicones famosos.

Juanito tenía, aunque privado de razón, una cabeza bien grande. Sucedió que estaba Juanito sentado tras la cristalera del "Casino Portuense", como solía, leyendo el periódico, cuando acertó a pasar por allí una gitana que golpeó el cristal para pedirle una limosna. Juanito abrió el postigo de cristal para ver qué quería y la gitana, asustada, se apartó diciendo: --»¡Joé, gachó, que creí que el cristal era de aumento!» (En la fotografía, el altar mayor de la Parroquia de sAn Francisco, en los tiempos del P. Lamberini, S.J.)

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Calle Larga, engalanada para las fiestas a principios del siglo XX. A la derecha tienda de limpieza de  calzado, donde mas tarde se instalaría la zapatería de Roque y hoy hay una pequeña tienda de ropa;  en frente, donde hoy está el 'Café di Roma',  el Casino Portuense. (Foto Centro Municipal Patrimonio Histórico).

Por lo demás, la vida de Juan transcurrió sencilla y placidamente. En Sevilla yo me lo encontraba, a veces, de paseo, acompañado por dos cuidadores. Y yo lo saludaba y él me correspondía el saludo, afectuosa y educadamente, porque, en el fondo --y en las formas--, Don Juan de Mata, Expedito, Genaro del Cuvillo y Sancho era un señor. Luis Suárez Avila

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Arriba, de izda a dcha. María Cuvillo Sancho, Juanito Cuvillo, María Sancho, Pepe Cuvillo, Rosario Cuvillo; sentados, Luis, María Pepa (Tiape) Carlos, Carlitos: sentados abajo, Lourdes (Tialu), Dolores, Carmen (Tiaca). La fotografía está tomada en el patio Santa Lucía, 35,  casa desaparecida donde, en la actualidad se ubica Mercadona. La finca daba a tres calles: Santa Lucía, San Francisco y Pagador. (Foto Vanderman. Sociedad Fotográfica. Director: Luis Saus. Madrid. Cliché 2925. Colección de Rafael Merello del Cuvillo.)

5

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El miércoles 25 de agosto de 1965 nació para El Puerto un nuevo periódico con vocación de bahía, y que puso su punto y final sin apenas haber llegado al año de existencia. Los señores Campos, Pérez Blanquer, Periñac, Martínez Alfonso, Portillo, Dª Celia Rivera de Piserra, Carrasco Piña, Tardío, Esteban Poullet, Tejada, Revuelta, Pérez Ruíz, Sr. Bartolomé, Carrasco de la Bandera, Varela, Suárez y el Rvdo. P. Don Ramón González Montaño, fueron el grupo de portuenses de nacimiento y otros de corazón que dieron vida a esta efímera publicación bisemanal que pretendió convertirse en periódico diario, y que se quedó en el camino como otras tantas cosas en El Puerto por la propia desidia de los portuenses.

On Wednesday 25th of August 1965 a new newspaper was born to El Puerto, intended for the readers in the bay, and which came to an end without even having been up and running one year. Mr. Campos, Pérez Blanquer, Periñac, Martínez Alfonso, Portillo, Ms Celia Rivera de Piserra, Carrasco Piña, Tardío, Esteban Poullet, Tejada, Revuelta, Pérez Ruíz, Mr. Bartolomé, Carrasco de la Bandera, Varela, Suárez and the Revd. Mr. Ramón González Montaño, made up the group of portuenses born and bred in the town and other honorary portuenses who gave life to this ephemeral twice weekly publication which attempted to become a daily newspaper. However, like so many other things in El Puerto it failed to get off the ground due to the indolence of the portuenses.

lavozdelabahia_final_puertosantamaria’LA VOZ DE LA BAHÍA habla hoy por primera vez. Y sus palabras iniciales han de ser para lanzar a estos cuatro vientos nuestros, orlados de espumas y de gaviotas, la cálida voz de nuestra llamada. Nuestro periódico quiere ser de todos. No es el manifiesto de un grupo determinado, el portavoz de una bandería ni el estandarte de una camarilla. LA VOZ DE LA BAHÍA pretende ser esto: el micrófono de la salada claridad de espumas que rodea nuestro Puerto mariano, el registro de cada una de las varias notas de sus vientos, el altavoz que lleve a todos cuantos quieran oír, el pensamiento y la opinión de cuantos quieran hablar. Por eso no te saludamos, lector, como solo lector. Nada queremos de ti, si sólo nos lees. Necesitamos tu opinión, tu crítica, tu mensaje, tu voz. Necesitamos el diálogo contigo. Porque LA VOZ DE LA BAHÍA quiere ser voz múltiple y plural. El vehículo de la conversación, del intercambio; de la polémica, si fuera necesario. Porque hablando se entiende la gente. Y eso es lo que queremos nosotros: conocernos. Porque conocer es amar. Nuestra primera voz, debe tener, pues, este carácter de pregón. Pero también de saludo. Saludo cálido y cordial para ti, lector, a quien ya adivinamos como a nuestro amigo y colaborador. Saludo respetuoso, con afirmación de servicio, a la jerarquía de la Patria, y a quien sobre todo, después de Dios, queremos servir. Saludo fraterno, de hermano menor, a nuestros colegas de la prensa provincial, de quienes esperamos aliento y consejo. A todos con emoción, con afecto, con inseguridad balbuciente, pero con firmeza, el saludo primero de LA VOZ DE LA BAHÍA”.

Con estas palabras en portada la redacción del nuevo rotativo portuense saludaba a los lectores, a los que animaba a participar activamente con el proyecto periodístico cuya redacción se situaba en el Parque Calderón núm. 3, al mismo tiempo que mostraba su fidelidad y agradecimiento a la jerarquía militar del momento como era costumbre en la época.

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Hablaban de continuar la labor realizada por anteriores publicaciones entre las que destacaban a la Revista Portuense y a Cruzados, esta última con la que llegaron a cohabitar llegando incluso a tener sus más y sus menos por la propia dinámica de la noticia diaria. Ampliaron sus miras hacia las poblaciones de Rota y Sanlúcar que llegaron a tener sus propias secciones con información puntual de cada localidad. Bombardearon El Puerto con soflamas casi suplicando la suscripción al nuevo periódico en donde el suscriptor de honor pagaba 100 pesetas al mes, el suscriptor protector 40 pesetas y el suscriptor normal 24 pesetas mensuales.

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La Naviera Portillo, La Cepa de Oro, las pensiones Sol y Mar y la Orotava, el Resbaladero, el Café-Bar Liba, las Motonaves Adriano, la Academia Automovilista San Cristóbal, Survallas Publicidad, la droguería y perfumería La Argentina, Sangre y Trabajadero de Bodegas Cuvillo, las Bodegas Obregón, Juan Crespo exportador de pescados y mariscos, la ginebra GIL’S destilada y embotellada por Antonio Gil, el Cine Victoria y el Central Cinema, Aceites FLIKA el que prefieren las amas de casa, el Bar Navío, Repuestos DYJA y tantos más anunciantes de mediados del siglo XX que pusieron su granito de arena para que la publicación empezara a caminar, y que propiciaron y animaron a sus precursores a tirar para adelante con más entusiasmo que posibles.

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El número cero fue un extraordinario dedicado al desarrollo turístico de la ciudad, con un artículo titulado El turismo de la vida escrito por José María Pemán. Con lentes de tres dioptrías, sección auspiciada bajo la pluma del poeta portuense Juan Ignacio Varela Gilabert; El Puerto treinta años atrás, que ponía paño al púlpito sobre lo acontecido en la ciudad en el año 1935; Voz y voto, ventana abierta a la discrepancia que se brindaba a la participación de los lectores; Vida cultural, Tablón de anuncios, Notas locales, Toros en El Puerto, Los deportes, con el Rácing Club Portuense como buque insignia y una entrevista con el alcalde de la época Luís Portillo, fueron las primeras armas con las que combatió la publicación en su guerra particular con los demás medios de aquél año 1965.

Pero pronto empezaron las dificultades, sobre todo con la administración local cuando desde el periódico se criticaban conductas y situaciones a las que los concejales de la época no estaban habituados. Para muestra un botón y su costura. Desde la sección Pizquitas se decía: ‘El Puerto ha sido honrosamente conocido como ciudad de muchos palacios. Hoy nos podemos gloriar tan sólo de sus ruinas. Y para colmo de males, ruinas afeadas con calamocha hasta tal punto, que preferimos que los forasteros no se den cuenta de su existencia’. Y terminaba la sección con otra llamada de atención más que reveladora: ‘Desde hace algún tiempo, en El Puerto viene funcionando un equipo móvil de limpieza que creemos aceptable. Pero... ¿Quién limpia lo que ellos dejan detrás?’. La historia como las crisis se repiten cíclicamente, ¿les suena verdad?.

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Pero lo que verdaderamente dejó herida de muerte a LA VOZ DE LA BAHÍA fue una denuncia que se prolongó en el tiempo, a través de la sección El dedo en la llaga en la que se cuestionaba el negro porvenir que se auguraba a una Plaza del Polvorista convertida en descampado, y con la infravivienda instalada en sus antiguos palacios. Se enconó de tal manera la polémica entre el periódico y la Casa Consistorial, que a raíz de la misma la publicación cayó en desgracia, los anunciantes eran cada vez más escasos y la ciudadanía portuense le dio la espalda, viéndose finalmente abocada a su definitiva desaparición el 30 de julio de 1966 con ochenta y siete números editados. Manolo Morillo

11

Al final me enteré por qué mi padre, en broma, saludaba a Francisco Dueñas Piñero (Ubrique,1905-El Puerto 1986) con aquel "Venerable Fray Francisco de la Menor Observancia". Y yo pensaba que era porque Dueñas tenía gafas y no veía bien. Pero no. Dueñas, el más polifacético de todos los personajes que he conocido, comenzó de pastor, de curtidor de pieles, y, en 1921, ingresó como hermano lego en el convento de Capuchinos de la Menor Observancia de Sevilla. Como fraile estuvo de misionero en la República Dominicana, donde aprendió música y, en 1930, volvió a España para cumplir su servicio militar. (La fotografía de la izquierda pertenece a la colección de Vicente García Díaz. Es de Rafa y está tomada el 8 de mayo de 1980.).

In the end I found out why my father, as a joke, used to greet Francisco Dueñas Piñero (Ubrique,1905-El Puerto 1986) as “Venerable Brother Francisco de la Menor Observancia (Francisco of the Lesser Observance)”. And I thought it was because Dueñas wore glasses and couldn’t see very well. But this was not the case. Dueñas, the most versatile of all the characters I have known, started out as a shepherd, a tanner, and, in 1921, he entered the Capuchinos de la Menor Observancia convent in Seville as a lay brother. As a monk he was a missionary in the Dominican Republic, where he learnt to play music and, in 1930, he returned to Spain to carry out his military service. (The photograph on the left belongs to the partners of the Santa Cecilia Fine Arts Academy).

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Francisco Dueñas, vestido de músico, recibiendo una distinción en la Caseta Municipal en la Feria de Crevillet. De izquierda a derecha, el concejal Rafael Sevilla López, el concejal Juan Ponce, el oficial mayor Federico Aguirre Fernández, el Jefe del Negociado de Fiestas Antonio Romero Castro, el homenajeado y Pepe Valiente, jefe de conserjes del Ayuntamiento. Estamos a principios de la década de los setenta del siglo pasado. (Foto Archivo Municipal. Rafa).

Colgó los hábitos y se colocó de enfermero en un hospital de Córdoba y el año 1937 recaló por el Puerto donde fue empleado de beneficencia municipal. Trabajó, luego, en la Electra Peral Portuense y, más luego, en el Ayuntamiento como capataz de obras y servicios, lo que hizo con esmero y dedicación ejemplares hasta que se jubiló. Formó una gran coral, cuando heredó el puesto de organista de la Prioral que había dejado Don Manuel de la Rubiera, un gran melómano aquejado de elefantiasis.

Con la Banda de Música, dirigiendo una actuación en el desaparecido estadio de Eduardo Dato. (Foto: Colección Vicente García Díaz).

Dueñas lo mismo estaba al pie de una obra, que en la organización de una cabalgata, de una feria, de un tinglado efímero, que  montando un Nacimiento... Pero, a la vez, era Director de la Banda de Música, que heredó de Rocafull, y lo mismo se hallaba en el kiosko del Parque, que en una procesión, en un acto benéfico, en una diana floreada, que en una corrida de toros. Porque de toda la vida de Dios se ha dicho que no ha habido Banda más torera que la de Dueñas tocando pasodobles.

Del mismo modo se le podría encontrar tocando el órgano en un bautizo, en una primera comunión, en una boda, de sochantre y organista en un funeral, o cantando los "gori, gori" en un entierro. Como músico, compuso muchas piezas notables, pero que yo recuerde, entre las de música sacra, tuvieron un gran predicamento una "Ave Maris Stella" y los Gozos de Nuestro Padre Jesús Nazareno que cantaba y acompañaba durante los famosos quinarios. No hubo nadie con mayores merecimientos para tener sobre su pecho la Medalla del Mérito del Trabajo que se le concedió con motivo de su jubilación en 1975, ni nadie más indicado para tener una plaza de la ciudad con su nombre, como la tiene. La Banda Municipal, hoy, se llama "Maestro Dueñas" en su recuerdo. Y, la verdad, es que la gente no se explicaba si había muchos Dueñas clónicos, o si era uno sólo. Porque, como Dios, estaba en todas partes, se multiplicaba, se transmutaba: en una hora lo veías de particular, por la calle con su "Mobilette", vigilando las obras, tocando el órgano en una boda en el coro, con el uniforme de la Banda en un acto, con sotana y roquete en un entierro y, de pronto, otra vez de paisano... Y todo sin perder la compostura, sencillamente".  (Texto:  Luis Suárez Avila). (Foto: Academia de Bellas Artes).

En la fotografía, la Agrupación Musical Portuense durante una actuación en la Feria, vestidos para la ocasión de blanco. En 1950 la Banda Municipal de Música de El Puerto, heredera de la de Rocafull, se reestructuró bajo el nombre de “Agrupación Musical Portuense” ofreciendo su primer concierto el 15 de agosto en el Parque Calderón. El maestro Dueñas estuvo al frente de Agrupación durante 30 años, entre 1952 y 1982. (Foto: Colección Vicente González Lechuga).

José Ignacio Buhigas escribe en el suplemento de Feria de Diario de Cádiz, en 1994, el siguiente artículo: «En la Feria del El Puerto pocas personas habrán gozado de tanto cariño popular como el que tuvo el maestro Dueñas, cuya dedicación le hizo acreedor de la Medalla del Mérito del Trabajo, al cumplirse, en 1975, sus bodas de plata al servicio del Ayuntamiento. Director de la Banda de Música, organista de la Iglesia Mayor Prioral, encargado de obras y servicios municipales, por todos era conocida la sencillez, la modestia, la amabilidad y también la constancia y capacidad de Francisco Dueñas Piñero, bajo cuya dirección cada año iban levantándose mástiles, gallardetes, cercados para el ganado, casetas y el “tablao” de la música -donde se entregaban los premios- en cada una de las ubicaciones de la Feria en El Palmar, la Victoria o Crevillet. [...]"

Ensayando en los bajos de la Casa de la Cultura con la Agrupación. (Foto: Rafa. Colección Vicente García Díaz).

"A nuestra ciudad llegó en 1937, trabajando por recomendación de las monjas de San Vicente de Paúl en la sección benéfica del Ayuntamiento conocida como “el plato único” y entonces, también le fue concedido el puesto de organista de la Prioral, desde donde organizó una gran masa coral que participaba en las solemninades religiosas y en la que recibieron formación musical gran número de portuenses.»

mercedesvalimana_disco_puertosantamariaEnrique Pérez Fernández hace referencia en un librito homenaje sobre los 150 Años de Música en El Puerto, auspiciado por la Banda de Música Maestro Dueñas «que la “masa coral” apuntada en artículo de Buhigas era la Capilla Musical, que desarrolló su labor al amparo de Acción Católica una de las voces solistas fue la de la popular Mercedes Valimaña, (con nótula propia en Gente del Puerto). Cuentan que la interpretación más celebrada de la Capilla -por repetida durante muchos años- fue el Ave María Stella, compuesta por el Maestro Dueñas en 1948.»

7

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El jueves 12 de marzo de 1987, la única Compacorogota del mundo, con nótula propia en Gente del Puerto, organizaba con motivo del Carnaval 1987 el I Concurso de Feos de El Puerto de Santa María, en la discoteca Studio 4, con el patrocinio de las bodegas Fernando A. de Terry. En este primera fotografía podemos ver, entre los concursantes, a Peligro (4), Tonino (13) y el Tagarnina o Chaparro, (1), posiblemente Manolito Orillo (21), Camacho (7), Juanito (9), Luis (2)así como a asistentes e integrantes de la compacorogota organizadora: arriba de la fotografía a la derecha a Antonio Carbonell López, Vicente González Lechuga o Eduardo Ramos Romero. Abajo a la izquierda a Fosco Valimaña, Arturo Palomino o Antonio Almagro y, a la derecha de la foto a Manuel Albert Alonso.

On Thursday 12th of March 1987, the only Compacorogota (a mixture of three of the typical carnival songs: Comparsa which is a song about local events, Coro, singing about the town and Chirigota, a humorous song) in the world, with its own entry in Gente del Puerto, organized the I Competition of Ugly People in El Puerto de Santa María for Carnival 1987, in the club Studio 4, sponsored by the Fernando A. de Terry bodegas. In this first photograph we can see, amongst the competitors, Tonino and Tagarnina and Chaparro, as well as those attending or participating in the compacorogota behind the competition: at the top right of the photograph Antonio Carbonell López,  Vicente González Lechuga and Eduardo Ramos Romero. On the bottom left Fosco Valimaña, Arturo Palomino and Antonio Almagro and, on the right Manuel Albert Alonso.

Ganó el número seis, Manuel Martín Corbacho, descendiente de una familia de marineros proveniente de Huelva... según información que nos facilita el miembro del jurado Antonio Carbonell.

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Esta fotografía corresponde a la segunda y última edición del Concurso, celebrada en 1988.  Luis (1) fue el ganador que repitió al igual que Juanito (2) y Camacho (5); Joquín (7) el hijo de Adelina se quería llevar los  'duritos' de una tacada si hubiese resultado ganador. Y es que al ser la mayoría de feos concursantes repetidores y no experimentarse aumento alguno en el censo local de estos portentos de la naturaleza, con esa fealdad... tan especial, se agotaba la materia prima, la razón de ser concursal. Presentaba el acto el responsable de RRPP de Bodegas Terry, patrocinadora del Concurso, a la sazón, Fernando Gago. Las Bases del Primer Concurso de Feos, a la porteña, no tienen desperdicio ninguno:

  • Ser mayor de 18 años. (DNI).
  • Natural y/o residente en El Puerto de Santa María.
  • Imprescindible ser FEO NATURAL.
  • Uso obligatorio de corbata.
  • Acceso a la final por previa eliminatoria.
  • La organización se reserva el derecho de limitar el número de inscripciones.
  • El jurado estará formado por señores y señoritas de El Puerto.
  • El fallo del jurado será inapelable.
  • Ya veremos.

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En la fotografía podemos observar a los participantes en el evento, Tagarnina (11), Coco (5) entre otros y con ellos se encontraba uno de los organizadores del Concurso, Javier Tosar Barrera, con nótula propia en Gente del Puerto. Como podemos comprobar, cualquiera de los participantes podría haber impugnado el concurso, dado que muchos de ellos no llevaban una prenda imprescindible: la corbata.  Otros se la pusieron por primera vez en su vida. Los premios que se otorgaron en la primera convocatoria eran sustanciosos. El metálico era entregado en calderilla, preparados en sacas bancarias al efecto, de las que se tenían que hacer cargo los “agraciados”.

  1. 50.000 pesetas y Trofeo Studio 4.
  2. 25.000 pesetas y Trofeo Studio 4.
  3. 15.000 pesetas y Trofeo Studio 4.
  4. Un mes gratis en Cine Macario.
  5. Un abono al R.C. Portuense para la temporada 1987/88.
  6. Tres invitaciones para una pareja en Studio 4 durante Marzo 1987.
  7. Docena de calzoncillos donada por Top Shop.

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18

| Texto: José María Morillo.

El 14 de febrero de 1963, hace hoy 46 años, se celebraba el sepelio por las victimas del trágico suceso que acabó con la vida de seis personas en El Puerto de Santa María. Un camión procedente de la carretera de Sanlúcar, se quedó sin frenos mientras arrollaba a seis ciudadanos produciéndoles la muerte. En su trágica carrera por la calle San Juan cuesta abajo, chocó con otro camión, causó daños en varios cierros y ventanas, entre otras la casa del Párroco de la Prioral que estuvo años sin restaurarse, una motocicleta que conducía uno de los fallecidos resultó dañada también, estrellándose al final contra una casa al inicio de la Plaza de Juan Gavala, en concreto frente a la Lechería de Paco Buhigas. El conductor, ileso, se presentaba luego en la Comisaría. Regresaban de vació hacia Málaga, lugar donde tenían su parada. | La foto, perteneciente al Archivo Municipal, es de Rasero.

...continúa leyendo "El accidente de la calle San Juan #0195"

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