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Esta foto es de Enero de 1979 en la Bodega de Fernando A. de Terry, con motivo de la entrega de los regalos a los niños del personal de dicho establecimiento bodeguero.

De izquierda a derecha Manuel Lopez Pinar, Daniel Otero Rascon, Andres Soler Ferrer, Rita Gomez Perez, Jose L. Espinar Galan, Ernesto Nimo Oviedo, Manuel Castillo Gomez e hijo, Ramon Sanchez Pina Milagros Gomez Benitez y su hermana Inmaculada.

Tal día como hoy, 26 de septiembre, también miércoles, de hace 174 años, el presbítero Don Rafael Ruiz Marchante, Examinador Sinodal de la Abadía de Olivares, Beneficiado de la iglesia Mayor Prioral y Vicario de la ciudad, "con anuencia del cura semanero", derramaba el agua bendita que contenía una concha de plata sobre la coronilla de un varón de pocas horas de nacido, suspendido boca abajo sobre la hermosa pila de la capilla bautismal, capilla compartida en esa fecha y desde que se instituyera en 1644, con la Cofradía de San Pedro de Venerables Sacerdotes, sostenido por algún miembro de la familia. Antes, el oficiante, en la puerta del templo, revestido con alba, estola y capa pluvial morada, había leído el ritual de los catecúmenos, ornamentos que cambiaría por la estola y capa pluvial blancas al pasar al Baptisterio, presidido por la “pila de Rota” nombre con el que era conocida  por los antiguos la pila bautismal. (Mi erudito amigo Luis Suarez Ávila me ha ilustrado sobre el origen de esta denominación. Parece ser que siglos atrás un carro que transportaba esta pieza con destino a la iglesia Mayor Parroquial de Nuestra Señora de la O de Rota rompió un eje en la calle San Juan, aledaña a la Prioral, depositándose la pila en la sacristía hasta que fuera reparado. Como tardó más tiempo del previsto y la pieza le gustó al Vicario, terminó por instalarse aquí, sustituyendo a la existente, pasando a ser llamada popularmente con ese nombre) Allí, en aquel lugar, el padre Ruiz Marchante pronunciaba con solemnidad la frase de ritual: "Yo te bautizo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo".  Era un bautizo de postín. En el acta contenida en el Libro de Bautismos número 116,  folio 103 vuelto, se indica que había nacido el día anterior, "entre la una y las dos de la madrugada" y que se le impuso los nombre de Juan Bautista, Nicolás, Rafael, Lope.

Pila bautismal de la Iglesia Mayor Prioral.

Circunvalando la baranda de hierro forjado que rodea la pila bautismal, presenciando el acto, presumiblemente, se encontraba su padre, Tomás Osborne Mann y tal vez su tía materna, la escritora Fernán Caballero, que en esa fecha residía en Sevilla. El año anterior había contraído matrimonio por tercera vez con Antonio Arrom, después de enviudar de su segundo marido, el marqués de Arco Hermoso. La otra hermana de su madre, Ángela, casada con un militar francés, el Barón Chatry de la Fosse en esa fecha estaba fuera de España y los abuelos Juan Nicolás Böhl de Faber y Francisca Javiera Ruiz de Larrea, más conocida como Frasquita Larrea -traductora de Byron y precursora del Romanticismo en nuestro país- habían fallecido; el primero hacía dos años y Frasquita ese mismo año, aunque al no conocer la fecha exacta del óbito, es posible que aún viviese uno o dos meses más de la fecha que estamos refiriendo. Su madre, Aurora Böhl de Faber y Ruiz Larrea, recién parida, y con una edad peligrosa para dar a luz, pues habiendo nacido en 1800 cumplía años con el siglo y tenía, por tanto, 38 años, no parece probable asistiese. Este que se bautizaba sería su quinto  y último hijo, segundo de los varones, todos portuenses, a excepción de la primogénita: María Manuela, que nació en Cádiz y tal vez Cecilia, de la que no he podido localizar ni el año ni el lugar de su nacimiento Ella, María Manuela, futura madre del clérigo Francis Morgan -Curro Morgan para sus primos de El Puerto- el preceptor y amigo del famoso escritor Tolkien, sería también parte importante de la ceremonia, a sus once años, pues fue la madrina.

Los hermanos que  precedieron a nuestro personaje, el benjamín familiar, además de la mencionada María Manuela fueron Cecilia, que casó con García de Porres, marqués de Castilleja del Campo y falleció en 1903; Francisca Javiera, que enlazó igualmente con la nobleza de sangre, en este caso con el marqués de Saltillo, Antonio de Rueda Quintanilla. La boda se celebró en la iglesia Mayor de El Puerto en agosto de 1852, y Tomás Osborne Böhl de Faber, dos años mayor que Juan Nicolás que se unió a la anglo-canaria Enriqueta Guezala Power, cuyos hijos formaron las diversas ramas de las que descienden todos los Osborne de la zona. /En la imagen, un joven Juan Nicolás Osborne.

Como era costumbre en esa época, las hembras quedaban descartadas de la gestión de los negocio bodegueros, con lo que Tomás Osborne y Juan Nicolás se repartieron el incipiente imperio vinatero que había iniciado su padre, asociado a Duff Gordon, sociedad que refundaron en 1855 y que, posteriormente, en 1890, fusionaron en una nueva firma: Osborne y Cia., integrada por Juan Nicolás, su cuñada Enriqueta ya viuda y uno de sus sobrinos, Tomás Osborne Guezala. La realidad es que, en la practica, el peso del negocio vinatero recayó siempre en Tomás Osborne, primero y después en el hijo de este de igual nombre pues él, bien joven,  se introdujo en el mundillo diplomático, trabajando en diversas legaciones españolas, concretamente como secretario de las de Nápoles, San Petersburgo y París, llevando una vida que podemos calificar de bohemia.

Había heredado la casa-bodega de calle Palma, cuya fachada pone fin a la calle Larga, donde figura una lápida conmemorativa de haber vivido en ella sus abuelos maternos y, de vez en cuando, venía por tu tierra natal, cada vez más espaciadamente, para visitar a la familia, firmar documentos, revisar las cuentas de resultados y... pegar un pellizco a los beneficios, supongo.

...continúa leyendo "1.508. JUAN NICOLAS OSBORNE BÖHL. Primer Conde de Osborne."

El 20 de enero de 1961 se reunían unos amigos y clientes coincidentes en el desaparecido Tabernón Sánchez, en la confluencia de las calles Ganado y Melero, mientras degustaban los vinos de la Bodega González Rico, cuya solera hoy mantienen en la calle Misericordia la familia Basteiro. /Foto: Colección V.G.L.

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En la imagen, Vicente González Bruzón, Javier Fernandez Prada, Antonio Ruiz de Cortazar, Aurelio Sánchez , Domingo Prieto Cressi, Marquez .... en una reunión de amigos en 1954. /Foto: Mora. Colección V.G.L.

Témpera sobre cartulina, 50x35. Año 1994.

«Este tristemente desaparecido tabanco portuense fue escenario de muy buenas tertulias sobre toros, flamenco y carnaval, en la fructífera época de mi estudio en la aledaña calle Conejitos. Lugar de soberanas soleras, suelo de albero, entrañable y afable tabernero, de penumbras y luces entre barriles, y una fiel clientela que imagino desolada y un tanto huérfana tras su repentino cierre hace más de 15 años». (Manuel Martín Morgado).

El autor de la témpera, Manolo Martín Morgado es nacido en Ecija en 1964. Licenciado en Bellas Artes por la Universidad de Sevilla, en la rama de Grabado y Diseño. Tuvo su estudio de arte en El Puerto en la calle Conejitos. Actualmente da clases como profesor de dibujos en Jerez de la Frontera. De Morgado ha escrito José Manuel Benítez Ariza: «Pero esa especie de austeridad sufrida, reconcentrada, que Morgado pone en toreros y flamencos, la encontramos también en los personajes que toma de la calle o sorprende en la intimidad de sus casas o en el ambiente semiprivado de un bar. Es un mundo doliente, ma non troppo. Un mundo de hombres y mujeres, dentro de lo que cabe, resignadamente felices».

Más información sobre el Tabernón de Merello en GdP. Nótula 1.348.

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Jaime Arias y Blas Hervías, los empresarios creadores de la ginebra Ocean Gin.

Pretende ser una ginebra que recuerde al mar y por eso su nombre es “ocean gin” que traducido resulta más o menos la ginebra del océano. Para que esa sensación no esté tan sólo en el nombre entre los once aromas, botánicos se le llama en el argot de las ginebras, que lleva la bebida está la salicornia, una planta que crece junto a los esteros y que también se conoce con el nombre de “espárrago de mar” por su similitud en el sabor y en la forma con los espárragos.

Entre los demás aromas que lleva la ginebra están también la canela, la hierba luisa, la naranja, el limón o la lima. El proceso de producción y de gestación de este producto ha estado completamente en manos gaditanas.

Así desde la salicornia, que procede de los esteros de la zona de la Bahía de Cádiz hasta en la destilación que también se ha llevado a cabo en un alambique artesanal de la provincia,  han intervenido empresas de la zona, al igual que las dos firmas que capitanean el proyecto.

La atractiva botella con la que saldrá a la venta la ginebra con salicornia. /Foto:  Pesonetomarketing

El lanzamiento de “Ocean Ginn” es un proyecto conjunto de la empresa  Pesonetomarketing, del experto en marketing Jaime Arias Hormaechea y Blanc Gatronomy, del empresario Blas Hervías, especializada en la creación de productos de lujo. La primera de las firmas está afincada en El Puerto de Santa María, y la segunda en Puerto Real, en el polígono de Tres Caminos.

Ambas firmas llevan ya varios meses desarrollando el producto. Pesonetomarketing se ha ocupado del desarrollo de toda la presentación del producto para lo que ha elegido una botella de color negro con letras serigrafiadas en color oro. Esta innovadora empresa portuense (ver aquí página web) está especializada en el desarrollo de la presentación de productos.

La salicornia es una planta que crece junto a los esteros y que también se conoce con el nombre de “espárrago de mar” por su similitud en el sabor y en la forma con los espárragos, se utiliza en la elaboración de esta nueva ginebra. /Foto: Pepe Monforte.

Por su parte Blanc Gastronomy se ha ocupado de la composición del producto en sí y ahora se encargará también de la comercialización. La empresa comenzó a trabajar en 2010, en principio dedicada a la elaboración de “caviar blanco” un producto basado en los huevos de caracol. Luego la firma ha ido evolucionando hasta especializarse en la comercialización de productos de lujo como esta ginebra que van a comenzar a vender ahora. En principio su precio de venta será de 24,75 euros y en los próximos días podrá adquirise ya a través de la página web de blanc gastronomy. (Texto: Pepe Monforte).

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Fernando Gago, recién elegido alcalde en agosto de 2006.

«--¡Que mala suerte!» Fueron las palabras que Fernando pronunció ante el médico que le comunicó que su enfermedad tomaba una deriva irreversible, hace un par de semanas. Fernando que siempre proclamaba ante cualquier situación, --en clave taurina-- ‘Que Dios reparta suerte’, no recogió en este último lance un poco de esa suerte que pedía para todos. Los que pensamos que después de la lucha que mantuvo lo iba a conseguir no renunciábamos a pesar de las prescripciones médicas. Lo mejor, que se ha ido sin dolor y querido por todos. Lo mas mejor, que ha dejado una escuela de portuensismo. Como dijera un común amigo hace unos años en una reunión-homenaje a Manolo Bejarano, ‘Si Fernando Gago no existiera, habría que inventarlo’.  Y lo insuperable es que, a los que hace años no entendíamos su ‘sangre gorda’ es aquella sentencia con la que nos bombardeaba, impertérrito, ante cualquier situación de emergencia: «--Si tiene solución no te preocupes, porque la tiene. Si no tiene solución, no te preocupes, porque no la tiene».

La Real Plaza de Toros, hoy, con la bandera a media asta, en señal de luto oficial. /Foto F.A. Gallardo.

Y así, el señor Gago ponía distancia entre las cosas para que las cosas no dominaran la situación. Era Fernando Gago ‘el Diplomático’. En las asociaciones, en el trabajo, en la política… Son tantos los recuerdos que se agolpan desde hace 30 años que difícilmente podemos atinar en este pensamiento de urgencia y de dolor, pero con humor, como a él le gustaba mirar a la muerte. Así, el magistrado Gago se marchó de la política con humor, con imaginación, con la diplomacia y educación exquisitas de la que siempre hizo gala. Acordándose de aquellos que le jaleaban ‘presidente hijoputa’ cuando presidía un festejo en la Plaza Real, con el mismo sentido del humor con el que asistía a un pleno, encaraba la vida, disfrutaba de sus hijos y nos enaltecía a los que fuimos su gente en Turismo, sus compañeros, de quien tanto aprendimos. «--No me descuajaringues, Fernando», por los siglos de  los siglos. (Texto: José María Morillo).

Pulsar aquí para acceder a la biografía de Fernando Gago García.

A continuación, reproducimos la crónica que se publicaba en Diario de Cádiz, firmada por Francisco Andrés Gallardo, el día 3 de agosto de 2006, el día que Fernando Gago llegó a la alcaldía de El Puerto, donde permaneció por espacio de nueve meses.

FERNANDO GAGO, EMBAJADOR EN LAS TERMÓPILAS.
Hernán nunca gobernó. Siempre mandó en el Ayuntamiento de El Puerto. Fernando Agustín Gago García si no gobierna, al menos reinará. Su traje planchado y su palabra calculada lo visten de perfecto representante, con su cruz al Mérito Naval en la solapa. No le gusta desagradar. Será imagen y estará al quite. España se perdió un magnífico embajador. Sus dotes se agradecerán en estas Termópilas  portuenses de francotiradores y emboscadas. /Fernando Gago versionado por Matt Groening, creador de Los Simpson.

Baqueteado durante bastantes trienios como relaciones públicas de Bodegas Terry, terminó de forjarse en el Consistorio de la plaza del Polvorista. En el 91, cuando accedió a la Corporación como concejal socialista, se planteó estar "doce años al servicio de El Puerto". Como mínimo, estará dieciséis, con una propina de un año como alcalde, lo que siempre había concebido como una irrealizable quimera: la vida es tan imprevisible que a veces da muchísimo más de lo que se pidió. La paciencia, la supervivencia, sortean regalos y a él le ha tocado un apartamento en Torrevieja.

A la edad en la que otros se jubilan, a los 65 años, ha tomado el bastón de mando de El Puerto, pocos años después de sus segundas nupcias y con sus cuatro hijos (tres chicas y un varón) bien criados. Gago  acudía a todas las fiestas bien que se preciaran en los contornos portuenses años ha. Aquel conductor de una voluntariosa lambretta cubierto por un guardapolvos escondía debajo un esmoquin, con el que tras una batida de kilómetros, impecable, se presentaba en la puerta del jolgorio sin una arruga.

Estar ahí supone un sacrificio que asume con gusto sin reparar en gastos. Nunca le ha faltado una palabra amable, ni una sonrisa, aunque nunca se ha callado cuando le han pisado un meñique. En 1999 se negó a ceder su puesto de aspirante a Jiménez Portela como le había solicitado Hernán Díaz. El desplante le costó caro, pero no se torció el brazo. Segundo de cuatro hermanos (uno de ellos fallecido), su afán autodidacto le hizo progresar en la empresa bodeguera donde recaló muy joven en el departamento de contabilidad. Más que números, él prefería las frases, como había demostrado en sus pinitos teatrales y en Radio Puerto, junto a su buen amigo el periodista Agustín Merello. Su facilidad políglota lo llevó a las relaciones públicas y a ser jefe de ventas de Terry en Norteamérica. Aprendió mucho en sus visitas estadounidenses. /En la imagen de la izquierda, Manolo, Fernando e Ignacio Gago García, falta Benito.

De izquierda a derecha Antonio Bollullo, Fernando Gago, Rafael Alberti y Juan Manuel Torres, entonces alcalde de El Puerto.

En 1990 Antonio Bollullo lo presenta al alcalde socialista Juan Manuel Torres como "un buen fichaje" para este partido, inmerso a nivel local en constantes guerras internas. Bollullo, Gago  o el entonces edil Vicente Sucino improvisaban tertulias para solucionar el mundo en la librería Babel y ahí nació el espíritu político del actual alcalde. Torres se lo reservó como gran baza en el congreso local para elaborar la lista electoral.

...continúa leyendo "1.395. MAGISTRADO GAGO."

De entre las muchas e importantes empresas vinícolas portuenses contemporáneas, cabe destacar a las siguientes. Una primera generación entre fines del siglo XVIII y mediados del XIX, la constituyen, entre otros, Duff Gordon y Cía. (que en este mismo periodo pasó a ser dirigida por Tomás Osborne y Mann), Miguel Lobo, Juan Monsley, Manuel Moreno de Mora, Enrique Oneale, Guillermo Oldhamn, Williams Burdon, y los montañeses Diego Ibáñez Pacheco, Basilio Pérez Campuzano y Francisco Gutiérrrez Calderón. /En la imagen de la izquierda, Tomas Osborne y Mann.

Muchas de estas empresas continuaron su actividad durante todo el siglo XIX, pero, a través de la segunda mitad de dicha centuria, y a principios de la actual, surgieron o se desarrollaron otras que vienen a ser una segunda generación. Entre ellas estaban Bodegas Sancho, Jiménez Varela, Grant, Quijano, Terry, Merello, Thuillier, Gaztelu, Cuvillo, Luis Caballero...

En la imagen de la izquierda, José Luis González Obregón.

Por último hay una tercera generación de bodegas, constituidas más recientemente, cual Obregón o Gutiérrez Colosía; así como el caso de Miguel M. Gómez, que instalada en Cádiz desde el siglo XIX, junto con Lacave y Arbazuza, cuando por imperativos del reglamento del Consejo Regulador del Jerez-Xeres-Sherry y de la Manzanilla de Sanlúcar hubo que optar por trasladarse a alguna de las localidades de la zona de crianza, lo hizo a El Puerto de Santa María. (Texto: Javier Maldonado Rosso).

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‘Mejón que Manolete’ decían las crónicas que estuvo la Feria de El Puerto el primer año de su celebración con el actual diseño como Feria de Primavera 1945’. Este año cumpleN 37 años que desembocó en Las Banderas desde su lugar de origen la Victoria pasando por Crevillet. Tuvo como antecedentes dos feria de ganado en el coto Valdelagrana celebradas en septiembre, mes también de las anteriores ferias de la Victoria, inmemoriales ya en el siglo XVIII, aunque la memoria nos puede llevar al Rey Alfonso X, que en 1.281 concedió a la Ciudad la celebración de dos ferias anuales.

Aquel 1.945, hace 67 años, días antes precisamente de que se firmara la paz en la Segunda Guerra Mundial, se informaba que el Puerto se estaba preparando con sus mejores galas para celebrar su feria y “fiestas primaverales” y que era “extraordinaria” la animación que reina en los contornos para asistir a esta típica fecha “En El Puerto no se habla de otra cosa que de nuestra Feria y Fiestas Primaverales.

Según parece decía el cronista de “Cruzados” Don Fulano en su perfil de la semana “Perfil de la semana” el 21 de abril de 1.945 “vamos por fin a disfrutar de una hermosa feria, llena de todo el sabor andaluz, sol, vino, fino, salero, que junto, muy juntito están salinas, gitanas con garbo y sandunga, cantando por bulerías y luciendo el color de mil colores de los trajes típicos de la tierra, jacas y caballistas y toda la gracia de Andalucía”.

Una semana después el mismo cronista confesaba “Yo, la verdad, no creía que la feria de la Victoria iba a resultar tan bien. Ayer oía a un hombre de esos que llevan un sombrero de ala ancha y bastón muy gordo, el cual le iba dando más vuelta que los caballitos, que le decía a otro, que estaba un poco ajumado: la feria ha estado “Mejón que Manolete”. Y es que lo flamenco comparan todas las cosas con los toreros. /En la imagen, Manolete, dibujado por S. Guzman.

¿Qué tal resultará la feria? Preguntaban todos. Los optimistas de antemano aseguraban rotundo éxito. Los pesimistas, completo fracaso. No faltaron tampoco los derrotistas, que no solo aseguraban el fracaso, sino que han puesto de su parte obstáculos de la murmuración, para ahogar la feria, si fuese posible, antes de nacer.

Foto: Justino Castroverde.

EL MERCADO DE GANADOS.
El mejor exponente del feliz resultado de la primera edición de la feria de primavera portuense era para “Cruzados” el mercado de ganados. Advertía que el número de transacciones realizadas (33 de ganado caballar, 22 de asnal y 17 de mular) podría parecer corto, pero no se tenía en cuenta que “la mayor parte del ganado era selecto y que sus propietarios se negaban a venderlos y los precios elevadísimos de los mismos” y que en la información sólo figuraban las que habían tenido que “pasar por las oficinas” así como que otros muchos tratos no habían sido más que iniciados pero ultimados.

Contaba también el programa de la feria con carreras de cintas en bicicletas, concursos de bailes regionales, carreras pedestre, un espectáculo cómico taurino musical y conciertos de bandas de música, como el de la banda de Infantería de Marina de San Fernando.

Foto: Rafael González.

EL ÚLTIMO DÍA.
Numeroso grupo de caballistas y amazonas cruzan el recinto y lucen sus habilidades con las pintureras cabriolas y movimientos de la garbosa jaca. Magníficos coches enjaezados con lujo y gracia desfilan entre el público llamando la atención con el sonar de cascabeles y el restallar de los látigos. Vino después la entrega de premios a las mejores cabezas y lotes presentados de ganado vacuno, caballar, mular, asnal, cabrío y de cerda y por la tarde, de carrozas fue concedido por un jurado integrado por Luis Suárez Rodríguez, Joaquín Calero y Juan C. Bottaro Palmer, la lancha presentada por Felix Tejada Mayo que había sido realizada por el pintor Juan Lara.

Foto: Kiko Sánchez.

GRACIAS Y SUCESOS.
Censuraba con todo, “Cruzados”, la actitud de algunos participantes en esta batalla “que olvidando su verdadero carácter de fiesta correcta y galante, creyeron estar en los campos de batalla de entre aliados y alemanes, niños patosos que se dedicaron a tirar todo lo que a mano tenían, y que con sus “gracias” estropearon una fiesta tan simpática.

No faltaban en las crónicas los relatos de otros sucesos como los ocho niños que fueron sorprendidos por los guardianes bañándose desnudos en la fuente grande la Victoria; o los otros tres que robaron una cartera con 75 pesetas; el robo que sufrió en sus camerinos un payaso de uno de los circos que actuaba en la feria o las detenciones de los dueños de un “puesto” donde se jugaba a los dados y de una garita donde había una ruleta cuyos premios eran falsos.

Foto: Archivo Municipal.

FIESTA DEL VINO.
Y, si hemos de buscar antecedentes, no faltaba tampoco para la denominación de “Fiesta del vino fino” que se incorpora a la feria este año. Fue en 1.943, el primero de los dos que hubo feria de ganado en el coto de Valdelagrana a principios de septiembre, cuando en la Feria de la Victoria, se celebró la “Fiesta del Vino”, en la que, según crónica de entonces, “bellísimas señoritas ataviadas con el típico traje andaluz” dieron a beber “los caldos, más selectos de las acreditadas firmas vinateras portuenses. (Texto: José Ignacio Buhigas Cabrera).

 

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José Torres Higuera 'el Chico', nace en la calle Federico Rubio el 19 de febrero de 1930, tiene pues 82 años. Hijo de Vicente y Amalia, gaditano y jerezana respectivamente, es el único hijo que sobrevive del matrimonio: María, Amalia, Antonio, Vicente, Manuela y José. Luego la familia se iría a vivir al número 3 de la calle San Francisco y 38 de Santa Lucía.

1930.
En el censo de 1.930 la Ciudad tenía 19.714 habitantes de hecho 19.847 habitantes de derecho y 4.468 hogares. Se produce relevo de alcaldes, siendo elegido el 26 de febrero José Luis de la Cuesta Aldaz y el 18 de marzo, Eduardo Ruiz Golluri. Ese año nacen, también, José Luis Mediana Gutiérrez, 'Peligro', conocido dependiente de la tienda de la calle Cruces 'Casa del Curita' y Juan Carreto Aparicio, canónigo magistral que fue de la Colegial de Jerez.

Trabajadero de bodega, haciendo botas para los vinos del marco. /Foto: Rasero

CARPINTERÍA Y TONELERÍA.
José estudiará en una 'amiga' o 'miga' de la calle San Bartolomé esquina con calle Los Bolos y, hasta los siete años en el colegio de conocido como Bellas Artes, ubicado en el actual Instituto Santo Domingo. Pronto dejará de trabajar, empezando como ayudante de carpintero en una obra que se realizaba en su propia casa. Mas adelante, José trabajará en los talleres de carpintería bodeguera que los hermanos Adolfo y Manuel Pallares tenían, respectivamente, en un bodegón de la Plaza de Toros y en la calle de Los Moros, donde ayudará a sus hermanos que producían en dichos trabajaderos. De allí pasará a la tonelería de Rafael Lores quien, debido a la escasez de madera se tuvo que dedicar a hacer cajas para empaquetar las botellas de vinos para diversas firmas bodegueras locales.

Trabajadero de bodega, preparando cajas para brandies de Osborne.

ASERRADORA CASTRO MERELLO.
Con 17 años entrará a trabajar como carpintero en Bodegas Terry hasta que se marcha al Servicio Militar con 19. Lo destinan a las Comandancias de Marina y Cádiz y El Puerto donde se hará cargo de la carpintería de dichas instalaciones. A la vuelta, no consigue volver a Terry y entrará a formar parte de la plantilla de la Aserradora de Miguel Castro Merello --donde era aparcero con Nicolás Terry Galarza-- situada en la calle Valdés donde hoy se encuentra el supermercado ALDI. Allí convivían otras dos empresas que Castro Merello tenía a medias, en esta ocasión con Fernando T. de Terry Galarza: Metalúrgica Portuense --dedicada a fabricar cierres de latas para las botellas-- y un lavadero de botellas para las bodegas. Eran pues, tres industrias auxiliares del sector vinícola porteño. Pero la crisis asomaba las orejas y ya no era productivo hacer cajas de madera. Aparece el cartón y Castro Merello no entra en ese negocio, empezando a hacer un ajuste de plantilla y saliendo de allí nuestro protagonista que era, prácticamente, el encargado de la Aserradora.

...continúa leyendo "1.367. JOSÉ TORRES HIGUERA. Carpintero de bodega."

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