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El Puerto de Santa María… no tengo claro si es un pueblo o una ciudad, pero cargado de recuerdos, memoria, historia, letras, flamenco, cárcel y galeras. Según cuentan, en su castillo de San Marcos, el mismo Alfonso X  tuvo una aparición  que le invitaría después a escribir sus Cantigas a la Virgen.

Carceleras de El Puerto, por Pasión Vega.

Años después, en ese mismo castillo, Cristobal Colón planificaba uno de sus viajes hacia  el nuevo mundo. Fue al Puerto y a Cádiz donde llegaron los primeros barcos de las Indias, cargados de oro, especias, probablemente también esclavos…
Con la densidad de tráfico marino, y la necesidad de remeros y demás operarios para los barcos transatlánticos, no tardó en convertirse en el destino más frecuente para aquellos que intentaban jugar con la ley, y perdían. Famosas fueron sus cárceles, y sus condenas a galera; en ellas fueron a terminar muchas vidas.

Carceleras de El Puerto, por Imperio Argentina. Español.

Esta condición provocó que no tardase El Puerto en convertirse en ciudad refugio para los gitanos. No hay muchas ciudades de este tipo. En ellas, los gitanos que hayan cometido algún crimen o traición a su ley, podían refugiarse allí, protegidos, sin ser castigados. En consecuencia, se convirtió el puerto en un hervidero de cantos, llantos flamencos y populares.

Carceleras de El Puerto, por Imperio Argentina. Alemán. Las ‘Carceleras de El Puerto’ pieza emblemática de Oliva y Mostazo, y que hizo popular Imperio Argentina en 1939 en la película "Carmen de Triana", tuvo también su versión en alemán, tanto la película como la copla. Y es que fueron rodadas en Alemania, durante la contienda civil española. Muchas otras artistas la cantaron después, entre las que se encuentran Concha Piquer, Rocío Jurado, Pasión Vega o Sara Montiel.

Carceleras de El Puerto, por Concha Piquer.

Allí mismo nacieron y crecieron Pedro Muñoz Seca, quien nos dejó un teatro lleno de un humor que sólo un gaditano podría crear, y uno de los poetas más conocidos de la generación del 27, Rafael Alberti. En ese mismo 1927, nacía José Luis Tejada Peluffo. Todos cantaron al mar, al río… Si se alejaban, mostraban, de una u otra forma, su añoranza al Puerto, a ese olor a mar, pescado y marisco, vino… y, pues lo habían mamado, todos tocaron, de una forma u otra, el flamenco.

Carceleras de El Puerto, por Sara Montiel.

Ese José Luis no tardó en convertirse en un jovenzuelo conocido como poeta, que bebía de toda esta tradición. Iba acompañado con frecuencia de una carpeta llena de recortes y anotaciones de versos… paseaba por El Puerto en busca de inspiraciones, bebiendo de lo más profundo de su gente.

Carceleras de El Puerto, por Rocío Jurado.

Esas carceleras de El Puerto fueron, en definitiva, un lugar de sufrimiento, pero a la vez un lugar de encuentro de músicas y composiciones, fuente viva del flamenco, en la ciudad del vino y el mar, paredes blancas y pasión por la vida. (Texto: Kaze).

Carceleras de El Puerto, por Antoñita Peñuela.

CARCELERA DE EL PUERTO.
letra: De la Oliva y Mostazo.

Mejor quisiera estar muerto,
mejor quisiera estar muerto,
que preso para toda la vida,
en ese penal del Puerto,
Puerto de... Puerto de Santa María.

Centinela, centinela,
tu has tenido la culpita,
que pase la noche en vela,
que pase la noche en vela.

¿A donde ira ese barquito
que cruza la mar serena?
Unos dicen que a Almería,
y otros que para Cartagena,
unos dicen que a Almería,
y otros que para Cartagena,
y otros que para Cartagena.

Carceleras de El Puerto, por Alejandra Rodríguez.

Ay, ay, ay, ay, ay, ay,
barquito de vela,
que viene de Cádiz,
que viene de Cádiz,
por esa bahía,
que viene de Cádiz,
por esa bahía,
y no llega al Puerto
y no llega al Puerto
Puerto de... Puerto de Santa María.

Mejor quisiera estar muerto,
mejor quisiera estar muerto,
que preso para toda la vida,
en ese penal del Puerto,
Puerto de... Puerto de Santa María.

Carceleras de El Puerto, por Sandra Cabrera.

Centinela, centinela,
tu has tenido la culpita,
que pase la noche en vela,
que pase la noche en vela.

¿A donde ira ese barquito
que cruza la mar serena?
Unos dicen que a Almería,
y otros que para Cartagena,
unos dicen que a Almería,
y otros que para Cartagena,
y otros que para Cartagena.

Ay, ay, ay, ay, ay, ay,
barquito de vela,
que viene de Cádiz,
que viene de Cádiz,
por esa bahía,
que viene de Cádiz,
por esa bahía,
y no llega al Puerto
y no llega al Puerto
Puerto de... Puerto de Santa María.

Carceleras de El Puerto, cantadas por el artista porteño, Nicolás García, triunfador  en el concurso de la RTVA 'Se llama Copla', en Canal Sur TV.

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Ruy González de Clavijo (? - 2 de abril de 1412) nacido en Madrid, fue camarero del rey castellano Enrique III quien le encomendó la tarea de establecer una embajada con la corte de Tamerlán (actual Uzbekistán, ex república de la URSS) con la intención de crear una alianza para guerrear contra los turcos. /En la imagen, grabado idealizado de Ruy González de Clavijo.

González de Clavijo ‘el Vaginaro’ partió desde El Puerto de Santa María el 22 de mayo de 1403 en compañía del maestro teólogo Fray Alonso Páez de Santamaría –que ofició además de intérprete-, el Guarda del Rey Gómez de Salazar, Mohamad Al Qazl y el séquito correspondiente. La expedición navegó hasta Málaga, Cartagena, Formentera y Mallorca. El 18 de Julio, cerca de Strómboli, padecieron una tormenta tras la que observaron las ‘Luces de San Telmo’ en lo alto de los mástiles y que fueron consideradas de buen augurio.

Navegaron hasta Rodas y desde allí hasta Constantinopla, donde fueron recibidos con todos los honores por el Emperador Manuel II Paleólogo (1391- 1424). Después de costear por el sur el mar Negro desembarcaron en Trebisonda y cruzaron por Armenia, Persia y Turquestán (tierras que hoy son de Turquía, Iraq e Irán).

Tras su llegada a la corte de Tamerlán en septiembre de 1404, González de Clavijo presenció la partida del guerrero en su campaña contra China, pero Tamurbec (como el castellano llama al mongol) murió en febrero de 1405 antes de entrar en China, y su muerte puso fin prematuro a su viaje con la incautación de los bienes y presentes que González de Clavijo había llevado para agasajar al mongol durante las purgas posteriores a la muerte de Tamerlán; así que, en la práctica, la embajada de los castellanos fue un fracaso.

En estos días, el conocido escritor, motero y aventurero Miquel Silvestre se está planteando repetir la singladura, partiendo desde El Puerto de Santa María hasta el mítico lugar de Samarcanda.

Se detuvieron en las ciudades de Khoy y Tabriz, y pasaron por Soltania, hasta llegar a Teherán desde donde partirán hasta Dagum y Nisapur –donde falleció el Guarda Real Gómez de Salazar- cruzando la frontera de Turkmenistán y el desierto de Karakum hasta llegar a Bujara (actual Ubezkistán) , para entrar, dieciséis meses después, el 8 de septiembre de 1404, en Samarcanda, la Perla de la Gran Ruta de la Seda.

No obstante, el mismo hecho de haber llegado y vuelto es un éxito desde el punto de vista de que un reino tan periférico como Castilla tuviese presencia en un asunto tan ambicioso. El fracaso es relativo para el propósito de la misión, que era provocar una "pinza" estratégica contra los musulmanes en dos frentes alejadísimos en un momento muy delicado, en el que los turcos otomanos se hallaban en un interregno desde 1402 y los mamelucos, con presencia en Próximo Oriente, estaban sufriendo los ataques de Tamerlán, con el que se entrevistó Ibn Jaldún en 1401, en este caso en el sitio de Damasco, antes de su muerte en 1406.

Ruta de Ruy González de Clavijo, una singladura no valorada en la actualidad dadas las facilidades con las que hoy se realizan los viajes.

Decepcionado, González de Clavijo, regresaría a Castilla donde arribó en marzo de 1406. Tras su viaje González de Clavijo siguió al servicio de su rey, aunque más tarde volvió a Madrid donde murió, siendo enterrado en la iglesia de San Francisco el Grande. La casa de González de Clavijo en Madrid se ubicaba cerca de la Plaza de la Paja y con el tiempo pasaría a formar parte de la familia Vargas y actualmente todavía lleva el nombre de estos últimos.

El relato de los viajes de González de Clavijo hasta Samarcanda entre los años 1403 y 1406, escrito por el propio viajero y recogido bajo el título Embajada a Tamorlán es una de las joyas de la literatura medieval castellana, y es en muchos aspectos comparable al célebre "Libro de las Maravillas" del italiano Marco Polo escrito casi un siglo antes.

EL LIBRO: EMBAJADA A TAMORLÁN.
Embajada a Tamorlán es un libro de viajes medieval escrito en 1406 por Ruy González de Clavijo cuyo contenido es una relación completa y minuciosa de la embajada que este autor realizó, junto con el dominico Alfonso Páez de Santamaría a Samarcanda ante el rey Tamerlán por decisión diplomática del rey Enrique III de Castilla.
En 1403 el monarca Enrique III decidió enviar una embajada al poderoso emir (gobernador) turco-mongol Tamerlán el Grande, que perseguía estrechar relaciones diplomáticas con este gran conquistador para conjurar la amenaza turca, que occidente personificaba en la expansión del sultán del Imperio otomano, Bayaceto I. Al frente de esta expedición marchó Ruy González de Clavijo y un dominico experto en lenguas y culturas extranjeras, Alfonso Páez de Santamaría. El viaje se prolongó por espacio de tres años desde la salida de los embajadores. A su retorno en 1406 hubo de ser escrita la relación.

...continúa leyendo "1.543. RUY GONZÁLEZ DE CLAVIJO. De El Puerto a Samarcanda. 1403-1404."

Emilio José Rodríguez Posada es Ingeniero Técnico en Informática de Sistemas, siendo becario en la ‘Oficina de Software Libre y Conocimiento Abierto’ de la UCA (Universidad de Cádiz). Sus cursos de doctorado los realiza en la Escuela Superior de Ingeniería de Cádiz. A pesar de su juventud,  aglutina una considerable  selección de méritos que lo hacen imprescindible en estas páginas de Gente del Puerto. Con seguridad volverá a aparecer de nuevo, con otras novedades y noticias, dada su febril actividad y su capacidad de trabajo.

Es colaborador habitual de Wikipedia (Emijrp es su seudónimo desde abril del año 2005) tanto en español como en inglés, donde ha realizado artículos sobre El Puerto de Santa María e, igualmente, miembro fundador del Capítulo Español de WikiMedia. Acumula mas de 50.000 contribuciones en Wikipedia en español y más de 5.000.000  entre todas las cuentas que maneja (Emijrpbot es la cuenta de usuario con más ediciones de todos los proyectos Wikimedia). Ha ofrecido diversas charlas y talleres para difundir Wikipedia en su entorno mas inmediato.

Emilio es desarrollador de diverso software libre: AVBOT: un robot que automáticamente corrige la Wikipedia en español. StatMediaWiki: un software para analizar el trabajo en grupo de alumnos (software usado en el proyecto primer premio de la  III. Edición de los Premios a la Innovación Docente 2011 UCA). Lidera el proyecto Wiki Team para preservación de wikis libre.


De izquierda a derecha: Joaquín Ayuso de Paúl (fundador de Tuenti.com); Mariano Ventosa Rodríguez (Director de la Escuela de Ingeniería ICAI-Comillas); Emilio José Rodriguez Posada (ganador de la V Edición del Premio Novática); Rafael Fernández Calvo (Presidente del Consejo Editorial de Novática); Llorenç Pagés Casas (Director de Novática). El miércoles 26 de octubre de 2011 recogió en Madrid en el Aula Magna de la Universidad Pontificia Comillas el Premio al mejor artículo publicado en 2010 en la revista Novática por su artículo «AVBOT: Detección y corrección de vandalismos en Wikipedia».

Está en posesión del Premio al mejor estudiante universitario de El Puerto, así como del Premio ‘José Enrique Díaz Arozamena’ al mejor Proyecto Fin de Carrera de la Universidad de Cádiz y del Premio al "Mejor proyecto Comunitario en el III Concurso Universitario de Software Libre". Ha sido ganador de la V Edición del Premio Novática, destinado al mejor artículo publicado en 2010 la revista Novática. Hacemos hincapié en  su importancia, pues en la revista se publican trabajos de tesis y experiencias empresariales, entre otros.

PUBLICACIONES.
Ha sido autor y coautor en congresos y revistas nacionales e internacionales, con los resultados de algunas de sus investigaciones.

...continúa leyendo "1.534. EMILIO JOSÉ RODRÍGUEZ POSADA. Wikipedista. Ingeniero Técnico en Informática."

Aprovechando las bodas de plata de la expedición Ruta Quetzal, programa declarado de interés universal por la UNESCO, y que han disfrutado más de 10.000 jóvenes del mundo entero, el periodista portuense José Pablo García (ver nótula núm 661 en GdP) se decidió a escribir Mentores de la aventura. Diario de un monitor de la Ruta Quetzal para volcar experiencias y vivencias únicas que disfrutó como monitor de Ruta Quetzal BBVA y que ahora se publica en la joven editorial Seleer.

Con esta obra se pretende cubrir un hueco editorial que responde a los gustos y sentimientos de la gran familia rutera, compuesta por expedicionarios, colaboradores y monitores, a las personas interesadas en la pedagogía aplicada a las actividades de tiempo libre y, por supuesto, a los amantes de los viajes y la aventura. El libro, que cuenta con el prólogo de Santiago Tejedor, Catedrático de la Universidad Autónoma de Barcelona y creador del primer Máster de Periodismo de Viaje en España, se divide en dos grandes apartados. Una primera parte, en la que se describe de forma somera la expedición, así como se detalla el proceso de selección y los pasos previos para llegar a ser monitor de la Ruta Quetzal; y una segunda parte, en la que comienza el diario con todas las andanzas vividas en Panamá y España.

José Pablo García, en el centro de la imagen, con Miguel de la Quadra Salcedo, creador de Ruta Quetzal BBVA y con Andrés Ciudad, subdirector del proyecto, en la presentación que tuvo lugar en la Casa de América de Madrid.

La publicación se complementa con una amplia colección de fotografías cedidas por la organización de Ruta Quetzal, obra de Ángel Colina, que pretenden que con su imaginación vuele al lugar de la aventura.

El libro puede comprarse desde el pasado 27 de septiembre (Día Mundial del Turismo) a través de la página web de la editorial, en la tienda on line Amazon y en librerías y grandes superficies al precio de 15,95 euros. También puede se puede adquirir en formato e-book a través de la propia editorial y en Amazón.

EL AUTOR.
José Pablo García Báez nace en El Puerto de Santa María el 23 de julio de 1984. Es licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla. Dio sus primeros pasos en la profesión en su tierra natal; Ya en Sevilla, inició su andadura en la que fue su mejor escuela de periodismo, El Correo de Andalucía. Después estaría en la Cadena Ser y en el equipo fundacional de la edición de Sevilla del periódico La Razón. De la prensa escrita pasaría a la televisión. /Foto: 11500ElPuerto.

Desde entonces ha desempeñado su labor en la productora audiovisual Mediapro en distintos proyectos documentales para Canal Sur: en la serie Andalucía es su nombre (galardonada con el Premio Andalucía de Periodismo); Andaluzas o Guadalquivir, Río de historia; y como guionista en el programa Abrapalabra, Posteriormente ha trabajado en los servicios informativos de Giralda Tv, la televisión municipal de Sevilla. Tras ello, como reportero de Andaluces por el Mundo, en Canal Sur, ha podido unir sus dos grandes debilidades, el periodismo y los viajes. Más tarde se convirtió en reportero de 10 Razones, el programa documental de viajes (Grupo ZZJ) de Canal Sur que descubre los pueblos de Andalucía. En la actualidad es reportero del nuevo programa de viajes de La 1 (TVE) por los pueblos españoles, Conectando España producido por Medina Media.

Vemos a José Pablo --con barbas-- en audienciac on los participantes en la Ruta Quetzal 2008, junto a SSMM los Reyes de España.

El periodista porteño también ha sido colaborador de diario Público. Así mismo, en la actualidad, es articulista del periódico Espacio Digital Cádiz y escribe en otras publicaciones digitales especializadas en viajes (www.tuaventura.org y en su propio blog www.genteviajera.blogspot.com), su otra gran pasión junto al periodismo.

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menesteo_museomunicipal_puertosantamaria«Supe de ti, primero, magnánimo ateniense,
héroe y divinidad ante los muros
sacrosantos de Troya, frente a la mar de Cádiz,
en las mismas arenas y al pie del mismo río
adonde tú, tal vez patrono y marinero
de las naves de Ulises, llegaste una mañana.»

Menesteo. Fundador y Adivino».
(Rafael Alberti. Ora Marítima)

La Historia del Mundo Antiguo está marcada por celos y venganzas, consecuencias de amores imposibles entre dioses y hombres. Así, para que Menesteo emprendiera la travesía mediterránea que le llevarse a los confines del mundo conocido, sobrepasara la bocana de la bahía de Cádiz y arribara en las benditas costas de nuestro Puerto, junto a río Criso, posteriormente Guadalete, tuvieron que suceder dos historias apasionantes: La de Teseo, rey de Atenas, y la de Paris, príncipe de Troya; ambos enamorados de una mujer marcada por la fatalidad, Helena. /En la imagen de la izquierda, imagen del rey ateniense Menesteo en la Guerra de Troya, procedente de un vaso griego de figuras rojas del 450 a.C. (LIMC VI.1, 1992, s.v. Menestheus. París, Louvre G 341). Identificación y pie de foto del Museo Municipal.

MENESTEO, REY DE ATENAS.
Tras 30 años de reinado, en el 1204 a.C, Teseo, bisnieto de Erecteo II de Atenas, tras el rapto de Helena, pierde el trono que lo usurpa su primo Menesteo, hijo de Péteo. [Greves, Robert: "Los mitos griegos", Ariel, 2007, pág 127). El fin de Teseo, ya lo sabemos, murió a manos de Licomedes. Según unas versiones, fue empujado al precipicio cuando contemplaba la ciudad desde un acantilado; según otras, la caída fue accidental. El reinado de Menesteo fue despótica y demagoga. Pensando que los dióscuros le ayudarían a obtener los favores de Helena de Troya, convenció a los atenienses para que acogieran a los dióscuros como benefactores y libertadores de la ciudad, algo que enfadó a príncipes y duques.


PROLEGÓMENOS DE LA GUERRA DE TROYA.
Nunca pudo imaginar el rey de Troya que el reclamo de Helena atrajera a lo más selecto de la Hélade. Temiendo Tindáreo que su decisión acarreara enemistades entre ellos, determinó aceptar el consejo de Ulises que, a cambio, obtuvo la ayuda de Tindáreo para casarse con Penélope. El consejo consistía en organizar pruebas que ayudasen a Helena en la elección. Antes debían aceptar la decisión de la joven y juraron sobre los restos de un caballo descuartizado que acudirían en auxilio del elegido si alguien la raptaba (algo sabría Ulises de las maquinaciones entre Paris y Afrodita).

La primera prueba consistió en una carrera de barcos de remos entre Menesteo, Sergesto, Cloanto y Gias. Al toque de trompeta, se lanzaron al mar y remaron. Gias iba el primero, pero se topó con un peñasco y no pudo continuar. Enfadado con su timonel, lo arrojó al mar. Cloanto tomó la delantera y se proclamó vencedor. Menesteo llegó después, por delante de Sergesto. En la prueba del tiro con arco, que consistía en acertar a un ave que pendía de un mastil, Menesteo cortó la cuerda, pero fue Acestes quien venció. Tras las pruebas, Helena eligió a Menelao, hermano de Agamenón que, a su vez, se casó con Clitemnestra.

MENESTEO, COMANDANTE ATENIENSE.
Heinrich Schliemann, Ilíada en mano, exploró la costa de los Dardanelos buscando el emplazamiento de la ciudad de Troya. Tras un tiempo analizando diversas colinas, dedujo que sólo podía hallarse en la de Hissarlik. El rico alemán la compró, e inmediatamente comenzó a excavar. No descubrió una Troya, sino nueve, una encima de otra. La duda sobre cuál de ellas había sido la destruida por los griegos surgió entre Troya 6 y 7. La sexta, fue destruida por un terremoto y la séptima por un incendio hacia 1200 a.C., después de diez años de sitio, aunque en el relato homérico el sitio sólo había durado cincuenta y un días. Los combates se produjeron a pie, cuerpo a cuerpo, y utilizando lanzas, picas, arcos y espadas. Uno de los comandantes de la vanguardia fue Menesteo.

Sobre el caudillaje de Menesteo algunos investigadores [Malcolm M. Willcock: "Iliada"; Hardcover, Nelson Thornes Limited) lo dudan, por tratarse de un personaje desconocido. El que debía figurar como caudillo de los atenienses es Demofonte, al que Homero desconoce.  Para Quinto de Esmirna, en cambio, en el sitio de Troya participaron ambos: Demofonte y Menesteo ["Posthoméricas", editorial Gredos, Madrid, 2004). No obstante, Menesteo aparece en diversos pasajes de la obra de Homero: «Después de oír sus palabras, el Atrida, muy complacido, siguió revistando a sus caudillos y encontró al egregio caballero Menesteo, hijo de Peteo, erguido entre los atenienses, duchos en el arte de la guerra, y cerca del prudente Ulises y los aguerridos cefalenios, que no habían oído los gritos del combate ni podían adivinar que hubieran sido rotos los juramentos.» [“Ilíada”, Edaf, 2001; pág. 97)

...continúa leyendo "1.500. MENESTEO. Fundador y adivino."

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La plaza de toros de El Puerto de Santa María se alza en las cercanías de la zona bodeguera. Aire de vinos de Osborne, de Caballero, y de Terry. Su ruedo es uno de los más grandes de España, y a principios del siglo XX se celebraron en su albero algunas corridas simultáneas, la de sol y la de sombra, con el consiguiente lío.

Ahí, inmortalizadas en azulejos, las palabras de José, el rival de Juan, que aseguran que no sabe lo que es una tarde de toros el que no haya asistido a una corrida en la plaza de El Puerto. Golpes marinos en el ambiente que vienen de Valdelagrana y Fuentebravía, y ahí tan cerca, la desembocadura, la muerte en la mar del Guadalete, que es el Río del Olvido, manso y tranquilo en sus últimos tramos como rompiente y tremendo en su descenso por Arcos de la Frontera. En los pantalanes de «Puerto Sherry» el «Hispania», con su mástil altísimo, navegado en sus buenos años por el Rey Don Alfonso XIII, asiduo visitante del Coto Doñana, que a un tiro de piedra queda. Y en la punta de la tenaza de enfrente de la bahía, Cádiz, la liberal y blanca, que celebra todos los días el segundo centenario de la Constitución de 1812, la Pepa, la que nos recuerda que somos hijos de España todos los españoles nacidos como tales en los dos hemisferios. La Constitución de aquella Cádiz sitiada por las tropas de Bonaparte que rubricaron diputados por Nueva Granada, Puerto Rico, el Río de la Plata, La Habana y Manila. Ahí, en «El Puerto de, Puerto de Santa María», se eleva el Castillo de San Marcos con nostalgias de Alfonso X el Sabio, y se mueve en silencio la mano de Juan de la Cosa trazando su Mapamundi, no lejos del caserón del colegio de los Jesuítas en el que coincidieron Juan Ramón Jiménez, Pedro Muñoz-Seca, Fernando Villalón y Rafael Alberti.

Hace unos sábados, por seguir los consejos de Joselito y celebrar el cumpleaños de La Pepa, El Rey presidió una corrida de toros en la plaza del Puerto de Santa María. Su aparición en el palco fue saludada por el público portuense con una cerrada, larga y atronadora ovación. Dolorosísima reacción popular para los que llevan un buen tiempo entregados a desprestigiar su persona, su figura y cuando representa. Entre otras cosas, El Rey representa la unidad de España, y eso cabrea a muchos.

Don Juan Carlos se ha dejado caer por El Puerto de Santa María y se ha llevado la desmedida de aquella ciudad portentosa. El Puerto no tiene medida. Vive junto al Atlántico, rodeado de viñas y pinares. Y El Rey se ha dejado caer, no sólo para celebrar el aniversario de La Pepa y obedecer al gran José. Lo ha hecho para impulsar con su presencia, en una de las plazas más representativas de España, a la Fiesta Nacional, al arte del toreo, al tesoro de las ganaderías de bravo, a la poesía, la pintura, la literatura, la música, la escultura, es decir, la Cultura con mayúscula que ha embriagado a la genialidad creativa universal. En San Sebastián, cuya vieja plaza del Chofre fue una de las más prestigiosas de España, su alcalde de «Bildu» ha anunciado que los toros –nacieron allí–, no volverán a ser el centro festivo y cultural de la Semana Grande. Por eso, el Rey, en la otra punta de España, presidía en el Puerto una corrida mixta en la que un torero a caballo navarro gritó un españolísimo «¡Viva la Pepa y viva el Rey!», que tanto habrá molestado a los traidores de su tierra que quieren entregarla al colonialismo nacionalista de los vascos oscuros. Que también hay vascos claros, que leche, y a puñados.

En el verano suceden estas cosas. Unos van, otros vienen, unos discuten, otros se abrazan, se lía el batiburrillo y el Rey se baja hasta El Puerto de Santa María para recordarnos, en aquel maravilloso lugar, que seguimos siendo España. (Texto: Alfonso Ussía Muñoz-Seca).

Juan Manuel Ramírez es un jerezano que lleva más de 40 años viviendo en El Puerto. Se considera un hombre con inquietudes, al que le gusta estar en constante actividad de aprendizaje. Por eso no se detiene a la hora de hacer cosas nuevas, con la creencia de que lo importante en la vida es tener una actitud positiva para obtener lo que realmente se desea.

En base a esto, tomó la iniciativa de comenzar a escribir El libro práctico del conductor. Como enfrentarse de forma práctica a situaciones críticas. El autor cuenta que la idea surgió de los consejos que él mismo les daba a sus propios hijos y que fue recopilando hasta tomar forma en una obra que pretende, sobre todo, ayudar. Juan Manuel Ramírez expresa que el deseo de este trabajo es que el contenido de este libro, junto con la buena disposición de todo conductor, sea una contribución a la labor que está efectuando la Dirección General de Tráfico (DGT) para evitar accidentes.

Para escribir El manual práctico del conductor, se ha valido no sólo de la experiencia propia y personal sino que se ha documentado ampliamente sobre el tema a tratar, utilizando informaciones provenientes de la DGT, así como de algunos números del BOE (Boletín Oficial del Estado). El autor presenta su obra como un manual del que pueden beneficiarse tanto conductores como profesionales de la conducción, así como empresas de transportes o, incluso, empresas aseguradoras. El libro es, por tanto, una buena respuesta a preguntas como qué hacer en caso de accidente, qué hacer si el causante del accidente sale huyendo o no tiene seguro, cómo actuar si un vehículo se aproxima de frente de frente al nuestro, cómo actuar si se para el motor incluso adelantando, por qué se ha de dar la debida importancia a los amortiguadores, cómo se ha de proceder cuando se va a realizar un puente entre vehículos cuando uno de ellos se ha quedado sin corriente en la batería, qué debemos de tener presente a la hora de vender nuestro coche usado o qué podemos hacer en el caso en el que nos equivocamos de ruta, entre otras muchas preguntas. A todo ello responde mediante anotaciones concretas y breves de fácil lectura para que esté al alcance de todo usuario interesado en conocer cómo y qué se deber hacer en las situaciones más difíciles a las que se puede afrontar tanto un conductor como un peatón. Los interesados además podrán encontrar entre las páginas del libro ilustraciones explicativas que complementan el texto. El libro práctico del conductor. Cómo enfrentarse de forma práctica a situaciones críticas puede encontrarse a la venta tanto en formato electrónico como en formato papel. (Texto: Luisa Ortega)

El historiador, profesor y político Jesús Pabón Suárez de Urbina (Sevilla, 1902-Madrid, 1976) nació en un hogar tradicionalista (mitad integrista, mitad carlista), siendo el séptimo de diez hermanos. Cuando Pabón inicia en septiembre de 1911 su primer año de bachillerato en el colegio de los jesuitas de El Puerto de Santa María, ya le habían precedido los otros tres varones: José Manuel -futuro catedrático de Griego- y Benito -luego, abogado y diputado anarquista- salen del internado en 1908 y 1910, respectivamente, mientras que con Antonio -que será también abogado- coincide tres cursos, hasta que este termina sus estudios en 1914. /En la imagen Jesús Pabón Suárez de Urbina , en 1968.

El colegio de San Luis Gonzaga al que se incorpora Jesús Pabón en 1911 está próximo a cumplir su medio siglo de historia, que arranca en 1864. De 1909 a 1915 es rector el padre Rodolfo Velasco. Le suceden Raimundo Zamarripa -que desempeña el cargo solo un año- y Martín Mendoza, cuyo mandato concluye en 1920. En el prólogo al libro de Diego Sevilla Canalejas (1956), Pabón evoca con afecto al asturiano P. Velasco, "cuyo rostro ascético (…) nos inspiraba el respeto de una auténtica santidad". También recuerda al prefecto del colegio, Manuel Abreu, a la vez severo y cordial, y a Mariano Ayala, padre espiritual, "en quien la simpatía andaluza era nuestro paño de lágrimas de cada día". ¿Y de qué alumnos se acordará Jesús Pabón, de entre los 215 de media -en su mayoría internos- que había en su época? Sobre todo del novelista sevillano Manuel Halcón, a quien Pabón dedicará su obra Los virajes hacia la guerra (1946) con estas palabras: "Mi memoria no guarda una amistad anterior a la tuya". En el homenaje que los "sevillanos en Madrid" tributarán a Halcón en 1961, Pabón menciona además estos nombres: "Joaquín Peñuela -jesuita hoy, y primer orientalista español-; Julián Pemartín -excelentísima pluma-; un poeta como Rafael Alberti". Manuel Halcón, por su parte, cuenta en "Los dos macferlanes" (1949) cómo Pabón y él mismo, portadores de unos abrigos anticuados, tuvieron que hacer frente común ante las burlas de sus compañeros en el primer año de bachillerato, mientras que en otro relato, "El pecado insepulto" (1959), vemos que Pabón -"con sus ojos vivaces y su imborrable gesto de guasa"- es uno de los castigados de rodillas en el patio central por el P. Hurtado, profesor de Física en el curso 1915-16.

Niños haciendo gimnasia en el patio principal del Colegio.

Jesús Pabón hizo alguna travesura más en el internado, según Halcón: "Juntos, trabajando en equipo, hacíamos reír a las dignidades en las horas de silencio". Pero debemos clasificar a Pabón en el bando de los buenos y de los estudiosos. En el curso 1912-13 pertenece a la congregación de San Estanislao y al año siguiente es admitido -al igual que Alberti- en la de San Luis, cuyo prefecto era el alumno cordobés Ildefonso Porras. Jesús Pabón muestra a edad temprana sus grandes dotes para la oratoria: el 8 de diciembre de 1912, cuando aún no ha cumplido los 11 años, impresiona a la audiencia con su intervención en el mitin católico de protesta contra las escuelas laicas que -organizado por el padre Gabino Márquez- se celebra en el colegio, siendo otro de los oradores su compañero portuense Rafael Muñoz Ávila. En cuanto al rendimiento académico de Pabón, su expediente refleja que a lo largo de los seis años de bachillerato cursa 25 asignaturas, que revalida en el Instituto de Jerez con estas calificaciones: 13 aprobados, 7 notables y 5 sobresalientes. Es sintomático que en las materias de Historia de España e Historia Universal obtuviera la máxima calificación.

Concluido el bachillerato en 1917, Jesús Pabón estudió Filosofía y Letras en las Universidades de Granada y Sevilla, doctorándose en la Universidad Central en 1924. Tanto en la licenciatura como en el doctorado obtuvo premio extraordinario. Dio clases de Literatura Española y Latina en la Universidad de Zaragoza hasta 1930, cuando ganó por oposición la cátedra de Historia Universal Moderna y Contemporánea de la Universidad de Sevilla, de la que pasará diez años más tarde a la misma cátedra en Madrid (ocupándola hasta su jubilación en 1972). De 1931 a 1934 fue director del diario católico El Correo de Andalucía, diputado de Acción Popular (1933-35), Director General de Trabajo (1935) y diputado de la CEDA (1936-39). Designado jefe de Prensa Extranjera por la Junta Técnica del Estado, Pabón rompe con el régimen de Franco tras la Guerra Civil, siendo multado y confinado en Tordesillas (Valladolid) en 1944 por promover el retorno de la monarquía. Entre 1963 y 1966 ejercerá como delegado político de D. Juan, conde de Barcelona, en España (Pabón tuvo como discípulo al entonces príncipe D. Juan Carlos). Ganador del premio Camoens (La revolución portuguesa, 1941) y del Nacional de Literatura (Bolchevismo y literatura, 1949), su obra cumbre es Cambó (3 vols., 1952-1969), exhaustivo fresco de la España de la Restauración. Miembro de la Real Academia de la Historia desde 1952, fue elegido director de la institución en diciembre de 1971 (y reelegido en 1974). Tras su muerte el 26 de abril de 1976, el historiador Carlos Seco Serrano escribió: "Su vida ejemplar ha sido la mejor lección para cuantos nos honrábamos en llamarnos sus discípulos".

El 12 de noviembre de 1912, el jesuita Manuel Abreu interrumpió la cena de los alumnos del colegio de San Luis para comunicarles el asesinato -esa misma mañana- de D. José Canalejas (en la imagen de la izquierda), presidente del Consejo de Ministros, víctima de un atentado anarquista. Luego, puestos todos en pie, rezaron por su alma. Jesús Pabón reflexionará sobre los hechos en 1956: "De una parte, Canalejas, el terrible hombre de izquierda, el gobernante que encarnaba y obedecía al desorden, había caído por obra del anarquismo. Algo no era correcto en mi opinión infantil sobre él. Por otra parte, la Iglesia, sin duda combatida por Canalejas durante su vida, ante su muerte me enseñaba a rezar por él: toda la Iglesia estaba, para mí, en la plegaria del Padre Abreu. (…) Transcurrieron los años y los años. Hablé con familiares, con amigos y con partidarios de Canalejas. Estudié lo que él escribió, dijo e hizo, y cuanto se escribió sobre su vida y sobre su obra. Guiado siempre e invariablemente por las dos verdades que el Padre Prefecto del Colegio del Puerto me enseñó con ocasión de su muerte: le había asesinado la anarquía; y yo debía rezar por él, ejercitar la caridad al recordarle". (Texto: Bernardo Rodríguez Caparrini).

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Cuando se ha  construido una ciudad, paso a paso, y su urbanismo tiene peso, seguro que es producto de las invariantes. Las invariantes se repiten, están en el inconsciente forjador, son elementos imprescindibles de la personalidad y de la idiosincrasia de algo. Así, las invariantes del urbanismo portuense son las calles tiradas a cordel, el urbanismo en damero; los bluendes, esas especies de almenas que coronan los pretiles de las azoteas; los guardacantones de las esquinas; los cierros bajos y altos; los pavimentos tradicionales; los huecos de escalera; los patios; y los soportales, por ejemplo.

Copia idealizada de plano de El Puerto de 1787. Ameneiro. 1970

Cuando el Puerto fue declarado Conjunto Histórico-artístico, yo creí, inocentemente, que sería su salvaguarda. Esta Ciudad de los cien palacios, ha ido, poco a poco, deturpándose y adocenándose, con la permisividad, ciertamente punible, de las autoridades locales. El paisaje urbano se ha degradado hasta límites insospechados, sin que nadie le ponga tasa ni coto. Aquí cualquiera ha dispuesto como suyo de algo que es del común; el paisaje urbano –y el rústico—heredado, preservable, por Ley.  Pero está visto que la Ley no se ha aplicado, ni se aplica; no se tiene conciencia de estar ante una Ciudad singular, a la que poco a poco se le va despojando de sus invariantes, fijadas y forjadas siglo a siglo.

Es el caso de los soportales de la ribera del Guadalete. Desde Pozos Dulces hasta casi el comienzo del Parque de Calderón por la Plaza de las Galeras Reales hubo soportales, magníficos ánditos cubiertos al mismo nivel de la calle; espacios públicos de suelo sin cielo, antesala de las viviendas de gentes de la mar que han ido quedando como testigos, aparentemente roqueños, de las invariantes arquitectónicas portuenses. Y sin embargo, pese a su robustez, llega un cualquiera y los derriba, impunemente. Con sólo repasar las antiguas fotografías puede apreciarse cómo constituían un conjunto muy homogéneo de construcciones que daban la sensación de haber heredado de nuestros repobladores de la cornisa cantábrica una de sus invariantes y haberlas convertido, con el paso de los años, en nuestra.

Pues no, parece que no. En el edificio de Pozos Dulces esquina y vuelta con calle Chanca, se han permitido sus promotores derribar los soportales y la primera crujía del edificio, pese a la prohibición expresa que tenían de hacerlo.  Sea bienvenido el expediente de la Delegación de Cultura y caiga sobre esos desaprensivos todo el peso de la Ley. A ver si, de una vez, se enteran que aquí no se juega ni con las invariantes, ni el paisaje urbano, ni el rústico, ni  con la historia. (Texto: Luis Suárez Ávila).        

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Félix Sancho de Sopranis Peñasco nació el 10 de mayo de 1885 en el número 19 de la calle San Bartolomé, en El Puerto de Santa María. Era el primogénito de Alfonso Sancho Mateos (1858-1952) y de Mercedes Peñasco García (1861-1929), que tendrán otros dos hijos, Alfonso (1896-1971) y Mercedes (1899-1994).

Los primeros años de Félix Sancho transcurren en París, ciudad a la que su padre se traslada temporalmente por negocios vinateros de la casa Sancho Hermanos. De vuelta en España, Félix ingresa interno -septiembre de 1894- en el colegio de los jesuitas de El Puerto, donde estudiará cinco cursos de bachillerato. Obtendrá el título con 14 años, tras aprobar en junio de 1899 los ejercicios del grado ante la comisión de catedráticos del Instituto de Jerez de la Frontera.

La estancia de Félix en el colegio de San Luis Gonzaga coincide fundamentalmente con el mandato del jesuita madrileño Pedro Castelló, rector desde diciembre de 1893 hasta su relevo en septiembre de 1897 por el padre José María de la Torre. En 1896 terminan su bachillerato en San Luis Gonzaga los poetas Juan Ramón Jiménez y Fernando Villalón, así como el comediógrafo portuense Pedro Muñoz Seca. El 12 de mayo de 1895 se había inaugurado el pabellón de la nueva fachada y entrada principal del edificio. Disponía ya el colegio de alumbrado eléctrico: en El submarino Peral (1927) recordará Juan Ramón "aquella noche primera en que encendían los focos grandes del patio para deslumbrarnos la nostaljia". La media de alumnos en el último lustro del siglo XIX es de 205, en su mayoría internos. Félix Sancho tuvo por compañeros de curso, entre otros, a Juan Gavala Laborde (ingeniero de minas), Ignacio de Casso Romero (jurisconsulto), Julio Toscano Delgado de Mendoza (alcalde de Alcalá de los Gazules en 1930) y Ángel M.ª Rubio Castillejo (marqués de Valdeflores). Concluido el bachillerato, Félix Sancho prepara y aprueba el examen de ingreso en la Escuela Especial de Ingenieros Agrónomos de Madrid (Instituto Agrícola de Alfonso XII). Terminará la carrera -de seis años de duración- en octubre de 1910, obteniendo el número nueve de los 19 egresados de su promoción. Durante esta etapa madrileña, Félix ha coincidido algún tiempo en la misma pensión con su paisano Muñoz Seca, que le dedicará el entremés 'Mentir a tiempo' (estrenado el 25 de enero de 1908).

San Luis Gonzaga, fachada lateral.

Tras ingresar en el Cuerpo de Ingenieros Agrónomos, Félix Sancho es destinado en febrero de 1911 a la Granja-Escuela de Agricultura de Jerez de la Frontera. Dos años después pasa a El Puerto de Santa María como ingeniero-director de la flamante Estación Sericícola y de Industrias Zoógenas, creada gracias a la gestión del diputado a Cortes Dionisio Pérez en terrenos municipales aledaños al Monasterio de la Victoria. El 8 de mayo de 1913, se casa en París con Germaine Favraud (1891-1972), hija del agente general en Francia de la bodega A. & A. Sancho. Del matrimonio nacerán cinco hijos: Juan Manuel, Genoveva, Félix, Magdalena y Teresa. En octubre de 1918 redacta con Juan Gavala el proyecto de desecación, saneamiento y puesta en cultivo de las marismas de la margen izquierda del Guadalquivir. Sancho dirigirá laboriosamente la Sericícola durante casi 20 años, hasta la supresión de este centro de investigación, producción y fomento de la industria sedera en enero de 1931. Entonces es promovido de ingeniero primero a ingeniero jefe de segunda clase y nombrado director de la Estación de Viticultura de Moguer (Huelva). En agosto de 1932 asume la dirección de la Estación de Cerealicultura de Jerez. A finales de 1934 es trasladado a Madrid como director del Instituto de Cerealicultura, ubicado en la Casa de Oficios de La Moncloa, donde reside. Nombrado presidente de la Sección de Cerealicultura del Instituto de Investigaciones Agronómicas en enero de 1935, en abril del año siguiente asciende a ingeniero jefe de primera clase del Cuerpo.

El estallido de la guerra civil sorprende a Félix Sancho en La Granja de San Ildefonso (Segovia), donde veraneaba su familia. El 20 de julio de 1936 intenta restituirse a su puesto de trabajo en Madrid, pero no lo logra al estar cortadas las carreteras en Villalba: un hecho providencial, ya que la siniestra 'Brigada del Amanecer' -de Agapito García Atadell- irá varias veces a su domicilio de La Moncloa para detenerle. La vivienda será registrada y saqueada por completo.

Constituida la Junta Técnica del Estado (octubre de 1936), Félix Sancho fue confirmado en la dirección del Instituto de Cerealicultura, que se instaló provisionalmente en Segovia (1936-37) y Palencia (1937-39), ambas en zona nacional. Terminada la guerra, Sancho se reintegra a sus funciones en Madrid y es nombrado -octubre de 1940- colaborador técnico del Servicio Nacional del Trigo. En la década posterior publicó Métodos de análisis de trigos y harinas (1942), Trigos tremesinos o de ciclo corto (1949) y artículos sobre los cereales y el vino de Jerez en las revistas Boletín del Instituto Nacional de Investigaciones Agronómicas, Agricultura y Siembra. Fue asesor técnico del documental Trigo en España (1943), del marqués de Villa Alcázar.

Por ascenso en el escalafón, Félix Sancho de Sopranis pasa en junio de 1949 al Consejo Superior Agronómico (Madrid), órgano consultivo del Ministerio de Agricultura, tomando posesión como inspector general del Cuerpo Nacional de Ingenieros Agrónomos. Tras ascender a presidente de sección (jefe de zona) en enero de 1953, en julio de ese mismo año es designado presidente del Consejo Superior Agronómico, cargo que desempeñará hasta su jubilación el 10 de mayo de 1955. El año anterior se le había concedido la Gran Cruz de la Orden Civil del Mérito Agrícola. Fallecerá en Madrid el 19 de febrero de 1958, con 72 años. Sus restos descansan en su ciudad natal.

PIONERO EN EL APROVECHAMIENTO DE LA ENERGÍA SOLAR.
El 28 de mayo de 1921, Felix Sancho patentó con el número 78.346 un calentador de agua «para baños y otros usos domésticos o industriales». Llevó a la práctica su invento instalando aparatos en edificios particulares y públicos de El Puerto, Jerez, Sevilla, Madrid, Barcelona, Levante, Canarias y Baleares. En 1930 fabricaba los calentadores --de 300 a 600 litros-- la empresa madrileña OTAM y su precio, ya instalados, era de 1.750 a 2.500 pesetas. Todavía hacia 1945 se puso un colector solar en el colegio del Sagrado Corazón de la calle Ferraz, 65. (Texto: Bernardo Rodríguez Caparrini).

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