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Una cigüeña y sus crías en el nido instalado delante del ábside de la Prioral/ Foto: Anabade.

Cigüeñas, primillas y palomas, a centenares, viven en la techumbre, bóvedas, arbotantes y demás espacios donde encuentran hueco y acomodo en la Iglesia Mayor Prioral, causando un daño cada vez mas irreparable por lo costoso, y por cuanto pueda suponer para el mantenimiento y conservación del edificio.

El Instituto de Patrimonio Cultural de España ha editado en formato de libro electrónico las ponencias impartidas por los especialistas que participaron en la jornada ‘La incidencia de las aves en la conservación de monumentos’ celebrada hace un par de años en la Ciudad Universitaria de Madrid.

La magnitud de este problema, que afecta a una gran parte de los bienes culturales, hizo que desde el citado Instituto español se planteara la necesidad de reunir, desde una perspectiva interdisciplinar, a diferentes expertos en este campo con el objetivo de profundizar en el conocimiento de las aves, su comportamiento y su influencia en el deterioro del patrimonio inmueble.

Además, se estableció un foro de diálogo y una toma de contacto entre los distintos estamentos y profesionales implicados en el problema para adaptar las posibles soluciones a la conservación del patrimonio cultural.
Para descargar el libro, pulsar aquí.

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Puesta de sol en la Playa de La Colorá. 1982

El movimiento ecologista está próximo a cumplir los 30 años en El Puerto, movimiento que sería el germen de la Asociación Ecologista 'Guadalete' quienes, más tarde se integrarían en el de mas amplio territorio 'Ecologistas en Acción'. Estas instantáneas, tomadas por el biólogo Prof. Clavero Salvador, nos retrotraen 30 años en la vida de esta Ciudad.


LAS PLAYAS SON DE TODOS.
Estas dos fotos corresponden a la primera manifestación que hicimos en El Puerto de la Coordinadora «Las playas son de todos» en el verano de 1982. Todavía no se había constituido la Asociación Ecologista ‘Guadalete’, que surgió de esta movilización por la apertura al público de las playas. Hay que recordar que la playa de Vistahermosa era privada y no se permitía el acceso más que a los propietarios de la urbanización. La cosa terminó con la retirada de la valla por los manifestantes, y una denuncia de Juan Melgarejo que nos llevó a juicio, pero nos declararon inocentes. La playa nunca más se cerró. 1983.

...continúa leyendo "1.273. NACIMIENTO DEL ECOLOGISMO EN EL PUERTO. Hace 30 años."

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Estas imágenes, testimonio de un pasado reciente, lugares y objetos inexistentes, desaparecidos ya en la primera década de este siglo XXI, son un recordatorio de hacia donde va El Puerto. Y lo de lo poco que va quedando.

Casa situada junto a la extinta Pensión de la Fruta, en la calle Ganado, donde viviían los padres del 'Arropiero', en cuyos bajos había una accesoria en que vendían, por Navidades, figuritas de nacimientos hechas en barro y alambre de un estilo muy primitivo. /Foto: AGR

Una de las salas del desparecido Museo Ramón Bayo, en la calle San Francisco esquina a Santa Lucía. La familia intentó, sin éxito que el Ayuntamiento se hiciera cargo de la colección. Hoy, una parte de la exposición se encuentra en un museo gaditano y otra está a la venta por internet.

Puente de San Alejandro, el otro, gemelo que daba servicio a la línea de tren Madrid-Cádiz, salvado in extremis, espera destino para ser colocado en el río San Pedro, a la altura del Parque de los Toruños.

El Restaurante El Cortijo, en el Paseo de la Victoria, durante la celebración de una boda. /Foto: Colección Carlos Pumar Algaba.

Fotograma de la película 'Fugitivas' donde aparece la recientemente desaparecida Estación de Trenes.

Vapor y pesqueros en el antiguo muelle, cuyo edificio hoy está reconvertido por mor del afán recaudatorio de la Autoridad Portuaria en...

Discoteca Joy Sherry, en el edificio inconcluso del palacete al estilo francés 'Petite Trianón', en la carretera de Sanlúcar. Proyectos para hotel y otros usos no terminan de ver la luz. ¿Acabará destruido?

El Teatro Principal, pasto de las llamas ¿y de la especulación? en 1984.

Tabernón de Merello, en la calle Santa Lucía, uno de los últimos vetigios de las tabernas con solera de El Puerto, hoy desaparecido.

Colegio del Asilo de Huérfanas en la calle Cielos, esquina con Cervantes.

Balneario de Aguas Termales en La Puntilla, desaparecido en 1980.

Dunas, pinares, monte bajo y pinares de la playa de Fuenterrabía.

Selección de imágenes de la Colección de Antonio Gutiérrez Ruiz.

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'El Vapor'. Foto de José Guerrero 'Yuyu'.

Después de 48 años, repito la grata experiencia de viajar en “el vaporcito” que hace la travesía Cádiz-Puerto de Santa María –y viceversa-. En esta ocasión, el recorrido lo realizamos partiendo de la “Tacita de Plata”, finalizando en El Puerto, a la inversa que la primera vez.

Mis recuerdos se remontan al verano de 1963, (las personas, cuando tenemos el primer atisbo de razón, luchamos lo insufrible por querer ser mayores, luego, cuando llegamos a los 20 0 30 años, todo es una frustrante carrera por retornar, y recordar, aquellos primeros tiempos de nuestra vida) donde “disfrazados” de exploradores, un puñado de chavales, pertenecientes a la 7ª Legión, llamada “Los Leones”, de los Boys Scouts Católicos. Este era un movimiento que acababa casi de empezar en Sevilla, y lo hacía, próximo a la iglesia; más tarde, cuando llegó a generalizarse, vendrían los Scouts España, más modernos y desligados de las peligrosas sotanas.

Por la edad, pertenecíamos casi todos a la sección denominada “de los cachorros”, por lo tanto sólo teníamos derecho a vestir el pantalón corto, la camisa y, por la estrechez económica que nos impedía adquirir un bonito sombrero, la boina: para nosotros aún estaba lejano cubrir nuestro cuello con la pañoleta, máxima aspiración de todo seguidor de Baden Powell.

El pinar de Valdelagrana, en los años sesenta del siglo pasado. Al fondo a la derecha, la playa del mismo nombre. /Foto: Rasero.

Teníamos instalado el campamento en el antiguo bosque de pinos de Valdelagrana, -aproximadamente por donde hoy está el campo de fútbol-, próximo a un camino que nos conducía a la ilusionante playa del mismo nombre. Por aquel entonces el paraje estaba semidesierto: sólo recuerdo el restaurante “El Caballo Blanco”, junto a la carretera que llevaba hasta Cádiz, el hotel cercano a la playa, y unos cuantos chalets perdidos en la espesura boscosa, entre el citado restaurante y la costa.

El Motel 'Caballo Blanco'.

El ejército se ocupaba de facilitarnos las tiendas de campaña y demás útiles de cocina, mientras tanto, Cáritas nos proporcionaba todo lo necesario para el sustento y la higiene. Llevábamos una cocinera que rápidamente congenió con los cafres que les había tocado en suerte lidiar; he de decir que la recuerdo a la perfección: era una señora entrada en años, con un hablar suave y un trato enternecedor: jamás fuimos capaces de faltarle el respeto y en nuestros despliegues de golferío, ella siempre se quedó al margen, nunca fue objetivo de nuestra guerra contra el grupo de adultos.

Una mañana nos dirigimos en formación hasta el lugar de embarque en El Puerto de Santa María (el trayecto hasta allí, como es de esperar en unos buenos exploradores, lo hicimos andando, dada la naturaleza del grupo al que pertenecíamos y a la ausencia, en aquella época, de transporte público que comunicara el lugar donde acampábamos con el puerto). La mayor parte de niños no habíamos montado jamás en un barco –incluidos los que, como yo, procedíamos del barrio de Triana, el barrio marinero de Sevilla-, pero ninguno presentaba algún temor ante la nueva experiencia, ya que la que encarábamos ese día era una más, dentro de nuestra procelosa actividad mundana.

Recuerdo a la perfección, que era una mañana espantosa de Levante (los que conocen este fenómeno atmosférico, saben de qué les hablo), con lo cual, la travesía de la Bahía hasta Cádiz se hizo vomitona e interminable. Luego –una vez en tierra y repuesto de la contrariedad marinera- recorrimos las calles de esta bella ciudad -que dicho sea de paso, cada día está más exultante y hermosa-, conocimos sus principales monumentos, paseamos por la playa y, cercano el medio día, vuelta al lugar de origen en aquel pequeño barco que más que barco parecía una bañera.

Playa de Valdelagrana en la década de los sesenta.

De regreso al campamento, la cocinera se había esmerado en un suculento almuerzo (sobra decir que, a esa edad, y en aquellos tiempos, cualquier comida nos parecía un delicioso manjar), y, aunque algunos padecíamos aún las consecuencias de la travesía, dimos buena cuenta de él.

Vista aérea del vapor atracando en el muelle de San Ignacio.

Afortunadamente, en el viaje de esta semana el tiempo acompañó. El otoño nos está regalando una segunda primavera, donde el sol brilla para animarnos y el viento sólo es una fresca brisa que abanica nuestros rostros. Ha sido una grata experiencia volver a repetir el citado viaje y recordar un trozo de nuestros viejos tiempos. Lo más triste es contemplar en qué se ha convertido el bosque de pinos que nos cobijaba, donde tantos camaleones logramos atrapar y tantas travesuras inventábamos. Los caños y las marismas de entonces, donde solíamos coger cangrejos, han desaparecido: todo es hormigón y ladrillo, destrucción y despropósito.

¿Tan difícil sería, en el futuro, un uso más ordenado, respetuoso y consecuente de los espacios naturales, sin que los degrademos y convirtamos en una colmena residencial para disfrutar sólo durante pocos días al año? (Textos: M.F. del Fresno).

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La noticia oficial de la elección de El Puerto de Santa María como lugar en el que tomar baños de mar la Real Familia por recomendación terapéutica, la tuvo el gobernador Político y Militar, máxima autoridad local, cargo que en esta fecha ostentaba Don Manuel Muñoz Vaca, Brigadier de Caballería y Gentil Hombre de S.M. a través de un escrito a él dirigido fechado en Madrid el 29 de junio de 1832. En el mismo se indicaba el próximo desplazamiento de la distinguida pareja  que viajaba con seis  de sus hijos. Tres varones: Francisco de Asís, el mayor de todos, Enrique y Fernando María, de pocos meses y tres infantitas: Isabel Fernanda, Luisa Teresa y Josefina, a los que los médicos de la Corte  habían recomendado tomar baños de mar. Completaban la nutrida expedición de medio centenar de personas un séquito de 42 integrantes que comprendía la camarilla personal de ambos consortes, educadores y diverso personal de servicio, eligiendo la ciudad de El Puerto de Santa María, que ya conocían desde la liberación de Fernando VII y, dentro de ella, la excelente mansión de la que era propietaria la familia política del Caballerizo Mayor del Infante, el Marqués de Casa Madrid, conocida como la casa de Pavón , para su alojamiento los meses de verano.  /En la imagen, Francisco de Paula Antonio  de Borbón y Borbón-Parma (1794-1865).

La contestación del gobernador, dándose por enterado y agradeciendo la elección de esta ciudad por parte de SS. AA. para tomar baños de mar no se hizo esperar, contestándole con fecha 30 de junio, iniciando las gestiones necesarias para preparar el acontecimiento.

Litografgía de El Puerto de Santa María, visto desde la Otra Banda del río, en el siglo XIX.

BAÑOS DE MAR.
El motivo de la estancia de SS.AA. los Infantes era tomar sesiones de baños de mar. Para ello, el ayuntamiento, encargó  a los diputados de fiesta gestionasen la construcción de un baño flotante “lo más elegante posible que cabe en local de esta naturaleza”, comisionando a un señor de apellido Menacho para este menester. Ante la falta de descripción de este ingenio flotante en el expediente consultado, vamos a  intentar explicar en que consistían. Anclados en sus cuatro esquinas y al mismo tiempo en varios puntos, desde tierra, con amarras, se situaba un cercado de madera, de forma rectangular, similar al marco de un cuadro de ancha caña, colocado en posición horizontal sobre la superficie del agua, o mejor indicado tal vez, como un cajón  sin fondo ni tapadera, con unas dimensiones que oscilarían entre seis o diez metros de largo por la mitad de ancho. Tenía un aspecto similar al  pantalán de  un puerto deportivo, con  las paredes laterales elevadas para proporcionar intimidad y refugio del viento, levemente balanceado por el oleaje.

Baños en el río, similar al instalado en El Puerto para atender a SS.AA los infantes de España en 1832.

La comisión decidió inicialmente su instalación en la banda urbana del río, entre la fuente de las Galeras y su homónima, la del Sobrante, distante un centenar de metros rio arriba. El capitán del puerto, Sr. Vernacci asesoró profesionalmente sobre el emplazamiento más adecuado, desestimando el lugar elegido inicialmente para ello por los inconvenientes que presentaba para la correcta colocación del baño. A su vez, recomendaba “que este sea colocado a un tercio de cable de la parte de afuera del barco de la Aduana en la costa del Coto, pues en este lugar es claro recibirá muy pura el agua salada, así como el fondo, limpio y claro.”

CLUB NÁUTICO.
Interpretamos que la zona elegida por el capitán del puerto estaba situada frente al actual club Náutico, aproximadamente, a 60 o 65 metros de la borda de estribor del   barco Aduana, suponiendo que este tuviese la proa mirando a la desembocadura del río. Hoy en día, encauzado el río por ambas márgenes puede parecer excesiva esta distancia. En la época en que se produce este hecho, final del primer tercio del s. XIX, el río se expandía en marea alta por el Coto o Isleta de Valdelagrana hasta el pie del arrecife de Puerto Real, siendo su orilla similar a una playa.

Muelle de la Ciudad, frente al Resbaladero. Detrás el Castillo de San Marcos con una configuración arquitectónica diferente a la actual.

Después de dictar una serie de medidas para garantizar la seguridad el Sr. Vernacci ratificó el emplazamiento señalado, reconociendo que la distancia era mayor, aunque aseguraba asimismo que “la traslación de las personas al baño es fácil y cómodo por el arrecife de Puerto Real” y mucho más discreto, añadimos nosotros, aunque es de suponer que en las azoteas de los edificios que miraban al río, desde la Casa Aduana hasta la de Cumbre Hermosa no faltarían mirones ávidos de contemplar los chapuzones reales. /En la imagen, Casa de Gª de Valdeavellano, en la Ribera, desde cuyos miradores se podrían ver los paseos de SS.AA. los infantes, en dirección al Guadalete. Plumilla de M.A. Pantoja.

LA EXPEDICIÓN.
La expedición, compuesta por la familia, séquito, equipaje y escolta salió de Madrid el domingo 8 de julio, a las cinco de la tarde, viajando toda la noche para entrar en Manzanares, hacer noche al día siguiente en Andújar, llegar a Córdoba el miércoles, donde permanecieron tres días, y continuar hasta Sevilla, desde donde embarcarían tras una estancia extra, no prevista, de seis días para arribar a Bonanza y, desde allí, a El Puerto. Cuando atracó el vapor “Betis”, bien entrada la noche del viernes 20 de julio, la comisión municipal, presidida por el gobernador y los oficiales del escuadrón de Caballería que escoltarían a SS.AA. a la ciudad portuense subieron a cumplimentar a la real familia y sus acompañantes, iniciándose seguidamente, a la luz de la luna y el titilar de antorchas el desembarco de los equipajes.

Edificio donde se alojaron SS.AA. los infantes, en calle Larga, 27.

21 DE JULIO DE 1832.
Esa misma madrugada, cuando estuvo cargado  el amplio bagaje, junto con el mismo, salió para el lugar de residencia parte del personal de servicio que se ocupó de la preparación, acondicionamiento y distribución de las estancias y salones del inmueble. Los restantes integrantes de la expedición, con independencia de no existir medios suficientes para ser transportarlos todos a la vez, optaron por descansar las horas que restaban hasta el amanecer en las camaretas del navío, saliendo a primera hora de la mañana el grueso de la comitiva.  La encabezaban vistosos coraceros y un tambor al que seguían el coche con la familia real, escoltado por lanceros,  los principales componentes del séquito y la comisión de autoridades a caballo, luciendo una escarapela con las armas de la ciudad, cerrando la vistosa comitiva los restantes componentes del escuadrón de Caballería.

MEDIODÍA.
El 21 de julio de 1832, al mediodía, entró el cortejo en la Ciudad sonando al unísono las campanas de la Prioral y las de todos los conventos, anunciando el acontecimiento en un jubiloso repique. Las calles del recorrido –San Sebastián, Plaza de la Iglesia, Palacios y Larga- en las que se habían posicionado “un concurso numeroso” de personas, estaban engalanadas, luciendo colgaduras en sus balcones. En las principales esquinas se alzaban arcos entretejidos con ramas y flores y miembros de la Brigada de Marina y del batallón de Voluntarios Realistas cubrían la carrera desde la parte alta de la calle San Sebastián hasta la esquina de Larga y Espíritu Santo, agolpándose el gentío en los alrededores del Monasterio de San Miguel de las MM. Capuchinas para presenciar lo más cerca posible a tan insignes personajes en el momento en que descendieran de la calesa, vitoreándolos repetidamente, igual que sucediera durante todo el trayecto.

Inicio del puente colgante sobre el Guadalete a mediados del siglo XIX.

TRES DÍAS DE FIESTA.
El ayuntamiento dispuso tres días oficiales de fiesta, organizando otros tantos festejos taurinos en honor de los regios huéspedes. Un anónimo cronista municipal relata con gran precisión de detalles las actividades e incidencias de aquel evento:  “…Ha habido tres días de general iluminación y adorno de colgaduras en lo que se ha esmerado el buen gusto de estos habitantes, siendo digno de atención la iluminación del muelle y Paseo de la Victoria, compuesta de multitud de faroles de color, guardando la mayor simetría, la primera costeada por los mareantes y la segunda por los dueños de los almacenes de comestibles y refinos. La iglesia Mayor Prioral, las Casas Consistoriales y el puente de San Alejandro estaban iluminados con ostentación y la plaza de Verduras formaba preciosas vistas con arcos y luces. En los días 24, 25 y 26 hubo en el primero y último corridas de toros de muerte y el intermedio de novillos. La concurrencia fue numerosa. La plaza presentaba el más brillante aspecto, el adorno de ella con el mayor lujo y las corridas fueron sobresaliente, los toros bastante bravos y lidiados por los mejores operarios que en el día se conocen.”

En todos y cada uno de los festejos estuvieron presentes los Infantes, ocupando un balcón engalanado especialmente para la ocasión, presidiendo el espectáculo y ostentando “el mando de plaza el Serenísimo Sr. Infante”, asistiendo numerosos forasteros, especialmente de las vecinas ciudades de Cádiz y Jerez, atraídos por la presencia de los Infantes, a los que el público daba muestra de su simpatía con numerosos aplausos, tanto a la llegada como a la salida del coso taurino del Ejido de San Francisco.

EXCURSIONES
El día 27 de ese mismo mes de julio el matrimonio de Infantes borbónicos y un corto séquito de acompañantes realizaron una escapada  para visitar y conocer las ciudades de Málaga y Granada, dejando a los niños con sus tutores para que se iniciaran en los baños de mar. El viaje del Infante Don Francisco de Paula Antonio y su esposa por las provincias orientales andaluzas duró algo más de dos semanas. El sábado 11 de agosto iniciaron el camino de vuelta a El Puerto, desde Granada

EL SÉQUITO.
Reunida  de nuevo toda la familia y el séquito que les acompañaba, es hora de conocer  los  componentes que formaban parte del mismo. En la “Reseña Histórica” que realizó el archivero Juan Cárdenas para la Guía Oficial de El Puerto de Santa María en 1902 se indica un séquito de 72 personas, entre nobles y servidumbre, posiblemente por error tipográfico, al cambiar el 7 por el 4, ya que, como vamos a detallar a continuación, los acompañantes de los Infantes sumaban la cifra aquí expuesta. /S.A. la Infanta Luisa Carlota de Borbón-Dos Sicilias y Borbón.

Iniciaremos el listado del séquito, por su popularidad y prestigio en la corte,  con la Marquesa de Alcañices, Dama de Honor de la Infanta Luisa Carlota. Formaban parte de su camarilla personal, además de la citada, tres damas de tocador, denominadas Señoras Azafatas y dos camaristas. La de su marido la integraban tres gentiles hombres, dos ayudantes y un oficial. Les acompañaba un ama de cría, encargada de alimentar a Fernando María que aún tomaba el pecho, la Baronesa de Ruinvillef, aya de las niñas y un tutor o ayo, asimismo, para los dos varones, así como un director de primera educación. Completaba el grupo más selecto del séquito un catedrático en medicina.

En el cuerpo de servicio, propiamente dicho, figuraban dos encargados de guardarropía y dos ayudantes que se ocupaban del voluminoso “atrezzo” de los huéspedes. Para atender a la mesa de la familia y camarilla, un jefe de cocina, dos ayudantes y otros dos ayudantes de los llamados de ramillete, denominándose así a los encargados de preparar artísticamente la mesa en las que se servía la comida, distribuyendo figuras, candelabros y otros adornos, amén de frutas, piezas de repostería y otros postres y dulces a los que eran tan aficionado en aquellos tiempos. Formando parte de la logística del grupo, figuraban también dos dependientes de caballería y dos correos, prestos para cualquier emergencia. Finalmente, cuatro mozos y mozas sin ocupación expresa y una decena de criados personales de los integrantes de mayor alcurnia de la camarilla de los Infantes, completaban el número antes indicado.

AGOSTO DE 1832.
Durante el mes de agosto compartieron los Infantes con sus hijos, (especialmente doña Luisa Carlota) los baños de mar en las instalaciones flotantes, expresamente realizadas para su disfrute, durante varias horas cada mañana, descansando por las tardes de tanto ajetreo como habían tenido en sus jornadas viajeras, sin dejar de participar con el pueblo en algunas de sus diversiones cotidianas. De este “fiel vecindario” recibían constantemente muestras de cariño y admiración, en los lugares públicos en los que se dejaban ver.

OFRECIMIENTO.
Mediado agosto el cabildo adoptó el acuerdo de ofrecer a SS. AA. las instalaciones construidas, dirigiéndole a doña Luisa Carlota escrito con fecha 25 de ese mismo mes en el que le rogaban aceptase en nombre del pueblo “el bañito flotante de que V.A. y sus augustos hijos se han servido este años, con los adornitos pequeños que contiene”, siendo entregado el mismo por una comisión presidida por el gobernador y Presidente del Cabildo. El obsequio fue aceptado por SS. AA. “con la lisonjera esperanza de volver a disfrutarlo en el próximo año” en palabras del secretario de cámara de los Infantes que podrían interpretarse como una promesa de repetir la estancia.

DISPUTAS.
Si tuvieron la intención de hacerlo, el momento tan delicado por el que pasaba la monarquía y, sobre todo, el estado de  salud del rey con funesto desenlace en septiembre del siguiente año, iniciándose una guerra dinástica entre los partidarios de otro de los hermanos de nuestro protagonista, el Infante Carlos María Isidro y los de su sobrina Isabel, a la que regentaba su cuñada María Cristina, hicieron inviable, prácticamente imposible, repetir la estancia familiar en los años que siguieron, aunque, décadas después, dos de sus hijos, Enrique y Francisco de Asís, este último como rey Consorte, volverían a visitar El Puerto.

A MADRID.
La inesperada enfermedad del monarca Fernando VII, rompió la plácida tranquilidad con que habían transcurridos los primeros días de septiembre. De forma precipitada, la familia real y algunos de los más allegados del séquito, iniciaron el viaje de regreso, saliendo para el real sitio de San Ildefonso, al pié de la Sierra de Guadarrama, en la provincia de Segovia, el 14 de septiembre. Viajaron en cuatro coches de camino, alquilados en Jerez. Llegaron, descansando lo imprescindible, en ocho jornadas. El resto del personal y el grueso del equipaje salieron ese mismo día en una expedición más sosegada, con destino a Madrid.

40 DÍAS EN EL PUERTO.
Resumiendo, la estancia física del Infante Francisco de Paula Antonio, hermano de Fernando VII y su esposa, María Luisa Carlota, hermana de la reina María Cristina, fue de 40 días y de casi dos meses sus hijos y el grueso del séquito que los acompañó, alojados casi todos en la casa número 23 actual de calle Larga. Es una página importante de la historia local poco conocida y escasamente divulgada.  El lado oscuro corresponde al gasto que supuso esta estancia al erario municipal, al pueblo en general, a la postre.  Según indica Enrique Pérez en su comentario final sobre la estancia del Infante Francisco de Paula y familia, apartado incluido dentro de su interesante obra “El Vergel del Conde y el Parque de Calderón”, el coste de la misma ascendió a 179.000 reales, suponiendo para las arcas municipales un déficit de 120.000 reales (30.000 Pesetas) en números redondos, cantidad que pretendieron recuperar en los siguientes ejercicios económicos con la imposición de arbitrios diversos, gravando en dos cuartos de real cada libra de carne, 16 maravedíes cada arroba de carbón y dos maravedíes las panillas de aceite.

Interior de la casa donde se hospedaron, en Larga, 27.

PROMOCIÓN TURÍSTICA.

La otra cara de la moneda, el aspecto positivo del evento fue la promoción que dicha estancia proporcionó a la Ciudad, compensándola de las pérdidas antes citadas pues ese año es señalado por diversos investigadores  como punto de arranque del renacimiento económico de la ciudad, merced a la llegada de inversores foráneos que, a partir de esa fecha, comienzan a establecerse aquí, labrando bodegas y trabajaderos, creando, en definitiva un emporio industrial, dedicado a la crianza y exportación de vinos que se mantendría en auge durante el medio siglo siguiente y, al mismo tiempo, sembrando la  semilla de un turismo de élite que, con el paso de los años y los cambios en usos y costumbres, se ha convertido en el robusto árbol  que es hoy día el sector de servicios turísticos. (Textos: Antonio Gutiérrez Ruiz. - A.C. Puertoguía).

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TERCER ANIVERSARIO DE GENTE DEL PUERTO.
Ayer se cumplían tres años del nacimiento de esta publicación web en la que, a diario, y desde el 21 de julio de 2008, contamos las pequeñas historias de las gentes y los habitantes de El Puerto y, con la suma de ellas ayudamos a formar el puzzle de la Historia de El Puerto. Muchas veces contada en primera persona, otras por referencias de quienes conocieron al personaje, otras más por colaboraciones y trabajos de investigación, ‘la savia del rey Sabio’, es decir las gentes de El Puerto, los temas y curiosidades de nuestra Ciudad, se asoman a diario a los numerosos lectores, más de 8.000 diarios, haciendo de esta publicación las más leída en internet de El Puerto de Santa Maria. A todos, muchas gracias.

José María Morillo
Director.

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Antonio Villalpando Moreno nació en Cádiz el 15 de enero de 1982, hijo de Joaquim Villalpando Tacón y Ángeles Moreno Bohórquez, miembro de una familia con 4 hermanos, dos varones y dos hembras de la que Antonio es el mayor. Su  referente en El Puerto es Antonio Monclova Bohórquez, primo hermano de su madre al que llama indistintamente primo o tío. “--Es además de un científico y profesor de referencia nacional, muy buena persona, como lo fue su Padre, Rafael Monclova, empleado de banca y conocido fotógrafo local. En El Puerto tengo familia aparte de él. Ramón, Mª Carmen, Fali, Mercedes…”

SU FORMACIÓN COMO ARQUEÓLOGO.
Estudió en el C.P. Arquitecto Léoz y el IES 'Antonio Muro', ambos en Puerto Real. Su formación como Arqueólogo está muy ligada al Museo del Puerto, a Francisco Giles Pacheco y su entorno, lo que podemos denominar 'Escuela de Gibraltar' del mismo modo que a la UCA, al área de Prehistoria y al Seminario 'Agustín de Horozco' de Estudios económicos de Historia Antigua y Medieval.

La carrera  de Licenciatura en Historia la estudió en Cádiz y parte en Edimburgo (Inglaterra). De vuelta a Cádiz realizó los cursos de doctorado sobre Sociedades Históricas Gaditanas y con posterioridad la primera promoción del Máster de 'Gestión e Investigación de Patrimonio Histórico Arqueológico', cuyo proyecto sobre gestión de patrimonio cultural en Espacios Naturales Protegidos marcó un punto de inflexión en su proyección, que al inicio estaba dedicada a la Arqueología y su investigación y hoy se enfoca a la Gestión e investigación de Patrimonio Cultural en Espacios Naturales de interés Medio Ambiental.

LA AVENTURA DE LA VIDA.
Antonio nació en el seno de una familia humilde, de casta de mecánicos del sector naval. Un abuelo, el materno, Agustín, del Astillero de Matagorda, el paterno, Antonio, del Astillero de Bazán. Su padre, Joaquim también de Matagorda, podía haber llegado a donde hubiera querido. En la mili haber hecho la carrera militar, en los estudios terminar la carrera inconclusa de Ingeniería Superior en Sevilla. Pero los tiempos no lo quisieron, de modo que terminó siendo Herrero, luego Bombero y actualmente Conductor de Ambulancias, siempre en Matagorda. Aún así “siempre lo tendré por infinitamente más inteligente que yo” , dice Antonio. /En la imagen de la izquierda, el biólogo y paleontólgo Antonio Monclova Bohorquez.

Esta condición marcó de forma decisiva su visión del mundo. Por un lado, entendió desde niño que si quería llegar a algo en la vida tendría que ganárselo el mismo, con esfuerzo y sacrificio. Por otro lado su entorno rendía culto al mar, a la pesca, a los barcos. El haberse criado en un pueblo con un entorno natural poco modificado urbanísticamente acrecentó su interés por la naturaleza. El carácter soñador de sus padres lo educó bajo una máxima. “La cura del Cáncer puede venir tras un canasto de coquinas” (Frase de su abuela que repetía su madre todos los días) o lo que es lo mismo, que los hijos de los trabajadores hoy pueden llegar donde quieran aunque lo tengan más difícil que nadie. Esto fue clave, junto con una serie de profesores de geografía e historia magníficos, para terminar estudiando Historia y cometer la imprudencia de querer ser arqueólogo.

En principio todos pensaron que terminaría siendo biólogo. Su primer libro fue una guía de aves de Europa, por su comunión pidió de regalo un telescopio terrestre, siempre participó o quería participar de las actividades ambientales de los municipios del entorno.

NEARDENTALES.

Una vez tuvo clara la rama que iba a tomar, que sorprendió a todos al no ser Biología, aconteció otro hito clave. Las Jornadas de Historia de Puerto Real se realizan en ERA, y allí conocerá por primera vez a un arqueólogo, con 16 años. Allí conoce a Rita, a Fran, a Espe, a Santi y, importante, a Paco Giles, Ex Director del Museo Municipal de El Puerto de Santa María y Clive Finlayson, Director del Museo de Gibraltar. / En la imagen, Antonio Villalpando, durante su etapa como Director de Arqueología de Aula 3, empresa de actuaciones integrales sobre el patrimonio, junto a Marta Murciano, en 2008

Cuando entra en la carrera en Cádiz, decide asistir al congreso de Valencia “El neolítico y el paisaje mediterráneo”. El reencuentro inesperado con Paco Giles y Clive Finlayson en Valencia representó un nuevo punto de inflexión ya que por vez primera le ofrecen participar en una excavación. Nada más y nada menos que Gorham´s Cave, la cueva gibraltareña que representa uno de los mejores yacimientos vinculados a Neandertales de Europa Occidental, que encima tiene restos de otros periodos prehistóricos, destacando el Paleolítico Superior y un santuario fenicio. El equipo de Gibraltar fue clave en su formación, marcadamente anglófila, donde destaca haber cursado parte de sus estudios en la Universidad de Edinburgo (Inglaterra)..

LÍNEAS DE INVESTIGACIÓN.
Desde esa excavación y al amparo de profesores de la UCA como José Ramos, L. Lagóstena o el porteño José Antonio Ruiz Gil --hijo de José Luis Ruiz Álvaro-- fue ampliando su formación y participación en actividades ligadas a la arqueología, hasta que se vinculó de forma definitiva a la línea de investigación desarrollada por Lázaro Lagóstena y el Seminario de Estudios Económicos de Historia Antigua y Medieval Agustín de Horozco , del que forma parte como investigador desarrollando la línea de Investigación de Líneas de Gestión de Patrimonio Cultural en Espacios Naturales Protegidos, con especial atención a áreas marismeñas y sus usos.

Playa de Levante y Los Toruños. /Foto Jorge Roa.

PRIMER ENCUENTRO CON LOS TORUÑOS.
Al respecto, su proyecto de la primera promoción del Máster Oficial de Gestión de Patrimonio Histórico-Arqueológico, (UCA) focalizado en la contribución al establecimiento de un modelo de Gestión de Patrimonio Cultural en Espacios Naturales Protegidos le abrió las puertas a la participación como técnico en proyectos del Parque Metropolitano Marisma de Los Toruños y Pinar de La Algaida, donde su director, Juan Martín Bermúdez (ver nótula núm. 411 en GdP), apostó desde un inicio en el desarrollo de esa línea de gestión para potenciar la calidad y cualidad de la oferta de servicio público que la Consejería de Obras Públicas ofrecía en un espacio que estaba bajo el punto de mira de los especuladores.

Puente sobre el río San Pedro que une los términos municipales entre El Puerto y Puerto Real, en el Parque de Los Toruños.

LOS TORUÑOS, A SALVO DE ESPECULADORES.
Esto estaba principalmente justificado en la medida que los bienes de patrimonio cultural se relacionan a la ordenación del territorio y de cómo afectan a los usos del suelo. Además se estableció desde el inicio el incuestionable elemento de plusvalía que ejerce el carácter histórico a los diferentes espacios y senderos del Parque Metropolitano. No puede seguir ofertándose el sol y la playa, ese tiempo ha pasado y si no actuamos hoy el desastre que podría suponer la caída del sector turístico podría suponer un auténtico cataclismo. Del mismo modo era importante establecer criterios de ordenación que impidieran que la costa terminara siendo un cinturón de hormigón con pisos vacios salvo en verano.

LA PIEDAD Y LA CALLE LUJA.
Es importante que haya participado en proyectos en espacios como Gibraltar, Cantabria o Escocia, donde el marco de trabajo es completamente diferente al de Cádiz. Ha trabajado en numerosos proyectos de investigación y en arqueología de gestión, en municipios como Jerez de La Frontera, Puerto Real, Vejer de La Frontera, Medina Sidonia, todas junto a arqueólogos de ASPHA (Cobos, Mata, González y los Montañés) Especialmente importante en el caso actual los trabajos en El Puerto. Destacan los trabajos como técnico en el Acueducto de La Piedad y en la Calle Luja con su amigo Jorge Ramírez.

EL PROYECTO CULTURAL DE LOS TORUÑOS.
El Proyecto Cultural del Parque Metropolitano es referente en muchos ámbitos, ya que supone la primera vez en Andalucía en que se cataloga los elementos de Patrimonio Histórico ubicados en un Espacio de interés ambiental sin atender a criterios de Cartas Arqueológicas Municipales, atendiendo al espacio definido geográficamente y  más allá de la enumeración de elementos identificados en bibliografía antigua.

Actualmente está trabajando como asesor técnico en el Parque Metropolitano atendiendo a proyectos vinculados a la Red de Espacios Libres de Andalucía. Se lleva una política de transferencia de resultados de la investigación al público en general. Para ello se están realizando cursos de formación del personal de guía y de vigilancia, charlas de difusión, se preparan exposiciones y actos conmemorativos y se buscan líneas de gestión que hagan realidad, en la medida de lo posible, la creación de empleo retomando actividades artesanales que en otros tiempos fueron altamente productivas, se abandonaron y gracias al aumento de conocimiento y la coyuntura económica actual pueden volver a ser rentables y sostenibles. Este es el caso de las salinas, el marisqueo,  la ganadería, la mejora de la formación del personal de guías o la reactivación de industrias de transformación de base agropecuaria. /En la imagen, Juan Martín Bermúdez, director de Los Toruños y Antonio Villalpando, examinando un molino romano en las ruinas de Volúbilis (Marruecos).

YACIMIENTOS DE EMPLEO.
Un espacio donde todo es no es poco sostenible y aún peor, no es querido. Actualmente  se estudia  la viabilidad de desarrollar actividades tradicionales de forma que representen prácticas sostenibles, que generen empleo. Se es consciente de que no se va a quitar el paro de la bahía con esta oferta, pero si se crean nuevos yacimientos de empleo y se reactivan otros. Son decenas las familias que han cesado de estar sin ingresos gracias a actividades económicas tradicionales que hoy se puede garantizar que son sostenibles respecto al futuro.

REACTIVACIÓN DE LAS TRADICIONES.
El Parque trabaja en la reactivación de actividades tradicionales como el cultivo en Navazos y las explotaciones salineras, muy frecuentes antaño en El Puerto. También se están realizando proyectos de puesta en valor y de conservación preventiva de patrimonio material inmueble que pueda asociarse a rutas ya existentes o rutas temáticas que puedan vincularse a senderos preestablecidos.

Una montaña de sal, apilada a mano por los trabajadores, en una imagen antigua. /Foto : Centro Municipal de Patrimonio Histórico).

LA CULTURA Y EL TURISMO.
Otra línea de trabajo, que beneficia al conjunto de la Bahía es la búsqueda de la mejora en la oferta cultural de cara al ciudadano local y al turismo. No se pude pretender vender elementos que no se tienen acondicionados para usarse ni se puede visitar áreas en toda su dimensión social sin conocer los elementos identitarios. El Parque Metropolitano representa un espacio virgen junto a un medio urbano, con centro de recepción, senderos debidamente acondicionados, con garantías de seguridad, con servicios varios de aseos, fuentes, vending,  renting de bicicletas o indicaciones de senderos. Los guías del Parque realizan a día de hoy su visita por zonas como el Río de San Pedro conociendo su origen geomorfológico, cuando se navegaba en época antigua y medieval y el porqué,  incluso la evolución de  los usos a los que fue destinado o los tipos de barcos que se usaron. Eso es calidad en la oferta.

GUERRAS NAPOLEÓNICAS.
«Siempre destaco como elementos culturales del Parque Metropolitano su Patrimonio Militar vinculado a las Guerras Napoleónicas, los restos de actividades agropecuarias y las vinculadas a explotaciones marinas, como las salinas. Hay mucho de historia social, de razas de ganado autóctonas, de identidad de la Bahía.» /En la imagen de la izquierda, uniformes de soldados napoleónicos.

Antonio afirma tenerlo clarísimo: «Por supuesto que no es lo mismo recorrer un sendero cualquiera que aquel donde se conoce como se ha formado el paisaje paso a paso y se sabe que pasó y en qué momento, dando señal de autenticidad,  ¿acaso es lo mismo estar en un coliseo de cartón piedra que en el de Roma?. La investigación cultural genera marca, da valor de auténtico. Uno está donde se montaron baterías francesas para defender la navegación del río en época napoleónica, aunque hoy solo quede arena en el suelo, pasea por el primer trazado de ferrocarril andaluz, descubre restos de intentonas industriales en tiempos de la construcción del Astillero de Matagorda, visita espacios vinculados a las gentes de verdad, las que trabajaban de sol a sol, en el campo con vacas, en las salinas o con cabras y como no, en el mar. Como cambia la cosa cuando se habla de fondeaderos, de morgueras, galeones o candrais en un sitio como el Puerto de Santa María, donde casi ninguna familia carece de un miembro que haya estado vinculado al mar. Y encima respiras paz, espacio y si tienes suerte te topas con un camaleón».

Antiguo puente del ferrocarril

FERROCARRIL JEREZ-ELPUERTO-TROCADERO.
«Es interesante enfatizar el rico patrimonio industrial» enfatiza, «encabezado por el Ferrocarril Jerez-El Puerto- El Trocadero, primer proyecto ferroviario español y primera obra ferroviaria en Andalucía. Los elementos de arqueología subacuática tienen vigilancia permanente por los vigilantes del Parque en coordinación con la Guardia Civil y sus pautas de gestión se establecen directamente desde el CAS, donde desarrollan su función algunos los mejores técnicos de arqueología subacuática de España. Parece mentira, pero el Parque Metropolitano es una auténtica joya que envidiarían en cualquier país por la carga cultural que contiene y la importancia ambiental del entorno».

AFICIONES.
Antonio Villalpando es aficionado al avistamiento de aves y al senderismo. Le encanta la acuariofilia y  los animales en general. Le gusta salir a pasear con su esposa junto a Pili, su sobrina, y  Williams Gross, Mastín Español, su mascota. Como buen arqueólogo, no tiene bastante con las ‘piedras’ de su trabajo, y dedica sus fines de semana a ver restos arqueológicos. Le podemos encontrar por tanto indistintamente en museos, senderos, marismas o conjuntos históricos. También le gusta el arte y la música folk escocesa, la mediterránea y la balcánica, especialmente los temas relacionados con Kusturica. Es aficionado a la cocina tradicional gaditana y su plato favorito son los 'muergos aliñaos' y los higos de tuna. Sus películas favoritas son El Imperio ContraatacaTierra y sueña con visitar la Amazonia Peruana y Tierra Santa.

AMIGOS EN EL PUERTO.
«En esta ciudad siempre tengo que acordarme de Paco Giles. Es un arqueólogo muy querido y con publicaciones de referencia, determinante en mi formación y buen amigo, él y su familia. Los técnicos municipales en El Museo y en Patrimonio siempre me han ayudado en todo y gran parte de mi actividad profesional se ve facilitada por su predisposición a colaborar en todo lo que beneficie a El Puerto. También me gustaría mencionar a los pescadores y mariscadores de esta ciudad, que me han enseñado tanto sobre el mar y su cultura y amigos del gremio como Santos, José Antonio, Diego y Carlos Millán. Portuenses como el amigo Ángel León lanzan al mundo nuestra bahía». /En la imagen de la izquierda, Francisco Giles Pacheco.

3

Paseo de la Victoria cuando aquel parque neoclásico estaba en todo su esplendor: las cuatro estatuas de terracota representaban a las Cuatro Estaciones.

Con la reciente remodelación, entre los elementos ornamentales clásicos de este Parque, han vuelto a presidir mediado el recinto estas réplicas en mármol de las cuatro estatuas  que antaño estaban a la entrada del mismo, cuyos originales se encuentran a salvo de los vándalos en el Museo Municipal. Es decir, que sobre los pedestales donde otrora estaban las terracotas de Las Cuatro Estaciones Vestidas, hoy están Las Cuatro Estaciones Semidesnudas de mármol, acaso más protegidas en el interior, que en la fachada del Paseo. Empero, sin vigilancia ¿cuanto durarán las estatuas y demás mobiliario urbano que se acaba de incorporar al Paseo? /Foto inferior: Fito Carreto.

Fernando Sánchez García nos envía estas cuatro imágenes --óleos sobre tabla de 32x43 cms.--, que fueron pintados cuando los originales desaparecieron de la fachada del Paseo, imaginamos que ante el temor de que sufrieran actos vandálico y que podemos ver en la foto inferior.

Fernando reflexionaba, imaginaba y pensaba que...

De ellas se dice que decían:
I.  ¡Estoy de El Puerto hasta aquí!
II. Yo voy a juntar para irme.
III. Yo ya he juntado.
IV. Pues yo ya me voy.
¿se fueron para siempre?     ¿volverán?

Fernando Sanchez García.

I.  ¡Estoy de El Puerto hasta aquí!

II. Yo voy a juntar para irme.

III. Yo ya he juntado.

IV. Pues yo ya me voy.

«Tu hermosura nos la mostraba antes de entrar en ti, presidiendo tu entrada cuatro cariátides sin arquitrabe que sostener; solo sosteniendo, la inmensidad del espacio. Estas esculturas representaban las cuatro estaciones del año, que por fortuna, después de haber ornamentado el chalet de algún munícipe colaborador del régimen anterior, se encuentran hoy depositadas en el museo municipal para su restauración». Paco Artola Buzón.

Más información: El Paseo de la Victoria, la Memoria Amputada.

Alva Sueiras Fanjul, es una portuense que nace el 21 de junio de 1977 en Alicante, hija del gallego José Luis Sueiras y la uruguaya Dunia Fanjul, quienes se afincaron en nuestra Ciudad, donde Alva tiene un hermano, Daniel, año y medio mayor que ella que vive, en El Puerto.

El Puerto es la ciudad donde se crió y donde creció; donde reside su familia y al que siempre acude para guarecerse como un Puerto de Abrigo. Es el lugar al que siempre regresa; su referente y su raíz. El Puerto es su hogar.

ESTUDIOS.
Estudió en el colegio Jose Luis Poullet (hasta 5º EGB), El Centro Inglés (6º, 7º y 8º EGB), Instituto Pedro Muñoz Seca (1º BUP), Institución SEK en Madrid (2º y 3º BUP), Glenelg Country School en Maryland, USA (COU), Escuela Superior de Hostelería de Sevilla (Diplomatura en Hotel y Servicios) y Les Roches Marbella (Licenciada con Matrícula de Honor en Gestión de Empresas Hoteleras). «--El Puerto que dejé a mis quince años era un sitio pequeño, íntimo, con una marcada estratificación social y unas tendencias socio-culturales muy señaladas. En la distancia y durante mi temprana y más tardía juventud, la imagen del Puerto se diluyó en la lejanía con los recuerdos de la infancia, procurándome esa imagen desdibujada y ciertamente borrosa, que caracteriza la edad temprana».

Assilah (Marruecos). Foto Alva Sueiros.

TRABAJOS REALIZADOS.
Directora de Estudios de la Escuela de Hostelería de Moralzarzal (Madrid), Duty Manager Hotel Almirante Farragut (Menorca), Subdirectora Hotel Aracena Park**** (Aracena, Huelva), Directora General Hospedería Parque de Monfragüe**** (Cáceres), creadora y promotora de una asignatura en sostenibilidad hotelera para centros universitarios

En la actualidad es Profesora en Sostenibilidad Hotelero-Turística en un Máster de Gestión Hotelera de la Universidad Politécnica de Madrid y  Responsable de Área en Andalucía & Auditor Partner para Green Team - Green Globe Preferred Partner. «--Hoy El Puerto que habito es una Ciudad que ha crecido, no sólo en estructuras e infraestructuras, también y afortunadamente, en diversidad cultural. A mi sorpresa, en mi regreso, he podido comprobar la cantidad de gentes interesantes que han ido a anclar y atar sus vidas a este rincón del sur. Gentes que, sin lugar a dudas, tienen mucho que ofrecer y aportar».

Ibiza (Archipiélago Balear). Foto Alva Sueiros.

¿QUE ES GREEN TEAM?
Green Team es una compañía creada por el grupo Natura, operador especializado en ecoturismo y eventos sostenibles desde hace más de 20 años. Probablemente estemos hablando del operador turístico más sostenible de todo el territorio nacional. En Green Team ofrecen servicios de consultoría, formación y auditoría en sostenibilidad Turística. Green Team ha sido escogido por Green Globe como preferred partner para España y Andorra, ésto quiere decir que Green Team es la única empresa certificada que puede ofrecer los servicios de Green Globe en territorio nacional.

Kuna Yala (Panamá). Foto Alva Sueiros.

¿QUE ES GREEN GLOBE?
Green Globe es un sistema de gestión medioambiental turístico presente en 86 países con sede en Los Ángeles (California) e incorporado recientemente al territorio español. A nivel turístico, se trata del Sistema de Gestión y Certificación Medioambiental premier a nivel internacional, avalado por la Organización Mundial del Turismo, The Caribbean Hotel & Tourism Association y el World Travel & Tourism Council. Existen protocolos diferenciados para los diferentes subsectores turísticos: transportes, hoteles & resorts, restaurantes, convention bureaus, palacios de congresos, atracciones, oficinas de eventos, cruceros, campos de golf, spas y centros de bienestar, eventos, reuniones e incentivos, tour operadores y demás organizaciones turísticas. Para mayor información visitar: rsc-greenteam.com

Cuevas. Foto Alva Sueiros.

AFICIONES.
Probablemente viajar sea su afición más señalada. Le fascina conocer los rasgos paisajísticos, culturales e identitarios de otras culturas; ese hacer y vivir de otras gentes. Lamentablemente, no siempre puede viajar cuánto le gustaría. Entretanto, disfruta de la compañía de los suyos, con quien comparte fantásticos encuentros gastronómicos, al calor de la conversación, el vino y las recetas ingeniadas tras la visita al mercado del día.

Autorretrato de Alva Sueiras Fanjul.

Dibuja y escribe desde muy temprana edad. Mantiene un blog al que va incorporando entregas con cuentagotas: In the way to Ithaca (En el camino hacia Itaca), donde hace algún que otro trabajo de ilustración para gente cercana. Hace unos años presentó una exposición en Madrid de dibujos de gran formato, pero es una actividad, que fundamentalmente por falta de tiempo, a día de hoy la tiene relegada a momentos ocasionales. Finalmente, y no por ello menos importante, están la música, la literatura y el cine; artes básicas para su ‘supervivencia’.

EL PUERTO HOY.
«--Actualmente, el Puerto posee todos los ingredientes y agentes necesarios para hacer de esta localidad, un lugar propicio, enriquecedor y multidisciplinar en el que crecer, desarrollarse, convivir y ejercer. Bajo mi criterio, más o menos acertado, aún faltan esfuerzos para alcanzar una sólida cohesión social que permita aunar los intereses empresariales, con el bienestar comunitario, sin dejar a un lado el respeto por la cultura y el medio ambiente».

Cirros. Foto Alva Sueiros.

Para Alva: «Ésto sólo será posible si se flexibilizan las administraciones, se facilita y potencia el emprendimiento y la cultura, y se preservan los valores autóctonos, identitarios, medioambientales y culturales, dando cabida a la innovación. Para ello es fundamental apoyar al comercio tradicional, a las organizaciones vecinales y gremiales, a la comunidad de artistas y demás grupos de interés, que dan identidad a nuestra localidad. Entiendo que hay que trabajar por y para la cohesión, la alianza y la convivencia y contra la exclusión. En El Puerto hay sitio para todos, pero hay que trabajar y mediar sobre la coexistencia de intereses y necesidades de los diferentes sectores y generaciones».

José Luis Martín Ruiz fue nacido el 3 de enero de 1957, hijo de Pablo Martín, carpintero de profesión y de Isabel Ruiz, en el municipio onubense de Galaroza. Está casado y tiene dos hijos. Sus aficiones principales son el senderismo y la micología. Analista del paisaje, este geógrafo que refleja lo que ve en los territorios, en mapas y planos, se niega a ser comparado con  Juan de la Cosa, el cartógrafo que hiciera en el Puerto el primer Mapa Mundi en el año de 1500, pues, mientras el ilustre santoñés hacía mapas de la tierra desconocida y con la información que tenía mediante la observación a ras del suelo, él los hace de la tierra conocida y mediante el uso de fotografías aéreas.

El año de su nacimiento, 1957, lo fue también de los pintores Ángel Lara Barea y Franco Policastro, del gestor turístico Enrique Fernández de Bobadilla, del naturópata y kinesiólogo Juan Sánchez Requena, del escultor Pablo Tejada, del actor Manolo Morillo, del maestro coctelero Juan Franco del Valle. En Madrid se estrenaba ‘La Venganza de Don Mendo’, versión de Gustavo Pérez Puig, con los hermanos Ozores. El Colegio conocido como Asilo de Huérfanas, en la calle Cielos, instalaba un internado y medio pensionado, bajo los auspicios de la Junta de Protección de Menores. Se construye en la calle San Juan, la caa del Curar, en el espacio que ocupaban unos almacenes en mal estado. El Ateneno de Sevilla se desplazaba a El Puerto para rendir un homenaje a Pedro Muñoz Seca. En las carreteras españolas ya se podían admirar 16 toros de Osborne, diseñados por el artista Manolo Prieto.

Panorámica de Galaroza (Huelva), de donde es natural José Luis.

José Luis vivió en su municipio natal de Galaroza hasta la edad de 11 años en que marchó la capital para estudiar interno el bachillerato. Posteriormente su familia se instaló en el municipio sevillano de Camas y allí estudió el COU y, posteriormente,  en la Universidad de Sevilla, se licenció en la especialidad de Geografía en 1980.

CASA DE VELÁZQUEZ.
A partir de 1.981 comenzó a trabajar como investigador del Equipo multidisciplinar de La Casa De Velazquez, especializándose en estudios del paisaje desde el punto de vista geográfico, publicándose numerosos trabajos en la revista Mèlanges de la Casa de Velazquez, Ceotma, Diputación de Cádiz...etc. Como profesional libre, realizó así mismo diversos trabajos relacionados la afluencia turística a los municipios costeros andaluces y el impacto del crecimiento incontrolado de municipios costeros.

EQUIPO DEL PGOU.
En 1984 entró a formar parte del equipo de trabajo encargado de la Redacción del PGOU de El Puerto de Santa María, dirigida por el arquitecto Jerónimo Andreu (concejal de IU por Cádiz capital, luego Diputado al Congreso y, en la actualidad, candidato número dos de la lista del PSOE por Chiclana)y desde 1989, es funcionario de carrera del Ayuntamiento de El Puerto, ocupando el puesto de Geógrafo. (En la imagen, Jerónimo Adreu).

José Luis puso en marcha en El Puerto un programa pionero en Sistemas de Información Geográfica, que incluso destacó en su revista a nivel mundial, la multinacional IBM. Se sentía especialmente orgulloso de ello, aunque tuviera un triste final, a pesar del reconocimiento que tuvo en su día, pero dejó una buena herencia: la necesidad de poner orden en las Bases de Datos. «--Si  uno disfruta con su trabajo, es fácil que las cosas salgan bien, en cambio si hacemos las  cosas porque de eso vivimos, la mediocridad casi está garantizada», afirma.

Aparcamientos en la Playa de Valdelagrana. 14 de julio de 1977. (Foto: Rafa. Archivo Municipal).

RECUPERANDO PATRIMONIO MUNICIPAL.
Hasta el año 1996 estuvo vinculado al Servicio de Planeamiento, encargándose de los temas relacionados con la cartografía municipal, aunque realizó trabajos específicos relacionados con la investigación y deslinde del patrimonio municipal destacándose los trabajos realizados para esclarecer el proceso de venta de todas las parcelas de Valdelagrana, detectándose diversos casos de ocupaciones irregulares de terrenos que, en su día, tuvieron gran trascendencia mediática (caso del Hotel Puertobahía). Bajo su dirección se logró así mismo esclarecer la situación de terrenos comunales conocidos como Las Carraleso los Ejidos y de la finca Crevillet así como de los límites de la finca municipal de la Sierra de San Cristóbal.

Grabado de Jerez, visto desde la Sierra de San Cristóbal. Braun Hogenber. The Hebrew University of Jerusalem & The Jesiwh National & Unversity Library.

LITIGIO CON JEREZ.
Finalmente tuvo una activa participación en la definitiva resolución del conflicto mantenido durante mas de cinco siglos, relativo al deslinde del término municipal con Jerez de la Frontera en el tramo de la Sierra de San Cristóbal. Frente a lo que se publicó de que era un conflicto que se arrastraba desde antiguo, la realidad es que  el problema quedó resuelto en 1432, con la firma del “Acta de la Concordia” aceptada pacíficamente por ambos municipios permaneciendo así hasta el finales del XIX. En esta fecha realizó la delimitación de los términos municipales y al no ponerse de acuerdo en la línea de separación de ambos términos en esa zona, al pretender Jerez quedarse con las canteras situadas en terrenos que, durante siglos, se habían considerado como pertenecientes a  El Puerto.

GEOGRAFÍA Y ESTADÍSTICA.
Desde 1996 dirige el Servicio de Información Geográfica y Estadística del Ayuntamiento, cuyo objetivo es mantener continuamente actualizada la base cartográfica municipal y los trabajos relacionados con el Padrón Municipal de Habitantes. Entre los trabajos mas destacados, figura la publicación de doce ediciones en diverso formato, de los planos-guía de la ciudad, desde 1998 hasta 2008. (En la imagen, portada del Plano Guía Municipal del año 1998, paginado, en soporte papel).

ORTOFOTOS O VISTAS AÉREAS.
Desde el año 2000 se viene realizando la edición de ortofotografías digitales del municipio, que permiten conocer la realidad física municipal en fechas concretas, realizándose además una labor de rescatar vuelos fotogramétricos antiguos sobre nuestro municipio y pasarlos a formato digital para que puedan ser fácilmente consultados por cualquier ciudadano y a su vez sirvan de elemento de estudio y comparación de la evolución y crecimiento de la Ciudad.

En este sentido son de destacar los vuelos de 1956, 1969 y 1977/78, teniendo este último una excepcional importancia histórica por ser una imagen muy cercana a las primeras corporaciones municipales democráticas. Actualmente se está trabajando en digitalizar las imágenes procedentes de un vuelo realizado en 1.992, año de gran importancia ya que coincide con la entrada en vigor del PGOU de la ciudad y puede verse como ha evolucionado la ciudad desde dicho año, así como la eficacia y grado de cumplimiento de lo planeado. (En la imagen, portada de la Ortofoto Municipal del año 2004, en soporte electrónico).

José Luis Martín, en el patio del Palacio de Valdivieso, sede de Urbanismo. (Foto: Fito Carreto).

EL PUERTO DE LOS ÚLTIMOS 30 AÑOS.
José Luis hace un diagnóstico del paisaje portuense y los cambios experimentados: «--Probablemente el paisaje portuense ha cambiado en los últimos 30 años, mas que en los cinco siglos anteriores. La diferencia entre El Puerto de mediados del siglo XX  y el de hoy es espectacular: La superficie urbanizada es al menos diez veces superior a la que había en aquella fecha y sin embargo la población tan solo es de algo mas del doble: el modelo de ocupación territorial es sustancialmente distinto. Además, la superficie ocupada por los procesos de parcelación ilegal es casi la misma que la de la Ciudad desarrollada al amparo de la Ley. El espectacular crecimiento de las parcelaciones ilegales es el auténtico cáncer del territorio y supone una pesada hipoteca para las generaciones venideras».

Vista aérea del vuelo de noviembre de 1969, realizado por Paisajes Españoles para el Ayuntamiento. (Foto: Archivo Municipal).

¿Se puede actuar contra el medio tan impunemente sin creer que la naturaleza nos va a pasar luego factura?, le preguntamos: «--De ninguna manera; la factura se pagará y además será cara, aunque lo mas probable es que la tendrán que pagar otros».

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José Ignacio Fernández Varela nace el 11 de Abril de 1.949, año en que se crea la OTAN, la República Democrática de Alemania y se proclama la República Popular China.  En El Puerto el Castillo de San Marcos, Monumento Nacional, disfrutaría de la protección de la declaración genérica por Decreto de 22 de abril de 1949, así como la Torre de Santa Catalina. Se crea el Club Náutico.

Sus padres eran Rafael Fernández Rodríguez, natural de El Puerto y Georgina Varela Moreno, nacida en Sevilla, aunque vivió la mayor parte de su vida en nuestra  Ciudad. Ocupa el cuarto lugar del total de cinco hijos de la familia, tras sus dos hermanos mayores Jorge y Rafael y su hermana Clara Mª, siendo el menor Agustín, profesor de inglés y director que fue del Instituto Pedro Muñoz Seca..

Vivió siempre en la casa familiar de la Calle San Bartolomé en la que también vivieron su abuelo materno, sus tíos y primos. Estudia en los colegios de las Carmelitas y la Divina Pastora la enseñanza primaria y el bachillerato laboral elemental en el Instituto Laboral de El Puerto.

Casa familiar de los Fernández Varela, en San Bartolomé, núm. 6 actual.

EL QUE SE CAYÓ DEL BALCÓN.
La anécdota más significativa que recuerda de su infancia es que, cada vez que iba de paseo por el parque de Calderón con sus hermanos y primos ya que en la casa de la calle San Bartolomé vivía con sus hermanos y sus doce primos de la familia Renedo Varela y le decían a la cuidadora que los llevaba --la tata Carmela--: “--¿Éste es el que se cayó del balcón?”.

José Ignacio, con sus hermanos y la Tata Carmela, en el Paseo de la Victoria.

Y es que, con un año, se metió entre los barrotes del balcón del entresuelo (el piso donde vivía, a 4 metros de altura sobre el patio) y cayó de cabeza encima de una maceta que su madre tenía preparada para sembrar una palmera.

Con sus hermanos y primos --los Renedo Varela--, en 1953, el día de San Francisco, día de la onomástica de su abuelo materno, en la imágen, el único que conoció: Francisco Varela Ortega.

AMIGOS DE INFANCIA Y ADOLESCENCIA.
Recuerda a sus amigos de infancia: Guillermo Fernández  y Guillermo Rascón (primos segundos), a sus doce primos hermanos (Renedo) y a sus amigos de la adolescencia; del Instituto: a Cayetano Gómez Jiménez, José Felipe González Gómez, y Mariano Cantera;

De izquierda a derecha, Agustín y Clara, hermanos de José Ignacio que aparece a la derecha, en una típica imagen retrato de colegio.

De los amigos de la Universidad Laboral de Córdoba recuerda a José Mª Delgado Márquez; del verano, a  los vecinos del chalet de su padre en el pago La Valenciana (los hermanos Moreno Zamorano y Moreno Basallote, y a Norberto Jiménez, después director del Club Náutico). Recuerda los campeonatos de bolos Palma, en la bolera del Mesón del Montañés (de Isidro) donde su hermano Agustín era el campeón y ocupaban puestos destacados Ángel María Moreno Zamorano y José Manuel Moreno Basallote. De todos ellos recuerda muy especialmente, a su amigo Manuel Moreno Zamorano, con el que sigue sintiéndose muy unido.

Delante del Paraninfo de la Universidad de Córdoba, abajo a la izquierda, José Ignacio y a su derecha José María Delgado, también de El Puerto, técnico de la Empresa Municipal de Aguas.

ESTUDIOS EN CÓRDOBA Y MADRID.
En los años 1964-1966 obtiene beca para realizar el bachillerato laboral superior en la Universidad Laboral de Córdoba. Su marcha de El Puerto a los quince años se produce como se ha dicho por motivos de estudio primero y de trabajo después, por lo que suele decir con frecuencia: “--Me fui de mi casa para estudiar y trabajar, y todavía no he vuelto”.

A la izquierda, en su habitación de la Universidad Laboral de Alcalá de Henares, donde residía mientras estudiaba la carrera de ingeniería en Madrid.

Durante los años 1966-1971 estudia el curso Selectivo de Ciencias en la Facultad Complutense de Madrid e Ingeniería Técnica de Obras Públicas en la Escuela Universitaria de Ingeniería Técnica de Obras Públicas de Madrid, en la especialidad de Hidráulica e Hidrología.

CENTRO DE ESTUDIOS HIDROGRÁFICOS.
En febrero de 1972 ingresa en el Centro de Estudios Hidrográficos (CEH) del Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas (CEDEX) del Ministerio de Obras Públicas en Madrid, en el equipo redactor del proyecto del trasvase del Ebro entre los años 1972 y 1980

José Ignacio se casa en la iglesia de San Dionisio en Jerez de la Frontera el 3 de junio de 1972 con Francisca Orellana Ferral, natural de dicha ciudad, con la que tiene tres hijos: María Elena (1973), José Ignacio (1976) y Cristina (1978).

GUAYAQUIL (ECUADOR).
Desde 1980 hasta 1984 formará parte del equipo redactor del proyecto de trasvase de la península de Santa Elena en Ecuador (años 80-84), residiendo varios meses durante ese periodo en Guayaquil.

En Ecuador, en el río Guayas, pescando un bagre, un pez que hace un buen caldo. Solo con un sedal con anzuelo.

En Ecuador, subiendo al segundo pico más alto de América, tras el Aconcagua. La imagen está tomada a unos 5100 metros de altura que es donde se encuentra el refugio que aparece a la izquierda.

En Ecuador, en la ciudad de Riobamba, a la que fueron unos días antes de subir a la montaña para acostumbrarse al 'soroche', el mal de altura, una aclimatación necesaria. Estas fotos de Ecuador son de 1982.

De vuelta a España, Fernando permanece como funcionario en la administración central en Madrid hasta 1984. En dicho año, solicita traslado a Sevilla en la primera oferta pública de empleo para los funcionarios que deciden prestar servicios en Comunidades Autónomas.

AGENCIA ANDALUZA DEL AGUA.
Desde 1984 hasta la fecha presente ha permanecido siempre vinculado a los diferentes Organismos que la Administración de la Junta de Andalucía ha creado para gestionar las Obras Hidráulicas, pasando por la Dirección General de Obras Hidráulicas, Secretaría General de Aguas, Giasa, Egmasa, Dirección General de la Cuenca Atlántica --en Jerez año 2009-- y finalmente en la Dirección General de Infraestructuras y Explotación de la Agencia Andaluza del Agua destino último que posee en la actualidad en el Servicio de Inspección y Seguridad de Presas (Sevilla).

Barcas. (Foto: Aojnauj).

DEVOTO DE EL PUERTO.
Siempre ha sentido por su ciudad una adoración total. Por eso, su mayor ilusión  ha sido y es escaparse al Puerto en todas las ocasiones posibles --fines de semana, puentes y vacaciones, tanto desde Madrid como desde Sevilla-- y tener una casa propia en El Puerto, cosa que logra.

Finalmente destaca que la felicidad que ha sentido siempre al hablar de El Puerto y al proclamar sus grandezas a todas las personas de su entorno, ha debido de notársele tanto, que varios amigos de Madrid y de Sevilla, con los que juega al mus en verano, tienen en el Puerto su segunda residencia.

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