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Los profesores del Instituto Santo Domingo además de dar clases, se divertían como se hacía en la época, formando un equipo de fútbol y compitiendo contra, no sabemos quien, en esta ocasión. La fotografía puede estar tomada a principio de los años 60 del siglo pasado.

The teachers at Santo Domingo Secondary School as well as giving classes, had fun, as was done in those days, forming a team and competing against various others, we don’t know who they were playing in this match. The photograph was possibly taken at the start of the 1960s.

De izquierda a derecha y de arriba abajo:  Policarpo Deusto Canal, a continuación, el madrileño Ventura Lozano Moreno, profesor de Mecánica, José López Ruíz, Catedrático de Matemáticas, el portuense Luis Macías Rubio, el valenciano Manuel Martínez Alfonso, Catedrático de Lengua y Literatura Española, el malagueño Enrique Bartolomé López-Somoza, Catedrático de Geografía e Historia; debajo, el primero es David Almorza Salas, José Jacinto Cossi Mora al segundo; el tercero es Pepe Morillo León, locutor de Radio Puerto, Emisora del Instituto Laboral, Antonio Verdugo Chaves, y de portero, José María Quignón Selvático, gaditano, profesor de Formación del Espíritu Nacional (FEN) y de Gimnasia. No vemos por aquí al profesor de Física y Química, Joaquín Calero Muñoz. ni a José Luís Garratón Sánchez, profesor de Electricidad, ni a Tomás Quiles, profesor de Carpintería; tampoco veo entre el público a los subalternos Manolo, Tobío, o a los administrativos Pepe Vélez o Pando. El encuentro fue arbitrado por Manuel García Campos, que ya empezaba a hacer sus pinitos en esto del arbitraje futbolístico.

El Instituto en 1981

Aquella generación de profesores del Instituto Laboral, del Instituto Santo Domingo (luego tendría muchas más denominaciones: Técnico, de Enseñanza Media, de Bachillerato, ..., según cambiaran los planes de estudio), eran, la mayoría de ellos una piña, una reunión de amigos que habían llegado a El Puerto procedentes de diversos puntos de España. Incluso se fueron a vivir juntos a los 'chalecitos de los maestros' en la Rotonda de La Puntilla. Aquí encontraron algunos su primer y único puesto de trabajo. Aquí se establecieron, se casaron y tuvieron hijos. Aquí formaron a miles de alumnos que hoy están instalados en la sociedad portuense y de la provincia (recordemos que al Instituto venían alumnos desde Rota, e internos de la Sierra de Cádiz: Prado del Rey, Villamartín, Ubrique, El Gastor, Bornos, Alcalá de los Gazules, Zahara de la Sierra, ...). Por su Salón de Actos pasaron desde recitales hasta obras de teatro. En las aulas de formación profesional, por las tardes, se daban los famosos cursillos del PPO, aquel Plan Nacional de Promoción Profesional Obrera. Aquel programa, con terminología de la época, «responde a la doble necesidad de preparar profesionalmente a los trabajadores adultos que debían ocupar nuevos puestos de trabajo creados por el desarrollo y tecnificar a los de aquellos sectores de la economía que acusaban una baja productividad, de acuerdo con las exigencias de una política inmediata de empleo y promoción social de los trabajadores adultos».
En el Instituto se celebraban, también, los Cursos de Verano, con visitantes extranjeros y de toda España, bajo el auspicio de la Universidad de Sevilla (cuando Cádiz solo tenía facultades). También, al principio, el Instituto tenía una emisora de radio, en principio para dar clases a aquellos alumnos que no se podían desplazar por vivir en zonas rurales, pero que acabó siendo una emisora al uso, Radio Puerto de Santa María, Emisora del Instituto Laboral, con Pepe Morillo y Hortensia Renedo, como sus primeros locutores. El Instituto, con la llegada primero del Pedro Muñoz Seca, en terrenos “robados” al Parque de la Victoria, y con los que vendrían después, acabó siendo el Instituto del Centro.

CLARO EJEMPLO DEL BARROCO ANDALUZ.

El  edificio es un antiguo convento dominico, claro ejemplo de edificio monacal del Barroco diciochesco andaluz,  en el que cabe destacar el patio con naranjos, el claustro, la biblioteca (parte de la antigua Iglesia) y la portada de influencia americana. Dada la importancia que tuvo la Ciudad en el siglo XVII -en El Puerto se encontraba la sede de la Capítanía General de la Mar Océana- las principales órdenes religiosas querían instalarse aquí. De hecho los dominicos se ubican primero en la Ermita del Rosario que se encontraba en la calle Pozuelo, y posteriormente en la calle Pileta, hoy Santo Domingo, donde levantan el convento. Lo terminan en la primera mitad del XVII y será la sede la Casa de Estudios de Filosofía  de Religiosos Observantes de su orden, al igual que de dos cofradías. Tras la desamortización de Mendizábal en el XIX, el edificio pasa a manos del Ayuntamiento, llegando a estar allí las Casas Consistoriales. En el siglo XX pasa a ser sede de la Academia de Bellas Artes. En la actualizad es un centro de Enseñanza Secundario diurno y nocturno, y por cierto, con un alto nivel docente, en palabras de la comunidad educativa.

La fuente que estaba en el patio ha estado ubicada durante muchísimos años en los jardines de la Estación de Ferrocarril, antes en la Plaza de la Pescadería. En la actualidad se encuentra en el Parque de Ruíz Calderón, tras la remodelación parcial que se hizo a finales de los ochenta del siglo pasado. Como se puede apreciar, falta la parte de arriba, dos delfines enroscados y que acaban en cola por la punta donde existía el surtidor principal de la fuente. Desconocemos si ha desaparecido, en su actual ubicación, fruto de la barbarie y de la incultura para con nuestros monumentos. La fuente está llena de pintadas en todo su perímetro, base y columna central.

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Boina y bastón. Antonio Rodríguez Bruqué, Tonino (1925-1993), nació en Utrera (Sevilla) pero ejerció su profesión de vendedor de los números “de los ciegos” (ONCE) en El Puerto, entre 1956 y 1990, año en el que se jubiló.

Beret and walking stick. Antonio Rodríguez Bruqué, Tonino (1925-1993), was born in Utrera (Seville) but he worked in El Puerto selling ONCE (Spanish National Association for the Blind) lottery tickets between 1956 and 1990, when he retired.

Tenía un hermano que vivió, creció y murió en Francia y con el que no tuvo relaciones ya de mayor. Aquí vivía su abuela Consuelo, que tenía un almacén en la calle Santo Domingo, esquina y vuelta con San Bartolomé, donde hoy se encuentra la tienda de Bricopinturas. Estuvo acogido en el antiguo Hospital de San Juan de Dios. A su cierre, Ángeles Pérez Peral, su administradora, le buscó alojamiento y quien le atendiera; fue con su cuidadora, la mujer que le había asisitido en su casa con quien luego contraería matrimonio, en mayo de 1993, falleciendo el 22 de agosto de ese mismo año en la casa en la que vivían ambos, en la calle Larga, junto al Bar Manolo. La ceguera le vino de chico, en su Utrera natal: jugando con una granada mientras cuidaba vacas que, al explosionar, le amputó parte de un brazo y le afectó a un ojo dejándolo tuerto. Ya en El Puerto así ‘veía’ el fútbol en el anterior campo del Rácing, denominado Eduardo Dato (donde hoy están los  pisos verdes frente a la actual Comisaría de Policía); se situaba junto a la entrada de los vestuarios y a los árbitros los ponía a parir de insultos.

Como tenía defectuosa la visión, hasta perderla definitivamente,  algunos pícaros jóvenes y no tanto de aquella época le relataban los errores -o supuestos errores- del árbitro y aquello no era boca; algunas veces era mentira y solo lo hacían por “escucharlo”. Esa era una constante de un Tonino bastante primario, al que los niños y jóvenes picaban para hacerlo oir: insultos, bastonazos contra coche si estaba mal aparcado dificultando el paso por la acera, incluso  dando bastonazos a quien se le pusiera de por medio, exabruptos,… Tonino era temible si se le insultaba o jaleaba de forma equívoca y él se daba cuenta. Pero también “pedía guerra”,  pues no estaba contento como no se metieran con él: cuando pasaba por delante del Bar Central, en la confluencia de las calles Luna y Larga, era él el que se dirigía a la pandilla de cachondos que allí se reunían, y que lo solían fustigar a su paso, preguntando: “pero… ¿hoy no me vais a decir ná?”.

Otro paradero de Tonino era el Bar La Perdiz, entre Larga y Ganado, donde era acogido por los contertulios que allí departían. Aunque para tertulias como aquellas, mejor que no se hubiese dejado querer: eran crueles con nuestro personaje, llegando incluso a quemarlo con colillas y otras vejaciones e indignidades. Por eso, quien lo buscaba, lo encontraba. Existe una leyenda urbana de nuestro personaje que no es cierta y que aquí desmentimos: cuentan que  había sido fusilado en el bando republicano, cayendo al foso y encima de él unos cuantos mas, dándose le por muerto; cuando pasó un rato y al no oír voces salió de la fosa. Su viuda, la mujer que le cuidó hasta el final de sus días, afirma que mientras su cuerpo haga sombra, no permitirá que se ofenda la memoria de Tonino. (La fotografía  a color es de 1987 y pertenece a la colección de Vicente González Lechuga. La fotografía en B/N pertenece a la Colección de Miguel Sánchez Lobato).

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La Compacorogota, en el Carnaval de 1985
La Compacorogota, en el Carnaval de 1985

La fotografía está tomada en la calle Luna abajo, durante el Carnaval de 1985 desde la puerta de los desaparecidos Estudios de Fotografías Garpre, el día 8 de Marzo; detrás se observa la Farmacia del Carmen, antes de la reforma.

This photograph was taken looking down calle Luna from the door of the former Garpre Photography Studios, on the 8th of March, during Carnaval in 1985; behind you can see the chemist’s ‘Farmacia del Carmen’, before it was renovated.

La Compacorogota, en esta ocasión y foto, representa a los personajes del Quijote de Cervantes. La integran, de izquierda a derecha y de abajo arriba, en primer término, Javier Tosar Barrera, como villano; a su lado Vicente González Lechuga, que iba caracterizado de cura de época y tocaba el bombo, su mujer, Carlota (Loti) Benjumeda;  a continuación y cortado a la mitad, Fernando Pasaje, que era el letrista de la agrupación. En la siguiente fila, con bigote blanco y gafas, un infiltrado: Jaime Gutiérrez Perea, quien en 1991 sería concejal de Fiestas durante dos mandatos y pico; a continuación el guitarrista y director musical, Eduardo Ramos Romero (a la sazón Director del Banco Atlántico), a su lado Carmen Polo Páez y caracterizado como Cervantes, Fosco Valimaña Lechuga, que tocaba la caja. Siguiente fila, con sombrero de paja: Felipe Viete Sotelo, a su lado María Ángeles  (Lale) Muñoz Benítez, seguida de Concepción Serrano Saceta; como Sancho Panza, con barba pelirroja, Manuel Albert Alonso y con sayón rojo, la desaparecida Elena Almagro Buhígas. En la última fila Carmen Muñoz Benítez; otro infiltrado, Fernando Domínguez de los Reyes y coronando la instantánea, D. Quijote, magistralmente representado por Antonio Almagro Buhigas. Faltan en la foto, Dulcinea: María Isabel Domínguez de los Reyes, Consuelo López Nicolás.
El nombre de Compacorogota, original a mas no poder, es la contracción de las palabras: Comparsa, Coro y Chirigota, y al no pertenecer nuestros amigos a ninguna de las tres modalidades más conocidas del Carnaval, se inventaron el palabro, el concepto y la agrupación. Los ensayos los realizaban en el Taller de Cerrajería que tenía Antonio Almagro junto al Hotel Los Cántaros, hoy pub el Burladero. Por boca de algunos de los miembros de la Compacorogota: «yo no se si se ensayaba, pero lo cierto es que nos dábamos un lote de comer pescaíto frito y las célebres papas y chocos aliñados de Mª Carmen Muñoz Benítez». Una anécdota que también recuerdan es que «durante lo ensayos, cuando más serios estábamos, salía Javier Tosar cantando “Islas Canarias”, con el correspondiente cabreo de Fernando Pasaje y algún que otro componente “de la agrupación”.
Cada año fabricaban un artilugio que les servía para llevar a la tropa y el correspondiente suministro alcohólico que nutría al grupo durante las salidas callejeras de la Compacorogota. Se fabricaba en el mismo taller de Almagro durante los fines de semanas anteriores al de Carnaval. El año 1985 hicieron un gran caballo de madera donde D. Quijote iba montado a horcajadas, y los demás -como sufridores- tenían que empujar. También, días antes del Carnaval, se desplazaban a Jerez, a la calle Caballero, a casa de una modista que se dedicaba a alquilar trajes y que, adaptaba a las medidas de nuestros carnavaleros. El viernes inmediatamente anterior a la Fiesta, se reunían con sus amistades en el Taller La Rinconada, en Puerto Escondido, y allí se hacía el ensayo general, debidamente regado con el desaparecido Fino Maruja, de Bodegas Terry, acompañado de bebidas y manjares, para todos.
En el Carnaval de 1987, “la única compacorogota del mundo” organizó el Primer Concurso de Feos de El Puerto de Santa María. Pero, esa, es otra historia...

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Miguel Sánchez Lobato, cuarta generación al frente de Las Novedades.
Miguel Sánchez Lobato, cuarta generación al frente de Las Novedades.

Posiblemente sea la tienda de venta al público más antigua que continúa abierta en El Puerto. Por su mostrador han pasado  muchas generaciones de porteños buscando esa novedad caprichosa con la que darse un regusto, aquel regalo impactante con el que sorprender, o el producto de cierta necesidad que solo se podía encontrar en este establecimiento de 128 años de existencia.

It’s possibly the oldest shop still open in El Puerto. Their counter has seen many generations of porteños looking for that particular novelty which will bring them joy, that impressive present to surprise a friend, or that product that you need and can only find in this shop with 128 years of history.

El mes de junio de 1880 tuvo que ser un mes de muchas sinergias. En ese mes y año se inauguraba la que fue en su momento la Plaza de Toros mejor iluminada del mundo, entre otros records de la época. Pues bien, el 28 de junio de 1880 abrió sus puertas Las Novedades, Quincallería y Perfumería, situada en la confluencia de las calles Larga y Correo (hoy Ricardo Alcón donde, de niños, mirábamos en el escaparate/ventana los juguetes que le pediríamos a SS. MM. los Reyes Magos). En ese mismo año nacía Manuel Azaña, político, escritor y presidente de la II República Española. Es también el año en el que Menendez y Pelayo publica 'Historia de los Heterodoxos Españoles'. Algo muy de El Puerto.

Pepe Sánchez Perez.

Fue su fundador Luís Pérez Conde, al que siguió como propietario su hijo, Francisco Pérez Gil. Luego se hizo cargo de la tienda el nieto del primero: Luis Pérez Grant y más tarde su viuda, Rosalía Tinajero Iñigo. A partir de este momento pasa a dirigir la tienda Pepe Sánchez Pérez, bisnieto del fundador y sobrino de Luis Pérez Grant, teniendo como compañero a Federico Herrera Síñigo, bisnieto del prestigioso orfebre D. Manuel Síñigo, que esculpiera el templete de la Patrona; había hasta un vendedor de décimos de lotería -Fermín- que hacía guardia en la puerta, como hoy la  hace Kako, quien es asiduo visitante de Las Novedades.  Por cierto que Pepe Sánchez Pérez (en la fotografía a la izquierda de este párrafo), está próximo a cumplir los 90 años: nació el 25 de septiembre de 1918. El negocio lo regenta hogaño su hijo Miguel Sánchez Lobato (en la fotografía principal que ilustra este artículo), desde 1986. ¿Quien no se acuerda de otros dependientes como Alejandro Güelfo o Pepe Crespo?

El 12 de diciembre 1999 la Cámara de Comercio, Industria y Navegación de Cádiz, fundada en 1886 (seis años después que Las Novedades), otorgó en la I Edición de los "Premios Tradición y Modernidad en el Comercio" a nuestro establecimiento, por su antigüedad superior a 100 años, el Premio de Categoría de Oro. No ha sido el único reconocimiento recibido, pues en el año 2003 recibe del Centro Municipal de Patrimonio Histórico un Diploma, original de Faelo Esteban Poullet, en el que reza textualmente: "A las Novedades, Mercería, Bazar, Juguetería y Tienda de Recuerdos, como reconocimiento a la perseverancia del Patrimonio Etnográfico Local y al mantenimiento de un ambiente tradicional durante años. Concedido después de más de un siglo con motivo del Día Local de Patrimonio Histórico. 4.XII.2003. Ahí es ná.

En un anuncio de época, detallan las especialidades de Las Novedades: "Mercería. Quincalla. Perfumería. Juguetes. Productos fotográficos "kodack" y "Agfa". Ampliaciones "Kodack". Cines "Pathé Baby". Películas y Accesorios. Artículos para regalos. Loza y Cristal, etc. Artículos para bares y cafés. Gramófonos y discos. Óptica, cristales y armaduras de todas clases; se despachan las recetas de los señores oculistas. Especialidad en Novedades". Hoy otros productos vienen a completar o sustituir la oferta de la tienda: Modelismo. Juegos de Mesa. Mercería. Artículos religiosos. Bisutería. El Fraile del Tiempo. Abanicos pintados a mano que dan aire distinguido...

Y Recuerdos de El Puerto únicos e irrepetibles. Reproducciones de fotografías antiguas. Hasta carga tarjetas de teléfono... Pero no se les ocurra pedir bigoteras, rabillos de boína, pechuguitas de almanaques, sopladores, cadenas de WC, cable de antena, o sacudidores y plumeros. Esas ya ni son novedades ni se han vendido en la tienda nunca. Al menos, que nosotros sepamos.

Las Novedades en 1917. El reloj sigue existiendo en la actualidad.
Las Novedades en 1917. El reloj sigue existiendo en la actualidad. (Foto Colección M.S.L.)

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Merche Macaria

Desde hace muchos, todos los años por la Patrona, en la Función Principal de Estatutos de la Cofradía de la Esclavitud de la Virgen de los Milagros, la portuense María Mercedes Valimaña Lechuga, canta durante el Ofertorio, el 'Ave María' original de otro portuense, el compositor Javier Caballero.

For many years, María Mercedes Valimaña Lechuga, from El Puerto, has been singing 'Ave María', written by another  portuense, the composer  Javier Caballero, every year on the Patron Saint’s day during the Esclavitud de la Virgen de los Milagros Brotherhood’s Main Performance of Statutes.

Esta foto está tomada después de dicha interpretación en la esquina de la Plaza de la Iglesia con la calle Santa Lucía. Merche es profesora de canto (la que distribuye las voces en una coral) y profesora de piano: Merche Valimaña, o Merche Macaria -su nombre artístico- con el que publicó un disco, o simplemente y para los portuenses La Macaria, apodo que le fue adjudicado por ser la hija del que fuera propietario del Cine Macario, espacio urbano donde hoy se ubica la discoteca Mucho Teatro. Ha superado un cáncer bastante delicado --la verdad es que no lo aparenta--, y su hijo es su gran referente hoy en la vida. A la Macaria todos la recuerdan cuando en 1968 acompañó a Massiel en los coros durante el festival de Eurovisión, donde España resultó ganadora. Hace 40 años. "Yo soy la fea del Trío La,La,La", afirma entre carcajadas. Cuestión de gustos, pues su belleza picasiana rivaliza con su simpatía.  A partir de la experiencia eurovisiva, Merche, junto a María Jesús Aguirre y María Dolores Arenas -las componentes del famoso trío- alcanzaron una enorme popularidad, repitiendo como coros cuatro años más: 1970 (con Julio Iglesias), 1971 (con Karina), 1975 (Sergio y Estíbaliz) y 1978 (José Velez) . Luego acompañarían en sus giras a Julio Iglesias tras ganar este el festival de Benidorm y haría muchos coros en la televisión de entonces: Televisión Española.

Portada disco 'single'
Portada disco 'single'

Algo que muy pocos portuenses conocen que Merche fue novicia en un convento. O que en su juventud actuaba en un grupo de teatro de aficionados en El Puerto. Aunque si existe en la memoria colectiva el single que publicara hace más de 35 años con dos canciones y que permaneció expuesto durante meses en el escaparate de Disco Film --en la calle Vicario-- con dos canciones, en la Cara A: Romance de María Pueblo, Cara B: Verano Indio.Una faceta desconocida de nuestra paisana es la de dobladora de películas musicales, poniendo la voz a algunos de sus protagonistas. En concreto de Walt Disney: La Cenicienta, Pocahontas 2, La Dama y el Vagabundo, y con Phil Collins interpretó para la Banda Sonora en Español de Tarzán: "En mi corazón estarás" (puede escucharlo pulsando sobre el título de la canción). Como tampoco saben muchos de sus paisanos es que la banda sonora de la serie de dibujos animados de La Abeja Maya la cantó ella, igual que la de Barrio Sésamo. Para la película de José Nieto "Jó, papá" (1975) interpretó fragmentos de ópera. Y en el trabajo de Aguaviva, "Cosmonautas" (1971) actuó como soprano en los coros junto con la Orquesta de la Sociedad Española de Radiodifusión (SER). Y tantas y tantas cosas más...

La faceta de actriz aficionada de Macaria, se pone de manifiesto en esta obra de Teatro: "Un Drama de Calderón" de Pedro Muñoz Seca, representada en el desaparecido Teatro Principal a finales de la década de los 50 del siglo pasado. De izquierda a derecha: Fernando Gago, Merche Valimaña, Antonio Altamirano, Amalia Rosso, José Lucas Morillo, Domingo Roa, Angelines Ayuso.

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Milagros Gago Fornell

Hay habrá sido día de Fiesta, doblemente, en casa de Milagros, --Pipi Gago Fornells--, para el resto de la humanidad y a quien tal y como se aprecia en la fotografía de aquí al lado (Autor: Dioni) , le encanta la Feria de El Puerto. Lleva el nombre de la Patrona de la Ciudad, pero lo gasta poco. Hoy es día de Fiesta en El Puerto y día festivo para Milagros-Pipi. Habrá quien se sorprenda al leer estas líneas, pero la periodista conocida como Pipi, afirmo, se llama Milagros.

Today must have been a double-celebration in Milagro’s house, known as ‘Pipi Gago Fornells to the rest of the world and who, as can be seen in the photo shown here (Photographer: Dioni), loves the Feria in El Puerto. She has the same name as the Patron Saint of the town, but it doesn’t get much wear. Today is a Bank Holiday in El Puerto and a celebratory day for Milagros-Pipi. Some of you will be surprised to read in this article that the journalist known as Pipi is actually called Milagros.

Un amplio currículum profesional le acompaña tras... tantos años de ejercerlo en diversos medios de todo tipo. Ella recuerda que, cuando estudiaba la carrera en Madrid, entrevistó a Miguel Boyer, flamante Ministro de Economía. Y yo recuerdo que, cuando la entrevisté en el año 2001, al preguntarle como conjugaba el río Guadalete -con olvido o sin él- ella contestó que “con desembocadura, siempre con la esperanza portuense de la desembocadura». Su hijo Pablo ha sacado la retranca y la simpatía de la madre. Milagros, ha ejercido el periodismo en Diario de Cádiz, El Periódico del Guadalete, fue directora de Radio Ubrique, llevó estóicamente, durante 11 años, el Gabinete de Prensa en el ayuntamiento portuense en la época en la que un esdrújulo, fue alcalde de El Puerto. Se marchó ¿por agotamiento? y estuvo durante un año de periodista de campaña con el Partido Popular. Luego con éste partido trabajó en el Gabinete de Prensa del ayuntamiento jerezano y con el PA y el PSOE, accedió a la dirección,  en el ayuntamiento de Jerez,  del gabinete de prensa del Área de Medio Ambiente, donde continúa. Y tiene blog, en el que publica sus artículos y otras curiosidades. Veamos ahora un relato de la efemérides de hoy: tiremos del túnel del tiempo...

1916. LA PATRONA ES CORONADA POR EL ARZOBISPO DE SEVILLA.

9 de septiembre. El arzobispo de Sevilla, Enrique Almaraz, colocaba ayer (hace 92 años), la corona de oro, labrada por las donaciones de los devotos portuenses, que lucirá a partir de ahora la Patrona, la Virgen de los Milagros. Es la primera imagen patronal de la provincia de Cádiz que recibe este rango. En esta jornada festiva también ha abierto sus puertas el remozado Hospital Municipal de San Juan de Dios. La festividad arrancaba a las ocho de la mañana con una ceremonia en la iglesia de los Jesuitas que a su término dio paso a la celebración matinal en la Prioral, previa a la Coronación. Entre los asistentes en primera fila se encontraba el teniente de alcalde de Sevilla, Antonio Plaza, en representación de la capital de la Archidiócesis a la que pertenece El Puerto desde prácticamente su fundación, así como el actual gobernador civil de la provincia José Sánchez Anido o el vicecónsul de Inglaterra en Andalucía, Roberto Pitman.

En la abundante representación religiosa figuraban, entre otros, el obispo  de Badajoz, el de Fessea y el de la localidad mexicana de San Luís de Potosí, muy vinculada a la ciudad. De hecho, el valioso retablo de plata que luce la Iglesia Mayor procede de las minas de esta población. La Corporación Municipal accedió bajo mazas al primer templo portuense, en una ceremonia con gran pompa, entre quienes figuraban el primer teniente de alcalde, Emeterio Martínez, quien horas antes había señalado a este periódico la felicidad «que irradiaba la ciudad» ante una jornada tan festiva, sin perder «la mirada solidaria a la tragedia que sucede en Europa con motivo de la Gran Guerra». Hubo oraciones como cada día en pro de la paz entre las naciones vecinas. La capilla musical que armonizó la eucaristía iba a estar a cargo del maestro Javier Caballero, en una brillante intervención que se sucedió a lo largo de las más de dos horas que duró el solemne evento.

A las diez de la mañana se iniciaba la misa mientras hervía de personal la Plaza de la Iglesia rotulada oficialmente en honor de Alfonso XII. Pasadas las doce del mediodía fue llevada la Virgen de los Milagros, en su paso de plata hasta el centro de la plaza, donde el Cardenal Almaraz pronunció un Te Deum antes de imponer la corona tanto al Niño como a la venerada Patrona de los portuenses, entre aplausos de los presentes.Al término de la ceremonia se celebró un almuerzo en el Palacio Municipal  de la Plaza de Peral. A las siete de la tarde la fiesta religiosa daba paso a la procesión con la imagen coronada por las calles de la ciudad. El itinerario fue por la Plaza de la Iglesia, San Juan, Cánovas, Castelar, Peral, Larga, Luna y una vibrante recogida sobre las diez de la noche. En esta jornada los portuenses también acudieron a la capilla del Hospital a agradecer la apertura de las nuevas instalaciones de San Juan de Dios.

(Suplemento extraordinario de Diario de Cádiz: 725 Años de Historia. Pg. 22. 16 de diciembre de 2006. Noticia de ficción basada en hechos reales, por Francisco A. Gallardo).


Junta de Damas de la Coronación Canónica de la Patrona, tomada el 8 de Septiembre de 1916 en la Plaza de la Iglesia. 1. Elisa Vázquez, Condesa de Osborne. 2. Milagros Gómez de Cuesta. 3. Joaquina Heras de Piury. 4. Dolores Aldaz Toro. 5. Francisca Martínez de Pinillo de Benjumeda. 6. Angela Terry de Pico. 7. María Sancho del Cuvillo. 8. Encarna Martel y Gutiérrrez. 9. Nicolasa Coma de Jiménez. 10. María Antonia Sancho de Morante. 11. Mercedes Peñasco García.  No había nadie sentada, como se ve, del pueblo llano. Eran otros tiempos. (Foto: Colección V. González Lechuga).

Procesión de la Patrona, con el clero y la tropa de monaguillos inmediatamente delante del paso. La imagen luce ya la corona. La foto está tomada, probablemente a finales de la década de los 20 del siglo pasado, en el recorrido por la calle Palacios, esquina con Larga.
La calle, con sus adoquines, como debe ser en una Ciudad tan elegante como El Puerto. (Foto: Colección V. González Lechuga).

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10 Años de Ayuntamientos Democráticos. Concejales electos: 1979-1989

La fotografía tiene 19 años: abril de 1989. Es el X aniversario de los Ayuntamientos Democráticos. El alcalde de la Ciudad, es el socialista Juan Manuel Torres Ramírez. El acto fue organizado en el Castillo de San Marcos.

This photograph is 19 years old, from April 1989. It’s the tenth anniversary of the Democratic Town Councils. The Puerto’s Mayor is the socialist Juan Manuel Torres Ramírez. The event was held in San Marcos Castle.

La foto tiene la siguiente composición: Primera fila, de izquierda a derecha: Carlos Campoy López (UCD); Manuel Rodríguez, (PCA, PSOE); Antonio Ariza (UCD); Manuel Espinar Galán (PCA, PSOE); José Valiente Moreno, (PSOE) José Antonio de Castro Cortegana (IU); Francisco Arníz Sanz (AP-PP, Mixto). Segunda fila: Antonio Nogués Ropero (UCD, AP-PP); Aniceto Cumbreras (PSA) María Ángeles Fernández Cortabarría (PSOE), José María Simón Castilla (PSA); Francisco Corbacho (PSOE); Juan Vicente Sucino Rico (PSOE). Tercera fila: Pedro Alamillos Ortega (PSOE, IP, PSA): Luis Suárez Avila (AP-PP); Aurelio Sánchez Ramos (AP-PP); Manuel Moreno Romero (AP-PP); Teófila Martínez Sáiz (AP-PP); Manuel Pérez Blanco (AP-PP); Ana María Alonso Lorente (PCA, Mixto); Ana Perea España (PCA, Mixto);   José Luis Romero Pacheco (PSOE) Enrique Bartolomé López (UCD, CDS, PSA); Tercera fila: Hernán Díaz Cortés (AP-PP-IP); José Luis Poullet (UCD); Manuel Pacheco Albalate (UCD); Enrique Miranda (UCD); Carlos de la Flor Morales (PSOE); Rafael Contreras de Oliveras (PSOE); Miguel Cirera (PSOE);  Rosario Sánchez (PSOE); Ana María Fernández (PSOE) Antonio Sánchez González (PSOE). Última fila y apelotonados: José Luis Albert Alonso (UCD); Juan Vaca Ramos (PP, Mixto); Manuel García Campos (CDS); Mario Peluffo Rojas (PCA); Pedro López Fernández (PCA); Rafael Gómez Ojeda, alcalde que fue comunista, casi oculto (PCA-IU); José Serrano (PCA); José Antonio Hernández (PP, Mixto); Vda. de Blandino, (concejal que fue del PSA); Ramiro Cerezo Magán (AP-PP); Juan Manuel Torres Ramírez (PSOE); a continuación la hija del último alcalde republicano que tuvo El Puerto y que fue pasado por un pelotón de fusilamiento; Indalecio Rábago Vega (PP); Antonio Álvarez Herrera, primer alcalde del actual periodo constitucinal, merced al pacto de las izquierdas (PCA-GI-PSOE); Miguel Marroquín Travieso (PCA-PSOE); Francisco Sánchez Gatica (PSOE); Antonio Muñoz Cuenca (PSA); detrás Rafael Varela Rey (PSOE); Miguel de Santiago, casi oculto (PCA); delante de éste, Rafael Solo de Zaldívar y Ducasse (PSOE) y Victor de Unzueta Gabiola (UCD).
No se conocía lo que era el Grupo de No Adscritos, entonces era el mixto, y la figura del tránsfuga no existía, ni jurídica ni políticamente, de forma oficial. Se puede observar la evolución de alguno de los munícipes que pasan de un partido a otro (igual que en la actualidad): alguno hace hasta tres cambios; o como algunos partidos han cambiado de denominación.

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«Esquina de Palacios con Nevería continúa abierto el Bar Apolo, establecimiento que ya en 1826, cuando era de Juan Ladrón, se llamaba Café de Apolo (como el gaditano que existió en la Plaza de San Antonio, célebre durante los años de las Cortes). En 1874 lo llevaba Ceferino González, en 1889 José Molleda Colosía, en 1894 Severiano Díaz Dosal..., hasta que en junio de 1907, tras reformar el local, lo reabrió el montañés, de Polanco, Antonio Ortega Cuesta, entonces dueño, en la Plaza de la Pescadería, de La Lucha.

Siguió al frente del negocio hasta el 15 de julio de 1934, cuando lo traspasó -Antigua de Apolo lo llamaban entonces- a Cándido García Vila. Este especializó el local en tapas variadas, marisco fresco del día, menudo a la andaluza y, sobre todo, pescado frito, para lo que abrió al lado una freiduría, que hoy sigue abierta; de las pocas -parece mentira- que existen en El Puerto.

A Cándido le sucedió en la dirección del Apolo, en 1939, Tomás Helvant. Mediada la década de 1940 pasó a manos de Ramiro Gómez Bernáldez, al tiempo que José Leira se hizo cargo del freidor. El 20 de junio de 1959, Ramiro inauguró enfrente, también esquina Palacios con Nevería, en el solar que hasta comienzo de los 40 ocupó la Capilla de la Sangre, una cervecería bar, La Mina, cerrada a finales de los 70.» Todo esto nos lo cuenta Enrique Pérez Fernández, en su libro “Tabernas y Bares con Solera.
En La Mina trabajó desde 1968  Juan Rodríguez Verano, quien a partir de 1981 se hizo cargo del Bar Apolo, que continúa regentando, en la actualidad,  con su hijo Juan Diego Benítez Maestro, los cuales aparecen en la foto a color. Es popularísima su "tortilla a la gallega", que preparan desde siempre y  para la que tienen encargos de muchas familias y reuniones de El Puerto. Y de gente muy principal.

Juan Rodríguez Verano worked in La Mina from 1968, and from 1981 took over Bar Apolo, which he still runs with his son Juan Diego Benítez Maestro (both in the colour photo). His ‘Galician Omelette’, which has been on the menu right from the start, is very popular and they have orders from many families and important people for numerous celebrations in El Puerto.

La Tienda de Apolo hacia 1920, en tiempos de Antonio Ortega. Al fondo la cocina, el espacio que hoy ocupa el no menos popular Freidor Apolo, regentado por el gallego aportuensado, José Luis. (La foto pertenece a la colección de J.J. López Amador).

Esta foto, está fechada en la década de los sesenta del siglo pasado, cuando el Bar Apolo pertenecía a Ramiro Gómez Bernáldez, posiblemente en la fotografía, con traje de calle. Después de este aspecto, el Bar Cervecería Apolo ha sufrido diversas reformas, algunas de la mano de su actual propietario Juan Benítez Verano. (Foto Colección V. González Lechuga).

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Los amigos de Casa Lucas en el homenaje a José Poquet

La Peña Casa Lucas, que toma el nombre de un bar existente en la calle Larga desde finales del siglo XIX  hasta la década de 1970, justo donde hoy está ubicada la Copistería HIVA, organizó un homenaje en el Restaurante “El Resbaladero” a José Poquet, conocido armador al que llamaban “Tio Pé”.

The ‘Casa Lucas’ Club, who took their name from a bar in calle Larga that was open from the end of the 19th century until the 1970s, right where the Stationers HIVA is located, organised a tribute to José Poquet, a well-known ship-owner who was known as "Tio Pé", in the restaurant "El Resbaladero"

José Poquet Cabrera, natural de Calpe, era Presidente del Pósito de Pescadores en los años 1934-1941, lo que hoy sería la Cofradía de Pescadores, concejal del Ayuntamiento de El Puerto desde el 3 de febrero de 1952 al 21 de mayo de 1958 y Diputado en Cortes en la legislatura 1943-1946 por el grupo de Representación Sindical. La foto está fechada el 27 de diciembre de 1956, con motivo del 25 aniversario de la vecindad. de Tio Pé en El Puerto. Vicente González, amante de la fotografía y poseedor de una gran colección de imágenes de El Puerto, identifica así la fotografía, con algunas correcciones que hemos efectuado:

Fachada Casa Lucas (Foto Colección V.G.L.)

En la fotograía primera, la de arriba: de izquierda a derecha: Eduardo Cossi Aboza, Juan Puyana (natural de Rota y mancebo de la farmacia de José A. Fernández Prada), Jacinto Cossi, detrás de pié Rafael Vélez (Falu), Antonio Gálvez Torres (tenía una tonelería en la calle Pagador), a su lado semiescondido, Antonio de la Torre (maestro nacional con un centro escolar que lleva su nombre), Matías Ayuso (Practicante), Francisco García Máiquez (bancario y muy aficionado a la pesca), Antoñito Castilla (empleado de la Imprenta Pérez Pastor), detrás Francisco Lara Izquierdo (empleado de Aguas), Francisco Rascón, sentado Paco Máiquez, José Lucas Morillo León (Delegado de Sucursal de la Caja de Ahorros de Cádiz y actor de teatro aficionado), Manuel Lojo Espinosa (Director de la Agencia del Instituto Nacional de Previsión y concejal del ayuntamiento portuense a finales de los sesenta y principio de los setenta del siglo pasado), de pié Javier Fernández Prada, (agente de seguros) el homenajeado José Poquet Cabrera, detrás un poco escondido el pintor Juan Lara Izquierdo, a la sazón funcionario de la Ayudantía de Marina, no sabemos quien pasa la mano a “Tio Pé”, pero si que a su lado, en el centro de un grupito está el funcionario municipal Manuel García Sánchez, padre del que fuera concejal Manuel García Campos, Federico Jiménez, Daniel Rascón, José Muñoz Carrera, Manuel Nieto (empleado de Ferrocarriles Epañoles), Manuel Camacho Cala (capataz de Osborne), a la derecha, al fondo, Juanito Salas Martínez, Ignacio Pérez Garcés, Cayetano Vélez, Fernando Torrent (empresario fabricante de tapones) sentado en el vértice de la mesa, entre otros que no se reconocen, uno de ellos es José Brión.

El desaparecido recientemente Manolo Lojo, secretario emérito y perpetuo de la Peña, publicó en 2002 un volúmen con el título de “Casa Lucas”, donde cuenta anécdotas, relaciona actividades y detalla correrías de los tertulianos de aquella bendita y todavía añorada institución de la ingesta vínica:
«En pleno centro de esta maravilloso Puerto, muy cerca del cruce de la calle Larga y Luna, conocido por «Las Cuatro Esquinas», donde se desarrollaba la vida activa de la ciudad, tanto comercial como administrativa, festiva o sentimental, era además lugar de paseo nocturno especialmente en festivos y domingo, en la finca señalada con el número ciento diez, en su planta baja, estuvo situada la tienda conocida por «Casa Lucas» [...] «Ocupaban todo el frente de este clásico despacho un envejecido mostrador y tras el mismo, sobre un llamado caballete cinco hermosas medias botas de roble americano y un barrilito de dos arrobas para el vino dulce. Las medias contenían el vino de El Puerto. Siempre de las bodegas Osborne y Cª y en un principio fueron el “Amontillado X”, conocido por el “Nº 10”, luego el llamado “El Caballo” y últimamente el “Fino Menesteo”. Los vasitos en los que se servía el vino, de los llamados “chica” y “chico”, se llenaban directamente del barril, estando cada uno provisto de su correspondiente canilla.»

Antes de la foto de Grupo, ya se estaban preparando ante el objetivo...

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Mª Antonia Álvarez Oreni

María Antonia es hija de Antonio e Isabel. Para quien no lo sepa, Antonio es Antonio Álvarez Herrera, primer alcalde constitucional del actual periodo democrático. María Antonia pasa largas temporadas en Galicia y añora la vuelta a su Ciudad natal. María Antonia está otra vez de viaje, camino de A Coruña...

María Antonia is the daughter of Antonio and Isabel. For those who don’t know, Antonio is Antonio Álvarez Herrera, first constitutional mayor of this present democratic period. María Antonia spends long periods in Galicia and longs to return to her town of birth. María Antonia is off on her travels again, on her way to A Coruña…

El texto que se reproduce a continuación, es el discurso que pronunció Enrique Moresco, alcalde de la Ciudad, durante el pasado mes de abril en un Pleno Extraordinario y Solemene en el que el Excmo. Ayuntamiento Pleno entregaba a María Antonia y a sus hermanos Fernando y Agustín --los gemelos--,  el Título de Alcalde Honorario otorgado a su padre, a título póstumo: "Es un honor, para un hijo de El Puerto, ocupar el sillón de alcalde de la ciudad que lo ha visto nacer. Gobernar sobre la vida y la hacienda de quienes lo han visto crecer y jugar en pantalones cortos. Trabajar por los derechos y el progreso de sus convecinos. Si a ello se suma ser el primer alcalde constitucional del actual periodo democrático, dicho honor se hace mucho más grandioso pues solo a una persona le cupo tal circunstancia, coincidiendo con la instauración de la democracia en los ayuntamientos, en el último cuarto del siglo pasado.
Antonio Álvarez Herrera siempre fue un político de mente lúcida, que luchó por los intereses de sus compañeros en el mundo laboral y por la instauración de la democracia. Así está recogido en diversas publicaciones, en las que es considerado un icono de la transición democrática, en Andalucía.
En abril de 1979 alcanzó la titularidad de la alcaldía, merced al pacto de las izquierdas y se propuso, según sus propias palabras, “ser el acalde de todos los portuenses”, por encima de partidos, mirando por el bienestar de todos. Tal determinación hizo que el 14 de septiembre de 1981 renunciara a la alcaldía, en desacuerdo con la política que su formación política quiso aplicar en los albores de la democracia municipal. Confiaba el alcalde Álvarez en su despedida, tras  dos años y medio “que los ciudadanos vean en mí a quien nunca ha dejado de ser: un portuense que se entrega como sabe a su pueblo”.
La grandeza del político se mezclaba con la grandeza del portuense, renunciando a un privilegio, regir los destinos de la nave municipal, ya que pensaba que “durante este tiempo habré contribuido a que sea menos difícil el avance hacia la sociedad que debe abordar de otra forma los problemas de la mayoría”.
Luego vendrían, para quien era esencialmente un hombre político, su paso por otras formaciones, pero sin dejar de ser aquel activista perspicaz, que tenía El Puerto en todo su ser, por encima de partidos y facciones. Todavía unas semanas antes de abandonarnos, con la mente muy despierta, lanzaba interesantes conjeturas sobre la marcha de la Ciudad analizando las acciones políticas que se aplicaban para solucionar los problemas de sus paisanos.
Quiero recordar hoy a un Antonio Álvarez ecologista, que se sentía especialmente satisfecho por una de sus primeras actuaciones ya que fue el alcalde que, hace algo más de 25 años ordenó plantar los árboles que hoy dan sombra en las avenidas principales del recinto de Las Banderas. Todos los años, hasta poco antes de su muerte le gustaba contemplarlos y comprobar que le sobrevivirían y quedarían como un legado vivo. Para él eran los árboles mejor situados de El Puerto, en el lugar de las avenencias y los buenos deseos: en la Feria.
Hoy, recordar a personas como Antonio Álvarez Herrera, que vino a la política no para servirse de ella sino para ser su servidor; que murió sin posesiones; que concebía la actividad política como medio para transformar la sociedad mientras el seguía siendo el mismo, es un claro referente de persona honesta y por tanto, de político honesto.
A los honores que ya tenía de bonhomía, honestidad, fortaleza y valentía se suma el de esta distinción que el Excmo. Ayuntamiento Pleno le otorga: como alcalde honorario de su Ciudad a título póstumo. Un claro ejemplo y referencia de alguien que supo amar a su tierra y a sus gentes, por encima de cargos y títulos y para quien la alcaldía no fue sino un instrumento más para ayudar a transformar la sociedad."

Antonio Álvarez Herrera, en su despacho de la alcaldía, concediendo una entrevista al periodista de Diario de Cádiz, Santiago Grosso Burham. Era el 5 de mayo de 1979, llevaba apenas tres semanas como primer alcalde del nuevo periodo constitucional. (Foto Rafa. Archivo Municipal).

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La fotografía tiene 101 años. En ella aparece la redacción de la Revista Portuense, sentados de izquierda a derecha: Mariano López Muñoz, andalucista y socio fundador de Racing Club Portuense; Luís Pérez Gutiérrez, propietario de la publicación; Manolo Soto, Javier Caballero, Antonio Peñasco y de pie junto a éste, el comediógrafo Pedro Muñoz Seca. (La foto es del año 1907 y pertenece a la Colección Pérez Pastor).

La Revista Portuense fue fundada en la última década del siglo XIX, por un joven Dionisio Pérez Gutiérrez, que se publicó ininterrumpidamente entre 1890 hasta 1938, salvo un periodo del gobierno republicano, recayendo la dirección en los hermanos y sobrinos del fundador. Muy próxima al Partido Conservador durante la Restauración, muestra una postura muy cercana a la C.E.D.A. durante toda la Segunda República. Estaba dirigido por Luís Pérez Gutiérrez. Su difusión era exclusivamente de ámbito local. Era una publicación diaria y familiar para los habitantes de El Puerto, que tenía su taller de impresión y redacción en la calle Larga, nº 116, donde estuvo hasta bien entrado 1970 la Papelería Imprenta Pérez Pastor.
En febrero de 1928, la Revista Portuense hacía referencia a los primeros encuentros futbolísticos de cierta entidad que tuvieron lugar, en concreto el 7 de febrero de 1928 deja constancia de un “match” en la Plaza del Polvorista entre el C.D.Europa de Jerez y la Agrupación Deportiva de El Puerto, un conjunto que destacaría en numerosos amistosos de aquel año, con resultado de empate a un gol. Esto ocurría en una Ciudad donde por entonces se podía beber “Coñac Terry” o “Manzanilla Maruja” e incluso “Fino Jardín”; el Teatro Principal no cesaba en ofrecer actuaciones y obras como “La mujer sospechosa”, sonetos de Villaespesa, las obras de Jacinto Benavente a 2,50 pesetas y las exitosas creaciones de Muñoz Seca; los vapores hacia Cádiz partían a las 12.00 horas y a las 16:00 horas, a la vez que en las tertulias de los cafés, en la calle Larga, sólo se hablaba del dragado del Guadalete y de las visitas aisladas de Miguel Primo de Rivera, que gobernaba el país tras un golpe de estado. Faltaban solo 9 años para que la publicación cesara en su actividad.

«Una edición original de la Revista Portuense, de 1891 a 1938, se conserva en el Archivo Histórico Municipal, inicialmente bajo el título figuraba la leyenda ‘Periódico Independiente y de Intereses Materiales y Especiales’ para, en 1897 cambiar a ‘Diario de la mañana. Extensa información telegráfica’. Al inicio del siglo XX, en 1908, la leyenda del encabezamiento definía a la Revista Portuense como ‘Periódico Político y Literario’, cambiando en 1911 a ‘Periódico Literario y de Intereses Generales’ para, definitivamente, adoptar el escueto ‘Periódico de la mañana’. A partir de la década de los años veinte del siglo pasado». (A.G.R.).

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Corrían los años 60 y 70 del siglo pasado. Por entonces El Puerto no era todavía segunda residencia de casi nadie y la especulación de los ladrillos no había alcanzado su paroxismo en nuestra Ciudad. Un hombre del Puerto hizo por los portuenses mucha más cosas que tantos y tantos políticos que han pasado por la Casa Consistorial, desde su puesto de empleado público: proporcionarles una vivienda digna cuando la Constitución que hoy nos lo ‘asegura’, todavía no estaba promulgada.

Con un apariencia espartana y humilde, pero con mucha constancia. Eso ocurría cuando El Puerto empezaba a expandirse y sus habitantes parecían escapados de lo antiguo: del casco histórico; cuando se abandonaban los partiditos y las casas de vecinos; cuando los cuartos de baños y las cocinas dejaban de ser compartidos; cuando se desertaba de las Casas Palacios compartimentadas en ‘soluciones habitacionales’; cuando la ilusión de toda pareja que se iba a casar se podía hacer realidad a un precio razonable; o cuando muchas familias numerosas ‘juntaban’  para comprar un piso de Rebollo...

Un piso del entonces Patronato Municipal de la Vivienda “Nuestra Señora de los Milagros” que, por inexplicables ajustes de cuentas de la transición desapareció para siempre, para dejar ese espacio en manos de los cuatreros que han venido haciendo imposible que un portuense normal pueda tener una casa –normal- a un precio razonable. Algo que se pudo haber solucionado durante el largísimo mandato de los independientes en la Ciudad y que, como muestra, solo ha dejado 54 viviendas, en diverso régimen, en los últimos 4 años, frente a las miles que construyó el extinto Patronato. Este que escribe no entiende de promociones inmobiliarias, ni de compraventas, ni de urbanizaciones, ni de desarrollo urbano, pero si sabe que una vez, durante muchos años, esto fue posible en El Puerto de la mano de la voluntad política y de la constancia de un señor con el que nuestra Ciudad estaba en deuda: D. Manuel Rebollo Laynez.

¿Podrá el título de Hijo Predilecto de la Ciudad, entregado el pasado abril  recompensar tanta entrega y tanto acierto Parafraseando a otro alcalde que fue de El Puerto, Fernando T. de Ferry: ‘hay que oir del viejo el consejo’ y buscar como repoblar el centro con nuevas viviendas en el Gran Puerto y dar cumplida respuesta al mandato constitucional de la vivienda. D. Manuel seguro que, como emérito, hubiera estado encantado de compartir sus conocimientos que, por otro lado, no son ningún secreto. Ahora que D. Manuel nos ha dejado  solo queda que la Plaza Manuel Rebollo, situada entre las Urbanizaciones El Ancla y el Naranjal, sea rotulada e inaugurada en presencia de su familia y sus amigos, para el recuerdo de a cuantos hiciera tanto bien y para que sus hijos y nietos puedan sentarse en la Plaza y recrearse en “lo bueno que era el abuelo”.
La fotografía está tomada en abril de este año en “Un Alto en el Camino”, pocos días antes de recibir el título de Hijo Predilecto de la Ciudad de El Puerto de Santa María.

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Autoridades comunistas de la década de 1980 y dos técnicos de la Real Plaza.

La foto, en un burladero del callejón de la Plaza Real, está tomada por Espinosa, fotógrafo taurino de Diario de Cádiz, a principios de la década de 1980, es decir hace, aproximadamente 25 años. De izquierda a derecha y nunca mejor dicho: Mario Peluffo Rojas, Teniente de Alcalde de Policía Local; José Luis Sánchez Alonso (Selu), concejal de Vías y Obras; Manuel Espinar Galán, Teniente de Alcalde de Fiestas; Rafael Gómez Ojeda, segundo alcalde constitucional del nuevo periodo democrático; hasta aquí los comunistas. Con barbas, el gaditano ya desaparecido, Álvaro Portillo, perito del Ayuntamiento y Antonio González Sabio, peón de confianza de José Luis Galloso y en la actualidad, asesor de los presidentes de la Plaza de Toros de El Puerto de Santa María.

Las dos primeras estrofas de este canto lírico y descriptivo de un poeta local, Augusto Haupold Gay, que fue publicada en la revista «Cruzados» el 30 de agosto de 1947, puede ser lo suficientemente descriptiva de lo que suponía ¿y suponen? los «Toros en El Puerto», que es como se llama esta especie de himno luminoso.

Cuando Andalucía,
la dueña y señora de toda alegría,
se dice altanera:
«Ahí van mis tesoros
de gracia, de arte y simparía»,
sale una cualquiera
corrida de toros.
Sale una cualquiera...
Pero en el concierto
de tanta corrida famosa
la única, la grande, la hermosa,
la encierra esta frase:
«¡Toros en El Puerto!»

Augusto Haupold Gay

«Todo el proceso de la fiesta portuense -afirma Manuel Martínez Alfonso en la pg. 415 de su libro “El Puerto de Santa María en la literatura española»- aparece recogido en estos versos, si no muy recargados, sí perfectamente descriptivos, en esta semblanza tan llena de vida y animación».
(Foto: Colección V.G.L.)

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Escribe el investigador y escritor Antonio Gutiérrrez Ruiz, especializado en porteños del siglo XIX: «Tengo tan solo unos remotos recuerdos infantiles en los que la veo, tal como la retratas, impoluta, vestida de blanco, con un primoroso roete encanecido y un mantoncillo rojo-haciendo juego con el color de las bocas del canasto en el que portaba toda su mercancia- cruzado sobre el escuálido y anciano pecho. Era renegra como el Piyayo, curtido el rostro de venerables arrugas y, desgraciadamente, con poca o ninguna voz para pregonar, en una época en la que los viajeros foráneos de los trenes se asomaban curiosos y admirados a las ventanillas cuando paraba en la estación de El Puerto a ver y oir el pregón de los vendedores ambulantes...» (Foto superior: Colección V.G.L. Foto inferior: Colección J.M.M.)

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La desaparecida Catalina Santos, «La Guachi» tiene una avenida en Valdelagrana, --antes esa vía se denominaba Maria Ana Mateo, Vda. de Terry-- bautizada así en el periodo del gobierno comunista a primeros de la década de 1980 y, también da nombre al restaurante cervecería que Romerijo tiene en el centro, donde se puede ver una fotografía a color de la exótica vendedora de mariscos. El fundador del Grupo Romerijo, José Antonio Romero Zarazaga le profesaba gran cariño, dándole  nombre a esa primera cervecería que abrió en 1975. También en la imagen que servimos a continuación, en una publicidad de Osborne de Fino 'Coquinero', aparece en un cristal pintado a mano que se encuentra en el Bar-Café 'La Moderna' de Jerez. Curiosamente no hemos encontrado ninguno en El Puerto.

"Simpática y pintoresca Sra. que vendía marisco por las playas y calles del Puerto allá por los años cuarenta y cincuenta. Se ayudaba con una cesta de mimbre y grandes dotes de persuasión e ingenio, que le permitía vender cualquier marisco que se propusiera a las personas y clientes que ella sabía que podían permitirse ese lujo.  Solía acompañarse para ayudarse en la venta de una cancioncilla pegadiza y alegre que en aquellos tiempos era típico de los vendedores callejeros, pregonando a los cuatro vientos las excelencias de sus productos. Vestía siempre ropa blanca impecable sobre la que destacaba un mantoncillo rojo con flecos que se dejaba caer sobre los hombros y ataba a la cintura como muestra la estatuilla. (En Nuestras instalaciones) Por su gracia, simpatía y eficacia en tan difícil labor a su avanzada edad consiguió gran popularidad en El Puerto convirtiéndose en un personaje entrañable y ya hoy legendario". Nono Romero Sánchez.

CATALINA “LA GUACHI”

Grito de cartel premiado;
salpicón de sangre y sal;
ejército de coral
sobre nieve desplegado.
De salitre va cuajado
el eco de su pregón;
y, a juego con su mantón
-siempre enhiesto cual bandera-
se enciende la cabellera
con un clavel reventón.

Manuel Sánchez 'Zutanito'.

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Pepe Romero Zarazaga

La economía de lenguaje dio a luz un día a la marca Romerijo. En los 60 del siglo pasado, los telegramas de la pequeña empresa de marisco de El Puerto a los mercados centrales iban firmados como Manuel Romero G. (Hijo), pero el telegrafista propuso ahorrar tres palabras en cada envío. El resultado, Romerijo, un icono que cincuenta años después se ha convertido en reconocible en todo el país y que se configura como un referente más en el ideario del turismo de la provincia.
Romerijo es una empresa familiar con más de 55 años de historia (desde 1952) dedicados a la compra manipulación, elaboración y venta de mariscos y productos del mar, tanto crudos como cocidos y fritos. Tienen un volumen de ventas de 250 toneladas de mariscos y otras 200 toneladas de pescaíto frito, al año. La filosofía empresarial mantiene un claro compromiso medioambiental, habiendo suscrito diversos protocolos para sustentar los principios de calidad, exigidos por los principales organismos que la garantizan, así como cumplimientos de garantías europeas e incluso norteamericanas.
Productos provenientes de los puertos de la Bahía de Cádiz, sus aguas y su entorno, como El Puerto, Chipiona, Cádiz, Huelva etc. y de otras muchas costas de España, tales como la del Mediterráneo, Cantábrico, de Galicia. De fuera de España: Marruecos, Argelia, Irlanda, Italia, Escocia, Noruega, Mauritania, Sudáfrica, etc. Tras tantos años de experiencia en el mercado minorista y mayorista, Romerijo ha sido artífice de la expansión y el desarrollo comercial de una gran zona de aperitivos, tapeo y comidas, produciéndose el fenómeno que se le llegara a cambiar la denominación a un tramo de la calle: en lugar de Avenida del Parque y Vergel del Conde, al nombre actual de Ribera del Marisco.
Si es agradable a la vista observar sus vitrinas con más de 30 especies de diferentes especies de mariscos y sus variantes (buey de mar, cigalas, gambas, langostas, langostinos, nécoras, patas y bocas rusas, percebes, quisquillas, bígaros, bogavantes, camarones, cañaíllas, mejillones) y otras exquisiteces, también lo es, a efectos de comodidad, poder degustar sus productos desde cualquier rincón de España haciendo uso de Internet.
En la fotografía (Colección V.G.L.), José Antonio Romero Zarazaga, fundador de la firma Romerijo. Gozaba de gran prestigio entre los compradores de marisco de los mercados de Madrid, Barcelona, Valencia y Sevilla. Esta fama como exportador, propició que el prestigio de su establecimiento se extendiera por toda España y dio paso a un floreciente negocio de venta al menudeo que hoy perdura, corregido, mejorado y ampliado por sus sucesores.

Su hijo José Antonio, actual gerente e impulsor de la firma como la conocemos hoy, es uno de los gurús del marisco, una religión que reúne ante sus mesas a 15.000 fieles cada fin de semana. Y tal y como afirma: “Romerijo y El Puerto están casados por la iglesia, indisolublemente unidos”.    En su honor y, porque le profesaba gran cariño, el fundador del Grupo Romerijo, José Antonio Romero Zarazaga, le puso su nombre a la primera cervecería que abrió en 1975, hoy Restaurante La Guachi, personaje con nótula propia en Gente del Puerto.

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"Sonríe aunque sólo sea una sonrisa triste,
porque más triste que la sonrisa triste,
es la tristeza de no saber sonreír."

A Sonia, camarera del Cafetín, vestida de faena y de calle.

Sonia Barba Cuevas, es hija de José Antonio Barba Garcés, que regenta el Bar 'Aquí te Espero', en la calle Valdés, casi enfrente de la Plaza de Toros, y sobrina de Pedro, camarero de toda la vida del Bar Vicente. La profesión de Sonia no le ha venido por casualidad...

"Esquina a la calle Santa María continúa abierto El Cafetín, también conocido desde hace muchos años como el Café Moderno. En 1895 era una taberna de los hermanos Sinforiano y José Molleda Colosía, llegados a nuestra cuidad desde el valle cántabro de Herrerías en 1874, cuando eran niños. Antes, un pariente de éstos, Eladio Díaz Colosía, tuvo aquí instalada, en la década de los 70 y 80, una fábrica de fideos; industria que ya se había establecido como tal, en una primera etapa, 1800. Acaso a ella pertenecieron las grandes vasijas que en los años 50 se descubrieron en el subsuelo, donde siguen. En 1913 en negocio, ya con el nombre de Café Moderno, estaba en manos del portuense Juan Carvajal Vázquez, quien lo mantuvo hasta fines de los 30. En 1913 y 1914, asociado con Luis Bononato, estableció una sucursal en el Parque Calderón; y otra, a solas, entre 1925 y 1927.

Como decimos, fue en los últimos años 30 cuando tomó el local José López Herrera, aunque por poco tiempo, pues en 1941 pasó a ser de Ángel Sordo Díaz, de sólida tradición familiar en el gremio, como tuvimos ocasión de mencionar en el anterior capítulo. Quienes tengan edad para ello, ¿recuerdan sus seis barriles? Cuatro a un lado: de amontillado El Caballo (Osborne), de fino Menesteo (Osborne), de fino C (Cuvillo) y de moscatel de la bodega de Manuel Rodríguez Garrido, el de Los Caracoles; al otro lado los de la manzanilla Argüeso y fino Tambor de la taberna La Burra. Muy solicitado fue también un estupendo tinto, de un tal Nicanor, de Cádiz, establecido en la calle Sacramento, que traía “el Tragelia” en el vapor. Y aquellas botellas, alargadas, de casi un litro, de la cerveza Cruz Blanca (cuyo depositario en El Puerto era Ezequiel Cortínez, quien llevó, en la plaza de la Pescadería, la taberna La Lucha), envasadas en cajas pesadísimas. Desde 1968, cuando murió Ángel, continúa llevando el establecimiento su hijo Maximino. Se reformó en 1965, cuando perdió el cuarto reservado que tenía junto a la casapuerta de Santa María, por donde entraban las mujeres –sólo las mujeres- tras tocar un timbre, objeto de deseo de algunos puñeteros chavales, que sabían que el dependiente, para abrir la puerta, tenía que dar un rodeo cruzando el salón interior y la cocina. En 1975 adquirió el aspecto actual, ampliado hace tres años con un servicio de confitería." Enrique Pérez Fernández Tabernas y bares con Solera. Una historia de la hostelería en El Puerto de Santa María. Año 1999

El Cafetín en 1958. Tras el mostrador, Maximino y Ángel Sordo; delante, de izquierda a derecha, "Aguilocho". Juan, "el Pirata", Antonio Guerra, "Juan Villarreal", "el Rubio". Rafael "el de las Aguas" y Antonio "el Gallo". (Foto Colección Manuel Guerra)

Caricaturas de Ruiz Cuevas, realizada el 30 de diciembre de 1985. En ellas aparecen, de camareros de sala, a la izquierda Rafael Troncoso y Julio Barcia; en la Barra, de verde oscuro, hablando con éstos, el propietario  Maximino Sordo Alonso. En la cocina/churrería Juan Pauyata; y detrás del mostrador, a la derecha, Eduardo Mora y Juan Angulo, de verde claro. No estaba Sonia, pero si preguntan dicen que es la que está a la izquierda de la foto, sentada en la estantería. Era muy pequeña entonces...

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