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En la fotografía, tomada en 1920, reunión en el desaparecido Hotel Vistalegre (ubicado en la calle Micaela Aramburu, donde en la actualidad se encuentra una tienda de tejidos, de nombre Zacatín). Es un almuerzo que ofrecieron los propietarios de la Bodega A. & A. Sancho (Alfonso y Antonio) a sus empleados. En el centro, Alfonso Sancho Mateos, quien años más tarde sería alcalde de la Ciudad, entre 1924 y 1930, al igual que lo hubiera sido su tío Juan de Mata Sancho Díez de Alda-Sopranis (1822-1886), entre 1867 y 1868. Con Alfonso se inició en su mandato, el dragado y encauzamiento del río Guadalete. También fue el primer presidente de la Academia de Bellas Artes, entre 1900 y 1901. Podemos ver en pié, el segundo a la izquierda, a Pablo Cerdá. El primero sentado a la izquierda, Manuel Gago Calderón, y su hijo, Manuel Gago Vélez, sentado en el suelo a la derecha. Entre las personas que aparecen en la imagen quizás alguien pueda identificar, según nos sugiere Bernardo Rodríguez Caparrini, a Rafael Muñoz, Manuel Vaca, Manuel Benítez, Juan Cordero, quienes fueron empleados de A & A Sancho.

The photograph, taken in 1920, shows a gathering in the no longer existent Hotel Vistalegre (situated in calle Micaela Aramburu, where there is currently a fabric shop called Zacatín). It’s a lunch which the owners of Bodega A. & A. Sancho (Alfonso and Antonio) organised for their employees. In the centre, Alfonso Sancho Mateos, who years later would become Mayor of the town, between 1924 and 1930, as was his uncle Juan de Mata Sancho Díez de Alda-Sopranis (1822-1886), between 1867 and 1868. The dredging and channelling of the River Guadalete began in Alfonso’s term. He was also the first president of the Fine Arts Academy, between 1900 and 1901. We can see Pablo Cerdá standing the second from the left. The first man sat on the left is Manuel Gago Calderón.

finosancho_puertosantamariaEl cartel publicitario de los productos de Alfonso & Antonio Sancho, nos habla del Amontillado SI y la Manzanilla J e, igualmente hacen referencia a las afamadas viñas de su propiedad “El Caribe” y “La Peña”. Otros productos de esta casa eran: el Amontillado Quijote el Amontillado Solera Majestad, y los Finos Caribe y El Abuelo, el Oloroso Único (especial para enfermos) el Tres Cortados Hércules, el Moscatel Fontanal, Jerez Quina Víncitor  y el Digestivo Pax. La bodega estaba situada donde hoy se encuentra Bodegas 501. Alfonso Sancho Mateos, fue uno de los precursores del Consejo Regulador de los vinos del Marco de Jerez y ferviente luchador para que los vinos de El Puerto se incluyeran en dicha denominación de origen. Dejamos para otra ocasión, acaso de la mano de su bisnieto por parte de padre, el Prof. Dr. Bernardo Rodríguez Caparrini, una nótula mejor documentada sobre la vida y obra de este porteño insigne.

alfonsosanchomateos_2_puertosantamaria«Alfonso Sancho Mateos era el hijo primogénito de Antonio Sancho Díez de Alda-Sopranis (1824-1903) y de María Antonia Mateos Valdés (1835-1899), naturales ambos de El Puerto de Santa María. Alfonso fue lo que podríamos llamar “un portuense no nacido en El Puerto”, pues tanto él como su hermana Josefa, tres años menor, nacieron en la cercana ciudad de Jerez de la Frontera, mientras que sus otro nueve hermanos (siete hembras y dos varones) vinieron a el mundo en El Puerto de Santa María». Del libro «Alfonso Sancho Mateos: los primeros años formativos de un bodeguero (1858-1879)» de Bernardo Rodríguez Caparrini. Biblioteca de Temas Portuenses.

Pueden ver más etiquetas de A. & A. Sancho, en la Sección de Vinos de Gente del Puerto.

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enriquebartolome_01_puertosantamariaD. Enrique Bartolomé López-Somoza nació, circunstancialmente, en Málaga el 29 de enero de 1926 y falleció el 16 de marzo de 1998, hace mañana lunes once años. Pero D. Enrique nace oficialmente para El Puerto en 1952, año en el que es nombrado Profesor Titular del Ciclo de Geografía e Historia en el Centro de Enseñanza Media y Profesional en nuestra Ciudad, aunque ya le era familiar El Puerto desde un tiempo anterior, cuando conoció a la que sería su mujer, Elisa, haciendo las milicias universitarias. Es aquí donde contrae  matrimonio con la porteña Elisa López-Quevedo con quien tuvo tres hijos, Enrique, Santiago y Juan Ignacio. A su llegada a El Puerto vivió en el Egido de San Juan,  junto a la finca del Manco Guindate, en la casa conocida como de Santa Ana, propiedad de D. Manuel Rubín de Celis -paralítico que usaba un carrito de madera de caoba y que tenía una gran biblioteca, donde por cierto vivió también a su llegada Manuel Martínez Alfonso-. Con posterioridad ocupó uno en los chalecitos de los profesores del Instituto de la Rotonda de La Puntilla, hasta su fallecimiento. El mayor de sus hijos, Enrique, abogado en ejercicio y colaborador habitual de Diario de Cádiz, está terminando la biografía que D. Enrique dejara inacabada por su triste desaparición. (En la fotografía, D. Enrique en un acto en el Colegio de Espíritu Santo, del que fue organizador y benefactor).

Enrique Bartolomé López-Somoza was born, circumstantially, in Malaga on the 29th of January 1926 and passed away on the 16th of March 1998, eleven years ago tomorrow. But Enrique was officially born for El Puerto in 1952, the year in which he was named Associate Teacher of the Cycle of Geography and History in the Centre for Secondary and Vocational Education in El Puerto. He was already familiar with the town from before, when he met his future wife, Elisa, while he was carrying out University Military Service (training as officers for university students). It is here where he married Elisa López-Quevedo, from El Puerto, with whom he had three sons: Enrique, Santiago and Juan Ignacio. When he arrived in El Puerto he lived in Egido de San Juan, next to Manco Guindate’s property, in the house known as Santa Ana, belonging to Manuel Ruiz de Celis. The latter was paralysed and used a mahogany trolley to get around and also had a great library. Manuel Martínez Alfonso also happened to live here on his arrival in town. Enrique later moved to one of the little secondary school teachers’ villas at the La Puntilla roundabout, until his death. The eldest of his sons, Enrique, lawyer and regular collaborator of the Diario de Cádiz (newspaper), is finishing the biography which his father Enrique left unfinished due to his sad departure.

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D. Enrique con sus padres, en una foto de estudio a principio de la década de los años 30 del siglo pasado.

Hiijo de Abelardo Bartolomé del Cerro y de Adela López-Somoza Álvarez, nació como hemos dicho de forma circunstancial en la capital malagueña, y fue así porque su madre padecía una enfermedad respiratoria y debía pasar los inviernos en el sur de España, donde el clima más seco permitía que el embarazo se desarrollase con normalidad. Según decía, su amigo Paco Viseras Alcolea --ginecólogo porteño fallecido recientemente-- en Málaga tenía su consulta uno de los mejores tocólogos de la época, el doctor Gálvez, que poseía clínica propia. En ella nació D. Enrique. Y el doctor Gálvez tiene un monumento erigido en su ciudad y sus discípulos continúan la labor médica en la capital andaluza.

institucion_libre_de_ensenanzaEL PADRE DE D. ENRIQUE Y LA INSTITUCIÓN LIBRE DE ENSEÑANZA.
Su padre Abelardo Bartolomé nació en Madrid en 1874, estudió en la Institución Libre de Enseñanza, donde entre otros compañeros tuvo a Julián Besteiro, con el que cultivó siempre una gran amistad. Doctor en Ciencias Naturales, fue desde 1899, profesor auxiliar de la Facultad de Ciencias de la Universidad Complutense de Madrid. En 1912 obtiene por oposición la Cátedra de Ciencias Naturales de la Universidad de Salamanca donde entabló amistad con el que fue su rector Miguel de Unamuno, hasta que fue depurado. En 1920 obtuvo la cátedra de Biología en la Universidad de Valladolid en la llegó a ser decano de la Facultad de Ciencias, falleciendo en esta ciudad castellana el 4 de febrero de 1.947, contando nuestro protagonista con 18 años de edad. La vida del abuelo de D. Enrique, de su padre y de sus ascendientes y familiares es interesantísima. Desde haber sido su abuelo, Eugenio secretario personal de la Reina Isabel II,  precursor de los Jardines de la Infancia (la Universidad de Alcalá ha publicado un libro sobre su vida) hasta tener un primo hermano: Rafael López-Somoza que fue el actor preferido de Pedro Muñoz Seca. (En la ilustración, el Boletín de la Institución Libre de Enseñanza).

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Don Enrique, el segundo por la izquierda de la fila superiror, entre  un compañero con corbata y otro en camisa, en el Colegio de los Marianistas de Madrid donde estudió Bachillerato.  En la foto también aparece su compañero, expresidente de gobierno fallecido, Leopoldo Calvo Sotelo. ¿Adivinan cual es?

enriquebartolome_chico_puertosantamaria1En las memorias que D. Enrique dejó a medio escribir –y en las que su hijo Enrique está trabajando y recopilando, base importante de esta nótula-, describe sus primeros años estudiantiles aprendiendo a leer con su padre cuando le enseñaba con los periódicos ‘La Voz’ y El Sol’. Comenzó su andadura estudiantil en el Colegio de ‘Las Francesas’ de la Calle Santiago de Valladolid, cuando contaba cinco años de edad y con su madre recién fallecida. En ese colegio estuvo hasta los siete años, que se fue a vivir con su tía Eloisa (hermana de su madre) que ejercía de maestra en Madrid, y se matriculo en el colegio ‘Ruiz Zorrilla’ en la Ronda de Toledo. Un año después pasa al Instituto-Escuela en los Altos del Hipódromo, al final de La Castellana, donde hoy se encuentra el ‘Ramiro de Maeztu’. Con veinte años se matricula en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Complutense, licenciándose en Geografía e Historia (Sección de Historia de América) en el año 1951.

Fue condiscípulo de otro enamorado de El Puerto, D. Diego Catalán Menéndez-Pidal; por cierto que entre D. Enrique y D. Diego hubo cruce de sables, de pequeños, por el amor de una dama pelirroja de 6 años llamada Tuti, resultando que la dicha Tuti dejó plantados a los dos por un Benlliure. En recuerdo de aquella rompecorazones una gata perteneciente a la familia de D. Diego Catalán, se llama Tuti.

En 1951 es contratado por un curso en el Instituto Laboral de Puertollano. (En la fotografía, D. Enrique con un año, la mañana de Reyes de 1927, en Madrid).

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D. Enrique, el primero por la derecha, en el Cuartel de la Granja de San Ildefonso, donde hizo las Milicias Universitarias, licenciándose como Alférez de Complemento.

SU LLEGADA A EL PUERTO EN 1952
Si bien su llegada oficial a El Puerto la podemos constatar en el año 1952, previamente ya le era familiar la Ciudad donde  había conocido a su novia, Elisa, cuando cumplía destino en una población cercana como Alférez de Complemento en las Milicias Universitarias;  algunos porteños recuerdan a D. Enrique vestido con el uniforme  de paseo de las milicias, con dos cordones, botas de caña alta y espolines de plata, paseando por las calles de El Puerto. en compañía de su novía, lo que determinaría que D. Enrique, una vez terminada la carrera, solicitara El Puerto como destino profesional.

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En la Feria de Ganado en 1956, con su novia Elisa López-Quevedo.

Como decimos es en 1952 cuando es nombrado Profesor Titular del Ciclo de Geografía e Historia en el Centro de Enseñanza Media y Profesional de El Puerto de Santa María, donde se afianza como Catedrático de Historia y se jubila, tras 39 años ejerciendo la docencia en los Institutos Santo Domingo y Muñoz Seca de nuestra Ciudad. Compaginó sus clases a los bachilleres con enseñanzas en el Colegio de las Hermanas Carmelitas y Colegio de ‘San Estanislao’ (La Pescadería) durante algunos años. Fue director del Instituto ‘Pedro Muñoz Seca’ desde 1977 hasta 1983. Era fumador de 'Bisontes'.

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D. Enrique, presentando a un pianista en el Instituto Santo Domingo.

También dirigió la Fundación Municipal de Cultura entre los años 1978 a 1981. Llegó a ser académico electo de la de Bellas Artes Santa Cecilia de nuestra Ciudad y ejerció durante más de 20 años como profesor tutor de Historia de América en la Universidad Nacional de Educación a Distancia. El Obispo de Jerez, Rafael Bellido Caro lo nombra mediante decreto de 6 de julio de 1987 vocal de la Comisión Local del Patrimonio Artístico de la Iglesia Católica.

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Acto de la Academia de Bellas Artes, en el Salón de Actos del Instituto Santo Domingo. De izquierda a derecha, el poeta Guillermo Portillo Scharfhausen, el profesor Manuel Martínez Alfonso, el presidente de la Academia, a la sazón, Francisco Arníz Sanz, el Doctor Adolfo Vidal Benito y Enrique Bartolomé, quien actuó como conferenciante.

enriquebartolome_libro2_puertosantamariaPERIÓDICOS Y PUBLICACIONES.
Hasta su fallecimiento el 16 de marzo de 1998, colaboró con los medios de comunicación local, participando en las tertulias de Radio Puerto (Instituto Laboral) y SER Jerez y publicó numerosos artículos en los periódicos: Diario de Cádiz, ABC, La Voz del Sur, El Puerto Información, Diario de Extremadura, El Periódico del Guadalete y Cruz de Guía. Fue fundador y miembro de los Consejos de Redacción de los periódicos locales Cruzados, La Voz de la Bahía y de la revista Pliegos de la Academia. (A la izquierda, el libro 'El Viento de Levante en El Puerto', publicado por la Biblioteca de Temas Portuenses -BTP-).

"De ningún modo los alumnos de don Enrique podemos olvidar cómo analizaba el Levante en sus aspectos geográficos y físicos, la influencia del mismo sobre el paisaje y las actividades humanas, como por ejemplo las alteraciones y trastornos fisiológicos más o menos pasajeros que provocaba en las personas y, naturalmente, la disminución de la humedad atmosférica a causa de este viento. Por ello, a pesar del calor sofocante y de la ventolera que desata, apuntaba el profesor, es posible vivir en la costa atlántica de la provincia de Cádiz. Los hijos de pescadores que estudiábamos con don Enrique, disfrutábamos del trato cordial y educado, así como de las conversaciones amenas del profesor. Sin embargo podemos destacar que poníamos toda nuestra atención cuando explicaba la acción del Levante sobre el mar y la amplitud de estados que producía en el mismo, ni decir cabe que nos tocaba de lleno, porque sus consecuencias eran desfavorables para la economía familiar y muy peligroso para los barcos si salían a pescar." (Antonio Carbonell. La Meridiana. Diario de Cádiz. 19 marzo 2003).

cartapuebla_puertosantamariaEntre sus publicaciones se encuentran: ‘El viento de levante en el Puerto’, ‘Orígenes histórico legendarios de los núcleos de población de la Bahía de Cádiz’ y ‘La Carta Puebla de El Puerto de Santa María’, entre otros. En la Revista de Historia de El Puerto del Aula de Investigación Histórica 'Menesteo', publicó: “Diario del viaje del piloto mayor Diego Thomas de Andia y Varela a las costas de Patagonia (1745-1746)” y “Notas para una historia de El Puerto de Santa María en el siglo XIX” (El periodo 1800-1814),  “Documentos y libros relacionados con América (1560-1899) de los fondos del Archivo Municipal y de la Biblioteca Pública Municipal de El Puerto de Santa María”, «Apéndice a "Documentos y libros relacionados con América (1560-1899) de los fondos del Archivo Municipal y de la Biblioteca Pública de El Puerto de Santa María”», «Medidas higiénico-sanitarias de la administración municipal de El Puerto de Santa María en la prevención y tratamiento de la viruela (1805-1891)». Además tiene escritos numerosos textos inéditos sobre política, sociología, geografía e historia. (En la ilustración, Carta Puebla del Gran Puerto de Santa María.  D. Enrique hizo la transcripción de la copia del  S. XVI del privilegio rodado por el cual Alfonso X otorga a Santa María del Puerto carta-puebla fundacional, fechado en Sevilla, 16 de diciembre de 1281. Papel 310x210 mm. 2 folios completos y medio. Archivo Municipal de El Puerto de Santa María. Curiosidades nº 2.)

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La Plaza Enrique Bartolomé López-Somoza, en las inmediaciones de la Plaza de Toros.

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Rótulo de la Plaza, que en la actualidad comparte nombre también con dos de las tres calles que en ella confluyen: Golondrina y San Bartolomé. (Foto Vicente González Lechuga).

EL AYUNTAMIENTO, AGRADECIDO.
El Ayuntamiento de nuestra Ciudad rotuló en su homenaje el nombre de una plazoleta en las inmediaciones de la Plaza de Toros, en un lugar rehabilitado donde anteriormente había existido un bloque de infraviviendas habitado por gente muy pobre, denominado 'Patio Valdés', en la confluencia de las calles Golondrina, San Bartolomé y Valdés y le concedió la medalla de la Conmemoración de Centenario de la Plaza de Toros, como muestra de afecto y reconocimiento por su dilatada trayectoria profesional y humana en nuestra ciudad.

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Saludando a la Infanta Cristina, en la inauguración de la Fundación Rafael Alberti.

Durante toda su vida se dedicó en cuerpo y alma a estudiar y divulgar el rico patrimonio cultural, e histórico de nuestra ciudad y a enseñar con su gran humanidad a multitud de generaciones, habiendo dejado una profunda huella del buen hacer profesional y de la generosidad y humildad a la hora de impartir sus sabios conocimientos, siendo muy apreciado y recordado por los porteños. Precisamente mañana día 16 de marzo hace ya once años de su fallecimiento. . Murió en el Hospital de Puerto Real a la hora que el sol se ponía por los esteros de San Fernando, desde la habitación 323, junto a la ventana desde donde se divisaba con claridad la última hora del día.

SU TESTAMENTO EN PALABRAS.

enriquebartolome_libro_puertosantamariaComo muestra de su ser de hombre de bien, estas fueron las últimas frases que pronunciara el día que fue homenajeado por su jubilación en 1991, hace ahora, 18 años, publicándose el libro que se muestra a la izquierda de este texto:

«…ahora, al doblar la última esquina de mi vida, advierto que la suerte, en la que creo, y la ayuda de Dios, en la que creo también me han acompañado, y a ellas les debo gran parte de lo que soy.
Por ello debo agradecer a la Providencia la familia que me asignó al nacer. A ella le debo, además de la vida corporal, el ejemplo de independencia, tolerancia y comprensión que he procurado seguir. Gracias a mis profesores y compañeros de estudios de los que aprendí y con los que aprendí. Gracias por la suerte de venir a El Puerto donde ha brotado mi nueva familia, esposa e hijos y nieto, cuyas cualidades de cariño y abnegación me han sido decisivas. Gracias por la suerte de mis compañeros de Instituto y de la UNED. Gracias por y para los alumnos antiguos y nuevos y por todos vosotros.
Tal vez pequé de ilusionado, pero creo vislumbrar a través de vuestra presencia y vuestro calor que mi vida no ha sido del todo inútil, y que cuando llegue el día en que la postrera sombra cierre mis ojos, acaso pueda pensar –como mi poeta más admirado- que ‘mis cenizas serán cenizas, más tendrán sentido
»

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Don Enrique en la Playa de El Manantial, con sus hijos: de pie Enrique, a la izquierda Chico (Juan Ignacio) y Santiago a la derecha, a finales de los sesenta del siglo pasado.

EMÉRITO PROFESOR.

enriquebartolomelopezsomoza_puertosantamaria"Recordar es volver a vivir. Recordar a D. Enrique es hacer que volvamos a tenerle presente, si es que en algún momento se nos fue de la memoria, siguiendo sus enseñanzas y su ejemplar proceder.
Es una constante que los discípulos valoren, de superior manera, a quienes tuvieron por tutores y docentes años después de la época de estudiante. La forma de enseñar, los conocimientos que nos transmitieron, la personalidad, la humanidad desprendida, son los valores que tintaron una relación positiva, que es echada ciertamente de menos en el caso de nuestro D. Enrique.
Asociado a otra época, en algún cajón de nuestra memoria, permanecen no sólo las materias que con tanta liberalidad impartía, sino el recuerdo intachable de una bondad que la adolescencia, inconsciente, no nos permitió valorar en su momento.
Las crónicas del cambio de siglo, no recogerán a un D. Enrique investigador, en el archivo municipal. Tampoco al alto profesor que publicaba artículos en medios locales o especializados. Ni siquiera al conferenciante que fue de múltiples foros y reuniones, por no mencionar la ausencia de este emérito profesor, en cualquier caso, hasta su partida. Que dos años han transcurrido ya desde que su cotidiana presencia se diluyera, como era él, humilde, hasta la evocación presente de su obra, el cariñoso saludo a sus hijos en ese recuerdo y el cotidiano pasar o pasear por la plaza Profesor Enrique Bartolomé.
La impronta de este educador forma parte del bagaje humano, cultural y social de quienes fuimos sus alumnos. No solo supo enseñar Historia intentando que la comprendiéramos, que la analizáramos, que extrajéramos moralejas de los hechos, sino que además le preocupaba inculcar el sentido de la justicia y la bonhomía que siempre iban con él.
En el amanecer de un siglo que D. Enrique no conoció, se perpetúan sin embargo, moléculas de sus conocimientos repartidas entre los habitantes de El Puerto; partículas de bondad en los caracteres de quienes fueron sus discípulos; átomos del sentido de la justicia anidando entre quienes fueron sus compañeros de profesión; y grandes dosis de una actitud positiva ante la vida, para aquellos que supieron valorar el escepticismo, la curiosidad y cierta capacidad de asombro que supo mantener hasta sus últimos momentos nuestro D. Enrique."
(J.M.M. Diario de Cádiz, jueves 16 de marzo de 2000, con motivo del segundo aniversario de su desaparición). En la fotografía, D. Enrique con su nieta Ana Bartolomé Pastor, en Las Lagunas de Ruidera en el verano de 1994.

Nuestro agradecimiento a Enrique Bartolomé (Jr), por la documentación que nos ha facilitado, tanto gráfica como por escrito, y que nos ha permitido recordar la gran dimensión humana de su progenitor a quienes tuvimos la suerte de ser sus discípulos. También, a los que no tuvieron ese privilegio, esperamos que les haya permitido poder conocer que un hombre de la gran envergadura humana de D. Enrique, enterró y fructificó en El Puerto la semilla de la bonhomía, la tolerancia y la curiosidad por el pasado porteño.

QUERIDOS PADRES.

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"A sólo unos días de la desgraciada y manipulada celebración del día del padre, no quiero sustraerme de la importancia que, estoy convencido que para todos, supone exteriorizar lo que sentimos por nuestros progenitores.
Hace justamente hoy tres años, que mi padre, sin que nos pidiera permiso, y de una manera callada, abandonaba este mundo. Una repentina enfermedad hizo irreversible lo que no nos parecía tal. Y en sólo unos meses, mis hermanos y yo, pasamos de tener padre a no tenerlo.
En sólo dos frases, y si me apuran en una, pudieran contarse el paso de una persona, por este mundo. Algo más difícil supone tratar de explicar la trayectoria humana de ese mismo ser, que ya no se encuentra entre nosotros. Y resulta imposible narrar, ni siquiera en un libro, que ha supuesto para cada uno, nuestro padre o nuestra madre.
Trato de dirigir estas líneas a aquellos que disfrutan aún de la compañía de sus padres. Sin que pase un día más, y sin que excusas peregrinas afloren al exterior, deberían acercar posturas y disfrutar, por los años que sean, de la inigualable y sincera compañía de sus ascendientes más directos.
Desde que perdí a mi padre, y sin que un solo día se despiste, recuerdo el tiempo que inutilicé en no tratarlo y conocerlo a fondo. Como será, que cuando supe de su enfermedad intenté exprimir mi relación con él hasta extremos insospechables. Acompañé sus últimos meses como si de su sombra se tratase, e intenté quedarme con lo que pudo dejarme de ese indeterminado equipaje con el que nos marchamos de este mundo.
Decía René Descartes que dos cosas contribuyen a avanzar: ‘ir más deprisa que los otros, o ir por el buen camino’. Yo me quedo con esta última. Y desde luego, que mejor sendero a seguir, que el que un buen día emprendieron nuestros padres. Aquellos seres humanos que en las difíciles y complicadas noches invernales, o en las tórridas estivales, supieron dar el consejo adecuado o aceptar de buen grado nuestros caprichos y nuestros desplantes." (Enrique Bartolomé (Jr). Diario de Cádiz. 16 de marzo de 2001, en el tercer aniversario de su desaparición).

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El 12 de diciembre e 1955, el Obispo de Cádiz-Ceuta, Doctor Tomás Gutiérrez Díez, bendijo el monumento a la Inmaculada Concepción ubicado en el centro de la Plaza de la Iglesia (Plaza de España). El templete había sido diseñado por el arquitecto Fernando Barquín y labrado por el escultor sevillano José Basallo. Podemos ver, en primer término la mesa de altar, el candelero con velas y el crucifijo con la reliquia de San Ignacio, así como el relicario con el cráneo de San Francisco Javier, patrono de la Ciudad. (Foto Colección Manuel Girón Ceballos).

iglesia_fachadaA la izquierda de la fotografía en blanco y negro, junto a la mesa de altar, podemos ver al monaguillo Jesús Bernal Prol, el Párroco y Cura Propio Antonio Cía Moreno, el Obispo de Cádiz-Ceuta, detrás del báculo del Obispo, el alcalde de la Ciudad, Luis Caballero Noguera, a su lado, semioculto, el párroco de San Joaquín y Arcipreste Manuel Salido Gutiérrez, detrás de éste vemos a con gabardina, a Eloy del Valle Bonichi y a Juan Martín Vélez, secretario particular de la alcaldía, al lado de Salido un poco detrás, el concejal José Merchante,  al lado del Obispo un jesuita que hacía de Diácono, y a continuación el jesuita, García Alonso. A la derecha de la imagen, de oscuro, concejales de la corporación municipal y otras representaciones entre las que vemos a Joaquín Fernández Prada con bigote, a continuación, Joaquín Calero Muñoz, a la sazón Jefe Local del Movimiento, Francisco Velarde, Práctico del Puerto, Juan Villar, calvo, de Obras Públicas, Blas Aranda y José Moresco Muñoz .  En la parte central izquierda de la fotografía podemos entrever a Fernando Arjona Cía y a Roberto Merello Reynolds. Dado el enfrentamiento que mantenía Antonio Cía, el párroco de la Prioral con el Cardenal Segura, Obispo de la Diócesis de Sevilla a la que pertenecía El Puerto, éste invitó para la inauguración del monumento al obispo gaditano, afrentando al cardenal sevillano. La primera piedra del monumento se había colocado un año antes, el 8 de diciembre de 1954, pudiendo verse una imagen de aquel momento pulsando sobre estas palabras.

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tilysantiagocossi_11_puertosantamariaTily Santiago Cossi abrió los ojos a la luz de la Plaza del Castillo, pues aunque nació y vivió en la calle Alquiladores, 9, casa de sus abuelos maternos, el dormitorio de sus padres, cuando se paría en las casas, daba a la histórica plaza el 21 de noviembre de 1960, que es la fecha de su nacimiento. Es la mayor de cinco hermanos, hija de Manolo y Matilde -Matildina- de quien hereda el familiar y señalado nombre de Tily. Le gusta reflexionar sobre el alma que, afirma, tiene El Puerto, esa que todavía “no hemos matado del todo” un Puerto “en coma que necesita un líder que recupere lo que queda de casco antiguo”, y abunda: "No hace falta hacer experimentos; podría valer el modelo de Cádiz de recuperación de casas y palacios que se caían y hoy están salvados para el disfrute de quienes vengan detrás".

Tily Santiago Cossi opened her eyes to the light of Plaza del Castillo; although she was born and lived at no. 9 calle Alquiladores, her maternal grandparent’s house, her parents’ bedroom, in the days when women still gave birth at home, looked out onto the historic square on the 21st of November 1960, which is the date on which she was born. She is the eldest of five siblings, daughter of Manolo and Matilde – Matildina – from whom she inherits the important family name Tily. She likes to reflect on the soul which, as she says, El Puerto has, a soul which “we haven’t quite killed off “ yet, a Puerto “in a coma which needs a leader to tilysantiago_pequenina_puertosantamariarecover what’s left of the old town”. She goes on to say that “There’s no need to do experiments; the Cádiz model of salvaging houses and mansions which were falling down and today have been recovered for the enjoyment of future generations could be used”.

Aficionada a la lectura, pero con poco tiempo para escribir, aprovecha vacaciones y viajes: el último libro que ha leído es “Los hombres que no amaban a las mujeres». Con el cine le pasa igual: le gusta pero no es asidua a las salas de proyección... ¡ah el tiempo escurridizo! Y si hablamos de música, Serrat le llena la boca y una banda sonora, la de “Cinema Paradiso” que bien pudiera ser la banda sonora de su vida.

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Tily estudió primaria en las Esclavas y el bachillerato en el Pedro Muñoz Seca -aunque a punto estuvo de ser mandada interna a las Esclavas de Cádiz con nueve años- pero sobrevivió a aquel Instituto novedoso frente al Penal, donde “El Arropiero”  se apostaba por aquellas fechas cuando aún no era famoso. (En la fotografía, recogiendo un diploma en las Esclavas, con seis años. Podemos ver a Antonio Gómez, presidente de la APA y a Diego Mora, concejal de Educación. Nótense las tocas de las monjas. Año 1966.)

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Luego vendría la Universidad Complutense en Madrid, donde estudia periodismo hasta que, en tercero de carrera tras hacer las prácticas en el verano de 1979 en Diario de Cádiz, se queda como corresponsal del rotativo provincial hasta el año 1983, en unos tiempos donde era la única periodista que informaba de las cosas de El Puerto, amen de colaboradores de agencias, o la Delegación que Radio Jerez abrió en El Puerto por aquellas fechas. (Tily, a los mandos de una máquina de escribir marca Olivetti, hoy convertida en reliquia).

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En el Casino Bahía de Cádiz, en un acto organizado por la Cadena SER, dirigida por Rafael Plaza. De izquierda a derecha fila superior: Desconocida, Rafael Plaza Checa director de SER Cádiz, Manuel Moreno Romero (AP); Salvador Domínguez, Gobernador Civil; Rafael Gómez Ojeda, alcalde de la Ciudad; José Antonio Barroso Toledo, alcalde de Puerto Real; Horacio Lara Palma; Carlos Díaz Medina, alcalde de Cádiz; Luis Esteban Solinís, director comercial del Casino Bahía de Cádiz; José Higinio Lodeiro Alfaya, periodista; Antonio Muñoz Cuenca (PA); debajo: Tily Santiago, Antonio Yélamo, e Inés Alba, flanqueando a Antonio Morillo Crespo, Alcalde de Vejer de la Frontera. 27 de mayo de 1983.

Rafael Plaza, hombre de la radio que ocupa hoy un lugar destacado dentro del Grupo PRISA, era por aquellas fechas director de Radio Cádiz; ficha a nuestra protagonista para los servicios informativos de la SER en Cádiz.

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De izquierda a derecha: Antonio Arias Collado, José Ignacio Buhigas Cabrera , José Lodeiro Alfaya, José Ángel Bermejo, Tily Santiago Cossi, Manuel de la Peña Muñoz, Juan Carlos Jiménez Laz, Juan Pedro Simó y Manuel Muñoz Fossati. Esa foto cumplirá el 8 de abril 25 años. Son los miembros de la redacción de Diario de Jerez, delante de la rotativa,  cuando salió el primer número el 8 de abril de 1984. Tily tenía exactamente 23 años. (Foto cortesía Prudencio López Campuzano).

Tras once meses en la emisora, en 1984, Manolo de la Peña, hasta entonces Jefe de la Sección de Provincia de Diario de Cádiz la llama para incorporarla a su equipo en Diario de Jerez, del que sería su primer director, contando con Tily para la responsabilidad de Jefe de Provincia. Allí hacen un nuevo Diario, moderno, diferente al centenario de Cádiz -propiedad también del Grupo Joly-, donde Tily dejó su impronta y señaló un estilo propio, que va marcando donde ha  trabajado, como se podrá apreciar a lo largo de su vida profesional, mirando siempre, de alguna manera para y por El Puerto, como hija agradecida que es de esta tierra porteña que la vió nacer.

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Con Rafael Alberti.

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Con los exministros de Economía, Carlos Solchaga y Miguel Boyer, en Las Redes.

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Entrevistando a la diputada Carmen Romero. Nótese el tamaño de la grabadora.

Tras seis años en Jerez vuelve a El Puerto, ahora como Delegada de Diario de Cádiz en nuestra Ciudad. La segunda Delegada: en 1988 el recordado Agustín Merello inauguraba la Delegación y Tily dirigirá aquí, en 1990,  a un joven equipo: Enrique Alcina Echeverría, Diego Mora Perles como redactores, Pepe Buhigas Cabrera de colaborador, Pedro Ríos Cote en Deportes y Fito Carreto Ruiz a cargo de la fotografía. Desde la calle Larga 27, coordinaba además la información de Sanlúcar, Rota, Chipiona, Trebujena y Puerto Real, con una precariedad de medios que suplían con el empuje y las ganas de aquel equipo dirigido por nuestra Tily. En esta segunda etapa asiste al nacimiento del partido independiente que liderara Hernán Díaz y le toca vivir en primera persona las peculiares relaciones del poder local con el medio decano en la provincia. El día 16 de junio de 1991 nacía su primer hijo, Ignacio, un día después de la toma de posesión como alcalde de Díaz. Tily permanece en El Puerto hasta que en 1997, tras siete años, la sustituye el actual director de Diario de Cádiz, Rafael Navas, quien se haría cargo de la Delegación de El Puerto.

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En 1982, gobernando los comunistas en El Puerto, Tily Santiago fue el Rey Negro de la Cabalgata de Reyes. Además, ese año, SSMM los Reyes de Oriente fueron en dromedarios, domesticados para la ocasión. (Foto Rafa).

Tily llevaba planteándose buscar --a raíz del nacimiento de su segundo hijo en 1995, de nombre Raul. (*) Pulsando en Comentarios accede a un artículo de Luis Suárez Ávila dedicado al entonces recién nacido-- otro trabajo de comunicadora que le permitiera conciliar su vida profesional con la familiar. A la pregunta de como conciliar ambas responsabilidades, se respondió  que trabajando en un horario de mañana y vino una oferta por parte de la  Administración. Y hete aquí que en 1997 empieza a prestar sus servicios como Jefa de Prensa de la Delegación Provincial de Obras Públicas y Transportes que, a la sazón, dirigía José de Mier Guerra. Pero su gozo en un pozo: pues asume además las competencias de Jefa de Gabinete del Delegado lo que, unido a su estilo de trabajo responsable, haría que también le pusiera las horas que hiciesen falta a su trabajo, empero, al menos, no tenia que luchar con los horarios intempestivos  de un periódico y los fines de semana y festivos. Algo habían ganado su marido y sus hijos.

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El presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, posando con la directiva de la Asociación de la Prensa de Cádiz (APC), de la que Tily fue secretaria durante dos periodos, hasta su incorporación a la Dirección General de Medios de Comunicación Social de la Junta. De izquierda a derecha: Ángel Galán, David Doña, Vicki de Haro, Paz Santana, Fernando Santiago, Manuel Chaves, Tily Santiago, Montse Barreiro, Carmen Morillo y Fabián Santana.

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Tily Santiago, en una fotografía actual.

Y así llegamos al año 2004, tras las elecciones andaluzas. Tily había destacado por su rigurosidad, la impronta que le imprimía a sus responsabilidades a las que ya hemos aludido y se fijan en ella en Sevilla, siendo propuesta al presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, para que ocupe la Dirección General de Comunicación Social de la Junta de Andalucía, adscrita a la Consejería de Presidencia, dependiendo del titular de la misma, Gaspar Zarrías. Allí coordina desde entonces, --ya va por el segundo mandato-- la comunicación institucional de la Junta en dos vertientes: Coordina la publicidad de toda la Junta y la identidad corporativa, es decir la imagen de la institución autonómica. También lleva la gestión de las radios y televisiones tanto públicas como privadas, la normativa reguladora, la inspección y el régimen sancionador, teniendo a su cargo sobre 30 funcionarios. A diario viaja a Sevilla a ocupar su despacho en la Avda. de la Borbolla, cerca de Viapol y la Enramadilla, frente a la Plaza de España, en largas jornadas a veces y otras mas reducida para -su eterna obsesión- conciliar. Viaja en tren, en coche particular, prestado, con compañeros, en coche oficial... viajes de ida y vuelta con El Puerto como destino de retorno. Eso sí, pendiente del teléfono, el portátil e internet.

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En  1972, con 12 años, con las Guías de España. De izquierda a derecha: María José Perea, Mari Luz Campos, Carmen Cebrián, Tily Santiago, Isabel Sánchez, Cati Teja y Marito Perea.

Tily se casó en 1989 con José Ramón Invernón, canario hijo de militar afincado en Cádiz, que nunca volvió a su tierra y el matrimonio y sus hijos viven en El Puerto. Tienen dos hijos, Ignacio y Raul, de 17 y 13 años. Sus hijos, como ella, son scouts, ella perteneció a las Guías de España, comprometiéndose de diversas maneras, la última a través de una Asociación de Antiguos Scouts de la Provincia de Cádiz, donde además, los recuerdos que les unen han propiciado que hayan creado una buena pandilla de maduritos. La Tily de paisano no tiene nada que ver con la Tily en su trabajo, aunque son la misma persona, relajando la tensión de la responsabilidad y del trabajo por hacer. Por hacerlo bien.

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En la Feria, en 1986

“Fuera aparte” de eso, practica el senderismo y le encanta perderse por los pueblos rurales que todavía no han sido víctimas de la explotación intensiva del monocultivo turístico y conservan la autenticidad de lo antiguo conviviendo con el progreso. Aficionada a la Feria desde pequeñita (existen documentos gráficos desde su más tierna infancia) nuestra Tily celebró su boda un jueves de velada en la Feria, concretamente en la Caseta de la Peña 'Los Trinca', donde los invitados de fuera pudieron conocer las excelencias de nuestra tierra a traves de la primera fiesta local. Nunca se la ha perdido, incluso desde que se encuentra trabajando fuera de El Puerto, incluso cuando coincide con  la Feria de Sevilla.

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Tily, con dos y tres años. La segunda foto está fechada el 19 de mayo de 1963. Al fondo el Castillo de San Marcos, visión privilegiada desde los balcones y azotea de su casa.

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El 12 de marzo de 1969, hace cuarenta años, salía a la calle el número 3000 de Cruzados. Se celebraba con una edición extraordinaria su trigésimo aniversario. Nadie podía imaginar que el día 12 de marzo de 1969 quedara marcado para la historia de El Puerto por la desaparición de Cruzados. Su número 3001 de fecha 19 de marzo de  mencheta_cruzados_puertosantamaria1969, aunque se imprimió, nunca salió a la calle.  Fue secuestrado por la Delegación Provincial de Información y Turismo cuyo delegado aquel entonces en Cádiz era Rafael Landin Carrasco, a quién dos años mas tarde, la Corporación Municipal, por su colaboración en la campaña de solidaridad con los porteños desfavorecidos “Navidad con Amor”, le concedía la medalla de oro…

On the 12th of March 1969, forty years ago, edition number 3000 of Cruzados was published. It celebrated its three thousandth anniversary with an extraordinary edition. No-one imagined that the 12th of March 1969 would be etched forever in the history of El Puerto due to the disappearance of Cruzados. Its edition number 3001 on the 19th of March 1969, although it was printed, was never published. It was kidnapped by the Provincial Office for Information and Tourism whose delegate at that time in Cádiz was Rafael Landin Carrasco, who, two years later, would receive the gold medal for his collaboration in the solidarity campaign with less fortunate porteños “Navidad con Amor” (“Christmas with Love”), awarded by the Municipal Corporation…

La editorial de este último número empezaba así: "Treinta años y nuestro numero tres mil. ¡Cuantas sugerencias, cuántas consideraciones, lectores amigos, con tal motivo! En  esta ocasión, Cruzados ya ha cumplido esa treintena cargada de sacrificios, desconocidos, por la mayoría; pero que están pletóricos como en cortés desafío a los muchos inconvenientes de todo orden, de los que, bien es verdad, nunca estuvo exenta de publicación, dispuestos a servir de empuje o palanca tremenda que, una vez más, remonte al periódico, lo deje en su sitio y siga siendo acogido, conocida la benevolencia de los lectores, con la mejor simpatía y afecto." (Para leer el texto completo pulse en los comentarios de esta nótula).

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Dos importantes secciones de Cruzados: ‘El perfil de la semana’ crónica sobre  El Puerto, escrito por Manuel Sánchez, y Sánchez ‘Zutanito’  y ‘Por la calle de en medio’ de Juan Ignacio Varela Gilabert. (En la fotografía, Manolo Sánchez y Juan Ig. Varela, la primera perteneciente a la coleccion de Manuel Sánchez Cerdá y la segunda a la coleccion de Vicente Gonzalez Lechuga).

Cruzados fue una publicación de la Acción Católica, asociación pública de fieles que tiene su origen en el mismo seno de la Iglesia católica fundada por el Papa Pío XI en 1922. Estuvo durante el tiempo anterior a la Guerra Civil fuertemente vinculada con los cruzados1939_puertosantamariamovimientos de acción social, sin embargo, con la escalada de la Guerra, en claro contraste a su trayectoria anterior, toma otros derroteros de carácter exclusivamente espiritual, a pesar de que la idea no fuera compartida por muchos sacerdotes rurales y urbanos que convivían día a día en medio de un pueblo con las heridas recién abiertas.

Nace así, bajo esta consigna impuesta, Cruzados, cuya portada de su primer número de febrero de 1939 es prueba indiscutible de su temática,  mensaje y de devoción por las directrices de la Iglesia. Por ello de ninguna manera pudo ser la solución y ocupar el lugar de la desaparecida Revista Portuense, fundada por el periodista natural de Grazalema y porteño de adopción, Dionisio Pérez Gutiérrez. (En la ilustración, la portada del primer número de Cruzados, en 1939, hace setenta años justos).

Cruzados, de carácter mensual hasta que iniciados los años 40 se convirtió en bisemanal, circulando los miércoles y sábados, informaba sobre acontecimientos religiosos, ‘culturales’, cartelera de cine, farmacia de guardia, anuncios y edictos oficiales de la época así como de los bautizos, bodas, comuniones y óbitos de los suscriptores y familias relevantes de la ciudad.

UNA NUEVA ETAPA EN LA PUBLICACIÓN.

A principios de los años sesenta, las reformas provocadas en la Iglesia por el Concilio Vaticano II se hacen notar y Cruzados ante la necesidad de mejorar un servicio público y promover una comunicación de acción social da por concluida una etapa, comenzando a asomar lentamente otra nueva. No fue fácil sin duda publicar una más amplia información local, que ahora sí cogía el relevo de la Revista Portuense, ya que si complicado era conectar con todos y cada uno de los colaboradores, más difícil resultaba coordinar los pasos que cada día se iban dando. Me estoy refiriendo a que  gracias a la amistad el compañerismo e ilusión de un grupo de porteños con gran constancia y, sobre todo, la magnifica labor de un periodista excepcional como fue Agustín Merello del Cuvillo, permitieron hacer realidad lo que por aquellas fechas era impensable.

NUEVAS  SECCIONES

  • ‘Carta de Madrid’ sección de Francisco Pérez Pastor, embajador de El Puerto en la capital donde nos daba su opinión de los acontecimientos desde su óptica personal
  • ‘La Voz del Pobre’, sección que llevaba adelante los hombres de Acción Católica donde se daba cuenta de las situaciones mas necesitadas, solicitando la solidaridad de los porteños-
  • ‘En la grada y sin pasión’, parecidas a las fintas callejeras de Agustín, su autor, dedicadas al futbol. A las crónicas taurinas y deportivas, especialmente al futbol base, se les dio en los últimos años una gran cobertura.
  • 'Nuestros suscriptores opinan' Entrevistas a los más antiguos. (Para leer las entrevistas pulse en los comentarios de esta nótula).

joseignaciobuhigas_cruzados_puertosantamariaLa sección ‘Nosotros el mundo’ era conducida por José Ignacio Buhigas Cabrera. Se trataba de breves comentarios sobre información internacional que grababa de los distintos partes informativos de la radio y posteriormente tecleaba para su publicación. Años más tarde la recuperarían Agustín y Pepe Buhigas para Diario de Cádiz, permaneciendo dos años como sección en las páginas de Diario de Cádiz.  Las trágicas muertes de Martín Luther King y Robert Kennedy en abril y junio de 1968 respectivamente, fue el gran referente para crear la sección ‘Nosotros el mundo’. No les daría tiempo, por el cierre prematuro, del medio, de contar la llegada del hombre a la Luna. (En la fotografía, José Ignacio Buhigas Cabrera, en una fotografía perteneciente a la colección de T.S.C.)

AGUSTÍN MERELLO, EL ALMA DE LOS ÚLTIMOS CRUZADOS.

agustinmerello_cruzados_puertosantamariaSi bien es cierto que la Junta Interparroquial de Acción Católica del postconcilio compuesta por: Domingo Luis Renedo Fernández, José Adame Vázquez, Manuel Buhigas Cala, Rafael Caballero Bonald, José Luis Álvarez Sevilla, Antonio Ojeda, Rafael Tejada, Vicente Terrada, Manuel Lagares y Antonio del Cuvillo Jiménez, que figuraba como Director de la publicación por ser Presidente de Acción Católica, favoreció que un grupo de colaboradores formado por personas de distintas edades y de las más diversas condiciones sociales como estudiantes, trabajadores, profesionales y jubilados, capitaneados por el cariño y la entrega de un hombre como Agustín Merello, hicieron posible que una Hoja Parroquial se convirtiera en un medio de comunicación social. El cierre de Cruzados supuso para todos un duro golpe y de manera especial para Jesús María Serrano, que desde niño se impregnó del olor de la tinta y de los ajetreos de la imprenta pero cuya corta edad impidió ver sus versos y poemas en las páginas de Cruzados. (En la fotografía, Agustín Merello del Cuvillo, imagen  perteneciente a la colección de Kitty Pastor).

fintascallejeras_cruzados_puertosantamaria‘Fintas callejeras’ sección de Agustín Merello y que colaborara  también en su confección José González Montaño. Una de las secciones más temidas por los cargos públicos y religiosos de aquella época. Comentario con cierta acidez sobre las injusticias sociales y olvidos de los munícipes del Ayuntamiento.  Se daban prisa en solucionar desde la Corporación Municipal los desaguisados, como por ejemplo las Fintas Callejeras del último número: ‘Más que nuestra veterania, más que nuestra estadística, quisiéramos conmemorar nuestra eficacia’ ‘Y ahí le duele; o no conseguimos hacernos oír, o nuestra voz es tímida o… tal vez abunden mucho los sordos’ ‘Algunos, hasta pensarán que estamos de luto; pero no lo crean: las apariencias engañan.’  Esta última Finta Callejera, sin pretenderlo Agustín, fue una premonición de lo que iba a suceder una semana después.

PERSECUCIÓN.

antoniocarbonell_joven_puertosantamariaEl autor de esta nótula, Antonio Carbonell, recibió en su domicilio la visita de la ‘autoridad competente’ que por aquel entonces desde las altas esferas, locales y provinciales recibieron las oportunas consignas debido a que varios artículos, entre ellos, ‘Fintas callejeras’ ‘La Propiedad’ (Para leer el citado artículo pulse en los comentarios de esta nótula) y ‘La acción que se debe emprender’, no se ajustaba a las pretensiones de los mandamases. Además del susto para su familia no sucedió nada más que lamentar salvo que secuestraron el ejemplar que no vio la luz. Así que las Fintas callejeras de Agustín  y el artículo de opinión ‘La acción que se debe emprender’ nunca vieron la luz’. Pudo ser la gota junto a las Editoriales que puso fin a Cruzados. Tenia entonces 17 años y solo para escribirlos el autor se basó en los Principios Morales para una Deontología del Periodista, escrito  por Pablo VI y publicado en Cruzados el miércoles 26 de febrero de 1969, a las que se vinculó y siempre llevo a gala el recordado periodista Agustín. La opinión de los comentaristas en sus distintas secciones jamás fue censurada por Agustín. Todo lo contrario. Llegado a este punto también el bueno de José González Montaño, hermano de los sacerdotes Antonio y Ramón, ayudaba a Agustín en la corrección de cualquier descuido… (En la fotografía de la época, Antonio Carbonell López).

COLABORADORES

En esas tres décadas de Cruzados, colaboramos: Luis Suárez Rodríguez, Francisco Pérez Pastor, Enrique Moresco Muñoz, José Luis Péculo Utrera, Manuel María Pérez Sánchez, Joaquín Valdés Sancho, Juan Ignacio Varela Gilabert, Manolo Sánchez, ‘Zutanito’; Domingo Roa Duvige, ANFENOL Eloy Fernández Lobo, Antonio Chamorro, Antonio Pérez Ruiz, Antonio Rodríguez, ‘ANROLO’; Antonio Ramírez, Javier y Jaime Renedo Varela, Francisco Gálvez Renedo, Diego Utrera Sánchez, José Ignacio Buhigas Cabrera, José González Montaño, Rafael Morro, Manuel Nimo Gutiérrez, R. Martínez, Javier Camacho, Juan María Ramírez Cuenca, M.C.M e Inés Monguíó y además José Luis Tejada, Augusto Haupold, Sebastian Castillo Gúelfo, Hipólito Sancho, Juan Lastra, Manuel Martínez Alfonso, Enrique Bartolomé, José María García Máiquez, Luis Suárez Ávila, Juan Bermúdez Tejada, Caballero Bonald, Agustín Merello del Cuvillo…

LA IMPRENTA DE DOMINGO RENEDO: IGDAG.

domingorenedofernandez_puertosantamariaPero sobre todo gratitud, sin ningún género de duda, de la misma manera que lo hubiera hecho Agustín Merello,  a IGDAG, la imprenta donde se editaba Cruzados, de Domingo Luis Renedo Fernández, a quien en mas de una ocasión le costó el dinero que Cruzados saliera a la calle. Y como no, a José Fernández, Eduardo Maza Carmona, Vicente Utrera Caro, Antonio Albaiceta Revuelta José Cabrera, Antonio Pérez, Antonio Rodríguez López y los Gravan, padre e hijo, cajistas, maquinistas y personal de IGDAG que hicieron también posible ‘Treinta años y nuestro número tres mil’.

Merece también mención especial la labor realizada por la Emisora Radio Puerto. Emisora del Instituto Laboral que, como primer vinculo de comunicación social de El Puerto a través de las ondas, fue un referente para el conjunto de colaboradores de Cruzados. Vaya desde aquí nuestro reconocimiento a María Pepa Nogues, Juani Briceño, Juanita Salas, Hortensia Renedo, Joaquín Calero Muñoz, Luis Sánchez Pérez y a José Lucas Morillo León, el primer locutor de la Emisora. (En la fotografia: Domingo Luis Renedo Fernandez, fotografiado unos días antes de su fallecimiento, poco antes de cumplir los 68 años de edad. Pertenece a la coleccion de Hortensia Renedo).  

APOYOS PUBLICITARIOS.

publicidad_cruzados_02_puertosantamariaAdemás de los colaboradores, articulistas y reporteros, Cruzados contaba con una reducida cartera de clientes que se anunciaban en aquella década de los años sesenta. Se superaban en los suplementos dedicados a la Patrona que gracias a ellos se financiaban. ‘Muebles metálicos García Aspera’, ‘Fernández Prada-Seguros Generales’, ‘Frutería Casa Lolete’,  ‘Cuvillo, Fino C, Oloroso Sangre y Trabajadero’, Salvatierra Radio’, ‘Osborne’, ‘Asesoria General de Empresas Jiménez’ ‘Transportes Viuda de Requejo’…  Antonio Carbonell Lopez.

UN ARTÍCULO DE ENRIQUE BARTOLOMÉ: A LOS BARQUEROS.

enriquebartolome2_cruzados_puertosantamariaEl pasado jueves, cerca del mediodía, tuve ocasión de presenciar como, un muchacho en trance de ahogarse en el Canal, era salvado por la rápida y eficaz intervención de unos barqueros. El hecho no es nuevo. Diríamos que es algo que se repite con frecuencia todos los veranos. Diríase también que la cosa carece de importancia, que cualquiera es capaz de auxiliar a un semejante que esté en peligro. Tal vez. Pero el caso es que, providencialmente, los barqueros ‘estaban allí’, como están en otras muchas ocasiones. Y es que por ‘estar allí’ una persona salvó su vida. Sin pensamos un poco, la cosa nos parecerá mas importante de lo que habitualmente nos creemos. Invito a los lectores a que lo hagan. (30 de julio de 1965). (Para leer el texto completo pulse en los comentarios de esta nótula). (En la fotografía, Enrique Bartolomé  Colección E.B.L.)

EL CRUZADOS QUE NO VIO LA LUZ.

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Portada de Cruzados del día 19 de marzo de 1969, que fue secuestrado por la Delegación Provincial de Información y Turismo y no llegó a ver la luz. A partir de ahí la publicación dejaría de existir, tras treinta años de cita con los lectores, en su número 3.000.

El autor del artículo y la dirección de Gente del Puerto quieren agradecer la inestimable colaboración prestada por José Ignacio Buhigas Cabrera, Archivero Municipal del Ayuntamiento y colaborador de la Revista Cruzados, así como a Manuel Sánchez Cerdá, Kitty Pastor, Hortensia Renedo y Enrique Bartolomé Jr., quienes nos han facilitado el material gráfico que ilustran esta nótula.

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Fernando Ariza Pelayo nace en Cádiz en 1967, por aquello de que durante un tiempo en El Puerto no tuvimos clínica ni partería. Pero, hijo de un porteño y una tarifeña,  se crió de toda la vida en la calle Federico Chueca. Tiene en la actualidad 41 años. Estudió en SAFA San Luis y luego continuó con electricidad y electrónica, estudios que no concluyó.

richardford_puertosantamaria1El apellido de Fernando está muy relacionado con el mundo ecuestro: lo cita el viajero y escritor romántico inglés Richard Ford quien, en 1831 habla de los caleseros de El Puerto, entre los que cita a los Ariza. Y es que Fernando, desde pequeñito anduvo alrededor de los caballos. Montó en el Club Hípico de Vistahermosa con el Profesor Antonio  Espigares, Teniente de la Remonta; en Vistahermosa con Alejandro Maldonado Gordon. (En la ilustración, Richard Ford, en un dibujo de la época a su paso por España. Colección de Francis Ford).

Fernando Ariza Pelayo was born in Cádiz in 1967 since we didn’t a hospital clinic or a midwife clinic here in El Puerto at that point in time. But, as the son of a porteño (his father was from El Puerto) and a tarifeña (his mother was from Tarifa), he was brought up in calle Federico Chueca. He’s 41 years old, and studied at SAFA San Luis and afterwards he continued studying electrics and electronics, courses which he didn’t finish. Fernando’s surname has strong links to the equestrian world: mentioned by the English traveller and romantic writer Richard Ford who talks about the cart drivers in El Puerto in 1831, amongst which he quotes the Ariza family. As a boy Fernando used to spend his time around horses. He rode at the Vistahermosa Riding Club with the teacher Antonio Espigares, Lieutenant of La Remonta; at Vistahermosa with Alejandro Maldonado Gordon. (Illustration of Richard Ford, a drawing from the era of his time spent in Spain.)

fernandoariza_reaae_02_puertosantamariaREAL ESCUELA ANDALUZA DEL ARTE ECUESTRE.

Cuando abandona los estudios reglados en 1988, entra en otra escuela, la Real Escuela Andaluza del Arte Ecuestre, donde «tuve la suerte» --según sus propias palabras-- «de haber conocido y trabajado con D. Álvaro Domecq Romero y con  Javier García Romero»; en 1989 hace el Servicio Militar en Caballería con el Teniente Coronel Diego Márquez Tocina, regresando a su finalización a la Real Escuela, donde estuvo durante ocho años como alumno. Ya en 1997 forma parte de la plantilla de la Real Escuela como jinete base y, a los cuatro años, es ya jinete profesor. Durante ese periodo ha viajado por casi toda España y Europa.

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Ha actuado a caballo en otros recintos, además de la Real Escuela de Jerez, en la Escuela Española de Equitación de Viena, en otro recinto; en París, Versí; en el Palau de San Jordi, Barcelona; en Sevilla en la Maestranza, en Madrid, en la Plaza Mayor, y en El Puerto en la Plaza de Toros, con motivo de la inauguración de los Campeonatos del Mundo de Vela, Mundo Vela 2003, tal y como se muestra en la fotografía superior, haciendo que el caballo hiciera la cabriola que lo pone en el aire y cuya imagen ha dado la vuelta al mundo en las televisiones, videos y capturas fotográficas y carteles.

Es Juez en muchas disciplinas ecuestres: de Doma Vaquera, Doma Clásica, Enganche, Monitor de Equitación a través de la Federación Hípica Española. Ha domado caballos de Manuel Villanueva --caballos angloárabes-- y de Jesus Grande Lasaletta, en Las Marías.

cochesociable_puertosantamariaEL COCHE “SOCIABLE”
Fernando tiene un hobby, como no, relacionado con los caballos. Tiene un coche para bodas, un “sociable” --es como una cuna-- y lo engancha con dos caballos (tronco), con tres (tresillo) y con cuatro caballos (en cuarta, o a la cuarta potencia). Por las tardes Fernando monta en la Escual Hípica “La Pañoleta” donde atiende a sus semovientes y doma a los de los clientes.  (Foto del coche 'sociable').

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Con su mujer, la jerezana Juana Lobato Menacho tiene dos jinetes, mas que dos hijos: Fernando y Pedro. Este último ha participado en un programa de Disney Channel, y es que el niño quiere tener la misma profesión que el padre.

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En una actuación con la Real Escuela Analuza de Arte Ecuestre, en Ronda.

Y es que como dice Fernando «A caballo me siento en otro mundo. Cuando me integro con el caballo soy como un Centauro, nos hacemos los dos en uno. El mundo se ve diferente». (En la fotografía, con la familia, en Puerto Rico).

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Fernando y familia, en el paseo de caballistas de la  Feria de Primavera y Fiesta del Vino Fino de 2008.

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Levantando al caballo en un entrenamiento.

El trabajo de Fernando es una ocupación difícil donde hay premios y castigos, palabras de halago y recriminaciones. «Son animales muy listos. Se crecen con los aplausos, notan la tensión del primer espectáculo...», dice Fernando «Sólo por el tono de tu voz, entienden lo que pretendes».

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pepebigote2_puertosantamariaOtro embajador porteño en Madrid. Pepe Jiménez Vázquez, “Bigote”, nació en pleno verano canicular,  probablemente en la calle Durango en El Puerto el 3 de agosto de 1922.  Su padre se llamaba Cristóbal y su madre Catalina, siendo el menor de cuatro hermanos: Alfonso 'el Nino', guardacampo, que era un cuerpo de vigilancia de los campos que estuvieron en activo en nuestra Ciudad, al menos hasta el final de la década de los sesenta del siglo pasado; Ana, que casó con un Sancho, estableciéndose en Sevilla tras el casorio; y Cristóbal, que murió durante la Guerra Incivil  en Madrid -a Bigote le cogería con 14 años-, adonde marchó con un Zamacola.

Fue una persona hábil desde muy joven pero que tuvo que salir de El Puerto y encontrar acomodo en Sevilla en casa de su hermana, tratando de buscar un trabajo que le permitiera buscarse la vida en aquellos tiempos tan difíciles. Como afirma Manolo de la Torre, «Bigote era un lector empedernido. Y su cara no aparentaba que estaba cultivado hasta extremos insospechados. Parecía más bien un campesino que acaba de dejar su pueblo y que se había instalado en Madrid porque una hija se le había casado con un cargo ministerial. Durante las cuchipandas parecía estar ausente. Sin embargo, sus ojos camaleónicos no perdían el menor detalle de cuanto acontecía a su alrededor.»

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Pepe Bigote, en el centro de la fotografía con, entre otros, El Beni de Cádiz, en Madrid.

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Pepe Bigote, en una reunión madrileña entre los que se encontraban Lola Flores y Antonio 'el Pescaílla'.

Estando en Sevilla conoció a los artistas Benito Rodríguez Rey, ‘Beni de Cádiz’ y a Ramón Vélez González cuando actuaban en el Teatro de San Fernando con la compañía de Manolo El Caracol y Lola Flores “La Faraona”. También con ellos intervenía, Rita Ortega, la sobrina de Manolo “El Caracol” a quién llego a conocer también Bigote. Era amigo del sevillano Vicente Pantoja, Picoco, de quien el escritor Antonio Burgos significó con motivo de su obituario: “Se puede hacer un arte del mangazo, y Picoco lo hacía”. Así titula el escritor sevillano de quien solía decir de si mismo lo siguiente: “Es que yo me veo por las mañanas en el espejo y me pido mil duros”. Meses después, a raíz de que el trabajo que realizaba no satisfacía ni daba los ingresos suficientes partió para Madrid. Corrían los años 1950 y el hambre campaba por España, cosa que en su caso se hizo patente en el momento que fue recibido por el Beni de Cádiz y Ramón Vélez. Cuenta Ramón Vélez, su amigo, que Bigote «era capaz de llevarse cinco días sin comer y no se lo decía nadie hasta extremo de comerse un pieza de caña de lomo a bocados y diez huevos fritos» que fue lo que ocurrió cuando llego por primera vez a Madrid.

AVA GADNER.

avagadner_puertosantamariaRamón Vélez que vive en la actualidad en la calle Molinete y tiene 82 años, cuenta que Bigote acompañaba al Beni y a él en las noches madrileñas ya que Pepe Bigote llevaba bastante bien el compás, incluso a veces se permitía dar sus pasitos de bailes y cantar. Eso le hizo estar durante un tiempo con el cantaor flamenco Rafael Farina.Refiere Ramón que «una noche los tres, Beni, Bigote y yo mismo, fuimos contratados para que actuaran para Ava Gardner. A la actriz, famosa por aquella época en las noches madrileñas ,desde un principio no le cayó nada bien a Bigote y llegó a decir que Bigote era un chico muy feo. A raíz del ‘incidente’ Bigote tuvo que abandonar la fiesta no sin antes tomarse un respiro y dar buena cuenta, a su manera, de la Diva… Al terminar la noche, Beni y nos dirigíamos a la pensión donde se encontraba Pepe y quisimos, como buenos amigos, compartir el dinero que habíamos recibido de la actriz norteamericana: unas quinientas pesetas de la época. En ese momento Bigote puso otras quinientas encima y quedamos los dos extrañados. Claro, después el cachondeo fue mayúsculo cuando Bigote nos dijo, que se había tomado el atrevimiento de coger del bolso de la actriz la cantidad que el consideraba que podía saldar la ofensa que le había hecho la actriz americana.» Ramón refiere que en una época de su vida ya estando Bigote ‘mejor situado” necesito de su colaboración pues un mal asunto le había llevado a una situación nada deseable y que le había dejado sin trabajo durante tres meses. Bigote, no solo le presto lo que necesitaba, sino que además le ofreció la cama de la pensión donde dormía.

CASA LUCIO  Y CASA ESTEBAN, EN MADRID.

lucioblazquez_puertosantamaria1Es a partir de 1963 cuando Bigote conoce a Lucio que lo convierte en relaciones Públicas del más afamado restaurante de Madrid, Casa Lucio en la Cava Baja Madrileña. Allí con su universidad labrada en la calle, talento innato descubre una nueva vida a la que jamás pudo haber soñado, Ministros, artistas, futbolistas, entrenadores, personalidades de cualquier rango y condición trataba con exquisita educación comentando que lo mejor de España era El Puerto. Años mas tarde, otro restaurador, Esteban que había sido compañero de Lucio, abre a escasos metros de Casa Lucio un restaurante, Casa Esteban, también afamado por los madrileños y Bigote comparte sus relaciones publicas en ambos lugares. (En la fotografía, Lucio Blázquez, de Restaurante Casa Lucio).

casaesteban_madrid_puertosantamariaPor otra parte cuando el sector pesquero porteño estaba en todo su apogeo, era Bigote quien atendía en Madrid a los exportadores y vendedores, caso de José Agarrado, Juan Crespo y un largo etcétera. Aquí cabe destacar a Pepe Romerijo pues la amistad con Pepe Bigote es la que posibilita en Madrid la presencia de Romerijo en numerosísimas ocasiones tanto en Casa Esteban como en Casa Lucio, al igual que le ocurrió a ‘El Cochino’. (En la fotografía, Esteban López Mariscal, del madrileño Restaurante Casa Esteban).

Las visitas a El Puerto de Pepe Bigote, llegada la época de verano, las hacía todos los años durante los meses de julio y agosto. Fueron veranos importantes en los setenta y principios de los ochenta del siglo pasado, y casi todos los veranos los repartía en la terraza de Romerijo, Restaurante Guadalete o Casa Flores. La casa donde residía Pepe en El Puerto era propiedad de Pepe Romerijo y quien la pagaba mensualmente las 1000 pesetas era su ‘banquero’, Manolito 'el Cochino', como mas adelante vamos a explicar.

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La Terraza de Romerijo en la década de los setenta del siglo pasado. (Foto Rafa. Colección JMM).

manolitocochino_elpuerto Manuel Gutiérrez Morillo, Manolito ‘El Cochino’ era el administrador de nuestro protagonista. Resulta que Bigote llegado a El Puerto, entregaba una importante cantidad de dinero a ‘El Cochino’ para que hiciera de Banco ya que se fiaba poco de los banqueros y así de esa manera además de ser su estancia más agradable siempre tenía a la mano la ayuda indispensable de su gran amigo y banquero particular Manolito ‘El Cochino’.  Tuvo una excelente vinculación con el Racing de aquellos años, con jugadores, directivos y entrenadores. (En la fotografía de la izquierda, Manolito 'el Cochino').

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Pepe Bigote, con bigote, a la izquierda, en el homenaje que le tributó el Racing Club Portuense en agosto de 1980, durante el Trofeo Ciudad de El Puerto, recibiendo la placa de manos del entrenador, Manolo de la Torre; podemos ver en el centro a los presidentes del Rácing C.P. y del Cádiz C.F., Paco Ferrer Palacios y Manuel de Irigoyen Roldán, respectivamente y a la derecha, conduciendo el acto, a Antonio Carbonell, directivo y relaciones públicas, a la sazón del primer equipo local; de espaldas José Luis Pellicer Salas, cuñado de Rafa el fotógrafo, que por aquel entonces comentaba para la SER los eventos deportivos. El acto, presidido por el alcalde de la Ciudad, Antonio Álvarez Herrera, que aparece en semipenumbra entre Pepe Bigote y Paco Ferrer, fue en el Bingo del Racing, en la zona de Crevillet.

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Pepe Bigote, a la derecha, junto a Camarón de la Isla y María Jiménez, en un local madrileño.

Bigote, enfermo, vivió sus últimos años convaleciente de una dura enfermedad, aunque el tránsito final fue en el Hospital Santa María, donde permanecería hasta su muerte… Durante su dolencia lo vieron en ocasiones en el Hotel Campomar, convaleciendo en silla de ruedas, donde se hospedaban los jugadores del Racing y vivía tambien Manolo de la Torre, su amigo, que fuera entrenador del R.C. Portuense en las temporadas 79/80, 80/81 y que en la actualidad vive en Ceuta y escribe artículos de opinión en El Pueblo de Ceuta. Otro gran amigo suyo, Paco Villaescusa, natural de Yecla (Murcía) que conoció en Madrid en Casa de Lucio, acudió al funeral de Bigote.. Villaescusa era representante de Muebles a nivel nacional con participación en la empresa. Paco se encontró con un filón de sabiduría, la de Bigote y no se separó de él hasta la hora de su fallecimiento.

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Pepe Bigote, con el torero Diego Puerta, entre otros, en la noche madrileña.

NO SOLO DE LAS FIESTAS VIVÍA BIGOTE.

Veamos como describe las habilidades de Bigote, el que fuera su amigo en vida,  Manolo de la Torre: «Bigote vivía de las fiestas y de algo más, de ser observador, intuitivo y licenciado en fisiognomía por la universidad de la calle. ¡Qué de veces vi yo a El Bigote advertir de las funestas consecuencias que podría acarrearle a Fulano si se metía en negocios con Mengano! Y de qué manera olía a distancia una traición. En ocasiones, y en vista de la amistad que nos unía, yo me oponía a sus predicciones. Y casi siempre terminaba por tener que darle la razón. Ya que acertaba en un porcentaje elevadísimo. El Bigote, además, incluso cuando se ponía frívolo, desprendía un halo de seriedad que respaldaba la insustancialidad de unas salidas de tono que no eran frecuentes en él. Y hasta me atrevería a asegurar que éstas salían de su boca, intencionadamente, para confundir al personal o acceder a ciertos conocimientos que le interesaban.»

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En la fotografía, Pepe Bigote agachado antes de presenciar un partido del Atlético de Madrid; arriba a la derecha, Lucio Blázquez.

EL PSICÓLOGO DE LA CALLE

«A mí me tocó vivir a la vera de Bigote situaciones donde él emitía su opinión, aparentemente descabellada, y que luego se cumplía tal y como había previsto quien fuera un hombre de confianza de Lucio Blázquez, propietario de Casa Lucio; restaurante famoso, situado en la popular Cava Baja madrileña. Tales eran sus aciertos en adelantar acontecimientos, que durante mucho tiempo fue reclamado por algunos hombres de negocios para que asistiera con ellos a reuniones donde iban a tratar de alianzas comerciales. Con el fin de asegurarse si los posibles socios eran de fiar para Bigote. Y en vista de que se había cundido por Madrid que éste acertaba mucho más que erraba en sus predicciones, nunca le faltó tarea.

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Pepe Bigote, con bigote, junto a Los del Río, en la Plaza de las Ventas de Madrid. Sentados, Sebastián Retamal  (natural de Morón) y señora, durante su etapa madrileña y que en la actualidad están afincados en El Puerto.

ANTONIO ARRIBAS, “EL CHORI”.

romerozarazaga5_puertosantamariaUn día, del verano de 1979, estábamos sentados en la terraza de Romerijo, cuando apareció de repente Antonio Arribas; conocido por ser uno de los “choris” más famoso de Marbella. Antonio y Pepe se fundieron en un abrazo. Y Arribas fue al grano: “Pepe, necesito medio millón de pesetas ya mismo”. Y Bigote se fue derecho a Pepe Romero, dueño del establecimiento... Media hora más tarde Arribas nos decía adiós con mucha prisa. Romero, que había adelantado la pasta, tenía sus dudas. Y Bigote le decía: Antonio Arribas no sólo volverá con el dinero en la fecha prevista sino que, además, repartirá ganancias. Y así fue. Hombres así, con ese don, son necesarios en muchos sitios. Al menos para evitar que siga habiendo timadores de cuello duro, y traidores por sistema.»   (En la fotografía Pepe Romero, quien auxilió a Antonio Arribas, el cual formó parte con Luis Ortiz, ex marido de Gunilla von Bismark, Rogelio Llagostera y Jorge Morán, el grupo Los Choris, animador de las fiestas de la jet marbellí.) Manolo de la Torre.

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Pepe Bigote, a la izquierda, con Peret y su hermano.

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Pepe Bigote, con un joven Paco de Lucía, en Madrid.

Nuestro agradecimiento a Antonio Carbonell y a Manuel Mengual, propietario este último de las fotografías

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josemiguelvicentenavarro_03_puertosantamariaEl periodista porteño José Miguel Vicente Navarro nos dejaba silenciosamente, de noche, en la madrugada del miércoles 3 de febrero de 2009 -hace un mes-  en su domicilio, después de sufrir una recaída en la delicada enfermedad que lo aquejaba desde hacía ya tiempo. La última vez que le vi fue justo antes de las pasadas Navidades: --«Aquí estamos luchando contra la enfermedad, echándole valor». --»Venga, José Miguel, que tu puedes». Y él sonreía, siempre sonreía... José Miguel Vicente era un profesional al que querían en El Puerto y su último trabajo lo desempeñó en el periódico de Internet Espacio Digital Cádiz!, tras haber pasado por otros medios escritos, el desaparecido El Puerto Información y Diario de Cádiz, en cuya delegación porteña inició su carrera y en la que se curtió como periodista desde 1999 hasta el año 2001. (Foto EDC!)

The porteño journalist José Miguel Vicente Navarro left us silently, at dawn on Wednesday 3rd of February 2009, a month ago, at his home, after experiencing a relapse in the delicate illness which he had suffered from for some time. The last time I saw him was last Christmas, --“I’m fighting back against the illness, being brave.” “José Miguel, you know you can do it.” And he smiled, he was always smiling… José Miguel Vicente was a much loved professional El Puerto, his last job was for the on-line newspaper Espacio Digital Cádiz, after having worked in other written media entities, the no-longer existent El Puerto Información and Diario de Cádiz. He started his career in the latter’s El Puerto office and this is where he matured as a journalist from 1999 until 2001.

josemiguelvicentenavarro_30122000_puertosantamariaEsto escribía, al enterarse de la noticia, el Jefe de Televisión del Grupo Joly, Francisco Andrés Gallardo, en su blog “El Sofalícola": «Me desayuné ayer miércoles a primera hora con la noticia del fallecimiento de un buen compañero, José Miguel Vicente. Qué injusticia. Se nos ha ido con 29 años, después de un puñado de meses de fatigas, sin renunciar hasta el último momento ser el buen amigo, el buen hijo, que siempre fue y el excelente periodista que llevaba dentro.

Hoy he salido del plasma para recuperar los recuerdos al lado de este joven profesional. Con José Miguel tuve la suerte de compartir más de un año de trabajo en la delegación de El Puerto de Santa María en Diario de Cádiz.  Y con él tuve la suerte, la coincidencia, de compartir la jornada del 30 de diciembre de 2000, la última del siglo. La última que compartimos. Juntos le dimos al interruptor para marcharnos de vacaciones y en mi caso era para dirigirme días después a la redacción de Cádiz. Para el último periódico del siglo XX esta fue la columna firmada al alimón que publicamos. Hoy se me hace un nudo en la garganta al releerla…» (José Miguel, el 30 de diciembre de 2000. Foto J.M.M.)

LOS ÚLTIMOS. VOY A APAGAR LA LUZ.
«Se derrama la última gota de tiempo, se evapora el presente y todo acabará en pasado, archivado en un tomo de historia, con las historias de cada cual. El almanaque no da más de sí y llegamos al balcón del futuro, con un vértigo de tantos años por llegar. Hemos alcanzado el finisterre del ayer. Nos queda un más allá en el tiempo. La Nochevieja no es sólo un columpio balanceado por burbujas de cava peleón, también se guarda una rebanada de existencialismo de andar por casa. A quienes firman esta columna nos correspondía ayer apagar la luz del siglo en esta delegación. Con la bajada del interruptor, amarillento de humo tabaquero, entre el color de la noche con pilotos de emergencia, se acomodaba el alma de este Diario de Cádiz en El Puerto paladeando recuerdos. Y las noticias trabajadas por Diego Mora, Agustín Merello, Tily, Antonio, Rafa, Bezares o Enrique se revolcaban entre los archivos jugando a los recuerdos, mientras los ordenadores se apostaban no sé qué sobre lo que nos espera contar. Se apaga la luz, para pensar mejor, para que aterricen en nuestras pieles la sana nostalgia de todo aquello que fue y de todo lo vivido.Nace un nuevo tiempo. Salud y un brindis para todos.» José Miguel Vicente/Francisco Andrés Gallardo. 30 diciembre 2000.

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José Miguel Vicente y Francisco Andrés Gallardo, apagando la luz tras realizar la edición de El Puerto, la última noche de trabajo del siglo XX en la Delegación de Diario de Cádiz, el 30 de diciembre de 2000. (Foto J.M.M.)

LA CONSTITUCIÓN DE 1812 Y LA LIBERTAD DE PRENSA. (I)

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Grabados originales de la época en una edición de 'La Pepa'.

«Es realmente interesante ver como la libertad de prensa, anteriormente llamada libertad de imprenta, ha ido evolucionando en las diferentes constituciones proclamadas a lo largo de la historia de España. Igualmente resulta relevante esa distinción entre imprenta y prensa; ya el mismo sustantivo indica que en un principio la libertad de prensa ni siquiera era tenida en cuenta, puesto que la preocupación de los poderes era, sobre todo, el papel impreso, independientemente del género que contuviera.
Ciertamente, los reyes en España han tenido siempre un interés muy acentuado en el control de la prensa y las imprentas, ya que incluso hace varios cientos de años era evidente que mediante los ‘papeles’ se podía dominar a una masa. Ese dominio fue creciendo conforme el número de personas analfabetas fue decreciendo, con lo que podemos ver en ese mismo parámetro la evolución desde los primeros libelos hasta los posteriores diarios o más bien revistas, como el Mercurio Histórico Político o la Gaceta de Madrid.
La proliferación de las gacetas desde el siglo XV hasta la Constitución de la que hablamos fue imparable. Con o sin la aquiescencia de los monarcas, el número de papeles aumentó sin freno, dejándose llevar por las tendencias políticas de cada momento, bien a favor, cuando contaban con subvenciones estatales, o bien en contra, que era casi siempre y que además era una actitud perseguida con gran fiereza por parte de los gobernantes y de sus armas en esta lucha, los censores.
A través de los años, la prensa en España se fue afrancesando, sobre todo en los años de la Ilustración, que acabaron desembocando en la ya sobradamente conocida Guerra de la Independencia de 1808. Realmente, cuando se declara la guerra a Francia, cualquier decreto represor de prensa queda directamente anulado, con lo cual entramos de lleno en lo que muchos autores y estudiosos de la historia del periodismo español han dado en llamar un siglo de libertad de prensa total. Finalmente en febrero de 1812 se empieza a preparar el camino de lo que será el artículo 371 de la futura Constitución. Esto se traduce en la creación de algunos decretos y censuras para evitar el descontrol en las publicaciones.
Aún así, el crecimiento fue veloz, aunque de baja calidad por supuesto, ya que surgen periódicos en zonas en las que incluso ni siquiera había habido antes un movimiento de pasquines o libelos ilegales. Pero de todo esto interesa principalmente la distinción de dos vertientes ideológicas que nacen: la prensa liberal y la prensa política absolutista. Al mismo tiempo, los investigadores, o al menos algunos de ellos, hablan igualmente de una Prensa Nacional, ya sea de una tendencia ideológica o de otra, que engloba todo lo existente en este siglo XIX. Este tipo de periodismo masivo aportó cosas buenas, como por ejemplo el nivel de compromiso de los participantes en estos ‘papeles’. La difusión de la literatura o de las innovaciones científicas también fue muy importante. Pero por otra parte, el mismo descontrol del nacimiento de más y más periódicos generó un periodismo de mala calidad, ya que los creadores, en muchos casos, fueron muy extremos en sus planteamientos, con lo que como redactores dejaban mucho que desear.
Todas estas evoluciones, producidas a toda velocidad a lo largo de este “siglo por excelencia del periodismo español” (Mª Cruz Seoane), han seguido elevando la importancia de la libertad de prensa en las diferentes constituciones, decretos y reformas, hasta el día de hoy, en el que, en la mayoría de los países del mundo, se goza de unas libertades casi totales, aunque, como en todo, siempre hay excepciones. En algunos casos cercanos, dolorosas excepciones, acompañando a la censura actos tan viles como la incautación de materiales, el secuestro de publicaciones o incluso agresiones físicas a los periodistas enviados a zonas en conflicto.
A pesar de estos puntos negros en algunos países, lo cierto es que el periodismo en la actualidad goza de unos privilegios que tienen su origen en las primeras revoluciones de la prensa del siglo XIX y, sobre todo, en las primeras proclamas de la Constitución de 1812, que si bien no fue excesivamente liberal, dado el poco acompañamiento que tuvo por parte de la España absolutista en general, sí que sentó el precedente para futuras revisiones y posteriores aboliciones de censuras y jueces de imprenta»
José Miguel Vicente. 08 Junio 2008. Espacio Digital Cádiz!

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In memoriam.

JM.

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escuelamarinera_01_puertosantamariaDesde los años 30 y sobre todo a partir de la década del 40 del siglo pasado las necesidades familiares obligaban  a los menores con edades comprendidas entre los 12 y 14 años a zarpar para faenar en alta mar y emprender una trayectoria que no abandonaban durante su vida. Sus conocimientos tan solo eran él haber permanecido en el cantil del muelle observando las descargas del pescado y el avituallamiento de los barcos, pero la voluntad y la vocación marinera que poseían eran suficientes para superar las múltiples dificultades que en los primeros viajes sucedían. La continuidad en el puesto consolidaba sus conocimientos pesqueros y permitía la especialización en faenas de neveros, engrasadores, cocineros, rederos, contramaestres y marineros, motivando a algunos de ellos que optaban por prepararse para obtener el título de patrón y motorista, volviendo posteriormente a la dirección de las embarcaciones. Dos enseñantes, dos capitanes de la Marina Mercante José Luis Poullet y Francisco Sánchez-Romate Sambruno fueron los preparadores de tantos y tantos hijos y padres de la mar. (En la ilustración Nombramiento de Jaime Devesa Maño de Patrón de Pesca para la comprensión de esta provincia marítima de Cádiz, Septiembre de 1935).

Ever since the 30’s and especially since the 40’s of last century family needs forced children between 12 and 14 years old to set sail to fish in high seas and embark on a career which they would never leave. Their qualifications that made them worthy of the job were only having observed from the edge of the quay the unloading of fish and provisioning of the boats, but their will and vocation was such that they were able to overcome the many difficulties which occurred on the first trips. Their fishing knowledge was consolidated through constant on-the-job exposure to the fishing world over many years and allowed them to specialise as ice watchers, oilers, cooks, net makers, boatswain and sailors, motivating jlpoullet_01_puertosantamariasome of them who opted to study to obtain the qualification of skipper and boat driver, subsequently returning to the management of vessels. Two teachers, two captains of the merchant navy José Luis Poullet and Francisco Sánchez-Romate Sambruno trained so many children and fathers of the sea. (En la fotografía, José Luis Poullet en 1950).

LAS ENSEÑANZAS DE JOSÉ LUIS POULLET.

Algunos hijos de estas familias marineras, especialmente las alicantinas, que desde finales de la década de los años 20 del siglo pasado se establecieron en El Puerto, acudían a la Academia de don José Luis Poullet, que no solamente daba clase de cultura general, sino que además enseñaba náutica a los futuros lobos de mar, siendo la Comandancia Militar de Marina de juanitocarrion_puertosantamCádiz la que examinaba y habilitaba para el cargo. Entre aquellos alumnos Juan Devesa Cabrera, Juanito ‘Carrión’, y José Roselló Castell.

Juan Devesa Cabrera, Juanito ‘Carrión’, años mas tarde sería armador y patrón del pesquero “Monte Gibalbín”. Cuando llegó a El Puerto con su familia, procedente de Denia, residió en una de las viviendas del edificio de la Casa de la Aduana, donde se encontraba el Bar ‘La Lucha’. A Juan, por sus conocimientos y competencia adquirida en la mar, le fue concedido el diploma que acreditaba su título de Mecánico Naval. (En la fotografía, Juan Devesa Cabrera, Juanito 'Carrión'. Foto propiedad de A.M.D.S.)

joselete_elchopa_puertosantamariaLa familia de José Roselló Castell, procedía de Calpe. Su prematuro fallecimiento que causó un hondo pensar en toda la marinería le impidió continuar gobernando los barcos de su familia, la de los Rosello Castell: José, Juan, Jaime y Guillermo, conocidos en la jerga marinera porteña como ‘los de la Perla’,  como derivación del segundo apellido de su padre, Perles, y fueron armadores de los pesqueros: “Dos Hermanos’’, “José Rosello”, “Juan y Jaime”, “Juan y Ángeles”, “Jaime y Angelita” y “Matilde Castell.

Paralelamente a estas enseñanzas para ejercer de patrón de la Bahía, así como de motorista de una embarcación pesquera de pequeño calado hubo un tiempo que la Comandancia Militar de Marina de Cádiz y de Sevilla preparaba y examinaba. De aquellas hornadas salieron Francisco García Ríos, ‘Chicuelo’, Eduardo Aguilocho Rodríguez, Vicente, Rafael y Manuel Sánchez Carbonell, Isidoro Jerez Artillo y José León Pérez, Joselete ‘El Chopa’  a quien Francisco García Ríos ‘Chicuelo’, en julio de 1947, salvó su vida cuando el naufragio del “Francisca Martínez”, conocido como el pesquero “La Blanca Paloma”. (En la fotografía, José León Pérez, Joselete ‘El Chopa’. Hizo el servicio militar en el Juan Sebastian Elcano, año 1954. Colección Antonio Leveque).

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Francisco García Ríos, ‘Chicuelo’, izquierda de la fotografía  y José Molina Benítez, en el centro,  pescador que iba enrolado de cocinero en los barcos pesqueros. Personaje también muy querido por la marinería por sus buenos guisos. Vivía en la calle Santa Fe en el Barrio Alto. Cantaor flamenco de categoría. Uno de sus hijos regenta en la actualidad el Bar “La Mezquita”. A la derecha el autor del reportaje. La fotografía es de 1985, excursión de los pensionistas del mar como Acción de Gracias por los supervivientes del pesquero “Pascual Baldó” con nótula propia en Gente del Puerto. (Foto de Rafa.  Colección de A.C.L.)

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Fiestas del Carmen. Año 1978. En la fotografía podemos ver, de izquierda a derecha al corresponsal de Diario de Cádiz de la época, a la sazón  Antonio Femenia Maiquez, Antonio Carbonell López, Joaquín Bellido Vélez, patrón de primera clase de pesca de litoral y patrón mayor de la Cofradía de pescadores, mandato 1991-1995; Alberto Alcaraz Roca, patrón mayor de la Cofradía de Pescadores 1976-1984: Vicente Sánchez Carbonell, practico de pesca y mecánico naval; José Manuel Vélez Cortes, redero; José García Malvido, patrón de pesca y José Luis Ayala Naviero, redero. (La foto es de Rafa. Colección de A.C.L.)

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La casa de la calle Larga, esquina y vuelta con Luja. (Foto Colección J.M.M.)

franciscosanchezromatesambruno_puertosantamariaLAS ENSEÑANZAS DE SÁNCHEZ-ROMATE.
Tras el fallecimiento de José Luis Poullet, en noviembre de 1956, toma el relevo en las enseñanzas marítimas el Capitán de la Marina Mercante, don Francisco Sánchez-Romate Sambruno que tenía una amplia experiencia y que al igual que sus hermanos Manuel y Juan fueron alumnos de la Academia de don José Luis Poullet. En su casa, situada entre la Luja y Larga, continuó la labor, formando y preparando a pescadores que debido a la exigencia de la propia normativa ante la envergadura de las nuevas embarcaciones tenían que ampliar los conocimientos para poder ingresar  y permanecer durante dos años en la Escuela Media de Pesca de Cádiz, situada en la calle Beato Diego, que como Escuela oficial examinaba y concedía los títulos de Patrón de Altura y Mecánico Naval de Primera Clase. (En la Fotografía, Francisco Sánchez-Romate, en 1937. Foto Colección Manuel Sánchez-Romate García).

andresdevesamolina_puertosantamariaA esta Escuela, en la que impartían clases, entre otros profesores, don Mario Vallejo Guerrero y don José María Carrascosa, acudían becarios y pescadores de El Puerto que al realizar el servicio militar en  el Instituto Hidrográfico de la Marina de Cádiz contaba con licencia para asistir a clases y alcanzar la titulación de Patrón de Altura. De aquellos cursos, entre otros marineros, consiguieron el título Juan de Dios Pérez Álvarez, Andrés Devesa Molina, Simeón Mollá Llorca, Bartolomé Sendra Palma, Manuel Grado Hidalgo, ‘Cagalo’; Cristóbal Guzmán Martí, José Tur Tur, Antonio Crespo Blanquer, ‘Toni pala’; Manuel Manga García, Francisco y José Perles Bordes. Andrés Devesa Molina, durante el servicio militar en el  Instituto Hidrográfico de la Marina. Cádiz, año 1956. (Fotografía Colección de José Devesa Molina)

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Pesquero “Ballena Blanca”, quien gobernara, entre otros patrones, Simeón Mollá Llorca y José Devesa Molina, siendo sus armadores Juan Antonio García Sánchez, ‘Antoñito ‘el de la Comandancia’ y Rafael Sánchez Carbonell, Fue construido en los Astilleros de Vicente Belliure de Calpe (Alicante), en el año 1971 y desguazado en 1994, como la practica totalidad de la flota porteña debido, entre otras razones, a la problemática pesquera de la Unión Europea con el reino de Marruecos. (Fotografía Colección J.D.M.)

LA NUEVA NORMATIVA PESQUERA

Estamos en el año 1965: una nueva normativa sobre pesca sustituye el nombramiento de Patrón de Altura de aquel entonces por el de Patrón de Primera Clase de Pesca de Litoral, que tenía menor TRB (Toneladas de registro bruto) y mayor cobertura geográfica que los anteriores  nombramientos. Obtienen el título con esta nueva denominación, Miguel Oviedo Pérez, José Cabrera Ordines y José Galán Venegas, nieto de ‘Patesca’ con nótula propia en Gente del Puerto 129. En el curso 1967/68, la Escuela Náutico Pesquera de Cádiz viene a sustituir a la Escuela Medía de Pesca de Cádiz, siendo los primeros pescadores en lograr en esta Escuela el nuevo título Francisco Crespo Llorca, Juan Luis Rueda Alonso, Basilio Lloret Llinares y José Llinares Más,  Pepe ‘Vilero’. En 1975, José Devesa Molina, hermano de Andrés, obtiene el título de Patrón de Primera Clase de Pesca de Litoral y de Cabotaje. Su padre, Jaime Devesa Mañó, llegaría a El Puerto procedente de Calpe en el año 1931 junto a José Poquet Cabrera, ‘Tío Pe’.

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A la izquierda de la fotografía, José Devesa Molina con Antonio Pomares Manzano, Práctico de Pesca del pesquero Bahía de la Fustera y personaje entrañable para la marinería de El Puerto, en la actualidad ambos están jubilados. (Fotografía Colección J.D.M.)

De lo que no cabe la menor duda es que los conocimientos docentes y náuticos  de don José Luis Poullet, en una época difícil, sirvieron de base para que los pescadores pudieran dirigir sus embarcaciones pesqueras.  Posteriormente, de la misma manera, también valieron los de don Francisco Sánchez-Romate Sambruno que durante dos décadas ayudó y colaboró en la formación de los patrones porteños. Por cierto, los hermanos de don Francisco Sánchez-Romate Sambruno, Manuel y Juan también estuvieron ligados a la mar aunque con distinta suerte. Manuel fue bastantes años Comandante Militar de Marina en la localidad de Barbate y Juan, aunque estudió náutica. tuvo que abandonar la carrera ejerciendo otra profesión

libreta_juanmanuel_s_r_s_puertosantamaria1Libreta de inscripción martítima de Juan Sanchez-Romate Sambruno, igual a la de marinería, la libreta de los pescadores de aquella época. Año 1928. (Foto Colección M. S-R.G.)

LA ESCUELA DE ORIENTACIÓN MARÍTIMO PESQUERA.
Mención especial merece también la Escuela de Orientación Marítimo Pesquera, situada en la avenida de la Bajamar, en el edificio de la desaparecida Cofradía de Pescadores, que bajo la dirección de don Antonio Márquez Toledo dio comienzo, iniciados los años 60, una nueva etapa de formación para los hijos de marineros que con el correspondiente certificado de escolaridad facilitaba el camino para acceder posteriormente a la Escuela Náutico Pesquera y gobernar un barco de pesca sin complicaciones.

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En la fotografía, la Cofradía de Pescadores, en cuyo edificio estuvo la Escuela de Orientación Marítimo Pesquera, sobre principios de la década de los sesenta del siglo pasado. (Fotografía Mata. Año 2000).

En la actualidad el poco atractivo que ofrece la pesca para las nuevas generaciones, no sólo está creando en el sector una situación alarmante, sino que además origina serias dificultades para completar sus tripulaciones ya que ningún padre permite que sus hijos embarquen porque la bonanza que se vive en otros sectores productivos, a pesar de la crisis reinante, atrae infinitamente más que el trabajo en la mar. Desgraciadamente, del mismo modo, es uno de los motivos principales de la ausencia de hijos de marineros en las Escuelas Náuticas Pesqueras.   Antonio Carbonell López.

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Le hemos pedido a Flora Díaz Hurtado, porteña de la diáspora, porteña por el mundo, que nos cuente como ha sido y es su vida, sus impresiones, sus nostalgias... Impenitente viajera ha vivido en Barcelona, Sevilla, Colombia, Londres, Roma, Houston, Madrid y en la actualidad reside en los Emiratos Árabes, en Dubai. Esta es su historia.

Nací en Cádiz pero nunca viví allí.  Mi familia vivía en Rota, ya que mi padre, Gonzalo Díaz Arbolí, trabajaba en la Base Naval.  A El Puerto de Santa María llegué con seis años pero curiosamente hace tan sólo unas semanas descubrí que mis bisabuelos paternos eran porteños, así que podría decir  que parte de mis raíces me remontan a este bendito pueblo que me vio crecer y convertirme en adulta. A los pocos meses de llegar a El Puerto nació mi hermana Inma. Mis hermanos, Eva, Gonzalo  y yo estábamos encantados.  Mi infancia la recuerdo muy plácida y feliz, veranos en Grazalema, excursiones a la Sierra, y como provengo de una gran familia mis recuerdos de la infancia me transportan a casa de mis abuelos en Cádiz y a mis numerosos tíos y primos en Chiclana. Por aquel entonces vivíamos en la Torre Fermesa, cuando este era el edificio más alto de El Puerto. Desde nuestra terraza en el sexto piso veíamos los pinos que se adentraban en el mar.

ENTRE LOS ESTUDIOS Y EL BAILE.

Yo no tuve mucha suerte con mis primeros pasos de bailarina.  A los siete años ante mi insistencia y la ausencia de una escuela de ballet en El Puerto mi padre organizó unas clases con una profesora americana en la Casa de la Cultura, pero desgraciadamente ésta tuvo que irse a los dos años y no sería hasta años más tarde cuando retomaría mis clases. Los primeros años de EGB los cursé en “El Sagrado Corazón” y en “Luisa de Marillac”. Cuando tenía doce años nos mudamos a la calle Santa Lucía, ya no veíamos los pinos desde nuestra terraza y además mi madre se había enamorado de esa casa un día lluvioso viniendo de misa en la Prioral.  Y allí nos mudamos y es allí donde aún viven mis padres y donde yo regreso cada año. Para mí era perfecto ya que estudié BUP y COU en San Luis y lo tenía al lado de casa. Recuerdo aquellos años con mucha añoranza y como unos de los mejores de mi vida.  Me siento afortunada de haber vivido esos años en El Puerto y haber estudiado en ese colegio.  Cuando yo estudiaba allí aún subíamos por sus majestuosas escaleras de mármol rosa, la biblioteca con sus animales disecados y sus numerosos libros eran de lo más inspirador, los dormitorios de los Jesuitas de lo más misterioso. Disfrutaba muchísimo con las clases de Juan Villarreal, tanto que años más tarde le pedí que fuera él quien me casara en la capilla  de San Luis.
En la época de San Luis pude finalmente retomar mis clases de Ballet con las directoras de la actual Escuela de danza de El Puerto, Paso a Dos.   Los sábados iba a bailar a Cádiz y en verano no me perdía un taller de danza.  Recuerdo ir a Cádiz en el vapor leyendo las novelas de Agatha Christie que aún conservo.

LA UNIVERSIDAD Y EL TRABAJO.
Llega la época de la carrera. Desgraciadamente por aquellos años se había puesto de moda estudiar Ciencias de la Información así que mi aprobado en Selectividad no me bastó para entrar en la Complutense, en Madrid, y después de dos años en Jerez en Empresariales y Derecho, acabé estudiando Publicidad en Barcelona. Me encanta esa ciudad.  En esos años que pasé allí cada Navidad y verano volvía a El Puerto, y aunque me sentía muy a gusto en Barcelona cuando el tren llegaba a Sevilla podía oler mi tierra, ya estaba en casa.  Y es que uno no sabe lo que tira la tierra hasta que se va de ella.  Los veranos en El Puerto eran animadísimos, uno no tenía ni que quedar con los amigos pues dependiendo de la hora ya sabías donde poder encontrarlos.  Punto de encuentro en Costa Casta, El centro Comercial o Puerto Sherry, y si se terciaba acababas tomando chocolate con churros, (ahora que soy madre entiendo a nuestros padres y su insistencia para que estuviéramos en casa a una hora determinada)
Después de mi etapa en Barcelona acabé en Sevilla trabajando en una agencia de Publicidad pero los sueños de hacer campañas super creativas y originales chocaron con la realidad de que en la mayoría de los casos la creatividad está reñida con el presupuesto. Pero Sevilla es otra delicia y además por aquel entonces mi amiga Aznamara también vivía en Sevilla pues trabajaba con Vittorio & Luchino. Después de que acabara mi contrato de seis meses y pasar mes y medio en Colombia y para sacudirme de un gran desengaño amoroso decidí que si quería triunfar en el mundo publicitario debería mejorar mi inglés.

EN LONDRES CONOZCO A ALAN
Para perfeccionar el inglés me marché a Londres donde aprendí mucho del idioma y conocí a Alan, mi marido. También allí conocí a gente muy interesante, hasta me topé un día con Lady Dy con la que coincidí en un concierto de piano.   Estudiaba inglés y daba algunas clases de español.  Un día en la escuela donde estudiaba vi un anuncio donde buscaban una traductora de español y así conseguí mi primer trabajo serio en Londres, empecé de traductora en una empresa de informática y acabé de “broker” ocupándome de los mercados español y portugués, ya que muchos piensan que hablamos el mismo idioma aunque yo me empeñase en decirles lo contrario.  Menos mal que los portugueses son muy amables y se defienden bastante bien en español.

Los fines de semana solíamos ir a la campiña inglesa, salpicada de esos deliciosos pueblecitos que te remontan a Miss Marple o alguna novela de Jane Austen,  de picnic o a remar si el tiempo lo permitía.  Y además, bailaba. Así pasaron tres años y aunque Londres y los alrededores me encantaban debo admitir que el tiempo era bastante duro de llevar. Además, ahora quería aprender italiano.  Gracias a mi querida amiga Anna acabé yéndome a Roma.  Fue un golpe de suerte en mi vida ya que sólo por el mero  hecho de hablar inglés conseguí un trabajo en una agencia inmobiliaria.  Fue una experiencia maravillosa e inolvidable de mi vida. Después de año y medio en la Ciudad Eterna, Alan y yo nos casamos al mes siguiente en El Puerto. Conseguimos reunir a todos nuestros amigos de diferentes puntos de España, de Irlanda, Inglaterra e Italia e hicimos una gran fiesta en Puerto Sherry, donde acabamos todos bailando sevillanas. Los británicos alucinaron con eso de la barra libre, y aún después de tantos años me recuerdan que fue la mejor boda de su vida, para algunos la mejor borrachera…

HOUSTON Y LA DANZA FLAMENCA.
De ahí nos fuimos a Houston, Texas, donde me di cuenta que eso del sueño americano no es ninguna tontería sino por el contrarío algo muy cierto. Allí pude hacer lo que más me gusta, bailar. Fue en Houston, donde empecé a tomar clases de flamenco casi por primera vez en mi vida, y es que la sangre tira mucho. También continué con el ballet y, cosas de la vida, empecé a bailar con un Grupo de Danza folklórica Colombiana.  No sé muy bien que pintaba yo allí pero hasta acabaron entrevistándome en la tele. Fueron otros maravillosos años donde seguí haciendo amigos y  conociendo otras partes del mundo. Tras nuestra experiencia en los Estados Unidos volvimos casi a los dos años a Europa.

VUELTA A EUROPA: LOS NIÑOS Y EL TEATRO.
Esta vez aterrizamos en Madrid donde empezábamos una nueva vida y no sólo porque cambiáramos de lugar sino porque al poco tiempo descubrí que esperaba no sólo un bebé sino dos. Fue toda una sorpresa, y un gran shock, debo admitir, pero gracias a dios en nueve meses te da tiempo a reponerte del susto de sobra. En ese tiempo seguí bailando y empecé a hacer algo que llevaba años queriendo hacer pero la vergüenza me frenaba, teatro. Al llegar a Madrid decidí inscribirme en el Instituto Italiano de Cultura y fue allí cuando después de ver un cartel de “Clases de Teatro en italiano” me tiré a la piscina y me apunté a las clases.  Y así fue mi introducción en el teatro.  Desde entonces no lo he dejado.
La primera vez que recité algo sobre un escenario fue en italiano y con una barriga enorme.  A los pocos días nacían Rebeca y Patricia, dos niñas preciosas que me abrirían las puertas a otra experiencia de mi vida, la de ser madre. Y así pasaron los siguientes nueve años, siendo madre e intentando hacer muchas otras cosas a la vez, como todas las madres del mundo.  Hice cursos de profesora de español para extranjeros y de traductora para poder compaginar el trabajo con el poder estar con mis hijas el más tiempo posible.  A la vez,  seguía con mis bailes y mis cursos de teatro.
Hace unos años entré a formar parte de un pequeño grupo de teatro en Madrid, “Distrito 20” con los que me embarqué en llevar adelante la Zarzuela de “Los amores del Arcipreste”, yo no cantaba pero hice desde lavandera hasta canónigo.  Se estrenó el verano antepasado en Garganta de los Montes, un pueblo de Madrid, y fue todo un éxito.

CON ALONSO DE SANTOS Y QUIQUE MIRANDA.
Ese mismo verano tuve la inmensa suerte y el honor de poder colaborar como ayudante de dirección con José Luis Alonso de Santos, del que tan sólo observándole aprendí muchísimo.  Estaba montando la obra de “La Sombra de Tenorio” y así incluí otra maravillosa experiencia a mi colección.  Conocí a Enrique Miranda y pasamos ratos muy divertidos con “Ciuti”. Pero aparte de disfrutar muchísimo con ese trabajo me encantó el hecho de que fuera en El Puerto.  Todas las mañanas, después de desayunar me encaminaba a San Luis, como en los viejos tiempos, iba turnando la calle San Francisco o la paralela a Santa Lucia porque nunca me ha gustado repetir el mismo camino. Qué nostalgia y que emoción trabajar en el Salón de actos donde antaño fue lugar de fiesta, donde nos reuníamos a bailar con aquel que ocupaba por aquellos días nuestro corazón, donde se nombraba al Mister y Miss de turno, y al Mister Naranja y Limón entre los profesores.  San Luis ya no es lo mismo pero a mi siempre me trae tantos recuerdos.

EMIRATOS ÁRABES: DUBAI.
Ahora el destino me ha traído hasta Dubai, en los Emiratos Árabes, donde vivimos desde agosto.  Me vine con un dulce sabor de boca desde El Puerto, y es que en julio volví a colaborar con mis amigos y actores de El Puerto y tuve de nuevo la suerte de trabajar bajo la dirección de José Luis Alonso con actores como Emilio Flor, Manolo Morillo, Manolo Barba, y Enrique Miranda, entre otros, para una lectura de la obra de José Luis.  Además pude poner los pies en el escenario del nuevo teatro de “Muñoz Seca”.  Ojalá que se vuelva a repetir mi suerte.
Desde aquí tan lejos agradezco a mi padre, tan involucrado en la cultura de nuestra ciudad, y a Enrique Miranda que me pongan siempre al día con todas estas actividades y me manden recortes de periódico y noticias al respecto.
Y una vez más estaré en El Puerto dentro de poco, saboreando el “pescaito” frito y bañándome en sus playas, y disfrutando con toda la familia ya que allí siempre nos reunimos todos, hermanos, padres, sobrinos… Mis hijas adoran ir a casa de “Belo y Bela”, como llaman a mis padres y disfrutan con todo lo que hacen allí,  desde ir a comprar el periódico con mi padre hasta liar croquetas con mi madre, Inma Hurtado, que es una de las mejores cocineras que conozco y tiene toda la paciencia del mundo.

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