"Ramón Eduardo González Montaño fueron sus nombres y apellidos completos. Nació el 31 de agosto de 1934, en una casa de la calle Ancha del pueblo sevillano de Estepa, frente a la torre de la Victoria. Era la torre de la iglesia del convento de los mínimos o victorios. La misma Orden monacal que existía en el Monasterio de la Victoria de El Puerto.
Sus padres fueron Antonio González Cornejo y Concepción Montaño Corrales. Ramón hacía el número 10 de los 11 hijos que tuvieron sus padres. Su pueblo es uno de los más bellos de la provincia hispalense, no sólo por su geografía, sino porque sus calles, sus iglesias y sus casas palaciegas son muestras de arte y de belleza. Cuando uno visita Estepa, le asalta el deseo de haber nacido allí.
Desde muy niño, Ramón fue acólito de la iglesia de San Francisco y asistía al colegio que tenían los padres franciscanos en la ciudad. Los religiosos pretendían que sus alumnos fueran buenos estudiantes, pero también que destacaran por su educación y su vida cristiana. Eso hacía que muchos se vieran atraídos por la vida religiosa. Por otra parte, los que sentían inclinación por el estudio tenían pocas opciones, porque centros de Enseñanza Media, por aquella zona, sólo había uno, el instituto de Osuna.
Ramón Eduardo González Montaño was his full name. He was born on 31st of August 1934, in a house on calle Ancha in the Seville town of Estepa, opposite the torre de la Victoria (Victoria tower). It was the Franciscan convent’s church tower, the mínimos or victorious. It was the same monastic Order as was present at the Monasterio de la Victoria (Victory Monastery) in El Puerto.
His parents were Antonio González Cornejo and Concepción Montaño Corrales. Ramón was the tenth of eleven children. His home town is one of the prettiest in the province of Seville, not only for its geography, but also because its streets, churches and palatial houses are a great show of art and beauty. When you visit Estepa, you are struck by the desire to have been born there.
From a young boy, Ramón was an acolyte at the San Francisco Church and attended the Franciscan Priests’ school in the town. The clerics hoped to turn out good students, but not just this, they also hoped to turn out students who were known for their good behaviour and Christian way of life. This attracted many to the religious way of life. Furthermore, those who would have liked to continue studying had few options open to them, since there was only one secondary school in that area, in Osuna.
MUERE SU PADRE
El 21 de abril de 1941, moría su padre. El hecho, siempre luctuoso para cualquier familia, significaba un auténtico problema para su madre con once hijos, muchos de ellos pequeños aún. A Ramón, con siete años, tuvo que producirle un fuerte impacto, ya que era el predilecto de su padre. Ramón manifestó a su madre el deseo de ser franciscano, pero no encontró beca y se decidió por el Seminario diocesano. Su madre le dijo: "Hijo, cuando me dijiste que querías ser religioso, me fui a dar gracias a Dios, aunque sabía que te perdería. Pero ahora que me dices que quieres ser sacerdote, he vuelto a darle gracias con gran alegría, porque no me dejarás." De sus diez hijos, dos fueron sacerdotes; dos religiosas; dos casados y dos solteros.
Don Ramón y su hermano, el también sacerdote Don Antonio, con familiares y amigos. Écija, 1959.
Antonio, el padre, era un hombre culto. Fue secretario del Juzgado de Paz de Estepa y, más tarde, oficial mayor del Ayuntamiento con función de secretario. Concepción, era una mujer profundamente cristiana que supo infundir a sus hijos e hijas una educación y unos sentimientos acordes con sus convicciones cristianas. Era plena República y las esperanzas que habían puesto los españoles en el nuevo régimen, comenzaban a disiparse, por falta de moderación entre los principales partidos de izquierda. El panorama hacía presagiar un futuro oscuro. Desgraciadamente, dos años más tarde, estallaba la Guerra Civil.
En septiembre de 1946, Ramón decide marchar al Seminario Menor de la Archidiócesis de Sevilla en Sanlúcar de Barrameda. Hacía seis años que había terminado la Guerra Civil, y uno, la II Guerra Mundial. El fantasma de la hambruna aún no había desaparecido. La II Guerra Mundial terminó el año 1945. Ramón se distinguió entre los mejores estudiantes, como lo atestigua su certificado de estudios, extendido por la Secretaría del Seminario, con la nota media de Notable. (En la fotografía de la izquierda, el Seminario Menor de Sanlúcar de Barrameda).

Puerta trasera del Palacio de San Telmo de Sevilla, o de 'Las Doce Estatuas', seminario de Sevilla y en la actualidad sede de la Junta de Andalucía.
RAMÓN, SACERDOTE.
El curso 1951-52, a sus diecisiete años, Ramón llegaba al Seminario Mayor de San Telmo. Era un formidable palacio barroco, con espléndido jardín y campos de juego. La Infanta Doña María Luisa lo había dejado a la Archidióces de Sevilla, para que albergara a los seminaristas y fuera el centro de estudios de los futuros sacerdotes. Hoy es la sede del presidente y del Gobierno de la Junta Andalucía. Allí estudió Ramón tres años de Filosofía (de 1951 a 1954) y cuatro de Teología (de 1954 a 1958). Con estos siete años, se completaba la carrera eclesiástica que, junto con las Humanidades, integraba los doce años de estudio. Aquí maduró en sus estudios y consiguió aún mejores calificaciones, como lo atestigua el certificado de la Secretaría del Seminario Mayor de Sevilla, con la nota media de Sobresaliente.

Don Ramón, recién ordenado sacerdote con 23 años, en 1958.
El día 29 de junio de 1958, a sus veintitrés años, Ramón era ordenado sacerdote en la catedral de Sevilla, junto a los demás compañeros de curso. A los pocos días, el Cardenal Bueno Monreal le comunicó que su destino era el de coadjutor de Constantina, juntamente con otro compañero de la misma promoción. A los tres años, Ramón recibió un nuevo destino. El 3 de marzo de 1962, era enviado a Écija, como coadjutor de la parroquia de Santiago.
ANTONIO, SU HERMANO.
La vida de Ramón no se puede concebir sin la de su hermano Antonio, también sacerdote. Era un año mayor que él, pero un curso menor, porque ingresó en el Seminario un año más tarde que Ramón. Eran dos vidas paralelas unidas no sólo por la sangre, sino por la amistad, la vocación y el carisma sacerdotal. Antonio había nacido en Estepa el 8 de marzo de 1932. Ingresó en el Seminario a los quince años, fue ordenado sacerdote el 21 de junio de 1959 y cantó su primera misa el 27 de junio de este mismo año. Su primer destino fue el de coadjutor de Santa Cruz de Écija, siendo nombrado capellán de San Sebastián y del cementerio de la ciudad. Dos años más tarde, fue nombrado consiliario interparroquial del centro de Acción Católica de Écija. Así se explica el nombramiento de Ramón como coadjutor de la parroquia de Santiago de Écija. Ambos hermanos conseguían ir a la misma ciudad, donde podrían vivir juntos y desarrollar su tarea sacerdotal en esta histórica ciudad. La mayoría de los sacerdotes eran mayores y los jóvenes se decidieron por agruparse en torno a los dos hermanos. (En la fotografía, los pequeños Ramón y Antonio, con 6 y 8 años, en el Colegio de los Franciscanos de Estepa. Año 1940).
AMBOS EN EL PUERTO.
En marzo de 1963, coincidiendo con que Antonio debía incorporarse a sus obligaciones castrenses, fue nombrado capellán de la base naval de Rota, consiliario interparroquial del Centro de Acción Católica de El Puerto y capellán del convento del Espíritu Santo de esta misma ciudad. Ramón, por su parte, recibió el nombramiento de cura ecónomo de la recién creada parroquia de San Marcos del Puerto de Santa María, profesor de formación religiosa en el centro de Enseñanza Media y Profesional de Santo Domingo y capellán de las Siervas de los Pobres.
Ramón no tenía templo para ejercer el ministerio y comenzó utilizando el archivo y el templo de la Prioral. Poco después, don Luis Caballero ofrece la capilla del Castillo de San Marcos para que se utilice como parroquia, pero no llegó a utilizarla porque ya se había instalado en los baños termales. En 1967 se trasladó a la capilla de la Sierva de los Pobres de la calle Fernán Caballero. (En la fotografía don Antonio en 1959, en Écija).

A la izquierda vemos a Don Ramón González Montaño, en la bendición de la primera piedra del templo, a su lado un joven reportero micrófono en mano, José Ignacio Buhigas Cabrera recoge las palabras del Obispo Auxiliar, Monseñor José María Cirarda Lachiondo; a la derecha de la fotografía podemos ver al Arcipreste de la Ciudad, Don Manuel Salido Gutiérrez, párroco de la Prioral. Está tomada en el lugar que hoy ocupa la Comisaría de la Policía Nacional.
En 1968, cuando ambos hermanos estaban empeñados en las tareas de la construcción de la nueva parroquia, un nuevo destino, esta vez en la persona de Antonio, vino a distorsionar los proyectos de ambos hermanos. En noviembre de 1968, Antonio fue nombrado párroco de Nuestra Señora de Fátima de Jerez, delegado diocesano de Misiones y, un año más tarde, director espiritual del Instituto Padre Luis Coloma.
Antonio aceptó con el optimismo y la entrega que le caracterizaban, pero Ramón veía que todo el peso de la nueva parroquia caía sobre él. Ramón quería que las obras se terminaran cuanto antes para que se pudieran albergar los grupos que iban surgiendo se instalaran en el nuevo complejo parroquial. Las actividades se multiplicaban por días y los locales eran insuficientes. El título definitivo fue el de Parroquia de Ntra.Sra.del Carmen y San Marcos.

La Parroquia del Carmen y San Marcos, la nueva parroquia del ensanche portuense, marinera, moderna y modernista.
En 1975, de nuevo a Ramón se le acumulan los cargos, con el nombramiento de director espiritual, profesor de la Escuela de Enfermeras y capellán de la Clínica del Dr.Frontela de El Puerto. Antonio estuvo en Jerez casi diez años. El 9 de septiembre de 1977 fue nombrado párroco de la Iglesia Prioral del Puerto. Sustituía a don Antonio Cabezas Moya que había sido destinado a la parroquia de San Gil de Sevilla.» (continuará). Juan Leiva. Autor del libro: “Tres historias íntimas: Don Ramón, El Carmen y El Puerto”. Año 2003.

«En el ocaso del siglo XIX, el vino de Jerez más bebido en casa y tertulias era el tipo “Oloroso” --para los británicos “Golden”-- que se acostumbraba a tomar más como aperitivo sin tapas al mediodía y después de la cena. Era el “Sherry” que se servía en las películas de época cuando alguien pedía un “Jerez” sin otro apelativo. Dicen los más ancianos del lugar que un buen caldo de carne acompañado de unas gotas de “Oloroso” era capaz de resucitar a un muerto. Ni los ingleses habían inventado el “Cream” -que no es otra cosa que el famoso “torito” de nuestra tierra- ni a nadie se le había ocurrido esa cursilería de “consomé al Jerez”. (En la imagen, etiqueta actual de 'Manzanilla Maruja'. Colección J.M.M.)
Cuando el siglo XX comienza su andadura, se inicia el cambio de gusto hacia algo más ligero y capaz de ser ingurgitado en notables cantidades, retando la entrada en estado de catalepsia. Eran los tiempos de los ventorrillos, los tablaos, el buen cante, las fiestas nocturnas que veían la salida del sol al compás de bulerías, fandangos, alegrías ... Es la entrada por la puerta grande del mundo de la juerga de un vino de Sanlúcar de Barrameda con nombre de mujer: la “Manzanilla”. Aun no tenían vigencia por estos alrededores más que dos Ferias, las de Sevilla y Jerez. Su consumo llegó a alcanzar tal notoriedad que incluso vieron la vida las primeras cañas, varillo alargado de gordo cristal, estrecho de boca, que en número de nueve se traían a las mesas, ocupando el cañero que ha llegado hasta nuestros días. (En la ilustración, obra de Muñoz Cebrián, se observa el medallón alegórico al nuevo Vino 'Fino' que lanzaría la Bodega Terry, alternándolo con la -ora 'Manzanilla', ora ''Solera Fina Olorosa, ora 'Fino Maruja'--, inspirando en el personaje de García Lorca, 'el Camborio'.. Colección de F.G.)
Don Fernando A. de Terry y Carrera entra también, como era lógico por su carácter emprendedor, en el terreno de juego e intenta en honor de una de sus hijas el registro de “María” para su “Manzanilla”. El Registro de Marcas y Patentes que en la primera década del siglo dirige el Vizconde de Eza (los títulos nobiliarios empiezan a caciquear) niega su inscripción por estar ya registrada para galletas esa misma palabra: “María”. Se insiste con un sinónimo y he aquí que abre sus vírgenes ojos una moza compuesta y destinada a una larga vida. Se llamó y se llama “Maruja”. (Ilustración: Galleta 'María').
El folleto publicitario señalaba que la música era de “La Chaparrita” y la letra de José Hernández Andino, representante de Terry en Badajoz La solera de “Maruja” --hasta casi 1954-- se rociaba todos los años con una importante partida que se adquiría a Barbadillo, de Sanlúcar. A medidados de los cicuenta pasa de moda la “Manzanilla” y después de un ligero predominio del “Amontillado¡ salta del banquillo de reservas el vino “Fino”. Esto es cosa de los tiempos actuales.» M.G.G.



«El Excmo. Ayuntamiento de El Puerto de Santa María ha venido prestando a la ciudad y a su término municipal el servicio de agua potable, contando para ello con los medios necesarios para el desempeño de tan fundamental función. La forma de prestación ha sido diversa en el tiempo, siendo razones de oportunidad, en cada momento, y siguiendo los cauces legales, las que han aconsejado la adopción del sistema más adecuado. La organización del servicio de abastecimiento de agua por gestión directa con órgano especial, data de 1953, en que se suministraba el agua desde los Pozos Municipales de La Piedad. En 1958 se incorporó El Puerto de Santa María al Plan de abastecimiento conjunto a la Bahía y zonas limítrofes denominado "Abastecimiento a la Zona Gaditana" en el que la captación, depuración y conducción hasta las ciudades es gestionada por la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, quedando la distribución a cargo de cada ciudad. Capta el agua en el embalse de Los Hurones, la depura en Cuartillos, la almacena y regula en San Cristóbal y en La Belleza y pasa a la red municipal donde se hace cargo de ella el Servicio. A partir del 4 de Abril del año 1966, por Orden del Ministerio de la Gobernación, quedó municipalizado el Servicio de Abastecimiento de Aguas, prestándose mediante Órgano Especial de Gestión. Posteriormente el Pleno del Excmo. Ayuntamiento, el 27 de Diciembre de 1974, acordó alterar la forma de prestación suprimiendo el Órgano Especial de Gestión y adoptando la modalidad de gestión directa sin órgano especial, autorizado por el citado Ministerio de la Gobernación el 25 de Agosto de 1975. Durante este periodo el Servicio de Aguas ha estado muy escasamente dotado de medios y de personal y como consecuencia de ello estaban en manos de terceros aspectos importantes como la lectura, liquidación y cobro de recibos.
El auge de la Ciudad en los años 80, puesto de manifiesto en un aumento considerable de la población y en la transformación de la ciudad en zona turística de primera magnitud, crea nuevas necesidades que difícilmente tienen solución con la forma de gestión del Servicio Municipalizado de Aguas, precisando el Excmo. Ayuntamiento dar una mayor agilidad a la gestión para afrontar con éxito la nueva situación. Simultáneamente, la Comisaría de Aguas del Guadalquivir se dirigió al Ayuntamiento exigiendo el cumplimiento de un Decreto Ministerial de aquellas fechas que obligaba a los productores de vertidos, incluso los municipios, a depurarlos. A tal fin se redactó un Plan de Saneamiento Integral que preveía la ejecución de colectores y depuradoras en un plazo de diez años. La Comisaría de Aguas, al aprobar este plan, recomendó la creación de algún órgano de gestión independiente del Ayuntamiento que fuera capaz de gestionar estas obras. Con motivo de todo ello, la Comisión Informativa de Aguas acuerda nombrar una Comisión Especial, el 30 de Septiembre de 1981, que pusiera en marcha los estudios precisos para independizar el servicio, mediante la creación de una sociedad anónima, al amparo de lo dispuesto en la Ley de Régimen Local. El Pleno de la Corporación, el 5 de Marzo de 1982, aprobó la conversión del Servicio municipalizado de Aguas en Empresa municipal de índole privada con carácter de sociedad anónima. El 24 de Septiembre de 1983 mediante la firma de Escrituras se constituyó la Empresa Municipal de Aguas, con el nombre de Aguas del Puerto, Empresa Municipal, S.A. en anagrama APEMSA, de conformidad con la Resolución del Ministerio de Administración Territorial de fecha 11 de Mayo de 1983». "La obra de la fuente" de Jesús M. González Beltrán. 1989.
«Antonio Izquierdo Herrera, “el Baba’, apodo de ascendencia paterna, nace hace 75 años en el número 16 de la calle Postigo, en pleno Barrio Alto, hijo de Juan y Rosario, conocida como “Primita”. Tuvieron ocho hijos, de los cuales Antonio, ‘el Baba’ es el segundo y mayor de los varones. La hermana de Antonio, Pepa, ya fallecida, era la madre de la pequeña Carmen Marín Izquierdo que el día de 13 de febrero de 1963, a la edad de 8 años fallecía como consecuencia del
PERSONAJE DEL PUEBLO, PERSONAJE DEL PUERTO.
CHATARRA Y CARTONES.
LAS NIÑAS MALAS.
INCIDENTE EN CASA JOSELITO.
ESCALANDO LA PLAZA DE TOROS.
Aconteció que por la insensatez de algunos ‘simpáticos’ Antonio, ‘el Baba’ fue alentado para tocar las posaderas de una señora, que por cierto era la esposa de un personaje de cierta relevancia, la del Comandante de la Policía Local, Manuel López Romero, excaballero legionario que hizo que ‘El Baba’ diera con sus huesos en el Manicomio de Cádiz. ¡Tres meses en un manicomio! Incluso peor que el Penal del Puerto. Los peores momentos de su vida. Milagros Leiva, hija de Antonio Leiva, el del
EL VÍNCULO CON LOS CALERO


Mi padre, Pedro Serrano Tey, aprendiz de sastre, llegó incluso a cortar chaquetas muy bien, tonelero, reconocido y respetado encargado de arrumbadores de las Bodegas de José de la Cuesta, me enseñó algo muy importante, mientras desde su altura, mi padre medía exactamente igual que yo 182cm, un gigante para los malos tiempos que le tocó vivir con su padre en el Penal por republicano y una gran familia, siempre sonreía y siempre trabajaba y me decía, cogidito de mi manita. Era el más pequeño, si bien 10 años después nacería mi hermana Begoña. --»Jesusmari hijo, siempre estás enfermo, eres débil: estudia.» (En la fotografía, Pedro Serrano Tey).


Así eran los bañeros y así eran los Tey, que aparte de ello tenían sus profesiones: José Luis y Manuel finísimos ebanistas, Ramón arrumbador de Bodegas José del Cuvillo y, mi padre de José de la Cuesta, hoy Grupo Caballero. Mi abuelo Ramón, capataz de la Bodega del Gavilán. Así se se escribe la historia de las personas sencillas que pasan por el mundo dejando una sombra fresca, esa brisa que tanto gusta en El Puerto, ese frescor que aquí llamamos “viento foreño”, la producen mujeres y hombres honrados y cabales que lo han dado todo sin exigir nunca nada." Jesús María Serrano. (En la fotografía, propiedad del autor, aparece éste con su hermana Begoña y su madre).
Fernando Durán Rey es hijo del Cuerpo. De la Guardia Civil. Nació en Cádiz en 1952 y, diez años después a su padre lo destinan a Tarifa --aquellas vistas del Estrecho y Tánger al fondo--, donde se va a vivir dos años hasta que, a la edad de trece se vienen a vivir a El Puerto un domingo de enero de 1965. Conserva un pedazo de cada sitio donde ha vivido. Con 45 años en El Puerto, Fernando asegura que «me siento de donde al abrir una ventana me encuentro a gusto. Llegaron con el camión de las mudanzas, de Viuda de Requejo. Fernando recuerda la primera impresión que se llevó de la Ciudad al leer en la Avda. de la Estación (antiguo Camino de Urda), el letrero que anuncia en una de las antiguas bodegas de Terry reconvertidas hoy en viviendas, que El Puerto es “Cabeza de Partido Judicial”, algo que no entendía con aquella edad. Vinieron a El Puerto por seis meses y aquí redescubre otro tramo de mar Atlántico -encerrado en la Bahía- desde el acantilado de Fuerte Ciudad, donde se encontraba el Cuartel de la Guardia Civil al que es destinado su padre, en principio para seis meses. «Allí supe que yo quería morirme en El Puerto», afirma.
Los olores de aquel lugar: retama, arena, mar y otros, entre los que se encuentra una planta que huele a regaliz y que él pone en los “Nacimientos” (lantana o “meao de gato”), quedaron fijados en su memoria olfativa.




FERNANDO Y EL PERIODISMO.
LA HISTORIA DE UN TRANSGRESOR.
Fernando lo deja claro: «Yo empecé a transgredir en 1978, cuando no se podía ser un transgresor. Le eché genio a la vida con 27 años, cuando me hago dueño de mí. Mi madre no se pudo equivocar pariéndome, y yo me esfuerzo por gustar» y abunda: «Me han hecho ser un transgresor, pero tengo un desdoble de personalidad controlado», habla este Fernando convertido en una especie de Juan Luis “Sabio Tarifa”, que bien pudiera, a pesar de su timidez no aparente, interpretar monólogos ante pequeños auditorios que, sin lugar a dudas, se le entregan. Y lo mismo puede contar verdades que mentiras, interpretándose a si mismo o reinterpretando a su personaje. Eso si, no entiende el Carnaval en la calle: «Me agobian las masas». (En la fotografía, a caballo de regreso del Rocío).











Esta Peña nace a finales de los años cincuenta del siglo pasado, unida a la época de cuando los jugadores del RC Portuense se hospedaban en la 

Con respecto a los trabajos portuarios del abuelo paterno, podemos señalar que hubo una epoca en la otra margen del río en la que existía el transporte portuario por buques: Graneles liquidos, mercancias... Entonces el río se dragaba constantemente... y permitía que los barcos de mayor calado pudieran entrar por el Guadalete. Llegaban en un principio a descargar frente al muelle del Vaporcito y posteriormente en las instalaciones llamadas portuarias, tambien en la otra banda, margen izquierda, donde en la actualidad ha quedado como zona de atraque de barcos para desguazar. Nos referimos a la que está situada frente al Paseo José Luis Tejada en La Puntilla que llegan hasta el espigón de Levante en la margen izquierda: La Otra Banda.
Antes de vestir la camiseta verdiblanca, dio sus primeros pasos en el equipo de Los Frailes, donde aún le recuerdan con gran afecto, en Los Barrios y en el colegio Safa San Luis. Fue en 1997 cuando inicio su aventura sevillana. Los primeros momentos no fueron fáciles, ya que tuvo que acostumbrarse a la dura disciplina de los entrenamientos al ajetreo diario de los desplazamientos. Su padre deportivo fue Fernando Vázquez, que le hizo debutar en Segunda. Fue el día 3 de septiembre de 2000 en el Multiusos de San Lázaro en Santiago de Compostela. Ese mismo año el Betis logró el ascenso y la carrera de Joaquín comenzó a subir como la espuma. Velocidad, regate, descaro…Joaquín ofrecía una serie de virtudes en extinción ante el encorsetamiento colectivo al que sometían por entonces la mayoría de entrenadores a sus equipos y muchos equipos grandes se fijaron en él -Real Madrid, Barcelona, Chelsea, Juventus, Inter…- También lo hizo José Antonio Camacho, que le dio un papel relevante en la selección española. El 13 de febrero de 2002 llevó por primera vez la indumentaria de la selección en un enfrentamiento amistoso contra Portugal en el estadio de Montjuic. (Joaquín, con el equipo del Betis, dando una media verónica).

"El portuense tiene también una peña bética en Sanlúcar y afirmó sentirse "bético" al tiempo que aseguró que "algún día, no muy lejano, me gustaría volver al Betis". También tuvo tiempo de hablar de la selección española, comentando que es algo que siempre lo contempla. "De momento, me lo tomo con mucha tranquilidad. Hay mucho nivel en la selección, hay muy buenos futbolistas y es complicado, pero creo que puedo tener opciones de volver", dijo, añadiendo que si vuelve "sería como debutar de nuevo con la selección. De momento, trabajo duro en mi club para que llegue ese día". (Diario de Cádiz). En la fotografía, Joaquín, en el altar mayor de la Iglesia Mayor Prioral el día de su matrimonio eclesiástico. (Foto: Fito Carreto). En el cuadro siguiente, podemos ver las estadísticas de Joaquín desde que milita en la Liga Profesional de Fútbol y, en el siguiente, los equipos donde ha jugado.


El cartel publicitario de los productos de Alfonso & Antonio Sancho, nos habla del Amontillado SI y la Manzanilla J e, igualmente hacen referencia a las afamadas viñas de su propiedad “El Caribe” y “La Peña”. Otros productos de esta casa eran: el Amontillado Quijote el Amontillado Solera Majestad, y los Finos Caribe y El Abuelo, el Oloroso Único (especial para enfermos) el Tres Cortados Hércules, el Moscatel Fontanal, Jerez Quina Víncitor y el Digestivo Pax. La bodega estaba situada donde hoy se encuentra Bodegas 501. Alfonso Sancho Mateos, fue uno de los precursores del Consejo Regulador de los vinos del Marco de Jerez y ferviente luchador para que los vinos de El Puerto se incluyeran en dicha denominación de origen. Dejamos para otra ocasión, acaso de la mano de su bisnieto por parte de padre, el Prof. Dr. Bernardo Rodríguez Caparrini, una nótula mejor documentada sobre la vida y obra de este porteño insigne.
«Alfonso Sancho Mateos era el hijo primogénito de Antonio Sancho Díez de Alda-Sopranis (1824-1903) y de María Antonia Mateos Valdés (1835-1899), naturales ambos de El Puerto de Santa María. Alfonso fue lo que podríamos llamar “un portuense no nacido en El Puerto”, pues tanto él como su hermana Josefa, tres años menor, nacieron en la cercana ciudad de Jerez de la Frontera, mientras que sus otro nueve hermanos (siete hembras y dos varones) vinieron a el mundo en El Puerto de Santa María». Del libro «Alfonso Sancho Mateos: los primeros años formativos de un bodeguero (1858-1879)» de Bernardo Rodríguez Caparrini. Biblioteca de Temas Portuenses.