
Alfonso Carreto Ruiz, --Fito Carreto-- es un fotoperiodista que lleva trabajando más de 20 años para el Grupo Joly, empresa editora de Diario de Cádiz teniendo su base de operaciones en El Puerto aunque su ámbito de actuación se extiende a toda la Bahía de Cádiz y la comarca de Jerez. Con algunas incursiones mucho más lejos. Ha protagonizado diversas exposiciones, tanto individuales como colectivas, entre las que destacan la celebrada con motivo del V Aniversario de ’Cobertura Photo’, la exposición virtual ‘Fotografía Taurina’, o la celebrada para la Concejalía de Cultura del ayuntamiento de su Ciudad en el año 2000.

Algunas imágenes de la Exposición 'Mozos y Espadas' (Fito C.)
La penúltima una exposición auspiciada por Canal Sur, celebrada en Sevilla en los primeros meses de 2006, también de temática taurina, por título ’Mozos y Espadas’. En Creactiva, la feria de la creatividad y el diseño gráfico celebrada hace unos meses en Cádiz tuvo su propio espacio expositivo.

El 'Bribon' y un submarino. Al fondo la Playa de Santa Catalina. (Fito C.)
Entre sus trabajos destacan los de temática náutica, siendo reconocidas las fotografías cenitales realizadas desde el palo mayor de los barcos deportivos de la ’Semana Náutica Internacional’ que se celebra en aguas de la Bahía de Cádiz. Este año ha sido reconocido su trabajo por la Federación Andaluza de Vela. Ha realizado diversos reportajes para la Marina de Guerra española, y una variada temática de viajes.

Los conflictos de Astilleros. (Fito C.)
Sus fotografías sobre los conflictos laborales en Astilleros Españoles, han sido un fiel reflejo de la tensión vivida en el mundo de la construcción naval de la Bahía de Cádiz. Su primer trabajo “para la calle”, lo recuerdo con cariño, fue un reportaje del Castillo de San Marcos, para el Patronato Municipal de Turismo, el primer folleto turístico que se hizo de nuestro Bien de Interés Cultural, hace ahora... 25 años. Está casado con Bibiana Pérez, tiene dos hijos y vive entre pinos. Es, en el mejor sentido de la palabra, un hombre bueno.

El Presidente de las Cortes, José Bono y el Presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, a bordo del portaviones Príncipe de Asturias, en la Base Naval de Rota. (Fito C.)
Todos los que han sido noticia en El Puerto de Santa María, en la última generación, han sido igualmente inmortalizados por alguno de los objetivos y cámara de Carreto, desde el Rey -su padre, el Conde de Barcelona y su hijo, el príncipe Felipe- hasta el poeta universal Rafael Alberti, o el paso de los presidentes del gobierno por las poblaciones de la Bahía de Cádiz.

Estatua rota en el Paseo de la Victoria. (Fito C.)
«Entre el éxito y el fracaso, libertad e impotencia. La historia diaria produce acidez y energía a partes iguales. Dulce melancolía. Nada hay tan cruel como el tiempo. Pocas cosas ofrecen tanta satisfacción como el amor a la vida. Entre el día y la noche, luz artificial y tinieblas en la palabra. El oficio de relatar los pespuntes del mundo revoleado no está pagado. Las respuestas ya no están en el viento, por muy loco que sea el viento, sino la memoria. Nunca gana la indiferencia en este viejo pero siempre joven modo de vida".

El Vapor, ante la desaparecida lonja del pescado de 'La Otra Banda'. (Fito C.)
"Cada día, el sol sale para todos y la luna juega al escondite y quiebra los espejos de la mentira. Los recuerdos caducan a velocidad de vértigo. En este oficio, el futuro siempre está por venir, y el pasado vale lo mismo que un periódico de ayer. Ayer ya es historia. Hoy siempre es diferente. Ahí radica la belleza de este oficio. Todos los días sale el sol por un costado impredecible. ¿Qué pasará? Fito pone cara de póker al caos ordenado y mira de frente, con su particular código de honor, nunca de reojo. Los reporteros gráficos parecen invisibles. Y se parecen a los álbumes de cromos infinitos, insaciables. Algunos lo son, pero insensibles, ninguno de ellos. Fito es radicalmente muy suyo. Impar y eternamente joven, como su otro yo.

Figurantes en la sala 'Mucho Teatro'. (Fito C.)
Inconformista y autocrítico, como se hizo a si mismo el día que decidió meterse en el lío más hermoso que existe, el túnel del tiempo congelado que nunca encuentra el fin. Al fin y al cabo, Fito y sus circunstancias.» Enrique Alcina. Periodista.
FITO CARRETO, LA FITONOCIA.
«El juego de palabras es fácil, pero parece cosa del destino. Decir Fito, a secas, en El Puerto, es decir Fito, con mayúsculas. Alfonso Carreto, Fito, ha sido, y es junto con Rafael Pérez, Rafa (Q.E.P.D.), el máximo representante del fotoperiodismo en la ciudad durante el siglo XX. Fito es, además, pese a su juventud, un profesional que ha conocido los últimos momentos de la Prensa que usaba el plomo y las linotipias y los primeros momentos de la tecnología digital.

La venencia, entrando en la bota, rompiendo la flor del vino. (Fito C.)
La película Vacaciones en Roma inmortalizó la imagen de los periodistas subidos a una Vespa a la caza de noticias. Fue también durante unas vacaciones de verano, las del 86, en El Puerto, cuando tuve la primera ocasión de coincidir profesionalmente con Fito, aunque la suya era una Lambretta de color amarillo. En ella recorría las calles a una velocidad de vértigo, casi suicida, haciendo malabarismos con el pesado equipo colgado al hombreo. Eran los tiempos del sobre, el famoso sobre que los corresponsales, como nosotros, entregábamos al autobús de los Comes para que levase la foto y los folios con las noticias, hasta el Diario de Cádiz. Ni que decir tiene que en más de una vez hubo tortazos, sobres por los suelos y autobuses perdidos porque los periodistas, fotógrafos y plumillas, tenemos la mala costumbre de ser un tanto informales y llegar casi siempre tarde a nuestras citas.

De mantilla ante el Sagrario de Plata. (Fito C.)
En aquellos tiempos de cambios constantes y compañeros entrañables e inolvidables con Diego Mora o Agustín Merello, Fito nos enseñaba, cada día, que detrás de cada foto, grande o pequeña, hay siempre una historia. Y después de cada revelado, a la hora de elegir las fotos para la edición diaria, siempre había una especie de debate que acababa en una clase práctica de periodismo fotográfico, aprendiendo cada día de él. Ho lo sigue haciendo. No entiendo un pepino de fotografía, pero, a fuerza del trabajo diario, creo que se distinguir cuando una foto comunica algo y cuando nos deja indiferentes.

Funeral en la playa de Santa Catalina... por las pateras. (Fito C.)
“Pintad una sola foto, muy grande”, suele decir Fito a menudo a sus compañeros incluso después de haber estado horas y horas siguiendo una noticia y haber tirado seis carretes. Creo que esa es la mejor forma de definir la fotografía de Fito, la ‘fitografía’. Resumir toda una sucesión de hechos, un estado de ánimo o una historia en una décima de segundo, en un instante congelado de tiempo, es la tarea más difícil y sólo algunos, como Fito, lo consiguen.

Voltereta en la arena. (Fito C.)
Muchos podrán pensar que digo todo esto por que, antes que compañero, Fito es mi amigo con letras mayúsculas, como las que firman sus fotos. Y es cierto. Otra de sus virtudes es la de saber estar en todo momento. Lejos de la imagen estereotipada del fotógrafo de Prensa sin escrúpulos, insensible, frío y mercenario, nos encontramos con todo lo contrario. Fito se hace querer y no creo que haya un solo rincón en El Puerto donde no sea conocido y estimado. Porque si se quiere mostrar el lado humano de una historia en una fotografía, como él lo hace, debe haber siempre una gran persona detrás de una gran profesional. Y Fito es mejor persona que fotógrafo, de eso pueden estar seguros.» Rafael Navas. Director de Diario de Cádiz.

Con su padre, Alfonso Carreto Martín-Arroyo, en la inauguración de la Exposición 'Mozos y Espadas' presentada en la sede central de Canal Sur Radio en Sevilla el año 2006. (Foto J.M.M.)

Francisco Lobo Segura es un portuense nacido en la calle Santo Domingo en el año de 1960. Pertenece a una saga de carpinteros de la que él es la tercera generación en el mismo espacio físico: en la Calle Sierpes -ese pequeño callejón detrás del mercado, donde el tiempo parece haberse parado-. Paco es hijo y nieto de carpinteros o, por mejor decir, ebanistas y restauradores. Que de de eso se ha hecho y se hace en esta fábrica de oficio artesano, siendo especialistas en la restauración de muebles de caoba. Cruzando su umbral parece que entramos en otra época, otro siglo. Es nieto de Frasquito Lobo Montefalco e hijo de Francisco Lobo González, quienes, con sus tíos Rafael y Antonio fundaron una sociedad empresarial allá por 1950, año en el que la carpintería se trasladaba desde la calle Nevería, pegada al Freidor que había en la esquina con la calle Ganado, a su actual emplazamiento, justo donde estaba con anterioridad el Bar Canuto. La sociedad se llamaría luego Herederos de Francisco Lobo Montefalco y, desde 1984 en la que los distintos familiares se fueron desvinculando definitivamente de la misma, es
una sociedad unipersonal a nombre de la tercera generación de Lobo en la calle Sierpes, de Francisco, orgulloso del trabajo de restauración del mueble de un gramófono de la marca “La Voz de Su Amo”.
LA CALLE SIERPES
alegre y bullidora, como su hermana mayor, la de Sevilla, el de intransitable”.
Panadería Pública o Tahona, perteneciendo a la misma finca, posiblemente el callejón estuviera cerrado con rejas, desde las cuales se realizase el reparto del pan. Estas informaciones -a excepción de la continuidad de la calle Santa María- nos ha sido proporcionada por el historiador Miguel Ángel Caballero, del Centro de Patrimonio Histórico.

junto con el Bar Vicente ya que su actual propietario, Vicente Sordo, se hizo cargo de Los Pepes, igualmente, en 1950, hace 59 años. Un buen mano a mano, casi de punta a punta, para esta pequeña, bulliciosa, concurrida y hostelera calle Sierpes.

de Santa Cecilia. En Vizcaya ha trabajado en una empresa como químico en el laboratorio y también de administrativo, compatibilizándolo con la pintura. (Fotografía: David. Vista Panorámica del Puerto de Ziérbana).
Como afirma su amigo y crítico Alberto Gómez de Echarte: «José Luís Molina Mora, pintor de talante objetivo, de abordaje hacia una pintura directa y cuyas motivaciones tienen mucho que ver con la espiral artística de la clásica Escuela Vasca y en la actualidad indudablemente abocada en un impresionismo expresivo/ambiental- pudiera decirse, que Molina Mora se destaca como dominador excelente de unas envolventes atmósferas, matizadas, esfumadas de sugestivos grises luminosos y luces doradas, de delicada lejanías, de serenas y especulares aguas , en una visión sentida y emocionada, como expresión íntima y personal no exenta precisamente de la huella de una estilística propia. Independientemente del enfoque estético de ése ambiente a que antes me refería, José Luís Molina Mora sorprende en la decidida resolución de los otros elementos integrantes de sus pinturas. La presencia de sus remolcadores, pesqueros, gabarras, etc., asomándose como recias e inconfundibles individualidades, armonizadoras y de altas calidades por sus grandes contrastes y fuerza de expresión, configuradas a su vez por un esquemático dibujo, de trazo recortado, sin concesiones a lo superfluo, manifiestan un inteligente propósito en el que tienen cabida ciertos planteamientos geométricos y cubistas». (Fotografía: José Luis en su estudio en 1978).















Joaquin Bellido Ganaza, hijo y nieto de marineros (su padre llegó a ser Patrón Mayor de la prácticamente desaparecida Cofradía de Pescadores), Licenciado en Historia, especializado en historia contemporánea, Master en Cooperación al Desarrollo. ha estudiado los últimos tiempos de la pesca en El Puerto. Sus aportaciones pueden ayudar a que no se repitan los errores de siempre en el maltrecho sector pesquero de la Ciudad. Ha impartido conferencias sobre derechos humanos, “El movimiento obrero en el sector pesquero portuense (1960-2000)” o “La pesca portuense (1940)”. Ha colaborado en la revista Horizonte Libre de la Asociación Razzia Artis con el artículo “Nostalgia Marinera (1940-2000)” y documentó el expediente de declaración de Bien de Interés Cultural de la Iglesia de Jerez, San Juan de los Caballeros Tiene publicados varios artículos de opinión en Diario de Cádiz en la columnas de opinión de la desaparecida sección Calle Sol y, posteriormente, Visto y Oído para las páginas de televisión. Ha documentado para el Ayuntamiento las exposiciones: "75 Aniversario de El Vapor" y la exposición permanente "Casa del Regidor". En noviembre pasado ha publicado un libro “Auge y Decadencia del sector pesquero en El Puerto de Santa María. Del Desarrollismo a la Pesca Ecológica (1960-2000)”. En la actualidad escribe en Noticias Locales, “Media Etiqueta”, y trabaja como reportero en Noticias Locales Radio en El Puerto, pero no abandona la investigación histórica, especialmente, sobre temas de la ciudad que lo vio nacer. Es presidente del Club de Baloncesto “Gymnástica Portuense”. Piensa que en esto del mundo pesquero “Se quieren quedar con el cebo y la captura”.
AUGE Y DECADENCIA DEL SECTOR PESQUERO
ENTREVISTA
Vaya frasecita… --Como diría el famoso ensayista y diplomático Juan Donoso ...” "Lo importante no es escuchar lo que se dice, sino averiguar lo que se piensa"...
María de la Soledad Gatica Herrera, por nombre artístico Soledad “la del Cepillo”, nació en El Puerto el 27 de mayo de 1988, en la Clínica del Dr. Frontela, cuando los porteños nacían en Cádiz; es de las pocas niñas inscritas en el Registro Civil de El Puerto de entonces. Vive en una calle que tiene nombre de constelación de estrellas, la calle Acuario. Trabaja en McDonalds para pagarse la carrera de Música. Cuando lean todo lo que viene a continuación y lo que representa Soledad en el mundo del flamenco, por tradición oral y por familia, comprenderán que nos encontramos a un caso único digno de proteger y fomentar. Con una sólida formación académica y musical, Soledad, lo que quiere hacer es lo que sabe, lo que le viene de sus mayores, de sus ancestros. En la familia no lo entendían, le han dado lo mejor para que encuentre un sitio en la música culta, pero ella quiere hacer lo que guarda en su interior, con los conocimientos que le vienen por la sangre y la tradición oral que se ven ahora reforzados por sus estudios musicales. (La fotografía principal de Soledad es obra de
Tusitala Comunicación. El dibujo es obra de L.S.A., abril 2009).
Entre sus cualidades han de resaltarse “el poseer una voz “muy flamenca”, con infinidad de registros y un gran sentido del ritmo y los esquemas cantaores. Si a ello se unen su sólida formación musical y el conocimiento de la voz, la respiración y el manejo del diafragma, con el pertenecer a casa de tanta prosapia flamenca como la conocida por los “del Cepillo”, estamos ante un caso único en la historia del flamenco, un ejemplo de conciencia de ser un eslabón imprescindible en la cadena de trasmisión oral y un ser digno de protección ”, como ha escrito Luis Suárez Ávila. (Fotografia: zapatos de Begoña Cervera, calzados por Soledad, 'la del Cepillo').
¿QUIEN LE DARÁ UNA BECA A SOLEDAD?
necesario, desde todo punto de vista, para poder mantener su formación musical en el Conservatorio, viajes diarios de El Puerto a Jerez, matrículas, adquisición de material didáctico, etc., ya adquiridos y previstos para el próximo curso, mediante el ahorro de su salario.
Obra Social de alguna entidad bancaria o alguna empresa que hiciera de benefactora y le otorgara una beca por la cantidad de su salario, sino su recolección y regeneración para hacer, luego, esos materiales asequibles al público, a su estudio y su divulgación y, sobre todo, a evitar, casi “in artículo mortis”, su pérdida definitiva. (En la fotografía, Soledad, mirando al otro lado del espejo, donde se reconoce en sus mayores, en su pertenencia ' a casa de tanta prosapia flamenca como la conocida por los “del Cepillo”
ANTECEDENTES FAMILIARES.
oral, una serie de materiales folklóricos inhallables en cualquier otro lugar del mundo hispánico: los corridos, corridas o carrerillas, romances de tipo épico e histórico que mantienen de generación en generación, de cuyo fragmentismo y deturpación (deformación) ha surgido un fenómeno que hoy conocemos en el estado terminal de su desarrollo como cante flamenco. El mantenimiento vivo de temas romancísticos como el ciclo de Bernardo del Carpio, el Cid, todo el ciclo carolingio, o las quejas del Alfonso V ante Nápoles, entre otros muchos, hacen del romancero conservado por esta familia algo único y un tesoro digno de ser protegido. (Ilustraciones: arriba, Fragmento de un grabado de una carnicería. Abajo, Soledad la del Cepillo, madre de Tío Alonso 'el del Cepillo' -quien aparece en la foto inferior-, tatarabuela de nuestra protagonista. La fotografía pertenece a la colección particular de Luis Suárez Ávila)
A ello se unen otros riquísimos y raros materiales encontrados a su bisabuelo Luis El Viejo, a sus tíos-bisabuelos Alonso, Juana o Dolores los del Cepillo, a su tía-bisabuela Jeroma La del Planchero, a su tía La Pijota o su tío Luis Panete... La interconexión de esta familia con otras como la de José de los Reyes “El Negro”, Ramón Medrano, Juan Pavón “El Cojo Pavón” o “Agujetas El Viejo” y el aprecio general ha enriquecido el ya de por sí rico repertorio familiar con incorporaciones muy valiosas aún no divulgadas. (En la fotografía, Tío Alonso 'el del Cepillo Archivo Municipal).
Antológica y muy parcialmente algunos de sus cantes han sido grabados por los anteriormente citados para T.V.E., o para la casa Hispavox, en los años 1970. También fueron expuestos en las anuales Fiestas del Cante de los Puertos que se celebraron en El Puerto de Santa María de 1971 a 1974. Sin embargo, es mucho, todavía, lo que queda inédito y por recoger. (En la fotografía, José de los Reyes, 'el Negro', durante su intervención en el Festival del Cante de los Puertos, celebrado en el entorno del Castillo de San Marcos. Año 1972. Archivo Municipal).

Pertenece esta familia gitana al llamado “sector intimista” del cante, ajeno al conocido como “artisteo”, y escasamente actuó en público, sino en contadas ocasiones. Puede decirse que solamente en las Fiestas del Cante de los Puertos, antes citadas y en el IV Coloquio Internacional del Romancero de Tradición Oral, en 1987, organizado por el I.U. Seminario Ramón Menéndez Pidal al que asistieron hispanistas de todo el mundo. Ese inmenso caudal conservado corre serios peligros de desaparición. Sobre todo porque, en los tiempos actuales circulan, como flamenco, los llamados “temitas” de autor, escritos y compuestos por quienes se han querido subir a un carro en el que, ciertamente, no deben tener cabida. La verdadera tradición oral antigua está sufriendo uno de los más poderosos ataques y, sin embargo, es preciso conservarla para las generaciones venideras. En este ambiente, en que nace y crece , se han mantenido las tradiciones antiguas y puede decirse que su familia es dueña de ese caudal inmaterial y
efímero, aunque en peligro de perderse. A la sólida formación musical de Soledad se une la conciencia de ser el último eslabón de una saga que ha mantenido estas manifestaciones que llamaron la atención a los Profesores Paul Benichou (de la Universidad de La Sorbona), Diego Catalán Menéndez Pidal (Fundación R. Menénedez Pidal), a Giuseppe Di Stéfano (Universidad de Pisa), a Samuel G. Armistead (Universidad de Davis California)... Francisco Gutiérrez Carbajo, Faustino Núñez, entre otros... y las han hecho objeto de sus estudios y publicaciones. No obstante ello, quedan todavía, soterrados, sin haber sido expuestos a la comunidad intelectual, infinidad de materiales, venturosamente conservados por esta familia, cuyos portadores tienen edades muy avanzadas.» Luis Suárez Avila. (Las dos últimas fotografías se corresponden a Luis el Viejo del Cepillo, bisabuelo de Soledad y El Veneno -en los Toros- abuelo de nuestra protagonista. Las fotografías de los cantaores y cantaoras pertenecen a la colección de Luis Suárez Ávila).
Montse Torrent Peña, actriz porteña nacida en 1962 para quien “Ser cómica es un título nobiliario, por el que además, cobro”, ha recorrido los escenarios del mundo interpretando entre otros a Alberti y Valle Inclán. Está afincada en Sevilla, trabaja en teatro, danza, cine y televisión. Posee el Primer Premio de Interpretación Femenina en Andalucía, del Festival de Teatro de Palma del Río (Córdoba), el Primer Premio Ateneo de Córdoba de Monólogos (año 2002) y el Primer Premio en el Festival Universitario de Sevilla, por la obra “Casina” de Plauto, que dirigió. En Danza obtuvo el Premio a la Mejor Coreografía en 1992, por su obra Fedra, que dirigió e interpretó, estrenada en el Festival “La Nuova Tradiciones”, junto a Katsuko Azuma. No le importa la opinión de los demás.




Es descendiente directo de José Benjumeda y Gens, médico, nacido en Cádiz en Junio de 1787 y fallecido el 27 de Abril de 1870, (cuadro a color de la izquierda) y de José Antonio Benjumeda y Fernández, también médico, nacido y fallecido en Cádiz en 1817 y 1888, respectivamente. (Fotografía debajo del cuadro a color).
provincia y otros municipios de la Bahía contienen multitud de obras de este apreciado arquitecto, tanto de índole civil como religioso. El baldaquino del Altar Mayor de la Iglesia Mayor Prioral está firmado por él, al estilo del gaditano Oratorio de la Santa Cueva o la Catedral de Cádiz, obras igualmente suyas. En 1820 fuez responsabilizado, como Arquitecto Mayor, del derrumbe de la Plaza de Toros, permaneciendo inhbilitado durante cuatro años. Es el autor del edificio de la Cárcel Real y del diseño y ensanche de plazas gaditanas. Las inspiración arquitectónica de Benjumeda se corresponde a una línea italiana neoclasicista que que alcanzaría un gran enraizamiento en la España del cambio de siglo XVIII al XIX. (En la fotografía coloreada, el baldaquino del Altar Mayor de la Iglesia Mayor Prioral).
como de su Ciudad. Como hemos señalado, desde jovencito tenía una gran afición a toda clase de deportes. Tenía presente la máxima “Mente sana en cuerpo sano”.






Una vez obtenida la licenciatura en Farmacia abrió una Botica en la Plaza Juan de la Cosa, en un pequeño local que había justo a lo que hoy es la casa del dueño del Bar La Draga, frente donde vivió Luis Péculo, trasladándose posteriormente a la esquina de la Calle La Palma y Plaza de Juan de la Cosa -antes Plaza de Bizcocheros-, donde permaneció 50 años hasta su jubilación. Como se puede apreciar en las fotografías en blanco y negro, existía una valla con jardín, donde luego se construiría un edificio de dos plantas, que sería donde se ubicaría la Farmacia. Ésta en la actualiadad la farmacia se encuentra cerrada.
de Diario de Cádiz; Luis, farmacéutico; Pablo el cual, aunque sus padre se empeñaron en que estudiara una carrera optó por la navegación, dedicándose a Regatas de Alta Competición y en la actualidad está a cargo de una flota de yates en Palma de Mallorca; y Miguel Ángel, también farmacéutico.
Fue concejal de la última Corporación Municipal antes de la restauración de los ayuntamientos democráticos, ostentando el cargo de delegado de Sanidad. Fue mérito suyo que el Hospital de San Juan de Dios -hoy abandonado a su suerte- siguiera abierto atendiendo a los pacientes después que las Hermanas de San Vicente de Paul se marcharan atendiendo, igualmente a los enfermos de Beneficencia, facilitando médicos y medicinas para los necesitados. Nombra, a la sazón, como encargada de la organización del Hospital a Angeles Izquierdo, Vda. de Félix Pérez Peral, de quien guardaba una grata memoria por su ejecutoria profesional. En unas de las Comisiones Permanentes del Ayuntamiento, el equipo de gobierno propuso trasladar el cementerio a la carretera de Sanlucar --donde aun quedan restos de su construcción-- a lo que Antonio se opuso con rotundidad, dado que la capa de nivel freático se encontraba muy próxima a la superfice, no siendo un terreno apto para las inhumaciones. Pero ya el gasto, inútil, estaba hecho... (Foto: Ayuntamiento antiguo, 1979. Foto Rafa. Archivo Municipal).







Soledad Peña Mesa, conocida como Sole, nació el 22 de febrero de 1940 en la calle San Sebastián, 36, casa en la que vivió y parió a los siete hijos que tuvo con Ramón Espinosa Rodríguez, su marido ya felizmente jubilado, hasta que hace 16 años decidieran irse a vivir al campo, por la Carretera de Sanlúcar, a Los Perales. Soledad es hija de Calixto Peña Gomez, matarife de cierto renombre en El Puerto al que le hacían encargos importantes en cuestiones de matanza de reses el cual, en su senectud cuidaba de la huerta de los Jesuitas junto a la Plaza de Toros y de Dolores Mesa Ferrari. Es la sexta de siete hermanos: Joselete. ya fallecido, trabajador incansable y muy querido por sus compañeros del Ayuntamiento, Paco, el cual trabajó durante años en la tienda y almacén de Joselito del Bar Jamón, en la calle Postigo esquina con Capillera, Calixto, Dolores, Milagros, Soledad y Juan. Su madre tenía un puesto de frutas y hortalizas en la calle Sierpes primero, luego en el Mercado de Abastos, con el número 102 y en su casa de la calle San Sebastián. Conserva una voz muy suave, la que quizás utilizara para arrullar a sus siete hijos en noches difíciles y duras vividas en el Barrio Alto de El Puerto, pero guarda un grato recuerdo del pasado. (En la fotografía, Soledad en la actualidad, el pasado verano de 2008).
La fotografía de la izquierda está tomada en la boda del mayor de los varones de Soledad. Corría el año de 1994. De pie, de izquierda a derecha: Carmen, Dolores, nuestra Soledad, los novios Ramón y María Sánchez Ponce, el marido de Soledad también Ramón, y Manuela. Agachados, Juan, Calixto y Antonio. La mayor de Soledad está casada con Antonio Carbonell López, Secretario de la Cofradía de Pescadores y la segunda, Dolores, con Antonio Mancheño, de “los caballitos del Parque”. Una descendencia, una prole lo suficientemente amplia como para homenajear a la madre que los parió, en estos tiempos de familias mínimas. Tiene 14
nietos: Vanesa, Lorena, Jesus, Jorge, Raquel, Mara, Tania, María, Beatriz, Roshan, Sheila, Ana, Irene y Alba.
LAS MALLAS DE TERRY.
Las mallas se realizaban con hilos de seda, una aguja lanzadera, un clavo que hacia la función de mallero y con la medida de un billete de tren de aquella epóca, ya que con él se podían tejer los nudos de los tres tamaños de botellas que entonces estaban en el mercado. El hilo se enganchaba en una anilla y ésta a su vez en el respaldo de una silla, para poder trabajarlo mas cómodamente. Una vez finalizada la faena, se llevaban a la casa familiar de las hermanas Terry, que vivían en la calle San Juan esquina con Cruces, y por una puerta de esa calle, ellas se encargaban, primero de entregarte la seda para las labores y de recibirlas después de elaboradas y probarlas en las botellas para asegurarse de que estaban realizadas correctamente. Había que entregar al peso, la misma cantidad en mallas, por una parte y cabos y pelusas, por otra, que la recibida en seda. Una vez hecha la comprobación entregaban un recibo por el importe total y, con este recibo, había que personarse las oficinas de Bodegas Terry, en la Plaza de los Jazmines, al final de la calle Cielos, a cobrarlo, siendo los días de cobro, los lunes. En la fotografía, las herramientas necesarias para la confección de las mallas:
clavo mallero, aguja lanzadera y un billete de tren antiguo, con las muescas señaladas para cada tio de malla. Por cierto que es un billete de 3ª clase, núm 04253, correspondiente a un trayecto de El Puerto de Santa María a San Fernando, que costó 4,50 pesetas. (Fotografía de las herramientas: Coral Piá Oviedo. La ilustración de la derecha corresponde a un cartel publicitario de Centenario Terry).