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Antonio Collantes Ramos, con nótula numero 303 en Gente del Puerto,  conoció La  Placilla en todo su apogeo, a mediados de la década de los cincuenta del siglo pasado. Estuvo de aprendiz de peluquero, con 9 años, en la barbería de Manolo Cordones, frente al puesto de Agustín Vela. Conocía a todo el mundo y le llamaban el Oliver Twist pues era un niño pequeño que hacía los mandados de todos, de toda la Placilla: el Tobalo, el Peca, Juan el de Tejidos las 3B, el tío de Manuel Gutiérrez 'el Cochino' (nótula núm. 284), su benefactor que fue quien le compró su primer par de zapatos, ... Recordemos la aquella Placilla de los últimos años de la década de 1950.

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El puesto de Agustín Vela, al aire libre, pero protegido por toldos. (Foto Familia Vela)

Empezando por la calle Luna, en la pared de la derecha, nos encontrábamos con el Carrillo de Severo, (nótula núm. 104), a continuación estaba la entrada de artistas del Teatro Principal, (años mas tarde Kiliki montaría un bazar juguetería al aire libre delante de aquella fachada), luego estaba la frutería verdulería de 'La Bigotona' y a continuación la alpargatería 'La Jerezana'.

aceitunero__puertosantamariaLe seguía la antigua pescadería de los hermanos Gago, cuyos descendientes tienen el Bar 'El Nuevo Pescaíto' detrás de la Clínica Santa María de El Puerto. A continuación venía el Restaurante Económico 'La Placilla, de Manuel González Ceballos y aquella cafetera de agua caliente... cuyos primos regentaban el restaurante del Hostal Loreto. Hoy se encuentra otro establecimiento con el nombre de 'La Placilla', una tienda de electrodomésticos. Luis el de 'la Liebre' en una accesoria de la casa donde Agustín Vela (nótula núm. 326) tenía primero, su puesto y años mas tarde, una tienda de frutas. A continuación venía Juan, el de lo Tejidos Las Tres B (Bueno, Bonito y Barato); le seguía Encarna, 'la de la sangre con tomate' en un local ancho, profundo y oscuro donde se comía un guiso de sangre que 'quitaba como tó el sentío'. La tienda donde se vendía huevos y queso, y donde trabajaba Luis el de los Huevos (nótula núm. 203), que cantaba aquella copla de "Yo soy Luis el de los huevos, parezco una pescailla, pero cantando y bailando, valgo más que toa Sevilla". (En la imagen, Antonio 'el Aceitunero', delante de Casa Plácido, de la que era repartidor Luis 'el de los Huevos'. Foto Carlos Pumar Algaba).

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El almacén de Nicanor Gómez, esquina de La Placilla con Ricardo Alcón.

Doblando la esquina con la antigua calle Correo, hoy Ricardo Alcón, nos encontrábamos con una bodega de los Gil de Reboleño, donde Antonio Gil de Reboleño, en la actualidad prestigioso farmacéutico, ayudaba despachando vinos  a los hermanos Victoriano y Pepe, ambos porteros que fueron del R.C. Portuense. Enfrente la Tienda del Caracol, de vinos y tapas y a su lado el refino de Luis el de los Muertos (nótula núm. 150). A continuación y haciendo esquina el Almacén y Bazar de los Nicanor (nótula núm. 080), donde Lalo lucía una de las mejores y ceñidas cinturas de El Puerto, talle 34. Seguía la carnicería de Insúa, el Bar Rábago, y al fondo, en la calle Ganado, La Pastora (entonces de los Gómez, hoy de los Ojeda), la panadería donde se vendían avellanas tostadas, suspiros y aquellos panes blancos que quitaron tanta hambre... Allí trabajaba Ricardito.

Romualdo__2_puertosantamariaPero volvamos otra vez a la calle Luna. Iniciemos de nuevo el recorrido, esta vez desde la acera de enfrente al Teatro Principal y al carrillo de Severo. En la esquina con Luna el almacén de ultramarinos de los hermanos Genaro, donde hoy se encuentra una tienda de Telefónica. A continuación venía la ZapatEría Heredia y junto a ésta, años mas tarde, pondría Juanito Malete una frutería. Le seguía el Cafetín, de Angel Sordo y su hijo Maximino (nótula núm. 003), haciendo esquina con la calle Santa María. En la otra esquina de Santa María con La Placilla estaba el almacén de Leopoldo Castiñeira Gómez, el cual le preparaba a Antonio bocadillos de recortes de chorizo. Luego se econtraba la Barbería de Manuel Cordones. A esa casa, con entrada por la calle Santa María se iría a vivir la familia Saura, quien formara la conocida sociedad de trasnportes Alemán y Saura. En esa casa, igualmente, Carmelo Ciria Pino, instalaría la primera emisora por cable que los comerciantes del centro de El Puerto ofrecieron a sus clientes. Un amplificador, un micrófono, un tocadiscos y unos altavoces amenizaban las compras en La PLacilla a finales de los cicuenta. La Bota de Oro, zapatería aun existente en la calle Luna arriba, patrocinaba el concurso "Es Vd. la madrina de sus pasos" en "Las Mañanas de la Plaza", regalándose un par de zapatos a los ganadores. (En la imagen, Romualdo, mandadero y aguador. Foto Arturo Palomino).

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Un billete 'full' de 7.500 pesetas, con la imagen de José Sánchez Sousa, de la charcutería confitería Los Dos Pepes, nombre puesto en referencia a él y a su hijo Pepe. Realmente era un participación de un billete de lotería, con una fotografía del Bar Vicente, que antes de pasar a su actual propietario era regentado por el propio Sánchez Sousa.

laplacilla_losleones_puertosantamariaLuego vendría la tienda de Los Dos Pepes, el de los picos brasileños, extravagante personaje que bien merece nótula aparte. Baste recordar que viajaba en su Mini, con un maniquí sentado al lado en el asiento del copiloto y que editaba billetes de 500 pesetas con su efigie, que luego sería la Confitería La Perla. En la Casa de los Leones, hoy apartamentos turísticos, vivía la famlia de los Rodríguez Ceballos, propietarios del 'Bar Casa Paco Ceballos' el de las populares 'pavías rebozadas' y el "Bar Liba" al frente de cuyos establecimientos se encuentran en la actualidad Baldomero e Ignacio Rodríguez Sánchez, en el primero y Paco en el segundo.  Y cerrando el recorrido el Bar Vicente (nótula núm. 014) haciendo esquina con la calle Sierpes. Allí eran famosas las tertulias con Rafael Moreno Porto, 'el Lengue', Don Buenaventura,  Ramón Insúa, el tío de Manuel Gutiérrez Morillo, el Calé, Anzonini, el Chano y junto a otros cantaores, que con la fresquita se reunían a tomar café y a ver pasar a la gente que desfilaba por los ambientes de la Plaza. (En la imagen superior, una señora vendiendo frutas y hortalizas en la casapuerta de la Casa de los Leones. En la imagen inferior, los puestos al aire libre de la calle Sierpes).

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En el centro de La Placilla y adosado a algunas paredes, se instalaban puestos desmontables o no. El de Sal de Diego, los dos Aceituneros, el puesto de Bollos de Miguel Salguero (nótula num. 350), que saldría ardiendo, el puesto de charcutería instalado por el de los picos brasileños, montado por todo lo grande para la época... el puesto de ”quita y pon” de vajillas de cerámica de Domingo Ajenjo y el de verduras y hortalizas de María y el “Toto”,  el carrillo de Carmelita “La Rubia”. En la esquina de la calle Santa María se intalaba, cada 15 días, un camión con charlatanes de feria que vendían por lotes: 3 mantas, 2 sábanas, 1 peine y 1 bote de algo... También por esa esquina se hacían las descargas rápidas de los camiones con fruta y verduras de extraperlo procedentes del campo, es decir que no habían pasado por el puesto de Consumo y no habían pagado los arbitrios o impuestos correspondientes al Ayuntamiento.

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La churreria de Miguel Salguero, en un puesto de madera que salio ardiendo.

Y la picaresca de la época. En la España de entonces algunos ciudadanos aprovechaban las aglomeraciones en las tiendas, a veces con la complicidad del tendero, para 'rozarse', si no algo más, con alguna clienta inocente. En cierta ocasión una de las agredidas lo denunció ante la autoridad de La Placilla y, el guardia Salas destinado allí, aplicó la justicia sobre la marcha y además del guantazo que se llevó el agresor, propietario de una tienda, se lo llevó detenido dejando el negocio sin dependiente, ante la burla y el escarnio de su parroquia. También, en alguna tienda que por respeto a los herederos no mentamos, se organizaban improvisadas “Casas de Trato” para alivio del entorno de los amigos del dueño y clientes fijos, que tenían un triste plus en aquella época de penurias y pobreza.

jula_jula_puertosantamariaPERSONAJES POPULARES.

Muchos personajes populares (nótula núm. 144) deambulaban por La Placilla y La Plaza o Mercado, buscándose la vida. Romualdo ('Remujardo'), Joselito 'el Caca', mandadero al que los chiquillos mortificaban con sus bromas; Kiko 'el Betunero', Dominguito, el hermano de Antoñita, la novia víctima de 'El Arropiero'. 'Coquinete' un señorito venido a menos, sin oficio ni dinero que todos los días bajaba a afeitarse, limpiarse los zapatos, fumarse un puro o tomarse una copa de vino fino en 'La Perdiz' y todo sin costarle un duro, 'de gañote',  gracias a la bondad de sus 'patrocinadores': el barbero, el dueño del bar, un cliente que le pagaba el betunero y otro la copa de vino; el caso es que vivía como pudiente, sin trabajar. Otro personaje, 'Caneco', que siempre hablaba con su media lengua, de su hijo. Y Javier Julo Julo, o 'el Mula', personaje pintoresco, aficionado al vino tinto, que cada vez que era convidado soltaba la siguiente retahila: "--Me cago en los sentimientos católicos de las tuberías del Valdepeñas". (En la imagen, el Julo Julo, en una bodega de los Gil de Reboleño, posando en plan caricato ante la camara. Foto AGRI)

La plaza, el Mercado, era otro territorio, otro ámbito, otra gente...

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fernandomonguiobecher_puertosantamariaDe padre catalán -de ascendencia italiana- y madre austríaca, Fernando Monguió Becher (Madrid-1917 El Puerto de Santa María-1995) nació la víspera de Reyes, viviendo sus primeros años en Austria con su madre, Agnes Becher Seite, en la ciudad Waltersdorf an der March, fronteriza con Eslovaquia, donde realizaría sus estudios primarios. Regresa con su madre a España en 1927 y entonces aprende el castellano.

El año del nacimiento de Fernando es previo a la I Guerra Mundial. Se publica “Platero y Yo” de Juan Ramón Jiménez y Antonio Machado sus “Poesías Completas”. En Berlín se crea UFA (Universo Film AG), la famosa empresa cinematográfica. Ese año nace el economista y escritor español, José Luis Sampedro, el novelista británico Anthony Burgess y el mejicano Juan Rulfo, así como el que llegaría a presidente norteamericano John F. Kennedy e Indira Ghandi, --ambos asesinados en el ejercicio de sus cargos--, los actores Fernando Rey y Robert Mitchum. En 1917 recibe el Premio Nobel de la Paz el Comité Internacional de la Cruz Roja. Difícil lo tendría en los años venideros.

Estudia el bachillerato bilingüe en Madrid, en el Colegio Alemán, en alemán y español, trabajando como aprendiz en la sucursal del Banco Dresnerbank y luego en el Banco Germánico de la América del Sur. Previsor, sus ahorros los dedica a viajar y perfeccionar los idiomas, recorriendo Europa en unos años sumamente complicados: Alemania, Francia y la otrora española Filipinas, entre otros lugares del mundo que recorrió, gracias a sus conocimientos de sus lenguas maternas: alemán, español, además del inglés y francés y algo de italiano.

teatrodelacomedia_madridCON PRIMO DE RIVERA.
Desde muy joven se introduce en los ambientes políticos de la época.  Durante la II República se afilia al grupo político monárquico del Dr. Albiñana. Ello le permite entrar en contacto con el entorno de José Antonio Primo de Rivera y asistió al Teatro de la Comedia el 29 de octubre de 1933, formando con 19 años, parte de la guardia de vigilancia durante el acto allí celebrado que dio lugar a la fundación de la Falange Española, poco después. En 1934 es nombrado Jefe de la 3ª Falange de la 3ª Centuria de la FE de las JONS. Igualmente, en octubre de 1934 resulta elegido presidente del Sindicato de Empleados de Oficinas y al mes siguiente, en noviembre empieza la carrera de Derecho en la Universidad Central de Madrid. (En la imagen, vista del escenario con la mesa de oradores, en el Teatro de la Comedia).

Fue detenido -por tercera vez- el 22 de mayo de 1936 por custodiar en su casa unas armas que le había confiado la Falange, en aquel convulso Madrid de la preguerra incivil y encarcelado en la Modelo. Tres meses mas tarde, la cárcel es asaltada por los milicianos y se producen sacas de diversos grupos entre los que se encuentra Fernando Monguió, conocido entonces por Fernando Becher (su apellido materno).

fernandomonguio_carne_puertosantamariaMONGUIÓ, FUSILADO.
El 22 de agosto de 1936 ocurre la tragedia y tal y como cuenta Diario de Cádiz en un artículo publicado en noviembre de 1998: «En la madrugada del mencionado día junto a sus compañeros de celda fue dispuesto en el patio de la prisión para ser fusilado. Los siete impactos de bala que recibió le alcanzaron en brazos y piernas, mientras que varios cadáveres lo cubrían. La suerte le acompaño además cuando al guardián que efectuaba los tiros de gracia se le encasquilló la pistola. Pocas horas después, Agnes Becher, se personaba en la prisión para solicitar el cadáver de su hijo, aludiendo además a la doble nacionalidad de la familia. Fernando Monguió seguía vivo y se restableció de las heridas. [...] El nombre de Monguió permaneció en la relación del “Monumento de los Caídos” en Madrid, pese a que residía plácidamente junto a su mujer y diez hijos en El Puerto.» (En la imagen, el carné de falangista de Fernando Monguió).

Monguió inició, herido, un nuevo periplo por Europa, aquella Europa que conocía de su etapa de estudiantil. Fue atendido de sus heridas en la Embajada de Austria donde le facilitan un pasaporte de ese país. El 25 de agosto volaría hacia Alicante y de ahí a Lisboa. En septiembre llegaría a Hamburgo, saliendo de Altemberg (Alemania) de dicho país en dirección, de nuevo a Lisboa. Luego vendría Salamanca, Burgos...

fernandomonguio_teruelPRESO DE LOS REBELDES O “NACIONALES”.
Continúa Diario de Cádiz «Fernando Monguió también conoció la cárcel de bando nacional durante la Guerra Civil. Tras la muerte de Primo de Rivera apoyo a Hedilla en la negativa de fusionar Falange con los Tradicionalistas, como era el deseo de Franco, lo que le supuso unas semanas en prisión. Su valía como soldado y sus conocimientos de alemán le permitieron cobrar pronto la libertad, para incorporarse como instructor en las academias de militares de Avila y Miranda del Ebro. Recibió varias condecoraciones por su labor en la guerra y fue herido en la toma de Teruel.» Entre otras: la Medalla de Sufrimientos por la Patria, Medalla del Mérito Militar, Medalla de Campaña, Cruz Roja del Mérito Militar y Cruz de Guerra, además de la Medalla de la Vieja Guardia con Cinta del Yugo y las Flechas y Pasador de dos Flechas Blancas. (En la imagen, en el frente de Teruel).

SU VIDA PROFESIONAL Y EL PUERTO.
Finalizada la contienda, concluye la carrera de Derecho en 1943, renunciando a los “exámenes patrióticos”, aquellos en los que se aprobaba a los universitarios más por los servicios prestados en trincheras que por sus conocimientos. Oposita al Cuerpo de Corredores de Comercio y, en 1945 obtiene plaza en Santa Cruz de Tenerife. Se casa con la jerezana María del Carmen Vecino, con quien tendría  10 hijos, el mas pequeño de los cuales, Darío, se ha dedicado a estudiar y divulgar la vida de su padre. Luego pide traslado a la península para cambiar de clima y es destinado a Arcos de la Frontera, de allí a Sanlúcar en 1951 y 10 años después a El Puerto, el 5 de enero de 1961, donde ejercería su profesión hasta 1987, año de su jubilación y donde pasaría la mitad de su vida. Permanecería jubilosamente jubilado y con una importante actividad intelectual hasta el final de sus días, acaecido el 29 de octubre de 1995, con casi 79 años

fernandomonguio_libro_puertosantamariaACTIVIDAD INTELECTUAL.
Monguió se distinguió, complementariamente a su labor como corredor de comercio, abogado y procurador de los tribunales, por sus trabajos de investigación histórica y sus artículos periodísticos. Se diplomó en Genelogía, Heráldica y Nobiliaria por un instituto perteneciente al CSIC. Fue miembro de la Academia de San Romualdo de San Fernando, del Centro de Estudios Históricos de Jerez, del que llegaría a ser su vicepresidente. Perteneció al Instituto Argentino de Ciencias Genealógicas. Fue Caballero de de la Orden Hospitalaria de Cádiz y miembro de la Cofradía Nobiliaria de Caballeros de San Ildefonso y San Atilano, de Zamora. Hacía maquetas de barcos, pintaba, ...

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antonioalvarezherrera_1983_puertosantamariaAntonio Álvarez Herrera nació el 14 de abril de 1931, por lo que, al iniciarse la Guerra Incivil contaba con apenas cinco años de edad. Hijo de un tonelero, Agustín y de Antonia, (el padre era socialista y la madre comunista y estuvo presa durante la rebelión militar de 1936) nació y vivió en la calle Capillera, núm. 9. Estudió en el Colegio del Polvorista y luego trabajaría como aprendiz con su hermano Pedro en el taller de tonelería de su padre. Entraría en Bodegas Caballero de aprendiz –en la bodega haría de todo— fundamentalmente como arrumbador, jubilándose de Capataz. Se casó con Isabel Oreni Mayi y tuvieron tres hijos: los gemelos Agustín y Fernando y María Antonia, que pasa largas temporadas en Galicia.

El mismo día de su nacimiento se proclamaba Segunda República Española, el estado que existió en España en el período que abarca desde el 14 de abril de 1931, fecha de proclamación de la misma y de la salida de España del rey Alfonso XIII, al 1 de abril de 1939, fecha de la victoria definitiva del bando insurgente en la Guerra Civil Española que siguió al golpe de estado del 17 de julio de 1936.

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Proclamación II República. Manifestación ante el Ayuntamiento.

Durante este periodo se llevaron a cabo diversas reformas, como la agraria, pero que en la mayoría de los casos no cumplieron con las expectativas. A la par, la falta de progreso acrecentó también paulatinamente el malestar del proletariado. Tras múltiples huelgas, levantamientos populares y cambios de mano en el poder, se produjo un levantamiento por parte de militares rebeldes el 17 de julio de 1936 que desembocó en la Guerra Civil Española, que a Antonio le cogería con pocos años. Y luego vendría una dura posguerra.

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De Izquierda a derecha, Juan Fariñas Sabariego (el Cai), Antonio Álvarez, Rosso que está casado con Maruja Escalante y el Rubio, camarero durante muchos años del Bar Liba.

Antonio era un revolucionario carismático. Convencía y se hacía respetar; todavía recuerdan quienes estuvieron con él reuniones con el Gobernador Militar del Campo de Gibraltar o con los obispos Añoveros o Cirarda. Antes de militar en el Partido Comunista de España (PCE) fue enlace sindical en el sindicato vertical. Llegaría a alcalde merced al pacto de las izquierdas en 1979 y estaría en el puesto de primer edil dos años y cuatro meses, hasta que lo hicieran dimitir en septiembre de 1981. Volvería a la política de la mano del Grupo Independiente (GI) en 1983 y con el PSOE entre 1987 y 1991, partido en el que se integraría. La Corporación Municipal  le concedió el nombramiento de Alcalde Honorario en 2006, pero no pudo recogerlo por su fallecimiento, tras una larga enfermedad. En 2008, el Ayuntamiento Pleno le entregaría dicho título a la familia.

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Fila de arriba. Izquierda a derecha: Rafaelin jugador que fuera del Racing Club Portuense, desconocido, desconocido, Antonio Álvarez, desconocido, desconocido. Fila de abajo agachados: Izquierda a derecha: Pepe Ruiz, Bizco Amalia taxista y aficionado a la bici, familia de los Balcón y del Bar El Chino, desconocido y el ultimo de la fila es Parrita, el mejor aficionado del Racing de toda la historia.

DETENCIONES.
Vivió muchas detenciones a lo largo de su vida como activista sindical y político. La primera en 1964 tras una manifestación que acabó con encierro en la iglesia. En 1965 participó en un nuevo recorido reivindicativo que partió desde el Pilón de San Juan y,  a la altura de la calle Luna llegó la Policía y detuvo a Antonio Álvarez, Esteban Caamaño y algunos más, siendo llevados al Depósito Municipal Carcelario existente en la Plaza de Isaac Peral, junto al antiguo Ayuntamiento. Unos 300 trabajadores se concentraron en la Plaza, liberándolo al poco tiempo. La segunda detención la vive en 1967, convocada por el sindicato local de la Vid, que se va convirtiendo poco a poco en huelga general al adscribirse varios gremios. Lo acaban dejando libre. Lo juzgan en Madrid por estos hechos el Tribunal de Orden Público (TOP) y resulta absuelto.

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De izquierda a derecha, arriba, Francisco García Maíquez, apoderado que fué delantiguo Banco Central, el segundo es Pedro, tío de Antonio; a continuación Perico, su hermano, fallecido prematuramente; con sombrero Agustín, padre de Antonio; Antonio Álvarez es el quinto de esa fila, Antonio Peluffo, padre de Mario Peluffo y al final se encuentra Juan La O Ramírez, pescador. Agachado el primero de la izquierda es el Titi, tío de Antonio. La fotografía está tomada en la confitería de Perico, el hermano de Antonio.

De nuevo y con lo que se conoce como 'la caída de Chiclana' es detenido en 1968 junto con Federico Iglesias, lider provincial de CCOO. Vuelta a la huelga general de los trabajadores de la vid, con encierros en la parroquia de San Joaquín y en el Edificio del Sindicato Vertical, entonces situado donde hoy está el Edificio Vista Alegre, en Micaela Aramburu. En 1969 se produce una nueva huelga de los viticultores, además con denuncia del Convenio de la Vida, y se inicia una huelga del Metal (Matagorda, Bazán y Astileros de Cádiz) y al final de enero de 1970 la Policía Armada toma El Puerto. Lo detienen y junto a 26 más el TOP lo condena a cinco años de cárcel de los que cumple tres. En prisión lideró una lucha para mejorar las circunstancias de vida de los presos, tanto políticos, como comunes, lo que le produjo un agravamiento en sus condiciones carcelarias, pasando por las celdas de castigo; ello produjo una huelga de hambre en la cárcel, empezada, precisamente por los presos comunes. Por delito de asociación ilícita padeció la cárcel en El Puerto, Carabanchel, Jaén y Cádiz. Del desaparecido penal gaditano recuerda la perenne pestilencia del vertedero que se encontraba contiguo al recinto penitenciario.

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Fila superior, los profesores Ventura Lozano y Manuel Martínez Alfonso, a la sazón director del Instituto Laboral y con el tiempo uno de los últimos alcaldes del anterior régimen político, al final de la fila, Antonio Alvarez. El último de la fila de abajo de izquierda a derecha es Agapito de Serdio, hermano de Celestino del Bar las Cadenas. Es un curso de los llamados P.P.O, cursos de formación para distintas profesiones bajo la dirección del Ministerio de Trabajo de la época. Años de los 70.

LA TRANSICIÓN.
Antonio contribuyó a la creación de la Junta Democrática y con posterioridad, la Coordinadora Democrática, previos a la transición política. En enero de 1977, tras los asesinatos de los abogados de Atocha hubo una fuerte contestación y luego vendría la huelga de los marineros, que tuvo una fuerte represalia en El Puerto, con encierro en la parroquia de San Marcos. Esa Semana Santa, el sábado, se legaliza el Partido Comunista (Miguel Marroquín sería el secretario general del PCE local entre 1974-1981) y se empieza a configurar las CCOO en libertad, con Mario Peluffo Rojas como primer secretario local,  habiéndolo sido Antonio Álvarez hasta ese momento y habiendo ocupado igualmente, puestos de responsabilidad a nivel nacional y andaluz.

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Primer Corporación Municipal de los Ayuntamientos Democráticos. A la izquierda, Antonio Alvarez Herrera, antes de su proclamación como alcalde. Entre el público, funcionarios y militantes de partidos políticos. El salón estaba decorado en tonos rojos, antes del triunfo de 'los rojos'. (Foto Rafa).

PRIMER ALCALDE CONSTITUCIONAL.
En 1979 lidera la lista del PCE a la alcaldía de El Puerto, en las primeras elecciones democráticas y, merced al pacto de las izquierdas, con el apoyo del Partido Socialista Obrero Españo y Partido Socialista de Andalucía, obtiene la alcaldía, que ejercería durante dos años y cuatro meses (abril 1979- septiembre 1981). Durante aquel periodo, inexperto y convulso, empero ilusionante, Antonio capitaneó grandes logros: la creación de los Museos Municipal y el de Alberti, la recuperación del Palacio de Araníbar, para sede de Justicia, el Plan de Depuración Integral de vertidos de la Ciudad, el traslado de la Feria a su actual Recinto de Las Banderas, y las aprobaciones iniciales de las diferentes variantes de las que hoy, 30 años después, disfruta El Puerto, amén de los primeros pasos para el desdoblamiento de la antigua Nacional IV.

alvarezherrera_alberti1_puertosantamaria"--Los acreedores como Sevillana de Electricidad o la Confederación Hidrográfica, nos exigían el pago de sus deudas, para poner trabas a la labor de los ayuntamientos del PCE, como el de El Puerto. Tuve que pedir préstamos para salir del primer trance". De su truncada misión de la Alcaldía lamenta especialmente no haber podido llevar adelante el PGOU, que podía haber estado listo a principios de los 80. "--Con un Ayuntamiento estable el plan hubiera salido con prontitud y la ciudad llevaría años por adelante porque inversiones que pasaron a otros pueblos se hubieran quedado aquí". Alvarez, además de enamorado de El Puerto, comprende que pese a los vaivenes de la política local, la ciudad sale airosa porque "tiene lo que le falta a localidades de su entorno. Tiene mar, que no tiene Jerez o tiene espacio, que no tiene Cádiz", explicaba poco antes de su fallecimiento, en una entrevista concedida a Francisco Andrés Gallardo en enero de 2006, para Diario de Cádiz. (En la fotografía, Rafael Alberti felicitando a Antonio Álvarez por su nombramiento). (Foto Rafa).

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Este año en abril, se cumplieron 30 años de los ayuntamientos democráticos. Algunos concejales de aquella primera corporación se retrataron, a instancias de Diario de Cádiz, ante el retrato de Álvarez. De izquierda a derecha su sucesor, Rafael Gómez, del PCE, Paco Lara y Maria Angeles Fernández Cortabarría, del PSOE, Manuel Pacheco Albalate, de UCD, Manolo Moreno de Coalición Democrática y Antonio Muñoz Cuenca, del PSA. (Foto Andrés Mora).

Tuve la oportunidad de asistir a aquella entrevista que le hizo Gallardo; cuando Antonio recordaba junto a su mujer como aguantaban las torturas, los suplicios a los que eran sometidos en los calabozos de la prevención del antiguo Ayuntamiento que está siendo restaurado, hubo un momento que no se describir. Recordaba como se daban fuerzas, ya detenidos, cantando ‘La Internacional’. Antonio empezó a entonarla, con un nudo en la garganta, su mujer le siguió, rompiendo a llorar,… recordando. Se hizo el silencio. Y un trozo de la historia de El Puerto se vivió en aquellas cuatro paredes del partidito de la calle San Juán, de alquiler, donde el alcalde Álvarez percibió los últimos latidos de la Ciudad. Recordando.

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El 6 de enero de 1980, acompañando al Asilo de Ancianos a los Reyes Magos: José Ignacio González Lechuga, Julián Montero Fuentes y Miguel Lobato Quintero dieron vida a Melchor, Gaspar y Baltasar. en la fotografía aparece el sargento de la Policía Local, Yeste y, entre éste y Melchor, Franciso Acosta Higueras.

SALIDA DE LA ALCALDÍA.

Antonio quiso ser alcalde de todos los porteños y eso, o la incomprensión y la envidia de sus propios camaradas produjo su salida de la alcaldía, según dijeron, “por aburguesamiento”. La defensa ante sus compañeros por la buena gestión del gerente del entonces Patronato Municipal de la Vivienda, fue el detonante. Antonio hablaba con todo el mundo y no todo el mundo, o no sus propios compañeros, lo entendieron.

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En la Venta "El Maka", regentada por Ramona por aquellas fechas finales de los años 70. Hoy la dirige su hijo Ramón. Están Antonio Álvarez, Rafael Alberti e Isabel la esposa de Antonio; Carmelo Ciria, entre Alberti y Antonio Álvarez. Al fondo J.A Ariza González, conocido por 'Manlu'.

El 28 de agosto de 1981, va a hacer 28 años, el Partido Comunista de España, en sesión de su comité local porteño, aprobara la salida de la alcaldía de nuestro protagonista. No podía sentir mayor vergüenza Antonio Alvárez por aquellas infundadas acusaciones. Que sus propios compañeros le alejaran del poder con aquellos argumentos, a todas luces falsos. Ya no sería ni la sombra del activista precursor de las libertades que fue, antes de su muerte política por parte de sus correligionarios. Incluso pensó en algún momento acabar con su vida, tal era la carga de la ignominia que pretendían echar sobre él. Pero Antonio aguantó, aunque como decía: «--Dejar la alcaldía me dio vergüenza». Ya Antonio no volvió a ser aquel activista, pero si se hizo experto, más aún, en la condición humana.

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En la Feria de Primavera, Eusebio el chofer de la alcaldía, Mario Peluffo y Antonio Álvarez.

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VIII Trofeo Ciudad de El Puerto. De izquierda a derecha,  Rodrigo Mateo, por aquel entonces en Radio Juventud de Cádiz, que fue absorbida despues personal y Emisora por Radio Nacional de España y en escorzo, un jugador desconocido. En el centro con barba, Joaquin Duran Ayo, por aquel entonces director de la Cadena SER en Cádiz. Se solía poner el "mono" por aquellas fechas y bajaba al cesped a realizar las entrevistas, mientras Juan Manuel Pedreño retransmitía el Trofeo. Hoy forma parte de la dirección de Canal Sur. A continuación, Francisco Ferrer Palacios, a la sazón presidente del R.C. Portuense, Antonio Álvarez y a  la derecha un joven alcalde de Puerto Real, José Antonio Barroso Toledo.(La foto de Rafa está fechada el 15 de agosto de 1979).

Lola Galán, publicaba el 24 de septiembre de 1981, en El País una interesante crónica de la que extraemos: «Los desconchones de la casa en que vive no dan pie a imaginar que el aburguesamiento de Antonio Alvarez haya llegado demasiado lejos. La madre, de luto riguroso desde que hace seis años muriera el hermano mayor, barre las losas desniveladas de un pasillo que se abre a un patio interior algo destartalado ante los preparativos de una nueva mano de pintura. «--Ya lo ve usted: este es el chalé de Antonio, ¿qué le parece? Esta casa, donde hemos vivido con un montón de vecinos. ¡Ay que ver la gente que hay por ahí!... Y todavía iban comentando que un chalé de lujo que se está construyendo en el Buzo era para el alcalde...». Antonio Alvarez, sobrepuesto de la dura batalla, más dura en algunos aspectos que la propia clandestinidad, habla de los dos largos años de entrevistas, gestiones, tanteos, peticiones, propuestas. «--Todo depende de cómo se vean las cosas; para mí, ir a la Cinca de Pedro Domecq a negociar un tema y que él me acerque la silla para servirme el desayuno es un triunfo de la clase obrera, de todas aquellas luchas, y, sin embargo, sé que si me hubiera visto más de uno ya habría comentado: "¡Mira ése, qué bien le va de alcalde!". Y yo pienso que si sólo tenemos el Ayuntamiento, y el que gobierna en el país es UCD, habrá que negociar las cosas para sacar el dinero que necesitamos y no liarse en discusiones continuas».

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No reproducimos el contenido del acta de agosto de 1981 a la que hemos tenido acceso, aunque si su encabezamiento con los asistentes, toda vez que dicho documento, que consta de cuatro páginas, no está firmado por los integrantes de aquel Comité Local del PCE, así que la validez de los folios tendrían que corroborarla los asistentes. Será trabajo de politólogos e historiadores y otros investigadores sacar a la luz que pasó realmente en aquellos meses aciagos para la política de El Puerto, en 1981. Fue sustituido por Rafael Gómez Ojeda, el segundo de la lista quien, a preguntas de Gente del Puerto, afirmó que él nunca quiso ocupar el puesto dejado vacante por Álvarez, pero que la disciplina del partido así lo dispuso.

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GRUPO INDEPENDIENTE.
Antonio Alvarez volvió a la política de cargos de la mano de un partido de nuevo cuño y de corte local. El Grupo Independiente formado por personas de distintas ideologías, creyentes, agnósticos, empresarios, abogados, trabajadores, funcionarios, porteños y porteñas tenía como único denominador común que Antonio Álvarez volviera de nuevo a la alcaldía de El Puerto. Sin embargo, su gran error llevar a cabo una campaña de acoso y derribo en contra del  PCE. Aquello movilizó a los dirigentes comunistas y el día 8 de mayo de 1983, llegaron a obtener nueve concejales en las Elecciones Locales. Antonio solo uno.

LA CASA COMÚN DE LA IZQUIERDA.
Antonio se integró en el PSOE, con Juan Manuel Torres como alcalde compartiendo  labores de gobierno como Teniente de Alcalde de Vivienda, con el ahora inhabilitado ex alcalde Díaz, en aquel peculiar pacto entre el PSOE y el PP para expulsar a Izquierda Unida de la alcaldía y, ya entonces, observó que "iba por libre" según sus propias palabras. Un futuro edil de IP, entonces dirigente socialista, y ahora creemos que en el PSA, Pedro Alamillos, firmó su expulsión temporal del PSOE por apoyar a otro ex compañero, Rafael Contreras, tras la debacle electoral socialista  en 1991 dando paso a los Independientes Portuenses (IP) de Díaz. Antonio estaba ya muy por encima de las miserias de la política y entró ya en la Historia de El Puerto como alcalde honorario y reconocido por sus paisanos.

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ALCALDE HONORARIO.
El 16 de abril de 2008 en un Pleno Extraordinario y Solemne,  el Excmo. Ayuntamiento Pleno entregaba a María Antonia y a sus hermanos Fernando y Agustín –los gemelos–,  el Título de Alcalde Honorario otorgado a su padre, a título póstumo, en el Monasterio de la Victoria, todo un símbolo. En su discurso, el alcalde conservador de la Ciudad, Enrique Moresco, declaró entre otras que  “Antonio siempre fue un político de mente lúcida, que luchó por los intereses de sus compañeros en el mundo laboral y por la instauración de la democracia. Así está recogido en diversas publicaciones, en las que es considerado un icono de la transición democrática, en Andalucía. “Ser el acalde de todos los portuenses”, hizo que el 14 de septiembre de 1981 renunciara a la alcaldía. Confiaba el alcalde Álvarez en su despedida, tras  dos años y medio “que los ciudadanos vean en mí a quien nunca ha dejado de ser: un portuense que se entrega como sabe a su pueblo”. La grandeza del político se mezclaba con la grandeza del portuense, renunciando a un privilegio, regir los destinos de la nave municipal, ya que pensaba que “durante este tiempo habré contribuido a que sea menos difícil el avance hacia la sociedad que debe abordar de otra forma los problemas de la mayoría”. Álvarez vino a la política no para servirse de ella sino para ser su servidor; que murió sin posesiones; que concebía la actividad política como medio para transformar la sociedad mientras el seguía siendo el mismo, es un claro referente de persona honesta y por tanto, de político honesto. A los honores que ya tenía de bonhomía, honestidad, fortaleza y valentía se suma el de esta distinción que el Excmo. Ayuntamiento Pleno le otorga: como alcalde honorario de su Ciudad a título póstumo. Un claro ejemplo y referencia de alguien que supo amar a su tierra y a sus gentes, por encima de cargos y títulos y para quien la alcaldía no fue sino un instrumento más para ayudar a transformar la sociedad.”

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Por aquello de que El Corte Inglés se inventó celebrar el Día de la Madre el 8 de diciembre, día de la Inmaculada, --aunque la inventiva comercial lo ha trasladado ahora y desde hace años al primer domingo de mayo--se me ha venido a la memoria recordar  a tres madres portuenses, de hijos famosos de muy distintas épocas. Ser madre de famoso, de notable y recordable, no lo es cualquiera. Y si además esa madre ha nacido en El Puerto debemos recordarlo con particular empeño. Porque haber sido el troquel donde se ha forjado un hombre que ha dado gloria a las armas, al arte, a las ciencias o a las letras, es cosa de recordar y traer a la memoria colectiva. Me llaman la atención tres madres portuenses que me vienen al recuerdo:  Catalina del Puerto, Milagros Posadillo y Josefina Lozano. Dicho así seguramente no dan muchas pistas sobre los vástagos que  dieron a luz. Pero tienen el enorme mérito de ser madres portuenses, que pasaron anónimamente, a pesar de ser madres de famosos.

juandelacerda_puertosantamariaLa primera,  Catalina Del Puerto, conocida por los genealogistas como Catalina Vique de Orejón, pero que, en realidad se apellidaba Alonso Alonso, nació en esta Ciudad en el siglo XV. Fue la madre del único Duque de Medinaceli, Señor del Puerto y nacido, también, en esta Ciudad, Don Juan de la Cerda, II Duque de Medinaceli y II Conde del Puerto de Santa María, nacido en 1485. Esta señora era sirviente del Duque Don Luis de la Cerda y, a pesar de que Don Luis,  de su matrimonio con la Infanta Ana de Aragón y de Navarra, tuvo una hija legítima, llamada Leonor esta le premurió. Casaron a Leonor con un hijo ilegítimo del Cardenal Mendoza, pero el hijo de este matrimonio murió con un año y Doña Leonor a los 25. Se quedaba sin sucesión. Sin sucesión el Duque, que no quería dejar como heredero a su hermano Iñigo, y viudo y sesentón, en 1501, se casa con Catalina Alonso, Catalina del Puerto y así legitima a su hijo y heredero Don Juan. Este portuense ilustre, hereda el Ducado y los estados de Medinaceli y es educado esmeradamente. Fue un gran mecenas humanista y un gran protector de las artes. A él debe El Puerto la erección de muchos edificios entre los que se encuentran la terminación de la Prioral, la Puerta del Sol y el Monasterio de la Victoria.

GregorioMarañon_puertosantamariaLa segunda, Milagros Posadillo, es nada más ni nada menos que la madre del Doctor Don Gregorio Marañón Posadillo (1887-1960). Esta mujer portuense nació y vivió en el llamado Palacio de Oneto en la calle Larga. Gregorio Marañón, como es sabido, es un famoso médico, que dio días de gloria a la medicina, a la investigación, a las artes y las letras. Sus tratados y ensayos sobre endocrinología, sobre historia, sobre sexualidad, sobre literatura, publicados en Espasa, son de una actualidad increíble. Fue, además de médico eminentísimo, un gran humanista reconocido mundialmente y un político destacado. Gregorio Marañón Moya, su hijo, siguió frecuentando El Puerto,  y cuenta, en un artículo, que, con una concha que perteneció siempre a su familia, a él, su padre lo ·bautizó portuense” en las playas de El Puerto y con agua del mar de la Bahía. El nieto Gregorio Marañón Bertrán de Lis, frecuenta cada verano nuestra Ciudad. En estas fechas se celebra en Madrid una exposición  con el patrocinio de la Fundación Tyssen-Bornemiza de los pintores Sargent y Sorolla. En un lienzo de este último, un  magnífico retrato de Gregorio Marañón,  Joaquín Sorolla lo identifica en la leyenda al pie del cuadro “Gregorio Marañón Posadillo, 1929”. Posadillo, hijo de Milagros Posadillo, portuense.

octaviopaz_puertosantamariaLa tercera, es Josefina Lozano, que aunque hija de un comerciante de Cádiz y de una señora de Medina Sidonia, nació y vivió en El Puerto. Viuda la madre, ella y su hija Josefina regentaron una tienda de vinos en la esquina de la calle Luna y Misericordia, donde estuvo el Bar Navío y hoy hay una tienda de chucherías. Luego emigraron a Méjico, donde Josefina se casó con un hijo del general zapatista Don Irineo Paz, escritor y periodista liberal. Y es Josefina Lozano nada menos que la madre del Premio Nóbel de Literatura de 1990, Octavio Paz Lozano, nacido en Méjico, en la colonia Juarez, en 1914, poeta, novelista, ensayista, a quien tuve el honor de conocer y tenía a  gala su ascendencia portuense. Por cierto, que cuando le otorgaron el Nóbel, lo llamé por teléfono al Colegio de México, donde vivía, sin contar los cambios de hora. Así que lo desperté a media noche. No obstante, muy educado, me agradeció la llamada, aunque, de verdad, me debía haber mandado al cuerno, por haberle importunado en su sueño.
Por hoy, vaya el recuerdo de esas tres madres portuenses, anónimas, como tantísimas mujeres, como casi todas las madres, de hijos famosos que han brillado en el mundo.  Y es que esta Muy Noble y Muy Leal Ciudad de El Gran Puerto de Santa María es mucho Puerto. (Textos: Luis Suárez Ávila).

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“Gruta del Paseo de la Victoria”. Atribuido a Francisco Lameyer Berenguer (1825-1877). Copia colección de Vicente González Lechuga. Original Archivo Municipal. Información facilitada por Francisco M. Arniz Sanz. La citada gruta o rocalla ha sido destruida y ha desaparecido en la actual remodelación que se está efectuando del Paseo.

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La Gruta o Rocalla del Paseo de la Victoria, con estatuas clásicas en su interior y exterior.

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“La Gruta del Paseo de la Victoria”. Acuarela. Luis Suárez Rodríguez. 1965.

No sabemos a ciencia cierta que oscuro encantamiento ha podido cernirse sobre el Paseo de la Victoria, para convertirlo de amplio y hermoso espacio dedicado al ocio y recreo que fue en su tiempo, en el escuálido resto de aquéllo que ha llegado hasta nuestros días. Amputado por la carrtera Nacional IV, usurpado en parte por el Instituto de Bachilerato 'Pedro Muñoz Seca', 'coronado' por una pasarela de uso y diseño inciertos, conserva todavía, pese a todo eso, una magnífica arboleda, hermosos vestigios de bancos y parterres presididos por la Ermita de los Caminantes. Es preciso recuperar el Paseo de la Victoria. La infrautilización de este recinto para sus usos específicos se contradice totalmente con la necesidad de espacios libres en la Ciudad histórica, tan necesitada de ellos.

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Bancos, verjas, rosaledas y emparrados, pasado de un Paseo que ya no es...

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Emparrado y zona de asientos en el Paseo.

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Cuando el paseo era efectivamente un lugar de paseo los festivos y al atardecer del verano.

Dentro de la compacta trama que históricamente ha conformado la ciudad de El Puerto, son escasos los espacios libres que, configurados como parques y/o jardines, esponjan el tejido urbano, sirviendo además para la realización de funciones de ocio y recreo fundamentalmente. La inclusión de estas áreas exentas de edificaciones dentro de la trama urbana se hace imprescindible, tanto para propiciar la estancia sosegada o lúdica de los ciudadanos, como para oxigenar el ambiente urbano, al margen de otras consideraciones más técnicas que, desde el punto de vista urbanístico, puedan aducirse, tales como actuar de filtro o bisagra entre diferentes piezas de la ciudad, configurar perspectivas proyectada, y otras que probablemente cualquier lector encuentre más alejadas de sus vivencias cotidianas.

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Puerta principal de acceso al Paseo de la Victoria. A la izquierda de la imagen.

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La Ermita de los Caminantes. Certamen de Pintura en la calle.

El Paseo de la Victoria ocupa una amplia suferficie quasi triangular, de unos diez mil metros cuadrados aproximadamente, entre la avenida de la Estación, la carretera Nacional IV y la llamada avenida de Fray Bernal Boyl, que partiendo como vía única de la Plaza de los Jamines, el punto donde confluyen las calles Larga y Cielo, ve frustrada su vocación de camino hacia Jerez por una serie de giros y obstáculos que impiden su clara trayectoria. Quedamos pues, en que nos encontramos en el mismísimo borde N-E de la Ciudad Histórica.

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Paseo de la Victoria cuando aquel parque neoclásico estaba en todo su explendor: las cuatro estátuas de terracota representan a las cuatro estaciones. A la derecha los arcos de hierro de la rosaleda y la casa del guarda y jardinero, Domínguez, cuyo escudo de piedra se puso, en tiempos de Rafael Sevilla como Hermano Mayor de la Hermandad del Rocío, en la casa de El Puerto en la aldea del Rocío.

INCLUIDO EN LA 'ZONA DE RESPETO'

Legalmente, según la delimitación vigente del Conjunto Histórico de El Puerto de Santa María --BOE 28.01.1981--, el Parque de la Victoria se encuentra incluido dentro de la 'Zona de Respeto' del mismo, y por tanto le son de aplicación todas las cautelas de protección que, en aras del manteniumiento de la imagen urbana y su valor histórico patrimonial, puedan darse. ¿Cuales serían, entonces, los elementos a tutelar en el Parque de la Victoria? Vamos a fijarnos en su trazado, en el que se distinguen dos partes bien diferenciadas, una con alineación de árboles, bancos y parterres, que constituye el Paseo, y otra más extensa que correspondería al Parque.

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Plano de El Puerto de 1730. La letra M (+) es el Convento del Espíritu Santo. La Letra Ñ (+) es el Monasterio de la Victoria. Las letras (p) y (q) son registros de agua. (Poster Plano editado por la Delegación Municipal de Turismo).

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Copia de un supuesto plano de El Puerto de 1787. Si bien en dicho plano, en su conjunto, aparecen inexactitudes para la fecha, mostramos aquí la zona del  Paseo de la Victoria ya con arbolado, paseos y fuente, todo ello junto al Monasterio de la Victoria, antes de que la carretera Nacional IV amputara parte de su recorrido. (Copia propiedad de F.G.G.)

En esta segunda zona es posible apreciar, a simple vista, como ha habido un recorte importante y traumático de su superficie por el trazado de la Nacional IV. En efecto, si estudiamos planos antiguos de El Puerto como el de 1730, o los de 1812, 1835, e incluso posteriores a la implatanción del ferrocarril, como el de 1940, pero con la característica común de no existir la actual CN-IV, nos damos cuenta de la extensión del Parque y su trazado.

Sus orígenes parecen estar en los antiguos parque y huerta del Monasterio de la Victoria, sirviendo de filtro y antesala entre éste y la ciudad, y que habiéndose conservado en su probable trazado primitivo durante varios siglos, ha llegado a nuestros días totalmente cercenado y degradado en su uso. El actual corte rectilíneo con una pequeña inflexión responde, por supuesto, a criterios de rapidez, fluidez del tráfico y economía (claro, el camino más corto entre dos puntos es la línea recta), la calidad ambiental, y demás zarandajas poco prácticas, fueron obviadas.

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Una de las fuentes del Paseo de la Victoria, la del Cortijo, en una fiesta de verano.

SE AMPUTÓ UNA PARTE IMPORTANTE DE NUESTRA HISTORIA.
En aras de un mal entendido progreso, se amputó una parte importante de nuestra historia, cuya motivación, por ende, se ha revelado en el transcurso del tiempo totalmente ineficaz, como cualquier sufrido conductor habrá podido, sin duda, comprobar frecuentemente. Eran otros tiempos. Se cambiaba caoba por formica, se sustituía la madera por aluminio, y en aras de la modernidad se cometieron algunos desastres, de los cuales el trazado de nuestro parque bien puede ser una muestra.

Pero no acaban ahí las desdichas del otrora magnífico trazado, según podemos imaginarnos por los planos que han llegado a nuestros días. En un claro ejemplo de... ¿improvisación?, ¿falta de visión?, se vuelve a amputar un trozo del Parque y se sitúea en él un edificio 'en serie', ajeno por completo a su entorno (el actual Instituto de Bachillerato Pedro Muñoz Seca), con nulo tratamiento para relacionarlo de alguna forma en el Parque y que crea además unos espacios residuales, sumamente difíciles de recuperar.

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El Monasterio de la Victoria, visto desde el Paseo. Certamen de  Pintura en la Calle.

Tal parece que la historia reciente del Parque contará con voraces enemigos que se lanzarán sobre su superficie con intención de no dejar rastro alguno del mismo. Con las mismas aviesas intenciones, debió de construirse la pasarela peatonal que 'remata', en sentido literal, el Parque, degradando el último resquicio posible. Para mayor escarnio, la proximidad durante lustros del antiguo Penal hizo del Parque una zona marginal, cuyas connotaciones parece que van remitiendo.

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Paseo de la Victoria, cuadro de Juan Lara. (Original de la colección de Francisco M. Arniz Sanz)

HAY QUE RECUPERAR EL PASEO DE LA VICTORIA.
Es preciso recupear el Parque. Debiera ser un objetivo claro de esta Ciudad, y su consecución no es imposible. La CN-IV va a ser sustituida por su variante, el antiguo Penal no existe, la potenciación del Monasterio d ela Victoria y su rehabilitación están próximas; todo parece que confluye para conjeturar que pueden avecinarse buenos tiempos para la recuperación del Parque. Pese a todo, los restos que tantos años de mala fortuna han legado no dejan de ser hermosos, con ese aire decadente que da el abandono de los jardines. Su arbolado es todavía magnífico y de un volúmen importante. Su situación es privilegiada como pulmón del Conjunto Histórico y transición entre los nuevos barrios y la antigua ciudad.

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Camino de Urdax, o de la Estación. A la derecha, el Paseo de la Victoria, hoy Instituto.

Su estado de abandono es consecuencia de las causas antes citadas, y no será posible recuperarlo sin eliminar éstas. El nivel de utilización es asimismo bajo, animándose puntualmente en las horas de entrada y salida del Instituto. En este sentido, las recientes iniciativas de organización de festejos en el Parque se revelan como positivas, con el fin de ir difuminando la mala imagen que con respecto a los usos sustenta, así como para acercar el parque al ciudadano, motivando a los más jóvenes a frecuentarlo, y sug¡riendo a los mayores antiguas escenas de paseos y festejos indudablemente nostálgicos, que propicien la reflexión acerca de lo que estamos haciendo a nuestra Ciudad.

Si el ejemplo de la evolución urbanística de El Puerto, fuera el Paseo de la Victoria, no tendríamos ninguna duda en afirmar que no vamos por el buen camino. (Textos: María Jesús Rodríguez-Tourón Escudero. Arquitecta).

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Kiosko de Bebidas en el Paseo de la Victoria. A la izquierda una reunión de vuelta de caza, con los perros. (Foto Colección Carlos Pumar Algaba).

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El Kiosko de bebidas debió tener muchas mesas y funcionar bien, a la vista de los numerosos camareros que posan en la fotografía: cinco. A la derecha de la imagen podemos observar un piano que amenizaría las veladas de las tardes noches de verano. (Foto Colección Carlos Pumar Algaba).

"Hacia 1865 ya debía existir el tercer local, una caseta de madera con tejas propia de Andrés García Villa y lamada Ventorrillo Las Delicias. Su hijo Andrés G. Aguayo en los primero años 70 lo transformó, hasta fines del siglo, en El Tren. Al parecer lo carácterístico de estos establecimientos fue la venta --como en la famosa zarzuela-- de agua, panales (azucarillos) y aguardiente" Enrique Pérez Fernández, de su libro: 'Taberna y Bares con Solera'.

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“Ermita de los Caminantes”. Óleo sobre tabla. 50×70 cms. Anónimo. Donado por Valerio Marín a la Academia de Bellas Artes de Santa Cecilia.

PASEO INTEMPORAL POR LA VICTORIA.
«El paseo de la Victoria de esta ciudad era citado a principios del presente siglo como modelo por su acertada disposición, emplazamiento, frondosidad y hermosura. Ahora, de tan renombrada belleza nada le queda a este paseo como no sean estos lozanos y celebrados plantíos de naranjos, estas dos calles formadas por hileras de frondosos chopos y este emparrado de hierro, recientemente' colocado en una de ellas, que ostenta en todas las estaciones su descardado y duro esqueleto por la destrucción de las vides que antes lo cubrían con sus verdes pámpanos y dorados frutos. Como ve, los jardines que antes embellecían han desaparecido totalmente por incuria de los vecinos, que antes lo cultivaban de manera espontánea. En su lugar lo que queda ahora son estos extensos eriales cubiertos de maleza y, entre ella, algunas acacias de tres espinas lánguidas y enfermizas, poco apropiadas para dar sombra ni para formar bosque. En mi silencio, me entristece esta lamentación por la Victoria.

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Pero Juan de la Vega tiene múltiples proyectos para el futuro del parque: construir una verja, asientos, un ancho paseo en el salón de Cristina con pedestales, estatuas y jarrones, un paseo para carruajes, una fuente y una glorieta; disponer espacio para colocar en las temporadas de feria juegos de caballos, cunas, balancines y teatros portátiles, así como formar sinuosos bosquecillos a la inglesa... Su voz ha cambiado de tono: ahora es entusiasta, y sus ojos brillan al imaginar tantos proyectos. En sus manos sostiene un bello plano, de colores brillantes, en el que se adivinan ya los contornos de lo hecho realidad. También muestra un bellísimo dibujo de la fuente que planea construir sobre el risco. ¡Qué hombre admirable el arquitecto!» (Texto: Juan José Iglesias Rodríguez. Doctor en Historia).

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Miguel González Díaz nació en la calle Cantarería en 1938, hijo de Antonio y de Josefa, es el tercero de cuatro hermanos. Estudió en el Colegio de La Pescadería y en el de la Calle Luna. El servicio militar los hizo en la Base Aérea de La Parra, en Jerez en 1958. Es aficionado a la cacería, ha tirado a perdices, conejos, codornices, zorzales, tórtolas, liebre, según las fechas.

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La calle Cantarería en los años cuarenta del siglo pasado.

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Miguel, de niño, posando en el Colegio de La Pescadería. Curso 1950/51

El año de su nacimiento, 1938, lo es también, del bailarín ruso Rudolf Nureyev y de la actriz prematuramente fallecida Natalie Wood. Es el año en el que los porteños del Puerto de Santa María de los Buenos Aires (Argentina) inauguran el estadio de fútbol del River Plate; en EEUU, la transmisión por radio de “La Guerra de los Mundos” provoca el pánico en varias ciudades. Se estrena una de las pocas películas durante la contienda: “La Casta Susana”, Alemania e Italia aceptan la propuesta británica sobre la retirada de voluntarios en nuestra conflagración, mientras en Alemania Hitler se autoproclama Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas. El gobierno rebelde de España firma el decreto fundacional de la ONCE. Ladislao Biró Pearl S. Buck gana el Premio Nobel de Literatura y Ladislao Biró inventa el bolígrafo.

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Foto de recuerdo de su paso por el Aeródromo de la Parra, cuando efectuó el Servicio Militar en 1958.

espumosos_val_001_puertosantamariaESPUMOSOS VALDELAGRANA.
Su padre, Antonio González Atienza empezó el negocio de los Espumosos Valdelagrana en la calle Nevería, en el tramo comprendido entre Luna y Palacios. Sobre los años cincuenta del siglo pasado, le compró la empresa a Maximino Sordo y luego se instala en la calle Jesús Cautivo, número 2. Allí el padre, los cuatro hermanos y un buen número de trabajadores --hasta ocho llegó a tener-- se dedicaron a la fabricación y distribución de los refrescos carbonatados "Espumosos Valdelagrana" y el Agua de Seltz, o dicho de otro modo, los sifones. En gaseosas de sabores eran líderes, en El Puerto por encima de La Casera, su  gran competidor que solo fabricaba gaseosa blanca. Así tenían gaseosa de colores, o de sabores, por mejor decir: Naranja, Limón, Cola, Plátano y Menta. También pusieron de moda la gaseosa de Fresa, algo que vieron por la zona de Levante y que trajeron como novedad a El Puerto. La Ciudad ya había conocido otras fábricas de refrescos con anterioridad,  la de Tosar, a principios del siglo XX con nótula propia número 63, y luego la de Guillermo Rivas, autorizada para envasar las naranjadas y limonadas: Zeppelin, con nótula propia número 315 en Gente del Puerto.

espumosos_val_002_puertosantamariaLA FABRICACIÓN.
En la primera etapa de la fábrica casi todo se hacía a mano: lavar las botellas en unas grandes pilas con un guisopo, relleno de las botellas con máquinas de cuatro brazos... Pero Miguel modernizó la empresa contratando un moderno tren de embotellado y otras máquinas que automatizaron el proceso de fabricación y ampliaron la capacidad de producción de Espumosos Valdelagrana. La nueva fábrica estaba compuesta por una máquina saturadora que mezclaba el agua con el anhídrico carbónico para llenar los sifones y gaseosas, a 10 atmósferas (10 atm) de presión. Luego el tren de embotellado tenía una máquina lavadora de 36 botellas; a continuación se depositaba el jarabe del refresco correspondiente (naranja, cola, etc.) y seguidamente una máquina con ocho brazos llenaba las botellas con agua carbónica. La presión que se le metía a los sifones era tal que de ahí inventaron la redecilla de plástico que lo envolvían: si reventaba una botella, por simpatía, podían reventar otras 15 o 2o, con el consiguiente riesgo para el trabajador y la pérdida consiguiente de los envases que no eran precisamente baratos. Trabajaban día y noche. De noche lavaban y rellenaban las botellas y de día hacían el reparto en seis motocarros de la marca 'Isocarro'.

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Miguel González, en el interior de Caza y Pesca, uno de los negocios familiares.

isocarroLOS ISOCARROS Y EL REPARTO.

España empieza a despertar y a cambiar la tracción animal por el motor de explosión, para el transporte de mercancías. A principios de la década de los cincuenta del siglo pasado, en 1951,  se funda en España la Iso Motor Italia, S.A. tras alcanzar un acuerdo con la compañía italiana Iso SpA para fabricar motos y triciclos a motor bajo licencia dentro de nuestro país. Fueron especialmente célebre los motocarros del que deriva el nombre comercial de isocarro, que posteriormente denominó de forma genérica los triciclos a motor empleados en el transporte en España, muchos de ellos híbridos artesanales entre una moto y un eje rígido trasero adaptando algún vehículo en desuso de cuatro ruedas. Eran la flotilla de vehículos más usada en aquella España de posguerra que se vino a usar con modelos más sofisticados, pero isocarros al fin y al cabo, hasta bien entrada la transición política en nuestro país. Tras Vespa y Lambretta, una vez más la tecnología del motor italiana se aliaba con la industria española.

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De izquierda a derecha, con una motocarro de reparto, Gabriel del Hotel Loreto, Miguel González y Antonio Gutiérrez, quien estaría 4o años en la empresa.

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Uno de los hermanos de Miguel, Manolo González, con uno de los 'isocarros' de reparto en los pinares de La Puntilla; también distribuían una marca de cerveza.

El reparto era duro en las playas de El Puerto. A pleno sol, con la carga a tope y sin descansar. En La Puntilla había que dejar los motocarros muy lejos de los bares y transportar las mercancías a pulso, ante la falta de carreteras de acceso directo a la zona de casetas y bares. Llegaron incluso a contratar a las reatas de burros que los arrieros llevaban de vacío para buscar arena a la playa y así aliviar el esfuerzo de los repartidaroes. En Valdelagrana era similar la problemática, con el agravante de que había que buscar las mareas bajas --a veces de madrugada-- para con la aréna húmeda y mas compacta llevar el género. Las botellas de gaseosa iban en cajas de madera de 10 unidades y las de sifón en cajas de alambre de 6 unidades.

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Burros cargando arena en las dunas de la Playa de La Puntilla.

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La desaparecida Fábrica de Hielo, en esta margen del río Guadalete.

sifones_puertosantamariaEL DEPÓSITO Y VENTA DE HIELO.
En la fábrica de gaseosos se vendía también hielo, que elaboraba industrialmente la Fábrica de Hielo situada en el muelle pesquero y que surtía a los barcos que iban a hacer su faena por los caladeros del Atlántico. Pero en el Depósito de la calle Jesús Cautivo lo vendían en trozos a los clientes para las neveras de playa, y también distribuían barras enteras por los bares de playa, a donde no llegaba la energía eléctrica y por tanto las neveras tenían que ser, forzosamente, de hielo. Un buen día de verano llegaban a vender 18.000 kilos de hielo, unas 600 barras a 30 kilos cada una.
La distribución de hielo fue, precisamente el argumento que le valió a Espumosos Valdelagrana para hacer que la venta de sus productos fuera masiva. Y es que, al suministrarles el hielo a los chiringuitos de playa era condición obligatoria que estos adquirieran, también, los productos de la empresa porteña, frente a la feroz competencia de la gaseosa La Casera, cuya fábrica para esta zona de Andalucía se econtraba en Jerez, a la altura de Cuatro Caminos. Corría el año 1955 y, recuerda Miguel, que un tal Jorge, directivo de La Casera en Jerez, llegó a afirmar, en referencia a la marca Espumosos Valdelagrana que "--Llenar las botellas de refrescos de colores, era cosa de pobres", poca vista acabó teniendo el fino directivo.

antoniogonzalezatienza_puertosantamariaEL PRINCIPIO DEL FIN DE LOS ESPUMOSOS.
En octubre de 1973 fallece el padre de Miguel, Antonio González Atienza, y cada hermano se dedicará a regentar, ya de forma individual, cada uno de los negocios familiares. Así, Antonio llevará 'Caza y Pesca'; Manolo una tienda de muebles existente en la calle Vicario; Pepe una tienda de electrodoméstico que existía en la calle Ganado junto a una barbería, frente a la Antigua de Rueda y Miguel que continuará con la explotación de Espumosos Valdelagrana y que ya había impulsado con anterioridad en vida de su padre. La fábrica de la calle Jesús Cautivo permanecería abierta durante dos años más hasta que, en 1975 --cuando en nuestro país empieza la transición política-- cierra sus puertas por las razones que vamos a conocer. (En la imagen, Antonio González Atienza).

cazaypesca_puertosantamariaLos costos de producción y distribución eran superiores a los precios que se pagaban por los productos y la fábrica dejó de ser rentable. Se pagaban dos pesetas por un sifón y cuando intentó subirlo a cuatro pesetas para ajustar los costos y beneficios, no tuvo la acogida esperada. Otros productos de multinacionales, implantados a nivel nacional, acabarían ocupando su espacio, con ofertas mas interesantes para los negocios de hostelería y con ellos ya no pudo competir, lo que le abocó al cierre. Conseguiría vender la lavadora automática de botellas a una empresa de Torre Donjimeno y el resto del tren de embotellado --que estaba prácticamente nuevo con apenas ocho años de uso-- a una fábrica de refrescos de Sevilla. (En la imagen, 'Caza y Pesca' en la calle Ganado, uno de los negocios familiares de la familia González, que vendía radios y televisores. Precisamente Miguel  colocó la primera antena de TV que se instaló en El Puerto, en el Bar Puente de Manolo Muñoz, en el año 1957).

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DISTRIBUCIONES GONZÁLEZ.
Pero Miguel no se para y, con 37 años se mete en el mundo de la distribución de productos de terceros, algo que ya conocía puesto que con anterioridad al cierre de Espumosos Valdelagrana ya había representado y distribuido algunos mercancías para la hostelería. Absorbe los 8 trabajadores que tenía e instala en el Polígono Industrial Salinas de San José, Distribuciones González, un nuevo negocio a lo grande, contando con nuevas furgonetas de reparto y representando a Tinto Savin, Leche La Merced luego Puleva, Café Saimaza, Zumos Fruco, Tortas Inés Rosales, pastelería industrial, los vinagres Cala de Jerez y Gari, de Chiclana, los vinos Viña Cruz y Monte Viña, ... Distribuciones González estaría funcionando 26 años, hasta el año 2001.

Undabeytia.-Pues-nos-vamosLos caminos de gaseosa La Casera y de Miguel se volvieron a encontrar, ofreciéndoles éstos que les distribuyera sus productos en El Puerto, ya con caseras de distintos sabores... Como los márgenes comerciales que le proponían no le parecieron ajustados a la realidad, Miguel le volvió la espalda a La Casera, en esta ocasión como distribuidor, después de haber sido durante muchos años competidor directo, una especie de lucha entre David y Goliath.

Distribuciones González convivía con otras distribuidoras existentes en la localidad pero los tiempos siguen cambiando y, con la llegada de los Cash & Carry, con el nuevo concepto de  acopio de mercancía su empresa deja de ser competitiva. Miguel describe el mundo de la empresa como un barco en alta mar en el que, una vez enrolado, no te puedes bajar porque te ahogas. (En la imagen, un cuadro hiperealista de Undabeytia: 'Pues nos vamos').

lucia_gonzalezperez_puertosantamariaPara colmo una enfermedad hoy felizmente superada, le obliga a prejubilarse con 63 años, lo que le obliga también a cerrar el negocio de la Distribución. Hoy vive felizmente retirado del mundo de los negocios, disfrutando de su familia en los Altos del Berbén.

Su hija Lucía González Pérez, vinculada al asociacionismo comercial desde hace ocho años, ha sido nombrada recientemente  Gerente de la flamante asociación que aglutina a las existentes en El Puerto para dinamizar el comercio,  bajo la denominación de Centro Comercial Abierto-Centro Histórico de El Puerto de Santa María, que pretende hacer de el centro porteño un centro del comercio tradicional con las ventajas que ello supone y con las mejoras que aportan las grandes superficies. (En la imagen, Lucía González, Gerente del Centro Comercial Abierto).

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Gallegos y cántabros son pueblos emigrantes. Al menos esta es una característica que les fue común siglos atrás.  Gente laboriosa, trabajadora, muchos de ellos con especial aptitud para tratar al público, alcanzando éxito –fama y fortuna- en aquellos negocios que requieren trato directo con la parroquia, con la clientela: tiendas de alimentación, de ropas, tabernas…

lasernaTelesforo del Castillo Muñoz es un porteño nacido en Cantabria. Un jándalo. En plena juventud marchó a Filipinas junto con su hermano, dejando atrás su casa natal, en la aldea de La Serna, del Valle de Iguña, partido judicial de Torrelavega (Santander) donde había nacido en 1843. Ambos hermanos se iniciaron en los negocios en Manila, trabajando asociados. Unos años después, pensando en formar una familia, compró su parte del negocio al hermano, independizándose totalmente. Cuando dispuso de un pequeño caudal, que el mismo declara ascendía a 125.000 pesetas, se desplazó a su lejana patria y más concretamente a El Puerto de Santa María para contraer matrimonio con una joven de dicha localidad, Sofía Díaz Macías, (Declara poseer este capital, que aporta al matrimonio, indicando asimismo que la dote de su esposa se limitó “a los regalos de bodas y su ajuar, en el que se incluían algunas alhajas de corto valor” en el  texto del testamento que realizó en El Puerto con fecha 28 de junio de 1897).  hija de Manuel Díaz Obregón, también de origen montañés,  nacido en Helguera, provincia de Santander, (Posiblemente fuese hijo de Manuel Díaz  Quinamo, montañés que explotaba a comienzos del siglos XIX una venta o taberna situada en la entrada de la población, cerca del Camino Real, en la confluencia de las calles Larga y Cielos, asociado con Manuel Obregón, su cuñado. Debieron acuñar una pequeña fortuna durante el periodo de ocupación de la ciudad por las tropas francesas, alojadas buena parte de ellas en los convento de la Victoria y Espiritu Santo, ambos a un tiro de piedra de la taberna), y de Sofía Macias, familia de clase media, dedicada al comercio, avecindada en El Puerto, donde habían nacido sus hijos.  Creemos que tenía su establecimiento en calle Ganado nº 12 y el domicilio en la casa número 52 moderno de calle  Larga, sede actual del Partido Comunista de Andalucía. (En la imagen superior, vivienda en La Serna, Valle de Iguña, Torrelavega, Cantabria.

Nos vemos en la necesidad de especular, a falta de otra información, sobre las circunstancias que hicieron posible el conocimiento, amistad, compromiso y, finalmente, boda de esta pareja tan distante geográficamente. Tuvo que existir un primer encuentro. Podemos suponer que alguno de los hermanos de Sofía fuese destinado a Filipinas en cumplimiento de sus deberes con la patria, entablase amistad con Telesforo y este, en algún viaje de negocios a la península desembarcase en Cádiz, desplazándose a El Puerto a visitar a la familia Díaz Macias, alojándose tal vez durante algunos días en su casa, dado el paisanaje de Telesforo con ellos y la fraternidad existente en esa época entre personas afines. El resto es fácil imaginarlo:  se enamora de la hermana de su amigo, mantienen un regular contacto epistolar, confirman el compromiso y poco tiempo después él regresa, se casan y parten de nuevo hacia Manila.

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Torre de la Catedral después del terremoto de 1880. Francisco van Camp. SHM El terremoto de 1880 causó considerables daños en la ciudad de Manila, y especialmente en el edificio octogonal de cuatro cuerpos de la Catedral.

En las Islas Filipinas nacen sus cuatro hijas: Rafaela, Sofía, Maria del Carmen y Mª del Rosario del Castillo Díaz, bautizadas todas ellas en la capilla de San Pedro de la catedral de Manila. Según nuestros datos, las hijas de Telesforo y Sofía fueron bautizadas en los años 1871, 1872, 1874 y 1875. En esos años la catedral de Manila estaba destruida parcialmente por un terremoto que tuvo lugar en el año 1863, catástrofe en la que perecieron los miembros del Cabildo catedralicio, quedando algunas capillas en pié, siendo en una de ellas, la de San Pedro, donde se bautizaban a los nuevos cristianos. Poco tiempo después, en las últimas décadas del siglo se construyó la sexta catedral de la capital de Filipinas, en el mismo emplazamiento de las cinco anteriores, en la zona denominada Intramuros –un fuerte construido por los españoles en 1590 con muros de 6 metros de alto y 3 Km. de largo-, según proyecto del arquitecto Serrano Salaberri, de estilo neorromántico. Consta de tres naves con crucero y capillas laterales, portada de arcos de medio punto y una original torre externa de estilo orientalizante. En esta nueva catedral se celebran los bautismos en la capilla del Sagrario.

Como consecuencia del último alumbramiento falleció Sofía Díaz, el 21 de noviembre de 1875, quedando viudo Telesforo con tan solo 32 años de edad y una familia numerosa compuesta por cuatro hijas de corta edad.  La decisión, tras la tragedia familiar, debió de tenerla clara: Retornar cuanto antes a España, para poder criar y educar a sus hijas con la ayuda de los abuelos. Era imposible continuar al frente de sus negocios salvo que encontrase una mujer con la que volver a casarse, y que ésta aceptase la pesada carga que hubiera aportado Telesforo al matrimonio. No parece se plantease siquiera esta posibilidad ya que, en los veintitantos años siguientes, es decir, hasta el mismo momento de su fallecimiento, no formalizó ninguna otra relación, que sepamos.

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Vivienda en calle Luja, 15, esquina y vuelta con calle Recta.

Necesitó algo más de un año para liquidar sus negocios y repatriarse junto con su familia. En el verano de 1877 se encontraban empadronados todos ellos en El Puerto, arrendando una amplísima casona en calle Luja número 15 donde vivió todos esos años a pesar de tener diversos inmuebles en propiedad.

10ctsdepesoacuniadoenmanilaCon fecha 28-6-1877 dicta nuevas disposiciones testamentarias que revocan las realizadas meses antes en Filipinas. Una vez integrado, se dedica con paciencia y vista comercial a emplear su capital, preferentemente, en la adquisición de inmuebles para su explotación en alquiler, garantizándose de esa forma unos ingresos estables, una suculenta renta. Paralelamente, más por distracción que por negocios monta en los bajos de la casa arrendada, en donde existe actualmente una peña flamenca, una pequeña bodega, criando con esmero diversos caldos.  Sus herederos se repartieron 160 arrobas de Manzanilla, a razón de 7,50 pesetas/arroba; 67 arrobas de Vino Fino, a 12,50; 93 arrobas de vino moscatel y dulce a  10 pesetas, 40 arrobas de Pedro Ximenez, valoradas cada una de ellas en cinco duros y 5 arrobas de vinagre, a diez reales la arroba, así como diversos utensilios: jarras, gradillas, mangueras, bomba de trasiego, venencias, botas y barriles, incluidos todos ellos en el apartado 84 del inventario de sus bienes bajo el epígrafe: “Vinos, vasijas y enseres de bodega.” (En la imagen, 10 céntimos de peso, acuñado en Manila).

antiguomantondemanilaLas primeras compras de inmuebles, realizadas en 1877, la hace por lotes, adquiriendo dos parejas de casas. A don Tomás Osborne y Böhl le compra una casa en calle Larga nº 57 (Anteriormente esta casa había sido propiedad del Convento Madre de Dios de Jerez, siendo adquirida por Tomás Osborne en los años de la desamortización de los bienes clericales, trasladándose a vivir a ella. Sus herederos la vendieron a Manuel Urquinaona que residió en el piso alto o principal con su familia, arrendando el bajo a la familia Pastor Nimo, según datos que tomamos de los padrones municipales de 1916). Otra en calle Descalzos, 15. Las otras dos casas, una en calle Nevería, 24 y otra en Santo Domingo, 9, esquina a Nevería, ambas propias de la Testamentaría de doña Elvira Viaña,  (Dama perteneciente a la aristocracia local, hija de José Enrique Viaña Fernández, Diputado del Común y uno de los más importantes cosecheros y exportadores de vinos, aceite y aguardiente de fines del XVIII)  adquiriendo un quinto inmueble, situado en pleno centro, la casa nº 52 de calle Luna que compra a doña Maria Antonia Lagier.  En años posteriores incrementó su patrimonio con casas en calle San Bartolomé, 25, comprada a Luis Pérez Sánchez en 1880, Jesús de los Milagros, 14, a Manuel Ruiz Quintana, en 1883 y, finalmente, la casa de Descalzos nº 12 a los hermanos Martínez Picard, en 1884. (En la fotografía, señorita luciendo un mantón de Manila).

Telesforo del Castillo falleció en El Puerto de Santa María el 13 de marzo de 1899, en el mismo estado de viudedad en el que llegó a la ciudad veintidós años atrás. En esa fecha, tres de sus hijas habían contraído matrimonio. Rafaela, la mayor, con un comerciante local, Diego González Saiz, residiendo en El Puerto. Sofía, con un labrador jerezano algo mayor que ella, que cumplió 27 años al morir el siglo y 40 su marido, Antonio Ruiz-Berdejo. La tercera de las casadas, la más joven de las hermanas, Rosario del Castillo Díaz casó con otro comerciante local, Emilio Muñoz de Bustillo y Carpizo, residiendo asimismo en El Puerto. La otra hermana soltera, Maria del Carmen, que tenía 24 años en 1899 fue la albacea testamentaria, según dispuso el finado, que había indicado ejerciera dicha función aquella o aquellas de sus hijas que estuviesen solteras en el momento de su fallecimiento.

sofiadiazcastillo_02_puertosantamariaEn la Revista Portuense del 15 de marzo de 1899 se inserta la tópica croniquilla social del sepelio que reproducimos parcialmente: “Ayer, a las cuatro y media de la tarde, fue conducido al Cementerio Católico el cadáver del Sr. Don Telesforo del Castillo y Muñoz. Formaban la fúnebre comitiva los ancianos del Asilo de San José, Hermandad de Milagros, y el clero parroquial, siguiendo tras este el cadáver llevado a hombros por trabajadores de la Casa en magnífica caja sobre la cual destacábase dos hermosas coronas en las cuales leíanse las siguientes dedicatorias: “Recuerdo de sus hijos” y “Recuerdo de sus hijos Diego y Rafaela”. El cadáver fue sacado de la casa mortuoria por sus hijos políticos y su sobrino don José Gutiérrez Díaz. De la caja pendían cuatro anchas cintas que llevaban varios individuos de la familia, rodeando el féretro cuatro hermanitas de los pobres. El acompañamiento formábanlo numerosísimas y escogidas personas… Presidía el duelo el Sr. Arcipreste y los señores Gonzalez y Verdejo y Muñoz Bustillo, hijos políticos del finado. Al llegar al cementerio el cadáver fue colocado en un catafalco mientras el clero parroquial cantó el Responso.”

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En la calle San Miguel del cementerio portuense está el panteón familiar de don Telesforo, en el que figuran enterrados, además de él, su hija Rafaela y uno de sus nietos, hijo de la anterior, Antonio González del Castillo. Al pié de la tumba hay colocada una cenefa de mármol blanco esculpida con flores en relieve recuerda a la esposa, figurando su nombre y la fecha de su defunción, aunque no creemos que sus restos estén allí enterrados, salvo que, aprovechando la repatriación de las tropas después de la guerra del 98, hubieran sido traídos desde Manila. (Textos: Antonio Gutiérrez Ruiz).

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Primer desfile procesional de la Virgen del Carmen día 24 de julio de 1895. La imagen es la misma que hoy realizará el desfile procesional por las calles del Puerto. Durante el año se encuentra esta imagen en el Convento de la Purísima Concepción Franciscana, en la calle Nevería, frente a la casa donde vivió Pedro Muñoz Seca. Sería a partir de 1901 cuando la imagen procesionaría los 16 de julio. (Foto Colección Carlos Pumar Algaba).

Los orígenes, la génesis de la celebración de la festividad de la Virgen del Carmen los hallamos en la antigua Orden de los Carmelitas fundada en el siglo XIII y extendida más tarde por toda Europa. La Virgen se le apareció un 16 de julio de 1251 al superior de la Orden, San Simón Stok, ofreciéndole el Santo Escapulario. Llegados al año 1609, la Congregación acordó dedicar el día 16 de julio a su Patrona, la Virgen del Carmen, celebración que en el año 1726 el Papa Benedicto XIII extendería a la Iglesia Universal. En 1901 fue declarada Patrona de la Marina Española y el reconocimiento de este patronazgo se fue extendiendo a todo tipo de agrupaciones relacionadas con el mar.

virgendelcarmen_exvoto_puertosantamariaEl historiador Enrique Pérez Fernández, en el capitulo dedicado a las “Ferias Y Veladas” de El Puerto tiene un apartado sobre las procesiones de la Virgen del Carmen. Asegura que la vinculación de esta advocación mariana con la gente de la mar es de siglos. Pero hasta el 19 de abril y el 25 de julio de 1901, no se declara oficialmente patrona de la Marina y se fija día festivo para los marineros el 16 de julio, festividad de la Virgen del Carmen. Sin embargo, en El Puerto de Santa María, seis años antes, cuando en 1895 se iniciaba al construcción de la Iglesia de las Madres Carmelitas, el padre Sánchez Marchena, arcipreste de Chiclana, mientras predicaba la novena en la iglesia de las Esclavas (entonces de San Juan de Dios), exhortó a los fieles a sacar en procesión a la Virgen del Carmen por el barrio de Guía, entonces barrio de los pescadores. La iniciativa caló y posteriormente se llevó a cabo la procesión y bendición de las aguas, en el muelle de la Pescadería, el 24 de julio de ese mismo año. (En la ilustración, exvoto que se encuentra en las escaleras de acceso al Camarín de la Virgen de los Milagros. En la pintura se pueden ver la patrona de la Ciudad junto a la Virgen del Carmen, intercediendo ante un naufragio).

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La Virgen del Carmen, tras la bendición de las aguas en el desaparecido muelle de La Pescadería que daba a la actualmente inexistente plaza del mismo nombre, donde están los pisos de La Pescadería y el ya inexistente edificio de la Cofradía de Pescadores.

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Virgen del Carmen en el Río Guadalete, obra de Juan José Bottaro. . Esta obra estuvo próxima a la desembocadura del río, margen izquierda --La Otra Banda--, antes de construirse los espigones de Poniente y Levante. Hoy se encuentra en la misma margen en otra ubicación distinta. Tradicionalmente el pescador Luis Patino Viso, “Ardentía”, todos los 16 de julio lleva coronas y flores y la deposita ante el monumento. (Foto Paco Serrano).

virgendelcarmen_003_puertosantamariaEl primer embarque que la Virgen del Carmen realizó para recorrer en procesión las rías del Guadalete, fue posterior. Se realizo el día 15 de agosto de 1930, festividad de la Asunción de la Virgen, la más antigua celebración mariana portuense.

En lo que expone el historiador, quiero explicar que la imagen que actualmente se encuentra en el Convento de las RR.MM. Concepcionistas es la que procesionó por vez primera por las calles porteñas. Corría el año 1895. Siendo la imagen de la Virgen del Carmen del Convento del Espíritu Santo la que surcó por primera vez en 1930 el río Guadalete. De ahí proviene la referencia a las dos procesiones, la terrestre y la marítima. La imagen la Virgen del Carmen de las RR.MM. Concepcionistas, a excepción de los años de la Guerra Civil, continuó procesionando cada 16 de julio. Sin embargo, la procesión marítima quedó interrumpida casi cuarenta años. (En la imagen   la Virgen del Carmen del Convento del Espíritu Santo a bordo del pesquero “Bonanza” de Manuel Vázquez León Junto a sus hijos, Pepe, Antonio, Arturo y Jesús, durante los últimos treinta años del siglo pasado, contribuyeron a la solemnidad de la procesión marítima).

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Barcos abarloados. Existía aún la trasera de la Casa de las Cadenas. (Foto Michael Reckling).

RECUPERANDO LA TRADICIÓN.
A mediados de los años sesenta, gracias al padre Ramón González Montaño la festividad de la Virgen del Carmen cambió radicalmente. De ese periodo anterior no voy a contar nada, durante el cual hubo de todo, pero sobre todo una escasísima participación de la marinería porteña. El cura Ramón, se implicó de lleno, no solamente cambió el itinerario del desfile procesional para que la patrona se asomara al balcón de su río, sino que además recuperó una vieja tradición: La procesión marítima por el río Guadalete. Para que los pescadores se sintieran verdaderos protagonistas de su festividad contó con la colaboración de José Luis Álvarez Sevilla, conocido como “Gavina”, maestro redero y Hermano Mayor de la Hermanad del Carmen; José Antonio Español Caparrós, Ingeniero Director de la Junta de Obras del Puerto que todavía nos acordamos y nombramos, sin mas, como el Ingeniero; Higinio Mercado, “el de la telefonía de los barcos”; José García Malvido, excelente pescador y mejor persona, los hermanos Antonio, José y Eduardo González Montaño y la inestimable colaboración de las religiosas del Convento de la Purísima Concepción Franciscana, en la calle Nevería, frente a la casa donde vivió Pedro Muñoz Seca, además con las monjitas del Espíritu Santo ya que a ellas  se debe que de nuevo la imagen de la Virgen del Carmen volviera a surcar las aguas del Guadalete. Devolvían a las fiestas del Carmen su carácter marinero. La proa de este inmenso barco penetraba por primera vez en el sector pesquero porteño.

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En el centro, Jose Luis Alvarez Sevilla, 'Gavina', redero y Presidente del Grupo de Viviendas "Estrella del Mar", llego a ser presidente de Acción Catolica. A su derecha, José Gonzalez Montaño, Gerente del Grupo de Viviendas. De izquierda a derecha, su Junta Directiva: Antonio García Bonmatti, redero de tierra; Emilio Martinez Puyana, práctico de pesca; José García Malvido, Patrón de Pesca; Lope Rodríguez Lopez, pescador; Antonio Cots Olmo, motorista y Juan Jose Gallardo Ares, redero de tierra. El acto en la plaza que lleva su nombre, la de Ramon Gonzalez Montaño. La práctica totalidad de los integrantes de esta Junta Directiva lo era también de la Hermandad del Carmen, siendo Jose Luis Alvarez Sevilla, 'Gavina', presidente desde 1965 hasta 1978.

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Noche Marinera en la Parroquia del Carmen. La Reina de las Fiestas y sus damas de Honor. 15 de julio de 1980 (Colección ACL).

Durante más de diez años el cura Ramón y sus colaboradores estuvieron luchando por la festividad de la Virgen del Carmen, sin apenas ayudas económicas, añadiendo a lo religioso un poco de diversión con verbenas en la Plaza del Polvorista y en la Barriada Estrella del Mar y ágapes para los pescadores en la antigua Lonja de pescado de la margen derecha del río Guadalete, la de esta banda, y en los locales donde en la actualidad se encuentra las oficinas de Apemsa. Todo ello como reconocimiento a la labor de la gente de la mar.

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Entrega de trofeos a los campeones y subcampeones de las distintas competiciones, domino, mus, rentoy y cucaña marinera en  la festividad de 1984. De izquierda a derecha, Jaime Garcelá Guzmán, Antonio Carbonell, secretario de la Cofradía de Pescadores, José Luis Pellicer Salas y Manuel Pecho Romero. (Foto Garpre. Colección ACL).

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De izquierda a derecha, Antonio Carbonell, Juan Manuel Pedreño, presentador del acto, su esposa Susi Weber, Lourdes Zuriaga y Basilio Rogado, de Televisión Española y la Cadena Ser respectivamente. En el Restaurante El Resbaladero durante Homenaje del sector pesquero  a José Antonio Español Caparros, 'el ingeniero';  al exportador de pescados y mariscos José Gutiérrez, 'Pepe el Chófer' y al pescador Manuel Bernal Genaro. 14 de julio de 1985. (Foto Garpre. Colección ACL).

UN NUEVO IMPULSO.
En 1976,  Alberto Alcaraz Roca, es elegido Patrón Mayor de la Cofradía de Pescadores, donde José Luis Álvarez Sevilla, ‘Gavina’, gran impulsor de la Hermandad de Carmen,  forma parte también de los órganos rectores de la Entidad pesquera. A partir de ese año con la aportación económica de la Cofradía de Pescadores y la presencia activa del sector extractivo y comercial se incrementa el realce de la festividad de la Virgen del Carmen, especialmente en la procesión marítima y los actos festivos de “La Noche Marinera”. Artistas como Ángela Carrasco y Al-Bano actúan para las familiares marineras. En 1984, Televisión Española, con su programa, “La tarde”, y la Cadena Ser con su emisión radiofónica, “Cita a las Cinco” dieron buena cuenta de las Fiestas del Carmen y del Mar, Se desplazaron desde Madrid, por aquellos días del mes de Julio, Lourdes Zuriaga, redactora del programa “La tarde”, que dirigía Pepe Navarro, y Basilio Rogado, director y conductor de “Cita a las Cinco”. También la pareja formaron parte del jurado de las distintas competiciones y concurso de la marinera de El Puerto que fue presentado por el periodista y locutor por aquel entonces de la Cadena Ser, Juan Manuel Pedreño Cueto.

En los días de la festividad de la Virgen del Carmen, los agasajos y ayudas en metálico, así como días después las excursiones de los pensionistas del Mar, ponían el broche de oro a todos los actos celebrados. Esto ocurrió en los meses de julio de 1976 a 1986.

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Procesión Marítima de vuelta de su viaje por la Bahía.  El autor de esta nótula ha recomendado siempre a los patrones y propietarios de yates del Club Náutico y de Puerto Sherry y a los dueños de embarcaciones deportivas y de recreo que, no embarquen a más personas de las autorizadas y de la misma manera que no se crucen por el río con los barcos pesqueros, precisamente con el “Josefa y Luisa” que este año le ha tocado en suerte repetir llevar a la Virgen en la procesión Marítima.

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El pesquero “Josefa y Luisa” que hoy capiteaneará la procesión marítima, llevando a bordo la imagen del la Virgen del  Carmen. Hoy en su capilla de la plaza de la Tradición permanecerá expuesta en besamanos. A las cinco y media o seis de la tarde, la imagen será trasladada a la embarcación pesquera para recorrer las aguas de la Bahía y del río.

A partir de 1987, con el abatimiento del sector pesquero debido a la pérdida paulatina de la flota pesquera, si bien la Cofradía de Pescadores continuaría colaborando económicamente hasta su desaparición  en noviembre de 2006, de nuevo toma el relevo la Hermanad del Carmen que ha hecho posible contra viento y marea desde entonces que la zona de baja de El Puerto de Santa María, marinera por excelencia, cada 16 de julio sea un hervidero de gentes que en un devenir constante embarcan en un mismo barco con una singladura común, la festividad de la Virgen del Carmen.

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La Virgen del Carmen en el río Guadalete, a la altura del 'tinglao' del muelle donde hoy se encuentra 'Las Cristaleras'.

Según  me refirieron mis hermanos, en 1948, la imagen de la Virgen del Espíritu Santo procesionó por el río Guadalete a bordo de un pesquero cuya proa llevaba una figura de cisne. Posiblemente esto que me contaron tenga relación con la Cucaña Marítima que se celebró en el Guadalete a la altura del Bar ‘El Chino’ en el mismo año.. La Cucaña Marítima volvería de nuevo a celebrase durante los años  1984 y 1985 en el río Guadalete frente al desaparecido Bar Restaurante Guadalete, donde hoy se encuentra el Pub Berebere.

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La procesión marinera llegando al atardecer al muelle del Vapor, en el año 2oo4.

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La procesión marítima saliendo, ya de noche, del muelle del vapor. Año 2004.

El barco que aparece engalanado frente al muelle del vaporcito en las dos fotografías anteriores es  "El Tonino" de Antonio Ares Otero. Se nota que su armador es seguidor del Real Madrid. En la proa lleva el escudo del Madrid. Paseó en 2004 a la nueva imagen de la Virden del Carmen, la de la Plaza de la Tradición. Si digo que Antonio Ares Otero, nacido en La Higuerita, como llaman cariñosamente los onubenses a Isla Cristina, permaneció varios años pescando en la almadraba de Sancti Petri y que hoy faena a la modalidad de arrastre en el Golfo de Cádiz ningún pescador lo conocerá. Pero si me refiero a “El Tonino” los marineros no dudarán en afirmar que además de excelente profesional Antonio es una gran persona. Su habilidad en la pesca de los estorninos, parecido a la caballa, le hizo acreedor de su apodo al romper esta especie en “El Tonino” en la jerga marinera. El barco también se llama “El Tonino”.

EXTRAÑA DECISIÓN DEL OBISPADO.
Sin embargo, nunca llegaré a entender porqué, después de 36 años, paseando los barcos pesqueros todos los 16 de julio la imagen de la Virgen del Carmen del Convento del Espíritu Santo por el río Guadalete, decidiera la Iglesia que fuera una nueva imagen la que realizara la procesión marítima. Esto ocurría en 2003. A la sazón ya había fallecido el Padre Ramón González Montaño… Se sobradamente la gran tristeza de las monjitas cuando tuvieron que acatar la decisión del Sr. Obispo debido a que en la fecha señalada para tal fin fue cuanto mas esplendor, sin duda, se le estaba dando a la festividad del Carmen con la presencia del grupo cristiano Pastora del Peregrino, tanto en el traslado de la Imagen desde el Convento hasta el muelle pesquero a la hora del alba para embarcar a la imagen como en la recogida, que con cánticos y alabanzas hacían posible que su día más azul resplandeciera todavía más el Escapulario del Carmen.

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La lonja del pescado, con los cuadros abarloados. Detalle de un cuadro del Nazareno, pintado por José Manuel Algeciras, que se encuentra en el Bar 'Rincón Español'. Año 2000.

juanantoniooterotejada_puertosantamariaA mediados de los años 60 las tripulaciones de los pesqueros “Paco Rota” “Antonio y Angelina”, “Villa de Calpe”, “Jaime y Manuel”, “Mari Carmen y Ramona”, “Angelina Lloret”, y “Guardiola Perles” tomaron el timón y ponían rumbo a lo que debiera ser la procesión marítima de la Virgen del Carmen.  Sería en 1968 el pesquero “Villa de Calpe” capitaneado por José García Malvido el primero en pasear después de un largo paréntesis a la Virgen Marinera por el río Guadalete. Mención especial parta la tripulación del pesquero “Paco Rota” que fueron los primeros en engalanar y revestir su barco con alegorías marineras dando esplendor a la festividad de la Virgen del Carmen. Su principal artífice y alma máter Vicente Sánchez Carbonell, un experimentado lobo de mar, experto pescador y excelente persona, nos abandonó prematuramente poco tiempo después de haber sido elegido Hermano Mayor del Carmen. (En la imagen, Juan Antonio Otero Tejada, pescador y armador, colaborador incansable junto a su familia en el paseo procesional de la Virgen Marinera. Más listo que los ratones colorados. Sin apenas saber leer y escribir llegó a ser armador durante su vida de cuatro embarcaciones).

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Un pueblo que es y que se llama Puerto cada 16 de julio celebra la festividad de la Virgen del Carmen. Desde GdP nuestro reconocimiento a pescadores, armadores y compradores que en esta época tan difícil mantiene a duras penas uno de los pilares económicos de esta ciudad. Igualmente una feliz singladura a la nueva junta de gobierno de la Hermandad del Carmen presidida por Jacob Romero Otero. Finalmente un recuerdo emocionado y muy especial para los que nos abandonaron. (Textos: Antonio Carbonell López).

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Copia idealizada de plano de El Puerto de 1787. Ameneiro. 1970

Se ha generado un interesante debate en Gente del Puerto suscitado por el colaborador de esta web, Luis Suárez Ávila, sobre si, como mantiene el diccionario de la Real Academia de la Lengua (DRAE), el gentilicio de El Puerto de Santa María es el de "portuense". Consideramos que dicho gentilicio puede convivir, perfectamente, con el más antiguo de "porteño" (apeado quizás por el masivo uso que de "portuense" se realizó a partir de la otrora populosísima afición del Racing Club Portuense), e incluso con el popular de 'coquinero' para referirnos a los, naturales, vecinos, o perteneciente a El Puerto de Santa María, basándonos en el mismo diccionario, para el gentilicio de 'porteño'.

portenoAmbas acepciones, portuenses y porteños, han servido además, de forma genérica, para referirse al "Natural de algunas de las ciudades de España y América en las que hay puerto" (DRAE. Año 2001. Vigésima segunda edición) y más concretamente a los naturales y vecinos de diversos municipios de España, Portugal y Sudamérica, como se verá más abajo. Ya aquí el DRAE está sentando las bases para que los portuenses o porteños podamos ser denominados, indistintamente, de ambas maneras.

Según Amando de Miguel: "En este lado del charco un 'porteño' es un habitante del Puerto de Santa María (Cádiz). A los porteños de Buenos Aires los españoles quizá les reservemos lo de 'bonaerenses'". Para Aquilino Duque "A los bonaerenses se les conoce también por porteños o portuenses, y portuenses son también los naturales de la población gaditana del Puerto de Santa María. Si Cádiz se compara con La Habana, yo compararía al Puerto de Santa María con Buenos Aires, pero pensando en el siglo XVIII, en lo que ambos puertos fueron en el siglo XVIII, cuando la ciudad del Plata tenía muy poco que ver con lo que llegaría a ser en la segunda mitad del XIX".

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Litografía Vista Parcial del Guadalete. Litografía de Las Novedades (Sevilla). 1864. Antón Rodríguez, Eduardo. Guía del viagero por el ferro-carril de Sevilla a Cádiz.

Aunque en la actualidad la palabra “porteño” no consta en el diccionario para referirse a El Puerto de Santa María desde 1992, si lo hace desde 1884 hasta 1989, por lo que es legítimo el uso de este arcaísmo, conviviendo con el más moderno de “portuense”. Otros diccionarios (Casares, Sopena, etc..) si lo reflejan. Tampoco el palabro “coquinero” aparece en el DRAE. Juzguen ustedes.
Traemos aquí el trabajo de investigación y transcripción de Tomás Rodríguez Rendón, en el que hace un estudio sobre los últimos Diccionarios de la Real Academia de la Lengua Española, (ediciones de 1884, 1899, 1956, 1970, 1984, 1989, 1992, 2001), publicado como comentario en el referido artículo de “¿Portuenses?”, donde se podrá seguir el debate y los comentarios para continuar con el hilo del mismo.

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Ayuntamiento, Plaza del Polvorista y Teatro. Arte en la Calle. 2008.

«Año 1884. En el Diccionario de la Real Academia Española (DRAE) de 1.884 (pag 851,3) ya aparece la palabra ¨porteño¨ definida adj. Natural del Puerto de Santa. Maria. U.t.c.s. // Perteneciente a esta ciudad. Sin embargo en la palabra ¨portuense¨ (pag 852,1) no hace ninguna referencia a Puerto de Santa Maria.
Año 1899. En el DRAE de ese año (pag 800,1) a la definición anterior añade // Bonaerense, 1ª acep. U.t.c.s. En la palabra ¨portuense¨ (Pag 800,2) no hace ninguna referencia a Puerto de Santa Maria.
Año 1956. En posteriores DRAE, y hasta 1.956 se mantienen las mismas definiciones de 1.899. En la palabra ¨portuense¨ sigue sin hacer referencia a Puerto de Santa María.
Año 1970. A la definición de ¨porteño¨de 1.984 (pag 1.051,2), se le añade // Perteneciente o relativo a la ciudad de la Santisima Trinidad y Puerto de Santa María de los Buenos Aires. En la palabra ¨portuense¨ (1.051,3) no hace ninguna referencia a Puerto de Santa María.
gentilicios_espanolesAño 1984. En el DRAE de 1.984 (pag 1.089,2), la palabra ¨porteño¨ esta definida como: Aplícase a naturales de diversas ciudades de España y América en las que hay puertos. // Por autonom. natural del Puerto de Santa María. Perteneciente o relativo a la ciudad de la Santísima Trinidad y Puerto de Santa María de los Buenos Aires de Argentina, hoy Buenos Aires. // Natural de Valparaiso. U.t.c.s. // Natural de Puerto Carreño. En la palabra ¨portuense¨ (pag 1.089,3) sigue sin hacer referencia a Puerto de Santa Maria.
Año 1985. Todo sigue como en 1.984.
Año 1989. Es en ese año cuando en la palabra ¨porteño¨ desaparece toda referencia a nuestra ciudad.?En la palabra ¨portuense¨ (pag 1.263,2) sigue sin hacer referencia a Puerto de Santa Maria.
Año 1992. La palabra ¨porteño¨ (pag 1.166,1) sigue igual que en 1.989, o sea sin referencia a nuestra ciudad.?En la palabra ¨portuense¨ (pag 1.166,2) aparece por primera vez la referencia a nuestro Puerto y la define como ya comentó Herminio el dia 15-3-2.009 y es como sigue:? 1. adj. Natural de alguna de las poblaciones denominadas Puerto. U. t. c. s. 2. adj. Perteneciente o relativo a ellas. 3. adj. Natural de Puerto de Santa María, localidad española en la provincia de Cádiz. U. t. c. s. 4. adj. Del puerto de Ostia, en Italia. Obispo portuense.
Año 2001. La palabra ¨porteño¨ la define el DRAE como comentó LSA el dia 10-7-2.009, y es como sigue: 1. adj. Natural de algunas de las ciudades de España y América en las que hay puerto. U. t. c. s. 2. adj. Perteneciente o relativo a estas ciudades. 3. adj. Natural de la ciudad de Buenos Aires, capital de la Argentina. U. t. c. s. 4. adj. Natural de Valparaíso, ciudad de Chile. U. t. c. s. 5. adj. Natural de Puerto Carreño, ciudad de Colombia. U. t. c. s. 6. adj. Natural de Puerto Cabello o de Puerto La Cruz, ciudades de Venezuela. U. t. c. s. 7. adj. Perteneciente o relativo a alguna de estas ciudades. 8. adj. puntarenense 2. Apl. a pers., u. t. c. s.
Y la palabra ¨portuense¨ la define el DRAE como ya comentó LSA el día 10-7-2.009, y es como sigue: 1. adj. Natural de alguna de las poblaciones denominadas Puerto. U. t. c. s. 2. adj. Perteneciente o relativo a ellas. 3. adj. Natural de Puerto de Santa María, localidad española en la provincia de Cádiz. U. t. c. s. 4. adj. Del puerto de Ostia, en Italia. Obispo portuense.

portenios o portuensesDespues de esta exposición, y siempre según el DRAE, quizás fuéramos ¨porteños¨ desde 1.884 hasta 1.989; ni ¨porteño¨ ni ¨portuense¨ desde 1.989 hasta 1.992, y ¨portuense¨ a partir del 1.992 (año de la Expo”92).»

Pero como dice la propia Academia: "Las lenguas cambian de continuo, y lo hacen de modo especial en su componente léxico. Por ello los diccionarios nunca están terminados: son una obra viva que se esfuerza en reflejar la evolución registrando nuevas formas y atendiendo a las mutaciones de significado". ¿Por qué no recuperar, también, el gentilicio de porteño?


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generalmodesto_2_puertosantamariaJuan Modesto Guilloto León, Modesto (El Puerto de Santa María, 24 de septiembre de 1906 - Praga, 19 de abril de 1969). Militante comunista y militar de la República durante la Guerra Civil Española que alcanzó la graduación de General. El Presidente de la República Juan Negrín le confirió dicho grado militar, único caso entre los oficiales de milicias. Combatió en la Guerra Civil Española y en la Segunda Guerra Mundial. Familiares suyos continúan viviendo en El Puerto, quienes recuerdan que Modesto calificaba a El Puerto como “una de las pequeñas ciudades marineras más bellas de la tierra”.

El año de su nacimiento, 1906, eran detenidos en Cádiz, por carecer de la completa documentación, 21 jornaleros andaluces que se disponían a emigrar a América. La situación de miseria se agravaba día a día en España. Con el fin primordial de paliar la crisis obrera, comenzaba el derribo de las murallas de Cádiz. En San Sebastián se celebraba la ceremonia de conversión al Catolicismo de la princesa Victoria Eugenia de Battenberg. El Vesubio entraba en erupción y devastaba Nápoles. En San Francisco (EEUU) un terremoto e incendio destruía parte de la Ciudad. Picasso pintaría “Las señoritas de Avignon” y en Estados Unidos se celebraba la primera emisión radiofónica. Era también el año del nacimiento del que sería magnate griego Aristóteles Onassis.

modestoguilloto_puertosantamariaNació en la calle de las Cruces.  De pequeño le gustaba jugar en el Caño del Molino y en Valdelagrana. Hijo de obreros, desarrolló parte de su juventud en el trabajadero de bodegas Osborne, en la Aserradora de Pastor y en la Farmacia de Viqueira. Fue cabo del cuerpo de Regulares en el Marruecos español, empleo del que después sería degradado. Organizó el Sindicato de Oficios Varios y el Socorro Rojo. Se afilió al PCE en 1930. En 1933 organizó las milicias comunistas (las Milicias Antifascistas Obreras y Campesinas, MAOC), tras recibir formación militar en la Unión Soviética. Al estallar la guerra civil, Modesto fue uno de los creadores y primeros comandantes del famoso 5º Regimiento, del que llegó a ser jefe en octubre de 1936. Participó en el asalto al Cuartel de la Montaña en Madrid y dirigió un batallón en la provincia de Toledo, intentando contener el avance franquista hacia Madrid. Se distinguió en las operaciones de la Sierra de Guadarrama y en el Tajo durante la batalla de Madrid. En 1937, el general Miaja, jefe de la Junta de Defensa de Madrid, le encarga el mando de la 4ª División. Tras las batallas de Guadalajara, Jarama y Brunete se le asignó el mando del V Cuerpo de Ejército.

Con el Quinto, Quinto, Quinto
con el Quinto Regimiento
madre yo me voy al frente
para las líneas de fuego.
Anda jaleo, jaleo
saca la ametralladora
y ya empieza el tiroteo
y ya empieza el tiroteo.

Himno del Quinto Regimiento.
Para escuchar el himno cantado pulsar aquí.

En 1938, dirigió las operaciones militares durante la Batalla del Ebro, con el rango de coronel, teniendo bajo su mando al V Cuerpo de Ejército (Enrique Líster) y el XV (Manuel Tagüeña, ambos comunistas como él). Su retirada de la batalla del Ebro es estudiada en las academias militares como algo ejemplar para evitar el mayor número de bajas. Tras la caída de Cataluña pasó a la zona centro, en donde Negrín le nombró general (caso único entre los oficiales de milicias) y Jefe del Ejército del Centro el 2 de marzo de 1939. Al finalizar la guerra huyó a la Unión Soviética, cuyo gobierno reconoció su grado militar.

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Vicente Rojo, Juan Modesto, el presidente del Consejo de Ministros de la II República el Dr. Juan Negrín y Enrique  Líster en un acto de las Brigadas Internacionales, en Barcelona.

Durante la Segunda Guerra Mundial fue general del Ejército búlgaro comunista que combatió a los nazis junto con las tropas de la URSS.  Fué derrotado por José Díaz en las luchas de facciones internas para hacerse con el control del Partido Comunista de España en el exilio.

alberti_juvenil_puertosantamariaSe retiró a Praga, donde murió en 1969 oponiéndose a la entrada de los tanques soviéticos en la capital, un año antes. El matrimonio residente en El Puerto, formado por Antonio González San Gil y Águeda del Valle, que conocieron a Modesto en Praga, incluso asistieron a su entierro en 1969. En la capital checa escribió sus memorias “Soy del Quinto Regimiento”, que se publicaron en París ese mismo año, una obra que ofrece una exhaustivo análisis sobre la Guerra Civil Española. (W).

Perteneció a la generación de Rafael Alberti, que lo cita en repetidas ocasiones en su libro de memorias La Arboleda Perdida.

Mañana dejo mi casa,
dejo los bueyes y el pueblo.
-¡Salud! ¿A dónde vas, dime?
-Voy al Quinto Regimiento.
Caminar sin agua, a pie,
monte arriba, campo abierto.
Voces de gloria y triunfo,
-¡Soy del Quinto Regimiento!

Rafael Alberti, 1936

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El General Modesto, hablando en la ceremonia del funeral por el General Karol Swierczewski, en la Plaza Zwyciestwa. Varsovia (Polonia), 1 de abril de 1947. (Foto PAP)

Nz. przemawia gen. Juan Modesto Guilloto Leon. Uroczystosci pogrzebowe generala Karola Swierczewskiego na placu Zwycistwa.  Warszawa, 1947-04-01. (wb PAP).

hijosdemodesto_puertosantamaria

Pruden López Campuzano y su mujer, Susi, con los hijos del General Modesto, en la Exposición que sobre el General Modesto se inauguró el 24 de septiembre de 2006 en el Centro Municipal Alfonso X el Sabio, con motivo del 1º centenario del nacimiento de nuestro protagonista. Era el alcalde, a la sazón, Fernando Gago.

soydelquintoregimiento_ptostamariaDel Capítulo: “Antesala del 18 de julio”. «Al ser designado Azaña presidente de la República el 10 de mayo de 1936, la jefatura del Gobierno pasó el día 12 a Casares Quiroga, que siguió manteniendo en sus manos la cartera de Guerra.
En este periodo, antesala del 18 de julio, se mascaba el clima de guerra civil. Los cuartos de banderas eran focos de subversión. La UME (Unión Militar Española) dio la directiva a todos sus afiliados de no aceptar los permisos de verano. Las continuas advertencias de los oficiales y jefes leales, en muchos casos postergados y perseguidos por sus "compañeros", eran desoídas por el Gobierno. Igual suerte corrían las denuncias hechas en las Cortes por los diputados de izquierda sobre los preparativos de la sublevación, más señaladamente las que con pruebas irrefutables hacían José Diaz y Dolores Ibarruri en nombre del Partido Comunista. Los pistoleros fascistas seguían sus crímenes. Orientados por la UME, asesinaron en Madrid, el 9 de mayo, al capitán Faraudo; y el 12 de julio, al teniente José Castillo.
El indefensismo en el que se encontraban los militares demócratas por parte del Gobierno, excitó su indignación. La lenidad de aquél les hizo reaccionar con particular brío, desarrollándose en un núcleo importante de ellos la tendencia a actuar por su cuenta.

republica2Al día siguiente del asesinato del teniente Castillo, promovimos una reunión a la que asistieron los dirigentes de las células del partido del Segundo Grupo de Asalto (Ministerio de la Gobernación), del Ministerio de la Guerra, del Ministerio de Marina y del Batallón Presidencial, reunión que se celebró en el domicilio del teniente coronel José Barceló, sito en la calle Vallehermoso (3). A esta reunión asistió, en vísperas de incorporarse a su destino en África, el capitán de aviación Leret, uno de nuestros camaradas militares más lúcidos, asesinado por los militares franquistas el 18 de julio en la base de hidros de Atalayón.
En esta reunión de particular tensión, los camaradas Barceló, ayudante de Casares Quiroga y jefe del batallón del Ministerio de la Guerra; Enciso, jefe del Batallón Presidencial; Burillo, del Grupo de Asalto, y la célula del Ministerio de la Marina expresaron su indignación por los crímenes de los militares fascistas y la necesidad de extremar la vigilancia para salvar a la República en peligro. En aquella reunión se trazó la línea de conducta a seguir con vistas a que no pudieran sorprendernos los acontecimientos en los ministerios y en las unidades.

5_regimientoEn este periodo, en nombre del partido, yo estaba relacionado con el coronel Rodrigo Gil Ruiz, jefe del Parque de Artillería de Madrid, socialista. En vísperas de la sublevación y ante la eventualidad de que los fascistas intentaran apoderarse de las armas del Parque y se produjera un golpe fascista, fijamos ambos la consigna "Modesto" para la entrega de las armas a las MAOC (Milicias Antifascistas Obreras y Campesinas).» Del Libro “Soy del Quinto Regimiento”. Juan Modesto Guilloto León. Edita: Éditions de la Librairie du Globe. París, 1969. Reedición de Laia. Barcelona, 1978.

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Acceso principal al Yacimiento de Las Cumbres, en la Sierra de San Cristóbal. (Siglo IV antes de Cristo). Enero de 2009.

Nueva visita al yacimiento turdetano de La Sierra de San Cristóbal. Casi dos años después de una primera visita al yacimiento turdetano de la Cumbres situado éste en la Sierra de San Cristóbal, término de El Puerto de Santa María, el tándem de los Franciscos Francisco Ruiz Serrano /Francisco J. Rodríguez Andrade) coautores fundacionales del Blog Itinerarium Malagaditanum, decidimos hacer una nueva vista a dicho yacimiento.

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Vista del meandro del río Guadalete desde la pinaleta próxima al Yacimiento. Enero 2009.

Tomamos la carretera dirección Jerez y nos desviamos hacia el Portal. A la altura del Castillo de Doña Blanca observamos la gran portada que más adelante nos señalaba la entrada del yacimiento de las Cumbres. Tomamos el nuevo carril y subimos los ciento veinticinco metros de altura de la Sierra de San Cristóbal, según indica su vértice geodésico. Al llegar a la cima aparcamos junto a una tupida pinaleta custodiada al parecer por un perro de nariz achatada, recortadas orejas y cara de pocos amigos. Al vernos salir de auto corrió hacia nosotros como alma que lleva el diablo para cobrarnos, como un “perrilla” que lo era, la cuota de aparcamiento.

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Restos de un lagar colmatado en el Yacimiento de Las Cumbres. Enero 2009.

Después del inesperado recibimiento, nada más traspasar la pinaleta nos tropezamos con otros visitantes. Pero a éstos no se les adivinaba intención alguna de observar y admirarse de la belleza del lugar o de la historia enterrada en su suelo. Estaba claro que a aquellos visitantes lo que los motivaba no era la evocación de un pasado lejano y subyugante, pues a todos sin excepción, se les veía equipados según el medio de locomoción que habían elegido para adentrarse y disfrutar, a su manera, del aquel bellísimo paraje.

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En primer término el Yacimiento Castillo de doña Blanca, desde Las Cumbres, en la lejanía, Cádiz a la izquierda y El Puerto a la derecha. Foto: Vicente González Lechuga. 15 enero 2008.

Unos lucían el colorista atuendo que les exigía la practica de la bicicleta de montaña, otros los apropiados para las motocross, y los menos abundantes, el equipo que por seguridad convenía al manejo de las atronadoras motos de tres ruedas. Aquellos, digamos deportistas, se nos antojaron entonces que venían a ser algo así como los modernos señores encargados de proteger el poblado a lomos de extrañas cabalgaduras de mayor o menor complicación tecnológica. Más no era así. Al proseguir nuestra visita comprobamos con disgusto que éstos hacían todo lo contrario. Aquel interesante yacimiento arqueológico, patrimonio cuanto menos de los gaditanos, lo tenían degradado a más no poder con sus continuas e indiscriminadas incursiones a lo largo y ancho del mismo.

gse_multipart24705¿Qué si el asentamiento turdetano de las Cumbres es de lo más interesante...? ¿Que si el entorno que lo rodea no deja de ser admirable...? Son cuestiones que podrán ustedes evaluar observando las imágenes pulsando aquí. (Texto: Francisco Ruiz Serrano. Fotos: Francisco Ruiz Serrano /Francisco J. Rodríguez Andrade).

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robertoromerolaffitte_puertosantamariaRoberto Romero Laffitte nace, de forma accidental, en Sevilla en 1940, pero es porteño de donde se siente, donde vive y donde disfruta de la vida.

Ese mismo año Mahatma Gandhi se reúne con el virrey de la India. El gobierno español dicta la ley para la represión de la masonería, el comunismo y demás movimientos «que siembren ideas disolventes contra la religión, la Patria y la armonía social». Mientras Ernest Hemingway publica: ¿Por quién doblan las campanas?, en España hace lo propio Enrique Jardiel Poncela con Eloísa está debajo de un almendro. Nacen también en 1940 Al Pacino, los políticos Alfonso Guerra y Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón; los músicos Ringo Starr y John Lennon, Pelé y Bruce Lee y también Frank Zappa.

Estudió en el Colegio de loa Pescadería y en el de la calle Luna. Mas tarde, en Sevilla, haría el Peritaje Industrial. Se casa con Maruja Miura con quien tiene cinco hijos, --el mayor, Roberto tiene un restaurante en Madrid, Foccolare, del que daremos cumplida información con una nótula en Gente del Puerto-- . (En la imagen, Roberto Romero Laffitte).

Dado que su padre, Alejandro Romero Osborne, marqués de Arco Hermoso , tenía tierras en Dos Hermanas, trabaja allí en la explotación agrícola y ganadera conocida como ‘La Huerta de Curro’. A los dos años se viene a El Puerto  a vivir en la casa familiar en la calle Durango y con 22 años se incorpora en la fábrica alimentaria propiedad de la familia: Conservas Sur, donde permanecerá como Director de Producción hasta el cierre de la misma a finales de la década de los setenta del siglo pasado. Su hermano Alejandro, también estuvo trabajando en la conservera familiar.

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Patio de la Casa del Marqués de Arco Hermoso en calle Durango. Desde el patio se accede al jardín y a otros patios secundarios, que en tiempos, fueron almacenes, bodegas y otras dependencias. (Del libro 'Casas Señoriales de Andalucía' de Patricia Espinosa de los Monteros. Ed. Cartago. 1998.  Foto: Francesco Venturi).

Se queda viudo con 47 años –hace 19—y con la ayuda de ambas familias saca a sus cinco hijos adelante. Ha ejercido como director en Cádiz de la Compañía GES (General Española de Seguros), durante cinco años, al término de los cuales volvió a su ciudad natal para ejercer como adjunto a la Dirección Comercial de Puerto Sherry, con Agustín Silvela de la Hidalga, --promotor del puerto que continúa en El Puerto--, jubilándose por problemas de salud de forma anticipada. Cuando se operó de una afección severa de garganta, se vino abajo. Pero su afición: la pesca le ayudó a salir adelante. Compró la tienda Caza y Pesca y allí estuvo defendiéndola hasta que cambió la reglamentación laboral, en la Ribera del Río. En la actualidad se dedica a sus nietos.

robertoosborneguezala_puertosantamariaCONSERVAS SUR.
La fábrica de Conservas la funda Roberto Osborne Guezala, en 1926, obteniendo autorización para la instalación de la fábrica de “Conservas alimenticias de carnes y pescado y la de frutas y hortalizas” en la calle Valdés, núm. 5, esquina con la calle Comedias, lindera con las fincas de Crevillet y el Recreo de Rafael Fernández de Haro (lo que hoy es La Ponderosa y Los Cedros). Ocupaba una superficie de 12000 metros cuadrados. Al frente de la industria alimentaria pone a su hijo, Eduardo Osborne Vázquez, estando al frente de la misma durante 12 años. El aporte de materia prima pesquera desde El Puerto se debilitó y se empezó a traer el género desde el puerto de Punta la Isla (Gallineras) en San Fernando. Como a los pocos años continúa faltando la pesca, Roberto Osborne cierra la fábrica y se marcha a Sevilla, donde continuaría una aventura empresarial iniciada junto a su hermano Tomás, en 1904,  la fábrica de cervezas La Cruz del Campo. Así, desmantela la fábrica de conservas y reutiliza los formeros y demás piezas de las naves de la conservera para ampliar la empresa cervecera sevillana. Según documentos del Archivo Municipal, en 1937 la fábrica de conservas, inactiva, se encuentra en Testamentaría, convirtiéndose la cervecera sevillana en sociedad anónima. (En la imagen, Roberto Osborne Guezala).

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Tranvía de dos pisos en Barcelona, con propaganda de La Cruz del Campo.

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Eduardo y Felipe Osborne Vázquez, empresarios conserveros y cerveceros.

En esa tesitura, Roberto Osborne Guezala, le ofreció la fábrica de conservas a su sobrino, Alejandro Romero Osborne, militar, que se retiró con la graduación de capitán. Y Eduardo y Felipe Osborne Vázquez se quedan en Sevilla con La Cruz del Campo. Se dio la feliz circunstancia que, previamente, en la Exposición Iberoamericana de 1929 de Sevilla, La Cruz del Campo y Conservas Sur tenían los expositores uno junto al otro, la primera inspirada en el Hospital de los Venerables de Sevilla, con lo que el visitante salía satisfecho con su caña de cerveza y la tapa de sardinas sin piel y sin espinas, de nuestras conservas.

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La sevillana Cruz del Campo, pintada por Domínguez Becquer, de la que toma el nombre la fábrica de cervezas fundada por el emprendedor porteño.

alejandroromeroosborne_puertosantamariaAlejandro se encuentra con que tiene la marca, tiene los locales y ya está, por lo que tendrá que crear nuevas infraestructuras para poner en marcha de nuevo Conservas Sur. Así, alquila una fábrica en Barbate, la dota del equipamiento necesario y al ser un puerto de mar receptor del género que necesita, empieza a fabricar conservas de pescado. En El Puerto quedarían las fábricas de vegetales y salsas y el almacén distribuidor de la firma. El marqués de Arco Hermoso se desplazaba a Sevilla y participaba en las subastas de las naranjas agrias de las calles, plazas, paseos y las del Alcázar sevillano.

Nos encontramos en 1968, Roberto Romero Laffitte cuenta con 28 años. Mientras, al haberle expropiado el estado a su padre ‘La Huerta de Curro’ en Sevilla, el de Arco Hermoso adquiere a su buen amigo Miguel Martín Navarro, de Ayamonte, una fábrica de conservas que construyó dicho ciudadano al amparo del Polo de Desarrollo de Algeciras, impulsado por el ministro López Rodó, quedando ésta para la exportación: Alemania, Italia, EEUU y Norte de Europa. Funcionarían así tres fábricas, junto con la de Barbate y la de El Puerto. (En la imagen, Alejandro Romero Osborne, Marqués de Arco Hermoso).

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La fábrica estaba  situada en la calle Valdés, núm. 5, esquina con la calle Comedias, lindera con las fincas de Crevillet y el Recreo de Rafael Fernández de Haro (lo que hoy es La Ponderosa y Los Cedros). Ocupaba una superficie de 12000 metros cuadrados, distribuidos en una gran sala de máquinas, calderas,  lavaderos, depósito de sal, los almacenes, las oficinas de la empresa y la vivienda del ingeniero, además de una pista de tenis. En la actualidad se encuentran unos bloques de vivienda de promovidos por inmobiliaria Azul Mediterráneo, en su día propiedad de Rumasa. El arquitecto de la Conservera fué Manuel Romero Planas, el mismo de los Baños Termales de la Punttilla o del Cinema España.

conservas_sur_publi_puertosantamariaLOS TRABAJADORES DE LA CONSERVERA.
Conservas Sur llegó a tener una gran cantidad de trabajadores en todos sus centros de producción, más de 350 obreros. Barbate: 90 mujeres y 15 hombres. Algeciras: 70 mujeres y 7 hombres, El Puerto: 119 mujeres y 42 hombres, así como los eventuales en vegetales, más el personal de escritorio. Como se puede apreciar, la mano de obra femenina, mas cuidadosa, dominaba en los empleados de las distintas fábricas.

Los hermanos Bollullos fueron hombres claves en la organización de las dos fábricas más cercanas: José María Bollullos en la conservera de El Puerto y Francisco en la de Barbate; eran hermanos del fundador de la imprenta Bollullos de la calle Cielos, naturales de Puerto Real pero residentes en El Puerto. Personal de total confianza de la propiedad, por sus manos pasaron la gestión del día a día “—y nunca faltó una lata” en palabras de Roberto Romero, cuyo agradecimiento a estas familias ha quedado patente.

| Antonio Gil y Juan Muñoz, en el escritorio de Conservas Sur.

Por el escritorio pasaron conocidos vecinos de El Puerto y eficaces administrativos: Juan Martín Vélez, Manuel Ortega, Antonio Gil González y su hermano Abelardo, Juan Muñoz Aparicio, José Villar… El ingeniero director, encargado de la fabricación de los productos, que tenía vivienda propia en los terrenos de la fábrica, era suizo y está enterrado en nuestra Ciudad: Carlos Zuiki.

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La historiadora Isabel Pérez Sánchez, publicó un interesante trabajo en el número 20 de la Revista de Historia de El Puerto: ‘Las obreras conserveras portuenses durante la II República’, del que extraemos el siguiente texto: “Estas labores se llevaban a cabo dependiendo de la recogida de las cosechas o de la captura de las caballas. Esta situación va a condicionar la vida de la fábrica: los horarios, el número de trabajadores y el tipo de contratos, períodos y personal dedicados al trabajo, etc. En cuanto al horario, éste se alargaba cuando las necesidades de trabajo lo exigían. También el número de trabajadores variaba según las distintas épocas del año: en primavera y, sobre todo, en verano, era cuando el personal de la fábrica se hacía más numeroso. Primeramente por las frutas y hortalizas, y en segundo lugar, y más importante, por la llegada de los barcos cargados de caballas.

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Hay diferentes referencias de cifras de trabajadores conserveros, pero siempre, el mayor número de éstos, lo constituían mujeres. La mayoría de ellas trabajaban sólo temporalmente, según las necesidades de la fábrica. El personal fijo, por lo tanto, era mínimo y lo formaban, sobre todo, hombres. Según el informe de sanidad presentado en el expediente para la apertura de la fábrica, en ésta debían trabajar unos 50 trabajadores. En realidad, el número de obreros fijos no era ni la mitad de esta cifra, sin embargo, en épocas importantes de trabajo se podía llegar a triplicar, aunque siempre con trabajadores eventuales y en su mayoría mano de obra femenina. Las mujeres limpiaban el producto (caballas, tomates...) y, después de cocidos y preparados, se colocaban en las latas. Los hombres se dedicaban, sobre todo, a la carga y descarga de la mercancía, su transporte y colocación dentro de la fábrica, las calderas, etc.

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En la fábrica existían dos categorías dentro de las obreras: las operarias estibadoras y las denominadas de “faenas varias”. Estas últimas constituían la mayoría de las trabajadoras. Su trabajo, como su nombre indica, consistía en dedicarse a lo que según el momento era más necesario: limpiando y pelando las frutas y hortalizas, descabezando y limpiando las caballas, limpiando las latas de conservas... Para estas faenas no hacía falta cualificación, ni aprendizaje y, en determinados momentos, eran realizados por todas las mujeres de la fábrica.

conservas_sur_salsaindia_puertosantamariaAsí, con la llegada de los barcos de caballas, todas las mujeres acudían para su limpieza y preparación, durante todo el tiempo que fuera preciso para ello, al ser el pescado un producto muy perecedero. Una vez limpias y cocidas las caballas, las operarias estibadoras las arreglaban y las iban colocando en las latas de conservas. Para realizar este trabajo se requería un aprendizaje con anterioridad. Se tenía en cuenta la destreza y rapidez en la práctica de la estiba. La mayoría de las veces se trabajaba “por cuenta”,  es decir, según el número de “bandejas” de latas de conservas llenas, así se cobraba. Acelerando el ritmo de trabajo, podían ganar más dinero.”

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LOS PRODUCTOS.
Sin lugar a dudas los productos estrella fueron en pescados, los filetes de caballa, de melva y una variedad que el fundador de Conservas Sur sacó al mercado: filetes de bonito chico en aceite, que daba unos filetes muy blancos y también en tomate; aún en chico en aceite. Otro producto singular eran las sardinas sin piel y sin espinas, demandadas por el mercado alemán; durante los últimos cinco años de existencia de la fábrica, toda la producción de sardinas de la factoría de Algeciras la destinaron para la fabricación de este producto, muy complejo de elaborar. En escabeches: sardina, caballa y atún. En Vegetales, melocotón en almíbar, guisantes, alcachofas, tomate triturado, judías verdes, champiñones, tomate al natural con pimientos verdes asados. En Salsas: Salsa Cátsup, Salsa India, Jalea Real, Jaleas de Vinos de Jerez, Salsa Vinagreta, Salsa Mayonesa. En mermeladas: de brevas, que era la especialidad porque no la fabricaba nadie; de naranja agria, de albaricoque, de melocotón y piña, de jalea de uva, de ciruelas, de fresa… y hasta Spaguetti con Tomate.

conservas_sur_catsup_puertosantamariaSe daba la circunstancia de que para recibir en buen estado las fresas con las que se preparaban las mermeladas, había que extremar las precauciones de conservación y transportes. Un caro con 200 canjilones de noria de barro, llenos de fresas pequeñas (3 kilos aproximadamente ), cerrados con hojas de higuera con un atadillo de palma, viajaban toda la noche, --desde el campo hasta la fábrica-- entre las seis de la tarde hasta las ocho de la mañana, para resistir de la mejor manera posible el calor.
Desde Conil venían las brevas y del campo de Chipiona, en grandes cantidades, de la huerta de Roberto Jiménez Tamplin.

LA BODEGA DE VINAGRE.
Conservas Sur tenía una bodega de vinagre para las conservas. En la actualidad mantienen seis botas procedentes de aquella bodega así como ‘la madre’, la bota madre a la que denominan ‘Santi Ponce’, con más de un siglo de antigüedad. Roberto y Juan son copartícipes de esa solera de vinagres.

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LOS PROBLEMAS Y LOS TIEMPOS.
Pasan los años y ya en 1978 la actividad extractiva de la pesca desciende de forma significativa, como consecuencia de los desajustes y acuerdos pesqueros con Marruecos. Para que la fábrica funcionara había que invertir en naves y equipos de refrigeración; había que comprar la producción completa de los barcos de pesca. La crisis llega también a los vegetales, y eso que la California de Andalucía estaba en Chipiona, con los cultivos intensivos y de invernadero; pues bien, había que traer la materia prima desde Murcia, con el consiguiente aumento de los costes en transportes y fletes de la mercancía.

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La fábrica no pudo más y cierra. A finales de la década de los setenta, la inmobiliaria Azul Mediterráneo, propiedad de Rumasa, derriba las naves y construye una promoción de viviendas en lo que fue una de las mejores fábricas de conservas de Andalucía. Hubo posibilidad de que la fábrica se instalara en Agadir (Marruecos) pero fue algo que desechó la propiedad. Incluso, a la fábrica de Barbate venía periódicamente un ciudadano marroquí a cobrar el impuesto revolucionario, para que los barcos pudieran continuar faenando en los caladeros marroquíes.

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Llegaron a existir 22 fábricas conserveras en nuestra provincia y, en la actualidad escasamente quedan: El Rey de Oros, la Tarifeña, Marina Real, Diego Piñero y Ubago. En la actualidad, la propiedad de la marca Conservas Sur, pertenece a Osborne y Cía. S.A.

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LAS CONSERVAS GADITANAS Y PORTEÑAS EN LA ANTIGÜEDAD.
Escribe el periodista e investigador Francisco Andrés Gallardo: "Junto a las animadoras más sicalípticas que vieron los banquetes imperiales, las puellae gaditanae, el nombre de Gades, la urbe más importante y conocida de la Bética de la Antigüedad, estaba unido al vino y a la salsa garum que algunos quieren ahora recuperar, o al menos reinventar. Gracias a las corrientes del golfo gaditano, la calidad de nuestros pescados azules, los peces grasos de nuestras costas, como atunes, sardinas y caballas, hicieron del garum gaditano el más afamado de todos los que se degustaban en la mesas, republicanas e imperiales, de Roma. El secreto estaba en la masa de las tripas. El garum era la maceración con hierbas aromáticas, vinagre y aceite de oliva de las tripas de pescado azul, aunque no nos ha llegado su fórmula, pero sí disponemos de los restos de factorías como la de Bolonia. Ysu subproducto, el escurrido, era el allec.
garumLa cocina mundana de los tiempos romanos era muy limitada en productos y recetas. La clase alta era la que podía permitirse delicatessen excéntricas como mamas de cerda, marmotas de los ríos galos y flamencos del Nilo. Todo ello, claro, especiado con garum gaditano.
El gastrónomo Apicio nos legó el más completo recetario de la época. He aquí la receta de un flamenco con salsa garum: se limpia el ave en una marmita de barro y se cuece hasta que se reduzca a la mitad el caldo. Se pasa entonces a una olla de hierro con aceite, cebolla, coriandro y un buena ración de garum. Se deja cocer y se le añade vino cocido para aportarle color oscuro. Cuando la carne esté blanda, se añade pimienta, apio, comino, silphium (especie vegetal extinguida), ruda, moscatel y miel y se deja reducir la salsa, a la que se agrega algo de harina para que termine de espesar. Se sirve adornando el ave con sus plumas y otros aditamentos adecuados... Esto no era precisamente
fast food. "

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1. Juan Ramón Jiménez; 2. Pedro Muñoz Seca; 3. Fernando Villalón; 4. Dionisio Pérez.  Al lado de Villalón, a la derecha de la Virgen,  Francisco Ciria y Vergara de la Concha. En la fila de abajo, segundo por la derecha,  Juan Ávila González. (Foto Colección LSA).

A Don Francisco Ciria y Vergara de la Concha, Marqués de Ciria y Marqués de Piedrabuena, siempre lo miré como a un personaje enigmático y misterioso. Yo no lo traté, pero lo conocí y observé con curiosidad.
Fue condiscípulo riguroso, en el Colegio de San Luis Gonzaga portuense, de Juan Ramón Jiménez, de Fernando Villalón, de Pedro Muñoz Seca y coincidió, pero en curso inferior, con Dionisio Pérez y con mi abuelo Juan Avila.

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Don Francisco, por arrojo y temeridad, rompió en torero, con el sobrenombre de "El Marquesito", y en jinete y garrochista; por los poderes ocultos, en espiritista y teósofo; por herencia, fue bodeguero, agricultor y lo que se llamaba "propietario"; por inspiración, poeta notable y arqueólogo intuitivo y, por inclinación, enamorado doncel, aun bien maduro, que llegó a ser paradigma local de la vida desatenta. (En la ilustración, etiqueta de Francisco Ciria y Vergara. 'Vargas-Machuca' Manzanilla Olorosa).
La descripción registral de su casa-bodega es de las más hermosas que he visto: Al frente, la calle Pozos Dulces; a la izquierda, según se mira la fachada, la calle de la Plata; a la derecha, los estribos del Puente de San Alejandro y, al fondo, la playa del Río Guadalete. En esa casa conservaba un retrato al óleo, de tamaño natural, de un pariente de su madre, el Padre de la Concha, sacerdote que, según él decía, era el "fundador de la estirpe".

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Torre de Doña Blanca. Yacimiento Arqueológico.

A sus incursiones y excavaciones arqueológicas por la Vega de los Pérez y por el Castillo de Doña Blanca se debe el conocimiento posterior de esos yacimientos y de lo que él llamaba el "cementerio de los gigantes".
Dejó muchas poesías ingeniosas y bien construidas y dos tomos infumables sobre Tartessos. Su biblioteca que vi, después de faltar él, era escogidísima y muy nutrida en obras raras y curiosas.
Lo conocí de observarlo en la tienda de Manolo Gatica, en la esquina de las calles Cielo y Espíritu Santo, donde se reunía con Miguel Caro Beato, con Javier Ruiz de Cortázar y Tosar de Zurutuza, con Juanito Buhigas, con Juan Antonio Campuzano de Hoyos, con Luis Benvenuti Morphy... Y allí arreglaban el mundo. Cuando lo tenían arreglado y Gatica cerraba, se decía que Don Francisco, con algunos otros, se quedaba hasta bien tarde para oír Radio Pirenaica, emisora clandestina que ponía de chupa de dómine al régimen franquista, con lo que se solazaban los reunidos.

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Almacén de Gatica. (Foto: José Ig. Delgado Poullet. Centro Municipal de Patrimonio Histórico).

Durante un tiempo frecuentó la tienda de Gatica el Párroco de San Joaquín, Don José María Rivas, que se hizo amigo de don Francisco, le rebatía sus teorías esotéricas y le sermoneaba, entre copa y copa. Así, una mañana, siendo yo muy jovencito, llamaron a la puerta de mi casa, salió mi padre y oí a Eduardo Ciria: "Luis, acaba de morir papá y se ha reconciliado con la Iglesia". Igualito, igualito, que el don Guido de Machado. (Texto: Luis Suárez Ávila).

aquilinoduquegimeno_puertosantamariaEl escritor Aquilino Duque Gimeno conoció a Francisco Ciria, y lo utilizó, como personaje literario, con nombres diversos en varias novelas de juventud del propio Aquilino, cuya acción transcurre en El Puerto, con personajes ficticios, caricaturizados, inspirados en personas reales, calles y plazas reales y apellidos locales: «La Operación Marabú» (Editorial Renacimiento). Otras novelas fueron «Los Consulados del Más Allá» y «Los Agujeros Negros». Lamentaba el escritor no haber conocido este texto de Luis Suárez cuando escribió «Mano en Candela». He aquí un fragmento de La Operación Marabú:

"Era Juan Ignacio Benvenuti varón de magras proporciones y aventajada estatura. La leve cargazón de los hombros, la vaga lejanía de la mirada, el perceptible temblor de las manos, lo ingrávido y quebradizo de la apostura lo sustraían un tanto a las terrenas pesadumbres de la existencia, de modo tal que al caminar procedía cual si marchara sobre nubes. Ave zancuda y potestad angélica, los finos y largos remos lo elevaban muy por encima de sus semejantes; caminaba abstraído y eran sus piernas dos delgadísimas columnas de humo, transparentes a la altura de las canillas. Una diadema de cortos rizos coronaba de oro su frente alabastrina, reproduciéndose luego a la altura de las cejas en un áureo trazo sin solución de continuidad. Cobraba al sonreír una expresión a un tiempo augusta y bobalicona, y esta circunstancia, unida a lo rubio de su tez y lo desgarbado de su estatura le confería empaque y vitola de alteza real en el exilio. Solía con la mano izquierda hacer un gesto como de guardarse la cartera o un documento cifrado en el bolsillo interior de la levita, mientras que con la diestra parecía siempre estar dando bajo cuerda una propina o depositando con disimulo un billete galante en la consola de un “boudoir”. Ceceante la prosodia, pastoso  el parlamento, tenían sus frases y conceptos muy poco que ver con la prosa ambiente del ordinario mundo. Gustaba vestir estrecho pantalón a cuadros grises y negros, chaleco rameado con botones de nácar y entallada levita de amplios faldones que en determinados momentos parecían cobrar condición aerostática para arrebatar, tal un par de enormes alas negras, por los aires a su zancudo portador»

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fraymanuelterceroderozas_puertosantamariaNatural de El Puerto de Santa María (Cádiz), fray Manuel Tercero de Rozas pertenecía por la rama paterna a una familia noble oriunda del  lugar de Busta, Valle de Soba, situado en las montañas de Burgos. Descendía de la casa solariega de Rozas de notables hijosdalgos desde tiempo inmemorial, como consta en el expediente de nobleza de su familia  que se conserva en el Archivo Municipal de  El Puerto de Santa María. (En el cuadro, Fray Manuel Tercero de Rozas, del Orden de San Agustín, Obispo de Ycosia y Asistente al Santo Solio Pontificio. Cuadro de la Capilla de San Pedro de la Iglesia Mayor Prioral. Foto: Colección Camilo González Selma).

Tomó el hábito de San Agustín en el convento de Jerez de la Frontera  el 24 de mayo de 1698  y luego residió en el de Sevilla algún tiempo. Asistente al Solio Pontificio ya en 1736.  Fue predicador de tabla.  Durante el mandato del arzobispo de Sevilla Luis Salcedo y Azcona es nombrado obispo auxiliar  del arzobispado de Sevilla  de 26-11-1727 hasta su muerte el día 4 de julio de 1752  y  se le concede el título de obispo de Icosia., ciudad situada cerca de Argel, la iglesia no estaba presente en esta diócesis pues estaba extinta,  generalmente la Santa Sede otorgaba la titularidad de alguna diócesis ya extinta y la auxiliar de alguna existente.

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Imagen aérea de la Iglesia Mayor Prioral. (Foto Jorge Roa).

Nombrado visitador  general del arzobispado lo recorrió sin descanso y fue muy estimado por los fieles.   El 4 de julio de 1735  se asienta   en el libro de  hermanos  como miembro de la cofradía de sacerdotes de San Pedro de su ciudad natal, tenía ya 61  años. Realizó numerosas confirmaciones en la Iglesia de los Venerables Sacerdotes y en la parroquial de San Esteban en   1736, En 1737 el señor Salcedo le encomendó la visita eclesiástica de Jerez y el 29 de junio de 1738 asistió al arzobispo en la iglesia de Umbrete en la consagración que celebró como obispo de Córdoba de don Pedro de Salazar. Celebró la dedicación de la iglesia parroquial de San Vicente Mártir el 3 de julio de 1740.

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Lápida de la fachada de la Prioral que da a la Plaza de España, en la que queda constancia de la consagración de dicho templo por el Obispo Manuel Tercero de Rozas, natural de El Puerto, el 19 de mayo de 1748. Se puede leer su nombre al principio de la quinta línea, empezando por abajo. (Foto VGL).

Consagró la Iglesia Prioral  dedicada a Nuestra Señora de los Milagros de El Puerto de Santa María, su localidad natal, el 19 de mayo de 1748.  Y en Sevilla consagró la iglesia del Convento de San Agustín  el 27 de junio de 1749, también   el 28 de abril 1749 consagró la iglesia parroquial de  Maria  Santísima de la Asunción de Arcos de la Frontera, como consta en el Sermón  que predicó en esa solemnidad don Juan Camacho del Real Caballero, impreso en Cádiz en 1750 en la imprenta de don Roque Gómez Guiraun y que se conserva en la Biblioteca José Celestino Mutis de Cádiz.

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Grabado de la catedral de Jerez, vista desde el Alcázar.

Fallecido el arzobispo Salcedo en 1741, Tercero se retira a Jerez en cuyo Alcázar se aposentó en lo que más tarde se conocería como casa del obispo,  allí en su oratorio realizó confirmaciones todos los días de fiesta y otros actos más solemnes en la iglesia colegial del Salvador. Fallece   según el Año Xericiense el 4 de julio de 1752 y es enterrado  al día siguiente en el convento de San Agustín donde vivió de religioso y del que fue su prelado. En el libro de asiento de hermanos de la cofradía de San Pedro de la Iglesia Mayor Prioral de El Puerto de Santa María,  figura el 5 de julio como año de su  muerte.

Textos: Ana Becerra Fabra.

calaveraprioral_puertosantamariaBIBL.: Diccionario enciclopédico ilustrado de la provincia de Cádiz, Tomo VI,  Caja de Ahorros de Jerez,  1985; Puerto de Santa Maria ilustrado y compendio historial de sus antigüedades (1764) Edición y estudio de Manuel Pacheco Albalate y Enrique Pérez Fernández,  El Puerto de Santa María, Ayuntamiento,1997; J. ALONSO MORGADO, Prelados sevillanos o episcopologio de la santa iglesia metropolitana y patriarcal de Sevilla con noticias biográficas de los señores obispos auxiliares, Sevilla, Librería e imprenta de Izquierdo y compañía,  1906.


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De izquierda a derecha, los ujieres: Antonio Camacho Gamero, Juan Galán González y desconocido a la derecha de la fotografía. Al centro los Clarineros, Arce y Joselete Viñas, flanqueados por los Maceros Municipales, Manuel Camacho Gamero, el hijo y Manuel Camacho Luque, el padre. La fotografía está tomada en el antiguo Palacio Municipal de la Plaza de Isaac Peral. A la izquierda, la gran puerta del balcón que da a la plaza Isaac Peral, a la derecha la balaustrada de la doble escalera de acceso a la planta principal, al fondo las dependencias de acceso al Salón de Plenos. (Foto Colección LSA).

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Los maceros muncipales Camacho padre e hijo.  La Reina de las Fiestas de la Hispanidad en 1963,  María Fernanda Osborne Medina, a su derecha el ujier Galán. (Foto: Archivo Municipal).

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Los maceros en la actualidfad: Enrique Ganaza Suano y José Rodríguez Barquín; el primero es ordenanza en la Casa Consistorial y el segundo, ordenanza en el Centro de Andultos 'La Arboleda' a quien le falta una semana para jubilarse. Ver más información de los maceros, en anterior nótula de Gente del Puerto, número 25. Esta fotografía está tomada hace aproximadamente un año. (Foto: Jorge Roa).

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(Continuación). Descubriremos ahora nuevas facetas de Críspulo Martínez: empresario taurino y promotor constructor nada menos que del desaparecido Teatro Principal. Para enterarnos de su participación en esta última actividad, en la que podremos ver nuevamente su talante oportunista, sin que con ello queramos adjetivar peyorativamente su comportamiento, mas bien todo lo contrario, y también su  capacidad organizativa, recurrimos a un texto de José Ignacio Buhigas, actual Archivero Municipal, quien, con su contrastada maestría narrativa, nos ilustra al respecto:

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El Teatro Principal, a principios del siglo XX. (Foto Centro Municipal de Patrimonio Histórico).

EL TEATRO PRINCIPAL.
En 1842 la Junta de Beneficencia de esta ciudad elaboró un proyecto para construir un teatro por acciones en el local que poseía, calle Luna, esquina a la de San Bartolomé conocido por el nombre de Trabajadero de la Compañía, agregándole el antiguo reñidero de gallos que se halla a su espalda.
El objetivo de este teatro era el de sufragar las necesidades de un asilo piadoso y alentaba la Junta de Beneficencia a los vecinos a que consideraran que no deben mirar con indiferencia que les aventajen  los de las ciudades inmediatas en celo y amor por su país, edificando los de Jerez una costosa plaza de toros que ha arruinado la de esta Ciudad; y los de Sanlúcar un teatro cual nunca tuvieron y señalaba que el teatro será un monumento de gloria que trasladará las generaciones futuras su generosidad y su civismo.
El capital se conseguiría a través de 80 acciones de 2.000 reales y otras 20 más que representaría la Beneficencia. Sin embargo, un año más tarde la única esperanza de que se llevara a efecto el teatro era una proposición de data a censo hecha por don Críspulo Martínez, ya que la Diputación había prohibido invertir cantidad alguna del fondo de Beneficencia en la obra, ni puede distraerse para pago de premios de los accionistas ni algún otro objeto y las circunstancias de que el comercio de extracción de vinos estaba en el mayor abatimiento por un tratado con Gran Bretaña aconsejaban dejarlo para una época más prospera.

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El Teatro Principal, poco antes de su desaparición, pasto de las llamas. (Foto Colección Carlos Pumar Algaba).

La esperanza se cumplió: don Críspulo Martínez tomó a censo el solar y en mayo de 1845 estaba a punto de concluirse la construcción del teatro. El 18 de junio de 1845 la Academia Nacional gaditana de las Nobles Artes elaboró un informe del reconocimiento del edificio en el que resaltaba por su importancia y novedad una serie de detalles de la construcción, sobre todo de los palcos, el cielo raso y la cubierta; señalaba que las maderas eran de pino Flandes, que el ornato era bello y elegante y dispuesto con tanta ligereza y buen gusto que nada deja que desear y que su cabida era de 1.200 personas sentadas y 300 de pie, para concluir: en suma, este bello teatro, por su acertada y bien entendida construcción, su decoración y cabida, es digno de figurar en una capital

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Octavilla publicitaria de una función en el Teatro Prinicipal en 1883. (Colección de Tomás Ramírez).

PROBLEMAS CON LOS TOROS.
Los amigos de la fiesta nacional por excelencia, esos aficionados de El Puerto, ciudad de tan gran tradición taurina, sufrieron numerosos contratiempos, incontables penalidades en esta mitad del siglo XIX debido a las dificultades que se fueron sucediendo un año tras otro para gozar y disfrutar de espectáculos taurinos, cuya escasez era notoria, privando cada primavera y verano a un nutrido grupo de fervorosos admiradores del arte de torear de tan popular diversión.  Los empresarios brillaban por su ausencia. Había demasiadas formalidades que cumplimentar, excesivas cargas y  escasa colaboración de las autoridades a las que solo parecía importarle acceder gratuitamente a los espectáculos. Añádanle a lo dicho unas instalaciones deficientes y caras de mantener de un año para otro y el resultado es fácil: ausencia de beneficios y, por tanto, pocos espectáculos.

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“Descanso en la Plaza de Toros”. Obra de José María Uría, año 1870. Palacio de Meres. (Asturias).

Esa inquietud y malestar generalizado entre los aficionados locales animaron a un grupo, digamos pudiente,  a tomar la iniciativa y poner en marcha los mecanismos necesario, utilizando todos los recursos e influencias a su alcance para construir una plaza que sustituyese al arruinado coso existente, inservible para organizar espectáculos en sus instalaciones. Martinez Alfonso lo cita así en su gran obra “Plaza Real”: “Corría el año 1843. A iniciativas del Alcalde, D. Juan José Gay se va a crear una empresa anónima con el fin de construir una nueva Plaza de Toros y restaurar así el antiguo brillo y tradición de la fiesta portuense.”  La sociedad, cuya primera Junta Directiva la compusieron Jose Maria Albareda, Carlos Carrera, Nicolas F. Galarza y Francisco Miranda se autodenominó “Asociación Propietaria de la Plaza de Toros”. Adquirieron las defectuosas instalaciones existentes en 90.000 reales, abonando tan solo 30.000, aplazando el pago del resto a 8 años, hipotecando la nueva plaza en garantía del pago.  Consiguieron que el municipio les cediera la propiedad del terreno que ocupaba la plaza, el corralón de los encierros y la manga –camino o vereda ancha empalizada por el que introducían el ganado que venía conducido en manada desde el campo por los jinetes-  instalaciones que totalizaban casi once mil varas cuadradas de superficie, dándole la propiedad a censo reservativo o data a censo y durante toda una década pudieron dar satisfacción a sus socios y a los aficionados en general en el terreno artístico pero, sin embargo, en el económico “los éxitos no fueron tan sensacionales como en su optimismo y decisión esperaban sus directivos.”

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Toros en El Puerto en 1871. 25 y 26 de julio. Toreros: José Ponce, Rafael Molina Lagartijo y Manuel Fuentes Bocanegra. (Archivo Osborne).

DON CRÍSPULO, EMPRESARIO TAURINO.
En esta nueva coyuntura negativa aparece como salvador nuestro don Críspulo, al que recurren, conocedor de sus habilidades en estos pantanosos terrenos, los miembros de la junta liquidadora de la ya extinguida asociación de propietarios para intentar salvar la temporada de 1854. Inicialmente firma, con fecha 17 de marzo, un contrato de arrendamiento de la plaza. El arrendamiento lo hace realmente a petición de José Luis Gay, y conjuntamente con este, digamos que el autentico aficionado, interesado en que continuase existiendo espectáculos tras el fracaso de la sociedad antes mencionada, bautizándose ambos arrendadores como “Empresa Popular” Pero debieron surgir serios problemas de carácter legal, amenazando los antiguos propietarios del coso, a los que se les debía gran parte del importe aplazado, con impedir la  celebración de cualquier corrida si no liquidaban la deuda, ejecutando la hipoteca existente. Ante esta tesitura,  el Sr. Martínez Segura,  pocos días después del compromiso antes citado, decide comprar la Plaza de Toros y sus instalaciones anexas, haciéndose cargo del pasivo existente, abonando asimismo el diez por ciento de las acciones que se le presentasen y rescata los terrenos, abonando la pequeña cantidad en que se había fijado su precio.

Goya+11+Suerte+de+VarasTodo lo expuesto le supuso una inversión aproximada de 105.000 reales. Cuatro meses después recuperó la mitad, vendiendo el 50% de la revalorada propiedad –reparado el anfiteatro, libre de cargas y con más de 10.000 varas cuadradas de terreno de plena propiedad- a los hermanos Ramona, Nicolás y Valentín Galarza, quienes explotan empresarialmente la misma como “Galarza Hnos.” y, debiendo marcharles bien los negocios, deciden comprar nuevamente el 50% restante, en esta ocasión pagando la cifra de 70.000 reales, eso sí, en cómodos plazos mediante pagarés a la orden de don Críspulo quien, asimismo, se asegura uno de los mejores palcos para poder presenciar con su familia, gratuitamente, todos los espectáculos mientras existan cantidades pendientes de pago. (Ilustración: 'Suerte de varas'. (1824). The J. Paul Getty Museum – Malibú, Los Ángeles).

Goya+10+Diversión+de+EspañaLOS TOROS A MEDIADOS DEL XIX.

En estas transacciones apenas encontramos dos o tres mil duros de beneficio. Estamos convencidos que la satisfacción de haber complacido a varios buenos amigos que confiaron en él para sacar del bache o del socavón en que se encontraban los espectáculos taurinos suplían y hasta superaba mejores ganancias pecuniarias. Esos buenos aficionados, clásicos y puristas, ajenos a los espectáculos circenses que se estaban prodigando y poniendo de moda en la época: señoritas toreras, peleas con fieras y las llamadas mojigangas, similares al las denominadas “charlotadas” de nuestra época, llenaban el ruedo con su presencia hasta que eran desalojado por los alguaciles a caballo, vociferaban emocionados en la espectacular suerte de varas, gritaban pidiendo banderillas de fuego si el toro no embestía y prorrumpían en frenéticos aplausos cuando caía abatido de una certera estocada. Ellos, los  Galarza, Carrera, Aramburu, Albareda, Gay… supieron elegir al hombre adecuado. (Ilustración: 'Diversión de España' (1824-27). Biblioteca Nacional. Grabado de Goya).

Entramos ya en la parte final de este extenso apartado dedicado a Críspulo Martinez... Y el final no es otro que la muerte. La suya ocurrió el 17 de febrero de 1873.  En los últimos años era su hijo Juan Antonio el que llevaba la batuta y será este el que en su calidad de albacea se ocupe del reparto de bienes y asuma las delicadas decisiones que hubieron de tomarse, en función de la situación financiera de la familia en el momento de la desaparición del patriarca.   (Ver en Comentarios, o pulsando aquí, las disposiciones testamentarias, arreglos y filigranas que hubieron de hacer sus albaceas).

Al final de sus días, superados los 70 años, no sabemos para que proyectos o causas, pero seguramente para adquirir bienes desamortizados que titularía a nombre de otros, se “entrampó” como hemos visto, falleciendo con números rojos… aparentemente. No doy crédito a lo que reflejan los documentos y he trasladado fielmente aquí. Sin duda, el dinero estaría muy bien invertido y las propiedades en manos de sus herederos. Sería su última y pícara jugada, probablemente, pues Don Críspulo es acreedor del dicho “Genio y figura… hasta la sepultura”.

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El Teatro Principal caería, pasto de las llamas, hace 25 años, en marzo de 1984. (Foto Colección Carlos Pumar Algaba).

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Los bomberos, actuando ante lo irreversible. (Foto Pedro Lara. Colección Manolo Morillo).

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Los bomberos, actuando desde La Placilla. (Foto: Pedro Lara. Colección Manolo Morillo).

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El Teatro, después del incencio, preparado para el derribo y la especulación. Al final, no se consiguió que aquel espacio quedara para equipamiento público y se recalificó el suelo para viviendas. Los propietarios del suelo obtendrían pingües beneficios y la Ciudad se quedó, durante 24 años sin un espacio escénico. (Foto Colección Carlos Pumar Algaba).

Los descendientes de D. Críspulo Martínez  entroncaron con conocidos y prestigiosos apellidos de la sociedad portuense: Julia, con Carrera; Elena, con Barreda y los de Juan Antonio, que casó con María Teresa Colom y Víctor y procrearon ocho hijos, con los Galarza, Álvarez Campana, García Valdeavellano, Govantes y Pico.

(Textos: Antonio Gutiérrez Ruiz.)

Del trabajo inédito:  PERSONAJES PORTUENSES  DEL SIGLO XIX.

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En la fila superior, de izquierda a derecha: Manuel Martínez Alfonso, José López Ruiz, Francisco Viseras Alcolea, Tomás Quiles Sáchez, José Cepero Peralta, Luis Gutiérrez Calvo, Joaquín Calero Muñoz y Ventura Lozano Moreno. Agachados, de izquierda a derecha: Ramón González Montaño, Ángel Angulo Fernández, Leonardo Romero Maure e Ignacio Pérez Blanquer. 29 de mayo de 1999, en la calle del Instituto Laboral.

Ya han pasado 10 años, fueron lo días 28 y 29 de mayo de 1999, cuando se celebró el primer y único encuentro hasta la fecha de antiguos alumnos del Instituto Laboral y Santo Domingo, para agradecer a la Comunidad Educativa su extraordinaria labor docente ya que desde los inicios de la década de los 50, hasta mediados de los años 70, la dedicación y conocimientos de los profesores que pasaron por el Instituto fueron esenciales para forjar una buena escuela de alumnos. Por eso las ideas fluyen como un torrencial de recuerdos y de añoranzas  al mencionar este emblemático Instituto del que Antonio de la Torre González fue su primer alumno. En aquellos tiempos difíciles la dedicación y los conocimientos del gran elenco de profesores fueron esenciales para forjar una buena escuela de generaciones de alumnos que durante años sucesivos iban a estar dirigiendo y ocupando puestos de responsabilidad en la sociedad española.

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Patio del Instituto, donde se celebró el acto de homenaje y donde se encontraba la campana que daba los avisos. Una frase publicada en  Diario de Cádiz, y que era el titular de una crónica sobre el homenaje a los profesores allá a finales del siglo pasado, que decía: Y TOBÍO VOLVIO A TOCAR LA CAMPANA…” Fue realizada por el director de Gente del Puerto José María Morillo, alumno que fue también del Instituto.

Durante dos días inolvidables se fundieron en un  solo cuerpo trabajadores y alumnos, pensamientos e ideologías, penas, alegrías, recuerdos y vivencias. Y así ocurrió, todo se desarrolló a pedir de boca. Profesores, colaboradores y alumnos compartieron un montón de cosas. Amistad, compañerismo, ilusión, madurez, anécdotas. Pero sobre todo gratitud en ambos sentidos. Los pupilos por la enseñazas recibidas. Los maestros por las atenciones recogidas.

emilioflory_puertosantamariaEn el Acto Académico recibieron placas  como reconocimiento a todos estos años de entrega en su labor como profesores y colaboradores de la Comunidad Educativa. En la imagen de la izquierda,   Doña Francisca Sánchez Salgado, Paquita, limpiadora del Instituto  durante la década de los años sesenta y setenta del siglo pasado, recibe por parte Emilio Flor Jiménez, director del Centro en la fecha del primer encuentro de antiguos alumnos del Instituto, placa como reconocimiento a todos estos años de entrega en su labor como colaborada de la Comunidad Educativa. Emotivo fue cuando las esposas de los ausentes, de los que nos abandonaron, recibieron el aplauso de todo el alumnado presente en el añorado patio del Instituto.Admirables profesores, sin ningún género de duda y que durante ese primer encuentro pudimos valorar la inmensa calidad humana de los que se fueron y de los que estuvieron presentes en el acto. Todos permanecerán en nuestra memoria.
Comunidad Educativa del familiar Instituto Laboral, salvo error u omisión, que llevó el timón de este Centro durante su periodo de su vida:

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COMENTARIOS DE ANTIGUOS ALUMNOS

programa_institutolaboral_puertosantamaria“Cuantos buenos recuerdos se agolpan en mi mente y cuanta nostalgia de aquellos tiempos intensamente vividos al amparo de nuestros profesores. Cuanta paciencia tenían con nosotros. Éramos un poco como de familia… por lo que no pierdo la esperanza de que se les vuelva a hacer otro u otros homenajes que bien se lo merecen…” J.M. Fernández Izquierdo
“…aquel maravilloso Centro de Enseñanza Media, en el que, con diez / once años de edad (1952 /3), disponíamos de modernísimos medios (dos laboratorios de química, uno de física, una enorme y bien equipada aula de dibujo, talleres de mecánica, carpintería, electricidad y forja – cada alumno tenía su propio herramental y su banco -, proyector de cine, y la primera emisora de radio que tuvo el Puerto: “Radio Puerto de Santa María, Emisora del Instituto Laboral”, cuyo locutor era, precisamente, el Padre de José Mª Morillo – hermano pequeño de mi padre – según decía él), además, desde esa edad estábamos en manos de extraordinarios y jóvenes licenciados !todo un lujo y gratis total!...” Eloy Fernández Lobo

LOS VERSOS DE JORGE GARRIDO.

De unas décimas y algunos versos que mi amigo y compañero Jorge Garrido García, compuso y dedicó al profesorado, en el recordado Acto Académico celebrado el día 28 de mayo de 1999, transcribo las que dedicó:

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A Don Enrique Bartolomé López-Somoza:

Era enseñanza viviente,
el profesor coloquial
de argumento magistral
y su memoria una fuente
de frescor siempre envolvente
y de expresión atinada;
fue certeza retratada
dato más fidedigno;
atengo, abierto, benigno...
¡la maestra pincelada!

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A Don Manuel Martínez Alfonso.

Aunque la palabra es arte
y su buen uso un orgullo
no era la Lengua chanchullo
seguro en que respaldarte;
aprobar, era algo aparte,
casi lo mismo te daba:
¡Cuantos nervios atenazaba
del dire su efervescencia!
Ayer, que perdió el Valencia
y a ver si se le pasaba.

Jorge Garrido García, natural de la población serrana de Bornos, en  la actualidad ejerce como profesor de enseñanza. Fue pieza clave en la organización del Primer Encuentro de Alumnos del Instituto Laboral, coordinando la presencia en el acto de los alumnos internos del Instituto que se encontraban dentro y fuera de Península en la fecha del Encuentro. El autor de este artículo estuvo a cargo de la Coordinación del Encuentro.

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Aquel encuentro culminó con la inauguración de la calle Instituto Laboral colindante con el Colegio Público José Luis Poullet y la calle Giner de Los Ríos, en la que se encuentra las viviendas del profesorado, próxima a la Rotonda de la Puntilla, donde actualmente se coloca el mercadillo de los martes. Todo gracias a un reducido grupo de porteños que decidieron dar el paso adelante y aventurarse en organizar un acto donde quedara grabado con trazos indelebles el nombre de Instituto Laboral. La Corporación Municipal que presidía el exalcalde Hernán Díaz Cortés, que también fuera exalumno, accedió a la petición de los organizadores quienes argumentaron una labor bien hecha por educadores y que con el nombre de Instituto Laboral a la calle en cuestión era motivo de satisfacción de agradecer por parte de las generaciones de alumnos a toda la Comunidad Educativa lo mucho recibido. Finalizado el acto de inauguración de la calle Instituto Laboral, como toda gran historia se improvisó en las instalaciones del Club Náutico un almuerzo como despedida donde asistieron tanto profesores como alumnos venido de todas partes de nuestra geografía. (Textos: Antonio Carbonell López).

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Procesión del Corpus. En primer término, Carlos Román Ruiloba, Pbr. Coadjutor de la Iglesia Mayor Prioral, a su lado con el breviario, José María Rivas Rodríguez, Párroco de San Joaquín. Llevando el Palio: De izquierda a derecha de la foto: José Manuel de Terry Galarza, Ignacio Osborne Vázquez y  Javier de Terry  y del Cuvillo. En la parte opuesta del palio se ve la cara de Antonio Cólogan Osborne, Serafín Álvarez-Campana Gaztelu. Ramón Jiménez Loma. Detrás del Palio podemos ver a Manolo García (padre de García Campos), Jesús de la Rubiera y Pepe Lojo Espinosa. (Foto Laurá. Carnet de Empresa 4589. Parque Crevillet Fermesa. Blo. 3, 1º planta dcha. Colección JMM). Todas las fotografías corresponden al 13 de junio de 1974.

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De izquierda a derecha, el niño Antonio Benjumeda Arrobas, detrás guiando una de las andas del paso, Federico Herrera Síñigo; Juan Melgarejo Osborne y Tomás Osborne Vázquez con sendos velones;  Manuel Salido Gutiérrez, Parroco de la Prioral y Arcipreste del Partido y Ramón Jiménez Loma.  A la derecha, detrás, un Guardia Civil de gala. (Foto Rafa. Colección Archivo Municipal).

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La Corporación de chaqué, bajo mazas. En esta imagen vemos una de las filas, con Federico Aguirre Fernández, Oficial Mayor del Excmo. Ayuntamiento; Jaime Fernández Criado, Secretario General del Excmo. Ayuntamiento y los concejales, Manuel Martínez Alfonso, Eligio Pastor Nimo, Pedro Prados, Juan Ponce, Javier Merello Gaztelu y Carlos del Poyo Navas, Primer Teniente de Alcalde. (Foto Rafa. Archivo Municipal).

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De izquierda a derecha, Nicomedes Santos Luis, Comisario Jefe de Policía; José Luis Suárez Gutiérrez, Juez de Primera Instancia e Instrucción; Fernando T. de Terry Galarza, Alcalde de la Ciudad en 1974; Manuel Sañe Mateo, capitán de corbeta y Ayudante Militar de Marina de El Puerto y el capitán de la Guardia Civil Luis Fiteni; detrás, de blanco, dos policías locales de media gala: desconocido y Carlos. Y a continuación la Policía Local de gala. (Foto Rafa. Archivo Municipal).

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En la fachada del antiguo ayuntamiento, en la Plaza de Isaac Peral, ante una puerta decorada con ramas verdes y flores, se procede a la bendición de el pueblo, cuando la iglesia y el estado estaban muy unidos. A la izquierda el Lábaro (*) o estandarte de la Archicofradía del Santísimo Sacramento que era portado por Nicolás de Terry Galarza quien no aparece en esta foto; de rodillas, José Luis Osborne Vázquez con el hachón o velón de los hermanos de dicha congregación; portando la Custodia, Carlos Román Ruiloba, a la izquierda de espaldas, Manuel Román Ruiloba, a la derecha, José María Rivas Rodríguez y de espaldas también, mas abajo, Elías Rodríguez Martín y a su derecha, el Padre Martínez, hijo predilecto de la Ciudad de El Puerto. (Foto Laurá. Colección JMM).

(*) Lábaro: Estandarte que usaban los emperadores romanos, en el cual, desde el tiempo de Constantino y por su mandato, se puso la cruz y el monograma de Cristo, compuesto de las dos primeras letras de este nombre en griego. (RAEL). Por tanto, el lábaro, tambien llamado "labarum" en el Bajo Imperio, se llevaba en los ejércitos por un oficial llamado "labarifero", que correspondía a los abanderados de los ejércitos modernos y tambien delante de las procesiones que hacían los primeros fieles y a imitación de aquel se cree que se introdujo la costumbre de llevar los estandartes o pendones cuadrados que posteriormente se usaron, llamados "confalone" por los italianos. (W).

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firma_crispulo_martinez_puertosantamariaEl pasado miércoles se celebró el 209 aniversario del nacimiento de Críspulo Restituto Martínez Segura --Críspulo Martínez--, acontecido el 10 de junio de 1800. Este dinámico y emprendedor portuense figura citado en el imaginario Libro de Honor de historia local por haber conseguido hacer realidad un viejo sueño de nuestros abuelos: un espacio escénico multiuso, un teatro de estilo italiano, de los llamados de herradura, con un aforo de mil quinientas personas. Para distinguirlo de los otros existentes, más modestos y antiguos, se le bautizó como “Teatro Principal”. Desde mediado el siglo XIX hasta casi el último tercio del XX seis generaciones de nuestros paisanos, “Gente de El Puerto”, disfrutaron de sus espectáculos. Ya conocen como acabó: hecho cenizas. Afortunadamente, ocupa su espacio cultural, en otra ubicación, con el estilo y uso que marcan los tiempos actuales un nuevo teatro al que han dado, acertadamente en mi opinión, el nombre del popular comediógrafo local: Pedro Muñoz Seca. Para conocer en profundidad sus antecedentes familiares, pueden hacer click aquí con el ratón, o ir directamente a los comentarios de esta nótula.

Los fundadores de esta saga familiar portuense de los Martínez, algunos de cuyos  descendientes directos, correspondiente a la cuarta, quinta y sexta generación continúan residiendo en El Puerto de Santa María doscientos y pico años después, (Galarza, Álvarez Campana, García Valdeavellano, Govantes y Pico), fueron el matrimonio formado por el riojano Juan Antonio Martínez Guas y la madrileña Eusebia Segura España. Se habrían casado en Cádiz en fecha que no hemos podido determinar, estando residiendo en El Puerto con anterioridad a 1789, año en el que figura inscrito en el Censo de frutos civiles y manufacturas de la localidad como propietario de una tenería o fábrica de curtido, nombrada “Nuestra Señora de los Dolores”, situada en la calle Pozos Dulces, cercana a la ribera del Guadalete, aproximadamente a la altura del espacio que ahora ocupa el aparcamiento frente a la iglesia conventual del Espíritu Santo.

sardineria3_puertosantamariaCuando nació nuestro personaje, sexto hijo del matrimonio, habían traspasado el negocio de tenería, manteniendo una participación en el mismo. La madre había recibido una suculenta herencia al fallecer su padre, miembro destacado de la burguesía comercial madrileña, adquiriendo la casa palacio de calle Sardinería 3 –actual Javier de Burgos- en la que se instaló toda la familia hasta que se mudaron a Larga 119 antiguo, que correspondería al 68 actual en el primer tercio del s. XIX. Así pues, en los primeros años del siglo citado, encontramos a don Juan Antonio convertido en rentista, especulando en diversos campos de los negocios y... metido en política, ocupando el cargo de Regidor interino en el consistorio municipal.  Su familia, de la que apenas hemos dado algunos datos genéricos se había visto incrementada con dos nuevos hijos: Críspulo Restituto, que nació el 10 de junio de 1800 y Rafael José, en benjamín familiar, que vino al mundo el 24 de octubre de 1801. Los otros, nacidos todos ellos en el siglo XVIII, fueron, de mayor a menor, Manuel, Vicente, Celestina, Maria de los Dolores, José, Miguel y Juan Manuel. Tres de los citados fallecieron en plena juventud, en estado de soltería todos ellos.  José,  falleció cuando la familia vivía aún en la casa de calle Sardinería  de la que se mudaron cuando abandonaron las tropas francesas la ciudad, siguiéndole Maria Dolores en 1813 y, finalmente Vicente, en 1817. (En la imagen, fachada de la casa de Sardinería, 3, recientemente restaurada. Foto AGR).

CUMPLEAÑOS CON EL SIGLO.
Críspulo Martínez cumplía año con el siglo. Singular personaje  de una época en que todo en nuestra ciudad giraba en torno al negocio del vino, en el que no tenemos constancia participara. Extrovertido,  emprendedor, imaginativo, oportunista… tocó casi todos los palos del mundo de los negocios para los que tenía un don especial y un atrevimiento inusual, amén de una amplia experiencia de los años que pasó en Cuba.

nacecrispulomartinez_puertosantamariaEn 1829 contrajo matrimonio con Elena Picard Golf, unión que duró treinta años, hasta el fallecimiento de la citada, ocurrido el 5 de mayo de 1859, cuando estaba enfrascada en los preparativos de la boda de su hija mayor.   Tuvieron cuatro hijos: Julia, Guillermo, Elena y Juan Antonio Martínez Picard, permaneciendo don Críspulo viudo hasta su fallecimiento. La hija mayor,  Julia Martínez Picard, a pesar de la tragedia familiar, se casó en la fecha que tenía prevista, el día 15 de mayo, sin celebración lógicamente, con Enrique Carrera Ravina. Falleció  Julia en 1888, sin  descendientes, heredando  los hijos de su hermano Juan Antonio. Entre los bienes, destacaba una extensa biblioteca, en la que figuraban los libros mas populares y leídos de su época y una hacienda de viñas con caserío y frutos nombrada “La Julia” situada en el camino viejo de Rota, finca que aún conserva este nombre. Su hermana Elena, se había adelantado a la primogénita contrayendo matrimonio unos años antes, en  1855, con un joven sanluqueño: Manuel Rodríguez Roldán. Tuvieron  tres hijos: Elena, Luisa y Enrique Rodríguez Martínez.  El hijo menor de Críspulo  fue el más prolífico. Los descendientes de Juan Antonio Martínez, muchos de los cuales viven integrados en la sociedad portuense actual, entroncaron con otras familias estimadas en la localidad, multiplicándose ampliamente.

planohabana_1850Y el otro varón, Guillermo, acompañó desde muy joven a su padre en lo que podemos considerar su etapa cubana de negocios, amplio periodo de tiempo del que apenas tenemos información, nunca volvió a El Puerto, avecindándose de forma definitiva en la capital cubana, sin que tengamos otras noticias de él aparte de su emigración voluntaria y de los poderes que dio a su hermano Juan Antonio para representarlo en el reparto testamentario de su padre.

DON CRÍSPULO, HOMBRE DE NEGOCIOS.
Buena parte  de los negocios de don Críspulo, al menos  los que hemos podido conocer,  estaban basados en la especulación pura y dura. La venta de numerosos bienes clericales, consecuencia de las decisiones de los políticos de la época (las desamortizaciones), interpretando el malestar social existente al respecto, sería terreno abonado en el que se movió con diligencia y gran “vista comercial” nuestro personaje que compraba y revendía obteniendo beneficios, supuestamente, al mismo tiempo que mejoraba su solvencia personal con todos estos movimientos de capitales, que casi cuenta eran propios, curiosamente, obtenido mediante prestamos que pagaba fraccionado con pagarés o créditos hipotecarios sobre los inmuebles y propiedades que adquiría. La compraventa de casas, accesorias y solares sin edificar  fueron una constante en la activa vida de don Críspulo. Realizaba obras de mejoras, segregaciones, permutas, intercambios y toda suerte de trapicheos conducentes a rentabilizar lo adquirido de tal suerte que, a la hora de volverlo a vender, se obtuviesen los mayores beneficios.  En los expedientes de licencia de obras de estas décadas intermedias del siglo XIX pueden comprobarse algunas de las acciones citadas, referidas a casas en calle Santa María, Ganado, Luna, Nevería o Aurora.

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La Casa de la Torre, vista desde el crucero de las calles Luna con Larga. A la izquierda está hoy la tienda de Talgo. A la derecha, en el edificio desaparecido, la sucursasl de un banco de las Vascongadas. (Foto Colección Antonio Leveque).

LA CASA DE LA TORRE.
Las dos adquisiciones mas notables en lo que a inmuebles se refiere fueron: la casa nº 7 de calle Nevería, llamada “de la Torre”, que estaba apreciada en más de trescientos mil reales, adquirida al Estado en 1860. Esta casa formaba parte del complejo construido por los jesuitas para hospicio,  centro de enseñanza y alojamiento de los numerosos miembros de su comunidad, que ocupaba parte de la manzana entre Nevería y San Bartolomé, de esquina a esquina, siendo la torre, inconclusa como el resto del edificio que no llegó a finalizarse al producirse la expulsión de la Orden, el campanario de la iglesia. Críspulo Martínez intentó conseguir permiso para derribar la torre no sabemos con que objeto, posiblemente para obtener una mejor distribución de las estancias o habitaciones para su alquiler.

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A título de curiosidad informamos que esta torre, debido a su altura,  fue utilizada durante la Guerra Civil como lugar de vigía, instalándose en la plataforma  superior o azotea, los dispositivos de alarma antiaérea para avisar a la población civil en el supuesto de amenazas de bombardeos.

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La Plaza del Carmen a finales del siglo XIX. A la izquierda la Casa de la Aduana, al fondo, el Castillo de San Marcos, en segundo término una nave  auxiliar para la  industria de la pesca y delante muelle embarcadero; a la derecha al fondo el que sería Colegio de la Pescadería y el Palacio de Aranibar. (Foto: Centro Municipal de Patrimonio Histórico).

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La Casa de la Aduana en el año 2002. Ha desaparecido la espadaña que coronaba la linterna del edificio. Donde estaba la Casa del Carmen, los edificios de viviendas y la desaparecida Cofradía de Pescadores. (Foto Mata).

CASA DE LA ADUANA.
La otra adquisición importante fue la “Casa de la Aduana” llamada así por haber tenido esta utilidad durante muchos años, aunque realmente fuese construido este bello edificio por el Estado como Real Fábrica de Arguardientes y Licores, cuando ostentaba el monopolio de producción de esta modalidad alcohólica. El frente principal del edificio que en la actualidad está reconvertido en sus pisos altos en un establecimiento de hospedaje, con otros negocios de hostelería en su planta baja, ocupa toda la extensión de la calle Maestro Veneroni, dedicada a uno de los insignes músicos que dirigieron la Banda Municipal. Mediado el siglo la fachada se abría a una plaza entonces denominada de la Pescadería y antes llamada de la Herrería.

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Interior de la Casa de la Aduana. Escaleras de acceso al establecimiento de hospedaje situado en la actualidad en los pisos superiores del edificio. (Foto AGR).

Ocupaba una superficie de 3.294 metros cuadrados, siendo escriturada a su nombre en1862, adquiriéndola en poco más de 300.000 reales mas intereses,  fraccionando el pago en pagarés de vencimiento anual por importe de 20.413 reales cada uno. A este emblemático edificio portuense, en el que se instaló, añadió los solares y cobertizos existentes a espaldas del mismo, entre este y la casa de las Cadenas, labrando en parte de ellos tres naves de bodegas. Estos terrenos los adquirió a Enrique Carrera Ravina ese mismo año, con meses de diferencia. Todos ellos, así como la Casa de las Cadenas que en esa fecha pertenecía al conocido armador Andrés Sabonés formaron parte del patrimonio de los herederos de la familia Vizarrón, perteneciendo hasta pocos años antes al Marqués de Perales que había vendido a censo a los mencionados Carrera y Sabonés. Concretamente el censo con  que figuraban gravados  los terrenos adquiridos por don Críspulo ascendía a la nada despreciable cantidad de 66.666 Reales.

SEGURO MILITAR

Uno de sus negocios de juventud lo realizó en sociedad con su madre y sus hermanos Manuel y Rafael. Todos ellos crearon una especie de compañía aseguradora que garantizaba a sus asociados o en su caso,  a los hijos de estos, mediante el pago  de una modesta cuota, liberarles del servicio militar en el caso de entrar en el cupo que cada año se sorteaba, bien mediante el pago del importe del rescate al uso en los soldados por sorteo o, incluso, “poniendo sustitutos a los individuos que se inscriban y les toque la suerte de soldados.”   Para garantizar el cumplimiento de este compromiso y obtener la licencia municipal la familia Martínez Segura hipotecó la casa de Sardinería, 3, hipoteca que perduró casi cincuenta años. (Continuará).

(Textos: Antonio Gutiérrez Ruiz.)

Del trabajo inédito:  PERSONAJES PORTUENSES  DEL SIGLO XIX.

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