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serafinalvarezcampanagaztelu_puertosantamariaEl Puerto de Santa María ha tenido ilustres vecinos, hijos de la Ciudad, que han destacado por diversas facetas en la historia de las letras, las artes, las ciencias o en el ejercicio de su profesión. Este es el caso de un porteño que traía en 2008  con su persona y a la Ciudad, la primera Medalla al Mérito en el Servicio a la Abogacía que se concede a un licenciado en Derecho nacido en la localidad, otorgada por el Consejo General de la Abogacía Española.

Serafín Álvarez-Campana y Gaztelu, padre de familia muy numerosa, abogado desde hace 50 años -y todavía, con sus más que suficientes años que no aparenta, ejerce con algún asunto por ahí- se licenció por la Universidad de Sevilla y empezó desde muy joven desde el bufete de su padre, cuya cartera de clientes consolidó y amplió.

Persona muy conocida y relacionada en El Puerto. Creo que lo conozco desde que tengo uso de razón. Y es que, de chico, iba con mi padre a la Academia de Bellas Artes ‘Santa Cecilia’ de la que Álvarez-Campana fue su presidente, y allí estaba Serafín, impulsando la Cabalgata de los Reyes Magos, la que a los niños nos traía más ilusión que juguetes.

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Serafín Álvarez Campana en el centro, magníficamente rodeado por un grupo de jóvenes en 1964, en el callejón de la Plaza de Toros,  durante la corrida de las Fiestas de la Hispanidad. Distinguimos, agachados a la izquierda a Luis Suárez Avila e, igualmente agachado a Fernando Gago García.

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En el desaparecido Teatro Principal, durante los Juegos Florales. Le precedía en el uso de la palabra Francisco Montero Galvache.

Había una obra de teatro en el Principal, representada por una compañía de aficionados locales, y de nuevo veía a Serafín interpretando algún personaje de ‘El Divino Impaciente’. Recuerdo que también le vi, en un abrir y cerrar de ojos de mi memoria, entre las desaparecidas botas de Casa Lucas, en animada tertulia con las fuerzas vivas de la época.

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De izquierda a derecha Serafín Álvarez-Campana, Eligio Pastor Nimo, Isabel Portillo Cía de mantilla y Eduardo Ruiz-Golluri en el Parador de Fuentebravía. Año 1964.

También fue organizador activo de los Juegos Florales que con motivo de la Fiesta de la Hispanidad, se celebraban en el Teatro; eran días de jornadas de puertas abiertas en los barcos de la Armada Española que estaban amarrados en el cantil del muelle pesquero, con desfiles y composiciones musicales interpretadas por bandas de música de la Marina de Guerra.

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Actuando como abogado sobre los terrenos y obras del Colegio de La Salle, ante  S.E.R. el Cardenal José María Bueno Monreal, a principios de la década de los sesenta del siglo pasado. /Foto: Rasero.

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En la imagen de izquierda a derecha, Eligio Pastor, Camacho, Juan Lara, Serafín Álvarez-Campana y Alfredo Bootello, durante la inauguración del Aula de Pintura ‘Juan Lara’, en la actual sede de la Academia de Bellas Artes ‘Santa Cecilia’.

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La imagen capta la entrega de la Banda de Honor del Club de los Polémicos de Bellas Artes, a Serafín Álvarez-Campana. De izquierda a derecha: Francisco Guerrero Rosso; Antonio de la Torre González; Manuel García Sánchez; Francisco Basallote Roca; Serafín Álvarez Campana Gaztelu; Manolo (se le ve un poco la cara); Angel Pantoja del Puerto; JosÈ Beltrán; Repetto; Manuel Lojo Espinosa; Juan Sánchez Romate (se le ve un poco la cara). (Foto: Pantoja).

Por lo que le he seguido, -como he seguido la trayectoria de tantos amigos de mi padre- se que ha colaborado con diversas publicaciones religiosas y pregonado, entre otros, los actos de exaltación del Rocío.

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Los concejales Serafín Álvarez-Campana, Rafael Sevilla, Miss Simpatía y Manuel Lojo, durante la Feria de 1973 en un acto de entrega de premios en la Caseta Municipal.

Siendo concejal de Parques y Jardines, en la década de los setenta del siglo pasado, con el alcalde Fernando Terry Galarza, sus compañeros de la Junta de Gobierno Local -entonces llamada Comisión Permanente- acordaron por unanimidad darle una sorpresa como reconocimiento a su labor.

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Fuente de San Serafín, en el Paseo de la Victoria. Septiembre de 1972.

Bautizaron con el santo nombre de ‘Fuente de San Serafín’ a la que se encuentra junto a la Ermita de los Caminantes, en el Paseo de la Victoria, por el eficaz trabajo de remozamiento y ajardinado que, sobre dicha fontana, se realizara bajo el mandato del concejal Álvarez Campana camarista que fue, al igual que su madre, de dicho oratorio de los Caminantes, que ha tenido desigual suerte en los últimos años.

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Homenaje recibido por nuestro protagonista en el antiguo Salón Parroquial de la Iglesia Mayor Prioral, donde se encontraban las obras de Rodríguez Losada. De izquierda a derecha, el maestro Antonio Nogués Ropero, el Primer Teniente de Alcalde, Carlos del Poyo Navas, el Arcipreste Manuel Salido Gutiérrez, el homenajeado y el médico Joaquín Muñoz Bela. 28 de abril de 1974.

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El Pregón de 1995 de la Hermandad del Olivo fue ofrecido, conjuntamente, por Juan Ignacio Varela Gilabert, Manuel Martínez Alfonso, Serafín Álvarez-Campana Gaztelu, Francisco del Castillo-Merino Tellería, Juan Durio Siloniz, Luis Suárez Ávila, Enrique Pedregal Valenzuela, Jesús Nogués Ropero, Antonio Muñoz Cuenca y Juan Villarreal Panadero.

Cada vez que escucho "Morillito" se que quien me llama es el bueno de Serafín, cuyo sentido del humor tengo acreditado desde hace muchos años y que él renueva constantemente con las nuevas generaciones que con él se relacionan ¿Verdad Silvia Díez y Juan Fernández de Mesa? Desde que le dieron la merecida distinción en la capital gaditana el Ilustre Colegio de Abogados, ya esta El Puerto en el medallero, por Derecho. /Texto: José María Morillo.

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A los postres de una perezosa  primavera que se resistía a irse sin ser testigo del venturoso advenimiento. Como si de un delicado dulce de arrope moscatel se tratara, el día 5 de Junio  de 1925, en la humilde familia que vivía en el número 10 de la  calle Cemento,  de la vecina villa gaditana de Chipiona. Miientras Leonardo Naval, --su padre--, apuraba un cigarro y ya liaba otro, entretanto aguardaba en la calle, aplacando como podía los nervios del momento del parto de su esposa, Pastora Blanco. Ésta daba a luz a María Antonia Naval Blanco que venía a ocupar el tercer lugar entre los cinco nacidos del matrimonio. Las campanas de la parroquia de la Ntra. Sra. de la O, tañeron a gloria por el nacimiento de aquella niña, como era costumbre por aquellos días en esa villa marinera, vinatera y campera... La niña María Antonia, vivió su infancia como el resto de su vida hasta nuestros días, con un espíritu  lleno de abundancia en dones afectivos, que rebosan una bondad natural, que la hace especial para todo el que la conoce. 

marianaval_nina_puertosantamariaLA INFANCIA.

De aquella primera vivienda en la casa de vecinos de la calle Cemento, se muda la familia a otra que adquieren sus padres en el Barrero, por aquel entonces en las afueras del pueblo, aunque más cercana al Santuario de Ntra. Sra. de Regla que tanto marcaría su vida. Leonardo, la llevaba al campo desde muy pequeña, --habla de su padre como si de un santo se tratara--. Él le inculcó el amor por las cosas de Dios descubriéndolo en cada golpe de azada o en cada esquimo de vid y en su Bendita Madre de Regla a la que solía visitar asiduamente. Tenía un primo hermano del mismo nombre que él en el Santuario: Fray Leonardo, que en los difíciles años de la posguerra, amparaba a su primo, proveyéndole en más de una ocasión, las necesarias viandas para paliar las penurias alimenticias de su casa. Todas estas cosas, aquella chiquilla las meditaba en su corazón amasando un carisma que la marcaría por siempre, haciendo de ella la gran mujer que es.

Entre sus  juegos de niña estaban ayudar en su casa a atender las labores propias de ella con sus hermanos, Eduardo, Mª Regla, Rafaelito y la pequeña Charo. Aprendió corte y confección, sacándole el máximo provecho a este oficio, para el beneficio de su casa.

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Nuestra protagonista, la primera por la izquierda, con la familia y algunas amigas.

En más de una ocasión, con su amiga Pepita, hija del Farero por aquellos tiempos, limpiaba y barría las escaleras del Faro de Chipiona, del que dice que no recuerda cuantos escalones tenía, aunque los contó mas del mil veces. Atendiendo a la llamada de su corazón, se vincula a la Comunidad Franciscana del convento de  Regla, participando primero como catequista y más tarde a la llamada  de la vocación religiosa, siendo postulante de la Orden, con la proposito de profesar como monja; pero los tiempos eran difíciles y su dote era escasa, por lo que tuvo que desatender la idea.

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Rafael Moreno Porto, una conocida y María Antonia Naval Blanco.

Ya por entonces la rondaba, aunque se conocían desde niños, un atractivo mozo de catorce años que siempre andaba de capeas en las vecinas ganaderías portuenses; pero que cada vez que podía darle esquinazo a sus padres en El Puerto, se olvidaba de los toros y de todo lo demás y se plantaba en Chipiona, de donde también era natural, en bicicleta en tren o como fuera con tal de estar un rato junto a Mari. ¡Como le entró el amor a Rafael Moreno, que le cambió hasta el nombre, para sentirla más cercana con menos palabras! Mari, desde entonces bebió, ha bebido y aún después de su muerte sigue bebiendo los vientos por su esposo del alma, a quién recuerda cada instante de su existencia.

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Una costumbrista imagen de la pareja.

EL MATRIMONIO.

Otra vez la primavera tardía, lleva de la mano a un par de  enamorados al altar de la Parroquia de la O donde se  juran amor eterno, el 2 de Junio de 1949. El repique de los bronces de su campanario, doblaron a gloria en la villa, para regocijo y alegría compartida de sus moradores. Mari y Rafael eran marido y mujer bendecidos desde aquel día, con los Sagrados Vínculos Sacramentales del Matrimonio. El mismo día se trasladaron al Puerto, fijando su domicilio en la calle Sierpes, 5 de esta localidad. Allí nacieron su extensa prole; Eduardo, Juan Rafael, José Antonio, Leonardo, Rafael Ángel, Rosa María, Salvador, María Regla, María Antonia fallecida al nacer y la benjamín del mismo nombre; Mari Toni.

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De izquierda a derecha, Eduardo, Juan Rafael, José Antonio, Regli en los brazos de su padre, Leonardo y Salvador. Sentados, Rafaelín autor de esta nótula, nuestra protagonista, Mari Toni y Rosa.

La austeridad de los tiempos y las muchas ocupaciones que le daban el cuidado de los hijos; recuerda, que tenía que hacer hasta las marineras del uniforme escolar, que lucían sus hijos tiesas de almidón como el bigote de D. Nicanor, en el  colegio del Asilo de Huérfanas, a quienes le unía una especial estima, considerando a  Sor Bonifacia, Sor Aguilar y a toda su comunidad, como de la familia que no tenía en El Puerto. Fueron sus confidentes, su apoyo moral  y su socorro  en más de una difícil situación, quedándoles eternamente agradecida.

EL OBRADOR DE LA CARNICERÍA DEL LENGUE.

El trabajo en el obrador de matanzas que tenía en la azotea de la casa de la calle Sierpes, donde se elaboraban las exquisitas mantecas, longanizas, butifarras, morcillas  y salazones que dieron fama a la carnicería del ‘Lengue’, también llenaba sus días, que aunque siempre tenía quién le ayudara como: la tata Loli, la Loli chica, la tata Rubia y la Can con el padrino el Guardia que fueron también su familia cercana, la Cándida, fue en casa como una segunda madre para todos especialmente para el que suscribe, pues en su casa viví mientras papá se recuperaba de un gravísimo accidente que relato más adelante; todas ellas, amigas y paisanas que vinieron a esta tierra a casa de Mari casi por nada y aquí se quedaron, e hicieron sus vidas; fueron su apoyo diario, aunque Mari siempre fue la vela de aquel barco cargado de chiquillos, labores e ilusiones.

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‘PRACTICANTA’.

Era la ‘practicanta’ del barrio, siempre había un enfermo al que ‘pinchar’, a la que ella generosamente acudía. Aprendió  a poner inyecciones,  prestando el cuidado y la atención de enfermería a su querido y recordado suegro, José Moreno Serrano ‘el Lengue’, enfermo diabético desde la juventud por lo que tuvo que dejar su carrera de torero, para dedicarse al noble arte del tablajero o carnicero. Ella lo recuerda cariñosamente;  pues dejaría una huella especial en su corazón,  por su talante optimista, desprendido y afectivo, estando muy al quite de cualquier cosa que pudiera necesitar Mari. /Su suegro, Rafael Moreno Serrano, 'el Lengue'.

Su azarosa vida llena de ocupaciones, no impidieron que disfrutara en su nuevo estado de los privilegios de vivir en la gran ciudad de El Puerto, afamada por aquellos días por su ambiente señorial, sus espectáculos teatrales donde acudían gentes de toda la provincia a deleitarse con las mejores compañías de teatro y revistas en el  recordado Teatro Principal y como no a esa mas que singular Plaza Real, por donde siempre pasaron las mejores cuadrillas del momento taurino. A todos estos espectáculos gustaban de ir cada vez que se lo podían permitir.

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Con la familia y algunos más, en la Feria de Ganado de 1958,

Una de las fiestas que mas disfrutaban con sus hijos, era la feria del ganado, a la que en más de una ocasión acudía su esposo como ganadero que fue, presentando ejemplares de toros o de vacas, participando en el concurso de producción lechera en los que se medía la cantidad de leche que cada vaca producía en dos mareas de ordeño, venciendo la que mas litros daba. Recuerda el coche de caballos que tenían, cargado de chiquillos y de patatas con tomates, para la Feria o para la playa de La Puntilla en el Bar Murga, para darles los quince baños perceptivos a los chiquillos, siempre por supuesto,  después que la Virgen del Carmen hubiera bendecido las aguas.

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En la imagen, el padre de los Hermanos Moreno, Rafael Moreno Porto, ‘Lenguito’, en una foto en el puesto de la Plaza, en los años sesenta. La familia vivía a escasos metros, en la calle Sierpes.

...continúa leyendo "1.821. MARÍA ANTONIA NAVAL BLANCO. La matriarca viuda del ‘Lengue’."

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De izquierda a derecha, Domingo Rosado Ramírez (nótula 290 en GdP) con un vestido de 'Lo que el viento se llevó';  Luis del Pino Robles ‘Luis el de los Huevos’ (nótula 203 en GdP) vestido de 'Carmen Miranda' y Francisco Rodríguez ‘Paquito’, vestido de cabaretera casual.

Nunca mejor que ahora este palabra coloquial de nuestra Ciudad, --recogida por primera vez en el Diccionario de la Lengua en 1970 y en 2010 en el Palabrario Porteño--, define mejor a este trío de transformistas: ‘coloquialmente, parecido a  una mujer en su persona y en sus maneras’. U.t.c.s.m. (Usado también como sustantivo masculino). Otros sinónimos, unos mas políticamente correctos que otros son: de la otra banda, de la piompa, que cosen pa la calle, vagoneta, tiene una vena/venazo, sarasa, chai, ...

 

 

 

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Joaquín Calero Muñoz nació en Barcelona en 1920, siendo alcalde de El Puerto Manuel Calderón Paz. Hijo de Joaquín Calero Cuenca --quien fuera alcalde de la Ciudad-- (ver nótula núm. 925 en GdP) y de Luisa Muñoz del March, cuarto de cinco hermanos: Antonio, Luisa Rosa, Joaquín, María Soledad y Francisco. En el censo de 1920 la Ciudad tenía 18.839 habitantes de hecho 18.951 habitantes de derecho y 4.524 hogares. Nacía, también, el pintor Juan Lara Izquierdo el 9 de mayo.

casadelaaduana_casaflores_puertosantamariaLLEGADA A EL PUERTO.

En 1912 su padre ingresa en el Cuerpo de Aduanas, siendo destinado a diferentes poblaciones, siendo esa la circunstancia por la que Joaquín nace en Bercelona, siendo destinado a la Aduana de El Puerto en 1924 a donde se traslada con la familia, es decir que nuestro protagonista vive en esta población desde los cuatro años.

En nuestra Ciudad la familia paterna fijó su residencia en tres ubicaciones distintas; en la Plaza de la Herrería esquina con Jesús de los Milagros, la segunda, en Micaela Aramburu frente al extinto Hospital Municipal y  Capilla de los Afligidos, y la tercera, en la calle Vergel del Conde O’Reilly (en la actualidad Ribera del Marisco, donde hoy se encuentra Restaurante Flores), en cuya planta baja  estuvieron ubicadas las oficinas de Aduana. /En la imagen de la izquierda, la Casa de la Aduana, donde en la actualidad se encuentra el restaurante Casa Flores. A la izquierda el Bar Nuevo Échatepayá.

Estudió en el Colegio de las Carmellitas de El Puerto,  Colegio de A. Quero, José Luís Poullet. En Ronda, en el internado de los Salesianos fundación Moctezuma. En Madrid, academia preparatoria de oposiciones al Ministerio de Educación y Ciencia Iturriaga-Aguirre. Hizo el servicio militar en la Armada.

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Tribunal y candidatos aprobados en las oposiciones a Catedrático de Instituto de Enseñanza Media. Joaquín Calero Muñoz resultó ser uno de ellos, en el centro de pie. Los sentados son los que formaron parte del tribunal. 12 de marzo de 1975.

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Durante una visita a Osborne, nuestro protagonista en el centro de blanco, con integrantes de los Cursos de Verano. A la izquierda, Ramon Bayo Valdés (ver nótula núm. 664 en GdP).

ACTIVIDAD DOCENTE.

Fue profesor titular de Ciencias en el Instituto Laboral, hoy Santo Domingo, del que sería director en varios periodos, así como catedrático numerario cuando fue Instituto Técnico de Enseñanza Media; en el Colegio de las Hermanas Carmelitas de Física y Química; en el Instituto Padre Luís Coloma de Jerez de la Frontera. Estuvo de Profesor Agregado de Geología en el Colegio Universitario de Cádiz.  Fue uno de los fundadores del Colegio Universitario de Cádiz, en la rama de Geología, donde estuvo durante seis años, hasta convertirse en profesor agregado de la Facultad de Ciencias.

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De izquierda a derecha, Luis Caballero Noguera, cura desconocido, José María Gutiérrez Sánchez de Cos, desconocido y Joaquín Calero.

JEFE LOCAL DEL MOVIMIENTO Y DELEGADO SINDICAL.

Fue Jefe Local del Movimiento, organismo que nace tras la Guerra Civil, coincidiendo con los alcalde Miguel Castro Merello (ver nótula 1654 en GdP) y Luis Portillo Ruiz (ver nótula 966 en GdP), es decir entre los años 1958 y 1969. Fue Jefe de Sección de Protección Civil en el Gobierno Civil en Cadiz, y de allí pasó a ser Asesor Técnico de la Delegación Provincial del Trabajo en Cádiz. En la década de los 60 del siglo XX fue Delegado Comarcal del Sindicato Vertical.

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Firma de la cesión al Ministerio de Educación y Ciencia de la parcela de 2000 mt2 para la construcción de viviendas y campo de deportes para el profesorado del Instituto. De izquierda a derecha: Fernando T. de Terry Galarza (Alcalde de la Ciudad), desconocido, Joaquín Calero Muñoz, Delegado Provincial del Instituto Nacional de la Vivienda. 25.01.1973

Formó parte de la Comisión de Viviendas de Portección Oficial, organismo que se ocupaba de distribuir las viviendas entre las familias más necesitadas de El Puerto, por orden de prioridad, previo informe recibido del Comité Local de Trabajadores donde valoraban a estas familias. Una de las barriadas que él más recuerda es la de la Playa, frente al Club Náutico

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La imagen está tomada el 17 de diciembre de 1972, ante su estación de radioaficionado.

RADIOAFICIONADO.

Fue un gran radioaficionado, esa fue siempre su ocupación ociosa preferida, llegando a ser  miembro de la Red de Emergencia de Protección Civil, también amante de la electrónica, y como ya hemos señalado, en asuntos deportivos, la náutica.

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NACE EL ACTUAL CLUB NÁUTICO.

Como consecuencia de dicha afición, se reúnen un grupo de propietarios de embarcaciones de vela, entre ellos Luis Alcántara, Victor Unzueta Gabiola (ver nótula núm. 1595 en GdP), nuestro protagonista, Francisco Velarde, Miguel Merello Reynolds, quienes fondeaban en las inmediaciones del Muelle San Ignacio, con el inconveniente de que las corrientes del río y las variaciones de los vientos por la influencia de las edificaciones junto al Guadalete, que produjeron varios accidentes al ser arrastradas dichas embarcaciones hasta el Puente San Alejandro. Este fue el motivo de trasladar los fondeadores a donde actualmente se encuentra el Club Náutico, ya que en aquellas fechas no existía ninguna instalación de este tipo en el río. Al principio se instaló una caseta de playa propiedad de Miguel Merello Reynolds para alojamiento de un guarda de los barcos.

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Caseta del Club Náutico, traída del Náutico de Cádiz. 1957.

A partir de entonces se reúnen los antes citados con varios portuenses, entre los que se encontraba Miguel Duro del Moral,  aficionado también a la náutica deportiva, y forman la junta directiva nombrando a Duro presidente de la misma, Calero como tesorero, Victor Unzueta secretario y Juan Gavala Laborde (ver nótula núm. 442 en GdP) presidente honorífico, para contactar con el Club Nautico de Cádiz, y tratar de conseguir la adquisición de la instalación de fortuna  que existía en dicho club y que se iba a desmantelar para construir una caseta de obra.  Dicha instalación se trataba de una caseta de grandes dimensiones y llegaron al acuerdo de trasladarla a El Puerto, tras un pago simbólico, ya que el club gaditano se iba a deshacer de ella. Con la estimable ayuda de Enrique Letang , se trasladó dicha caseta y se instala donde actualmente se encuentra el Club Nautico, con el correspondiente permiso de Obras de Puerto --hoy Autoridad Portuaria-- a quien pertenecían dichos terrenos. La junta directiva creada para fundar el club, emite una especie de acciones, sin valor en bolsa, que colocan entre varias empresas y portuenses con idea de conseguir ayuda económica para acondicionar dicho club.

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Preparados para una Fiesta de Disfraces en el Club Nautico. De izquierda a derecha: Pilar Benjumeda Molleda; Joaquín Calero Muñoz; Sara Roncero Cardiel; Miguel Duro del Moral; María Vaca Roa.

Era un buen viajero que aprovechaba las vacaciones estivales para conocer las zonas costeras de España y Portugal, así como algunos estados de América del Norte y países de América del Sur. Como miembro de la Federación Española de Camping-Caravaning recorrió Francia, Bélgica, Holanda, Países Nórdicos, Repúblicas Bálticas, …

Contrajo matrimonio con la cañaílla Sara Roncero Cardiel el 16 de Julio de 1956, y tienen 5 hijos: Antonio, Joaquín, Eva, Sara María y Ramón, este último un reputado deportista náutico.

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Alberto Boutellier, flanqueado por José María Morillo y María del Carmen Cebrian, vicepresidenta de la Academia de BB.AA. Santa Cecilia, durante la presentación del libro.

Alberto Boutellier Caparrós nació el 31 de octubre de 1933, en Málaga. Lleva viviendo entre nosotros, desde 1975, es decir desde hace 38 años, casi la mitad de su vida. De su agitada vida juvenil y de la activa vida empresarial ya les hablé hace un año, en la presentación de su novela ‘A pesar del silencio’, el tercer volumen de producción propia tras ‘El Renegado’ e ‘Ipolka2’. Y tiene otro en cartera ‘Cana Maktub’, pero hoy estamos aquí para disfrutar de su cuarta entrega editorial: ‘Volando a media altura’

Vídeo de Gonzalo Díaz Arbolí que sitúa el libro a los lectores...

Créanme si les digo que la historia les va a gustar. Las conversaciones que Alberto mantiene con los personajes –con los iconos de sus estatuas que cobran vida— en el entorno del Castillo donde nos encontramos bien pueden recrear las tertulias que, por las noches se traen entre ellos, con Alberto de privilegiado invitado, hablando de sus cosas que no son sino las cosas de esta Muy Noble y Muy Leal Ciudad, desde que esta adquiere el nombre de Santa María de ElPuerto hace algo mas de 730 años, cuando la antigua aldea mora de Alcanatif empieza a tener protagonismo en la historia de Castilla y León.

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Un aspecto de la bodega del Castillo, durante la presentación.

De lo trivial a lo profundo, nos enteraremos de lo que pudieran vivir personajes tan principales como los que aparecen en la novela: Alfonso X, Juan de la Cosa, Alí el alarife que construye la fortaleza, … y otros personajes que aparecen en las conversaciones y evocaciones, importantes para la historia de la Mezquita Iglesia de San Marcos. Les va a gustar.

volandoamedialtura_puertosantamariaPero es que, también, Alberto nos trae reflexiones, poemas, artículos de una sensibilidad extrema, en una recopilación de su extensa producción literaria, que gracias a Dios, nos está poniendo por escrito haciéndonos pensar, sufrir, disfrutar y vibrar al terminar de leerlas: El Chigüi, el indigente de los perritos, el vendedor de higos chumbos, el Bar Vicente, el gitano canastero, lugares que nos enseña desde su interior de poeta y poesías bilingües o haikus completan el volumen, que seguro disfrutaran seguidores y amigos.

Y me voy a repetir porque mantengo lo que dije hace un año de este hombre, con la particularidad de que al acercarme a él, al agrandarse su figura ante mis ojos, no he visto defectos sino la grandeza de su corazón y el entusiasmo que transmite por El Puerto y su dolor por la incuria de muchos.

Por eso, para mi el Alberto que les traigo sigue siendo un descubrimiento que me produce admiración día a día, conversación tras conversación que mantenemos. Atrás queda el comunicador comercial y de marketing cuando supe de él allá por 1985 –que lo hacía y muy bien-- y se me aparece una persona joven en espíritu pero con una sabiduría que para si quisieran otros desde el Bienteveo de su vida. Como escritor, está sacando afuera todo lo que tenía guardado y es mucho, recibiendo una acogida extraordinaria por parte de nosotros, sus lectores.

...continúa leyendo "1.777. ALBERTO BOUTELLIER. Presentación de su libro ‘Volando a media altura’"

Alberto Anguiano Anta es un logroñés de 82 años que lleva viniendo 32 por El Puerto de Santa María. Nació en 1931. Divorciado, con dos hijos y una hija, está afincado en nuestra Ciudad --donde es muy querido-- en la Costa Oeste. En su Logroño natal se dedicaba al comercio, la ferretería y la construcción.

El año de su nacimiento: 1931 se celebran elecciones municipales el 12 de abril y el 31 de mayo, ya con la II República, se vuelven a celebrar los comicios locales. Fueron alcaldes ese año Eduardo Ruiz Golluri por los conservadores y Francisco Cossi Ochoa, por los progresistas.  Rafael Alberti estrenaba su primera obra de teatro: 'El hombre deshabitado' y se afilia al Partido Comunista. Pedro Muñoz Seca estrena las obras de tratro: “¡Todo para ti!”, “El alma de corcho”, “El drama de Adán”, “Mi padre”. El 14 de abril de 1931 nacían el primer alcalde del actual periodo democrático, Antonio Álvarez Herrera, el 22 de mayo el pediatra Juan Luis Bootello Reyes, el 28 de diciembre Francisco Sánchez Aguilar, del desaparecido Tabernón Sánchez, de la calle Ganado y el pintor portuense Vicente Galán.

Tío Alberto es muy querido en El Puerto, donde tiene numerosos amigos y reuniones de las que es habitual, recibió hace unos días un homenaje de sus amigos de una de sus peñas, la autodenominada ‘Tío Alberto’, en el Bar El Brillante.

Es conocido en diversos ambientes locales por su simpatía y su buen humor del que hace gala. Permanece fiel a su soltería tras el divorcio, aunque reconoce que no le faltan proposiciones, si él quisiera. Con la mente muy bien amueblada cuenta anécdotas de su tierra natal mientras que prueba los platos de la gastronomía portuense: le encantan la raya y las acedías. «Todas las mañanas me levanto y doy gracias a Dios: en El Puerto hay gente muy buena y por eso me quedé». Y conduce a diario su vehículo.

Isabel Navarro González, Beluca, tenía 16 años cuando comenzó a vender zapatos con su padre en la zapatería Rialto, la tienda de la calle Luna (entonces José Antonio) que después pasó a llevar su nombre. Ahora, 68 años después de la apertura de este conocido establecimiento, la tienda liquidaba sus existencias y echaba el cierre a finales del año 2012.

El hijo de Beluca, Millán Alegre, reconocía que ha sido una decisión "dolorosa" pero la situación económica y el descenso continuado de las ventas han obligado a la familia a tomar esta determinación, que según dice Millán "espero que no sea definitiva y que dentro de unos años, si la situación mejora, podamos iniciar una nueva etapa".

Beluca nació en Elda, la tierra de los zapatos, lo mismo que su padre, Antonio Navarro García, que desde tierras alicantinas marchó a Santander para montar su primera tienda de zapatos, un negocio que después trasladó a Cádiz y finalmente a El Puerto, donde abrió la zapatería Rialto en 1944, en un local alquilado propiedad de Ventura Ruiz Cortina, tras una breve etapa haciendo zapatos a medida en la calle Ganado.

La zapatería Beluca fue la primera de El Puerto en traer marcas de prestigio y durante muchos años ha sido considerada la "zapatería buena" de El Puerto, hasta que los cambios en las costumbres y la apertura de grandes superficies extendió enormemente el abanico de la oferta.

Beluca Navarro y Millán Alegre, en la zapatería en la década de los años 70.

Isabel Caamaño, Maribel, ha trabajado 43 años en la zapatería, hasta su jubilación, y recuerda cómo en los buenos tiempos había colas a las puertas del establecimiento para comprar zapatos en las fechas habituales de estreno, es decir, para el Corpus, el Jueves Santo o la Feria, o con motivo del comienzo de las clases, cuando muchas familias se surtían de los célebres 'Gorila' para el nuevo curso. También recuerda, antes de que se peatonalizara la calle Luna, cómo en más de una ocasión les tocaba salir a llevar las cajas de zapatos a los clientes, que pasaban con sus coches justo por delante del establecimiento y paraban un momento en segunda fila para recoger sus compras.

Y como no, Beluca también practicaba algo muy habitual en el pequeño comercio, la costumbre de 'apuntar' las compras en una libreta para que después los clientes habituales fueran liquidando los cargos por meses o por semanas, una costumbre que algunas personas siguen practicando incluso hoy en día. Famosos eran también los escaparates de Beluca, siempre muy cuidados todo el año pero especialmente en Navidad.

Una de las últimas imaégenes de la tienda abierta, a finales de 2012.

La zapatería dejó de llamarse Rialto en 1966 para tomar el nombre de su propietaria, que pasaría a regentarla con su marido, Millán Alegre Jimeno, funcionario de prisiones nacido en Morón al que conoció cuando lo trasladaron al penal portuense. Tras trabajar también muchos años en las bodegas Terry, Millán Alegre Jimeno se ocupó junto a su esposa de la zapatería hasta su fallecimiento, en 1998, fecha en la que su hijo comenzó a ocuparse del negocio hasta el año 2007, cuando fue elegido concejal con la lista del Partido Popular.

La zapatería ha sido sometida a dos remodelaciones, la primera en los años 70 y la segunda a principio de los 90, cuando el diseño se hizo mucho más clásico, con el mobiliario de madera que ha permanecido hasta nuestros días. También ha representado productos de la marca «El Ganso». (Texto: Teresa Almendros).

De izquierda a derecha, agachados, Manuel Ramos Añino ‘Arena’; José Ortega ‘Pepe el Bombero’; Remigio Andújar de la Rosa, Pepe Ortega, Ramón Arana, Antonio Letrán, Fernando Guilloto y Mariano de Iberconta.

Fila del centro, de izquierda a derecha, Eduardo Brea, Hortensia Renedo Varela, Antonio Ramírez ‘Peana’, Antonio Guerrero Aldana ‘Enero’, Asunción Poullet, Miguel Baena, José Blandino concejal de Aguas que luego sería el vicepresidente fundador de APEMSA; Francisco Lara Izquierdo, quien fuera jefe del negociado de Aguas en su etapa municipal, antes de ser empresa pública.

Fila de atrás, de izquierda a derecha: Chacón (cobrador); Antonio Campos, José María Delgado, Juan José Campos Guereta-León actual director gerente de APEMSA  y Juan García. La fotografía es de mediados de la década de los ochenta del siglo pasado. /Foto: Colección Antonio Ramírez ‘Peana’.

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Antonio Ramírez Alejo, ‘el Peana’, nació en San Fernando el 28 de octubre de 1940, primer hijo del matrimonio formado por el también cañaílla Isaac Ramírez del Río y la chicanear María Alejo Rendón; tuvieron otras dos hijas, Carmen y Josefina.

El padre de Antonio era militar quien fallecería en 1945 a la edad de 29 años, por lo que la familia se traslada desde la La Isla a El Puerto con sus abuelos, viviendo en el núm. 98 la calle Cielos (entonces General Mola). Antonio tenía cinco años. Estudiaría, ya en El Puerto, en los colegios de Bellas Artes (actual Instituto de Santo Domingo), con don Juan ‘el Cojo’ (ver nótula núm. 138 en GdP) en la calle San Sebastián, y en el ‘Colegito’, actual SAFA-San Luis.

En el Colegito fue miembro del coro de cantores en las cuatro voces, dirigió por hermanos del Noviciado y Justo Pastor, a la vez profesor del colegio, que fue quien le puso el apodo de ‘el Peana’. Fue monaguillo y sacristán en la iglesia del Convento del Espíritu Santo, colaborando con el desaparecido convento de Las Salesas (en la calle Larga, donde hoy se encuentra la tienda Galsa decoración), también con el convento de las Capuchinas (hoy Hotel Monasterio) y con la parroquia de San Joaquín. En los momentos libres o durante las vacaciones estuvo como aprendiz de barbero en la Barbería de Barcala, en la calle Larga, con su tío Antonio Alejo que era oficial. Es hermano de la Cofradía del Nazareno, desde hace más de cuarenta y cinco años.

Antonio, sobre una bicicleta en la calle Ganado.

Pero su fuerte no eran los libros y sí la Formación Profesional: le gustaban los talleres de SAFA, aunque su madre no lo compartía aunque si entendía la necesidad imperiosa de tener que empezar a trabajar pronto, para ayudar algo en la economía de la casa de una familia sin el progenitor.

José López y Antonio Ramírez, en el Cine Moderno.

Es amigo de los que fueron propietarios de los cines Moderno y Victoria, los hermanos López, y como tal les ayudaba en los días de mucha afluencia de público en las tareas de acomodador, portero, taquillero o donde hiciera falta.

TEJIDOS REPULLO.
Con 17 años, Antonio se colocó como dependiente en Casa Repullo, una tienda de tejidos y confecciones en la calle Ganado 23. Su propietario, Pedro Repullo Dufort, natural de Lucena era una gran persona y su primer jefe. Pero hubo de marcharse, por razones de índole familiar a su pueblo y traspasó la tienda --con Antonio dentro, para que no perdiera la antigüedad-- a Rafael Martín Pérez, de calzados ‘Mi Tienda’ pasando de vendedor de telas a vendedor de zapatos, estableciéndose en el mismo lugar Calzados ‘La Infantil’.

En el Parque Calderón, de izquierda a derecha, José Gil Duran “Gilito”, Miguel Perez Sanchez, Franciasco Sordo de la Torre, Eduardo Clemente Rial Presidente de Aspodem Pm 40 del Puerto de Santa Maria, Antonio de la Torre Gonzalez y agachado, Antonio. /Foto: Bernal.

En el año 1967 dejó la zapatería cubriendo su puesto la esposa de su jefe, ejerciendo como comercial durante algunos meses en EDYCO, empresa de representaciones para la hostelería, representada por Antonio Cólogan Osborne y donde trabajaba el inolvidable Agustín Merello. La sede de la empresa estaba en un lateral donde hoy se ubica la actual plaza de Enrique Bartolomé, siendo pioneros en la venta de platos, vasos y cubiertos de plástico. Antonio vendía el vermut Calty.

En el Freidor de la calle Ganado: Miguel Pérez Sánchez; Antonio Ramírez Alejo; Sebastian Marroquin Gómez; Diego López Romero; y el propietario de la freiduría de pescado, Daniel Villar. 30 de marzo de 1963.

AGUAS DE EL PUERTO.
En 1967 Antonio paraba en el Bar La Solera, en la calle Ganado, donde coincidía con algunos funcionarios municipales a la salida de su jornada laboral, entre ellos Francisco Lara Izquierdo, Jefe del Servicio Municipal de Aguas hoy APEMSA, y quien fuera su jefe durante muchos años. «--Me comentó que si quería cubrir unas vacaciones de un cobrador domiciliario y acepté la propuesta y allí continuaría trabajando desde entonces hasta mi jubilación en 2005 como sub Jefe de Servicio, tras 38 años de trabajo en la institución municipal».

Personal de APEMSA, de izquierda a derecha, Antonio Camacho, Antonio Ramírez, Eduardo Brea, Miguel Baena, y sentadas Asunti Poullet y Hortensia Renedo.

Con la llegada de los ayuntamientos democráticos, en 1979, se produjeron algunos cambios en la ubicación de algunos negociados, entre ellos la Recaudación Municipal, destinándole con el primer Recaudador que tuvo el Ayuntamiento, José Manuel Martínez Machuca, de Cádiz, que se instaló en la calle Cielos en la antigua carbonería de Gonzalo, cambiando con los años de Recaudador.

En el homenaje de su jubilación, de izquierda a derecha, Juan Campos, Antonio Ramírez, su mujer, y de pié María Alba y Hortensia Renedo.

A Antonio le buscarán nueva ubicación en el organigrama municipal, y de nuevo regresa al Ayuntamiento, esta vez en Depositaría teniendo como jefe a José Ignacio Pérez Salas, regresando con posterioridad al servicio de aguas, a la ya entonces empresa municipal APEMSA (Aguas de El Puerto Empresa Municipal, S.A.)

En el desaparecido camo Eduardo Dato. De pie: Antonio Ramírez Alejo; Sebastián Marroquin Gómez; Miguel Casado González; Carlos Diaz Nieves; Miguel Pérez Sánchez; Antonio de la Torre González. Agachados: Javier Tosar Barrera; José Nogués Ropero; Mariano Serrano García “Nano”; Reina; Juan Antonio Gilabert Lopez; José Gil Durán “Gilito”. 06 de junio de 1958.

PORTERO DE FÚTBOL.
Pero hagamos un retroceso en el tiempo y volvamos a los años jóvenes. Con 17 años Antonio empezará a jugar de portero en el equipo del C.D. Frente de Juventudes, aunque casi siempre de suplente, formando un buen equipo, siendo entrenados durante algo más de una temporada por Ledesma, un portero que perteneció al primer equipo del Atlético de Madrid, quien fichó por el Portuense.

Antonio Ramírez Alejo y Agustín Merello del Cuvillo entrevistando a Bernardo Sancho Jimenez. Año 1968

REDACTOR DEPORTIVO.
Superando la adolescencia Antonio da un giro a su vida dedicándose a la prensa deportiva, en aquellos tiempos ‘Cruzados’ y ‘La Voz de la Bahía’, firmando como A. Ramírez, ARA, y ‘El Peana’ como redactor deportivo, entre otros. Le fue bien, viviendo momentos muy felices en la temporada 1965/66 con el C.D. San Javier, en una potente regional alzándose con el campeonato de liga. El San Javier llamaba poderosamente la atención por su forma de jugar y, porque eran muy pocos los equipos que, a nivel nacional, iban uniformados en sus desplazamientos, siendo su presidente Pedro López Romero.

RACING-ALAVÉS.
Otro momento aún mejor fue la temporada 1967/68, cuando el R.C. Portuense se proclamaba Campeón de Tercera División de su grupo XII. tras previas eliminatorias para subir a Segunda División, siendo eliminados por el C.D. Alavés. El partido de ida fue un divertimento: se desplazaron para cubrir la información a Vitoria, Agustín Merello de Cruzados, el recientemente desaparecido Antonio Pérez Sauci de Diario de Cádiz y el propio Antonio. Los dos primeros emitieron para Radio Jerez F.M. con el patrocinio de Bodegas Terry.

1967-68 Racing C.F. Esta foto fue la que se usó en el número extraordinario de Cruzados para su edición especial que se editó con motivo del fracasado ascenso a segunda división contra el Alavés. De pie: Jaime Ruiz Chinea; Manuel Gómez Barrera “Manolín”, Luis Soriano Gómez, : Mariano Serrano “Nano”, desconocido, Chares, Maza, Marcelino, Manuel Prado Gómez “Lolo”, Manuel Jarque “Chicharito”, “Nene, Iginio Obregón Agudo, Ventura (entrenador). Agachados: Feria, José Breval, Sebastian José Vera Palmer, desconocido, Jesús Bastián, Miguel Mata, Martínez Jaen, desconocido, desconocido.

Recuerda: «El Racing realizó un buen partido de contención, el resto creo que todos lo conocemos. Refrescando un poco la memoria, no os podéis imaginar lo que tuvimos que trabajar un grupo de personas para sacar el número especial extraordinario de Cruzados, y retransmitir para la Radio Jerez F.M., en aquella época con poca audiencia, ya que no conseguimos patrocinadores para la onda media. Fueron un buen equipo de periodistas aficionados: el incansable trabajador y admirado por todos Agustín Merello del Cuvillo (ver nótula núm. 262 en GdP), junto a José Ignacio Buhigas, Diego Utrera Sánchez (ver nótula núm. 1584 en GdP) y un servidor».

Antonio Ramírez, con Garrucho, en el Bar 'El Ermitaño'.

VARIEDADES.
En la calle Javier de Burgos, en el local social de esta institución, Antonio organizaba espectáculos de variedades con los artistas locales de la época: Luis ‘el de los Huevos’ (ver nótula núm. 203 en GdP), Manolo Carrillo (ver nótula núm. 076 en GdP), Luis Moreno, Manolo Astorga Morillo, Manuel Jarque Martínez 'Chicharito'  (ver nótula núm. 292 en GdP), Luis Aranda, Pepichi Nogués y su conjunto (ver nótula núm. 444 en GdP), entre otros y la verdad que con bastante éxito, repitiéndose las actuaciones.

LOS TOROS.
‘El Peana’ es también un gran aficionado a los toros y fue íntimo amigo del que fuera novillero sin picadores Miguel Paradela del Pino, su padre conserje del Matadero Municipal, acompañándole allí a los entrenamientos junto a los más íntimos para hacer, ora de toro, ora de torero. Así que, de salón, Antonio practicó también durante un tiempo el arte del toreo.

En la cantina del Cine Moderno, con Manuel Ojeda.

«--Me viene a la memoria que fui cómplice de Agustín Merello cuando, siendo corresponsal de ABC de Sevilla y, entre otras cosas tenía que cubrir las informaciones deportivas y taurinas y dado que no le hacía mucha gracia redactar esta última se la hacía yo, firmando él como corresponsal. Un día me hizo mucha ilusión cuando me dijo Agustín: ‘--Me han llamado de ABC para que entreviste a José Luis Galloso, para la contraportada, junto a su apoderado Jaime Osborne. Y en casa de este último en la calle Jesús Nazareno se hizo el trabajo, coincidiendo con la presentación de Galloso como becerrista o novillero sin caballos, cuando puso el cartel de ‘No hay billetes’, saliendo por la Puerta del Príncipe y, con el temor a equivocarme, me parece que, en ambas cosas, fue pionero».

Fue directivo de la Peña Flamenca ‘El Chumi’: entre 1994 a 2007 tesorero, y hasta 2011 Socio Colaborador, siendo en la actualidad socio numerario. Sigue siendo aficionado al fútbol y a los toros y al cine, pero en la televisión.

Casado con Carmen Sánchez Guerrero, natural de Ubrique, tienen tres hijos varones: Isaac, Daniel y Jesús.

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En la desaparecida Lonja del Pescado, de izquierda a derecha, de uniforme Vicente Perea Gandulla, con gafas Pineda, al micrófono Crstobal Romero Raposo, desconocido, José Bootello, Juan Antonio Cuevas Flores ‘Mosco’, desconocido, Salvador Figuereo ‘Salva’, semiescondido con gorra y apoyado en el anterior Gabriel Cuevas Flores, Manuel Espinosa, Luis Soriano y Chicla de Cádiz. /Foto: Rafa.

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