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Entrevista publicada en Diario de Cádiz el 26 de septiembre de 1976.

De José Fernández Sanjuán, Pepe 'el del Vapor', se puede oír hablar en cualquier sitio, por muy alejado que esté de la Bahía de Cádiz. Ha conseguido que la mayoría de los que nos embarcamos en el 'Adriano' no podamos olvidar su imagen y el timón y el rato de tertulia en el puente... Porque salir con Pepe a hacer el viaje por la Bahía era, porque ya está retirado y tiene un patrón que lleva el barco "pero yo no puedo dejar esto porque me moriría", y aún sigue siendo --nuestra conversación fue un viaje de Cádiz a El Puerto y la vuelta apoyados sobre el puente-- como un rato de charla en uno de los viejos cafés de los puertos, pero con la luz a y el aire de la Bahía que e sol que mantiene a Pepe al pie del timón. Durante cincuenta años los 'Adriano', el que en la actualidad hace el viaje es el tercero, han estado yendo tres, cuatro o cinco veces al día de El Puerto a Cádiz. La Bahía encontró en estos barcos uno de sus motivos característicos. Y Pepe como fiel protagonista de todos los días. /Foto: Colección Andrés Ferández Valimaña.

El Vapor por aguas del río Guadalete.

EN LA BAHÍA DE LA CORUÑA.
Pero en él también existió otra bahía, la de la 'morriña'; su acento gallego no lo ha perdido a pesar de los cincuenta años en la mar andaluza. La Bahía de La Coruña fue para él el comienzo de su vida marinera, de toda su vida. En aquella, fueron los pioneros de los viajes en vapor. "--Fomentamos los paseos por la Bahía de La Coruña. Lo malo que tenía era que sólo podíamos salir en verano... Pero entonces había mucha gente de Madrid. El precio del viaje, que duraba cuarenta y cinco minutos era de treinta céntimos en el interior y cincuenta en la toldilla. Se hacía por el Castillo de San Antón, hasta la Torres de Hércules y a la Marola, que era un sitio muy peligroso a donde sólo o se podía ir cuando había buena mar porque tenía unos bajos donde era fácil tocar. Hay una canción que ha reflejado esto:
"El que pasa la Marola,
pasa la mar toda".

La Peña de la Marola.

De cuando en cuando, silencio. La mirada perdida en la mar para encontrar recuerdos.
"--Las excursiones que hacíamos de niños desde Ferrol hasta Betanzos. En una ocasión, ya en el barco salimos a esperar al Rey Alfonso XIII que llegaba con los barcos de la Escuadra española. Venían el 'Jaime', el 'España' y él en el 'Alfonso'."

EN SEVILLA EN LA EXPOSICIÓN DE 1929.
De aquel recuerdo de niño a la Exposición de Sevilla del año 1929. Y en ella de nuevo ve al Rey. "--La última vez que vi a Alfonso XIII fue en Sevilla; iba por el paseo de la Palmera en un coche de caballos con la reina, solos... Igual que ahora". Pepe había llegado a Sevilla para ver la Exposición. "--Yo llegué de 'turista' en el año veintinueve. Vinimos con el 'Adriano I' y yo soy el único que queda de aquella primera tripulación que formamos mi tío, un maquinista, un patrón y un capitán. El maquinista se quedó en Cádiz, pero después, al poco tiempo, se ahogó al entrar en Ferrol, junto al castillo de Coca". /Cartel Oficial de la Exposición Iberoamericana de Sevilla de Gustavo Bacarisas.

Vapor Cádiz navegando por el Guadalete.

Y entonces les llegó la propuesta. Millán les ofreció la línea. --"Hacía un mes que estábamos en Sevilla y 'los Millanes', que formaban una empresa muy fuerte y tenía la línea [de vapores] del Puerto a Cádiz, nos la ofrecieron. 'Mercedes', Puerto de Santa María', 'Puerto Real' y 'Cádiz' eran barcos de esta empresa... Y una vez estando en El Puerto, en el año veintisiete al 'Cádiz' le reventó de noche una caldera porque se quedó sin agua. Hubo un muerto... El muelle donde atraca el Vapor era de Millán, desde la reja hasta el agua y tenía una caseta; pero entonces El Puerto no reunía las condiciones necesarias y no teníamos que salir con la marea alt. Cuando estábamos con media marea ya no podíamos salir. 'Los Millanes' fueron nuestros consignatarios hasta que murieron".

Antiguo muelle de San Ignacio, donde atracarían los primeros vapores, perteneciente a la empresa Millán. Al fondo la Plaza de las Galeras Reales.

AMANECER JUNTO AL MAR.
Y Pepe llega a El Puerto. Era El Puerto del Restorant de La Puntilla, de las veladas en la Victoria, la Fuentecilla, ... "--Cuando llegué había yerbas por las calles más céntricas y no se veía a nadie por la calle, sólo las 'comadres' que se asomaban por los ciertos. El público en el Teatro Principal estaba dividido. arriba iban las mujeres y los hombres en la parte de abajo. Y al que se atrevía a subir era considerado como un cara..."


En la imagen los Vapores Adriano I, atracado y Adriano II.

El 'ADRIANO I' COMIENZO DE SUS VIAJES.
"--Al principio, en El Puerto, no había muelle, ni entrada. Era muy peligrosa la salida; la barra suponía cada día el riesgo de pasarla con la incertidumbre de tocar o no Una vez que se toca, ya el barco se queda sin gobierno y el viento puede llevarlo a donde quiera". Todas las mañanas iban andando y veían amanecer junto al mar y sabían entonces si podían salir o no. "--A pesar de esto hubo veces que tuvimos que volvernos con el pasaje, lo mismo volver a Cádiz o a El Puerto porque no se podía entrar en el otro sitio".

¿Cuanto costaba el billete en el año veintinueve? "--Valía noventa y cinco céntimos y cincuenta los cosarios". ¿Y el Cádiz de aquella época? "--Entonces era cuando los Carnavales y el Corpus eran fiestas de verdad. En Carnavales la calle San Francisco tenía de serpentinas y papelillos como medio barco de este. Entonces había menos gamberristmo, la gente se divertía mejor".

Antiguo muelle de Cádiz.

LAS MEJORES OBRAS.
¿Como ve el Cádiz actual? "--La mejor obra que han podido hacer son los espigones del puerto, el de Levante y el de la Punta de San Felipe. Antes, cuando había Levante no se podía estar en el puerto. Muchos barcos se iban a Matagorda y los que sabían entrar se iban a El Puerto, donde también los espigones ha sido lo mejor que se ha hecho. Prueba de lo peligroso que era el puerto con Levante es que una vez se hundió un barco de los Prácticos [del Puerto]; se fue al fondo porque se le rompió un 'muerto'. Por otra parte, todo lo que es la parte de Puerta de Tierra se lo debe Cádiz a la explosión y si no fuera por las víctimas que hubo debería haber muchas más. El Cádiz del interior está abandonado. Está igual que hace 50 años".

En el Adriano II, sentados José Fernández Fernández (Padre de Pepe  ‘el del Vapor’), Asunción Posada (su esposa) con su hija Asunción en brazos, Pepe Fernández Sanjuán con su hijo Juani, en el centro su otra hija Socorro, ya fallecida. De pie detrás de izquierda a derecha: Antonio y Pepe. Año 1.955. (Foto Colección A.F.V.)

FALTA DE COMBUSTIBLE Y EXTRAPERLO.
Hasta 1940 estuvo funcionando el 'Adriano I', pero desde 1936 se encontraba ya en El Puerto el 'Adriano II'. Del primero aún queda algo de su esqueleto porque los gitanos y los niños se encargaron de irlo desguazando. Fue el barco que peores ratos les hizo pasar en la barra [del río]. Durante el Movimiento estos dos barcos tuvieron su papel. "--Estaban fondeados en la Bahía los barcos italianos y nacionales y me obligaron a traerlo a los soldados a Cádiz o al Puerto. Nunca estuvimos parados, estuvimos trabajando a pesar de todo, solo tuvimos que dejar de salir cuando cortaron el combustible, ya en el año treinta y nueve".

Era el momento del estraperlo y en el vapor ocurrió un hecho con el que Pepe pudo salir perjudicado. "--Los estraperlistas traían pan y patatas. La Fiscalía había fichado el barco y cuando llegaron, los estraperlistas lograron escaparse y dejaron la mercancía en el barco. Las culpas vinieron para mi y no me querían admitir un pliego de descargo hasta que al fin se solucionó todo".

NADANDO HASTA JEREZ.
En El Puerto, los días de toros cada vez que llegaba el Vapor, las 'Cuatro Esquinas se llenaban de gente que venía para ver la corrida. "--Estos viajes eran muy malos por las discusiones y las peleas y cuando un barco va tan abarrotado cualquier cosa de estas supone un disgusto muy grande. Una vez, uno de jerez que venía borracho se tiró al agua y decía que quería llegar nadando hasta Jerez. Tuvo la suerte de que estaba la Draga cerca y 'los ganguis' salieron pronto a recogerlo. Pero él seguía en sus trece y tuvieron que llevarlo hasta El Puerto tendido boca abajo en la cubierta. Allí lo estaba esperando la Guardia Civil. Era Comandante de Marina don Francisco Martel y lo dejaron libre porque la madre vino llorando y todo". /En la imagen, un desconocido Pepe sin su popular boina, aunque si, como siempre, de negro y con corbata. /Foto: Colección Andrés Ferández Valimaña.

La barra [del Guadalete] les dio una vez un susto. "--Nos quedamos varados porque tocamos con un ancla de la Draga. Gracias a que la mar estaba buena y el barco sólo se quedó encallado. El pasaje se transbordó a un remolcador y no pasó nada".

¡AUXILIO!
¿A que pasajeros recuerda con más cariño? "--A José León de Carranza, que venía casi todos los días (en la imagen de la izquierda), a Blázquez, Álvaro Picardo, Alfonso Sancho [bodegueros]. También a don Joaquín Vich, que fue el que mas malos ratos ha pasado con el problema de la barra. El fue mi gran maestro, venía todos los días con nosotros. Era el capitán más joven que tuvo la Comapñía Transmediterránea y vivía en una casa frente al muelle del Puerto y tenía un molino para el agua; a mi me consideraban como de la familia y aún le queda una hermana que tiene ochenta años. Después estuvo en Mecánica de la Marina de Guerra".

Y a sus recuerdos vienen también un pasajero llamado padre Alegría. Pepe sonríe antes de contarlo. "--Es la primera vez que he visto a una persona que, cayendo, grite ¡auxilios! Habíamos atracado en el muelle de El Puerto y cayó entre él y el barco. Le dio tiempo a gritar por el aire. Fue increíble porque, además, no le pasó nada".

RUMBO GARBOSO.
Desde hace unos doce años, el 'Adriano III' ha venido a cargar con el peso de los viajes diarios, dejándole al 'Adriano II' los momentos más solemnes de los paseos turísticos por la Bahía. "--El viejo es más alegre, pero este es más cómodo".

Paco Alba, en la imagen de la izquierda.

Lo que no cambia nada es la imagen de la blanca estela del vapor cruzando la Bahía que ha llegado a crear incluso una literatura no loo a nivel de escritores consagrados sino en el sentimiento popular Los pueblos que se asoman a las dos bahías que han enmarcado la vida de Pepe han dejado para siempre en sus cantes el recuerdo entrañable de este pequeño barco que sin dejarse intimidar por los grandes trasatlánticos ni por el tiempo, supo ser cada día una manifestación del espíritu de esa tierra. Y ella así lo reconoce. De la voz nostálgica gallega:

"Venimos de bordear la Bahía
en el Adriano.
Mi novio no quería
y yo le dije: anda pocho
que allí gozamos".

Pepe, con 'Los Hombres de la Mar' y junto al popular 'Sopa de Cádiz'. /Foto: Colección Andrés Ferández Valimaña.

A Cádiz, la voz de Paco Alba, en su comparsa de 1965 'Los Hombres de la Mar', (en la imagen superior) le dedicó estas coplas:

"¡Ay vaporcito del Puerto!
cuando en ti me embarco,
cuando en ti navego,
me contagias los recuerdos
de tus viejos sueños,
sueños marineros.

¡Ay vaporcito del Puerto!
Tú eres la alegría,
tú eres la alegría,
de este muelle tan hermoso
con ese rumbo garboso
con que cruzas la Bahía".

Pepe, dirigiendo el Vapor, desde la cabina del 'Adriano III'. /Foto: Colección Andrés Ferández Valimaña.

EL MAR, SU VIDA.
Y Pepe nos dice que le gustan mucho. ¿Cual fue la mejor época del Vapor? "--Los años mejores son ahora que se puede navegar tranquilo. Hay mucho más tráfico de barcos, pero salvo una vez que un bar o inglés nos dio un rozonazo al desatracar en El Puerto, nunca nos ha pasado nada. Otra vez quedamos en la Bahía porque había una niebla tan grande que no pudimos llegar al Puerto". ¿Y cuando descansa, Pepe? "--Nunca he descansado. Seguro que soy el que menos gasto ha hecho a la Seguridad Social".

Pepe Fernández, con la Medalla al Mérito Naval que le fue impuesta durante las Fiestas de la Hispanidad de 1966. En la fotografía, junto al alcalde, Luis Portillo Ruiz. Aparecen en la imagen, a la derecha, Juan Martín Vélez y Antonio Romero Castro. También le entregaron un gallardete de la Armada./Foto: Archivo Municipal.

Pepe le han llamado don José y casi se ha molestado, está retirado, pero a pesar de todo sigue faenando en el barco. "--No me acostumbro a estar en tierra" y desde su mundo nos ha ido hablando dejando a un lado su gran timidez, no como cuando le concedieron la Cruz del Mérito Naval y la Medalla de la Ciudad. "--Me hicieron pasar un mal rato... uno no está acostumbrado a eso". [y añade] "--Yo ya que voy a ambicionar, sólo quiero tener para poder pagar". Pepe querría mucho tiempo para seguir trabajando en el mar, que no sólo es su costumbre, que es su vida.  (Textos: Gabi Cañas y José Ignacio Buhigas).

Ayer se cumplía el 190 aniversario de su nacimiento.

Cuando sublevó Juan Bautista Topete Carballo la flota a su mando, el 17 de septiembre de 1868, estando a bordo de la fragata acorazada “Zaragoza”, fondeada en aguas de la Bahía de Cádiz, secundaba un movimiento revolucionario militar que encabezaba el General Prim, al que acompañaban media docena de camaradas sediciosos o, tal vez, suene mejor la expresión disconforme con la política regia. Era, por aquellos tiempos ya tan lejanos, a sus 47 años, un veterano de la Armada de Guerra, condecorado por numerosas acciones militares, algunas de ellas, como el bombardeo del puerto de El Callao, calificadas de heroicas por sus contemporáneos y con varias cicatrices en su cuerpo, incluida la que le infringiera el poeta Campoamor en el duelo de honor que sostuvo en 1862, a sablazo limpio, por una crítica que hizo a sus compañeros de armas en el periódico “La Época”. Entonces ejercía como segundo comandante en La Carraca. Ahora, en el momento de iniciar nuestro relato, Topete era Brigadier y capitán del puerto de Cádiz.

Prim, Serrano y Topete subastan los atributos del trono español, publicado en la publicación 'La Flaca', abril de 1869. Posterior a 'La Gloriosa' o Revolución de 1868. Las caricaturas marcaron época, fijando el estilo y el tipo de caricaturismo político español del siglo XIX. 'La Flaca' está considerada por diversos historiadores como la publicación más incisiva y crítica de la realidad de su tiempo. Poseía buenos colaboradores; los textos aparecían sin firmar o con pseudónimo, pero lo más destacable es la calidad de sus ilustraciones, realizadas en cuatricromía por Tomás Padró.

MINISTRO.

La revolución triunfó, como es bien sabido, marchando al exilio la reina Isabel II. Nuestro personaje ocuparía, a raíz de estos acontecimientos, diversas carteras ministeriales, presidiendo el Consejo de Ministros con carácter interino en tres ocasiones y, finalmente, el 29 de octubre de 1885 fallecería en Madrid, donde residía, ostentando la graduación de Vicealmirante de la Real Armada.

Gobierno Provisional, 1869. Figuerola, Sagasta, Ruiz Zorrilla, Prim, Serrano, Topete, López Ayala, Romero Ortiz y Lorenzana. Foto: J. Laurent (1816-1886).

ASCENDENTES PORTUENSES.
Juan Bautista Topete Carballo, con un destacado protagonismo en la Historia de España, había nacido en Méjico, en uno de los parajes más bellos y visitados del estado de Veracruz: San Andrés de Tuxtla, el 24 de mayo de 1821. Fueron sus padres Juan Bautista Topete Viaña, capitán de fragata, destinado en el apostadero de Veracruz. y María Clara Carballo, miembro de una destacada familia criolla. Este ilustre marino había nacido en Cartagena (Murcia). Su hermano Francisco de Paula Topete --tío de nuestro protagonista--, capitán de fragata, igualmente, fue portuense de nacimiento, al igual que la madre y la abuela de ambos. A Francisco de Paula, lo bautizó en la pila de la Iglesia Mayor Prioral el párroco castrense de la Isla de León el 20 de junio de 1782. Al igual que su padre, fue admitido como Caballero Pensionista de la Real Orden de Carlos III.. No conocemos mucho más de su vida, salvo que en la fecha del nacimiento de su sobrino estaba soltero y destinado en el apostadero de La Habana.

LA ABUELA MATERNA PORTUENSE.
De casta le venía al popular brigadier Topete, pues aparte su progenitor y su tío, estimados miembros de la Armada, el padre de estos, su abuelo paterno, Ramón Topete Fuentes, un bragado marino, natural de la villa de Morón (Sevilla), que ostentó el cargo de Jefe de Escuadra y estuvo en todos los fregados náuticos, que no fueron pocos, de finales del siglo XVIII y comienzos del XIX. Entre misión y misión, plagada de escaramuzas con los tradicionales enemigos, la armada inglesa, navegando de Cartagena a El Ferrol, pasando por Cádiz y viceversa, tuvo lances amorosos con una dama portuense, con la que casó por poderes, tal como se indica en el acta de su boda que figura en el libro de casamientos secretos de la Iglesia Parroquial y Mayor de El Puerto de fecha 16 de diciembre de 1780.

La contrayente era una adinerada dama portuense: Francisca de Paula Viaña Sánchez de Sanz, hija de un hidalgo montañés, oriundo de Lorio, asentado en El Puerto, José Enrique Viaña Fernández, Regidor del Cabildo local y Diputado del Común en el último tercio del siglo XVIII. Este caballero, cuya ejecutoria de hidalguía se conserva en el Archivo Histórico Municipal, contrajo matrimonio con María Pilar Sánchez de Sanz en el verano de 1759,contando la novia 22 años de edad, pues había sido bautizada en la iglesia Mayor, de manos del cura beneficiado de la misma, Juan Gaspar de Cañas Trujillo, el 21 de marzo de 1737. Diez meses y medio después nacería la abuela de Juan Bautista Topete, Francisca de Paula Viaña, que fue bautizada por su tío Juan de Viaña, Lector de Teología en el convento franciscano de Cádiz, el 7 de julio de 1760 en las varias veces mencionada Iglesia Mayor de nuestra Ciudad.

Esta boda en El Puerto, la del bizarro marino, de prestigiosa carrera aunque de escasos recursos, con la primogénita de los Viaña Sanchez de Sanz, de hidalga ascendencia y desahogada posición, idealizaba la pareja pues introducía en la mejor sociedad, la elitista de la Armada, a ella, actualizando y modernizando su rancia estirpe y a él, que dependía de su soldada, escasa y llena de atrasos como era habitual en la hacienda real, la dote nupcial le garantizaba una vida digna y desahogada en los años iniciales de su vida en común. La dote ascendió a 12.000 ducados, que podemos estimar en unos 150.000 reales de vellón, entregados en moneda y frutos del campo, percibidos en distintas partidas. Fueron decisivos para la educación de la prole, especialmente para sostener los estudios de guardia marina de sus hijos Juan Bautista, padre de nuestro protagonista y Francisco de Paula.

RETIRADO EN EL PUERTO.
Retirado en nuestra ciudad después de ejercer cono Jefe de Escuadra, Ramón Topete abuelo de nuestro protagonista, que en realidad debía apellidarse “García” o “García Topete” pues era hijo de José García Topete y María Ventura Fuentes, estando ya viudo, cayó enfermo en el verano de 1821. En esa fecha, dos de los cuatro hijos habido en su matrimonio, José y Ramona Topete Viaña, al igual que su esposa, habían fallecido. Los otros dos se encontraban al otro lado del atlántico y no nos consta que retornasen. Durante los 15 meses que duraron sus dolencias, con mejoras y recaídas, tuvo el consuelo de dos viejos camaradas, el brigadier Cosme Carranza y el que fuera Comandante General del Cuerpo de Pilotos, Joaquín Rodríguez de Rivera que hicieron. compañía a su soledad con sus visitas.

Falleció, creemos que en una casa de la calle Durango, dato este sin confirmar, el 12 de diciembre de 1822, con lo puesto, prácticamente, según el mismo declara en sus últimas voluntades. Refiriéndose a la dote recibida, en diferentes partidas, como antes indicamos, dice: “…, las cuales se consumieron en varias atenciones de la casa y familia, educación de los hijos y otras urgencias para las que no alcanzaban los sueldos del empleo en unas ocasiones y en otras los atrasos que he experimentado en mi carrera militar, falta de pago y otras causas que son bien notorias a mis hijos.” Con este dato finalizamos la pequeña historia de la familia portuense del militar que realizó la primera proclama de la Revolución de 1868, dirigida a los gaditanos, de donde eran algunos de sus ancestros. (Texto: Antonio Gutiérrez Ruiz. Asociación Cultural Puertoguía).

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La Hermana Matilde Pavón nació el 20 de junio de 1926 en La Palma del Condado (Huelva). La madrugada de antes de anoche, 23 de mayo fallecía en Cádiz, a las cinco de la madrugada, en la Residencia que las Carmelitas tienen para hermanas de avanzada edad. Iba pues a cumplir 85 años.

En su municipio natal existe una importante institución benéfico docente de ‘Asilo y Escuela de Ntra. Sra. del Carmen’, fundado en 1934, y dirigido por las Carmelitas desde 1942. Allí le vino la vocación. En 1951 marchó al noviciado de Carabanchel (Madrid), donde permaneció por espacio de tres años, siendo su primer y único destino El Puerto de Santa María a donde, en 1954, --con 28 años-- llegó como ayudante de la Hermana Natividad, que era la responsable de la clase de los niños. Debía de ser muy cariñosa porque, a pesar de tener un aspecto bastante serio y adusto, con esas gafas tan oscuras que gastaba, los niños la querían mucho.

Todos gentes de El Puerto: los hermanos Bellvis: Javier y Marisol, única niña por aquello de separar las niñas de los niños; Luis Áspera, Paco Zamudio, Jaime Renedo, Mariano Medinilla, Miguel Lizaso, Javier Díaz, Hörh, Velarde, Julián Flores y otros… Primera Comunión en Las Carmelitas. Mayo 1958.

EXCURSIONES A MADRID.
Una curiosa anécdota que todavía hoy recuerdan algunos antiguos alumnos son las ‘Excursiones a Madrid’, que no era ni mas ni menos que un paseo de los niños de infantil a la azotea. Ese era el Madrid más cercano de Matilde Pavón.

En la imagen, vestidas de Primera Comunión Ana María y Celia Insúa Lavín. Detrás Matita Muñoz y María del Carmen García de Cossío. El angelito de en medio es Marisol Muñoz Bellvís. Procesión de la Virgen Niña o Niña María que salía los 21 de noviembre del Colegio de las Carmelitas, con motivo de la festividad católica de la Presentación de la Virgen.

LOS NIÑOS AMERICANOS.
Celia Insúa Lavín la recuerda así: “En aquella época empezaron a ir al Colegio muchos niños americanos , de la Base de Rota. Estaban un poco aparte porque no sabían nada de español y salían solos al recreo, sin mezclarse con los otros niños. La hermana Matilde Pavón era la que se ocupaba de ellos. Nosotras estábamos en 5º de Bachillerato y ya sabíamos algo de inglés, por lo que solíamos a hablarles un poco, les preguntábamos cosas y, en cierto, modo los entreteníamos. Nunca supimos si la Hermana Matilde sabía o no inglés, lo cierto es que lo niños la adoraban y en el momento que les pasaba algo salían corriendo y se abrazaban a ella, quien los consolaba con mucho cariño. Creo que siempre nos  agradeció que, de alguna manera, le echáramos una mano porque, al ser bastante buenas estudiantes teníamos fama de responsables y serias y muchas veces nos dejaban solas. Me acuerdo que a uno de los niños, que era especialmente bruto le llamábamos "donkey" (burro); aquello  no le gustaba nada y nos decía que “--No es caritativo ponerle ese mote”. Nuestra clase estaba al lado de la de la Hermana Matilde y ,la verdad, es que nos portábamos fatal. Pues bien, ella siempre venía y con una paciencia enorme nos hacia entrar en razón pero nunca nos reñía fuerte.”

Escolares en el patio del Colegio de las Carmelitas.

CINCUENTA Y UN AÑOS EN EL PUERTO.
Siempre estuvo a cargo, durante su etapa docente hasta su jubilación, en 1991, de los niños de párvulos y preescolar, lo que hoy se conoce como Educación Infantil, es decir niños de 5 a 7 años. Era de los pocos colegios que, en aquellos tiempos acogían niños de corta edad por lo que, al ser un ‘colegio de pago’ entonces --hoy centro concertado-- pasaron por sus manos, infinidad de niños y niñas de El Puerto. Como también lo hicieron quienes, en la Prioral, recibieron sus catequesis de Confirmación. En 1991, a su jubilación, pasó a la portería del Colegio hasta que, 14 años después, en 2005 se trasladó a la Residencia para Hermanas Mayores que las Carmelitas tienen en Cádiz, donde ha vivido, por espacio de seis años, hasta la muerte que le sobrevino la madrugada del pasado 23 de mayo

En primera fila, la hermana Matilde Pavón, a la izquierda, con la directora del Colegio Teresa Fernández, Inmaculada Ameneiro, la Hermana Matilde Soto el entonces concejal de Educación, Joaquín Corredera y el presidente de la APA de hace unos años, Manolo Morillo.

ESCRIBE PIPI GAGO.
“He tenido la suerte de contar a lo largo de mi vida con buenos maestros, que por su buen hacer, siempre los he tenido presente en mi memoria. De ninguno de ellos guardo un mal recuerdo y si en algún momento los he puesto en cuarentena, al final, el tiempo les ha dado la razón y me la han quitado a mí.  En buena medida hoy soy un conglomerado de la enseñanza de todos ellos. Me siento muy orgullosa de hasta donde he llegado y, creo, que la hermana Matilde Pavón, hija de la Caridad y seguidora de la obra de su admirada y querida Santa Joaquina de Vedruna (esposa, madre, viuda y monja, si mi memoria no me falla) fallecida, hoy también lo estaría.

Con ella comenzó mi andadura en el colegio de Las Carmelitas allá por el curso 1968/69 del siglo pasado!!! La hermana Matilde me enseñó a leer y escribir y lo hizo tan magistralmente que desde entonces, perderme en cualquier libro es mi pasatiempo favorito.

Su paciencia y el libro de lectura Can y Ben siempre han ido de la mano al igual que sus enfados, cuando hacíamos algo mal. Todavía no llego a entender como profesoras como ella disfrutaban enseñando a más de 30 alumnas por aula y, hoy en día, no se puede con 20. Respeto le tuve los nueve años que estuve en el colegio. De hecho, cuando te la  encontrabas por cualquiera de los pasillos de frente nos poníamos tan derechas de inmediato,  que parecía que nunca rompíamos un plato.

Me estoy dando cuenta que Matilde Pavón fue la primera de las hermanas que atendió mi educación. A ella le siguieron otras tan encantadoras como Juana; Rosario, que luego fue la  portera; Enriqueta que preparaba para la comunión; Emiliana, un torbellino que jugaba al baloncesto; Emilia con su música, y por supuesto, Maria Antonia Palomino que se encargó de encauzarme para la siguiente etapa escolar, ya en los Jesuitas. A todas y cada una de ellas les agradezco lo que hicieron por mi y todas mis compañeras de clase. Tuve mucho suerte porque, entonces, a pesar de las circunstancias de la época que no daban para mucho,  me encontré con un grupo de mujeres  que estaban en la enseñanza solo y exclusivamente por vocación y eso es de agradecer. Me inculcaron  valores sólidos  que siempre han estado presente en mi vida personal y profesional, y que, por supuesto, he transmitido a mi hijo.

Recordar a la hermana Matilde es recuperar una época muy feliz de mi infancia como  mis primeras excursiones a la playa de la Puntilla, las fiestas de Naveros, las canciones de Amosa, los guisos de María la cocinera, Loli, la amable portera, la festividad del mes de mayo, la tómbola, la Navidade con Amor en el ya desaparecido Teatro Principal; las películas de Marisol, los conciertos de flauta, los espectáculos que Chati preparaba a final de cada curso en el Polideportivo entonces de la Diputación y, sobre todo, los horribles puchos que debíamos llevar bajo la falda blanca de deporte para que cuando hiciéramos ejercicio no se nos viera absolutamente nada. ¡Igualito que ahora!

Hermana Matilde te echaremos de menos, aunque, si no has cambiado mucho en estos últimos treinta años, seguro que ya estás organizando con esmero y precisión  todito el Reino Celestial. ¡Qué tiemble San Pedro! Descansa en paz que te lo mereces. (Pipi Gago. Lcda. en Ciencias de la Información. Periodista).

6

Despacho y Exposición de productos de la firma Cervezas Tosar.

A principios del siglo XX existían en El Puerto hasta siete fábricas de cerveza, más una que estuvo funcionando a finales del XIX, cuya relación es como sigue:

  • Benigno Quevedo, Fábrica de cerveza 1890-1895
  • José María Barreiro, Fábrica de cerveza 1900
  • A.J. Bensusa, Fábrica de cerveza 1900
  • Ramón Giménez, Fábrica de cerveza 1900
  • Tosar y Cia. Fábrica de cerveza 1901.
  • Cervecera Portuense. 1904.
  • Antonio Dozal, Fábrica de cerveza 1905
  • Leyras Jose Pérez, Fábrica de cerveza 1905

Original propaganda de la época (1905), impresa en Tipografía L. Pérez, donde se afirma que ‘Es la Cerveza de menos circulación en España’.

Al final no prosperaron ninguna, salvo las de Antonio Dosal y la de Tosar y Cía, durante un tiempo. Según el investigador Antonio Gutiérrez, fue una moda, al igual que las Cooperativas de Compras o los Telares, que tampoco se consolidaron en aquel Puerto entrambos siglos. En las fábricas de medias y telas pintadas, como curiosidad, trabajaban más personas que en las bodegas en sus mejores tiempos.

Ya conocéis la estampa: dos jinetes, vestidos a la antigua usanza, cabalgan camino de la Feria en dos briosos corceles, uno castaño, tordo el otro, que bracean con la elegancia innata de los famosos cartujanos, que otrora fueran orgullo de estos lares. Abajo, sobre la firma del autor, las tres palabras mágicas que sintetizan el más bello de los pregones feriantes, y que viene a ser el grito apasionado de la alegría del Puerto: ¡A la Feria!. Cualquier crítico de arte, con más conocimientos que los míos, podría hacernos una bella semblanza de la obra, glosando perspectivas y matices, enfoques y colores, contraluces y tonos, y, al mismo tiempo, haceros sentir el repiqueteo de los cascos de las cabalgaduras, castañuelas alegres al paso caminante hacia la Feria. Yo, tan sólo me detengo en ese título tan nuestro de ¡A la Feria!, que invita al júbilo y al gozo de la alegría compartida, y, temerariamente, pretende revivir los sentimientos de Juan Lara, que en el cartel anidan, adivinando a un tiempo, si es posible, qué camino o qué calle del viejo Puerto es esa, hollada por esos corceles camino de una Feria que el pintor soñara...

No sé que calle soñó
para encuadrar su pintura.
¿Pudiera ser, por ventura,
la callé donde nació?
¿La calle, donde jugó,
de aquel Puerto en miniatura,
solemne en su arquitectura,
que tantas veces pintó?

¿La calle del Pagador
Natera es ese camino
de ocre suelo, como un vino
de amontillado sabor,
que Pagador sigue siendo
en el habla coloquial
del Puerto, y a la Prioral
llega con Juan, sonriendo,
buscando a la Virgencita
Patrona, a la que llamaba,
de tan morena que estaba,
con cariño, “su Negrita”?

¿Qué camino pedregoso
evocaron sus pinceles?
¿Por dónde van los corceles,
con andar majestuoso,
hacia el azul luminoso
de una Feria en la quimera
del pintor? ¿Qué Feria era
la que Juan ha dibujado,
y en el cartel ha dejado
tan llena de Primavera?

¿Pero qué importa el camino
pedregoso o polvoriento?
Lo que importa es el evento
que tiene como destino:
La Feria del Vino Fino.
¿Quién no acudirá a la cita
ferial? ¿Qué más necesita
que le digan, para ir,
el que duda en acudir,
si es Juan Lara quien lo invita?

Pintura, que no cartel,
porque no es grito estridente,
sino que, calladamente,
pide se fijen en él.
Trazo a trazo va el pincel,
como una voz pregonera,
anunciando a quien lo quiera
en el corazón sentir,
que se venga a compartir
la Feria de Primavera.

¡A la Feria!... Dicho ésta,
y el que quiera que se venga;
pero que no se detenga,
que la Feria empieza ya.
Lo dice el cartel, que va
a toda policromía,
transformando la alegría
en la más nerviosa espera
de una Feria en Primavera,
de un Puerto en Santa María.

Vente conmigo a brindar
con el mejor vino fino.
No llenes el catavino,
por lo que pueda pasar.
Ven, que te voy a enseñar
un pueblo blanco y un río,
su enjundia y su señorío,
que los tiene porque sí.
¡Ven sin tardar! Pon, aquí,
tu corazón junto al mío.

Ven, sin dudar, que mi mano
quiere servirte de guía.
¡Ven! Comparte mi alegría,
y, siéntete, ya, mi hermano.
Que está el momento cercano,
y el tiempo nunca se para,
y, ten, amigo, muy clara
una cosa: que no en balde
te está invitando el Alcalde
y ¡el corazón de Juan Lara!

Paco del Castillo.

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En la Feria de Ganado en El Palmar, jugadores, aficionados, directivo. Chicharito aparece en la última fila, en el centro de la imagen a la izquierda y justo a la derecha suya, Parrita, posiblemente el mejor aficionado del Racing a lo largo de toda la historia del Portuense. Llegó a formar parte de la Junta Directiva con José del Cuvillo y Bernardo Sancho. El sexto por la derecha de la úlitma fila, Agustín Vela Mariscal, Laínez y Bernardo (el del taller de coches d ela calle Diego Niño). El que está entre la niña de Amazona y la del traje de gitana, es Pedro Gil. Agachado, el tercero por la derecha, Lupo, con la cuchara en la mano delante del lebrillo, por aquello de ‘cucharón y paso atrás’ y detrás de él, Trujillo. El tercero por la izquierda es Baltasar y a su izquierda, alguien relacionado con los González Noval (almacén de Genaro).


De izquierda a derecha, Nina Gutiérrez de la Rosa, su padre Antonio Gutiérrez González, Mari Gutiérrez de la Rosa, su madre Carmen de la Rosa Ramirez y su amiga Rosario Fariñas "Pia" y Vicente Gutiérrez de la Rosa. Sobre 1950 en la Feria de Ganado.

El Carro de las Patás.


Los hermanos Moreno Simeón y sus cuñados. De izquierda a derecha Charo, Carlos González Orihuela, Bella, Lolita Gil de Reboleño y Manolo Moreno Simeón.


Antonio Nogués Ropero y Enrique Pedregal, arropan a sus mujeres que están cuidando un rebaño de bambis de peluche, en la Feria. Al fondo en la parte superior de la caseta se lee la publicidad de Fino Quinta y Amontillado Coquinero.


Organillero en la Feria de Ganado.

De izquierda a derecha, Antonio Pérez Brea, su tío Antonio Brea Vila, su prima Ana María Brea Ramírez y una amiga de ésta, Lolichi, paseando por la Feria de Ganado.

Reparto de Premios en la Feria de Ganado; de izquierda a derecha, Juan Melgarejo Osborne concejal de la Corporación Municipal, Anastasio Pérez Andrés Capellán del Hospital y del Penal, José Caveda, Ramón Insúa, el Comisario de Policía y Enero, encargado de Aguas.


Elisa Muñoz Manzanera, Mery Nuchera, Celia Insúa Lavín, Daniel Otero Rascón, Ana María Insúa, Magdalena Nuchera, Manolo Lores y Lalo Muñoz. Feria 1963.


Velada de la Victoria, delante de la fuente desaparecida que, en su interior reproducía la Giralda sevillana. Una sombrilla, la cola de un caballo (el de carton del fotografo), uno de Medina Sidonia, Luisma Hoyo, Paco Rascón, Juan Carrasco, Luis Gutierrez, Manuel Almagro, Juan Miguel Fernández Izquierdo. Y de fondo La Giralda --¿seria tambien del fotografo? -- y la fuente de entrada a la Victoria.

| Texto: José María Morillo.

En este video, Antonio cuenta de viva voz, su historia, con todo lujo de detalles, haciendo gala de una memoria prodigiosa a sus 95 años.

Hoy tiene 95 años y una memoria prodigiosa. En abril del pasado año 2010 traíamos a Gente del Puerto a Antonio González Morillo, ‘Antonio Guindate’ que nos contaba una interesante historia en relación a la antigüedad de la Feria, en su origen como Feria de Ganado, tras el lapso de 1916 ante la decadencia y falta de negocio de la misma y después de la Guerra Civil.

...continúa leyendo "1.013. CONTROVERSIA: ¿EXISTIÓ FERIA EN 1942?"

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La historia de este Gran Puerto de Santa María está hecha a base de montañeses. Si no, repase Vd. el Libro del Repartimiento de Alfonso X, por cierto publicado hace escasas fecha en una edición escrupulosa del Catedrático de Historia Medieval de la Universidad de Sevilla Manuel González Jiménez.

Habrán habido, en el tiempo avalanchas de genoveses, de flamencos, de franceses, de irlandeses... pero el germen de la demografía portuense ha sido siempre montañesa. Aquello es Castilla pura, es la mar de Castilla. En todas las épocas esta Baja Andalucía ha sido un atractivo para los montañeses y ya sea de chicucos, ya sea de comerciantes, cualquiera de ellos, escarbando un poco tenían unas ejemplares y claras ejecutorias de hidalguía, cuando no de nobleza. Todos.

Maximino era montañés. Maximino Sordo Díaz (Trescudia, Camijanes, 1912-El Puerto, 1982) no se llamaba Maximino, sino Luis-Maximino. La verdad es que poca gente lo sabía. Entre ellos mi padre, Luis, yo, Luis, ambos de San Luis IX, Rey de Francia, el 25 de agosto, felicitábamos a Maximino en su día y a una señora, Luisa , Aquino Arnosa, viuda de Quijano, que también celebraba ese raro santo de agosto.

El restaurante 'El Resbaladero' o 'Resbalón', a la izquierda, en la década de los 30 del siglo pasado, con el castillo de San Marcos sin la  restauración a la que lo sometió Hipólito Sancho.

El abuelo de Maximino, Mateos Sordo, ya recaló por aquí en el último tercio del XIX y trabajó en "La Vega", en Jerez. El padre, Francisco Sordo también, aunque luego se fue a la Montaña para casarse y no volvió sino para ver a sus hijos Maximino, Ángel y Cosme que se vinieron a El Puerto, a "Las Mellizas". Maximino tomó "El Resbaladero" en el 36, un restaurante que tenía una honda tradición marinera, andaba en boca de todo el mundo e incluso en páginas escritas por Pío Baroja o José Navarrete.

Bar 'Las Mellizas', actual Bar Vicente.

En el 37, Maximino marchó a El Arrudo y se casó en Vielba con su novia Feliciana de la Torre y se volvieron a El Puerto. En el 41 amplió su negocio con "La Fuentecilla" y algo más tarde tomó el "Bar Central".  Su imperio fue ampliándose con el Tiro de Pichón, con el Club "El Buzo" y el Club Naútico, en El Puerto o con la caseta del Casino Nacional en Jerez. Además tuvo un catering acreditadísimo para bautizos, primeras comuniones, bodas y cualquier otra celebración.

Fachada del Restaurante El Resbaladero, con toldos y mobiliario antiguo. /Foto: Neto Anelo.

Barra y estanterías bien provistas de El Resbaladero.

Cuadro de 'El Resbaladero', pintado por Juan Lara. La polémica de aquel cuadro la hemos contado en GdP en la nótula núm. 670.

Imagen del comedor nuevo del Resbaladero.

En los sesenta, El Puerto comenzó a expandirse y se establecieron otros, de modo que el casi monopolio de Maximino empezó a resentirse. Se decía por aquellos entonces:"El Caballo Blanco, el Cangrejo Rojo, El Candil Verde y... Maximino Negro". (Texto: Luis Suárez Ávila).

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Fotografía  tomada en la priméra década del siglo pasado, en la que aparece José Caro Izquierdo, con bigote y una banda negra en el brazo en señal de luto, a la izquierda de la imagen; la taberna estaba situada donde hoy se encuentra el bar 'Bugatti'.

Mi abuelo paterno, José Caro Izquierdo, era de Cádiz y conoció a mi abuela, María Ahumada Lino en la capital. Vivieron en El Puerto y regentaron un par de bares y tabernas, uno en la esquina de la plaza de Juan de la Cosa (antigua de Bizcocheros), otra donde se encuentra hoy el bar ‘Bugatti’ y, creo, fue cocinero en un acuartelamiento que hubo en la calle San Bartolomé.  falleciendo mi abuelo al poco de acabar la Guerra Civil.

José Caro Izquierdo, en el centro de la imagen sentado y con bigote, en una fotografía tomada en la calle San Bartolomé, cerca de Federico Rubio. El tercero por la izquierda de la fila superior, pudiera ser Pedro Muñoz Seca.

En la imagen solo se reconoce, sentado en el centro, a José Caro Izquierdo. La foto está fechada el 21 de junio de 1928, delante del Restaurante 'La Puntilla', que aparece al fondo  la izquierda.

Mi padre, José Caro Ahumada conocido como ‘Carito’ pasó la campaña de la guerra  en en el llamado ‘Bando Nacional’ mientras  mis abuelos seguían viviendo en El Puerto. Cuando mi padre volvió de la Guerra retomó  el noviazgo con la que sería su mujer: mi madre, Carmen López Pérez, quien en aquellos difíciles años entre 1936-1939 estuvo trabajando de operadora en Telefónica.

Domingo de Ramos de 1940. Cinco jóvenes amigas pasean por el Parque Calderón; la del centro es Carmen López Pérez.

Luego entraría a trabajar de administrativa en la Imprenta de Carmen Pérez Pastor, en la calle Larga, casa hoy desaparecida, junto a la actual tienda de copistería y artículos de oficina, HIVA. Mi madre, era una mujer adelantada a su época, con un buen nivel académico para aquellos tiempos. Se casaron en 1946 fecha en la que deja  de trabajar para dedicarse a la familia que acababan de construir. Era hija de Carmen Pérez Gómez,  hermanas de Soledad, María y cinco hermanas más. Mis tías fueron ‘de toda la vida’ las porteras del Hospitalito (Hospital de Mujeres).

La fotografía está tomada en Trebujena en 1955, el 1 de enero, recibiendo y celebrando  --se nota el buen ambiente-- el Año Nuevo, José Caro Ahumada está en la fila de atrás.

En las gradas del campo de fútbol Eduardo Dato, de izquierda a derecha, el niño Manuel Caro López, su padre, José Caro Ahumada, Ramón López Pérez y Manuel Baena Carracedo, de Suministros de la Base Naval de Rota.

De paseo por el Parque Calderón, con familiares y compañeros de Vidrieras Palma. De izquierda a derecha, Vicente, desconocido familiar del siguiente, Jaime Bonet, José Caro Ahumada, Manuel  y Ramón López Pérez, cuñados ambos del anterior. Vicente, Jaime y José trabajaban en la antigua fábrica de vidrios VIPA, donde hoy se encuentra la Comisaría de Policía y sendas promociones de viviendas que llegan hasta el colegio 'José Luis Poullet'. /Foto: Cuellar.

Verano en la playa de 'La Puntilla', antes o después de pasar la barca a la de 'Valdelagrana' atravesando 'el canal', es decir, la desembocadura del río Guadalete. De izquierda a derecha, fila superior, desconocida, Ana Baena, Pilar López que es prima de Carmen Caro; María Baena; debajo, de izquierda a derecha, Paca Baena, desconocida, la niña Carmen Caro López y Luisa, amiga de las hermanas Baena.

Mi padre, como conocía el gremio de la hostelería por tradición familiar, puso un bar que se llamaba ‘El Continental’, en la calle Larga, que cerraron al tiempo colocándose como operarrio en VIPA (Vidrieras Palma), hasta que se jubiló en el año 1981, tres meses antes de que cerraran dicha fábrica. Su hermano Luis Caro Ahumada, fue funcionario municipal y muy conocido también en El Puerto. (Textos: Carmen Caro López).

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... y todo siguió gracias  al testigo recogido por Rafael Rivero, que mantuvo la llama encendida.

Acostumbrados que solo aparezcan en la historia escrita los líderes o los que los historiadores quieren, es hora de que se conozcan y se les reconozca el mérito a los verdaderos artífices de la democracia. Nombres de hombres y mujeres, en su mayoría anónimos, que con su esfuerzo plasmaron la utopía de la libertad convirtiéndola en realidad, sin importarle perder la suya personal. Desde aquí, el reconocimiento a los que aun están y el recuerdo a los que se fueron. /En la foto, Rafael Rivero.

Día del Trabajo de 1979. Entre los manifestantes, se puede ver a José Marroquín “Alicate” y a la derecha de la fotografía, al padre de Isabel Oreni Mayi, suegro de Antonio Álvarez Herrera, Fernando Oreni. Miguel Marroquín y su mujer, Maruja. La fotografía está tomada en la calle Luna, a la altura del antiguo Banco Hispano Americano, esquina con la calle Larga. Ya se habían celebrado las primeras elecciones democráticas a los ayuntamientos, consiguiendo el PC la alcaldía, gracias al pacto de la izquierda, gobernando conjuntamente con el PSOE y el PSA.

Cuadro 'El Cuarto Estado', de Giuseppe Pellizza da Volpedo

SPAIN IS DIFERENT.
Cuando en el mundo se celebraba el 1º de Mayo como Fiesta del Trabajo, en España, los prohombres del régimen también deciden celebrar ésta. Si bien, en vez de denominarla 1º de Mayo le ponen el nombre de San José Artesano, por aquello del nacional-catolicismo. La fiesta del 1º de Mayo lo es en conmemoración de los trabajadores de Chicago. Trabajadores asesinados por el capitalismo por pedir mejoras en sus condiciones laborales: 8 horas para el trabajo; 8 horas para su instrucción y ocio y 8 ocho horas para el descanso.

Manifestación del Primero de Mayo en Madrid, de obreros de Hispano,  a principios del siglo XX.

ANTECEDENTES EN EL PUERTO.
En los últimos años de la década de los cincuenta y primeros de los sesenta, resurgen los primeros conatos de la lucha antifranquista en El Puerto. Se decide simultanear la lucha desde la legalidad del régimen con la extralegal, es decir, copar el sindicato vertical para socavarlo desde dentro.

Elecciones Sindicales. Año 1966. /Archivo: Fundación Largo Caballero.

En 1963 se celebran Elecciones Sindicales, resultando elegidos en la mayoría de las secciones sindicales los componentes de las incipientes CC.OO.: la vid, construcción, el metal, hostelería, banca, artes gráficas, viticultura, servicios, vidrio y cerámica. En 1964, por primera vez después de la Guerra Civil, se celebra esta fiesta con una manifestación, que se repetiría los años 65 y 66, donde ya se vivieron  las primeras represiones policiales y detenciones.

Elecciones para Jurado de Empresa. /Archivo: Fundación 1º de Mayo.

DETENCIÓN DE ANTONIO ÁLVAREZ.
En 1967, durante el mes de marzo, con motivo de las negociaciones del Convenio de la Vid, hubo en Jerez una manifestación del sector, a consecuencia de la cual detienen a Antonio Álvarez. El Sector de la Vid y otros gremios hacen Huelga General. La represión no se hace esperar y en Bodegas Osborne despiden a Manolo Vela, Manolo Luque y a Bernal. Se producen nuevas manifestaciones de mujeres, concentración ante la Policía, entrevista con la condesa de Osborne, manifestación ante la casa de Joaquín Osborne y nueva concentración ante la comisaría hasta que se consigue la libertad de Antonio Álvarez, que es readmitido sin problemas en Bodegas Caballero, donde trabajaba. /En la imagen de la izquierda, Antonio Álvarez Herrera.

En 1968 muere Manolo Vela, cuyo féretro llevamos a hombros en manifestación hasta el cementerio con una corona de flores que decía: ‘El Mundo del Trabajo No te Olvida’, (hay que tener en cuenta la época y la prohibición que había a cualquier manifestación, por menos te condenaban a cinco años de cárcel). Posteriormente, en la lapida se le puso: ‘El Mundo Obrero No Te Olvida’.

Portada de 'Mundo Obrero', órgano de comunicación del Comité Central del Partido Comunista de España.

En Agosto de ese mismo año se produjeron detenciones en Chiclana donde facilitan los nombres de Antonio Álvarez y Federico Iglesias a los que vuelven a detener.  Esta detención duró apenas tres días, los mismos que fueron de lucha pacífica en la calle: manifestaciones, concentración ante la Policía y encierro en la Iglesia de San Joaquín hasta conseguir la libertad de ambos.

EL PUERTO, REFERENTE.
El clima de lucha y compromiso por la libertad que ejercía El Puerto, se irradiaba hacía otros lugares y éramos el punto de mira de otros pueblos por saber conjugar la pelea legal con la extralegal. Pero es que, también, las fuerzas represivas hacían su trabajo y estábamos en constante vigilancia. Entonces se decía que junto a San Jose de la Rinconada (Sevilla) y Tarrasa (Barcelona), El Puerto era una de las Zonas de Libertad.

30 DE ABRIL.
En 1969, el 1º de Mayo conseguimos legalizar la concentración de los trabajadores en las Dunas de San Antón. Para ello, se hizo una manifestación el 30 de Abril desde la sede del sindicato vertical en la calle Micaela Aramburu hasta el Ayuntamiento, donde se haría entrega de un documento al alcalde, Juan Melgarejo Osborne, con nótula núm. 890 en GdP, con las peticiones de los trabajadores. Hubo más de una carga de la Guardia Civil y a punto estuvo de ocurrir una desgracia. /En la imagen de la izquierda, Juan Melgarejo Osborne.

El alcalde se puso  en contacto con el Gobernador Civil, Julio Rico de Sanz y éste accedió a la petición de los manifestantes. El escándalo que se formó, las fuerzas represivas, los caciques y los capitalistas no se lo podían creer, pero nosotros celebramos la Fiesta y no pasó nada. Nos habíamos comprometidos con el gobernador y los trabajadores cumplen su palabra. /En la imagen de la izquierda, el gobernador civil, Julio Rico de Sanz

NOMBRES PARA LA HISTORIA.
Relación de nombres de algunas de las personas que hicieron posible la libertad de la que hoy disfrutamos. Que me perdonen los que no se vean reflejados, es que es casi imposible acodarse de todos.

De izquierda a derecha, Pepe Marroquín 'el Bloque', Antonio Álvarez Herrera, Pepe Marco y Esteban Caamaño Bernal.

Aldana, José;  Almirante, Pepe; Álvarez, José; Álvarez Herrera, Antonio; Álvarez Herrera, Pedro; Artola Beuzón, Paco; Bernal; Bueno, Pepe; Barcia, Antonio;  Borrajo, Paco; Camacho, Antonio; Cárdenas, Antonio; Ciria del Pino, Carmelo; Chico; Conejo, Agustín; Cumbreras, Juan; Escudero, Rafael; Espinar Galán, Jesús; Espinar Galán, Manolo (que aparece en la fotografía de la izquierda); Fernández, Manolo; Franco, Juan; Gallardo, Joaquín; Gallardo, Santiago; García Caballero, José María (el Carnicero); Gatica, Luis; Gatica, Paco; Gómez Ojeda, Rafael (Ceferino); González, Andrés; González, Joaquín; González, Sebastián; González Delgado, Juan Antonio; Guilloto, Fernando; Gutiérrrez de Celis, Francisco (Paco ‘el de las Flores’); Gutiérrez Ponce, Pepe (Pepito Alberti, que aparece en la segunda fotografía de la izquierda); Herrera, Benito; Iglesias, Federico; Jaramillo, Luis; Jiménez, Pepe; Luque, Manolo; Malete; Marcos, José; Marroquín Gómez, José I y II; Marroquín Travieso, Pepe (el Bloque); Mendoza, Miguel; Molina, Juan Ramón; Muñoz Benítez, Miguel; Noni; Núñez, Manolo; Ortega, Antonio; Palma, Pascual; Pecho, Antonio; Pellicer Bohórquez, Pepe; Perea España, José María; Portilla, Ismael; Rivero, Rafael; Revuelta, José Manuel; Romero, Paco;  Sánchez Alonso, José Luis (Selu); Sánchez, Antonio; Sánchez, Paco; Sanchez Cortéz, Manolo; Sendra; Serrano, Pepe; Tey, Paco; Vela, Manolo.

De izquierda a derecha, Miguel, Manuel Espinar Galán, Santiago Gallardo, Pepe Marroquín y agachado José Marco, de excursión al Valle de los Caídos (Madrid), durante unas jornadas sindicales en los años sesenta del siglo pasado.

Veteranos ugetistas que al no existir este sindicato colaboraban con CC.OO., entre otros: Cruz, Joselito; Guillén, Rafael; López, Paco. Sector de la Iglesia militando en USO, entre otros: Caamaño Bernal, Esteban; Fernández Cortabarría, María Ángeles; Gálvez, Isidoro (que aparece en la fotografía de la izquierda); Gálvez, Manolo; Rincón Noya, Luis; Rodicio, Rafael. (Texto: Miguel Marroquín Travieso).

DOMINGO DE QUASIMODO.
El primer domingo después de Semana Santa, Pascua de Resurrección, se conoce bajo el nombre de “Domingo de Quasimodo”.

Este Domingo se llama de Quasimodo por las primeras palabras de la Antífona de Entrada, o “In Albis”, («Quasi modo géniti infántes, allelúja») porque los neófitos de la Iglesia acababan de dejar sus blancas túnicas. La Iglesia compara a sus hijos con los niños recién nacidos .

Antífona Ad Introitum.  1 Petri 2, 2 Quasi modo géniti infántes, allelúja: rationábile, sine dolo lac concupíscite, allelúja, allelúja, allelúja. Ps. 80, 2. Exsultáte Deo, adjutóri nostro: jubiláte Deo Jacob. V. Glória Patri. Antífona de Entrada. Como niños recién nacidos, aleluya, ansiad la leche espiritual, y sin mezcla. Aleluya, aleluya, aleluya. Ps. Regocijaos alabando a Dios, nuestro protector: cantad al Dios de Jacob. V. Gloria al Padre.

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