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josefamendozamunoz_puertosantamariaPepe Mendoza le escribe a las madres. Y nos permitimos traer aquí a la madre que lo parió: Josefa Mendoza Muñoz, casada con Rafael González Vázquez. Alumbró para nuestro gozo a un escritor y a un poeta: José y Ángel, y dos hermanos mas, Francisco y Rafael, que formaron un bonito entramado familiar en la calle San Sebastián, donde vivieron. El homenaje de Pepe a las madres, a su madre, a todas las madres.

Esta es la historia chiquita de unas mujeres grandes. El homenaje merecido a quienes nos enseñaron, a golpe de decencia, que no pesan los años sino los desamores, que para la ternura siempre hay tiempo, que vivir es desvivirse.

Esta es la historia chiquita de unas mujeres grandes que ya desde niñas se crecían ante los contratiempos y le echaban guindas al pavo amargo de la pobreza y de la explotación. Con una perra gorda han hecho encaje de bolillos. Con los avíos de un puchero han multiplicado los panes y los peces. Con un trozo de tela han hilvanado vestidos bellísimos que pasaron de generación en generación. Con unos cuantos principios han puesto en pie el armazón moral y ético que hoy configura lo mejor de nosotros mismos.

Esta es la historia chiquita de unas mujeres grandes que desde pequeñas fueron condenadas a faenar en el campo, a servir en casas, a trabajar en fábricas. Propietarias solo de su propia miseria, la aspereza forzada de sus vidas, lejos de amilanarlas, les hizo crecerse, inmensas, ante la adversidad. Obstinadas, siguen madrugando a sus dolores, resucitando a sus achaques, inagurando esperanzas.

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Con su compañero en la aventura de la vida y del matrimonio, Rafael González, con el que Josefa Mendoza tuvo cuatro hijos, en una imagen tomada en la Feria de Primarera en el Paseo de la Victoria.

Esta es la historia chiquita de una mujeres grandes que hoy ejercen, incansables, de esposas, de madres, de abuelas, heroínas anónimas que nos regalan sus horas, y nombran a las cosas por su nombre, y nos recuerdan que hoy es siempre todavía, y ponen un poco de cordura en este tiempo hostil propicio al odio.

Esta es la historia chiquita de unas mujeres grandes que un día conspiraron contra la dictadura del sofá y el mando a distancia, y decidieron salir a pasear unidas por las avenidas anchas y luminosas de las escuelas de adultos, de las asociaciones de vecinos, de las organizaciones populares. ¿Quién dijo que todo está perdido?

Esta es la Historia Grande de unas mujeres chiquitas. /Texto Pepe Mendoza.

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Salida de una prueba de 125 c.c. hacia 1960, recién inaugurado enfrente los vestuarios públicos de Valdelagrana /Foto: Bar Tadeo-Nani Delgado Poullet.

Este verano se cumplirá medio siglo de la última vez que la playa de Valdelagrana acogió la celebración de carreras de motos. La primera, un tanto especial, fue una gimkhana que el Ayuntamiento organizó para la mañana del 25 de julio (festividad de Santiago) de 1956, en la que los pilotos participantes debían sortear una serie de obstáculos llevando de ‘paquete’ a señoritas. Se otorgaron premios de 500, 300 y 200 pesetas a los tres primeros pilotos clasificados, recibiendo un detalle las acompañantes. Ganó tan suculento primer premio el gaditano Carlos Bernal, mientras que su acompañante, la señorita Esquilino, fue distinguida con una polvera. Aquel año, en enero, el Ayuntamiento había aprobado el ‘Plan Parcial de Ordenación de Valdelagrana’, el primer paso para la ocupación turística y urbanística de la playa y su marisma.

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Preparándose la salida de una prueba de 75 c.c.

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Mirando al juez de salida, en 1958.

En 1957 no hubo carreras. Al verano siguiente sí, de velocidad, que comenzaron una vez que a la playa llegaron los motoristas participantes en una carrera de regularidad entre Sevilla y El Puerto, organizada por el Moto Club sevillano.

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Francisco Pacheco (1917-2010), alma máter de las carreras de Valdelagrana, con su Derbi, en Jerez.

Desde entonces las carreras se sucedieron de forma continuada hasta 1965, cuando dejaron de celebrarse. Todas las patrocinó la Delegación de Deportes del Ayuntamiento con la organización y asesoramiento técnico del Moto Club Jerezano, el que en 1954 fundó su alma máter, Francisco Pacheco Romero, toda una vida dedicada a las motos a quien también se debe la idea y los primeros pasos dados para la construcción del circuito de Jerez (1985).

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El jerezano Luis Sáez virando en el circuito. Enfrente, el primer kiosco de Tadeo Sánchez.

En nuestra playa, todas las carreras se disputaron bajo el nombre oficial de ‘Gran Premio Motorista de la playa de Valdelagrana’, durante las mañanas de los domingos –variables según las mareas- de la segunda quincena de agosto. Lo acostumbrado fue disputar las pruebas en un circuito de 2 kms de ida y vuelta que giraban entre 10 y 40 veces según las cilindradas: velomotores de 50 y 75 c.c. y motos de 125, 250 y de ‘fuerza libre’ (hasta 350 c.c.). Siendo la norma en la época que las arrancadas se hicieran a empujón con el motor parado, en Valdelagrana, por la inestabilidad de la arena y el agua, las salidas se hacían con las motos encendidas.

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En la imagen de la izquierda, uno de los grandes de la época: Ramón Torrás en 1962, con su Bultaco de 125 cc. /Foto: Colección Tomás Rivero.

Por tan peculiar circuito corrió lo más granado de los pilotos andaluces y nacionales de la época: los catalanes Jordi Sirera y Ramón Torras (que murió en el 65 en su tierra durante una carrera), el alicantino José Medrano (siete veces campeón de España, fallecido en 2014), José María Añón, Manuel Román… o los jerezanos Luis Sáez ‘el Ubbiali de Jerez’, Juan Gallego, Ricardo Contador y, destacadamente, Antonio Sánchez Garrido ‘Peluqui’, que si no se le hubiera cruzado la muerte en el jerezano “circuito” de La Constancia en el 63, dicen los entendidos que hubiera subido a los más altos pódiums del motociclismo mundial.

motos_8_puertosantamariaEn la imagen de la izquierda, otro de los grandes, el jerezano Antonio Sánchez ‘Peluqui’ (1932-1963), un clásico de las carreras de Valdelagrana.

Y hasta un piloto extranjero corrió en las arenas de Valdelagrana; bueno, era de Gibraltar, ‘llanito’, de nombre Juan Gracia, pero se hacía llamar John Grace (que tuvo una destacada vida deportiva en Bultaco). Pilotos que todos montaban con marcas nacionales: Montesa (1944), Derbi (1949), Motobic (1949), Gimson (1955), Bultaco (1958), Lube-Renn (1960)…

Según las crónicas deportivas, la competición más interesante y reñida fue la de 1960, el domingo 28 de agosto, con recorridos en sus tres pruebas de 10, 25 y 30 vueltas al arenoso circuito y premios de 500, 2.000 y 3.000 ptas y trofeos.

...continúa leyendo "2.437. CUANDO LAS MOTOS RUGÍAN EN LA ARENA. Las carreras de Valdelagrana (1956-1965)"

La hermandad de Nuestro Padre Jesús Cautivo y María Santísima del Dolor y Sacrificio fue fundada en 1958. Para recaudar fondos para dotarse de enseres y los elementos propios de una corporación que recorrería las calles de El Puerto durante la Semana Santa, así como para sus obras sociales, se organizaron desde el principio diversas acciones. En este caso una sorteo o rifa, que más parecía una cesta de Navidad, por la cantidad de regalos que lo componían.

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En la imagen vemos de izquierda a derecha, fila superior, a Chano Colón Herrera, R. Corzo, J. Rendón, Felipe Bononato Saez (ver nótula núm. 187 en GdP), Pablo Cerdá, P. Beltrán, Agustín Fernández, P. Acosta, desconocido, y sentados, de izquierda a derecha, Luis Osborne, Juan Quiñonero  y el desaparecido José Luis Poullet Ramírez. /Foto: Colección Juan Quiñonero Anguiano.

La entrega se efectuó en el domicilio del agraciado, en la calle Cielos, Chano Colón , que aparece a la izquierda de la imagen --ya fallecido--, padre del candidato a la alcaldía por el partido ‘Queremos El Puerto’ en los próximos comicios municipales, que posiblemente sea el niño que aparece sentado en el centro de la imagen en el tresillo. El año, posiblemente sea 1958 o 1959.

La lista de objetos se nos hacía interminable, aunque no para los agraciados, desde el tresillo donado por Muebles Pantoja, hasta cajas de vinos y brandies de las bodegas de El Puerto: Terry, Osborne, Caballero; de Jerez, Williams & Humbert cuyo gerente era el portuense González Bruzón, padre del Jefe de Fotografía de GdP Vicente González Lechuga; cajas de cerveza, de refrescos espumosos, lámparas, ropa de casa, galletas Fontaneda que tiene uno de los niños entre sus manos, un colchón, cartones de tabaco Chesterfield, maletas y cestas, etc. etc. Se observa el envasado de las cajas de cervezas y refrescos, en cajas de madera, lo usual en la época.

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lorenzovidalvidal_puertosantamariaLorenzo Vidal Vidal, nació en Santañy, (Mallorca), 26 de abril de 1936) es un poeta, educador y pacifista español, fundador en el año 1964 del Día Escolar de la No-violencia y la Paz (DENIP), siendo Inspector de Educación en la provincia de Cádiz y muy vinculado con El Puerto de Santa María. Fue responsable de la Educación Permanente de Adultos (EPA), contando en nuestra Ciudad con la colaboración de Manuel Sánchez-Romate, al que nombró Coordinador de dicha EPA (Ver nótula núm. 2.285).

DIA ESCOLAR DE LA NO VIOLENCIA Y LA PAZ

Su obra fundamental, el Día Escolar de la No-violencia y la Paz (DENIP), de creciente difusión internacional y practicado anualmente por miles y miles de estudiantes en centros educativos de todo el mundo (y por millones desde su fundación en 1964), es, como dice su fundador, “una semilla de no-violencia y paz depositada en la mente y en el corazón subconsciente de los educandos y, a través de éstos, en la sociedad”, así como una fuente activa de creación de una conciencia de paz interior y exterior a través de la educación. Se trata de una experiencia educativa de renovación pedagógica esparcida internacionalmente, con casi medio siglo de duración y en la cual directa o indirectamente se han inspirado y se inspiran la mayoría de las iniciativas pedagógicas nacionales e internacionales actuales relativas a la educación para la no-violencia y la paz.

POETA.

En su trayectoria poética Llorenç Vidal, que comenzó con una poesía de base esteticista, surrealista, onírica y existencial en sus dos primeras entregas (El cant de la balalaika y 5 meditacions existencials), adquirió un profundo acento social en el Insania Terrae y evolucionó hacia perspectivas universalistas, espiritualistas y místicas en su producción posterior (Talaiot del vent, Estels filants, Florilegi de poemes a Santanyí, Petits poemes, Poemes esparsos, La rosa de los vientos y Destellos espirituales) hasta la actualidad, todo ello salpicado por notas de religiosidad popular, matizado regionalismo cultural e histórico, interculturalidad y multicolor riqueza orientalista. La recientemente publicada 2012: Antologia Poètica permite una visión global de esta evolución literaria.

En su obra Petit llibre d'un solitari / Pequeño libro de un solitario --al igual que en numerosos de sus poemas-- se concentra el mensaje espiritual, universalista y pacifista de Lorenzo Vida.

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De izquierda a derecha, vemos en el uso de la palabra a Lorenzo Vidal, en el Colegio José Luis Poullet, desconocido, Diego Mora y Manuel Martínez Alfonso, el director del Centro Ramiro Cerezo Magán, Francisco Mendoza Ortiz, Antonio Femenía corresponsal de Diario de Cádiz, y los profesores Antonio Marchena y Cipriano Pérez Barroso, durante una charla sobre la pedagogía de la No Violencia en septiembre de 1975. /Foto: Rafa. Archivo Municipal.

Lorenzo Vidal, es maestro por la Escuela Normal de Palma de Mallorca, licenciado y doctor en Filosofía y Letras por la Universidad de Barcelona, donde fue discípulo de Juan Tusquets, Joaquim Carreras i Artau y Jeroni de Moragas; profesor en los niveles de educación primaria, bachillerato y enseñanza universitaria e inspector de educación en Cádiz, Ceuta y Baleares.

lorenzovidal_eulogiodiaz_puertosantamariaTROVADOR DE LA PAZ.

Cronológicamente encuadrado en la segunda promoción de poetas insulares de posguerra, que comprende los autores posteriores a la antología de M. Sanchis Guarner y que comenzaron a publicar a partir de 1954, pero de carácter independiente y divergente con los poetas de su generación; Jaume Vidal Alcover, en sus "Estudis de literatura catalana contemporània", lo adscribe, junto a Bernat Vidal i Tomàs y a Blai Bonet, a la Escuela de Santanyí y Eulogio Díaz del Corral, en su artículo "En Llorenç Vidal i Vidal, poeta, educador i pacifista santanyiner", destaca “su frescura idiomática, siempre con una ligera tendencia hacia la lengua viva y a las formas populares y dialectales dignas, y su fidelidad infranqueable por la Lengua de Mallorca, a pesar de vivir fuera de la Isla des de 1963”. /En la imagen de la izquierda, Lorenzo Vidal visto por Eulogio Díaz.

Fundador y director de los cuadernos literarios Ponent, por su labor poética y pacifista fue proclamado “Trovador de la Paz” por la cantante occitana Chanterelle, esposa de Lanza del Vasto, pacifista italiano discípulo de Gandhi.

PREMIOS

Por su labor literaria, pedagógica y pacifista ha sido distinguido, entre otros, con el Premio Andreu Xandri en los Juegos Florales de la Lengua Catalana en el exilio (México), el Premio de la revista literaria, pacifista y universalista vfrancesa “Élan”, en Premio Ciudad de Vera de Educación y Convivencia, el nombramiento de Miembro de Honor de la Asociación de Escritores de Ceuta, el nombramiento de Miembro colaborador del Instituto de Estudios Baleáricos (nombramiento del que no llegó a posesionarse), el Diploma de Mérito Cultural de la Unión Brasileña de Escritores, la Mención de Honor del Premio Unesco de Enseñanza de los Derechos Humanos, el Memorial Juan XXIII de la Paz y la Cruz de Caballero de la Orden de Alfonso X el Sabio. En la celebración del XL DENIP, en 2003, el Grupo de Derechos Humanos de Mallorca le ofreció su Bandera de la Paz.

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Lorenzo Vidal durante una entrevista en el Hotel Puertobahía para Diario de Cádiz, a la izquierda de la imagen. A la derecha, Antonio Femenía Márquez, corresponsal durante tantísimos años en El Puerto de dicho medio. (ver nótula núm. 2.309 en Gente del Puerto). /Foto: Rafa. Archivo Municipal.

En 2004, con motivo de los cuarenta años de su trabajo en la promoción de la Educación en y para la No-violencia y la Paz, los alumnos de Arcos de la Frontera (Cádiz) le tributaron un caluroso homenaje.

Al mismo tiempo el Gobierno Balear le otorgó el Premio Ramon Llull, como “maestro, escritor y pacifista” y “en reconocimiento al esfuerzo de fomentar el ideario de la no-violencia y la paz entre los escolares, a través de su actuación como docente; por haber creado canales de expresión y divulgación de este ideario, mediante diversas iniciativas editoriales y su intervención en el mundo de las publicaciones periódicas”.

PROPUESTO PARA EL NOBEL DE LA PAZ.

En 2005 el Círculo de Bellas Artes de Palma de Mallorca le concedió el Premio Especial al mejor poema en catalán-valenciano-balear del III Premio Internacional de Poesía Amorosa y el Ayuntamiento de Santañy, su pueblo natal, le otorgó la Medalla de Oro de la Villa y acordó proponerlo para el Premio Nobel de la Paz, candidatura propuesta y tramitada en diciembre de 2013. En 2006 le fue concedida la Medalla de Oro del Círculo de Bellas Artes de Palma de Mallorca por su reconocida y dilatada trayectoria artística.

En 2010 la Asociación Cultural Es Majoral y la revista Dies i Coses de Calonge (Mallorca) le otorgaron la Estrella Mostrejada "por su contribución a la educación en los valores de la no-violencia y la tolerancia", y el Cercle Universel des Ambassadeurs de la Paix de Ginebra (Suiza) le nombró Embajador de la Paz.

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50 años educando a portuenses desde el método scout ideado por Baden Powell a comienzos del siglo XX dentro del Movimiento Scout Católico. Este año 2015 se cumplen 50 años de la fundación del Grupo Scout Ntra. Sra. del Carmen de El Puerto de Santa María.

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Este Grupo del Movimiento Scout Católico que cuenta en la actualidad con unos 100 miembros ha venido desarrollando su labor de manera ininterrumpida desde que en el año 1965 el presbítero Antonio González Montaño (ver rótulas 232 y 233 en Gente del Puerto.) junto con un grupo de jóvenes lo creara en la antigua casa de Acción Católica en la calle Larga con fachada también a la calle Diego Niño.

El mencionado Grupo Scout ha tenido su sede primero en la mencionada casa de Acción Católica, posteriormente en una escuela rural cedida por el Ayuntamiento en la carretera de Fuenterrabía, hoy desaparecida, y en la Parroquia de Ntra. Sra. del Carmen y San Marcos donde reside en la actualidad, aunque siempre ha estado vinculado a dicha Parroquia.

El acto central de esta celebración tendrá lugar el 4 de julio próximo con una Eucaristía y una cena, que están actualmente en preparación. Así mismo se han programado otros actos como una verbena el 6 de junio, una exposición sobre estos 50 años y una acampada, de las que informaremos más adelante.

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Desde el Comité Organizador queremos hacer un llamamiento a todos los que de alguna manera han estado vinculados a dicho Grupo Scout desde sus comienzos para que puedan participar de esta efemérides o al menos aportar sus recuerdos pues es intención de dicho Comité, que con los actos de este aniversario publicar un libro que contenga la historia del Grupo desde sus comienzo: testimonios, fotos, objetos, etc. serán bienvenidos.

Se ha creado una página web  y un grupo de Facebook  donde se irán dando a conocer esta celebración y para que sirva como lugar de encuentro de aquellos que pertenecen o han pertenecido a este Grupo Scout. También pueden ponerse en contacto  a través del correo electrónico 50aniversarioelcarmenpsm@gmail.com. /Texto: Juan Ortega Álvaro.

laescuelapublicarepublicana_puertosantamariaEl próximo martes 14 de abril a las 20:00 horas, Juan Gómez Fernández (ver nótula núm. 954 en GdP) presenta su nuevo libro ‘La Escuela Republicana en El Puerto: entre la ilusión y la represión, en la Fundación Rafael Alberti, publicado por Ediciones El Boletín, que dirige Eduardo Alabaladejo. Antes de la presentación, a las 18:300 horas, se proyectará el documental ‘Misiones pedagógicas de la República 1931-1936’ de Gonzalo Tapia, de 56 minutos de duración. La presentación del libro correrá a cargo de Diego Caro Cancela, Catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Cádiz, cuyo prólogo traemos a la consideración de los lectores de Gente del Puerto, por gentileza del editor de la obra.

La Segunda República Española ha sido uno de los periodos privilegiados de la historiografía contemporaneísta. Conocemos ya razonablemente bien los tres procesos electorales que la acompañaron, las biografías de sus personalidades más relevantes, la evolución de los partidos políticos que sostuvieron sus gobiernos, los nacionalismos que emergen en estos cinco años, la conflictividad social y el movimiento obrero y las ambiciosas reformas que se intentaron ejecutar en su primer bienio. De hecho, en los últimos treinta años se han ido formando dos grandes tendencias en esta historiografía con valoraciones abiertamente enfrentadas. Por un lado, y desde los años noventa de la pasada centuria, fue emergiendo una “escuela revisionista” que considera a la República como un régimen que fue incapaz de garantizar la convivencia de los españoles por el auge de los extremismos políticos y que encontraría en la guerra civil su epílogo inevitable. Un grupo de historiadores que pese a su pretendida modernidad no han hecho sino poner al día los viejos tópicos de los apologetas del franquismo que para justificar el golpe de Estado del 18 de julio atribuyeron a los políticos republicanos toda clase de maldades, entre las que no faltó el manido contubernio judeo-masónico y del comunismo internacional.

Frente a éstos, también ha ido surgiendo otra escuela historiográfica que ve en la República el primer régimen verdaderamente democrático de la Historia de España, el que intentó modernizar y resolver los problemas seculares que arrastraba nuestra sociedad y el que tuvo que hacer frente a los movimientos totalitarios que estaban poniendo en crisis a todas las sociedades democráticas de la Europa de los años treinta. Un periodo republicano con tres etapas claramente diferenciadas y en las que las reformas del primer bienio, quedaron frenadas en el segundo por la coalición radical-cedista, hasta que el triunfo del Frente Popular en febrero de 1936 volvió a recuperarlas.

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Pues bien, sabemos ya bastante sobre las grandes líneas de la República, pero poco sobre cómo se vivieron y cómo se ejecutaron estos cambios políticos y sociales en pueblos y ciudades. Por esta razón es bueno que sigan apareciendo más historias locales y provinciales que pongan en evidencia los grandes planteamientos o que los enriquezcan con todos los matices y complejidades que tienen los hechos históricos. /Juan Gómez Fernández, a la izquierda d ella imagen.

En este contexto, la aparición de este libro de Juan Gómez que tengo el placer de presentar no puede ser más procedente. En primer lugar porque es la primera aproximación que se hace a la historia de la Segunda República en El Puerto, centrada especialmente en las reformas educativas que se practicaron. Y en segundo lugar, porque de esta manera contribuye a ampliar el conocimiento que tenemos de este periodo histórico en la provincia de Cádiz, completando el panorama historiográfico ya asentado por autores como Fernando Romero, José Luis Gutiérrez Molina, José Pettenghi, Manolo Santander, Manuel Garrucho, Tano Ramos o Fernando Sígler.

Juan Gómez no sólo reconstruye minuciosamente cómo se aplican en El Puerto las reformas educativas del régimen republicano. También nos hace retrato bastante acertado de cuál era el punto de partida, una situación educativa bajo la Monarquía de Alfonso XIII marcada por las altas tasas de analfabetismo, especialmente en las mujeres, la falta de plazas escolares y el deterioro material de las escuelas.

Sobre este desgraciado escenario se tienen que asentar las reformas educativas del primer bienio republicano, con la creación de nuevas escuelas, la ampliación de plazas de maestros y los conflictos que se plantean en la ciudad al implantarse una educación laica. Unas reformas que, como se cuenta en el libro, provocaran la movilización de todos los sectores conservadores y católicos contra las mismas, con la Revista Portuense de ariete ante la opinión pública.

Pero este libro de Juan Gómez va todavía más lejos, porque además del análisis detallado que hace de la política educativa republicana en El Puerto nos cuenta también la “contrarreforma” que viene tras el triunfo del golpe militar de 1936 en la ciudad y gran parte de la provincia, con el regreso de los curas a las aulas, las ejecuciones y depuraciones de maestros y maestras, las campañas de adoctrinamiento de lo que será el nacionalcatolicismo y las listas de libros que tenían que ser “eliminados” de las bibliotecas escolares. También de especial interés nos parece el capítulo sexto en el que se hace un detallado análisis de otras instituciones educativas como la Colonia Escolar Obrera jerezana y los niños que traía de vacaciones a la playa de la Puntilla, una de las experiencias más hermosas de la educación gaditana del siglo XX, o las páginas que dedica a describir la labor social de la Cantina Escolar de la Escuela de Bellas Artes.

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La convocatoria es el próximo martes 14 de abril.

Frente a estas acciones educativas cargadas de ilusión y altruismo para mejorar las condiciones de vida de la población infantil más necesitada de Jerez y El Puerto, lo que se narra en el libro sobre la depuración franquista del Magisterio portuense pone en evidencia la bajeza personal y la degradación moral a lo que llegaron algunos de los personajes que se situaron en el lado de los vencedores de la guerra. Sólo lo que se cuenta del expediente de depuración de la maestra a la que antes le habían fusilado el marido y un hijo merecería entrar en la historia universal de la infamia, preludio de la “larga noche” de muertes, cárceles, exilios y represión que vino a continuación.

Juan Gómez ya demostró su solvencia como historiador cuando alcanzó el máximo grado académico con la tesis doctoral que hace algunos años presentó sobre la educación portuense en el siglo XIX. Ahora lo confirma con este libro sobre la realidad educativa de un periodo conflictivo de El Puerto del siglo XX. Les invito a leerlo. /Texto: Diego Caro Cancela.

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Ilustración: Mural "El ángel de Rafael Alberti", Obra de Cristian del  Vitto, realizada durante el primer Encuentro de Muralistas en el pueblo de Villa del Totoral provincia de Córdoba (Argentina). Medidas 3 por 2 metros. Técnica Esgrafiado. Ubicación : en la entrada de ingreso al corralón municipal .

“Llegué a Jerez el Viernes Santo por la tarde. Me esperaban mis más queridos amigos de El Puerto de Santa María. Ansiaba llegar pronto a El Puerto para ver desfilar los pasos religiosos desde algún balcón estratégico. Yo no recordaba ninguna Semana Santa portuense. Un estupendo lugar nos lo ofreció enseguida algún conocido. Al cabo de esperar cierto tiempo, surgió al fin, encapuchada de negro, la cofradía que acompañaba al Santo Entierro, una urna con un Jesús ya difunto, con los desnudos brazos en cruz que parecían descoyuntados, y con una infinita y pálida tristeza. Luego, entre el seco redoble de los tambores y el toque de clarines, surgió la talla angustiada y maravillosa de Nuestra Señora de la Soledad, la más antigua de El Puerto, llegada de Madrid a mitad del siglo XVII, obra, creo, de un discípulo del gran escultor Juan Montañés. Un escalofrío nos recorrió al ver doblar aquella deslumbrante y afligida imagen por la calle Luna, igual que una bellísima muchacha llevada por el ritmo cadencioso de los costaleros, camino de su iglesia”.

Rafael Alberti
La arboleda perdida, 3. Quinto libro
Alianza Editorial. Madrid, 1999

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antoniosucinolorca_puertosantamariaCon esta  nótula tratamos  de sacar a la luz y dar a conocer a su pueblo, el legado literario de este poeta y escritor portuense, que fue una víctima más del tiempo que le tocó vivir, condenándolo al olvido. Esperamos que esta lectura, al menos sirva para rescatarlo de ese olvido histórico, a él y a su obra, de forma que pueda tener de ahora en adelante, un más que merecido rincón en las estanterías de la historia literaria portuense y gaditana. 

A pesar del olvido al que él mismo y su obra fueron sometidos por los tiempos oscuros que los sucedieron, quizás algunos portuenses, sobre todo los de más avanzada edad, puedan  aportar algún dato sobre este autor,  que  pudiera ayudar a sacar a la luz toda su obra literaria.

El 19 de noviembre de 2014, se cumplieron 110 años desde el estreno, en nuestro recordado Teatro Principal, de la obra de teatro en verso Nobleza… en el corazón, una de las cinco obras de mayor extensión que aún se conservan de Antonio Sucino Lorca, olvidado escritor y poeta portuense.

Conde                    ¿Y para qué sirves tú,
                                 di, qué mérito es el tuyo?
Simón                        …
                                 los zapato e charó
                                 Que sus poneis tan bonito
                                 ¿los jace argún zeñorito
                                 o un probe trabajao?
                                 Yo les cudio su ganao,
                                 yo sus campos jelaboro,
                                 yo soy quien le mete el oro
                                 en su carpeta apuñao
                                 ¡Y me llama osté inorante!
                                 ¿Y osté que sabe jacé?
                                 Unicamente comé
                                 lo que le ponen delante.

(Uno de los fragmentos de la conversación entre el conde y Simón, un jornalero del campo casi analfabeto, al servicio del primero, que forma parte del texto de Nobleza… en el corazón. Versos que alcanzaron gran popularidad y que, memorizados por gentes de todas las edades, formó parte de la memoria colectiva de varias generaciones, como si se tratara de un refranero).

antoniosucino_firma_puertosantamariaLlegó a publicar y estrenar, que sepamos con seguridad hasta la fecha, cuatro obras más de teatro; Entre su madre y el rey…, en verso (1904), El legítimo heredero, en prosa (1929), Voz del corazón, en prosa (1929) y La recompensa, en prosa (1930). Salvo Voz del corazón, los otros cuatro libros se conservan en la Biblioteca Nacional. Además, entre 1903 y 1914, publicaba, sobre todo, pequeños artículos también en verso en la revista socialista de la época El Sudor del Obrero. Posteriormente en 1920, también colaboró con la revista de igual signo político El Obrero Portuense. La primera incursión literaria que sabemos de él, fue la letra en 1897 de una agrupación carnavalesca: Los cocineros de la época. /En la imagen de la izquierda, firma manuscrita de Antonio Sucino Lorca, al pié de la letra compuesta para la agrupación carnavalesca 'Los cocineros de la época'.

También fue autor de varios sainetes que no se llegaron a editar, pero que sí se representaron; El suplente honorario, La cruz del matrimonio, Las flores de Andalucía, La primada de un primo, Amor por amor y Las novias burladas, todos en prosa, así como el juguete cómico en tres actos El billete falso. Suya es la letra de una zarzuela titulada La gitanilla, con música del maestro Francisco Javier Caballero (ver nótula núm. 2.350 GdP), que se estrenó en el Teatro Principal de Sanlúcar de Barrameda por la compañía de Moya y Galán, en 1906.

CONCEJAL Y PRESIDENTE DE LOS TONELEROS.

Nació Antonio Sucino en 1858, según consta la inscripción de su nacimiento en el Registro Civil de El Puerto. Tonelero de profesión, autodidacta, ferviente socialista y un apasionado de la literatura. Muy comprometido políticamente, fue presidente de la sociedad de toneleros, y concejal por el Partido Socialista  en 1909.

noblezaenelcorazon_puertosantamariaEste compromiso político, también se dejó traslucir en casi toda su obra, sobre todo en sus dos primeros libros. En Nobleza… en el corazón, sin duda su obra más popular, denuncia la miseria y precariedad del pueblo en contraste con la opulencia de las clases más pudientes y poderosas, enalteciendo el trabajo, la honradez y el amor (que será una constante en toda su obra), sobre el dinero y la cuna. Consigue hacerlo sin demasiada estridencia, casi de forma romántica, ya que el amor sorteará todas las barreras, aunque dejando en evidencia a una sociedad tan injusta como jerarquizada. El hecho de que fuera reeditada en 1924 y en 1935, veinte y treinta y un años después de su primera publicación, dice mucho de lo que caló esta obra en el pueblo, con el mérito añadido de que estaba escrita en verso (redondilla). En su segunda obra, Entre su madre y el rey…, ambientada “…en un pueblo de la región catalana.”, vaticina cuatro años antes de que ocurrieran, los sucesos de la Semana Trágica de Barcelona.

TABERNERO.

En la primera década del siglo XX, Antonio Sucino abre una taberna llamada Gurugú en la calle Pozuelo, y sobre los años veinte, otra frente al mercado de abastos, más conocida en nuestro tiempo por su siguiente propietario, Juan Rábago.

Los hechos devenidos tras la guerra civil, hicieron que a lo largo de nuestra historia reciente, Antonio Sucino Lorca haya pasado prácticamente desapercibido para la mayoría de sus paisanos. Sus libros fueron quemados, sin embargo, algunos pocos ejemplares se salvaron, escondidos en algunas casas de familiares y correligionarios, a sabiendas incluso que de haber sido encontrados, sus propietarios se arriesgaban a ser detenidos por las autoridades franquistas.

ESTUDIO DE SU OBRA.

La obra de Antonio Sucino Lorca actualmente, además de haber sido nombrada y referida por autores y estudiosos locales como veremos más adelante, también lo ha sido a nivel nacional. Concretamente se hace referencia a ella en el libro El teatro menor en España a partir del siglo XVI, editada por el Instituto Miguel de Cervantes del C.S.I.C. Todavía, algunos ejemplares de sus obras se pueden encontrar en lugares tan lejanos como la Universidad Northwestern de Chicago, la Universidad de Toronto y en la Biblioteca Pública de Nueva York, en ésta última, cohabitando con dos libros de otro paisano nuestro casi tan desconocido como él, José Navarrete y Vela-Hidalgo (ver nótula núm. 1.996 en GdP). Curiosamente, en la calle José Navarrete número 44 estuvo situado durante un tiempo el local social de la Agrupación Socialista a la que pertenecía entre otros, Antonio Sucino Lorca.

noblezaenelcorazon_T_puertosantamariaPero, como ya hemos señalado, cuando realmente tuvo verdadero éxito este autor, fue desde principios de siglo hasta el comienzo de la Guerra Civil. Se podía leer en el Diario de Cádiz el día 28 de noviembre de 1904 la siguiente crónica: “La segunda representación del melodrama 'Nobleza… en el corazón' llevó anoche al teatro gran concurrencia. La obra de Sucino tuvo muy buena interpretación, mucho mejor que en la noche del estreno. El autor fue llamado a escena a la terminación del primer acto y al final de la obra.” En la Revista Portuense, diario católico y conservador de la época y por lo tanto poco sospechoso de vinculaciones socialistas, se publicaba el 24 de abril de 1929 lo siguiente: “Hoy jueves, despedida de la compañía con el estreno del drama en cuatro actos y en prosa, original de nuestro paisano el aplaudido autor don Antonio Sucino 'El legítimo heredero'. El estreno de esta obra ha despertado verdadero interés entre los muchos aficionados al arte escénico, lo que hace suponer que esta noche se verá el coliseo concurridísimo”. /En la imagen de la izquierda, cartel del estreno de 'Nobleza en el corazón' en el desaparecido Teatro Principal.

Murió con 82 años, el 18 de mayo de 1940. Está enterrado junto a su mujer María Aquilina Barrera y uno de sus hijos, Antonio, en el cementerio de El Puerto.

AGRADECIMIENTOS.

Queremos agradecer a Antonio Gutiérrez su ayuda, por aportarnos todos los datos de los que disponía de Antonio Sucino, que han sido muchos e importantes, por su ánimo y apoyo. A Enrique Pérez, de cuyas obras también hemos obtenido datos muy valiosos. A Javier Maldonado, por ser el primero que hizo de Antonio Sucino protagonista de una de sus ponencias: Reformismo en escena: la obra teatral de Antonio Sucino. A Ana Becerra y José Ignacio Buhigas, del archivo municipal, por su dedicación y entrega hacia cualquiera que se interesa por nuestro pasado. No sería justo dejar de mencionar a los nietos de Antonio Sucino, que en mayor o menor medida, siempre han sabido mantener en nuestra memoria el recuerdo de sus versos. /Texto: B. y J. Caraballo Sucino

escena_congreso_de_los_diputados_siglo_xix_eugenio_lucas_velc3a1zquezFederico Ferrer Sahuervain fue diputado por el distrito de El Puerto de Santa María por dos veces en el marco de las elecciones de noviembre de 1864: la primera elección se declaró nula, pero volvió a resultar electo en una segunda elección de carácter parcial escrutada el 27 de marzo de 1865. /En la imagen de la izquierda, escena del Congreso de los Diputados en el siglo XIX.

Federico Ferrer Sahuervain (indistintamente escrito con r y con l así como con b y con v) nació en Cádiz posiblemente hacia 1825. El único dato sobre su fecha de nacimiento procede de un poder para testar que otorgó en octubre de 1865 en el que indicaba, tan sólo, que era “mayor de cuarenta años”. Hijo legítimo de Benito Ferrer y Antonia Sahuervain, desconocemos sus raíces y la profesión paterna, pero el conjunto de información disponible no deja lugar a dudas sobre la solvente posición económica de su entorno familiar. Federico se dedicó al mundo de los negocios y de la empresa y muy pronto se situó en una sólida y sobresaliente posición, dueño de una casa mercantil, Federico Ferrer, que en el momento de su muerte abarcaba múltiples negocios en Cádiz y en el resto de España y movía un ingente capital.

Ferrer quizás contó con un punto de partida y de apoyo en el ámbito familiar, aunque nada dicen al respecto los diversos documentos testamentarios. Sí cuentan que su padre le dio un adelanto de su legítima con ocasión de la celebración de su matrimonio, que tuvo lugar en Cádiz el 16 de diciembre de 1843. Se casó con María del Carmen Rabech López, también natural de la capital gaditana e integrante, como Federico, de una familia acomodada. Ella aportó al consorcio en concepto de dote 270.000 reales de vellón que se sumaron a los casi doscientos mil con los que contribuyó Federico. Con este capital inicial, a los que se añadieron más adelante otros 400.000 donados por una tía de María del Carmen, la pareja levantó una empresa de dimensiones muy considerables. Un patrimonio material al que agregaron otro, humano, aún más importante: seis hijos, Francisca, Federico, Onofre, Jaime, María del Carmen y Benito Ferrer Rabech.

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La calle Aurora, donde vivió nuestro protagonista en El Puerto. A la izquierda la plaza del Polvorista, a la derecha la casa de Roque Aguado.

Federico fue, indudablemente, el alma de esa empresa, que en 1865 se ocupaba en negocios tan amplios y diversos como los que muestra esta relación: desde actividades mercantiles comunes de la zona, como la venta de vinos, y actividades bancarias también habituales en los hombres de negocios gaditanos (Federico Ferrer fue accionista del segundo Banco de Cádiz, que se creó en 1846, así como del Crédito Comercial de Cádiz, fundado en 1860), hasta otros afanes menos usuales, como diversos negocios de transportes por carretera en el marco provincial y entre Cádiz y Madrid. También obras de construcción de altos vuelos, que edificaban, por ejemplo, carreteras tanto en la provincia de Cádiz como en otros puntos dispares de la geografía nacional. Asimismo, y sólo por señalar los quehaceres más destacados, la contrata de servicios con el Estado, ya fuera la participación en el suministro a presidios, la provisión de utensilios para las tropas o la construcción de un hospital provincial.

Tal despliegue de operaciones permitió a Federico Ferrer Sahuervain acumular un patrimonio mueble e inmueble verdaderamente importante. Múltiples acciones invertidas en diferentes sociedades bancarias, billetes hipotecarios, valores nominales, títulos del tres por ciento y diferentes depósitos a los que se añadía la propiedad sobre numerosas fincas. Ochenta y una en total, divididas entre rústicas y urbanas, adquiridas muchas a particulares pero otras muchas procedentes de Bienes Nacionales, que se repartían por toda la provincia de Cádiz, la mayoría en El Puerto de Santa María y en la capital, y el resto distribuidas por Jerez, Arcos, Rota, San Fernando, Chiclana, Medina, Conil, Vejer y Algeciras.

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DIPUTADO POR EL DISTRITO DE EL PUERTO.

El empresario gaditano también se interesó a partir de un momento dado por el mundo de la política. Fue en los años sesenta. Más concretamente, cuando concluyó el extenso periodo unionista liderado por O’Donnell. En octubre de 1863 concurrió por primera vez a las elecciones generales. Lo hizo como candidato a Diputado a Cortes por el distrito de El Puerto de Santa María, la población en la que residía desde bastante tiempo atrás, al menos desde principios de los años cincuenta. A pesar de su amistad con el ministro de Hacienda, Manuel Moreno López, el candidato de la Unión Liberal, Francisco Barca, le superó en número de votos y no pudo pisar el hemiciclo. Debió surgirle entonces la oportunidad de ser diputado provincial y no la rechazó. Y en las siguientes elecciones a Cortes de noviembre de 1864 volvió a presentarse por el distrito portuense, esta vez como candidato apoyado por el Gobierno, en manos del Partido Moderado. Ahora sí la relación de votos se invirtió y fue Francisco Barca el que se quedó sin poder pisar la Carrera de San Jerónimo.
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El Congreso de los Diputados a finales del siglo XIX.

Sin embargo, tampoco Federico Ferrer llegó a hacerlo. Su acta electoral, sobre la que existían protestas y reclamaciones, pasó el primer trámite de admisión –el beneplácito de la Comisión de Actas- pero fue impugnada en la sesión del 19 de enero de 1865 por el diputado Posada Herrera, que denunció numerosas presiones y manipulaciones en el proceso electoral portuense y puso el dedo en la llaga sobre el propio Federico Ferrer por su condición de diputado provincial y, sobre todo, de contratista de diferentes obras y servicios públicos. Tan potente fue su discurso que, a pesar de que hubo diversas intervenciones a favor de la admisión de Ferrer, la Cámara rechazó el dictamen favorable de la Comisión por 78 votos contra 57. Una nueva votación resolvió que la comisión dictaminara de nuevo, cosa que hizo un mes después, el 21 de febrero, proponiendo que el acta se declarara nula. El dictamen, no obstante, iba acompañado de dos votos particulares, uno que sostenía que nada había cambiado para modificar la primera resolución, y otro que pedía que se ampliase la información que pudiera contribuir a validar o a anular el acta. Nuevamente se desencadenó un debate que se prolongó durante las dos sesiones siguientes y finalmente, el día 23 de febrero, se aprobó la propuesta presentada por la mayoría de la comisión. La anulación del acta dio lugar a una elección parcial que revalidó el triunfo electoral de Federico Ferrer en su tierra portuense. El 27 de marzo fue confirmado el escrutinio y el 26 de abril siguiente el Congreso pasó a la Comisión correspondiente la nueva acta de El Puerto de Santa María.

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Ilustración de una sesión en las Cortes en el S. XIX.

Todo quedó ahí. El Diario de Sesiones del Congreso no registra más noticias sobre qué pasó a continuación. Y Federico Ferrer nunca tomó posesión, ni siquiera presentó su credencial. Ignoramos los motivos. Quizás el durísimo ataque de Posada Herrera le hizo reflexionar y abandonar. Aunque es más probable que fueran otras las razones: Federico Ferrer murió el mismo año 1865, el 27 de octubre, tras una enfermedad que no sabemos cuándo comenzó ni cuánto duró. Falleció en su casa de la calle Aurora, en El Puerto de Santa María. Dejaba una joven viuda y seis hijos menores de edad. A ella le hizo un encargo especial: que cuando constituyera de nuevo su casa mercantil mantuviese la denominación Federico Ferrer. /Texto: Lola Lozano Salado. Universidad de Cádiz

Fuente: Diego Caro Cancela (dir.): Diccionario Biográfico de Parlamentarios de Andalucía (1810-1869), Sevilla, Centro de Estudios Andaluces, 2010, tomo I, pp. 486-488.

pepemonforteariza_puertosantamariaPepe Monforte Ariza colaborador gastronómico de Gente del Puerto empieza a colaborar desde hoy con un artículo de opinión semanal bajo el epígrafe 'Cateto a babor'. Los sábados tendrá una sección en la que contará novedades del mundo hostelero y gastronómico. También el fin de semana, escribirá un perfil de un personaje gaditano conocido

El periodista gaditano Pepe Monforte entra en la nómina de colaboradores de Diario de Cádiz. A partir de hoy, el que es un referente indiscutible en el mundo de la información gastronómica de la provincia comienza a escribir en estas páginas. Y lo hace con un artículo, que tendrá periodicidad semanal, en la sección de Opinión, bajo el epígrafe 'Cateto a babor'. Pero la labor de Monforte se extenderá a más ámbitos de la información, siempre tratada desde su original y particular punto de vista. Así, entre otras, los sábados tendrá una sección en la que contará novedades del mundo hostelero y gastronómico de la provincia, un terreno en el que se ha ganado prestigio de pionero y, a su desenfada forma, líder de opinión. También durante el fin de semana, Monforte escribirá un perfil de un personaje gaditano conocido o que reúne los suficientes méritos para serlo.

Pepe Monforte nació en Cádiz hace 49 años y ha desarrolado una larga labor periodística. Empezó su carrera en la emisora gaditana de la Cadena Ser, en los tiempos en los que la dirigía Rafael Plaza. Posteriormente, pasó a formar parte de la plantilla de Diario de Cádiz, donde desarrolló su trabajo en la sección de información Local. Su labor en las páginas del Diario del Carnaval fue premiada en más de una ocasión, y se puede decir que revolucionó la manera de contar las crónicas del Concurso de Agrupaciones. Tras dejar el periódico fundó junto a su hermana Lola la empresa La Alacena, de venta de productos gastronómicos de la provincia por correo y posteriormente por internet. En 2006 puso en marcha la revista gastronómica digital Cosas de Comé. Ha sido también colaborador del periódico La Voz de Cádiz.

Su primer artículo 'Yo confieso' aquí de la serie Cateto a babor.

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