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“Arco de la Santísima Trinidad y Ermita de los Caminantes”. Óleo sobre tabla. 50×70 cms. Anónimo. Donado por Valerio Marín a la Academia de Bellas Artes de Santa Cecilia. Aquí se construirá el monumento al Sagrado Corazón.

El año 1927 se inició con un acontecimiento social y religioso de gran transcendencia: la bendición del monumento al Sagrado Corazón, instalado en la entrada principal de la Ciudad, en el vértice de un triángulo imaginario que forman las calles Cielos y Larga, punto de nacimiento de ambas calles, dos de las principales arterias del casco histórico de nuestra ciudad.

Corazón de Jesús entronizado. Acto de recepción en el Salón de Plenos del Ayuntamiento al Gobernador Civil, Santiago Guillén Moreno. Lo recibe la Corporación Municipal bajo mazas, en presencia de clarineros, maceros y guardia de gala. En la presidencia el alcalde de la Ciudad, Luis Portillo Ruiz. Año 1962. (Foto: Juman. Archivo Municipal).

Previamente, se había celebrado la solemne ‘entronización’ de la imagen del Corazón de Jesús en el edificio de la Casa Consistorial, es decir la colocación de una efigie con esta advocación en lugar destacado y preferente del ayuntamiento el día 1 de enero, imagen que actualmente se encuentra en el patio de acceso a la iglesia de San Francisco.

La Plaza de los Jazmines, sin el monumento. A la izquierda, la Capilla de los Caminantes, en la esquina del Paseo de la Victoria. (Foto Colección: Mata).

La Plaza de los Jazmines, con arbolado en el lugar del monumento. (Foto: Colección Mata).

El monumento al Corazón de Jesús, con las palmeras washintonias recién plantadas, conservando aún las rejas que protegian el monumento. (Foto: Centro Municipal de Patrimonio Histórico).

La base del monumento se ampliaba con una breve escalinata cuadrada en cuyo perímetro se extendía una reja de hierro, artísticamente forjada y actualmente desmantelada, completando el exorno urbanístico del rincón unas incipientes palmeras, algunas de las cuales  --83 años después-- han caído o se encuentran gravemente enfermas y otras se mecen como guiones que escoltan, esbeltos y majestuosos, ese símbolo local de la religiosidad de otras generaciones que nos precedieron.

Día de la inauguración, con procesión extraordinaria de la Patrona. (Foto: Colección Vicente González Lechuga).

Y el día 2 de este mismo mes se organizó una procesión extraordinaria con la imagen de la Patrona al lugar donde el Apostolado de la Oración había levantado un hermoso monumento de mármol blanco de los denominados ‘Triunfos’ compuesto por una amplia base rectangular sobre la que se elevan cuatro pilastras o columnatas unidas entre sí que sustentan la imagen del Sagrado Corazón, en actitud bendicente.

El acto fue multitudinario y brillante a pesar de la ausencia de diversas autoridades invitadas. El obispo de Cádiz, Marcelo, excusó su asistencia alegando estar delicado de salud y los alcaldes de las ciudades vecinas de Jerez, Rota y Puerto Real que habían sido invitados, igualmente, declinaron su asistencia, enviando un representante el de Puerto Real, tan solo. El pueblo si que asistió, llenando las azoteas y los balcones de las casas colindantes, y todo el perímetro de la antigua plaza de los Jazmines, rotulada en esa fecha con el nombre del escritor nacido en El Puerto, Javier de Burgos. (Texto: Antonio Gutiérrez Ruiz. A.C. Puertoguía).

Agustín Vela Mariscal y Carmela Durán, ante el monumento del Sagrado Corazón, en la Plaza de los Jazmines, camino de la Feria y Velada  situada en el Paseo de la Victoria, con parte de los hijos, a principio de la década de los sesenta del siglo pasado. (Foto: Colección María Jesús Vela).

El mamotreto existente -Edificio Carabela- en el lugar donde estuvo la Casa de Martínez de Pinillos. Inexplicablemente se autorizó en 1989. La foto es en la actualidad. (Foto Vicente Utrera – Alberto Trigueros).

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Manuel Toimil Castro nació en Orense el 12 de septiembre 1933 y fallecía el pasado 15 de diciembre de 2010, a la edad de 77 años. Hijo de Luis y de Remedios, tuvo dos hermanos mas. Su madre, maestra de Escuela, fue destinada al municipio gallego de Cerdedo (Pontevedra), el municipio menos poblado y extenso de la comarca de Terra de Montes, donde se crió nuestro protagonista. Allí viviría en la Casa Escuela que dirigió su madre, Remedios Castro.

Casa Escuela en Cerdedo (Pontevedra), donde vivió Manolo Toimil en su infancia.

El año de su nacimiento, 1933,  fue un año convulso en nuestra Ciudad, en cuyo gobierno se situaron alcaldes del Frente Popular. Francisco Tomeu Navarro ocupaba la alcaldía, siendo relevado el 21 de junio de ese año por Francisco Cossi Ochoa, quien con el tiempo se convertiría en el último presidente de Diputación, asesinado por los rebeldes en la sublevación del 18 de julio de 1936, que daría paso a la Guerra Civil. Entre Cossi y Tomeu, estuvieron alternandose, entre 1931 y 1934 el sillón de Primer Edil.

Enrique Cossi Ochoa, alcalde de El Puerto en 1933, en la imagen de la izquierda.

En 1933, al igual que el año anterior, no salieron las cofradías de penitencia a procesionar por las calles de El Puerto, aunque como contrapartida religiosa, salieron Via Crucis, se organizaron triduos y quinarios, sermones y horas santas. «En la Iglesia Mayor Prioral se celebró la víspera de la Epifanía un triduo-rogativa a Ntra. Sra. de los Milagros, costeado por los labradores locales. Por carnavales, efectuaron ‘Luises’ y ‘Estanislaos’ un acto de ‘Desagravio a S.D.M’, En abril tuvo lugar el acostumbrado octavario al ‘Bendito Patriarca San José’ y la no menos tradicional novena a la Patrona, organizada por la Esclavitud. En el mes de junio el Apostolado de la Oración organizó triduo al Corazón de Jesús y la Hermandad de Clérigos celebró su anual Función. Mensualmente se celebran los denominados ‘Jueves Eucarísticos’ y la ‘Hora Santa’ así como las Vigilias de la Adoración Nocturna como último de estos cultos especiales o extraordinarios, días después de la solemne y popular ‘Misa del Gallo’». (Antonio Gutiérrez Ruiz. A.C. Puertoguía).

BRASIL Y ALEMANIA
Manolo, perteneciente al reemplazo de 1954, sería declarado ‘Excluido Total’ y así conseguiría librarse del Servicio Militar obligatorio (La fotografía de la izquierda, pertenece a dicho certificado).

Llegaría a estudiar tres carreras: Maestro, Ayudante Técnico Sanitario y Fisioterapeuta. Las tres las ejercería en El Puerto de Santa María, pero antes estaría emigrado, como buen gallego, en sitios tan diferentes como Brasil y Alemania. En Brasil, concretamente en la moderna capital de Brasilia, se ocuparía de los intereses españoles como Encargado Interino del Viceconsulado Honorario de España. En Alemania, trabajaría para ‘A Chímica Bayer’ a partir de 1966.

LLEGADA A EL PUERTO: MAESTRO.
Llegó a El Puerto en 1970, con 37 años, deslumbrado por las excelencias que de aquí le contaba José María García Picher, un maestro gallego –de Vigo—que ejerció durante cuatro años en el Colegio de Manuel Siurot, perteneciente a la Junta de Protección de Menores, que lo reclamaría como maestro. Si bien su plaza la obtuvo en Écija, solo llegaría a tomar posesión y cese en dicha localidad sevillana incorporándose en El Puerto, en el Colegio Manuel Siurot, donde acabaría siendo Director del Centro. 

Manuel Siurot Rodríguez,  (La Palma del Condado, Huelva, 1 diciembre 1872 / Sevilla, 27 de febrero de 1940), fue un abogado, juez municipal y magistrado suplente, que ocupa un lugar en la historia de España como pedagogo, y es considerado “apóstol de la infancia”, a la que dedicó su vida hasta el punto de rechazar cargos nacionales en el Ministerio de Instrucción Pública y en la Asamblea Nacional e incluso el de inspector general de Enseñanza Primaria de la República Argentina, para atender a los niños pobres andaluces. (En la imagen, Manuel Siurot Rodríguez).

DE NUEVO BRASIL.
Dado que había sido emigrante en Brasil, pudo optar, 14 años después,  a dar clases en dicho país como maestro de un colegio de español para españoles, el Miguel de Cervantes permaneciendo por espacio de seis años en Sao Paulo, entre 1984 y 1990, el máximo permitido, para este tipo de actividad en el extranjero. (La fotografía está tomada en Brasil en 1985).

En Brasil coincidió con el periodista Juan Manuel Pedreño  que se encontraba de viaje  y, con el que le unía una gran amistad por su oficio en SER Cádiz. “—Le conseguimos una entrevista con el Conrinthians, dado que el club estaba muy relacionado con el Instituto Cervantes. Allí le llamaban el equipo de los españoles. De aquella reunión salió que dicho equipo viniera a jugar al Trofeo Carranza”. (En la imagen de la izquierda, Juan Manuel Pedreño, en una fotografía tomada en 2008).

Durante aquella etapa brasileña gestionó que los viajes de estudios de los alumnos españoles residentes en Sao Paulo, en su periplo por España, hicieran escala en El Puerto. Tanto interés puso que el ayuntamiento de la Ciudad, presidido por el socialista Juan Manuel Torres Ramírez, con nótula num. 827 en Gente del Puerto, le reconoció su trabajo y le propuso y así lo acordó el Pleno de la Corporación, concederle la Medalla de Oro de la Ciudad. (En la imagen de la izquierda, Juan Manuel Torrres Ramírez).

Manolo Toimil, en Brasil, en un complejo de ocio.

REGRESO A EL PUERTO.
A su vuelta en 1990 a España y a El Puerto, retornaría al centro Manuel Siurot, ya Colegio Público y, pasaría de forma transitoria por el Colegio José Luis Poullet para finalizar su etapa de enseñante en el Colegio Las Banderas, donde ejercería, también, como Director, hasta el curso 1993/94.

ATS. CONSULTORIOS Y LAS PLAYAS.
Como ATS –o Practicante-- gestionaría a principio de la década de los setenta un Consultorio en Crevillet. Y en Valdelagrana, a la vuelta y hasta su jubilación, otro Consultorio. De fisioterapeuta, colaboraría también con una parafarmacia en Valdelagrana.

Manolo Toimil, a la derecha de la imagen, en el módulo de playas, durante la inauguración de la Temporada de Playas 1974. Aparece el personal de vigilancia y las azafatas, la segunda por la derecha, Laly Fernández Fernández, se convertiría en su segunda mujer. (Foto: Rafa. Archivo Municipal).

Sería también ATS en las Playas de El Puerto, especialmente en La Puntilla, durante los veranos y, dada su dedicación y profesionalidad, coordinaría dicho servicios en todas las playas donde se prestaban, en coordinación con el Ayuntamiento y Cruz Roja, entre 1971 y 1981.

RACING CLUB PORTUENSE.
Manolo Toimil sería, durante 21 años en total, fisioterapeuta del Racing Club Portuense, con una paréntesis de seis en la década de los ochenta: el tiempo que estuvo viviendo en Sao Paulo (Brasil), trabajando en un colegio público para españoles. En la temporada 1978/79 entró a formar parte de la Junta Directiva del equipo de fútbol para, con posterioridad, ejercer su especialidad de fisioterapeuta, sustituyendo al inefable y recordado practicante Felipe Lamadrid, hasta su abrupta salida en el año 2005, siendo presidente Manuel Lores.

Imagen tomada en 1978, de pié de izquierda a derecha, Alfonso Carreto Martín-Arroyo, Adolfo Ortega García, José García Sanz, desconocido, Francisco Ferrer Palacios, presidente del Club, Francisco Javier Merello Gaztelu, alcalde de El Puerto, Manuel Toimil Castro, Fernando Camacho Villegas, Manuel Pérez Blanco y Bartolomé Domínguez Sánchez. Agachados, Paco Díaz Trillo, Daniel Otero Rascón, Antonio Miranda García, Manuel Ahumada Vázquez, Antonio Guerrero Aldana, conocido como 'Enero' y Gandulla. (Foto: Rafa. Archivo Municipal).

Aquella directiva en la que se integró Toimil, estuvo presidida por Francisco Ferrer Palacios, compuesta además por José Marchena Rodríguez (+), Joaquín Rosso Morro (+), Rafael Gómez Jiménez ‘Fali’ (+), Antonio Guerrero Aldana ‘Enero del agua’ (+), Francisco Ferrer Palacios (Presidente), Antonio Miranda García (Secretario General), Adolfo Ortega García, Alfonso Carreto Martín-Arroyo, Daniel Otero Rascón, Francisco Ferrete Marroquín, Fernando Camacho Villegas, Manuel Pérez-Blanco Muñoz, Víctor Martínez Guerra, Bartolomé Domínguez Sánchez, Antonio Carbonell López. Siendo los entrenadores:, Adolfo Bolea, Manolo de la Torre y Pedro González Carnero, conocido popularmente como ‘Pedrito’. Secretario Técnico: Ventura Martínez (+). Masajista: Manuel Jarque Martínez (+). Manolo Toimil fue directivo junto a estos compañeros y actuaba de manera altruista como ATS y fisioterapeuta del conjunto rojiblanco en aquellas temporadas. Esta composición funcionó en las temporadas 1978/79, 79/80, 80/81, 81/82 y 82/83.

Durante la presentación de uno de los Trofeos 'Ciudad de El Puerto'.

Manolo Toimil se sentía especialmente satisfecho y presumía de ello, de que el equipo de sus amores fuese uno de los primeros clubes de su categoría en contar don un fisioterapeuta. Y era célebre por sus masajes.

En el Racing viviría tanto momentos de gloria como de sinsabores, por los triunfos o derrotas del equipo: en el campo era muy pasional. Gran amigo del árbitro internacional Joaquín Ramos Marco pero no fue óbice por los colores del Racing de echarle en cara un penalti que no pito en la copa del Rey en el partido que jugaron en el José del Cuvillo el Atlético de Madrid y RC Portuense. Con plena intensidad recordaba los años dorados de Segunda B, en aquella temporada en la que a punto se estuvo de jugar la liguilla de ascenso a Segunda. «--Por aquel entonces no había mecenas y teníamos que buscar dinero en los comercios y bodegas. Los directivos trabajaban hechos una piña, aprovechando los escasos recursos que teníamos».

Alfonso Carreto Martín-Arroyo, delegado de campo, Manuel Lores, presidente de la entidad y Manolo Toimil, en una foto de archivo.

EL CESE.
Aunque nunca mostró en público acritud por su cese, lamentó que la directiva del Racing, presidido por Manuel Lores, prescindiera de sus servicios como fisioterapeuta, sin dar explicaciones y sin motivo aparente. Es más dos días antes, en una convivencia racinguista le habían confirmado que contaban con él, pero, sorpresivamente, lo dejaron en la estacada. Fue un final en el Racing del que Manolo no era merecedor, como afirman la mayoría de aficionados que le conocían, reconocían y querían y que le afectó anímicamente: se vino abajo por la forma, o por mejor decir, la falta de ellas.

En el jerezano estadio de Chapín, acompañando en el banquillo al entonces entrenador del Racing Antonio Flor, a principio de la década de los noventa del siglo pasado.

ONCE PORTUENSE.
Además, también tuvo a su cargo la atención médica del equipo de voléibol ONCE Portuense, surgido en el Colegio José Luis Poullet, mítico militante de la División de Honor allá por la década de los ochenta del siglo pasado. En una competición en la ciudad portuguesa de Oporto –a la que El Puerto le ha dedicado su feria el pasado año—actuó como fisioterapeuta para todos los clubs.

MILITANCIA POLÍTICA ANDALUCISTA.
«--Nunca antes había estado afiliado y en el PA he encontrado un grupo humano fantástico que me ha convencido para trabajar por El Puerto», afirmaba en marzo de 1999 a Diario de Cádiz. Se había comprometido a ir en las listas del Partido Andalucista que en aquella ocasión lideraba el conocido empresario Juan Vaca.  No obtuvo acta de concejal --iba en el puesto número cinco-- pero se implicó bastante en actividades de Bienestar Social y el Deporte, materias que conocía sobradamente, además de Playas y el Sector Pesquero.

Aquella lista para los comicios locales de 1999, en la que los independientes perdieron la mayoría absoluta, estuvo compuesta en sus primeros seis puestos (en la imagen superior) por, en primer lugar el empresario que creó en El Puerto ‘Los Ángeles Nocturnos', Juan Vaca Ramos; José Antonio Martínez Español, Sebastián Rodríguez Sucino (Chano); Antonio Jesús Ruiz Aguilar, entonces responsable de Juventudes Andalucistas, Manolo Toimil Castro y Milagros García Sánchez.

Con sus hijas Paloma y Pilar, a la izquierda y derecha, respectivamente, en Sao Paulo,  a finales de la década de los ochenta del siglo pasado.

LA FAMILIA.
Estuvo casado en dos ocasiones, la primera con la brasileña Dalma Riobranco, con la que tuvo dos hijas, Paloma y Piola (Pilar) y en segundas nupcias con la porteña, amor de juventud,  Lali Fernández y Fernández, hija de Antonio Fernández Bernal, de la familia de los ‘Chiquetes’ de la Casa de la Aduana, cuya hermana Maruchi es viuda de Juani Espinosa, propietario que fuera del Bar Guadebro, con nótula núm. 321 en GdP.

Manolo y Laly, se casaron el 19 de mayo de 2007 en el Auditorio Municipal de 'Las Capuchinas', oficiando el entonces alcalde de la Ciudad, Fernando Gago García. Actuaron como testigos José Ramón Campos Ramos y María Remedios Toimil Castro.

La directiva del Racing, emitió un comunicado de pésame y condolencia a la familia de este insigne racinguista al día siguiente de su fallecimiento en la pagina web del club. Y en el siguiente partido se guardó un minuto de silencio por su fallecimiento.

Manolo Toimil era una persona que sabía relatar, narrar, contar historias y anécdotas, muy sociable y afable, como ya se ha señalado, siendo muy querido, no solo por la familia racinguista, sino por todo aquel con el que se relacionaba, dado su carácter amable, servicial y colaborador, simpático y abierto.

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Dieciséis de noviembre de 1936. Los Junkers alemanes de la Legión Cóndor se ceban con Madrid. Las bombas alcanzan al Museo del Prado. El presidente de la República, Manuel Azaña, decide que ha llegado el momento de completar la evacuación de la obra iniciada tímidamente bajo la dirección de Rafael Alberti. Puede haber más repúblicas o incluso regresar la Monarquía, pero un tesoro como éste sólo hay uno. A los pocos días comienza el largo viaje que acabaría con la llegada a Ginebra en febrero de 1939 de más de 20.000 obras maestras. Esta formidable aventura, que contó con involuntarios protagonistas de la talla de Rembrandt, Velázquez, Goya, Tiziano, Rubens o El Greco, podría haber sido escrita por el mejor guionista de la más insuperable película de suspense.(En la imagen, el poeta, que contanba entonces con 34 años).

Documento de Audio de RNE, incluye voz de Rafael Alberti relatando los hechos.

El vídeo es un fragmento del documental "Las Cajas Españolas" que recoge estos acontecimientos, dirigido por Alberto Porlán en 2004

Pese a haber transcurrido más de setenta años de aquello, lo ocurrido con los fondos del Prado durante la guerra ha sido poco tratado por los historiadores. Como en un extraño pacto de silencio de todas las partes implicadas. Salvo el historiador Arturo Colorado Castellary (Huelva, 1950) que ha reconstruído el relato en Éxodo y exilio del arte. La odisea del Museo del Prado durante la Guerra Civil (Ed. Cátedra), al tiempo que un documental, Salvemos el Prado, realizado por Alfonso Arteseros, añade luz sobre el periodo con declaraciones de testigos y protagonistas de la aventura.

La historia, desde luego, cuenta con todos los ingredientes. Un total de 71 camiones trasladaron a Valencia las joyas del Prado (a las que se sumaron otras de El Escorial, la Academia de San Fernando, el Palacio Real o el palacio de Liria). De ahí, a Barcelona y Figueras. Al fin, el tesoro quedó a salvo al otro lado de la frontera junto con los miles de españoles ateridos por el frío y confundidos por el hambre en 1939, en aquel despiadado invierno del exilio.

El destino de los cuadros corrió paralelo al del Gobierno de la II República. Y siempre estuvo bajo control directo del presidente. "Debajo de nuestro comedor estaban los Velázquez", escribe Azaña en el castillo de Peralada ya en los días finales de la caída de la Cataluña republicana. "Cada vez que bombardeaban en las cercanías me desesperaba. Temí que mi destino me hubiera traído a ver el museo hecho una hoguera. Era más de cuanto podía soportarse".

AGOSTO DE 1936.
Todo había empezado en realidad en agosto de 1936, cuando el Museo del Prado hubo de cerrar sus puertas al público. Las obras más importantes fueron descolgadas. Cubiertas con mantas y plásticos, ocuparon la parte baja del edificio, junto a otras requisadas por la Junta de Incautación y Protección del Tesoro Artístico, que presidía Timoteo Pérez Rubio, protagonista también inesperado de la operación de salvamento del museo.

Salas bombardeadas del Museo del Prado en noviembre de 1936.

Alfonso Pérez Sánchez, que fue director del Prado durante ocho años, se pregunta en el prólogo del libro sobre la necesidad de la operación vista con la perspectiva del tiempo. Su respuesta es contundente. Los bombazos caídos sobre el palacio de Villanueva en los primeros días de la guerra ya justificarían la decisión. Aunque ésta tuviese que tomarse en medio de unas condiciones que la desaconsejaban. Y contra la propaganda fascista, que extendió la idea de que si los cuadros salían sería para ser cambiados por armamento. Pérez Sánchez concluye que el viaje no sólo fue imprescindible, sino que todos los españoles tienen una deuda moral pendiente con los responsables de la operación.

La precaria salida de las primeras obras, organizada por Rafael Alberti, prosiguió con las máximas garantías posibles entre abril y mayo de 1937. Las bombas que alcanzaron el Prado en noviembre de 1936 habían sonado a estruendoso ultimátum.

El transportista Macarrón se encargó del embalaje de miles de piezas, recubiertas con cartón impermeable y empaquetadas a bordo de camiones que viajaban a 15 kilómetros por hora. En Valencia, las obras se instalan en las Torres de Serrano, una auténtica fortaleza. A finales de 1937, el avance de las tropas nacionales fuerza a un nuevo traslado.

Torres del Serrano en Valencia.

El Gobierno se muda a Barcelona y Azaña decide que la caravana artística le acompañe a Cataluña. El castillo de Peralada, a 10 kilómetros de la frontera, y la mina de talco de La Vajol son los últimos escondrijos para el tesoro.

En febrero de 1939 Cataluña está a punto de caer ante el empuje de la Legión Cóndor, por lo que hay que organizar la salida bajo la protección de los países democráticos. El pintor catalán José María Sert se pone a ello. El 2 de febrero se firma el Acuerdo de Figueras. En Francia, las obras son trasladadas en tren. Cuando, tras su entrada en Ginebra el 13 de febrero de 1939, los operarios que abrieron las 572 cajas del tesoro, custodiadas en el palacio de la Sociedad de las Naciones, respiraron aliviados. Los 45 velázquez, 138 goyas, 43 grecos seguían allí con el resto del tesoro.

Al poco de comenzar la guerra, el Gobierno de la República nombró al pintor y cartelista valenciano Josep Renau director general de Bellas Artes. Al frente del Museo del Prado colocaron a un ya célebre Pablo Picasso. Rafael Alberti quedó al cargo del Museo Romántico. Pero el verdadero protagonista de esta historia fue el pintor Timoteo Pérez Rubio, elegido para presidir la Junta de Incautación y Protección del Tesoro Artístico. (En la imagen de la izquierda, Timoteo Pérez Rubio).

De los tres nombramientos, este último fue, en realidad, el más importante. Renau tuvo una actuación relevante durante la etapa en la que las obras estuvieron en Valencia, pero la relación de Picasso con el museo fue inexistente. Desde París animó a Pérez Rubio a usar su nombre como aval para las gestiones internacionales que hubiera que emprender. "Puedes hacer ver que somos amigos desde la infancia. O hermanos. Lo que quieras. Utilízame para lo que consideres necesario".

Pérez Rubio, casado con la escritora Rosa Chacel, se preparaba para partir de veraneo cuando estalló la guerra. Conducía un coche rumbo a la sierra para alquilar unas habitaciones en El Paular, en busca de nuevos paisajes, cuando les interceptaron el paso. La guerra había estallado y Pérez Rubio, sin adscripción política, se ofreció para lo que fuera. Sin él, el largo viaje del Prado no hubiera sido posible. Como dijo su mujer, Rosa Chacel, "hizo la guerra defendiendo el tesoro artístico español". (En la imagen de la izquierda, Rosa Chacel).

Ante el creciente ritmo de bombardeo, el día 3 de diciembre la escritora comunista María Teresa León (compañera de Rafael Alberti) es designada responsable de la evacuación a Valencia de las obras. Para ello se presenta en el museo, junto con Rafael Alberti, para acelerar los transportes de obras a Valencia.

El día 10 gestiona un convoy que transporta el cuadro de Las Meninas. Al llegar al puente de Arganda, está a punto de producirse un desastre: la estructura superior del puente es inferior a la altura de la carga de los camiones. Se detecta a tiempo pero han de descargarse y pasar la carga a mano al otro lado del puente. No resulta fácil, ya que algunas de las cajas son tan altas y pesadas que, incluso con la ayuda de rodillos, se necesita la fuerza de varios hombres.

Desde su casa de Madrid, María Teresa León y Rafael Alberti (en la imagen superior) siguen sobre al mapa todo el camino del convoy durante la noche. Los miembros de la expedición tienen orden de llamar desde cada población importante por la que pasen. Finalmente, a la 7 de la mañana los cuadros llegan a Valencia. La experiencia angustiosa del convoy disuade a la pareja de seguir al frente de tal responsabilidad.

Por ello, será la Junta de Defensa del Tesoro quien se encargue a partir de ese momento. Ante el gran número de piezas a trasladar se considera la posibilidad de desmontar las telas de sus bastidores y enrollarlas en cilindros, pero el riesgo que representaría para las capas de pintura hace desestimar la idea.

Finalmente se decide construir una resistente caja de madera para cada pieza, protegiendo la superficie pintada con guata y cartón y encajando el cuadro a la caja mediante almohadillas. Para evitar los golpes al cerrar la caja, las tapas se atornillan. También se aplicará a las cajas una capa de barniz de receta propia con altas propiedades ignífugas.

Conseguir los camiones de transporte tampoco será fácil. Las necesidades de la guerra imperan y los camiones son imprescindibles para el frente. Una vez logrados se cargan las cajas con el eje mayor en el sentido de la marcha y se cubren con telas embreadas. Algunas cajas son tan grandes que requieren del montaje de estructuras de madera sobre la caja del camión para afianzarlas con seguridad.

El camino tampoco es fácil. El estado de las carreteras, ya malo antes de la guerra, es ahora peor. El tráfico de vehículos pesados, la falta de mantenimiento, los ataques de la aviación y la artillería las han convertido en una dura prueba para un transporte tan sensible. ?Por el camino nadie puede estar seguro de que no serán atacados por francotiradores o aviones, ni de la disponibilidad de mecánicos, repuestos o gasolina. Por otro lado, cada pueblo, partido o sindicato tiene sus propios controles de carretera, cosa que ralentiza enormemente la circulación de los convoyes del tesoro artístico. Los controles son improvisados, por lo que varían de un día a otro. Por otro lado, los milicianos que los controlan, muchas veces no saben leer pero reconocen las fotografías y los emblemas políticos. No obstante el acompañamiento del convoy por parte de militares de la república acostumbra a facilitar las cosas.

De todos modos, el tiempo es importante, pero se sabe de entrada que el camino será largo. No en vano se ha fijado como velocidad máxima la de 15 Km/h por motivos técnicos y de seguridad, por lo que cada envío tarda unas 24 horas en llegar a Valencia.

En Valencia la Iglesia del Patriarca es uno de los lugares escogidos para almacenar las obras. El otro edificio seleccionado es las Torres de Serranos. Un edificio de origen gótico que constituía una de las puertas de la muralla de la ciudad. Las Torres se consideran tan apropiadas que se decide almacenar en ellas lo más selecto del tesoro.

Para adecuarlo a tal fin, se construye, bajo la dirección del arquitecto del Prado José Lino Bahamonde, una bóveda de hormigón armado de 90 cm de grosor sobre el suelo del primer piso destinada a evitar que las obras de arte, alojadas en el piso más bajo, sufrieran daños en caso de bombardeo y derrumbe del edificio. Sobre esta bóveda se acumuló un metro de cáscara de arroz (destinada a actuar como amortiguador) y, sobre ella, un metro y medio de tierra. En el segundo piso se acumuló otro metro y medio de tierra y la terraza fue cubierta con sacos terreros. Finalmente, y para evitar posibles daños por metralla, las caja fueron protegidas con muretes de cemento perforados para aliviar la presión de una eventual onda expansiva. Además, se instaló un sistema automático de control de la humedad y de la temperatura.

La concentración del tesoro en Valencia obliga a reorganizar las operaciones. Así, se crea la Junta Central con sede en Valencia y Juntas Delegadas en cada provincia. Como presidente de la Junta Central se nombra a Timoteo Pérez Rubio, quien ocupará el cargo hasta más allá del final de la Guerra Civil. José María Giner Pantoja será su mano derecha.

Mientras, la Junta delegada de Madrid prosigue con su labor de recuperación de obras de arte con el depósito de San Francisco el Grande a rebosar. Al Museo Arqueológico llegan sin cesar nuevos materiales a la par que va creando de la nada a su propio equipo. Desde conductores a restauradores, pasando por personal de oficina, cada uno de ellos se convierte en un experto en su campo. No en vano, nadie ha colaborado antes en un proyecto de tales características.

Al frente de la Junta delegada se pone Roberto Fernández Balbuena que incorpora al equipo al erudito Manuel Gómez Moreno y a sus hijas María Elena y Natividad.

Desde Valencia, la Junta Central sigue pidiendo obras a Madrid a un ritmo que la Junta delegada no puede mantener. Los cuidados en la construcción de las cajas y su transporte así lo requieren. Además, hay algunas obras cuyo estado desaconseja el traslado pero el Gobierno considera que corren más peligro en Madrid y se ordena su traslado.

En Marzo de 1937 Sánchez Cantón encuentra una bomba en el techo del Prado pero no lo comunica a las autoridades para evitar que ordenen la evacuación total y definitiva del Museo.

Protección en el Museo del Prado.

Durante los preparativos de la Exposición universal de 1937 de París, se decide enviar 150 obras maestras para que sean expuestas. Esta idea provoca un debate entre el Gobierno que finalmente decide que ningún cuadro saldrá de España pese a que todo está organizado y Pérez Rubio y sus ayudantes llevan semanas seleccionando las obras y la mejor ruta.

Esta situación alimenta el rumor de que un aparte del tesoro se encuentra ya en Francia. En este sentido, Sir Frederic G. Kenyon, ex-director del British Museum escribe una carta en el diario The Times, redundando en esta idea y preguntándose por qué el Gobierno de la República no informa de las medidas adoptadas para la protección de tesoro artístico. El Gobierno republicano recoge el guante a través de Pablo de Azcárate, su embajador en Londres, quien publica otra carta en The Times invitando a Kenyon a trasladarse a España y comprobar el estado de las obras.

En agosto, Kenyon se traslada a España y es recibido por Pérez Rubio y Giner, e inicia su visita por la iglesia de San Francisco el Grande acompañado de James Gow Mann, director de la Wallace Collection. Vienen de Cataluña y, lo que han visto allí, ha empezado a cambiar su punto de vista.

Sir Frederic G. Kenyon, ex-director del British Museum, fotografiándose delante del cuadro de Las Meninas, imagen que apareció en The Times.

En Valencia, visitan las nuevas instalaciones de las Torres de Serranos, donde se han reunido ya los 500 mejores cuadros del Prado. Para que comprueben que las cajas contienen lo que indican sus etiquetas, les ofrecen escoger los cuadros que deseen para que sean desembalados y llevados a su presencia. Uno de ellos es Las Meninas, sobre el que corrían toda clase de rumores. Una vez examinado, se fotografían junto a él.

La visita es plenamente satisfactoria y, a su regreso a Londres, ambos escriben elogiosos artículos sobre los esfuerzos y resultados de la Junta en unos momentos tan difíciles.

En el otoño de 1937 la situación en Madrid es desesperada. El general Miaja telefonea a Fernández Balbuena para confirmarle que debe desalojar el depósito de San Francisco el Grande o arriesgarse a que sus hombres luchen entre las obras de arte. Fernández Balbuena, que convalece en su casa por cansancio y desnutrición, pone en marcha a su equipo. Se trata de más de 50.000 objetos de todo tipo que se han acumulado durante más de un año. El ritmo es frenético por parte de todos los miembros del personal. Se consigue evacuar una media de mil objetos diarios. Los cuadros se trasladan al Museo del Prado, ahora vacío, que se vuelve a llenar con 15.000 obras menores.

El resto de objetos, excepto los muebles, se trasladan al Museo Arqueológico, sede de la Junta delegada, abarrotando todo el espacio disponible. Durante el traslado, se produce un choque de carácter político: el subsecretario de Bellas Artes, Wenceslao Roces, que no había sido avisado del traslado ordena detenerlo e impone a los miembros de la Junta un compromiso político que muchos no subscriben. Esto provoca que la junta pierda a 12 de sus miembros. La desconfianza y las sospechas de complot o traición reinan en la República. Roces designa a dos agentes del SIM, Ceferino Colinas y Marcos Iturburuaga, para que controlen la actividad de la Junta. A partir de ese momento, ambos harán mucho más que vigilar.

Como ya se ha señalado la Segunda República decidió crear la Junta Central del Tesoro Artístico con el fin de poner a salvo en el Museo del Prado las principales obras de arte de diversos museos e instituciones de Madrid. Pese a ello, la agónica situación de la capital provocó la toma de una decisión complicada: la evacuación de las principales obras de arte con el fin de preservarlas de los bombardeos. Así, tan sólo unos días antes de que el Museo del Prado fuera bombardeado el 16 de Noviembre de 1936, se inició un viaje hacia Valencia, y de allí a Ginebra, con más de 20.000 obras, entre las que se encontraban cuadros de Goya, Velazquez o El Greco.

Un viaje sin precedentes que marcó un antes y un después en la salvaguarda del arte en caso de conflicto, puesto que el traslado supuso un cambio en la normativa internacional y, desde entonces, se aconseja la evacuación de las obras de arte en el desarrollo de conflictos bélicos.

Timoteo Pérez Ruibio y el Delegado Británico del Comité Internacional para el Salvamento de las Obras de Arte Españolas en Ginebra, recepcionando las obras de arte el 13 de febrero de 1939.

Tras miles de vicisitudes en el camino, las obras llegaron a Figueras en 1939. La zona estaba sufriendo continuos bombardeos. La neutralidad internacional provocó la creación, al margen de los gobiernos y de la Sociedad de Naciones, de un Comité Internacional para el Salvamento de las Obras de Arte Españolas formado por personajes anónimos amantes del arte y los principales museos del mundo, que consiguieron la financiación necesaria para que las obras cruzaran los Pirineos.
Tras toda esta odisea, las obras evacuadas desde Madrid llegaron a Ginebra el 13 de febrero de 1939 , donde las esperaban desde días antes Timoteo Pérez Rubio, junto con el Delegado británico del Comité Internacional.

Al llegar fueron trasladadas al Palacio de las Naciones y desde allí se transportaron al Museo de Arte e Historia, pero previamente, el 3 de febrero de 1939 se había firmado con la Segunda República el Acuerdo de Figueres, que garantizaban que todas las obras pertenecían al pueblo español y que debían regresar al país al finalizar la contienda.

Estación del Norte, a su llegada de regreso a Madrid, finalizada la contienda.


Los cuadros, transportados en caminones suizos, desde la Estación del Norte al Museo del Prado.

Y así se hizo. Una vez finalizada la Guerra, los cuadros regresaron en tren, llegando a la Estación del Norte, en Madrid el 9 de septiembre de 1939, procedentes de Ginebra y desde allí se transportaron de nuevo en camiones suizos hasta el Museo del Prado. (Texto: El Greco).

Rodríguez Zapatero durante su intervención en la Sala Velázquez del Museo del Prado, con el cuadro de "Las Meninas" al fondo. (Foto: EFE).

Hace un año, en enero de 2010, el gobierno de España saldaba una deuda histórica con los museos de la Europa democrática que formaron parte del Comité Inter nacional para el Salvamento de los Tesoros de Arte Españoles al concederles la Medalla de la Orden de las Artes y las Letras. La entrega institucional de estas distinciones contó con la presencia del presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, y se materializó en una de las estancias más nobles del Museo del Prado -la Sala Velázquez-, con el cuadro de "Las Meninas" como testigo de excepción.

5

Fue en 1967 cuando a un grupo de portuenses se les vino a la idea colaborar en algo que diera otro talante, otra imagen a la celebración ambiental y pública de la Navidad. No existía por aquella época un ambiente precisamente navideño por las calles de El Puerto, ni tampoco en sus actos públicos. La Navidad en las calles de nuestra ciudad pasaba casi desapercibida. Con el ánimo de revitalizarla nació la campaña “Navidad con amor”. Su desarrollo se expuso al municipio y hubo visto bueno inicial de la alcaldía que entonces ocupaba don Luis Portillo Ruíz, que aparece en la imagen de la izquierda.

Con no pocos esfuerzos, los organizadores lograron un reconocible apoyo de determinados comercios para poner algunos exornos en las principales calles del centro histórico. Los exornos del primer año fueron muy tímidos en cuanto a esa ascua de luz navideña que la campaña logró en años sucesivos. Las calles con esta iniciativa lograron tener iluminación y adornos especiales, incluso con su mezcla correspondiente de propaganda comercial, algo sin precedentes en la historia de El Puerto. Hace 43 años los portuenses pudieron disfrutar por primera vez de la iluminación extraordinaria de sus calles más importantes por Navidad.

Los primeros alumbrados extraordinarios de Navidad con Amor. Calle Luna arriba, a la derech 'La Bota de Oro'.

Pero cuando la ilusión de cristalizar la idea ya estaba en marcha, surgió el inconveniente. Del Ayuntamiento llegó una contraorden: “que se retirasen los exornos de las calles, y que se volviese a exponer antes de seguir adelante un nuevo planteamiento”. Para salvar la iniciativa fue persona clave con su implicación desde el primer momento el teniente de alcalde delegado de fiestas Juan Melgarejo Osborne, quien con su empeño personal logró que la primera campaña de “Navidad con Amor” siguiera adelante.

Juan Melgarejo Osborne, alcalde de la Ciudad en 1970, en la entrega de premios en la Gala del Teatro Principal de ese año, junto al Teniente de Alcalde de Fiestas, Francisco Javier Merello Gaztelu. A la derecha, sosteniendo los Trofeos (unos bambis de alpaca plateada servidos por Joyería Díaz), el ordenanza Juan Valiente Moreno.

La Gala de Navidad, protagonizada por niños, que se celebraba en el Teatro Principal los días 25 de cada año, mientras duró la Campaña. La primera gala fue presentada por Pilarín Merello Peñalver, Amparo Unzueta Melgarejo y Aurora Melgarejo.

El acto central de la campaña giraba en torno a la ‘Gala Infantil’  benéfica en el Teatro Principal que, con la complicidad expresa del profesorado de los colegios de la época lograron la participación de infinidad de coros de chiquillos; sus villancicos y sus voces blancas contribuyeron al éxito popular de aquella primera experiencia solidaria en días tan señalados. El local de más capacidad de la ciudad abarrotado hasta el gallinero de un público expectante para contemplar a niños, entre los que muchos de ellos tenían las más cortas edades. El Puerto entero se volcó con esta primera edición y sucesivas campañas y galas de “Navidad con amor”.

De izquierda a derecha, Fernando T. de Terry, alcalde de la Ciudad; Francisco Javier Merello Gaztelu, Teniente de Alcalde Delegado de Fiestas, José María Morillo,  --que recitó unos versos de José Luis Tejada en representación del Instituto Técnico-- y Antonio Romero Castro, Jefe del Negociado de Fiestas del Ayuntamiento. 25 de diciembre de 1971.

Tal fue la singularidad de la iniciativa que llegó a tener especial eco en distintos medios de información a escala nacional, e incluso en el quinto aniversario Televisión Española dio cobertura a los actos. La campaña, por la calidad de las interpretaciones de los niños mereció ese mismo año el premio “Paz en la Tierra”, concedido por el Ministerio de Información y Turismo siendo su titular Alfredo Sánchez Bella, y alcalde la ciudad Fernando T. de Terry Galarza.

La Pastora Mayor que en 1971 recayó en la hija de un marinero con serios problemas de salud y empleo, y la corte de pastorcillas y pastorcillos, en la puerta del antiguo Ayuntamiento en la Plaza de Isaac Peral.

La Pastora Mayor fue una designación que no se incorporó hasta el tercer año de la campaña. Es decir 1969. Las distintas proclamaciones se realizaron en el salón de plenos del Ayuntamiento. La idea surgió con el propósito de ofrecer a una niña de familia trabajadora la alegría navideña de unos días inolvidables. La primera Pastora Mayor era hija de un obrero del municipio; la segunda de una viuda de modesta condición económica; la tercera de un marinero; la cuarta fue una niña del Asilo de Huérfanas, y así sucesivamente…

Otros actos paralelos a la Gala Infantil fueron las visitas a los ancianos de las Hermanitas de los Pobres, o la ofrenda oficial en fin de año ante el Belén de la plaza del Polvorista, así como concursos de redacción y dibujos de temas navideños. Una fiesta-cena benéfica ayudaba con su recaudación a las familias más necesitadas, origen y fin por sí mismo de toda la campaña.

Martínez Alfonso, en la entrega de premios de la Gala del año 1973. A su derecha, Enrique Pedregal Valenzuela.

La Academia de Bellas Artes de Santa Cecilia organizaba todos los años la cabalgata de Reyes Magos, pero al llegar el X aniversario de “Navidad con Amor” cedió los bártulos a la Comisión Organizadora sin menoscabo de su continuada colaboración.

Siendo alcalde de la ciudad Manuel Martínez Alfonso, el poeta y escritor portuense Juan Ignacio Varela Gilabert dio el primer “Pregón de la Navidad con Amor” en un acto celebrado en la Casa de la Cultura el día 16 de diciembre de 1976. Para este primer pregón también se barajaron los nombres de José Luis Tejada y Montero Galvache.

Curiosamente esa Navidad y debido a la falta de presupuesto municipal se redujo considerablemente el alumbrado extraordinario, si bien se compensó en parte con la incorporación de un equipo de ambientación musical navideña.

Por aquella época existían serias discrepancias entre los regidores de la ciudad y la representación eclesiástica del municipio que, a través del asesor religioso de la Comisión Organizadora y en escrito dirigido a la misma, les conminaba sobre la organización de los actos relativos a la Navidad dentro del primer templo de la ciudad “como criterio que tiene la Iglesia para tenerlo en cuenta”.

La Navidad con Amor, al principio de los ayuntamientos democráticos. La instantánea en el Teatro Principal en 1979. El macero Camacho, los ordenanzas municipales Ullén y Polanco, el Teniente de Alcalde Delegado de Fiestas, Manuel Espinar Galán, el miembro de la Comisión de Navidad con Amor, Enrique Pedregal Valenzuela, el alcalde de la Ciudad, Antonio Álvarez Herrera y el miembro de la Comisión, Miguel Lobato Quintero. Año 1979.

El devenir de los tiempos, la propia inercia de la sociedad y la desaparición del añorado Teatro Principal fruto de la barbarie especulativa e incendiaria de unos desalmados, propició el desvanecimiento paulatino de la “Navidad con Amor” a comienzos de la década de los 80 del siglo pasado.

El coro de niñas del Maestro Dueñas, dirigido por él que aparece a la izquierda de la imagen junto a Antonio Romero Castro --Jefe del Negociado de Fiestas del Ayuntamiento-- y a la directora del Asilo de Ancianos, en la visita y ofrenda que hacían durante la Campaña. Año 1972.

Todavía perduran y resuenan en la memoria de varias generaciones de porteños, los sones y cantares cultivados por la sabiduría musical del Maestro Dueñas.

"Un saludo cariñoso
a la Pastora Mayor
por estar representando
la Navidad con Amor"

(Texto: Manolo Morillo. Fotos: Rafa. Archivo Municipal).


3

Fila superior, de izquierda a derecha: Mari Luz Gallo, Lucía Guerra, Mariló King, Encarni Cubero, Milagros. Fila de en medio: Milagros Arjona, Paqui Patrón, Inma Parrado, Montse Guerra y Lourdes Marín. Fila inferior: Carmen Gil, Inma Gómez, Mercedes y Remedios Peña Cabrera. (Foto: Padre Martínez. Colección: Remedios Peña).

Fotografía está tomada hace 23 años en las escaleras de azulejos verdes, un día de mayo de 1987, a las alumnas de 5ª de Jardín de Infancia. Era la primera promoción de Técnicos Superiores de Jardín de Infancia que salían de las Escuelas Profesionales Sagrada Familia (SAFA) aunque, en la fotografía, falta la mitad de la clase ya que ese día estaban de prácticas en la Guardería Municipal en la calle Micaela Aramburu, cuya directora de prácticas entonces y actual directora del Centro es Inmaculada Paramio. Empezaron Formación Profesional del Primer Ciclo (2 años) en 1982; luego pasaron a Formación Profesional de Segundo Ciclo (3 años), sumándose las alumnas procedentes de Enfermería, estudios que quitaron ese año y que, años mas tarde, volverían a ofertar.

La propietaria de la foto del recuerdo, Remedios Peña, rememora a profesores como el ya desaparecido Padre Martínez, S.J., que daba clases de religión y fue el autor de la fotografía; José Peinado Matiola que daba clases de matemáticas junto a Herrador, Rafael, de Historia, … Era director del centro en aquellas fechas Antonio Ariza Albaiceta.

De izquierda a derecha, Antonio Ariza Albaiceta, el Padre Martínez, S.J. y José Peinado Matiola.

Como mantiene una de las protagonistas de la fotografía se llevaba el pelo cardado, que consiste en una técnica usada en peluquería para dar volumen artificialmente al cabello. Es un peinado batido que consiste en cepillar el pelo estirándolo todo hacia atrás y peinándolo en dirección contraria para dar un efecto de cabellera espesa y abundante. Algunas de las chicas, además de El Puerto, procedían de Rota y Chiclana.

Hace 108 años, durante la tormentosa madrugada del 16 de diciembre, en El Puerto de Santa María, nace Rafael Alberti, el poeta considerado como uno de los principales autores de la literatura del siglo XX y uno de los principales pilares de la literatura española. Un portuense que llevó Cádiz y El Puerto por todo el mundo. Unos días más tarde, con apenas siete días de vida, el pequeño Rafael Alberti Merello ya fue noticia. Diario de Cádiz publicó el 23 de diciembre de 1902 el bautizo del portuense en la iglesia de la Prioral. Sin duda, una primicia mundial, y una premonición del brillante futuro que le esperaba, y del que este periódico ha sido testigo desde su nacimiento hasta su muerte, en 1999.

Según recoge la hemeroteca del Diario, ese mismo día también fue bautizado en la iglesia de la Prioral el hijo de Eduardo Tejada, "que pusieron de nombre al pequeñuelo José Luis y fueron sus padrinos, sus hermanos Amalia y Eduardo", señaló este periódico hace 105 años. Las noticias portuenses que aparecieron en el Diario ese 23 de diciembre se completaban con el fallecimiento del farmacéutico José García Vergara, persona muy estimada en El Puerto. Asimismo, contaba la representación de una comedia en el teatro Principal. "Muy animado estuvo el teatro Principal, viéndose en los palcos a las distinguidas familias de Cuesta y Aldau, Arsilla, Puente y Portillo. El libre cambio fue la comedia que hizo reír al respetable muchísimo durante toda la representación. Hizo su debut en esta obra la actriz Castro, muy conocida del público portuense por haber actuado como tiple en el teatro de verano que el señor Chaves instaló en la calle Misericordia. Distinguiéndose en la interpretación de la obra la expresada actriz, las señoras Santiago y Mora, así como los señores Correjel, González, Oliver y Zavala".

Rafael Alberti fue descendiente de familias de estirpe italiana (ver nótula 688 en Gente del Puerto) y el quinto hijo de los seis que tuvieron Agustín Alberti y María Merello. Precisamente estos días la Fundación que lleva su nombre ha celebrado por todo lo alto en su sede de la calle Santo Domingo el 105 aniversario de su nacimiento. Quién hubiera dicho en aquel diciembre de 1902 que ese niño iba a ser con los años una de las principales figuras de la cultura española. (Texto: Diego Joly Palomino).

LA ARBOLEDA PERDIDA.
Leemos en las primeras páginas de La Arboleda Perdida:
«En la ciudad gaditana del Puerto de Santa María, a la derecha de un camino, […] había un melancólico lugar de retamas blancas y amarillas llamado la Arboleda Perdida.
Todo era allí como un recuerdo […]. Todo sonaba allí a pasado, a viejo bosque sucedido. Hasta la luz caía como una memoria de la luz, y nuestros juegos infantiles, durante las rabonas escolares, también sonaban a perdidos en aquella arboleda.
Ahora, según me voy adentrando, haciéndome cada vez más chico, más alejado punto por esa vía que va a dar al final, a ese «golfo de sombras» que me espera tan sólo para cerrarse, oigo detrás de mí los pasos, el avance callado, la inflexible invasión de aquella como recordada arboleda perdida de mis años»
. Rafael Alberti. (Retrato de Hernán Cortés).

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¿Nadie se ha acordado que, tal día como hoy, el 16 de diciembre de 1281, martes, Alfonso X 'el Sabio' rey de Castilla, condeció a la antigua aldea musulmana de al-Kanate, los privilegios de su fundación como ciudad con el nombre de El Gran Puerto de Santa María? El repartimiento de tierras entre sus pobladores se había hecho en años anteriores. Con la nueva Carta Puebla se establecieron privilegios e instituciones. Más de 40 testigos, nobles y obispos del reino y ante los notarios de Andalucía y León, rubricaron el documento. Ya vamos por 729 años...

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(continuación)

«Durante la Guerra Mundial he sido el dibujante de la Casa Americana en Madrid, desde donde he ilustrado artículos para la prensa. En el año 1940 me llamaron para ilustrar la Revista literaria "Novelas y Cuentos", y he sido su dibujante portadista durante 17 años.

Y quedé como nos dejó Franco a todos los madrileños, porque el dinero de la Republica quedó sin valor. Guardando colas para recoger una lata de sardinas y mis hermanas en las colas de Auxilio Social para coger en una cacerola el rancho que nos daban, y así muchos días, por la mañana y por la tarde.

A los amigos que venían de zona Franquista, a esos había que huirles, no se sabía nunca como iban a reaccionar, y a los que les había cogido aquí pero se habían acomodado enseguida, te decían que te escondieras y que ya te avisarían cuando el pastel fuera repartido por si quedaban migajas o te metían en la cárcel.

Portadas de novelas y cuentos, que estaría realizando por espacio de 17 años.

Así y todo había que trabajar y buscar por donde fuera. Un día me avisaron de la Cámara de Comercio Alemana, que en aquellos días ya estallada la Segunda Guerra Mundial, victoriosas sus armas y amigos de Franco, era lo mas ambicionado por todos.

Y empezaron a darme trabajo. Cuando esto se supo, me pusieron una denuncia a la Embajada, con el deseo de que me hubieran detenido y haberse quedado con el trabajo, porque en la denuncia ya se ofrecían a cubrir mi puesto. Esto en aquellos días era muy peligroso. Pero esta denuncia cayó en manos de D. Juan Frank, alemán, Director de la Cámara, que me llamó y me dijo: --¡Ud. Tiene muchos enemigos! Pero nosotros no nos dirigimos a nadie sin antes tener todos los informes. Sabemos de Ud., tanto como Ud., y además sabemos que es Ud., honrado. Me preguntó que documentación tenía. Yo le enseñé la que teníamos todos en aquella fecha, un papel en el que constaba como que era prisionero de guerra, con la clave E, clave que nadie sabía el significado. Me dió un puro, creo como desagravio, y me mandó a su abogado. El abogado me dijo que estaba clasificado como indiferente, que volviera a mi trabajo que ellos se ocuparían de todo. Esto se supo y a partir de entonces me dejaron tranquilo. Luego supe que el que me puso la denuncia estaba en un Organismo Oficial y lo echaron a la calle.

Yo cobraba de los alemanes por trabajos hechos. No tenía sueldo de ninguna clase. ??Mediada la Guerra Mundial me ofrecieron una colocación con sueldo en la Embajada de los Estados Unidos y fui a comunicárselo a los alemanes. Ellos comprendieron que esto significaba una seguridad. Yo ya estaba casado y tenía una hija, y me autorizaron, agradeciéndome los servicios prestados. Aún después de terminada la Guerra, varios años he recibido por Navidad felicitaciones de D. Juan Frank. Y pasé a pertenecer a la Sección de Prensa de la "Casa Americana", desde donde he ilustrado artículos para toda la prensa con el seudónimo   de "Tete". Cuando llego Truman a la Presidencia de los EEUU empezó reduciendo gastos, y el mío tenía que ser insoportable para el país americano y fui uno de los primeros despedidos. (En la imagen de la izquierda, cartel de la Feria de El Puerto del año 1953, realizado por Manolo Prieto).

Estuve dando tumbos hasta que me avisaron de "Publicidad Azor" en donde he sido Director Artístico y Jefe de Estudio durante 17 años, y allí hubiera seguido si otro americano no me hace la puñeta.

En 1954 Manolo Prieto crea en "Publicidad Azor", de donde es Director Artístico y Jefe de Estudio, la famosa valla publicitaria para la empresa Osborne, "El toro de las carreteras", valla que no es aceptada con mucho entusiasmo por el cliente, pero que acabará convirtiéndose en icono para   la sociedad española llegando incluso a traspasar su fama las fronteras españolas.

Cuando llegó Kennedy, el Mundo entero padeció el sarampión de la juventud, y en España el sarampión y la tos ferina. Todo aquel que no fuera con el pecho sacado y no se subiera la escalera a la pata coja, había que echarlo a la cuneta. Llegó el dinamismo ¡No había tiempo que perder!.Se necesitaban en todas partes hombres "con 20 años" y mucha experiencia. A mí me cogió con 50, no había más remedio que sucumbir, y me echaron.

Uno de los 90 toros existentes en las carreteras españolas.

Y otra vez a empezar, y era la tercera. Esta vez me costó mas trabajo, por mi edad el clima era contrario, y por lo que era, por mis éxitos y por el puesto que ocupaba en la profesión, puesto jerárquico, había muchas envidias solapadas. Este final que yo no esperaba me desmoralizó y baje la guardia y todos a una como manadas de lobos, se cebaron conmigo. En esta fecha, también terminó mi colaboración como dibujante de "Novelas y Cuentos", después de 17 años ininterrumpidos. (En la imagen de la izquierda, autorretrato de Manolo Prieto).

Reaccioné y gracias a mis hijas que me ayudaron a mantenerme a flote, mandé a todos a hacer puñetas y viré en redondo, empecé una nueva profesión, donde los principios no han sido fáciles porque los escultores me recibieron con recelo y se cerraron como almejas. Ellos también sabían que yo en cualquier especialidad en el Arte fuera lo que fuera, tenía lo importante, la materia prima, solamente necesitaba el oficio y eso era lo que me negaron, pero yo con constancia me lo he inventado, y aquí estoy. Hoy soy profesional de la medalla, con piezas en Museos y premios en Concursos Nacionales e Internacionales, y considerado como escultor de medallas de primera clase».

"En el Museo Municipal de El Puerto de Santa María encontramos una colección de monedas así como una selección de dibujos preparatorios. Esta obra es testigo de la madurez intelectual, la destreza técnica y la seguridad y determinación del artista por adentrarse en referencias universales que traspasan las de la propia Literatura. “Eva y la manzana”, “El campo”, “Casada infiel”, “Abelardo y Eloísa” y “El manantial de la doncella” son los títulos de estas medallas de la que vemos  el anverso y el reverso. En esta última, la cual aparece en la fotografía, el artista va más allá de la referencia literaria  acercándose al mito del amor. La escena encuadrada muy cuidadosamente en el paisaje presenta a los personajes por un lado de la medalla, por el otro el amor, el deseo, “El manantial de la Doncella”, lo tituló él" (Lola Caballero, Restauradora de Obras de Arte).

Manolo Prieto escribió esta autobiografía a los 66 años de edad. Una lástima que dejara 12 años de su vida sin relatar, pero quizás esta autobiografía sea la que más nos acerca a sus sentimientos y a su modo de ver la vida. Falleció el día 5 de mayo de 1991 a los 78 años de edad. Durante este tiempo siguió con su faceta de escultor de medallas, cosechando éxitos, tanto nacionales como internacionales, que le alzaron como uno de los más prestigiosos medallistas españoles del siglo XX, exponiéndose sus creaciones en las más importantes ferias internacionales de la FIDEM (Federación Internacional de la Medalla).

Calle Manuel Prieto, por el Paseo de los Enamorados.

En 1980 el Ayuntamiento de El Puerto le rinde homenaje poniendo su nombre a una calle En 1986 es nombrado académico de la Academia de Bellas Artes ‘Santa Cecilia’, lugar donde comenzaron sus primeros pasos como artista. Su discurso de ingreso, en 1987,  versó sobre "El cartel, arte y ciencia y lo que sé de su historia", siendo contestado por el académico Juan Ignacio Varela Gilabert.

Al año siguiente, en 1988, se inaugura una Exposición antológica de Manolo Prieto bajo el nombre "50 años de bocetos de carteles y medallas" en el Palacio de Oneto de nuestra Ciudad, y para la que el artista portuense realiza un autorretrato como cartel anunciador de la Exposición. Manolo Prieto hace donación de las obras expuestas al Museo Municipal de la ciudad. Coincidiendo con la exposición se celebra un curso sobre realización de medallas impartido por Manolo Prieto. Esta es la última visita del artista a su ciudad natal.

Hasta días antes de su fallecimiento estuvo trabajando en la colección de medallas sobre las   Comunidades Autónomas de España. Nunca aceptó que un artista se pudiera jubilar, ya que según su pensamiento, un artista siempre debe estar ideando y creando nuevas obras que ofrecer. (Textos: Fundación Manolo Prieto)

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Fernando Mora Eliso nace el 17 de agosto de 1948, hijo del marinero Fernando, natural de Sanlúcar y de la porteña Antonia quienes tuvieron tres hijos: Salvador, Fernando y Pepita (cocinera en el Centro Inglés y, posteriormente del Colegio Guadalete donde ha trabajado, hasta su jubilación, 30 años).

Ese año de 1948 en El Puerto, Fernando C. de Terry se hace con una punta de caballos cartujanos y empieza a crear la famosa ganadería que sería símbolo de sus bodegas. El Club Náutico se refunda en 1948 y se celebra la primera Regata Snipes que se celebra en El Puerto.  Rafael Alberti termina su libro de poemas ‘A la Pintura. Poema del Color y la línea (1945-1948)’.  La población reclusa del tristemente conocido Penal del Puerto fue el 1 de enero de ese año de 245 penados.  Manolo Girón es nombrado sacristán de la Iglesia de San Joaquín. También en 1948, el Racing Club Portuense recibía la visita del Puerto Real, ganando por 5-1. Fueron alcaldes de la ciudad ese año, Joaquín Calero Cuenca y Eduardo Ciria Pérez.

Se cría en la calle Zarza, en el número 25 antiguo, 57 moderno y 65 actual, --donde ‘El Portugués’ tenía una tienda de frutas, chucherías e incluso intercambiaba novelas y tebeos-- y estudiará en el Colegio del Hospitalito, entre los años 1953 y 1955.

LA CASA DE ZARZA.
El investigador Antonio Gutiérrrez ha estudiado la historia de edificio donde nació Fernando y sus moradores anteriores, que se remonta a 1670, cuando Ana de las Casas recibió esta finca como parte de su dote nupcial: “Han pasado familias de la nobleza local, de la clase media y otras –la gran mayoría—muy humildes, a semejanza de una Torre de Babel en miniatura en el transcurso de los lustros. Artesanos, comerciantes, empleados, militares, hombres letrados, industriales, de la mar, del campo…”

La casa se encontraba ruinosa y deshabitada,  siendo reedificada recientemente en su interior por sus últimos propietarios: “En la remodelación del inmueble se ha respetado con fidelidad el aspecto externo de la finca, especialmente su hermosa fachada de cantería, las cenefas y ménsulas de piedra que adornan la portada y el balcón principal, [al que ya le faltaba la visera de pizarra], incluso el diminuto ventanuco o tragaluz lobulado que proporciona luz y ventilación a la caja de escalera, así como la caída a dos aguas de su techumbre.”

Típico posado escolar de una época. Año 1957.

ENCUENTRO CON SAFA.
Un primo de la madre de Fernando trabajaba en el huerto de los Jesuitas y, por su mediación, entrará en dicho centro, tras dos años en el Hospitalito, donde estudiará Primaria. Aún recuerda a sus profesores, Manolo Moreno Romero, Diego Mora y especialmente a Antonio Nogués Ropero que, siempre que podía lo hacía pasar al comedor. Y es que los hijos de las familias más necesitadas tenían plaza fija en el Comedor de las Escuelas, siendo los eventuales los que suplían las faltas; siempre que había una plaza libre –se supone que Fernando ya venía comido de su casa—y a Nogués le tocaba guardia de comedor, señalaba a Fernando, algo que éste aún recuerda.

En el Patio de Talleres de SAFA. Fila superior, de izquierda a derecha, Alfaro Teruel, Gallardo, Blas Lama (+), Fernando Mora, Pepe Pellicer, José María bollullo Barquero, Blas (+). Fila inferior: Juan Flor, Morales, Morro, Zamorano, Villagrán y Carpintero. Año 1965.

ÚBEDA.
En 1965 Fernando estudiará interno en la central del colegio SAFA en Úbeda (Jaen): los dos primeros de la promoción, José María Bollullo y Fernando, fueron los seleccionados. En aquellos años allí se encontraban Macías Camacho, Emilio Mariscal, Juan Yuste Palomeque (que estuvo emigrado en Brasil), Camacho, Ramón Rojas Parrao hoy encargado general de Coca-Cola en Sevilla,… Allí permanecerá por espacio de dos años.

Explotación minera de Alquife (Granada), hoy cerrada.

CONOCE A FINA.
Fernando quería conocer el mundo de la empresa privada antes que el de la Enseñanza. En 1967 marchará a hacer prácticas a una empresa de minería en Alquife (Granada) gestionada por ingleses y conoce a la que será su mujer, Fina, tal día como antesdeayer, fiesta de Santa Bárbara, patrona de la Minería. De ello hace 43 años. Con Fina tendrá dos hijos  y, con ellos se han criado, como si fueran dos hijos también, una pareja de hermanos, negros, de madre sevillana y padre senegalés.

BUJALANCE.
El 28 de diciembre de 1971 fallecerá su padre, contramaestre en un pesquero, a la altura de Villa Cisneros (Sahara Occidental) hoy Dajla. Al año siguiente dejará su estadía en el municipio granadino y el director del centro, Antonio Ariza, le ofrece trabajar en SAFA en la asignatura de Automoción, algo que no supo defender con la suficiente contundencia pues, a instancias del Rector de las Escuelas lo mandan a abrir, como director, el centro de Bujalance (Córdoba), por un año, con la promesa de un próximo destino en El Puerto. Pero lo que iba a ser por un año duró hasta 1983. Allí participaría en una de los dos Experiencias Pedagógicas que la SAFA implantó en Andalucía, además de en Río Tinto, con metodologías diferentes, conciliando la vida laboral de los trabajadores con la de estudio.

Fernando, con papeles en las manos, atiende a José María Cirarda Lachiondo, Obispo de Córdoba, en una visita al centro educativo de Bujalance.

PRIMER TENIENTE DE ALCALDE.
En Bujalance fue impulsor de una Agrupación Independiente de Izquierdas formada por profesores del Centro, que obtuvo mayoría, ocupando la Primera Tenencia de Alcaldía. “Eran tiempos de incertidumbre, pero también de esperanza e ilusión por tratar, desde un puesto de responsabilidad pública, de ayudar a la ciudadanía”. Pero  la política no era lo suyo y lo dejó. De allí se sienten sus hijos.

En El Puerto milita en el PSOE, si bien fue tentado en su día por Hernán Díaz para que se integrara en la candidatura independiente en una conversación que duró hasta las cuatro de la mañana, algo que agradeció pero que declinó, al ser sus ideas de izquierdas. Es un importante activo de la agrupación local socialista pendiente de recuperar para otros cometidos, ahora que cuenta con tiempo suficiente, tras su prejubilación.

Con S.M. la Reina doña Sofía, en una visita al Centro de SAFA en Úbeda. 1986.

Allí, el tiempo que le dejaba libre la dirección, lo dedicaba a impartir clases de Automoción, Tecnología, Dibujo Técnico, Administrativo, … Alumnos suyos de aquella etapa serían el actual Jefe de la Policía Local de El Puerto, Manuel Cuenca Ojeda, natural de Cañete de las Torres, al que trajo a El Puerto y donde vio por primera vez el mar y conoció a la que sería su mujer y donde elegiría vivir. También lo fue  Francisco Carbonero, actual Secretario General de CCOO de Andalucía.

BAENA.
A partir de 1983 el nuevo destino como director será Baena, a 50 kilómetros de Bujalance. Allí Fernando recuerda que fueron tiempos duros: había que sacar adelante un internado con 300 alumnos con edades comprendidas entre los 5 y los 20 años, con escasos recursos económicos. Con el tiempo el internado se iría reduciendo y los últimos internos marcharían al centro de Úbeda.

Con el Príncipe de Asturias, en una visita al Centro de SAFA en Úbeda. 1999.

Precisamente su hijo al que inculcó “el espíritu colaborador y responsable” llegaría a ocupar en las elecciones municipales de 2003 el puesto de Primer Teniente de Alcalde del ayuntamiento de Baena, con Luis Moreno de alcalde –famoso por el debate suscitado en su Ayuntamiento para que se retirara el crucifijo del Salón de Plenos--, que puede verse en YouTube.

HUELVA.
Y en el año de la Expo, en 1992, como cada diez años mas o menos, traslado. A Huelva. Quizás la etapa más plena de Fernando,  quien con 44 años se hará cargo de la Fundación Carlos Díaz (FUNCADIA) colegio hasta entonces regentado por los Jesuitas que pasará a estar dirigido por la SAFA. De un rector a un director. Mucho trabajo, en una etapa en la que la SAFA fue el eje de la sociedad onubense en lo pedagógico, cultural y deportivo. Donde acogían sin fisuras al que llegaba de fuera.

Con el Embajador de Cuba en España y la ONG Cuba 98.

Crea la ONG Cuba 98, para traer a chicos cubanos a España a jugar en los juveniles del Trofeo Colombino. “La primera vez que visité Cuba, recordé la Bahía de los años 50. Supe lo que significaba una cucharada de jarabe para un niño, el pueblo humilde y sencillo que sufre las consecuencias de una política de hiperliderazgo. Aunque sí digo una cosa: cualquier persona que tenga una relación con Cuba siempre tendrá en su mente esta palabra: ayuda. Como la que en otra época nos brindaron los países hispanoamericanos y que hoy hemos de devolverles”.

En 1994, la SER lo nombra personaje del año.

Crea la Escuela de Fútbol ‘Maestro Salvador López’ y un campo de fútbol. Crean una cooperativa economato para los más desfavorecidos, formada por antiguos alumnos, Padre Laraña, en 1994. Y un Grupo de Teatro que todos los años representa con éxito la ópera Jesucristo Superstar, que aún no ha podido venir a actuar a El Puerto pese a los infructuosos intentos de Fernando. Fueron años de madurez y de trabajo satisfactorio. En Huelva todavía es una persona recordada y querida y fue multitudinario su despedida de aquella población.

El alcalde de Huelva, entregándole 'Las Tres Carabelas' en su despedida de Huelva.

REGRESO A EL PUERTO.
Con el cambio de milenio, cambio de ciudad y de centro y regresará a El Puerto en el año 2000, ciudad en la que se prejubilará, también, como director, en 2008. Al igual que en Huelva, abre las instalaciones del centro a la Ciudad –se pone de moda una costumbre perdida hogaño: ceder sus instalaciones como aparcamiento los días de corrida de toros--. A propuesta de la FLAVE, de su presidente Pepe Rodríguez, fue rey Gaspar en la Cabalgata de 2006 y sería nombrado socio de honor de la Asociación de Vecinos Puerto Nuevo.


Rey Gaspar en la Cabalgata 2006, a propuesta de la FLAVE, en la Residencia de Ancianos.

HÉROE DESCONOCIDO.
Algo que pocos saben es que el año de su llegada a El Puerto, viviendo en la calle San Francisco Javier, protagonizó un acto heroico: un niño se deslizaba por entre las rejas del balcón superior de su vivienda.  Alertado por los gritos de su hija, no se lo pensó dos veces y, con 52 años se subió a la baranda jugando con su integridad, logrando salvar al pequeño. Nunca se supo, los medios acataron sus deseos, que él vecino héroe era nuestro protagonista.

NUEVOS TIEMPOS.
En la actualidad pertenece a un equipo de trabajo formado por el Rector, un Director General de SAFA, otro director, el Administrador General y el propio Fernando, cuyo cometido es trabajar en la reestructuración que está experimentando la organización educativa de SAFA, contenidos, objetivos, etc…

Con su familia y amigos de varios centros en Úbeda, recibiendo la medalla de oro de SAFA (solo la tienen Fernando Mora y el Padre Martínez), con sus nietos mellizos, otra nieta, sus hijos, apadrinados y amigos.

Observa mucha diferencia entre El Puerto que dejó en los sesenta y éste de la primera década del milenio: “Si pudiera ahora mismo haría el cambio siguiente: la ciudad de los años sesenta con los avances socioeconómicos y tecnológicos previos a la crisis. El futuro de la Ciudad está hoy en las aulas; tenemos que ponernos de acuerdo familias y escuela en como queremos formar a nuestros hijos; ambas fuerzas tienen que interactuar y no contraponerse”

El 13 de agosto de 1981, va ya para veinte años, la periodista Lola Galán publicaba una crónica de ambiente sobre El Puerto, en El País, con el título: «Puerto de Santa María: el descanso de la aristocracia de la botella. Cuando el atlántico huele a Fino».

«Teresa Osborne, por favor, la llaman por teléfono». Los altavoces de El Buzo, club deportivo y social de la urbanización Vista Hermosa, repiten un par de veces la llamada. Luego, una muchachita rubia, delgada, cubierta con una camiseta, atraviesa la plataforma ardiente al borde justo de la piscina y desaparece por una puerta discretamente. Un grupo de invitados, que obviamente no residen en Vista Hermosa, persigue con la vista a la rubia, mientras a golpe de codo confirman que efectivamente se trata de una Osborne. Con un poco de paciencia, y unos cuantos finos vivificadores, el grupo podrá tropezarse en esa terraza con la flor y nata de las familias de Jerez, Cádiz o de El Puerto de Santa María, tomando un refresco y mirando indolentes la playa de arena blanquísima. Nietas de la frondosa familia del desaparecido José María Pemán, domecqs, osbornes y terrys de piel oportunamente dorada pasan ante sus ojos con majestuosa indiferencia.

Piscina del Club El Buzo. (Foto: Archivo Municipal).

Decenas de imitadores de Bertín Osborne ensanchan sus espaldas nadando a mariposa con leve golpeteo de medallas e insignias al cuello. Como Bertín los hay que han ido arrinconando hasta dejar reducido al esqueleto de una inicial el primer apellido para llegar al codiciado Osborne tranquilamente. La playa de El Buzo no tiene tan siquiera la visión de las playas populares de El Puerto de Santa María, cercanas en kilómetros, pero escondidas en un entrante de la costa. Sólo está al fondo Cádiz, el puerto y la bahía.

Una chica de unos quince años se acerca al grupo de mirones pidiendo fuego para su cigarrillo. En torno a las muñecas lleva varias cadenas de oro con alguna insignia ultra entrelazada.

Para Angel Moresco, director y residente en Vista Hermosa, que ha visto poblarse de niños e infernales jovencitos motorizados estas calles privadas de la urbanización, hoy aquí hay de todo. A pesar de que fueron Osborne los promotores de este recinto, la gente que vive hoy es, en un alto porcentaje, profesionales de alto nivel de vida, ente que viene de Madrid, de Sevilla, de Cádiz, de El Puerto y, claro, también de Jerez. Además, los Osborne que tenemos no están relacionados directamente con las bodegas».

Karina, actuando en una gala en las instalaciones de El Buzo. (Foto: Archivo Municipal).

Soportando el fuego líquido del mediodía. Angel Moresco, amable y eficiente, da unas vueltas a la urbanización, señalando a quienes le seguimos el peligro de los badenes que, con sus buenos centímetros de altura, pueden acabar con los amortiguadores de cualquier coche. «Es que hemos tenido, algún accidente, ya ven que hay muchos niños montando en bici o en moto, y claro, como la urbanización tiene mucho tráfico, existía siempre ese peligro, por eso pusimos los badenes». Pero ni badenes, ni rótulos de propiedad privada, ni guardas, que no desentonarían junto al oso Yogui, han podido evitar que la calle principal que baja directamente a la playa, una de las más hermosas de toda esta costa, esté tan frecuentada como la carretera que lleva a El Puerto de Santa María. Es un concepto nuevo del lujo que llega a paroxismos torremolinescos los fines de semana, cuando a las prolíficas familias propietarias de chalés o apartamentos se suman los innumerables amigos, ya se sabe, la gente es campechana aquí, en el Sur, dispuestos a disfrutar de las delicias de una aglomeración con alcurnia.

UN LITIGIO CON EL AYUNTAMIENTO.
La gente de El Puerto, en cambio, lo tiene difícil. A pesar de los esfuerzos del Ayuntamiento comunista de El Puerto de Santa María, en cuyo municipio se encuentra Vista Hermosa, que ha llevado a juicio a la urbanización acusándola de apropiarse de los caminos públicos que bajaban a la playa, hoy por hoy nadie sin una invitación especial puede llegar hasta ella. El litigio se presenta sencillo, por el contrario, para José Luis Kutz Muñagorri, el propietario del hotel Fuentebravía, que se levanta a muy pocos metros de la barrera metálica que delimita la base naval de Rota.

«Los dos tienen razón», señala, con un gesto conciliador de sus gruesos brazos, este navarro enamorado de Andalucía y casado con una francesa, que parece conocer todas las claves de la vida en El Puerto. «El Ayuntamiento, que, además, tiene muy buena voluntad, aunque no lo esté haciendo demasiado bien, tiene razón; Vista Hermosa cegó un camino público que bajaba a la playa. Pero también la urbanización la tiene, porque las calles son particulares, y la solución para que sigan siendo de uso casi exclusivo de sus habitantes está en dejar libre el acceso a todo el mundo, pero impedirles aparcar abajo. ¡A ver quién es el guapo que es capaz de ir a esa playa si tiene que aparcar el coche dos kilómetros más arriba!».

El Parador de Fuentebravía, en su úlitma etapa.

Un helicóptero sobrevuela la playa de Fuentebravía, donde se bañan unos pocos clientes del hotel. José Luis Kutz, presidente del Centro de Iniciativas del Turismo, vocal nacional de Hospedaje, presidente de la Confederación Empresarial de Cádiz, entre otras muchas cosas, no oculta su desánimo por el descenso en picado del turismo, ni sus críticas ácidas a la actual situación política. De ideas falangistas, el director del hotel Fuentebravía considera que ha sido un gran error por parte de los empresarios europeos el poner sus industrias en manos del petróleo. «Lo que habré luchado yo con mi mujer por este motivo, que si el gas es mejor, que si el fuel, nada, que quería propanizarme hasta la cocina. Pero yo me he mantenido fiel al carbón, que, poco o mucho, por lo menos es la energía que producimos». Carbón que ha sido más fiel que aquella primitiva clientela de americanos, que llegaron a la base de Rota a montar sus Polaris a un costado del hotel. Polaris ya no hay, y americanos quedan pocos.

EL ARRUMBADOR QUE LLEGÓ A ALCALDE.
A pesar de estar en contra de casi todo, José Luis Kutz paga religiosamente sus impuestos al nuevo ayuntamiento comunista, a cuyo frente está Antonio Alvarez Herrera, un antiguo arrumbador de las bodegas de El Puerto de Santa María. A las diez de la mañana entra un bedel delgado en el despacho de su secretaria: «Que llamen a la casa Osborne», anuncia sin más protocolo. Los Osborne otra vez. Aunque se dice que las grandes bodegas van a pique, aunque se destiñe ya el viejo esplendor de los nombres ingleses españolizados, y hasta la casa Terry ha vendido por varios millones de pesetas bodegas, caballos, todo, a una firma catalano-canadiense. (Antonio Álvarez Herrera, alcalde en 1981. Foto: Archivo Municipal).

A las 10.05 horas ha llegado el alcalde, con un traje de safari adaptado posiblemente a la jungla tórrida de El Puerto de Santa María, ciudad de cien palacios en ruinas, como rezan los carteles colocados por la Delegación de Cultura del nuevo Ayuntamiento en cientos de muros. Sobre la mesa de madera noble, el retrato del rey Juan Carlos se ha desplazado galantemente ante la imagen de la Milagrosa, la patrona de El Puerto. En la pared de enfrente, amorosamente enmarcado, hay un verso de Alberti, a quien el Ayuntamiento va a dedicar una casa-museo, en el que Juan Panadero saluda a los «nuevos alcaldes de Andalucía».

«Que han llamado de la casa Osborne». La joven secretaria, que ha venido de Madrid, transmite el mismo mensaje. «Contra lo que pudiera parecer, no hemos notado ninguna actitud saboteadora, ni nada parecido, por parte de la burguesía de El Puerto», aclara Antonio Alvarez. «Incluso han venido a explicarme sus planes de cerrar algunas bodegas de las que se visitan, y yo sencillamente les he dicho que toda mi vida, desde pequeño, estoy acostumbrado a este paisaje de bodegas, y que El Puerto es una ciudad turística y hay que mantener su personalidad y su belleza, y me han dicho que sí, que de acuerdo, y han salido por esta puerta tan amigos". (Textos: Lola Galán).

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Enrique Pedregal Valenzuela nace en 1937 en el número 7 de la calle San Juan, quinto hijo del matrimonio formado por Enrique Pedregal, natural de El Arahal (Sevilla) y de la jerezana Ángeles Valenzuela Carribero. Los hermanos Paquita, Conchita, Eugenio, Miguel, Enrique, José María y Angelita serían los hijos de tan numerosa familia. Enrique viviría, a lo largo de su vida también en la calle La Palma, Nevería, San Bartolomé, San Sebastián, Santa Luciía y, desde 1980, en la esquina de Santo Domingo esquina y vuelta con San Bartolomé.

En 1937, año del nacimiento de Enrique, fueron alcaldes de El Puerto, Francisco Quijano Rosende y Antonio Rives Brest. Rafael Alberti publica ‘De un momento a otro’. Llega a El Puerto el músico Francisco Dueñas Piñero, que entra a prestar sus servicios en el Ayuntamiento. El General Modesto mandaba la 4ª División del Cuerpo del Ejército de Madrid. El 14 de enero fallecía en El Puerto, José A. Ruiz de Cortázar y Sanginés, Interventor de Fondos del Ayuntamiento, casado con Luisa Tosar y Zurututza. Fueron fusilados, en el término de El Puerto, la madrugada del 4 de enero, Luis García Sahagún, maestro nacional y ex-primer teniente de alcalde del último ayuntamiento republicano de Sanlúcar, junto a él, el hijo el ‘Quincallero’ de la Plaza de San Roque, ‘el Manga’, secretario que fue de los viticultores y ‘el Chato de la Dehesa’ padre, todos ellos de Sanlúcar. Al mes siguiente, en febrero, el General Franco le concedía la Medalla Militar individual al falangista Fernando Zamacola. El alcalde socialista de Torre Alháquime Pedro Pérez Álvarez fue condenado a muerte y fusilado en El Puerto el 2 de julio de ese año.

Imposición de la insignia de la Juventud de Acción Católica en San Joaquín, con Don Luis Bellido y Luis Almansa.

Estudió en La Divina Pastora, en la calle Luna y con D. Juan ‘el Cojo’, y más adelante en Campano (Chiclana) interno, donde coincidiría con Pepe Macías, Pedro Gutiérrez Maza, Manuel Villanueva entre otros. De vuelta a El Puerto, estudia en La Pescadería, donde coincidirá con Joaquín Solís, Pepe Alba, Antonio Benjumeda, Pepe Crespo, … hasta reválida de sexto, quedándose como profesor, donde permanecerá por espacio de 7 años, dejando la docencia el primer año en el que este colegio se traslada a los Jesuitas, por incorporación al negocio familiar de los muebles.

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Trabajando en la mesa de despacho de su padre, que todavía conserva.

Huérfano de padre desde los 13 años, Muebles Pedregal era llevado por su viuda, Ángeles Valenzuela, una trabajadora infatigable, que a veces no dormía de noche, trabajando, para poder cumplir los compromisos y sacar a tan numerosa prole adelante, que además regentó un almacén de Ultramarinos en la esquina de San Bartolomé con Federico Rubio, donde está el Bar Triana.

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Durante unas maniobras, haciendo el Servicio Militar.

Hijo de viuda, trabajando, pidió varias prórrogas posponiendo el Servicio Militar que acabaría haciendo en la sede central del Ministerio del Ejército en Madrid, con 26 años. Recuerda Enrique que allí se comía y se vestía bien –estamos en 1963--, dando clases por las tardes a los que no sabían leer y escribir. Su destino final sería como administrador de diferentes campamentos. Era ministro del Ejército por entonces Camilo Menéndez. De su don de gentes queda la anécdota de que acabaría tomando copas con el ministro en una cafetería cercana al ministerio.

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Con su novia, Milagritos Cárave, con la que ya casado tendría cuatro hijos.

Se casa en 1966 con Milagros Cárave García y se va a vivir a la casa familiar en San Bartolomé, frente a la portada barroca del Instituto Santo Domingo. Con Milagros tendrá cuatro hijos que le han dado nueve nietos.

HERMANDAD DEL OLIVO.
En 1960 se suma a la iniciativa de aquellos cuatro jóvenes que la tarde del Domingo de Ramos de 1960 de fundar una nueva hermandad en El Puerto, El Olivo, que este año ha cumplido los cincuenta de existencia. Formó parte de aquellos 20 hermanos que, aportando cien pesetas cada uno, conseguirían adquirir los enseres imprescindibles para sacar, al año siguiente la Hermandad a la calle. Y recuerda a Luis y Enrique Ortega, Chemari Gutiérrez Colosía, Antonio Herreros, … Para sacar adelante la Casa de Hermandad de la calle San Sebastián, --las Escuelas Pías de la Aurora—se organizaron diversas campañas: la Operación Ladrillo, la Operación Vigueta. Estuvieron incluso a punto de comprar la Iglesia de las Capuchinas al promotor inmobiliario Fernando Medina, de FERMESA, operación que no cuajaría. Enrique Pedregal fue Hermano Mayor de El Olivo durante un mandato.

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En la Feria, de izquierda a derecha, María del Carmen Gómez, Antonio Romero Castro, Enrique Pedregal, Milagros Cárave, Paquita Fernández Vélez y Antonio Otero, de Obras Públicas.

HELO LIBO.
Con Antonio Romero Castro se puso a la faena de montar una caseta en la Feria de Ganado –la versión de día de la Feria de Primavera— en el Palmar. Pusieron de moda la venta de tickets usando para ello el kiosco que se utilizaba para la venta de tickets en las Carreras de Caballos de Valdelagrana. Aquellos fueron vinos de Jiménez Varela los que se llevaron a la Feria.

Al año siguiente, fueron a un sitio mejor, con la caseta más amplia, llegando a vender 1000 medias botellas de Fino Quinta, que costaba entonces 25 pesetas. Ese año inventaron los tickets vendidos antes de la Feria. Y ya desde siempre llevarían los vinos de Osborne.

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El año del Pregón de Helo-Libo, de izquierda a derecha, Juanin Varela, Juan Durio Siloniz, Enrique Pedregal, Paco del Castillo, Manuel Martínez Alfonso y, de espaldas, Ventura Lozano Moreno.

En 1992, conocedor como nadie de la historia de la caseta y de la Feria, pregonó el Decimoprimer Pregón de El Olivo, cuya caseta ya había conocido otras ubicaciones: 2 en El Palmar, 1 en Crevillet y 2 en Las Banderas. Artífice del palabro ‘Helo-Libo’ lo que viene a significar ‘Aquí Bebo’, recuerda como se popularizaron en Crevillet los pollos asados y la venta de lechugas aliñadas en el interior de la Caseta. Y rememora cuando el torero ‘El Viti’ reapareció en El Puerto durante la corrida de Feria: dos autobuses de Vitigudino (Salamanca) habían venido a verlo, pero estuvieron tan a gusto en la Feria que no pisaron la Plaza de Toros y se enteraron del festejo por la crónica radiada de D. Manuel Rosales, ‘Don Puyazo’.

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En 1995, en la Caseta de Helo-Libo, con algunos prgoneros de la fiesta:   Juan Ignacio Varela Gilabert, Manuel Martínez Alfonso, Serafín Álvarez-Campana Gaztelu, Francisco del Castillo-Merino Tellería, Juan Durio Siloniz, Luis Suárez Ávila, Enrique Pedregal Valenzuela, Jesús Nogués Ropero, Venancio González, Antonio Muñoz Cuenca y Juan Villarreal Panadero, conjuntamente.

GRANDES ALMACENES.
Los principios de la tienda, cuando los muebles llegaban en bruto y había que terminarlos en el almacén, son memorables. La casa de la calle Nevería habaía pertenecido al padre del poeta José Luis Tejada –don Felix Tejada—y, aunque primero estuvieron de alquiler, será a finales de la década de 1950 cuando adquieren la propiedad del edificio. Aprovechando un viaje de la matriarca a Barcelona, Enrique desmontó la vivienda familiar y también la usó como zona de exposición. Se incorporan al negocio su hermano Eugenio, que vivía y trabajaba en Barcelona y su cuñado Benjamín Lora. Habían nacido los nuevos Muebles Pedregal y se quintuplicaron las ventas.

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Con 'la competencia' los hermanos Diego y Antonio Pantoja del Puerto, tomando una copa de Fino Marinero.

Durante un tiempo existieron en El Puerto dos grandes casas de venta de muebles: Pedregal y Pantoja en la calle Larga; mas adelante vendrían Mobilandia y otros. José Pantoja, natural de Medina y padre también de una prolífica descendencia, tenía un estudio de fotografía en la calle Ganado. Era curioso observar como, en la propaganda en los cines, y luego también en letra impresa en los periódicos de la época, el eslogan publicitario que promocionó Enrique era: “Si, pero… Muebles Pedregal es mejor”, algo que hacía sin meterse con nadie, pero en clara alusión a la competencia, algo prohibido en la normativa publicitaria española. El logotipo de la firma era la ficha del Dominó del 3 doble, y en las esquinas del centro se podían ver las ofertas anunciadas en una especie de cartelera de cine, en este caso, de muebles.

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En la Base Naval de Rota, recibiendo la acreditación como único miembro civil del Club 'Hay Motivo'.

LA RECONVERSIÓN.
El edificio emblemático de cuatro plantas de la calle Nevería se construiría en el solar que dejó la casa en 1972 y que traería la transformación, muy de la época, hacia un nuevo concepto, el de Gran Almacén. Ya no solo se atiende al particular sino a los promotores inmobiliarios de la zona que entregan apartamentos amueblados. Luego vendrían organismos oficiales y grandes colectivos: la Base Naval de Rota, los Cuarteles de Infantería de Marina de San Fernando, el Cuartel de la Legión en Ronda, Diputación, ayuntamientos, … Todo desde la calle Nevería. La empresa llegaría a tener a 35 trabajadores en plantilla y una importante flotilla de vehículos, además de almacenes fuera de la sede central de Nevería.

Las grandes superficies, la competencia salvaje desde otros grandes almacenes de la provincia e incluso fuera de ella llevan a la reconversión de Muebles Pedregal que se acaba deshaciendo del inmueble de Nevería, que venderá al Ayuntamiento y hoy es sede del Área de Bienestar Social. La firma se traslada a la Plaza de Isaac Peral y luego a Nevería, muy cerca del antiguo Ayuntamiento, cesando en la actividad en la última tienda que tuvo hasta hace algo más de un año en la calle Luna arriba y unas naves en los Polígonos Industriales. Su hijo Eugenio continúa con la actividad de los muebles como delegado en Andalucía de importantes firmas de muebles de oficina e industriales.

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Durante una procesión del Corpus, la Corporación Municipal bajo mazas, a su paso por la Plaza de Isaac Peral. De izquierda a derecha, Federico Aguirre, Oficial Mayor y los concejales Antonio Benjumeda Abreu, Francisco Manzano Ortega, Juan Ponce, Enrique Pedregal y Antonio Cólogan. Detrás las representaciones de la Guarcia Civil, Capitán Luis Fiteni, la Marina, el Ayudante Manuel Sañé Mateo y el Juez de Primera Instancia, José Luis Suárez Gutiérrez,, acompañando al alcalde Terry Galarza; detrás de éste el comandante de la Policía Municipal, Manuel López.

EL TERCIO FAMILIAR.
Entre 1948 y 1973, se celebraron nueve elecciones de concejales en los municipios españoles. Los ayuntamientos de la etapa franquista estaban constituidos por concejales procedentes de tres sistemas de acceso al cargo o bloques: el tercio familiar, entre personas conocidas con algún tipo de trayectoria en El Puerto que se presentaban y podían ser votadas, exclusivamente, por los cabezas de familia, pero que tenían que cumplir algunos requisitos (en 1968 se reformó la ley y las mujeres casadas pudieron ser elegibles y electoras en los comicios de concejales del tercio de representación familiar, pudiendo ejercer este derecho en las municipales de 1970 y 1973); el tercio sindical, que eran los concejales elegidos por los sindicatos verticales;  y el tercio a propuesta del Gobernador Civil que conformaban los ediles designados por los dos grupos anteriores entre vecinos miembros de entidades económicas, culturales o profesionales de la localidad, o entre vecinos de reconocido prestigio. Los propuestos, como se ha dicho, lo eran por el Gobernador Civil de la Provincia, a su vez Jefe Provincial del Movimiento, que era quien, además designaba al alcalde. Ese tercio familiar fue el primer resquicio de democracia aparente, por el que empezaron a entrar en los ayuntamientos personas que no eran afines al régimen y con otro tipo de inquietudes.

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Jurando su cargo como concejal. De izquierda a derecha, Alfonso Osborne Vázquez, Carlos del Poyo Navas, Fernando T. de Terry y el Secretario General, Jaimen Fernández Criado. 1973.

Enrique entró como concejal en el Ayuntamiento por el Tercio Familiar en 1973, siendo el más joven de la Corporación con 35 años, junto a Manuel Martínez Alfonso, catedrático de Instituto y Manuel Pérez Pichaco, exportador de pescados, siendo alcalde Fernando T. de Terry Galarza y permaneciendo en la corporación hasta el final de los ayuntamientos franquistas, en 1979; en esos años, en plena Transición Política, se cambiarían las normas de acceso a la alcaldía, siendo el alcalde elegido por los concejales en lugar de por el Gobernador Civil.

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Como concejal de Transportes, acompañando a Fernando T. de Terry y a un joven presidente de la CEA, Gerardo Díaz Ferrán, inaugurando la nueva flotilla de auobuses urbanos.

ALCALDE (1978-1979).

Enrique ocuparía diferentes concejalías así como la Cuarta Tenencia de Alcaldía hasta llegar a la Primera. Entre sus responsabilidades como edil tuvo las de Urbanismo, Tráfico y Policía, Hacienda, Abastecimiento de Aguas, Trasnsportes, Polígonos Industriales, Matadero… fueron siete años de intensa vida municipal en las que tuvo como presidente de la Corporación Municipal además de a Terry, a Manuel Martínez Alfonso y a Javier Merello Gaztelu, al que sustituyó por fallecimiento de éste en Octubre de 1978.

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El alcalde Enrique Pedregal se dirige a los detallistas del Mercado de la Concepción, ante la presencia de miembros de la Corporación, con motivo de la Festividad de dicho centro. De izquierda a derecha, Rafael Moreno Porto, Francisco Sara, Federico Aguirre, Agustín 'el Sanluqueño', Manuel Gutiérrez 'el Cochino', Pedregal, Rafael Sevilla López, Juan Ponce y Juan Martín Vélez.

En aquellos siete meses recuerda que se daría licencia al Casino Bahía de Cádiz, se remodelarían las Plazas del Polvorista y de la Herrería y administraría los escasos recursos de que disponía en una institución abocada al cambio. Se pasaba el día en el Ayuntamiento y es que se llegaría a conocer el funcionamiento de la casa, por dentro. Permanecería en el cargo hasta las elecciones municipales que trajeron los ayuntamientos democráticos con la elección de Antonio Álvarez Herrera el 19 de abril de 1979.

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En la imagen, con Juan Manuel Torres, cediéndole terrenos del Patronato de Vivienda para uso municipal.

PATRONATO DE LA VIVIENDA.
Para Enrique, lo mejor que le pasó a El Puerto para la erradicación de la infravivienda y la creación de las primeras viviendas en propiedad para muchos trabajadores porteños. Formó parte del Patronato de la Vivienda ‘Virgen de los Milagros’ con Fernando T. de Terry. El alcalde era a su vez el presidente de dicho organismo. Enrique, tras su paso por la alcaldía y como todos los que habían sido alcaldes con anterioridad, pasaban a ocupar una vicepresidencia en el Patronato, así que fue vicepresidente de Antonio Álvarez Herrera, primer alcalde del actual periodo constitucional. Los nuevos ayuntamientos, ya con Álvarez fuera de la alcaldía e incluso fuera del Patronato, se desentendieron del organismo, incluso se llegó a crear otro de nombre parecido y una empresa municipal Suvipuerto, que es la que tiene ahora las competencias en la creación de viviendas sociales. Al aparecer Suvipuerto, con Enrique como presidente final, se liquidaría el patronato, repartiendo los activos económicos, según disponían los estatutos, en centros sociales: Cruz Roja, Apadeni, Lucha contra el Cáncer, Sol y Vida, Asilo de Ancianos, etc… hace aproximadamente cinco años.

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Enrique y Milagros, durante las Bodas de Plata matrimoniales, apradinados por sus hijos.

ASOCIACIÓN DE EMPRESARIOS.
A finales de la década de 1980 crea junto a un grupo de emprendedores, la Asociación de Empresarios de El Puerto de la que resultaría elegido su primer presidente, repitiendo durante varios mandatos. Martillo del gobierno local socialista, le llegaría a decir al alcalde Torres: “--Me voy a convertir en tu Pepito Grillo”. Bien es cierto que se entendería mejor con el alcalde independiente que saldría de las urnas de 1991, Hernán Díaz, al que apoyó en su candidatura doblemente: retirando una iniciativa para la creación de un partido local, auspiciado por el propio Pedregal y otro ex alcalde Fernando T. de Terry y ayudando económicamente, como otros empresarios a aquel partido que nacía en 1990.

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