El periodista Dionisio Pérez, hijo del maestro Rafael Pérez Cruces, natural de Campillos (Málaga) y de Francisca Gutiérrez Álvarez, natural de Grazalema, donde nació en 1871, pasaría a vivir desde muy temprano en nuestra Ciudad: El Puerto de Santa María, hasta el punto que el propio Dionisio se consideraba hijo de El Puerto, donde residió con sus padres y hermanos. Fallecereía repentinamente en Madrid en 1935, llevándose una frustración este escritor y político, fue diputado a Cortes: no conseguiría ingresar en la Real Academia de la Lengua Española. Obtuvo el Primer Premio de Periodismo 'Mariano de Cavia' insituido por ABC en 1929.
Los estudios los realizó en el Colegio de los Jesuitas, manifestándose desde sus inicios como un aventajado alumno y muy inteligente. Siendo muy joven colaboró en el Diario de Cádiz y llegó a fundar la Revista Portuense (1889), y dirigir una publicación con el título La Dinastía, una hoja “febril y violenta, con la pretensión de combatir el caciquismo de El Puerto de Santa María”. Llevó adelante diferentes y sensacionalistas campañas contra el caciquismo imperante en la época en la provincia. Parocinó la candidatura política de Isaac Peral y se distinguió como orador político ardoroso y violento, hasta el punto de ser procesado.
En la fotografía de debajo, en el Colegio San Luis Gonzaga1. Juan Ramón Jiménez; 2. Pedro Muñoz Seca; 3. Fernando Villalón; 4. Dionisio Pérez. Al lado de Villalón, a la derecha de la Virgen, Francisco Ciria y Vergara de la Concha. En la fila de abajo, segundo por la derecha, Juan Ávila González. (Foto Colección LSA).

En 1891 se trasladó a Madrid. fue redactor de los más importantes periódicos de aquella época. Su labor periodística era inmensa. Hizo célebres, además de su nombre, sus seudónimos «Mínimo Español», «Amadeo de Castro» y «Martín Ávila» en El País, Heraldo de Madrid, El Globo, El Correo o La Iberia y en las revistas de Prensa Gráfica y en las columnas de El Sol y La Voz.
ABC recogía en una hagiografía de la época: "Sus ideas republicanas le llevaron una larga etapa a El País, donde compartía con Ricardo Fuente la orientación del periódico. Pasó luego al Heraldo de Madrid, en la gran época del Heraldo, y fue el articulista predilecto de Canalejas. Madrugadores ambos, se reunían, a las seis de la mañana, y Canalejas le sugería el artículo, que luego iba a manos de Augusto Figueroa, único enterado de quién era el autor de las cuartillas. Aún le quedaba tiempo para sus colaboraciones de provincias y para aportar su ayuda a Mencheta. Como antes, y como siempre, en aquellos tiempos Dionisio Pérez trabajaba doce horas diarias. Del Heraldo pasó, con Figueroa, al Diario Universal. Poco después le llamaba a su lado Gasset, confiándole el primer puesto que había dejado vacante el insigne Troyano.

DIPUTADO AL CONGRESO
Conservaba como reliquia de su mocedad la fobia contra la política caciquil El Puerto de SAnta María. Canalejas quiso satisfacerle con la mejor ocasión de desquite y le proporcionó el acta por aquel distrito. Su gestión fue tan popular y tan certera que en las Cortes siguientes obtenía la reelección, sin que él la trabajase ni la solicitara. Pero los bastidores de la política le habían decepcionado; comprendió que aisladamente nunca conseguiría emancipar a su tierra de la influencia de los primates de Madrid y renunció el acta. Ya no volvió a poner, un pie en el Congreso; para él fue la política en lo sucesivo una abstracción romántica. Su ilusión era la República federal y se afilió al partido de los sucesores de Pi, bien que platónicamente, sin exhibiciones ni apetencias."
Al mismo tiempo su capacidad de trabajo se desbordaba hacia Ultramar. Mandaba colaboraciones especiales a El País, de la Habana, y a El Diario Español de Buenos Aires., donde los porteños acogían con veneración su escritos. Siempre sus campañas aparecieron animadas por un fervoroso espíritu liberal al viejo uso. Su ofensiva contra la usura y su apología de Bolívar le situaron en el plano más destacado de la consideración pública.
Al mismo tiempo realizaba una brillante obra puramente literaria, entre la que figuran libros de valor tan estimable como la novela La Juncalera, con personajes y ambiente porteño. (En la imagen reproducción de la portada de "La Juncalera". Edición facsímil de la obra editada en Barcelona en 1902. Colección Biblioteca de novelistas del siglo XX. Estudio crítico de Manuel Pacheco. Academia de BB. AA. Santa Cecilia. Imprenta Bollullo. El Puerto de Santa María, 2006).
Otra novela fue 'Jesús' y el tomo de crónicas de viajes 'Por esas tierras'. En la última época publicó la novela El cendal de la vida, Guía del buen comer, Daniel Vierge, el príncipe y el renovador de la ilustración moderna, La Dictadura a través de las notas oficiosas y El enigma de Joaquín Costa.
Durante el año 1928 realizó una excursión por tierras cubanas, donde en conferencias y artículos desarrolló una meritorio labor de exaltación de los valores de España.
En 1930 fue propuesto para ocupar el sillón vacante en la Academia de la Lengua por la muerte de otro insigne periodista, «Andrenio». Cuando numerosos periódicos de provincias, en cuyas columnas diariamente colaboraba Dionisio Pérez, preparaban un homenaje en su honor, le ha sorprendido la muerte el 23 febrero de 1935.
PROLÍFICO AUTOR
En muchas ocasiones, cmo ya se ha señalado, Dionisio Pérez firmaría además con estos otros pseudónimos: Pedro Recio de Tirteafuera, ,Martín de Ávila, y Post-Thebussem, este último para sus obras de tema gastronómico, en homenaje y reconocimiento al gran polígrafo y gastrónomo Mariano Pardo de Figueroa, conocido por Doctor Thebussem, dando muestra del enorme ingenio y capacidad de trabajo que poseía. Los libros de Dionisio Pérez sobre cocina han sido reeditados y se pueden incluso comprar en la página Derecoquinaria.
PRESIDENTE DE LOS COCINEROS CATALANES.
También realizó la edición de El Libro de Guisados de Ruperto de Nola (siglo XV-XVI) en cuya introducción y anotaciones demuestra los enormes conocimientos que poseía en dicha materia. Fue publicada en 1929 en la Colección Los Clásicos Olvidados a requerimiento de su director, Pedro Sáinz Rodríguez. Su relación con la gastronomía y cocinas españolas le procuraron no pocas relaciones y distinciones. Entre todas la que más apreciaba, además del homenaje que recibió junto a Teodoro Bardají y Alberto Insúa por el Sindicato Libre Profesional de Cocineros de Madrid, era la de Presidente Honorario de la Asociación Profesional de Cocineros de Cataluña. Algunas de sus numerosas colaboraciones de tema gastronómico o alimentario dieron lugar a una obra de carácter póstumo, La cocina clásica española (1936), editada por su viuda con la colaboración y prólogo de su amigo el novelista y también columnista Alberto Insúa, reeditada por La Val de Onsera.

En la imagen, acto celebrado el 30 de abril de 1929 en el Hotel Florida (Madrid) con motivo de la entrega un homenaje a Teodoro Bardají -recibe el cuadro en su derecha-, a Alberto Insúa, y a Dionisio Pérez quien aparece en el centro de la imagen con sus características gafas oscuras-. Dicho acto estaba promovido por el Sindicato Libre Profesional de Cocineros de Madrid.
Para otro estudioso de su obra, José María Pisa: «Fue un notable periodista, político (en dos ocasiones diputado) y escritor que probó diferentes géneros. Como periodista de información y opinión destacó pronto, y se hizo un hueco importante en Madrid. Como gastrónomo también sobresalió como pocos de su tiempo, pero el valor de sus escritos y de sus opiniones se fundaban en el reconocimiento que como periodista y escritor había adquirido, de modo que sus crónicas gastronómicas, sus artículos de fondo, sus ediciones de libros complementaban su labor de escritor y periodista en los diferentes medios para los que trabajó. Hay que tener en cuenta que sus crónicas se reproducían en muchos periódicos españoles y en los más importantes de Hispanoamérica, donde era muy conocido. Como ocurre hoy, sus “padrinos” no consiguieron que llegara a ocupar el deseado sillón en la Academia Española de Lengua. La “ suerte” declinó la balanza hacia otros con mejores apoyos.»
GUÍA DEL BUEN COMER ESPAÑOL.
En 1929, editada por el recién creado Patronato Nacional de Turismo, dio a la luz una obra, fruto de un laborioso trabajo de campo, a través de numerosos amigos periodistas, cocineros, o secretarios de ayuntamiento, etc. bajo el título ‘Guía del buen comer español: inventario y loa de la cocina clásica de España y sus regiones’, verdadero retrato de la España gastronómica, donde capítulo a capítulo, encabezados por las diferentes regiones españolas resume con pluma fina y cuidada lo mejor de la gastronomía de cada región, cuya suma constituye la gran cocina española. El índice de la obra no puede ser más completo: La cocina nacional española. La cocina arábigo-española. La cocina post-colombina. La cocina española moderna. La cocina extremeña. La cocina andaluza. Las cocinas de Sevilla y Huelva. La cocina gaditana. Las cocinas de Málaga y Granada. Las cocinas de Córdoba, Jaén y Almería. La cocina levantina. La cocina catalana. La cocina aragonesa. La cocina navarra. Las cocinas vasca y santanderina. La cocina leonesa. La cocina asturiana. La cocina gallega. Las cocinas de Castilla la Vieja. El garbanzo en el meridiano de Madrid. En un lugar de La Mancha. Las cocinas balear y canaria. (En la web de Re Coquinaria se encuentra una edicción facsímil).
LUTO Y DOLOR.
El diario 'El Sol' de Madrid, relata una última crónica de Dionisio Pérez, en su edición del 24 de febrero de 1935, con moivo de su fallecimiento: "Acaba de realizar el tránsito definitivo el que fue ilustre periodista D. Dionisio Pérez. Su cuerpo, en el que hace unos momentos alentaba el calor de la vida, aparece rígido y frío en la estancia, sobre el lecho familiar. Le rodean sus deudos afligidos, sus amigos íntimos y algún admirador a cuyos oídos ha llegado la triste noticia. —Alguna vez –nos informa uno de sus hijos– nos habló de la muerte. «Moriré, nos decía, sin ruidos ni molestias para nadie. Un día moriré trabajando.»
La predicción se ha cumplido. Ayer se levantó a la hora acostumbrada: las dos y media de la madrugada. Aquí en este despacho, modesto y casi pobre, se puso a trabajar. En el fondo, la estantería repleta de libros, en cuyo entrepaño más alto un busto de Galdós modelado por Victorio Macho sonríe con su sonrisa de hombre bueno y comprensivo. Montones de periódicos sobre estantes y mesas, dos máquinas de escribir. Los libros todos que rodean a D. Dionisio son de consulta.
Desde primeras horas de la madrugada hasta las dos de la tarde el veterano periodista trabaja. Escribe con una letra clara y en tinta roja cuartillas y cuartillas. Su secretario nos dice. —Venía a escribir todos los días de cincuenta a sesenta cuartillas. Artículos para los periódicos de provincias; sus famosas «Informaciones comentadas», donde un espíritu eternamente joven se desbordaba en generosidades y exaltaciones de hombre que busca el bien de su patria.
Acababa de publicar la biografía de Isaac Peral. Una gran ilusión le embargaba: preparaba los materiales para ponerse a escribir la biografía de D. Benito Pérez Galdós. Sobre una mesa, un montón de ejemplares de su último libro, con las páginas húmedas aun de tinta de imprenta. —De este libro se mostraba muy satisfecho D. Dionisio. Pero lo que le entusiasmaba era la idea del otro libro sobre Galdós. Fueron grandes y entrañables amigos. Don Dionisio adoraba la genial obra galdosiana.
EL TRÁNSITO.
En la tarde de ayer, D. Dionisio Pérez cambió un poco el programa de su vida diaria. Las tardes las dedicaba a la peregrinación por las librerías, a visitar a algún amigo, a pasear. Pero en la tarde de ayer hubo de asistir a un bautizo. No era un hombre religioso, más si comprensivo y tolerante. Con su espíritu se apaga una antorcha más de aquel liberalismo generoso de los hombres preclaros del siglo XIX. Asistió al acto mencionado y se sintió repentinamente enfermo. Se dirigió a su casa. Y allí murió víctima de la acción fulminante de una angina de pecho. Momentos después la noticia de su óbito llegaba a los centros periodísticos. Luto y dolor."

LA REVISTA PORTUENSE.
La Revista Portuense nace en 1889. Se le ha considerado de línea editorial conservadora, en su primera época liberal, acorde con la mentalidad de la clase media española y portuense de la época. En el Archivo Municipal se conservan las ediciones desde 1891 a 1938. Fue donada por Francisco Pérez Pastor en 1973 a la Biblioteca Pública. Ha sido digitalizada recientemente.
El 28 de octubre de 1889 se dio conocimiento a la alcaldía de la publicación de un periódico llamado Revista Portuense, que había de ver la luz los días 1, 8, 15 y 23 de cada mes, por lo tanto, tendría una periodicidad semanal, al principio. Se imprimiría en el almacén de los señores Pérez Hermanos, en calle Larga 116. Su fundador fue Dionisio Pérez Gutiérrez, que tenía entonces 18 años. Su interés por el periodismo le hizo ser redactor de Diario de Cádiz ese mismo año. El 23 de septiembre de 1890, casi un año después del nacimiento de la Revista, ésta se convierte de semanario en diario.

La fotografía tiene 103 años. En ella aparece la redacción de la Revista Portuense, sentados de izquierda a derecha: Mariano López Muñoz, andalucista y socio fundador de Racing Club Portuense; Luís Pérez Gutiérrez, propietario de la publicación; Manolo Soto, Javier Caballero, Antonio Peñasco y de pie junto a éste, el comediógrafo Pedro Muñoz Seca. (La foto es del año 1907 y pertenece a la Colección Pérez Pastor).
Pocos años estuvo al frente de la revista pues en seguida marchó a Madrid. Desde 1891 ya estaba publicando artículos en El Heraldo, El País, La Iberia, Diario Español, El Correo u otros periódicos nacionales, muchos de esos artículos eran enviados a Revista Portuense y publicados en ella. Otros directores de Revista Portuense fueron: José Mª Moreno en 1890, en diciembre de este año toma el relevo Carlos Hernández hasta el 4 de febrero de 1891, le sucede entonces hasta el 17 de octubre de 1891 Manuel García Ramírez, le sigue José Carrajal García hasta el 18 de enero de 1893, fecha en que ocupará el cargo Luis Pérez Gutiérrez. Más tarde, ya en 1936 su director fue Francisco Pérez Pastor.
En 1891, en el primer número lleva la cabecera de Revista Portuense con la leyenda ‘Periódico Independiente y de intereses materiales y especiales’. En 1897 cambia a ‘Diario de la Mañana. Extensa Información Telegráfica’, con la variante de ‘Información Local y Telegráfica’ al inicio del siglo XX. En 1908 la leyenda del encabezamiento definía a la Revista Portuense como ‘Perioódico Político y Literario’, cambiando 3 años mas tarde, en 1911 a ‘Periódico Literario y de Intereses Generales’ para, definitivamente adoptar el escueto ‘Periódico de la Mañana’ a partir de la década de los años veinte del siglo pasado.

En la imagen aparece Dionisio Pérez a la derecha, con sus gafas oscuras, con Alfredo Hornedo Suárez, personaje singular, dueño y director del diario El País de La Habana, a quien Dionisio Pérez reclamaba habitualmente sus honorarios, y que dada su súbita muerte dejó una importante cuenta por satisfacer el tal empresario. Dionisio Pérez viajó a La Habana, pero también se vieron en París, donde les obsequió con una comida en la que degustaron una garbure, según cuenta, con alguna retranca, en la Guía del Buen Comer Español. (Texto de la fotografía: José María Pisa).
Su periodicidad al principio era semanal, después diaria, excepto los lunes. En 1938 tuvo un periodo trimestral. La tirada en sus inicios era de 200 ejemplares. Su precio de 10 céntimos ejemplar, suscripción al mes de 2 pesetas hasta 1920; 2,50 desde 1920 hasta 1938. Número de páginas, primero dos, luego cuatro. Su tamaño variaría con el tiempo. Cuando fue semanario: menor a 42 cms., después 42 cms. y de 48 a 50 cms. según las épocas. Las cabeceras también variaron según las circunstancias políticas. Ha tenido cuatro y cinco columnas.
En ella colaboraron importantes firmas como el propio Dionisio Pérez, José Navarrete, Pedro Muñoz Seca, Mariano López Muñoz, Rafael Alberti, Francisco Hohenleiter, Luis Suárez Rodríguez, Augusto Haupold, Hipólito Sancho Mayi, Blas Infante, Francisco y Luis Pérez Pastor, Luis de Lassaletta, etc.
El día 17 de abril de 1936, tras ser asaltada la redacción del periódico el día anterior, la revista interrumpió su edición. El 8 de septiembre del mismo año, festividad de la patrona, se reanudará la publicación. En 1938 cierran definitivamente los talleres y deja de publicarse. (En la ilustración, caricatura de Dionisio Pérez, realizada por Tovar).


FILOSOFÍA DE NOISE.




LOS CLIENTES.



Franco Policastro Iuzzolino nació el año que Luchino Visconti estrebana ‘Noches Blancas’, en 1957. Natural de San Gregorio Magno (Salerno) Italia, hijo de Giuseppe y María Antonia y primero de cuatro hermanos, allí pasó su infancia.









El crítico de arte del Grupo Joly, Bernardo Palomo, dice de nuestro artista: «El Arte Contemporáneo mantiene unos esquemas abiertos que dejan a un lado posturas tan inflexibles como la disciplina de lo concreto, la dictadura de la técnica o el patrimonio de la mimética realidad; por el contrario, abre unas perspectivas infinitas por donde pasa la luz diáfana de lo creado con el impulso vital, con el juego puro de la expresión, con el simple desarrollo colorista, en definitiva, con la espontaneidad de la forma plástica. Franco Policastro, artista curtido en mil batallas, heredero de una tradición vieja y sabia e inmerso en un espacio geográfico lleno de inquietante espiritualidad, ha ideado una experiencia que busca dar forma artística a unos elementos plásticos. Con ello se pretende que una serie de objetos cotidianos, cosas ajenas a la realidad artística, manifiesten sus muchas posibilidades estéticas. Los materiales, de variada y dispar naturaleza, mínimamente manipulados, provocan las más inesperadas acciones. El artista da pistas, abre caminos, deja entrever los muchos resquicios de una obra de arte y lanza inquietantes guiños a un espectador del que se espera su contribución». (En la imagen, el estudio actual del artista). 

NIÑO DE LA POSGUERRA.
SE INDEPENDIZA CON 21 AÑOS.





El pasado 30 de septiembre, a la edad de 88 años ha muerto en su domicilio de El Puerto la primera catedrática de guitarra de Andalucía y segunda de España, Pilar América Martínez Serrano. Vivía en casa de su hijo Juan de Mena, responsable diocesano de las Comunidades Neocatecumenales, en la calle Pajar.

A la finalización de la contienda, entre 1939 y 1943, América cursa los estudios oficiales en el Real Conservatorio, durante los que obtuvo el Diploma de Primera Clase ‘Fin de Carrera’, siendo becada a continuación y por dos años por el Gobierno Civil de Madrid en 1942 y 43. En 1944, al finalizar sus estudios de armonía, le es concedida la beca ‘Carmen del Río’, de la sevillana Academia de Bellas Artes de San Fernando.
En 1949 organizaría el Homenaje a 130 Año de Guitarra Clásica Española. Al año siguiente, en 1950, se casaría con el escritor José María de Mena, con quien tuvo dos hijos, Juan que vive en El Puerto y América, quien fallecería prematuramente en los 90 del siglo pasado. El matrimonio duró por espacio de cuatro años.
GUITARRISTAS DE AYER Y HOY.
Ignacio Gaztelu Pastor nace en El Puerto el 16 de febrero de 1963. Sus padres, ambos ya fallecidos, fueron Ignacio Gaztelu Díaz (1929-1995) y Mª Teresa Pastor Nimo (1933-2007) nacidos en El Puerto y casados en la capilla de la Patrona de la Iglesia Mayor Prioral de nuestra ciudad. Tuvieron dos hijos Ignacio y un hermano menor, José Ramón nacido en 1967.

Durante toda su infancia Ignacio vivió en la calle Larga, 63 a la altura de la Plaza Peral enfrente de la actual Delegación de Hacienda que entonces era la casa de su abuela paterna, Victoriana Díaz Molleda. Estudió en el desaparecido Asilo de las Hijas de la Caridad que existía en la calle Cielos, luego en el Colegio de La Salle—Santa Natalia y finalmente con los jesuitas en el Colegio de San Luis Gonzaga.







Hipólito Sancho Mayi Díez de Aux-Sopranis (Sancho de Sopranis) nació en el número 21 de la calle Palma de nuestra ciudad, el 2 de marzo de 1893falleciendo el 17 de agosto de 1964 en su casa del número 26 de la calle Luna. Combinando los apellidos de sus ascendientess utilizó con frecuencia seudónimos y criptónimos, por los que ha sido ampliamente reconocido, siendo el más habitual entre todos ellos el de Sancho de Sopranis, aunque usaría los de Rafael de Ayraldo, Sancho de Melgar, Sopranis, Senex, Pedro Hisam, Cibo de Sopranis, Cibo d'ria... Con unos y otros firmaría casi medio millar de trabajos de investigación entre libros, artículos, colaboraciones en revistas y periódicos, etc.
Ésta abarca amplios y variados temas, entre ellos los religiosos –él conocía como nadie la orden dominica y su historia-, las épocas medieval y moderna, la historia comarcal, sobre todo la de las ciudades de Jerez y El Puerto en las que acometió trabajos tan ingentes como la elaboración de una historia de las mismas; y también artísticos, aspectos este ultimo en el que destaca la organización de la muestra del museo de la catedral gaditana y su vinculación a la restauración del Castillo de San Marcos portuense, que él realizó junto a extensos estudios del edificio. También fue quién gestó y desarrolló las visitas a los monumentos jerezanos, tan populares y célebres por su contribución al acercamiento de la ciudad a sus habitantes y a los que otorgó un reconocido merito. (En la imagen de la izquierda, portada del libro de 'El Puerto de Santa María y el Descubrimiento de América, escrito con Rafael Barris y publicado en 1926. En la fotografía, facsímil publicado por la Academia de Bellas Artes 'Ssanta Cecilia' en 1992. Hubo que pedir un ejemplar a la Biblioteca Nacional de Madrid, al no existir ninguno en las de la zona. Fue un homenaje y la recuperación de un libro para los lectores de hogaño).
A lo largo de su trayectoria profesional recibió Hipólito diversos premios, nombramientos y condecoraciones. Entre otros, le fue concedida la Medalla de Oro de la Ciudad de Melilla y obtuvo el nombramiento de miembro de la Orden de Mehdauía en Marruecos, etc… Igualmente fue miembro de Academias como la Real Hispanoamericana de Ciencias y Artes de Cádiz o la Real de Historia de las Bellas Artes de Sevilla, y tuvo una intensa y activa participación en la fundación y desarrollo del Centro de Estudios Históricos Jerezanos, tarea esta en la que colaboró estrechamente con su fundador Tomás García Figueras. Con este investigador jerezano le unían también temas de investigación, como los trabajos realizados en el Archivo de Jerez, su etapa africana y la publicación de sus trabajos en revistas como África o Mauritania, etc… Se relacionó asimismo con otros estudiosos como Rafael Barris, Juan de la Lastra Terry o Fernando Monguió Betcher, colaborando en ocasiones con alguno de ellos. (En la imagen de la izquierda portada del libro 'Alfonso X el Sabio y El Puerto de Santa María', editado en 1984, que recoge artículos dispersos de Sancho y que fue presentado por el invetigador y hoy director del Centro Municipal de Patrimonio Histórico, Javier Maldonado Rosso y la historiadora Mercedes García Pazos. Como afirmó Maldonado, 'A Hipólito Sancho le debemos el que sentase el conocimiento de este periodo de la historia de El Puerto sobre bases científicas).
Impartió clases entre otros centros, en la Academia Poullet en la calle Cruces, en el Instituto de Jerez y en el colegio los Marianistas de dicha ciudad; trabajó en el Archivo y Biblioteca Pública Municipal. Fue secretario General del alcalde de El Puerto, Antonio Rives Brest, en 1939. Cronista Oficial de El Puerto, por nombramiento de 13 de febrero de 1939, finalizando su vinculación con la instiución municiapl en enero de 1941. Fue el responsable de la imagen actual que presenta el Castillo de San Marcos y de su restauracion y hemos de señalar, además, que estuvo en los negocios de la vinatería, tan propios de El Puerto, en una aventura empresarial familiar, una de cuyas etiquetas mostramos en la imagen de la izquierda.


HISTORIA DEL PUERTO DE SANTA MARÍA. Desde su incorporación a los dominios cristianos en 1259 hasta el año mil ochocientos. Ensayo de una síntesis.
El libro IV, El Iluminismo, quizás el título menos afortunado tiene su inicio en la incorporación del Puerto a la Corona, coincidente con la estancia en la ciudad de la familia real de Felipe V, cuyos pormenores relata Sancho. No olvida Sancho en las páginas que dedica al siglo XVIII, efectuar un repaso a la vida religiosa de la ciudad. Parcas son en cambio las páginas dedicadas a la vida económica local, con las que remata la obra y que ofrecen un sumario testimonio de la roturación de alrededor de doscientas aranzadas de arenales para viñas, la ruina de las salinas y el desarrollo comercial. La síntesis de Hipólito Sancho se completa con unos nutridos apéndices dedicados a las magistraturas portuenses durante la Edad Moderna, que vienen acompañados de sendos índices onomástico y toponímico. (En la imagen, portada del libro, edición 2007).
Su padre, funcionario de Patrimonio Nacional, había sido detenido en su domicilio de San Lorenzo del Escorial por milicianos republicanos, y trasladado a Madrid. A partir de ese momento su madre, que también se traslada a la capital, no tendrá ya más noticias ciertas de su marido. (En la imagen, Antonio Alonso Sotillo, su padre).
PICOLO: INFANCIA EN EL PUERTO.
Javier (en la imagen de la izquierda, vestido para la Primera Comunión) estudiará en El Puerto, hizo la primera comunión en las Carmelitas y en el Colegio de San José y San Estanislao, donde tendrá como condiscípulos a Crespo, Rascón, Gonzalo Benjumeda, Borja Osborne Vázquez, … ; luego vendría el Colegio de El Palo (Málaga), donde cursa el bachiller para mas adelante trasladarse a Madrid a hacer lo que siempre quiso hacer, periodismo. “Siempre me gustó escribir”. Así obtiene el título de Periodismo en la Escuela Oficial de Madrid.
En septiembre de 1985 es contratado como subdirector por la Revista ¡Hola!, al año de fallecer su fundador, el rondeño Antonio Sánchez Gómez, donde ya lleva 25 años y, desde hace dos en las funciones de Director Adjunto. Recientemente, el 14 de julio pasado, ha fallecido Eduardo Sánchez Junco, hijo del fundador de la revista y, en la actualidad, continuando la saga familiar, el medio es dirigido, con gran éxito por su nieto Eduardo Sánchez Pérez, con la colaboración de sus hermanas Mamen y Mercedes, quienes tienen casa en El Puerto.




‘A MI MARIDO LO ASESINARON EN PARACUELLOS’.
Enrique Fernández de Bobadilla y Lassaletta es de los portuenses nacidos en Sevilla, el 9 de octubre de 1957. Es el cuarto de siete hermanos, tres por delante y tres por detrás, fruto del matrimonio celebrado entre Rafael Fernández de Bobadilla y González Abreu y la portuense Pilar Lassaletta Pemartín, apellidos que recuerdan claramente su vinculación con el mundo de las bodegas del Marco del Jerez-Xérès-Sherry.
Su infancia la vivió repartiendo su tiempo por estaciones: los otoños e inviernos en el Hotel Madrid donde su padre, abogado que nunca ejerció, --acaso de ahí vendría su vocación de director de hotel como lo ha sido en El Puerto-- y la primavera y los veranos en la sevillana Barriada de los Americanos --Santa Clara--, y pasaba temporadas en la casa de sus primos, en el Recreo de las Marías, en la carretera de Sanlúcar, donde hoy existe una Escuela de Hípica del mismo nombre. Estuvo hasta tercero de bachillerato en el Colegio Portacoeli de los Jesuitas, en la capital hispalense. En 1972 se traslada con la familia a Madrid, ya que su padre se hace cargo de la Restauración de los Hoteles Ritz y Palace (en la imagen de la izquierda, fotografía nocturna de la puerta principal de éste último), estudiando en el madrileño Colegio Velázquez hasta la finalización del bachillerato.


SEVILLA Y LA EXPO’92
En su última etapa en hoteles ha ejercido como director en el Hotel Los Jándalos de Vistahermosa, durante siete años, (2002-2009) hasta que, hace un par de años ha sido fichado por la nueva propiedad de Puerto Sherry, trabajando en el Area de Desarrollo de dicho complejo náutico, deportivo y turístico. Ahí ocupa su tiempo profesional actual, atareado en buscar nuevas actividades y oportunidades de negocio para crear y dotar de más vida el entorno del puerto deportivo más grande del atlántico sur de Europa.
SU FAMILIA.
Fernando Jiménez Fornell nació en Cádiz en 1954, aunque vive en El Puerto desde hace 20 años. Tiene cuatro hermanas. Estudió en el gaditano colegio de los Marianistas, cursando la carrera de arquitectura en Sevilla, donde se titula como Arquitecto Superior Especialidad Urbanismo. Anoche, viernes, inauguraba una exposición de su obra pictórica ‘Rutas Inconclusas’ en la Galería de Arte Artífice (Casa de los Leones), que se puede visitar hasta el 25 de septiembre. Los pintores Faelo Poullet y Keka Rafo se encontraban en el acto.
Rafael Alberti publica ‘Baladas y Canciones del Paraná’. En 1954 también nacen Juan Gómez Benítez, Doctor en Ciencias Químicas y presidente de los Enólogos de España; el ecologista Juan Clavero Salvador; el futbolista internacional Enrique Montero Rodríguez; José Enrique Paloma García, diácono adscrito a la parroquia de San José Obrero.
LA PINTURA.
Acuarela y lápiz sobre papel (1)

