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Dieciséis de noviembre de 1936. Los Junkers alemanes de la Legión Cóndor se ceban con Madrid. Las bombas alcanzan al Museo del Prado. El presidente de la República, Manuel Azaña, decide que ha llegado el momento de completar la evacuación de la obra iniciada tímidamente bajo la dirección de Rafael Alberti. Puede haber más repúblicas o incluso regresar la Monarquía, pero un tesoro como éste sólo hay uno. A los pocos días comienza el largo viaje que acabaría con la llegada a Ginebra en febrero de 1939 de más de 20.000 obras maestras. Esta formidable aventura, que contó con involuntarios protagonistas de la talla de Rembrandt, Velázquez, Goya, Tiziano, Rubens o El Greco, podría haber sido escrita por el mejor guionista de la más insuperable película de suspense.(En la imagen, el poeta, que contanba entonces con 34 años).

Documento de Audio de RNE, incluye voz de Rafael Alberti relatando los hechos.

El vídeo es un fragmento del documental "Las Cajas Españolas" que recoge estos acontecimientos, dirigido por Alberto Porlán en 2004

Pese a haber transcurrido más de setenta años de aquello, lo ocurrido con los fondos del Prado durante la guerra ha sido poco tratado por los historiadores. Como en un extraño pacto de silencio de todas las partes implicadas. Salvo el historiador Arturo Colorado Castellary (Huelva, 1950) que ha reconstruído el relato en Éxodo y exilio del arte. La odisea del Museo del Prado durante la Guerra Civil (Ed. Cátedra), al tiempo que un documental, Salvemos el Prado, realizado por Alfonso Arteseros, añade luz sobre el periodo con declaraciones de testigos y protagonistas de la aventura.

La historia, desde luego, cuenta con todos los ingredientes. Un total de 71 camiones trasladaron a Valencia las joyas del Prado (a las que se sumaron otras de El Escorial, la Academia de San Fernando, el Palacio Real o el palacio de Liria). De ahí, a Barcelona y Figueras. Al fin, el tesoro quedó a salvo al otro lado de la frontera junto con los miles de españoles ateridos por el frío y confundidos por el hambre en 1939, en aquel despiadado invierno del exilio.

El destino de los cuadros corrió paralelo al del Gobierno de la II República. Y siempre estuvo bajo control directo del presidente. "Debajo de nuestro comedor estaban los Velázquez", escribe Azaña en el castillo de Peralada ya en los días finales de la caída de la Cataluña republicana. "Cada vez que bombardeaban en las cercanías me desesperaba. Temí que mi destino me hubiera traído a ver el museo hecho una hoguera. Era más de cuanto podía soportarse".

AGOSTO DE 1936.
Todo había empezado en realidad en agosto de 1936, cuando el Museo del Prado hubo de cerrar sus puertas al público. Las obras más importantes fueron descolgadas. Cubiertas con mantas y plásticos, ocuparon la parte baja del edificio, junto a otras requisadas por la Junta de Incautación y Protección del Tesoro Artístico, que presidía Timoteo Pérez Rubio, protagonista también inesperado de la operación de salvamento del museo.

Salas bombardeadas del Museo del Prado en noviembre de 1936.

Alfonso Pérez Sánchez, que fue director del Prado durante ocho años, se pregunta en el prólogo del libro sobre la necesidad de la operación vista con la perspectiva del tiempo. Su respuesta es contundente. Los bombazos caídos sobre el palacio de Villanueva en los primeros días de la guerra ya justificarían la decisión. Aunque ésta tuviese que tomarse en medio de unas condiciones que la desaconsejaban. Y contra la propaganda fascista, que extendió la idea de que si los cuadros salían sería para ser cambiados por armamento. Pérez Sánchez concluye que el viaje no sólo fue imprescindible, sino que todos los españoles tienen una deuda moral pendiente con los responsables de la operación.

La precaria salida de las primeras obras, organizada por Rafael Alberti, prosiguió con las máximas garantías posibles entre abril y mayo de 1937. Las bombas que alcanzaron el Prado en noviembre de 1936 habían sonado a estruendoso ultimátum.

El transportista Macarrón se encargó del embalaje de miles de piezas, recubiertas con cartón impermeable y empaquetadas a bordo de camiones que viajaban a 15 kilómetros por hora. En Valencia, las obras se instalan en las Torres de Serrano, una auténtica fortaleza. A finales de 1937, el avance de las tropas nacionales fuerza a un nuevo traslado.

Torres del Serrano en Valencia.

El Gobierno se muda a Barcelona y Azaña decide que la caravana artística le acompañe a Cataluña. El castillo de Peralada, a 10 kilómetros de la frontera, y la mina de talco de La Vajol son los últimos escondrijos para el tesoro.

En febrero de 1939 Cataluña está a punto de caer ante el empuje de la Legión Cóndor, por lo que hay que organizar la salida bajo la protección de los países democráticos. El pintor catalán José María Sert se pone a ello. El 2 de febrero se firma el Acuerdo de Figueras. En Francia, las obras son trasladadas en tren. Cuando, tras su entrada en Ginebra el 13 de febrero de 1939, los operarios que abrieron las 572 cajas del tesoro, custodiadas en el palacio de la Sociedad de las Naciones, respiraron aliviados. Los 45 velázquez, 138 goyas, 43 grecos seguían allí con el resto del tesoro.

Al poco de comenzar la guerra, el Gobierno de la República nombró al pintor y cartelista valenciano Josep Renau director general de Bellas Artes. Al frente del Museo del Prado colocaron a un ya célebre Pablo Picasso. Rafael Alberti quedó al cargo del Museo Romántico. Pero el verdadero protagonista de esta historia fue el pintor Timoteo Pérez Rubio, elegido para presidir la Junta de Incautación y Protección del Tesoro Artístico. (En la imagen de la izquierda, Timoteo Pérez Rubio).

De los tres nombramientos, este último fue, en realidad, el más importante. Renau tuvo una actuación relevante durante la etapa en la que las obras estuvieron en Valencia, pero la relación de Picasso con el museo fue inexistente. Desde París animó a Pérez Rubio a usar su nombre como aval para las gestiones internacionales que hubiera que emprender. "Puedes hacer ver que somos amigos desde la infancia. O hermanos. Lo que quieras. Utilízame para lo que consideres necesario".

Pérez Rubio, casado con la escritora Rosa Chacel, se preparaba para partir de veraneo cuando estalló la guerra. Conducía un coche rumbo a la sierra para alquilar unas habitaciones en El Paular, en busca de nuevos paisajes, cuando les interceptaron el paso. La guerra había estallado y Pérez Rubio, sin adscripción política, se ofreció para lo que fuera. Sin él, el largo viaje del Prado no hubiera sido posible. Como dijo su mujer, Rosa Chacel, "hizo la guerra defendiendo el tesoro artístico español". (En la imagen de la izquierda, Rosa Chacel).

Ante el creciente ritmo de bombardeo, el día 3 de diciembre la escritora comunista María Teresa León (compañera de Rafael Alberti) es designada responsable de la evacuación a Valencia de las obras. Para ello se presenta en el museo, junto con Rafael Alberti, para acelerar los transportes de obras a Valencia.

El día 10 gestiona un convoy que transporta el cuadro de Las Meninas. Al llegar al puente de Arganda, está a punto de producirse un desastre: la estructura superior del puente es inferior a la altura de la carga de los camiones. Se detecta a tiempo pero han de descargarse y pasar la carga a mano al otro lado del puente. No resulta fácil, ya que algunas de las cajas son tan altas y pesadas que, incluso con la ayuda de rodillos, se necesita la fuerza de varios hombres.

Desde su casa de Madrid, María Teresa León y Rafael Alberti (en la imagen superior) siguen sobre al mapa todo el camino del convoy durante la noche. Los miembros de la expedición tienen orden de llamar desde cada población importante por la que pasen. Finalmente, a la 7 de la mañana los cuadros llegan a Valencia. La experiencia angustiosa del convoy disuade a la pareja de seguir al frente de tal responsabilidad.

Por ello, será la Junta de Defensa del Tesoro quien se encargue a partir de ese momento. Ante el gran número de piezas a trasladar se considera la posibilidad de desmontar las telas de sus bastidores y enrollarlas en cilindros, pero el riesgo que representaría para las capas de pintura hace desestimar la idea.

Finalmente se decide construir una resistente caja de madera para cada pieza, protegiendo la superficie pintada con guata y cartón y encajando el cuadro a la caja mediante almohadillas. Para evitar los golpes al cerrar la caja, las tapas se atornillan. También se aplicará a las cajas una capa de barniz de receta propia con altas propiedades ignífugas.

Conseguir los camiones de transporte tampoco será fácil. Las necesidades de la guerra imperan y los camiones son imprescindibles para el frente. Una vez logrados se cargan las cajas con el eje mayor en el sentido de la marcha y se cubren con telas embreadas. Algunas cajas son tan grandes que requieren del montaje de estructuras de madera sobre la caja del camión para afianzarlas con seguridad.

El camino tampoco es fácil. El estado de las carreteras, ya malo antes de la guerra, es ahora peor. El tráfico de vehículos pesados, la falta de mantenimiento, los ataques de la aviación y la artillería las han convertido en una dura prueba para un transporte tan sensible. ?Por el camino nadie puede estar seguro de que no serán atacados por francotiradores o aviones, ni de la disponibilidad de mecánicos, repuestos o gasolina. Por otro lado, cada pueblo, partido o sindicato tiene sus propios controles de carretera, cosa que ralentiza enormemente la circulación de los convoyes del tesoro artístico. Los controles son improvisados, por lo que varían de un día a otro. Por otro lado, los milicianos que los controlan, muchas veces no saben leer pero reconocen las fotografías y los emblemas políticos. No obstante el acompañamiento del convoy por parte de militares de la república acostumbra a facilitar las cosas.

De todos modos, el tiempo es importante, pero se sabe de entrada que el camino será largo. No en vano se ha fijado como velocidad máxima la de 15 Km/h por motivos técnicos y de seguridad, por lo que cada envío tarda unas 24 horas en llegar a Valencia.

En Valencia la Iglesia del Patriarca es uno de los lugares escogidos para almacenar las obras. El otro edificio seleccionado es las Torres de Serranos. Un edificio de origen gótico que constituía una de las puertas de la muralla de la ciudad. Las Torres se consideran tan apropiadas que se decide almacenar en ellas lo más selecto del tesoro.

Para adecuarlo a tal fin, se construye, bajo la dirección del arquitecto del Prado José Lino Bahamonde, una bóveda de hormigón armado de 90 cm de grosor sobre el suelo del primer piso destinada a evitar que las obras de arte, alojadas en el piso más bajo, sufrieran daños en caso de bombardeo y derrumbe del edificio. Sobre esta bóveda se acumuló un metro de cáscara de arroz (destinada a actuar como amortiguador) y, sobre ella, un metro y medio de tierra. En el segundo piso se acumuló otro metro y medio de tierra y la terraza fue cubierta con sacos terreros. Finalmente, y para evitar posibles daños por metralla, las caja fueron protegidas con muretes de cemento perforados para aliviar la presión de una eventual onda expansiva. Además, se instaló un sistema automático de control de la humedad y de la temperatura.

La concentración del tesoro en Valencia obliga a reorganizar las operaciones. Así, se crea la Junta Central con sede en Valencia y Juntas Delegadas en cada provincia. Como presidente de la Junta Central se nombra a Timoteo Pérez Rubio, quien ocupará el cargo hasta más allá del final de la Guerra Civil. José María Giner Pantoja será su mano derecha.

Mientras, la Junta delegada de Madrid prosigue con su labor de recuperación de obras de arte con el depósito de San Francisco el Grande a rebosar. Al Museo Arqueológico llegan sin cesar nuevos materiales a la par que va creando de la nada a su propio equipo. Desde conductores a restauradores, pasando por personal de oficina, cada uno de ellos se convierte en un experto en su campo. No en vano, nadie ha colaborado antes en un proyecto de tales características.

Al frente de la Junta delegada se pone Roberto Fernández Balbuena que incorpora al equipo al erudito Manuel Gómez Moreno y a sus hijas María Elena y Natividad.

Desde Valencia, la Junta Central sigue pidiendo obras a Madrid a un ritmo que la Junta delegada no puede mantener. Los cuidados en la construcción de las cajas y su transporte así lo requieren. Además, hay algunas obras cuyo estado desaconseja el traslado pero el Gobierno considera que corren más peligro en Madrid y se ordena su traslado.

En Marzo de 1937 Sánchez Cantón encuentra una bomba en el techo del Prado pero no lo comunica a las autoridades para evitar que ordenen la evacuación total y definitiva del Museo.

Protección en el Museo del Prado.

Durante los preparativos de la Exposición universal de 1937 de París, se decide enviar 150 obras maestras para que sean expuestas. Esta idea provoca un debate entre el Gobierno que finalmente decide que ningún cuadro saldrá de España pese a que todo está organizado y Pérez Rubio y sus ayudantes llevan semanas seleccionando las obras y la mejor ruta.

Esta situación alimenta el rumor de que un aparte del tesoro se encuentra ya en Francia. En este sentido, Sir Frederic G. Kenyon, ex-director del British Museum escribe una carta en el diario The Times, redundando en esta idea y preguntándose por qué el Gobierno de la República no informa de las medidas adoptadas para la protección de tesoro artístico. El Gobierno republicano recoge el guante a través de Pablo de Azcárate, su embajador en Londres, quien publica otra carta en The Times invitando a Kenyon a trasladarse a España y comprobar el estado de las obras.

En agosto, Kenyon se traslada a España y es recibido por Pérez Rubio y Giner, e inicia su visita por la iglesia de San Francisco el Grande acompañado de James Gow Mann, director de la Wallace Collection. Vienen de Cataluña y, lo que han visto allí, ha empezado a cambiar su punto de vista.

Sir Frederic G. Kenyon, ex-director del British Museum, fotografiándose delante del cuadro de Las Meninas, imagen que apareció en The Times.

En Valencia, visitan las nuevas instalaciones de las Torres de Serranos, donde se han reunido ya los 500 mejores cuadros del Prado. Para que comprueben que las cajas contienen lo que indican sus etiquetas, les ofrecen escoger los cuadros que deseen para que sean desembalados y llevados a su presencia. Uno de ellos es Las Meninas, sobre el que corrían toda clase de rumores. Una vez examinado, se fotografían junto a él.

La visita es plenamente satisfactoria y, a su regreso a Londres, ambos escriben elogiosos artículos sobre los esfuerzos y resultados de la Junta en unos momentos tan difíciles.

En el otoño de 1937 la situación en Madrid es desesperada. El general Miaja telefonea a Fernández Balbuena para confirmarle que debe desalojar el depósito de San Francisco el Grande o arriesgarse a que sus hombres luchen entre las obras de arte. Fernández Balbuena, que convalece en su casa por cansancio y desnutrición, pone en marcha a su equipo. Se trata de más de 50.000 objetos de todo tipo que se han acumulado durante más de un año. El ritmo es frenético por parte de todos los miembros del personal. Se consigue evacuar una media de mil objetos diarios. Los cuadros se trasladan al Museo del Prado, ahora vacío, que se vuelve a llenar con 15.000 obras menores.

El resto de objetos, excepto los muebles, se trasladan al Museo Arqueológico, sede de la Junta delegada, abarrotando todo el espacio disponible. Durante el traslado, se produce un choque de carácter político: el subsecretario de Bellas Artes, Wenceslao Roces, que no había sido avisado del traslado ordena detenerlo e impone a los miembros de la Junta un compromiso político que muchos no subscriben. Esto provoca que la junta pierda a 12 de sus miembros. La desconfianza y las sospechas de complot o traición reinan en la República. Roces designa a dos agentes del SIM, Ceferino Colinas y Marcos Iturburuaga, para que controlen la actividad de la Junta. A partir de ese momento, ambos harán mucho más que vigilar.

Como ya se ha señalado la Segunda República decidió crear la Junta Central del Tesoro Artístico con el fin de poner a salvo en el Museo del Prado las principales obras de arte de diversos museos e instituciones de Madrid. Pese a ello, la agónica situación de la capital provocó la toma de una decisión complicada: la evacuación de las principales obras de arte con el fin de preservarlas de los bombardeos. Así, tan sólo unos días antes de que el Museo del Prado fuera bombardeado el 16 de Noviembre de 1936, se inició un viaje hacia Valencia, y de allí a Ginebra, con más de 20.000 obras, entre las que se encontraban cuadros de Goya, Velazquez o El Greco.

Un viaje sin precedentes que marcó un antes y un después en la salvaguarda del arte en caso de conflicto, puesto que el traslado supuso un cambio en la normativa internacional y, desde entonces, se aconseja la evacuación de las obras de arte en el desarrollo de conflictos bélicos.

Timoteo Pérez Ruibio y el Delegado Británico del Comité Internacional para el Salvamento de las Obras de Arte Españolas en Ginebra, recepcionando las obras de arte el 13 de febrero de 1939.

Tras miles de vicisitudes en el camino, las obras llegaron a Figueras en 1939. La zona estaba sufriendo continuos bombardeos. La neutralidad internacional provocó la creación, al margen de los gobiernos y de la Sociedad de Naciones, de un Comité Internacional para el Salvamento de las Obras de Arte Españolas formado por personajes anónimos amantes del arte y los principales museos del mundo, que consiguieron la financiación necesaria para que las obras cruzaran los Pirineos.
Tras toda esta odisea, las obras evacuadas desde Madrid llegaron a Ginebra el 13 de febrero de 1939 , donde las esperaban desde días antes Timoteo Pérez Rubio, junto con el Delegado británico del Comité Internacional.

Al llegar fueron trasladadas al Palacio de las Naciones y desde allí se transportaron al Museo de Arte e Historia, pero previamente, el 3 de febrero de 1939 se había firmado con la Segunda República el Acuerdo de Figueres, que garantizaban que todas las obras pertenecían al pueblo español y que debían regresar al país al finalizar la contienda.

Estación del Norte, a su llegada de regreso a Madrid, finalizada la contienda.


Los cuadros, transportados en caminones suizos, desde la Estación del Norte al Museo del Prado.

Y así se hizo. Una vez finalizada la Guerra, los cuadros regresaron en tren, llegando a la Estación del Norte, en Madrid el 9 de septiembre de 1939, procedentes de Ginebra y desde allí se transportaron de nuevo en camiones suizos hasta el Museo del Prado. (Texto: El Greco).

Rodríguez Zapatero durante su intervención en la Sala Velázquez del Museo del Prado, con el cuadro de "Las Meninas" al fondo. (Foto: EFE).

Hace un año, en enero de 2010, el gobierno de España saldaba una deuda histórica con los museos de la Europa democrática que formaron parte del Comité Inter nacional para el Salvamento de los Tesoros de Arte Españoles al concederles la Medalla de la Orden de las Artes y las Letras. La entrega institucional de estas distinciones contó con la presencia del presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, y se materializó en una de las estancias más nobles del Museo del Prado -la Sala Velázquez-, con el cuadro de "Las Meninas" como testigo de excepción.

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Reunión de un grupo de empresarios del gremio de la hostelería portuense, allá por 1960, fecha estimada de la instantánea, en una visita a la Fábrica de Cervezas La Cruz del Campo, en Sevilla.  De izquierda a derecha,  José Fernández Rodríguez, que en febrero cumplirá 87 años (Bar Jamón en calle Capillera), Francisco Sánchez Ruiz, hoy tiene 79 años (Cervecería Sánchez en calle Ganado), Luis Bustos (+) (cantina de la Estación de FFCC), Andrés González Mateos (+) (Bar Andrés en calle San Juan), José Luis Palomo Abadía, (taberna Casa Palomo, en calle Durango 22),  fallecido en enero de 2000; Antonio Sucino Barrera (+), Juan Espinosa Palacios (+) (Bar Guadebro) y Antonio Sánchez Ruiz (+) (hermano de Francisco).

Vicente Valle Rey fue nacido en 1929 en la calle de la Palma, es el tercero de los seis hijos habidos en el matrimonio celebrado entre Encarnacion Rey Rodríguez y Antonio Valle Ceballos. A sus 81 años, sigue en forma vendiendo décimos de lotería.

«El año de su nacimiento, 1929, se palpaba la incertidumbre política y el deterioro de la monarquía. En El Puerto de Santa María, la ausencia del Teniente Coronel del Batallón de Cazadores de África, nº 7 y del Ayudante Militar de Marina al funeral por la reina María Cristina, organizado por el municipio, excusando ambos por escrito su asistencia, era una clara muestra. Asimismo excusó su asistencia el filántropo portuense Elías Ahuja Andria mediante una comunicación de su secretaria, sin firma». Antonio Gutiérrez Ruiz. A.C. Puertoguía.

Estudió Vicente Valle interno en los Salesianos de Cádiz, donde aprendió el oficio de zapatero artesano.  Con 22 años se colocaría en oficios varios en Bodegas Caballero –“en el embotellado poniendo papel de plata a las botellas de Ponche Caballero”, recuerda- -, permaneciendo por espacio de cuatro años para, mas tarde, trabajar en la estiba, descargando barcos, en la Otra Banda.

En la imagen, con el periodista Modesto Barragán, director de 'Andalucía Directo' en el  Bar 'Er Beti'.

Se casa en la parroquia de San Joaquín con María Morales y con ella tendrá cinco hijos. La familia demandaba un salario fijo y se enroló como marinero en sendos pesqueros, el ‘Glorioso’ y el ‘Playa de Valdelagrana’ donde permaneció por espacio de quince años, navegando hasta Cabo Blanco, Dakkar, Sa. Luis… allí se cogían buenos calamares, chocos y lenguados machos. Pero un accidente de trabajo le obliga a prejubilarse y deja el mundo de la mar.

LA LOTERÍA
Y ya lleva cerca de 20 años con la lotería y, a sus 91 se encuentra perfectamente haciendo sus recorridos urbanos con su ristra de décimos en la pechera, con la corrección y amabilidad que le caracterizan. “Niño, esto no es nada malo para mí, verdad? pregunta cuando le hacemos la nótula sentados en una mesa de Romerijo, donde charlamos a las 3 de la tarde. Ahora solo trabaja por las tardes, salvo los días de fiesta que cambia por las mañanas su ‘paseo de la suerte’. Y es que hay que decirlo, esta semana pasada ha dado un segundo y un tercer premio.

Su itinerario de antes era extenso. A las 12 de la noche se dirigía a la Otra Banda, a la Lonja del Pescado y allí permanecía hasta las 9 de la mañana, luego hacía un recorrido por Valdelagrana para, a continuación dirigirse al Centro Comercial ‘El Paseo’; una vuelta por la Clínica de Santa María del Puerto y alrededores y luego terminaba en el centro. Y todo ello, andando. Quien quiera encontrarlo, en el antiguo Bar Rábago, frente al Mercado, tiene una de sus paradas fijas. “Ojú, ahora es mas difícil buscarse la vida…”. 81 años, genio y figura.

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Desde el remozado Hospital de Mujeres --el Hospitalito-- queremos desearle a porteños y portuenses, a quienes nos visitan, a quienes han escogido esta Ciudad para vivir, un buen año. Miremos para adelante --y si queremos mirar para detrás recordemos como hemos salido de la oscuridad en otras ocasiones--. Esta antigua fotografía nos deja ver la luz a través de una inusual ventana en forma de corazón que nos muestra una vista de El Puerto inédita. Como inédito es el año que empezaremos a escribir a partir de mañana 1 de enero de 2011, desde la oscuridad a la luz. (Foto: Colección Carmen Caro).

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Puertoguía, Asociación Cultural Independiente ha editado el segundo volumen de la serie sobre temas locales titulada ‘Mansiones y Linajes Portuenses’. Con su lectura podemos asomarnos desde una ventana a diversas escenas del pasado en nuestro entorno.

Este segundo título, ‘Historia social del Palacio Oneto’, destacan las sagas familiares de los Coig, Oneto, Albreda y Osborne, de las que se aportan interesantes datos biográficos de sus componentes más significados e ilustres, entre los varios centenares de moradores de esta Casa Palacio, durante los trescientos años investigados. Contempla, además el entorno del inmueble en los siglos XVII y XVIII y algunas facetas puntuales de diversas familias que la habitaron como inquilinos, entre otras la de Castro Hernández. También se incluye una ficha artística del inmueble, en el apéndice documental, de la que es autor el profesor González Luque.

El libro, autoeditado por Puertoguía, cuenta con una edición corta y limitada y dentro de esas modestas posibilidades ha resultado ser un libro bien terminado, cómodo de leer con numerosas ilustraciones, especialmente recomendado a lectores amantes de la historia, tradición y cultura de nuestra ciudad y es un excelente regalo para  amigos y familiares que se encuentran lejos.

Las librerías distribuidoras son: Bollullo, en calle Cielo y Avda. de la Constitución; Babel y Zorba, en calle Larga, Cervantes, en Bda. Diputación y Papelera Portuense en calle Palacios y Centro Comercial Vistahermosa. El precio, dada la corta tirada de que se trata y la ausencia de cualquier ayuda, subvención o patrocinio se ha fijado en 20 Euros cada ejemplar. Los interesados en recibirlo por correo pueden ponerse  en contacto telefónico (646970223) o via email (sedtel@hotmail.com) con Puertoguía, donde les informarán al respecto.

Recordamos que aún quedan algunos ejemplares de la segunda edición del I Volumen, “Las Casas de Pavón”, cuya recensión han realizado en la última “Revista de Historia de El Puerto" en su número 45,, que pueden adquirir en los distribuidores citados al precio de 15 Euros.

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María del Carmen Vaca Abelenda es una mujer que defiende a la mujer. Nace en 1963, en la calle Federico Rubio, tercera de los seis hijos que tuvieron el matrimonio formado por Manolo Vaca y María Luisa Abelenda Prieto --familia del artista local Manolo Prieto--.

Ese año era elegido Papa, Giovanni Montini, como Pablo VI. También, el año de su nacimiento, Martin Luther King pronunciaba su célebre discurso: ‘I have a dream’' (Yo tengo un sueño). Ese año nacían el futbolista Emilio Butragueño, el cantautor italiano Eros Ramanzzoti, el actor Micky Molina y la infanta Elena de Borbón y Grecia.

María del Carmen, en su primer cumpleaños, flanqueda por sus padres. Manolo Vaca, conocido mecánico local que siempre iba vestido con pantalones de peto y  un puro en la comisura de los labios y su madre, María Luisa, que tuvo un Taller de Bordado del que fue Maestra Bordadora.

María del Carmen, con sus hermanos varones, en una foto de la infancia.

En la imagen de la izquierda, cuaderno de plantillas de bordado que se usaba en el Taller de Bordado de María Luisa Abelenda.

LOS ESTUDIOS.
La enseñanza reglada la cursó en los colegios de las Carmelitas y el Espíritu Santo; en este segundo centro notó un gran cambio en su relación con los demás y con el mundo, disfrutó de la escuela de otra manera. Allí fueron sus compañeras Manoli Ferrer, María del Mar Boutellier, Cristina Cuber… y sufre un quiebre en sus amistades en plena adolescencia porque, mientras sus compañeras fueron al Instituto Pedro Muñoz Seca ella estudiaría el bachillerato en San Luis Gonzaga. Por poco tiempo pues al año se cambia de centro y decide hacer estudios profesionales --auxiliar administrativo-- en el Instituto Santo Domingo.

Mari Carmen, en el patio del Colegio Espíritu Santo, aparecen también Sara Torres, María Collantes Sanchez, Lidia Guardo Garcia, Natalia Ruiz-Herrera, Melissa Garcia Balsalobre, Victoria Sánchez Pérez, Eva Mª Fernandez Lores, , Veronica Pino Otero, y Lalin Velazquez, entre otras. Además están sus hermanas Cristina y María del Mar y la profe Eugenia.

Maria del Carmen, con Juan Fernández Bustabad y Arévalo Espinosa, en una foto de la adolescencia.

Al finalizar los estudios, cruzando la calle,  trabajará en la tienda de decoración que se instala en la calle Santo Domingo esquina con San Bartolomé y,  con 24 años se casa con José Antonio García Correa, con el que tiene dos hijos., uno de ellos Antonio Jesús Correa Vaca, que ahora tiene 20 años. Desgraciadamente fallece su hija lo que le hace plantearse su vida y los valores que entonces tenía como referencia. Decide separarse y empieza a vivir la vida de otra manera, redescubriéndose a si misma y redescubriendo el mundo en el que habita, con otra visión, tras el duro golpe, ayudada en algún momento por el movimiento religioso católico de 'los carismáticos', en la Iglesia de las Esclavas.

Así, continará su formación y dedica muchas horas al estudio y la formación profesional, casi siempre en materia de ayuda a los demás: auxiliar de enfermería, jardín de infancia, documentación sanitaria, … También siente mucho interés por la autoayuda y el crecimiento personal, participando e incluso colaborando en la organización en este tipo de cursos, dentro de los ámbitos sociales en los que se desenvuelve.

Mari Carmen, en una reunión en el colegio Espíritu Santo, aparecen en la imagen: Pepa Suarez Campuzano, Mari Carmen Iñiguez Jaen, Rosa Gomez Martinez, Marimar Vaca Abelenda, Loli Lores Díaz, Eva NiñO, Rubén Villar, Hermana María, Toñi Hiniesta, Madre Candelaria., Ana María Fariñas, Jose Antonio Gomez, Maria Luisa Herrera Lara, Jose Antonio Gómez, Chari Coronil, Marina Matiola Gurrea y Konchi Barco entre otras.

FEMINISMO DE LA DIFERENCIA.
En 1998 empieza a interesarse por el ‘feminismo de la diferencia’, que admite la distinción en cualidades y preferencias entre ambos sexos, del que son prescriptoras la filósofa y feminista española Victoria Sendón (hoy ya inmersa en el feminismo integral) y la catedrática y antropóloga mejicana Marcela Lagarde, que acuñó el término ‘feminicidio’. Maria del Carmen empieza a desarrollar su faceta feminista, asistiendo a encuentros fuera de El Puerto, formándose y estudiando dicho movimiento y forma de pensamiento Cree en los valores femeninos, pero piensa que en absoluto son exclusivos de las mujeres «y es que la sociedad no ha dejado al hombre desarrollar su lado femenino». Su cita favorita: «Sé tu misma y si aún desconoces o no has podido saber quien eres; que nada ni nadie te lo impida».

Mari Carmen, con vecinas del Barrio Alto, en un almuerzo en la Bodega Obregón, tras impartir unos talleres.

El movimiento feminista tiene su origen en 1977, en la Revolución Francesa:  la mujer comenzó a demandar  idénticos derechos políticos y laborales que el hombre, logrando importantes cambios en las sociedades modernas. La diferentes ramas del feminismo trabajan contra la desigualdad social entre mujeres y hombres proclamando la promoción de los derechos de la mujer, así como contra la violencia de género.

Con la antropóloga mexicana Marcela Lagarde, en el Primer Encuentro de Ecofeminismo.

El Ecofeminismo nace como nuevo proyecto ético y político para plantear una alternativa a la crisis que atraviesa la sociedad desde una óptica femenina, aunque dirigida a toda la sociedad en su conjunto. Se trata de un nuevo modelo que se centra en las personas, no especulativo sino productivo, que pone el acento en el trabajo, el conocimiento, la disponibilidad así como en la recuperación y diversificación de los saberes.

EL ASOCIACIONISMO
María del Carmen es una mujer con una fuerte implicación social, trabajando para los demás en los ámbitos del asociacionismo vecinal y en la defensa de los derechos de la mujer, considerándose una feminista de la diferencia que lucha, también, por el ‘arquitectura diferencial’ y forma de vida del Barrio Alto. Considera que este barrio en el que vive --calle Zarza-- tiene su propia singularidad y debe ser tratado de forma diferente a otras zonas de El Puerto en el PGOU y otras herramienta de planeamiento urbanísticos. Le tira El Puerto, le tira el Barrio Alto.

Maria del Carmen, junto a las miembros de la Junta Directiva de Mujeres Vecinales 'La Alianza'. Le siguen en la mesa, Rosa Cairón Segura, Mercedes Puertas, Beatriz Martos Cepero, Manoli Robles, Carmen Serrano Romero y María Jesús Oncala.

Forma parte de la Federación de Asociaciones de Vecinos donde lleva programas y proyectos. Tesorera y Área de la Mujer con representación en el Consejo Municipal de la Asociación de Vecinos ‘Barrio Alto’. Desde hace dos años es secretaria de la Asociación Cultura ‘Amigos de los Patios Portuenses’ donde mantiene un blog. Vocal de la Junta  Directiva  de Mujeres Vecinales ‘La Alianza y, en su faceta política, se incorporó hace un año al proyecto político de Independientes Portuenses donde es responsable del Área de la Mujer.

Amante de los animales, Maria del Carmen tiene un perro de raza indeterminada, 'Milo' "un perro mediaval, de otra época", como dice su vecino, que es un cómplice guardian de los pasos de sus dueña.

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Han pasado dos meses desde que, en la nótula 807, dedicada a José Péculo Aparicio, anunciamos informar sobre este otro paisano, desaparecido de entre nosotros en 1963, que fuera durante muchas décadas director de la fábrica de gas y electricidad existente en la calle Larga, esquina con la plaza de Isaac Peral, residiendo junto con su esposa Dolores Moresco Moreno en el piso alto de este inmueble, el número 76 actual de dicha calle Larga, en el que se encuentran actualmente ubicadas las oficinas de Caja Ahorros Inmaculada.

No es solamente su faceta profesional de tantos años dirigiendo la “Electra Peral Portuense” el motivo de esta mención recordatoria. Queremos difundir y dar a conocer, igualmente, los valores humanos y artísticos de este culto y polifacético personaje, nacido en nuestra ciudad el 2 de enero de 1875, que tocó diversos “palos” de las Bellas Artes y participó activamente en la sociedad de su época.

Fueron sus padres, Ramón Ordóñez Portillo, nacido en Jerez , dependiente de comercio en esta ciudad y Milagros Garabito Muñoz, porteña de nacimiento y vecindad, hija también de portuenses: José Garabito Bernal, albañil de profesión, y Josefa Muñoz Moretti, su esposa. Los abuelos paternos de nuestro personaje, Manuel Ordóñez y María Mercedes Portillo, eran gaditanos.

El joven matrimonio Ordóñez Garabito –él tenía 27 años, y ella 28-, recién casados ocuparon un cuarto cedido por sus suegros en la vivienda que estos tenían en la casa número 27 de calle San Bartolomé. Allí nació Manuel, que fue bautizado con ese nombre, solemnemente, el día de Reyes en la iglesia Mayor posiblemente por haber venido al mundo a las dos de la mañana, en la madrugada del segundo día del año, tan cercano a la fiesta de la octava del nacimiento de Cristo, día en que los católicos de nombre Manuel celebran su onomástica. Fueron padrinos, los abuelos paternos.

Aparte estos datos, poco más hemos podido averiguar sobre su familia, pues a raíz de su nacimiento los  padres buscaron nuevo alojamiento, sin que haya podido localizarlos en los padrones municipales posteriores.  Es bastante probable que tuviese, al menos, dos hermanos varones y una hembra. En la Revista Portuense del 10 de septiembre de 1927 figura una nota informativa del sepelio de Milagros Ordóñez Garabito, viuda de Barba, que damos por supuesto fuese  hermana suya. Al mismo, asisten dos sobrinos: Ramón Ordoñez Foncaré, residente en San Fernando y Manuel Ordóñez Oña, residente en Chiclana, pudiendo deducirse fuesen hijos de otros tantos hermanos de Milagros y de Manuel establecidos en las localidades citadas.

Padrón de 1874 donde aparecen los padres de Manuel Ordóñez Garabito.

EL PUERTO EN BROMA.
Anteriormente hemos calificado de polifacético a nuestro personaje. No cabe otra definición mejor. En sus años juveniles editó uno de los sueltos al uso de la época, de periodicidad quincenal y contenido “literario, festivo, satírico e ilustrado” según lo define el profesor Ramos Santana, con el sugestivo nombre de: “El Puerto en broma”. Esa misma afición literaria la mantendrá toda  vida, produciendo ensayos, poemas y obritas teatrales, la gran mayoría inéditas y posiblemente desparecidas. Nosotros solo hemos tenido conocimiento de la autoría de una especie de diálogo escénico titulado “La contestación” que se estrenó en una de las veladas artísticas organizadas por la academia de Bellas Artes Santa Cecilia a principios del siglo pasado y de una obra teatral, una comedia en un acto y tres cuadros, estrenada en el Teatro Principal el 24 de abril de 1914, titulada “El viaje del amor”. (El libro que reproducimos de 'El Viaje del Amor', pertenece a la colección de LSA).

CRUZ ROJA.
En 1915 era el secretario de una incipiente asamblea local de la Cruz Roja, que en aquella fecha contaba tan solo con 115 socios, a pesar de lo cual realizaban una gran labor asistencial dentro de sus limitados recursos. En la memoria de ese año, que presentó a la Junta de Partido cita las curas efectuadas en el dispensario inaugurado el 15 de octubre, que superaron las 600, lo que significaba un promedio diario de 8 a 10 atenciones gratuitas a los portuenses que acudían con lesiones y heridas de carácter leve. Durante varias décadas se mantuvo vinculado a esta benemérita fundación, de la que podemos considerarlo uno de sus pioneros.

En la Academia de Bellas Artes, con Alfonso Sancho Mateos y Elías Ahuja.

ACADEMIA DE BELLAS ARTES.
En la academia de Bellas Artes Santa Cecilia ocupó, igualmente, el cargo de secretario y también la presidencia, además de ejercer como profesor de dibujo y pintura en determinados periodos, aficiones que, igualmente, cultivaba con soltura. Una buena muestra de ellas las posee la familia Moreno Zamorano, depositarios de su legado artístico. De esta época, data el homenaje que promovió la academia, bajo su presidencia, al pintor portuense Juan Manuel Sánchez (ver nótulas núms. 355 y 430) en el verano de 1926. El agasajo se celebró en el restaurant de la Playa de La Puntilla, al que asistieron numerosos artistas, amigos del homenajeado y el alcalde Alfonso Sancho.

HOMENAJE A RICARDO ALCÓN Y FEDERICO RUBIO.
Era muy dado a enaltecer a sus contemporáneos. Solicitó para el ilustre docente, maestro de varias generaciones de portuenses, Ricardo Alcón, la Medalla al Trabajo a S.M. el Rey en julio de 1927, en nombre de la academia como entidad cultural más representativa de la ciudad. Los antiguos alumnos de este enseñante, al cumplir en diciembre de ese año los 80 de edad, organizaron un fervoroso homenaje servido por la “Antigua de Cabo”, presidiendo él la mesa conjuntamente con el alcalde y el homenajeado. Igualmente, fue uno de los promotores del homenaje que ese mismo año se tributó a la memoria Federico Rubio (en la imagen superior izquierda), en el 25 aniversario de su fallecimiento, ocurrido el 31 de agosto de 1902, en  consideración unánime hacia su labor médica y asistencial respaldada por la ciudad que le vio nacer y el cuerpo médico colegiado provincial.

HOMENAJE A VALENTÍN GALARZA.
Participó también en la corporación municipal y, estando en ella, se ocupó de diseñar la placa que se le entregaría al militar portuense Valentín Galarza y Morante (ver nótula núm. 760 en GdP), --en la imagen de la izquierda-- que posteriormente sería ministro de la Gobernación, al ser nombrado Hijo Predilecto de la Ciudad en 1922, aparte sus méritos y virtudes profesionales por la gestiones que culminaron con el establecimiento de un cuartel en la plaza del Polvorista (actual teatro Muñoz Seca), aspiración largo tiempo pretendida por las autoridades locales que veían en ello una inyección para la empobrecida economía de la población. En dicha placa, figuraban en bajorrelieve los escudos de España, la ciudad y el del arma de Artillería, cuerpo al que pertenecía el homenajeado, labrados primorosamente por él mismo.

LA FOTOGRAFÍA.
Otra de las aficiones  que desarrolló en su madurez fue la de la fotografía. Pero no fotos corrientes. Panorámicas espectaculares, obtenidas con un sofisticado equipo y su notorio talento artístico. La colección, de la que insertamos una muestra, ha sido donada al Centro Municipal de Patrimonio Histórico que en el verano del pasado año 2009 organizó una exposición con el título: “Escenas portuenses de principios del siglo pasado.

Soldados ante el Cuartel de El Polvorista.

Fuente del Paseo de la Victoria.

Crucero de las calles Larga y Luna.

Antiguo Muelle Pesquero.

DEFENSA PASIVA ANTIAÉREA.
Durante la contienda civil del 36 fue nombrado presidente de la Comisión de Defensa Pasiva Antiaérea local (CDPA) instalando en la azotea de la torre de la casa de calle Luna, esquina con Nevería, una potente sirena de alarma, estableciendo en su azotea, una de las plataformas más elevadas de la ciudad en esa fecha, el centro de vigilancia permanente de los cielos circundantes.

FAMILIA MORENO ZAMORANO.
No tuvo descendencia en su matrimonio, apadrinando, en el más amplio sentido de la palabra a un niño, pariente remoto, al que bautizaron con su nombre, como era la costumbre. Manuel Moreno, que fuera director comercial y apoderado de la firma “Fernando A, de Terry, S.A.” lo trató como a un padre en su vejez, manteniendo ese vínculo filial hasta su muerte. Su esposa Ángeles Zamorano e hijos, la familia Moreno Zamorano, son los legatarios de las muestras artísticas que dejó a la posteridad este portuense, humanista  y polifacético. (Texto: Antonio Gutiérrez Ruiz. A.C. Puertoguía).

Las imágenes estereoscópicas así como las del protagonista de esta nótula han sido cedidas por Doña Ángeles Zamorano al Centro Municipal de Patrimonio Histórico quien ha autorizado, expresamente, su reproducción en Gente del Puerto. El resto de instantáneas pertenecen a Antonio Gutiérrez Ruiz.

4

Bernardo García Gómez es un porteño nacido en Cádiz, por las circunstancias de la asistencia médica de la época, el 1 de junio de 1963. Bernardo es hijo del matrimonio formado por Bernardo García Muñoz y Milagros Gómez Ganaza, ambos de El Puerto, aunque el padre nació accidentalmente en Sevilla. Su padre, trabajador de la fábrica de botellas hasta su cierre, Vidrieras Palma (VIPA). Su madre tenía en la calle Cruces un Refino (Mercería para los que no son de El Puerto), que regentó durante 25 años. Bernardo es el mayor de cuatro hermanos, --José Manuel, Fernando y Roberto--; Fernando es el propietario del Mesón La Andana, en la calle Misericordia y, sus otros dos hermanos trabajan en la planta de la empresa aeronáutica SK-10.

El año que nace Bernardo, 1963, era alcalde de la Ciudad, Luis Portillo Ruiz. La parroquia de San Marcos cambia ese título por el de Ntra. Sra. del Carmen y San Marcos; además se rectifican sus límites territoriales con la parroquia de Nra. Sra. de los Milagros. Ese año, Rafael Alberti abandona en 1963 Buenos Aires (Argentina), donde se encontraba exiliado desde 1940 y donde nació su hija Aitana. Pero el exilio continuará en Roma (Italia)

Bernardo, en su primer cumpleaños, con sus padres Bernardo García Muñoz y Milagros Gómez Ganaza.

En 1963 se desbordó el río Guadalete; helicópteros de la Base Naval de Rota recataron a vecinos de núcleos rurales. El 24 de marzo el Zeppelin C.F. perdía ante el Puerto Real, en el campo de La Salle, por 3-1. En diciembre, Isabel Merello Alvarez-Campana, viuda de Terry y para su hijo Fernando A. pidió la mano de su hija Elisa a los Condes de Osborne. Nacen también en 1963 el Rector del Seminario de Jerez y canónigo, Ignacio Gaztelu Pastor y el fotoperiodista del Grupo Joly, Fito Carreto. Mueren Juan XXIII y John F. Kennedy.

Una imagen del pequeño Bernardo en la Feria de Ganado, en El Palmar de la Victoria.

De pequeño vivió en la calle Santa Fé, muy cerca de San Sebastián; ya con dos años la familia se trasladará a la calle Cruces, 53, donde pasará toda su infancia. Los estudios primarios los realiza en el Colegio de San Ignacio, --Don Juan ‘el Cojo’--, terminando en San Agustín por cierre del anterior centro. Bachillerato y COU los realizará en el Instituto Pedro Muñoz Seca.

En 1981 comienza sus estudios universitarios en Jerez, obteniendo la Diplomatura en Ciencias Empresariales en la Escuela Universitaria. Tres años más tarde, en 1984, continuará en Sevilla los estudios, licenciándose en Ciencias Económicas y Empresariales por la universidad hispalense.

En el último año de carrera se incorpora a la empresa de los Hermanos Fernández Sánchez (Restaurante Bar Jamón, La Bodeguilla, Confitería La Merced y Alimentación Joselito), donde se hace cargo del departamento administrativo y contable y las relaciones laborales, cumpliendo el próximo 2011, 25 años en la empresa.

La familia: Bernardo padre, Milagros, Álvaro y Bernardo Jr.

Bernardo está casado con Milagros Pérez Pérez (de los Pérez de toda la vida), que también es la mayor de sus tres hermanos --Manuela y Ramón--, hija de Ramón Pérez González y Antonia Pérez Selma. Tienen dos hijos mellizos, Álvaro y Bernardo, que cumplen el próximo enero 19 años. Y si bien establecieron en principio el domicilio conyugal en la Barriada Los Alamos, mas tarde se trasladaron a Cruces, 53. donde vivió su infancia y juventud, por lo que podemos afirmar que nunca ha dejado de vivir en el Barrio Alto, algo de lo cual se siente orgulloso.

Entre sus aficiones se encuentra el fútbol, la lectura y viajar, practicando de joven el fútbol en los infantiles y juveniles del CD La Salle y en el Racing Club Portuense B, en categoría regional.

De izquierda a derecha, Sebastián Gómez, Florentino Pérez presidente del Real Madrid y Bernardo García, en el palco del Santiago Bernabeu.

PEÑA MADRIDISTA PORTUENSE.
Hace 25 años, en 1985, un grupo de amigos que se reunían en el Bar Apolo (ver nótula núm. xxx en GdP), se embarcaron en la aventura de crear una Peña Madridista en El Puerto. Amigos con el corazón blanco, como se definen. La primera Junta Directiva estuvo presidida por Juan Moreno Garrucho (+), estableciéndose en la calle Pagador donde tuvieron su primera sede social.

Tras unos años, cambian de ubicación, trasladándose a la calle Postigo, siendo su presidente Juan Márquez, fijando su actual residencia en la calle San Juan, 27, siendo presidente Francisco Lambea Cosculluela (no el periodista). En el año 1998 ostentó la presidencia un hombre que hizo una labor importante para que la Peña no desapareciera, José Reviriego Izquierdo, precisamente fallecido este mes de diciembre.

Bernardo García, Enrique Gutiérrez, Tomás Roncero del Diario AS y Sebastián Gómez en el estadio Santiago Bernabeu.

A partir del año 2002 alcanzará la presidencia nuestro protagonista, Bernardo García Gómez, llevando ya ocho años al frente de la entidad peñística blanca en El Puerto. Durante su mandato la asociación ha experimentado un considerable aumento en el número de socios.

Portada de la caseta de la edición de la Feria 2010 dedicada a Oporto.

Mujeres de los socios en el interior de la Caseta de la Peña Madridista en el Real de la Feria.

En el año 2004 la Peña Madridista instaló una caseta en el Real de la Feria de las Baderas, siendo uno de los principales puntos de encuentro de los socios madridistas y muy bien acogida por los porteños.

Francisco Fernández Lira, Antonio Ruiz (ex jugador del Real Madrid), Bernardo García, Manolo Velázquez (ex jugador del Real Madrid), Juan Escalante, Sebastián Gómez y Enrique Gutiérrez, en la Peña Madridista de Rota.

Entre las actividades de la Peña podemos destacar, aparte de las excursiones a Madrid para asistir a los encuentros deportivos en el estadio Santiago Bernabeu, otras de índole cultural para conocer la historia, costumbres y territorios andaluces. Un Ciclo Cultural que se celebra, anualmente, en el mes de noviembre. Una jornada dedicada al socio, así como actos de convivencia en sede social. Anualmente publican, igualmente, calendarios de fútbol en diferentes formatos, siempre relacionado con el equipo merengue.

5

Fue en 1967 cuando a un grupo de portuenses se les vino a la idea colaborar en algo que diera otro talante, otra imagen a la celebración ambiental y pública de la Navidad. No existía por aquella época un ambiente precisamente navideño por las calles de El Puerto, ni tampoco en sus actos públicos. La Navidad en las calles de nuestra ciudad pasaba casi desapercibida. Con el ánimo de revitalizarla nació la campaña “Navidad con amor”. Su desarrollo se expuso al municipio y hubo visto bueno inicial de la alcaldía que entonces ocupaba don Luis Portillo Ruíz, que aparece en la imagen de la izquierda.

Con no pocos esfuerzos, los organizadores lograron un reconocible apoyo de determinados comercios para poner algunos exornos en las principales calles del centro histórico. Los exornos del primer año fueron muy tímidos en cuanto a esa ascua de luz navideña que la campaña logró en años sucesivos. Las calles con esta iniciativa lograron tener iluminación y adornos especiales, incluso con su mezcla correspondiente de propaganda comercial, algo sin precedentes en la historia de El Puerto. Hace 43 años los portuenses pudieron disfrutar por primera vez de la iluminación extraordinaria de sus calles más importantes por Navidad.

Los primeros alumbrados extraordinarios de Navidad con Amor. Calle Luna arriba, a la derech 'La Bota de Oro'.

Pero cuando la ilusión de cristalizar la idea ya estaba en marcha, surgió el inconveniente. Del Ayuntamiento llegó una contraorden: “que se retirasen los exornos de las calles, y que se volviese a exponer antes de seguir adelante un nuevo planteamiento”. Para salvar la iniciativa fue persona clave con su implicación desde el primer momento el teniente de alcalde delegado de fiestas Juan Melgarejo Osborne, quien con su empeño personal logró que la primera campaña de “Navidad con Amor” siguiera adelante.

Juan Melgarejo Osborne, alcalde de la Ciudad en 1970, en la entrega de premios en la Gala del Teatro Principal de ese año, junto al Teniente de Alcalde de Fiestas, Francisco Javier Merello Gaztelu. A la derecha, sosteniendo los Trofeos (unos bambis de alpaca plateada servidos por Joyería Díaz), el ordenanza Juan Valiente Moreno.

La Gala de Navidad, protagonizada por niños, que se celebraba en el Teatro Principal los días 25 de cada año, mientras duró la Campaña. La primera gala fue presentada por Pilarín Merello Peñalver, Amparo Unzueta Melgarejo y Aurora Melgarejo.

El acto central de la campaña giraba en torno a la ‘Gala Infantil’  benéfica en el Teatro Principal que, con la complicidad expresa del profesorado de los colegios de la época lograron la participación de infinidad de coros de chiquillos; sus villancicos y sus voces blancas contribuyeron al éxito popular de aquella primera experiencia solidaria en días tan señalados. El local de más capacidad de la ciudad abarrotado hasta el gallinero de un público expectante para contemplar a niños, entre los que muchos de ellos tenían las más cortas edades. El Puerto entero se volcó con esta primera edición y sucesivas campañas y galas de “Navidad con amor”.

De izquierda a derecha, Fernando T. de Terry, alcalde de la Ciudad; Francisco Javier Merello Gaztelu, Teniente de Alcalde Delegado de Fiestas, José María Morillo,  --que recitó unos versos de José Luis Tejada en representación del Instituto Técnico-- y Antonio Romero Castro, Jefe del Negociado de Fiestas del Ayuntamiento. 25 de diciembre de 1971.

Tal fue la singularidad de la iniciativa que llegó a tener especial eco en distintos medios de información a escala nacional, e incluso en el quinto aniversario Televisión Española dio cobertura a los actos. La campaña, por la calidad de las interpretaciones de los niños mereció ese mismo año el premio “Paz en la Tierra”, concedido por el Ministerio de Información y Turismo siendo su titular Alfredo Sánchez Bella, y alcalde la ciudad Fernando T. de Terry Galarza.

La Pastora Mayor que en 1971 recayó en la hija de un marinero con serios problemas de salud y empleo, y la corte de pastorcillas y pastorcillos, en la puerta del antiguo Ayuntamiento en la Plaza de Isaac Peral.

La Pastora Mayor fue una designación que no se incorporó hasta el tercer año de la campaña. Es decir 1969. Las distintas proclamaciones se realizaron en el salón de plenos del Ayuntamiento. La idea surgió con el propósito de ofrecer a una niña de familia trabajadora la alegría navideña de unos días inolvidables. La primera Pastora Mayor era hija de un obrero del municipio; la segunda de una viuda de modesta condición económica; la tercera de un marinero; la cuarta fue una niña del Asilo de Huérfanas, y así sucesivamente…

Otros actos paralelos a la Gala Infantil fueron las visitas a los ancianos de las Hermanitas de los Pobres, o la ofrenda oficial en fin de año ante el Belén de la plaza del Polvorista, así como concursos de redacción y dibujos de temas navideños. Una fiesta-cena benéfica ayudaba con su recaudación a las familias más necesitadas, origen y fin por sí mismo de toda la campaña.

Martínez Alfonso, en la entrega de premios de la Gala del año 1973. A su derecha, Enrique Pedregal Valenzuela.

La Academia de Bellas Artes de Santa Cecilia organizaba todos los años la cabalgata de Reyes Magos, pero al llegar el X aniversario de “Navidad con Amor” cedió los bártulos a la Comisión Organizadora sin menoscabo de su continuada colaboración.

Siendo alcalde de la ciudad Manuel Martínez Alfonso, el poeta y escritor portuense Juan Ignacio Varela Gilabert dio el primer “Pregón de la Navidad con Amor” en un acto celebrado en la Casa de la Cultura el día 16 de diciembre de 1976. Para este primer pregón también se barajaron los nombres de José Luis Tejada y Montero Galvache.

Curiosamente esa Navidad y debido a la falta de presupuesto municipal se redujo considerablemente el alumbrado extraordinario, si bien se compensó en parte con la incorporación de un equipo de ambientación musical navideña.

Por aquella época existían serias discrepancias entre los regidores de la ciudad y la representación eclesiástica del municipio que, a través del asesor religioso de la Comisión Organizadora y en escrito dirigido a la misma, les conminaba sobre la organización de los actos relativos a la Navidad dentro del primer templo de la ciudad “como criterio que tiene la Iglesia para tenerlo en cuenta”.

La Navidad con Amor, al principio de los ayuntamientos democráticos. La instantánea en el Teatro Principal en 1979. El macero Camacho, los ordenanzas municipales Ullén y Polanco, el Teniente de Alcalde Delegado de Fiestas, Manuel Espinar Galán, el miembro de la Comisión de Navidad con Amor, Enrique Pedregal Valenzuela, el alcalde de la Ciudad, Antonio Álvarez Herrera y el miembro de la Comisión, Miguel Lobato Quintero. Año 1979.

El devenir de los tiempos, la propia inercia de la sociedad y la desaparición del añorado Teatro Principal fruto de la barbarie especulativa e incendiaria de unos desalmados, propició el desvanecimiento paulatino de la “Navidad con Amor” a comienzos de la década de los 80 del siglo pasado.

El coro de niñas del Maestro Dueñas, dirigido por él que aparece a la izquierda de la imagen junto a Antonio Romero Castro --Jefe del Negociado de Fiestas del Ayuntamiento-- y a la directora del Asilo de Ancianos, en la visita y ofrenda que hacían durante la Campaña. Año 1972.

Todavía perduran y resuenan en la memoria de varias generaciones de porteños, los sones y cantares cultivados por la sabiduría musical del Maestro Dueñas.

"Un saludo cariñoso
a la Pastora Mayor
por estar representando
la Navidad con Amor"

(Texto: Manolo Morillo. Fotos: Rafa. Archivo Municipal).


4

"Aquí viene un servidor,
para no perder costumbre;
no lo tome a pesadumbre,
recíbame, por favor.
¡Navidad! Dicha del alma,
doquier alegra canciones,
bebidas, dulces, turrones,
paz serena, duce calma.
Olvida el triste su llanto
se siente al anciano, niño,
porque es Navidad cariño,
alegría y gozo santo.
Y yo le deseo, señor,
pase alegres Navidades
salud y felicidades
y un Año Nuevo mejor".

EL CARPINTERO.

A mediados del siglo XIX surge en el mundo de las representaciones gráficas una modalidad de impreso estrechamente relacionada con diversas actividades sociales. En el ámbito de las relaciones de la vida familiar y social burguesa se generaliza el uso de una serie de elementos impresos para recordar las fechas señaladas: felicitaciones de todo tipo llegan en el día de la onomástica o del aniversario, en las fechas de Navidad o Año Nuevo, el día de los enamorados y tantas otras fiestas.

Se considera generalmente que la primera tarjeta de Navidad se editó en 1843 por iniciativa de un editor inglés, Henry Cole, que encargó unos dibujos que luego imprimió y remitió a sus amistades. Con el paso del tiempo su idea fue calando y se generalizó su empleo en Gran Bretaña y otros países europeos. Sin embargo, con anterioridad a esa fecha, se tiene constancia en España de una primera felicitación navideña impresa en 1831, obra de los repartidores del Diario de Barcelona.

Las felicitaciones de los trabajadores de oficios públicos eran repartidas por éstos con la manifiesta intención de obtener una gratificación. La llegada de la cromolitografía al mundo de las artes gráficas, a partir de mediados del siglo XIX, inunda de color las felicitaciones que cada año mandaban imprimir los servidores públicos. Serenos, panaderos, lecheros, electricistas, aprendices, barberos, repartidores de periódicos y otros trabajadores felicitaban las Pascuas por medio de tarjetas con una estética propia muy característica.

En la mayor parte tarjetas destaca la figura del trabajador con uniforme de gala, como en el caso del sereno, o con atuendo de trabajo mientras desempeñan las tareas propias de su oficio; en un segundo plano aparecen escenas de la Natividad, alimentos y bebidas típicos de estas fiestas: turrón, pavo, uvas, champán, etc. Posteriormente van apareciendo otros elementos que poco a poco se incorporan a los demás símbolos navideños: el abeto y objetos para su decoración, hojas de acebo y escenas de familias comprando figuritas del belén.

Las fórmulas o frases de felicitación son casi siempre las mismas y están impresas o estampadas en el anverso de la tarjeta: “El cartero felicita a usted las Pascuas de Navidad” o “El farolero les desea Felices Navidades”; mientras que el texto en verso con el que el trabajador pide el aguinaldo hace referencia a las peculiaridades de cada oficio y está impreso en el verso de la tarjeta.

La Biblioteca Nacional de España conserva una excelente representación de felicitaciones de oficios desde finales del siglo XIX hasta 1960 que permite estudiar y comprobar la evolución de estas tarjetas en cuanto a su iconografía, técnica y estética. (Textos: Rosario Ramos Pérez. Biblioteca Nacional de España).

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