
Vicente Rodríguez Giménez nace en la Calle Vicario, 9, al mediodía del 20 de diciembre de 1968. Sus padres, también son porteños, de nombre Jesús y Milagros. A Vicente le gusta recordar que tuvo una infancia feliz junto a sus otros dos hermanos, Josechu y Rubén, dividida entre la casa que le vió nacer y la de Calle Larga, 34, donde en la actualidad vive Milagros, su madre y donde tiene el taller de figuras.
Sus primeros pasos en la escuela los dió, como párvulo, en el Colegio del Asilo, de la calle Cielos, y tiene en su memoria a una monja que, aunque fallecida hace tiempo, la recuerda con muchísimo cariño: Sor Nieves.
Vicente Rodríguez Jiménez was born at number 9, calle Vicario, at midday on 20th of December 1968. His parents, also from El Puerto, are called Jesús and Milagros. Vicente likes to remember his happy childhood with his two brothers, Josechu and Rubén, spent at both the house where he was born and the other at number 34, calle Larga, where Milagros, his mother, currently lives and where he has his figure modelling workshop. As an infant he attended the Colegio del Asilo school, in calle Cielos, and remembers one nun who, although she passed away many years ago, he has very fond memories of: Sister Nieves.

Colegio La Salle. Curso 1976/77. Profesor Tutor, Ciro Morata Torres, Tercero A. Fila superior, de izquierda a derecha: Desconocido, Manuel Martínez Cordero (Fundación Alberti), José Manuel Gutiérrez González, Real, Diego Porras Jiménez, José Manuel Gutiérrez Rodríguez. Fila inferior: Juan Manuel Quiñonero (+), Peña, Mateo, Miguel Villanueva Sánchez, Miguel Ángel Pérez Ramos y Vicente Rodríguez Giménez.

Colegio La Salle. Curso 1977/78. Cuarto de E.G.B. Fila superior, de izquierda a derecha: Salva, Desconocido, Pérez Otero, Peinado, José Manuel Gutiérrez González y Vicente Rodríguez Giménez. Abajo: Velázquez, Villanueva, Prado, Porras, Miguel A. Pérez Ramos.
Pasa luego a la Enseñanza General Básica, en las Escuelas de La Salle “Santa Natalia», en la calle Rosa, donde aprendería las primeras nociones de plástica. En aquella época formaría parte, a la vez, del Grupo Scout donde desarrollaría sus habilidades de escultura, pasando luego al Instituto “Pedro Muñoz Seca”, finalizando su formación académica con el Bachillerato Superior.
HOSTELERÍA Y HOSPEDAJE.
En 1989 entra en la plantilla del Caballo Blanco, en el Departamento de Compras o Economato donde, tras tres años y medio, pasa al Hotel Meliá La Caleta, en el departamento de Recepción, bajo la dirección de José Manuel Anguiano Bernier, director que ha sido del Hotel Meliá Caballo Blanco, hasta su jubilación. El trabajo en Cádiz trae consigo campanas de boda; en 1992 se casa con la medinense (natual de Medina Sidonia) Ángeles Colón Mora, con quien tiene tres hijas: Ángeles, María y Belén. (Portada del Hotel Caballo Blanco).

Vicente Rodríguez, en la recepción del Hotel Monasterio 'San Miguel' atendiendo a la modelo Mar Flores.
En 1996 regresa al Hotel Caballo Blanco como recepcionista para, al año siguiente, integrarse en la plantilla del Hotel Monasterio “San Miguel” donde desempeñará las funciones de recepcionista durante cinco años más. En 1992 solicita excedencia en la empresa hoteleera para dedicarse de lleno y de forma exclusiva a la empresa que había creado: Sucesores de Ángel Martínez. En 1996 regresa de nuevo al Caballo Blanco, como recepcionista. Ya en 1997 ingresa en las filas del Hotel Monasterio San Miguel, donde continuaría durante cinco años más en el mundo de la hostelería y el hospedaje. Es en 2002 cuando solicita excedencia para dedicarse de pleno a la empresa que tiempo atrás había creado.

Vicente Rodríguez, en el Taller en el año 2000. (Foto Tusitala Comunicación).
LA TRADICIÓN DEL BELENISMO.
Como hemos señalado los últimos años en el Hotel Monasterio lo compagina con la creación y puesta en marcha de la empresa que se dedica al rescate y producción de la obra del imaginero de formato pequeño, especializado en figuras de Nacimiento, Ángel Martínez.
Durante todos estos años, además de profundizar en las materias profesionales de hostelería y el hospedaje, con estudios tales como protocolo, relaciones internacionales, idiomas, atención al cliente,… se matricula, igualmente, en la Escuela de Artes y Oficios de Cádiz, donde conoce al imaginero Alfonso Berraquero y aprende de él nociones importantes en los procesos escultóricos. Desde entonces hasta ahora no ha parado de estudiar, practicar y profundizar en numerosas técnicas de expresión plástica, a la vez de impartir cursos y charlas sobre belenismo en numerosos puntos de la geografía española. (En la fotografía de la izquierda, una figura de la serie de pescadores del Taller de Sucesores de Ángel Martínez).
DISTINCIONES Y EXPOSICIONES.
Vicente Rodríguez recibe, en 1998 el Trofeo Federación Española de Belenistas. Fue, además, Presidente de la Asociación de Belenistas Portuenses “Ángel Martínez”, entre 1998 y 2004, recibiendo el nombramiento de Maestro Belenista en 2005, entre otros muchos reconocimientos a nivel nacional.
Exposiciones de figuras se han venido instalando en varios lugares de la geografía española, tales como la de la Caja San Fernando, Sevilla (1999); Planetario, Pamplona (2000); Málaga (2001), Museo Comarcal, Velez-Rubio (Almería, 2002), Congreso Nacional de Belenistas celebrado en El Puerto, en el Monasterio de la Victoria (2003); Casa de Colón, Huelva (2004), Letizia Arbeteta, Valladolid, 2005), Blanca Paradela, El Escorial (Madrid, años 2004, 05, 06, 07, 08), Bilbao (2008). La última muestra con figuras, se instaló dentro del Belén del Santuario de la Ermita del Rocío en la pasada Navidad 2008. (En la ilustración de la izquierda, portada del catálogo de la Exposición en el Museo Comacal de Vélez Rubio, Almería).
OTROS ÁMBITOS DE ACTUACIÓN.
Su habilidad plástica y trabajo creativo lo desarrolla, no solo en producir figuras de barro, sino que lo lleva a otros ámbitos, sirviéndonos como ejemplo la reproducción de maquetas a escala, entre las que se encuentra la de la Casa de los Leones dentro de la Exposición Permanente que se encuentra en dicho establecimiento hotelero: «La Arquitectura Civil en el siglo XVII: El Barroco en El Puerto" y que podemos ver en la fotografía de la izquierda. No importa el tamaño, cualquier escala es válida para reproducir una figura, o un edificio: Ha reproducido a gran escala El Resbaladero, el Castillo de San Marcos, las portadas de la Iglesia Mayor, el Monasterio de la Victoria, la Plaza de Toros, Casas Palacios, la Fuente de las Galeras, el Faro y Casas del Pueblo Marinero de Puerto Sherry.

Vista parcial del Stand del Ayuntamiento porteño en la Feria Internacional de Turismo FITUR 2008, celebrada el pasado año en Madrid.
También es autor de diversos stands, entre los que se encuentran los realizados durante cuatro ediciones para el Ayuntamiento porteño en la Feria Internacional de Turismo FITUR; numerosas fachadas y decoraciones de casetas en la Feria de Primavera y Fiesta del Vino Fino de nuestra ciudad y la provincia, entre las que podemos citar la Caseta Los Romero; carrozas para cabalgatas, escenografias de teatro, etc... Incluso uno de los pescadores originales de Martínez, recuperado por Vicente, es uno de los regalos oficiales del municipio portuense, como ejemplo de la tradición martítima de la Ciudad. Figuras de la factoría de la calle Larga están en despachos oficiales y se entregan como regalos especiales de Congresos y Reuniones, considerándose un regalo valioso el producido en El Puerto. (En la fotografía, en la Nave posando con el Shreek que hicieron para la Cabalgata de Reyes. Año 2008).

En la fotografía, la sociedad que integra a Sucesores de Ángel Martínez. De izquierda a derecha: Ángel y Benito Acosta Gutiérrez, Vicente Rodríguez Giménez y Paqui y María del Carmen Acosta Gutiérrez, en una foto del año 2000.
SUCESORES DE ÁNGEL MARTÍNEZ.
La empresa Sucesores de Ángel Martínez S.L. se fundó en el año 2000 para continuar y recuperar la obra del genial artista Ángel Martínez natural de nuestra Ciudad. Alcanzó gran fama debido a un peculiar estilo que aplicó a las figuras de barro que trabajaba, inicialmente en varios campos para, finalmente especializarse, en el ámbito navideño.
Cuando falleció Ángel Martínez en 1946, continuó sus trabajos su sobrina Carmen Gutiérrez Gallardo, aunque de manera efímera por complicaciones debido a una enfermedad ocular. Sus cuatro hijos: Ángel, Benito, Francisca y María del Carmen Acosta Gutiérrez junto a Vicente Rodríguez consiguieron crear, tras diversas reuniones mantenidas al efecto, la empresa: "Sucesores de Ángel Martínez, S.L." evitando así la pérdida de gran parte de los moldes creados por el genial artesano portuense para la creación de sus figuras de barro. (En la fotografía, Ángel Martínez).
Tras un largo proceso de limpieza, restauración, catalogación de moldes, se pasó a la producción y reproducción de las figuras, utilizando el mismo método que el empleado hace 100 años por el propio Ángel Martínez -la técnica del apretón--, aunque la cocción del barro se realiza en hornos eléctricos alcanzando una temperatura de 980º C lo que hace que éste adquiera una notable dureza e impermeabilidad, una vez cocido. Las figuras se marcan con un sello característico que proviene del sello original de las piezas. Durante el transcurso de la producción de las figuras el sello ha ido evolucionando, desde la AM de principios de siglo, hasta el actual que indica: “Sucesores Ángel Martínez Puerto Santa María”. En la actualidad el trabajo, puramente artesanal, se basa principalmente en la producción de figuras para belenes, con marcado carácter costumbrista. (En la fotografía, con el Obispo de Jerez, Juan del Río, en un Encuentro Belenista).
Ampliaremos información en una próxima nótula dedicada a Ángel Martínez.

Juan Antonio García García, nació dos días después de la festividad de los Reyes Magos, el 8 de enero de 1943, en una España en la que la hambruna de la posguerra hacía estragos, en El Royo (Soria). Pero él entró con 16 años, a trabajar en una profesión donde, con el tiempo, daría de comer a los demás: en la hostelería. Concretamente de cocinero, empezando desde abajo, en Escoriaza (Güipuzcoa) en el Colegio de los Marianistas; pasaría por Zaragoza, en el Mesón del Carmen y en San Sebastián, en el prestigioso Hotel María Cristina. En 1961, con 18 años, llega a El Puerto al Motel Meliá “El Caballo Blanco», donde conocerá a la que sería su mujer, Marisa Alonso Juárez. Al año siguiente, en 1962, pone rumbo profesional a la Costa Brava, prestando sus servicios en el Hotel El Alfa (Calella de Palafruguell, volviendo en el verano de 1962 al Cangrejo Rojo, lo que luego sería el Club Mediterranee. (Juan, en una fotografía reciente, dando los últimos toques a una fabada asturiana de la que dieron buena cuenta una reunión de directores de hotel).

Y en 1980 crea una sociedad con José Cala, un tandem que daría mucho juego durante aquella década: el restaurante “La Goleta” la mejor oferta de restauración en cuanto a la relación calidad precio de la zona, siendo un referente tanto a nivel local como nacional. El equipo era comandado por José Cala Suano como Maitre y Juan García García, como Jefe de Cocina. En 1991 se construye Del Mar Hotel, (tres estrellas, 40 habitaciones) disolviéndose la sociedad Cala-García al año siguiente, en 1991. La familia Cala explotaría en solitario “La Goleta” y nuestro protagonista se quedaría con la gestión y propiedad del establecimiento hotelero hasta que, el pasado 2008, tras 17 años dirigiendo el hotel y 49 de vida laboral ininterrumpida, disfruta de la situación de jubilado jubiloso. La dirección del hotel la lleva en la actualidad su cuñado, Julián Antonio Alonso Juárez, bancario excedente, hijo del recordado profesor de Safa, don Lino Alonso. (En la fotografía, el Restaurante La Goleta).
LA FAMILIA.
VISITANTES ILUSTRES.


Estamos esta noche en la Pensión Triana, pensión situada en el corazón del Barrio Alto de El Puerto, en la calle Cruz de la Espartera del Molino s/n, de la cual soy, mejor dicho, somos, junto con mi buen amigo Benjy Montoya unos humildes acogedores de huéspedes, que nos hemos escapado de las ondas de la Cadena SER para compartir con la audiencia en vivo y en directo, un acontecimiento que cada vez se hace más imprescindible en el calendario de fiestas de nuestra ciudad, como es la Fiesta de los Patios portuenses.

Estoy hablándoles señoras y señores, de ‘Soledad la del Cepillo’, que nos va a deleitar con unas nanas extraídas de la cadena de trasmisión oral de sus ancestros, y divulgada de boca a oreja en los patios y zaguanes de nuestro pueblo . Los patios portuenses, lugares de encuentros y reuniones, auténticos vergeles, pequeños espacios ideales para el descanso, el diálogo y el sosiego reconfortante en torno a la belleza de la arquitectura tradicional, los aromas y los cantos nacidos de las gargantas de sus gentes, como Soledad, Soledad ‘La del Cepillo’. 



La especulación no tiene sitio porque los patios de mi barrio, que no es otro que El Puerto, han abierto sus cancelas de par en par para que la cultura popular, nacida del pueblo y para el pueblo, salga a las casapuertas y se palpen los latidos de la sangre caliente que aún fluye, llena de sinsabores y malos ratos, por las venas de su calles. La “Fiesta de Los Patios” es el quejío de los que casi nunca tienen voz, es la reivindicación pura y dura de una manera de ser, de una manera de vivir que la gran mayoría de portuenses no queremos que desparezca.

MUERTE DE ANTONIO.
La parroquia se pudo inaugurar el 29 de agosto de 1970. Inmediatamente las actividades sociales y pastorales se multiplicaron: organizó los cursos del PPO, el Centro social parroquial, AFANAS, el Círculo de Estudios, el Club de Fútbol San Marcos, las Cooperativas de viviendas, la Guardería social para 125 niños en el patio de la parroquia, la Banda de cornetas y tambores, el Grupo de Majorettes, la Hermandad de la Borriquita y un largo etcétera que sería prolijo enumerar. (En la fotografía, en la celebración de la Virgen del Carmen de 1967, a la izquierda Francisco Martín García; en el centro, pescador almeriense, 'el Rubio' y don Ramón. Ambos eran tripulantes del pesquero 'Magdalena Isabel' del armador Francisco Pineda Rosello, padre de María del Carmen Pineda Martí, Camarista mayor de la Virgen del Carmen durante la década de los años 60 y 70 y Miguel Pineda Marti, armador del Pascual Baldo con nótula propia en gente del Puerto.).
LOS RECONOCIMIENTOS.
El eco de su muerte se extendió por toda la ciudad como un reguero de pólvora. La Cofradía de pescadores y el sector pesquero quedó impactado por la noticia y acudieron a la parroquia para darle el último adios. El Consistorio decretó una jornada de luto por la pérdida de uno de sus hijos adoptivos más queridos. Las banderas del Consistorio y las de la Cofradía de Pescadores ondearon a media asta en señal de duelo. Los feligreses de la parroquia se volcaron con su párroco en el funeral y misa de "corpore insepulto". El obispo de la diócesis, don Juan del Río, el obispo emérito, don Rafael Bellido, y el presbiterio diocesano en pleno, así como muchos sacerdotes de Sevilla y otros puntos de España, vinieron a concelebrar la misa por su alma y rendirle el último homenaje.





UN HOMBRE BUENO
"Ramón Eduardo González Montaño fueron sus nombres y apellidos completos. Nació el 31 de agosto de 1934, en una casa de la calle Ancha del pueblo sevillano de Estepa, frente a la torre de la Victoria. Era la torre de la iglesia del convento de los mínimos o victorios. La misma Orden monacal que existía en el Monasterio de la Victoria de El Puerto.
En septiembre de 1946, Ramón decide marchar al Seminario Menor de la Archidiócesis de Sevilla en Sanlúcar de Barrameda. Hacía seis años que había terminado la Guerra Civil, y uno, la II Guerra Mundial. El fantasma de la hambruna aún no había desaparecido. La II Guerra Mundial terminó el año 1945. Ramón se distinguió entre los mejores estudiantes, como lo atestigua su certificado de estudios, extendido por la Secretaría del Seminario, con la nota media de Notable. (En la fotografía de la izquierda, el Seminario Menor de Sanlúcar de Barrameda).

ANTONIO, SU HERMANO.
AMBOS EN EL PUERTO.

«En el ocaso del siglo XIX, el vino de Jerez más bebido en casa y tertulias era el tipo “Oloroso” --para los británicos “Golden”-- que se acostumbraba a tomar más como aperitivo sin tapas al mediodía y después de la cena. Era el “Sherry” que se servía en las películas de época cuando alguien pedía un “Jerez” sin otro apelativo. Dicen los más ancianos del lugar que un buen caldo de carne acompañado de unas gotas de “Oloroso” era capaz de resucitar a un muerto. Ni los ingleses habían inventado el “Cream” -que no es otra cosa que el famoso “torito” de nuestra tierra- ni a nadie se le había ocurrido esa cursilería de “consomé al Jerez”. (En la imagen, etiqueta actual de 'Manzanilla Maruja'. Colección J.M.M.)
Cuando el siglo XX comienza su andadura, se inicia el cambio de gusto hacia algo más ligero y capaz de ser ingurgitado en notables cantidades, retando la entrada en estado de catalepsia. Eran los tiempos de los ventorrillos, los tablaos, el buen cante, las fiestas nocturnas que veían la salida del sol al compás de bulerías, fandangos, alegrías ... Es la entrada por la puerta grande del mundo de la juerga de un vino de Sanlúcar de Barrameda con nombre de mujer: la “Manzanilla”. Aun no tenían vigencia por estos alrededores más que dos Ferias, las de Sevilla y Jerez. Su consumo llegó a alcanzar tal notoriedad que incluso vieron la vida las primeras cañas, varillo alargado de gordo cristal, estrecho de boca, que en número de nueve se traían a las mesas, ocupando el cañero que ha llegado hasta nuestros días. (En la ilustración, obra de Muñoz Cebrián, se observa el medallón alegórico al nuevo Vino 'Fino' que lanzaría la Bodega Terry, alternándolo con la -ora 'Manzanilla', ora ''Solera Fina Olorosa, ora 'Fino Maruja'--, inspirando en el personaje de García Lorca, 'el Camborio'.. Colección de F.G.)
Don Fernando A. de Terry y Carrera entra también, como era lógico por su carácter emprendedor, en el terreno de juego e intenta en honor de una de sus hijas el registro de “María” para su “Manzanilla”. El Registro de Marcas y Patentes que en la primera década del siglo dirige el Vizconde de Eza (los títulos nobiliarios empiezan a caciquear) niega su inscripción por estar ya registrada para galletas esa misma palabra: “María”. Se insiste con un sinónimo y he aquí que abre sus vírgenes ojos una moza compuesta y destinada a una larga vida. Se llamó y se llama “Maruja”. (Ilustración: Galleta 'María').
El folleto publicitario señalaba que la música era de “La Chaparrita” y la letra de José Hernández Andino, representante de Terry en Badajoz La solera de “Maruja” --hasta casi 1954-- se rociaba todos los años con una importante partida que se adquiría a Barbadillo, de Sanlúcar. A medidados de los cicuenta pasa de moda la “Manzanilla” y después de un ligero predominio del “Amontillado¡ salta del banquillo de reservas el vino “Fino”. Esto es cosa de los tiempos actuales.» M.G.G.



«El Excmo. Ayuntamiento de El Puerto de Santa María ha venido prestando a la ciudad y a su término municipal el servicio de agua potable, contando para ello con los medios necesarios para el desempeño de tan fundamental función. La forma de prestación ha sido diversa en el tiempo, siendo razones de oportunidad, en cada momento, y siguiendo los cauces legales, las que han aconsejado la adopción del sistema más adecuado. La organización del servicio de abastecimiento de agua por gestión directa con órgano especial, data de 1953, en que se suministraba el agua desde los Pozos Municipales de La Piedad. En 1958 se incorporó El Puerto de Santa María al Plan de abastecimiento conjunto a la Bahía y zonas limítrofes denominado "Abastecimiento a la Zona Gaditana" en el que la captación, depuración y conducción hasta las ciudades es gestionada por la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, quedando la distribución a cargo de cada ciudad. Capta el agua en el embalse de Los Hurones, la depura en Cuartillos, la almacena y regula en San Cristóbal y en La Belleza y pasa a la red municipal donde se hace cargo de ella el Servicio. A partir del 4 de Abril del año 1966, por Orden del Ministerio de la Gobernación, quedó municipalizado el Servicio de Abastecimiento de Aguas, prestándose mediante Órgano Especial de Gestión. Posteriormente el Pleno del Excmo. Ayuntamiento, el 27 de Diciembre de 1974, acordó alterar la forma de prestación suprimiendo el Órgano Especial de Gestión y adoptando la modalidad de gestión directa sin órgano especial, autorizado por el citado Ministerio de la Gobernación el 25 de Agosto de 1975. Durante este periodo el Servicio de Aguas ha estado muy escasamente dotado de medios y de personal y como consecuencia de ello estaban en manos de terceros aspectos importantes como la lectura, liquidación y cobro de recibos.
El auge de la Ciudad en los años 80, puesto de manifiesto en un aumento considerable de la población y en la transformación de la ciudad en zona turística de primera magnitud, crea nuevas necesidades que difícilmente tienen solución con la forma de gestión del Servicio Municipalizado de Aguas, precisando el Excmo. Ayuntamiento dar una mayor agilidad a la gestión para afrontar con éxito la nueva situación. Simultáneamente, la Comisaría de Aguas del Guadalquivir se dirigió al Ayuntamiento exigiendo el cumplimiento de un Decreto Ministerial de aquellas fechas que obligaba a los productores de vertidos, incluso los municipios, a depurarlos. A tal fin se redactó un Plan de Saneamiento Integral que preveía la ejecución de colectores y depuradoras en un plazo de diez años. La Comisaría de Aguas, al aprobar este plan, recomendó la creación de algún órgano de gestión independiente del Ayuntamiento que fuera capaz de gestionar estas obras. Con motivo de todo ello, la Comisión Informativa de Aguas acuerda nombrar una Comisión Especial, el 30 de Septiembre de 1981, que pusiera en marcha los estudios precisos para independizar el servicio, mediante la creación de una sociedad anónima, al amparo de lo dispuesto en la Ley de Régimen Local. El Pleno de la Corporación, el 5 de Marzo de 1982, aprobó la conversión del Servicio municipalizado de Aguas en Empresa municipal de índole privada con carácter de sociedad anónima. El 24 de Septiembre de 1983 mediante la firma de Escrituras se constituyó la Empresa Municipal de Aguas, con el nombre de Aguas del Puerto, Empresa Municipal, S.A. en anagrama APEMSA, de conformidad con la Resolución del Ministerio de Administración Territorial de fecha 11 de Mayo de 1983». "La obra de la fuente" de Jesús M. González Beltrán. 1989.
«Antonio Izquierdo Herrera, “el Baba’, apodo de ascendencia paterna, nace hace 75 años en el número 16 de la calle Postigo, en pleno Barrio Alto, hijo de Juan y Rosario, conocida como “Primita”. Tuvieron ocho hijos, de los cuales Antonio, ‘el Baba’ es el segundo y mayor de los varones. La hermana de Antonio, Pepa, ya fallecida, era la madre de la pequeña Carmen Marín Izquierdo que el día de 13 de febrero de 1963, a la edad de 8 años fallecía como consecuencia del
PERSONAJE DEL PUEBLO, PERSONAJE DEL PUERTO.
CHATARRA Y CARTONES.
LAS NIÑAS MALAS.
INCIDENTE EN CASA JOSELITO.
ESCALANDO LA PLAZA DE TOROS.
Aconteció que por la insensatez de algunos ‘simpáticos’ Antonio, ‘el Baba’ fue alentado para tocar las posaderas de una señora, que por cierto era la esposa de un personaje de cierta relevancia, la del Comandante de la Policía Local, Manuel López Romero, excaballero legionario que hizo que ‘El Baba’ diera con sus huesos en el Manicomio de Cádiz. ¡Tres meses en un manicomio! Incluso peor que el Penal del Puerto. Los peores momentos de su vida. Milagros Leiva, hija de Antonio Leiva, el del
EL VÍNCULO CON LOS CALERO


Mi padre, Pedro Serrano Tey, aprendiz de sastre, llegó incluso a cortar chaquetas muy bien, tonelero, reconocido y respetado encargado de arrumbadores de las Bodegas de José de la Cuesta, me enseñó algo muy importante, mientras desde su altura, mi padre medía exactamente igual que yo 182cm, un gigante para los malos tiempos que le tocó vivir con su padre en el Penal por republicano y una gran familia, siempre sonreía y siempre trabajaba y me decía, cogidito de mi manita. Era el más pequeño, si bien 10 años después nacería mi hermana Begoña. --»Jesusmari hijo, siempre estás enfermo, eres débil: estudia.» (En la fotografía, Pedro Serrano Tey).


Así eran los bañeros y así eran los Tey, que aparte de ello tenían sus profesiones: José Luis y Manuel finísimos ebanistas, Ramón arrumbador de Bodegas José del Cuvillo y, mi padre de José de la Cuesta, hoy Grupo Caballero. Mi abuelo Ramón, capataz de la Bodega del Gavilán. Así se se escribe la historia de las personas sencillas que pasan por el mundo dejando una sombra fresca, esa brisa que tanto gusta en El Puerto, ese frescor que aquí llamamos “viento foreño”, la producen mujeres y hombres honrados y cabales que lo han dado todo sin exigir nunca nada." Jesús María Serrano. (En la fotografía, propiedad del autor, aparece éste con su hermana Begoña y su madre).
Fernando Durán Rey es hijo del Cuerpo. De la Guardia Civil. Nació en Cádiz en 1952 y, diez años después a su padre lo destinan a Tarifa --aquellas vistas del Estrecho y Tánger al fondo--, donde se va a vivir dos años hasta que, a la edad de trece se vienen a vivir a El Puerto un domingo de enero de 1965. Conserva un pedazo de cada sitio donde ha vivido. Con 45 años en El Puerto, Fernando asegura que «me siento de donde al abrir una ventana me encuentro a gusto. Llegaron con el camión de las mudanzas, de Viuda de Requejo. Fernando recuerda la primera impresión que se llevó de la Ciudad al leer en la Avda. de la Estación (antiguo Camino de Urda), el letrero que anuncia en una de las antiguas bodegas de Terry reconvertidas hoy en viviendas, que El Puerto es “Cabeza de Partido Judicial”, algo que no entendía con aquella edad. Vinieron a El Puerto por seis meses y aquí redescubre otro tramo de mar Atlántico -encerrado en la Bahía- desde el acantilado de Fuerte Ciudad, donde se encontraba el Cuartel de la Guardia Civil al que es destinado su padre, en principio para seis meses. «Allí supe que yo quería morirme en El Puerto», afirma.
Los olores de aquel lugar: retama, arena, mar y otros, entre los que se encuentra una planta que huele a regaliz y que él pone en los “Nacimientos” (lantana o “meao de gato”), quedaron fijados en su memoria olfativa.




FERNANDO Y EL PERIODISMO.
LA HISTORIA DE UN TRANSGRESOR.
Fernando lo deja claro: «Yo empecé a transgredir en 1978, cuando no se podía ser un transgresor. Le eché genio a la vida con 27 años, cuando me hago dueño de mí. Mi madre no se pudo equivocar pariéndome, y yo me esfuerzo por gustar» y abunda: «Me han hecho ser un transgresor, pero tengo un desdoble de personalidad controlado», habla este Fernando convertido en una especie de Juan Luis “Sabio Tarifa”, que bien pudiera, a pesar de su timidez no aparente, interpretar monólogos ante pequeños auditorios que, sin lugar a dudas, se le entregan. Y lo mismo puede contar verdades que mentiras, interpretándose a si mismo o reinterpretando a su personaje. Eso si, no entiende el Carnaval en la calle: «Me agobian las masas». (En la fotografía, a caballo de regreso del Rocío).
