| Texto: Enrique Pérez Fernández | Imágenes generadas con IA
Aquí termina la serie que en los últimos meses hemos presentado en Gente del Puerto acerca de las vidas de los marqueses de la Cañada y el patrimonio cultural que acumularon durante gran parte del siglo XVIII en su casa-palacio del portuense Campo de Guía; un adelanto de la monografía que actualmente escribo sobre la historia de la familia Tirry. En este último texto resumo los hechos que marcaron las personalidades de los marqueses y las huellas de un legado perdido que hemos evocado.
| Texto: José María Morillo.
A Antonia Mora Leiva la conocían en El Puerto por más nombres que santos tiene el calendario: Antoñita “la de las flores”, “la tuerta”, “la de la maceta”... y si uno preguntaba por cualquiera de ellos, tarde o temprano acababa señalando al mismo torbellino humano que se apostaba cada mañana en la puerta del antiguo ambulatorio de la Seguridad Social --hoy centro de especialidades médicas--, justo enfrente de la Comisaría. Allí, como si fuera su escenario particular, se plantaba con sus flores en la cabeza, su desparpajo y su fajo de cupones de la ONCE bajo el brazo.
En la jornada del miércoles de laVelada de la Feria de El Puerto, poco antes de que se procediera al encendido del alumbrado extraordinario, en la casetaDe Verde y Albero, que monta la formaciónpolítica Unión Portuense,se rendía homenaje al veterano ecologistaJuan ClaveroSalvador, como reconocimiento a su extensa trayectoria en pro del medio ambiente y el asociacionismo en la Ciudad.
Francisco Varo, cuando fue premiado con el Diploma de Patrimonio Histórico por el Ayuntamiento | Foto: Diario de Cádiz.
| Texto: Antonio Cristo Ruiz.
Francisco Varo Marchán, conocido como ‘Cuqui’, nació el 2 de abril de 1939. Peluquero de profesión y gran aficionado al flamenco y a los toros, dejó una huella imborrable en la cultura de nuestraCciudad.
Fue fundador de la Tertulia Portuense Flamenca—aunque no tengo certeza exacta— entre 1968 y 1970. El 20 de abril de 1974 se inauguró la primera sede de la Tertulia Flamenca “Tomás El Nitri”, con la presencia del alcalde de El Puerto de Santa María, Fernando T. de Terry y Galarza, así como de artistas como Manolo Sanlúcar, Antonio Núñez, y el propio Cuqui, que ejercía como presidente.
El pasado sábado, la bodega de Juan Carlos Gutiérrez Colosía se convirtió en escenario de una celebración entrañable, de esas que huelen a vino fino, a familia y a memoria viva. Allí, rodeado de ambiente de vinatería y de las risas que solo da la complicidad de los años, Fosco Valimaña Lechuga fue sorprendido por sus hijos, Fosco y Victoria, con una convivencia sorpresa que reunió a familiares y amigos en honor a sus 81 años.
No era un cumpleaños cualquiera. Fosco, con ese sentido del humor que le caracteriza, se ha convertido en el único hijo varón de Antonio Valimaña, conocido como Macario, en superar la barrera de las ocho décadas, un hito que su familia quiso celebrar como merece: con vino del bueno, con papas con chocos y con el calor humano que no se embotella pero embriaga.
En el centro de la imagen Manolo Rodríguez Sánchez ‘el Polvorón’, durante su actuación en el cuarteto 'Inclusión o Victoria'.
Un cuento de Juan Luis Rincón, cuya acción transcurre en El Puerto de Santa María, y a cuyos protagonistas se pueden identificar fácilmente. Ha ganado el segundo premio en el XXI Certamen de Cuento y Relato Corto ‘Villa de Algarrobo’ 2025. “Es para mí una especial satisfacción la puesta en valor de este relato en concreto pues me permite difundir una aventura ficticia --pero que bien pudo ocurrir-- de un personaje portuense, muy, muy querido, que canta, baila y vive la vida con intensidad. Está vivo aún --y esperemos que por muchísimos años más-- pero que no podrá leer este relato si alguien no hace el favor de leérselo entre una actuación y otra. Me imagino que ya habré dado pistas suficientes para reconocerlo y recomiendo su lectura de manera encarecida”, ha comentado Rincón.
| Texto: Juan Luis Rincón Ares
En los tiempos de mi abuela María, en este pueblo que adoptó de pequeño a Rafaé, cada familia tenía un mote y para bien o para mal se heredaba de generación en generación. Los motes “son en Cádiz el currículo de los pobres y, a veces, su árbol genealógico; se heredan de padres a hijos y de hijos a nietos, generación tras generación…” he escrito yo mismo en otra historia que no viene a cuento. Eso viene ocurriendo, calculo yo, desde que Menesteo, el caudillo ateniense fundador de estos lares llegó y puso el primer pie – el izquierdo para más detalles - en nuestras costas o las riberas de aquellos remotos tiempos. “Bien hallados, nativos. Tomad y comed” dijo el rey engolando la voz y ofreciéndoles a los pocos naturales que fueron a recibirlo a la orilla unas piezas de pan extrañas y picudas. Mis primitivos paisanos acogieron sus primeras palabras y el alimento que les ofrecía entre sospechosas carcajadas. “El Biena”, ese motete se le iba a quedar para siempre al egregio caudillo por la cursilería esa de “Bien-ha-llados”. Así fue conocido por toda la desembocadura del Guadalete y en su honor, desde ese momento, se le llamó del mismo modo a las piezas de pan que les habían regalado a modo de bienvenida. El pan de Biena. O sea que si alguien de por aquí lleva este apodo - “Biena”, “Viena” o incluso “Rebaná”- que sepa que procede directamente del famoso cabecilla griego. No le dé más vueltas y perdonen la digresión cachonda. Así fuimos, así somos y seremos.
El anuncio que cambió la publicidad musical en televisión española
Texto: José María Morillo.
¿Sabías que Peret, el rey de la rumba catalana, fue pionero en la publicidad musical en España? En este video te contamos la historia poco conocida de cómo Peret revolucionó los spots de televisión con Ponche Caballero en los años 60 y 70 del siglo pasado.
Peret, de copas y fiesta flamenca, en Bodegas Caballero, a la izquierda de la imagen, Rosso; a la derecha, Pantoja | Foto: Col. María Jesús Vela.| En la imagen, delante de unas botas de J.W. Burdon, de Bodegas Caballero, aparece de espaldas Luis Caballero Noguera junto a Peret; en el centro de la imagen José Navarro alias ‘José Pandonga, que por aquellos años era guarda nocturno en la bodega. Desconocemos los nombres de los dos mellizos que aparecen frente por frente en la imagen. | Foto cedida por Inmaculada Navarro.
| Texto: José María Morillo
¿Recuerdas a la enigmática rubia que cabalgaba sobre la arena de la playa en un majestuoso caballo blanco? Esa imagen, grabada en la memoria de muchos españoles, pertenece a uno de los anuncios más icónicos de la publicidad en nuestro país: el spot de Centenario Terry de 1964.
Pero, ¿quién era ella? ¿Cuál es la historia detrás de este anuncio legendario de TVE? Hoy te contamos todo sobre Margit Kocsis, la chica del caballo de Terry, que es historia de la publicidad en España.
| Texto: José María Morillo
El martes 18 de marzo, de manera repentina, se apagó la voz de Daniel Bastida Monge (1968-2025) a los 56 años. Conocido por su aguda mirada sobre la actualidad y la cultura, Bastida dejó una huella que no olvidaremos en los medios de comunicación locales y en quienes lo leyeron y escucharon a lo largo de los años.
Formado en Turismo, Imagen y Sonido, y Cine, su trayectoria profesional estuvo marcada por una inquietud intelectual que lo llevó a trabajar en distintos medios audiovisuales y a colaborar en diversas publicaciones, aunque también tuvo esporádicos trabajos más prosaicos, para vivir. Su incursión en el Diario de Cádiz comenzó en otoño de 2006, cuando Francisco Andrés Gallardo le abrió las puertas de la sección de opinión local Bienteveo, donde su pluma incisiva diseccionaba la realidad portuense. Aquel fue solo un primer capítulo: Bastida regresaría años después con nuevas columnas y críticas culturales, siempre con su sello inconfundible.
| Texto: Francisco Andrés Gallardo
Manuel Teja Moreno, conocido como ‘el Teja’, dejó una huella que aún perdura en la memoria colectiva de esta ciudad. Fallecido en octubre de 2018 a los 58 años, su nombre resuena no solo por su pasión por el carnaval, sino por una hazaña que aún hoy, casi 23 años después, sigue sorprendiendo: en octubre de 2002, recorrió a pie 625 de los 655 kilómetros que separan Madrid de El Puerto de Santa María tras perder el autobús que lo devolvería a casa. Lo que comenzó como un viaje para protestar contra el ‘Decretazo’ de Aznar —la reforma laboral (Ley 45/2002) que abarató el despido— se convirtió en una travesía de nueve días marcada por la precariedad, la solidaridad y la voluntad de un hombre sin recursos.
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