
No entró con buen pie el cinematógrafo de los Lumière entre los porteños. Pese a las buenas referencias del éxito en Cádiz, la primera función en el Teatro Principal, el 17 de octubre de 1896, acabó en rebelión del público, enfadado por su corta duración. Lejos de estar asombrados, cuando el proyector volvió a repetir los «cuadros», los espectadores comenzaron a abroncar a los organizadores, que al día siguiente abandonaron El Puerto.

Propaganda de una función en el Teatro Principal, en 1898. Anverso. (Colección Tomás Ramírez).
Hace ciento doce años dos problemas causaban honda preocupación entre los porteños: la insurrección en Cuba y Filipinas, que registraba ya numerosos muertos entre los alistados de la provincia, y la plaga de filoxera que estaba destruyendo las viñas de la zona, fuente de riqueza fundamental para la ciudad.
El entretenimiento para ahogar tales agobios se limitaba a la tertulia, en casapuertas, tabernas o salones, o algún aislado espectáculo. Al alcance de la burguesía local se encontraba la variada, pero precaria, programación del Teatro Principal: zarzuela, varietés, conciertos, y obras puestas en escena por bienintencionados grupos en provincias, o aficionados.
En octubre de 1896 llegan ecos del éxito de un invento que causa sensación en Cádiz. El cinematógrafo de los hermanos Lumière impresionaba «a quienes acudían al coliseo de la calle de la Novena», como menciona la Revista Portuense en su número del 13 de octubre.
Hasta entonces, nuestros abuelos habían disfrutado de experiencias visuales parecidas, protoinventos cinematográficos. Meses antes habían sido una conmoción de sorpresa los «cuadros ilusionistas» de monsieur H. Kaurt -serían tal vez unas diapositivas móviles o un «cine» rudimentario-, pero sin parangón con el novedoso aparato.
Los empresarios del teatro se las prometían muy felices cuando contrataron al cinematógrafo ambulante. En principio estaba previsto que se estrenara el 15 de octubre, pero el éxito en la capital retrasó la novedad al sábado 17 de octubre de 1896.
En esa fecha, los portuenses iban a descubrir el cine, y la experiencia no iba a ser satisfactoria. La Revista Portuense lo anuncia asegurando que «por medio de él se reproducen sobre un lienzo cuadros animados y vivos que hacen llegar a nosotros las impresiones de escenas de la vida real», explicando en el artículo el proceso físico de la ilusión visual de movimiento.
A las ocho de la tarde da comienzo la función, que acabaría en protestas del público cuando volvieron a repetirse los «cuadros» -tal vez «Llegada del tren» o «salida de los obreros de la fábrica», entre otros-. Los espectadores patearon la función por su corta duración y su escasa variedad. Parece que no existió la sensación de asombro que tuvo medio mundo. Ante el fiasco -tuvo que avisarse la corta duración en los programas-, el cinematógrafo sólo ofreció una función más, al día siguiente. El jueves la programación del Principal se reanudó con la discreta cantante de ópera Vittoria Domeneci, que sí triunfó en El Puerto. El cine tendría su segunda oportunidad en enero de 1897, con las sesiones del «Cinematógrafo Joly».
SALAS DE CINE EN EL PUERTO.

1896, octubre: primera proyección del cinematógrafo en el Teatro Principal.
1897, enero: segunda vez que se ofrece cine en el Principal, por el «Cinematógrafo Joly».
1906: programa veraniego de cine en la plaza del Carbón, futuro Gran Cinema.
1931, abril: primera proyección de cine sonoro, en la ciudad, del film «Galas de la Paramount».

Programa de mano de la película 'Sagrario'. Con esta película se estrenó el Cine Orpheo, en Puerto Escondido, propiedad de la Familia Valimaña. (Programa Colección Manuel Valimaña Lechuga).
1935, junio: apertura del Cine Orpheo, en Puerto Escondido. Cerrará en noviembre del 41.
1941, mayo: apertura del Cinema España, en la actual Ribera del Marisco. Cerrará en 1973.
1942, mayo: apertura del cine Macario, en calle Misericordia, con el film «Los cien mil dólares». Remodelado como sala cerrada en mayo de 1978, estrenándose con «Jesucristo Superstar».
1950, junio: primera temporada del Cine Colón, en calle Jesús de los Milagros. Se inicia con «La duquesa de Benamejí». Cierra en 1980.
1954, junio: abre el Cine Moderno, en calle Cruces, con «El bandido generoso».

Entrada de General al Cine Macario, por la calle Luna. En su lugar hoy ocupa su espacio la Sala de Música 'Mucho Teatro'. (Foto Colección Vicente González Lechuga).
1956, octubre: parte del Cine Moderno se habilita como la primera sala cinematográfica cubierta de la ciudad, con lo que tendrá sala de invierno/verano. Se remodelará en 1977 como sala única, cerrando como tal en 1984 y siendo clausurado en 1994.
1958, junio: apertura del Cinema Puerto, en Ganado.
1962: se abre el Cine Victoria, por primera vez, en calle Bolos. El local cerrará en 1982 y será derribado en 1987.
1964: el Cinema Puerto es remodelado de cine de verano a sala de invierno cubierta y rebautizado como Central Cinema, al ser comprado por la empresa de Nuchera, abriendo con el film «El premio». La sala se cerrará en 1987 y será demolida en 1990.
1965, junio: apertura del Cine Florida, en calle Luja, con la película «La pantera negra». El solar será convertido en viviendas en 1986.
1974, junio: primera temporada veraniega del Cine Playa, en calle Valdés -actual piscina cubierta-, cerrando en 1981.

Programa de mano. Con esta película se inauguró el Cine Macario en 1942, de la Familia Valimaña. El título original de esta película es 'Centomila dollari', del año 1940, dirigida por Mario Camereni, e interpretada por Assia Noris y Amadeo Nazzari (Colección de V.G.L.)
1976, mayo: se habilita el Cine Puertomar en Valdelagrana. Su última temporada será en 1982.
1982, junio: se inauguran las dos minisalas de Multicines Avenida, en la avenida de Andalucía, con «La vida de Brian». El local se cerrará en mayo de 1986.
1984, febrero: incendio del Teatro Principal, el coliseo portuense había cerrado a mediados de 1983.
1993, julio: apertura de cinco salas como Multicines El Paseo. Se ampliarán a nueve en julio de 1996. Cierra sus puertas en abril de 2005.

Publicidad del Cine Macario. 30 de mayo 1955. Nótese el cachondeo del fino de la publicidad, en relación con los nuevos avances en tecnología del cine. Temporada 19555/56. (Colección M.V.L.)
2002, marzo. El día 31 el Cine Macario, en la esquina de Luna con Misericordia, abierto en 1942 como sala de verano y como cine cubierto en 1978 cierra sus puertas. La familia Valimaña se había visto en la obligación de cerrar la sala de cine que contaba en el centro de la localidad, el Cine Macario, emblema y superviviente de su actividad. Era la única sala que no formaba parte de un multicine que pervivía en la provincia. Contaba con 1812 butacas. Tras su estela queda la trayectoria de la familia Valimaña que comenzó en el negocio en 1935 en el Cine Orpheo, en Puerto Escondido, antes de contar el recinto de Luna.
2003, febrero: apertura el día 7 de febrero, de múltiples salas en el Centro Comercial Bahiamar

Rafael Alberti Merello. Fotografía de Bernardo Pérez.
ALBERTI Y EL CINE.
“Yo nací, respetadme, con el cine”. Alberti fue de aquellos niños que se quedaban impresionados con el cine veraniego en la plaza del Carbón. Aquellas sensaciones se plasman en este poema del libro ‘Cal y canto’.
"... Y el cine al aire libre. Ana Bolena,
no sé por qué, de azul va por la playa.
Si el mar no la descubre, un policía
la disuelve en la flor de su linterna.
Bandoleros de smoking, a mis ojos
sus pistolas apuntan. Detenidos,
por ciudades de cielos instantáneos,
me los llevan sin alma, vista sólo.
New York está en Cádiz o en el Puerto.
Sevilla está en París, Islandia o Persia.
Un chino no es un chino. Un transeúnte
puede ser blanco al par que verde y negro.
En todas partes tú, desde tu rosa,
desde tu centro inmóvil, sin billete,
muda la lengua, riges, rey del todo...
Y es que el mundo es un álbum de postales.
Multiplicando pasas en los vientos,
en la fuga del tren y los tranvías.
No en ti muere el relámpago que piensas,
sino a un millón de lunas de tus labios.
Yo nací -¡respetadme!- con el cine.
Bajo una red de cables y de aviones.
Cuando abolidas fueron las carrozas
de los reyes y al auto subió el Papa.
Vi los telefonemas que llovían,
plumas de ángel azul, desde los cielos."
El lenguaje del cine mudo marcó el lenguaje de la Generación del 27. El montaje del cine mudo era para estos autores poesía en imágenes. Y en esas llegó el sonoro.
(Textos: Francisco A. Gallardo).




En una anterior 

Todos los citados fueron más bien discípulos de Don Juan. Además tuvo como discípulo en escultura a José Ovando Merino, imaginero y tallador nacido en nuestra Ciudad, aunque su vida y obras se desarrollaron en Cádiz, donde falleció el 18 de marzo de 2001, a los 89 años de edad, sumido en un injusto olvido por el mundo cofrade de la provincia. El llamado "Grupo de El Puerto" está ya estudiado en el libro de Luis Quesada, "La pintura enla vida cotidiana andaluza", interesantísimo volumen que recoge costumbres y personajes populares de Andalucía, exquisitamente editado en Sevilla por la 
Manuel Gutiérrez Morillo, Manolito ‘el Cochino’, sin duda alguna uno de los mejores pescaderos (para muchos el mejor) que ha dado El Puerto. En el mundo del pescado sus facultades innatas y, sobre todo, su generosidad han hecho posible que como porteño sea muy querido y conocido allende nuestras fronteras. El apodo le viene por su bisabuelo, pescadero también como su abuelo y Gabriel, su padre. Su bisabuelo enfermo de viruela quedó con las secuelas de la misma dejandole unas marcas características sobre la superficie de la piel. Los pescaderos se sorprendieron y, claro, el cachondeíto de la tierra: “--Está más feo que un cochino.” Nació en la Calle Pozuelo, frente a la desaparecida Sala Pozuelo y se crió con su madre y sus hermanos, a quienes ayudó todo cuanto pudo, circunstancias adversas, ocurre en las mejores familias, hicieron que la figura de su tío Manolo, hermano de su padre, fuera determinante en el devenir de Manolito ‘el Cochino’. La generosidad de la que siempre ha hecho gala es fruto del trato y el cariño de su tío que fuera quién le abriera las puertas al negocio del pescado. (En la fotografía, Manolito ‘el Cochino’ cuando comenzó en el puesto de pescados en la Plaza de Abastos. Puesto que compraría a su tío Manolo y al padre de Pepe Romerijo a finales de los años 50 del siglo pasado).




La afinidad y amistad que compartía con Pepe Romero Zarazaga, Pepe Romerijo, con nótula propia en Gente del Puerto 13, sería el aldabonazo para contribuir en la década de los años 70 y 80 a que la sinergia de ambos sectores, el extractivo pesquero y el comercial, fuera, sin ningún género de duda, el de mayor esplendor y, como consecuencia, uno de los pilares básicos de la economía porteña. Cabe recordar a Pepito Roselló, Pepe ‘El Chofer’, padre de Jaime Gutiérrez Perea, concejal que fuera de IP; Juan Crespo Rodríguez, ‘Mosco’, Ángel Alonso Alejo, José Agarrado Macias, Juan Hernández Navarro, Miguel Roselló Bertomeu, José González García, la familia Soriano Gómez, ‘Abuja’, Quini Roselló, José Manuel Moy, Miguel Moy, Joselin y además Luis Fernández Chulian, Fali Alonso Gómez, Manolo Ariza, Miguel Payares, José ‘Plaza, ’Fermín Romero Díaz, ‘Abuelita… y toda la marinería, sin excepción de ningún tipo. Merece capitulo aparte la figura de José Antonio Español Caparrós, Ingeniero Director de la Junta de Obras de Puerto, muy particular y controvertido personaje, con el que se entendió a las mil maravillas. (En la fotografia con Pepe Romero Zarazaga).




Entre los alumnos podemos ver en la fila superior a Miguel Palacios, Melchor Ramos Ortega, el paisano de El Gastor, Juan Sánchez Torreño, un interno de la sierra desconocido, le sigue Joaquín, del Bar Juanito, Millán, José Domingo García Rodríguez (doctor en medicina), Ángel Ortolá Máiquez, desconocido, Cristóbal Moya Garrido (empresario de tiendas de regalo), Andrés Jaén Bautista (brigada del Ejército de Tierra) y José Ignacio Delgado Ibáñez.


Ha sido el premio a su trayectoria en esta competición, donde ha tenido actuaciones muy destacables, caso del partido de semis ante el Mallorca, donde se erigió en protagonista al detener un penalty que habría forzado la prórroga. Anoche, desde El Puerto, lo vitoreamos en su triunfo con el Barcelona ¿Le llamó anoche el presidente Zapatero, aficionado culé?


Precisamente es esta segunda la mejor de sus virtudes: tiene la capacidad de parar o de rechazar cualquier remate, aunque se haya producido a pocos metros de distancia. Además, se trata de un guardameta solvente en el resto de acciones de juego.
1939 los 14 alumnos presentados, aprobando todos ellos, entre los que recuerda a Eduardo Zamorano Lechuga, Antonio Aragón Astorga o a los hermanos Molleda. (En la fotografía de la izquierda, Roque en el año 1949).












