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Javier Garrido, en una fotografía tomada por el mismo frente a la luna de un escaparate en Florencia (Italia).

Javier Garrido Gómez nació en El Puerto el primero de Abril de 1.984, en el seno de una familia con variada mezcla territorial: su padre: Luis Garrido Quijano, nació en El Puerto de madre también nacida en El Puerto --Concha Quijano--, pero con ascendientes montañeses: los Quijano de Torrelavega (Santander).

familiaquijano_puertosantamaria(En la imagen de la izquierda, la familia de Francisco Quijano Rosende, mujer e hijos. La hija Concha, es abuela de nuestro protagonista, Javier).

Su abuelo. Arturo Garrido Cervero, el padre de su padre, era de La Carolina (Jaén) y llegó a El Puerto a finales de los años 40 del siglo pasado donde se instaló como comerciante abriendo una tienda de ropa de caballero (aunque al principio también vendía ropa y complementos de señora así como colonias, jabones etc..) en el centro, frente a donde hoy se sitúa el establecimiento de apuestas del Estado de la calle Larga.

Su madre, Rosario Gómez Cortés, es gallega, hija de padre, madre y abuelos gallegos y, como es maestra --como a ella le gusta decir cuando le preguntan su profesión--, recaló en El Puerto al asignársele destino definitivo, y aquí conoció a su padre a finales de la década de los setenta del siglo XX. Su hermano mayor, Luis, ha seguido los pasos de su padre y estudió Derecho. Actualmente está empezando su carrera profesional como Procurador en Sevilla.

El año del nacimiento de Javier, bisiesto, nacieron también los futbolistas españoles Fernando Torres, Bruno Soriano Llido, Antonio Puerta (fallecido en 2007), Jonatan Valle y Andrés Iniesta Luján. Fallecieron el escritor argentino Julio Cortazar, el poeta español Jorge Guillén, el historiador Claudio Sánchez Albornoz, el dirigente comunista italinao Enrico Berlinguer. el filósofo francés Michel Foucault, el torero Francisco Rivera ‘Paquirri’, el director de cine francés, Francois Truffaut, la primera ministra de la India, Indira Ghandi y el premio Nóbel de Literatura Vicente Aleixandre.

quijano_brandyjerezano_puertosantamariaLAS BODEGAS DE QUIJANO.
Como se trata de escribir la historia de Javier en relación con El Puerto y tal y como hemos señalado anteriormente, es nieto de Concha Quijano, cuyo padre, Francisco Quijano Rosende, era bodeguero y provenía de familia de bodegueros. El padre de éste, tatarabuelo de nuestro protagonista Javier, era  Atanasio Quijano Cieza fallecido en 1932, bodeguero de El Puerto en el siglo XIX. Las bodegas Quijano perduraron hasta más de la mitad del XX. Todavía su casa se conservan gran cantidad de etiquetas de los vinos y licores que producían, entre los que se encontraban: Ponche, Vino Tónico, Anís, Coñac y Brandy, Crema de Cacao y de Huevo, Jerez Quina, Oloroso (fue muy conocido el llamado “Pata de Gallina” que al parecer era un excelente vino y la etiqueta con la que se embotellaba era preciosa), Amontillado Fino, Manzanilla Olorosa, Solera Fina, Vino de Pasto, etc…

Hemos podido observar cómo en las contraetiquetas aparecen los nombres de los importadores de dichos vinos en New York, Sào Paulo y La Habana, así como curiosos “consejos” del propietario de las Bodegas: D. Atanasio –su tatarabuelo- sobre las múltiples propiedades del Jerez-Quina, o los análisis que efectuó un laboratorio de Torrelavega el 1º de Abril de 1.939 al “Gran Vino Tónico Cíclope”.

rosende_brandy_puertosantamariaATANASIO QUIJANO CIEZA.
Este bodeguero había entrado en el ayuntamiento como Concejal electo en 1930 y, además de presidir una especie de casino mercantil llamado "Centro Comercial e Industrial" fue Vicepresidente local del Consejo Superior de Socios Protectores de la Federación de Mutualidades Laborales. Siguió  por supuesto con el negocio familiar de la bodega, ampliando el negocio heredado del padre, mejorando su producción con el asesoramiento de su suegro, experto arrumbador.  Su hijo, Francisco Quijano Rosende, continuó el negocio vinatero en progresión y también ocupó cargos políticos municipales antes, durante y después de la Guerra Civil. En la contienda fue el secretario de la Comisión de Defensa Pasiva local y también presidió la Cruz Roja durante un periodo. En la bodeguita de calle Caldevilla, se organizaban tertulias culturales con señores mayores y jóvenes inquietos de esa época: el padre de Rafael Rodicio, el de Millán Alegre, el de Paco Arniz…

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Anuncio en la Revista Portuense del año 1938 -en plena Guerra Civil-. Quijano está entre las cinco firmas más importantes de la ciudad, o al menos entre las cinco que contrataban publicidad. Sancho y Jimenez Varela tambien eran bodegas principales en esa época.

Como ha ocurrido siempre en El Puerto, salvo la excepción de Osborne, a partir de la tercera generación los negocios de la vinatería cesan en su actividad, hundiéndose lentamente hasta desaparecer por completo en unos casos, en otros comprados e integrados por las grandes firmas bodegueras. (Son el caso de Jimenez Varela, Sancho, Thuillier, Alvarez Campana, etc, etc... y de los últimos, los Terry, que cambiaron de manos al final del pasado siglo).

quijano_moscatel_puertosantamariaMOSCATEL ‘LAS CINCO PERLAS’.
Moscatel ‘Las cinco perlas’, de Atanasio Quijano (Exportado a la Isla de Cuba. Importador: Ramón López García). La firma A. Quijano, incluye entre las marcas que comercializa “Las Cuatro Perlas”, registrada por Ramón Carli, cuya propiedad hereda su hermana y ésta lega a dos conocidos: Domingo Rodríguez y Bernardo Barreda; los restantes bienes de Carli, pasaron a Rosario García y ésta a su vez deja en herencia una gran parte de ellos a Concepción Rosende, esposa de Atanasio Quijano Cieza. No hubo acuerdo entre las partes y Atanasio desoye las demandas de Rodríguez, el propietario legal de la marca; por ello se celebra vista pública en julio de 1900, fallando el juez a favor del demandante. Atanasio que no se amilana, se inventa una nueva marca: «Las Cinco Perlas», con la que continúa exportando sus productos y, con el tiempo adquiere una finca por Fuenterrabía que se llamaba “La Perlita”. Algo tiene que ver con las confiterías del mismo nombre, pero esa es otra historia, que  ésta ha investigado Antonio Gutiérrez, quien nos ha facilitado esta  información que reproducimos.

Pero volvamos a nuestro protagonista. Javier estudió sus primeros años en el C.P. “Pinar Hondo”, pasando en 7º de primaria al Instituto “La Arboleda”, donde permaneció hasta terminar 4º de la E.S.O. Luego pasó a estudiar el Bachillerato de Humanidades en el I.E.S Santo Domingo. Siempre fue buen estudiante, la prueba de ello es que terminó el Bachillerato  con Matrícula de Honor.

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Javier, con sus padres, Luis y Rosario, a las puertas de la Facultad de Ciencias de la Información, en Sevilla.

PUBLICIDAD Y RELACIONES PÚBLICAS.
Luego, tomaría la decisión de estudiar una carrera en Sevilla, que aún era novedosa en las Universidades: Publicidad y Relaciones Públicas. Desde siempre le llamaba la atención todos los anuncios de la televisión, los analizaba, se fijaba en los detalles y le parecía increíble que en tan breve tiempo se contaran historias como si de obras de arte se tratasen. Esta actitud marcaría lo que sería su futuro. Puede que esta inquietud por la publicidad, le venga por parte de sus primos gallegos que tienen una agencia de publicidad (Nacher Publicidad) y muchos veranos de su infancia los pasaba en Orense donde veía como trabajaban.Los 5 años de carrera los tiene en buen recuerdo. Como él dice “--La experiencia universitaria es algo que nadie puede dejar pasar en su vida; abre mucho la mente; aprendes infinidad de cosas y además, te formas para tu futuro...y si puedes estudiar lejos mejor, antes se madura como persona”. Durante la carrera descubriría que la rama de la creatividad, el diseño gráfico y la fotografía publicitaria sería a lo que querría dedicarse en su vida. Objetivo: llegar a ser alguna vez director creativo de una gran agencia. Por ello empezaría a trabajar en agencias como diseñador gráfico y creativo.

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Un trabajo publicitario contra el racismo, obra de Javier.

PRIMEROS TRABAJOS PUBLICITARIOS.
La primera agencia donde haría sus primeros trabajos sería en El Puerto de Santa María, en la agencia Tusitala Comunicación, a los cuales agradece que lo “aguantaran” en sus inicios. También realizaría pequeños trabajos de freelance para algunos clientes como la Universidad de Cádiz y otras empresas. Después recalaría durante un tiempo en la agencia de su familia de Orense, Nacher Publicidad que fundó su tío y ahora llevan sus primos, los cuales han sido referente desde siempre. Sería tras estos trabajos donde vendría un cambio brusco en su vida, ya que conseguiría la Beca Leonardo Ícaro Plus que otorga el Ayuntamiento de El Puerto en 2008.

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Con sus padres, en Florencia (Itallia).

EN FLORENCIA CON LEONARDO
Su nuevo destino sería Italia en la ciudad de Florencia. Allí realizó durante 3 meses y medio prácticas en la agencia Claim Communication. Aquí Javier destaca una anécdota sobre su jefe; “--Me preguntó de dónde era y le contesté que de una ciudad costera de la provincia de Cádiz llamada El Puerto de Santa María. Para mi sorpresa dijo que la conocía, la había visitado y le pareció preciosa y con gente muy simpática”. Aparte aprendió italiano lo suficiente como para, según dice él, “defenderse”. Es en este momento cuando descubre que “--Vivir en otro país y conocer gente de diversos sitios es la droga más saludable”. De hecho se lamenta de no haber hecho estudios Erasmus en el extranjero durante su carrera ya que la beca Leonardo le había sabido a poco. Javier piensa que la publicidad exige enriquecerte de otras culturas, ideas y formas de ver las cosas, tienes que estar día a día actualizándote o te quedas obsoleto, hay que adaptarse a los tiempos continuamente y esto exige viajar y vivir en diferentes países durante cierto tiempo.

imuestravinostintosprovcadiz_elpuertoMASTER EN MADRID.
Tras su estancia en Italia, Javier, decide realizar un Máster en diseño gráfico en Madrid, para aprender a manejar las herramientas de diseño gráfico de manera más profesional. Aquí siguió conociendo gente de diferentes países, e invitó a muchos a visitar nuestra ciudad, “--Me gusta que los de fuera conozcan mi ciudad y su gente de manos de un portuense, que le cuente un poco las historias de El Puerto. Si no, no es lo mismo”. Tras su estancia en Madrid, realizó más trabajos como freelance. Es en esta etapa donde comienza a participar en el ambicioso proyecto del vino de el I.E.S Santo Domingo, ex-Instituto suyo, creando todo lo que respecta al diseño de la I Muestra de vinos tintos de la provincia de Cádiz. “--Este proyecto me gustó desde el principio y Agustín Saucedo, coordinador del Ciclo de Vitivinicultura del Centro, ha sabido unir todas las fichas de manera magistral para que salga adelante. Es un honor para mí formar parte de un proyecto que creo tendrá mucha repercusión, además rememoro un poco a mi bisabuelo que tanto dio a la cultura del vino en El Puerto y me hubiera gustado conocer personalmente”.

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Con su madre y hermano Luis, y algunos amigos, en el domicilio familiar.

AHORA, EN LONDRES.
Javier ha vuelto a dar un cambio brusco en su vida y ha decidido ir a Londres, donde se encuentra desde hace dos semanas, a probar suerte y a seguir aprendiendo de nuevos sitios: “si no lo hago ahora no lo podré hacer más adelante. No me ata nada aquí salvo mi familia y amigos. Sé que me apoyan y que siempre estarán ahí, ellos creen que es lo que debo hacer. Así que.... ¡allá vamos!. Trataré de estar en El Puerto en las fechas especiales que es cuando siempre me reúno con mi familia y mi gente que también estudia y trabaja fuera”.

A continuación el portfolio y un enlace en el que se pueden ver algunos de sus trabajos, diseños, anuncios y fotografías:

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El retrato encontrado con el coro Pabellón Español, del año 1907.

En el año 1994, encontramos casualmente una fotografía antigua tirada en la calle. Una vieja fotografía donde se observa un grupo formado por trece personas, que se encontraban disfrazados. Sin duda estábamos ante un grupo carnavalesco. Con estas expectativas, junto a una compañera de trabajo la señora Paloma Bueno Serrano, nos pusimos manos a la obra. Había que saber ¿Quiénes eran?, los datos que teníamos consistía en la fotografía, y una nota que tenia escrita en el reverso sobre el cartón que decía: “J. Vázquez, Misericordia nº 9. El Puerto de Santa María. Carnaval del año 1907 el día 17 de febrero”.

carnaval_libro_puertosantamariaCon estos datos consultamos el libro “Carnaval: un siglo de historias de El Puerto (1836-1936)”, de nuestros amigos José Ignacio Buhigas y Tily Santiago. En la descripción que en este libro se hacia de las agrupaciones presentes en el año 1907, encontramos un Coro que coincidía tanto en su vestimenta, como en los ornamentos, con los personajes del retrato.

Se trataba del coro “Pabellón Español”, o de la “Guardia Amarilla”, atuendos que emulaban a los guardias de la época de los Reyes Católicos. Ellos mismos describen el “tipo” que lucían: “capote amarillo, mangas celestes, calzón bombacho amarillo y grana, medias granas, zapatos color barquillo, casco de lata con pompón grana y peluca”. Como vemos podría pasar por cualquier comparsa o coro actual, y desfilar en nuestra cabalgata, pero sigamos y ya verán lo que descubrimos.
Con las facilidades dadas, como siempre, por nuestro archivero municipal D. José Ignacio Buhigas Cabrera, consultamos documentación que sobre el carnaval conserva el archivo. Entre otras muchas cosas encontramos la solicitud oficial, realizada por  Antonio Vázquez Valoria, vecino de la calle Santa Clara nº 34, firmada el 6 de febrero de 1907, para recorrer las calles de El Puerto. En la misma solicitud se acompaña una relación de los componentes del grupo, junto con sus direcciones.

COMPONENTES.
El grupo estaba compuesto por las siguientes personas: José Rodríguez Bernal, guitarrista, Zarza 22. Antonio Arena González, guitarrista, Santa Clara 7. Francisco Otero Beltrán, San Francisco 5. Enrique Sánchez Ortega, Ganado 30. José Hoyos Pinto, San Juan 39. José Segura Rodríguez, Cruces 24. Manuel Lanzarote Leal, Albareda 1. Antonio García Brobón, Aurora 1. Joaquín Lores Parra, Santa Clara 32. Manuel Girón Camas, Ganado 24. Bernardo Troncoso, Zarza 48. Antonio Ortega Muñoz, Arena 24. Manuel Galán Bernal, San Juan 30.
Por la fotografía, podemos decir que se trata en su mayoría de gente joven, y por las direcciones, que casi todos procedían del barrio alto de nuestra ciudad.

EL LIBRETO.
Pero ahí no quedan los hallazgos, nos encontramos ni mas ni menos, que con el “libreto”, con todas las letras de su repertorio, y aun con el sello o timbre municipal de 25 céntimos. Un total de quince letras de canciones, de entre sus tangos: “Doloretes”, “El orgullo”, “Sus preciosos couplets”. Asimismo su popurrí titulado “El kilómetro”. Pero queremos hablar, aunque solo sea un poco, ¿Qué es lo que tratan en sus canciones?, estaba claro, sus canciones hablan, como hoy en día, de los temas más actuales del momento, los problemas locales, algunos nacionales, por ejemplo, el atentado contra los Reyes de España, Alfonso XIII y Victoria Eugenia, o un tango que dedican a la bandera nacional.

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Una de las instantáneas que se tomaron inmediatamente después del atentado contra los Reyes de España, Alfonxo XIII y Victoria Eugenia

Sin duda la palma se la llevan los problemas cotidianos, los que son imprescindibles para disfrutar de la vida cada día: la instalación de una panificadora, con la que estaban muy de acuerdo, mostrándolo de esta forma:

“Así todos los pobres obreros
estamos locos de alegría
en ver que por siete perras chicas
hay teleras como alfajías”.

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El antiguo Ayuntamiento situado en la Plaza de Isaac Peral. (Acuarela de J.L. Molina Mora).

También hablan sus letras de la carestía de la vida, o del trabajo, algo que más de 100 años después, sigue siendo el principal tema de nuestro carnaval. Hay entre otros, temas conflictivos, como las criticas a la autoridad local, y a la que piden:

“Solo le pedimos un favor
A este bonito Ayuntamiento
Que quite una poca miseria
Como la que tiene hace tiempo
y que nuestro pueblo administre
con mucho entusiasmo y agrado.
Y que al pobre le den trabajo
que hoy se encuentra muy arrollado”.

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La finalización del Parque Calderón, uno de los temas que tocaba en sus letras el director del croro, Antonio Vázquez Valoria.

Como podemos comprobar son temas donde vemos reflejados nuestros  problemas actuales, más de un siglo después. De la música no tenemos constancia, por entonces los carnavales no se grababan en vinilo, y la música digital no existía. De todas formas nos debe dar igual, en cualquier lugar de la Bahía, durante los carnavales, las mismas palabras, y con una música muy similar estará sonando.

etiqueta_fmorillo_puertosantamariaEl director de coro, Antonio Vázquez Valoria, mencionado anteriormente, ya había dirigido otros grupos carnavalescos, en total lo fue de 19 agrupaciones, desde el año 1902 a 1931. Los temas mas tocados por este autor: la muralla del río, la finalización del Parque Calderón, o la eliminación de la barra del río, como vemos son asuntos vitales para el desarrollo de la ciudad. (En la imagen de la izquierda, etiqueta de Vda. de F. Morillo, uno de los negocios anunciado en el libreto de nuestro coro de hace un siglo).

ANUNCIANTES.
Queremos destacar, como estos hombres dedican gran parte de sus letras a los comercios más representativos de la ciudad, o tal vez sean los que sufragan los gastos del coro, que con las ayudas  permitían que se lucieran por la ciudad gente humilde con sus preciosos disfraces. Además estas canciones, nos ofrecen la posibilidad de acercar nombres conocidos de la historia de nuestro Puerto. Así que aquí van algunos nombres:

”La tienda Vegazo, Paco Morillo y la de Morente.
Refino Francisco tienda superior
como el de González Paz y Juanito son los mejores.
Sastrería Tendero.
Botaro y la Viña.
Botica de Cristóbal.
Y la de Aceitería.
Imprenta Pérez hermanos.
De Terry Barbería.
Salón de Valenzuela y Confitería.
El hermoso café de la Hita.
De Moresco sombrería.
Litografía portuense.
Y la muy hermosa esterería.
La hermosa tienda Fuentecilla.
El colmado Navío y las Flores.
Y también la tienda de Apolo.
Tiene vinos muy superiores.
La Alegría tienda la Conelia.
También tiene vinos muy juncal
Sacristía Rueda y Milindri
y cervecería Tosar.
Tienda la Burra y la Parra.
Escalón y el hormiguero.
Número Quince y Corona.
Lucha centro y Resbaladero.
Y también Casino Portuense”.

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Uno de los comercios anunciados, la Fabrica de cerveza de Tosar a comienzos del siglo XX. Centro Municipal de Patrimonio Histórico, con nótula 063 en Gente del Puerto.

Del Carnaval de ese año de 1907, hay una crónica en Revista Portuense, del martes 12 de febrero que dice: “el carnaval de estos días ha resultado una fiesta decadente, si, pero muy reformada, porque hay que hacer justicia a la autoridad local, señor Heredia, que ha dictado severas ordenes para que no se cometan salvajadas”. Seguro que a pesar de todo en ese año se lo pasarían en grande.
De lo que no cabe duda es que ya esta aquí el Carnaval 2.010, y de que los hombres que formaron este coro pasarían inadvertido junto a nosotros por Luna, la Ribera o Herrería, porque lo realmente importante es que aun se mantiene viva todas las inquietudes y esperanzas que mueven esta tradición tan antigua y tan de la Bahía Gaditana.  Faltan pocas horas para que se de el pistoletazo de salida, este año nos lo dará Modesto Barragán, mañana mismo. Estoy seguro de que estará acertado, y espero que junto a todos disfrutemos de un magnifico Carnaval.  (Textos: Juan José López Amador).

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El Adriano I, engalanado durante la Procesión de la Virgen del Carmen.

En la playa de Maniños-Fene (La Coruña) Antonio Fernández Fernández, gallego emigrado a Cuba, construye a su regreso la motonave Adriano, en memoria de su difunto padre. Terminada la construcción del barco, lo entregaría a su hermano José, haciéndose cargo. Mas adelante contaría con  sus hijos como tripulantes, José --el más conocido, Pepe “el del Vapor”, Eduardo, Andrés, y Juan Fernández Sanjuán, que fue el último patrón,  de los 10 hermanos Fernández Sanjuán.

Estuvo varios años haciendo la travesía de la Ría del Ferrol. En 1929, el Adriano sería reclamado por Sevilla con motivo de la Exposición Iberoamericana, cubriéndose el servicio Sanlúcar-Sevilla a través del río Guadalquivir.

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El vapor Cádiz, navegando entre El Puerto y Cádiz.

Un desafortunado suceso tuvo lugar en la madrugada del día 9 de julio de 1929: estalló la caldera del Vapor ‘Cádiz’ cuando se hallaba atracado en el muelle de la Plaza de las Galeras de El Puerto de Santa María, y se fue a pique. A raíz de este suceso el ayuntamiento prohíbe que la línea marítima de pasajeros en buques de Vapor, haga su recorrido entre El Puerto y Cádiz.

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Los restos del Vapor Cádiz, tras la explosión junto al muelle.

Tras la explosión del vapor ‘Cádiz’, llegan a El Puerto por vez primera los buques de motores de explosión. En primer lugar llegaría el yate ‘Punta Umbría’, días más tarde el ‘Adriano’, pilotado por José Fernández Fernández y la tripulación compuesta por algunos de sus hijos varones. El precio del viaje costaba por entonces: en Toldilla, 1,50 ptas.; cubierta 1,00 ptas.; y  los menores de 4 a 12 años 0,50 céntimos de peseta.

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El Adriano II, por aguas de la bahía gaditana.

En 1932 se comienza a construir en la playa de Maniños, bajo la dirección y planos de su propietario, Antonio Fernández Fernández, el ‘Adriano II’, que no terminaría navegando ya que con la guerra civil se dejó de recibir los materiales que necesitaba y acabó perdido en la playa. Años más tarde, terminada la Guerra Civíl y ya metidos en 1942, se construyó el que después sería el Adriano II, con cabida para 400 personas.

En 1955, daría su último viaje el ‘Adriano I’, dándole paso al ‘Adriano III’, nueva motonave que sigue en activo, y encargada a construir en los astilleros de San Adrián (Vigo), esta vez por los hermanos Fernández Sanjuán. El Adriano II, se dedicaría a paseos nocturnos y otras actividades de naturaleza turística.

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Una imagen del Adriano I y II, en el Guadalete.

El Vapor, sigue siendo conocido por este nombre a pesar de que funciona con motores de explosión, ha recogido la tradición de comunicación naval que se remonta a tiempos de los Fenicios cuando Cádiz era una isla y necesitaba un puerto de contacto con la península. Barcas, veleros, vapores y motonaves ha hecho un surco marítimo, a lo largo de los siglos, entre Cádiz y El Puerto.

La travesía de El Puerto-Cádiz dura unos 45 minutos, la salida de los llamados ‘vapores’, se marca como antaño, con tres pitadas seguidas de sirena: los toques continuos avisan que se entra en el río, otro avisa de que se atraca en el muelle y uno más se escucha poco antes de salir.

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En el Adriano II, sentados José Fernández Fernández (Padre de Pepe  'el del Vapor'), Asunción Posada (su esposa) con su hija Asunción en brazos, Pepe Fernández Sanjuán con su hijo Juani, en el centro su otra hija Socorro, ya fallecida. De pie detrás de izquierda a derecha: Antonio y Pepe. Año 1.955. (Foto Colección A.F.V.)

La propiedad del barco, declarado Bien de Interés Cultural (BIC) por la Junta de Andalucía en 1999, es de los últimos supervivientes de los hermanos Fernández Sanjuán y de los herederos de los 10 hermanos: Pepe, Eduardo, María, Lola, Andrés y Josefa, Juan, Elvira, Amparo y Antonia.

La sociedad que lo gestiona está dirigida por la propia familia, actuando como Administrador Único, Antonio Somorrostro Fernández, y como Naviero Gestor, Andrés Fernández Valimaña.

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El Adriano III en construcción en San Adrián (Vigo) en el 1.955. En la fotografía Antonio Somorrostro, Presidente de la sociedad familiar que gestiona el barco: Motonaves Adriano, S.L. con su madre. (Foto: Colección A.F.V.)

pepeeldelvapor_puertosantamaria(En la imagen de la izquierda, José Fernández Sanjuán, Pepe 'el del Vapor'. Foto: Faly). Antonio Carbonell, Secretario que fue de la Cofradía de Pescadores refería una tarea desarrollada por el Vapor en relación con el mundo de la mar: «Pepe y el Vapor fueron durante muchos años indispensables para el mantenimiento de la actividad pesquera portuense. Pues resulta que antes de construirse los espigones de Poniente y Levante en la desembocadura del Guadalete, obras que finalizaron en 1970, la entrada de arenas que arrastraban las corrientes litorales y formaban la barra en la boca del río, impedían que la práctica totalidad de los barcos pudieran pasar por el Guadalete a media marea o bajamar escorada. Entonces Pepe, a bordo del Vapor,  con un instrumento formado  por una pesa u otro metal colgado de una cuerda (sonda de mano, escandallo o plomada), no sólo medía la profundidad del río, sino que de la misma manera al colocar cebo en la pieza de metal, con tan solo tocarlo, iba conociendo la calidad de fondo de la desembocadura del Guadalete. Y Claro. Con esta maniobra, le permitía, al esquivar los cascajos y arenas del río, alcanzar la navegación correcta y, así, los barcos, al seguir el rumbo del Vapor, entraban en puerto sin esperar la pleamar. Esta laboriosa operación, además, era fundamental para evitar cualquier desgracia cuando las condiciones meteorológicas eran adversas, como por ejemplo, la niebla.»

vapor_familia3_puertosantamariaEl principio del milenio, nos ha llevado otra vez a lo antiguo, a recuperar costumbres y tradiciones que nunca se debieron abandonar, a volver a aplicar tecnología que han sido útiles durante miles de años y que, de forma inexplicable estaban prácticamente desaparecidas en nuestra Bahía de Cádiz.

(En la imagen de la izquierda el Adriano III en construcción en San Adrián (Vigo), en 1955. En la fotografía Antonio Somorrostro padre y su hijo Antonio, en la actualidad presidente de Motonaves Adriano.S.L.  En el puente Juan Fernández Sanjuán. Foto Colección A.V.L.)

Y decimos casi, porque gracias a la familia Fernández Sanjuán y sus herederos, el Vapor Adriano III ha continuado la tradición de comunicación naval entre dos puertos de la Bahía de Cádiz.

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Vista del Adriano III en el muelle y el Adriano II, junto al tinglado, desde La Otra Banda.

Hoy en día, cuando los representantes de los ciudadanos buscan nuevas soluciones para estar comunicados; cuando las relaciones familiares, profesionales, comerciales, o de vecindad son más fuertes entre los habitantes de esta Bahía; cuando debatimos sobre los mejores métodos para vertebrar mejor nuestros accesos hacia o desde la capital, tenemos forzosamente que mirar atrás, e incluso mirar a Europa para comprobar que lo que hoy continúa haciendo nuestro entrañable Vapor, es una de las mejores soluciones para cubrir nuestras necesidades de desplazamiento por la Bahía.

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Pepe 'el del Vapor' con su uniforme de luto de toda la vida, pintando sobre el techo de la motonave. (Foto: Fito Carreto).

Los responsables del Plan Intermodal de Transportes de la Bahía tienen entre sus objetivos trazar una fluida red de transportes de viajeros, también por nuestras aguas. Es sin duda un método más rápido y eficaz, y a la larga más económico en términos absolutos, de cuantos pueden existir en la actualidad. Basta comprobar como funcionan en las grandes zonas urbanas con puerto marítimo o fluvial de nuestro entorno europeo: Setúbal y la península de Troia, en la cercana Portugal, pueden ser un ejemplo en cuanto a transportes de viajeros, mercancías y vehículos se refiere.

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El Vapor Adriano III, en 1997, cruzándose en la desembocadura del Guadalete con la réplica de la Carabela 'La Niña', hoy varada en una rotonda frente al acceso al muelle comercial. (Foto Mata).

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En el año 2004, durante el Paseo Conmmeorativo por la Bahía de Cádiz, con motivo del 75 Aniversario de la Motonave. De izquierda a derecha, Antonio Ojeda, Javier Ruibal, José María Morillo y Paco Cepero.

vaporcito_5Estamos convencidos que, cuando las líneas marítimas de pasajeros, numerosas y múltiples en sus recorridos, rápidas y con horarios amplios, frecuentes y flexibles, sean una constante en la Bahía, como lo son hoy los catamaranes puestos en marcha por el Consorcio nuestro Vapor Adriano III volverá a ser el buque insignia de la flotilla de barcos de pasajeros gaditanos, y de quienes nos visiten, pues el uso turístico es su mejor y más claro cometido de presente y futuro.

n1625546559_2789Tal dignidad no se alcanza de forma gratuita, pues son ya 80 años, desde que aquel lejano 1929, José Fernández Fernández, y sus cuatro hijos, llegasen a bordo del ‘Adriano I’ a aguas de nuestra bahía para cubrir el trayecto de El Puerto-Cádiz.

(En la imagen de la izquierda, logotipo del vapor, símbolo turístico de El Puerto, original de Frontera Publicidad, Año 1989).

Entendemos que el ‘Adriano III’ debe ser un museo vivo, es decir que navegue por las aguas de la Bahía.

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El Vapor pasando delante de las instalaciones del Club Náutico. (Foto A.B.R.).

Que siga transportando viajeros. Que siga siendo fletado para usos turísticos. Que continúe con su aprovechamiento para usos culturales. Que vuelvan a rodarse en él películas como ‘La Lola se va a los Puertos’ o ‘La Becerrada’ con aquel Fernán Gómez. Que sea nuestro transporte de lujo al alcance de la mano, del que podamos presumir a lo largo de este siglo XXI.

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Otros barcos, otras técnicas llegan. Entendemos que desde los cargos públicos, y aplicando la legislación que le corresponde al Adriano III como Bien de Interés Cultural (BIC), continúe sus singladuras con  la singularidad que le corresponde. Porque conjugando tradición y nuevas tecnologías, los ciudadanos de la Bahía de Cádiz podremos avanzar conservando lo que merece la pena, como legado para quienes nos sucedan habitando estos territorios trimilenarios.

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El Vapor por la Bahía, con veleros, grandes mercantes y buques de pasaje haciendo sonar la sirena al verlo pasar... (Foto: EMIJRP).

Y podemos terminar con este himno oficioso de El Puerto, dedicado al Vapor, compuesto por Paco Alba en 1965, para la comparsa 'Los Hombres del Mar'.

Viene a esta tierra un barquito
más típico no lo hay
más blanco ni más castizo
en "toito" el muelle de Cai.
Mire usted si ese barquito
tiene una gracia exquisita
que hasta dio su viajecito
la célebre Tía Norica.
Los barcos de vela
como palomitas cruzan por su vera
los grandes mercantes
suenan las sirenas al verlo pasar
Y es que ese barquito
es tan pinturero
que le dan besitos
las olas del mar.
Como ronea como presume
entre las aguas plateadas y azules.
Ay Vaporcito del Puerto
cuando en ti me embarco
cuando en ti navego
me contagia los recuerdos
de tus viejos sueños
sueños marineros.
Ay vaporcito del puerto
tu eres la alegría
tu eres la alegría
de ese muelle tan hermoso
con ese rumbo garboso
con que cruzas la bahía.

Comparsa: ‘Los Hombres del Mar· 1965.
Original de: Paco Alba.

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Añino, con su mujer y su hija María en el Taller de la calle Alvareda.

José Francisco Añino Gil nació en Cádiz el 6 de enero de 1907 y murió en nuestra Ciudad el 6 de noviembre de 1980. Hijo de Antonio Añino Gómez y Teresa Gil. Vinieron a El Puerto antes de empezar la Guerra Incivil. Estudió en los Jesuitas y, como su familia hizo el aprendizaje de carpintería y mecánica.

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Año 1914, en el Colegio de los Jesuitas. Es el primero por la izquierda en la segunda fila, con camisa blanca y corbata.

Durante la Guerra Civil, estuvo como mecánico en el bando sublevado. Al finalizar la contienda abrió un negocio en la calle Luna: era una zapatería y perfumería y un taller de motos. Estaba situado entre un ferretería y una tienda de fotografías. La casa, antigua, con suelo y columnas de mármol, era de vecinos y éstos se quejaban del ruido del taller, por lo que hubo de buscar un nuevo sitio para instalarlo. Sería en la calle de la Victoria --hoy Albareda--

La calle Albareda debe su nomre al ilustre portuense José Luis Albareda (1828-1897), que desempeñó importantes cargos en el gobierno de España. Abogado, periodista y fundador en Madrid de diversas publicaciones periódicas. Otros nombres anteriores de Albareda, además de Victoria, Paseo de Sancho Balmaseda y Paseo de Mateo Dávila.

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Fotografía tomada, durante el servicio militar, en Tetuán el 1 de enero de 1930. Añino es el primero por la izquierda en la fila superior, con algo parecido a una llanta, en la mano.

Añino era una persona muy conocida en El Puerto y fuera de la Ciudad, pues era el único taller de la zona que abría los domingos, es decir, todos los días de la semana. Ayudaba a todo el mundo que necesitaba ayuda. Arreglaba bicicletas, motos y recogía pinchazos de ruedas de coches. Tenía Añino un taller pequeño, sin muchas pretensiones ni aparatos modernos, como otros de la competencia. No le gustaba gastar el dinero en cosas que él consideraba innecesarias: era un artesano de la mecánica.

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Añino en el Taller, rodeado de niños y adolescentes. (Foto: Francisco Serrano Cordón).

Igualmente vendía en su negocio extintores de incendio. Y por Navidad los mejores polvorones de Estepa se econtraban en su taller: todos los años, representantes de las fábricas estepeñas venían a visitar a Añino para que la campaña resultase mejor que el año anterior.

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Añino, con una reunión de amigos en el Bar Puente.

Su taller fue uno de los primeros negocios que tuvo teléfono. Y agua corriente. Incluso llegó a tener la vivienda, incorporada junto al taller. Y una cocina que funcionaba incluso cuando ya no vivían allí. Y es que a Añino no le gustaba interrumpir la faena para salir a comer, y comía en el Taller. Aunque eso sí, siempre tenía tiempo para interrumpirla e ir a tomar un buen número de cafés en el Bar Puente a lo largo de la jornada,  si lo invitaban para ello.

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María, una de las hijas de Añino, con éste al fondo de la imagen.

Polifacético Añino, además arreglaba los pesos y básculas de la Plaza de Abastos y de las tiendas de ultramarinos o almacenes. Y también las persianas del Banco Hispano Americano, del Central, del Banco Andalucía. Una persona muy trabajadora, polifacética y ocupada.

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Una instantánea de la última etapa del taller de Añino, en la calle Albareda.

Solía ayudar nuestro protagonista a las monjas del Asilo de Huérfanas de la calle Cielo, a las que arreglaba las máquinas de coser. Y también a las monjas de clausura del Convento del Espíritu Santo. Y a las de las Carmelitas.

Casado con Josefa de Asís Romero, vivían en Ribera del Río, 64; tuvo dos hijas una vive en Omaha (Nebraska) EEUU, a donde se desplazaba el bueno de Añino a ver a sus nietos y jugar con ellos y la otra en Fuengirola (Málaga).

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Peculiar tarjeta de visita de nuestro protagonista.

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Salón principal del Palacio de Vilarreal y Purullena, cuando aún gozaba de todo su esplendor.

Expoliaron el Palacio. Sus dueños lo expoliaron. Se llevaron la plata, el bronce, la porcelana; arrancaron los muebles, los tapices y las pinturas; desmantelaron las puertas, los azulejos, las vigas; descolgaron las lámparas, las cornucopias y los tapaluces... Y se atrevieron hasta con los altares. Olía a podrido. Ciento y un gatos negros, rayados, pardos, nos miraban; nos miraba la diosa Ceres sentada en lo alto de su columnata; nos miraban veinte bustos de piedra por entre los pilares de la logia.

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Dos secuencias de la destrucción de una de las crujías y galería y la logia, por culpa del abandono, la desidia y la incultura. (Fotos superior e inferior).

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Pasto seco. Entre el pasto seco, rosas viejas, sin pétalos, geranios bravíos, zarzas y "tomatitos del diablo".. Miles de caracoles, como ensartados en sus tallos daban al lugar el tono de lo inhóspito. Una bicha, que había estado quieta, se esfumó como una saeta disparada por un borracho. Una caja de reloj, sin máquina, sin esfera, sin pesas, ni péndulo, sin tiempo siquiera, estaba tendida, arrojada al jardín, y yacía, junto a la fuente, con el mismo desatino que el ataúd de una tumba profanada.

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Artesonado del techo de uno de los salones, con retratos de los reyes de España.

Bíblicas higueras maldecidas, urdiendo, penetrando, rasgando despiadadamente las llagas de las piedras concertadas. La yedra trepaba y ocultaba las vergüenzas y agravios que clamaban un escarmiento ejemplar a tanta punible omisión de socorro. La alta palmera, peligrosamente delgada, vibraba con el viento , al lado de la fuente sin agua, ocre y verde, negra de líquenes inmisericordes. La rodeaban cuatro bancos de piedra oradada, con profundas cangrejeras, que a saber qué posaderas regias habrían soportado.

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Salón con el mobiliario y los cuadros.

Ciento y un gatos nos miraban; nos miraba la diosa Ceres; nos miraban veinte bustos de piedra; nos miraban... Todo abierto, de par en par, alevosamente abandonado. El gran patio de columnas italianas, el aljibe, la escalera imperial... José Luis los convocó con su voz de trueno: «--¡Isabel!, ¡Isabel!, ¡María Luisa!, ¡Francisco de Asís!, ¡Alfonso!, ¡España!». Nadie le respondió. Decididamente, no estaban allí. Pero allí habían estado.

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Uno de los aposentos privados del Palacio.

Baules, papeles y el nombre escrito, reteescrito, reteteescrito, de Don Agustín Ramírez de Ortuño en legajos forrados con piel de cabra; un ros de artillero; trajes femeninos de tul, con encajes, sedas, cuentas y abalorios; el manto-hábito de un caballero calatravo; una montura inglesa de amazona con los fustes definitivamente rotos; polvo, polvo, polvo espeso que todo lo cubría.

purullena_8_puertosantamariaY musgo, redores de musgo húmedo, al pie de cada gotera; graffitis obscenos, excrementos; cernícalos, primillas y murciélagos revoloteaban, una y otra vez, el mismo recorrido, cansina, reiterada y hasta atormentadoramente. Nos cogía la tarde-noche y, por todas partes nos seguía la legión de gatos.

«--¡Un piano!, ¡Ha sonado un piano!»

Nos paramos. Se nos heló la sangre. Anduvimos. Decidimos irnos. Corrimos. Nos dimos, de sopetón con el piano. Allí estaba, real, grande y abierto. Olía a metal recién estremecido. A tientas, de un salón a otro, nos fuimos tropezando con puertas descuajeringadas, cristales rotos, dorados dinteles derribados, damascos arrancados a jirones. (En la imagen, puerta escamoteable con cuadro, de acceso a otra sala).

purullena_capilla_puertosantamariaLa luz todavía entraba por las grietas de las yeserías de los altos techos pintados, quebrados y abiertos como granadas. (En la imagen, Capilla del Palacio de Purullena, con imágenes y todo tipo de ornamentos, dispuesta para el culto).

Alegorías y reyes, ángeles y escudos pedían, sin voces, romperse, desprenderse, despedirse, acabarse.Anduvimos entre el desastre y la desolación. En la capilla, sin altares, ni Reyes, ni Roques, hallamos una corona funeraria de flores de lata y un lazo --en otro tiempo negro-- de terciopelo. «MURIÓ DE ALEVOSA MANO». «--Tal cual será», repuso José Luis, como en una profecía. Huimos, buscando la luz. Cuando estuvimos en la calle de las Cruces nos encaramos, de nuevo con la vida.

«--¿Por qué no se morirá todo esto de una vez? ¿Por qué prolongan su agonía?»
preguntó José Luis, mirando hacia atrás la gran mole de la torre, rojo-violeta, con la luces del ocaso. Tristes por lo que habíamos visto, llenos de melancolía, cada cual marchó para su casa.

Antes, cuando pasábamos por la taberna de "El Golpe", rítmica, tremendamente, "El Sopas", borracho, terminaba su siguiriya verdadera:
.................
.................
que pa viví como yo estoy viviendo,
es preferible morí.

José Luis Tejada me llamó al día siguiente: «--Te he dedicado dos sonetos con una coda. Oye:

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(En la imagen, escudo de la portada del Palacio).

DESPOJOS DEL PALACIO DE PURULLENA

I

No es tiempo aquí; parada está la vida.
Dos o tres tierras lleva ya parada
oliendo a rosa muerta, a flor de nada,
a perdición y a soledad podrida.

Un miriñaque asciende la raída
escala del minué. Turbia bandada
de cernícalos va, la balaustrada
resbalando hacia un túnel sin salida.

Isabel, Isabel, María Luisa,
Francisco, Alfonso, España, deteneos
en el cuadro de luz de esa sonrisa.

Mirad que viene el tiempo, camafeos,
porcelanas quebrando, negra brisa
trizando harapos vuestros por trofeos.

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Vista desde las azoteas de la fachada del Palacio que da a Federico Rubio.

II

Si ya arrampló con todos los colores
y olores, con la seda y su armonía,
¿A que prolongar más esta agonía
de pedestal decapitado? Flores

fúnebres, falsas, de latón... Redores
de musgo desolado. Sacristía
sin ya nada sagrado. Monarquía
sin corona, monarcas ni esplendores.

¿Qué refinada adversidad sostiene
este equilibrio como si valiera
para más que la lágrima y la grima?

Y esa muerte total, ¿por qué no viene
a pasarle esa mano verdadera
del olvido, por siempre y por encima?

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A continuación de los Jardines del Palacio, se accedía por los arcos que vemos cegados en la fotografía, al Huerto de Durango. En la imagen podemos ver el proceso de construcción de los conocidos como pisos de la Barriada de Durango. (foto Rafa).

III

Cunda la melancolía
y la pena.
La mansión que relucía
antaño, de Purullena;
ahora, de puro vacía.»

(Luis Suárez Ávila. Julio 1988).

Purullena 2FUNDACIÓN GOYTISOLO.

El edificio ha experimentado  una importante reconstrucción. Por compras y herencias pasó a ser propiedad de la Familia Goytisolo y es hoy sede de la Fundación Goytisolo, participada por el Ayuntamiento de El Puerto. Dicha fundación celebra anualmente simposios sobre Narrativa Hispánica Contemporánea, que convocan a conferenciantes del mundo de las letras y la universidad de España y el extranjero. (En la imagen, el Palacio de  Villareal y Purullena, en la actualidad).

Luis Goytisolo Gay nació el diecisiete de marzo de 1935, en Barcelona. Hijo menor de una familia de escritores, es hermano del poeta José Agustín y de Juan Goytisolo. Su gusto por la lectura y la escritura fue muy temprano y comenzó a escribir dos novelas a los once años, a partir de entonces fue su tío Luis el que le seleccionó las lecturas y le introdujo en la afición a la narrativa norteamericana. En 1953 inició sus estudios de Derecho.

En 1958 se inició formalmente su carrera literaria cuando ganó la primera edición del premio Biblioteca Breve con su novela Las afueras, aunque ya había sido galardonado en 1956 con el premio Sésamo de cuentos. Fue uno de los miembros más activos de la Escuela de Barcelona, núcleo básico y germen de la Generación del Cincuenta.

luisgoytisolo_puertosantamariaSu obra de cariz experimental y de una gran exigencia literaria no siempre ha tenido el apoyo merecido por parte de un amplio público lector, si bien sí ha disfrutado de un reconocimiento unánime por parte de la crítica.

ACADÉMICO DE LA LENGUA.

Su labor periodística se ha desarrollado tanto en la prensa nacional, es colaborador habitual de El País, como en la extranjera. Asimismo ha colaborado también con el medio televisivo y es autor de las series documentales producidas por TVE: Índico, y Mediterráneo. En 1994 fue elegido académico de la Real Española de la Lengua para ocupar la vacante, el sillón “C”, del poeta Luis Rosales. (En la imagen, Luis Goytisolo).

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El Club Deportivo San Eloy, en la década de los cincuenta del siglo XX, posiblemente  en el Campo del Retiro. Fila superior, Carlos González Orihuela, José Ruiz de Velasco, Ángel Medina Cachero. Fila del centro, Pelayo Picardo García, Isidro Sánchez García-Figueras, Eduardo Díez Vergara. Fila de abajo, Matos Copero, NIcolás Medina Cachero, Mateo Benítez Oliva

El abogado, periodista y político liberal Ángel Urzáiz Cuesta, nació en nuestra Ciudad en 1856, hijo del brigadier de de la Real Armada y secretario del Rey Antonio de Urzáiz y Castro (de origen navarro) y de María de los Dolores de la Cuesta y Núñez y murió en Madrid el 1 de mayo de 1926, con 70 años. Después de un período de estancia en Vergara, pasó a vivir en Madrid, donde estudió Derecho, al tiempo que alternaba sus estudios con trabajos para la Prensa, en medios tales como El Correo, Los Debates y la Revista de España. En 1908 fundó el diario La Voz de Vigo, de carácter liberal.

Quien conozca algo de la historia pontevedresa caerá en cuenta de lo trascendente de una operación que dará al distrito vigués su diputado casi vitalicio y su gran cacique, superinfluyente, desde aquí hasta su muerte: Urzáiz e Iglesias Añino, respectivamente. Aquel año de 1881, de hecho, comienza el turno formal a nivel de la gran política, pero se inaugura también la permanencia caciquista al otro nivel de la política "menuda", tan inexplorada, comúnmente, por los historiadores. Tan reveladora.

adelacadaval_puertosantamariaCasado con Adela Cadaval y Muñoz, señora del Pazo de Cadaval de Nigrán, celebró su boda en 1883. Con la entrada de Urzáiz en la familia Cadaval, entró como apellido de varonía en la línea sucesoria del señorío de Nigrán (Pontevedra) --si bien por breve tiempo--, dando lugar a un periodo de especial relevancia social y una definitiva configuración arquitectónica al a partir de entonces llamado Pazo de Cadaval-Urzáiz. Tuvo dos hijos: Elodia y Joaquín Urzáiz Cadaval.Fue diputado liberal por Pontevedra en las elecciones de 1881, escaño que repetiría en todas las elecciones celebradas hasta 1920, siendo nombrado por el Rey Senador con carácter vitalicio en 1922, permaneciendo apenas cuatro años hasta su fallecimiento en 1926. Su primer cargo público fue el de Gobernador de Córdoba, para luego ser Intendente en Cuba, mientras fue española.

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Suelto satírico dedicado en ABC a Urzáiz

El grupo de exploradores de Chamberí
ha elegido presidente a D. Angel Urzáiz.
Y está muy bien ¡que caramba...!
Ser quiso este Urzáiz feliz
jefe y ya lo fué por chamba...
(Es decir, por Chamberí).

Subsecretario de Gobernación en 1887, fue ministro de Hacienda en tres ocasiones, durante la regencia de María Cristina de Habsburgo-Lorena y durante el reinado de Alfonso XIII. La primera vez, con el presidente de gobierno Sagasta, del 6 de julio al 19 de marzo de 1902; más adelante, del 26 de junio al 18 de julio de 1905, asumió la cartera de Hacienda en el Gabinete de Montero Ríos, del que se vio obligado a dimitir por la concesión de determinados créditos destinados a paliar la crisis que se daba en Andalucía; de nuevo accedería al Ministerio de Hacienda el 9 de septiembre de 1915 en un Gobierno formado por Romanones y en que intentó realizaciones importantes referidas a la Ley Azucarera, a la de Alcoholes, Comunicaciones Marítimas, Deuda Exterior y otras; pero el 25 de febrero del siguiente año 1916 debía dejarla, ya que Romanones designó a otro Ministro para el cargo.

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La calle Ángel Urzáiz, un estrecho callejón que cruza la calle Larga a la altura del Hotel Monasterio.

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Fila superior, de izquierda a derecha Paco Rodríguez Artola, José Luis Osborne Domecq, José Buzón, José García Aguilar, en el fondo Manolo Navarro, luego Antonio Buzón hermano gemelo de José, Tomas Osborne Domecq, Joselete, detrás Pepe Simeón y Jerónimo Lara Izquierdo. Sentados, Pepe Lojo Espinosa, Juan García Cressi, Enrique Astorga, Manolo Anelo, Manuel Mena y Juan Gallardo.
Homenaje que, organizado por los trabajadores de Osborne, se celebraba anualmente a los empleados de dicha Bodegas que se jubilaban en el año, a la que también su sumaban algunos accionistas, como en la fotografía. En esta ocasión, el 18 de mayo de 1984, en el Bar que tenía Pepe Simeón en la antigua Feria de la Puntilla junto a la Caseta de Tierra, Mar y Vino. (Foto: Colección F.O.C.)

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La Casa de los Diezmos, cuando era posada de la Giralda de Sevilla, con un coche de 'Romerito'. (Foto Rasero. Archivo Municipal).

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La Casa de los Diezmos, en una foto de esta semana, tras la reforma. (Foto: J.M.M.)

Vieja y popular plaza ésta, cuya denominación tal vez arranque de la herrería que Juan Ruiz tenía aquí establecida a comienzos del siglo XVI, en la esquina de la calle Misericordia. El peculiar sonido de la fragua debía de recordar constantemente a vecinos y transeúntes que ciertamente se hallaban en la plaza de la Herrería, así como otra sita en la calle Sardinería, hoy Javier de Burgos, propició años después el traslado del primer convento de San Antonio de Padua a otro lugar menos ruidoso.

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Vista superior de la Plaza de la Herrería, antes de la reforma. (Foto: Ale Renedo).

También llevó de antiguo los nombres de plaza de la Portezuela y del Caño de la Villa, en referencia a la obra de canalización que recogía las aguas inmundas que bajaban de las calles Ganado y Ricardo Alcón, para su desagüe en el río. Se conoce que, en 1643 se restauró el caño y que en 1735, ante su incapacidad para absorver el agua, con la consiguiente falta de salubridad en la plaza, fue reconstruido, por lo que fue necesario derribar dos casas que se levantaban en medio.

casadiezmos_giraldillo_puertosantamariaCon los años se atildó su aspecto y se empedró, llegando a acoger festejos públicos. Aquí se celebraron corridas de toros desde 1746 --cuando se trasladaron desde el Polvorista-- hasta 1769, año en que se construyó en el ejido de San Francisco la primera plaza de toros con que contó El Puerto de Santa María.

En uno de sus frentes se encuentra, reformada, la Casa de los Diezmos, donde en los siglos XVII al XIX se almacenaba la décima parte de la producción agrícola y ganaderra que la sociedad civil estaba obligada a reservar para la manutención de la iglesia. Sobre la portada conserva una representación de la Giralda y dos azucenas, símbolo de la diócesis de Sevilla, de la que dependía el priorato portuense. (En la imagen, detalle de la portada de la Casa de los Diezmos; en la parte superior podemos observar el giraldillo y las azucenas. Foto: Vicente Utrera y Alberto Trigueros).

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Edificio que se encontraba en el actual local de Romerijo, que tuvo atribuido, durante años, la sede de la Capitanía General de la Mar Océana, acaso porque fuera residencia de Don Claudio Macé de la Gravelais, Mariscal de Campo de los Reales Ejercitos que ejerció como Gobernador Politico y Militar de la ciudad desde 1782 hasta 1796, fecha en la que su avanzada edad -tenía 73 años- le obligó a dejar el cargo, mejor dicho, los cargos pues simultabeaba el indicado con la dirección de la Capitanía General del Mar Oceano, siendo el VII de los Capitanes Generales y último de los que residieron en El Puerto. (El dato nos ha sido facilitado por Antonio Gutiérrez Ruiz). En los bajos del edificio de la derecha, se encuentra el 'Bar La Draga' y una heladería. (Foto: Monclova. Colección Carlos Pumar Algaba).

lacochera_oleoslienzo_86x101cms_juanlaraFue entonces la Herrería lugar de continuo tránsito de carros y carretas que llegaban a depositar los frutos y provechos de tierras y ganados.

En el solar que ocupa Romerijo se levantaba, hasta que a fines de los años sesenta se derribó, la imponente sede de la Capitanía General del Mar Océano, recuerdo perdido de aquellos tiempos en el que El Puerto fue el centro de la actividad militar naval de España.

Antiguamente, el acceso de la plaza por la zona de la Ribera era más amplio, no existiendo ningún edificio frontero a la Capitanía. Aun recordarán muchos portuenses la cuadra de coches de caballos de alquiler que estuvo hasta los años sesenta en la antigua Casa de los Diezmos, propiedad del célebre Juan Romero, Romerito. (En la imagen, 'La Cochera', 86x101 cms., óleo sobre lienzo obra de Juan Lara).

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Noménclator de las Calles de El Puerto. Pg. 2. 15 de agosto de 1936. (Archivo Municipal).

También se designó a la plaza con los nombres de Juan Vega, Cordonero y Federico Ferrer en 1895, a la memoria del industrial y gran benefactor de la ciudad fallecido este año, residente aquí durante mucho tiempo. El nombre tradicional de la Herrería se recuperó oficialmente en 1979. (Texto: Enrique Pérez Fernández).

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Imagen de la Plaza de la Herrería, durante las obras auspiciadas por los planes de empleo de la Junta de Andalucía, tomada el 14 de abril de 2009. (Foto: Carlos Pumar Algaba).

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En la imagen, Pascual Castilla, (nótula núm. 117 en Gente del Puerto) Presidente de la Asociación Provincial de Mandos Intermedios, cuando era responsable del Restaurante 'El Patio' atendiendo a unos clientes, ubicado en la Casa de los Diezmos, y que ocupaba gran parte de la planta baja del Edificio. En la actualidad, una heladería, sendos pubs y un mesón asador, ocupan la planta baja del edificio, además de un almacén de servicios generales perteneciente a Mariscos Romerijo.

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Acuarela de la Plaza de la Herrería, (75x55cms. original de Juan Lara), qur refleja el bullicio de personas, monturas y demás bestias que se concentraba en dicho espacio y su entorno

TOROS EN LA PLAZA DE LA HERRERÍA.
«Nos consta que en 1746 ya hacía varios años que venían celebrándose corridas en un nuevo espacio abierto: la Plaza de la Herrería. Y lo sabemos precisamente por un pleito que surgió a cuenta de los andamios de la nueva plaza. Este circo de la Plaza de la Herrería era sin duda el que se conocía con el nombre de Plaza de Galeras. Hay que pensar que los edificios que cierran aquel espacio por la parte del río no estaban todavía construidos, de modo que la Plaza se asomaba en semicírculo a la marina, precisamente por aquella parte donde estaría enclavado el antiguo muelle de las Galeras Reales. El andamiaje de circo, levantado seguramente en medio de la Plaza de la Herrería, se asomaba así, por el otro lado, a la explanada que bordeaba la orilla del río, entonces, claro, sin canalizar, y mucho mas cerca del caserío que hoy en día. El Archivero Municipal Juan Cárdenas nos habla de esta Plaza, donde ya en 1744 se celebraban corridas de toros, Plaza “que habilitaban con andamiajes, donde afluían espectadores de todos los pueblos inmediatos, proporcionando pingües ganancias a las empresas'.

plaza_herreria_oleoslienzo_100x133_juanlara-copiaPero la referencia documental que nos confirma la existencia de esta Plaza es el expediente promovido por el Convento de Padres Agustinos de esta ciudad, con motivo de “haberse formados andamios con perjuicio de unas casas de sus propiedad en la Plaza de la Herrería”. Al parecer, y con motivo de las fiestas por la subida al trono del rey Don Fernando VI, los Caballeros Diputados de la Ciudad determinaron celebrar varios días de toros, y para ello eligieron la Plaza de la Herrería, “en el sitio donde siempre se había acostumbrado”, según frase literal de uno de los documentos, lo que viene a confirmar la existencia de una tradición firmemente enraizada. (Texto: Manuel Martínez Alfonso).

(En la imagen, vista de la Plaza de la Herrería, desde los soportales.  Óleo sobre lienzo 100x133 cms., original de Juan Lara).


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La Plazuela de la Cárcel, con la Fuente construida en 1839 por Fernando Moreno. (Foto:

Nació esta plaza, o mejor plazuela, como siempre se le llamó, en el año 1786, cuando el Ayuntamiento de la ciudad de El Puerto de Santa María determinó la necesidad que existía de salvar la estrechez de la calle Curva y darle salida a la concurrida calle Ganado. Para ello se adquirió y se derribó una casa propia del Hospital de la Providencia (Hospitalito), frontera entonces a la recién construida nueva cárcel, situada en el solar que hoy ocupa actualmente el Hotel Los Cántaros.

fuentedelacarcel_plano_puertosantamariaComo único rasgo peculiar de la plaza, en su centro se alza una fuente, erigida en 1839. Fue ésta heredera de otra que existió en la esquina de la calle Ganado con Larga, donde luego estuvo --aún en el recuerdo de los portuenses de cierta edad-- el célebre restaurante La Fuentecilla, y en la actualidad existe una entidad bancaria. (En la imagen de la izquierda, proyecto de la fuente que realizara en 1839 Fernando Moreno. Archivo Municipal).

RELATO DEL TRASLADO.

Sobre esta vieja fuente, José Ignacio Buhigas, en un artículo publicado en Diario de Cádiz en enero de 1987, ponía en voz de un imaginario aguador, sujetas a la realidad histórica, estas impresiones: «Y es que la fuente de la esquina de Larga y Mostaza (Ganado) estaba en ruinas. Arreglarla costaba como una nueva y, sobre todo, tenían que buscar un sitio con más desahogo. Donde estaba era tan estrecho que, como habíamos tantos aguadores, el lugar se hacía intransitable e incluso peligroso, porque la calle de la Mostaza tenía mucha pendiente parra que corriera el enorme derrame de agua que constantemente se desaprovechaba. Además, como aquella fuente tenía un solo frente y muy reducido, los aguadores nos agolpábamos y cortábamos totalmente el paso [...]

cantaros_museomunicipal_puertosantamariaEn verano, la escasez de agua hacía que tardaran mucho en llenarse los barriles y nosotros nos acostábamos en las esquinas y en medio de la calle, resultándole a la gente tan difícil pasar que las medidas que tomaban y las correcciones que imponían los alcaldes no podían remediar las peleas que había casi todos los días... Era todo esto lo que querían arreglar cuando decidieron suprimir aquella fuente ya en ruinas y construir otra en un sitio mejor». (Botijas depositadas en el Museo Municipal, procedentes del subsuelo de la antigua cárcel, de donde tomaría el nombre el Hotel Los Cántaros).

Y así se designó a la inmediata plazuela de la Cárcel para construir la nueva fuente pública. Pero antes hubo que desmontar un pilón en donde solían abrevar las bestias que acarreaban los productos agrícolas y ganaderos que se depositaban en la Casa de los Diezmos, en la casi colindante plaza de la Herrería. Para la limpieza de la plaza y del pilón existía un encargado que, en contraprestación a su servicio, cobraba dos maravedíes por cada animal. El abrevadero se reinstaló en el paseo del Vergel.

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Plazuela de la Cárcel con dicho edificio al fondo. (Foto Colección Mata)

LA FUENTE NUEVA.
La obra de la fuente nueva se ejecutó en 1839, en un mes, según el proyecto marcado por Fernando Moreno, a pesar de que el maestro mayor de obras del Ayuntamiento, Diego Filgueras, estimara más adecuado el que presentó el arquitecto Manuel Cayón. Se la dotó de cuatro grifos, empleándose en su fábrica losas de Tarifa, piedra azul de Algeciras, ladrillos sevillanos y calcarenita de la Sierra San Cristóbal. Su coste fue de 9.000 reales de vellón. En 1983, la fuente fue restaurada, utilizándose en la obra los colores originales, y se pavimentó la plaza con cantos rodados, al que tiempo que se inauguraba, en ese mismo año, el hotel Los Cántaros, nombre que tomó del hallazgo en el subsuelo de la cárcel de un centenar de botijas del siglo XVII, hoy depositada en el Museo Municipal de nuestra ciudad. (Texto: Enrique Pérez Fernández).

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La Fuente de la Cárcel, a la que se le restituyeron los colores originales.

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En la actualidad la plazuela de la Cárcel está viviendo una nueva remodelación, quitándose los cantos rodados (chinos gordos) que se colocaron en 1983 por el director de la obra de entonces: el arquitecto municipal Manuel María Fernández-Prada Herrera. Aquella remodelación del pavimento no fue compartida por muchos de los usuarios de la plazuela, existiendo división de opiniones en cuanto al grosor de los mencionados cantos rodados.

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Imagen de la obra de nueva pavimentación de la mencionada Plaza, el 25 de enero de 2010. Al fondo, el Hotel y la Cafeteria de Los Cántaros. A la derecha, el ya mítico Pub Keops.

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Pulsar sobre estas líneas para ampliar la imagen.

Los componentes del primer Grupo Scout España, de San Luis Gonzaga, a los cuales se les ha añadido el tótem y la patrulla a la que pertenecían (de los que se han podido recordar) y que aparecen en la fotografía tomada en El Bosque.

  1. Fila de pie encima del banco. Felipe Pérez Aguilera (Reno). Patrulla Tigre. José María Velarde Colon (Mirlo). Patrulla Tigre. Tomas Rodríguez Rendón (Delfín). Patrulla Ciervo. Miguel León Ortega (Arce). Patrulla Tigre. José Antonio Gómez Benítez (+). Guía de patrulla. José Antonio Márquez Carrascosa. Jefe de Tropa. Rafael Muñoz Bellvis. Subjefe de tropa. Fernando Grande Lasaleta. Patrulla Ciervo.
  2. Fila sentados en el espaldar del banco. José Muñoz Domínguez. Sinde Gil. Gallego que no recuerdo nombre. Miguel Gil Solanes (Cóndor) (+). Desconocido. José María Fernández Rodríguez. (Tiburón). Patrulla Ciervo.
  3. Fila sentados en el banco. Javier Ximenez Gaztelu. Eduardo Gil Solanes. Patrulla Tigre. Francisco Gómez Benítez. Patrulla Ciervo. José Manuel Pérez Sánchez. Patrulla Tigre. Jesús Grande Lasaleta (Llama). Guía de la patrulla Ciervo.
  4. Fila agachados. Desconocido. José Luis Ferrer Álvarez Campana. Patrulla Ciervo. Emilio Flor Jiménez. Patrulla Ciervo. Miguel Ángel Martínez. Patrulla Ciervo. Desconocido. Gallego, hermano del otro gallego. Las patrullas eran Ciervo, Lobo, Zorro, Canguro y Tigre.

LA ACAMPADA EN BENAMAHOMA.
La fotografía está realizada en El Bosque, antes de comenzar la subida a Benamahoma, donde se realizaría una de las primeras acampadas de todas las patrullas que formaban la tropa. Se puede observar que aún no teníamos las pañoletas que después serian rojas y además cada uno se protegía del sol con la gorra o sombrero que había podido conseguir.
Recuerdo una acampada posterior muy bonita en El Coto de Doñana, que nos despertábamos con los cantos de los distintos pájaros.

Faltan otros Scouts que no están en esta fotografía como son: Padre Aldama (Pantera Negra). Conciliario. Manuel Valimaña Lechuga (Yacaré). Subguia de la patrulla Ciervo. Manuel Ruiz-Herrera Cordero (Vicuña). Patrulla Ciervo. Ignacio Osborne Cologan. Patrulla Ciervo. Mariano Medinilla Cantera. Patrulla Ciervo. Pedro Salvatierra Velazquez. Miguel Lizaso Solinís. Jose Luis Zacagnini Sancho de Sopranis. Luis Márquez Carrascosa y otros que en estos momentos no recuerdo.

NACE EL MOVIMIENTO SCOUT EN EL PUERTO.
El Movimiento Scout Internacional, fundado en Inglaterra en 1.908 por Sir Robert Baden Powell, se extendió por todos los países del mundo, y en El Puerto, a mediados de los años 60 del siglo pasado, se constituyó el primer grupo de Boys Scouts España en el Colegio de San Luis Gonzaga, promovido y dirigido por el Jesuita Padre Aldama. Aunque en la España de Franco, solo estaba permitido el Frente de Juventudes, esta organización en muchos los casos estaba tolerada, y más si se encontraba dentro de un colegio religioso como era el de la Compañía de Jesús.
Espero que aquellos que puedan completar datos que faltan, no duden en hacerlo.  (Texto: Tomás Rodríguez Rendón).

Tiene 94 años. Es conocido por Pepe Guindate por su padre, Abelardo González Franco “El Manco Guindate”. Pepete, como también se le conoce, es el menor de cinco hermanos, hijos de Abelardo González Franco y Manuela Gutiérrez, ambos naturales de El Puerto. Familia de ricos agricultores antiguos de El Puerto, poseían fincas de labor en propiedad y arrendadas, casa grande con granero y cuadras en El Ejido de San Juan, negocios de transporte con carros, tanto de mulos como de bueyes, teniendo en exclusiva el acarreo de carbón de la Serranía de Cádiz a El Puerto. Aunque los abuelos siempre habían vivido de las rentas, la siguiente generación empezó a conocer la decadencia, lo que les llevó a empezar a vender patrimonio y a empezar a tener que valérselas por si mismos.

Pepe nace el 23 de Enero de 1916 y se bautizó en la Iglesia Mayor, Prioral de los Milagros. El primer colegio al que fue era Casa de Rosita, en la Calle Luna, encima del almacén La Giralda. Allí hizo la primera comunión con 9 años, en 1925. Aquel pequeño colegio tenia una directora y sus dos hijas, Rosarito y Paquita. Las tres eran profesoras, las hijas de las niñas y la madre de los niños.

Almacén la Giralda y, en el piso superior, el colegio donde hizo los primeros estudios.

De allí paso a Bellas Artes, con Felipe Lamadrid, y luego a otro con el profesor Ezequiel Hernández, que estaba en la Plaza de Isacc Peral, enfrente del ayuntamiento. Posteriormente pasó a otro colegio con Don Antonio y Doña Leonor, este colegio estaba en la calle Palacios. Ese fue su último centro de enseñanza al que acudiría

Con 14 años se fue al campo, a la Finca Laborda, donde estuvieron 4 años de rentas. Su dueño era José Repeto. Se quitó del colegio un sábado y el domingo le pusieron los calzones empalmaos (antes utilizaba calzones cortos) y le dieron un máquina de recoger heno y ya le fueron poniendo según la faena que iba saliendo en el campo, ya que estaba hecho todo un hombre.

Compro su padre un tractor “Dhery” que le costo 12 mil pesetas, en el año 1928, que utilizaba su hermano mayor Abelardo y Pepe se encargaba de ayudarle para poner la maquina para la siega, de manera que fuese el “jase” funcionando correctamente. El tractor servia para arar, hacer “cohecho” y sembrar. El tractor había sustituido al mulo de toda la vida.

Con 17 años tomo de rentas la finca “La Dehesilla” situada en el término municipal de Rota, en 1935 y en el 1936 se incorporó al Ejército el 2 de Febrero. Se fue voluntario al Depósito de Cría y Doma del Ejercito de Tierra en Jerez de la Frontera, por su conveniencia al estar mas cerca de su casa.

En la foto de cabo en 1938 en Jerez

EL SERVICIO MILITAR Y LA GUERRA.

La tranquilidad que esperaba se rompió el 18 de Julio con el golpe militar y la primera guardia que se hizo en el cuartel le tocó a él hacerla, a la 9 de la mañana. En noviembre del 1938 fue a destinado al Regimiento de Cazadores de Tardix núm. 7 de Sevilla, donde le cogieron junto a otros 8 soldados para formar parte de la escolta del Coronel Utrilla, Jefe de la Segunda División de Caballería, que estaba en Córdoba. Con el estuvo en Córdoba hasta finalizar la guerra, y algunos meses mas. A finales de Julio de 1939 volvió al cuartel de Jerez. En total estuvo en el ejército 3 años y 8 meses, desde Febrero del 36 a Octubre del 39

CONOCE A SU MUJER.

Volvió con su padre a La Dehesilla, a las faenas de la finca. Estando ya en la finca le hablaron de una moza de 16 años que estaba en la finca de al lado, justamente en la cañada de por medio entre las dos finca. Allí fue una y otra vez hasta que consiguió hablarle, le costó mucho trabajo, ella no se fiaba mucho de él porque era porteño. Esta joven roteña que se llamaba Trinidad Peña Benítez era la única hija de una familia de 6 hermanos. Poco a poco fueron hablando y en noviembre de ese año ya se hicieron novios formalmente. Le habló cuatro años y se casaron el 27 de Septiembre de 1943, en plena Feria de Sevilla de San Miguel. En la Iglesia de Ntra. Sra. de la O. Les casó el padre Cristóbal, que era de Arcos. La boda fue rápida y luego tiraron para Jerez en un taxi de El Puerto, de Manolo Rebollo. Les acompañó su cuñado Antonio Gil Muñoz. En Jerez cogieron un tren y se fueron a Sevilla donde llegaron a las 3 y pico. Se alojaron el Hotel Oriente, cerca de la Plaza Nueva. Allí estuvieron 4 días, coincidiendo con la Feria donde fueron varias veces. El festejo de toma de dichos, que se celebraba justo antes de la boda, se llevó a cabo en la casa de la novia que estaba en la calle Castelar, 21 en Rota. Asistieron gente de El Puerto y de Rota, mucha. Un festín por todo lo alto.

Recién casado, a los 2 meses tuvo la calentura del Tifus. "--A los 9 meses y 5 días justo nació mi primer hijo, Antonio, el 5 de Junio 1944. Abelardo, el siguiente hijo nació en el 1947, el año de la explosión de Cádiz y también el año de la muerte de Manolete", recuerda Pepe. Luego nacería Pepe, en el 1949. En 1951 nacerían dos gemelos Manuel y Rafael, Manuel fallecería al mes y pico de nacer. En 1953 tuvieron otro hijo al que llamaron Lolo. La primera hija, Trinidad, nacería en el 1958 y finalmente Loli nació en 1963.

Pepe con su esposa Trinidad

Desde la llegada de Pepe del servicio militar y su reincorporación al campo, su padre delegó en él la responsabilidad de llevar en la práctica la dirección de la finca, las relaciones con los trabajadores y con el personal en general, el control de la siembra etc. Estaban en esta tarea su hermano Manuel y él, pero quien estaba al frente era él.

A CARGO DE LA FINCA.

A principios de los años 50 su padre se va al Puerto y él se queda a cargo de la finca hasta que llegaron los americanos en el 54. La finca de Pepe fue de las expropiadas por el gobierno del General Franco. Aunque no le expropiaron al finca entera, solo parcialmente: de las 300 hectáreas, expropiaron 110. Pepe se trasladó entonces a un rancho que hizo en la otra punta de la finca, en Las Marismas y parte de La Dehesilla, que la siguieron sembrando hasta 1965. Recuerda que costó la casa 32.000 pesetas. La hizo Rebujina y Bartolito, contratistas roteños. La casa posteriormente la fue agrandando haciendo estancias para las vacas, haciendo una pequeña nave para meter los motores bajo techo de uralita, etc.

Los padres de Pepe Guindate, Abelardo y Manuela.

Con 66 años se jubila. Lo tenía que haber hecho a los 65 pero tenía a su cargo a 5 trabajadores y esperó hasta que llego una nueva normativa. Su amigo José Peña Real que era el guardacampo y estaba en la Hermandad de Labradores le arregló los papeles. Entonces se pudo jubilar ya cobrando la pensión. Al cargo de la finca se quedaron sus hijos Pepe y Abelardo. A este último le dio Colonización, unas tierras, y se fue allí, quedando Pepe al cargo de la finca.

Siguió viviendo en el rancho hasta que en 1960 se traslado a vivir a Rota, en la calle Castelar, 21 para vivir el resto de su vida tranquilo. Al campo iba de visita cuando le apetecía. Al principio iba a menudo y poco a poco a poco ya fue yendo menos.

pepeguindate_puertosantamariaPepe tiene una gran familia que se compone de 6 hijos , 17 nietos y 8 bisnietos y otro que viene en camino. De los nietos 12 están ya casados. Pepete sorprende con su gran memoria. Se acuerda de datos y nombres, con pelos y señales, de muchísima gente que ha conocido en su vida. Se conoce los nombres y las medidas de todos los cortijos de la campiña. Es un gran entendido en caballos y distingue los hierros de las distintas ganaderías de Andalucía.

En la actualidad tiene 94 que cumplía exactamente ayer, 23 de Enero de 2010. ¡Felicidades Pepe! (Textos: Javier Ros).

Ver la historia del padre de Pepe, en Gente del Puerto: Abelardo González Franco. El Manco Guindate o El Manco de los Cuatro Mil Reales, pulsando aquí.

3

miguel_nino_bengala_puertosantamariaUn día del mes de julio de 1958 conocí a un venerable gitano. Se llamaba Miguel Niño Rodríguez "El Bengala". Estaba sentado, al fresco, en el sardinel del zaguán de su casa en la calle Pagés del Corro de Triana. Me dijo, nada más conocerme, que él descendía de El Puerto y le presté gran atención. Me contó que su tatarabuelo fue Pedro Niño Boneo "El Brujo", nacido en El Puerto en 1819 y artífice de una siguiriya y una toná que llevan su nombre y que eran desconocidas por todos. "El Bengala" las conservaba y dio cuenta cabal de ello en la III Fiesta del Cante de los Puertos en 1973. Conocía, además, la toná de los Pajaritos y un sin fin de romances de tipo épico e histórico que debía a su memoria y a la tradición recibida de, por lo menos, su tío bisabuelo, Juan José Niño López, el más completo romancista que se ha conocido en todo el mundo hispánico y que había nacido en El Puerto en 1859.

La familia de "El Bengala" marchó de El Puerto a Sevilla, por una cuestión que tuvo su tatarabuelo con un tal Joaquinillo El Farolero, cuya historia cantaba “El Brujo” como un león herido, cada vez que se acordaba de que a su hija Salud la había perdido el tal Joaquinillo:

miguelninoelbengala3_puertosantamariaPor tristes cuarenta reales
Y unos zapatitos moráos,
Joaquinillo El Farolero
Tu jardín ha marchitáo.

(Dibujo a la izquierda de Miguel Niño, de LSA).

En Sevilla, se instalaron, primero, a la calle Artemisa, en la Puerta Osario, donde tuvieron fragua y, luego, se incorporaron a Triana, donde se vivieron  en la calle Pureza, 127 y pusieron fragua en el Monte Pirolo y, luego, en la Huerta del Carmen, en el mismo sitio donde ahora está la Torre de los Remedios y antes la Sala de Fiestas “El cortijo de El Guajiro”.

Allí estaba la fragua de Manuel Sacramento Niño, su abuelo:

miguelnino_bengala2_puertosantamaria

¿Qué es aquéllo que reluce
por cima de aquellos cerros?
Es la fragua e Sacramento
Que está machacando hierro.

(A la izquierda, 'el Bengala', vestido de luces).

"El Bengala" fue novillero, banderillero en la cuadrilla de su primo Joaquín Rodríguez "Cagancho", ayudante de fragua (machacador y follador --de fuelle--) modelo en la Escuela de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría, vendedor de aceitunas en el mercado de la calle Feria, cantaor de ventas y colmados, camarero, albéitar, además de corredor de cuatropeas.

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(En la imagen de la izquierda, José Miguel Carmona, de Ketama).

Estaba rebelado porque su hijo Joaquín le había salido boxeador y llegaba a su casa con unas palizas mortales y la cara echada abajo. Sin embargo, bendecía el que su hija Amparo fuera bailaora y se casara con el guitarrista Pepe "Habichuela" que, a la postre, fueron padres nada menos que de Josemi Carmona, el de "Ketama".

Con "El Bengala" tuve una grandísima amistad. Me relataba toda su genealogía portuense desde un oscuro Pedro Niño Ximénez, nacido en 1621, hasta él mismo, como un escolar recita la lista de los reyes godos. Cuando en 1974 yo lo tenía anunciado para la IV Fiesta del Cante de los Puertos, me llegó un telegrama diciéndome que no podría actuar porque se encontraba mal. A los pocos días murió y yo no me lo creía, porque para mí que era inmortal. (Texto: Luis Suárez Ávila).

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En la imagen, fila superior, de izquierda a derecha, Miguel Rascón Roselló, Juan Pablo Lerdo de Tejada Labat, Antonio Pineda, Fernando Arjona González, Juan de Dios Sánchez González. Fila central, desconocido, Agustín Fernández González, Vicente González Lechuga. Fila de abajo, José Ignacio González Lechuga. La foto de los aficionados desplazados desde El Puerto, está tomada en el antiguo Estadio Domecq de Jerez de la Frontera en el Derby celebrado el 22 de marzo de 1969, hace 51 años, entre el Racing Club Portuense y el Jerez Deportivo. (Foto Colección VGL).

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ala_davinci| Texto: Tomás Rodríguez Rendón.

Una vez me dijo un amigo que si quería saber si alguien era de El Puerto o se había criado en el Puerto, era muy sencillo. Solo hay que hacerle una pregunta. ¿Cual es esa pregunta?. Hay que preguntarle si sabe que es una “panarria”. Aun no la he encontrado en ningún diccionario o enciclopedia. Pero esa palabra existe y se sigue utilizando entre los portuenses como una palabra mas de nuestro vocabulario, siendo desconocida para forasteros, visitantes, concejales que dicen ser portuenses pero no han sido criado y ensolerados en El Puerto, y paracaidistas que menciona Luis Suárez Ávila en su nótula ¿Portuenses?, etc.
Es un símbolo de la noche y de la naturaleza prohibida.
Si conoce el significado de la palabra “panarria”, se puede decir que ya es Vd. portuense, si no es así, le queda tiempo para llegar a ser un porteño mas.
Ahí queda la pregunta y cada uno que la conteste si sabe, y si no que la pregunte a un portuense y, cuando sepa la respuesta, podrá decirse que ‘progresa adecuadamente’ en su Curso Acelerado de Portuensismo.

El poeta José Luis Tejada escribió esta nana,
¿Puede Vd. rellenar las letras que le faltan a la palabra en la línea de puntos?

NANA (III)
A la panarria vieja
de mi tejao
se le cayó una teja,
la ha escalabrao.

Ea la ea,
a mi ……….ito,
¿quién lo menea?

1

franciscolameyer_deraimundomadrazo_paris_1866Pintor, dibujante y grabador, Francisco Lameyer y Berenguer, nace en El Puerto de Santa María en 1825, localidad a la que llegó su abuelo, natural de Bremen, como vicecónsul de Prusia. En 1839, Lameyer llega a Madrid, traído por su tío el general de la Armada Dionisio Capaz, al quedar viudo. Con catorce años Lameyer ingresa en los talleres de Vicente Castelló. Su facilidad para el dibujo, le lleva rápidamente a colaborar en publicaciones de la época y en 1841 se matricula en la Academia de San Fernando, hasta 1843, dejando constancia por un ejercicio que allí se conserva y firmado al reverso por su maestro, Juan de Ribera. En aquel tiempo, contrajo matrimonio con Isabel Soriano, sobrina del Conserje de la Academia y tuvo dos hijos, Francisco de Paula y Alfredo, muertos ambos a temprana edad. (En la imagen, Francisco Lameyer, en un cuadro pintado por Raimundo Madrazo en París, en 1866).

Aquel mismo año 43 ingresa en el Cuerpo Administrativo de la Armada, ocupación militar que le llevará en 1848 hasta Roma - una vez eliminado en las oposiciones como pensionado en la lameyer_firma_puertosantamariaAcademia - para socorrer al Papa Pío IX en la revolución italiana y en 1854 como destinado en Filipinas, en su aifición por los viajes a países exóticos para descubrir el Lejano Oriente. (A la izquierda, firma del pintor).

Ascendido a Comisario de Guerra en 1856, y Ordenador de Pagos del Apostadero, regresa a España en 1859 para abandonar por motivos de salud su carrera militar en 1861. La fortuna dejada tras el fallecimiento de su tío Dionisio Capaz, le posibilita viajar hasta África en 1862, tras la guerra hispano-marroquí, para coincidir con Fortuny en 1863.

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Su viaje con Fortuny a Marruecos hará que el colorismo y los temas árabes sean sus favoritos, como el Asalto a un barrio judío, en la imagen. El estilo suelto y rápido de Delacroix también le llamará la atención. De su producción sólo conocemos unas diez obras, destacando sus copias de Goya y sus litografías en un estilo totalmente goyesco.

moroscorriendolapolvora_1860_museolazarogaldianoDe vuelta a Madrid, alterna prolongadas estancias en París junto a la familia Madrazo. Una larga enfermedad le lleva a fallecer en Madrid en 1877. Francisco Lameyer forma con Leonardo Alenza y Eugenio Lucas la escuela madrileña costumbrista llamada de "veta brava" en la estela dejada por Francisco de Goya a innumerables seguidores, pero su encuentro con Fortuny en África y su admiración por Delacroix le llevarán al orientalismo como estilo y temática predilecta. (En la imagen, 'Moros corriendo la pólvora'. Museo Lázaro Galdiano. 1860). (Texto: Fernando J. Martínez Rodríguez).

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Boda Judía en Tánger. Madrid. 1875.

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Interior con moros.

Francisco Lameyer tiene una calle rotulada a su nombre en la Barriada Durango.

11

Anzonini_puertosantamariaEn una fiesta que se celebró en Cádiz por los años 1928 o 29, Federico García Lorca, relató que allí estaban los Florida, esto es Los Melu, "Que la gente cree carniceros, pero que en realidad son sacerdotes que siguen sacrificando toros a  Gerión". Carniceros, tablajeros, jiferos, gandingueros, matarifes, cabestreros, mozos, porteadores, carreros de todos los mataderos municipales de la Baja Andalucía han sido los forjadores de  este imponente tinglado que es el arte flamenco, en cualquiera de sus vertientes. Cuando yo, por los años 70 organizaba la Fiesta del Cante de los Puertos, no enviaba los carteles y los folletos a los Ayuntamientos de la zona, sino a los Mataderos Municipales. Precisamente porque allí estaban los destinatarios de esas proclamas y no en las oficinas, ni en los despachos de los alcaldes, de los secretarios, de los concejales...más que nada porque no los tiraran a la .papelera sin oficio ni beneficio para nadie. Los  carteles y los folletos eran enviados a donde tenían que ir. (En la imagen, Anzonini, y a la derecha su mujer, María de los Reyes Suárez, conocida como María 'La Churrasca').

No hace mucho tiempo, cuando uno observaba una reunión flamenca, podía apreciar que sus oficiantes eran los mismos que había visto en el matadero, o en un reñidero de gallos, o en la cuadrilla de un torero, o el torero mismo. Y es que son gentes con un sentido polivalente de la vida. Sus modos y maneras los tenían atados al ritual de la tragedia, de la sangre, de la muerte, de formas muy diversas, pero todas ellas revestidas de arte.

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Anzonini, bailando al centro.

Siempre han sido proclives a ser sedes de las más gloriosas y espontáneas reuniones flamencas, las tiendas del Matadero, o las de las Plazas de Abastos comarcanas. Y es que, acabada la jornada, eran inevitables los cónclaves de gente que lo mismo apuntillaba novillos o toros mansos en la manga ignominiosa, que se apuntillaba la madrugada con una siguiriya, o, en un rapto excelso e increíble ,daba una vueltecita por bulerías y se volvía a sentar, como si tal cosa.

anzonini_malcala_2_puertosantamariaA Anzonini, siempre lo recordaré subiendo y bajando las escalerillas del carro de la carne, después de haber descolgado de un garabato media vaca y echársela encima, sobre la capucha de muselina morena y saco, tinta en sangre, y llevar el cuarto del animal a un puesto de la Mercado de la Concepción. Y eso una y otra vez y así todos los días. (En la imagen, Anzonini, dibujo de M. Alcalá).
El Matadero viejo de El Puerto, el venerable edificio de finales del XVII, obra de Francisco de Guindos, fue crisol de muchos cantes y bailes y testigo impasible de ambiciones taurinas, alguna de las cuales cuajaron con notable éxito y de las que ha quedado perpetua memoria.
La estirpe de los "Titi", Bermúdez de apellido, los López, apodados "Tabares" los González Monje, por sobrenombre "Villegas" y un sin fin de gente flamenca tuvo su sede y su menester en el Matadero portuense. Y precisamente de la estirpe de los "Titi", era Manuel Bermúdez Junquera, por apodo "Anzonini de El Puerto", que nació en 1917, y se crió en la Plaza de Abastos, entre las tablas de carne, las tiendas de Enmedio, Milindri, Rábago, Las Delicias, el Cafetín, Los Pepes y el Matadero.

anzonini_malcala_1_puertosantamariaAnzonini, nunca pude saber de dónde le vino el apodo, rubio, con los ojos azules, tenía facciones típicamente gitanas, a pesar de ello.     Su estatura extrema, su delgadez, daban prestancia a su figura que se crecía, nada más cuadrarse y alzar los brazos, con una majestuosidad increíble. Por su rostro siempre desencajado, sobre cuya frente campeaba un mechón rizado de pelo, la boca huérfana de dientes, pasaban las memorias de sus gentes y de lo vivido. Sus pies paseaban, en un espacio mínimo, un baile rodado por los siglos, doméstico, casero. Nada había estudiado en él; todo era improvisado e irreflexivo. Pero también hondo, como un pozo sin fondo. Y es que en su baile surgía , como de un manantial inagotable, lo ancestral y genéticamente guardado en las entretelas de su persona. Ni había en su porte impostura, ni fingimiento, ni afectación, ni jactancia. Aparecía su baile sin aditamentos ni ropajes espurios, creadora e inconscientemente apegado a la tradición, legítima y genuinamente antiguo. (Otro dibujo de Anzonini, Anzonini del Puerto’, "quant à lui, dansait dans sa cuisine et cuisinait en dansant". Realizado por Miguel Alcalá).

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Manolito de la María, Anzonini del Puerto y Paco del Gastor. En la fotografía, tomada en Madrid en 1964, aparece a la derecha el guitarrista flamenco Francisco Gómez Amaya, más conocido como Paco del Gastor, nacido en Morón de la Frontera en 1944. Sobrino de Diego del Gastor, fue el primero de la dinastía de los Gastor que se instaló en Madrid para ser guitarrista profesional, donde trabajó en los tablaos El Duende y Torres Bermejas. Comenzó su camino, antes, en la finca de Donn Pohren, acompañando a cantaores como Antonio Mairena, Juan Talega, Manolito de la María (en la izquierda de la imagen), Fernanda de Utrera o Perrate. En Madrid fue acompañante a la guitarra de Bambino, actividad que alternó con giras junto a Lola Flores, Fernanda y Bernarda de Utrera, Chano Lobato, Miguel el Funi… En la actualidad y desde hace más de 12 años es el acompañante fijo de El Cabrero y enseña guitarra en el conservatorio municipal de Morón de la Frontera. Phil Slight (Nueva Zelanda, 1932) se estableció en Málaga en 1961. Su amistad con Donn Pohren le abrió las puertas al flamenco de Morón. En 1964, Phil compartió pensión en Madrid con Manolito de la María, Anzonini y Paco del Gastor, cuando formaban parte del cuadro flamenco de la Peña Los Gabrieles de Pohren. (Foto Phil Slight)

Pero, además y por encima, Anzonini era un virtuoso de los pitos, con los diez dedos, que ponían el ingrediente preciso, el condimento adecuado y medido a su baile. De sublimes pueden calificarse los chasquidos de sus dedos, a compás. A nadie he visto tocar los pitos con la precisión y destreza de Anzonini. A nadie.
Jaleador ingenioso y oportuno, cantaor por bulerías y soleares y conocedor de un sin fin de cantes, su casa portuense de la calle Pozuelo 21 se convirtió en el santo lugar común del flamenquerío. Por allí pasó todo el cante, todo el baile.

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Un fotogénico Anzonini del Puerto retratado en Lebrija junto a Fernanda de Utrera (1981). Flamenco Project

Su mujer, María de los Reyes Suárez, con la que se había casado muy joven, compartía la afición y las consecuencias. Hija de Salud Suárez Montoya cantaora de fuste y sobrina de María Suárez Montoya, "La Guapa", bailaora de tronío, María la de Churrasca, como se la conocía, vio cómo un mal día a Anzonini lo arrancaron de su primitivismo atávico, lo colocaron en Madrid, en el Tablao de Los Canasteros y, luego en las Cuevas de Nemesio. Se lo llevaron con Pepita Campos, otra bailaora, ya viejecita, de El Puerto. No obstante, merodeó, e incluso se asentó algún tiempo, en Morón donde se convirtió en maestro de baile, y oráculo flamenco, cosa que también hizo, durante una corta etapa en Nueva York, hasta que recaló por Marbella donde puso una tabla de carne. Allí, una pelagarta extranjera lo terminó de arrebatar para siempre. Pero María, su mujer, fiel, amante desmedida, le dio piadosa sepultura en El Puerto. Anzonini murió el 17 de septiembre de 1983. Desde entonces se ha confundido con su tierra, en un pedazo tan chico, como el que le bastaba para bailar. (Texto: Luis Suárez Ávila).

duque_angulema_puertosantamariaLuis Antonio de Borbón, duque de Angulema, príncipe y general francés, exponente de las tendencias más reaccionarias de la Restauración nació en Versalles en 1775. Era hijo primogénito del conde de Artois, que llegaría a ser rey de Francia con el nombre de Carlos X, a quien acompañó al exilio al estallar la Revolución Francesa en 1789. Diez años después se casó con su prima María Teresa Carlota, única hija de Luis XVI y de María Antonieta, que había sido liberada por los revolucionarios en 1795.
En 1823 fue designado por su tío Luis XVIII responsable del ejército expedicionario de los “Cien mil Hijos de San Luis”, destinado a restablecer en España la Monarquía absoluta. La expresión “Cien mil Hijos de San Luis” fue acuñada por el propio Luis XVIII y divulgada por Benito Pérez Galdós al dar título a uno de sus Episodios Nacionales.
Dos días después de que Francia retirase a su embajador en Madrid, es decir el 28 de enero de 1823, Luis XVIII pronunció un importante discurso con motivo de la apertura de las Cámaras, en el que anunció solemnemente que "cien mil franceses estaban dispuestos a marchar invocando al Dios de San Luis para conservar en el trono de España a un nieto de Enrique IV".
La operación encomendada a Angulema se desarrolló con notable rapidez y constituyó un éxito. Veamos su cronología: Por acuerdo de las potencias de la Santa Alianza en el Congreso de Verona de 1822 se decidió intervenir en España y restablecer a Fernando VII como rey absoluto. Dicho y hecho. El duque de Angulema penetra en España el 7 de abril de 1823 al frente de un ejército que se elevaba a 95.062 soldados, divididos en cuatro cuerpos y uno de reserva.

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Grabado que representa una escenas del episodio de la liberación por el Duque de Angoulême y los “Cien Mil Hijos de San Luis ” del Rey Fernando VII, retenido en Cádiz por los liberales por sus veleidades absolutistas.  J.P. Wagner sobre dibujos de Andreas Rossi. Siglo XIX. (Colección J.S.A. Bruselas). Texto del Grabado:
«LLEGADA DE S.A. EL S. DUQUE DE ANGULEMA AL QARTEL GENERAL DEL PUERTO DE SANTA MARÍA EL 16.DE AGOSTO." Al Excmo. S4. José Aznarez Navarro Sanchez y Fuertes. Consegero de Estado. Academico de honor de Nobles y bellas artes de San Luis de la Ciudad de Zaragoza, individuo de la Real Sociedad Aragoneza de Amigos del Pais. Socio honrífico de la de Sevilla y Asistente de esta Ciudad. Yntendente general de Facto de los quatro Reynos de Andalucia y de la Provincia en Comicion.

EL DUQUE LLEGA A EL PUERTO.
Tras recorrer toda España, el 24 de junio llega a El Puerto el denominado ‘ejército de vanguardia’; 3.000 soldados al mando del teniente coronel Luis Fernández de Córdova, y toman la ciudad. Dos días después llegan las tropas francesas, en número similar, al mando del General De Burgoing, que de facto se convirtió en el jefe y gobernador de la población, pese a la existencia de autoridades militares y civiles españolas.
En las Actas Capitulares vemos como el mando en plaza del General era evidente. Dictó numerosos bandos sobre limpieza de calles, autorización de espectáculos, alojamientos, arreglo de cuarteles y construcción de barracones en el Castillo de Santa Catalina y cerca del Puente del Río San Pedro.
Por fin el 7 de julio llega el grueso de la expedición, con el propio Duque de Angulema al frente. Y decidieron descansar mientras se negociaba la liberación de Fernando VII, confinado en Cádiz por los liberales. Angulema permaneció en El Puerto hasta el 2 de octubre, fijando su residencia en la casa de Francisco Pavón (Larga, 67). Su Mayor General en la de Terry y el embajador de Francia en la de Nicolás Böhl de Faber (San Bartolomé, 44). Los criados y dependientes en la finca de Luis de Córdoba.
Angulema contaba con varios barcos que podían cortar las comunicaciones marítimas de la ciudad de Cádiz donde permanecía rehén Fernando VII, y colaborar con las fuerzas terrestres en las operaciones que se disponían a llevar a cabo. Las Cortes y los gobiernos que se sucedieron en aquel verano de 1823 no fueron capaces de encontrar soluciones para evitar su caída y la ayuda inglesa que se esperaba no iba a llegar. Sólo la Milicia Nacional se mostraba dispuesta a resistir hasta el final. Ante tales circunstancias, los liberales parlamentaron con Fernando VII y con Angulema por separado y aceptaron liberar al monarca si a cambio se prometía el olvido del pasado. Fernando, que incumpliría su promesa nada más verse liberado de sus captores, pudo por fin reunirse con el Duque de Angulema en el Puerto de Santa María el 1 de octubre de 1823.

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Grabado que representa una escenas del  desembarco del Rey Fernando VII y su familia en El Puerto de Santa María el año 1823, retenido en Cádiz por los liberales por sus veleidades absolutistas.  J.P. Wagner sobre dibujos de Andreas Rossi. Siglo XIX. (Colección J.S.A. Bruselas). Texto del Grabado:
«DIA 1 DE OCTUBRE DE 1825. SSMM DESEMBARCAN FELICEMENTE EN EL PUERTO DE S: MARÍA, CON SSAARR LOS YNFANTES." SAS el S Duque de Angulema el SS Duque del Ynfantado y todas las Autoridades los reciben á su desembarque y un inmenso gentío con aclamaciones de gozo veneran al deseado FERNANDO. Segun lo dispuesto por Exmo S. Capitán General de los Reinos de Andalucía se dedica a todos los Españoles Religiosos honrados, amantes y fieles a su amable Soverano el S. D. FERNANDO VII Q.D.C.

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Vista de El Puerto de Santa María, desde el Castillo de San Marcos. Los soldados al mando del Duque de Angulema, en el Patio de Armas del Castillo, al fondo Cádiz y los barcos que traían libre a Fernando VII, después de liberarlo en Cádiz, para llegar a los muelles de El Puerto. (Colección L.S.A.)

CINCO AÑOS MÁS DE OCUPACIÓN.
La misión de “Los Cien Mil Hijos de San Luis” había concluido. Angulema dejo nuestra ciudad, pero algo más de 3.000 soldados y 800 jefes y oficiales permanecieron 5 años más en El Puerto, ocasionándose más perjuicios que beneficios. Además del alto coste del alojamiento de las tropas, que era sufragado por los vecinos con contribuciones especiales, fueron numerosos las molestias e incidentes que se produjeron, hasta el punto de que llegó a producirse un altercado cuando el general francés de turno, alojado en una finca en cuyos bajos se encontraba una tienda de bebidas, llegó a denunciar “los alborotos y bullangas que se producían por la noche a propósito de molestarlo”.
Hasta aquí la importante relación de Angulema con El Puerto. Tras regresar a Francia y al morir su padre en Praga en 1836, muchos legitimistas consideraron como nuevo rey ‘de iure’ al duque de Angulema, con el nombre de Luis XIX, por considerar inválidas las abdicaciones de 1830. No obstante, se mantuvo apartado de la política y nunca quiso adoptar esta denominación. Murió en el exilio en 1844. Está enterrado en la cripta de la iglesia del monasterio franciscano de Kostanjevica (Nova Gorica, Eslovenia). (Texto: Enrique Bartolomé).

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En la imagen, de izquierda a derecha, Alfredo Bootello Reyes, Fernando Pasaje, José Joaquín Muñoz-Seca Manzanera y Antonio Gil de Reboleño Insúa, en la Feria de Ganado del Palmar de la Victoria, en 1956, pocos años después de su recuperación. Nótese el aspecto campero e improvisado de aquellas Ferias porteñas.

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