
Pablo Merello Díez nació el 14 de diciembre de 1965 en Jerez de la Frontera, el año en el que nombran Papa a Pablo VI. Aquel año nuestro Pablo y muchos otros fueron llamado así en honor del pontífice. Hijo del porteño Serafín Merello Álvarez-Campana y de la jerezana Margarita Díez Lacave, es el cuarto hijo de los siete del matrimonio. De pequeño vivió en la calle Luna, en la casa de los Merello Alvarez-Campana, desaparecida y hoy sede de Banesto, hasta que la familia se traslada a Jerez. Allí, Pablo estudia en los Marianistas hasta COU, licenciándose en Derecho en la facultad jerezana.

Diferentes botellas de Destilerías Pico embotalladas a lo largo de su historia.
AÑO 1965.
El año del nacimiento de Pablo, lo es también del dramaturgo Juan García Larrondo, Premio Internacional de Teatro de Mérida. Se crea AFANAS, asociación de familiares de personas con disminución de la capacidad intelectual. La comparsa del Carnaval de Cádiz, ‘Los hombres del mar’, interpreta un tema de Paco Alba, dedicado al vapor, que se ha convertido en el himno oficioso de El Puerto. El R.C. Portuense ficha al jugador Carlos Pumar Algaba.

Cabecera de la publicación local con ámbito de bahía, La Voz de la Bahía.
Nace ‘La Voz de la Bahía’, un nuevo medio de comunicación con vocación de Bahía; tuvo una vida efímera: apenas un año, al convertirse en un medio crítico con el poder de la época y ser vetado por los grandes anunciantes de la zona. Era alcalde de la ciudad Luis Portillo Ruiz.
María Teresa León, primera mujer de Rafael Alberti, publica su obra dedicada al supuestamente fundador de El Puerto ‘Menesteo, marinero de abril’. TVE produce una película, basada en la obra de teatro de Pedro Muñoz Seca, ‘La veganza de Don Mendo’, con Tony Leblanc, Manuel Alexandre, Amparo Baró, Jaime Blanch, Gemma Cuevo, José María Escuer, Fernando Guillén, Luis Sala, Antonio Ozores, Mari Carmen Prendes y Ana María Vidal. Nace en San Fernando, la pintora afincada en El Puerto, Asunción Muñoz-Cruzado Poce.
(En la imagen de la izquierda, reclamo publicitario de una botella de gran tamaño de Cacao Pico).
Manuel Martínez Alfonso inicia una cruzada en ‘La Voz de la Bahía’ para evitar que se construyeran bloques de pisos en la Plaza del Polvorista, al igual que ocurriera en la Plaza de la Pescadería cinco años antes. Se crea el conjunto músico vocal ‘Los Simbronis’, que funcionará hasta 1967. Se crea el Grupo Scout Católico en la Parroquia del Carmen.
Pablo siempre ha vivido rodeado de artistas: su padre, hermanas, primos, sobrinos, son aficionados a la pintura, pero él se considera una nulidad en esta disciplina creativa.vCasado con Mercedes Díez de la Cuadra, tienen dos hijos varones de 10 y 7 años. El hecho de que su mujer trabaje en una compañía aérea hace que viajar con cierta frecuencia no sea algo ajeno al matrimonio. (Fachada de Destilerías Pico, en la calle Cielos, número 26, esquina con la calle Espíritu Santo, construída exprofeso a mediados del siglo pasado para las Destilería, sobre el solar de una antigua vaquería existente en pleno casco antiguo).
Los Merello han sido siempre muy portuenses y aunque sus padres se fueron a vivir a Jerez, siempre ejerció de portuense,algo que inculcó a sus hijos, ya que siempre "barría para el Puerto".

Los alambiques de la Destilería, en 1928.

El embotetallo antiguo, fogografía tomada también en 1928.
Es un apasionado del mundo del vino, las bodegas, los destilados y licores,... Tras una corta experiencia laboral en Caja Madrid, decide dedicarse a los negocios familiares, en especial a la portuense Destilerías Pico, donde se elabora, entre otros, el célebre Cacao Pico, además de Ponche, Ginebra, Menta y la Crema de Cacao.
Esta destilería fue fundada por Manuel Pico en 1824, llamándose entonces el licor 'Crema de Cacao Manuel Pico' (En la imagen de la izquierda podemos ver una botella del primer cacao que se produjo en la Destilería).
Con posterioridad la empresa pasa a ser propiedad de su sobrino, Federico Pico, que había regresado de América. Éste llama a trabajar con él a Antonio Barcia (nótula núm. 171 en GdP) en la fábrica que ya existía en Pozos Dulces, estando el alambique por la calle Albareda . En 1940, con la crisis económica de la posguerra y la falta de materia prima, se produce un nuevo cambio de manos, y de denominación, Destilerias del Cacao Pico S.A., sociedad constituida por un grupo de socios: principalmente Fernando Terry del Cuvillo, Manuel Díez, Ivison, Quintanilla. En 1947 la nueva denominación de la sociedad será Destilerías Pico S.A. y es en 1952 cuando pasa a manos de los Hemanos Merello- Alvarez Campana: Jesús, Serafín, Francisco y Estanislao).

Cartel publicitario de Merello Hermanos, donde se afirma ser Abastecedores de SSMM los Reyes de España, Suecia y Noruega y Extractores de Vinos de Jerez, Sanlúcar y Málaga. En la lámina aparece un grabado de la Ciudad visto desde la Otra Banda, las bodegas de la calle San Bartolomé, el Cortijo y Viña de Los Milagros y las lagunas de El Puerto, propiedad de los Merello.

Botellas existentes en Despacho Recibidor, que se conserva como en los años 40 del siglo pasado.

Despacho recibidor desde la Sala de Muestras.
En 1992 se transforma en sociedad limitada y en 1995 es adquirida por Serafin Merello a sus hermanos, pasando ese mismo año a ser gestionada por las manos de sus hijos: los hermanos Merello Díez, siendo Pablo, en la actualidad, el Presidente Ejecutivo de la firma.
En el año 2004, Cacao Pico obtuvo en el Salón Saveurs de París el Premio al Mejor Licor, adjudicado por un jurado compuesto por periodistas especializados, sumilleres y especialistas en el mundo de la grastronomía gourmet, tras una exhaustiva cata a ciegas. . Este salón francés está especializado en productos de gourmet y delicatessen. Representa una de las más importantes citas feriales de bebidas y alimentación de Francia. Cacao Pico se introdujo de la mejor manera en el merdado francés
En el año 2005, con motivo del 180 aniversario de la firma, sacaron una serie limitada de botellas, fabricadas una a una de forma artesanal en Italia, de vidrio soplado de una sola pieza. Estas piezas, exclusivas, se pueden encontrar en tiendas de gourmet y en los espacios especializados de las grandes superficies

Tueste del cacao, artesanalmente, en la destilería de la calle Cielos, días pasados.
Desde sus inicios hasta la fecha la produccion del principal producto de la
destileria ha sido el Cacao Pico, elaborado de forma artesanal como hace 185 años. Desde entonces se somete a un proceso de tueste con leña del aromático cacaco americano hasta alcanzar el punto adecuado; después se deja reposar, se muele y se deja macerar por un tiempo para obetner la destilación oportuna, rica en graduación y aroma.

Alambiques donde se destilan los licores.
La destilación se produce en alambiques de cobre al "baño maría" especialmente diseñados. Cada uno tiene un nombre, una particularidad, un tamaño, una característica que los hace únicos y, conociéndolos, es como se le saca el mayor rendimiento en relación con la calidad artesanal, del Cacao Pico.

Acceso a la Sala de Destilación (izquierda) y a la Sala de Muestras (derecha).
EL LICOR QUE SE BEBE... Y SE COME.
El Cacao Pico, además de ser un clásico de la Navidad, es una singularidad en la industria licorera andaluza y española. Además, se usa, además de en coctelería, en repostería: trufas de cacao, helados, tartas, macedonias, creps, batidos e incluso zumos; También se usa como edulcorante de postres... y es marca blanca de diversas empresas y cadenas de alimentación de primer nivel. Un producto elaborado en El Puerto que se comercializa y consume no solo en España, sino en el mundo. Una importante empresa de respostería con distribución a nivel nacional, usa el Cacao Pico en sus postres, por lo que dicho producto también se come con cuchara. (En la imagen de la izquierda, diversos útiles que se usaban antiguamente para la faena del jarreo, con medidas).
Pepe Mesa, maestro respostero local (nótula núm 242. en GdP), igualmente lo usa en algunos de sus productos. Juan Franco, maestro coctelero y propietario de Cafetería Milord es el creador del cocktaill Café Porteño, elaborado con Cacao Pico.
COCKTAIL CAFÉ PORTEÑO.
Ingredientes:
1 café negro (en copa o en vaso) Catunambú.
1 cucharadita de azúcar blanca.
1 copa de Cacao Pico.
Nata montada o líquida.
Se calienta el cacao y se puede decorar con canela. En verano se puede tomar con hielo picado. (Original del Maestro Coctelero, Juan Franco del Valle).
Los cócteles Alexander: Brandy Alexander, Gin Alexander y Whisky Alexander, llevan todos en sus ingredientes 2/4 partes de Crema de Cacao Pico.

EL CACAO
El grano de cacao que se usa en estas destilerías es importado de Ameríca (Guayaquil, en Ecuador y Brasil). Como afirma la experta jerezana Fátima Ruiz de Lassaletta, refiriéndose al cacao y en concreto al Cacao Pico:
"Los británicos, durnate los siglos de imperialismo, tomaron cacao por muchos rincones de sus colonias, como un estimulante social. Hasta sus servidumbres en el XIX, gozaron del privilegio a la hora del cacao, al terminar el día. A la española, se tomó más a la hora de la merienda con bizcocho, o al amanecer con churros.
Otra opcion: aquí había muchos y aún hay algunos licores en las bodegas, concretamente el cacao, delicioso. Se bebe pausadamente, dura largo por goloso y hace una buena sobremesa y digestión. Búsquenlo en El Puerto también, que no se ha de arrepentir". (Plantilla de antigua etiqueta de Cacao Pico).
El chocolate y el cacao, lejos de alterar el peso, puede ser beneficioso para la salud, siempre sin abusar, como afirman los expertos: produce una sensacion de felicidad, saciedad, oxigena la mente produciendo una mayor actividad mental, sus antioxidantes naturales protegen ante enfermedades cardíacas y ayudan a proteger en las degenerativas, además de tener efectos diuréticos, estimula el sistema central. ¡Habrá que preguntarle al médico! (Etiqueta de Crema de Cacao Pico).
Además, están los masajes de aceite de cacao, cosméticos, envolturas corporales de chocolate, baños y máscaras de chocolate... Y hasta el bueno para el feto, durante la gestación, afirman los expertos, reduciendo la fatiga y la tensión.


El año que nace José Manuel, 1928, se crea el Racing Football Club de El Puerto el 10 de febrero. Mariano López fue uno de los promotores y fundadores y Genaro González Noval, su primer presidente. Su primer partido, entre los infantiles del Racing y otro equipo local, la Balompédica, se salda con la victoria del recién nacido Racing. El segundo partido se celebra en la Plaza del Polvorista, el 4 de marzo, entre el Racing Football Club y el Español F.C. de Jerez de la Frontera, con resultado de empate.
El 3 de marzo de ese año, es nombrado Hijo Predilecto de la Ciudad el benefactor local Elías Ahuja y Andría, que aparece en la imagen de la izquierda. Se presentaron 4.890 firmas avalando la petición José Almansa Huete refuerza su Agencia de publicidad, ubicada en la calle Larga, 24. Se produce un incendio en la Finca de Ntra. Sra. del Consuelo, propiedad de Rafael Osborne. Muñoz Seca estrena las siguientes obras: “La orgía dorada”. “El teniente alcalde de Zalamea". “El rajáh de Cochin”. “¡Un millón!”. “La cura”. “Alí-Guí”. “El clamor”. “La Lola”. Rafael Alberti publica 'Domecq 1730-1928' y entre 1927-1928 publica 'Sobre los Ángeles'.
Era mas amigo de hacer novillos que de ir a clase, cuando se escapaba del colegio Poullet, salía el coche de caballos con Juanito Buhigas al pescante y su hermano Fernando a la caza del niño, habitualmente lo devolvían a casa, con castigo incluído. El día que el niño José Manuel estrenó sus primeros pantalones largos, se fue con sus primos Fernando Terry Merello y Javier Gaztelu Terry, al recreo que tenían los padres de este último, y lo único que se le ocurrió fue subirse a un árbol, y se rompió los pantalones. Eloísa Terry, que por lo visto no era una gran costurera, le remendó los pantalones con esparadrapo, para que no se notase la rotura. Se pasó unos cuantos días castigado. Como vemos, una infancia de lo más traviesa, prólogo del espíritu emprendedor en el mundo del trabajo. (En la imagen, publicidad del brandy --entonces coñac-- 501, etiqueta amarilla).



Era aficionado a la cocina, al bricolaje y tenía, algo de inventor. Siendo sus hijos pequeños, se le ocurrió la idea de construir un hidropedal con las vainas de plástico de la munición americana, suponemos que serían cohetes u obuses,; estuvo en el garaje de su casa dos semanas construyendo aquel 'invento'. Cuando fueron a botarlo a la playa conocida como de 'Los Curas' por la proximidad de la Casa de Ejercicios de los Jesuitas 'La Inmaculada', la bajada por la finca 'El Retamar' duró más que la botadura: esta última poco menos de tres minutos, el tiempo suficiente para que hiciera agua, pues no pudo impermeabilizar bien el artefacto. (A la izquierda, etiqueta de Oloroso 'Tercios', de Carlos y Javier de Terry, S.L.).


Su infancia transcurre en la calle Pozuelo, jugando en unas calles aún no tan transitadas. Estudió en el Colegio de las Carmelitas, --se acuerda de la Hermana Natividad--, en la calle Luna, con la señorita Paca y con 9 años ingresó en el Colegio de la Pescadería, con Miguel Cea Quiroga como director y los profesores Ciro Morata y Antonio de la Torre, entre otros. Luego estaría interno varios años en el Colegio de Nuestra Señora de los Reyes, en Bonzanza (Sanlúcar), dirigido por los hermanos Maristas. Rebelde, decide escaparse del colegio con 14 años, en desacuerdo con los métodos disciplinarios del centro, al terminar el 4º de bachillerato, con lo que se inscribe una nota negra en el libro escolar, lo que le impide acceder a otro centro. Ahí terminan sus estudios reglados --que no su ansia de formarse y conocer, algo que hace de forma autodidacta-- y empieza a trabajar en el que ha sido y es su mundo: la bodega. (En la imagen, José Gutiérrez Dosal).
Estamos en 1960. Así, empieza de obrero en la bodega, donde aprendió e hizo de todo. Su maestro: su padre. Allí empujaba botas, trasegaba el vino a jarra, lo rociaba, venenciaba, arrumbaba a mano... En 1966 muere su padre y con 20 años se ve con la responsabilidad de sacar adelante el negocio vinatero. (En la imagen, José Gutiérrez Sánchez de Cos).
Y con ese empeño, esa nueva experiencia. Salir a la exportación. Instalan un sistema de embotellado, con nuevas tecnologías lo que supuso grandes inversiones en un momento en el que el mercado de nuestros vinos estaba en recesión. (En la etiqueta que aparece a la izquierda, Amontillado Marqués de Comillas, fundado en 1837. Al segundo marqués compró Gutiérrez Dosal la bodega de la actual firma Gutiérrez Colosía).
Juan Carlos empieza a viajar. Para su sorpresa, cuando en el marco de Jerez muchos pensaban que el vino se vendía solo, había que hacer grandes esfuerzos para colocarlo en un mercado cada vez más competitivo y difícil. En Holanda recibe al principio el rechazo de los importadores. En Alemania, dadas las políticas efectuados por algunos exportadores que habían dejado en muy mal lugar los vinos del marco, desconfiaban. (En la etiqueta ide la izquierda, Fino Toneles, de su abuelo, José Gutiérrez Dosal).
Pero Juan Carlos no se desanima, creía en lo que hacía y en la bondad de sus productos y vuelve a la Feria de Dusseldorf, a los 'show rooms' de Holanda... a fuerza de voluntad no había quien le ganase. Años más tarde, en Vinoble (Jerez) tendría que luchar contra competidores de la zona, que no le admiten, pero sus productos se acaban posicionando en los mercados de exportación. (A la izquierda, botella de Pedro Ximénez de Gutiérrez Colosía).
En 1998 unos exportadores ingleses prueban sus vinos en las bodegas y empiezan a venirle los primeros contratos para el extranjero. Se diseñan nuevas etiquetas de vinos e incluso cambia el tipo de botella. Los productos embotellados por Gutiérrez Colosía, además del vino en rama y el vinagre a granel, tienen una estrecha relación, por su nomenclatura, con El Puerto:
LOS VINOS

EL BRANDY EL CANO
Es un producto del que sólo se embotellan 1500 botellas al año con el objeto de que siga manteniendo la calidad que le dan las soleras de cerca de un siglo.
En 2009 la 







Juan Carlos Gutiérrez Colosía, amante de El Puerto, sus cosas y su historia; enamorado de la hoy y siempre difícil profesión de bodeguero, ilusionado por posicionar sus productos en el mundo (en estos días salen para el estado de Virginia (EE.UU.) unas botas de las bodegas Colosía), emprendedor, sigue buscando mercados, ofreciendo catas en origen y destino. En breve estarán en Barcelona; en agosto en Dinamarca, haciendo una degustación con el importador a almacenistas, restauradores y sommeliers; en octubre en Bélgica, y en invierno continuarán asistiendo a ferias y catas abriendo y consolidando mercados internacionales, ayudado por la nueva generación, los Gutiérrez Pou (Carmen y Carlota, en la imagen de la izquierda) y por su incansable esposa y compañera, Carmen Pou Riutort.
El otro día por ejemplo, agarré y cogí la calle Ganado, viniendo de Cielo y recordé que antes en la carnicería de Manolo Ortega, hubo una frutería, que en la taberna "Los Maeras Chico", tuve la oportunidad de conocer a Manolo del Pino "El Niño del Matadero", (a la izquierda de la imagen) me lo presentó mi padre, me gustaba salir con él; que en la Sastrería de Vera, hubo una tienda que se llamaba "Sempere, Mercería, Calzados", este inmueble igual que la Taberna "El Refugio", pertenecen a Muebles Palomino, y ahí me detuve en hacer la inspección de la calle y de forma consciente empecé a recordar lo que fue este establecimiento.
La taberna estaba dirigida por Rafael Gómez Cordero, Rafael era hijo del cabo de guardias de campo Ceferino Gómez, tristemente fallecido el el cortijo Pozolozano. Rafael tenía que yo sepa tres hermanos más Ceferino (padre del que fue alcalde de El Puerto Rafael Gómez Ojeda, a la izquierda de la imagen) víctima de la guerra incivil, no entiendo, como un hombre tiene que matar a otros hombre, cuando el hombre se muere sólo sin necesidad que nadie le mate; Pepe capataz de la bodega de Velarde y Luis que no conocía, conozco a su viuda Luisita Morales Augusto, mujer con un humor y una vitalidad envidiable.
Luis Ballesteros Hidalgo, íntimo amigo de mi padre, agente Judicial del Juzgado de 1ª Instancia e Instrucción, socio del Real Madrid, se carteaba con Don Santiago Benabeu, gran aficionado a las óperas de Pucinim, Rosini y Verdi. Antonio Carmona, oficial del Juzgado Municipal. José Gómez de Requena, propietario de varias panaderías. Me contaba mi padre, que este señor cuando tenía que limpiar los hornos de leña por dentro, esperaba unos días que se enfriaran algo y después se forraba el cuerpo con sacos de arpillera vacíos y se metía dentro del horno a limpiarlos, ¡que valor! José Gómez Cordero, capataz de bodegas Velarde. Cecilio González, casado con Dª Pura la matrona. El maestro Suano, relojero empleado de Relojería Díaz, persona seria y formal, educado que cuando se encontraba a gusto, le daba por cantar por malagueñas y recitar a Don Ramón de Campoamor. Suano casi siempre iba acompañado de su hijo, relojero también. La familia Loliti, grandes aficionados al flamenco con su padre al frente. Los hermanos Flor Pedregal, empleados de Telefónica. Bancalero, empleado de Renfe
El billarín que como les dije anteriormente, estaba en el salón, era una de las mesas más difíciles de jugar, por lo estrecha que era; pero bueno cuanto más cargado de vino estuviera el personal, mejor se jugaba. (A la izquierda de la imagen, contador de billar).
La vieja taberna Los Maera --en la Plaza de las Galeras esquina con Luna-- fue durante muchos años, a partir de la última década de los 30 del siglo pasado, uno de los establecimientos propios de una tradicional saga de taberneros y fabricantes de anisados y licores: ‘los Giles’, de origen cántabro. Hoy es, en la calle Luna, [con otro nombre y reformada, La Garnacha], la única tienda de vinos que ha conservado parte de su estructura original y cierto sabor a taberna antigua. Tal vez su origen se remonte, al menos, al siglo XVIII, de ser ésta la taberna que documentos de 1771 sitúan frente a la hoy inexistente Capilla de las Galeras. (En la imagen, la antigua taberna de Los Maera, en la Plaza de las Galeras, por su fachada de la calle Luna, que hoy alberga a La Garnacha. Vemos el azulejo de 'Amontillado Tío Benito', con el antiguo logotipo de Bodegas Caballero, que permanece en la fachada remozada y repintada de color almagra).






Continuamos con Ernesto, casado con María Teresa Otero Sanchez-Bustamante. Igual que el anterior, en la 3ª generación se perdió el apellido; Eduardo, corresponsal de banca, que casó con Ramona Docavo Alberti, de cuya unión tuvieron tres hijos varones, los cuales entroncaron con diversas y conocidas familias portuenses: los Gaztelu, Govantes, Jiménez o Cuvillo, entre otras. Finalmente, Agustín Merello Alberti, fue el más buscavida de sus hermanos, posiblemente obligado por su carga familiar. Sus actividades profesionales eran varias. Entre ellas, la más productiva y rentable, quizás, la de contratista de obras. Un ejemplo de esta actividad lo hemos encontrado en los Protocolos Notariales de El Puerto de 1879. Se trata de un documento de cesión de derechos, en realidad una subcontrata, de las obras nuevas de la carretera de Benaocaz a Utrera que se había adjudicado en casi medio millón de pesetas “de las de entonces” para realizar dicha obra en un periodo de 5 años, adjudicación que, mediante este documento notarial que citamos, traspasa a José de la Cuesta Gómez. (En la imagen, Anís La Sota de Bastos, de Merello Hermanos, 'marca registrada con el núm. 1 de la provinica de Cádiz).
Todos los hermanos, sus esposas e hijos vivían en la misma casa, formando una comunidad familiar alrededor de los padres, compartiendo cocina, comedor, salón y otras dependencias de la finca, situada en la calle Fernán Caballero. En el documento notarial de partición de bienes de Ernesto Merello Alberti, fallecido en 1890, se indica: “… no se determinan los muebles porque el finado, junto con sus cuatro hermanos restantes, esposa e hijos, todos vivían en una sola casa reunidos, constituyendo una sola familia.” (Etiqueta de 'Jerez Selecto, especial para enfermos', de Merello Hermanos. Proveedores de SS MM los Reyes de España, Suecia y Noruega, según reza en la etiqueta).
A continuación de la especie de comuna familiar, donde se encuentra actualmente un convento de religiosas, haciendo esquina con la calle Jesús Nazareno existía una finca propiedad de doña María Catalina Alberti que heredaron los hermanos Merello, nombre comercial que utilizaban para comercializar sus productos, cuyas bodegas se encontraban en esa misma calle, a continuación de la casa antes citada, aunque con entrada por la calle paralela de Los Moros. El negocio de extracción de vinos, sin ser de los más importantes en su época, más o menos podemos ubicarlo entre los treinta principales criadores y exportadores de la localidad, contando con viñedos propios en el término de Jerez en los pagos denominados “Santo Domingo”, “Tablajete” y “Balcargado”, utilizando en anuncios publicitarios y en las etiquetas de sus productos la leyenda: “Proveedores de S.M. el Rey de Suecia.” (Etiqueta de Amontillado N.P.U. de Vicente Alberti, padre de Rafael Alberti. Debajo, firma del padre del poeta, Vicente Alberti Sánchez-Bustamante)
Agustín Merello Alberti, falleció el 12 de abril de 1893, contando 51 años de edad. Su numerosa prole, de 10 u 11 hijos, serían los progenitores de la práctica totalidad de los portuenses contemporáneos de este apellido –Merello Alvarez, Merello López de Meneses, Merello Cuvillo, Merello Govantes, Merello Pastor, Merello Díez, Merello Reynolds, Terry Merello y Castro Merello- y también herederos del 1/5 de participación en los negocios familiares mencionados que correspondía al padre. Por otra parte, la de su otro hermano Julio, Merello Alberti (en la imagen de la izquierda) existió una desvinculación física, al estudiar ingeniería y cambiar su residencia por motivos profesionales, contribuyendo todos estos motivos apuntados a que, en los primeros años del siglo XX ya no existiese el pequeño imperio comercial forjado por Vicente Merello medio siglo antes.
Citamos a los
03.-CARMEN MERELLO GOMEZ (MONJA)


08.-ELISA MERELLO GOMEZ (MONJA)

Entre los bienes que conocemos poseía se encontraban tres suertes de tierra en el pago de “Balbaina la Baja” que, juntos, sumaban casi treinta aranzadas sembradas de viñas, con casa de piedra en la que realizaban las faenas de vendimia. El edificio de bodega constaba de cinco naves y un patio que servía de trabajadero de tonelería, con pozo, en el valle de San Francisco –creemos se trata del ensanche del Campo de Guía-. A espaldas de las naves de bodegas tenía una huerta, nombrada “Santa Susana” compuesta de 8 aranzadas de tierra calma, con casa de piedra, pozo y alberca. Este fue el último inquilino, hacendado y bodeguero, que tuvo la casa.





El Puerto resucitó gracias al buen hacer de Ignacio Osborne, conde de Osborne, y de Fernando C. de Ferry y del Cuvillo, a quienes se sumó el tesón y la capacidad de trabajo de Luis Caballero Noguera, el impulsor de la urbanización de Valdelagrana. (En la imagen de la izquierda, obra de Torres Brú).


Ramón J. Bayo Valdés nos dejaba en su domicilio de la calle San Francisco, en la madrugada del martes 24 de julio de 2007. Casi nonanegario desaparecía con él una parte de memoria de los vinos de El Puerto. Tras el desinterés municipal por recibir gratuitamente la colección de botellas, botellines, etiquetas y otros objetos relacionados con el vino de nuestra tierra, la familia donaba su legado, apenas dos años después, a un particular gaditano que lo tiene expuesto la capital, mientras otra parte de su colección es actualmente subastada en internet. (Foto: Fito Carreto).
Además inició una colección de autógrafos de toreros, con la particularidad de estar realizados sobre etiquetas de un desaparecido vino de Osborne: Fino Ducal. Cerca de 5000 etiquetas de Ducal componían esta colección de autógrafos, con las firmas de la mayoría de toreros, novilleros y rejoneadores contemporáneos de Ramón, mucho de ellos ya desaparecidos. (En la imagen de la izquierda, etiqueta firmada por Curro Romero).
La tradición taurina porteña hizo que Ramón poseyera en su museo de la calle San Francisco, en su casa que siempre tenía abierta a todos los que se acercaban a saludarlo, o visitantes VIP procedentes de Osborne, una colección de recuerdos, carteles, trofeos, banderillas, rejones, muletas, entradas y otros objetos relacionados con la fiesta, muchos de ellos pertenecientes a célebres toreros. (En la imagen de la izquierda, Ramón Bayo posa ante una bota firmada por él, con la leyenda de 'Museo Ramón J. Bayo').
EL MUSEO SE FUE DE EL PUERTO.
MUSEO TAURINO Y DEL VINO.
Cuentan los que tuvieron la suerte de tratarle que, en su domicilio de la calle San Francisco, se hallaba el código genético de nuestro pasado más decente: fotos de un Puerto con las fachás encalás, calles de chinos peluos, etiquetas de botellas de vino que aún conservan el esplendor de una ciudad que vivía las vendimias como una epifanía. Aquella casa era un reverbero humilde que iluminaba, tenaz y orgulloso, la entrada en un porvenir por el que era imposible extraviarse. (En la imagen de la izquierda, Ramón Bayo junto al entonces eurodiputado Esteban Caamaño, en la Sala de Degustación de la Bodega de Mora).
Alfonso Carreto está jubilado desde hace doce años, y desde entonces las ferias las vive más tranquilas, pero siempre son intensas.
