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joaquinsolerserrano_puertosantamariaEl periodista y comunicador Joaquín Soler Serrano, moría anteayer en Barcelona a la edad de 91 años. Recogemos en esta nótula algunos fragmentos de la entrevista que le hizo a nuestro paisano Rafael Alberti, en su ‘Entrevista a Fondo’, realizada en Madrid, a su regreso del exilio en 1977, en la que habla de sus recuerdos en El Puerto.

Desde sus 75 años repasaba ampliamente su infancia en El Puerto de Santa María y la juventud en Madrid. «Mi vocación verdadera era la pintura, empecé a escribir muy tarde». Estudiante desganado -«me suspendieron en preceptiva literaria y dejé el bachillerato»- gana en 1925 el Premio Nacional de Literatura con Marinero en tierra. «Después ya tuve un cambio muy fuerte en todos los sentidos. Este tipo de canciones se me fue quedando un poco lejos».

Antonio Machado, Dalí, Aragon, Malraux, Picasso, Neruda, son algunos de los personajes que retrata, con pinceladas de humor, «Juan Ramón Jiménez era un andaluz con muy mala sangre, pero era cuando estaba mejor, cuando hablaba mal de la gente», y de emoción «Federico me ha dejado una profunda pena, una profunda tristeza».  La guerra civil y el exilio en París, Argentina e Italia, junto a Teresa León -«ha sido una compañera fundamental»-, son escenarios en los que desarrolla su talento.

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Carátula de la entrega número 14 del programa 'A fondo' en la que Joaquín Soler Serrano entrevista a Rafael Alberti.

Según el mismo poeta refiere en la entrevista, desciende de dos familias de estirpe italiana, los Alberti y los Merello: «Los Alberti son de origen toscano, y yo he oído hablar italiano en mi casa. Mi abuelo era florentino, y mi madre, aunque española, tenía su origen en la Liguria de Génova. Los hermanos de mi abuelo, aunque nacidos en España, hablaban el italiano, y también mi abuelo, don Carlos Alberti, al que recuerdo muy enfermo, poco antes de morirse, como un hombre muy viejo, y ya casi borrado en mi memoria presente».

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valentingalarzamorante_2_puertosantamariaValentín Galarza  Morante fue uno de los ocho hijos del matrimonio portuense formado por  Nicolás Galarza Sancho, jefe de oficina de las bodegas que regentaba José Pemartín en Jerez y de María Josefa Morante Seytre. Nació en El Puerto de Santa María el 28 de abril de 1882 y murió en Madrid en 1951. Era el mayor de los varones y, siguiendo los pasos de sus tíos maternos Lorenzo y Antonio Morante Seytre, emprendió la carrera militar, profesión en la que, pasando el tiempo, alcanzará los máximos entorchados profesionales, --sus propios compañeros de armas le apodaban ‘el técnico’--, ocupando igualmente, importantes cargos políticos tras la Guerra Civil, entre otros la cartera ministerial de Gobernación.

Los datos biográficos de nuestro personaje, especialmente los correspondientes a la tercera y cuarta década del siglo pasado, pueden encontrarse en los libros de historia contemporánea. Nosotros vamos a referir  especialmente algunos hechos y datos que le relacionan con su ciudad natal.

En el padrón de 1900, fecha en la que contaba  18 años, figuraba censado en el domicilio familiar de Larga, 87, indicándose como ocupación la de estudiante. Poco después ingresará en la Academia de Infantería, y en las fiestas navideñas del año 1903, que en esas fechas se denominaban ‘Pascuas’, lo encontramos en El Puerto de nuevo, disfrutando de unos días de licencia, convertido ya en el segundo teniente del Batallón de Cazadores de Las Navas.

casa_galarza_1_puertosantamariaEn 1906 ingresó como alumno en la Escuela Superior de Guerra, de donde salió en 1911 con el grado de Capitán de Estado Mayor. En este periodo de formación como alto oficial del  ejército también realizó una breve visita a su familia en El Puerto, aprovechando un desplazamiento realizado a Cádiz y San Fernando para prácticas especiales, en la primavera de 1908.

Contrajo matrimonio en Madrid, el 11 de marzo de 1912, en la Parroquia Castrense, con María del Carmen Remón Roteta, continuando su ascendente carrera militar con el desempeño de importantes destinos en diversos lugares de la geografía hispana, siendo designado por el general Primo de Rivera como Jefe de la Secretaría Auxiliar de su Gobierno. (En la imagen de la izquierda, domicilio familiar en la calle Larga, 87, frente al Bar La Perdiz. En la actualidad se encuentra una entidad bancaria y oficinas en los pisos superiores. La fotografía está tomada desde el solar derribado que hoy ocupa otra entidad bancaria, y en el que en su día se construyó Porto Moda). (Foto: Centro Municipal de Patrimonio Histórico).

En 1921 fue nombrado Hijo Predilecto de la ciudad, entregándose una placa acreditativa de tal distinción con el siguiente texto:
El Excmo. Ayuntamiento de la Muy Noble Leal Ciudad y Gran Puerto de Santa María, en sesión celebrada en 26 de octubre de 1921 acordó nombrar Hijo Predilecto de la misma al Sr. Don Valentín Galarza y Morante, comandante del Estado Mayor del Ejército, como prueba de agradecimiento por trabajos hechos a favor de los intereses de su pueblo. El Puerto de Santa María, 31 de octubre de 1921. El Alcalde: Manuel Ruiz Calderón. El Secretario: José Luis García.
El autor del diseño de la placa  fue del portuense Manuel Ordóñez Garabito, de quien oportunamente saldrá una nótula en Gente del Puerto.

Los ‘favores’ mencionados consistieron en recomendar e influir para que se acuartelaran en la ciudad el 3º Regimiento de Artillería Pesada, guarnición militar que debería teóricamente contribuir a mejorar la maltrecha economía local, dando vida a pequeños comerciantes y creando puestos de trabajo.

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Visita de Valentín Galarza a El Puerto. El coche está situado a la puerta de la vivienda familiar en la calle Larga. (Foto: Centro Municipal de Patrimonio Histórico).

Manuel-AzanaPOCO AFECTO A LA REPÚBLICA.
El gobierno de la República lo retiró del servicio activo cuando contaba 52 años de edad, siendo teniente coronel de Estado Mayor.  Alabado por Azaña (en la imagen de la izquierda) –según se mire--, que dijo de él cuando lo pasó a situación de disponible por considerarlo poco afecto: “…Galarza es inteligente, capaz y servicial, escurridizo, obediente… y de los más peligrosos”.

Intervino de forma activa en los preparativos de la sublevación militar contra el gobierno de la República, actuando como enlace entre los generales Franco y Mola. El 18 de julio de 1936, fecha del inicio de la Guerra Civil, se encontraba  en Madrid. Detenido, estuvo encarcelado en la cárcel Modelo la mayor parte de la contienda hasta la toma de Madrid. Algunos autores comentan que se libró de ser fusilado, como lo fue su paisano Pedro Muñoz Seca, gracias a coincidir su apellido con el de un notable socialista madrileño, Ángel Galarza Gago, simulación que evitó formase parte de algunas de las tristemente famosas ‘sacas’ . Se incorporó al cuartel general de Franco con el grado de coronel de Estado Mayor, siendo nombrado el 25 de mayo de 1939 subsecretario de la Presidencia del Gobierno.

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Llegada en tren (vagón de la derecha) a la estación de El Puerto. (Foto: Centro Municipal de Patrimonio Histórico).

LA BIBLIOTECA PÚBLICA.
Otro de los cargos que desempeñó en estas fechas fue el de presidente del consejo de administración del Patrimonio Nacional, favoreciendo nuevamente a su ciudad al propiciar fuese dotada con una biblioteca pública estatal, entidad inusual en municipios que no superasen los 50.000 habitantes, como era el caso de El Puerto en esas fechas. De ahí viene el especial y complicado a la vez, estatuto del que disfruta nuestra biblioteca pública.

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Fachada del Ayuntamiento en la Plaza de Isaac Peral. A la izquierda, en el segundo vano, puerta de acceso a la biblioteca, tras la que se subía por una escalera. En la parte baja de esa zona se encontraba el Depósito Municipal Carcelario. (Foto: Centro Municipal Patrimonio Histórico).

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Interior de la antigua Biblioteca Pública. La fotografía está tomada en 1971. (Foto: Rafa. Archivo Municipal).

MINISTRO DE GOBERNACIÓN.
Su simpatía hacia la monarquía –fue miembro activo de la ‘Unión Monárquica Española’— y todo lo contrario por la Falange a pesar de ser jefe directo de las milicias de FET y de las JONS, cercenaría su carrera política, ejerciendo tan solo 15 meses como ministro, siendo cesado en 1942. Y es que, Galarza, claramente posicionado, junto con el General Varela como adalides del pensamiento de Ejército frente al excesivo poder político que gozaban los falangistas, enfrentamiento poco disimulado por ambas partes, que tuvo su cenit en el fallido atentado a las puertas de la basílica de Begoña, en Bilbao, cuando un importante cargo falangista --Juan Domínguez, inspector nacional del SEU-- arrojó una bomba a los pies de Varela, que era ministro del ejército. El incidente originó una crisis de gobierno que se resolvió con el cese de ambos ministros. A Galarza lo sustituiría en el cargo Blás Pérez Fernández, que no era ni militar ni falangista.

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Cortes Españolas durante la dictadura del General Franco. Galarza fue nombrado procurador en Cortes.

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En el centro, con pajarita, saliendo de la Prioral; a la izquierda su cuñado Carlos J. de Terry y del Cuvillo. (Foto: C.M.P.H.)

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Galarza, en la procesión de la Virgen de los Milagros, en el centro. (Foto: C.M.P.H.)

Fue Procurador en Cortes por designación de Franco, durante la I Legislatura, constituida en marzo de 1943. Junto a otros dieciséis procuradores y otras personalidades firma el Manifiesto de los Veintisiete, promovido por el procurador Juan Ventosa en el que propugnan la restauración monárquica en la persona de Don Juan. Claramente mostraba su desacuerdo con el régimen. Continuó en el Ejército hasta su retiro, enfocando su vida en asuntos privados y negocios, que nada tenían que ver con su profesión, falleciendo en Madrid en 1951, a la edad de setenta años.

baltasargarzonIMPUTADO POR CRÍMENES CONTRA LA HUMANIDAD.
Valentín Galarza fue uno de los altos cargos del franquismo –35 en total--- imputados en el sumario instruido por Baltasar Garzón, (en la imagen de la izquierda) el que fuera juez de la Audiencia Nacional, por los delitos de crímenes contra la humanidad y detención ilegal cometidos durante la Guerra Civil y en los primeros años del régimen de Franco, no siendo procesado al comprobarse su fallecimiento.

LÍNEA SUCESORIA.
Su línea sucesoria es amplia.
Gracias a la amable colaboración de sus parientes portuenses del mismo apellido hemos conocido que tuvo siete hijos de su matrimonio con Carmen Remón. (La imagen que vemos a continuación, representa una de las últimas imágenes que se conservan de Valentín Galarza).

valentingalarzamorante3_puertosantamariaNicolás, el mayor, murió en los tenebrosos hechos de Paracuellos del Jarama, dejando un hijo de nombre José Antonio Galarza, desconociendo su segundo apellido y la identidad de su esposa; Valentín Galarza Remón, también fallecido como los restantes hermanos, excepto uno, estuvo casado con Carmen Pardo Belmonte y Morante, posiblemente prima suya y tuvieron una sola hija; Carmen y María, sin descendencia. La primera profesó como religiosa en una comunidad  denomininada ‘Servicio Doméstico’ y la segunda, de estado soltera. Una tercera hembra, de nombre Milagros, casó con Antonio Morata, de la que es viuda y con el que tuvo seis hijos;  Manuel, militar como el padre, estuvo casado con María Teresa Aspe y tuvo cuatro hijos, los mismos que su hermano José, el benjamín familiar, casado con María Quiroga.  (Texto: Antonio Gutiérrez Ruiz. A.C. Puertoguía.)

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Estimado Sr Suárez,
He dado con esta página por casualidad, buscando información sobre mi familia y, al leer su artículo, ¿Portuenses?, me he quedado sorprendida de la exactitud con la que retrata a los paracaidistas que aparecen por nuestra ciudad. Y si me lo permite, me gustaría aportar un nuevo grupo: portuenses emigrados. Ahí me incluyo.

Nací, me crié, me casé y tuve a mis hijos en esa nuestra ciudad. Por cuestiones laborales, mi marido y yo tuvimos que marcharnos. De esto hace diecisiete años. No encontrábamos trabajo, y la oportunidad se nos dio fuera. Como  tantos y tantos amigos, compañeros y familiares.

Al leer su artículo, me pregunto si tanto paracaidista que ha pasado por nuestra ciudad, con su política pucherona y de pelotazo, no habrá causado que los propios portuenses hayamos tenido que marcharnos de nuestro querido Puerto, porque ahí nunca encontrábamos oportunidades.

Yo vi muchos casos de paracaidistas que pasaban por delante nuestra, como pensando que nosotros somos tontos de remate porque somos pacíficos y simpáticos (¿o no?), pisándonos el trabajo, diciéndonos que no éramos profesionales y demás paparruchas que tantas y tantas veces nos han contado ya. Veo que no soy la única que se ha dado cuenta de que dar tanto poder a tanto personajillo es un reverendo error.

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Playa de la Muralla.

Cuando voy a mi pueblo (para mí siempre será mi pueblo), la alegría me embarga al ver las primeras luces de Valdelagrana... pero acto seguido, se me caen dos lagrimones "como garbanzos", que diríamos por allá. ¿Que ha pasado con nuestros pinares? ¿Qué fue del Camino del Aguila? ¿Y la playa de la Muralla, que le pasó? ¿Y las chocitas de la Calita?¿Y la Huerta, donde comprábamos cigarrillos y bebidas los jóvenes? ¿Y donde se va la gente ahora cuando quiere comerse la tortilla en el campo? ¿Los niños del Puerto ahora que hacen?

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Monumento a Muñoz Seca en la Plaza de Isaac Peral.

Ya no juegan en las calles. Qué pena de Plaza Peral, con ese rinconcito dedicado a Don Pedro Muñoz Seca (otro ilustre portuense, que parece que a veces se olvida)... todo lleno de graffitis y medio en ruinas...

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El desaparecido Tabernón de Merello, en la calle Santa Lucía.

Que pena de tantas y tantas tasquitas que han tenido que cerrar porque la gente iba a chiringuitos como "Costa Casta", que encima de cobrarnos un dineral por un cubata (permítame el lenguaje coloquial) de garrafón, dejaban sin negocio a medio pueblo y se lo llevaban calentito para Madrid, dejaban la plaza del Castillo hecha un asco, a los vecinos (amigos de toda la vida) sordos, ... y encima, el nombrecito... insulto indirecto directísimo a las chicas portuenses, entre las cuales me incluyo. Que sepan que hemos sido castas porque en realidad, los paracaidistas no nos han interesado nunca... bueno, para novietes de verano, jaaaajajjaaja... y nos hemos casado con portuenses, que bien nos dijeron nuestras madres que de los de fuera, ni la hora... a ver si se piensan que somos bobas... anda yaaaaaaaa!

Disculpe este pequeño exhabrupto, pero la ocasión la pintan calva para mi pequeña queja, que llega con veinte años de retraso. Gracias por leerme, y enhorabuena por su artículo. (Texto: Mila Sánchez Matabuena).

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pablobejnumedaarrobas_puertosantamariaPablo Benjumeda Arrobas nació en 1966. Hijo de los farmacéuticos Antonio Benjumeda Abreu, con nótutla núm. 153 en GdP y la extremeña Vitorina Arrobas Vila. Está casado con la mallorquina Isabel Estade Ordovás y es padre de dos hijos: Chin y Pablo. Desde muy pequeño, con 6 o 7 años, empezó en el Club Náutico, remontando el Guadalete con los barcos clase Optimist, o mariscando con su padre por cualquier playa. Mojando los pies en el agua salada.

Con el tiempo se dedicaría a competir en tabla de windurf, luego vendrían las embarcaciones clase 470 y Soling, entre otras. Tras muchos años de aprendizaje y trabajo, participando en regatas de diferentes clases y en otras de cruceros de alto nivel, como los maxis en Estados Unidos y Europa (campeonatos del mundo, Sardinia, Admiral’s Cup y muchas otras), lo que le permitió adquirir seguridad e ir cambiando de eslora.

Tras pasar por diferentes trabajos en varios yates y transportes, tanto por el Mediterráneo como por el Atlántico, tuvo su primer contacto con los megayates en un diseño de Bruce King de 93 pies de eslora de madera laminada el ‘Sophie’, cuya base estaba en el sur de Francia. El barco pertenecía al sindicato sueco de Copa América. Ha patroneado barcos de singulares armadores: Entrecanales, Anaya, Pescanova, ...

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BARCOS QUE MARCARON SU VIDA.
El ‘Font Vella’, con el que hizo su primera travesía del Atlántico en regata, con solo 17 años. Luego vendrían el ‘Fortuna Lights’, con el que estuvo regateando por el Caribe. Y también la saga gallega de los ‘Vento’, cuyo armador fue el  primero en aportar por Pablo, y donde consiguió su primer salario embarcado. También el ‘Xilgaro’ un Dynamique 62, donde realmente estuvo trabajando por vez primera, con un armador y sin competir, durante sus vacaciones. Otro sería el ‘Aphrodite’, un queche de 96 pies con el que estuvo navegando, sin parar, en invierno y veano.

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EL ARRAYAN I y II.
Por supuesto el ‘Arrayán’, (preparado para que personas con poca movilidad puedan disfrutar de la navegación) un velero que en su época supuso una revolución, de 36 metros de eslora, 7,7 de manga y 43 metros de mástil, de donde nace un triángulo de velas de 540 metros cuadrados en ceñida y 1100 con la vela ‘Spinaker’ desplegada. Todo ello para mover con armonía sus 98 toneladas de desplazamientos, con el que ha dado la vuelta al mundo y lo han admirado en Australia, Tahití, Fidji o Puket. Del equilibrio del velero se encargan los 37000 kilos que suman su orza y su bulbo de cuatro metros de longitud y 27 toneladas. En la actualidad patronea el ‘Arrayán II’, con los que lleva 10 años de experiencia dura pero gratificante.

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LA GOLETA DE ILVERSEN.
Hace cinco años terminó la restauración de una goleta con un diseño de 1934, cuya autoría corresponde al sueco Ilversen. Los planos originales del barco los encontraron en el Museo de Estocolmo y se los enviaron para llevar a cabo la meritada restauración. Un proceso lento y minucioso que les consumió cinco años de trabajo a él y a su equipo. El barco, que se hundió tras un incendio, movió el interés y la ilusión de Pablo por recuperar un barco que pertenece al patrimonio naval de los clásicos.

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LAS MEJORES EXPERIENCIAS.
Recuerda con cariño una travesía de Turquía a Miami que duró tres meses. También, con el ‘Fortuna Lights’, donde hizo buenos amigos con los que todavía se ve para salir a navegar. El tiempo que estuvo en el ‘Vento’ con John Kollius le marcó mucho, ya que estuvo navegando con grandes regatistas, tales como Tabarly, Cudmore, Juan Vila, … Igualmente señala la Regata Transatlántica a borde de un Open 60, navegando a 25/30 nudos.

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En la boda de Pablo Benjumeda y su mujer, Isabel Estade Ordovás, en Mallorca. De izquierda a derecha, Loti Benjumeda, Pablo, Isabel y Vicente González. Detrás, entre Isabel y Vicente, el hermano de Pablo, Agustín, quien trabaja en Endesa.

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El barco de Pablo, en Puerto Sherry, recibiendo a la familia.

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Y los personajes que recuerdo, se me hacen interminables, tratare de recordarlos todos. A los que nombré con  anterioridad, el Beau Brummel de la Playa, el hermano de Antoñito Ortega, fijata al viento, andares de torero, elegancia del tres cuartos, y sus primas María Luisa y Manolita, las niñas de las maquinas Alfa.

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Playa de Fuenterrabía. Portada del folleto del verano de 1962.

A María Luisa se le ve aun por Fuenterrabía, tras un montón de años despachándonos cintas y tiras bordadas en Velasco en Sevilla con su marido tristemente fallecido; y Manolita que era un encanto, mona, mona, mona, que iban al Canal a cruzarlo; y Miguelito Rodríguez, haciendo de guardaespaldas por si los padres venían. También recuerdo a Clarita Chamorro que se casó con Felipe Sanz, el cual trabajo mucho allá por el Norte y Madrid. Me dicen que posteriormente fue comisario en El Puerto, pero yo creo que ya venia cansado y agotado del trabajo que sostuvo, falleciendo posteriormente muy joven y creo que a Clarita, siempre se le quedo carita de tristeza del sufrimiento que ella también sostuvo.

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El vapor saliendo a la Bahía, junto a La Puntilla, con el espigón aún sin construir.

Los Merchante también fueron familias con raigambre y categoría en La Puntilla, tanto una como otra ya que había dos ramas, la de Manolo Merchante y demás hermanos y la de su primo Juanele «--¿A ti quien te gustaba Celia o Ana María?», con otra tropa de hermanos… La de Manolo, madre cristiana y con porte, al cargo de tantos hijos, entre ellas Carmen que vivió un gran amor con Miguele Forte, que la quiso mucho también. Por aquel entonces ya se configuraba una pandilla de mayores, con los amoríos de Jacinto Cossi y Marisa Muñoz, madrileña, que felizmente terminó en boda, marchándose a Madrid  a vivir, creo. La hermana de Juanlu Bermúdez y su hermana Lalote, la de la Granja, que decidieron irse a vivir a Madrid, que buenas gentes, ¿alguien sabe e ellos?. Todo lo grande que eran, eran así de grandes, de buenos. También andaban con los mayores, mi hermana Juanita, la cual ya no vive, en reunión las Merchantes y Milagrito Jiménez, la mujer de José Antonio Osborne, que a consecuencia de ese idilio cada dos por tres se iban a visitar la bodega Osborne.

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Limpieza en las playas en 1970.

Y los mayores, mayores… encabezados por orden de casetas, iban desde la caseta de los Ortega y las Máquinas Alfa, las de Encarna y Agustín de Córdoba con su suegra y sus hijos: Ángel, que se hizo salesiano, Pepe, Carmen, Agustinito, etc. Pasillo por medio y a continuación la de Doña Boni, con sus sobrinos los Repiso, mi madre María Pepa, la caseta de Severo, funcionario del penal, caseta a la que venían su cuñada, que era campeona de natación de Sevilla, con su marido Práctico del Puerto de Sevilla al que, según decían, le habían ofrecido terminar la película de Tyrone --Tairon para los amigos-- Power, cuando se murió en el rodaje en España de la película de ‘Orgullo y Prejuicio' ¿era esta?.

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En los setenta ya empezaban a aparcar mejor en las playas.

La de Don Gil Gómez Bajuelo, director de ABC y cronista de Toros y Deportes, junto con su mujer y cuñada,  también andaban por allí sin faltar un año. Manolo, el bañista,  lo primero que hacia era ponerle su toldo en la orilla… y Los Rodríguez, Don Miguel, padre de Miguel, José María y Milagrito, que nadaba tela de bien, su caseta era blanca y amarilla a rayas transversales; la caseta de María, que era una muñeca y su hermana Sioni que se fue a America con su marido, la de los Cossi, donde estaba la hermana de Jacinto,  Matildina creo que madre de la que fue Directora de Medios de Comunicación de la Junta, Tily Santiago; y la caseta de los Fombuena que estaba mas pegada al Bar Priñaca, donde el bueno de Manolo Fombuena se empeñó, un año, en que nos preparásemos el ingreso en Magisterio, obligándome a estudiar por las mañanas en la caseta, hasta que me harté y me fui con la reunión que teníamos.

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El Parque Calderón, a la izquierda los soportales y al fondo el Convento del Espíritu Santo.

Y pasamos de la playa al Parque Calderón, tarde-noche donde nos encontrábamos, todos los jóvenes de La Puntilla, nombrados al encuentro de las niñas que nos gustaban, Celia, Ana María, Eli,  Mery, etc.. Largos paseos, creo, hicimos kilómetros de acompañamientos, solo eso. Y venga a hablar, hablar y de vez en cuando a fardar un poco de niki rojo con chaleco azul, tipo Dúo Dinámico a ver quien impactaba mas a las niñas. Se decantaban ciertas posiciones, pero nunca llegaron a confirmarse. ¡Que diferencia con hoy!. En diez minutos se arregla todo. Empezábamos a fumar, ¿te acuerdas Juanele que íbamos a una tienda de Ultramarinos, donde había un mariquita, que con solo vernos nos ponía muy baratito un paquete de Pallmall largo?. De aquellas reuniones no salió nada, solo recuerdos, que hoy empiezan a cristalizar en otra amistad nostálgica, pero llena de encanto

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El guardia de la porra en la Plaza de las Galeras Reales sobre 1960.

Y como espectáculo deportivo junto al Parque, en la Plaza de las Galeras, el habitual Torneo de Baloncesto entre la Bazan, El Puerto y los niños de Rufo; eran estos falangistas cuyo entrenador era Rufo, jóvenes y bajitos pero sabiendo jugar tela. Por parte de El Puerto, estaban los Casado, --a la memoria se me vienenn los recuerdos de Milagritos y su hermana que se metió a monja, ambas fallecidas--, reforzando el equipo los Rodríguez, Miguelito y José María. ¡No fardaban ná los dos hermanos, con eso de que jugaban en el Natación de Sevilla!

Eran importantes estos partidos, nos jugábamos el honor ante la Bazan, que jugaba de amarillo y los niños de Rufo, que llegaban a la cancha en formación, tal cual Falange, prietas las filas, flechas marciales, … con el resto del campamento de Batalla del Salado como hinchada. Siempre ganaba El Puerto. Y hasta aquí llega este largo relato. Seguiremos desgranando recuerdos, antes de que la memoria nos falle. (Texto: José Luis Calle).

(*) No se sabe a ciencia cierta si, por el contrario, es un porteño en Sevilla.

Otras nótulas de la Serie de 'LA PUNTILLA' por José Luis Calle.

719. MI PLAYA YA NO ES MI PLAYA: LA PUNTILLA. Memorias de un sevillano en El Puerto (*)
725. MI PLAYA, SIEMPRE MI PLAYA: LA PUNTILLA. (II). Memorias de un sevillano en El Puerto.
733. GENTES DE LA PUNTILLA (III). Memorias de un sevillano en El Puerto.

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Indra Castillo Sancho nació el 23 de julio de 1977, hijo de Antonio Castillo García y Marta Sancho Burguer, porteño e hijo de porteños como sus hermanos, el mayor Tao y la pequeña Marta. Vivió en la calle Espíritu Santo hasta los 13 años, fecha en la que se trasladan a vivir a La Belleza, en la carretera de Sanlúcar. Viajó con sus familia en autocaravana por diversos países europeos y por Marruecos, lo que le daría una gran amplitud de miras. Vive en Sevilla, con una catalana de Barcelona, Raquel, muy feliz.

En el año 2004 dio la Vuelta al Mundo en la Nao Victoria --que durante mucho tiempo ha permanecido atracada en Puerto Sherry-- emulando la Primera Vuelta al Mundo de El Cano, entre 1519 y 1522.  Su afición a la carpintería --aprendió en Brenes (Sevilla), con Rosalino Daza Pastrana--  y su deambular  por el muelle de la capital andaluza cuando se pertrechaba la Nao para participar en la Expo de Ahichí, en Japón,  le hicieron enrolarse en aquella singladura. Tripulante de excepción entonces fue el desaparecido José Luís Ugarte, cumbre de los navegantes solitarios españoles de quien Indra heredaría sus herramientas de este oficio ancestral.

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Indra, es profesor de la Escuela Taller de Carpintería de Ribera de la Fundación Nao Victoria, y sus relatos de aquella  travesía (era su sueño que se hacía realidad)  fueron los que guiaron a otros dos porteños: Mauricio Buhigas y Álvaro Grosso --nótula núm. 658 en Gente del Puerto-- hacia la carpintería de ribera y a la extraordinaria experiencia de navegar en otro  velero --el Galeón Andalucía-- que han ido viendo crecer desde que no era más que un tablero en la grada del astillero y con el que ahora los dos portuenses, partiendo desde Sevilla han surcado el Mediterráneo hasta Israel, han atravesado Suez  y el Mar Rojo y han rolado por el Índico rumbo a Shanghai y a su Exposición Universal, ciudad a la que llegaron a las 13:30 hora local, el pasado 25 de junio donde finalizaron esta singladura del Galeón.

Pero volvamos a Indra. Fue al Colegio Público ‘El Juncal’, donde era un apasionado de las manualidades, el dibujo, marquetería, la informática… Aprendió a dibujar en la Casa de la Cultura y desde pequeño haría maquetas de barcos como de aviones.  Estudiaría secundaria en el Instituto José Luis Tejada y ya apuntaba maneras porque su asignatura favorita era Tecnología. Así, hace bachillerato tecnológico en SAFA, donde disfrutaba del dibujo técnico y sufría con las matemáticas. La informática, cuando aún no existía windows era su afición, con el sistema operativo ms-dos. En deportes jugaba con el equipo de Tenis de Mesa de El Puerto.

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Indra en el grupo con Don Juan Carlos y Doña Sofía, quienes recibieron en el Palacio de La Zarzuela a la tripulación de la nao Victoria II -réplica de la nave a bordo de la cual Juan Sebastián Elcano dio la vuelta al mundo- después de su viaje de circunnavegación para emular esta hazaña.  Durante esta expedición de 19 meses de navegación y 26.500 millas, la nao Victoria II ha atracado en 20 puertos de los cinco continentes, y fue visitada por 90.000 personas (72.000 durante su estancia en Japón). (Foto: Agencia EFE).

ESTUDIOS EN SEVILLA.
«El año de la Selectividad fue muy raro. Yo quería ser carpintero, pero mis padres me instaron a estudiar una carrera universitaria» Estudié 1º de Ingeniería Industrial, pero no tuvo éxito. Se cambió a Física, donde llegó a 3º. En Sevilla pasó por diversos pisos de estudiante, en casa de sus tíos Bernardo e Isabel, y de su madrina Concha. La situación estaba mal en 1999 y a la vista de lo duro de los estudios para terminar profesionalmente en Madrid como programador cobrando 800 euros al mes,  al cambio de la época, decide abandonar la carrera y hacer lo que verdaderamente le gusta: carpintero.

Su prioridad era disfrutar del trabajo. La carrera le permitió perder el miedo a las matemáticas que ahora entiende a la perfección y encuentra indispensable. «Y entendí lo que es ‘parametrizar’ la vida cotidiana» De aquella época guarda infinidad de buenos recuerdos; fue Delegado de alumnos, luchó contra la LOU (Ley de Ordenación Universitaria). Estuvo viviendo junto a sus compañeros durante dos meses en tiendas de campaña, en la Plaza Nueva de Sevilla, como medida reivindicativa.

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Indra Castillo, en plena faena de carpintería marítima.

CARPINTERO DE RIBERA.
En Brenes (Sevilla), aprendería el oficio de carpintero con Rosalino Daza Pastrana, interrumpiendo su trabajo durante la época de exámenes de Física. «--Yo me movía por Sevilla en bicicleta, y un día pasé cerca de plaza de Armas por el río. Me di cuenta que la Nao Victoria que hicieron para el 92 y que llevaba muchos años fuera del agua, la estaba reparando al lado del Pabellón de la Navegación.

Allí estaban todos los carpinteros cambiado cuadernas, picando madera podrida,… Pedí hablar con el capataz  de la obra, Joaquín Garrido, y le conté mi vida. Así que allí me quede de aprendiz, abandoné totalmente la carrera, pues el barco estaría allí unos meses y no quería dejar pasar la oportunidad de aprender a hacer barcos. Aunque ya sabía de carpintería, el capataz no se fiaba mucho, así que empecen barriendo y ayudando a mover maderos.  Poco a poco me fueron mandando trabajos, pudiendo demostrar mis conocimientos. Así pase de barrendero, a peón ayudando a los maestros portugueses y después me pusieron de oficial con un peón a mi cargo. Todo ello en 9 meses.

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Aquí entra en escena Jose Calviño, mi segundo maestro, un hombre pequeñito, pero con una gran sabiduría y un gran corazón. Un maestro de maestros. Yo no sabía nada de una Expo Universal en Japon, ni que estaban preparando el barco para dar la Vuelta al Mundo. Un día se me acerca Ignacio Fernández Vial, Jefe del Proyecto y me lo explica todo. Tambien me dice que necesitan un carpintero a bordo y que si los quería acompañar. Y así me uní a la aventura gracias a un cúmulo de casualidades. Lo difícil fue decírselo a mis padres».

LA VUELTA AL MUNDO.

«--Sobre el viaje se ha publicado mucho, en esta web de El Mundo, por ejemplo. Un compañero mío, Antonio Fernández Torres,  ha publicado una novela ‘Crónicas desde el Océano’. También Canal Sur ha emitido una serie de cuatro capítulos del viaje a Japón.

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La Nao Victoria navegando por el Océano.

Mi impresión general es que todavía en el siglo XX se pueden vivir aventuras. Hemos sobrevivido a tormentas, roturas de palos, he tenido que bucear en todos los mares de la travesía para reparar multitud de vías de agua. Llegamos a Japon achicando media hora si, media hora no. Nos hemos librado de los piratas.

g2p27f5Hemos tenido la suerte de tener dos grandes maestros. Jose Luis de Ugarte, un marino que ha participado dos veces el la Vendée Globe, la vuelta al mundo en solitario a vela, cruzar el Cabo de Hornos, darle la vuelta al Polo Sur y cruzar el Cabo de Buena Esperanza, todo ello en casi 6 meses sin pisar tierra. A la vez también un amante de la madera.  El otro maestro ha sido el capitán Manolo Murube. Un verdadero crack en situaciones difíciles.»

DOS AÑOS MUY DUROS.
«--Fueron dos años muy emocionantes, aunque muy duros, las condiciones a bordo han sido precarias en todos los sentidos, navegando como marineros del siglo XVI. Aunque el barco disponía de motores, gps,… de todo, lo que no tenía era autonomía de gasoil para travesías tan largas. Desde Panamá a Hawai fueron 55 días sin pisar tierra. Así que el gasoil estaba racionado para situaciones de emergencia.

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Indra, compartiendo la comida en el Barco, segundo por la izquierda, con barba.

Las olas al cruzar la cubierta entraban en el sollado mojando las literas, la humedad a bordo era tan grande que las sábanas se ponían verdes de moho, la sal tapaba los poros de nuestra piel y por la noche con el calor manchábamos las sabanas de sangre. La comida al no tener nevera se pudría rápidamente. Y no crea que el océano esta lleno de pescado, hemos pasado etapas de hasta 2 meses sin coger nada con el curricán. Las dos ultimas semanas antes de llegara a Hawai comíamos solo una comida caliente al dia, y eso si ‘garibolos’: garbanzos solos, aderezados con especias pero sin nada mas. Hambre no pasamos: garbanzos, lentejas, habichuelas, pasta, arroz, no se ponen malas.»

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Indra, haciendo una reparación en alta mar.

LA BALLENA Y LOS CORMORANES.
«--Y también tengo recuerdos de cosas realmente alucinantes. Recuerdo en el Pacífico a las 7 de la mañana, con las manos al pinzote, escuchar el sonido del chorro de una ballena. Abandonar el timon y asomarme por la borda. Una ballena azul del tamaño un poquito menor que nuestro barco, mirándome de costadillo con su ojo, se sumerge pasa por debajo del barco y vuelta a salir por babor y se sumerge de nuevo sacando la cola.

nao+victoriaEn mi retina están miles de amaneceres y puestas de sol. Hemos parado en sitios paradisíacos, islas desiertas, lugares olvidados por la civilización. Hemos convividos con una población de unos 70 cormoranes, a bordo. Que se dejaban coger con nuestras manos al no conocer la maldad de los humanos.

He tenido la oportunidad de vivir en Japón, de visitar Hong Kong, Sri Lanka en la que pasamos 15 días por Navidad… Vivencias que compensan con creces la crudeza del viaje. Y sobre todo, he hecho realidad un sueño de la infancia, que estaba ya casi olvidado en un rinconcito del corazón. He vivido como un autentico pirata en un barco del siglo XVI durante dos años de mi vida».

rosavientosLA SINGLADURA.
La nao Victoria II partió de Sevilla el 12 de octubre de 2004. Tras varias etapas, llegó a Japón el 29 de abril de 2005 para formar parte del  programa de contenidos del Pabellón de España en Expo Aichi 2005. El viaje de circunnavegación concluyó el 4 de mayo de 2006 en el Muelle de las Delicias de Sevilla.

Escalas del viaje:

  • Tenerife (del 25 de octubre al 2 de noviembre de 2004)
  • Cartagena de Indias (del 2 al 6 diciembre de 2004)
  • Panamá (del 10 al 16 de diciembre de 2004)
  • Hawai (del 25 de febrero al 3 de marzo de 2005)
  • Saipán, Islas Marianas (del 12 al 15 de abril de 2005)
  • Tokio (del 29 de abril al 2 de junio de 2005)
  • Nagoya (del 4 de junio al 8 de agosto de 2005)
  • Osaka (del 11 al 28 de septiembre de 2005)
  • Shanghai (del 11 al 17 de octubre de 2005)
  • Hong Kong (del 20 al 27 de octubre de 2005)
  • Singapur (del 17 al 30 de noviembre de 2005)
  • Medan, Indonesia (del 2 al 7 de diciembre de 2005)
  • Sri Lanka (del 20 al 30 de diciembre de 2005)
  • Djibouti (del 10 al 15 de enero de 2006)
  • Sudán (del 17 enero al 30 de enero de 2006)
  • Suez (del 1 al 20 febrero de 2006)
  • Atenas (del 10 al 17 marzo de 2006)
  • Cartagena (del 12 al 17 abril de 2006)
  • Cádiz (del 20 abril al 21 abril de 2006)
  • Sanlúcar de Barrameda (desde el 22 abril)

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En la esquina de las calles Luna y Misericordia, donde hoy se encuentra la Cervecería El Puerto, se encontraba una sombrerería gestionada por Chamorro --hermano del practicante del mismo apellido, cuya hija Clarita se casaría con Felipe Sanz, Comisario de Policía que fue de El Puerto y sobrino a su vez de otro Comisario Local, Aureo Sanz Hernán Gil, profesor además del Colegio de la Pescadería--. Ambos hermanos, el sombrerero y el practicante, tuvieron muchos hijos.

El lema de la sombrerería era: «Para gorras y gorros, Casa Chamorro». Chamorro el sombrerero, marchó a la Argentina y allí vivió hasta su muerte.

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danielortega_puertodesantamariaHoy 7 de agosto, se cumplen 69 años de la muerte de Daniel Ortega Martínez, médico muy querido en El Puerto, donde ejerció su profesión en los años previos a la Guerra Civil. Jugó un destacado papel en las organizaciones políticas y sindicales de la izquierda, --fue diputado por Cádiz-- y luego, como militar, en el sostenimiento del gobierno de la II República.

Daniel Ortega Martínez vivió, desempeñó su profesión de médico y desarrolló una intensa actividad política en El Puerto entre los años 1927 y 1936. Nació en la pequeña localidad burgalesa de Fuentecén en el año 1898. Poco  se sabe de su infancia y juventud, salvo que sus padres eran maestros y que él se pagó sus estudios trabajando de mecánico.

Después de unos años de militancia en las Juventudes Socialitas, Daniel Ortega ingresó en el Partido Comunista de España en 1921. Poco tiempo después se encontraba en Cádiz, donde cursó, con magníficas notas, la carrera de Medicina.

En 1927 se instaló en El Puerto de Santa María, donde ejerció su profesión de médico con positiva crítica general. Era una persona respetada y apreciada. Estaba casado con Luisa Rendón Martell y fueron padres de dos hijos: Daniel y Juan. Vivieron en la calle Santa Lucía.

modestoguilloto_puertosantamariaDaniel Ortega impulsó desde El Puerto la organización del Partido Comunista de España, de los sindicatos CGTU (Confederación General del Trabajo Unitaria), primero, y de la UGT (Unión General de Trabajadores) a partir de la integración de aquél en éste en 1935, y también del Socorro Rojo Internacional en la provincia de Cádiz. En El Puerto de Santa María, Ortega Martínez constituyó una primera célula del Partido Comunista de España con Ramón Mila, Alfonso Manzaneque y Juan Gandulla, a la que en 1930 se incorporó Juan Guilloto León, conocido posteriormente como general Modesto, con nótula 338 en Gente del Puerto. (En la imagen de la izquierda, el General Modesto).

lavoz_frentepopularEn marzo de 1932 pasó a formar parte del comité central del Partido Comunista de España. Anteriormente había sido candidato por este partido a las elecciones  constituyentes de junio de 1931 –por la provincia de Córdoba-, y lo fue también en las elecciones legislativas de noviembre de 1933 y  de febrero de 1936, por la provincia de Cádiz. En éstas últimas resultó elegido diputado por el Frente Popular. Fue el primer diputado comunista por la provincia de Cádiz. (En la imagen de la izquierda, La Voz declara la victoria de las izquierdas en 1936)

Declarada la Guerra Civil, Daniel Ortega se trasladó a Madrid, donde actuó como consejero civil del Estado Mayor Central del Ejército, desde el día 20 del mes de octubre, y como responsable de la Subsección de Intendencia y comisario del Quinto Regimiento. El 29 de julio de 1938 fue nombrado mayor de Infantería –con antigüedad desde el 31 de diciembre de 1936- y el 30 de septiembre de ese año fue ascendido a coronel. Desempeñó la Jefatura de los Servicios de Madrid, ciudad en la que permaneció hasta el final de la guerra, en el cuartel del general Casado, donde fue detenido. Trasladado a Cádiz, murió fusilado el día 7 de agosto de 1941. Su mujer, Luisa Rendón Martell, estuvo encarcelada durante varios años por auxilio a la rebelión.

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La calle Daniel Ortega, en el grupo de viviendas, desaparecido, de Santa Clara.

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Fuentes:  Artículo en prensa de Javier Maldonado Rosso.
BIBL.: Juan MODESTO, Soy del Quinto Regimiento (Notas de la guerra española), Paris. Editions de la Librairie du Globe. 1969.

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Reloj solar, en La Puntilla, junto al Castillito de la Pólvora.

Cierro los ojos y pasa por mi mente una película de personajes, como para hacer un documental, eran tantos que intentaré recordarlos y llevarles un homenaje de cariño y sentimientos, porque todo fue bonito y tan inocente…

Si hablamos de La Puntilla, es obligación recordar a Paco Neto y a su mujer María; él buenísima persona, como su hijo Mariano el que estuvo en Bodegas Terry,  su padre montaba y desmontaba casetas, haciendo posible que pudiéramos veranear en ellas que eran como nuestras propias casas durante el día, con anafe incluido para calentar las comidas, después vendría el petróleo. Y María saciándonos la sed, con aquellos cántaros de Lebrija, que por solo 50 céntimos, teníamos al instante. Veraneos del 15 de Junio al día de la Virgen.

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Las casetas de playa, detrás las Dunas de la Puntilla.

Las tardes tenían sus personajes, por ejemplo el Arropiero, creo que padre del famoso y desgraciado criminal, «--Arropías, las tengo largas y retorcías. Niña, que larga las tengo!». Y otros días veíamos venir a Cándida la Negra, cubana que después fallecería sola en un incendio en su casa, arrastrando los pies por la arena de caseta en caseta pidiendo la voluntad, mientras que todos corríamos a escondernos.

Personajes muchos como los de los autobuses de Bootello: los conductores Trigo, Gallo y Juan el cobrador, que después salió del armario y nos vino muy bien no por los escarceos, sino que con la gracia y la conversación, dejamos de pagar. Hoy ya no se donde quedaba la parada, pero si veía por allí el Bar Priñaca, que lo han tirado el año pasado, porque por lo visto estorbaba, para no se que proyecto de costas, ¡leche migá! También estaba en La Puntilla al principio junto a otro que no me acuerdo y que eran víctimas de las arriadas de las mareas de Santiago.

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Aquellos SEAT 1500 y 600, en el aparcamiento detrás de las casetas, cuando se hizo un camino y se desmontó la duna...

«--¿Tú vas esta tarde al desencajonamiento? A las niñas las dejan ir, nos vemos por allí». Y allí íbamos a la Plaza Real a ver los toros que lo echaban al ruedo y mientras nos comíamos un curruco. Corridas de Pepe Álvarez,  Emilio Oliva, etc.…Y decían los aficionados: «Mañana va a hacer Levante, porque torea Rafael Ortega».

Me acuerdo del fotógrafo, todo vestido de blanco con la Leika al cuello y con los pantalón es arremangaos, que me hizo fotos a mi y a mi hermana Juanita y que ya buscaré para sacarla en la próxima entrega.

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La playa de La Puntilla, hoy.

Suspiros, avellanas de La Pastora,…  »--Ya que voy por el pan, dame para un suspiro». Y la respuesta: «--Cómo te queda vuelta de dinero, en La Bodeguita, cuando compres el octavo de vino, de las dos pesetas, te quedan 10 céntimos, júntalo y te compras  el suspiro». Suspiros. Sic.

Y al fondo el Castillito de la Pólvora, que en aquellos años estaba cerrado y solo servía para subirnos al tejado e intenta plasmar en el tronco un corazón con las iniciales de C y JL, J y A. Allí había más letras que en el Banco Español de Crédito. Letras que al año siguiente íbamos para ver si continuaban allí o la corteza las había tapado. (Texto: José Luis Calle).

(*) No se sabe a ciencia cierta si, por el contrario, es un porteño en Sevilla.

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Varadero de Pastrana. Zona del Corribolo, llamada así por la pista de bolos que existió con anterioridad. (Foto: Muñoz Bela).

Entre los puentes del ferrocarril y el de San Alejandro, en la ribera del río, había un varadero que se llamaba Varadero de los Hermanos Pastrana. Ahí estuvo hasta hace unos años. Al frente se econtraba Antonio Pastrana y trabjaban con él sus hermanos. Hacían todos los trabajos de los carpinteros de ribera y el calafateado de los barcos. Era también un lugar de llegada de barcas que daba entidad a la fachada de los soportales situada frente al puente. El ir y venir de los barcos, la presencia de los marineros y de los carpinteros de ribera formaba una estampa costumbrista inmortalizada por muchos pintores, entre ellos Juan Lara.

El Varadero desapareció en la década de los años 80 del siglo pasado, porque los barcos que se construyeron a partir de los 70 en Alicante: Calpe, Villajoyosa, fueron de mayor calado que los de la flota local construida por los Pastrana a mediados del siglo pasado. Iniciados los años 70, prácticamente la mayoría de la flota, salvo las unidades pequeñas, realizaban las reparaciones de mantenimiento en los mismos astilleros de construcción una vez al año, o bien en Cádiz ya que tenían mayores infraestructuras.

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El puente visto desde el desaparecido Varadero de Pastrana.

La desaparición del Varadero de Pastrana se debió a los altos costes que suponía continuar. Eran otros tiempos y ni el lugar de ubicación próximo al Puente de San Alejandro y tampoco el tonelaje de la flota modernizada que impedía varar hacía posible su continuidad. Muy buenos carpinteros de ribera y excelente personal el del varadero, como José Marroquín Roldan, Javier Benitez Barco, la familia Pastrana...

varadero_guadalete_2004_puertosantamariaCuando el varadero de Pastrana daba las boqueadas surgió el del Guadalete que todavía subsiste y se encuentra en la Avenida Bajamar próximo al Club Náutico, donde reparan en la actualidad la escasa flota, apenas 14 unidades, de las 132 de barcos base que teníamos a mediados de los años 70.

La perdida de los caladeros de Marruecos, la falta de vocaciones marineras por la dureza del trabajo en la mar y los altos costes han propiciado que a la fecha el puerto pesquero esté aún resistiendo gracias a un centenar de buena gente de la mar, rederos, pescadores y armadores, todos unidos en familia, tratando de mantener viva la esperanza de un sector, que si no se remedia, quedará desolado, abandonado a su suerte..

(En la imagen, instalaciones del Varadero Guadalete, en las proximidades del Club Náutico. Foto: Carlos Pumar Algaba).

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Entrada al recinto pesquero, próxima a la antigua Lonja de Pescado, frente al antiguo Bar Guadalete. De izquierda a derecha, Pilar Lacarta Lagunas, con dos de sus hijos, a continuación, Antonio y Luis Pastrana Moreno, Maite, mujer de Gonzalo Lacarta e hijo, --el primero no aparece en la foto al ser su autor--, otro hijo de Pilar, Carmen y Esperanza Lacarta Lagunas, de vacaciones por El Puerto. Año 1977: lo atestiguan los pantalones de campana, tan a la moda de entonces. (Foto: Gonzalo Lacarta).

En cuanto a Antonio y Luis Pastrana Moreno  --en la foto superior--, las cosas son bien distintas. Efectivamente, su familia estuvo relacionada con el sector de la pesca. Además del varadero que dirigían el padre y el tío de Antonio y Luis, fueron armadores de barcos pesqueros de arrastre. Antonio trabajaba en el Varadero como carpintero de ribera. Luis, como perito industrial, tuvo también contactos con el varadero. Si bien, estuvo mas ligado al taller de mecánica de su padrino, Eduardo Merino que estaba situado junto al bar La Lucha y próximo al muelle pesquero. El taller lo heredó Luis.

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El Varadero, cuando estaba en todo su apogeo.

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Una vista actual en el espacio que ocupó el desaparecido Varadero de Pastrana (Foto: Carlos Pumar Algaba).

Luis Pastrana Moreno, si ha estado hasta hace escasas fechas relacionado con los barcos, en cuanto a la mecánica y reparaciones. Su hermano Antonio trabajó con el hasta hace unos años. Pero el trabajo cada día iba a menos y abandonó, emprendiendo con un pariente, ya jubilado, Benítez, una pequeña carpintería que creo que aún sigue trabajando en ella.

En fin. Hoy las cosas no son como las que eran. Aquellos años de esplendor, terminaron. (Texto: Antonio Carbonell López).

EL VARADERO, VISTO POR JUAN LARA.

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Soy Esperanza hija de Felipe Lacarta y Pilar Lagunas (qDtG). Soy la gemela de Carmencita ‘la coja’. como la llamaban los niños malajes, que siempre hay en todos sitios. Mis padres eran ‘los Maños’;  vivíamos en la calle Santa María 1. Yo soy la hija pequeña junto a mi hermana gemela Mamen, y junto a mis hermanos Pili, Gonzalo --que en paz descanse--, Felipe, y Conchita, formábamos la familia Lacarta Laguna.

hermanas_lacartaMe emociono de pensar en esos pocos años que pasé en el Puerto --entre 1954 y 1964--, pero que tengo grabados en mi memoria como si fuesen ayer y, aunque no tengo buena memoría para los nombres, si recuerdo mi niñez en La Placilla.  Jugando todos los días, con mis amigas, Mª Jesús, Milagros, Paqui, Nati, con las que pasé parte de mi infancía, hasta que tuvimos que regresar a Zaragoza. Hasta allí llevó  todos nuestros enseres Agustín Vela Mariscal. Esta familia para nosotros fue, pues eso: nuestra familia; nosotras pasábamos mucho tiempo en su casa jugando, muchos domingos cuando hacía malo jugabamos a la lotería, en aquella habitación que daba a la Placilla y se veía mi casa.  (Esperanza y su hermana gemela Carmen, en el patio de su casa en la calle Santa María).

La señora Carmen nos daba la merienda y así muchas veces. Mi más entrañable recuerdo a los Vela Duran, pués eran una familía ejemplar. Carmen Durán era una mujer muy trabajadora; la recuerdo siempre trabajando, nunca paraba, era el pilar de la familia, la tienda siempre limpia para que cuando bajara su marido estuviera todo en su sitio, como a el le gustaba; cuidar de sus hijos, su casa en fin que la tengo en mi memoria y no la olvidaré nunca, pues nos quería mucho.

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"En esta foto estoy con Mª Jesús Vela Duran, en la puerta de la pescadería que había debajo de mi casa".

Agustín Vela (nótula 326 en GdP) siempre tenía una fruta para darnos; me acuerdo de tantas cosas que no pararía de escribir, el carrillo de Severo, en el que me gustaba comprar altramuces y chuches; los padres de mis amigas, Fermin el carbonero y su mujer, mi amiga Milagritos y su pobre hermana que murió Pepi, por la que mi hermano Felipe estaba colaito, guapísima, y con la que mis hermanas se ponían por las noches junto a ella, a comer pipas y tiraban las cascaras a los chicos y se escondían para que no las vieran tiradas en el suelo, en el balcón que daba a la Placilla.

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El padre de Esperanza, Felipe, con un amigo en una calle de El Puerto.

Esa Placilla, nótula 366 en GdP) en la que tan buenos momentos pasé y tan entrañables. Recuerdo el almacén de Los Pepes, la tienda que había debajo de mi casa, a donde mi madre me mandaba a comprar el aceite, con la botella, pues entonces no se podía, como ahora, comprarlo por litros. Mi padre de vez en cuando nos traía caña de azucar, que estába buenísima, y la cortábamos a trozos y la repartíamos con las amigas, la pelábamos y a tiras la chupabas, era más buena que el mejor caramelo, alli nos poníamos en La Placilla a comérnosla.

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Las gemelas Esperanza y Carmen Lacarta Lagunas.

Tengo en mi memoria un recuerdo muy triste, aunque lo voy a escribir pues lo llevo en el corazón: recuerdo un accidente que pasó con un camión en la calle San Juan, (nótula 195 en GdP) que perdió los frenos, y fue atropellando a la gente que encontró en su camino; el día del funeral, recuerdo que a los niños nos metieron en el bar, y todo el mundo fue al funeral. Que estas letras sirvan como homenaje, a todas esas personas que fallecieron.

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"En el Parque en esta foto estamos de bebes en brazos de mi madre y de nuestra madrina, me gustaría que la publicases ya que no recuerdo su nombre, se que era amiga de mi madre, haber si hay algun familiar suyo, que pueda aportarme algun dato sobre ella, o algun familiar suyo."

Recuerdo, también, los días que mi madre nos llevaba al Parque Calderón, donde montábamos, en las barquitas, en las Cunitas le decían, y nos compraba algún helado;  la calle Larga, el Teatro Princiapl, el cine Colón, que tantos disgustos tuvo mi hermana Pili, pués se enamoró de un americano de la Base de Rota, y siempre llegaba tarde a casa, que luego resultó que él estaba casado, en fin tantos y tantos recuerdos…

familia_lacarta_lagunasMi vecina Soledad con su hermana Milagritos inválida y a la que tenía siempre limpia y guapa, como los chorros de oro, la peinaba siempre con su caracolillo en el flequillo, que parecía una princesa; Soledad sacrificó su vida por su hermana, para cuidarla; me acuerdo que en la planta baja de la casa, creo que se montó una de las primeras emisoras de radio de El Puerto, que la llevaba Carmelo Ciria, un chico muy guapo, que le decía a mi madre, "--Pilar yo me casaré con su Esperancita". Y ponía la canción de Esperanza que no recuerdo el cantante; la ponía todos los días, era un chico mayor que yo, eso lo recuerdo con mucho cariño. (Foto de familia numerosa).

También vivía un chico llamado Antoñito que era disminuido psíquico, con el que jugábamos mucho. Agradezco que haya este foro para que la gente que nacimos allí podamos expresar nuestros recuerdos y pensamientos. Siento no poder dar más datos de aquellas historias que vivimos, pues me vine muy chica y mis padres no eran de allí. Así que solo dispongo de bonitos recuerdos.

lacartalagunasMi padre era ajustador montador de gruas, y estuvo de capataz montando, la Punta de San Felipe, con la empresa Oliden, con la moto iba y venía a Cádiz, por eso cuando lo destinaron fuera, mi padre el pobre iba y venía de Almazan (Soria) cada 15 días, en la moto, fuese invierno o verano, estuvimos así bastante tiempo, y al caer mis abuelos enfermos, ya decidieron venir a Zaragoza capital, el día 30 de octubre de 1964, que fué el mayor disgusto de mi vida, allí dejaba mi niñez, mis amigas que tanto quería, mi amiga Mª Jesús y yó solo hacíamos que llorar, porque nos queremos mucho, pués allí fuí muy feliz, ahora tambien lo soy gracias a Dios. (En la imagen, Felipe Lacarta, abajo a la izquierda de la grua).

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De izquierda a derecha, fila superior: Mery Nuchera, Celia Insúa, Lalo Muñoz, Ana María Insúa. Elisa Muñoz Manzanera. Fila inferior: José Luis, Aldo --italiano con familia en El Puerto--, José Luis Calle, periodista de ABC con casa, todavía, en El Puerto, Juanele y Jose Miguel Merchante. (Foto Aguilar. Colección: Celia Insúa Lavín).

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Las fotografías  --dos tiempos-- están tomadas durante el verano de 1960, en las rocas que estaban entre la Playa de La Puntilla y la denominada ‘torta’ que con marea alta casi cubría el agua. Los integrantes de las instantáneas formaban una pandilla, en la que faltan miembros del género masculino, pero chicas eran las cinco que aparecen en las imágenes. Las fotos están tomadas por un fotógrafo de Madrid, Aguilar, que venía todos los veranos a El Puerto y era fotógrafo ‘oficioso’ de estas reuniones, los Gutiérrez Colosía, los Muñoz Manzanera, y algunas familias mas. A riesgo de ser tildados como cronistas cardíacos del momento, podemos afirmar que, aunque no salió ninguna relación de pareja definitiva, en aquella época existía ‘una especie de conocimiento de quien gustaba a quien’.

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La ilustración muestra a cinco soldados comiendo en el campamento del ejercito español destacado en la otrora colonia española durante la guerra que se desarrolló en 1898 en la que se produjo una gran derrota para nuestro país. El que se conoce como el “Desastre de Cuba”. En la imagen se observa a los cinco individuos en posición relajada pero con una seriedad facial motivo del momento de tensión en el que están inmersos. Los combatientes,  en pleno descanso se dedican a comer y a relajarse para un posterior encuentro bélico. Nótese la botella de vino en el cesped, y el loro en el hombro del soldado de la derecha.

sorteoquintosguerracuba1895Muchos de los españoles que nacieron en el último tercio del siglo XIX conocieron y padecieron las miserias y secuelas de la guerra, obligados, a su pesar, por la prestación del servicio militar que debían realizar a la monarquía. El escenario, en esta ocasión, estaba en ultramar: Cuba, Puerto Rico y Filipinas, últimos bastiones del extenso imperio colonial español de siglos atrás.  El contingente del ejército, nutrido cada año por los mozos de reemplazo, crecía y crecía a medida que el conflicto, al que algunos historiadores le dan el calificativo de guerra civil, se enconaba. Un año antes del desastre naval con el que se pondría punto final a la contienda, a la que se había sumado los EE.UU., el cupo de las diez zonas en que estaba dividida Andalucía (las 8 capitales de provincia actuales, más Ronda y Osuna) ascendía a 23.742 mozos. (En la imagen sorteo de mozos, en 1895).

trajederalladillo_guerracubaEn nuestra provincia de Cádiz, los reclutados sumaban 2.585 hombres. Solamente estaba previsto incorporar a 1.626 de ellos, y de estos, irán destinados a Cuba 560, 203 a Filipinas, 50 a Puerto Rico y el resto a distintos puntos de la península. Se libraron, pues, casi mil mozos por exceso de cupo. El famoso sorteo determinaba el destino, en el más amplio sentido de la palabra, de cada uno de ellos.  Después, a los que la suerte no les acompañó ni sus parientes pudieron redimirlo pagando la cuota establecida al efecto, serian despedidos en los andenes de las estaciones y en los muelles de los puertos de embarques con vítores de zarzuela. Otra cosa bien distinta serán las penurias y sufrimientos que padecerán en sus propias carnes aquellos que, forzados a servir, lo hicieron en las colonias de ultramar. (En la imagen de la izquierda, dos soldados con el traje de ralladillo, con los fusiles cercanos).

Su mayor enemigo no fueron los mambises cubanos o los tagalos filipinos, sino las enfermedades tropicales, propias de aquellas latitudes. Especialmente la fiebre amarilla, también conocida como “Vómito negro”. Los datos estadísticos son escalofriantes.

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Contingente de tropas españolas en Matanzas (Cuba).

En los últimos años de la guerra, cuando el contingente militar alcanzó su máxima cota causaban baja o morían, diariamente, de 70 a 100 compatriotas. Y, aquellos que contrajeron la enfermedad y lograron evitar un fin tan trágico, vivieron mermados físicamente, manteniendo sus secuelas de por vida.

Quiero finalizar esta primera parte con algo positivo. El listado que he podido recomponer de los repatriados de El Puerto, aquellos que se libraron  de caer prisioneros y de la muerte. Los más fuertes y afortunados. Eran anónimos y están olvidados.

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Posado fotográfico ante un teloncillo de soldados profesionales del ejército español en Cuba.

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Con la difusión de su identidad pretendemos estimular su recuerdo y, si algún descendiente (nietos, bisnietos…) puede aportar fotografías, datos personales o cualquier otra referencia, serán recepcionados y agradecidos, y si no es así, al menos que sientan el orgullo de tener tan digno ascendiente. (Texto: Antonio Gutiérrez. A.C. PUERTOGUÍA).

Mañana: Creación de la Cruz Roja en El Puerto.

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pedrocardenosanieto_1_puertosantamariaPedro Cardeñosa Nieto nace el 8 de noviembre de 1964, en Siruela (Badajoz) Comarca de la Siberia,  una zona cercana a la frontera con Ciudad Real. Sus padres: Eugenio y María, también de Siruela. Es el segundo hermano de cuatro. Antes que él nació otro hermano al que también llamaron Pedro, pero murió. Su nombre, su ropa, su cuna, su espíritu (dicen los esoteristas)…pasó a su persona.

Muy amigo de sus amigos, se precia de tenerlos de todo clase y condición. Encuentra especial satisfacción en la conversación con gente llana, de corazón puro, curtidos en el campo o la mar. Tiene una hija de 12 años que es su razón de vivir.

El año de su nacimiento, 1964,  el Dr. Selye  recibió el premio Nobel por sus estudios sobre los efectos del estrés en el cuerpo humano y presentó su trabajo al mundo bajo el título de «Síndrome General de Adaptación». Este era un concepto revolucionario de enfermedad física y mental y era, en aquel momento, aclamada como la idea más importante y de mayor alcance de la historia de la medicina... que el estrés era la causa de toda enfermedad. También en este año, en Alaska, ocurrió el peor terremoto de toda la historia, con una magnitud de 9,2. Tal vez, ambos sucesos, presagio de lo que este psicólogo pretende con sus nuevas teorías de la Psicomotivación con el fin de remover los cimientos para la cura del Estrés.

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Siruela, en uan fotografía de 1966, dos años después de nacer Pedro, durante las fiestas patronales.

pedrocardenosanieto_siruelaSu más tierna infancia, hasta los 10 años, la pasó viviendo en el campo, en una finca de Ciudad Real donde su padre ejercía de pastor. Allí aprendió este oficio que es su verdadera pasión y objetivo, como profesión, en la vida futura. La casa donde vivía no disponía de luz eléctrica ni de agua corriente y el pueblo más próximo estaba a 4 kilómetros. Distancia que recorría en bicicleta cada mañana, entre caminos y veredas, ¡¡a 4 grados bajo cero en invierno y 45, a la sombra, en verano!! Pero nunca  faltó a clase. Dice que, hasta hoy, han sido los años más felices de su vida.

A los 10 años, pasaron por el pueblo unos señores trajeados que hicieron a todos los alumnos una serie de extraños test. Al ver el suyo mandaron llamar a sus padres y les propusieron llevarlo a un ‘centro especial’: la antigua Universidad Laboral de Cheste (Valencia). Por supuesto, sus padres se negaron.

Cuando los señores trajeados hablaron con él mismo, al volver con su bicicleta a casa, les dijo a sus padres: «--Sentaos un momento conmigo a hablar, por favor. Sabéis que os quiero mucho y que aquí soy muy feliz, pero yo necesito aprender y estos señores me ofrecen una oportunidad que quizá no vuelva a tener en mi vida». Recuerda que su madre no dejaba de llorar y que él trataba de consolarla diciéndole que era por el bien de todos porque, en el futuro, él podría ayudarles a vivir mejor.

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Cartel promocional de la Armada Española de finales los años setenta.

LA ARMADA.
Finalmente, cabezón y decidido, lo consiguió. En Cheste hizo 6º, 7º y 8º de EGB y de allí lo pasaron a la Universidad Laboral de Córdoba, más cercana a su pueblo para poder disfrutar, al menos, las vacaciones con sus padres. En la Universidad Laboral de Córdoba  estudió el bachiller y COU. Quiso hacer veterinaria, pero la falta de recursos de su familia le hizo posponer su proyecto e ingresó en la Armada para ayudar a sufragar los gastos de estudios del resto de sus hermanos.

PEDRO SE HACE PSICÓLOGO.
Más adelante, y ya dentro de la Armada, decidió estudiar Psicología, además de otros cursos y master diversos, por el simple placer de aprender: Proyectista de instalaciones solares, programador de sistemas informáticos, técnico electricista, nutricionista, técnico superior en prevención de riesgos laborales, psicología deportiva, horticultura y jardinería, antropología, etología y comportamiento animal, solfeo y canto --con un antiguo LP en el mercado--, estudio y práctica de todas las artes marciales hasta crear una propia, junto con el maestro de Tai-Chi, Manolo Carrillo: Psi-Zen-Do. En la Armada ha viajado prácticamente por todos los mares. Por otros motivos de trabajo, ha vivido en Holanda y Estados Unidos.

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Conferencia Inernacional IFOAM, caracterizado como un bandolero, dando una charla en el entorno mundial de la comercialización del aceite de oliva.

Tras 27 años de servicio en la Armada, donde ha pasado muchos buenos momentos y muy pocos malos, decidió que era llegada la hora de dar un giro a su vida y dedicarse más de pleno a la psicología porque, «--En la Armada me di cuenta de que ya podía aprender y ofrecer poco más; y vivía demasiado bien. Después de muchos años de navegación y estancia en el extranjero, me había acomodado en un despacho de la Base de Rota y empecé a notar que me salía esa especie de  ‘curvita de la felicidad’ en la barriga».

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Impartiendo una conferencia de Psicomotivación en el Centro de Alto Rendimiento.

PSICOMOTIVACIÓN.
En el año 2003 empezó a desarrollar la idea de la Psicomotivación, como técnica de formación de directivos mediante actividades de turismo activo y basado en técnicas de la Psicología Industrial. Al mismo tiempo explotaba algunas empresas de hostelería, a la vez que trabaja como consultor de empresas en materia de Recursos Humanos como Romerijo, El Centro Inglés, el Grupo Ocaso, Porcelanosa, etc.

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Durante una ponencia en La Coruña, en la celebración del congreso anual de OPC-España: Operadores Profesionales de Congresos.

También, basándose en la idea de la Psicomotivación, imparte cursos para Fomento, Cámara de Comercio, Centro de Apoyo al Desarrollo, Centro Europeo de Innovación, Consejería de Gobernación de Educación, etc.

Por otro lado, pasa consulta privada en la Clínica Costa Oeste y Policlínica de Jerez, además de impartir clases de apoyo para estudiantes con problemas de fracaso escolar. Escribe en diferentes medios de información general del ámbito de la provincia y comunidad autónoma, entre los que destacamos Agenda de la Empresa y Diario de Cádiz. Mantiene un blog: psicomotivación.com

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Sus aficiones se encuentran en la artes marciales, pero, sobre todo, horticultura, agricultura y ganadería. Ser pastor, en la imagen, en una explotación ganadera que posee en su pueblo, es su pasión y objetivo, incluso como profesión, en el futuro.

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ramonamontesinoscansino-1_puertosantamariaEra febrero de 1896, nacía un varón y moría una mujer en extrañas circunstancias en El Puerto de Santa María, atendida por un médico que no la vió pues tuvo en todo momento la cara tapada. El niño, de nombre Ramón, nace el 11 de febrero de 1896 en la calle Cruces, núm. 20. La madre, de nombre Ramona, muere a la edad de 31 años,  con 10 días de diferencia, como se puede comprobar en la hemeroteca municipal: Ramona Montesinos y Canccino, del Señorío de Villaralto, enterrada sin lápida por su madre, Ramona Canccino y su viudo, Antonio Aguilar Tablada, conde de Ripa, con la que tuvo una hija legal, Rafaela Aguilar-Tablada Montesinos. Este luego reconocería a tres hijos que tuvo con su sirvienta, Juana Cobos. (En la imagen, Ramona Montesinos Canccino).

La historia comienza cuando Ramona, queda a los 11 años huérfana. Hija única y por tanto heredera universal del cordobés Juan de Dios Montesinos y Neyra, abogado, catedrático, fundador de la Escuela de Bellas Artes de Córdoba, Maestrante de Ronda, Comendador de la Orden de Carlos III,... fue asesinado por cuestiones políticas en Sevilla, muy joven.

Con 14 años, Ramona se casa con el Conde de Ripa y marchan a vivir a El Carpio. Tienen una hija que ingresaría en un convento. Pero, además, el conde tendrá tres hijos con su criada Juana, a los que acabaría reconociendo. Despechada, Ramona regresa a Córdoba y desde allí, viaja, alterna, hace vida social en las casas bien, entre ellas la de los Romero de Torres. Allí conoce a un joven Julio, atractivo, incipiente pintor, que la deja supuestamente embarazada durante la Feria de Mayo en Córdoba, y que acabaría dando a luz, a escondidas, en El Puerto en febrero de 1896. La madre murió, a los 9 días, en un domicilio distinto al del parto, en la calle Jesús de los Milagros, 21. ¿El óbito se produjo por fiebres puerperales? ¿Serían fiebres tifoideas, como certificó el facultativo Plácido Navas el 20 de febrero de aquel año? ¿La mandaron matar tras el parto?, se pregunta su supuesta bisnieta, María Fuencisla Herrera, que está buceando en documentos del pasado.

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Esquela publicada en la Revista Portuense el 20 de febrero de 1896.

El niño, Ramón, es cuidado por su abuela, que figura como madrina de su bautizo, según consta en los archivos de la Iglesia Mayor Prioral de El Puerto, siendo criado en la zona cordobesa de 'El Brillante'. A los nueve años, el seis de noviembre de 1905, lo inscriben como suyo en los Juzgados de El Puerto,  un matrimonio de edad avanzada a los que Ramón ni siquiera conoce: los Herrera Ibañez, de Sevilla, vecinos del Palacio de Dueñas, en la calle San Felipe, número 7; cobraron 5000 pesetas de la época por el servicio. Con 15 años, muere su abuela Ramona. Entonces viaja a EEUU y posteriormente a Francia, costeándose el periplo con un cuadro que le regala Romero de Torres y que por cierto aparecería años después en un mercadillo americano y joyas de la familia.

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A la izquierda, Julio Romero de Torres, a la derecha, su supuesto hijo, Ramón Herrera Ibáñez.

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El pintor Julio Romero de Torres, en su estudio con una modelo y Ramón del Valle Inclán.

En Francia tendría descendencia, dos hijas que tuvo con una mujer poderosa, información que estamos pendiente de constratar con organismos oficiales franceses. El 8 de julio de 1936 Ramón Herrera Ibáñez se casa con Cecilia Rodríguez Ruíz, prima de los Ansón Oliart (naturales de Don Benito. Badajoz) y nacen José Ramón Ramón, Cecilia y María Luisa Herrera Ruíz, esta última vive en Australia. Ramón siempre supo que los padres que conoció como tales, los que figuraban en los papeles, no lo eran. Incluso le llegaron a decir que fue fruto de una relación de su madre, la marquesa, con un Lord Inglés, acaso ¿para desviar la atención sobre el pintor?

fuencislaherrera_puertosantamariaEn la actualidad, María Fuencisla Herrera, hija de José Ramón y nieta de Ramón Herrera y supuesta bisnieta de Julio Romero de Torres y de Ramona Montesinos y Canccino, del Señorío de Villaralto, trabaja recopilando  documentación e incluso piensa solicitar pruebas de ADN si, como sostiene, es descendiente del pintor cordobés. Fuencisla, funcionaria del estado, vive en Bellver de los Montes, un pueblecito de Zamora, que ha estado en El Puerto interesando diversos documentos, consultando archivos sobre el parto y fallecimiento de sus supuestos abuelo y  bisabuela. Esta es su historia, la historia que María Fuencisla nos cuenta y que quiere compartir con Gentes y Habitantes de El Puerto.

(En la imagen de la izquierda, María Fuencisla Herrera, en una pose comercial de su espectáculo: La Reina Loba).


logo_seccionEn la Opinión de Zamora, pulsando sobre la imagen, se publica un reportaje firmado por José María Sadia, sobre Fuencisla Herrera, donde completa la historia que nos cuenta en Gente del Puerto.

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Hablábamos ayer de Vicente Merello Alberti, promotor de un proyecto ferroviario que nunca vería la luz. Hoy nos referimos a esa vasta dinastía entroncada en El Puerto.

Los fundadores de esta saga familiar fueron Julio Vicente Merello Cherisola, natural de Génova y Catalina Alberti Ravina, gaditana, que se casan en El Puerto en 1839 y aquí se instalan, dedicándose al negocio vinícola. En El Puerto nacen sus hijos Vicente, Agustín, Julio, Ernesto y Eduardo Merello Alberti, por este orden. Vicente, dedicado al comercio, que casó con Josefa Alberti Sánchez-Bustamante. Tuvieron tres hijas, las cuales  fallecieron sin descendencia;  Julio, ingeniero de Obras Públicas, que se estableció primero en Huelva y, posteriormente, en Cádiz, donde ejerció como Ingeniero Jefe de la Provincia y, posteriormente, como Inspector del Cuerpo de Ingenieros.  Estuvo casado  con Elvira Llasera Garrido. Su hijo Eduardo Merello Llasera ocupó el cargo de sub-secretario de Industria y Comercio en la década de los 50. Acabó perdiéndose el apellido por falta de varonía.

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La familia Merello Llasera, en 1900. 1. José Díaz Brau (marido de la 6). 2. Eduardo Merello Llasera. 3. Julio M.L. 4. Rosario M.L. 5. José Luis M.L. 6 Elvira M.L. 7. Elvira Llasera Garrido, 8 Julio Merello Alberti, 9, Luisa M.L. 10 José Díaz Merello (hijo de 1 y 6). 11. Ana M.L. 12 María M.L. (cuñada y segunda mujer de 1). Ignacio M.L.

merellohermanos_sotabastos_puertosantamariaContinuamos con Ernesto, casado con María Teresa Otero Sanchez-Bustamante. Igual que el anterior, en la 3ª generación se perdió el apellido; Eduardo, corresponsal de banca, que casó con Ramona Docavo Alberti, de cuya unión tuvieron tres hijos varones, los cuales entroncaron con diversas y conocidas familias portuenses: los Gaztelu, Govantes, Jiménez o Cuvillo, entre otras. Finalmente, Agustín Merello Alberti, fue el más buscavida de sus hermanos, posiblemente obligado por su carga familiar. Sus actividades profesionales eran varias. Entre ellas, la más productiva y rentable, quizás, la de contratista de obras.  Un ejemplo de esta actividad  lo hemos encontrado en los Protocolos Notariales de El Puerto de 1879. Se trata de un documento de cesión de derechos, en realidad una subcontrata, de las obras nuevas de la carretera de Benaocaz a Utrera que se había adjudicado  en casi medio millón de pesetas “de las de entonces” para realizar dicha obra en un periodo de 5 años, adjudicación que, mediante este documento notarial que citamos, traspasa a José de la Cuesta Gómez. (En la imagen, Anís La Sota de Bastos, de Merello Hermanos, 'marca registrada con el núm. 1 de la provinica de Cádiz).

merellohermanos_puertosantamriaTodos los hermanos, sus esposas e hijos vivían en la misma casa, formando una comunidad familiar alrededor de los padres, compartiendo cocina, comedor, salón y otras dependencias de la finca, situada en la calle Fernán Caballero. En el documento notarial de partición de bienes de Ernesto Merello Alberti, fallecido en 1890, se indica: “… no se determinan los muebles porque el finado, junto con sus cuatro hermanos restantes, esposa e hijos, todos vivían en una sola casa reunidos, constituyendo una sola familia.” (Etiqueta de 'Jerez Selecto, especial para enfermos', de Merello Hermanos. Proveedores de SS MM los Reyes  de España, Suecia y Noruega, según reza en la etiqueta).

alberti_amontillado_npu_puertosantamariaA continuación de la especie de comuna familiar, donde se encuentra actualmente un convento de religiosas, haciendo esquina con la calle Jesús Nazareno existía una finca propiedad de doña María Catalina Alberti que heredaron los hermanos Merello, nombre comercial que utilizaban para comercializar sus productos, cuyas bodegas se encontraban en esa misma calle, a continuación de la casa antes citada, aunque con entrada por la calle paralela de Los Moros. El negocio de extracción de vinos, sin ser de los más importantes en su época, más o menos podemos ubicarlo entre los treinta principales criadores y exportadores de la localidad, contando con viñedos propios en el término de Jerez en los pagos denominados “Santo Domingo”, “Tablajete” y “Balcargado”, utilizando en anuncios publicitarios y en las etiquetas de sus productos la leyenda: “Proveedores de S.M. el Rey de Suecia.”  (Etiqueta de Amontillado N.P.U. de Vicente Alberti, padre de Rafael Alberti. Debajo, firma del padre del poeta, Vicente Alberti Sánchez-Bustamante)

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En el verano de 1892, Eduardo Merello fue designado tutor y defensor  de sus sobrinos carnales José María, Rafael y Ernesto Merello Otero,  en la partición judicial de los bienes de su hermano Ernesto, fallecido abintestato el 18 de mayo de 1890, debiendo fraccionarse lógicamente sus bienes entre los herederos, siendo el comienzo de la desmembración de la unidad económica mantenida por los hermanos, continuadores del negocio iniciado por el padre, compañía que alcanzaría poco después su disolución casi definitiva al morir otro de los hermanos.

juliomerelloalberti_puertosantamariaAgustín Merello Alberti, falleció el 12 de abril de 1893, contando 51 años de edad. Su numerosa prole, de 10 u 11 hijos, serían los progenitores de la práctica totalidad de los portuenses contemporáneos de este apellido –Merello Alvarez, Merello López de Meneses, Merello Cuvillo, Merello Govantes, Merello Pastor, Merello Díez, Merello Reynolds, Terry Merello y Castro Merello- y también herederos del 1/5 de participación en los negocios familiares mencionados que correspondía al padre.   Por otra parte, la de su otro hermano Julio, Merello Alberti (en la imagen de la izquierda) existió una desvinculación física, al estudiar ingeniería y cambiar su residencia por motivos profesionales, contribuyendo todos estos motivos apuntados a que, en los primeros años del siglo XX ya no existiese el pequeño imperio comercial forjado por Vicente Merello medio siglo antes.

maríamerellogomez_puertosantamariaCitamos a los hijos de Agustín Merello Alberti y  Maria Gómez Rull, su prolífica esposa, que fueron:

01.-JOSE MERELLO GOMEZ. Casó con MARIA BADANO (2 descendientes)
02.-MARIA MERELLO GOMEZ & VICENTE ALBERTI SANCHEZ BUSTAMANTE  (6 descendientes, entre ellos Rafael Alberti Merello, el poeta universal) En la imagen de la izquierda, María Merello Gómez, madre del poeta.

isabelmerello3_puertosantamaria03.-CARMEN MERELLO GOMEZ   (MONJA)
04.-JESUS MERELLO GOMEZ & Mª PEPA ALVAREZ-CAMPANA   (Otra familia muy prolífica, que llegó a tener hasta 13 descendientes, entre ellos la reconocida Isabel Merello Alvarez-Campana, Vda. de Terry (en la imagen inferior) y su hermana María, la pequeña,  --nótula núm. 410--, Agustín Merello Alvarez-Campana, padre de Agustín Merello del Cuvillo --nótula 262-- y Rafael Merello del Cuvillo, --nótula 306--)
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05.-MILAGROS MERELLO GOMEZ  (MONJA)
06.-AGUSTIN MERELLO GOMEZ & INES MURPHY  (5 descendientes)
07.-MIGUEL MERELLO GOMEZ & MATILDE REYNOLDS  (6 descendientes, entre ellos el abogado y Juez Municipal de El Puerto, Agustín Merello Reynolds, su hermana Matildina, que hacía unas tartas para la calle que tenían fama. Un nieto de esta unión, hijo de Miguel Merello Reynolds es el pintor afincado entre Madrid y Valencia, José Manuel Merello Arvilla).

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Foto de familia de la boda de Miguel Merello Gómez con Matilde Reynolds Esteban, celebrada en Estremoz (Portugal) en 1920. Los novios son los que están en el centro, él con bigotito. A su lado su hermana Pepita y su marido Pedro Castro.

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Etiqueta de Vinos de Alentejo (Portugal) de los Reynolds, emparentados con los Merello.

miguel_castro_merello2_puertosantamaria08.-ELISA MERELLO GOMEZ   (MONJA)
09.-DOLORES MERELLO GÓMEZ & FERNANDO TERRY CUVILLO  (sin descendencia)
10.-JOSEFA MERELLO GOMEZ & PEDRO CASTRO NARANJO  (5 descendientes, entre ellos, en la imagen de la izquierda,  Miguel Castro Merello, alcalde que fue de la Ciudad entre 1958 y 1960)
FRANCISCO MERELLO GOMEZ (No tengo certeza. Podría ser un párvulo fallecido)

(Texto: Antonio Gutiérrez, A.C. Puertoguía).

10

alvarorendon_puertosantamariaNo lo puedo evitar: soy del Puerto de Santa María. De un Puerto que no reconozco en estas calles peatonales repletas de motos, bicicletas y semáforos que guiñan en ámbar; de tiendas que “se traspasan”, de casas con cerrojos dobles y multitud de foráneos en pantalones cortos que miran escaparates, vagabundean preguntones con el dinero justo para una mariscada de gambas sin cabezas en Romerijo. De esa calle Luna desconocida que, a medida que se aleja del muelle, más desierta parece; de la primitiva Larga, cada vez más corta, estrecha y custodiada ahora por espantapaseantes verdes que tapan fachadas de edificios emblemáticos, derribados o a punto de caerse por abandono de sus propietarios; de esa Pescadería reconvertida por exigencias del guión turístico en una inmensa bolsa de aparcamiento.

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Parque Calderón. (Foto: Jorge Roa).

En el Parque ya no huele a patatas fritas, ni las farolas iluminan su piso de albero; no suena la sirena del Tiovivo de Bañuls, ni se practica el plácido juego del bicheo o mireo de esas chicas que huelen a tomillo, romero y espliego, recién lavadas con agua de pozo, que sonreían al cruzarnos durante el tiempo para la exhibición que significaba el tontódromo Larga-Luna-Parque, ida y vuelta, símbolo de la eternidad. Hoy el paseo se ha reconvertido, como casi todo. Ahora se llama sabatina con copita y tapitas por Herrería-Misericoria-Ribera; y ya no se luce el autóctono.

Tampoco se oye el pregoneo de las tajaítas, del pulpo seco, del camarón o del buen higo chumbo, dulce y fresquito, sobre un saco que cubría un cuarto de barra de hielo comprada en Jesús Cautivo. Han cerrado muchos de los comercios más emblemáticos, donde solíamos acudir para ahuyentar el hambre.

monumento_munozseca_puertosantamariaNi siquiera queda albero en la plaza de Peral. Se ha enlosado, quizás para que el genial don Pedro Muñoz Seca pasee sin ensuciarse sus recién estrenados zapatos de bronce, ahora que le pusieron piernas; aunque el injerto quede poco disimulado. De los azulejos de la tramoya decorativa del foro semicircular donde se ubica aún se vislumbra la frescura y el misterio que tuvieron antaño. En las pérgolas laterales, bajo la densa enredadera de buganvillas se reunían las pandillas del centro y de la placilla. Recuerdo que en las largas esperas confeccionábamos collares y pulseras con las hojas escamosas de las viejas Araucarias, después de terminar la merienda de pan con carne de membrillo o aceite y azúcar (poco aceite y poca azúcar). Jugábamos a la palmá y al coger. El palomar, que sólo tuvo palomas un año, lo utilizaban los jardineros como cuarto de aperos; como prisión, la chiquillería, porque su poyete generoso dejaba espacio para el asiento, a medida que se iba llenando de cogidos a la espera de la palmada que los liberase.

En los descansos pelábamos pipas de girasol, compradas en el carrillo de Severo, en una bocacalle de la Placilla, en un lateral del Teatro Principal de Nuchera. Por una perra chica te llenaba el bolsillo de los pantalones cortos; pero, ¿quién tenía una perra chica en aquel tiempo?

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El Carrillo de Severo, atendido por su mujer, Rafaela Morón. (Foto: Misalo).

Abandonábamos la enciclopedia y los cuadernos de cuentas y caligrafía en casa, y corríamos a sentarnos en las espalderas de los bancos de azulejos vidriados, de espaldas al monumento dedicado a la lectura: Cervantes, Fernán Caballero, Góngora, Fray Luis, los Quinteros, Muñoz Seca…, en un pueblo con nimia biblioteca. La que se levantó en los terrenos del Racing Club Portuense vino mucho después, cuando la juventud nos hizo huir buscando lo que creíamos no obtener en el pueblo.

donjuanelcojo__puertosantamariaEl último comentario de don Juan el cojo, el maestro de la calle san Sebastián. Había llamado por enésima vez a Sánchez para castigarle por molestar a los de atrás del largo pupitre compartido con otros diez. El castigo siempre era el mismo: tirarle de las patillas hasta que se le saltasen las lágrimas. Lo de don Juan tenía mérito. Por la mañana, de nueve a dos, y de tres a cinco por la tarde, encerrado en una habitación donde cabíamos unos cien alumnos de distintas edades y niveles. En una casa-palacio que conoció mejores tiempos en el diecinueve, con un balcón que daba a la calle, donde subía el ruido de los mulos cargados con cacharros de barro para cocinar, barquitos con fruta para el Mercado y el chiflado afilador. En la esquina había una tasca donde se expendía vino a granel, lugar asiduo de braceros y desempleados.

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Colegio de don Juan Díaz, en la calle San Sebastián (Foto: JMM).

Yo venía del Asilo, en la calle Cielos, y estaba acostumbrado a formar en el patio vestido con traje de marinero azul marino, frente a una virgen de túnica rosa y toga celeste a juego con los ojos. Me daba pena. Tenía las manos atadas con un rosario y apenas levantaba su retraída mirada, apalancada en una rocalla de cuyos intersticios brotaba una selva tropical. La gigantesca directora, que hacía por monja y media, situada descaradamente junto a la virgen –que no admitía comparación–, y subida al primer peldaño de la escalera de mármol, nos animaba a ir a una batalla contra los protestantes y declararnos amantes del sagrado corazón:? «Fuera, fuera, protestante./ Fuera de nuestra nación/ que queremos ser amantes/ del Sagrado Corazón./ Viva Dios, que nunca muera,/ y la santa Tradición/ estas monjas benditas/ que nos dan la educación.»

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Fachada de la Iglesia del Asilo de Huérfanas, en la calle Cielos. (Foto: Colección Vicente González).

A Pepe Mesa y a mi, que compartíamos el mismo pupitre junto al balcón de la bandera, nos tocó la señorita Luisa, pecosa y agradable. Cuando se abrían los cristales nos llegaban olores dispares, el del carro de la basura y el de los bollos de pan recién hecho. Hablo de los años sesenta, de cuando las panaderías estaban abastecidas y el estraperlo funcionaba para los electrodomésticos y piezas de recambio. El pan se pregonaba por los portales al tiempo que se repartía a los abonados a la viena, al chusco, a la telera o a la barra. El repartidor tiraba de un carrillo con tres ruedas sobre las que se asentaba un cajón abierto por arriba y del que extraía un capazo donde llevaba los distintos tipos.

001. ¡A SANGRE Y FUEGO!No sé cuándo ni dónde aprendí a leer. Si fue con los susurros amables de la señorita María Luisa o con las voces del ogro cojo. Sólo sé que me encantaban los sábados por la mañana, cuando me acercaba a la papelería de Cortés y preguntaba si había venido el cuadernillo apaisado del Capitán Trueno, con carpetilla iluminada e interior en blanco y negro. Del TBO me gustaba  hasta los increíbles disparates del profesor Frank de Copenhague. Mis hermanos eran más de Roberto Alcázar y Pedrín. Mi padre leía El Coyote, sólo para poder dormir por las noches, abatido por un disparo perdido… Hasta los siete años viví entre algodones. Fue durante la primera quincena de aquel florido mayo, cuando renuncié a Satanás, a sus pompas y a sus obras, y prometí seguir siempre a Jesucristo.

Del día de tu primera comunión recuerdas que estrenas traje con botones dorados, zapatos que producen rozaduras y calcetines de canalé que te marcan sus dibujos sobre la planta del pie; que te adjudican un rosario blanco como de niña y un misal de tapas anacaradas con cierre de latón que siempre estaba en el suelo, porque se te resbalaba de las manos forradas con guantes de algodón. Sólo soportas la hora larga del ritual, donde todo el mundo trata de endulzar un acto que ha perdido con los años el sentido esotérico, por los regalos del final del banquete con chocolate. Y cincuenta años después te sigues preguntando qué puñetas eran las “pompas” de Satanás. Debían tratarse de las pompas fúnebres, empleadas para acojonar a los niños.

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Ramon Zarco y Luis Ortega. (Fotos: Academia de Bellas Artes).

Me gustaba el dibujo y la música, pero no me gustó que mi madre me apuntara a Solfeo y Dibujo en la Academia santa Cecilia, dos días a la semana. Pronto supe que se habían acabado los bolindres y los hoyos en la calle san Sebastián, y que las tardes se acortaron para siempre. De la Academia recuerdo el olor a pino de Flandes de los pianos del profesor Zarco, en la planta baja, y el olor a goma de borrar y madera de cedro de los carboncillo del piso superior, donde un joven Luis Ortega se esforzaba en habituarnos a mirar a través de sus ojos.

A veces, el tiempo es como el viajero camuflado en los bancos de la estación de la vida, que ve pasar los días como trenes veloces y piensa, desbordado por la frustración, que el siguiente es el suyo. En otras, es la estación la que pasa fulminante detrás del cristal entreabierto de la ventanilla, mientras sigues pensando que en veintitantas estaciones más llegará la tuya. En todos ellos viajan gente solitaria, personas que se resisten a salir de la nube de vapor que rebufa los bajos de la máquina, o se acodan en las escalerillas metálicas de acceso al vagón. Ves jóvenes que sonríen casi con cualquier cosa, señoras desesperadas esperando a que la prima hermana de Diógenes acabe de bajar los bultos donde guarda media vida, y la multitud ansiosa que explora los aledaños del gusano metálico. Asomado a la vida de afuera, con el cristal bajado, escrutas rostros, valoras gestos y evalúas evidencias. Los primeros compases de la puesta en marcha de la torpe máquina te adormecen y sólo treinta segundos antes te apeas. Que aquel no era el tuyo.

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El ferrobús, a su paso por la estación de El Puerto en junio de 1962. (Foto: Rafa. Archivo Municipal).

Clavado al único asiento que resistió la embestida de la última litrona, entre la duda de esperar o desesperar, compruebas cómo te quedas solo y que el andén cubierto por la techumbre metálica agrisa un paisaje violeta con leves pinceladas de anaranjado; en un atardecer, lánguido y mortecino.

Sabes que a pesar de la distancia, del tiempo y del deseo, nadie te espera ya. Que los pueblos, las nubes, las vacas paciendo en idílicos prados, incluso la conversación de la señora que se subió en la penúltima parada e intenta desviar tu visión, son un sueño, una ficción creada por tu memoria. La vida, el tiempo son sólo recuerdos, cadáveres que fuiste dejando en la cuneta.

Incapaz de parar lo inevitable, alzas el cuello del abrigo porque empieza a refrescar y cierras el libro que te tiene aprisionado en el ayer de la página 135. Buscas la complicidad del espacio para echar una cabezadita y, entonces, piensas que el haber nacido en el aislamiento de un pueblo como el mío, no significa que hayas crecido en soledad; pero, ¡a quién le puede importar ya…! (Texto: Álvaro Rendón).


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El fin de semana de los pasados 29 y 30 de mayo se han reunido en El Puerto 70 familiares procedentes de toda España para celebrar un Encuentro en la cuna de los Alba. Muchos de ellos no se conocían físicamente y han aprovechado para documentarse de lo que fue y es hoy en día su familia.

Cuando Luis de Alba Clares y Teresa Navas Ramos decidieron casarse en la intimidad de su casa a principios del siglo XX, seguro que nunca les dio por pensar que tendrían una descendencia tan grande: sus diez hijos no solo se quedaron en la Muy Noble y Muy Leal Ciudad y Granl Puerto de Santa María, sino que los Alba se dividieron y volvieron a dividir hasta fundar familias en Toledo, Islas Canarias, Granada, Huesca, Sevilla, Madrid, etc, etc.

El primer Alba que viviera en El Puerto del que se tiene conocimiento, fue en el siglo XIX: Cipriano de Alba Rodríguez,  quien estaba casado con Carmen Clares de Lassaleta. Militar de carrera, llegó procedente del Norte de África. Vivieron frente a la puerta de la Sacristía de la Iglesia Mayor Prioral. Tenían diez hijos, entre ellos Luís de Alba Clares, quien, aunque naciera en Badajoz en el año 1877, pasó una parte importante de su vida en nuestra Ciudad.

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Luis de Alba y Teresa Navas, en la foto oficial de bodas.

Luis de Alba Clares se casa con Teresa Navas Ramos, hija del famoso médico Plácido Navas Villasclaras, en el salón del domicilio paterno en Vergel del Conde nº 16, un 18 de abril de 1900. Luis se hizo militar como su padre, con 19 años. Tuvieron diez hijos que fueron naciendo allí donde era destinado: Fuerteventura, Málaga, Melilla, Toledo…

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Plácido Navas Villasclaras, médico que fue de la Plaza de Toros, con bigote, a la izquierda de la imagen, padre de Teresa Navas, casada con Luis de Alba. El tercero por la derecha, en primera fila, Enrique Máiquez Adán, también médico y abuelo de Enrique, José María y Consuelo García Máiquez.

El que se quedó en El Puerto fue José Alba Navas, quien nace en Málaga, de casualidad, en 1913. Pero El Puerto le cautivó (bueno, más que El Puerto, una portuense… Milagros Medinilla Medinilla -Lalo-, que aparecen en la foto inferior, el día de su boda.

josealbanavas_puertosantamariaComienza José a trabajar en las Bodegas Osborne, y hace sus pinitos en política fundando un partido que nunca llegó a cuajar. Durante el inicio de la Guerra Civil es movilizado y sirve como alférez provisional en África.  En uno de los permisos, vuelve y se casa con Lalo el 17 de octubre de 1938. Tras la contienda se van a vivir de alquiler a la calle Pagador,  y más tarde a Cielo nº 81. Le han guardado su puesto en la bodega Osborne. Fruto de esta relación nacen 6 hijos: José, Milagros, María Teresa, Luís, Inmaculada y María Ángeles Alba Medinilla. En los años 60, siendo Alcalde Luis Portillo, fue concejal de Fiestas. Igualmente fue miembro activo del Racing Club Portuense y tesorero de las Conferencias de San Vicente de Paúl, organización encargada de visitar en sus domicilios a enfermos, a los que entregaban bonos de pan y leche. En el año 1962, Osborne le traslada a Tomelloso (Ciudad Real) donde pasa varios años y cuando se jubila decide irse con su mujer y su hija aún soltera, María Ángeles, a Sevilla, donde fallece a los 78 años de edad.

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La famlia Alba Medinilla, formada por José y Lalo, y sus descendencia: José, Milagros, María Teresa, Luís, Inmaculada y María Ángeles

Su primogénito es José Alba Medinilla quien nace el 24 de septiembre de 1939 en El Puerto. Va a estudiar Ingeniería a Madrid (iba para Industriales pero terminó en Minas). Se casa con Josefina Chao Arroyo. Tienen cuatro hijos: María, José, Almudena y Pablo. Tiene ya seis nietos. Su pasión: el mar de Los Caños de Meca.

Milagros Alba Medinilla. Nace en El Puerto el 3 de mayo de 1941. Era la polvorilla de la casa. Se casa el 14 de septiembre de 1968 con el oftalmólogo sevillano José Martínez Román y se afinca en Sevilla. Tienen 7 hijos: Carlota, Milagros; Inmaculada; José; Leonor; Rafael y Diego y dos nietas. Sigue muy vinculada a El Puerto, donde posee un apartamento en Valdelagrana, que es el punto de reunión de su familia.

hojalunes_23junio1968María Teresa Alba Medinilla. Nace el 29 de diciembre de 1942, aunque su carné de identidad dice 1 de enero de 1943, porque el Registro Civil estaba ya cerrado cuando su padre “se acordó” de ir a inscribirla, y así evitó la multa. Se casa con José Luis López  Franco el 26 de diciembre de 1964 y viven desde entonces en El Puerto. Todos sus hijos son portuenses: María Teresa; María José; José Luis, Santiago y Fernando. Tiene dos nietos. (En la imagen, natalicio de su hijo José Luis, publicado en la Hoja del Lunes del 23 de junio de 1968).

luisalbamedinilla_puertosantamariaLuis Alba Medinilla. Nace en 11 de diciembre de 1944  Desde muy joven quiso ser sacerdote y tenía montando en un armario de la calle Cielo un altar desde donde impartía “misa” a todos sus hermanos. Licenciado en Derecho por la Universidad de Salamanca. Se casa el 14 de junio de 1976 con Consuelo Guerra Pérez. Tiene dos hijas, Susana y Beatriz. Ya jubilado, vive en Madrid aunque hace poco ha vuelto a sus raíces: se ha comprado una casa en El Puerto y ha ingresado en la Hermandad de la Flagelación de donde es secretario segundo y archivero.

Inmaculada Alba Medinilla. Nace en El Puerto el 9 de diciembre de 1946. Hay una graciosa anécdota: de pequeña la eligen para encarnar la figura de “España” en un paso de la Virgen del Pilar, en la Procesión Magna Mariana del centenario del dogma de la Inmaculada Concepción, y la suben toda vestida de blanco en el paso de la Virgen del Pilar. La gente se queda impresionada y corre la voz de que era una niña paralítica que la Virgen había sanado. (Imagen inferior).

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Estudia enfermería en Madrid y se casa con el médico gallego David Liste Jiménez el 13 de junio de 1969. Tiene cuatro hijos: David, Miguel Ángel; Rafael y  Luis y tres nietas. También pasa largas temporadas en El Puerto, en su casa de Valdelagrana.

angelesalbamedinilla_puertosantamariaMaría de los Ángeles Alba Medinilla. Nace el  20 de diciembre de 1949.  La más pequeña, la “pelusa”. De ahí el apodo cariñoso que le pone su padre (Peli) que hoy conserva.   Se casa con Joaquín Aleu Morales el 29 de diciembre de 1984 y se traslada a vivir a Puerto Real, donde vive actualmente. Enfermera, trabaja durante muchos años en el Hospital Zamacola en Cádiz y ahora está ya jubilada. Ambos son unos enamorados del campo: tienen una casa en El Marquesado con una parcela donde siembran de todo. Hace poco celebraron por todo lo alto sus bodas de plata. Tiene un hijo, Francisco José.

La familia, a lo largo de este tiempo, desde los abuelos Luis y María Teresa, ha permanecido en contacto más o menos continuo. En una época en que no había teléfonos móviles, e-mails y mucho menos “er Facebú”, las cartas de la Abuela Teresa a sus hijos y nietos eran constantes Una vez faltó la bisabuela María Teresa, fue la tía Carmela Alba Navas la que “heredó” el papel de informadora oficial de los aconteceres familiares.

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Hoy en día viven en El Puerto varios descendientes de esos primeros Alba:  de la Familia López Alba, José Luis y María Alba Chao, a quienes vemos en la fotografía del Encuentro Familiar realizado en El Puerto, con las bandas de 'Reyes de los Alba 2010', que los acreditan.

José Luis López Alba nace en El Puerto el 12 de junio de 1968. Pertenece a la hermandad del Dolor y Sacrificio, como toda su familia, de la que llegó a formar parte de su Junta de Gobierno durante doce años. Muy familiar, aunque vive independiente, siente debilidad por sus sobrinos. Es Licenciado en Derecho y trabaja como Jefe de Administración para la Agencia de Repsol Butano, J. Sánchez-Cossío, S.L.

María Alba Chao nace en Madrid el 11 de enero de 1967, aunque vive en El Puerto desde hace 15 años. Periodista de profesión, ha trabajado en varios medios de comunicación de la provincia y en la actualidad es Responsable de Comunicación en la Empresa de Aguas de El Puerto. Está casada con Francisco. Javier de la Flor Benítez y tiene un hijo de 9 años, Javier. Es sobrina del también periodista Tico Medina.

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Otra fotografía del encuentro de los Alba en El Puerto, en la visita a la Hermandad del Dolor y Sacrificio.

(Agradecemos a María Alba Chao y José Luis López Alba, el trabajo de investigación realizado para la realización de esta nótula, así como la recopilación de imágenes que ofrecemos).

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Foto de Grupo. Pulsar sobre la imagen para ampliar.

Fila superior de izquierda a derecha: Rafael Ortega, Tomás Osborne Gamero-Civico, José Luis Jimenez Ruiz, Manuel Ojeda Lores, José Benjumeda Adan (Hijo de El Neno), Angel Otero, Francisco del Castillo ( Profesor), José Muñoz Garcia, desconocido, Alfonso Rodriguez Serrano , Rafael Muñoz Bellvís, Fernando Camacho, José A. Martinez Ruiz, Eduardo Moresco Cossi, José A. Marquez Carrascosa     ¿ZacagniniSancho? ,Fernando Atalaya Fuentes, José Ramón Perles Giner, Manuel Brun Selma, Guillermo José Fernandez Ahumada, Miguel Leon Ortega, Rafael Bellvís Porras, Pepe Caballero, Manuel Valimaña, Lechuga, Francisco Felipe Castillo, José Rodriguez Rendon, Manolo Camacho, Rafael Sanchez Gonzalez, Nicolás Terry, Eustaquio Pastor de Avila, José Maria Velarde, Ignacio Merello, Luis Benjumeda Osborne, Emilio Romero Caballero, Manuel Moreno Romero (Profesor), Agustin Muñoz Leiva, Manuel Moreno Zamorano, Luis Gallardo Poullet.

Fila inferior agachados, de izquierda a derecha: Luis Marquez Carrascosa, Ramón Garcia Carmé, Lele Camacho. Luis Yuste Bazán, Felipe Perez Aguilera, José Mesa, José Muñoz Dominguez, Antonio Nogués Ropero (Profesor), Miguel Lizaso Solinís, Eduardo Gil Solanes , Antonio Ojeda Lores, José A. Romero, Francisco López Cepero (Profesor), Francisco Zamudio Dominguez, José Ignacio Buhigas, Ignacio Gago Garcia.

El 24 de junio de 1988, (van a hacer 22 años de aquel encuentro) el curso 1962/63 celebraba el 25 Aniversario de la Refundación del Colegio San Gonzaga en nuestra Ciudad, con un apretado programa que ocupaba toda la jornada. Por la mañana hubo misa en el Colegio San Francisco, seguido de almuerzo en el ya desaparecido Restaurante Semiramis. Tarde con las señoras, en su caso. Paseo Nocturno en el Vapor. Cena en el Restaurante Las Gradas de Puerto Sherry, terminando en el desaparecido Pub el Convento, en la Avda. de la Bajamar, propiedad de José Ramón Perles. Las fotografías que mostramos a continuación, pertenecen a la comida en el ya citado restaurante Semiramis.

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1. Todas las fotos identifican a sus integrantes de izquierda a derecha: Felipe Perez, Jose Mari Velarde, Miguel Leon, Nicolás Terry, Pepin Muñoz; Pepe Mesa.

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2. Pepe Benjumeda, Luis Benjumeda, Agustin Muñoz, Gallardo, Pepe R. Rendon, Moreno Zalmorano, Otero, Rafael Ortega, Luis Yuste, Fernando Camacho.

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3. Moresco, Alfonso Rodriguez, Padre Doreste, Jose Luis Jimenez,Guillermo Rascón, Desconocido, Jose Ramon Perles.

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4. Falele Muñoz, Jose A. Márquez, Pepe Caballero, Lele Camacho, Ignacio Gago, Faluqui Sánchez, Francisco Felipe

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5. Prof.  Manuel Moreno Romero, Pastrana, Desconocido, Prof. Francisco Lopez-Cepero, Manolo Camacho.

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6. Fernando Atalaya, José Ignacio Buhigas, Jose A Romero, Zacagnini.

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7. Prof. Francisco del Castillo, Paco Zamudio, Eduardo Gil, Javier Ramírez, Jose A Ruiz.

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8. Prof.  Antonio Nogués, Padre Fernando Marrero, Antonio Ojeda.

Fotografías e identificación facilitadas por Pepe Mesa y Manolo Valimaña, a los que agradecemos su colaboración con Gente del Puerto.

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