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La ensaladilla de la bodeguilla del Bar Jamón es una muestra de las ensaladilla clásica, de las que llevan atún. Por su forma entraría en lo que se llama la ensaladilla “al pegotón” que es la que se sirve en el plato mediante un hábil toque de cuchara por parte del cocinero. Una de las mejores cosas de esta ensaladilla es la generosidad en mayonesa, cosa que le viene perfectamente porque es suave. El índice de tropezones (proporción entre patatas y otros ingredientes) es perfecto y se pueden ver trocitos de zanahoria, huevo duro, atún en conserva y chicharitos (también conocidos como guisantes), un ingrediente que cada vez se ve menos en las ensaladillas. Esta obra muy perfeccionada de ensaladilla se debe a Mamen Serrano, la copropietaria de la bodeguilla en unión de Rafael Fernández. Fue a partir de 2006 cuando empezó a darle su personalidad a la tapa, aunque esta se servía en el establecimiento desde que abrió allá por 1989, pero ahora ha llegado al culmen de este apartado científico: el ensdaladillismo. El ‘panidaje’ lo hacen con picos camperos de la Panificadora ‘La Paz’ de Espera (Cádiz).


Mamen Serrano, la autora de esta ensaladilla, junto a Rafael Fernández. Ambos muestran el pan de la casa, la tapa estrella de su establecimiento.

Otros platos de interés tapatológico de la Bodeguilla del Bar Jamón: El pan de la casa, la berza de la tata, el cazón en amarillo, los filetitos de presa ibérica al amontillado, las papas alioli. (Texto y Fotos: Pepe Monforte).

Más información de la Bodeguilla del Bar Jamón:
Nótula 508 en Gente del Puerto
El Pan de la Casa cumple 20 años.

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Exposición 'Lenguaje de un conflicto: Gaza'. Sala de Exposiciones Fundación Zoilo Ruiz Mateos. Rota

Felipe Lamadrid Pérez nace en el número 17 de la calle Palacios, quinto hijo del total de siete del matrimonio formado por el conocido practicante Felipe Lamadrid y Carmen Pérez. Estudió en las Carmelitas, San Luis Gonzaga y en el Instituto Santo Domingo. Luego vendría estudios en laborales en Puente Genil (Córdoba), Químicas en la Universidad de Cádiz, que no finalizó e Informática graduándose como Analista de Sistemas, obteniendo dos becas, las Kienzle e IBM en 1976. Está casado y tiene tres hijos.

Felipe delante a la izquierda, junto a su amigo Fali (del Horno de Las Cañas), en un concurso de castillos en la arena en la Playa de la Puntilla.

SUS INICIOS EN EL ARTE.
Pero su verdadera vocación está en el mundo del arte desde 1970 que alterna con los estudios reglados: la pintura, el grabado, la escultura, la poesía, … son diferentes facetas que Felipe utiliza para expresarse y sacar al exterior su forma de entender el mundo. Obtendrá diversos premios en la Academia de Bellas Artes ‘Santa Cecilia’. En 1973 participa en la primera Expo Joven Nacional ‘Figuraciones y Bocetos’. Investiga la estética fotográfica sacra. En 1975 comienza a colaborar con poemas y dibujos en revistas literarias tales como ‘Bahía’, ‘Sapina’, en el semanario ‘El Puente’  ‘Siete’ y otras. En 1977 realiza sus primeros proyectos sobre las líneas y sus conjunciones. En 1978 investiga con pigmentos naturales sobre base de madera y materiales pobres, los efectos luminosos del volúmen en el espacio sobre formas geométricas.

Su primera exposición, en Bellas Artes, con Alfredo Bootello, su prologuista.

BECA NACIONAL DE PINTURA.
En 1979 trabaja en las primeras comparaciones del fotograbado en el grabado. En 1980 será becado por el Ministerio de Cultura y obtiene una de las 43 becas nacionales de Pintura y marchará a Madrid instalándose en la capital ese mismo año, allí conoce a Lucio Muñoz, estudiando Grabado y Litografía en la Escuela Nacional de Artes Gráficas, obteniendo la diplomatura, donde investiga el Collage Gráfico, bajo la supervisión de Antonio Manso, director de grabado de la Casa de la Moneda. En 1984 proyecta el Dibujo Collage, con tintas caligráficas.

En la Escuela de Grabado 'Menéndez Pelayo' de Madrid, con de alumno con Alfonso Sanches Toda, entonces era director de grabado de la Casa de la Moneda, con anterioridad a Antonio Manso.

Exposición en Tres Cantos (Madrid).

PROFESOR DE GRABADO.
Estudiará el grabado y ejerce como grabador y profesor en diferentes instancias e instituciones: En 1982 forma parte del profesorado de pintura del Ayuntamiento de Madrid. En 1985 será profesor del C.E.P y de la Universidad Popular de Alcorcón (Madrid), trabajando en las transformaciones irreales gofradas con ácido puros. En 1986 profesor de Artes Plásticas del Centro Cultural ‘Clara del Rey’ de Madrid  donde estudia las acotaciones estética. En 1987 ejercerá como profesor de Artes Plásticas del Instituto ‘Entrena Cuesta’ (Madrid), centro piloto en actividades extraescolares.

En la imagen, durante  el Taller de Grabado que crea en el Centro Cultural Galileo (Madrid). Entre 1989 y 1991 será profesor de Artes Plásticas del Ayuntamiento de Tres Cantos (Madrid), por concurso de méritos.

ESCULTURA.
En 1991 elabora los primeros proyectos en planchas de bronce. En 1993 realiza el diseño de esculturas en bronce y las carpetas de grabados y poemas serigrafiados para la Galería MV de Madrid. Entre 1994 y 1996 crea el Taller de Grabado de la UCA en los Cursos de Verano del Vicerrectorado de Extensión Universitaria. En 1998 realiza el Perfomance Poético y el diseño de maquetas Cubos-Cajas. En 1999 en su Homenaje al Carnaval realiza pinturas expresionistas. El año 2000 es el año de los Poemas Gráficos. En 2001 ejecuta esculturas en hierro y acero - instalación: ARt & LENGUAJE. En el 2002 la instalación de Serigrafía & Hierro: los Poemas Objeto. En 2003 los grabados con metal y en 2004 esculturas en acero y serigrafía de gran formato. /En la imagen, su obra 'Idus de Marzo XIII'.

REGRESO A EL PUERTO.
En ese año 2004, Felipe fue requerido por el Vicerrectorado de Extensión Universitaria de la UCA y daba clases lunes y viernes, regresando a Madrid el resto de la semana, lo que le hará plantearse regresar a su El Puerto natal donde se instalará de nuevo, en Valdelagrana.

El Atelier, en la calle Litoral, en Valdelagrana, con un grupo de alumnos de Grabado.

En el VIII Curso de Grabado Contemporáneo, con alumnos en el Taller.

ATELIER Y GALERÍA.
Aquí crea el ‘Atelier & Galería Felipe Lamadrid’, taller y sala de exposiciones a un tiempo, centro de producción y edición de obra gráfica original de artistas contemporáneo, especializado en obra sobre papel, donde se realizan tiradas de grabados en carpetas y ediciones facsímile con el propósito de potenciar y enriquecer el desarrollo del mundo del Grabado, así como servir de punto de encuentro y reflexión sobre el arte seriado contemporáneo.

En Madrid, con el colectivo 'La Voz Gráfica' en 1980, el tercero por la izquierda de la fila superior.

COLECTIVOS Y GRUPOS.
Como otros artistas que crean en los mismos tiempos, es figura relevante del grupo ‘La Voz Gráfica’ (Madrid), donde ingresa en 1981, discípulos de Alfonso Sánchez Toda. Es miembro de la Asociación de Pintores y Escultores Españoles y fundador del Colectivo de Pintores Madrileños, en 1984. En 1986 ingresa en el colectivo gaditano ‘Construczión’. En 1987 entra en el colectivo de Artistas Plásticos de Madrid.

Con el Colectivo 'El Ermitaño' en la Fundación Alberti: Faelo Poullet, Verónica Pedemonte, Jesús Graván, María Asunción Mateo, Mariano Rivera, Manolo Dugo, Felipe Lamadrid.

POESÍA.
Como se ha dicho, alterna la enseñanza con la poesía, de hecho publica varios poemarios:  ‘Versos de Otoño’, ‘Color en calma’ ‘Génesis’, ‘La Pluma y otros escritos’ y ‘Soñar con un perfil de lobo’, y otros en solitario o con diferentes colectivos.

En 1985 se cataloga su obra por la Real Calcografía Nacional ‘Museo del Grabado’ y publica en la Revista ‘Luces y Sombras’, ‘Altazor’, ‘Clarín’, ... Utiliza las técnicas de la estampación especialmente el aguafuerte y la serigrafía alcanzando muy altas cotas expresivas. Está incluido en el Diccionario de Arte Contemporáneo de Madrid, Diccionario de Pintores y Escritores, el Diccionario de Artistas Plásticos, Arte Guía y otros.

Con el Jefe del Servicio de Fomento de Cultura, Antonio Ahucha.

EXPOSICIONES POR EL MUNDO.
Ha expuesto desde 1978, además de en su ciudad natal, en repetidas ocasiones y escenarios, en Madrid y municipios de dicha comunidad, Algeciras, Jerez, Chiclana, Cádiz; Ibiza, Málaga, Barcelona, Betanzos, Cadaqués, Calella, Eibar, Ademuz, Lérida,  en Hautefuille (París, Francia), Colliure (Francia), Tolouse (Francia), Massachusetts (EEUU), Seul (Corea), Méjico D.F., Lisboa (Portugal), en 1990 en The Art Societi Krun (en la desaparecida Czeschoslovakia). Honolulú (Hawai - EEUU), Caracas (Venezuela), Santiago (Chile), Buenos Aires (Argentina), Iowa (EEUU), Quilmes (Argentina), Atenas (Grecia), Toronto (Canadá), ... Indonesia, Alemania, Rusia, Malasia, ... y muchas otras que se nos quedan en el tintero para no aburrir al lector. /En la imagen, cartel de la exposición 'Arte de Gaza 2', que permanece abierta hasta el 27 de diciembre de este año, en el Atelier de la calle Litoral, en Valdelagrana.

Grabado: Alternativas Gráficas.

QUIZÁS NO SUPE CONSQUISTAR.
Quizás no supe conquistar
de lejos la confianza.
De buscar entre mis manos
el refugio de la noche.
Heredera del pasado.
Creadora del presente.
Con aullidos de gatos noctámbulos.
Rituales.
Que el viento les hace navegar sin rumbo.
Alos ojos que se embriagan de la obscuridad
para encontrar su mástil y su aliento.

Felipe Lamadrid.
(Soñar con un perfil de lobo. 2000).

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Nació  en Cádiz, en pleno Campo del Sur, esquina a Garicoechea, el 19 de febrero de 1950, junto a la antigua Lonja de Frutas conocida como ‘El Palenque’. Sus padres, Juan y María de los Ángeles, lo criaron siendo el hermano  mayor de una familia muy numerosa, ya que fueron 14 los hijos habidos en el matrimonio, dos de ellos fallecidos cuando eran bebés. Durante su infancia vivió muy directamente con su padre el negocio familiar de bar en frente del Palenque hasta los ocho años  y recuerda de aquella época las subastas de la fruta, las descargas de camiones a las que el mismo se sumaba.

Foto de familia numerosa. Juan es el primero por la izquierda. Año 1965.

A partir de entonces se trasladan al barrio del Mentidero a vivir a casa de sus abuelos y abren una droguería en el Campo del Sur, frente al antiguo Cine Nuevo, donde empieza a intercalar el colegio con su trabajo en el negocio familiar.

ENTRE SALESIANOS Y LA PESCA.
A los once años ingresa en el colegio de los Salesianos donde continúa combinando estudios con trabajo hasta que, a los catorce años, su padre cae enfermo y Juan deja los estudios para ayudar al mantenimiento de toda su familia comenzando a trabajar de botones en la oficina de su tío, Molinero, que era exportador de pescados. Además no había descarga de barcos en las que Juan no participara para añadir algunas pesetas mas al mantenimiento de su familia. /Juan, en una imagen de su Primera Comunión.

DE TALLERES ATLÁNTICO A MIKAY.
Su gran interés por la mecánica hace que su tío Molinero lo coloque de aprendiz en Talleres Atlántico, sin embargo el sueldo no permitía la subsistencia de su madre y hermanos por lo que a los cinco meses decide empezar a repartir dulces del obrador MiKay con un triciclo desde las seis de la mañana hasta las cinco de la tarde. Este esfuerzo permitió que su familia pudiera ir saliendo hacia delante y tal fue el éxito de sus ventas que llegó a ser de los mejores vendedores de la casa.

DE LA ROSA DE ORO A LA PIRULETA.
De hecho, La Rosa de Oro lo contrató mejorándole las condiciones (1.000 pesetas diarias ) y con un mayor surtido de productos, como los célebres ‘minipicos’, para su venta, lo que le permite alcanzar una de sus ilusiones. que es cambiar el carro triciclo por un 4L furgoneta, lo que le permitió ampliar aun más su clientela de forma que la casa Fiesta, creadora de la ‘piruleta’ le hace su primer contrato fijo para la venta de su producto.

Será entonces cuando Juan es llamado a filas para cumplir el Servicio Militar. Durante los meses de campamento alquila el reparto a otro de sus compañeros vendedores, reparto que, transcurrido el campamento, vuelve a recuperar ya que el Servicio Militar Juan lo hace como asistente, lo que le permite compatibilizar esas funciones con su actividad comercial. Y es que nuestro protagonista no descansaba ni siquiera en un tiempo que, en general era poco provechoso y una interrupción en la vida de cualquier españolito de la época.

Coincidiendo con estos cambios fundamentales en su vida se produce otro importante acontecimiento como es su enlace matrimonial en 1971 con Josefina Reyes Vara, nacida en Valverde del Camino (Huelva) aunque por motivos laborales su familia se desplazó a Cádiz, donde se conocieron.

Durante la Convención de Phoskitos, recibiendo la acreditación como mejor vendedor de España en 1974.

PHOSKITOS: MEJOR VENDEDOR DE ESPAÑA.
Su primer gran éxito comercial comenzó en el año 1972 a los veintidós años de edad, consiguiendo la distribución en Cádiz Provincia, junto con un socio, de un nuevo producto desconocido hasta entonces que era la pastelería industrial Phoskitos. Su trayectoria dentro de esta estructura de distribución empresarial le llevo a obtener en 1974, el premio al mejor vendedor de España con un regalo consistente en el famoso coche Mini.

DISTRIBUIDOR EN SEVILLA.
Posteriormente, en 1975, ya en solitario, acepta la distribución oficial de los phoskitos en Sevilla donde se traslada junto con su mujer y sus dos hijos Olga y Juando a una casa en propiedad en la Calle Sanchez Arjona, entre Triana y Los Remedios. Casi a los dos años de estar viviendo en Sevilla, se encuentra con un gran problema y es que en el verano de 1976 existe una importante partida de productos que por el sofocante calor, no tenia buena salida por lo que Juan se inventó una fórmula para atraer al consumidor. Lo que hizo fue añadirle a cada pastelito, como su viniera así de fábrica, un globo de la famosa Heidi y en otra partida un polo Flag. Esta iniciativa se trasladó a nivel nacional, copiando su táctica de ventas el resto de distribuidores y posteriormente a otros nuevos productos. Como consecuencia de esta innovadora  iniciativa recibió un gran homenaje por parte de los propietarios de la marca Nutrexpa.

Recibiendo el coche 'Mini' regalo al mejor vendedor de España de Phoskitos.

REGRESO A CÁDIZ.
El clima de Sevilla es un importante obstáculo porque tanto él como su familia no terminan de adaptarse y en el verano de 1976 decide volverse a Cádiz y empezar desde cero. En ese momento recuerda una de las propuestas que le hicieron en Barcelona, en una de tantas convenciones de distribuidor a la que asistió, donde le plantearon la distribución para Andalucía de una fábrica de carnes dedicada a la producción de pinchitos morunos, perteneciente a un empresario cordobés quien,  tras montar una fábrica en Barcelona estaba en plena expansión.

LA TÁCTICA DEL FALSO ALMACENAJE.
Juan le buscó distribuidores para el resto de capitales y él se quedó con Cádiz provincia. La introducción de este producto fue muy compleja. Juan empleó la táctica de dejar el producto en los distintos establecimientos con la excusa de no tener sitio para mantenerlos refrigerados. El costo era de 14 pesetas frente a las 15 pesetas en las que se vendía al publico en aquel entonces el pincho de fabricación local. Los lunes cuando se acercaba a “recogerlos” podía comprobar que ya se había consumido parte de su producto y así poco a poco, gracias a la mayor calidad, se fue demandando cada vez mas hasta colmatar el mercado de tal manera que se vio  obligado en un momento dado a fabricarlo en la zona puesto que la fabrica de Barcelona llegó a no dar abasto con el ritmo de ventas de Juan. Para darle una imagen distinta a su producto, Juan comenzó a envasarlos ensartados en puntas de junco en lugar de en alambre como era tradicional, lo que le dio una extraordinaria mejora en la presencia y vista de cara al consumidor.

EL FRACASO DE LAS PALMERITAS.
La proliferación de fabricas y la alta competencia hicieron que Juan poco a poco fuera abandonando este sector para dedicarse, sin saberlo en ese momento a principios de 1977, al único negocio de su vida que seria un  gran fracaso como fue la producción y venta de ‘palmeritas’. En este caso su gran capacidad comercial sucumbió ante la ineficacia de la fabricación. Nunca se logró un producto con la suficiente calidad debido a un cúmulo de circunstancias y problemas de los que hoy en día Juan ni siquiera quiere recordar. «--Mejor olvidar», afirma  Juan.

NACEN LOS ÁNGELES NOCTURNOS.
Tras lo acontecido anteriormente, en el año 1979, quiere cambiar su vida y buscar nuevas vías de negocio. Observa la gran carencia de servicios médicos de urgencia a domicilio y el cierre inminente de la clínica del Dr. Frontela. Es por ello que gracias a la ayuda de varios amigos que le prestan 250.000 pesetas, tras los sondeos que sirven de base para convencerlos, comienza el montaje de  lo que será en el futuro su gran proyecto empresarial hasta el día de hoy como fue la implantación de Los Ángeles Nocturnos, para lo que se traslada a El Puerto alquilando un local en la Calle Alquiladores, totalmente adaptado para oficina, con un trastero con una pequeña cocina, una aseo y una salita, donde se trasladó con su familia tras alquilar su casa de Cádiz por el mismo precio que pagaba por el local que eran 25.000 pesetas.

Juan Vaca, saludando a Antonio Álvarez, alcalde de El Puerto cuando Juan se instala en nuestra Ciudad.

LOS COMIENZOS.
En ese reducido espacio, Juan y su mujer Fina, acometieron el reto comenzando por la contratación de una medico Maria del Carmen Gálvez y un ATS Eduardo Ibáñez Gándara ambos localizables en su domicilio a través de emisora de radioaficionados. El horario de atención al servicio de urgencias era de 10 de la noche a 8 de la mañana. El de oficina era de 10 de la mañana a 1 de la tarde y el resto del día se empleaba en la captación de socios. «--No me preguntes cuando dormíamos» nos dice Juan, porque incluso teníamos que sacar tiempo para la pegada de carteles publicitarios y atender a los niños.

Juan Vaca con Julio Pérez Flores, a la sazón presidente de la Tertulia Flamenca 'Tomás El Nitri', de la que Juan llegaría a ser directivo.

Como anécdota Juan relata que para darle un carácter de sólido grupo empresarial a su idea, él se presentaba como delegado de una gran empresa de Madrid dedicada a la prestación de este tipo de servicios que quería implantarse en El Puerto. La respuesta del público fue la deseada y el desarrollo de este negocio dedicado a la salud hasta nuestros días, Juan lo resume de la siguiente forma:

CRONOLOGÍA
 1980. El 10 de marzo comienza a funcionar el servicio nocturno de urgencias.
 1981. La marcha de la empresa permite contratar a un administrativo y Juan y su familia se trasladan a vivir a la urbanización Las Viñas.
 1982. Adquieren las oficinas en Edificio Centro donde se traslada la empresa y se comienza a experimentar con las consultas externas.
 1984. Adquieren una casa en calle Cielo donde instalan una policlínica con gran variedad de especialidades cambiando la denominación de Los Ángeles Nocturnos por la nueva L.A.N.S.Y.S. (Los Ángeles Nocturnos, Seguridad y Servicios).
 1984. Ese mismo año, Juan crea la primera central de ‘busca personas’ en la provincia de Cádiz , prestando servicio a las instituciones mas importantes como son el Hospital de Jerez, Residencia de Cádiz, Diario de Cádiz, Policías Locales, Policía Nacional, veterinarios, etc.…. En total mas de 400 abonados a los famosos ‘buscas’.

Los taxistas no estuvieron de acuerdo con al central de Radio-Taxi que instaló Juan y se manifestaron en huelga delante del consistorio.

1984. Igualmente acoge en su edificio la primera delegación del Diario de Cádiz en El Puerto.
1985. Junto a Juan Custodio Cárdenas constituye LANSYS VIVIENDA que promociona en régimen de cooperativa para los socios del servicio medico. Las promociones fueron viviendas unifamiliares en Cuatro Pinos, en El Tejar y en Avenida del Cisne.
1986. Inaugura la primera televisión de El Puerto, canal 21, junto a otros dos socios. En el mismo año inicia la primera central de radio-taxi en la Ciudad.

De cámara, en el Cine Moderno, durante los Carnavales de 1986, con la creación de la primera televisión local de efímera vida: Canal 21.

1989. Traslado de la policlínica al edificio Aduana en la Calle Micaela Aramburu, donde se amplían de forma considerable todos los servicios.

Juan Vaca y Publio Cordón, felicitándose por el convenio suscrito entre Lansys y Previasa.

1990. Firma de convenio con Previasa, propiedad de Publio Cordón, para la atención médica de los asegurados con Previasa y ésta a su vez, asegura a los asociados de LANSYS a nivel nacional.

1992. En las mismas oficinas de LANSYS, Juan, en su afán de atender las necesidades de los profesionales de la Ciudad, constituye la ‘Guía Azul’ que nace en El Puerto y la desarrolla posteriormente a nivel nacional, llegando a ser la tercera mas importante de España en esa sector.

En la imagen de la izquierda, el Teniente de Alcalde Diego Caro Cancela, Juan Vaca Ramos y Enrique Pedregal Valenzuela, primer presidente de la Asociación de Empresarios durante la entrega en 1992 del premio al Mejor Empresario, en el Casino Bahía de Cádiz.

1992. La Asociación de Empresarios del El Puerto, otorga por primera vez el premio al mejor empresario del año, recayendo dicho galardón en Juan Vaca, no solo por lo acontecido en un solo ejercicio sino por su trayectoria y proyección de la Ciudad hacia el exterior.

Con Juan Antonio Marin Domenech, presidente del Club de Marketing, recibiendo el galardon en 1993.

1993. Juan recibe el galardón al Prestigio Empresarial de la Bahía de Cádiz por parte del Club de Dirigentes de Marketing de Cádiz.

Juan fue en la lista que lideró con Alianza Popular, Indalecio Rábago, saliendo de concejales los que figuran en la fotografía superior además del citado Rábago. Durante el mandato, solo Rábago y Cerezo permanecieron en AP, pasando el resto al Grupo Mixto, en unos cuatro convulsos años.

CONCEJAL DE ALIANZA POPULAR.
Entre tanto, compatibilizando el desarrollo de esta sociedad, Juan acometió  durante los años 1987 a 1991 sus responsabilidades como Concejal de AP (Alianza Popular) en las áreas de Playas y Parque Móvil. Pudo realizar grandes avances en esos años gracias a sus ideas sacadas de sus múltiples viajes a las más importantes zonas turísticas de nuestro país. Podemos comprobar que aun hoy día siguen patentes tales actuaciones como son la implantación de las sombrillas y hamacas de alquiler, la vegetación exótica como las palmeras en la arena de la playa, las duchas, servicio de urgencias independizado, donde aun continua, de la Oficina de Turismo,  la nivelación de la arena a costo cero por convenio con la Base Americana de Rota con un ahorro entonces de mas de 40 millones de pesetas.

Durante la izada de la primera bandera azul conseguida por El Puerto. El segundo por la izquierda es Indalecio Rábago, Juan Vaca Ramos, Antonio Álvarez y José Antonio Navarro delante de la Oficina de Turismo de Valdelagrana.

Como dato negativo Juan recuerda que con todo el dolor de su corazón tuvo que retirar las casetas familiares, pero comprende que por diversos motivos higiénicos fue una decisión inevitable. La imagen actual de los chiringuitos también fue iniciativa de Juan en su afán de dotar a nuestras playas de la mayor calidad que ciudadanos y visitantes merecían. También fue la primera vez que esta concejalía lograba obtener la Bandera Azul de los Mares Limpios de Europa para El Puerto.

Colaborando con el personal municipal en la colocación de 'bardos' para la creación de dunas artificiales en las playas.

Juan nos cuenta la anécdota de uno de los chiringuitos mas conocidos de El Puerto que era el de Pedrito en La Calita, hoy en Puerto Sherry. Juan quiso cambiar la imagen de estos establecimientos pero no contó en principio con la afluencia de otros industriales venidos de fuera para adjudicarse la concesión de los mismos, como pasó en este caso, ya que él pretendía que siguieran trabajando los mismos, a ser posible, vecinos de la ciudad que ya vivían de este negocio. Le costó muchísimo pero «recuerdo que junto a Antonio Romero ‘el alcalde chiquito’ consiguió excluir a estos subasteros por motivos técnicos y permitirle a Pedrito continuar con su negocio». /En la imagen, caracterizado para la ocasión en la Fiesta de Moros y Cristianos, durante el Hermanamiento con la Ciudad de Calpe.

Una vez roto el pacto de gobierno que los populares mantenían con los socialistas, con Juan Manuel Torres como alcalde de El Puerto, Juan siguió trabajando en estos temas junto al nuevo concejal, el socialista Miguel Marroquin, quien le permitió continuar mano a mano para culminar su proyecto político.

CANDIDATO DEL PA.
Entre los años 1991 y 1999, Juan no tiene relación política con ningún partido , dedicándose a su proyecto LANSYS y a otros varios como telefonía móvil y Club de Ahorro de LANSYS, entre otros.  Llega la primavera de 1999 y Juan se presenta como candidato a la Alcaldía por el PA tras acudir a su llamada y una vez con vía libre a su nuevo proyecto político consigue aglutinar en La Bodega El Cortijo a más de 1.600 personas, según estimaciones de Diario de Cádiz en los periódicos de la época.

De izquierda a derecha, Ricardo Chamorro, Delegado Provincial de Turismo, Chano Sucino, candidato en la lista del PA junto con Juan Vaca, y Antonio Ortega, Consejero de Turismo, Comercio y Deporte de la Junta de Andalucía, en la campaña de las municipales de 1999.

Juan no se muestra nada contento con sus actuaciones en plena campaña política y hoy confiesa  haber cometido muchos errores. No estuvo a la altura de las circunstancias en momentos críticos. La realidad es que incluso contando con esto que Juan nos relata, consiguió dos concejales a pesar de no contar con ninguno dicha formación política en el mandato anterior. Juan no terminará dicho mandato  en las filas del PA debido diferencias con la ejecutiva local y nacional de dicho partido y ahora, recuerda que «--el proyecto de ciudad que se esta diseñando en la actualidad coincide plenamente con gran parte de mi proyecto de entonces que hoy está en la picota como es la unión del Casco Histórico con Valdelagrana y los aparcamientos subterráneos en Plaza de Toros entre otros muchos».

Juan Vaca con Manolo Toimil y señora. Toimil iba en la lista de nuestro protagonista.

INTERVENCIÓN QUIRÚRGICA.
Tras el ultimo paso por la vida política de nuestra ciudad, Juan tiene que ser intervenido quirúrgicamente, lo que le obliga a retirarse de de todo tipo de actividad profesional y así ha continuado hasta estas fechas. Insiste en que esto no ha finalizado su carrera de emprendedor aun y que tiene mucha fuerza y ganas de hacer nuevas cosas, aunque aún «no es momento de comunicarlas hasta que puedan ser una realidad». No quiere dejar pasar la ocasión de agradecer a los ciudadanos de El Puerto la cariñosa acogida que ha tenido en nuestra Ciudad tanto él como su familia y «espero seguir creando nuevos proyectos para El Puerto, algunos de los cuales están en un punto bastante avanzado», finaliza.

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El sábado pasado, un accidente de caza acabó con la vida del empresario sevillano Pedro Bores. Ocurrió en su finca de caza de El Pedrique, entre las localidades cordobesas de Espiel y Obejo, donde estaba llevando a cabo un descaste. Un traspié inoportuno provocó un disparo fortuito que provocó el fatal desenlace. La mala suerte ponía fin a los 61 años a los días de este conocido apellido de la sociedad andaluza, que ha sido incinerado en Córdoba y honrado con una misa funeral en Sevilla.

Relegado a un discreto segundo plano por propia voluntad, Bores atesoraba una dilatada y brillante trayectoria profesional a sus espaldas. Nacido en el barrio de Heliópolis en el seno de una conocida familia sevillana, compartió pupitre en los Claretianos con la élite de la sociedad andaluza. Junto a sus ocho hermanos, quedó pronto huérfano de padre, un acontecimiento que marcó su vida y su determinación para sacudirse los vestigios aristocráticos de su apellido.

Pedro Bores, con el desaparecido Club de Opinión de Directores de Hotel en el Hotel Bodega Real.

Formado como economista en la Universidad de Málaga, el joven sevillano rechazó encaminar sus prometedores pasos a la docencia. Probó fortuna en Londres, en el corazón del mundo financiero, cuando el salto a la City no era moneda de cambio, y regresó para iniciarse en el mundo de las materias primas en la entonces pujante Río Tinto, para pasar luego a desarrollar su potencial como economista y financiero en la tesorería del gigante Citibank.

Este bagaje profesional permite a Bores terminar trabajando para Marc Rich, uno de los inversores en materias primas más relevantes del mercado. Los más de cinco años que trabajó a su lado fueron el trampolín que permitió a este sevillano amasar el origen de su fortuna. El mismo lo contaba con naturalidad cuando recordaba la cantidad de millones que el inversor belga le ofreció un año a modo de aguinaldo para que siguiera trabajando en su compañía.

Con esa tarjeta de presentación y su natural desparpajo, el economista llamó la atención de parte de la élite que se aglutinaba en torno al Banco de España. A pesar de su juventud, formó parte de las tertulias que Luis Angel Rojo articulaba desde el supervisor bancario, donde asomaban la cabeza figuras emergentes como Mariano Rubio, futuro gobernador, y Carlos Solchaga, todopoderoso ministro de Economía durante los primeros gobiernos socialistas. /De izquierda a derecha, Enrique Moresco, alcalde de El Puerto, José Luis Tejada, director general de Puerto Sherry, Rafael Barra, director de Autoridad Portuaria y Pedro Bores.

Precisamente, su condición de sevillano le permitió estar también muy ligado con algunos dirigentes socialistas que han hecho carrera en la política. Por su hermano, el prestigioso abogado Jesús Bores, íntimo de Felipe González, cultivó trato personal con el expresidente del Gobierno y con algunas personas de peso en la Junta de Andalucía, como Amparo Rubiales o Manuel Chaves, aunque estas relaciones supusieran con el tiempo más problemas que ventajas.

EL SUEÑO DE PUERTO SHERRY.
Convertido ya en un inversor por cuenta propia tras haber pasado por compañías como Transmediterránea o Española de Zinc, Perico Bores, como le llamaban sus amigos, recaló en el sector inmobiliario, donde terminó cruzándose en su camino el jerezano Joaquín Rivero. Junto al fundador de Bami (Metrovacesa) se embarcó en su última aventura, el rescate del gaditano Puerto Sherry, el complejo náutico de El Puerto de Santa María, una empresa que deja a medio hacer.

De carácter figurón y exuberante, bonachón y caprichoso a partes iguales, coleccionista de arte y amante de las fincas de campo, durante una temporada fue habitual del rincón gaditano de Sotogrande. Amable y cariñoso con sus más íntimos, fue también objeto de críticas y envidias, en ocasiones por su desmedida franqueza y en otras por el mal carácter que desarrollaba con aquellas personas con las que no empatizaba. No pretendía dejar indiferente.

Fotomontaje de Cinco Días de Pedro Bores con el  puerto deportivo.

Durante el pasado FITUR 2011, en el Stand de la provincia de Cádiz, presentando los productos turísticos de El Puerto.

A su muerte, Bores deja cuatro hijos. En la actualidad esta casado en segundas nupcias con María del Valle de la Riva, hija del conocido jurista cordobés Antonio de la Riva, abogado del Estado de la misma promoción que el gaditano José María Amusátegui, el que fuera presidente del Banco Central Hispano. A partir de ahora sólo quedará el recuerdo de este emprendedor sevillano, considerado por algunos como un adelantado a su tiempo. (Texto: Carlos Hernanz). 

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Durante muchos años, he pasado  por la vida nadando en la superficialidad de la acción comercial, a veces a favor y otras en contra de la corriente. Siempre he tenido la inquietud de la sensibilidad por las artes. Siempre he buscado en los entresijos del corazón de las gentes, pero, nunca lo suficiente, nunca en la profundidad  precisa como para conocer lo que atesora cada extraño, cada conocido o cada amigo que he encontrado a lo largo de mi dilatada vida.

Ahora que los años me han apartado de la superficie, estoy aprendiendo a sumergirme y a descubrir los tesoros que están ocultos tras personas sencillas, modestas, humildes, que pasan desapercibidas para el común de las gentes, que  solo con tomarles la mano, se abren de par en par y descubres lo insólito de sus vidas.

Ya los descubrí en Juan, el vendedor de chumbos, al otro Juan, el de Ugíjar, el gitano canastero que me impresionó con su filosofía de la vida, y que hace tiempo no veo, y me preocupa. Personajes que siempre he visto y he pasado ante ellos como si formaran parte del mobiliario urbano. Que miras sin ver. Rutinariamente. Con cataratas sobre el cristalino. Detrás de cada uno de ellos hay una perla. A veces descubres un rubí, y a veces... un diamante.

Hoy he descubierto uno. Es sábado. Acabo de desayunar en el bar nuevo del antiguo Rueda con mi amigo Arturo Palomino. Caminamos unos minutos por el mentidero de los sábados en El Puerto, que son los aledaños del mercado. El mercado es un hervidero de gentes. Las calles, con las terrazas llenas de personas que charlan ante un opíparo desayuno con churros; o los más madrugadores, que lo hacen ante una cerveza y una monumental tapa.
De pronto, se acerca a mi amigo Arturo, con dos libros en la mano ‘el Chigüi’. En un primer momento, --siempre juzgamos la apariencia, el triste efecto iceberg--, pensé que el gitano, porque ‘el Chigüi’ es gitano, quería venderle algo. Permanecí atento.

«--Toma, Arturo, a ver si te gusta». Ni siquiera le oí decir,  ‘lo he escrito yo’.
Dos libros, uno de poesía y otro prosa. Miré con descaro la portada. ‘Alma gitana’ por Salvador Cortés Núñez 'el Chigüi' y su amigo El Perejil. «--¿Puedo echarle un vistazo?», dije yo. Tomo el libro en mis manos, empiezo a leer, sigo leyendo, sigo leyendo… Arturo y ‘el Chigüi’ mirando. Uno pacientemente, el otro impaciente. Pasaron unos minutos, que para ellos debieron ser largos. No tuve más remedio que decirle, emocionado, «--¡Esto es muy bueno!». Acto seguido, leí en voz alta dos o tres poemas que me pusieron los pelos de punta.

LIBERTAD
Un río para lavarme,
un jato para dormir,
un puente para taparme,
y un campo para vivir

Un camino y una senda,
un puerto donde llegar,
y en el costado del viento
un sueño de libertad.

Gitano libre yo soy,
es mi destino el andar,
y en el camino desgrano,
el alma de mi cantar.

Sinsabores y desgracias,
persecuciones y huidas,
me van siguiendo los pasos
y cerrando mis heridas.

En cuero y descalzo vivo,
pero nunca miro atrás,
llevo en las manos grandeza,
y en el alma libertad.

No soy crítico literario, y mis conocimientos son muy limitados, pero los vivarachos ojos de ‘el Chigüi’ me escudriñaban como si lo fuera. «--Chigüi, le dije, ¿los vendes?», «--No, los regalo». «--¿Me regalarías a mi uno?», «--Ahora mismo». Se metió bajo su tenderete, repleto de trajes, medias y pantys, extrajo de un cajón dos ejemplares de los tres libros que ha escrito, y sin más, me los entregó. Le pedí con toda humildad, si me hacía el honor de dedicármelos. Sin el menor asomo de vanidad, me dedicó ambos libros, cuya reproducción reflejo.

Arturo, tenía que irse. Yo me quedé con ‘el Chigüi’. Estuvimos hablando largo tiempo. Le pedí si me permitía hacerle una foto que encabezara el relato que de él pensaba escribir. Aceptó. Después hablamos, hablamos… y tenemos que hablar, porque aun no tengo claro si su amigo ‘el Perejil’ tiene tantos títulos. Si es una pirueta literaria, mezcla realidad y ficción. Si solo ha hecho la ruta de los mercadillos, o ha sido Estados Unidos, Londres, Ciudad del Cabo… Es tanta su prodigiosa imaginación que no sabes dónde termina la realidad y donde empieza la ficción.

Sí sé, que tiene arte en sus manos, que en vez de vivir del cante o del baile, que quizá lo pudo hacer, prefirió aprender un oficio. Oficio de precisión. Tornero ajustador. Y sacó a su familia adelante. Ya me he leído su “Alma gitana”, he leído y releído sus versos. Algunos muy bien retocados, por la maldita culpa de la rima y de la métrica. Pero si les digo amigos, que aunque peor construidos, sus genuinos poemas, los que conservan su impronta, los de su innata frescura, los robados al dolor, esos son los que me han llegado más cerca del corazón. Chigüi, amigo, nos vemos el sábado que viene. (Texto: Alberto Boutellier Caparrós).

Más de Salvador Cortés Núñez, ‘el Chigüi en GdP’:
307. Salvador Cortés. ‘El Chigüi’.
420. Salvador Cortés, ‘El Chigui’ y el burro ‘Liviano’.
528. Salvador Cortés. Nuevo libro: ‘Alma gitana’.

2

Imagen del helicóptero siniestrado el pasado domingo, en la confluencia de las calles San Juan con Melero y Postigo. /Foto: Fito Carreto.

EL INNOVADOR TRABAJO QUE HACÍAN LOS TRIPULANTES DE LA AERONAVE.
¿Quieren ver a qué se dedicaban los pilotos y operadores de vídeo que viajaban a bordo del helicóptero siniestrado en El Puerto? ¿disfrutar de los paisajes?¿saben que la tecnología que usaban acababa de ser presentada como un producto estrella en Alemania? ¿que el trabajo de la empresa Traffics (en realidad una operadora turística) servirá para un sistema de reservas on line, orientado a iPhone y iPad? Pues todo eso lo contaba en El Mundo de Andalucía, en su edición papel del pasado martes. Aquí, en este blog ofrecía un adelanto y, de propina, dos vídeos y la foto de la aeronave siniestrada. De nada, me encanta internet. Por eso, tras tantos años enredado es un placer mostraros estas imágenes, que nadie, excepto El Mundo, ofrecía en las numerosas informaciones al respecto.

La aeronave, realizando sus trabajos de filmación sobre la costa española. /Foto: Rotorflug Helicopters

TRABAJANDO POR EL TURISMO.
Fuentes de la compañía explicaron  que realizaban trabajos para consolidar reservas de viajes on line mediante vídeos aéreos de las zonas costeras tanto en Mallorca como en la zona mediterránea peninsular, accesibles a través de Internet (Google Maps) mediante dispositivos inalámbricos (‘tablets’ y ‘smartphones’). Era uno de los primeros vuelos de la oferta Heliview, comercializada por la compañía Traffics, que era el nombre insertado el fuselaje de la aeronave.

El helicóptero accidentado, según fuentes de Aviación Civil (Ministerio de Fomento), es propiedad de la compañía aérea germana Rotorflug Helicopters, de Frankfurt, que cuenta con una sede en el aeropuerto de Son Bonet de Mallorca. La unidad siniestrada estaba siendo usada para la filmación de contenidos multimedia para un programa de reservas hoteleras on line que comercializa mundialmente desde hace pocos meses la compañía turística germana Traffics.

Este tipo de aeronave, Bell 206 Jetranger, es una de las favoritas, por su gran estabilidad, de fotógrafos y operadores de filmación. Desde pasado mes de enero, el  equipo siniestrado ha volado cientos de horas en el Bell JetRanger filmando localizaciones de instalaciones hoteleras que luego son ofrecidas en alta definición en la web del operador turístico Traffics.

INFORME.
Un portavoz de Aviación Civil informó a El Mundo que la CIAIAC (Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes de Aviación Civil) ha notificado sobre el accidente al país de la empresa, Alemania, a Estados Unidos –que fabrica el motor Rolls Royce con que va equipado- y a Canadá, país de la compañía Bell Helicopters.

El helicóptero siniestrao en El Puerto de Santa María, en su base de Mallorca. / Foto:  Rotorflug Helicopters

El informe preliminar podría concluir en pocos días. Los expertos consideran que el helicóptero siniestrado es uno de los más seguros en la actualidad y de menor coste de mantenimiento por la calidad de sus componentes. Con capacidad para el piloto y cuatro tripulantes, el Bell 206 Jetranger de Rotorflug Helicopters fue fletado para realizar un reportaje de vídeo entre Jerez y Málaga, según el plan de vuelo aportado a la torre de control del Aeropuerto de San Pablo.

COMPAÑÍA CON 30 AÑOS DE EXPERIENCIA.
Georgios Kipros, gerente de Rotorflug Helicopters, se negaba, a preguntas de El Mundo, a facilitar información detallada sobre el accidente, argumentando que se pronunciarán una vez que los especialistas de la CIAIAC concluyan su informe oficial y la policía española haya terminado sus investigaciones periciales. «--Hasta ese momento no vamos a hacer declaraciones ni tampoco facilitar datos de los tripulantes», afirmó Kipros desde Frankfurt. /En la imagen de la izquierda, Georgios Kipros, gerente de Rotorflug Helicopters

La compañía Rotorflug GmbH, establecida desde 1972 en Friedrichsdorf, cerca de Frankfurt, ofrece trabajos aéreos (carga, ensamblaje, corte, ambulancia, filmación, fotografía, etc.), vuelos de negocios, de incentivo y panorámicos. Cuenta con 30 años de experiencia en todos los aspectos relacionados con el vuelo de helicóptero y dispone de certificado de mantenimiento y su propia escuela de vuelo. Rotorflug GmbH también opera en Berlín, Kiel, Kaiserslautern, Koblenza, Egelsbach, Munich y Rostock.  (Textos: Pepe Contreras).

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En la imagen de la izquierda, la niña Carmen López Llopis, con un año, en Elche (Alicante), ciudad donde nació accidentalmente.

Carmen López Llopiz nació en Elche de casualidad, porque su padre —mi abuelo— estaba destinado allí. Enseguida se volvieron a Murcia, de donde se sintió siempre.

Hija única, en todos los sentidos, de padres amantísimos, rodeada, además, de tías y de tíos solteros, tuvo una infancia muy alegre y un tanto mimada, hay que reconocerlo, aunque se lo merecía. Estudió con brillantez en el Colegio de Jesús-María

Notas de sexto curso de Bachillerato en 1956, Murcia.

Hubiese preferido hacer la carrera de Filosofía y Letras, pero su padre la empujó a la de Farmacia (eran otros tiempos), y ella se lo tomó con filosofía (y letras)

Carmen, en sus años universitarios.

Comenzó la carrera en Madrid, viviendo en casa de su tío el psiquiatra Bartolomé Llopis. Aquella era una casa de locos, no porque su tío pasara allí consulta, sino por sus numerosos hijos, súper cultos, hiper cosmopolitas y extravagantes. Hija única y niña de provincias, disfrutó mucho con sus primos madrileños . Y en cuanto pudo, escapó a Granada.

Acto de licenciatura en la Facultad de Farmacia. Universidad de Granada.

No hemos dicho que era muy guapa, pero lo era. Cuando llegó a Granada, el portuense Enrique García Máiquez, entre otros, le echó el ojo. Comentándolo con sus compañeros de Colegio Mayor, fue respondido: «--Más quisiera el gato/ lamer el plato». Sin embargo, aquello le salió bien y se hicieron novios.

Unos jóvenes Carmen y Enrique, en sus primeros tiempos de noviazgo.

El 6 de abril de 1968 en la Iglesia de Nuestro Padre Jesús, delante de la Dolorosa de Salzillo, en Murcia, se casaron Carmen y Enrique.

El estupor de su hazaña no se le quitó a Enrique García Máiquez en 41 años de matrimonio. Tras dos años en Sevilla, se instalaron para siempre en El Puerto.

En una cena con Elito González y Mamen e Ignacio Osborne.

La cosa tuvo su ironía, porque quince años antes, en un viaje por Andalucía con sus padres, Carmen había preferido pasar la mañana leyendo (y fumando) en la playa de Cádiz a ir de excursión al Puerto de Santa María con sus padres (que no le dejaban fumar). A la vuelta, mis abuelos le recriminaron su decisión, diciéndole, literalmente: «--Es un pueblo precioso, hija, y ya no lo conocerás nunca”.

De izquierda a derecha: Jaime, Carmen, Enrique; y en la fila de abajo, Enrique hijo, María y Nicolás.

Desde El Puerto, volvía a Murcia a tener sus hijos, cuatro, al abrigo de su madre. Por entonces se puso gravísima, con una leucemia letal. Los médicos perdieron toda esperanza, pero precisamente eso fue lo único que no perdieron ni ella ni mi padre ni sus amigos. Se curó. En el ínterin se hizo miembro del Opus Dei, demostrándose una vez más que no hay mal que por bien no venga

En Roma, con motivo de la beatificación de Josemaría Escrivá de Balaguer con todos sus hijos, el 17 de mayo de 1992.

Reanudó su vida familiar, profesional —como boticaria y como ama de casa— y social. Tuvo siempre tiempo para todos, y cuando digo todos, es todos, empezando por Dios, eje de su vida, siguiendo por su marido, por mis hermanos y un servidor, y acabando por sus conversaciones inacabables con sus incansables amigas

Carmen, con Cruz Pérez de Eulate.

No creo que ninguno se sintiera desatendido nunca. Cómo lo conseguía, no lo sé. .

Sófocles sentenció que nadie puede considerarse feliz hasta su muerte. A pesar del profundo respeto que debemos sentir por Sófocles, se diría que Carmen fue feliz desde muchísimo antes.

Otra foto de familia con los hijos ya mayores.

Enferma otra vez de cáncer, murió de camino al hospital, cuando pasaba justo por Elche. Habrá quien vea en esto sólo una curiosa coincidencia, aunque a uno más bien le parece el símbolo de una vida redonda, perfecta. (Textos: E.G-M.L.)

LA "SEÑÁ" GABRIELA
«Gabriela Ortega fue, como dijo el poeta, un "molde de fundir toreros". La"señá" Gabriela, bailaora de fuste, de la estirpe gaditano-sevillana de los Ortega, se casó con el torero Fernando Gómez "El Gallo" y fue madre de José Gómez Ortega "Joselito" y de Rafael "El Gallo". O sea que la "señá" Gabriela parió toreros a pares. A más, la "señá" Gabriela fue suegra de Ignacio Sánchez Mejías, torero, dramaturgo y mecenas de la Generación del 27.

Yo tengo una especial admiración por mi amiga Carmen López Llopis. Por eso la vengo apodando cariñosamente la "señá" Gabriela, porque, por derecho propio, se lo tiene merecido. Carmen, además de tener un marido que hace versos, es un molde de fundir poetas y los funde a pares, tal cual la "señá" Gabriela. Despuntó primero Enrique García-Máiquez López, hijo mayor de tan ilustre matrona y copó los premios y puso en la calle dos magníficos libros de poemas. Pero la sorpresa fue mayúscula cuando  nos enteramos de que Jaime García-Máiquez López había obtenido el premio "Luis Cernuda" de poesía y empezaba a ser gente en el mundo de las letras.

Yo todavía no sé por qué llamo a Carmen la "señá" Gabriela, cuando podría haber echado mano de Doña Ana Ruiz, madre de Manuel y Antonio Machado, para ponerle el mote. Pero lo de la "señá" Gabriela es más entrañablemente racial y más gráfico. A mí, la verdad, se me cae la baba viendo a esos dos hijos de mis amigos Enrique y Carmen triunfar y hacerse sitio en el hostil y espinoso campo de minas de los poetas, donde han plantado, con pie firme, sus reales. Y yo no tengo más remedio que acordarme de la madre de "Joselito" y de Rafael "El Gallo", esposa de Fernando Gómez y seguir llamando a mi amiga Carmen López Llopis la "señá" Gabriela, como un timbre de gloria. (Texto: Luis Suárez Ávila).

Carmen, paseando por un parque...

IN MEMORIAM
Ahora entre los muertos una voz
está hablando de mí. Quizá les cuente
mi último artículo o mis memorables
—para ella— poemas del colegio
o les enseñe fotos en smoking,
cuando estaba delgado e iba a fiestas.
Ignoro qué, pero de mí hablará
pintándome mejor de lo que soy,
más ocurrente, listo, guapo, bueno,
más valiente, más hondo, más honrado,
exactamente igual que supo verme.
Les convence seguro —la conozco—
de que vayan haciéndome algún hueco,
de que tenerme allí con ellos les conviene.

[Enrique García-Máiquez López,
Con  el tiempo (Renacimiento, 2010)]

2

Manuel Gandarias Carmona nació en Madrid el 16 de agosto de 1944, hijo de Leopoldo y María Josefa, siendo el mayor de cuatro hermanos. Entre 1984 y 1987 fue director general del puerto deportivo Puerto Sherry realizando una importante campaña de impulsión y promoción del proyecto. Casado en 1969 con Elvira Cebrián Paradís, han tenido tres hijos.

LA EXPLOSIÓN DE CÁDIZ.
La vinculación de nuestro protagonista con Cádiz y su bahía viene de antiguo. Contaba apenas tres años de edad cuando fue testigo de la explosión de Cádiz en 1947 y la muerte de su abuela y tía Dolores, volando por la habitación, como plumas, hasta ser detenidas por muebles y paredes mientras el se agarraba con todas sus fuerzas a la pata de la mesa del comedor. Recuerda los veranos en la Playa Victoria y el antiguo hotel, los paseos por la capital con su abuelo Manuel, Fiscal Jefe de la Audiencia de Sevilla, … seguramente por estos motivos de vinculación infantil y juvenil aceptaría más adelante el proyecto que con mas entusiasmo dirigió: Puerto Sherry, crucial para la promoción turística, entonces y ahora, en la promoción de El Puerto.

ESTUDIOS Y TRABAJOS.
Manuel estudió en el Colegio Británico de Madrid, el Instituto Ramiro de Maeztu y pertenece a la promoción de 1969 de ETS Ingenieros Industriales de la capital de España. Entre 1969 y 70 trabajó en Pordedones (Italia) en la Industrie A. Zanussi, la segunda fábrica de electrodomésticos del mundo en ese momento. Entre 1970 y 1978 trabajará en el Grupo Fierro; entre 1979 a 1984 en la Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa (CEPYME) y a partir de ese año y hasta 1987 será el impulsor a nivel técnico de Puerto Sherry, para luego colaborar con el Area de Fomento del Ayuntamiento de El Puerto e impulsar el proyecto inmobiliario y turístico Costa Ballena (entre Rota y Chipiona) los años 1988 a 1997. A partir de ese año pondrás sus esfuerzos en la empresa  ‘Live in Spain’, cuyo objetivo será atraer extranjeros para que se conviertan en residentes españoles,  con proyectos inmobiliarios de diversa índole, siendo en la actualidad Presidente de Honor.

Vista aérea del Puerto Deportivo.

PUERTO SHERRY
A partir de 1984 --la primera piedra se pondría el 24 de diciembre de ese año-- será el director general del puerto deportivo más importante entre el Algarve (Portugal) y la Costa del Sol: Puerto Sherry. «Tuve la satisfacción de poner en pie, desde un agujero en el fondo del mar, uno de los mejores, si no el mejor puerto deportivo de España. Vencimos todo tipo de dificultades políticas, ecologistas y económicas --cogimos de lleno la penúltima crisis inmobiliaria--, y el último inversor que compró el proyecto, una compañía que cotizaba en la Bolsa de Londres, [Brent Walker] quebró en Inglaterra y, como consecuencia, dejó empantanado el proyecto. Yo no participé mas, desde que, siguiendo instrucciones de Aresbank, se lo vendí a la compañía británica».

Pueblo Marinero --Pueblo Sherry-- /Foto: D. Macías.

Manuel Gandarias se siente orgulloso de la ambiciosa campaña de publicidad en prensa (los principales diarios y revistas al no existir internet) primera que se hizo en la España de la época de un proyecto turístico e inmobiliario placeado por los principales salones náuticos y ferias internacionales, consiguiendo financiación externa por importe de 1.500 millones de pesetas de entonces, hace 25 años. Dirigió la campaña de ventas de los apartamentos del inconcluso ‘Pueblo Marinero’, con un cualificado equipo, el mismo al que le tocó organizar regatas, encuentros con la prensa, recepciones a personalidades como en el caso de SAR el Conde de Barcelona, el Príncipe Felipe,…

De espaldas, Luis F. Terry, S.M. el Rey Don Juan Carlos, Antonio García Corona, relaciones públicas del compejo náutico, Manuel Gandarias, y Jordi Pujol, presidente de la Generalidad de Cataluña, en el Salón Náutico Internacional.

ECOLOGISTAS.
A bordo del vapor  Adriano III, hoy todavía bajo aguas del muelle gaditano, en el que Gandarias viajaba con el presidente de la Junta de Andalucía de aquel momento, José Rodriguez de la Borbolla, entraron en Puerto Sherry el día de su inauguración en agosto de 1990, después de que las fuerzas de seguridad lograran que se retiraran unos ecologistas que se encadenaron en la bocana del puerto con el fin de reventar la ceremonia de inauguración, entre ellos el conocido activista de la causa ecologista, Salvador Mateo. Por cierto que en el trayecto tuvieron la ocurrencia de ofrecer una copa de Cava  en lugar de Vino Fino,  idea que fue ampliamente criticada en los medios de comunicación al día siguiente.

BRENT WALKER LTD.
El último encargo que recibió por Aresbank, que por medio de Areservice gestionaba el puerto deportivo, el de interesar a George Walker, presidente y principal accionista de un grupo ingles que cotizaba en la Bolsa de Londres en la compra de Puerto Sherry, cosa que hizo y que hubiera sido favorable para el desarrollo del proyecto, al ser el Grupo Walker propietario de cines, casinos y del puerto deportivo de Brighton (Inglaterra), además de poseer un gran patrimonio inmobiliario. Pero al venirse encima la crisis inmobiliaria de los noventa, la compañía quebró en Inglaterra, dejando a Puerto Sherry en manos de los bancos. Manuel  Gandarias abandonó la compañía antes de que entrara Walker en la gestión. Poco ante de la quiebra se organizaría la Regata ‘Brent Walker Cup - European Challenge', que partiendo desde el puerto de Brighton llegó a El Puerto de Santa María, a Puerto Sherry en 1990.

CÁDIZ EN SEVILLA 92.
Pero a Gandarias se le ilumina la mirada cuando recuerda que consiguió abanderar una campaña de relaciones con los medios de comunicación, que incluyó la creación de ‘Cadiz en Sevilla 92’, que generó un fuerte apoyo social y político para la aportación, presencia y promoción de la la provincia de Cádiz en la Expo’92, siendo copresidida por Jesús Fernández de Mesas Sr. y él mismo.

COSTA BALLENA.
Pero volvamos al relato de su vida. Casi la siguiente década (entre 1988 y 1997) se la dedicó Gandarias primero a impulsar y posteriormente a desarrollar otro proyecto  señero para la provincia de Cádiz, Costa Ballena, en la inmensa y espectacular playa de  La Ballena, entre Rota y Chipiona, en este caso representando los intereses de la familia Orleans Borbón, propietaria de las 300 Ha sobre las que se construyó la urbanización. Este proyecto tuvo un componente de primicia: es el primero que se construyó colegiadamente entre la iniciativa privada y la Junta de Andalucía en el sector inmobiliario turístico. Con la lección aprendida de Puerto Sherry y gracias  a la financiación pública, se decidió construir la urbanización y el campo de golf durante los últimos años de crisis y se afrontó la comercialización en los momentos de arranque del último boom inmobiliario, vendiéndose las parcelas urbanizadas y listas para construir en un tiempo record. Lo que permitió a promotores y constructores a su vez comercializar rápidamente las viviendas, alcanzándose los objetivos de 5.000 viviendas y 36 hoyos de golf en plazos muy ajustados y acoplados a la fortísima demanda, que se ha sostenido hasta el año 2007, año de explosión de la "burbuja inmobiliaria" y ruptura y bloqueo de la demanda hasta el día de hoy.

LIVE IN SPAIN.
Después de dos años como consultor independiente, asesorando a promotores en el desarrollo de sus proyectos, Manuel Gandarias decidió sentar a 20 empresas en un almuerzo y proponer la creación de la asociación ‘Live in Spain’ que, como indica su nombre, se marcó el objetivo de atraer residentes extranjeros a España, objetivo que a fe que se consiguió, llegando a alcanzar porcentajes cercanos al 20% de las ventas totales de viviendas, a una nómina de 50 asociados y a impulsar la creación de ferias en el exterior como "Viva España" en Londres, exclusiva de productos españoles, sin la competencia de otros destinos. La ha presidido durante una década, decidiendo jubilarse y aceptando su presidencia de honor el pasado año 2010..   Para lograr los objetivos alcanzados, de indiscutible interés para el sector inmobiliario y para la economía española en su conjunto, ha supuesto una inestimable ayuda el apoyo inicial del Instituto de Comercio Exterior (ICEX) y lo está siendo, en momentos de dificultad,  el de la Secretaría de Estado de la Vivienda, para despertar el interés de los países que son destino de nuestra demanda.

OPINA SOBRE ‘EL ALGARROBICO’.
«El proyecto inmobiliario turístico del Algarrobico (Almería) es la mas nítida expresión de lo que representa un proyecto horrendo y avaricioso para la costa española, en este caso virgen y de máxima protección. Personalmente he intervenido, dirigiéndolos, en dos proyectos singulares en Andalucía, en uno de ellos asociadamente con la propia junta de Andalucía --me refiero a Costa Ballena en Cádiz-- y el otro, Puerto Sherry, desde la iniciativa privada, en los que siempre a través de concursos, hemos desarrollado los mejores proyectos, rebajando incluso, los parámetros urbanísticos autorizados. Condición por la que yo muestro con orgullo ambos proyectos a mis nietos y a quienquiera que me lo pida, mientras que en el caso del Algarrobico o en La Manga (Murcia), de haber sido posible, me hubiera apuntado al primer pelotón de demolición».

Manuel Gandarias, en la actualidad, en Menorca.

EL PUERTO EN LA DISTANCIA.
«Desde 1992, en que regresé a Madrid, por motivos profesionales y familiares, no he dejado de ir a El Puerto, donde mantengo una casa, en la calle Larga, aunque reconozco que en la búsqueda de mi particular de Itaca --en la que coincido con el autor de esta página--, hace poco he encontrado Menorca, donde me construí una casa, tengo un barquito y, por ejemplo este año, si Dios quiere permaneceremos desde julio hasta el 30 de septiembre.  El Puerto lo veo con nostalgia y un poco saturado, pero sigo pensando lo mismo que hace 27 años, que Andalucía occidental y la provincia de Cádiz en particular, es la zona que considero con mas potencial de desarrollo de España en el sector inmobiliario - turístico. Y sigo emocionándome cuando cruzo el Carranza y recuerdo mis veraneos infantiles en Cadiz, donde fui testigo de la explosión en la que murió mi abuela Dolores.»

¿POR QUE GANDARIAS ES FELIZ?
Su receta particular: «Hasta los 60 años de edad era Superman y siempre encontré retos profesionales complejos, imaginativos y satisfactorios, con un horizonte de 10 años de mantenimiento de la actividad, hasta los 70. Pero tuve una visita inesperada, la de mi amigo Parkinson, que decidió quedarse. Durante un tiempo se instaló la duda:

El silencio entre una y otra ola
establece un suspenso peligroso.
Muere la vida, se aquieta la sangre.
Hasta que rompe el nuevo movimiento
y resuena la voz del infinito”

Entonces encontré la lectura, la música, el pensamiento sosegado pero, sobre todo, la poesía. Y mi admiración por la pintura y la escultura. «¡Y, como no, internet y Facebook!»

2

Los dos son caras conocidas de las calles de El Puerto. Ambos han tocado con los dedos el éxito y se han codeado con primeras figuras del arte. Los dos, para comer, han hecho de todo, pero en el fondo el artista que llevan dentro siempre sale a la luz. Saben mas que Briján (o Brian, el inglés), no les ha quedado otro remedio que saber. Y han sabido y saben desenvolverse, aún, en el filo de la jubilación que nunca llega. Uno es catedrático de la calle, el otro primer espada que se hizo el nombre a base de bollos y panecillos. Los dos, juntos, una explosión de conocimientos y retranca. Y un montón de risas con sus ocurrencias cuando hablan, ‘ex cátedra’ de las cosas de la vida. Son Gente del Puerto de largo recorrido. (Texto: José María Morillo).

Para saber más:
Francisco Pérez Bernal, ‘el Kako’, nótula núm. 004 en GdP.
Diego Simón Montes, ‘el Bimbo’, nótula núm. 358 en GdP.

13

En la calle Larga 77, antes 79, frente a la plaza Peral estaba instalada en la casapuerta la antigua panadería Rosado, donde hoy se encuentra Joyería Marín. Era la gran casa familiar, donde nació Mercedes Máiquez, la última regidora del negocio,  con tres plantas de altura y una gran extensión en metros cuadrados, que daba a la calle Curva.

En la imagen, empleados de la Panadería

La casa de los García Máiquez, en la calle Larga, frente a la Plaza de Isaac Peral. Donde estuvo la Panadería Rosado hoy se encuentra la joyería de Fernando Marín, casado con Consuelo García Máiquez.

En esta imagen, vemos la panadería que tiene delante un coche de caballos.


3

El 9 de septiembre de 1930, hace 81 años llegaba a El Puerto, poco después de las tres y media de la tarde S.A.R. el infante Don Juan de Borbón y Batenberg, procedente de San Fernando, acompañado de su preceptor, José María de Amusátegui. Fue recibido a las puertas del Club Náutio --que por aquel entonces se encontraba en La Otra Banda, junto al puente de San Alejandro-- por el alcalde de El Puerto, Eduardo Ruiz Golluri quien le dio la bienvenida en nombre de la Ciudad.


De izquierda a derecha, el Teniente Coronel Juan García de Diego, S.A.R. don Juan de Borbón y el alcalde, Eduardo Ruiz Golluri.

A continuación le cumplimentaron el Comandante Militar de la Plaza, Teniente Coronel Juan García de Diego, así como por la directiva y socios del Club Náutico que habían acudido al acto, entre los que encontraban su presidente Manuel Muñoz Ávila acompañado de Javier Terry del Cuvillo, José Gabiola, Bernardo Rodríguez Morgado, Carlos Zwiky, Juan Pedro Velázquez-Gaztelu y Caballero-Infante, el marqués de la Candia, Rafael Muñoz Ávila, Juan Osborne Tosar, Manuel Torrecillas, Carlos J. Terry y del Cuvillo.

Entre otros invitados estaban presentes el Ingeniero Director de la Comisión Administrativa del Puerto --el equivalente al Ingeniero Director de la actual Autoridad Portuaria-- Ignacio Moreno Llasera; el director de la Revista Portuense, Luis Pérez Pastor; el director de Diario de Jerez, Luis de la Sierra; el secretario del Ayuntameinto Federico A. Sánchez Pece; el Administrador de Aduanas, Joaquín Calero Cuenca y otras ‘fuerzas vivas’ entre los que se encontraban Mariano López Muñoz, Rafael Benvenuty y José Gamero Cívico, entre otros.

Bernardo Rodriguez Morgado conduciendo la embarcación 'La Pinta' con S.A.R. Fue un piloto de aviación civil que, con el tiempo sufriría un fatal accidente el 18 de Abril de 1934 cuando su avioneta  de desplomó cayendo en barrena sobre el Hotel Cristina de Sevilla, en  cuya azotea se estrelló. De 35 años, estaba casado y tenÌa dos hijos. Vivia en El Puerto de Santa Maria. Antes de practicar la aviación había sido motorista y sufrido un grave accidente del que quedó cojo. Despues compró la avioneta y se dedicó a tirar propaganda desde ella volando a baja altura sobre la ciudad de Sevilla.

Tras el encuentro dieron una vuelta por el río Guadalete, en la canoa-automóvil ‘Pinta’, pilotada por Bernardo Rodríguez Morgado, seguidos por la lancha ‘Tonino’ que les daba escolta, donde iban el alcalde y el preceptor de Don Juan. Además salió la lancha ‘María de los Ángeles’, pilotada por Carlos Zwiky con algunos de los asistentes al acto.

Sentados, de izquierda a derecha, S.A.R. el infante Don Juan de Borbón y Battenberg, Francisco Javier de Terry y del Cuvillo, Bernardo Rodríguez Morgado, de espaldas el teniente coronel, comandante general de la plaza Juan García de Diego, Juan Gavala y Laborde (ver nótula núm. 442 en GdP), Juan Pedro Velázquez-Gaztelu Caballero y Joaquín Calero Cuenca (ver nótula núm. 925 en GdP). De pie, Antonio Osborne Vázquez, Francisco Rodríguez Ceballos (ver nótula núm. 1113 en GdP), dos camareros desconocidos y Manuel Muñoz Ávila, presidente del Club Náutico entidad que visitó Don Juan de Borbón, procedente de San Fernando el 9 de septiembre de 1930, cuando se encontraba en la otra banda del río, junto al desaparecido Puente de San Alejandro.

De regreso al Club, la directiva ofreció una copa de champagne a S.A.R., marchando a continuación a la Plaza de Toros para asistir a la novillada que se celebraba poco después, en la que actuaron Camará, Leopoldo Blanco y Manolo del Pino ‘Niño del Matadero’, quien entusiasmó a sus paisanos.

Las instalaciones del primer Club Náutico, en la Otra Banda del río Guadalete.

Don Juan se encontraba estudiando en la Escuela Naval de San Fernando. Con los años volvería al Club Náutico en varias ocasiones, lugar donde tuvo su última aparición pública antes de ingresar en una clínica en la que no superaría la enfermedad que le aquejaba.

5

La historia de una Ciudad no la marcan únicamente los políticos que la gobernaron o los hitos históricos que la tuvieron como escenario. Más allá de los manuales, hay miles de relatos que dan aquella otra imagen, la del día a día de un pueblo que se amolda al paso del tiempo. Francisco Rodríguez Ceballos, conocido en vida como Paquito Ceballos, uno de esos hombres, al que los años le permitieron conocer el antes y el después de su Puerto natal, de cuya particular historia, sigue siendo un ejemplo.

Paco nació el 3 de diciembre de 1912, día de uno de los copatronos de El Puerto, San Francisco Javier. A los 10 años dejó el colegio para ayudar a su madre, ya que su padre, al que ni siquiera pudo conocer, murió casi dos años después de su nacimiento. Estuvo casado con Balbina Sánchez Rosso, con quien tuvo cinco hijos: Milagros, Francisco, Baldomero, Robertito e Ignacio. Fallecía con el fin de siglo, en el 2000, contando con 88 años de edad

Siendo muy niño, ya se dedicaba a llevar la ropa que su madre lavaba al Colegio de los Jesuitas y a algunas familias importantes de la Ciudad. Aunque su primer sueldo lo recibió en una imprenta a los 10 años, pronto cambió el olor del papel y tinta por el del pescado y los caldos de la tierra. Su primera oportunidad para aprender el oficio de camarero lo tuvo en el Hotel París de la calle Larga, siendo aún un niño. Desde entonces “no le había faltado trabajo ni un solo día”.

Sentados, de izquierda a derecha, S.A.R. el infante Don Juan de Borbón y Battenberg, Francisco Javier de Terry y del Cuvillo, Bernardo Rodríguez Morgado, de espaldas el teniente coronel, comandante general de la plaza Juan García de Diego, Juan Gavala y Laborde (ver nótula núm. 442 en GdP), Juan Pedro Velázquez-Gaztelu Caballero y Joaquín Calero Cuenca (ver nótula núm. 925 en GdP). De pie, Antonio Osborne Vázquez, Francisco Rodríguez Ceballos, dos camareros desconocidos y Juan Pedro Velázquez Gaztelu presidente del Club Náutico entidad que visitó Don Juan de Borbón el 9 de septiembre de 1930, cuando esta entidad se encontraba en la otra banda del río, junto al desaparecido Puente de San Alejandro. /Foto: Colección Vicente González Lechuga.

DON JUAN DE BORBÓN.
Aunque Paco o Paquito era conocido por ser el fundador de ‘Los Pesebres’ en la actualidad ‘Casa Paco’, su primer bar lo compró allá en el año 1930, por el módico precio de 500 pesetas. “--Estaba yo trabajando en el restaurante Antigua de Cabo, cuando me llamaron para tres servicios: uno en Bellas Artes; otro en el Casinillo que había en la plaza de Isaac Peral y el tercero para la inauguración del antiguo Club Náutico, al que acudió Don Juan de Borbón, padre del rey de España”, recordaba.

En la imagen, Paco Rodríguez Ceballos, escoltado por Fosco Valimaña Lechuga (ver nótula núm. 095 en GdP) y Joselito Escribano Ivison (ver nótula núm. 956 en GdP), durante el homenaje que recibió 70 años después, en el 2000 en el Club Náutico, poco antes de su óbito. Detrás, su hijo Paco, propietario del 'Bar Liba'.

‘LA CASUALIDAD’.
Estábamos en 1930. Ganó de ellos un total de 500 pesetas y aunque su intención era dárselas a su novia “porque estábamos juntado para casarnos”, un amigo se cruzó en su camino. Este tenía un bar en la calle Ricardo Alcón (calle Muro). “--Me dijo que lo vendía. Le pregunté que por cuanto. Me respondió que por 500 pesetas..., así que saqué las 500 pesetas del bolsillo, nos dimos un apretón de manos y encargué a Julián Suárez, un pintor que andaba por allí, que pusiera al bar ‘La Casualidad’. “

Paco Rodríguez, de luto, en el centro de la imagen.

‘LA FUENTECILLA’.
Poco duró el negocio porque enseguida lo llamaron a filas y tuvo que venderlo. Una vez cumplida su obligación con la Patria lo llamaron de ‘La Fuentecilla’. Su empleo en este restaurante evitó que su familia pasase hambre en el fatídico año de 1940. “--Aquí en El Puerto hubieron muchas personas que no tenían con que alimentarse, pero, gracias a Dios, la mía comía en el restaurante”.

En la imagen,  el 'Colmado'  a principios del siglo XX, lugar donde hoy se encuentra 'Casa Paco' conocido tambén por 'Casa Paco Ceballos' o 'Los Pesebres'. A la izquierda al fondo, la Plaza de la Herrería y  Casa de los Diezmos, edificio compartimentado en diversos establecimientos de hostelería. (Foto: Centro Municipal de Patrimonio Histórico).

Óleo de Adrián Ferreras, propiedad de 'Casa Paco' que se encuentra en su interior y que, inspirado en una fotografía de la época, recrea los felices años 20 del siglo pasado. Existen datos que corroboran que ya funcionaba como Colmado en 1850, a acrgo del montañés Tomás García de Mesa, establecimiento que fue pasando por diversas propiedades hasta abrir como 'Nuevo Colmado' en 1909 de la mano de Joaquín Faz. (Foto: Colección J.M.M.).

Sus siete años de trabajo en ‘La Fuentecilla’ le sirvieron para abrir en 1946 en la Ribera el bar ‘Los Pesebres’ [por las repisas que tenía en las paredes, donde se arrimaban los parroquianos a beber, según recoge Enrique Pérez Fernández], en la actualidad 'Casa Paco', uno de los establecimientos más emblemáticos de la Ciudad. Pero antes, ya tuvo ocasión de conocer a muchos famosos.

Una característica foto de Paco con un gato que vino con un marinero de Tánger en un barco pesquero y se instaló a vivir en el bar. Un buen día descubrió Paco que, durante los periodos de abstinencia de alcohol en los que solo bebía té con leche, que al gato le gustaba la infusión: le avisaba con la pata, que a continuación metía en el vaso y se disponía a tomar su dósis, por lo que había que preparar para dos. El gato hacía sus necesidades en el servicio del bar y dormía en el lomo de un pastor alemán de la zona. Curioso especimen.

MANOLETE Y EL CARDENAL SEGURA.
“--En cierta ocasión serví una comida a Manolete y durante la inauguración de la Capilla del Castillo de San Marcos --entonces de la Condesa Vda. de Gavia--, me llamaron para atender a los invitados, entre los que se encontraba el Cardenal Segura”. Muchos han sido los marqueses, artistas y ricos en general para los que trabajó Francisco. Sin embargo no cesaba de repetir que para él, tan importante era el trato con estos personajes como con el más pobre de la Ciudad. “--La atención al cliente ya no se cuida tanto como entonces”, se lamentaba.

LOS ALICANTINOS.
Por aquel entonces,  en plena década de los cuarenta del siglo pasado, había en el muelle mas de un centenar de barcos. “--Los primeros eran de vela y faenaban en la Punta de Cádiz, pero con los años fueron viniendo los armadores alicantinos y, con ellos, el fomento de la industria pesquera”. Su local, en el que sólo se despachaba vino, se convirtió pronto en el lugar de reunión para hombres de mar. “--Allí acudían los armadores para hacer cuentas con los pescadores”. /En la imagen de la izquierda, curiosa publicidad de Bodegas Osborne, en la que usa como reclamo a la popular marisquera 'La Guachi'.

De aquella época recordaba a muchos personajes populares de la historia local, “--Pobres pero muy alegres. ‘El Chumi’ era hilador, ‘el Caneco, betunero y ‘la Guachi’, la primera marisquera conocida de El Puerto”. Con los años, se fue poniendo de moda comer pescaíto frito en los bares: las tajaítas meonas (trozos de delfín seco y salado) y el cazón bienmesabe (así se conocía el adobo) etc., hacían furor.

De izquierda a derecha, Isidro Obregón, desconcido, Francisco Rodríguez Ceballos, José Sánchez Rodríguez 'el Nene' del Bar 'Los Tres Reyes' (calle Nevería), Luis Paloma, Juan García Crressi, Guillermo García de Leániz, Luis Osborne Tosar, desconocido, Juan Fernández Gallero 'el Gasolina' del Bar 'Juanito', Tadeo Sánchez Rodríguez, Manuel Moreno Moreno y José Serrano 'el Pobre Pepe', de Bar Cádiz (calle Nevería). /Foto: Colección Vicente González Lechuga.

La vida entonces se centraba en el trabajo. “--Aquí no había paro, porque tanto en el campo como en las bodegas el trabajo era manual. Luego los españoles se irían a vendimiar a Francia, pero antiguamente eran los portugueses los que venían aquí a hacer la siega”.

LUGAR DE VERANEO.

El Puerto ha sido siempre un lugar de veraneo. “--Venían de Jerez y de Sevilla para bañarse en las playas de La Puntilla y Fuenterrabía, pero el bullicio era mucho menor. No había tantos bares ni tantas fiestas”. Su vida, al igual que la de los jóvenes de su generación, estuvo marcada por el trabajo. “--Sólo descansábamos el domingo, que era el día que aprovechábamos para ir a la playa, jugar al billar o ver una Corrida de Toros. Por la noche, después del trabajo, nos reuníamos en algún bar”.

Recibió el reconocimiento de Bodegas Osborne y en presencia de Ignacio Osborne Vázquez, de manos del desaparecido coleccionista Ramón Bayo Valdés, con nótula núm. 664 en GdP. La imagen está tomada en la Bodega de Mora.


Con Manolo Gutiérrez 'el Cochino', con nótula múm. 284 en GdP, al que le unía una gran amistad.

Esta afición la siguió conservando ya octogenario; de hecho, las pocas veces que salía a la calle las dedicaba a visitar la desaparecida Bodega de González Rico o las actuales de Osborne para encontrarse con sus amigos.

A pesar de haber trabajado toda su vida no llevaba bien su jubilación. “--Hasta los ochenta seguí haciendo cosas en casa. Limpiaba el pescado antes de llevarlo al bar, arreglaba las mesas, etc. porque me calmaba los nervios”, afirmaba. En 1996 recibía un homenaje de la patronal de hostelería HORECA, que le impuso la insignia de oro de la entidad. Había recibido, también, un homenaje del desaparecido Club Taurino del Parque Calderón, del que era su socio número 1./En la imagen, con la distinción de HORECA, en 1996. Por cierto que su hijo Paco ha recibido recientemente, al cumplir 66 años, idéntica distinción.

El establecimiento es gestionado en la actualidad por sus hijos Baldomero e Ignacio, que mantienen una clientela variopinta y ofrecen unas tapas de mucha categoría lo que les ha hecho acreedores de aparecer en la Guía Michelín. Ver nótula núm. 408 en GdP de Baldomero e Ignacio y las tapas de merluza rebozada.

Botellas antiguas de vinos y caldos de El Puerto que se exhiben en el establecimiento.

Para Paquito su pueblo seguía siendo igual de bonito que antaño, aunque mas grande. De sus labios brotaban estos versos:

El Puerto es un tesoro
con rica fruta y abundante,
tenía dos puentes colgantes
y una gran Plaza de Toros,
la calle Larga sobre todo,
Vistalegre al océano
y esas aguas cristalinas,
saludables y muy finas,
del impero gaditano.

Aunque los aprendió de chico, nunca los olvidó y así lo recordaba en septiembre de 1995. (Texto: Mercedes Torrecillas).

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'Amaría Alcanter' puerto o acceso de las salinas, en árabe. Uno de los nombres por los que se conoció la ciudad portuense hasta la Reconquista.

La empresa Eventos y Rutas Amaría Alcanter surge como idea a principios de 2010, aunque no toma forma hasta noviembre de ese mismo año. Con muchas ganas de trabajar ha comenzadoa esta pyme dedicada a la organización de eventos y rutas, que pretende dar a conocer la ciudad tanto a extranjeros como a residentes, y para ello elaboran estas novedosas rutas preparándolas mediante una documentación exhaustiva. Para ello cuentan con la colaboración del Centro Municipal del Patrimonio Histórico y el Departamento Municipal de Turismo, ambos perteneciente al Ayuntamiento de El Puerto.

SAMUEL CAÑAVATE FERNÁNDEZ.
Nacido el 4 de julio de 1983 en Sevilla. Después de un tiempo en Sevilla y en Inglaterra, su familia se vino a El Puerto a vivir y desde entonces esta ha estado aquí. Yendo y viniendo para formarse académica y profesionalmente en Sevilla, Granada y Alemania. /En la imagen, Samuel por la calle Luna de El Puerto.

Estudió en El Centro Inglés y La Gaviota. Diplomado en Turismo, Licenciado en Publicidad y RRPP por la Universidad de Cádiz, y Master of International Business Operations por la Cámara de Comercio de Sevilla y el Instituto Alemán de Comercio Internacional.

“--Disponemos de numerosos servicios turísticos o, para no limitarlo a los foráneos, llamémosles servicios culturales y de ocio para conocer las distintas facetas de la ciudad portuense.

Ya sea un paseo para conocer la Ciudad de los Cien Palacios, visitando muchas de las casas palacio que nos pasan desapercibidas por la costumbre; conocer los patios portuenses, la ciudad en tiempos del Descubrimiento de las Américas, paseos en barcos por la Bahía, visitar las bodegas Terry con una amplia gama de servicios y precios para grupos y un largo etcétera para que todo el mundo conozca los tesoros escondidos de El Puerto”, afirma Samuel. /En la imagen, los guías de Amaría Alcanter enseñando la Casa de Los Leones, en el entorno de la Placilla. Foto: Diario de Cádiz.

Así, tienen creadas las Rutas ‘La Ciudad de los Cien Palacios’, ‘Ruta de las Américas’, ‘Ruta El Puerto y sus orígenes’, ‘Ruta El Puerto Bodeguero’.

PALMA FLETHES MILLÁN.
Nació el 11 de marzo de 1985 en Estados Unidos Con poco más de un año su familia regresó a Cádiz, para más tarde instalarse en El Puerto hasta hoy día. Ha vivido en varios países por motivos de trabajo de su padre, y más tarde por estudios propios, pero siempre volviendo a la misma ciudad. /En la imagen, Palma, en Morges (Suiza).

En El Puerto estudió en El Marqués de Santa Cruz, el IES Juan Lara y El Centro Inglés. Licenciada en Filología Inglesa por la Universidad de Sevilla y Master en Protocolo y Experto Universitario en Gestión del Mercado Cultural y del Ocio por la UNED mientras vivía en Alemania.

“--Durante el verano hemos venido realizando una Ruta por El Puerto que llevamos a cabo todos los martes, jueves y viernes a las 19.30 desde la Plaza del Castillo. En esta ruta se obtiene una visión general de la ciudad y se dan a conocer curiosidades de muchos edificios, así como visitar la bodega Gutiérrez-Colosía, catar los vinos y las Tejas Artesanas de El Puerto”, señala Palma.

¿POR QUÉ EL PUERTO?
Sorprende que jóvenes tan bien preparados, que han conocido mundo, hayan apostado por la creación de una empresa en la Ciudad, por el autoempleo, huyendo de la comodidad de que ‘emprendan otros’ o de trabajar en una gran población. Y es que como afirman al unísono: “En El Puerto se vive muy bien, tenemos calidad de vida. A una hora de carretera o tren se encuentra cualquier tipo de oferta, por lo que no echamos de menos vivir en Madrid o Barcelona o cualquier capital europea. Además, en lo tocante a lo profesional, hemos descubierto un nicho de mercado que no estaba suficientemente explotado: había una oportunidad para nosotros. Y… porque somos de El Puerto”. Son gente inteligente. /En la imagen, portada de Diario de Cádiz del 14 de julio pasado en la que aparecía publicado un  reportaje sobre Amaría Alcanter.

Físicamente tienen su empresa en el Centro de Lanzamiento de Empresas en el Polígono Industrial de ‘Las Salinas’, en la calle Delta. En internet, se les puede localizar en la web www.amaria-alcanter.es aunque como cualquier empresa moderna que se precie, hacen uso de las redes sociales (YouTube, Twitter Facebook, …), por lo que la información actualizada de Amaría Alcanter se encuentra en Facebook.

MK-ENGINE ASESORÍA DE MARKETING.
Han creado, también la asesoría de marketing turístico que dirigen, bajo la marca Mk-Engine, registrada en la Oficina Española de Patentes y Marcas. Prestan, además, sus servicios a empresas productoras o manufacturadoras que en la actualidad estén exportando o quieran empezar a hacerlo, adheridas o no al Plan PIPE (Plan Iniciación Promoción Exterior), impulsado por el Instituto de Comercio Exterior dependiente del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio.

Entre sus servicios, se encuentran el diseño de un Plan Estratégico y Operativo de Márketing. El estudio y la optimización de los envases, etiquetas, envoltorios y embalajes de productos (pakckaging). Asesoría para el registro de marcas nacionales e internacionales y el diseño de identidad corporativa asistida.

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Tres años antes, en 1891, Isaac Peral había pedido la  baja voluntaria en la  Armada. Sus esfuerzos por implantar el  invento del submarino recibían numerosos obstáculos, sobre todo políticos, dada la  afiliación liberal del marino. Frustrado por los  impedimentos en el ámbito náutico, el emprendedor cartagenero puso los  ojos en uno de las  novedades técnicas que brindaba más posibilidades, la  energía eléctrica.

Apostó por el  futuro y tras su paso por la  compañía alemana Lewy Cohetaler, que estaba instalándose en España, decidió crear su propia empresa, bastante tiempo antes de las  fusiones multinacionales y las  subidas de sopetón en los  recibos. El Puerto  había sido una de las  ciudades que le  ofreció cobijo en sus momentos de incomprensión. Una de las  pruebas de su submarino la  efectuó en aguas del Guadalete y en su truncada carrera política fue elegido diputado por la  ciudad portuense, aunque no llegó a tomar posesión.

Con un grupo de inversores, algunos con intención de desquitarse de las  fuerzas conservadoras, y en nombre del progreso en todos los  órdenes, la  firma Electra-Peral Portuense pedía permiso al Ayuntamiento en enero de 1894 para la  construcción de una central térmica en el  centro de la  población (algo que sería inaudito en estos tiempos por motivos medioambientales, que conste).

Una finca con un amplio patio en calle Larga número 78 fue el  lugar elegido para la  instalación, al lado de lo  que sería precisamente Plaza Peral, y al cabo de tantos años, sala de exposiciones de Caja Inmaculada, allí se instaló la  llamada "fábrica de la  luz".

Varias generaciones fueron a las  oficinas de la  esquina a pagar los  recibos, tanto de la  firma pionera como la  que absorbió el  servicio, Sevillana de Electricidad, hoy Endesa tras su posterior fusión.

El  15 de agosto, día de la Inmaculada de hace 117 años, se hizo una prueba del funcionamiento con la  colocación de un alumbrado extraordinario por las  calles con motivo de la  festividad de la  Asunción (a eso se le  llama ahora marketing).El  día definitivo del enganche fue el  8 de diciembre de 1894: la nueva estación térmica de la calle Larga estrenaba la electricidad en El Puerto, para admiración de los  primeros clientes. En el  hotel Vista Alegre se celebró la  cena donde se brindó por el  futuro de la  electricidad en El Puerto. (Texto: Francisco Andrés Gallardo).


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Esta es la historia de un porteño que vivió entre los ríos Besaya y Guadalete, del que hoy se cumplen 110 años de su muerte.

Domingo José Morante de Lamadrid y López Seco se instala en El Puerto de Santa María posiblemente entre 1850 y 1853, con treinta y pocos años de edad, procedente de una parroquia cántabra llamada Cañeda, cerca de Reinosa, (Cantabria), estableciéndose como comerciante con  una tienda de género de mercadería en uno de los lugares mas céntricos de la población, la calle Larga, concretamente en los bajos de la casa número 139 antiguo, invirtiendo probablemente su herencia legítima paterna y sus propios ahorros en dicho negocio.

Demostrando prudencia, José Morante, en previsión de que los negocios no marchasen como esperaba, había dejado algunas propiedades rústicas en su tierra natal, propiedades a las que solo visitaría de nuevo en alguna escapada que hizo a su terruño en los años venideros, antes de entrar en achaques.

Sobre sus primeros pasos en El Puerto de Santa María no sabemos mucho, aparte lo indicado y la información que nos facilita él mismo en un testamento que realizó el 4 de Septiembre de 1854 en la notaría portuense de don José Miguel Pau. En esa fecha declara tener 33 años, estar soltero y tener por bienes “un establecimiento de género de mercadería en la calle Larga de esta ciudad, unas tierras de labor en su país de origen –Cantabria- y las ropas de su uso”. En las disposiciones, mandaba se distribuyesen cinco mil reales de limosna a los pobres necesitados el mismo día de su entierro y, en otra manda aparte, legaba algunos bienes a su tío materno Juan Antonio López Seco y a su hermano Manuel, designando por única y universal heredera a su madre, doña Maria López. /Emilia Seytre Enriquez de Guzman, esposa de nuestro protagonista

Afortunadamente este documento no tuvo efectividad, puesto que el Sr. Morante prolongaría algunos años más su vida, cruzando, incluso, la imaginable línea que separa el siglo XIX del XX, estableciéndose de forma total en El Puerto y encabezando una larga genealogía de sucesores portuenses que entroncaron con significadas sagas locales.

Volviendo al momento de la vida de Domingo José Morante, que se hace llamar e incluso firma como José solamente, hemos visto como en los días postreros del verano de 1854 establece su voluntad en previsión de un fatal desenlace. Aunque el negocio le absorbe gran parte de su tiempo, cultiva buenas amistades, integrándose plenamente en la sociedad local. Deducimos que Juan Bautista Marichalar y Antonio Honorato Seytre, ambas personas nombradas sus albaceas en el testamento antes citado fuesen dos buenos amigos. El primero, conocido industrial y comerciante, “especulador de vinos”, es decir, exportador y vendedor a mayoristas, con una fábrica de aguardiente en la Ribera del Río y un talante liberal que le llevaría a formar parte, años después, del primer Ayuntamiento Revolucionario Provisional tras la insurrección militar de 1868, la  denominada popularmente “La Gloriosa”.

La calle Larga, una imagen insólita de la misma, casi sin tráfico.

Estaba casado con una dama integrante de la selecta sociedad local de la época: Concepción Winthuysen Martínez-Baños, matrimonio que no tuvo descendencia. Y el segundo, de nacionalidad francesa, del comercio como él, que desde hacia varios años se había trasladado a El Puerto desde Cádiz, donde residió anteriormente.  Debió frecuentar la casa de su amigo, situada en el número 92 antiguo de la Calle Larga, en la acera par actual, entre las calles Espíritu Santo y de la Plata, que había enviudado y vivía con su única hija Emilia. Podemos imaginarnos a los tres, paseando una soleada mañana dominical por el frondoso y romántico Paseo de la Victoria, a escasos metros de la casa de don Antonio Honorato, aledaño al monasterio del mismo nombre,  deshabitado en esos años, abandonado por los franciscanos Mínimos que durante más de tres siglos lo tuvieron como residencia conventual. Emilia, recién cumplidos los diecisiete años, escuchaba embelesada las narraciones que hacía de su lejana tierra natal el amigo de su padre.

MATRIMONIO.

Esta admiración de la joven adolescente hacia el comerciante montañés debió ser reciproca y si a ello añadimos la complicidad paterna y la falta de prejuicios por la diferencia de edad, en pocos meses se concertó el compromiso y, finalmente la boda, que tuvo lugar en la Iglesia Mayor Prioral el día de Nochebuena del mismo año en que había formalizado sus últimas voluntades, en 1854.

Tienda en el crucero de las calles Larga (número 139 antiguo) y Luna, situada a la izquierda.

José Morante aportó al matrimonio un capital de cien mil reales, valor estimado del género que tenía en existencia en esa fecha en la tienda de mercadería que regentaba y de la que era dueño. Estaba situada en pleno centro, próxima al crucero de las dos calles principales y céntricas del casco urbano: Larga y Luna, popularmente conocida como “Las Cuatro Esquinas”.

La novia, hija de Antonio Honorato Seytre Charreron y de Josefa Enríquez de Guzmán, llevó una dote de 200.000 reales, cantidad correspondiente a su legítima materna que fueron invertidos en su totalidad por el joven matrimonio en la adquisición de una viña nombrada “La Panameña” en el termino de Jerez de la Frontera por la que pagaron 170.000 reales y en la propiedad de la mitad del palco número 19 del Teatro Principal de Cádiz.

Los primeros años de casado el matrimonio se instaló en la casa que tenía arrendada su suegro, propiedad de la familia Oyarzabal. Un par de años después nacería el primer hijo, una niña, a la que bautizaron imponiéndole el nombre de la abuela materna: Maria Josefa, y pocos días antes de dar a luz al segundo, al que nuevamente impusieron el nombre del otro abuelo: Antonio Honorato, falleció su padre, que solo que contaba 54 años de edad. Finalizaba el mes de enero de 1858.

La calle Nevería, en el primer cuarto del siglo pasado.

Tras el fallecimiento de don Antonio Honorato Seytre los Morante Sytre se trasladaron de forma provisional hasta encontrar una casa en la que instalarse definitivamente,  que pudiesen adquirir en propiedad y estuviese cercana a la tienda de mercadería. El nuevo hogar lo instalaron en la calle Nevería, en el piso principal de la casa número 3, realquilados por una joven viuda, natural de Gibraltar, llamada Dolores Ginés Ruiz, casa situada a una manzana de distancia del lugar de trabajo del cabeza de familia. En este año de 1859 se incorporó a la unidad familiar la madre de don José, contando asimismo con tres personas de servicio. Allí nacieron, en 1861: Lorenzo y en la primavera de 1863 una niña a la que impusieron el nombre de Emilia.

Por esas fechas José Morante había ya comprado un espléndido inmueble, situado en otra de las arterias mas céntricas y comerciales de la ciudad, la calle Luna, a menos de cincuenta metros de su tienda de tejidos. a las hermanas María del Carmen y Trinidad Ortiz Veristani, que vemos en la imagen de la izquierda.

Cuando los negocios funcionaban y la mejora económica de la familia era una realidad palpable, un grave contratiempo vino a enturbiar la buena racha familiar. Emilia I –así la llamaremos para distinguirla de otra de igual nombre que nacería posteriormente- murió de neumonitis el día 9 de julio de 1863, cuando contaba tan solo tres meses de vida.    Meses después nacería un nuevo hijo, en este caso varón, que ocuparía el 4º lugar entre los hijos vivos, al que bautizaron como Emilio. Y detrás de este, escalonados en el tiempo, muchos más hasta completar once hijos de los cuales solamente seis de ellos traspasaron la barrera de la infancia y llegaron vivos a edad adulta. Fueron, por este orden: María Josefa, Antonio Honorato, Lorenzo, Emilio, Emilia y María del Carmen Morante Seytre.

Consolidado el negocio, José Morante y su familia gozarán de una desahogada posición económica y él, aparte de sus ganancias como comerciante con el legado económico de su buen amigo y padre político se convierte en pequeño propietario, pues a la reciente adquisición del inmueble en calle Luna hay que añadir las posesiones agrícolas antes citadas,   y otro inmueble en calle Cantarería número 2,  casa de una sola planta, con 224 metros cuadrados de superficie, comprada conjuntamente con un almacén-bodega en calle Santa Clara, esquina y vuelta a la de Cantarería, es  decir, lindera con la antes citada, en donde iría almacenando –cultivando, es la palabra adecuada- diversos caldos hasta lograr con los años una excelente bodega, con productos reputados y apreciados entre sus contemporáneos.

Calle Cantarería, bodega que, junto a la esquina con Santa Clara perteneció a Morante.

Ambos inmuebles fueron adquiridos conjuntamente a don Faustino González Barbadillo.  Con ellos y en ellos, aparte de incrementar su patrimonio familiar, José Morante encontraría en este nuevo negocio de crianza y tráfico de vinos, especialmente en su vejez, una fórmula perfecta, todo un estímulo para sobrellevar la soledad de su viudedad y sus últimos años de vida.

Volviendo a la secuencia de su vida, habíamos dejado al matrimonio pendientes de trasladarse a la casa de Luna 32, una casa  que había reformado a su gusto, remodelando la fachada. el Maestro Pablo José Arduña.  La espléndida mansión ocupaba una superficie total de 306 metros cuadrados con un total de 26 habitaciones o dependencias, distribuidas 8 de ellas en el piso bajo y el denominado “entresuelo”, entre el bajo y la primera planta o principal que tenía 9 habituaciones, al igual que la segunda, así como una amplia “azotea” es decir, terraza y cubierta al mismo tiempo, donde tender y ventilar las ropas, cortinajes, etc.. y en donde figuraba una zona cubierta para instalar los lavaderos y el cuarto donde hacer la colada, tan en boga en la época.

La calle Luna, a la derecha, la tienda de Morante y más arriba su vivienda, en el número 32 antiguo.

En 1869 estaban instalados en ella, posiblemente desde hacía varios años, el matrimonio, cuatro hijos y su madre, doña María López Seco, que en esa fecha contaba 69 años de edad, que se había trasladado en la década anterior desde Cañeda, de donde era natural y donde residía hasta entonces, para incorporarse al núcleo familiar.  Le acompañaban en estos años tres sirvientes cántabros de bastante edad, de los de entonces, es decir de los que durante toda su vida, desde la juventud hasta la senectud que ahora empezaban a desarrollar habían estado al servicio de la familia y en él continuaban hasta la muerte, bien del que servían, o la suya propia, integrándose en el “cuerpo de casa” –así denominaban al servicio interno- que completaba una joven doncella de la localidad. /Imagen de la vivienda que adquirió, reedificó y ocupó en la calle Luna, junto a calzados Noel.

Así fueron transcurriendo los años, los lustros, las décadas, desarrollando una vida laboriosa y familiar, entregado en cuerpo y alma a sus negocios y aficiones, viendo crecer a sus hijos, a los que proporcionó  una esmerada educación. Dos de los varones siguieron la carrera militar y el tercero y mas pequeño de ellos le ayudo y acompañó en la tienda de tejidos. Algunos se casaron, comenzaron a florecer los nietos y celebró con felicidad sus bodas de plata matrimoniales. Sería esta la  primera generación portuense de los Morante Seytre. /La nieta de Morante, María Febrés Morante, con  los Ruiz Golluri, en la casa de la calle Cielos.

Por todo lo indicado, el fallecimiento de su esposa supuso un fuerte golpe, algo más que la perdida de un ser querido. Perdía una buena amiga y confidente, una solícita  compañera y una fiel y cariñosa esposa, especialmente en esos años últimos en los que la mayoría de los hijos se habían emancipado. El luctuoso hecho tuvo lugar el 7 de Agosto de 1888 cuando, apenas había rebasado doña Emilia el medio siglo de existencia.  Durante muchos años, puntualmente, el viudo y los hijos organizaran cultos en el aniversario de su muerte,  evidenciado que permanecía vivo su recuerdo.

En la bodega de su propiedad de calle Santa Clara almacenaba medio millar de botas de selectos productos, cuya valoración suponía el 45% del importe de los bienes, 120.000 pesetas. La especialidad de este buen viticultor, pues cultivaba en viñas propias la uva, viñas –dicho sea de paso- situadas en el lugar mas estimado de la zona Jerez, Marchanudo, en terrenos albarizos, ideales para el cultivo de la variedad utilizada en los mas selectos vinos. En su hacienda realizaba las faenas de vendimia y en su bodega transformaba el mosto en vino, siendo su especialidad un “Amontillado”, vino muy hecho, sin marca, criado en siete soleras o añadas, proceso que garantizaba, sin duda, un producto exquisito. De este rico caldo, tenía el Sr. Morante, en 1888, nada menos que 353 botas, es decir, más de 175.000 litros de dicho producto. En el resto de vasijas almacenaba “Palo Cortado”, “Oloroso”, “Pedro Ximenez” y otros vinos de varias clases ocupando tres docenas de botas, así como 22 botas de vinagre, una de aguardiente y 65 de vinos bastos y ácidos. Solo tenemos referencia de dos marcas propias, aunque no se embotellaban como tal, pues su venta era por arrobas, medida que tiene 16 litros. Se llamaban “Canilla y Perruno” y “Perruno Chico” y en esa fecha tenía siete y seis botas en existencia, respectivamente.

Mapa de la 'España del Caciquismo'.

José Morante también hizo sus pinitos en política en edad jubilar. Hemos encontrado referencias en la prensa local que así lo indica, siendo citado entre la docena de vocales –ocupando el primer lugar- que componían el comité local del partido Liberal Conservador, en el año 1894, que presidía don Francisco Miranda Hontoria, Capitán de Fragata retirado. Figuraban en dicho comité comerciantes y bodegueros como él, tales como Carlos Hernández Carrera y Felix Gonzalez Urruela, así como un paisano que años después alcanzaría notoriedad en la gestión municipal: Severiano Ruiz Calderón, perpetuándose su memoria al rotular con su apellido el principal paseo y parque público de la localidad, el denominado “Parque de Calderón” que discurre paralelo al río.

José Morante formó parte de los '12 Magníficos', encabezados por Tomás Osborne, creadores de la sociedad de la Plaza de Toros.

Es bastante probable que don José participara en este comité conservador más por compromiso social que por vocación, aunque el ideario del partido se ajustaba a sus convicciones, talante y comportamiento, no era del tipo de personas que le gustase figurar por figurar.  Un hecho que confirmaría esta suposición ocurrió en la primavera de 1895. Reunido el comité para decidir la candidatura del partido a las próximas elecciones municipales, asistieron tan solo la mitad de los componentes. Hubo dos propuestas o listas; una, encabezada por Alfredo Figueroa,  a propuesta  del presidente y la otra candidatura,  propuesta por el Sr. Ruiz Calderón, encabezada por Domingo José Morante. Sometidas a votación hubo empate a cuatro votos, decidiendo dos votos por correo, tal como hoy lo conocemos, definidos como “representaciones por escrito” en la prensa de la época, precisamente uno de ellos de José Morante, que votó a favor de la candidatura presidencial, auto eliminándose.

Coincidiendo con su viudedad comenzaron a agravarse los achaques propios de la edad, a pesar de ser de una fuerte constitución, sin duda. A fines de 1894 fue operado en su propio domicilio por los doctores Isorna y Moresco, prestigiosos galenos gaditanos que se desplazaron en tren desde la capital para una intervención que debemos suponer leve, tal vez de las vías respiratorias altas, intervención que fue calificada como exitosa por la prensa local que se hizo eco de la misma.  Apenas un año después conocemos por el mismo medio que había sufrido y superado una grave dolencia, y en Noviembre de 1900, ya octogenario, nuevamente fue operado por el doctor Isorna, en esta ocasión auxiliado por un equipo de cuatro facultativos, extirpándole un epitelioma en la comisura del labio.

Vista desde el Restaurant de La Puntilla, a cargo del Hotel París, en 1910. /Colección Thomas IEFC

Cuidado por su hija menor Maria del Carmen, con la que pasaba temporadas en la casa que tenía en las viñas, especialmente los meses de verano y las convalecencias de las operaciones, respirando el benéfico aire campestre, transcurrió el último tramo de su vida. Convertida en crónica su enfermedad desde hacía varios años, en los primeros meses de 1901 esta se agravó, entregando finalmente su alma a Dios el miércoles, 14 de Agosto de ese año, hoy hace 110 años, después de recibir los Santos Sacramentos y la Bendición de Su Santidad, según se indicaba en la esquela mortuoria publicada en la “Revista Portuense”..

Emilia Morante, hija de nuestro protagonista, con su segundo marido, Joaquín Ruiz López (alcalde de El Puerto entre 1904 y 1905 y entre 1907 y 1909), en la Quinta de los Ruiz, luego de Terry, hoy Hotel Duques de Medinaceli.

Tal como indicamos en el enunciado del capítulo, el río de la vida de este emigrante montañés, como señaló Jorge Manrique, llegó al mar. En su dilatado curso, abundaron las aguas mansas y fértiles, que fueron bien aprovechadas en laboriosas norias y productivos regadíos, dejando abonada sus orillas con el limo de su ejemplo.  (Textos: Antonio Gutiérrez Ruiz. A. C. Puertoguía). (Fotos: Magdalena Rodríguez Lara y Archivo GdP).

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Las Bodegas Jiménez Varela abarcan un conjunto de cascos bodegueros que fueron el fruto de la unión de edificios de obra nueva, el llamado escritorio, las oficinas centrales de las bodegas Varela, construido en 1872 y reformado en 1913; como de otros que ya estaban construidos, con anterioridad y que habían pertenecido a otras firmas bodegueras, las bodegas de Haro construidas en 1848.


Patio del trabajadero de las Bodegas Jiménez Varela.


El mismo patio, hoy convertido en dependencias del Hotel Bodega Real.

El núcleo de bodegas o zona industrial donde se ubicaba surgió en el primer tercio del siglo XIX, (el casco de bodega de la Sagrada Familia se construye en 1829), abarcaba el espacio comprendido entre las calles Pozos Dulces, Espíritu Santo, Albareda y Avenida de la Estación y Larga. Una zona de cierta tradición industrial que ya  en el siglo XVIII contaba con fábricas de estampados, curtidos,  molinos de aceite, así como otras relacionadas directamente con las faenas y las necesidades de la actividad marinera.

Camino de Urdax, actual Avda. de la Estación, donde se encontraban las Bodegas Sagrada Familia en la actualidad reconvertidas en viviendas. A la izquierda el Paseo de la Victoria y al fondo la Estación de Ferrocarril.

DEL COMERCIO CON AMÉRICA AL MERCADO EUROPEO.
El Siglo XIX fue un periodo caracterizado por el gran número de cambios que se produjeron en las sociedades de una manera continua e incesante. Cambios a todos los niveles: políticos, sociales y económicos. Estos últimos en El Puerto de Santa María,  como en gran parte de los pueblos de la Bahía, hicieron que se buscaran nuevas salidas o que se potenciaran actividades que ya eran importantes como la crianza y la exportación del vino fino. Se sustituyó la tradicional relación comercial con el continente americano por la potenciación de la ventas en el mercado europeo y muy especialmente en el inglés del vino de El Puerto.  Esto hizo que la imagen de la ciudad se viera transformada en algunas zonas por la instalación de naves bodegueras que acabarían por configurar el paisaje urbano de El Puerto.

Interior de uno de los cascos bodegueros. /Foto: CMPH.

CATEDRAL DEL VINO.
Estas bodegas de la calle Albareda, antes Victoria porque emboca hacia el monasterio del mismo nombre, son también un testimonio importante de una de las claves de la crianza biológica del vino fino: la proximidad al río Guadalete.  El río es uno de los condicionantes principales para obtener un buen caldo, las brisas del Guadalete controlaban el proceso de crianza aportando y manteniendo los grados de temperatura y humedad necesario para la obtención de un producto de calidad. Para ello era también imprescindible una arquitectura, en cierta medida biológica, que permitiera aprovechar las bonanzas climáticas de la zona: el casco bodeguero. Éste ha recibido todo tipos de apelativos, pero quizás el que más se le aproxima es el de catedral para alguno de ellos, que le viene dado por la esbeltez conseguida por el empleo de pilares y arcos de piedra de gran altura y tamaños en su construcción.

De izquierda a derecha, Ernesto Jiménez González, uno de los cuatro hijos varones del fundador de la firma Jiménez Varela, casado con Rafaela Sancho Mateos; Ernesto Jiménez Sáncho, hijo del anterior junto al hijo del fotógrafo Justino Castroverde, que aparece a la derecha de la imagen, tomada en los tendidos de la Plaza de Toros. En la segunda fila, en el centro, Mariano Cantera Molares /Foto: Colección de Rafael Ceballos Jiménez.

En la imagen superior, personal del escritorio de Hijos de Jiménez Varela. De izquierda a derecha, Arias, desconocido, José Lojo Espinosa, José Luis González Obregón capataz de la bodega, Juan Manuel Brea Vila, Luque que era suegro de Vera Palmer, Bernardo Zayas, Francisco Martín Repollet, Felix Ochoa 'Ochíta' primo del pintor y el niño Manolo Fernández Lores, hermano de Francisco el del Bar 'Paquito'. Sentados, de izquierda a derecha, Victor Unzueta Gabiola, Guillero Siloniz, Victor Unzueta padre, González Bruzón, dos desconocidos y Victor Moriñas. /Foto: Pantoja.

En la imagen de la izquierda, publicidad del Cacao Varela.

LOS JIMÉNEZ VARELA.
La familia Jiménez Varela fue muy laboriosa, y prueba de ello fueron las industrias vinateras que crearon y los afamados productos que en ella se fabricaron: el Brandy Viejísimo Varela, Cacao Varela, Oloroso Los 46, o el Amontillado Fino Jardín, bajo la firma comercial de Hijos de Jiménez Varela. También existe una relación familiar de los Jiménez Varela, pues un familiar de éstos fue el hombre de confianza de Isaac Peral, cuando botó en El Puerto, en la desembocadura del río Guadalete, el prototipo del que fue el primer submarino.

Publicidad del Champagne en una revista local portuense.

Parte de la desaparecida plantilla de Hijos de Jiménez Varela. Detrás, de izquierda a derecha, José Pérez Camacho; Estanislao Jiménez González-Nandín, Joaquín Jiménez Sancho y un argentino. Delante de ellos, en pie, Benito Moriña, Francisco Martín Repollet, Artiza, José Luis González Obregón. Agachados, Rafael Valiente Moreno, Miguel Ferrer García, Luis Jiménez González-Nandín, José Herrera Raposo, arriba de él Francisco Ariza Zarzuela y a la derecha, movido, Manuel Buhigas. /Foto: Colección Vicente González Lechuga.

HIERRO DE LA PALMA.
También se dedicaron a la cría de caballos, llegando a ser propietarios del Hierro de la Palma, ganadería creada por los señores Artalaya y Azpillaga, a principios del siglo XIX, y que luego fuera propiedad del Marqués del Castillo de San Felipe. El Hierro de la Palma figuraba en la etiqueta de los productos de Hijos de Jiménez Varela.

Productos de Hijos de Jiménez Varela, entre ellos el Amontillado Fino Jardín. /Foto: CMPH.

Cacao Varela, Champán Continental, reclamos publicitarios, que han sido recuperados para la colección de Antonio García, de quien es la fotografía.

Publicidad del año 927

AMONTILLADO FINO JARDÍN.
Que si bien se comercializaba como Fino, se aproximaba más a un vino  Amontillado. El amontillado es un vino dulce y generoso de uva Palomino, de color pajizo, ribeteado en metálico y destellos violáceos, de aspecto lagrimoso, brillante y transparente. Al olfato ofrece un olor a bodega, intenso y punzante; y al paladearlo saboreamos un vino redondo, seco, ahumado y con recuerdos de yodo. Hace un perfecto maridaje con el jamón ibérico o un queso curado de pasta dura y de gran potencia.

Es un vino perfecto para beber como aperitivo, o a media tarde, aunque los devotos del Vino Amontillado dicen que «sirve para compartir y departir a cualquier hora». La temperatura ideal para degustarlo es entre 10º y 14º, siempre en relación con la temperatura del ambiente. /En la imagen, un aprendiz, de nombre José Raposo Rasuelo,  jarreando sobre la canoa y la bota de Jiménez Varela.

Los vinos amontillados proceden de los Vinos Finos, el Vino por excelencia de El Puerto de Santa María, cuyo color ha evolucionado y llega a alcanzar entre 18º y 19º. Es un vino generoso (aquel que alcanza una graduación entre 15º y 23º), obtenido mediante soleras y criaderas, sistema de crianza que se aplica en la zona vinícola que ampara el Consejo Regulador del Jerez-Xérès-Sherry, a la que pertenecen los vinos y brandies de El Puerto de Santa María.

RELATO EL BARRIL DE AMONTILLADO.

El relato de Edgar Allan Poe, The Cask of Amontillado, adaptado al cómic por Archie Goodwin y Reed Crandall en Creepy N6 (Warren, 1966), de la mano de Golden Age Comic Book Stories

Interesante el cuento de terror del siglo XIX, obra del bostoniano Edgar Allan Poe «El Barril de Amontillado» (The Cask of Amontillado), usando como excusa la del conocedor de estos vinos generosos para contar el relato corto. (Fuentes: Centro Municipal de Patrimonio Histórico. Archivo de Antonio Gutiérrez Ruiz y otros)

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Las aficiones de Andrés Pérles Velázquez han sido varias, desde muy temprana edad: los barcos de pesca, la navegación a vela, los materiales náuticos de las embarcaciones pesqueras, la restauración de los metales sobre todos los que procedían de los barcos, las maquetas y otras pero, también, en su juventud, fueron muy importantes la motocicletas, que es a lo que nos vamos a referir en la presente nótula de Gente del Puerto.

Veloxolex. Año 1955, la primera moto de Andrés Perles.

SU PRIMERA MOTO.

Su afición comenzó cuando casi era un niño, con una ‘Velosolex’ que le compró  en 1955 a  Gilito, Maestro Zapatero que tenía su taller frente a la casa familiar, en la calle Nevería. Este velomotor lo tuvo escaso tiempo ya que poco funcionaba. Había que pedalear bastante, sobre todo si cogía una pequeña cuesta. Es por eso que se hizo  con una ‘Mobylette’, que compró en la calle Larga, a un mecánico que tenia su taller a la altura de  donde tienen hoy su taller de reparación los hermanos Monis. Este mecánico se apodaba Antonio Rodriguez Cortes 'Piqui'. Aquel ciclomotor duró mas tiempo en su poder.

Andrés Perles, en 1960, con la Ducati matrícula CA-25267.

DUCATI.
Y cuando le comunicaron que tendría que realizar el servicio militar en la vecina población de San Fernando, intuyó que necesitaría un mejor medio de transporte por lo que vendiendo la ‘Mobylette’ adquiere una ‘Ducati 160’. Pero resultó que no le daba el rendimiento que el pretendía ya que tenía complicaciones de puesta a punto así como problemas con la batería, que se descargaba inmediatamente "--En estas condiciones no arrancaba ni empujándola".

Con la Vespa matrícula CA-35281 por la Avda. de la Bajamar,  a mediados de los sesenta del siglo pasado.

LA PRIMERA VESPA.
Y dado que esta motocicleta le gustaba mucho a Paco Gurrea  hicieron un trueque, cambiándola por una ‘Vespa’, "no recuerdo si nueva o de segunda mano". Lo cierto que es que le fue estupendamente, y esta afición por las Vespas se ha prolongado hasta hace un año, fecha en la que decide vender una ‘Vespa 200 PX’, en muy buen estado de conservación.

Andrés Perles, en Lebrija, durante una concentración de motos.

CARCOMA
En el año 1997 el mundo de la pesca empieza a resentirse y Andrés tendrá  menos carga de trabajo, por lo que decide salir con el Club de Motos y Coches Antiguos de El Puerto, en las salidas denominadas 'Carcoma', que organizaba dicho club cin motos antiguas, coincidiendo con el Gran Premio de Motociclismo de Jerez.  Ese año condujo una ‘Vespa’ restaurada que le prestó Fernando Marín, --"estupenda por cierto", recuerda Andrés-- y, ese mismo año, en noviembre, por San Andrés el club organizó una salida a Lebrija, a casa de un socio y amigo, Andrés Arjona, quien le ayudó mucho en el mundillo de la restauración de motos antiguas.

MV Augusta, antes de su restauración. Año 1997.

MV AUGUSTA.
La ayuda la recibió de su tocayo y amigo Andrés especialmente con el modelo ‘MV Augusta’ ya que, gracias a su intervención, le desaparecieron todos los problemas técnicos que esta motocicleta presentaba. Precisamente con esta moto fue cuando comenzó su afición por  la restauración de estos vehículos, al disponer de más tiempo por haber participado en estas salidas. La moto se la regaló Pedro. "--Cuando la vi por primera vez, me desmoralizó  totalmente y  le comenté  que no la quería", recuerda, a lo que le respondió éste irónicamente "--Que la tirara al río". Prosigue Andrés su relato: "--Cuando me tranquilicé, vi la marca y pensé que podría ser todo un reto, 'si fuésemos capaz de terminarla'. Y digo si fuésemos en plural  ya que contaba con un magnifico amigo, Rafael Soriano Valiente, su segundo apellido se le queda muy corto no es por nada, porque le mete mano a lo que haga falta, Así comencé junto con Rafael, esta gran aventura de la restauración, en un mundo que no conocíamos del todo".

La moto MV Carcoma, CA-10110, una vez restaurada. Año 1997.

PRIMER PREMIO.
“--Este  año salimos en 'Carcoma', con muchos problemas de motor y  con una gran satisfacción, nos dieron el primer premio de la mejor restauración, la verdad es que restaurar y poder salir con esa moto ya era muy difícil: el presidente y la directiva del club sabían las condiciones en que se encontraba dicha motocicleta”. Pero, además resultó que aquella moto se quedó bloqueada en la Salida y no terminó la prueba de ‘Carcoma’ de ese año. Con el tiempo y gracias a Andrés Arjona se podría solucionar el problema de aquella moto y salir a cualquier prueba,

Montesa Impala 250 cc. Año 1998.

MONTESA Y OSSA.
Como quiera que las dificultades que suponían aquella moto, cuya solución no se veía de inmediato y, en vista de los problemas que presentaba Andrés se puso a buscar otros modelos mas modernos dentro de la afición. Encontró, gracias a Gapar, hijo de  Sebastián Lloret Galiana, motorista y patrón de barcos de pesca vinculado a su familia, dos motos en Villajoyosa (Alicante). Le envió una ‘Montesa Impala 250 cc’. y una ‘Ossa 175 cc. Sport’.

Ossa Sport 175 cc. Año 1998.

Empezaron con la ‘Montesa’. Y empezaron a llegar al cuarto de redes donde las trabajaban los aficionados a la restauración: Rafael Gomez García ‘Fali’ y Valerio Camacho Marin. Pasaban los días y con éstos pasaban más aficionados por el improvisado taller, todos ayudando, y todos poniendo muchas ilusiones. “--Yo me quedé asombrado por que la ilusión era muy compartida”. La terminación de estos modelos no podían tener el más mínimo fallo. La restauración de ambos ciclomotores fueron modélicas.

Rafael Gómez ayudó mucho a Andrés en la ‘Montessa’ y cuando le llegó el turno a la ‘Ossa’ --que a nuestro protagonista no le gustaba el estado en el que venía, era pura chatarra-- fue con su buen amigo Ángel Pantoja del Puerto con quien volvió a poner en valor la máquina “--Quizás la mejor moto restaurada que he tenido”.

La Guzzi cuando llegó al taller de Andrés Perles. Año 1999.

GUZZI.
Andrés es informado por Rafael Soriano que su hermano Luis ‘Boyna’, tenía dos motocicletas de la marca ‘Guzzi’ y que se las regalaba- Fueron a por ellas y cuando las vio el estado de conservación era aún peor que la MV Augusta. Pero Rafael Soriano asumió el reto junto a Andrés y salieron en la siguiente prueba de ‘Carcoma’. En la restauración de este modelo se implicaron un buen número de personas entendidas: Paco Marín, Fosco, Roja, Valerio, Rafael Gómez, Celu, Pantoja, Montero, Mariano y otros muchos buenos amigos de nuestro protagonista.

La Guzzi restaurada CA-8695. Año 1999.

CHATARRA FINA DEL PUERTO, S.L.
Todos al verla en el estado en el que llegó al Cuarto de Redes convertido en improvisado taller de restauración, esclamaban: “¡Chatarra!”, y tanto se usó este nombre que Andrés a la palabra ‘Chatarra’ le añadió ‘Fina de El Puerto, S.L.’ Lo de limitada era porque ya sumaban veinte amigos en el taller donde ya casi no cabían.

Bultaco 'Mercurio' 155cc. Año 2000.

BULTACO.
Luego le tocaría el turno a una ‘Bultaco 155 cc. Mercurio’ que parecía una 200 cc. magnífica, sin ningún problema. Al final la cadena de distribución se le quedó larga y el motor sonaba muy mal y ya, con tiempo y restaurada la cortó Francisco Marín de Taller ‘La Rinconada’. Más adelante vendría otra ‘Montessa’ que encontró en Lebrija gracias a otro amigo apodado ‘Tigre’ quien la encontró en dicha ciudad, era una moto disfrazada de ‘Montessa Comando’ que resultó ser, también, una ‘Montessa 175 Sport’.

Andrés, a la derecha de la imagen con unos amigos, Roberto Rendrón Gómez y Manuel Fernández Lobo, en los eucaliptales que existían en la playa de La Puntilla, con la primera vespa que tuvo.

VESPA.
Mención especial merece la ‘Vespa’. Unas cuantas se restauraron en ‘Chatarra Fina del Puerto, S.L.’, con mucha colaboración de los integrantes de aquel improvisado club, a los que no puede dejar de mencionar Andrés: Soriano, Fali, Valerio, Taller La Rinconada, Celu, Taller Durango Pepe y Ramón, en Lebrija Taller Antonio Repatriado, terminando todos aquellos modelos. Entremedio arreglaron algunos detalles a motocicletas de los amigos de estos aficionados portuenses. Una ‘NSU’, de Sergio Castilla; una ‘Montessa Texas’, de Ángel Povedano; sendas ‘Vespa’ y ‘Lambretta’ de Gaspar Perea y otras mas.

CONSTITUCIÓN DEL CLUB.

En el año 2002 se constituyó como tal el Club ‘Chatarra Fina del Puerto, S.L.’, en su acta fundacional constan como presidente de honor, José Luis Alarcos; presidente perpetuo, Andrés Perles; vicepresidente ‘con llave’, Rafael Soriano; secretario, Miguel Ángel Pantoja; departamento de mecánica y ajuste, Francisco Marín, Valerio Camacho, Antonio Rojas, Rafael Gomez y Rafael Soriano; departamento de chapa y pintura, Fosco Valimaña y Rafael Gómez; departamento de adquisiciones, Sergio Castilla; departamento de terminaciones y pegatinas, Ángel Pantoja; departamento de soldaduras especiales, Fernando Marín; departamento de relaciones públicas Fosquito Valimaña; departamento de tráfico y Ayuntamiento, Alfonso Candón; experto en desgracias en rutas, Miguel Ángel Povedano; experto en antigüedades diversas, Manuel Clemente; experto en transporte y bultaco inconclusa, Eloy Montero; experto en rutas de pantanos y ríos: Mariano Ramírez, siendo el secretario Miguel Ángel Pantoja del Puerto. /En la imagen de la izquierda, un grupo de amigos con Andrés, en el Taller-Cuarto de Redes.

Cafetería Milord. Exposición de motos restauradas. Año 2004.

Con tal motivo organizó Andrés una exposición de todas las motocicletas restauradas por Chatarra Fina del Puerto en la cafetería Milord y organizaron un par de salidas con aquellas motos milagrosamente recuperadas. Las reuniones se celebraban los sábados y domingos.

No todo en el taller era reconstruir motos. En la imagen una convivencia en torno a unas buenas viandas.

“--En febrero del año 2.005 sufrí una mala enfermedad que me prohibió montar en moto terminando con miactividad motera. Este año he salido un rato en el Carcoma, y ya estoy pensando en salir el próximo año, incluso me encantaría organizar una nueva salida de “Chatarra Fina del Puerto,  S.L.” alegraría mucho la afición que está casi desaparecida. La colección de motos al no poderlas atender: arrancar, limpiar, pasar ITV, etc. y ver que poco a poco, se deterioraban, la pasé a otro buen aficionado”.

VER VIDEOS SOBRE CHATARRA FINA DE EL PUERTO.

Chatarra Fina de El Puerto. Parte 1

Chatarra Fina de El Puerto. Parte 2

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Bajo el nombre de El Puerto Social, un grupo de residentes en El Puerto de Santa María, pero de distintas nacionalidades, se ha organizado para cubrir un vacío social para la práctica de los idiomas castellano e inglés. Este grupo está integrado por ciudadanos de origen anglosajón con el interés de practicar y mejorar su castellano y de origen español con los mismos propósitos en relación con el inglés.

Aunque no se han constituido como asociación formal, sí se han organizado con el objetivo de aglutinar a todas aquellas personas con algunos conocimientos en ambos idiomas que quieran interactuar oralmente, de forma gratuita y sin ánimo de lucro. La iniciativa ha surgido de un grupo de nativos británicos y americanos y estudiantes de la Escuela Oficial de Idiomas portuense (ajena a esta actividad) que comenzaron de forma espontánea este intercambio lingüístico y que consideran que esta posibilidad puede ser enriquecedora y fructífera para otras personas, ante las dificultades de encontrar nativos (de ambos idiomas) que tengan la paciencia de prestarse para la práctica del castellano y el inglés.

Es una actividad enriquecedora porque hay un compromiso formal por compartir un par de horas, una vez a la semana, para hablar y escuchar inglés durante la mitad de este tiempo y dedicar la otra hora restante a la práctica del español por parte de todos los asistentes. Así, unos y otros pueden desarrollar y mejorar sus destrezas orales y auditivas, ayudándose mutua, altruistamente y de forma gratuita mientras se disfruta de un café.

El primer encuentro de El Puerto Social tuvo lugar antes de ayer miércoles 27 de julio, a las 17.30 horas --con la calor-- en el patio de la cafetería ‘El Rincón de Mariana’ ubicado en el centro comercial El Ancla, local 4, en El Puerto de Santa María.  Al mismo acudieron más de 30 personas.

Se pretende crear un grupo de interesados que se comprometan a acudir todas las semanas a este punto de encuentro para garantizar el desarrollo de esta idea, que se encuentra abierta a todas las localidades cercanas. El horario inicial tiene carácter provisional y se cambiará de cara al invierno. (Textos: Soledad Duro).

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«Hola, me llamo José y me gustaría ser tu cocinero particular aunque fuese por unas horas. Soy cocinero profesional (los últimos cinco años en el Hotel Torremolinos como Jefe de Cocina) y estoy huyendo de las prisas y la monotonía en las repeticiones de los mismos menús casi todos los días. Por esto me he embarcado en esta nueva aventura profesional de ir a cocinar a casas diferentes de personas diferentes y probar todo tipo de cocinas.
QUE PRETENDO.
Llevar el cocinero a su casa. Cenar o comer como en el mejor restaurante del mundo. Sorprender a sus amigos o familiares, sin esperas. Disfrutar de una cocina de mercado y comprar lo que a usted se le apetezca, mas fresco, económico, y elegido por usted mismo en su sitio de más confianza.

MI TRABAJO.
Elaborar en la cocina de su casa lo que usted me halla comprado en el mercado. Aquí es donde empieza mi trabajo y terminará cuando la cocina esté totalmente recogida.

¿QUE COCINO?
Todo lo que se le apetezca, cualquier tipo de cocina: mediterránea, creativa, marinera, española… Mi especialidad y pasión en la cocina son los arroces, en cualquiera de sus elaboraciones.

COMENSALES.
A la carta, lo recomendable serían máximo 12 o 14 personas. Si se trata de un arroz o guiso, el límite lo pone usted. Igualmente, en una barbacoa, parrillada o buffet frío, el límite de comensales lo pone usted.

Arroz con conejo, cocinado recientemente para un cliente en la Urbanización ‘Las Redes’.

¿CUANTO COBRO?
Cobro por horas trabajadas, es decir desde que entro en su cocina hasta que esta queda totalmente recogida. Todo el tiempo que hayamos estado en periodo de información telefónica o la visita que tendría que hacerle en su casa para ver la cocina y donde se va a celebrar el evento es totalmente gratis y sin compromiso alguno, incluso si el evento no se celebrase.

IMPORTANTE.

Trabajo solo y sin ayudante; pueden ver como trabajo e incluso grabarlo en vídeo si les apetece, pero una vez que haya empezado a trabajar, lo hago solo»

Casa Mario & María. Avda. de la Bajamar, 16.
ateneo1914@hotmail.com

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