Saltar al contenido

5

El utópico paraíso comunista, en el que tantos intelectuales creyeron, como el poeta Rafael Alberti, se cubría de una aureola ficticia de perfección ideológica no fácil de percibir a primera vista.

Maria Teresa León y Rafael Alberti con el poeta soviético Samuíl Marshak en 1937.

En sus memorias, en 'La Arboleda Perdida', Rafael Alberti habla de sus abuelos de origen italiano, que  junto con otras familias extranjeras llegan a la Bahía de Cádiz al olor de los vinos en pleno auge de las viñas de Jerez, y fueron, en su momento, los verdaderos amos de El Puerto de Santa María. Grandes burgueses, propietarios de viñas y bodegas, cosecheros de vinos que llegaron hasta los zares de Rusia.

Recuerda Alberti de sus abuelos los «pesados y vanos comentarios sobre ‘aquellos tiempos, aquella buena época’ de lujo, de largos y anecdóticos viajes a Rusia, Suecia y Dinamarca…» Países que Alberti imaginaba entonces como «largas llanuras de nieve deshabitadas y oscuros bosques de abetos».

Alberti coleccionaba las bellas y románticas etiquetas de los vinos de su familia, con los retratos de los zares y reyes nórdicos. Rafael Alberti y su esposa María Teresa León posiblemente fueron los primeros que visitaron la URSS en 1932, cuando aún la Unión Soviética no había sido reconocida por el Gobierno de la República. Parece que vinieron para ocho días y la Unión Internacional de Escritores Revolucionarios les propuso quedarse dos meses. /Etiqueta de amontillado del padre del poeta, Vicente Alberti.

El Alberti de la visita de 1932 distaba mucho del Alberti que volvió en 1977. En la última ocasión se mostraba  apesadumbrado o ensimismado. ¿Qué había ocurrido para que experimentara tal cambio? Gracias a Ella Braguínskaya, fallecida en 2010, que fue la traductora rusa de Rafael Alberti y al que conoció personalmente tenemos interesantes testimonios de la estancia del poeta en la utópica tierra comunista.

NOTICIARIO DE UN POETA EN LA URSS.
En su primera visita, en 1932, vino a observar los movimientos teatrales de Europa oriental. A medidados de 1933 publicó en el diario madrileño republicano 'Luz' --que duró desde 1932 a 1934-- el ‘Noticiario de un poeta en la URSS’, donde se refleja el espíritu de un hombre fascinado por la idea de un ‘mundo feliz’, diario en el que mostraba una gran admiración hacia la madre patria comunista por cualquier motivo, hablaba con sincero entusiasmo de todo y de cualquier cosa, de los helados rusos, del cambio de guardia del Mausoleo, de cómo trabajaban en las fábricas, etc. Sin embargo en la segunda parte de La arboleda perdida, en las páginas en las que habla de su viaje a la Unión Soviética, ya solo comenta, parco de palabras y sin exaltación, algunas anécdotas.

Edición rusa de un poemario de Rafael Alberti.

PRIMER CONGRESO DE ESCRITORES.
En 1934 participó en el primer congreso de escritores, donde prometió que en España pronto se levantarían por todas partes banderas rojas —y así lo creía--. En 1937 lo recibió Stalin al que pretendía convencer para enviar una delegación soviética a un congreso en defensa de la cultura. Pero Stalin se resistía, no le había gustado que André Gide escribiera un panfleto difamatorio de la URSS.  Definitivamente enviaron una delegación, formada, entre otros, por los escritores  Iliá Erenburg, Alexéi Tolstói , Vsevólod Vishnevski  y por supuesto Fiódor Kellin. Con el intérprete Fiodor Kellin, patriarca de los hispanistas rusos, conoce a los escritores rusos de la época, entre otros a Pasternak o Lili y Iósif Brik, los visita en su casa, va a recitales en fábricas. Traduce el poema de Svetlov sobre Granada. Los Alberti conocieron también a famosos directores de algunos teatros soviéticos como Meyerhold y se encontraron con Eisenstein y Prokófiev. Según palabras del propio Alberti, Pasternak tradujo muchas cosas de Alberti.

PROPAGANDA COMUNISTA EN OCCIDENTE.
Pero en medio de toda esta atmósfera de un idealizado mundo prometido, se escondía otra verdad. Parece ser que Yuri Kublanovski, poeta contemporáneo de gran talento calificaba a Erenburg de “agente de influencia, adaptado al ambiente occidental que convertía a estos prestigiosos amigos de la Unión Soviética en una especie de almohada de aire para propagar ideas comunistas en Occidente”. A Iliá Erenburg le dedicó Alberti un poema, como amigo entrañable al que quería sinceramente y cuya muerte lloró de todo corazón.

Maria Teresa León y Rafael Alberti en la URSS.

Cuando estuvieron en Georgia, cuenta Braguínskaya, que en el coche siempre iba con ellos la misma persona. Les decía que trabajaba para el Ministerio de Cultura y que les hablaría de los monumentos, pero cuando pasaban por delante de los monumentos emblemáticos, callaba. Al día siguiente, Alberti, que ya había entendido todo, le dijo a Braguínskaya: “Pregúntele dónde trabaja”. Se lo preguntó y esta vez resultó trabajar en el Consejo de ministros, así empezaron este juego en el que cada vez contestaba una cosa distinta a la pregunta. Parecía no ser capaz de recordar cada cargo que inventaba.

PATRIA COMUNISTA PROMETIDA.
En su trabajo sobre Alberti, Braguínskaya, comentaba que Rafael Alberti no era el único poeta hechizado desde sus años juveniles por la ideología de una patria comunista prometida. También lo estuvieron Neruda, Picasso Malraux, Bernard Shaw, Antonio Machado o Romain Rolland. /El matrimonio Alberti-León visitando una fábrica en la URSS.

URRS VIRTUAL.
Alberti estuvo más que ningún otro poeta en la URSS, pero “en una realidad virtual que casi no tenía nada que ver con la realidad verdadera. Así, puede decirse, que Alberti nunca estuvo en la URSS, sino en un país virtual. Y en mi país había gente que sabía cómo alimentar ese hechizo, mostrándoles una realidad virtual que casi no tenía nada que ver con la realidad verdadera”, decía Braguínskaya. Rafael Alberti durante toda la vida fue amigo de la Unión Soviética, y en 1965 galardonado con el Premio Internacional Lenin para el Fortalecimiento de la Paz entre los Pueblos. (Texto: Carmen Marín).

1

Retrato de Felipe V de España, llamado ‘el Animoso’ realizado por Jean Ranc (c. 1723). Óleo sobre lienzo, 144 x 115 cm, Museo del Prado (Madrid).

Hoy se cumplen 283 años del comienzo formal de los autos de incorporación de El Puerto de Santa María a la Corona de Castilla. Si bien el Decreto de incorporación es del 31 de mayo de 1929, no será hasta el 10 de junio de ese año cuando el juez comisionado por S.M. el rey Don Felipe V, Francisco de Escobar y Bazán --llegado a El Puerto un día antes-- cuando empiece a actuar: sustituyendo los cargos y oficiales ducales por toros de carácter interino, ordenando también picar los escudos del Duque de Medinaceli de las oficinas públicas y pintar, en su lugar, las armas reales, … /En la imagen, S.M. el Rey Don Felipe V.

...continúa leyendo "1.407. EL PUERTO SE INCORPORA A LA CORONA DE CASTILLA."

5

Hablar de Muñoz-Seca es chocar con eso del ‘astracán' aunque yo quiero pasar sobre él sin detenerme, porque para mí el astracán, que según Sáinz Robles lo inventó Enrique García Alvarez, pero que como él dice fue el inolvidable autor portuense, su ‘máximo pontífice', para mí el astracán es algo que no lo tengo en cuenta. Pedro Muñoz-Seca, 'un hombre bueno, un corazón limpio, una gracia fresca, una modestia clara', como ha escrito José María Pemán, es una figura indiscutible en el teatro cómico español de todos los tiempos, al lado por ejemplo, de Jardiel Poncela o de Miguel Mihura. Cada uno, eso sí, con sus características inconfundibles, pero a una igual altura. Por tanto a Muñoz-Seca no hay que relegarlo al olvido, como es el caso de algunos que parecen ignorarlo, tal ves porque existe una creencia, de la que yo no participo, de que el teatro cómico es, diríase, un teatro menor al que no debe prestársele demasiada atención. Admito que Pedro Muñoz-Seca tengan sus detractores pero de eso a punto menos que ignorarlo, me parece un error lamentable. Con astracán o sin él, no siempre sus obras de las cerca de trescientas que escribió, han de ser consideradas como productos tan sólo para la risa, lo cual es ya un bien, porque el hacer reír no sienta mal a nadie. En Muñoz-Seca, muchas veces, tras la escena disparatada y regocijante, se esconde un fondo humano y serio.

En la fotografía aparecen, de izquierda a derecha, Pedro Muñoz-Seca, don Alfonso de Borbón y Tirso Escudero. Fue obtenida en el saloncito del Teatro de la Comedia (Madrid), en el entreacto de un estreno.

He leído no hace mucho, en un libro de publicación reciente, que Muñoz-Seca "no es que fuera un hombre inculto, aunque en su teatro, generalmente, brilla por su ausencia la literatura, arrastrando por el torbellino de su peregrino ingenio, de su fecundidad fabulosa". Me permitirán no esté conforme con ese parecer, porque no es que don Pedro rodease a sus obras de un marcado tinte de literatura, lo cual hasta cierto punto, no conviene a un tipo de teatro como el suyo, pero de eso a decir que los valores literarios en su teatro brillan por su ausencia, me parece hablar en términos muy expeditivos. Más prudente encuentro a Gonzalo Torrente Ballester cuando afirma que, 'aunque parezca raro, el teatro de Muñoz-Seca supone un pensamiento'. De ahí lo que dije antes de que muchas de sus obras esconden una idea formal y seria, pese a su envoltura superficial y cómica.

En la imagen,  Pedro Muñoz-Seca y su mujer Asunción Ariza, con su hermano el Dr. Muñoz Seca y Elisa Bela Marchena, en Sevilla.

Una de las virtudes del autor portuense es que su teatro gustaba a todos los públicos, con sus excepciones claro. Es de notar en el teatro muñozsequista dos perfectas y definidas facetas, las que corresponde a las obras escritas por Muñoz-Seca solo y las debidas a su estrecha y continuada colaboración con Pérez Fernández.

...continúa leyendo "1.396. PEDRO MUÑOZ-SECA. Gracia fresca, modestia clara."

Mañana se celebra el  LVII Festival de la Canción de Eurovisión. Hace 44 años tuvo lugar el 6 de abril de 1968, la edición XIII de este certamen en el Royal Albert Hall de Londres, (Reino Unido). La presentadora fue Katie Boyle y Massiel, que representaba a España, ganó el concurso con la canción ‘La, la, la’, obteniendo 29 puntos. El segundo puesto fue para el representante británico, Cliff Richard, que con la canción ‘Congratulations’  quedó a un punto de España. Francisco Andrés Gallardo nos cuenta como se vivió en España y en Europa y Pepe Mendoza como lo vivió El Puerto.

Europa, mal decían, comenzaba en los Pirineos y España entonces era diferente. El ‘Euro' era una ilusa utopía, y el festival de Eurovisión  era una oportunidad para codearnos con United Kingdom-Guayon miní, for poins, y con Suitserlán-Le Suisse, sí puá, donde los llorosos emigrantes hispanos asistían por la tele a los fiascos musicales de Conchita Bautista y Jorge Sepúlveda. En 1968 ETA daba su primer golpe, nos preparábamos para irnos de Fernando Poo y Sidi Ifni y Manolo Fraga hacía ya tiempo que había abierto las puertas de Santiago para que se tostaran los nórdicos.

José Luis Uribarri anunció ante las cámaras que el representante de TVE al Festival de Eurovisión  era «un joven español de nuestros días, con sus problemas e inquietudes pero desprovisto de afectación, melenas y atuendos extraños.
Por eso hemos elegido a Juan Manuel Serrat».

La canción ganadora de Eurovisión 1968, interpretada por Massiel. En el minuto 1:30 nuestra paisana Merche Macaria.

La canción: 'La, la, la', compuesta por los dinámicos Manuel de la Calva y Ramón Arcusa. El Noi de Poble Sec se lo pensó dos veces, recibió presiones de todo tipo, y se escapó con la excusa de que «por imponderable o cantaba en catalán, o nada». No quería ser el representante de Franco ante Europa. Por supuesto que era impensable que el Imperio fuera representado por `otra lengua'.

MERCHE MACARIA.
El coro de voces estaba elegido desde hacía tiempo. Tres jóvenes de la escuela de Canto de Madrid: María Jesús Aguirre, Cristina Fernández y la portuense Merche Valimaña Lechuga ‘la Macaria' (con nótula 047 en GdP), conocidas para siempre como el Trío La, la, la. Serrat fue sustituido a última hora por Agustina de Aragón, digo Massiel. Merche Valimaña recuerda que la delegación española iba «de cateta». Las chicas del coro no cobraron ni una peseta por acudir a Eurovisión  y hasta los breves trajes que lucían se lo tuvieron que confeccionar ellas mismas. /En la imagen, Merche Valimaña, 'la Macaria'.

VOTACIONES.
Cliff Richard y su `Congratulations' eran los favoritos en el `euro' de hace 30 años.
Diecisiete países -incluida la Yugoslavia de Tito- participaban y las máximas puntuaciones -6 puntos- iban a parar al británico en las primeras llamadas. Pero se produjo el milagro en Londres. España fue arañando votos y el jurado de Madrid era el penúltimo en puntuar.

Entre los miembros estaban Pilar Miró y Natalia Figueroa. Todo apunta que hubo una rectificación de última hora. España no dio ni un punto al Unaitid Quindom. Alemania era la última en votar. Seis puntos para España y ninguno para la pérfida Albión. Massiel ganaba por un solo punto (29 a 28) y el `La, la, la' saltaba a la inmortalidad cotidiana. Estos días, Televisión Española recuerda la gesta, que en aquella noche resumió el llorado locutor Jesús Alvarez con el lema «España y los españoles somos así». (Texto: Francisco Andrés Gallardo Alvarado).

La tanqueta de Leganés arrasó en Londres. Reacciones posteriores.

AQUELLA NOCHE EN EL PUERTO.
La noche del sábado 6 de abril de 1968, el maestro Rafael Ibarbia subía, impasible el ademán, al escenario del Royal Albert Hall de Londres. Segundos después salió Massiel, enfundada en un vestido cortísimo de organdí que, según nuestra vecina de enfrente, parecía más la indumentaria de una mujer de la vida que la de una mujer de su casa. Al fondo, en la esquina izquierda de la pantalla de nuestro General Eléctrica Española, tres muchachas, con un modelito similar, se colocaban esperando los primeros acordes. Fue entonces cuando mi madre dijo: ¡la de en medio es La Macaria, nuestra paisana!

...continúa leyendo "1.391. EUROVISIÓN 1968. El Puerto estuvo allí, con Merche Macaria, hace 44 años."

3

«El Castillo de san Marcos, en El Puerto de Santa María está en la plaza de Alfonso el Sabio, y se trata de una iglesia mozárabe rectangular, flanqueada por cuatro torreones octogonales del siglo XIII, y el principal (perforado en 1908, con los escombros esparcidos por todo el pavimento) que contiene el sagrario en su base; y algunas salas de época medieval, en el piso alto, con acceso por la azotea o patio que cubre la bóveda del templo». Así lo describía Carlos Sathou Carreres ("Castillos de España: (su pasado y su presente)", Espasa-Calpe), hace sesenta años.

Según los testimonios de la época, el Castillo o la antigua mezquita de Alcanate (Al-Qanatir) era la única iglesia existente en El Puerto. Argumento que defiende Manuel González Jiménez ("Repartimiento de El Puerto de Santa María", Univ.Sevilla, 2002, p.167) frente a la tesis contraria de Mariano López Muñoz que la confundió con la iglesia de Santa María, en el Pozo Santo, sobre la que se alzaría posteriormente la actual Iglesia Prioral.

Altar Mayor de la Iglesia de San Marcos (Castillo) en el siglo XIX. /Colección LSA.

En las Cantigas se relata que fue Alfonso X quien ordenó al alarife Alí que aprovechara la planta de la mezquita oratorio islámico, del siglo X, y levantase esta iglesia-fortaleza. Durante las obras  se produjo una avenida del Guadalete que arrastró hasta El Puerto el puente de madera del Portal de Jerez, como se recoge en la Cántiga 356.  Las obras se realizaron entre 1268 y 1272 y se respetaron la naves abovedadas soportadas por gruesas columnas romanas embutidas, el mirhab, un nicho de planta cuadrada y el patio de las abluciones, o sahn. Ignoramos si, como era común en los recintos fortificados de la época, tenía cava, cárcava o foso avanzado. La fortaleza de Santa María poseía varias puertas. La principal, de hierro, y las que conducían a pasos internos protegidos por torres y rastrillos corredizos que bajaban por aberturas hechas en la bóveda y ranuras laterales. De este modo se aseguraba la defensa de la fortaleza; pues, el asaltante debía recorrer un largo trecho, entre bastiones, antes de llegar a la puerta que no podía incendiar al ser de hierro. Aún se conservan algunos bastiones, ocultos en la muralla, y las puertas existentes en la actualidad no parece que sean defensivas, sino de acceso a la capilla interior, como señala González de Simancas, resultado de la adaptación de la mezquita y la fortaleza. Bellísimas son, sin embargo, las guarniciones de los muros y torres mediante merlones de base cuadrangular y capirote piramidal.

Óleo sobre tela (3760x32o0 cms. obra de José María Rodríguez Losada. (Año 1852). Idealización de Alfonso X recibiendo del alguacil moro de Jerez las llaves de la aldea de Alcanate. Al fondo el Castillo de San Marcos y, sobre la torre del homenaje, aparición de la Virgen de los Milagros, escudo de la Ciudad.  /Foto: Academia de Bellas Artes.

LEYENDAS.
Según la tradición popular, de explorarse el subsuelo del Castillo confirmaría o desmitificaría muchas historias que los portuenses ancianos contaban en torno a un velón de aceite, cuando se iba la luz eléctrica; porque, al parecer, la fortaleza está plagada de túneles subterráneas. Podrían ser primitivas covachas subterráneas, pasadizos por donde acceder a lugares estratégicos, más allá del perímetro convencional de la cerca defensiva, y que permitiría aprovisionarse de agua y comestibles en el caso de sitios prolongados. Se habla de dos túneles en concreto: El primero, la  comunicaría con la sierra de san Cristóbal y el segundo, más corto, con el río. De su existencia podrían dar buena cuenta los caballeros de la Orden de Santa María de España, fundada por Alfonso X el Sabio, que utilizaron el Castillo como fortaleza.

Cuadro que idealiza a unos canteros en pleno trabajo.

FRANCMASONERÍA.
Son curiosos los signos lapidarios que describe Hipólito Sancho en los años cuarenta del siglo pasado, y que existieron antes de que el Castillo fuera restaurado para tomar el aspecto que posee en la actualidad. Rafael Gómez Ramos ("Los constructores de la España Medieval", Universidad de Sevilla, 2006, p.184) los sitúa en las cinco torres y, sobre todo, en el muro este. ¿Significa esto que, como opina Rubio Samper (J.M.Rubio Samper, "La figura del arquitecto en el periodo Gótico. Relaciones entre España y el resto de Europa", Boletín del Museo e Instituto Camón Azanar, XXII, 1985, p.102, los canteros constituían una "aristocacia" dentro de los obreros, considerándose incluso superiores a los otros "masones" o albañiles? No parece que exista relación alguna entre esta "casta de alarifes" (G.E.Street, "La arquitectura gótica en España", Madrid, 1926, p.466) y la francmasonería; aunque, en el "Libro del Peso de los alarifes y Balanza de los menestrales" aparecen datos muy semejantes a los conocidos de las corporaciones europeas, con secretos del arte de construir basados en la Geometría.

Acuarela de Molina Mora de la Bajada del Castillo.

La copia que se conserva es la que celosamente guardaban los alarifes sevillanos en 1540, y que fueron obligados a entregar al concejo de Sevilla, por una orden del emperador Carlos V. Sobre la portada de este manuscrito aparece la figura de un rey sentado, con el escudo de Castilla y la leyenda "Alarifes juzgad y seréis bien juzgados", sobre la imagen de una ciudad amurallada y las herramientas del oficio de albañiles (R.Gómez, "El Libro del Peso de alarifes y Balanza de los menestrales", Actas del I Simposio Internacional de Mudejarismo, Madrid-Teruel, 1981, ps. 255-267) ¿Qué ciudad amurallada representaba?» (Texto: Álvaro Rendón Gómez).

El 7 de abril de 1962 hace 50 años, se inauguraba el Motel Meliá Caballo Blanco, situado en el entonces Coto de Valdelagrana, hoy urbanización del mismo nombre que permanece cerrado desde el año 2005. Las autoridades primero tardaron en dar la renovada licencia --compatibilizando una galería comercial con los alojamientos-- y cuando ésta llegó, fueron los bancos los que, en plena crisis, no apoyaron la operación de reconstrucción, a cargo de la firma Hogarsur y otro socio gaditano.

El obispo  de Cádiz, Tomás Gutiérrez y el alcalde Luis Portillo, durante la inauguración del hotel.

El entonces obispo de la diócesis gaditana a la que pertenece Valdelagrana, Tomás Gutiérrez, procedió a la bendición de las instalaciones hoteleras, junto al alcalde de la Ciudad, Luis Portillo Ruiz y otras autoridades civiles y militares de El Puerto y la provincia, siendo recibidos por el presidente del consejo de administración de la propiedad, José Meliá, leyéndose en el acto unas cuartillas enviadas para la ocasión por el escritor gaditano José María Pemán. En el accionariado participaba también bodegas Caballero y José Guerrero Misa.

La piscina del hotel, entre pinares, contaba con cafetería y era escenario de importantes acontecimientos de los veranos portuenses. Hasta la aparición del Casino Bahía de Cádiz, cualquier acontecimiento de nivel en la Bahía se celebraba en El Caballo Blanco.

El establecimiento contaba con cincuenta habitaciones con baño privado y teléfono, siendo su director Jerónimo Tavira. Los mas modernos adelantos para un hotel de cuatro estrellas los tenía El Caballo Blanco: baño privado, teléfono, aire acondicionado, piscina iluminada y una zona acotada, entonces, en la playa. La celebración finalizó por la noche con una fiesta flamenca.

Vidriera con escudo de El Puerto que todavía existe en el inmueble.

El establecimiento pionero, moderno de este sector en nuestra ciudad, en la que solo había fondas,  pensiones y hostales hasta esas fechas, fue un navarro: Jose Luis Kurt Muñagorri (ver nótula núm. 897 en GdP), quien construyó y dirigió un hotel “sur la mer”, a pie de playa, el Hotel Fuentebravía, ampliado posteriormente con el nombre de ‘Parador Fuentebravía’.  También hay que anotar en su haber e iniciativa la creación junto con otros portuenses, del Centro de Iniciativas Turisticas, precursor del Patronato Municipal de Turismo que vería la luz en 1984.  Pronto siguieron, escalonadamente, nuevos centros de alojamientos: Motel Caballo Blanco, “El Cangrejo Rojo” –después Club Mediterráneo- y ya avanzados los setenta el Hotel Puertobahía, también en Valdelagrana.

Remozadas instalaciones para congresos en el Motel.

En la década de los ochenta experimentaría una profunda reforma y modernización, siendo director del establecimiento Juan Luis Ortega Rosillo y Director General Adjunto de Hoteles Meliá el porteño Ignacio Gago García (ver nótula 081 en GdP), recibiendo en 1986 el Premio a la Promoción Turística del Ayuntamiento de El Puerto de Santa María.

2

‘Mejón que Manolete’ decían las crónicas que estuvo la Feria de El Puerto el primer año de su celebración con el actual diseño como Feria de Primavera 1945’. Este año cumpleN 37 años que desembocó en Las Banderas desde su lugar de origen la Victoria pasando por Crevillet. Tuvo como antecedentes dos feria de ganado en el coto Valdelagrana celebradas en septiembre, mes también de las anteriores ferias de la Victoria, inmemoriales ya en el siglo XVIII, aunque la memoria nos puede llevar al Rey Alfonso X, que en 1.281 concedió a la Ciudad la celebración de dos ferias anuales.

Aquel 1.945, hace 67 años, días antes precisamente de que se firmara la paz en la Segunda Guerra Mundial, se informaba que el Puerto se estaba preparando con sus mejores galas para celebrar su feria y “fiestas primaverales” y que era “extraordinaria” la animación que reina en los contornos para asistir a esta típica fecha “En El Puerto no se habla de otra cosa que de nuestra Feria y Fiestas Primaverales.

Según parece decía el cronista de “Cruzados” Don Fulano en su perfil de la semana “Perfil de la semana” el 21 de abril de 1.945 “vamos por fin a disfrutar de una hermosa feria, llena de todo el sabor andaluz, sol, vino, fino, salero, que junto, muy juntito están salinas, gitanas con garbo y sandunga, cantando por bulerías y luciendo el color de mil colores de los trajes típicos de la tierra, jacas y caballistas y toda la gracia de Andalucía”.

Una semana después el mismo cronista confesaba “Yo, la verdad, no creía que la feria de la Victoria iba a resultar tan bien. Ayer oía a un hombre de esos que llevan un sombrero de ala ancha y bastón muy gordo, el cual le iba dando más vuelta que los caballitos, que le decía a otro, que estaba un poco ajumado: la feria ha estado “Mejón que Manolete”. Y es que lo flamenco comparan todas las cosas con los toreros. /En la imagen, Manolete, dibujado por S. Guzman.

¿Qué tal resultará la feria? Preguntaban todos. Los optimistas de antemano aseguraban rotundo éxito. Los pesimistas, completo fracaso. No faltaron tampoco los derrotistas, que no solo aseguraban el fracaso, sino que han puesto de su parte obstáculos de la murmuración, para ahogar la feria, si fuese posible, antes de nacer.

Foto: Justino Castroverde.

EL MERCADO DE GANADOS.
El mejor exponente del feliz resultado de la primera edición de la feria de primavera portuense era para “Cruzados” el mercado de ganados. Advertía que el número de transacciones realizadas (33 de ganado caballar, 22 de asnal y 17 de mular) podría parecer corto, pero no se tenía en cuenta que “la mayor parte del ganado era selecto y que sus propietarios se negaban a venderlos y los precios elevadísimos de los mismos” y que en la información sólo figuraban las que habían tenido que “pasar por las oficinas” así como que otros muchos tratos no habían sido más que iniciados pero ultimados.

Contaba también el programa de la feria con carreras de cintas en bicicletas, concursos de bailes regionales, carreras pedestre, un espectáculo cómico taurino musical y conciertos de bandas de música, como el de la banda de Infantería de Marina de San Fernando.

Foto: Rafael González.

EL ÚLTIMO DÍA.
Numeroso grupo de caballistas y amazonas cruzan el recinto y lucen sus habilidades con las pintureras cabriolas y movimientos de la garbosa jaca. Magníficos coches enjaezados con lujo y gracia desfilan entre el público llamando la atención con el sonar de cascabeles y el restallar de los látigos. Vino después la entrega de premios a las mejores cabezas y lotes presentados de ganado vacuno, caballar, mular, asnal, cabrío y de cerda y por la tarde, de carrozas fue concedido por un jurado integrado por Luis Suárez Rodríguez, Joaquín Calero y Juan C. Bottaro Palmer, la lancha presentada por Felix Tejada Mayo que había sido realizada por el pintor Juan Lara.

Foto: Kiko Sánchez.

GRACIAS Y SUCESOS.
Censuraba con todo, “Cruzados”, la actitud de algunos participantes en esta batalla “que olvidando su verdadero carácter de fiesta correcta y galante, creyeron estar en los campos de batalla de entre aliados y alemanes, niños patosos que se dedicaron a tirar todo lo que a mano tenían, y que con sus “gracias” estropearon una fiesta tan simpática.

No faltaban en las crónicas los relatos de otros sucesos como los ocho niños que fueron sorprendidos por los guardianes bañándose desnudos en la fuente grande la Victoria; o los otros tres que robaron una cartera con 75 pesetas; el robo que sufrió en sus camerinos un payaso de uno de los circos que actuaba en la feria o las detenciones de los dueños de un “puesto” donde se jugaba a los dados y de una garita donde había una ruleta cuyos premios eran falsos.

Foto: Archivo Municipal.

FIESTA DEL VINO.
Y, si hemos de buscar antecedentes, no faltaba tampoco para la denominación de “Fiesta del vino fino” que se incorpora a la feria este año. Fue en 1.943, el primero de los dos que hubo feria de ganado en el coto de Valdelagrana a principios de septiembre, cuando en la Feria de la Victoria, se celebró la “Fiesta del Vino”, en la que, según crónica de entonces, “bellísimas señoritas ataviadas con el típico traje andaluz” dieron a beber “los caldos, más selectos de las acreditadas firmas vinateras portuenses. (Texto: José Ignacio Buhigas Cabrera).

 

A veces, los que viajamos tanto o más a través de las páginas de viejos libros, que por  caminos que nos llevan a lugares reales, nos podemos encontrar realizando viajes tan inesperados   como apasionantes. Es lo que me sucedió hace unos días,  donde por casualidad me topé con un curioso libro. Curioso porque resultó ser una rareza bibliográfica apenas localizable en alguna biblioteca y, además, porque el libro en cuestión, de literatura viajera, recogía algunas referencias a la provincia de Cádiz, incluyendo en ellas al Puerto de Santa María, por unos desconocidos para mí, hasta este momento, viajeros polacos. Pues bien, en este 'Viajeros por España y Portugal' de Javier Liske, se nos dan noticias de tres viajeros polacos, que enrolados en los ejércitos, primero de Carlos V y luego de Felipe II, recorrerán España camino de sus compromisos bélicos.

Portada del Libro 'Viajes de Extranjeros por España y Portugal en los siglos XV, XVI y XVII'.

Hay en el libro algunas  referencias, como comentaba más arriba, al Puerto de Santa María, cuyo interés reside principalmente en ser estas anteriores a la eclosión del fenómeno viajero por nuestro país, primero por los viajeros ilustrados y luego, y muy especialmente, por los románticos. Por ello el libro de Liske tiene un doble interés ya que, por un lado, nos descubre a viajeros que por una razón u otra pasaron por nuestra población en fechas muy anteriores al fenómeno viajero, pero sobre todo descubrimos en estos testimonios la imagen de una ciudad , más cercana a la imagen medieval y sus servidumbres bélicas que a la que dos siglos después nos dejarían los viajeros románticos. No son extensas las referencias encontradas, pero sí muy curiosas, sobre todo en el más extenso de los textos sobre nuestra ciudad, obra del germano polaco Erich Lassota que el 6 de Octubre de  1583 desembarca en Cádiz después de distintas campañas militares con un regimiento alemán al servicio de España.

El Puerto  de Santa María visto en 1567 por Anton van Wyngaerden. Detalle.

Dos días después Lassota se acerca acompañado de dos compañeros de armas, Felipe Molfritz y  Juan Stridel, a la vecina ciudad de El Puerto, y  de aquella efímera visita nos dejaba el siguiente texto:

«Porto Santa María es una grande y  hermosa villa, propiedad del duque de Medina Celi. Atraviesa esta localidad un bello río que corre dentro del país y ofrece mucha seguridad, las galeras de España suelen estacionar allí. Posee algunas magnificas iglesias y conventos. De este lugar nos fuimos a pie a una milla más adelante, a una venta donde comimos y luego dos millas, a Sanlúcar de Barrameda».

Los siguientes días nuestro viajero recorrerá, siguiendo el río, poblaciones vecinas como Lebrija, Puebla, Coria, hasta llegar a Sevilla. Permaneció en la provincia, una veces acuartelado en Cádiz, otras en Jerez y el Puerto, hasta Mayo de 1584, periodo que le permitió conocer otras poblaciones como Trebujena, Medina, Puerto Real, etc. Fue entonces cuando todas las banderas alemanas acampadas por entonces en el Monasterio de Nuestra Señora de la Victoria en El Puerto de Santa María, recibieron orden de embarcar. Nuestro personaje Erik Lassota lo haría en la nave capitana Vicenzo de Pola, que al frente de una flotilla de galeras partió rumbo a Italia a la llamada de nuevos servicios militares, y por lo que sabemos fue la última vez que este viajero estuvo por  estos parajes del sur peninsular.   (Texto: Ramón Clavijo Provencio).

3

Puerta inconclusa de Las Campanas. Gran angular. /Foto: Javier de Lucas.

Debió destacar como ningún otro edificio, ¡y eso que en El Puerto los hay muy bien plantados, cuyas fachadas aun reflejan el pasado abolengo de una época próspera! Y los patios que cobijan, ¿qué me dicen de ellos…? La Prioral es una inmensa mole de piedra, de planta gótica y remates neo-renacentistas que se eleva sobre un templete escalonado. No guarda proporción con los edificios colindantes, en especial con la capilla de la Aurora, tan modesta y tan hermosa, que apenas toca por una de sus esquinas. La bien planeada plaza de España permite contemplar el monumento en su justa proporción.

Puerta del Sol. Detalle. /Foto Paco Belmez.

Y, si no fuera suficiente, se puede admirar desde Micaela Aramburu, recorriendo con la vista toda la calle Palacios, hasta tropezar con ella. Es una visión espeluznante hacerlo al atardecer, cuando la luz desfallecida aún tiene ánimos para jugar con la espadaña y el campanario, cuando proyecta sombra sobre los contrafuertes y la recorta del inmenso cielo.

Zona de respeto de la Iglesia Mayor. Detalle Columnas. /Foto: Bitarita.

Las columnas que señalaban los límites del suelo sagrado ya no sostienen guirnaldas de hierro, donde los críos nos columpiábamos con equilibrio arriesgado e inestable.

Capilla adosada a la fachada de la Iglesia Mayor Prioral. “Tu honorificencia populi nostri” Tu eres la honra de nuestro pueblo. Fue construida por internos del Penal del Puerto en el año de 1940. /Foto: J.M.M.

Mientras la circundamos, sorprenden muchos detalles de la misma: La modesta capillita de la Virgen, oratorio callejero y recuerdo de su celestial presencia… Nunca faltan flores frescas y los candelabros laterales aún brillan mientras la ciudad duerme. En dirección sur, al otro lado de la portada, hay una gran cruz de madera que recuerda a Cristo en su pasión. La madera se ha abierto y apenas se sostiene con los cuatro agarres de hierro que la fijan al paramento. Sus lineas oscuras, entrecruzadas y ordenadas, forman un doble eje de simetría respecto del ventanal y los ojos ovalados.

Sillares desgastados de la Piroral de la Puerta de las Campanas. /Foto: F.A. Gallardo.

¡Qué será de ella cuando los vientos de poniente y levante, tan característicos y conocidos, acaben por borrar la fisonomía de sus tallas, en su afán por devolver lentamente la arenisca que la conforman a la sierra de San Cristóbal! ¿Quién detendrá este deterioro, esta conversión a la nada de su impresionante alzado? ¿Qué será de sus espectaculares remates, de sus bajorrelieves, de las virtudes capitales que otean impertérritas la ciudad, de la enigmática fachada del sol y la pretendida fachada gótica?

Otra vista de la Puerta del Sol. /Foto: Hikergoer.

Si nadie lo remedia, acabarán desdibujadas en el espacio y el tiempo; en ese tiempo que alguna vez marcó el reloj de la torre lateral de levante. ¿No es una ironía que se haya detenido en las diez y diez, la hora más simpática?» (Texto: Álvaro Rendón Gómez).

Fachada lateral de la Iglesia Mayor Prioral, convertida en principal. /Foto: Costaluz.

1

Las cantigas estan en un género medieval propio de la zona gallegoportuguesa en la que los trovadores ponían música a los poemas, que solían cantarlos los juglares. Ya he traído en otra ocasión las famosas Cantigas de Amigo del trovador gallego Martín Codax. Hoy te traigo una de la que sin duda es el corpus más conocidos de cantigas. Además, con una dedicación muy especial... ¡A mi ciudad donde vivo! Vamos a ello

Estoy hablando de las Cantigas de Santa María del rey Alfonso X el Sabio (1221-1284), rey de Castilla e hijo del también rey Fernando III el Santo (es decir, san Fernando). El apelativo de sabio no es algo gratuito ya que, además de sus habituales contiendas guerreras y de conquista, tenía tiempo de dedicarse a las bellas artes y la poesía. /En la imagen “Aparición de la Virgen a Alfonso X” Cuadro de grandes dimensiones que se exhibe en el Auditorio Municipal San Miguel. Anteriormente se encontraba situado en la escalera del antiguo Ayuntamiento de Plaza de Peral. Ha sido restaurado por los técnicos de Museo Municipal, Javier de Lucas y Juan José L.  Amador. (Foto Servicio Municipal de Restauración del Excmo. Ayuntamiento).

¿Quién no conoce las Cantigas de Santa María? Son unas 420 composiciones dedicadas a la Virgen María. A pesar de que tradicionalmente se las asigna al rey Alfonso, no puede comprobarse que fuese el autor de las mismas; es más, es algo muy improbable. El rey era un amante de las bellas artes, y seguro que era el impulsor de la composición de las cantigas, e incluso seguramente supervisor de muchas de ella, pero no pudo componerlas todas. La autoría del rey está asegurada en unas 10 o 12, y poco más; y esta autoría no es porque aparezca la firma del monarca sino por la temática y porque tratan temas muy personales.

Hoy traigo la Cantiga número 364 titulada Quen por serviço da Virgen. La cantiga cuenta cómo Santa María del Puerto protegió a treinta obreros que cavaban la tierra para construir una iglesia y se cayó sobre ellos la torre. Les contaré que Santa María del Puerto hace referencia a una advocación que radicaba en El Puerto de Santa María (sitio donde orgullosamente vivo), llamado Alcanate en la época del rey sabio. Dicho rey transformó la mezquita en un santuario sobre el que hoy se construye el Castillo de San Marcos. La imagen (aunque no completa) se conserva hoy día con la advocación de Nuestra Señora de los Milagros.

Aquí tienen esta cantiga interpretada por el conjunto Música Antigua dirigido por Eduardo Paniagua. Pueden leer el texto de esta cantiga haciendo clic aquí.

(Hacer clic en botón de PLAY abajo. Es posible que antes de la música tenga que escuchar algo de publicidad. Espere que pase y comenzará la música automáticamente. En la parte superior derecha verás dos controles que puedes deslizar con el ratón; el de la izquierda es con el que puedes controlar el volumen.) (Texto: José Gallardo Alberni).

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.

ACEPTAR
Aviso de cookies