Saltar al contenido

1

Affiche-El-Puerto-de-Santa-MariaEse cartel promocional de las playas porteñas es de finales de la segunda mitad de los cincuenta del siglo pasado. La candidez del chiquillo de traza angelical que llena de arena dorada un cubo tumbado, con escudo municipal grabado y todo, es metáfora potente de lo que era en esos días la que resulta ser hoy la industria más decisiva para dejar atrás - de una vez por todas y de verdad- crisis, recesiones y demás pegajosas pesadillas de carácter económico.

Similares sensaciones de ternura nos asaltan cuando rescatamos de uno de los textos capitales de la bibliografía portuense, Puerto de Santa María. Ciudad de Historia y turismo, salido de la mano barojiana de don Manuel Martínez Alfonso, esta página que da cuenta de una visión de futuro que hoy leemos con la mirada con la que nos acercamos a una novela de ciencia-ficción de finales del XIX: con entrañable asombro y con respetuosa cordialidad.   /Texto: Ángel Mendoza). (Las imágenes que se reproducen a continuación pertenecen al libro de Martínez Alfonso).

“De hoy, en cambio, es la tercera industria portuense: el turismo.

De hoy, como tal industria. Pues bien antiguos e ilustres precedentes tienen las playas del Puerto como estación balnearia. Nada menos que los infantes Don Francisco de Paula y su esposa doña Luisa Carlota, con sus hijos, entre ellos Francisco de Asís, que luego sería rey consorte por su matrimonio con Isabel II, vinieron con su séquito y servidores –setenta y dos personas en total, sin contar las clases de tropa- a residir en el verano de 1822 al Puerto de Santa María; y hasta cuentan las crónicas de la Ciudad que les obsequió, complacida con su presencia, con un elegante baño flotante, y organizó en su obsequio todo un vasto programa de festejos.

lasredes_1978_puertosantamaria

El Club Las Redes, en 1978.

De hoy, sin embargo, es la verdadera promoción turística de nuestra Ciudad. De hoy y, casi diríamos, de mañana; pues con ser ya firme y eficaz cuanto en este orden de cosas se ha realizado, las posibilidades turísticas del Puerto son tantas y tan buenas, que ofrecen par un futuro inmediato una amplia perspectiva de realizaciones, muchas de las cuales están ya en fase de programación.

Pero, para no adelantarnos a lo que tiene que venir, basta que centremos nuestros comentarios sobre lo que ya son espléndidas realidades.

valdelagrana_1978_puertosntamaria

El paseo marítimo de Valdelagrana, en 1978.

En Valdelagrana, a la orilla izquierda del Guadalete, y en lo que hace pocos años sólo eran terrenos baldíos y playas deshabitadas, se extienden amplias zonas urbanizadas con viviendas unifamiliares, hoteles, residencias y torres de apartamentos, comunicadas por una red de calles y avenidas y enlazadas a lo largo de un hermoso paseo marítimo. Instalaciones comerciales, piscinas, pistas de Tiro Pichón y al Plato, Camping, Estadio Deportivo, completan, entre otras, las instalaciones de este maravilloso complejo residencial que, por otra parte, no ha hecho más que iniciar el desarrollo de sus inmensas posibilidades.

La antigua y tradicional playa de la Puntilla ha sido remozada, con nuevas instalaciones y más cómodos accesos, y construida ya la primera fase de un nuevo paseo marítimo, que llegará, por de pronto hasta la Punta de la Colorá, donde van a iniciarse las obras de un gran puerto deportivo.

1978_puertosantamaria

Vista aérea de la Ciudad en 1978.

Más al Oeste, y hasta el límite jurisdiccional de la Base de Rota, nuevas urbanizaciones con hoteles, chalets y bungalows se suceden a lo largo de la costa: Vista Hermosa, Las Redes, El Manantial, Fuentebravía…

El hotel de ese nombre, con su antigua denominación de “parador” y unas instalaciones por completo transformadas en la actualidad, fue el verdadero pionero del turismo portuense. Eran tiempos –todavía al alcance de la mano- en se iba a aquella playa en cascabelero coche de caballos. Por el camino –cinco largos kilómetros de curvas sorprendentes en medio de una rica vegetación- se cruzaba uno, a lo más, con un par de camperitos soñolientos, algunas muchachas deportistas que pedaleaban en su bicicleta y –eso sí- con el imprescindible carro de los cántaros, todo pintado de verde, que traía a los refinados de la población la provisión de agua, del fresco manantial de Fuenterrabía. Todo ello ha sido superado hoy, aunque lo digamos con cierta nostalgia. Pero en medio de este fecundo desarrollo turístico el Puerto vive hoy en nuestros días y ante las magníficas perspectivas de su todavía porvenir, todavía más prometedoras, bueno es traer aquí, modesta, sencillamente, el recuerdo de aquel “Parador” que sentó las bases del actual turismo portuense.”

'Puerto de Santa María. Ciudad de Historia y Turismo'. Manuel Martínez Alfonso. Editorial EVEREST. León, 1978

1

octavio_paz_1914_puertosantamaria

Hasta Google se unió al homenaje a Octavio Paz cambiando su logotipo durante un día para celebrar el centenario del nacimiento del gran poeta mexicano. La efeméride ha pasado inadvertida para nuestros prebostes locales que han perdido la oportunidad de aprovechar una circunstancia con la que ya quisieran soñar muchas ciudades para su proyección cultural: el vientre que dio a luz a uno de los escritores más grandes del siglo XX era de una portuense. Una calle, cerca de la Avenida de la Libertad, es todo lo que tiende dedicado El Puerto al que fuera Premio Cervantes y Premio Nóbel de Literatura. En fin, allá ellos y su ceguera crónica. Al menos desde aquí nos unimos al torrente de ciclos, conferencias, reediciones y cientos y cientos de páginas que han llovido, y lo seguirán haciendo hasta finales de año, para celebrar esta importante fecha.

Nació Octavio Paz en la Ciudad de México el 31 de marzo de 1914. Su madre era española, portuense, como ya se ha dicho; su familia paterna, en cambio, liberal e indigenista. Su abuelo escribió novelas históricas, su padre participó activamente en la revolución mexicana. De niño vivió una temporada en Estados Unidos, donde volvería muchas veces a lo largo de su vida, y tuvo una educación sofisticada. Estudió Derecho y Filosofía y Letras, y empezó trabajando en las misiones educativas del general (y presidente) Lázaro Cárdenas. Entre 1943 y 1945 vivió en Nueva York y San Francisco, luego se instaló en París como diplomático, en 1952 viajó por India y Japón. Vuelta a México en 1953. Entre 1962 y 1968 fue embajador de México en la India. Dio clases en universidades estadounidenses, fundó revistas de la relevancia de Plural y Vuelta, se casó dos veces, con Elena Garro en 1937, con la que tuvo su única hija, y en 1969 con la escultora francesa Marie-Jó Trianin. Escribió y escribió, ensayos y poesía. Obtuvo el premio Cervantes en 1981 y el Nobel de Literatura en 1990. De Ladera Este, uno de sus grandes poemas, son estos versos: “Yo escribo a la luz de una lámpara / Los absolutos las eternidades / Y sus aledaños / No son mi tema / Tengo hambre de vida y también de morir / Sé lo que creo y lo escribo”.

bar_navio_x_puertosantamaria

A la derecha, el Bar Navío I, vemos el arranque del anuncio del Amontillado de Celis. Todavía no se había derribado, ni el edificio que luego albergaría al Banco Hispano Americano (hoy Banco Santander Central Hispano) que formaba un tacón en la calle, ni la torrecilla mirador de la calle Luna que vemos al fondo a la derecha.

Don Luis Suárez Ávila –ese Larousse de las cosas de El Puerto- escribió, y bien, como siempre lo hace, sobre la señora madre de Octavio Paz en Gente del Puerto hace unos años:  “Josefina Lozano, hija de un comerciante de Cádiz y de una señora de Medina Sidonia, nació y vivió en El Puerto. Viuda la madre, ella y su hija Josefina regentaron una tienda de vinos en la esquina de la calle Luna y Misericordia, donde estuvo el Bar Navío y hoy hay una tienda de chucherías [en la actualidad un establecimiento de helados]. Luego emigraron a Méjico, donde Josefina se casó con un hijo del general zapatista Don Irineo Paz, escritor y periodista liberal. Y es Josefina Lozano nada menos que la madre del Premio Nóbel de Literatura de 1990, Octavio Paz Lozano, nacido en Méjico, en la colonia Juárez, en 1914, poeta, novelista, ensayista, a quien tuve el honor de conocer y tenía a  gala su ascendencia portuense. Por cierto, que cuando le otorgaron el Nóbel, lo llamé por teléfono al Colegio de México, donde vivía, sin contar los cambios de hora. Así que lo desperté a media noche. No obstante, muy educado, me agradeció la llamada, aunque, de verdad, me debía haber mandado al cuerno, por haberle importunado en su sueño”.

Ahí va un enlace para oír al gran Octavio Paz leyendo algunos de sus inquietantes y hermosos poemas. /Texto: A. Mendoza.

 

2

fiesta_casagrande_vistahermosa_puertosantamaria-copia-2

La última semana de agosto, antes como ahora, coincidían en nuestra ciudad la mayor aglomeración de veraneantes y visitantes ocasionales del verano y se programaban en esos últimos días de afluencia masiva no solo los mejores espectáculos musicales y taurinos, sino las más sonadas y prestigiosas fiestas privadas, también llamadas “de familia”.

osborneguezala_puertosantamariaUna de las que por esa época alcanzaron mayor resonancia era la que organizaba Roberto Osborne Guezala, empresario triunfador en Sevilla con su fábrica de cervezas ‘La Cruz del Campo’,  aparte de ser accionista destacado de la firma vinatera de su apellido, fiesta que tradicionalmente realizaba cada verano junto con su esposa María Teresa Vázquez de Pablo en la ‘Casa Grande’ de Vista Hermosa, paraje que como pueden imaginar los lectores, estaba rodeado de pinares cuajados de camaleones, viñas rebosantes de dulce uva moscatel casi madura por aquellas fechas, retamales, higueras bravías y chumberas que servían para delimitar las lindes de las huertas y navazos de los mayetos que rodeaban tan magnífico chalet, sus instalaciones y jardines.  Aunque la familia solía cerrar la temporada estival, como era y es costumbre en los nativos,  después del día en que se celebra la Natividad de la Virgen, el 8 de septiembre, festividad de la patrona local, la Virgen de los Milagros, esta fiesta reunía, además de a su extensa familia, muchos de cuyos miembros residían lejos de El Puerto, a un numeroso grupo de amigos e invitados de toda la comarca, de su misma clase social. Era una fiesta-baile nocturna,  a lo grande, sin escatimar gastos. /En la imagen de la izquierda, uno de los fundadores de Cervezas La Cruz del Campo, Roberto Osborne Guezala.

carlosdeborbon_infante_puertosantamariaReferiremos en esta croniquilla casi un siglo después, la  que tuvo lugar en el verano de 1926. Para la ocasión se engalanó toda la arboleda que rodeaba la fachada principal de la Casa Grande y el sendero de entrada con bombillas eléctricas de colores causando sorpresa de admiración a cuantos invitados iban llegando en sus coches desde Jerez, Sanlúcar, Cádiz… y también El Puerto.  El matrimonio recibía a los invitados en la hermosa escalinata de acceso por la que se asciende al ‘hall’ de la casa, iniciándose el baile de la tarde-noche en un espacioso salón que llamaban ‘Salón de Tennis’, posiblemente porque en los días de mucho viento, calor o lluvia, debido a sus dimensiones y la altura del techo, fuese utilizado como una pista cubierta para practicar ese deporte. Cabían holgadamente un centenar de parejas de baile, amén de la banda municipal que amenizaba la ‘soiré’ conjuntamente con una orquestita muy prestigiosa llamada ‘Sexteto Castillo’ considerada como una ‘jazz band’ que actuaba habitualmente en las selectas fiestas de la sociedad sevillana, y había sido contratada por  Roberto Osborne que la vio en una actuación en la casa palacio que  los Sánchez Dalp tenían en la plaza del Duque de Sevilla, en una fiesta organizada en honor de SS.AA los Infantes Doña Luisa y Don Carlos, a la que asistió como invitado. /En la imagen de la izquierda, Carlos Tancredo de Borbón-Dos Sicilias. Infante de España, bisabuelo materno del rey Felipe VI. (Gries-Francia) 10-11-1870 - Sevilla, 11-11-1949. /Foto: Colección Manuel Montes Mira.

Convertido parte del jardín en una especie de recinto ferial, con varias avenidas de albero que conducían a las pista de tenis en donde estaban instalados diversos puestos en los que se ofrecían deliciosos helados (fri-cap), mosto frío y varias clases de caldos generosos con la misma denominación o marca que el pinar que circunda la finca: ‘Mochicle’ y, por supuesto, la cerveza de la casa.  Los que no bailaban, paseaban por esas avenidas que iluminaban un centenar de focos y se iban instalando en la plaza portátil , que tenía amplias y cómodas gradas y dos palcos, uno para la banda de música y otro para la presidencia, montada junto a las pistas de tenis, donde tendría lugar a continuación una becerrada nocturna en la que intervinieron, en primer lugar Rafael Muñoz Ávila, toreando, banderilleando y estoqueando a un becerro, siendo aplaudido por los asistentes su voluntad y afición.

la_angelita_alfondo_ganado_puertosantamaria

'Villa Ángeles' o 'La Angelita', desaparecida hace cinco años, en 2009.

Hacía catorce años que había regresado de Cuba con su familia, pasando a vivir a una hermosa finca rústica del camino de Fuentebravía, llamada "Villa Angeles", que era el nombre de su madre. Esta denominación me trae el recuerdo de una encantadora casita, ya desaparecida, pintada de color siena, situada al otro lado de la antigua vía del tren de Rota, frente a la calle Ganado, conocida popularmente como "La Angelita", inmueble que citamos aquí como un nostálgico y simbólico recuerdo de los mucho que hemos perdido en la ciudad en el pasado reciente.

casa_aramburu_cadiz

La Casa Aramburu, en Cádiz.

El segundo lo lidió otro de los aficionados invitados, José Aramburu, hermano del jefe del partido conservador de Cádiz y pariente de Ramón de Carranza, diputado por El Puerto de Santa María en 1919. En el transcurso de la misma los asistentes pudieron presenciar, asombrados,  como se tiraba al ruedo un joven espontáneo, vestido con blusa de dril y gorra; casi inmediatamente hizo su aparición la autoridad en forma de guardia municipal, que procedió a su detención, tranquilizándose algunas de las espectadoras que se habían angustiado con el incidente.  Sin embargo, al llegar a la barrera, detenido y municipal, saludaron al público, que les aplaudía cariñosamente. Eran, uno de los hijos de los anfitriones, Roberto Osborne Vazquez y un amigo, Joaquín Lizárraga que habían preparado el numerito.  En el intermedio entre becerro y becerro, profesionales de la venta ambulante, consumados pregoneros de sus productos: agua, vino, cerveza, gaseosa… y toda suerte de 'chucherías gastronómicas', desde corrucos a 'güeros langostinos' ofrecían gratuitamente los mismos a todo el que los quisiera.

Del tercer becerro, para regocijo de los más pequeños, se ocupó la cuadrilla bufa de Fatigón, profesionales de los espectáculos denominados ‘charlotadas’ que actuaban con éxito en los cosos de todo el país con el nombre artístico de ‘Charlotte, Fatigon y su botones’ que desgranaron su repertorio de trucos y payasadas. Fatigón, montado en la caña de una escoba con una cabeza de caballo de cartón realizó todas las suertes del rejoneo, finalizando con oficio de un estoconazo, pie a tierra, su actuación, que fue muy jaleada por los asistentes. La cuarta y última res que salió al ruedo fue lidiada y estoqueada por el ganadero sevillano Tomás Murube, que tiene una calle en aquella capital andaluza. Según se indica en la reseña del acto inserta en la ‘Revista Portuense’, en la que nos hemos documentado para escribir esta nótula, su actuación estuvo plena de “arte y valentía”.

tomas_murube_1934

Tomás Murube y Sebastián Recasens, en 1934, en el aeródromo de Sevilla junto a la primera piloto femenina del aeroclub, Gloria Cuesta, a los pies del autogiro de La Cierva.

Una década después, en los primeros compases de la guerra civil, pilotando, conjuntamente con Sebastián Recasens, una avioneta del Aéreo Club de Sevilla en labores de reconocimiento, tal vez imprudentemente, fue derribada por los fusiles de los milicianos republicanos a la altura de la Roda de Andalucía. Aunque salieron con vida del percance, como señala Mercedes Fórmica en su obra ‘Visto y vivido’ 1931-1937’: “En aquellos días no se hacían prisioneros” y fueron ambos fusilados.

Durante la lidia de los tres becerros por parte de Muñoz Ávila, Aramburu y Murube, estuvieron asistidos y ayudados por una cuadrilla formada por José Mora Figueroa, Manuel Salvador y José Antonio Benvenuty, este último habitual actuante por esas fechas en becerradas realizadas en el coso portuense y, posteriormente,  banderillero profesional formando parte de la cuadrilla de Manolo del Pino, el mítico novillero local 'El Niño del Matadero'.

manueldelpino___puertosantamaria

En la imagen, Manuel del Pino, 'Niño del Matadero'.

Finalizamos esta mirada retrospectiva, reproduciendo textualmente el comentario del cronista que vivió hace ochenta y ocho años aquel evento social veraniego: “Terminada la fiesta taurina que resultó brillantísima, dirigióse nuevamente la concurrencia al salón de ‘tennis’ pasando antes por los puestos (anteriormente mencionados) donde se servían toda clase de delicados fiambres, pastas, dulces finos, medias noches, emparedados y por último, chocolate. Reanudado el baile en el (salón) tennis, no cesaban en el baile las parejas, continuando en amenizar la fiesta el ya consignado sexteto Castillo, interpretando lindos ‘foxtros’ y la banda municipal con alegres pasodobles y otros números. La agradabilísima fiesta duró en todo su apogeo y brillantez hasta después de la seis de la mañana". /Texto: Antonio Gutiérrez Ruiz. A.C. PUERTOGUÍA

 

luismazzantiniyeguia__puertosantamariaEl 6 de diciembre de 1880 'El Toreo' (Madrid) publicaba los siguientes datos biográficos del matador de toros, Luis Mazzantini, cuando este, --por vez primera-- despachaba un toro de puntas en la Plaza de Madrid.  «Luis Mazzantini y Eguía es natural de Elgoibar (Guipúzcua), donde nació el 10 de Octubre de 1856. En unión de sus padres se trasladó a Italia en 1867, donde residió hasta 1870 en que regresó a España, ingresando en la servidumbre del Rey Don Amadeo de Saboya. En 1873, fue nombrado factor telegrafista de los ferrocarriles del Mediodía, y en 1878 jefe de Estación en la de Malpartida, dejando su destino en Mayo de 1880, para dedicarse al arte del toreo. Toreó por primera vez en Albacete, el año 1873, en dos novilladas organizadas por los empleados de aquella Estación, matando dos toretes. Después trabajó como sobresaliente en dos becerradas, dadas por la Sociedad de socorros de ferrocarriles, que se celebraron en Madrid en 1877 y 79». «.../... has toreado en varias plazas, entre ellas, Valencia de Alcántara, Sonseca, Villena, Jadraque, etc... Posee los idiomas italiano y francés, y tiene el título de bachiller en artes».

Nos encontramos ante un torero, hijo de ingeniero italiano y madre vasca, con formación académica, que hablaba idiomas y que además llegó al mundo del toro -sin poner siquiera- un tercio de banderillas. Recibió el tratamiento de 'Don' y el de 'Señorito loco' habiendo torerado con las máximas figuras de su tiempo, caso de Rafael Guerra, Lagartijo y Frascuelo.

De elegante vestir y codeándose con la alta sociedad, cultivó amistades entre los artistas y frecuentaba las tertulias literarias, acudiendo con asiduidad a la Ópera o al Teatro. Llegó inclusive a ser, actor en las obras 'La mujer del sereno'  y 'El Salón de Eslava' en donde tomó parte como protagonista, con muy buen estilo, tanto que el periódico 'La Palma de Cádiz' de febrero de 1884 publicaba -en relación a las citadas obras- lo siguiente: »../... se posesiona de tal modo de su papel y lo desempeña con tanta naturalidad, que nos hace dudar si es actor o torero. Tanto en las tablas como en el redondel, se porta el bachiller a las mil maravillas».

luizmazzantini_casa_puertosantamaria

El Recreo de Mazzantini, en la carretera de Rota.

Fue uno de los toreros que más corridas despachó en su vida profesional, adquiriendo una considerable fortuna. Aunque tenía residencia en Madrid, poseyó para su descanso una magnífica finca en El Puerto de Santa María donde pasaba largas temporadas, frecuentando bastante la ciudad de Cádiz, dado su cercanía, donde acudía al teatro.

Atípico hasta límites insospechados, Mazzantini en una entrevista concedida a la revista Nuevo Mundo (20 10 1897) declaraba que se hizo torero en Francia, por ser allí donde primero se le abrieron las puertas. De regreso toreó varias corridas en España y marchó a América donde permaneció por espacio de tres años.Tomó la alternativa en Sevilla de la mano de Frascuelo en 1884 y en el mismo año se la confirmó Largartijo en la plaza de Madrid.

El 20 de octubre de 1897 se publicó una interesante entrevista en la revista Nuevo Mundo, artículo firmando por el periodista E. Contreras y Camargo. Algunas de las fotos que aparecen en esta entrada, pertenecen a dicho artículo.

Se retiró del mundo del toro en febrero de 1905, al fallecer su esposa, dedicándose al mundo de la política, donde llegó a ser concejal en el Ayuntamiento de Madrid, teniente de alcalde, miembro de la Diputación Provincial y gobernador civil de Guadalajara y de Ávila.

luizmazzantini_familia_puertosantamaria

Mazzantini, su sobrina, su señora, su cuñada, su hermana y el prometido de ésta.

Declaró al periódico El Fígaro de Madrid en 1919 lo siguiente «Para poder ser algo en España no había más camino a seguir que el de ministro o el de torero, y que. viendo que no podía ser ministro, optó por ser torero».

Mazzantini además tuvo una hija natural o una sobrina (quizás la de la foto de arriba) --no se sabe con exactitud--, que se dedicó con aprovechamiento al cante flamenco y que tiene atribuido un estilo de Soleá encuadrada por Los Soler en la zona cantaora de Jerez, llamada de 'Teresita Mazzantini'. Dicho estilo, muy poco difundido, está recreado en uno de Frijones, aunque con matices en sus primeros versos del primer estilo de Enrique 'El Mellizo'. Los primeros artistas que lo impresionan son: Manuel Torre (1909), Pastora Pavón 'Niña de los Peines' (1910) y Pepe ‘el de la Matrona’ (1914).

obispo_obispa_22_puertosantamariaPosteriormente es nuevamente grabado por Antonio Mairena.. Según Alonso Núñez 'Rancapino' su abuela, 'Tia Antonia La Obispa' cantaba esta soleá con gran flamencura y es muy posible que 'La Niña de los Peines' lo aprendiera directamente de Teresita o bien de 'La Obispa' del Puerto.

Pero ahora viene lo bueno... y es que el 'vascongado' Mazzantini, amén de todas las profesiones que  dijimos antes, también fue flamenco de pro, fíjense la que lió en la Muy Noble, Antigua y Leal Villa de Valencia de Alcántara (Cáceres), mas concretamente en un Café Cantante de dicha localidad, tal como recoge el periódico madrileño ‘El Enano’ de fecha 23 de enero de 1898. (artículo también publicado en 1910 por el periódico ‘El Bloque'). /En la imagen de la izquierda, El Obispo y La Obispa.

noticia mazzantini flamenco

¡Que lástima! que no tengamos en la actualidad, políticos de la talla y clase de Don Luis Mazzantini, ¡todo un dandi!. /Texto: Antonio Barberán.

Iba yo por la calle Palacios, con mi maletín, camino de los Juzgados, cuando me encontré con otro compañero, abogado, también con su portafolios, y proseguimos nuestra marcha hasta la Plaza del Castillo. La gente nos miraba. La verdad es que nos entró complejo. Porque Vd. habrá visto por la calle pulular a esas parejas de liberados Testigos de Jehová o a esos "Morancos de Triana" disfrazados de mormones, todos con sus maletines llenos de prospectos, biblias y revistas.

clausura_espiritusanto_puertosantamaria

Imagen desde la Clausura del Convento de las Comendadoras del Espíritu Santo.

Después de aquella caminata hacia los Juzgados, cada vez me veo más incómodo con el maletín en la mano, por temor a que me confundan, me huyan o crean que me dedico a repartir "Atalaya" y a invadir las casas y espetar peroratas de piñón fijo, a diestro y siniestro. Vamos, que crean que me han liberado.

Antes, no existía esa figura del liberado. Porque el liberado, quede claro, cobra por dedicación exclusiva. Antes había, y muchos, beatos. Pero el beato es un "amateur". Otra cosa es el cura y la monja. Ya lo dice San Pablo:"El que sirve al altar, del altar debe vivir". Pero para eso, lo primero que hay que tener son altares y santos. Para quienes no los tengan, pues, eso.

Recuerde Vd. a las inefables beatas portuenses. Dé un repaso a las más preclaras e inmediatamente recientes: Conchita Reyes, Candelaria Leal, Cruz Hernández, las tres hermanas Gil Chavero (Isabel, Concha y Rosita), Marujita la del "Sin Nombre"... o, en el género masculino, rememore a Don Francisco Pérez Gil, a "Morenito" el del Registro o a Don Galo Domínguez del Rosal, devoto varón del que se cantaba: ¡Viva María!/ ¡Viva el Rosario!/ ¡Viva Galo Domínguez, /que lo ha fundado!. Pues no eran gente desocupada. Bien laboriosa que eran todas esas mujeres y hombres a que me he referido.

mariagalvez_1_puertosantamariaEl liberado es otra cosa. El beato, nunca ha sido un liberado. Ha sido un entregado a sus convicciones y sus devociones, pero lo primero que ha hecho ha sido trabajar a destajo. Recuerde, por ejemplo, a doña María Gálvez, beata prestigiosísima de esta Ciudad y Profesora en Partos, esto es comadrona. Pues no daba abasto. Cuando no era aquí, era allá o acullá, donde la pobre tenía que asistir a una parturienta, porque antes se paría más que ahora, aunque ahora a todos nos hayan puesto a parir. /A la izquierda, la matrona Doña María Gálvez.

Ello no quita para que, en los ratos libres, dedicara los lunes a las Animas Benditas del Purgatorio y a hacer las "Caminatas de San Nicolás"; los martes, los destinara a la devoción de Santa Ana, madre de la Virgen, o, si lo prefería a San Antonio; los miércoles los dedicara a San José y a San Judas; los jueves, a la Eucaristía; los viernes, al Sagrado Corazón y al piadoso ejercicio del Vía Crucis; los sábados, a la Virgen (Misa de 8 de la mañana, canto de la letanía lauretana , ejercicio de la sabatina y rezo del Santo Rosario), todo ello sin olvidar el ofrecimiento de obras, al levantarse cada día, el "Angelus", la bendición de la mesa, el manifiesto de las Esclavas, el rosario en familia, la oración al toque de Ánimas y el examen de conciencia y las oraciones al acostarse.

Entre todo ello, los siete domingos de San José, el mes de mayo, los triduos, los quinarios, las octavas y las novenas: A San Francisco Javier, Copatrono del Puerto; a Santa Rita, abogada de los imposibles; a San Expedito y a San Ramón Nonato, las parturientas, para tener una horita corta; a Santo Tomás de Villanueva, los económicamente necesitados; a San Antonio, para encontrar lo perdido, o hallar un novio conveniente; a Santa Clara, con una docenita de huevos, para que no llueva; a ...

Y Vd. preguntará ¿Pero, a qué hora trabajaban? Pues a todas horas. Eran unos incansables productores que, incluso practicaban el deporte del pluriempleo y muy eficientemente. A propósito de los ínclitos beatos y beatas portuenses, me viene, a la memoria el recuerdo del Señor San Blas, de gran predicamento en este Gran Puerto de Santa María.

sacristia_espiritusanto_puertosantamaria

Sacristía del Convento de las Comendadoras del Espíritu Santo.

El Santo se venera en el convento más antiguo de esta Ciudad, el de las Comendadoras Sancti Spíritu, regla de San Agustín, vulgo el Espíritu Santo, que se estableció sobre la primitiva ermita de San Telmo, extramuros.

El día tres de de febrero había sido San Blas: "Los trisantos de febrero:/Santa Brígida, el primero,/ el segundo, el Candelero [la Candelaria]/ y el tercero, el gargantero [San Blas]" que decía mi tata Milagros Guerrero. También, la sabiduría popular afirmaba que "Por San Blas, la cigüeña verás". Pero la gente yo creo que se ha olvidado de este bendito santo.

espiritusanto_ant-puertosantamariaLas venerables monjas del Espíritu Santo de esta Ciudad, además de cultivar un magnífico laurel, que en manojos mandaba a las casas de los bienhechores la Madre San Agustín, en el siglo, "la hermana de Lola Blandino", tienen la virtud de confeccionar unos preciosos cordones de San Blas. Que ¿para qué sirven? Pues verá: San Blas, cuenta el Martirologio, que, practicando la medicina en Capadocia, fue nombrado obispo y, entre otros prodigios que obró, estuvo el haber librado de una espina de pescado que tenía clavada en la garganta un niño desahuciado. Así que nuestro Santo ejerce un especial protectorado contra las enfermedades de la garganta. /Antigua imagen del convento del Espíritu Santo.

Quevedo, en "El Parnaso español, Musa VI, rom. XXV) dejó escrito: "A que me tocase fui,/como si fuera instrumento,/ y fue para mi garganta,/San Blas con sus cinco dedos", de donde se infiere que San Blas le metió al pobre niño los cinco dedos hasta el "sentío", pero le sacó, por fin, la espina. Y, desde luego se deduce que, San Blas, tenía, lo que se dice, "manita de santo", porque de lo contrario, el sufrido infante hubiera padecido-- peor el remedio que la enfermedad-- desgarros horrorosos en los conductos bucales, diría "Chiquito de la Calzada".

Explicadas las propiedades y virtudes de San Blas, no queda sino consignar que, publicado que fuera en "Cruzados" el natalicio de un/a nuevo/a portuense , o conocido por otros conductos en el locutorio o en el torno del convento, las monjas del Espíritu Santo se prestaban a proporcionar a la madre del neófito/a un equipo de cordones de San Blas, "Brevetines" y carteritas con el Niño Jesús de Praga que, añadido a los obsequios que el inocente recibía de medallitas con el santo de su nombre, del Ángel de la Guarda, de la Virgen de los Milagros, de la Virgen del Carmen... etc, más que un recién nacido parecía, condecorado, al general García-Veas cuando se presentaba con las bandas y las dos pecheras de la guerrera cuajadas de medallas y cruces, de no se sabe cuántas guerras, para la anual procesión de la Patrona.

Vd. recordará que las madres tenían un miedo impresionante a que los niños no tosieran, como deben, o flaturearan como no es de recibo. Así que, con palmaditas en las espaldas, le calmaban: "San Blas bendito/que se ahoga este angelito", con la variante, en caso de ser persona mayor la que sufriera un golpe de tos, de: "San Blas, San Blas/ que se ahoga este animal". 

sanblas_Pero no queda ahí la cosa, solícita la mandadera del convento a los mandados de la abadesa, acudía a las casas donde hubiera o hubiese noticia de algún enfermo de la garganta, o algún operado de amígdalas, con el relicario de San Blas, un pequeño ostensorio de plata donde tras un cristal se puede ver un restito del bendito Santo. No he podido saber nunca si la reliquia está compuesta de todos o alguno de los cinco dedos de la mano que metió al pobrecito niño de Capadocia para sacarle la espina de la garganta.

¿Duda Vd. de los efectos curativos ? Pues daba resultado. El índice de curaciones era apabullante.

Además, en la iglesia del convento, las monjas mantienen todo el año a San Blas, Obispo, en su altar en el lado de la epístola y le dedican un triduo, en el que antes no se cabía, pero al que ahora no asiste casi nadie. Porque está claro: el pescado ya no tiene espinas. La gente come palitos de merluza o delicias de cangrejo, filetes de pez rosada o de gallo, todos convenientemente congelados. Y me tienen al oficial San Blas del convento en paro forzoso, sin cobrar el desempleo, ni, por razones obvias del celibato, ayuda familiar.

Mientras tanto, la gente acude a los curanderos que les recomiendan beber agua bendita (por supuesto adquirida clandestinamente en las pilas de las Iglesias), mientras le ensalman: "Hombre bueno,/mujer mala,/ Serón roto,/albarda mojá,/curarme la garganta,/Señor San Blas". /Texto: Luis Suárez Ávila.

La instantánea está tomada en el desaparecido Bar ‘La Concha’ situado en los bajos del también desaparecido Teatro Principal, en la esquina de La Placilla, donde hoy se encuentra una entidad Bancaria, la Caja Rural. Era una Navidad en El Puerto.

enriquegarrucho__barlaconcha_puertosantamaria

En primera fila a la izquierda sentado el maestro de cocina, Torres Higuera; Soriano; el camarero Campuzano;  Vicente Devesa simula servir agua con un botijo en un vaso; de blanco Prudencio Rábago y a su lado con un vaso en la mano y detrás de Campuzano, Manolo Carrillo; detrás de éste Pepe López Herrera y junto a éste de pié, Salvador Sánchez de la Ferretería. A la izquierda de pié, Enrique Garrucho Laural y a su lado, tras el botijo, Antonio Alejo, operario de la barbería de Barcala en la calle Larga. 25 de diciembre de 1952.

anatorrecaldevilla1_puertosantamaria

El pasado domingo fallecía Ana  Aranzazu Torre Caldevilla a la edad de 47 años.  Poca gente la conocía por este nombre  pese a ser vecina de nuestra ciudad desde hace siete años. Si añadimos que la fallecida es Ana, la de Luz y Luna, la de la protectora,  entre los círculos de la gente que ama a los animales empezaremos a darnos cuenta que acabamos de perder a alguien que hizo mucho por una sociedad más digna de ser llamada humana. Cuando la crisis golpea a los seres humanos, los que están aún más abajo, mas abandonados, los animales, se enfrentan a una existencia mil veces más terrorífica.

Ana nació en Santander y acabo en El Puerto tras rodar muchos años por Madrid y alguno que otro por Puerto Serrano ya acompañada  por su inseparable Pilar. Desde que llegaron a nuestra ciudad, pusieron su vida, su hogar y sus recursos  al servicio de los animales abandonados.  Si como dijo Ghandi , “La grandeza de una sociedad de mide por el trato que da a sus animales”,  no cabe duda que su trabajo hizo mejor  nuestro pequeño mundo, más respirable nuestro aire cruel.

Hace cuatro años decidieron dar forma legal  a su proyecto y fundaron la Asociación Protectora de Animales Luz y Luna. Desde entonces cientos de perros y gatos abandonados o maltratados han podido tener una familia,  una esperanza. Decenas de voluntarios y voluntarias nos hemos formado y crecido  a su lado y se han llevado a cabo campañas de mentalización sobre la convivencia con animales  e incluso trabajo terapéutico con colectivos de personas con diferentes discapacidades, sobre todo niños y niñas apoyados en animales.  En la actualidad, su esfuerzo mantiene un refugio con más de 120 animales salvados de la calle y la muerte, sin ningún apoyo de las diferentes administraciones local o autónomica.

anatorrecaldevilla2_puertosantamaria

Ana y Pilar, disfrutando del cariño de los animales.

Hace dos años le fue diagnosticado un cáncer muy agresivo. Durante este período ha luchado como pocas personas lo han  hecho dejando en quienes la acompañábamos  otro imborrable ejemplo de humanidad.

El domingo a las 8 de la mañana expiró  dejándonos a su amigos la mejor de las herencias: el ejemplo de una vida dedicada a cambiar el mundo, a hacerlo más digno, más habitable.  El apoyo a Luz y Luna, la continuación de su proyecto, será la mejor forma de homenajearla.

En su funeral, la gente que hemos trabajado con ella hemos leído este texto. Su lectura  dará una idea de su legado, de su tamaño, de su altura :

Hola, Ana:

Somos tus niñas, así nos llamaste. Daba igual que algunas fuéramos mayores en edad a ti, éramos tus niñas. Daba igual hasta nuestro sexo: algunos compañeros  también se han  sentido tus niñas hasta hoy porque así nos has nombrado y así nos recordarás.  Somos los voluntarios y voluntarias de Luz y Luna.

anatorrecaldevilla3_puertosantamariaHemos aprendido mucho de ti ¿sabes? No sólo a quitar garrapatas y a curar heridas del cuerpo.  Aprendimos que el amor  - de dos o de cuatro patas - es la mejor medicina para el cuerpo y para el alma. Aprendimos que la grandeza no es una medida del cuerpo sino una dimensión del corazón. Y lo aprendimos de ti porque si tu cuerpo era grande, tu alma era, es infinita.

Nos regalaste tu alegría. Y cuando te tocó el dolor, no te rendiste y, de nuevo, nos obsequiaste el más maravilloso de los ejemplos de vida y lucha. En esa batalla, te acompañamos y crecimos juntos. Nosotros fuimos menos enanos pero tú te hiciste gigante.

Pero no nos pidas que pasemos página, que te olvidemos. Seguiremos adelante, si, cada cual en la medida de sus fuerzas, pero tu tesón, tu amor y tu sonrisa, no se irán de nuestro lado.  Estarás con nosotros cada vez que nos asomemos la mirada melancólica de Ghandi, cada vez que Valentín nos abrace o cada vez que Wally baile nervioso al vernos acercarnos a su patio.  Quizás debía pronunciar ahora un millar de nombres de los que hoy, descorazonadoramente nerviosos, han comido poco y mal y han ladrado o maullado más de costumbre. Pero no creo que sea necesario. Están aquí, repartidos entre nosotros, en las huellas que dejaron en nuestras ropas de trabajo o de domingo.

Descansa, “jefa”. Te lo has ganado. Si ya estás en algún lugar desde donde nos ves, ya sabes que necesitamos tus manos o,  como  algunos dicen ya, tus alas.

Si te despiertas, Ana, una mañana
y el cuerpo no te sobra ni te duele
la pierna o la cadera como suele
y corres como antaño a la ventana.

Si, Ana , suena en tu oído una campana
que una brisa tranquila hace que vuele
y no encuentras cheniles ni te huele
a éter, ni a morfina. Y ves a Hanna

corriendo a pintarte de colores
y tras ella dichosa la manada
de aquellos que por ti tuvieron vida

y a lengüetazos te borran los dolores.
Si sonríes y cantas ya sanada:
¡Llegaste al arcoíris! ¡Bienvenida!

 Juan Rincón Ares. In memoriam.

2

antoniobeato_elpeseta_puertosantamaria

Antonio Beato era oriundo de Trebujena pero nacido en El Puerto de Santa María. Trabajó en la bodega de  Cuvillo, y fue siempre representante de los trabajadores, desde los antiguos enlaces sindicales hasta después Delegado Sindical en democracia. En esta empresa sufrió y luchó su reconversión y cierre allá por mediados de los ochenta del siglo pasado. Formó parte en varias ocasiones de la negociación de los convenios colectivos de la Vid. Perteneció al comité locas de la UGT de El Puerto, miembro de le Ejecutiva Comarcal de Jubilados y Pensionistas de la UGT Comarca de Jerez, Miembro de la Ejecutiva Provincial de la misma Federación, e incluso a nivel Regional, y miembro del Comité Estatal de la citada Federación. Por este motivo viajó por toda España aunque primordialmente a Madrid. Organizó varios viajes al Congreso de los Diputados de España, al Parlamento Europeo, y mantuvo una continua relación con los sindicatos alemanes de jubilados de la región alemana de Hann.

Se nos ha marchado. Se nos ha ido Antonio Beato, El Peseta, como cariñosamente todo el mundo lo conocía. Ligero de equipaje, casi desnudo, como los hijos de la mar, como escribiera Antonio Machado. Así lo quiso él.

Sin riquezas ni honores, ni prebendas o privilegios, sin medallas ni trofeos, humildemente como vivió. Sí, se dirá, como otros muchos ciudadanos y ciudadanas. Es verdad. Pero él, en la "nave que nunca ha de tornar", la llevaba llena de corazones. De los corazones de miles de trabajadores: de las bodegas de Cuvillo, de los trabajadores de la Vid, de esta comarca bodeguera jerezana, de los trabajadores de El Puerto, de la provincia de Cádiz, de Andalucía, de España.

bodega_cuvillo_camion1_puertosantamaria

Camión con botas de la desaparecida Bodegas Cuvillo.

Recorrió las tierras de esta comarca con los Convenios de la Vid para repartirlos, explicarlos, debatirlos, pelearlos, negociarlos… Vivió de cerca, en sus propias carnes, la larga y dura reconversión industrial de las bodegas. El cierre de la suya propia: Cuvillo. Ayudaba además a los otros trabajadores, ya fuesen del mar, de la industria, de los servicios, del campo… No tenía preferencias. Siempre con su sindicato, siempre con la Unión General de Trabajadores. En la clandestinidad y en la transición con la Unión Sindical Obrera. Siempre en el sindicalismo socialista. Socialista hasta la médula aunque sin afiliación política. ¿Extraño? No. Él no necesitaba demostrar sus pensamientos con carnet. Pero allí estaba para lo que hiciera falta, como muchos militantes de la vieja escuela: darlo todo sin pedir nada a cambio.

antoniobeato_ugt_puertosantamaria

En la Casa del Pueblo de la UGT de El Puerto en una convivencia con Esteban Caamaño y su esposa Lola y a el compañero Francisco Guerrero

antoniobeato_congresodelosdiputados

Congreso de los Diputados. El Peseta, en la escalinata derecha, en el último escalón con afiliados de la Unión de Jubilados y Pensionistas de la UGT de Cadiz.

Y en su jubilación, jubilado del trabajo que no de la lucha. Y allí en la vieja y nueva estación de ferrocarril de nuestro pueblo lo podíamos encontrar casi todas las mañanas y muchas tardes camino de la sede provincial de los Jubilados y Pensionistas de la UGT. O camino de Sevilla, o de Madrid, o de Murcia, Valencia, Zaragoza... ¡que sé yo! No paraba. Tuvo fuerzas hasta muy cercana la muerte. Cuando muchos compañeros abandonaban por la edad, enfermedad, cansancio, desilusión, o se los llevaba la parca, él continuaba casi hasta los 90 años en que nos ha dejado.

hermanolobo_1983Estaba para todo. Estaba tanto "para un roto como para un descosido". Los primeros de mayo, los congresos, reparto de propaganda, la pegada de carteles, la ayuda en movilizaciones de otros colectivos, o los suyos propios, u organizar las fiestas de navidad, las visitas de los jubilados alemanes, la entrega de premios o regalos para otros... Pero siempre con esa disciplina admirable, difícil de entender por las nuevas generaciones, de que lo manda el secretario general y basta, aunque previamente lo haya debatido e incluso no lo viese muy claro. ¡Vieja escuela, pero tan necesaria!  /En la imagen de la izquierda, portada de la revista satírica y de humor 'Hermano Lobo', que fue secuestrada en alguna ocasión de los kioskos.

Has dejado un rastro de ejemplaridad de vida. Nos has dejado sin aspavientos, humildemente, sin ruidos, rodeado de tus gentes, tus amigos, tus conocidos, tus compañeros. Pero tus alforjas van llenas de corazones agradecidos, de lucha por los demás, de constancia, de fe en tu clase, de filantropía, palabra que es posible que no la entendieras. No importa: la practicabas. Si existe un Dios bueno, y no sé si creías o no, nunca lo confesabas, seguro que está rodeado de personas como tú. Vivirás eternamente en los corazones y en la mente de los trabajadores. ¡Adiós Antonio, adiós Peseta, hasta siempre! /Texto: Elias Py Rodríguez.

1

kioskopasage1_puertosantamaria

Salvo los jóvenes nacidos a partir de la última década de los 90, todos conocimos durante toda nuestras vidas, apostado frente al paseo central del Parque Calderón y a la fuente de la Canastilla, el Kiosco de Pasage (donde hoy está un tiovivo), aquél que tenía un zócalo de azulejos sevillanos y el cuerpo, con estructura de hierro fundido, acristalado; que se instaló en 1933 y en sus últimos años fue la sede del Club Taurino Portuense.

En 1991, el Ayuntamiento, en razón a que hacía años que estaba cerrado y que presentaba un pésimo estado de conservación, siendo ocupado por drogadictos, decidió desmantelarlo. Medida, a mi parecer, apresurada y equivocada dado su interés patrimonial –se construyó en Sevilla para ser un establecimiento de bebidas durante la Exposición Iberoamericana de 1929- y sentimental, porque se tiende a tener querencia y apego por los locales que se han pisado y por los que se ha pasado toda la vida, nosotros y quienes nos precedieron. En aquel venerable establecimiento el Ayuntamiento entró como un elefante en una cacharrería. Dijeron entonces que lo almacenarían para recuperarlo el día de mañana, pero me juego el millón de euros que no tengo que el Kiosco de Pasage desapareció para siempre. Pero ha quedado en nuestras retinas y recuerdos, también para siempre.

kioskopasage2_puertosantamaria

La Mezquita y su terraza en los años 40. Enfrente, la taberna Los Maeras. A la derecha, el espacio que en 1949 ocuparía el Bar Santa María. A la izquierda, no visible, el Bar Buenavista. La farola central se instaló en 1914.

LA MEZQUITA

El kiosco que recordamos fue el segundo que la familia Pasage estableció en el Parque.  El primero se inauguró en abril de 1914, ahora hace un siglo. Ambos fueron sucursales de La Mezquita, el bar que con el mismo nombre, transformado, sigue abierto en la calle Luna esquina a Jesús de los Milagros, que antaño –con sucesivos arcos dispuestos al modo de una mezquita- se prolongaba hasta la plaza de las Galeras. 2

fernandopasagesanchez_puertosantamariaViejo establecimiento, pues se conoce que el 5 de agosto de 1897 se hizo con el negocio, ya existente con el nombre de La Aurora, Miguel Llamas, cocinero que había sido de La Alegría, el popular restaurante que existió en la calle Nevería esquina a Ricardo Alcón, cerrado en 1961. Lo de Aurora se le puso por la inmediata calle así nombrada, cuando se prolongaba hasta las Galeras, rebautizada en 1922 como Micaela Aramburu en homenaje a esta señora entonces fallecida, benefactora que fue del frontero Hospital de San Juan de Dios.

Pero los mejores años del local comenzaron a partir del 4 de agosto de 1905, cuando reinauguró el negocio, bautizado como La Mezquita, Fernando Pasage Blandino, que antes, en 1902, había abierto el Bar La Española en Larga esquina a Palacio. Al paso de los años, hacia 1932, Fernando dejó el negocio a sus hijos Manuel y Fernando Pasage Sánchez, quienes lo mantuvieron, especialmente Fernando, toda la vida. Eran sucesores del primer Passage  (con dos ‘s’) que se asentó en El Puerto en 1742, italiano, pese al apellido francés.

Mediados los 60, Fernando Pérez Pasage, sobrino de los hermanos Pasage, abrió en la parte del local frontera a las Galeras la Cervecería Marítima, que de inmediato se convirtió en el centro de reunión de la marinería porteña. Al paso de unos años se derribó el inmueble, y en el nuevo, José Álvarez, yerno de Fernando Pasage, abrió otra cervecería también llamada Marítima, que cerró a fines de los 70.

LA CASETA DE MARTÍNEZ (1896-1909) 

En 1895, cuando se creó el Parque Calderón, el arquitecto que lo diseñó, Miguel Palacios (atinado apellido para un arquitecto), habilitó un espacio entre la Herrería y Javier de Burgos (entonces Sardinería) para ser ocupado por un establecimiento de bebidas, donde al paso de los años se ubicarían los kioscos de los Pasage.

kioskopasage4_puertosantamaria

El Parque Calderón en el proyecto de Miguel Palacios (1894). En rojo, el espacio reservado para un ‘café’. / Archivo Municipal.

Entonces, el industrial Manuel Martínez García, un burgalés que de niño se asentó en nuestra ciudad en 1878, solicitó al Ayuntamiento, y se le concedió, ocupar el espacio con una cervecería-restaurant: cuadrangular, de 6 metros de longitud por 3’10 m de altura, de madera, con techo de cotonía (lona de cáñamo con trama de algodón) y rodeando el local 12 paños de barandas con 20 pedestales para macetas.

kioskopasage5_puertosantamaria

Alzado del salón de la Caseta de Martínez (1902). / Archivo Municipal.

El local abrió sus puertas en febrero de 1896 y las cerró una vez concluyó el verano de 1909. Fue conocido por todos como ‘la caseta de Martínez’, siendo costumbre que cuando la Revista Portuense se refería a ella, que lo hacía frecuentemente,  intercalara el epíteto de popular: ‘la caseta del popular Martínez’ (sobre su hermano Daniel, ver  nótula 656 en Gente del Puerto).

Durante esos años se convirtió en un popularísimo centro social, donde se celebraron  numerosas reuniones políticas, familiares, deportivas..., y en su salón fue habitual que se ofrecieran audiciones de gramófono, conciertos de música, que actuaran artistas de variedades, prestidigitadores, agrupaciones carnavalescas, cantaores y bailaores flamencos...  Como botón de muestra, por su singularidad, citaré el concierto que el 10 de agosto de 1901 ofreció el virtuoso joven -25 años- Esteban Juez, anunciado como ‘el Sarasate de la guitarra’, que además de ser ciego de nacimiento tenía el mérito añadido de que posicionaba el instrumento sobre las rodillas y al revés, con el mástil a la derecha. Desde Almería, donde residía, media vida se llevó recorriendo España tocando música española: piezas de zarzuelas, pasodobles, guajiras, rondeñas…

6-web

Acceso al Parque por el Vergel en 1903, con el paseo flanqueado de plátanos. A la derecha de los pedestales que daban acceso a la fuente de la Canastilla, apenas perceptible su cubierta, la Caseta de Martínez. / Foto, archivo de Luis Suárez.

Tras cerrar la caseta del Parque en 1909, al año siguiente Martínez abrió una cervecería en la calle Larga –junto al hoy Bar Vega- a la que llamó Sin Nombre. En el solar que su popular caseta ocupó en el Parque Calderón, cinco años después la familia Pasage establecería su primera sucursal de La Mezquita.

kioskopasage7_puertosantamariaEL PRIMER KIOSCO (1914-1932)

El 25 de abril de 1914, mientras se realizaban reformas en el Parque Calderón, que comenzaron en enero y culminaron en junio, Fernando Pasage Blandino solicitó al Ayuntamiento y se le concedió en detrimento de otras ofertas, “establecer –decía en el escrito- en la parte izquierda de lo que fue paseo del Vergel, hoy prolongación del Parque Calderón, entre el primer grupo de jardines y el limitado por las palmeras que forman un cuadrado, frente a la fuente que el pueblo llama Canastilla, un kiosco permanente para la venta de refrescos, vino y café”. Un pequeño kiosco, añado, de madera, confeccionado por el carpintero Antonio Reina y pintado por Julián Suárez, “que es sin temor a equivocarnos -decía la Revista Portuense- el primer kiosco de esa clase que se instala en el Puerto, y aun en la provincia, dando mucho atractivo al paseo, que en nada perderá con su colocación; antes al contrario, embellecerán las obras en él realizadas.” /En la imagen, el primer Kiosco de Pasage en el Parque, anunciado sobre el tejadillo, hacia fines de los años 20. / Foto, colección de Miguel Sánchez Lobato.

kioskopasage8_puertosantamaria

A la izquierda, tapado por el arbolado, el kiosco, con un porche delante, en 1917. A su lado, la caseta La Sombrilla que entonces instaló Pedro Morro Jiménez. El paseo, desde 1914, ya con las palmeras. / Foto, Centro Municipal de Patrimonio Histórico.

Y de inmediato el kiosco se convirtió en centro de reunión de propios y extraños. Su espléndida ubicación lo propició. Y también que el Ayuntamiento organizara durante los veranos, los jueves y domingos,  frente al local, en los jardines de la Canastilla, conciertos de la Banda Municipal (la que entonces dirigía José Joaquín Barba Rocafull). Pero en 1917, cuando la Corporación decidió trasladar a la Rotonda de La Puntilla los conciertos, Fernando Pasage, para paliar la falta de música y de ambiente que giraba en torno a su kiosco, decidió ofrecer por su cuenta algunas actuaciones musicales. Como las que entre el 23 y el 31 de julio de aquel año dieron, entre las 9 y las 11 y media de la noche, un terceto de violín, bandurria y guitarra dirigido por el violinista portuense Lorenzo Luna, quien también actuaría durante todo el mes de agosto formando dúo con el paisano y pianista José Luis Benítez, tocando piezas de zarzuelas, óperas, operetas y valses. Actuaciones del dúo que volverían en 1918 y que se interrumpieron al siguiente, cuando falleció Luna, mientras daba recitales en el malagueño pueblo de Arriate.

kioskopasage9_puertosantamaria

Sede de la Academia de Santa Cecilia en 1901, calle Larga nº61. Sentado a la derecha, José Luis Benítez. En el centro, el presidente de la institución, Adolfo Barra. A la izquierda, el maestro Caballero, Francisco Javier Caballero y Maldoqui (1853-1933), excelente músico y compositor que murió en la indigencia.  / Foto, Academia de Bellas Artes Santa Cecilia.

En el Paseo de la Victoria 

José Luis Benítez Rey, que de oficio era profesor de piano en la Academia de Santa Cecilia desde su fundación en 1900, continuó en solitario ofreciendo conciertos en el Kiosco de Pasage del Parque, y también en el Paseo de la Victoria, donde se instaló algunos años el kiosco al celebrarse la Feria de la Victoria, durante la segunda quincena de agosto. En la siguiente foto, tomada hacia 1923, vemos el precioso local apostado junto a la verja de la Avenida de Rodrigáñez (donde hoy pasa la carretera), el piano de Benítez y creo que al propio Benítez, que parece ser quien está sentado al fondo junto a dos músicos de la Banda Municipal.

kioskopasage10_puertosantamaria

El primer Kiosco de Pasage en el Paseo de la Victoria. /Foto, colección de Carlos Pumar Algaba.

En un rincón tan bonito y acogedor como éste, un servidor hasta se tragaría un concierto de piano, a cuatro manos, de Richard Clayderman y Mari Cruz Soriano. (¡Ay, Paseo de la Victoria, quién te ha visto y quienes no te ven! Aprendan quienes tengan que aprender cómo se conforma un parque, a la inglesa, no eso que hoy tenemos, un espacio fantasmal y un agujero negro que parece que no existe, un pequeño desierto que no se atrevería a cruzar -para qué- el mismísimo Lawrence de Arabia.) 

kioskopasage11_puertosantamaria

Otra imagen del kiosco tomada el mismo día. En la mesa, tras una jornada de caza. Apoyados en la verja, los paneles de cierre del establecimiento. /Foto, colección de Carlos Pumar Algaba.

El kiosco de música de la Canastilla 12 y 13

kioskopasage_12_puertosantamariaLa música, como vemos, tal como lo fue para la Caseta de Martínez, fue un ingrediente importante para que el Kiosco de Pasage y su terraza tuvieran la afluencia de público que tuvieron, un aliciente más de las veladas y las Ferias celebradas en el Parque Calderón y en el Paseo de la Victoria. Destacaría también los conciertos que la Banda Municipal –tras el paréntesis de 1917- daban junto a los parterres de la fuente de la Canastilla y, especialmente, las que como marco escénico se ofrecían en el llamado ‘kiosco japonés’ o ‘caseta de la Canastilla’, el original kiosco de música de quita y pon que se construyó en 1905 y que desde entonces se instalaba en ‘las cuatro esquinas’ de las calles Larga y Luna –espacio para el que se diseñó- y junto al restaurante de la Rotonda de la Puntilla, en el Paseo de la Victoria y en el Parque Calderón; aquí, en ocasiones –consta que al menos en 1927- elevado sobre la misma fuente de la Canastilla, como el pueblo bautizó, en referencia al kiosco de música, al espacio ajardinado frontero al Kiosco de Pasage.  /En la imagen, el kiosco de la Canastilla en el crucero de las calles Larga y Luna al comienzo de los años 20. / Foto, archivo de Luis Suárez.

kioskopasage13_puertosantamaria

En la esquina izquierda, en los jardines de la fuente de la Canastilla, la cubierta del original kiosco de música. Enfrente, el Kiosco de Murga y en la Ribera una parada de coches de caballos y puestos ambulantes junto al caserón que a mediados del siglo XVIII levantó Juan Carlos de Rivas (hoy Romerijo). / Foto, archivo de Luis Suárez.  

Lo habitual era que se tocaran –por tradición, los jueves y domingos- fragmentos de zarzuelas, pasodobles, habaneras, valses, polcas, chotis, aires regionales, marchas triunfales... Y a fines de los años 20, la música de la radio, que comenzaba entonces a escucharse en los domicilios de algunas privilegiadas familias y en algunos establecimientos públicos, como el Kiosco de Pasage, donde en 1927 se instaló un receptor superheterodino Grillet de ocho válvulas, marca que en nuestra ciudad representaba Severiano Ruiz-Calderón Pulito, sobrino del alcalde fundador del Parque.

En otro lugar y otras manos 

kioskopasage14_puertosantamaria

El antiguo kiosco de Pasage, emplazado frente al Kiosco de Murga (el que se levantó –después del primero que se instaló en 1922- en 1927, que antes estuvo en el muelle de Cádiz). La pérgola, construida en 1935, la derribó un temporal en 1965. / Foto, archivo de Luis Suárez.

La familia Pasage llevó el pequeño kiosco del Parque Calderón durante 18 años, hasta 1932, cuando presentaron un proyecto para levantar en su lugar otro de más porte. El primero, el establecido en 1914, continuó siendo propio de la familia pero explotado en régimen de alquiler por otros industriales, hasta comienzos de la década de los 60, cuando por último fue un puesto de venta de helados. A partir del año 32 cambió de ubicación, instalándose en el tramo del antiguo paseo del Vergel, entre el Kiosco de Murga y el Bar Santa María.

kioskopasage15_puertosantamaria

El kiosco, frente a la terraza del Bar Santa María. Las farolas del paseo se instalaron en 1935 y se quitaron en 1960. A la derecha, entre el Vergel y el Parque, el tablado de música de la Banda del maestro Dueñas. / Foto, archivo de Luis Suárez en copia de J. M. Nieto. 

EL SEGUNDO KIOSCO (1933-1991)

kioskopasage16_puertosantamaria

La fachada principal del segundo kiosco en dibujo que en 1932 levantó José Maure Cerquero. Frente a la puerta, el mostrador central. / Archivo Municipal.

El Kiosco de Pasage que todos conocimos se inauguró el 2 de julio de 1933. Fue adquirido por los hermanos Pasage en Sevilla, donde prestó la misma función de kiosco de bebidas durante la Exposición Iberoamericana de 1929, acontecimiento para el que se construyó. La Revista Portuense se hizo eco de su apertura en estos términos: “En la tarde del pasado domingo tuvo lugar la inauguración del artístico kiosco que han instalado en el paseo del Parque Calderón nuestros estimados amigos los acreditados industriales señores don Manuel y don Fernando Pasage Sánchez. El citado kiosco, que constituye en sí una muy bonita instalación, viene a hermosear aquella parte del paseo, dándole una hermosa perspectiva. Al dar la noticia de esta nueva instalación y felicitar a dichos señores por el gusto artístico que preside la misma, hacemos voto porque el éxito más lisonjero corone su empresa.” Y ciertamente, dada la longevidad que tuvo el establecimiento y su raigambre en la ciudad, así fue. En planta tenía 10 metros por 6 m, estructura a la que se añadió, a la espalda de la fachada principal –donde se instaló la cocina- otra de mampostería (6m x 2m).

kioskopasage17_puertosantamaria

Fernando Pasage  desgranó en 1976 en el Diario de Cádiz algunos de sus recuerdos del kiosco: “Aquello tuvo un éxito impresionante. Don Jesús Arbilla me decía que yo era el dueño del Parque. Ponía ciento cincuenta mesas y tenía doce camareros, más dos que sólo se dedicaban a servir café y dos chiquillos encargados exclusivamente de ir llenando de agua las cantarillas de barro que había en cada mesa. Siempre estaba lleno. Había familias que mandaban a la muchacha o a los niños para coger sitio hasta que llegaban todos. Entonces el café costaba quince céntimos. Fíjese cómo sería la cosa que tuvimos que hacer un sótano debajo del kiosco para guardar las gaseosas, que era lo que entonces se tomaba. Tenía seis metros de largo por dos de alto; lo llenábamos hasta arriba y lo cubríamos de hielo y todos los días se vaciaba. En aquel kiosco instalé la primera gramola que hubo en El Puerto para que la oyera el público. Todavía conservo aquí su armazón, que es de caoba. La gramola era de manivela, claro. También la primera radio, que era de baterías. Allí también trabajé lo mío. Siempre ha sido así, porque he tenido mucho amor propio y una gran fe en todo lo que he hecho.

kioskopasage18_puertosantamaria

Los jardines de la fuente de la Canastilla y el kiosco al fondo. 

El Club Taurino 

kioskopasage19_puertosantamaria

El local, atiborrado de ambiente taurino, con el joven José Luis Galloso como protagonista. / Foto, colección de Miguel Sánchez Lobato.

kioskopasage20_puertosantamaria

El kiosco de Pasage como tal permaneció abierto durante 36 largos años, hasta que en 1969 se reconvirtió,  por iniciativa de Fernando Pasage, Manuel Almagro y Luis Prieto, en la sede del Club Taurino Portuense, inaugurada el 25 de noviembre. Cerró sus puertas, después de unos años de decadencia, a comienzos de los años 80.

kioskopasage21_puertosantamaria

29 de marzo de 1970. Sentado, segundo a la derecha, Fernando Pasage Sánchez. A su izquierda José Cuevas ‘el Aguja’. Al otro lado de la mesa Luis Prieto. De pie, entre otros no identificados, Rogelio Sánchez, Fernando Camacho, Francisco Bernal ‘Paco Ragel’, Tadeo Sánchez, Victoriano Martínez  y Francisco Abadía. / Foto, Rafa; copia de Vicente González Lechuga.

Aquí lo dejo, no vaya a ser que mi amigo José María Morillo me diga, con razón, que me alargo mucho. En sus propios recuerdos, lector y lectora, continúa la historia del entrañable Kiosco de Pasage, el que desapareció, porque así lo quiso el Ayuntamiento, hace 23 años. /Texto: Enrique Pérez Fernández. Dedicado a Cristina y Manolo Pasage.

6

De estos dos bailaores, solo vive Manuel Suárez López, nacido en Jerez, el 30 [sic] de Febrero de 1930, su hermano Antonio, se presentó en Jerez, el 18 de Junio de 1931,  y partió con los que no vuelven el 12 de Diciembre 2009, en El Puerto. Fueron conocidos como 'Los Hermanos Vargas' o 'Los Hermanos Suárez'.

manuelsuarezlopez2_puertosantamaria

Foto tomada en la Peña el Chumi. En ella está de izquierda a derecha: Desconocida, Fernando de los Reyes, 2 desconocidos, Juan Güelfo y José Jurado “Capacha” (guitarristas) y Paco Navarro cantando. Al baile, los hermanos Suarez López, el de la izquierda es Antonio y el de la derecha Manuel. Les hicieron un homenaje a los Hermanos Suarez, en la peña El Chumi, en 27 de Mayo de 1994, actuando en este evento Manolito de los Ríos, Pepe Moreno, Paco Navarro, Antonio Aguirre y Joaquín Albert.

En 1937, emigraron de Jerez a El Puerto, toda la familia de los Suárez López, se domiciliaron en  calle la Rosa y posterior Lechería. Este barrio fue la academia de baile de estos dos artistas. El patriarca de este clan, Fernández Suarez Gómez, lebrijano de nacimiento, vendedor y repartidor de pan, recorría la campiña de esta zona, en aquellos años rudos de los treinta, para sacar el sustento familiar.

Manolo, no llegó a profesional, lo dejó para colocarse en la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, en la que trabajó durante más de cuarenta años. Antonio, si fué profesional o vivió de este magisterio. Estos dos hermanos actuaron en teatros, salas de fiestas y peñas, de Andalucía.

Me comentó Manuel: “A los diecisiete años yo y mi hermano Antonio con dieciséis  hicimos nuestra presentación en el Teatro Principal d El Puerto, con la bailaora Manolita Valladares, Paco Rodríguez, Guarino, Anzonini y Jose Matiola “el Mono”, Joaquín Albaiceta, Roberto Iglesia, Rafael Gitano y Julio Rodríguez “el del Ocaso”, este era yerno de Tío Alonso “el del Cepillo”, fue un estupendo guitarrista, tiene registrado en autores una composición de guitarra. En estas fechas en el Cine Macario, Manolo gana un concurso de baile flamenco obteniendo el primer premio, el segundo para Rafael Gitano y el Tercero para Jose Maria Otero “el Cojo Farina”.

manuelsuarez_joaquinalbaiceta_puertosantamaria

Manuel Suárez, acompañado a la guitarra por Joaquín Albaiceta.

En los años cincuenta participó con su hermano Antonio, en muchas fiestas privadas para los señoritos de aquellos tiempos, con artistas como Anzonini, Fernando Terremoto, Tío Borrico, Fernando Gatica, Diamante Negro, Rafael Gitano, Jose Matiola “el Mono”, Manolito Barrera, Roberto Iglesia, Palomito, Joaquín Albaiceta, y me dejo a muchos en el tintero. Siempre actuaron conjuntamente estos dos vástagos.

En 1950, fueron contratados para el Teatro Chino, de Manolita Chen, recorrieron gran parte de Andalucía, Extremadura, Murcia y Castilla la Mancha. Antonio recorrió con este circo ambulante varios años, Manolo, regresó a El Puerto, a los seis meses, dejando la vida artística, por motivos que no quiso comentar. En este coliseo montaron en escena; la parodia bailable de “La Muerte de Manolete”.

Los Hermanos Vargas actúan en mil novecientos cincuenta y dos, en el Teatro Ambulante López Rueda, en Rota, con el cómico Angeline de Cadiz, Felix de Utrera y El Peste, entre otros artistas, durante varios meses.

Formaron parte de la compañía de Francisco Rodríguez, también conocido como Paquito “el Maricón” para los amigos, en el año 1954, con: los Hermanos Vargas, Luis Moreno, Manolita Valladares, Juan Cristo “el Portugués”, Jose Valladares, Jose Matiola “el Mono” Antonio Fernández, Antonio Cruz de Puerto Real, Manolita de Jerez, Las Hermanas Villares, Doña Virginia y el rapsoda Manolete. Ensayaban en el sindicato vertical, edificio que años anteriores fue el Hotel Vista Alegre, ubicado en la avenida Aramburu. Con este espectáculo de variedades recorrieron toda la Sierra de Cadiz, Málaga y el Campo de Gibraltar. Estos datos lo aporto en la biografía de mi tío Juan Cristo Charneco “el Portugués”

Se presentaron al concurso de baile flamenco que organizaba la Compañía de Teatro de Raúl Perice, con Rafael Gitano y Roberto Iglesias, Guillermo Aguilar y los Hermanos Varga, no se acordaba Manuel, de las fechas.

cabalgataestrellas_1953_puertosantamaria

Programa de mano de 'Cabalgata de Estrellas' 1953, en el Cine Macario.

En el tiempo que tuvo El Cangrejo Rojo las puertas abiertas al público, actuaron los Hermanos Suarez, con Pansequito, Jose Matiola “el Mono”, Luis Moreno, Chano Suarez, hermano de Luis Panete, Luis Gatica y Manolo Moreno. Tuvieron dos nombres artísticos, en sus comienzos, Hermanos Vargas y posteriormente Los Hermanos Suarez.

En los años sesenta, se monto una Academia de Baile en la juventudes femeninas de la Acción Católica, en este periodo dirigía esta asociación cultural, el cura Don Ramón, como profesor Manolo Suarez y los cantaores Luis Panete, Luis Moreno, Antonio Núñez y Joaquín Albert.

En El Teatro San Fernando, de Sevilla el 14 de Diciembre de 1968, obtiene el carnet de artista, Manuel Suarez López, de la mano del maestro Mera, de Cádiz, pianista ciego, y un grupo de artistas  de la provincia, estos fueron: Antonio Cruz, Luis Moreno, Roberto Iglesia,  Joaquín Albert y Antoñita Maera. Estaba de presidente de este jurado Pepe Pinto, marido de Pastora Pavón “Niña de los Peines”.

Manuel, fue un bailaor estupendo, pudo vivir del baile, pero tomó el trabajo seguro antes que la aventura del artisteo. Ramón Orillo, llego a comentar: “Es un bailaor con mucha técnica, dominando muchos palos del flamenco, por fiesta tenía el sello del baile autóctono del Puerto”.

Manolo, lo comenta con orgullo: “En una feria de Jerez, con diecisiete años, en presencia de dos artistas como fueron Tío Parrilla y el patriarca de los Moraos, baile por bulerías de tal forma que estos dos hombres me felicitaron y me abrazaron, esto para mi es de las cosas más bonita que me ha pasado en el Flamenco”.

manuelsuarez_artista_puertosantamaria

El carnet de artista de Manuel, otorgado por el Sindicato Nacional del Espectáculo.

En 1953, en un espectáculo flamenco, con el titulo de Los Novatos, promotor El Marques del Merito, en este evento participaron: Fernando Terremoto, El Cipote, Manolito Barrera, Fernando Bulla, El Diamante Negro y Antonio Suarez, con Anita Leonardo, de pareja de baile.

Antonio Suarez López, marcha al Campo de Gibraltar, a finales de los cincuenta con dos artistas portuenses del baile flamenco, Fernando Gatica y Luis de Valle Rey, “Palomito”, esposo de la famosa bailaora granadina “La Golondrina”, de nombre María Fajardo Amaya. Hoy en día vive nuestro paisano Luis, en estado de viudez y retirado en Marbella, a sus ochenta y seis años de edad.

En aquel tiempo había en La Línea de la Concepción un poderío económico relacionado con el contrabando de tabaco, café y la penicilina, que sacaban de Gibraltar, de esta injusta colonia Inglesa. En esta ciudad de los llanitos, se reunían los mejores cantaores, guitarristas y bailaores de aquellos años.

suarez_albaiceta_puertosantamariaAntonio Suarez López, hoy en día lo recuerdan aficionados viejos de esta zona del Campo de Gibraltar, como un buen bailaor, la familia del Flecha, los Chaquetas y los Cortes, emparentado con  Chiquetete. Actuó con muchos artistas del baile y el cante de estas fechas, como fueron: Antonio el Chaqueta, Adela la del Chaqueta, Chocolate, Jarrito de Jerez y los guitarrista, Félix de Utrera, el Niño de los Rizos y me dejo a muchos fuera del tiesto. En estas fechas Antonio estuvo ligado a una bailaora de nombre Dolores Cortés. /En la imagen, Manuel Suárez, acompañado a la guitarra por Joaquín Albaiceta.

Antonio estuvo dándole clases de baile a una hija de Don Camilo, militar de alta graduación que vivía en la calle Larga, esta chica ganó varios concursos de baile en los años setenta.

Yo que he tenido la suerte de ver en muchas ocasiones en los años sesenta, a estos dos hermanos por el barrio, en bautizos y toma de dichos, bailando, puedo decir que fueron dos bailaores de un corte propio, no copiaron a nadie, por bulerías tenían el sello de los viejos históricos de El Puerto, con gotas del perfume de los Coquineros, Pepe Hano, Anzonini, Pepa Campo, la Angustia, Rosa la Chiva y Ana la Loza, ¿hay quien de mas?

Dejó el baile y se embarcó en los pesqueros de esta ciudad como motorista. Fue delegado sindical de los marineros y barrenderos del El Puerto. Me hubiera gustado entrevistar a mi amigo Antonio Suarez López, y casi siempre lo dejábamos para otro día, quedamos en que me iba aportar fotos de sus correrías artísticas por ese mundo tan fantástico del flamenco, no pudo y por azar no llegó el momento. Le doy las gracias a mis amigos Manolo y Antonio allá donde estén. /Texto: Antonio Cristo Ruiz.

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.

ACEPTAR
Aviso de cookies