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Comienza la temporada de galeras. Ya se pueden encontrar en el mercado las ‘pintonas’ y en diciembre han aparecido también las de coral. El Bar ‘El Pescaíto’ las ofrece en una crema.

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Los hermanos Antonio y Enrique Gago, flanqueando a la cocinera del Pescaíto, Concepción Garrido, presentando una fuente de boquerones en adobo listos para freír

Las pintonas son las primeras de la temporada. Han empezado a aparecer hace un par de semanas. Se les conoce con este nombre porque empiezan a tener algo de coral, muy poco, pero ya están llenas de carne. Son las que preceden a las de “coral”, las perseguidas por los aficionados y que contienen a lo largo de todo su cuerpo una larga barra de color naranja, las huevas, con un intenso sabor. Los hermanos Gago, que regentan el bar restaurante El Pescaíto de El Puerto de Santa María, todo un especialista en este producto esperan que las primeras galeras de coral estén disponibles a mediados a diciembre: “aunque todo dependerá de las mareas y que haya temporal. Si lo hay pronto empezarán a cogerse”.

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La crema de galeras de El Pescaíto de El Puerto de Santa María.

En el establecimiento aprovechan las pintonas para hacer una crema de galeras. “Lo que hacemos es cocer las galeras y con el jugo que sueltan preparamos una crema que tiene mucho sabor a marisco. Como toque final le ponemos unos picatostes, algo de hierbabuena y un poco  de nata, para darle un toque más cremoso”. El plato se sirve a 7,50 euros y ya, al ser temporada, lo tienen todos los días. /Texto y fotos: Pepe Monforte.

Más información de ‘El Pescaíto’, en GdP, nótula núm. 585

 

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Manuel Plaza Marquez se encuentra al frente de la Taberna del Puerto, la antigua taberna de ‘La Manzanilla’ situada en Puerto Escondido, 1, frente al Parque Ruiz-Calderón. Nuestro protagonista ha trabajado en la hostelería con anterioridad en los restaurantes de Los Portales y El Gaucho, entre otros. Propiedad de Taberna La Alegría, S.L., Manuel defiende la Taberna del Puerto y la trabaja como si fuera suya. Y, entre la magnífica selección de productos gastronómicos de la provincia de Cádiz, destacan los guisos que Fay Blanquer Velázquez prepara para los clientes de la parroquia: menudo, berza, ajo caliente, carne en salsa, salmorejo, ... muchos de ellos, degustaciones gratuitas. Son sabores antiguos, que aprendió en su familia, de su madre y que tiene a bien compartir con quienes se acercan a probar esos guisos de toda la vida, que muchos añoran, con tanta comida rápida y gustos importados.

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Una vista de esta taberna con solera.

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Un grupo de clientes de la marina de Colombia, haciéndose una instantánea delante del establecimiento.

Una interesante carta bilingüe que atrae a propios y visitantes: llamarle a una berza ‘cabbage’, al menudo ‘stew’, a la mojama de Barbate ‘dry-cured tuna’, a una mella canutera con pimientos ‘mackerel with pepper’ o a unas huevas aliñadas ‘roe salad’, pone e impone. Entre los embutidos ibéricos se pueden encontrar el queso payoyo, chicharrones de Chiclana, morcón y butifarras. Y de las conservas de Barbate, además de la mojama y la melva, patés de atún y mella. Las anchoas ahumadas y los boquerones en vinagre de gran formato merecen ser probados.

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Fay Blanquer, preparando un ajo caliente que se califica solo por la vista.

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Una vitrina con productos de Barbate.

En la antigua taberna de La Manzanilla siempre había vinos a granel, descansando en un altar de de botas tal y como hoy, donde se pueden comprar para la calle o beber in situ, vinos finos, olorosos, cream y moscatel y mosto de la cosecha de 2013, ya que han participado en la I Ruta del Mosto.

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El altar de botas con vinos de El Puerto y el marco del Jerez.

Este pequeño cachón de medias botas, se denomina 'altar', siguiendo el símil litúrgico al que son afectos en el Marco del Jerez con las bodegas catedrales y los vinos de sacristía, esos que son los mejores y se guardan en un sitio especial.

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La Discoteca Galaxía forma parte del imaginario paranormal reciente de la provincia de Cádiz. Allí trabajaba en 1982 Antonio López Torres “’el Gorri’, (ver nótula núm. 1.570 en GdP),  como portero del local de la noche una de las principales de la época, situada en la calle San Bartolomé. De hecho vivió un incidente desagradable en aquel trabajo, no precisamente paranormal. Antes el edificio había sido el Hostal San Nicolás, propiedad de doña Irene, al que la ciudadanía conocía por otras actividades además de la de Hostal y después de ser Discoteca Galaxia, la sede de NTV, (Nueva Televisión) mayoritariamente de contenido publicitario. En la actualidad son unos modernos apartamentos tras la impecable rehabilitación de la que fue objeto hace unos años. La discoteca, muy frecuentada por militares, había tenido una carbonería en una accesoria propiedad de José Oncala Merino (ver nótula núm. 1.159 en Gente del Puerto).

Los problemas paranormales surgen cuando el ambiente se enrarece, no por circunstancias de relaciones entre los trabajadores, sino porque había algo allí que producía malestar, negatividad… Los empleados no querían estar demasiado tiempo en el lugar solos por las malas vibraciones que captaban y por miedo a lo que no veían… “El Gorri” no subió nunca a la planta alta sin ser acompañado, afirma que “teníamos mucho miedo”. Había veces que los camareros salían corriendo a la calle, lívidos, pálidos, afirmando que escuchaban extraños ruidos a los que no encontraban explicación

antoniolopeztorres_gorri4_puertosantamariaAsí se produce otro incidente aterrador cuando un grupo de baile procedente de la capital gaditana se afanaba en sus vestimentas y preparativos para llevar a cabo una representación en la discoteca. De repente “El Gorri”, que estaba ejerciendo sus funciones de portero, escucha unos llantos y gritos, sorprendido y con miedo “cogí una ‘tranca’ y me adentré en la discoteca, me di cuenta que los sofocos procedían de la planta superior. Cuando llegué hasta el origen de los mismos la estampa era desoladora: Chicos y chicas de entre 18 y 23 años se encontraban arrinconados contra la pared, con la mirada fija en algo que no podía ver, el espectro de un hombre”. Cuando “El Gorri” hizo acto de presencia en la habitación, el fantasma atravesó literalmente el cuerpo de este lo que hizo enloquecer aún más a los jóvenes. /En la imagen de la izquierda, Antonio López Torres 'El Gorri'.

Investigando el caso de estos fenómenos extraños se descubrieron antiguos usos del viejo edificio a lo largo de su historia, pero no se han hallado ningún hecho que pueda explicar la aparición de los fenómenos.

La discoteca “Galaxia” cerró. Los actuales vecinos del inmueble que no quieren hablar de si ocurren o no sucesos extraños o paranormales en sus casas. El misterio de la discoteca “Galaxia” es más de los fenómenos paranormales que se han vivido en El Puerto de Santa María. / Texto: J.M. García Bautista.

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The Milkyway Express

El Puerto de Santa María es durante el resto del año una ciudad con escasa actividad musical (una verdadera lástima) pero cuando llega el Monkey Week se convierte de verdad en la ciudad de la música y los portuenses lo agradecen año tras año. Sin duda el mejor ejemplo es el gran ambiente que presenta la Plaza Alfonso X durante todo el festival con certificación incluida (había hasta notario presente).

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Jesús Bragado 

Esta edición, el Deezer Monkey Week 2013, repetía el esquema instaurado en el 2012: showcases desde las 12.00 de la mañana hasta las primeras horas de la noche (20 - 21 horas) en diversas salas de la ciudad para luego concentrar la actividad nocturna en la Sala Mucho Teatro con 2-3 salas más para dar diversas opciones a la gente. Cierto es que se pierde la esencia de los conciertos de noche en escenarios tan mágicos como el Monasterio de la Victoria, pero esta organización es la que más comodidad (y seguridad) ofrece de todas las combinaciones que ya se han ido probando a lo largo de las distintas ediciones.

Pistoletazo oficial al Monkey Week 2013 en la Plaza Alfonso X con el concierto de La Selva Sur, un grupo formado en Sevilla por miembros de diferentes bandas con un gran mestizaje en sus canciones. Ritmos muy bailables y gran dosis de buen rollo para la presentación de su nuevo disco Vacaciones en el infierno.

Una constante en el Monkey Week es el cambio de escenarios. Es lo que pasa cuando en 2 días se concentran más de 100 conciertos en 8 localizaciones diferentes, pero no vamos a negar que tiene su encanto. Primera visita del día a la Sala Milwaukee para ver parte del concierto de los madrileños The Parrots, una banda que todavía no tiene sello discográfico que los edite, pero que tras las buenas sensaciones mostradas en el escenario y la contundencia de sus notas no creemos que tarden el aparecerles las ofertas.

Nuevo cambio de escenario, ahora le toca el turno al Niño Perdío, un local que en el Monkey Week encuentra ese plus que el resto de año le falta, para ver a Icarus Crah, aunque debido a los retrasos en las actuaciones (una constante en el festival) nos llevamos de regalo un par de canciones de los Madrileños Sonograma, que no sonaron pero que nada mal. Tras el cambio de instrumentos, ahora sí, llega el turno de los malagueños Icarus Crash, muy contundentes y con la sensación de ser todo unos veteranos en esto de la música. "Aquí hay buena materia prima" sentenció uno de nuestros corresponsales. Dicho queda. Por si hay alguna duda de sus influencias.

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Lovely Rita 

 Nueva visita a la Sala Milwaukee para disfrutar del folk rock de Mar Merino y la producción de Paco Lamato, o lo que es lo mismo, Lovely Rita. Sin duda este showcase le venía como anillo al dedo a la Sala y la Sala al showcase, de manera que pudimos disfrutar de un buen rato de músicaNuevo cambio de escenario, en esta ocasión con destino La Cristalera, un local cuya terraza es un balcón al río Guadalete y que en el Monkey Week brilló de manera especial.Poco tiempo tuvimos para poder calibrar a Los Jaguares de la Bahía, banda que se encuadraba dentro del III concurso de bandas jóvenes, aunque el público congregado en el local daba muestras de agrado, buena señal sin duda.

Mejor escenario no podían haber elegido The Sweethearts from America, surgido de la unión de miembros de otras bandas como Diastech, Salieri, Tannhäuser o Miraflores. En El Rodeo lo que más apetecía era tomarse una copa de bourbon escuchando el sonido mezcla de country y rock de Paco Campano (alias Franck Cowbell) y los suyos. Aunque de reciente creación, su sonido fue profundo con letras basadas en la temática americana. No nos cabe duda que con el encaje del tiempo y su buen hacer irán a más.

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The Sweerthearts from America

Por fin llegó el momento de realizar la primera visita al Teatro Pedro Muñoz Seca, que este año lucía de una manera espectacular con el escenario SON Estrella Galicia ubicado en el escenario principal del teatro, y disfrutar del concierto de Josephine Foster. Su voz tan característica, la dulzura de sus melodías y la compañía sobre el escenario de Lorena Álvarez sirvieron de ingredientes principales para que Josephine cocinará un concierto rico rico y dejara encandilado a todo el público presente.

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Josephine Foster

Siguiendo en la línea de Josephine Foster pero dando un salto cualitativo en cuanto a decibelios llego The Milkyway Express con su mezcla de rock y blues. Desplegaron todos sus movimientos en el escenario con armónica incluida para presentar su segundo disco "One Day in Summer". Las ganas que tenían por agradar se notaron y eso hizo que el público se contagiara de sus ritmos rockeros.

Mientras ya se sucedían las actuaciones en el Mucho Teatro en Burladero decargaban los simiescos Pelo Mono. Grupo formado por Pedro de Dios de Guadalupe Plata (mono a la guitarra) y Antonio Pelomono de Los Fabulosos Macarrones (mono a la percusión), dieron rienda suelta a sus ritmos de rock y blues, agradando al personal encapsulado en el pequeño recinto de la sala.

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Aurora 

Lo que ocurrió en Mucho Teatro ya es otra historia. Nombres importantes y de los que mucho se ha esrito ya, como los recuperados para los escenarios Chucho, los productivos y europeizados The Posies y la nueva joya de la cantera granaína Aurora. La irrupción en la escena indie de estos chicos ha sido de lo más remarcable de este año, el potencial es indicutible pero al verlos en directo chirría la descompensación entre la madurez personal y la musical. La actitud de los componentes dificulta la credibilidad de sus canciones y el protagonismo en el directo no está bien repartido (o más bien el anti-protagonismo, que es lo que se estila en estos grupos). Por otro lado, temas como Transparente o Desaparecer y en general su disco Géminis son auténticos pelotazos, pero encasillados en aquella corriente que ya se encargaron de explorar y explotar sus antecesores musicales en la misma Granada desde el siglo pasado. Esperemos que cuando pase la vorágine que rodea a este lanzamiento tengan el tiempo y la valentía necesarios para reflexionar y decidir hacia donde quieren llevar el talento que atesoran.

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The Posies

La jornada tocaba a su fin pero mientras las actuaciones iban finalizando, las barras y escaleras de Mucho Teatro eran un perfecto retrato de ese buen rollo y caldo de cultivo entre músicos, prensa y gente de la profesión en general que genera el Monkey Week. Como muestra simpática dejamos unas microentrevistas que realizamos a alguno de los personajes allí presentes como Charlie Riverboy (The Milkyway Express), Lomas (Expertos Solynieve), Paco y Euse (Oso Leone) o Juanky Smith (Icarus Crash), por supuesto con su consentimiento, aunque no sabemos si con plenas facultades mentales... /Texto MusicZine. Fotos: Jesús Bragado.

 

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El periodista porteño de la cosecha de 1984, José Pablo García Baez (nótulas en GdP núm. 661 y 1523) y la también periodista sevillana María José Morón Gómez inician en una semana un ambicioso proyecto: ‘La Vuelta al Mundo Low Cost’, o lo que es lo mismo, viajar durante casi un año al menor coste posible conociendo mundo...   dándonos pistas de como hacerlo. Afirman estar hartos de la situación que viven los jóvenes en nuestro país. «Por eso, durante un año y a lo largo de cinco continente, hemos decidido hacer realidad un sueño y mandar todo a ‘tomar por mundo’. No se nos ocurría mejor manera de hacer que dejar lo cotidiano, colgarnos nuestras mochilas y descubrir nuevos países, culturas y ciudadano de nuestra misma Tierra».

Vídeo del proyecto la Vuelta al Mundo en Low Cost 

“Teníamos dos opciones: o quedarnos cruzados de brazos o echarle valor”, dicen casi al unísono. Sin prestación por desempleo, calcularon cuánto iban a gastarse si se quedaban en Sevilla el próximo año y se dieron cuenta en qué iban a gastarse el dinero que habían ahorrado con esfuerzo en los últimos años. Así que lo tuvieron claro: optaron por el plan B y el 11 de noviembre se van de España: “Hemos decidido hacer realidad un sueño y mandar todo a tomar por mundo”. José Pablo y María José van a darle la vuelta al planeta con un presupuesto low cost: 20 euros diarios. No hay miedo: “Estar diez meses dando la vuelta al mundo es más barato que vivir en España un año”. “Estamos seguros de que saldremos de esta, pero mientras salimos o no, la vida son dos días”, aseguran. En total se gastarán, cada uno, unos 7.000 euros en 250 días de viaje por una veintena de países.

En la web www.atomarpormundo.com irán contando sus pasos por los países que visiten y, sobre todo, añadirán información práctica que puede ser de gran utilidad para futuros viajeros por el mundo. Ponen en práctica el crowdfunding, o lo que es lo mismo: ‘Financiación Colectiva’, acto solidario de moda en los últimos años para financiar proyectos, esfuerzos o iniciativas de otras personas  u organizaciones con dinero u otros recursos. ‘A Tomar por Mundo’ necesita del apoyo de sus seguidores para continuar con la aventura, mostrar las diferentes culturas y su gente y ofrecer todo tipo de información práctica de como dar la Vuelta al Mundo en un año.

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En el mapa mundi, el recorrido previsto por estos intrépidos viajeros.

El 11 de noviembre empieza la ruta en Londres (Reino Unido), para seguir por Miami (EEUU), México, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Costa Rica, Panamá, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, Argentina, Brasil, Uruguay, Chile, Los Ángeles (EEUU), Nueva Zelanda, Islas Fiji, Hong Kon y China continental, Vietnam, Laos, Camboya, Filipinas, Indonesia, Singapur, Malasia y vuelta a Londres. Y a su casa aquí en El Puerto, donde también les esperamos.

José Pablo y María José dormirán en albergues, en camas o sofás prestados -Couch Surfing- y viajarán eminentemente en autobús o incluso en caravana, que alquilarán sobre la marcha, porque su billeteRound the world tickets -Tarifa vuelta al mundo- , que les ha costado a cada uno unos 2.000 euros-, les llevará de un continente a otro: el resto es cuenta suya. 250 días. 20 euros de presupuesto diario. No hay más:“Está claro que arriesgamos, pero donde no haces nada es en el sofá de tu casa”.

 

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robertorodriguezgarcia_puertosantamariaRoberto Rodríguez García nació el 25 de octubre de 1973. Es hijo de Baldomero Rodríguez (ver nótula núm. 408 en GdP), conocido en El Puerto por sus muchos años detrás del mostrador del Bar Casa Paco y nieto del también popular Paco Rodríguez Ceballos (ver nótula núm. 1.113  en GdP) quien iniciara a la familia en la pasión por la hostelería y nieto de Balbina, ama de casa y madre de cinco hijos. Su madre es Mercedes García --conocida por su familia y amigos como “Tati”,  y nieto de Manolo García --quien, además de otros oficios, trabajaba en el Ayuntamiento) y de Mercedes Campos ama de casa, quien tuvo la dura tarea de criar a 12 hijos. Nuestro protagonista, Roberto, es el primero de tres los hermanos, junto con Mercedes y Baldomero, ‘Mero’ para los suyos, del matrimonio Rodríguez García. Cuando Roberto nació pasó sus primeros años de vida en la Barriada Caballero. Después de un intervalo de unos años en Valdelagrana se trasladaron al centro, a la calle Sol junto a la Plaza del Polvorista, donde continúan sus padres.

1973

El año del nacimiento de Roberto, 1973, era alcalde de El Puerto Fernando T. de Terry Galarza, (ver nótula núm. 749 en GdP). Bodegas Osborne adquiere las Bodegas Montecillo en La Rioja.

La Academia de Bellas Artes accedía, mediante acuerdo plenario del Ayuntamiento de febrero de 1973 a la cuarta sede de la institución, en la calle Pagador, 1 en la casa del Marqués de la Candia. Se grababan en El Puerto diferentes capítulos de la serie de TVE ‘Rito y Geografía del Cante’, colección de ‘incunables audiovisuales’ sobre el cante flamenco.

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El abuelo de Roberto, Paco Rodríguez Ceballos, en una fotografía junto con el gato que tomaba té en el bar Casa Paco. El gato había venido embarcado de Tánger y traía aquella curiosa costumbre. Desconocemos si el té era moruno o asiático.

Los Charlots, de José Luis Arniz, obtenían el primer premio provincial de comparsas en las Fiestas Típicas Gaditanas (actuales carnavales) de Cádiz. El torero José Luis Galloso encarnaó al rey Melchor en la Cabalgata de los Reyes Magos de El Puerto. Fallecía el Padre Pedro Guerrero González, S.J., el 3 de septiembre. En la misma fecha, pero de 2001, se iniciaría la Causa de Beatificación.

Pero volviendo a nuestro protagonista, las abuelas de Roberto jugaron un papel muy importante en su infancia, como para la mayoría de nosotros, y sus respectivas casas fueron lugar de visita casi a diario, así que tanto la calle Palacios como la Ribera del Río, son calles importantes de El Puerto en la vida de Roberto.

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Roberto, muy pequeño, entre sus padres, Baldomero y Tati.

Estudió en Luisa de Marillac y San Luis Gonzaga. La carrera de la cursó Turismo en la Escuela de Turismo de Jerez, aunque mucho más tarde ampliara conocimientos en la Universidad de Murcia, y realizara un Master en Sostenibilidad y Responsabilidad Social Corporativa en la Universidad de Jaime I de Castellón.

El primer contacto con el mundo turístico y laboral lo tuvo con la Oficina de Turismo de El Puerto, donde realizó prácticas en las oficinas de información y como guía turístico de la ciudad. Ya en el último curso de la carrera realizó prácticas en el departamento Comercial del Casino Bahía de Cádiz.

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El Bar Casa Paco, en los años veinte del siglo pasado.

ESCOCIA Y CANARIAS.

Al terminar la carrera en Jerez, marchó a Escocia con idea de comenzar su experiencia profesional en la industria hotelera. De allí, tras un periodo corto de estancia en El Puerto, se traslada e Alemania con la intención de perfeccionar el idioma germánico.

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El hotel Vulcano, en la tinerfeña playa de Las Américas.

Tras esta etapa, decide regresar a España, y luego de otro efímero periodo en El Puerto, parte hacia las Islas Canarias, Tenerife con el sueño --hoy conseguido-- de desarrollar su carrera en la industria hotelera.  Dos años estuvo trabajando en el Hotel Vulcano de Playas de la Américas, y de allí decidió cambiar de isla, trasladándose a Fuerteventura , para trabajar con la cadena Iberostar.

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Una nevada en el Hotel Palace de Gstaad

SUIZA.

Estando en Fuerteventura, le vuelve la idea de salir de España de nuevo, y decide  marcharse a Suiza a conocer la tan valorada hostelería suiza. Allí entra en contacto con los hotelería de lujo, al trabajar en el Hotel Palace de Gstaad.  Desde Suiza tantea hoteles de alto nivel en Marbella, con la suerte de que le ofrecen la posibilidad de trabajar en el Puente Romano, también de 5 estrellas, y el pensamiento de volver a Andalucía hace que no se lo piense mucho.

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El hotel Fuerte de Marbella.

HOTELES FUERTE.

En Marbella, cambió el Hotel Puente Romano, por los de cuatro estrellas, al ingresar a la cadena hotelera andaluza Fuerte Hoteles. Fue en esta grupo hotelero, en el que su carrera dio un cambio importante, ya que es donde obtuvo su primer puesto de responsabilidad como Jefe de Recepción, y más tarde como Director de Hotel en el Fuerte en Marbella. Mas adelante le ofrecen la responsabilidad de abrir un hotel en El Rompido (Huelva) y allí estuvo de Director hasta que decidió regresar a Marbella, para trabajar en las oficinas centrales de la cadena.

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La prestigiosa escuela de Turismo de Les Roches en Marbella.

LES ROCHES (MARBELLA).

Desde Septiembre de 2009, es profesor en la Escuela Internacional de Dirección de Hotel, Les Roches Marbella. En reputado centro da clases relacionadas con el alojamiento en hoteles, además de sostenibilidad y responsabilidad social corporativa. Desempeña, también, funciones de responsable académico de los cursos tercero y cuarto de los estudios de Grado en Dirección de Hotel.

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De pequeño, con sus padres y sus hermanos, preparados para la Feria en una desconocida y frondosa Plaza del Polvorista.

EL PUERTO EN LA DISTANCIA.

Roberto ve a El Puerto desde la distancia con añoranza. Sobre todo añoranza de los años de infancia y juventud. Ahora disfruta de El Puerto desde los ojos de un turista, porque las fechas que puede visitarlo suele ser la Semana Santa --en especial disfruta del Jueves Santo para ver a  la Humildad y Paciencia, en la que salió con sus hermanos y primos muchos años--, la Feria del Vino Fino, el verano en la Playa de Valdelagrana; aunque aún se acuerda de una caseta que tenía su abuela Mercedes, en la playa de la Puntilla, o cuando puede en el día de la Patrona. Roberto se alegra cuando ve nuevos negocios, bares, restaurantes abiertos, pero también le apena ver como esta crisis también está haciendo que muchos otros se cierren. Espera que pronto pase la recesión económica y que las calles Larga, Luna, Palacios se llenen de nuevo de comercios y alegría.

NUEVA FAMILIA.

Roberto se casó con Virginia, una navarra natural de Carcastillo, en el pueblo medieval de Olite, el 20 de Septiembre de 2002 y en la actualidad tienen dos hijas, una nacida en Marbella, Lucía, y la otra en Huelva, Leyre.

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Roberto y su mujer, Virginia, en la Feria de Primavera de 2010.

Una de las mayores aficiones de Roberto es el cine. Recuerda las dobles sesiones en el cine Macario, el cine de Verano en San Agustin,  o los ciclos de cine no comercial en el cine del Casino Bahía de Cádiz. El teatro es otra afición que disfrutó cada vez que podía con el certamen de Comedias de San Luis Gonzaga.

HIJO DE REY.

Para Roberto, un día muy especial, como para cada niño, siempre fue el día de la Cabalgata de Reyes, pero ninguno como el de este año 2013, cuando su padre tuvo el honor de representar al Rey Gaspar. Roberto tuvo oportunidad de salir en la cabalgata de pequeño con sus primos en una carroza de la Peña Flamenca Tomás ‘el Nitri’, ya que su tío Roberto (persona muy especial para él) era miembro de la peña.  Lo recuerda aún como una experiencia entrañable. Este año sus hijas Lucía y Leyre, tuvieron la oportunidad de acompañar a su abuelo Baldomero, y vivir esa experiencia como un día lo hizo su padre.

Hay una burguesía andaluza que prefiere la discreción de sus feudos de toda la vida al bullicio de las noches de Marbella para pasar el largo y ardiente verano del Sur. La costa de Cádiz se llena poco a poco de urbanizaciones privadas, defendidas por barreras y guardas que cierran el paso a las multitudes. Vista Hermosa, a escasa distancia de El Puerto de Santa María, la más antigua y de más solera, alberga todavía a un alto porcentaje de los grandes de las bodegas de Jerez de la Frontera y El Puerto.

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En la imagen, el Club 'El Buzo', en la playa de Santa Catalina.

Aunque la aristocracia de la botella, en franca decadencia, cede cada vez más el paso a nuevos profesionales de alto nivel económico, hay un sabor profundo a viejos tiempos en la costa gaditana que contrasta llamativamente con el ritmo de vida de los ayuntamientos comunistas recientemente votados en El Puerto de Santa María y Sanlúcar de Barrameda.

(Artículo publicado en el periódico El País, el 13 de agosto de 1981, hace 32 años).

«Teresa Osborne, por favor, la llaman por teléfono». Los altavoces de El Buzo, club deportivo y social de la urbanización Vistahermosa, repiten un par de veces la llamada. Luego, una muchachita rubia, delgada, cubierta con una camiseta, atraviesa la plataforma ardiente al borde justo de la piscina y desaparece por una puerta discretamente. Un grupo de invitados, que obviamente no residen en Vistahermosa, persigue con la vista a la rubia, mientras a golpe de codo confirman que efectivamente se trata de una Osborne. Con un poco de paciencia, y unos cuantos finos vivificadores, el grupo podrá tropezarse en esa terraza con la flor y nata de las familias de Jerez, Cádiz o de El Puerto de Santa María, tomando un refresco y mirando indolentes la playa de arena blanquísima. Nietas de la frondosa familia del desaparecido José María Pemán, domecqs, osbornes y terrys de piel oportunamente dorada pasan ante sus ojos con majestuosa indiferencia.

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La Casa Grande, casa club del campo de golf de Vistahermosa.

Decenas de imitadores de Bertín Osborne ensanchan sus espaldas nadando a mariposa con leve golpeteo de medallas e insignias al cuello. Como Bertín los hay que han ido arrinconando hasta dejar reducido al esqueleto de una inicial el primer apellido para llegar al codiciado Osborne tranquilamente. La playa de El Buzo no tiene tan siquiera la visión de las playas populares de El Puerto de Santa María, cercanas en kilómetros, pero escondidas en un entrante de la costa. Sólo está al fondo Cádiz, el puerto y la bahía.

Una chica de unos quince años se acerca al grupo de mirones pidiendo fuego para su cigarrillo. En torno a las muñecas lleva varias cadenas de oro con alguna insignia ultra entrelazada.

juanmelgarejoosborne_puertosantamariaPara Angel Moresco, director y residente en Vistahermosa, que ha visto poblarse de niños e infernales jovencitos motorizados estas calles privadas de la urbanización, «hoy aquí hay de todo. A pesar de que fueron Osborne los promotores de este recinto, la gente que vive hoy es, en un alto porcentaje, profesionales de alto nivel de vida, ente que viene de Madrid, de Sevilla, de Cádiz, de El Puerto y, claro, también de Jerez. Además, los Osborne que tenemos no están relacionados directamente con las bodegas». /En la imagen de la izquierda, Juan Melgarejo Osborne, presidente fundador de Vistahermosa (ver nótula núm. 890 en GdP).

Soportando el fuego líquido del mediodía. Angel Moresco, amable y eficiente, da unas vueltas a la urbanización, señalando a quienes le seguimos el peligro de los badenes que, con sus buenos centímetros de altura, pueden acabar con los amortiguadores de cualquier coche. «Es que hemos tenido, algún accidente, ya ven que hay muchos niños montando en bici o en moto, y claro, como la urbanización tiene mucho tráfico, existía siempre ese peligro, por eso pusimos los badenes». Pero ni badenes, ni rótulos de propiedad privada, ni guardas, que no desentonarían junto al oso Yogui, han podido evitar que la calle principal que baja directamente a la playa, una de las más hermosas de toda esta costa, esté tan frecuentada como la carretera que lleva a El Puerto de Santa María. Es un concepto nuevo del lujo que llega a paroxismos torremolinescos los fines de semana, cuando a las prolíficas familias propietarias de chalés o apartamentos se suman los innumerables amigos, ya se sabe, la gente es campechana aquí, en el Sur, dispuestos a disfrutar de las delicias de una aglomeración con alcurnia.

joseluiskutzmunagorri_puertosantamariaUN LITIGIO CON EL AYUNTAMIENTO.

La gente de El Puerto, en cambio, lo tiene difícil. A pesar de los esfuerzos del Ayuntamiento comunista de El Puerto de Santa María, en cuyo municipio se encuentra Vistahermosa, que ha llevado a juicio a la urbanización acusándola de apropiarse de los caminos públicos que bajaban a la playa, hoy por hoy nadie sin una invitación especial puede llegar hasta ella. El litigio se presenta sencillo, por el contrario, para José Luis Kutz Muñagorri, (ver nótula núm. 897 en GdP) el propietario del hotel Fuentebravía, que se levanta a muy pocos metros de la barrera metálica que delimita la base naval de Rota. /En la imagen de la izquierda, José Luis Kutz.

«Los dos tienen razón», señala, con un gesto conciliador de sus gruesos brazos, este navarro enamorado de Andalucía y casado con una francesa, que parece conocer todas las claves de la vida en El Puerto. «El Ayuntamiento, que, además, tiene muy buena voluntad, aunque no lo esté haciendo demasiado bien, tiene razón; Vistahermosa cegó un camino público que bajaba a la playa. Pero también la urbanización la tiene, porque las calles son particulares, y la solución para que sigan siendo de uso casi exclusivo de sus habitantes está en dejar libre el acceso a todo el mundo, pero impedirles aparcar abajo. ¡A ver quién es el guapo que es capaz de ir a esa playa si tiene que aparcar el coche dos kilómetros más arriba!».

Un helicóptero sobrevuela la playa de Fuentebravía, donde se bañan unos pocos clientes del hotel. José Luis Kutz, presidente del Centro de Iniciativas del Turismo, vocal nacional de Hospedaje, presidente de la Confederación Empresarial de Cádiz, entre otras muchas cosas, no oculta su desánimo por el descenso en picado del turismo, ni sus críticas ácidas a la actual situación política. De ideas falangistas, el director del hotel Fuentebravía considera que ha sido un gran error por parte de los empresarios europeos el poner sus industrias en manos del petróleo. «Lo que habré luchado yo con mi mujer por este motivo, que si el gas es mejor, que si el fuel, nada, que quería propanizarme hasta la cocina. Pero yo me he mantenido fiel al carbón, que, poco o mucho, por lo menos es la energía que producimos». Carbón que ha sido más fiel que aquella primitiva clientela de americanos, que llegaron a la base de Rota a montar sus Polaris a un costado del hotel. Polaris ya no hay, y americanos quedan pocos.

antonioalvarezherrera_1983_puertosantamariaEL ARRUMBADOR QUE LLEGÓ A ALCALDE.

A pesar de estar en contra de casi todo, José Luis Kutz paga religiosamente sus impuestos al nuevo ayuntamiento comunista, a cuyo frente está Antonio Alvarez Herrera (ver nótula núm. 362 en GdP), un antiguo arrumbador de las bodegas de El Puerto de Santa María. A las diez de la mañana entra un bedel delgado en el despacho de su secretaria: «Que llamen a la casa Osborne», anuncia sin más protocolo. Los Osborne otra vez. Aunque se dice que las grandes bodegas van a pique, aunque se destiñe ya el viejo esplendor de los nombres ingleses españolizados, y hasta la casa Terry ha vendido por varios millones de pesetas bodegas, caballos, todo, a una firma catalano-canadiense. /En la imagen de la izquierda, Antonio Álvarez Herrera.

A las 10.05 horas ha llegado el alcalde, con un traje de safari adaptado posiblemente a la jungla tórrida de El Puerto de Santa María, ciudad de cien palacios en ruinas, como rezan los carteles colocados por la Delegación de Cultura del nuevo Ayuntamiento en cientos de muros. Sobre la mesa de madera noble, el retrato del rey Juan Carlos se ha desplazado galantemente ante la imagen de la Virgen de los Milagros, la patrona de El Puerto. En la pared de enfrente, amorosamente enmarcado, hay un verso de Alberti, a quien el Ayuntamiento va a dedicar una casa-museo, en el que Juan Panadero saluda a los «nuevos alcaldes de Andalucía».

«Que han llamado de la casa Osborne». La joven secretaria, que ha venido de Madrid, transmite el mismo mensaje. «Contra lo que pudiera parecer, no hemos notado ninguna actitud saboteadora, ni nada parecido, por parte de la burguesía de El Puerto», aclara Antonio Alvarez. «Incluso han venido a explicarme sus planes de cerrar algunas bodegas de las que se visitan, y yo sencillamente les he dicho que toda mi vida, desde pequeño, estoy acostumbrado a este paisaje de bodegas, y que El Puerto es una ciudad turística y hay que mantener su personalidad y su belleza, y me han dicho que sí, que de acuerdo, y han salido por esta puerta tan amigos». /Texto: Lola Galán.

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En la cata se analizaron distintos cortes de un jamón ibérico de bellota de Jamones Cárdeno de Extremadura con diferentes jereces de la bodega Lustau, perteneciente al Grupo Caballero y con  vinos almacenados en El Puerto.

Una cata conjunta de jamón ibérico de bellota y jereces celebrada en la Bodeguilla del Bar Jamón confirma que se llevan mejor que San José y la Virgen. Los japoneses, que son un poquito litris pa lo que es comé, dicen que han descubierto un quinto sabor, el umami. Ni siquiera los que más saben de comé lo definen exactamente. No es ni salado, ni dulce, ni amargo, ni ácido, sino una mezcla de todo, pero en sutil. Mi madre, que es muy de resumir, diría que es como “arrejuntarlo todo y ponerle un nombre pijo”.

Los japoneses ahora mandan mucho en gastronomía. Cogieron las pavias de merluza, le pusieron agua medio congelati a la harina y ahora todos los cocineros de diseño cuando te ponen merluza rebozá, que se inventó aquí hace una jartá de años, te dicen que es una tempura…y se indignan como tú diga…lo mismo que las pavias de Paco Ceballos, pero más chiquititas y al triple de precio. No se te ocurra, evidentemente, pedirle mayonesa para ponerle por encima, porque es que el cocinero  te manda  directamente al mismisimo  “Tiriyaki”.

Pero Cádiz no se podía quedar por debajo de los nipones. Siempre les hemos tenido mucho cariño. En verdad, el cazón en amarillo se inventó aquí como homenaje a Naruhito. Por eso si ellos inventaron el quinto sabor, nosotros acabamos de inventar el sexto, un sabor que es todavía mejor que el Umami:  el “Oh Mami”.

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El lugar del descubrimiento: La Bodeguilla del Bar Jamón en el Centro Comercial Bahíamar.

El “Oh mami” se descubrió en El Puerto de Santa María el miércoles el pasado verano en el bar que tiene la Bodeguilla del Bar Jamón en el centro comercial de Bahía Mar. Fue sobre las ocho y media, de la noche, para estas cosas no se madruga. Lo sé porque estuve presente en el momento de su nacimiento. El Blog de Tubal, que dirigen dos enamorados de la gastronomía como Pilar Acuaviva y Juan Antonio Mena, habían organizado, en unión de Borja Fernández Serrano de la bodeguilla, una sugerente cata en la que se combinaban varios cortes de jamón con diferentes jereces. El jamón lo ponía Jamones Cárdeno, una empresa de Extremadura dedicada exclusivamente al ibérico puro de bellota y que es la que suministra a la bodeguilla los perniles para su famosa tosta de jamón (otro caso de sabor Oh Mami). Los vinos los puso la bodega Lustau, una firma de Jerez, de esas con doscientos años, de las que habían nacido mucho antes de que los japoneses nos colaran lo que aquí siempre le hemos dao a los que están malitos, el arró en blanco, y que ellos llaman sushi.

El ponente era el catedrático de la Universidad de Cádiz Carmelo García Barroso y su teoría a demostrar era que había un matrimonio perfecto (vamos a ver si lo aprueba Rouco Varela) entre el ibérico puro de Bellota y lo que se llaman los vinos del Marco…que no quiere decir que estén metidos siempre dentro de un cuadro.

Carmelo García Barroso sabe de jamones y de vinos. Primero los estudió en plan científico, en su composición. en sus propiedades…y en esas cosas que hacen los científicos, pero puesto a ello Carmelo ha estudiado también estos productos en el modo “pues esto me gusta más”. Así ha diseñado una cata, que  ha realizado en diversas ocasiones, en la que se analiza la relación entre el jamón y el vino.

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El catedrático Carmelo García Barroso en plena intervención acompañado "al corte" por José Manuel Hidalgo. 

Carmelo enseñó en esta sesión catedralicia sobre el pata negra que existen varias zonas porcinas en esta especie de violin que se toca a cuchillo jamonero. Así un jamón no sabe igual si se come una lonchita de la maza, más atocinada, que la babilla, donde hay más carne. Lo más apreciado es la babilla, la parte más ancha, porque ahí, cuando están colgados, es donde va a parar todo el jugo. Luego está la contramaza, la punta y ya un bocado para iniciados que se conoce como jarrete y que son unos trozos, que normalmente se comen a taquitos, que están en la parte del hueso más cercana a la pezuña.

Las palabras del catedrático se acompañaban “al corte” (como cuando un flamenco se acompaña de guitarra) con el cortador de jamón José Manuel Hidalgo que iba cortando a lonchitas el jamón entero que se comieron la treintena de asistentes al evento.

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Todo preparado para la cata maridada.

El ejercicio consistía en meterse en la boca un pedacito de jamón y un buchito de vino, dejarlos que se entiendan y luego opinar y ahí surgió el “Oh Mami”, cuando un trozo de maza, bien tocinado, se arrejuntó con un amontillado Escuadrilla de Lustao o cuando un “Puerto Fino”, un vino fino formó pareja de baile con unas rajitas de babilla. Fueron en esos momentos cuando surgió el “Oh Mami”, el sexto sabor, el del jamón acompañado de los vinos de Jerez.

Hoy habrá que subirlo ya a la wikipedia: “Oh Mami”, sexto sabor humano. Descubierto en el siglo XXI al arrejuntar en El Puerto de Santa María una lonchita de jamón y un sorbito de vino de Jerez.” Para mi gustó sólo falto una cosa para llegar al nirvana. Soy muy de acompañar el jamón con pan de viena de corteza crujientita, pero quitándole lo que es el miajón…ya ahí se hubiera llegado casi al “nirvana jamonero”, un nirvana muchísimo mejor que el que consiguen los monjes budistas. Entre el público, alguien comenta…¿y te imagina si como postre hubiera habido docena y media de langostinos de Sanlúcar?…Entonces hubieramos descubierto el séptimo sabor: El “Oh Mami… blu”. /Texto: Pepe Monforte.

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Acaba de cerrar El Cafetín, la cafetería-churrería de La Placilla, esquina a Santa María. Un clásico y centenario establecimiento hostelero de los ‘de toda la vida’ por el que han parado todas las generaciones de portuenses desde su apertura a fines del siglo XIX.

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Fotografía de enero de 2013. /Foto. J.J.Pérez

Ya estaba abierto como taberna en 1895, entonces propia de los hermanos Sinforiano y José Molleda Colosía, llegados a El Puerto desde el valle cántabro de Herrerías en 1874, cuando eran niños. Antes, un pariente, Eladio Díaz Colosía,  en su solar tuvo instalada, en las décadas de los 70 y 80, una fábrica de fideos; industria que ya se había establecido como tal, en una primera etapa, el año 1800. Acaso a ella pertenecieron las grandes vasijas que en los años 50 se descubrieron en el subsuelo (donde siguen), seguramente reutilizadas como aislantes de la humedad.

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La sucursal del Café Moderno. 1913. /Archivo Municipal.

En 1913 el negocio, ya con el nombre de Café Moderno, estaba en manos del portuense Juan Carvajal Vázquez, quien lo mantuvo abierto hasta fines de los 30. Célebres fueron su gramola, instalada en 1926 y, al año siguiente, su “aparato de radiotelefonía”.  El negocio contó con una sucursal de quita y pon montada al estilo de las casetas de feria bajoandaluzas que de cuando en cuando se instalaba en el Parque Calderón y, durante las ferias, en el paseo de la Victoria.

Concluyendo la década de los 30, probablemente tras la guerra, el Café Moderno lo tomó José López Herrera, aunque por poco tiempo, pues en 1941 pasó a ser del montañés, también del valle de Herrerías, de Camijanes, Ángel Sordo Díaz,  hermano de Maximino (que se había hecho con El Resbaladero en 1936), y de Vicente (que haría lo propio en 1950 con Los Pepes).

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Tras la barra, de izquierda a derecha, Juan Pérez (repartidor en isocarro de cerveza), Ángel Sordo y Luis Jurado (dueño del frontero bar La Liebre). Delante, Luichi Alcántara Torrent y Enrique Gago (dueño en Santa María del bar El Pescaíto). /Foto Colección A.F. G.

Quienes tengan edad para ello recordarán los seis barriles del Café Moderno-El Cafetín. A un lado, cuatro: de amontillado El Caballo (Osborne), de fino Menesteo (Osborne), de fino C (Cuvillo) y de moscatel de la bodega de Manuel Rodríguez Garrido, el de Los Caracoles de la calle Sierpes; y al otro lado los de manzanilla Argüeso y el fino Tambor de la taberna La Burra de Ramón Sordo (ver nótula núm. 489 en GdP). Muy solicitado fue también un estupendo tinto, de un tal Nicanor, de Cádiz, establecido en la calle Sacramento, que lo traía “el Tragelia” en el Vapor. Y aquellas botellas, alargadas, de casi un litro, de la cerveza Cruz Blanca (cuyo depositario en El Puerto era Ezequiel Cortínez, el de la taberna La Lucha (ver nótula 147 en GdP) de la plaza de la Pescadería), envasadas en cajas pesadísimas.

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El Cafetín en 1958. Tras el mostrador, Maximino y Ángel Sordo. Clientes, de izquierda a derecha, 'Aguilocho', Juan 'el Pirata', Antonio Guerra, Juan Villarreal, 'el Rubio', Rafael 'el de las Aguas' y Antonio 'el Gallo'. /Foto, familia de M. Sordo.

Desde 1968, cuando murió Ángel, continuó llevando el establecimiento su hijo Maximino, hasta su fallecimiento hará una década, quedando el negocio hasta su cierre en manos de su viuda. Gran tipo Maxi,  de quien guardo un gratísimo recuerdo. De las buenas gentes de La Placilla, de las que en estas páginas ha dado buena cuenta, con una sensibilidad muy de agradecer en estos tiempos que corren,  María Jesús Vela (ver nótulas 684 y 1.030 en enlace al pié de este texto).

El Cafetín se reformó en 1965, cuando perdió el cuarto reservado que tenía junto a la casapuerta de Santa María, por donde entraban las mujeres -sólo las mujeres- tras tocar un timbre, objeto de deseo de algunos traviesos chavales, los puñeteros, que sabían que el camarero, para abrir la puerta, tenía que dar un rodeo cruzando el salón interior y la cocina. Fue en 1975 cuando el establecimiento adquirió el aspecto que hemos conocido hasta su cierre.

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En la imagen, El Cafetín, tras el incendio del Teatro Principal ocurrido en 1984 (ver nótula núm. 937 en GdP). Vemos las máquinas derribando los muros del desaparecido Teatro que inauguró Críspulo Martínez. (ver nótulas núm. 311 y 319 en GdP). A la izquierda la frutería de Agustín Vela Mariscal (ver nótula núm. 326 en GdP). y, frente al puesto del Vela, la barbería de Manolo Cordones, cuyos recuerdos recrea Antonio Collantes en la nótula núm. 366, en GdP, referida a la Placilla en la década de los cincuenta del siglo pasado. /Foto: Colección A.F.G.

EL MERCADO
En una ordenanza dictada en 1835 por el gobernador civil, leemos: “Se entiende por plaza de Abastos desde las cuatro esquinas de las calles San Bartolomé y Luna hasta la del Ganado, y desde el sitio en donde se hallaba el Almotacén  en la calle del Vicario [donde se contrastaban los pesos y medidas de las mercancías] hasta las esquinas de la del Ganado.”

Un siglo antes, en 1735, los “hacendados en viñas, arboledas y cohombrales”, al estar cubiertos los sesenta puestos de pilón con los que contaba la Plaza, solicitaron al Ayuntamiento que les permitieran instalarse en la ‘plazuela de San Bartolomé’, a lo que el Cabildo –en todo tiempo atento a las peticiones de los ciudadanos- accedió.

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Calle Sierpes: Un detalle del callejero antiguo en el entorno de la Plaza de Abastos y Placilla.

No obstante de estos dos ejemplos, la existencia del Mercado Público en el entorno de la Plaza y la Placilla debe remontarse a la propia fundación de Santa María del Puerto en 1264, y probablemente antes, en la época de la andalusí Al-Qanatir. Aquí, en paralelo a Ricardo Alcón (la antigua calle del Muro), se levantaba la muralla que circundaba la población y una de sus puertas de entrada, la que comunicaba con la campiña a través de la calle del Ganado, que hasta el primer tercio del siglo XVIII fue un camino rural que transcurría junto al arroyo que llamaban de la Zangarriana, que nacía en El Caracol.

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Vista parcial de la muralla (cerca o tapia) de El Puerto en 1567, dibujada por Antón van Wyngaerden, contemplada desde la carretera de Sanlúcar.

Por él llegaban las reses al Matadero Municipal (al exterior de la muralla de Ricardo Alcón, el anterior al que se construyó en 1699, hoy sede del Imucona), y cuyas carnes abastecían a la Carnicería Pública del Rey  (donde está el Bar Vicente). Y por donde también llegaban las frutas, legumbres y hortalizas de la campiña para su venta pública, antes de que en tiempos más recientes la entrada al Palenque se hiciera por las calles San Juan y Santa María.

restaurante_alegria_puertosantamariaUn lugar en todo tiempo siempre bullicioso, de pregones y vocerío, de hortelanos y arrieros, de bueyes y borricos, de cuadras y posadas. Y de tabernas donde cerrar tratos comerciales, descansar, hablar con los paisanos y echar más de un trago.

DE TABERNAS Y BARES. 

Estaba cantado que en un espacio tan populoso y popular como La Placilla se abrieran no pocas tiendas de bebidas y comidas. Como una letanía, nombraremos algunas de las que existieron entre los últimos años 30-60:

En Ricardo Alcón, el restaurante La Alegría (ya abierto como taberna en 1899, que cerró en 1961) y el despacho de vinos Verdad, que luego fue Los Caracoles, en sus últimos años llevado por José Luis González Obregón. /En la imagen de la izquierda, publicidad de La Alegría en el Carnet de Verano de 1910. /Archivo Municipal.

En plena Placilla, Las Flores, finalmente de José Florido, que después su viuda lo convirtió en el tabernón de Encarna. La Bombilla, que luego fue el Bar Pérez, La Manzanilla y La Valdepeñera. La Liebre. Donde estuvo la oficina del Palenque, el freidor-cervecería de Genaro (Arias) que Manuel Rodríguez Ceballos convirtió en el ‘restaurant económico’ La Placilla, nombre que también llevó otra casa de comidas, de Manuel Muñoz Jaén. La Braña, de Prudencio Rábago de Celis. La Concha.

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El bar La Concha, en los bajos del Teatro Principal, en 1957.

En Santa María, frente a El Cafetín, el Bar La Riojana, de José Sánchez Sousa (el de Los Pepes, que luego fue el almacén de Leopoldo Pérez Castiñeira). El Pescaíto, de Enrique Gago. El Túnel, que también fue Las Dos Calles (por el postigo de la muralla que comunicaba Santa María con Vicario). El Caracol. Los 48. El Clavo. Y La Sacristía.

Los 22 establecimientos citados vivieron su inauguración, su apogeo más o menos mantenido en el tiempo, acaso la decadencia y su fin, como ahora El Cafetín, el viejo Café Moderno. Como la vida misma.  (Texto: Enrique Pérez Fernández)

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Caricaturas en El Cafetín, realizada por Ruiz Cuevas el 30 de diciembre de 1985. En ellas aparecen, de camareros de sala, a la izquierda Rafael Troncoso y Julio Barcia; en la Barra, de verde oscuro, hablando con éstos, el propietario  Maximino Sordo Alonso. En la cocina/churrería Juan Pauyata; y detrás del mostrador, a la derecha, Eduardo Mora y Juan Angulo, de verde claro.

Nótulas de La Placilla y su entorno en Gente del Puerto:

366. La Placilla en la década de 1950.
684. Motes en la Placilla.
1.030. La Placilla. ¡Ay, cuanto te añoro!

 

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Texto: Francisco Andrés Gallardo | Fotos: Fito Carreto.

El Tomate, qué culpa tiene El Tomate. Así, años antes de que Jorge Javier Vázquez apareciera por televisión con la filosofía tomatera de acoso y derribo al famoso, Pepe Ramón Perles Giner, de procedencia alicantina que fue pinchadiscos, almas de las fiestas, de la discoteca 'El Papagallo' del Hotel Fuentebravía, abrió en 1987 el Burguer El Tomate. | En la imagen, José Ramón interviene en el pub El Convento en un acto dedicado a la Vela en el establecimiento, con el entonces presidente de la Federación Andaluza de Vela, Ángel Ruiz,  en la cabecera presidencia del acto.

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El patio de El Convento, con el peculiar arco que le dio nombre y forma al establecimiento y desde el que partió el que sería uno de los locales de copas más afamados de la Ciudad, al que incluso acudiría S.A.R. el Príncipe Don Felipe de Borbón.

...continúa leyendo "José Ramón Perles. Pub El Convento #1.882"

espiralesdeincienso_2_puertosantamariaLuis González Campos, redactor corresponsal de El Mundo, escribía en Cádiz el 2 de febrero de 1915 --hace 98 años-- un interesante artículo sobre las posibilidades turísticas de El Puerto, que fue publicado con el título ‘Espirales de Incienso’ en la Revista Portuense, el 4 de marzo de dicho año. /Pulsando sobre la imagen, se puede leer el artículo completo.

Hoy, que se celebra en El Puerto de Santa María el Día Mundial del Turismo con más de 100 actividades y colaboraciones tanto pública como privadas, no está de mas echar la vista atrás y recordar como veía un periodista de aquella época nuestra Ciudad y su vocación turística, que se hacía para atraer el turismo tanto desde la iniciativa pública como privada, que medidas adoptaban las autoridades para atraerlo o ahuyentarlo, que propuestas, en fin presentaba la ciudadanía, tras las loas barrocas habituales en un periódico de comienzos del siglo XX.

El autor sostiene que «Del Puerto se cuidan poco las autoridades portuenses en el sentido de avalorar esta época del año confeccionando buenos programas de festejos. ¡Claro que en esta labor deben colaborar con el Municipio, la industria y el comercio y aún el vecindario!» A partir de aquí, Luis González hace una extensa exposición de ideas para mejorar la actividad turística, algunas muy curiosas como podrán comprobar: Concurso de Higiene Popular, la Fiesta de los Cántabros, Experimentos de Aviación, Precios únicos de camas para dormir una sola noche, Reducción de los billetes de ida y vuelta a Cádiz en trenes y vapor, y muchísimas otras que podrán leer, pulsando sobre la ilustración que acompaña esta nótula. A El Puerto, que ya no vive ni de la pesca ni de las bodegas, ambas en crisis permanente, solo le queda la alternativa del Turismo. Todas las acciones, pues, han de ir encaminadas a promoverlo, dinamizarlo, ordenarlo, estabilizarlo, haciendo cómodo a hosteleros, visitantes y vecinos este fenómeno económico convertido en industria, que no deja de ser un vehículo de comunicación entre los pueblos. /Texto: José María Morillo.

Por estas fechas, finalizada la temporada turística alta y cuando los trabajadores del Hotel Meliá Caballo Blanco tenían más tiempo disponible, se agrupaban, anualmente, en un equipo de futbol con el que poder hacer un poco de deporte.

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De pie, de izquierda a derecha,  Manuel Vaca Parralo ‘Pololo’, Baby (1), Mendoza, José Manuel Rosa y Juanito Zarzuela. Agachados: José María Cies, Antonio Márquez, Pepe (2), Ricardito Mata y José Castro. En la fotografía solo aparecen diez jugadores. Faltaba uno: Antonio Cairón Olmo, ‘El Gasolina’ (ver nótula núm. 1241 en GdP) , que había llegado un poco tarde y se estaba cambiando, pero Rafa tenía un compromiso a esa hora y no pudo esperar, así que la instantánea está incompleta.

(1). Baby jugó luego de defensa central en el Racing Club Portuense, formado la famosa defensa de cuatro:  Ríos, Mario, Baby y Quintero. La verdad es que nunca trabajó en el Caballo Blanco, pero aquél año reforzó, y de qué manera, el equipo de los hoteleros. (2). Pepe era un cliente del hotel, trabajaba para Juan Cross, quien llevaba trabajaba para Bodegas Osborne llevando  la publicidad. Posteriormente, cuando se jubiló se vino a vivir a nuestra ciudad. Vive por la zona de la Avenida del Descubrimiento.

Por aquella época, no había polideportivos ni pistas "indoor" en El Puerto, por lo que tenían que buscar un campo de fútbol o bien adaptar uno a ese deporte. El de esta fotografía corresponde al Campo del Aceite (donde actualmente se ubica el Parque Europa). Nuestro informante, José María Cíes, ex subdirector del desaparecido hotel y hombre de la cadena Meliá durante la mayor parte de su vida profesional, no recuerda el equipo rival, pero era difícil encontrar uno que se adaptase a los horarios de la hostelería, ya que el tiempo libre del que disponían era de cuatro a ocho de la tarde, un horario en que casi todo el mundo estaba trabajando. Jugar un domingo, ni pensarlo.

«La fotografía es del añorado Rafa, --recuerda José María Cíes-- al que casi considerábamos como de la plantilla, ya que raro era el día que no aparecía por el hotel, cámara en ristre. Cualquier evento, visita o comida de personalidades, tenía lugar en nuestras instalaciones y Rafa era el encargado de dar fe, bien para su publicación en Diario de Cádiz o como recuerdo para sus protagonistas». En este caso, se desplazó hasta el campo de fútbol, que estaba ‘en las afueras’ de El Puerto para realizar esta foto-recuerdo.

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Me he dejado caer con cierta y feliz asiduidad por El Puerto de Santa María a lo largo de estos días de calorina y ajetreo. Uno se monta en Los Amarillos en Sanlúcar y aparece al cabo de veinte minutos cerca de la plaza de toros portuense. Sí, aquella de la que dijo Joselito tal y tal.

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Regli Reyes Alcedo, en la cocina del Bar 'El Brillante'.

Y se deja ir con el arrullo de los viejos vinos, de todas las soleras, de los olores a bodega con nombre de historia: Colosía, Osborne, Caballero, Lustau. Se aprovecha para echar un ojo y un paladeo al Gourmet de Manolo y Paquita, se cruza después la calle Zarza y se recala en Bodegas Obregón a masticar el oloroso que cría con mimo Manolo, se pasa uno por La Cata Ciega a descubrir algún que otro tinto secreto, se va después a despacharse a gusto a la barra o a una mesa de Los Portales, a la de Casa Paco, al Colmao que ha reabierto Antoñín -el de Ca'Antoñín-, a la Bodeguilla del bar Jamón... y luego decide uno comer, si es que no ha tenido suficiente con lo anterior.

Y aquí se pueden tomar varias decisiones; muchas de ellas, correctas. Si se quiere experimentar con la imaginación que es capaz de desarrollar un alquimista de la cocina, basta con acercarse a A Poniente, el acudidero de Ángel León, un mago del mar, o dejarse caer en el clasicismo renovado de El Faro de El Puerto, que no falla así le pongas a prueba... O irse a por Regli, María Regla Reyes Alcedo en los papeles del seguro, la mano bruja que mece la olla del bar El Brillante. Cuenta en su deliciosa página en la Red José María Morillo (El Puerto de Santa María, sus gentes y sus habitantes) cómo don Eugenio Mena abrió un despacho de vinos a comienzos del siglo pasado en lo que eran las cuadras de la pensión Las Columnas, junto al hoy afamado mercado de abastos.

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Antonio Mena Rodríguez, nieto del fundador del Bar 'El Brillante' y actual regente del mismo.

Hoy es su nieto Antonio quien lo regenta. Es un bar peculiar, angosto, sabroso e inalterable, como gordo es el propietario, cargado de gracia y de contundencia, al igual que el vino que cría en su casa y que sirve generosamente frío. Antonio (ver nótula núm. 132 en GdP), casó con una chipionera que o bien venía enseñada en cosas de cocina o bien aprendió por aquello de que a la fuerza ahorcan. En cualquiera de los dos casos, yo me la llevaría a dar clases a todas las escuelas del mundo y obligaría a los mejores chefs a encerrarse con ella una mañana en el cubículo mínimo que hace de cocina y al que se asoma El Gordo desde la barra pronunciando las palabras mágicas con su vozarrón de barítono acatarrado: «--Regliii, ¿qué hay hecho por ahííí?». Es inútil elegir. El bacalao al pilpil es, de largo, el mejor que he tenido el gusto de degustar. Los caracoles, a decir de los aficionados --yo no lo soy--, no tienen competencia y cualquier pescado que se oferte tiene la garantía del mercado colindante. En realidad tiene esa garantía y la del ojo de Antonio, que criado puerta con puerta sabría distinguir incluso aquellos pescados con los que algunos placeros quisieran tangarte, cosa que puede ocurrir en cualquier parte.

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Dos de los 20 dibujos de 'El Pantera de Cádiz', fallecido hace cinco años, expuestos en el salón del Brillante. 'El Pantera' era un escafandrista que dibujaba en el Bar de Antonio, junto a Eugenio, su padre, y entre los efluvios del vino, salió una singular colección de viñetas humorísticas que permanecen impertérritas, a lo largo del tiempo.

Regli fríe con un portento desusado hasta los ostiones, reboza la merluza como si se acabara de descubrir, elabora guisos marineros de antaño, como los hacía Pomares, el cocinero de alta mar cuya fama cruza los mares de medio mundo y que no hace mucho cruzó las últimas aguas del adiós. Y cuando ya uno cree que nada hará crecer su asombro, cuando han sido comidos el menudo, las albóndigas, el adobo o las manitas, llega el atún de almadraba en manteca, inesperada combinación de pez y cerdo -más alguna especia- que deja perplejo a cualquiera. Después de Regli es muy difícil otra cosa que CARLOS-HERRERAno sea la satisfacción por trastear en su barra, escuchando a su parroquia y preguntándose qué tienen unas manos como esas para conseguir el milagro de lo inalcanzable. De nuevo a Los Amarillos y vuelta a la desembocadura del Guadalquivir (cualquiera conduce después de todo eso). Y que sea lo que Dios quiera. /Texto: Carlos Herrera.

 José María Godínez Calvo nace en Cádiz en 1968, hijo segundo del matrimonio formado por Antonio y Margarita, quien aunque nace y vive en Cádiz está vinculado con El Puerto desde siempre.

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De pequeño sus padres lo traían a comer a los bares de la Ribera del Marisco muchos sábados: Échate Payá, Casa Paco Ceballos, …; luego, con 17 años volvería al reclamo del ambiente nocturno y, una año mas tarde se echó novia aquí y por último acabaría encontrando trabajo en el Hotel Los Cántaros, que dirige. Es presidente del CCA, cargo que ocupará hasta el próximo miércoles 18, dado que no se presenta a la reelección: la Asamblea, pues, elige nuevo titular de la entidad. A diario, se levanta gaditano, trabaja en y por lo portuense, pero es un ciudadano del mundo, --ha visitado cerca de 60 países-- que vive en clave de Bahía de Cádiz. ‘Coquinero de día, piconero de noche’.

1968.

El año del nacimiento de nuestro protagonista era alcalde de la Ciudad, Luis Portillo Ruiz. En junio se celebraba en El Puerto un pleno de la Diputación Provincial que se pronunciaba sobre la expansión universitaria en la provincia, algo de lo que El Puerto no se vería beneficiado y que produjo, por su desacuerdo que, un año después Luis Portillo abandonara la alcaldía al no verse apoyado para tal empresa por los propios concejales de la Corporación Municipal. José Luis Tejada publica ‘El cadáver del alba’.

El_Planeta_De_Los_Simios-Se proyecta en el Teatro Principal ‘El Planeta de los Simios’. Se estrena en la Scala de Milán, un ballet basado en el poemario de Rafael Alberti ‘Sobre los ángeles’, que ese año publica ‘Roma, peligro para caminantes’.

El 16 de junio el Racing Club Portuense, campeón de la Temporada 1967/68, jugaba la promoción de ascenso de Tercera División (equivalente a la Segunda B de hoy) a Segunda contra el Alavés, perdiendo 2 a 0. Tenían un gran equipo y una gran directiva. En la Real Plaza de Toros actúan en una corrida nocturna el sábado 20 de julio, los diestros Miguel Mateo ‘Miguelín’, Palomo Linares y Ángel Teruel.  El grupo de teatro ‘Bellas Artes’ representa ‘Mentir a Tiempo’ sainete de Pedro Muñoz Seca. Nace el cantante afincado en El Puerto, Enrique Bunbury.  Se inauguraba el ambulatorio de la Seguridad Social Virgen del Carmen.

HOTEL LOS CÁNTAROS.

Volviendo a José María, empezó a trabajar en El Puerto en el hotel Los Cántaros en 1990 --con 22 años-- como aparca coches, botones y recepcionista de noche; luego, dado su dominio de los idiomas: habla inglés y alemán, paso a ser recepcionista y, en 1991, sustituye provisionalmente al director por seis meses tras la marcha de éste y ya se queda definitivamente: han pasado 22 años. Estudió Técnico de Empresas y Actividades Turísticas (TEAT) en la Escuela de Turismo de Jerez y este año 2013 se ha licenciado en Filosofía por la Universidad a Distancia. Ha dirigido también Apartamentos Casa de Los Leones y Casa Palacio Luna.

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Con directores de hotel, de izquierda a derecha, Francisco Ramírez, Ricardo Fernández, Piedad Hernández, José Manuel Anguiano, Enrique Fernández de Bobadilla, José María Godínez y Eduardo Pérez con el alcalde de la Ciudad, a la sazón, Fernando Gago. Año 2007.

CENTRO COMERCIAL ABIERTO (CCA).

En julio de 2009 se crea el Centro Comercial Abierto, que aglutinará a una nutrida mayoría de establecimientos comerciales y de hostelería de El Puerto, formando parte de la candidatura liderada por el entonces gerente de Romerijo Jacobo García Nieto. Este último se marchó de la Ciudad al mes de constituida la asociación en la que José María era el Vicepresidente, por lo que, al cesar el primero Godínez -- persona disciplinada y cumplidora con sus compromisos; aquí recuerda su formación en los Salesianos de Cádiz-- accede a la presidencia, anunciando que lo haría solo por un mandato. Este periodo finalizaba precisamente en estos días durante los cuales ha permanecido como presidente en funciones, hasta la elección de pasado mañana, miércoles 18.

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Recogiendo de manos del Consejero de Turismo y Comercio, Luciano Alonso, el documento que acreditaba al CCA su registro en el sistema de centros comerciales, en un acto celebrado en la Cátedra de Estudios Alfonsíes en enero de 2012.

Destaca como muy positivo «la gran cantidad de gentes de El Puerto con los que he tenido la oportunidad de relacionarme: gente trabajadora, desinteresada, luchadora y amable. Esta Ciudad tiene mucha suerte al tener tantos hijos que la quieran, a pesar de las barbaridades que haciéndole y a pesar de ello, presumen ‘con lágrimas en los ojos’ por como les tienen El Puerto, a todas luces deteriorado».

Durante estos cuatro años, José María, afirma que «me he dado cuenta de determinadas realidades de El Puerto, y ha sido ahí donde me he tenido que fajar con determinados políticos de la Ciudad, absolutamente ajenos a lo que ocurre a diario y narcotizados por su propio discurso», enfatiza.

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En la promoción de la Ciudad realizada en Navarra, con motivo de la dedicatoria de la Feria 2008 a dicha comunidad. De izquierda a derecha, fila superior, Pepe Fernández, José Antonio Romero y su mujer Milagros, Rafael Osborne, Felix Gabay , Francisco Ramírez, Alvaro Casal y sobre él, José María Godínez; fila inferior, Lola Eguren presidenta del parlamento navarro, el consejero de presidencia Alberto Catalán, y el alcalde y concejal de fiestas, Enrique Moresco y Millán Alegre, respectivamente. 

VIAJERO.

Le gusta viajar, ser crítico con lo que ve y disfrutar de lo que tiene de bueno. Para José María «Es un privilegio vivir en la parte mejor del mundo y no de las partes mas pobres» Y se emociona, una lágrima le asoma a los ojos, cuando afirma que «Somos solidarios con la inmigración: recuerdo como una señora voluntaria le dio el pecho a un pequeño subsahariano que venía hambriento en una patera, o como un Guardia Civil, le dio calor con su cuerpo a un inmigrante que, desfallecido, había llegado a nuestras costas con hipotermia», concluye.

bola_del_mundoViaja solo, o en compañía de su pareja, con una mochila, el billete de ida y vuelta y la primera noche de hotel. De los 194 países que existen en el mundo, ha visitado algo más de la cuarta parte: casi 60 y empieza a enumerarlos, consciente de que se olvida de muchos. En Africa: Egipto, Lesoto, Marruecos, Sudáfrica, Túnez; en Oriente Medio: Siria y Jordania; en Asia: Camboya, Malasia, Sri-Lanka, Tailandia, Vietnam; en América del Sur: Argentina, Costa Rica, Cuba, Chile, Ecuador, Guatemala, Honduras, Méjico, Perú; en Europa: Austria donde trabajó de au pair, Bégica, Dinamarca, Escocia, Francia, Holanda, Irlanda, Italia, Liechtenstein, Luxemburgo, Rumanía, Portugal, ... /Texto: José María Morillo.

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cangrejorojo___puertosantamaria copiaFue a mí tío José al primero que se lo oí pronunciar un domingo de agosto en La Puntilla, principio de los setenta, con esa media voz como de espías que ponían siempre los mayores cuando hablaban de secretos familiares o de política. Dijo “el Cangrejo Rojo” y enseguida mi tío Manolo y mi padre se perdieron con él, orilla abajo, en dirección al Castillito. Yo ya había escuchado en la clandestinidad doméstica del corredor de mi casa que mi tío José era comunista (de la filiación política de mi padre y de mi tío Manolo no había  podido averiguar nada todavía), por lo que imaginé que igual se habían citado, en alguna parte del litoral menos concurrida, con un alto cuadro del Partido, para cerrar los últimos detalles de una democracia que estaba al caer.  El Cangrejo Rojo, continúe con mis ya por entonces brillantes deducciones, podía ser el apodo en clave revolucionaria de Santiago Carrillo o de Marcelino Camacho, o del mismísimo Rafael Alberti, que lo mismo tenía un piso franco camuflado, con vistas al mar, en La Arboleda Perdida. /Anuncio en ABC.

Cualquiera de ellos podía ser el autor intelectual de la emboscada definitiva que acabaría para siempre, esta vez sí, con el Caudillo, quizá en su próxima visita a Cádiz, tal vez en la tranquila intimidad de su habitación del Motel Caballo Blanco (siempre la misma), donde pernoctaba cuando bajaba a la provincia. Cangrejo Rojo, Caballo Blanco, no estaba mal como título para una novela con la que El Puerto pasaría a formar parte de la historia gloriosa de todas esas ciudades europeas que se rebelaron y derrotaron al fascismo gracias a algunos héroes anónimos. En el caso que nos ocupa, mi tío José, mi tío Manolo, y Rafael, mi padre, los tres en meyba y con la espalda hasta arriba de Nivea.

Pero no, el Cangrejo Rojo tenía más de Freud que de Marx. Lo descubrí unos años más tarde, a esa edad en la que tan importante como la lucha incansable por la implantación de una sociedad sin clases es la utopía fervorosa e igualitaria del deseo carnal. Aquel Club de Vacaciones, poseía, justo delante del hotel, una zona de dominio público en la que retozaban medio en cueros, soñolientas y despreocupadas, ardientes hembras francesas (las suecas de aquí) que, no teníamos ninguna duda, venían buscando lo que venían buscando. La España alegre y faldicorta, de la que hablaba Fraga como símbolo de modernidad, era una película de Walt Disney al lado de aquel cine con dos rombos que se rodaba cada verano al final de Vistahermosa, en un Puerto ya preparado para el turismo y para lo que hiciera falta,  en el que, más temprano que tarde, acabaría triunfando la república dependiente y festiva del amor libre. Nos lo merecíamos, pues habíamos pasado sin traumas, y con una saludable alegría epidérmica, del refajo al traje de baño y del bikini al despelote, gracias sobre todo a nosotros, jóvenes y sobradamente acalorados, machotes coquineros en permanente estado de ebullición, atletas sexuales de la Ciudad de los Cien Palacios y un Número Indeterminado de Fantasmas.

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Edificio principal del Cangrejo Rojo, enclavado junto al Pinar de Mochicle.

No voy a negarlo (salvo la primera vez, que me puse las gafas de buzo, el resto de comparecencias las hice siempre a cara descubierta): yo también fui de excursión a esa playa libertina, a la edad en la que, según Quevedo, uno “vivía amancebado con su mano”. Y sí, también doblé bastante la vista a la derecha (en el camino de vuelta, a la izquierda), bizqueando mucho para no perderme detalle, sin dejar nunca de andar, porque si te parabas, algún gabacho, sólo por  disimular (era vox populi que todos tenían más venas que una caja de huevas), podía ponerse gallito, acomplejados como estaban por un pasado de guerras perdidas y un presente de cuernos bien puestos.

Sí, definitivamente el Cangrejo Rojo tenía mucho más de Freud que de Marx. (Texto: Pepe Mendoza).

Más información en Gente del Puerto: 

El Consejo Regulador de la D.O. del Marco del Jerez cataloga como VORS (Vinum Optimun Rare Signatum en latin y en inglés Very Old Rare Sherry), los vinos con mas de 30 años de envejecimiento medio. Estos vinos únicos constituyen la gran reserva enológica del Marco del Jerez. Sin duda los vinos de mayor complejidad aromática y los de más valorados por sus características organolépticas. Soleras antiquísimas cuyo origen se remonta a mas de dos siglos. Botas viejas que contienen los caldos con mayor fama y reconocimiento internacional. Esas joyas enológicas ocupan un espacio preferente en la bodega y descansan bajo la atenta mirada del capataz. Esta Bodega tranquila y alejada del bullicio se convierte en un museo vivo que contiene los tesoros más preciados de la Bodega de Mora.

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Iván Llanza, Director de RRPP Corporativa del Grupo Osborne, atendiendo a un grupo de interesados en estos vinos VORS

Las bodegas Osborne abren por primera vez al público su colección de vinos viejos. Se trata de la mayor reserva enológica del marco de Jerez. Son joyas muy particulares y escasas, originales de las bodegas Bobadilla, Domecq, Blázquez y Osborne que antes estaban repartidas en diferentes bodegas de la provincia y que se pueden visitar juntas en la Bodega de Mora, ubicada en la calle Los Moros. Son soleras antiquísimas de 26 tipos diferentes. Destacan amontillados, finos viejos, palo cortado o Pedro Ximénez. Algunas de ellas datan de 1800. Lo que pretenden las bodegas es ser un punto de interés turístico ya no sólo local, sino también provincial y nacional.

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Antiguos libros de la Bodega, donde se asentaban apuntes sobre tan interesantes caldos.

El traslado de estos vinos ha sido un trabajo de esfuerzo y ha llevado aproximadamente un año realizarlo. Para ello se vació la sala, que anteriormente contenía vinos generosos. Tras esto, hubo que agrupar y trasladar los barriles desde diferentes cascos de la bodega donde se encontraban estos vinos viejos. Nunca se habían expuesto al público ya que envejecían en lugares más recónditos. El envejecimiento de estos vinos se produce en botas antiquísimas, tonelerías que ya no existen y que se utilizan también en otros países como Irlanda o Escocia para envejecer sus famosos whiskys.

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El hostelero Antonio Barrios observa una colección de vinos viejos con la etiqueta de Fino Ducal, que ya no está en el mercado, autografiadas por personajes de diversos estamentos de la vida nacional e internacional.

En la nueva sala, situada a la derecha del patio de la bodega y donde se puede respirar un olor muy característico a vino viejo, se pueden ofrecer conciertos de piano y arias para deleite de los visitantes, sentados entre botas antiquísimas, tonelerías que ya no existen, donde envejecen estos vinos tan especiales. Los visitantes pueden asimismo hacer una cata a pie de bota e incluso aprender a utilizar una venencia.

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Un muestrario de los caldos de Osborne.

El proyecto de ampliación de visitas de la bodega de Mora se completará en un futuro próximo con un museo del famoso toro de Osborne y otro de botellas, etiquetas y cartelería antigua. Todas aquellas personas que quieran disfrutar tanto de la bodega como de la nueva sala, que será permanente, lo podrán hacer de lunes a domingo en horario de mañana, de 10:00 a 15:00 horas y de tarde, del 19:00 a 22:00 horas. Se ofrecen visitas en español, inglés y alemán. Los visitantes, además de recorrer la bodega, tienen la oportunidad de conocer la enotienda de las instalaciones, donde se pueden comprar todos los vinos y productos ibéricos así como los artículos oficiales del toro de Osborne, y realizar catas de diferentes vinos.

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Uno de los objetivos de Osborne, empresa familiar con más de 200 años de historia, es ahora el de la diversificación y la internacionalización, sin dejar de ser un punto de interés turístico para todos aquellos visitantes de la provincia de Cádiz y de la ciudad. /Texto: Inés de la Fuente.

Curso de Ruleta Francesa en el que aparecen empleados del Casino Bahía de Cádiz, en sus comienzos en el emplazamiento definitivo. Las leyes no permiten hacer fotografías en la Sala de Juego y suelen posar empleados para imágenes promocionales.

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Croupier izquierdo: Ramón Cordero. Croupier derecho: Antonio Jiménez.. Bout de table: desconocido. Jugadores simulados de izquierda a derecha: Tito , Pedro (casado con Magdalena), Jorge Isorna, Jose Antonio Moreno Zamorano, Santi Martínez, Paco Corbeto (concejal en el Ayt. De Rota). Es curioso como casi todos se dejaron esos bigotes para dar mejor la imagen o al menos eso debieron pensar.

La ruleta francesa es la ruleta clásica. Dan el juego dos Croupiers, uno a cada lado del cilindro o ruleta que manejan el juego con sendos rastrillos y el denominado “bout de table” que se sienta al final y sirve de apoyo a los croupiers. Supervisa el juego un jefe de mesa. Los croupiers de la ruleta francesa era algo así como la élite. Eran muy habilidosos ya que el manejo del rastrillo y la forma de efectuar los pagos es bastante complicado y requiere de una especial pericia. Por otro lado el sistema de juego es el mismo que el de la ruleta americana.

 

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Don Juan Leiva en la pagina 245 de su texto: “EL PUERTO A TRAVÉS DE SUS GENTES, SUS CALLES, SUS TIERRAS, SUS PLAYAS…” se pregunta el porqué de esta dualidad en la denominación de nuestra destrozada playa y afirma que no ha oído a ningún portuense que defienda como definitivo uno de los dos. Por mi parte no hay duda de que su nombre oficial es Fuenterrabía. Basta para comprobarlo ver la última edición del Mapa Topográfico Nacional de España CMTN50 cuadrícula 1061.

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El desaparecido funicular de Fuenterrabía.

Pero como dice la cantiña: “Voz del pueblo voz del Cielo”, no voy a pontificar desde aquí cual de los dos debería emplearse. No obstante, como portuense converso, debo dar testimonio de lo que en su día fui testigo presencial y que explica la dualidad citada.

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El parador Fuenterrabía, propiedad de Antonio Sancho y Gloria Jiménez.

Corría el año 1949. En el mes de septiembre se casaron de forma conjunta las dos hijas menores del Doctor Muñoz Seca, mi abuelo. La doble boda se celebró en el conocido por todos como El Parador, magnífico complejo hostelero sito en los altos de nuestra playa, erigido y explotado por el emprendedor matrimonio que formaban Dña. Gloria Jimenez y D. Antonio Sancho y que incluso contaba con funicular propio para acceder a la playa. Ambos mantenían una profunda amistad con mis abuelos, hasta tal punto que su regalo de bodas fue el convite en su Parador en el que participaron más de trescientas personas.

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Una tarde, dos semanas después del evento, acompañé a mis abuelos al Parador en visita de agradecimiento al matrimonio Sancho-Jimenez por su más que espléndido regalo. Durante la visita D. Antonio nos contó las aventuras que vivieron en su estancia en las Américas donde llegaron a ser transportistas en Tierra de fuego. En un momento de la conversación mi abuelo preguntó la causa del cambio del nombre inicial de Parador Fuenterrabía, en honor a la playa, por el de Fuentebravía. Don Antonio explicó que había tenido serios problemas con el nombre de Fuenterrabía ya que clientes extranjeros aparecían en la Fuenterrabía guipuzcoana buscando el Parador, lo que le había supuesto muchos quebraderos de cabeza y de ahí que decidiera cambiar el nombre original por otro semejante pero debidamente diferenciado.

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Tuvo el ingenio de denominarlo Fuentebravía que no solo reúne los requisitos deseados sino que encierra una belleza indudable. Este cambio no solo se circunscribió al Parador ya que a las autoridades locales, según nos contó don Antonio, les pareció excelente el cambio y promovieron que se extendiera su uso de forma oficiosa a la zona comprendida entre el desaparecido Monte de Fuenterrabía y La Chiripa.

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Algún tiempo después, el inquieto y emprendedor matrimonio vendieron El Parador y erigieron otro complejo hotelero mayor y con mayores perspectivas de negocio en las cercanías de Tarifa, denominado El Mesón de Sancho. /Texto: Joaquín Solís Muñoz. Fotos: Colección Pepe Mesa.

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José Fernández Rodríguez, en el almacén de comestibles ‘Casa Joselito’ en la calle Postigo, 24, en noviembre de 1948. Anuncios de la época, género al por menor, latas y embutidos que ayudaron, gracias a la generosidad y la paciencia de Joselito, a tirar para adelante a muchas familias.

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José Fernández Rodríguez, nació hace casi 90 años en Tuy, en el Concejo de Porriño (Pontevedra). Con once años -en 1934- vino a El Puerto de chicuco, para ayudar en el almacén de unos gallegos existentes en la esquina de la calle Cruces con Postigo: “La Gloria” que luego sería un bar y freidor de pescado. Allí estuvo hasta que se fue al servicio militar. A la vuelta montó en la esquina de la calle Capillera con Postigo un almacén de comestibles y una taberna, “Casa Joselito”. Le alquila a Armando Micaletti un corral que había enfrente y construye con sus manos una especie de posada para los trabajadores que venían a trabajar a las diversas grandes obras públicas que se hacían en la zona; así les daba cama y comida.

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En 1958, el 25 de noviembre, de izquierda a derecha: Mercedes, Rafael y Jose -Joselito- Fernández Rodriguez y Paco Peña, tras la barra del restaurante.

Los negocios van prosperando, adquiere ese local y en 1955 abre, el que sería el primer “Bar Jamón” cuyo nombre fue puesto por los clientes, dado el tamaño de las lonchas de jamón que ponía como tapas. Da un nuevo giro al negocio y lo divide en tres partes, intercomunicadas entre sí: el Bar, una Confitería y un nuevo Almacén de comestibles, que con el tiempo, tras las múltiples reformas vividas por el establecimiento, sería el supermercado del Barrio Alto. Para la cocina, para seguir con el éxito de las comidas caseras, Joselito se trajo de Galicia a su hermana Mercedes y luego a su hermano Rafael, quien permanecería hasta su jubilación en la barra del bar de la calle Capillera. Los guisos de conejo, el pollo guisado, riñones al vino fino, berzas varias, eran el argumento por el  que muy pronto se hizo conocido el nuevo establecimiento.

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El día de la inauguración oficial  (25 de noviembre de 1958) del Bar Jamón en la Calle Capillera. De izquierda a derecha, Francisco Fernández Galloso, pelando unas gambas, niño desconocido, Francisco García Máiquez, Juan Rodicio, Manolo Verde, Joselito Fernández Rodríguez, Ricardo Rodríguez Álvarez, de La Bota de Oro; Ariza,  del Banco Hispano Americano, Rivera, Francisco Martín Repollet, Sabas Manuel Martín Repollet, Rafael González Bruzón y Francisco González Rivera.

La empresa funciona a base de mucho trabajar y a principio de los sesenta del siglo pasado se abre una terraza en la azotea. Llega la televisión y en 1963 es el segundo televisor que se instala en un establecimiento de comidas y bebidas en El Puerto, tras el Bar La Liga; la vieja Philips se jubilaría después en el domicilio familiar de Joselito, donde no llegó la televisión hasta que se compró una nueva para el bar. Los niños de los clientes, y los  vecinos del barrio, veían las películas de los domingos sentados en la escalera de acceso a la terraza. E innovador como era, se inventó un montacargas de tracción manual para subir los alimentos desde la cocina al piso superior.

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Chocolate Zahor regalaba una batería de cocina, pieza a pieza, entre su clientela. Estamos en 1964, en el almacén de Joselito, repartiendo las piezas del conjunto entre la clientela. Vemos a la izquierda a Marcelino, Pepi, Fale de niño, Rafael Fernández en el reparto, entre otras a Isabel y su hija y a la madre del popular Luichi, ya sacado en estas páginas con nótula propia. Chocolate El Gorriaga, entregaba, también, un balón de reglamento -de cuero- entre sus consumidores.

Recuerda Pepe, el hijo de Joselito, que los clientes traían el marisco desde Romerijo, y se sentaban en las numerosas mesas que se habilitaban en la calle Capillera, entonces de arena, que previamente regaban y preparaban para recibir las avalanchas que se desplazaban, entonces, calle San Juan arriba, por el Barrio Alto. Hasta se instaló un toldo para hacer más cómoda la estancia a la parroquia. En 1974 se hace una nueva ampliación y nuevas mejoras estéticas vendrían seis años mas tarde, en 1980, con su hijo mayor, Pepe Fernández cada vez más implicado en el negocio, donde había aprendido a hacer de todo y por tanto lo conoce desde sus cimientos.

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Interior de la barra del restaurante en la calle Capillera, que aguantó hasta el final, tras la reforma de 1980. Rafael Fernández, tío y sobrino, tras la barra.

Una navidad, Joselito se pertrechó tanto de jamones que tuvo necesidad de colgarlos del techo del bar, lo que acabó por convertirse en una peculiaridad del establecimiento: los turistas venían a hacerle fotos y los americanos, especialmente, se sentían gratamente “condecorados” cuando una gota de la grasa que goteaba de la pieza del gorrino les señalaba la chaqueta. No se habían inventado aún las “chorreras”, que aparecieron mas tarde, primero de hojalata y luego de plástico. (La expresión “jamón con chorreras” o jamón “sudado” se debe al proceso de generación de sabrosos fluidos que sufre la grasa del cerdo con las subidas de temperaturas). Eran los tiempos del jamón a tacos -y Joselito se hartaba a cortarlos y prepararlos- y de una carne rellena o mechada única en su género que, con motivo de algún aniversario del establecimiento, deberían volver a mostrar a las nuevas generaciones de clientes de sus nuevos restaurantes. Es una vieja reivindicación de algún cliente devoto de aquel manjar -quien suscribe- que no se resigna a que haya desaparecido de la carta del restaurante. (En la fotografía, el afamado Pan de la Casa).

pandelacasa_puertodesantamariaLos negocios familiares se expandirían, abriendo su hijo Pepe, ya como gerente, La Bodedeguilla del Bar Jamón, en la calle Misericordia en 1989, y que  hoy regentan su otro hijo, Rafael y su nuera Mamen. Allí se inventó el Pan de la Casa (pan de cortijo ligeramente tostado, aceite de oliva del bueno, tomate y jamón), al que siguieron otros: de mechada, de queso, de huevo… Y ya lo copian en tantos sitios…. En 1998 se inauguraba el actual Bar Jamón junto a la rotonda del Molino Platero, emblema del grupo Jamefer, nombre comercial de José Fernández Rodríguez e hijos. /El pan de la Casa

Sus hijos siguieron con la expansión y durante años han dirigido otros negocios como la confitería “Los Sanluqueños” hoy “Ntra. Señora de la Merced” que lleva abierta 53 años y en la actualidad es regentada, junto con la cafetería, por Manolo Fernández. Ignacio tentaría a la suerte no hace mucho con La Casa del Chocolate, en pleno centro de El Puerto, entre Luna y Nevería, no estando la situación actual para apuestas de tanto nivel en nuestra Ciudad.

José Fernández Rodríguez, el gallego, ha dejado muchos negocios funcionando y un potente espíritu empresarial. Y seis hijos: Pepe, Manolo, Fale, Mercedes, Jesús e Ignacio. Hasta ahora se dedicaba a su huerta, a cuidar de los nietos, a hacer algún viaje por su tierra gallega y observar la vida desde la atalaya de tantos años vividos y trabajados. Nos dejaba la madrugada del 1 de agosto en la Clínica Santa María, a punto de cumplir 90 años. Descanse, justamente, en paz. /Texto: José María Morillo.

Hoy a las 10:00 en el Tanatorio de El Puerto de Santa María se celebrarán las honras fúnebres y posterior incineración.

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