
Pasada la furia de las lluvias y los temporales, la playa gaditana de La Puntilla de El Puerto de Santa María tiene algo de arena después del desembarco. Nadie diría que hay nadie, pero tras la recepción viven treinta familias en sus casas con ruedas. Son las nueve de la mañana y sobre el césped ordenado de Las Dunas resurge la vida en un campamento de refugiados meteorológicos. Son los miles de turistas que durante unos meses al año solicitan asilo climático en el sur de Europa. Como las aves migratorias que huyen de la nieve, mueven sus caravanas hacia el Sur y echan las raíces y el freno de mano en una parcela de España desde octubre. No se irán hasta mayo.

Hans Brauneiser, en una postura de Chi Kung.
«En Colonia (Alemania) puede hacer ahora cero grados». Habla Hans Brauneiser, uno de los miles de turistas que llegan en noviembre al edén templado que recorre la costa española. No le importan las lluvias torrenciales. Es músico, profesor de Chi Kung y recibe en el salón de su Volkswagen LT-31, un habitáculo tapizado en dibujos de otro tiempo que mide ocho metros cuadrados. «Aquí estoy bien. Sé que es una locura, pero tengo la sensación de inexplicable de libertad». Cuesta creerle. Duerme en una cama de dos metros en un altillo sobre el volante. Guarda ocho camisetas en un armario minúsculo y ocupa su mesa con un teclado, el ordenador y la guitarra. «Hoy toca comer las sobras de ayer», o sea, dos lomos de salmón cocinados con cebolla y pimiento rojo en su fogón de gas asediado por los botes de especias.
Su historia no tiene nada que ver con el tópico de una dorada jubilación. Ni siquiera tiene edad para ello: cuarenta y nueve años. Cuando era niño sufrió dos accidentes graves de tráfico y a los 35 tuvo que dejar su trabajo como conductor de ambulancias. Sufre dolores de cabeza, decaimiento... La enfermedad se llama infección crónica de los senos nasales. «Si me cojo un catarro, lo paso mal, muy mal». Su estado de salud lo saca desde hace 15 años de Alemania durante tres meses al año. En ese tiempo, cuando los demás viajan a la nieve, él busca el mar de España: primero fue Cartagena, después Canarias y ahora Cádiz. El termómetro marca 12 grados, pero a Hans le basta con un polo azul a rayas blancas de manga corta.
«Necesito poco porque cuando no tienes nada sientes de verdad las cosas importantes». No es que lleve una vida de asceta. Ni mucho menos. Toca diana a las ocho, se despereza, vacía el depósito del urinario de la Volkswagen, friega los platos, arregla la 'casa', hace sus ejercicios y se sienta a componer su música mezcla de flamenco y folklore latinoamericano. A medianoche se echa a dormir.
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El Jueves Santo del pasado año terminó prácticamente la Semana Santa en nuestra ciudad, y digo que terminó con el atisbo de salida del paso de Cristo de de la Hermandad de la Humildad y Paciencia, que rápidamente tuvo que refugiarse en la Prioral. [Este año 2012 ni siquiera ha llegado a salir]. Es una pena que por causa de la lluvia, las ilusiones del colectivo de esta hermandad se hayan visto truncadas por la inclemencia del tiempo, mala suerte y paciencia, amigos. /Foto: Yolanda Rodríguez Gómez.
LOS SAGRARIOS.
EL ITINERARIO.



Fernando desea agradecer públicamente desde Gente del Puerto la labor realizada por sus compañeros de la Junta de Gobierno durante su última etapa como hermano mayor, y muy especialmente a José Manuel Vázquez Caamaño y a la comisión formada por los hermanos Francisco Fuentes Pertinez --actual Hermano Mayor--, Sergio Rivera González, Francisco Fuentes Fernández, Victoriano Jarén Tejero, Domingo Galo Ibáñez, Jesús Manuel García Viñas y Francisco Pizarra Maestre, entre otros, para conseguir sacar adelante los dos principales proyectos que se propuso al ser nombrado Hermano Mayor: la construcción del nuevo paso para el Nazareno y la apertura de una Casa de Hermandad, proyectos que están muy próximos a cumplirse definitivamente. /En la imagen, desmontaje del Altar Mayor de la iglesia conventual de San Agustín.


La primera vez que este Cristo de las devociones salió a la calle fue con motivo de una procesión en acción de gracias en 1941. Cuando decimos que vivimos un año complicado, sólo nuestros mayores muy mayores pueden hablarnos de la hambruna y de la cartilla de racionamiento, de las privaciones y las desesperaciones de una posguerra donde en cada alborada sonaban trágicos disparos, cada día, en ese penal de El Puerto, Puerto de Santa María. En 1943 los jóvenes de Acción Católica instituyeron ese vía crucis del Cristo del Perdón del que se conservan muchas imágenes fotográficas porque se celebraba el Viernes Santo al mediodía. Discurría desde la iglesia de San Joaquín, con recogida en el templo capuchino sobre las tres de la tarde, recorriendo las calles de ese Barrio Alto, de gitanos saeteros y patios tan floridos como humildes, siempre necesitado y latiendo como corazón de la esencia de El Puerto. /En la imagen, Vía Crucis por la calle Santa Clara en 1943.

Esteban Fernández Rosado y Joaquín Gaztelu eran los dos nombres fundamentales de los desvelos del capellán para llevar adelante la asociación. Con una riada de cruces exaltadas formada por Pepe Calvario, Enrique García Máiquez, Eduardo Ballesteros, Enrique Esteban Poullet, Vicente González Lechuga, Vicente Zuasti, Benito Gago, Luis Ramos, Luis Puentes o Juan Macías Figuereo. Algunos de los hermanos que con su estampa impresionaban en el Jueves Santo, mientras 16 personas conducían el recoleto paso que entre cuatro hachones dibujaba sombras de dolor en las fachadas de la calle Cielo y que en silencio transcurría como una estrella fugaz por la noche de la primavera temprana porteña… /En la imagen, el Cristo del Amor portado por 16 hermanos, a su paso por la Carrera Oficial por la calle Larga. /Texto: Francisco Andrés Gallardo.

Francisco Javier Navarrete Mateos nace en la calle Cruces en 1963, segundo de los cinco hermanos del matrimonio formado por Adolfo Navarrete y Milagros Mateos. Estudia en el Colegio La Salle y formación profesional, rama electrónica en SAFA. Empezará a trabajar como aprendiz en la cristalería de los hermanos Luis y Manuel Pérez, en la calle Larga, 145, donde ya e maestro en el oficio, independizándose hace 15 años y montando un taller de cristalería primero en la barriada de Las Nieves y, desde 2011 en el polígono industrial Salinas de San José. Entre sus aficiones, el senderismo y la fotografía.
Ahí recibirá, de otros tantos aficionados a la imagen y a plasmar la Semana Santa sabios consejos que, unidos a su tesón y constancia han hecho de Navarrete un algo más que un amateur en las fotos cofradieras. Javier es, además, miembro del Club Fotográfico 76 de Puerto Real, autor de numerosas obras de la mas variada temática, destacando entre otras, la que fue cartel de Feria de Primavera y Fiesta del Vino Fino de El Puerto en el año 2006, dedicada a Vizcaya.


El Mercado de Abastos se ha convertido en un escaparate cultural por unos días. No serán los últimos. De 10 a 14 horas, en la segunda planta de dicho edificio --sede del Centro Comercial Abierto, CCA-- se puede visitar una exposición del creativo de la agencia de bodas ‘Si Quiero’, Miguel Sánchez Ivars,
Otros no ven nada profano porque no aparece nada sagrado. En cualquier caso, un trabajo impecable de Sánchez Ivars quien, una vez más nos sorprende por su visión diferente de las cosas, por su creatividad y atrevimiento, ofreciéndonos una imagen inédita en el panorama cofradiero de la península ibérica, que ha dado la vuelta a España a través de las televisiones, internet y las redes sociales.




O el que relata la muerte, en El Puerto, de José Cándido, el 24 de junio de 1771, primer torero de a pie que sucumbió de una cornada. O la canción “Toros en El Puerto” de Don Luis González Bravo, estrenada en 1841 y, desde entonces, la canción más repetida y famosa de todo el siglo XIX... /En la imagen, anuncio de la zarzuela de ambiente portuense 'El Tío Caniyitas'.


Ahora, Villarreal, natural de El Puerto de Santa María, tiene un plan: se prepara dos exámenes para puestos que no requieren titulación universitaria (Auxilio Judicial y Tramitación procesal) para, desde ahí, intentar ir subiendo escalones en la Administración, pero a través “de la promoción interna”. Si consigue alguno de los puestos, cobrará unos 1.200 euros al mes, algo que sí le permitiría independizarse. Pero a pesar de estar sobrecualificada para los puestos a los que opta, no lo tiene fácil: en Auxilio Judicial se han presentado 18.000 personas para unas 140 plazas (el examen fue el 26 de febrero) y para Tramitación procesal, unos 8.000 aspirantes competirán por 43 puestos. /En la imagen, Carolina Villarreal.
María Reyes Romero, amiga de Carolina Villarreal y vecina también de El Puerto de Santa María, se está preparando por su cuenta. Dejó la academia el mes pasado porque necesitaba acelerar el ritmo de estudio y porque se le habían acabado los ahorros: “La última cuota me la tuvieron que pagar mis padres”, cuenta esta aspirante de 25 años a profesora de instituto. Las academias defienden su oferta, e insisten en que las oposiciones son una apuesta a medio y largo plazo, con igualdad de oportunidades en el acceso y en la promoción, y mayores posibilidades de conciliación que en la privada. Aunque actualmente es “una apuesta arriesgada”, sobre todo en aquellas que requieren mucha preparación, señala Bagüés. /En la imagen, María Reyes.