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Acerca de Gente del Puerto

Gentes y Habitantes de El Puerto de Santa María (España). Caras conocidas, caras anónimas, la savia del Rey Sabio.

Visión retrospectiva del patio de calle Cruces del año 2004 que ha ganado este año el concurso, la que fuera casa del General Modesto.

Los patios portuenses, en general, como tantos otros de nuestro entorno, son un tesoro que debemos preservar. De ahí nuestro elogio y admiración hacia los “Amigos de los Patios”, asociación que se ocupa y preocupa en colaboración con los munícipes de premiar cada primavera a los que mejor se acicalan y engalanan, mostrándolos al público. Pero, al igual que ocurre en los concursos de belleza humanos, las elecciones de mises y mister, aparte y con independencia de los concursantes, existen ejemplares de ambos sexos tan bellos o más que estos, con características y peculiaridades tan distintas y diferentes que, de hecho, no existen dos personas iguales, aun teniendo coincidencia muchas de ellas en determinados factores antropomórficos y estéticos que son los que se valoran para determinar la clasificación de estos concursos. Lo mismo ocurre con nuestros patios locales. Son tantos y tan bonitos los que no concursan, de los que apenas tenemos referencia y que, tal vez,  a la mayoría solo lo habremos podido visionar ocasionalmente. A ellos quiero dedicar esta colaboración de hoy. A esos patios anónimos que, afortunadamente, aún salpican la geografía urbana local.

Hace casi una década, en 2004, con la primera cámara digital que pude tener, una modesta “Vistacam” de 2,0 megas, realicé un recorrido por buena parte del casco antiguo fotografiando medio centenar de ellos. A esa época pertenecen las fotos que reproducimos.

Uno de mis patios favoritos es el de la calle Sol, esquina con Palma. Es recoleto y armonioso. Mi sensación, al visionarlo, con la calidez de su enlucido, un sombreado siempre presente y el ligero rumor de su fuente, es de paz.

Otro patio que me gusta, cuya visión es posible, igual que el anterior, gracias a la cancela transparente,  es el de la casa número 102 de calle Cielo, cuyo aspecto actual incluso ha mejorado respecto al que presentaba en la fecha de realizar la foto que reproducimos.

También me enamoran los patios de bodegas. Llenos de exuberancia y colorido, tal como puede apreciarse en algunos de los que les mostramos.

Patio de las Jacarandas. Bodega de  Mora, de Osborne, en la calle de los Moros, cuyas instalaciones de visitas han sido recientemente remodeladas, abriendo todos los días del años, incluso domingos y festivos. Han hecho una revolución en el mundo de las visitas, dados los tiempos que corren.

Bodega de Edmundo Grant, patio con hechuras de almizcate que da a la calle Bolos.

Patio bodeguero de la desaparecida Bodega Gómez, con su fino Alameda, en la calle Los Moros. En la actualidad una empresa de restauración jerezana alquila el casco bodeguero para banquetes y celebraciones.

Patio bodeguero de la desaparecida compañía de crianza y exportación de vinos Jiménez Varela, que luego fue de Fernando A. de Terry en la calle Albareda, usado como lugar de celebraciones y banquetes.

Patio situado en una urbanización cualquiera de El Puerto.

Al patio de las casas de vecindad, lugar de convivencia y juegos infantiles le han sucedido las plazuelas y parques de las urbanizaciones y  los aficionados a la jardinería, una afición que requiere trabajo, cariño y conocimientos, igual que los que cultivan adornos florales y viven en adosados y chalets o pisos no renuncian a mostrar en sus parterres, porches o balcones la eclosión de color que cada primavera adorna y perfuma la ciudad y sus numerosas urbanizaciones. Gracias por alegrarnos la vista.

He dejado para el final la parte triste y, desgraciadamente, bastante frecuente: los patios que desaparecen para siempre jamás. Cada vez que una casa del casco histórico es abandonada, cerrada o derribada, algo de esta peculiaridad que nos congratulamos poseer se pierde. Amputan un trozo del patrimonio colectivo de los portuenses que nunca  se volverá a recuperar como no se recuperó el Teatro Principal, el Palacio de Rivas, en la Ribera del Rio o la capillita neogótica cercana a la los terrenos de la feria, por poner tres ejemplos.

Para ilustrar este último comentario ofrezco las fotos de dos patios de casas recientemente arrumbadas, una a continuación de la otra, de la calle Descalzos, patios modestos en su ornamentación, pero llenos de sabor andaluz y autenticidad. /Texto y Fotos: Antonio Gutiérrez Ruiz. A.C. Puertoguía.

Nota de la Redacción: Añadimos dos imágenes más, tomadas el pasado domingo día 14, mientras se celebraba la Fiesta de los Patios, una en la calle Postigo, próxima a la Iglesia Mayor Prioral y otra en la calle Cruces, esquina con la calle San Sebastián: el patio de la Casa del Reloj de Sol (ver nótula núm. 468 en GdP). Mientras unos patios experimentaban 'la consagración de la primavera', otros se miraban a sí mismos, unos con plantas, otros con desplante ante un Puerto que agoniza por sus históricas calles, miope, sin entender que le está pasando.

 

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De la Sociedad Filarmónica o la Banda de Rocafull, desde Rufoni a Veneroni, desde Banda Municipal de Música que poco tiempo fue a lo largo de  su historia, desde la Agrupación Musical Portuense a Banda de Música ‘Maestro Dueñas’ esta es la historia de mas de siglo y medio de música en El Puerto. Hoy cuentan con 97 músicos.

Fue un hecho relevante para la vida cultural y festiva de El Puerto de Santa María  la fundación en 1853 de la primera banda de carácter municipal con la que contó la Ciudad. Desde entonces las bandas militares que hasta entonces ofrecían los conciertos dejaron su lugar, aunque no del todo, porque nunca faltó de vez en cuando su presencia, a las diversas bandas municipales que con los años se sucedieron.

La Banda Maestro Dueñas, en la actualidad. 

Tuvo carácter de municipal aunque no en toda su historia lo mantuvo; más bien al contrario. Las arcas municipales nunca estuvieron lo suficientemente llenas como para acoger a los componentes de las bandas como funcionarios municipales. Sí, a veces, al director. Lo habitual fue llegar a acuerdos precisos por los que las bandas, a cambio de ayudas económicas aportadas por el municipio (para la compra de instrumentos, uniformes...), se comprometían a actuar en determinadas festividades religiosas y civiles y en actos y actividades puntuales.

La Banda, dirigida por José Joaquín Barba Rocafull, sentado, el segundo por la derecha. Fotografía Colección de José Joaquín Sánchez Sena. Ultramarinos La Diana.

Así ocurre con la banda ‘Maestro Dueñas’ desde que se fundara como tal en 1994 con el carácter de ‘asociación cultural sin ánimo de lucro’. No obstante, todas las bandas que se sucedieron desde 1853 hasta nuestros días, aunque en sí no lo fueran, se presentaban como banda municipal, la banda de la ciudad, como ha venido ocurriendo en la mayoría de las bandas que en el mundo han sido y son.

Componentes de la Banda de Rocafull, en la sede de la Academia de Bellas Artes, cuando la sede estaba en Santo Domingo. Foto Colección Familia de Manuel Ramos Arena.

Las diferentes etapas que vivieron las bandas de música, marcadas por el nombramiento de sus directores, Durante este período y hasta nuestros días han sido numerosos los directores que han pasado por su tarima marcando con su saber hacer los distintos periodos que vivieron las diferentes bandas de música.

1. Juan Rufoni (II-1853 a VIII-1857). 2.  Pantaleón Mendoza, Interino (14-IX-1857 a IV-1858) . 3. Juan Rufoni (9-IV-1858 a 24-V-1858). 4. Pantaleón Mendoza (12-VI-1858 a 28-XI-1859). 5. Honorato Bisbal (27-IV-1861 a XII-1861). 6. Francisco Boussiller (1862 a IV-1874). 7. Sociedad Filarmónica (I-1875 a 19-VI-1884). Presidentes, Juan De Benito y Alfredo de Figueroa. 8.  Domingo Veneroni (19-VI-1884 a 1887). 9. Federico Rotllán, Interino (1888-1889). 10. Domingo Veneroni (1890-1916). 11. Pedro García y García Cacho, Interino (1916). 12. José Joaquín Barba Rocafull (1916-1921). 13. Joaquín Elizondo, Interino (1922-1923). 14. José Joaquín Barba Rocafull (1-II-1922 a 25-VIII-1933). 15. Conjunto Musical Portuense (1-VI-1934 a 1936) Director, Antonio Gabarrón. 16. José Joaquín Barba Rocafull (1-IV-1937 a 1949). 17. Agrupación Musical Portuense (1950). Director, Francisco Dueñas Piñero (1952-1982). 18. Agrupación Musical Portuense. Director, Miguel Leveque.(1982-1989). 19. Agrupación Musical Portuense. Director, Fernando Franco Montero. (1990-1993). 20. Banda ‘Maestro Dueñas’. Director, Juan José Caballero Biedma. (1994-1995). 21. Banda ‘Maestro Dueñas. Director, José Manuel Fernández Pérez.  (1995-1999). 22. Banda ‘Maestro Dueñas’. Director, Cándido Núñez Aguilar (1999-2005). 23. Banda ‘Maestro Dueñas’.  Director, Fernando Franco Montero. (2005-2006). 24. Banda ‘Maestro Dueñas’. Director, José Manuel Fernández Pérez. (2006-2007). 25. Banda ‘Maestro Dueñas’. Director, Javier Alonso Barba. (2008- hasta nuestros días)

La Agrupación Musical Portuense dirigida por el Maestro Dueñas, el tercero por la derecha de la primera fila, ante el antiguo Ayuntamiento, en 1963. /Foto. Rasero.

Sin lugar a dudas, el director más significativo para los contemporáneos fue el maestro  Francisco Dueñas Piñero, persona de un gran y reconocido  prestigio en esta ciudad. Ocupó el cargo desde 1952 hasta 1982, razón por la cual, esta banda, optó por hacerle honor dándole su nombre.

En la imagen, Miguel Leveque dirigiendo la Agrupación Musical Portuense, a su pado por el Ayuntamiento, durante una celebración de la Policía Local.

En el período comprendido entre 1983 y 1989, ocupó el cargo Miguel Leveque. Por discrepancias internas, que no pudieron solventarse, la banda se dividió en dos. Después de unos años de coexistir dos bandas en nuestra ciudad, en 1994 se llegó a un acuerdo con el Ayuntamiento y ambas agrupaciones se reunificaron con el nombre de Banda de Música “Maestro Dueñas”, en memoria del inolvidable músico que dirigió la Banda en las últimas décadas.

José Manuel Fernández Pérez fue el primer director de la banda con su actual denominación. Formado musicalmente en los Conservatorios de Sevilla y Málaga. Antes de recalar en El Puerto de Santa María, fue miembro fundador y director de la Banda “Julián Cerdán” de Sanlúcar de Barrameda, ciudad donde nació. Perma- neció al frente de la recompuesta Banda Portuense hasta 1999, cuando fue nombrado director del Conservatorio de Música “Joaquín Turina” de Sanlúcar de Barrameda. Actualmente es profesor de Clarinete en el Conservatorio Profesional de Música “Joaquín Villatoro” de Jerez de la Frontera.

La Agrupación Musical Portuense tocando delante del Club Taurino, dirigida por el Maestro Dueñas, en 1964. /Foto: Iñiguez. Colección Familia Dueñas Redondo.

A partir de diciembre de ese mismo año y hasta abril de 2005 es Cándido Núñez Aguilar quien dirige a la Banda.  Fernando Franco Montero, actual subdirector, se hace cargo de la dirección de la misma hasta enero de 2006 que vuelve a retomar la batuta José Manuel Fernández Pérez. Desde que fue nombrado director titular de la Banda de Música “Maestro Dueñas”, la agrupación ha mantenido una sólida y creciente actividad musical: interna, con la formación de su academia de música, en la que distintos profesores titulados imparten clases de lenguaje musical, viento madera, viento metal y percusión para adultos y niños, cantera que asegurará la continuidad de la banda; y de cara al público, con la celebración de conciertos, entre ellos, los tradicionales Conciertos de Verano, Semana Santa, Festividad de Santa Cecilia, presencia en los distintos festejos taurinos del coso portuense, etc....

 

El Maestro Dueñas dirigiendo la Banda de Música en los años setenta en la Feria de El Puerto.

Desde enero de 2008 toma la batuta el joven músico sanluqueño Javier Alonso Barba con el que la banda mantiene su creciente actividad y a su vez adoptando nuevas formas que le dan frescura de un director muy joven pero con una dilatada experiencia y brillante trayectoria.

La Banda de Música “Maestro Dueñas”, ha realizado actuaciones en certámenes como los de Sevilla, Lebrija, Aracena, Chiclana, etc.... Y numerosos conciertos con una amplia gama de programas, que abarcan; bandas sonoras,zarzuela, copla, música sinfónica, marcha procesionales, clásico etc.... Cabe destacar la actuación de la banda, en agosto de 2004, en Francia, en la ciudad, taurina donde las haya, de Dax, en el festival anual “Paso Passion” representando a las bandas de España, siendo invitada por el reconocido Teniente Coronel Abel Moreno.

La Agrupación Musical Portuense, en su primitiva ubicación en la Plaza de Toros, delante de la presidencia. Foto: Pantoja: Colección Juan Andujar.

Desde 2008 la banda viene realizando incursiones por diferentes tipos de música tradicionalmente española como son el Carnaval, realizando actuaciones diversas con el gran Coro de Carnaval de la Salle-Viña y, la Copla, montando un espectáculo con el internacional cantante Hakim, el cual está en plena promoción. Éste espectáculo conjunto llevará a nuestra banda por toda la geografía española y marroquí, llevando a gala el nombre de nuestra ciudad. La Banda tiene el orgullo de haber sido la primera y única banda de música de la provincia de Cádiz que ha actuado en el Gran teatro Falla en el tradicional concierto de la Tertulia Cofrade Al Palo, junto al anteriormente mencionado Coro de la Viña, y posteriormente editado en CD por Canal Sur titulado “Cádiz canta la Semana Santa”.

La Banda de Música “Maestro Dueñas” es la banda oficial de la Real Plaza de Toros de El Puerto de Santa María. En la imagen, recibiendo una ovación de el público.

Bo Derek y Ana García Obregón, posando durante un descanso de la película Bolero, entre las botas de Bodegas Terry. 3 de mayo de 1983. /Foto Rafa

Bo Derek es en Bolero una turista americana de los años veinte que recala en Andalucía atraída por el mundo de los toros. Conoce a una gitana (Ana García Obregón), adjudicada como novia desde pequeña a un rejoneador (Fabio Testi). La americana acaba enamorando y enamorándose del torero e incluso pretende llegar a ser rejoneadora.

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De pié, de izquierda a derecha, desconocido, Manuel Gago Vélez (padre de Fernando Gago); José Luis Péculo Utrera (Tío Luis); Manuel Ortega Infante, Manuel Rascón García, desconocido. Sentados, de izquierda a derecha, José Manuel Buhigas Cala (padre de José Ignacio Buhigas Cabrera) Julio Gutiérrez Pérez, desconocido, Francisco Renedo, Antonio Pérez. /Identificación V.G.L.

 

Carmen Serén Delgado nace en Hilden (Alemania) cerca de Dusseldorf en el año 1973. Sus padres, él de Lugo y ella de Medina Sidonia emigraron a Alemania. Carmen estudió Ciencias y Comunicación, Marketing y Sicología y regresa al país paterno en el año 2000, con 27 años, a Jerez.  Allí trabajará en la organización de eventos y en la enseñanza, en la Escuela de Turismo jerezana

Llega a El Puerto en el año en el que los expertos económicos afirman que empieza la crisis económica, el año en el que Fernando Gago cede el testigo en la alcaldía a Enrique Moresco que resulta elegido primer edil de la Ciudad. Ese 2007 entrará a formar parte del equipo humano de Golf El Puerto, como Directora Comercial. Al año siguiente imparte clases en el grado de Turismo en el Centro Universitario EUSA, adscrito a la Universidad de Sevilla, regresando a Golf El Puerto al año siguiente, en el nuevo equipo que dirige actualmente David Vidal.

Carmen, en la pasada edición de la Feria ITB de Berlín, representando a Golf El Puerto.

Para Carmen El Puerto representa la España auténtica, si se compara con otros destinos turísticos. Así lo percibe y así 'lo vende' en sus promociones. El Puerto ha crecido, pero no perdido el encanto de una ciudad manejable. Lo percibe como una ciudad moderna sin haber perdido su carácter típico.

Carmen pretende abrir una ventana al mundo con el golf para dar a conocer El Puerto. Una nueva forma de descubrir nuestra Ciudad que sorprende. Golf El Puerto es un argumento mas para conocernos, una nueva manera de atraer turistas y crear riqueza y empleo.

Carmen, con compañeros de la Escuela de Turismo de Jerez y a la alcaldesa jerezana.

"Me gustaría ver el entusiasmo que vi cuando llegué en el año 2000. Un punto de partida, un punto de crecimiento. El Puerto es la gran desconocida del turismo extranjero, [en la actualidad el turismo nacional representa el 80% de los visitantes frente al otro 20% extranjero] un tesoro por descubrir".

Paloma San Basilio se había convertido en uno de los rostros populares que se habían unido al nombre de El Puerto de Santa María. En aquella escapada a su chalé de Vistahermosa en 1989, la artista confesaba que en la localidad «he descubierto una de mis vocaciones frustradas, como es la pintura. Estoy aprendiendo a pintar y eso colma todas mis aspiraciones».

Desde que en 1984 la cantante comprara una casa en la urbanización Vistahermosa, se había convertido en uno de los valores más importantes  para promocionar su nombre, buena prueba de ello es el premio a la promoción turística que le otorgara el Ayuntamiento en 1988. «Es una gozada porque la gente me tiene un cariño enorme y me siento parte de la geografía de esta localidad. La gente de El Puerto me ha hecho como parte de ellos mimos», decía complacida Paloma. «Este es un sitio privilegiado en cuanto a entorno, con playas maravillosas y muchos árboles. Me paso todo el año rodeada de mucha gente, con muchos compromisos y cuando busco descanso, busco descanso y no exhibición y que me saquen fotos. Entonces vengo a reponer pila y a reposar». /Texto: Paloma Cervilla. Foto: Fito Carreto.

María Mora Mateos, en el despacho de dulces que tenía en la calle Ganado.

Me llamo Antonio Sánchez Venegas. Yo nací en el El Puerto, me crié en Rota y desde hace diez años vivo en Chiclana. Mi abuela, María Mora Mateos tenía un despacho y un pequeño obrador de dulces en la calle Ganado y vivía en la calle Meleros y en la cual nací yo. A la familia de mi padre y abuelos paternos se les conocía en El Puerto por ‘Loliti’. Mi abuelo, Manuel Sánchez, era muy aficionado a tocar la guitarra flamenca y a mi tía Puchi y a mi padre Antonio Sánchez Mora les gustaba mucho el baile y bailaban flamenco. Mi tía siguió dando clases y creó la Academia de Baile ‘Loliti’.

Antonio Sánchez Mora a la derecha de la imagen, con un grupo de amigos, a su lado el fotógrafo Rafael Monclova.

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Dicen, que los niños vienen con un pan debajo del brazo, con la que está cayendo, mejor sería que vinieran  con un Supermercado no les parece? Lo que si vienen a veces,  según  la fecha en la  que nacen, es con un nombre de alguna manera impuesto. A mí  se me antojo nacer  a mediados de Junio y, tuve la suerte de que por la proximidad del Corpus  decidieran llamarme María Jesús --para mí un nombre precioso--, por lo que significa. Estoy segura, que tenían pensado  el nombre,  de algunos  de mis familiares directos, pero al ser la menor de  siete hermanos, ya pocos nombres de parientes quedaban. Pero puestos a pensar, podría haberme llamado: Manuela, Encarnación, Emilia, Luisa, Loreto o Lucía. Todos los habría llevado con orgullo no se crean, pues cada uno tiene unas vivencias y una  historia.

La  más interesante, para mí sin lugar a dudas, es la de Lucia Gabón –-mi tatarabuela-- por la  rama materna. Y es que encierra un halo de misterio,  que   estoy decidida a averiguar. Pues bien,  mi nombre  se decidió, claramente por la fecha de mi nacimiento,  pero no quiere decir que  fuera un ángel, porque fui una llorona de narices, y me  imagino las noches en vela, que sufrieron  mis  pobres padres. Que le voy a hacer, no es cosa de hacerse el harakiri no creen? En fin, no podría haber nacido  en una fecha más bonita y tradicional, claro que ahora, en aras de la modernidad, se están perdiendo muchas de esas tradiciones, porque donde queda el refrán, tres jueves hay en el año, que brillan más que el sol: Jueves Santo, Corpus Christi y el día de la Ascensión? Ah, que no lo saben, pues al domingo Ya ven con qué facilidad se cargaron  la tradición y el refrán.

Recordatorios de los años sesenta de clásicos de la pintura.

EL VESTIDO.
Ya desde el mes de abril, tenían en casa todo más o menos ultimado, para mi comunión. En el caso de los niños, era más fácil, bastaba tenerle, su   mudita nueva, el trajecito corto bien escamondado y planchado, sus zapatitos y calcetines blancos muy relimpios,  el misal  y  el cordón con la cruz que habría de ponerse  al cuello. Y  estaban guapísimos! Ya las niñas era, más complicado, no por buscarle a cada una un vestido nuevo, de eso nada! No estaban los tiempos para eso. En nuestro caso fue la Mayor  quien lo estrenó, pero  afortunadamente, los buenos cuidados hicieron que cuando llego a mí, me pareciera, el más bonito del mundo. Este traje, por sí solo, sabía Latín, y es que  había hecho el paseíllo, cinco veces seguidas, y esta sexta vez, casi se podría decir que iba solo. Lo del traje tenia “migas” pues había no solo que tenerlo de un blanco inmaculado, que se tuvo,  también  se almidonó,  al igual que el can-can. El vestido  levemente, pero el can-can,  lo estaba bastante más, pues debía dar volumen al vestido. Claro que lo malo era ese volantito de encaje, que tenia, unas puntillitas,  que con tanta tiesura te arañaba, como si de un gato malhumorado se tratara. Al igual que mis hermanos,  yo también tenía mi muda nueva, calcetines y  zapatos Blancos, guantes y hasta una limosnera.  Yo no llevaría  en el pelo, ni tiara ni ningún roete, solo una moña zapatera, que mi genial vecina Pepa Acosta me había confeccionado para la ocasión. Quien no iba a tener ilusión con todo aquello? Yo al menos sí que tenía la verdad.

Una imagen de primera Comunión: los hermanos Bellvis: Javier y Marisol, única niña por aquello de separar las niñas de los niños; Luis Áspera, Paco Zamudio, Jaime Renedo, Mariano Medinilla, Miguel Lizaso, Javier Díaz, Hörh, Velarde, Julián Flores y otros… Primera Comunión en Las Carmelitas. Mayo 1958.

PREPARACIÓN.
El día anterior, me llevaron  a casa de mis abuelos -vivían en la calle Luna, junto al  Cine Macario- para hacerme unas fotos con el vestido. Prepararon unas cortinas azules, como fondo, tapando, el tablado de madera en el que veíamos las películas gratis claro está, o por la cara, como ustedes prefieran. Me lavaron el pelo, con champú Sunsil al Huevo, especial para pelo clarito, me lo enjuagaron con manzanilla  me lo solearon en la azotea un buen rato y a continuación, me pusieron unos tubos, para que  las puntas del pelo se volvieran hacia atrás con un poquito de gracia. Nada fácil por cierto, porque siempre he tenido el pelo muy liso. Ni que decir tiene que tuve que dormir con los dichosos tubos, no sé de quién fue la idea, pero  realmente a mi no me gustaba, porque al mirarme casi no me reconocía.

EL GRAN DÍA.
Por fin llegó el gran día, Domingo --22 de mayo de 1963--  la cara de mi madre y mi hermana mayor rebosaban alegría, yo creo que ellas tenían más ilusión que yo, que ya es decir! Desde bien temprano empezaron a vestirme, no me dieron ni un vaso de leche, bueno, solo medio, por aquello de que debía ir en ayunas,  cuando por fin estaba lista, recibí mi primer regalo. Mi madre me puso una cadena de oro, con una cruz que desgraciadamente no conservo, pues los amigos de lo ajeno no tienen en cuenta sentimentalismos, y arramplaron con ella, y con otros pequeños tesoros, no por el vil metal, sino por lo emotivo que cada uno fue en un momento concreto de mi vida. Qué le vamos a hacer!

Primera Comunión en la Prioral. De izquierda a derecha, fila superior : Juani Garcia Caraballo, Ana Martinez, Merchi Cañas Bejarano, desconocida,  Ana Sosa, Antonia Yuste. Segunda fila: Milagros Pérez, Tere Gallardo, Paqui Revuelta? Inma Díaz. En el centro, Mari Carmen Herrera y desconocida. Primera fila: Conchi Yuste, Maria Jesús Vela, Nieves, desconocida, Carmen Gago. Nuestros Ángelitos: Ángelita-el apellido creo que es Rodriguez o Gómez- y Marta Cárave Ruiz

...continúa leyendo "1.705. MI PRIMERA COMUNIÓN."

Se acerca uno de los momentos del año más importantes para el grupo Osborne. El periodo de Ferias, desde la Feria de abril de Sevilla (del 16 al 21) pasando por la de El Puerto (del 24 al 29 de abril) a la de Conil, en septiembre, es el que más volumen de negocio genera en el año para la compañía en España. Los artículos del grupo, desde el Fino Quinta a su jamón 5J, son parte del paisaje en este tipo de festividades.

La compañía vinatera ha fichado al diseñador madrileño Juan Duyos para ilustrar la botella de Fino Quinta que comenzará a vender en la Feria de Sevilla. Unos ojos de mujer y un clavel ocupan la etiqueta de la botella de Fino Quinta, coronada por el habitual tapón rojo con la reconocida imagen del toro de Osborne.

Juan Duyos debutó en la pasarela de moda Cibeles en 1999, y ha sido premio L’Oreal a la mejor colección. Duyos se suma así a la larga lista de artistas que en alguna ocasión han trabajado para el grupo Osborne, entre ellos Salvador Dalí, el artista pop de Nueva York Keith Haring, la fotógrafa española Ouka Leele o el cantautor Luis Eduardo Aute.

Algunos de los diseños que han ilustrado, o lo siguen haciendo, los productos del grupo creado en el año 1772 han llegado a ser más reconocidos que los artículos en sí. De sobra conocido es el caso de la silueta del toro de Osborne, cuya estampa la compañía explota en todo tipo de productos, desde corbatas hasta carteras.

Juan Duyos en la presentación días pasados de la etiqueta de la Feria 2013.

En Estados Unidos el grupo Osborne comercializa desde el pasado mes de noviembre una línea de ropa vaquera bajo la marca Toro Jeans. En diciembre abrió en Valencia su sexta tienda en España de la cadena Toro Store, en las que vende, en régimen de franquicia, ropa, complementos y algunos de sus vinos.

La botella de Anís del Mono, creada por Vicente Bosch, en la que la cara del primate que sostiene una botella tiene los rasgos de Charles Darwin, es otro ejemplo.

Bocetos para la botella de Fino Quinta 2013

DE LA VENDIMIA A LA FERIA.
El grupo estima que la producción y venta de la nueva edición de su botella de Fino Quinta supone la contratación de más de 200 personas. La uva empleada para elaborar el fino fue recogida hace cinco años, función en la que participaron 100 personas; en el almacenamiento y cuidado en bodega del caldo trabajan otras 25 y 20 personas más en el embotellado. Una red comercial de 35 personas son utilizadas para poner en el mercado la botella y otras 40 personas en la red mayorista y minorista. En el reparto el grupo emplea a 15 personas. Los empleos indirectos que se crean en las diversas ferias en las cientos de casetas instaladas se cuentan por miles. /Texto: Alberto Ortín Ramón.

Casa Ruibal es el nuevo espectáculo de Javier Ruibal con sus hijos Lucía y Javi, que se estrenará el sábado 18 de mayo en el Teatro Muñoz Seca de El Puerto .

Lucía, Javier y Javi. Fotografía: Pepe Niebla.

Es costumbre, cuando sucede, que los hijos se hagan cargo del negocio familiar, aprendiendo el oficio de los progenitores y estableciendo así una marca que perdura en el tiempo, ganando un prestigio por su permanencia y perseverancia, siendo esto la garantía de calidad de aquello que la factoría ofrece al público.

Casa Ruibal viene a traernos al escenario la interacción de tres artistas de diferente disciplina, el baile flamenco, la percusión y la canción compuesta e interpretada a la guitarra. Lucía y Javi entrelazan sus maneras creativas con las de su padre, Javier Ruibal, para rememorar ese tiempo en que al abrigo de su música los hijos fueron creciendo como artistas, buscando sus propios caminos expresivos, siendo hoy una realidad llena de luz, verdad y proyección en el futuro.

Después del estreno en El Puerto de Santa María, la siguiente fecha confirmada es al día siguiente, domingo 19 de mayo en el Centro Cultural Cajasol de Sevilla.

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El Hidria Segundo quiere volver a casa. Lleva ya tres años fuera del puerto de O Grove (Galicia) y, según explica uno de sus propietarios, Jacobo Costas Otero, «xa temos morriña». Actualmente están en El Puerto de Santa María, en Puerto Sherry, en la zona de yates de grandes esloras, donde han decidido poner en marcha una campaña a través de Internet que les permita recaudar los fondos suficientes para volver a casa. Ese es su primero objetivo, pero no el único. Los dueños de este emblemático barco tienen en mente un sinfín de proyectos para que el Hidria vuelva a funcionar y sea patrimonio de todos.

BUSCAN FINANCIACIÓN.
Encontrar el dinero preciso para volver a casa es el primero objetivo de Jacobo y de su mujer, María José Otero Castro. Según explican en Facebook precisan sobre unos seis mil euros para poder llenar los depósitos, poner la embarcación a punto y pagar a los tripulantes. Para lograr esta cantidad, han decidido recurrir a un novedoso sistema que ofrece Internet. Se trata de una web en la que se presentan los proyectos. Primero precisan conseguir un centenar de votos para sacarlo adelante. Después en esta misma web la gente puede hacer donativos y colaborar de la forma que lo desee. El que ayude debe saber que, a cambio, podrá utilizar y disfrutar de ese museo que es el Hidria.

VISITAS Y EXPOSICIONES.
Según figura en la web, www.lanzanos.com, el que colabore con el regreso del Hidria a Galicia podrá conseguir a cambio visitas o permiso para organizar una exposición en el interior del barco. Por ejemplo, el que done diez euros recibirá diez visitas individuales a la sala de máquinas y a una colectiva. El que done veinte podrá pernoctar una noche y cenar con los armadores. Cuarenta euros permiten pasar un día en pensión completa en este vapor. Y por aportaciones de entre cien y quinientos euros se pueden presentar proyectos y organizar exposiciones en el interior del barco. Todo un lujo. (Texto: M. Alfonso).

LA HISTORIA.
El vapor Hidria Segundo se rescató de un desguace en el año 1997 para convertirlo en un buque museo y buque de pasajeros. La restauración nos llevó 9 años y tuvimos que cambiar nuestras vidas vendiendo todo lo que teníamos. No nos arrepentimos, lo conseguimos. Pero ahora necesitamos el apoyo de todos vosotros para poder volver a la tierra a donde pertenece, a Galicia.

Sesé Castro Otero, una de los armadores del Hidria Segundo.

LOS ARMADORES.
Jacobo Costas Otero y yo somos los armadores del vapor Hidria Segundo. Es el único barco de vapor que todavía funciona en España. Lo recuperamos de un desguace en Vigo y tardamos 9 años en conseguir que se convirtiese en un buque museo y en buque de pasajeros. Trabajamos en Galicia durante unos años y luego la mala suerte y la falta de apoyo de ningún tipo hacia este tipo de embarcaciones por parte de las instituciones hizo que acabásemos lejos de nuestra tierra y con pocas posibilidades de volver. Creemos que el "Patrimonio Marítimo" debe estar donde le pertenece, en donde nació o trabajó. En España todavía no tenemos una ley que ordene y proteja el Patrimonio Maritimo a flote, por eso el intentar hacer rentable su explotación como museo o atracción turística teniendo en cuenta los gastos que ocasiona la varada y mantenimiento de estas embarcaciones antiguas lo hace imposible. Nosotros seguimos luchando y esperando que un día nuestros gobernantes se den cuenta de que facilitando la supervivencia de estas embarcaciones ganamos todos. Hemos decidido por lo tanto volver a Galicia y si puede ser a Vigo, puerto en el que nació y desarrolló su trabajo como aljibe, suministrando agua de manantial a mercantes y trasatlánticos a vapor hasta principios de los años 90. Una vez volvamos formaremos una Asociación que gestione los gastos mínimos de mantenimiento del barco y actividades acordes a un buque museo a vapor. Esperamos que compartiendo el uso y gastos de mantenimiento del barco entre muchos apasionados de la cultura marítima podamos llevar adelante este sueño. ¡ Hagamos que nuestro sueño sea el sueño de muchos ! Muchas gracias. (Texto: María José Otero Castro).

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Permítanme que les cuente una historia tal y como me la narró uno de los paisanos que la protagonizaron. Hace treinta y cuatro  años, en plena transición, nuestra ciudad vivía un momento esperanzador tras décadas de régimen franquista. No obstante, aún quedaba por derribar el muro que impedía la llegada de la democracia a las instituciones portuenses. Varias generaciones sentían que aquel paso que iban a dar con su participación en las primeras elecciones municipales desde la Segunda República abría un horizonte nuevo para El Puerto.

Aquellos fueron los tiempos de Esteban Caamaño Bernal. Arrumbador de la Bodega Terry, sus inquietudes sociales le llevaron a defender a los trabajadores dentro del sindicato USO. Su labor no pasó desapercibida para el partido socialista de Tierno Galván, llegando a la política de la mano del viejo profesor. En 1977 fue elegido Diputado a Cortes, siendo el único en Andalucía de la formación de Tierno. Cuando se produjo en 1978 la integración del PSP en el PSOE, Caamaño, acompañado de una veintena de militantes, se incorporó a la agrupación socialista portuense. El PSOE local estaba formado por tres grupos – “telefónicos”, los “cristianos” de Esteban Caamaño y los militantes fundacionales en torno a Francisco Lara, figura clave en la refundación del partido en El Puerto – que convivían no sin dificultades ni discrepancias internas, como ocurrió a la hora de decidir quién iba a ser el candidato a la Alcaldía.

De izquierda a derecha, Pepe Marroquín ‘el Bloque’, Antonio Álvarez Herrera, Pepe Marco y Esteban Caamaño Bernal.

Finalmente, el cabeza de cartel del PSOE fue Caamaño, reelegido diputado apenas un mes antes. Caamaño sabía que la razón de que fuera el alcaldable socialista era meramente electoral, ante la necesidad de oponer una figura popular y de cierto prestigio a Antonio Álvarez. Aunque la pugna en las urnas acabó con la derrota de Esteban Caamaño, sí consiguió frenar la escalada del PSA que un mes antes, en las elecciones generales, se había convertido en la segunda fuerza de la ciudad. Después de aquel envite, la trayectoria de Caamaño se encaminó con éxito por los senderos de la política nacional, autonómica e, incluso, europea.

En la imagen tomada el 3 de febrero de 1982 en el homenaje popular a Rafael Alberti en El Puerto, de izquierda a derecha, el diputado socialista Esteban Caamaño, el alcalde de la Ciudad, Rafael Gómez, el poeta universal, Canogar, el Consejero de Cultura de la Junta de Andalucía, Rafael Román, el director del Museo Municipal, Francisco Giles, en la inauguración de la exposición que se organizó con tal motivo.  (Foto Rafa).

De izquierda a derecha, Elias Py, desconocido, Rafael Valiente Moreno, desconocido, Esteban Caamaño Bernal, Ramón Rubial Cavia, Tina Aguinaco, Pepe Valiente, Pablo Expósito, Milagros Sanz Ganaza, desconocida, Fernando Mena, y Rogelio, ante el desamortizado Penal, donde estuviera preso Rubial.

Sirva este breve relato de su participación en un momento decisivo de El Puerto para homenajear a un portuense que se nos fue, pero que dejó el recuerdo de un hombre bueno e íntegro que dedicó los últimos años de su vida a explicar a los jóvenes, entre los que yo tuve el placer de encontrarme, aquella bella página que escribieron “nuestros constituyentes”. /Texto: Daniel Gatica Cote.

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La asociación ecologista Guadalete, precursora de Ecologistas en Acción en Cádiz, cumple tres décadas de activismo contra los desmanes medioambientales.

En la imagen, una marcha en la Plaza de Isaac Peral, intentando evitar la tala de las araucarias y la pérdida de masa forestal en la misma, algo que no se pudo conseguir. Hablamos del mandato municipal 1991-1995. /Foto: Fito Carreto.

Dicen que en estos años, desde 1983, no han perdido ni un ápice de ilusión y han ganado en experiencia y en conocimiento. También en credibilidad y comprensión social: hace tiempo ya que dejaron de responder a la pregunta de “qué es eso de ser ecologista”.

Javier Armimont Plans, nacido en Badalona en 1965 en el seno de una familia industrial del sector de la madera. Es una persona muy conocida en El Puerto, no solo por su trabajo como director del Hotel Monasterio de San Miguel en su nueva etapa, sino porque se ha integrado de forma excepcional en la vida local. Quizás sea el director hotel que mas y mas pronto ha entrado a formar parte del paisanaje de El Puerto de cuantos han pasado por la Ciudad en el último cuarto de siglo.

Estudió en el Instituto de Estudios Empresariales ‘Ramon Llull’ de Barcelona, terminando en 1987, siendo fichado al año siguiente por la cadena hotelera Tryp llevando la administración de sus hoteles en la isla de Mallorca y luego la subdirección del mayor complejo de camas de Europa (1500), en Alcudia.  La cadena se lo lleva luego a la estación de esquí de Baqueira Beret (Lérida) en el Valle de Arán trabajando en el primer hotel de cinco estrellas en la nieve, el Royal Tanau.

Con directores de hotel de la provincia en el Hotel Monasterio San Miguel.

También será, con 26 años, el director de hotel más joven de un hotel de cuatro estrellas, el Carlemany, en Gerona. En Tryp valoran la capacidad de gestión y el don de gentes de Xavi y le adjudican la dirección de operaciones de los apartamentos hoteleros de la cadena, dirigiendo la zona norte de España.

Nuestro protagonista se saldrá del mundo hotelero y permanecerá fuera durante ocho años, trabajando en el Grupo Repsol en el sector de los plásticos, trabajando también como consultor autónomo, teniendo su centro de operaciones en Madrid, donde residía y estaba bien integrado. En el año 2009 se incorpora al grupo TDI Advisors, donde permanece, habiendo trabajado como director de operaciones en el Hotel Costa Calero en la isla de Lanzarote, en la apertura y dirección general de Royal Suite en Marbella, y desde el 30 de julio del pasado año en el Hotel Monasterio de San Miguel.

Fachada del Hotel Monasterio San Miguel y del Auditorio Municipal Las Capuchinas.

Para Xavi es importante que el hotel se encuentre imbricado en la vida cultural y social de El Puerto de Santa María y, para ello, continúa la actividad cultural que caracterizó siempre a este establecimiento hotelero: exposiciones, conferencias, tertulias taurinas, colaborando con diversas ONG solidarias de la Ciudad.

Evolucionando con los vinos de El Puerto, a la venencia.

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El hombre no es de donde nace, sino de donde pace o al menos ese es uno de los refranes preferidos de Luis Mollá Ayuso, nacido en Tarifa y criado y crecido en tantos sitios que se siente más portuense que otra cosa ya que “aquí puse mi casa hace más de veinte años y aquí he visto crecer a mis hijas y he crecido yo en muchas facetas de la vida . Nacido en 1955, el mismo año en que desaparecieron figuras de la talla de Fleming, Einstein, Thomas Mann, Concha Espina o James Dean , y el año que vio nacer dos trofeos futbolísticos de la altura de la Copa de Europa o el trofeo Carranza --de ahí quizás su afición al deporte rey--, Luis Mollá Ayuso es capitán de navío de la Armada y presta sus servicios en la Base Naval de Rota..

Luis, en el centro de la imagen junto a dos hermanos, en una imagen tomada en su adolescencia.

Sexto de una familia numerosa de doce hermanos, vio pasar su infancia en Cartagena, donde entró en contacto con algunas de las historias del mar que más tarde llevaría a los libros y en Guinea Ecuatorial, de la mano de los destinos de su padre, Marino de Guerra. A los doce años se trasladó con su familia a Madrid, donde se educó en el Colegio de Huérfanos de la Armada, el mismo centro donde se preparó para ingresar en el cuerpo de oficiales de la Armada. Estudió en la Escuela Naval Militar entre 1975 y 1980, año en que obtuvo el despacho de alférez de Navío, empleo en el que estuvo embarcado en el Transporte de Ataque "Aragón" con base en Cádiz y en el Patrullero de Altura "Atrevida", estacionado en Las Palmas de Gran Canaria. En este mismo empleo comenzó su formación como piloto naval en la Base de Rota, que completó como teniente de navío, pasando destinado a la Quinta Escuadrilla (Sea King) tras un breve paso por la Séptima (Huey Cobra).

Luis es el sexto hermano de una gran familia, con la que aparece en la imagen.

Después de un destino prolongado en Rota como piloto de helicópteros, sazonado con numerosos embarques a bordo del "Dédalo", pasó destinado a la Escuela de Trasmisiones y Electricidad de la Armada (Vigo), donde se hizo especialista en comunicaciones navales, regresando a continuación a Rota donde pasó destinado al Transporte de Ataque "Castilla", y desde ahí San Fernando como jefe de comunicaciones del Buque Escuela Juan Sebastián Elcano, a bordo del cual realizó dos viajes de instrucción, el primero en conmemoración del bicentenario de la expedición de Alejandro Malaspina, que le llevó a las más altas latitudes del océano Pacífico y el segundo, en otra importante conmemoración con motivo de la Gran Regata Colón 92, en celebración del descubrimiento del Nuevo Mundo. Su último destino en el empleo de teniente de navío fue el mando del patrullero "Cormorán", un prototipo cedido a la Armada por la entonces Empresa Nacional Bazán que fue vendido poco después a la Armada Nacional Colombiana.

El porta aeronaves Dédalo, donde estuvo embarcado en numerosas ocasiones.

Como capitán de corbeta fue jefe de operaciones de la Flotilla de Aeronaves, diplomándose en aquella época en Comunicación Social en la facultad de Ciencias de la Información de Madrid. Posteriormente pasó a hacer el curso de Estado Mayor en la Escuela de Guerra Naval (Madrid), pasando destinado al Estado Mayor del Grupo Alfa de la Flota, a bordo del portaaviones "Príncipe de Asturias" en Rota. Sus últimos destinos en el empleo fueron el mando del Buque de Salvamento de Submarinos "Poseidón" en Cartagena y Jefe de Seguridad de Vuelo en la Flotilla de Aeronaves e la Base Naval, destino para el que recibió la pertinente formación en el Colegio de Post-graduados de la US Navy en Monterrey (California).

Las hijas de nuestro protagonista, Cristina y Carlota.

Como capitán de Fragata fue segundo jefe de la división de Planes del Estado Mayor de la Flota, antes de marchar destinado a Nápoles por tres años como parte de la contribución nacional a la OTAN. De Nápoles marchó por otros tres años a Toulón, donde fue jefe de la División de Planes de la Fuerza Marítima Francesa de Intervención Rápida (HRF-M), también al servicio de la OTAN. Tras un año en Madrid donde fue jefe de la Sección de Oficiales de la Dirección de Enseñanza Naval (DIENA), regresó al ámbito de la OTAN, esta vez en el Cuartel General del Norte, en Brunssum (Holanda), donde permaneció otros tres años antes de pasar destinado a la Base Naval de Rota, donde a día de hoy continúa prestando sus servicios.

Su actividad literaria se dirige en línea: por un lado la creación de novelas de ficción en el ámbito del mar y por otro su actividad como colaborador habitual revistas y prensa de ámbito naval, casi siempre con asuntos relacionados con los misterios de las profundidades del mar. Como él mismo suele decir, "De vez en cuando los medios de comunicación nos informan de los progresos del ser humano en el espacio exterior, donde las sondas que hace años dejaron la tierra han progresado tanto que hemos tenido que inventar nuevas unidades para medir esas extraordinarias distancias, y todo ello mientras el hombre se ha impuesto definitivamente a los picos más altos de la tierra, y en las selvas más intrincadas, inexploradas hasta hace poco, podemos hoy ver por la televisión a los nativos disfrutando de la bebida universal y luciendo una camiseta con el anagrama de las marcas más conocidas... Pero siempre nos queda el mar. Ahí abajo la civilización apenas ha profundizado unos metros y Neptuno sigue siendo el rey. El ser humano aún no ha conseguido imponerse a los océanos, que siguen aprovechando cualquier resquicio para arrastrar al más orgulloso de los barcos a sus profundas simas, donde la arrogancia del hombre apenas tiene alcance. Que no se acabe. Mientras no seamos capaces de arrancar al mar sus misterios podremos seguir escribiendo historias sobre el más indómito de los elementos." /En la imagen de la izquierda, cartel anunciador de su conferencia que pronunciará el próximo día 11 de abril en San Fernando, de cuyo suceso se cumplen hoy 74 años.

Luis está casado con la jerezana Emilia Pérez, con quien aparece en la imagen.

Hasta la fecha tiene publicadas seis novelas de las que tres han sido galardonadas con diferentes premios nacionales. Ha escrito también numerosos artículos en prensa y revistas, habiendo sido galardonado también en diferentes certámenes de relatos cortos. Está casado con la jerezana Emilia Pérez y tiene dos hijas, Cristina y Carlota, entre sus aficiones destacan principalmente la lectura y la escritura y asegura que buena parte de su obra literaria la concibió durante sus largos paseos por las interminables arenas doradas de las playas de El Puerto. Sus dotes de orador le han llevado por media España, habiendo ganado merecida fama como conferenciante de temas marineros. Tiene su propio blog en http://www.el-sextante-del-comandante.es

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Iniciamos nuestro relato situándonos en los últimos meses del siglo XIX. En estos años todo está en crisis en España y El Puerto no iba a ser una excepción. Las malas cosechas se contabilizan por lustros, originando una gran masa de parados y la consiguiente hambruna. Los temporales se sucedían unos a otros casi sin interrupción, mermando las capturas y propiciando numerosos naufragios que llenaron de luto y miseria a muchas familias marineras. Para colmo de desgracia, el sector vinícola, las numerosas bodegas que habían germinado durante el primer tercio de ese siglo y fueron el motor de la economía local durante muchas décadas, estaba inmerso en uno de los periodos de decadencia que, con carácter cíclico, han sufrido y sufren estas industrias. En líneas generales, este es era el panorama local en el duro invierno de 1899, con las calles portuenses llenas de mendigos y pordioseros de día y bandas de mocosos harapientos y desvergonzados de noche, disputándose las escasas y apuradas colillas arrojadas en la vía pública por los transeúntes. /Sodados en Cuba. Ilustración de José María Bueno.

La otra cara de la moneda la encontramos en algunas familias acomodadas que vivían, generalmente, de las rentas generadas por sus antepasados, a los que se mencionaban en los padrones como de profesión: “propietario” y, también, en las adineradas familias de indianos establecidos en las últimas décadas, los nuevos ricos de la época, alguno de los cuales invirtieron los capitales que pudieron salvar de las antiguas colonias en nuevas industrias o en la adquisición de inmuebles. Ellos, junto con los integrantes de la tradicional clase media: comerciantes, pequeños empresarios, funcionarios públicos, mandos militares y otras profesiones de las denominadas liberales ocupaban la zona céntrica de la ciudad, las calles Larga, Luna, Nevería, Palacio, etcétera… eran socios de alguno de los casinos y solían acudir los fines de semana con sus familias, empavesadas como veleros, a los palcos del teatro en el invierno y al tiro de pichón en el verano. El resto del vecindario local no contemplado en estos “clichés” improvisados, es decir, la gran mayoría de ciudadanos, intentaba sobrevivir de la mejor manera posible, ejerciendo oficios variopintos, “peonás” ellos y “mediosdías” ellas.

Esquina de las calles Ganado y Zarza, donde se encontraba la tienda de montañés donde se ambienta esta historia.

JUAN RODRÍGUEZ ARANA.
De este último universo humano estaba poblado el “Barrio Alto” y, en concreto, la calle Zarza, en la que residían una decena de repatriados de la guerra colonial. En la esquina de esta calle y la de Ganado había una tienda de montañés con puertas a las dos calles; una, por la que se accedía al almacén de coloniales, todo un supermercado de la época, en el que se podía adquirir cualquier género comestible excepto carne, pescado fresco o pan, y la otra puerta era la entrada al despacho de vino y taberna. Ambos recintos estaban comunicados interiormente por una especie de zaguán, utilizado por las amas de casa para comprar de una forma más discreta, sin penetrar en la taberna, bebidas alcohólicas, normalmente vino común para acompañar a las comidas. En un  rincón de la taberna, acodados en el mostrador de cedro ante sendas copas del rasposo aguardiente con que se desayunaban nuestros abuelos encontramos a dos hombres; uno de ellos, el de mayor edad se llamaba Juan Rodríguez Arana.

Era un veterano de la Guerra de Cuba, sargento del Regimiento de Infantería de Soria Nª 9. Había sido repatriado meses atrás, llegando a El Puerto, donde vivía con una hermana mayor que él, casada con un tonelero, -matrimonio sin hijos- en la casa número 55 de la calle Zarza. Le acompañaba un joven soldado de remplazo que aún no había cumplido los veinte años y estuvo tan solo unos meses en aquel infierno antes de ser repatriado. Vecino de la casa contigua a la suya, lo había visto crecer y ahora, compañero de fatigas e infortunios, querían celebrar con otros paisanos repatriados, vecinos todos ellos de la misma calle (Joaquín Ponce de León, que vivía en el nº 7, Enrique Camacho González, en el 15, Ramón Leonisio Mata, en el 28, José Ruibal Rodríguez, en el 30, José González Robles, en el 33, Manuel Ponce Díaz, en el 47, Juan Santilario Renzo, en el 62 y Juan García Martín, en el número 64) a los que aguardaban, el haber regresado y poder contar sus vivencias y penalidades a sus familiares y amigos. /En la imagen de la izquierda, escudo del Regimiento de Infantería Ligera Soria nº9 en el que sirvió Juan Rodríguez Arana.

ANTONIO GALLARDO PEINADO.
Este segundo joven repatriado era Antonio Gallardo Peinado, residente en la casa número 57, segundo hijo del matrimonio formado por Francisco Gallardo Quintelo, maquinista de profesión y Dolores Peinado Sánchez, inquilinos de esa casona junto con la totalidad de su prole que ascendía a seis hijos con edades que oscilaban entre los 24 años del mayor, barbero de profesión y los tiernos tres añitos de la hija más pequeña. La madre, que en esa fecha contaba tan solo cuarenta años de edad, el día que Antonio llegó por sorpresa, sin avisar, estuvo a punto de costarle un disgusto, tanta fue la emoción que sintió. Todo el tiempo que duró su ausencia rumió para sí una especie de remordimiento por no haber movido cielo y tierra en busca del dinero necesario para la redención del hijo, que tan mala suerte tuvo en el sorteo, según pensaba ella. Siendo adolescente –apenas una quinceañera- quedó embarazada del que luego cumpliría y se convertiría en su marido, 30 años mayor que ella, que entonces era fogonero y aunque la familia pudo vivir modestamente bien, con justeza y sin holguras, durante los veinticinco años que llevaba casada, gracias al duro trabajo paterno y la ayuda de los dos mayores en los últimos años, la cuantía del rescate exigido para librar a los mozos destinados a ultramar, que ascendía a 2.000 pesetas, era una cifra excesiva, muy alejada de las posibilidades de la familia. /En la imagen, la casa donde vivió Antonio Gallardo Peinado, antes de su restauración.

Similar alegría experimentaron todos los vecinos de la casa, especialmente las mujeres, cuando abrazaron al Antoñito. La viuda del mirador, que trabajaba de cocinera para adelante a sus tres hijos y estaba haciendo esa mañana una colada en el corralón que servía de lavadero y tendedero, se apresuró a bajar un tazón de caldo de gallina al verlo tan pálido y demacrado y las dos señoras del bajo, curiosamente ambas casadas con sendos oficiales zapateros y cada una con un solo retoño, formaron coro con la madre, los hermanos pequeños y la cocinera y sus hijos, abrumándolo con tantas preguntas y todos a la vez que fue un alivio que llegase el vecino de la casa de al lado y se marchasen juntos a tomar unos vinos, naciendo de este encuentro la idea de reunir a todos los camaradas de la misma calle un día para celebrarlo todos juntos.

Poco a poco fueron llegando los repatriados convocados a la taberna, acompañados de amigos y familiares que deseaban saludar a los demás, añadiéndose otros repatriados que vivían en las calles del entorno: Arena, Yerba, Mazuela, Espelete, Meleros, Ganado… y un buen número de curiosos que pronto hizo que se llenase el local, las aceras y toda la esquina. Agrupados en corrillos, las conversaciones giraban en torno, lógicamente, al mismo tema: unos referían las dificultades con que se encontraron para poder llegar desde La Coruña o Santander, que es donde lo habían dejado, hasta El Puerto; otros, comentaban la cuarentena que debieron pasar en el antiguo convento de la Victoria; los más, relataban las acciones militares en las que habían participado, exagerando por supuesto y dando un tinte de comicidad a tan dramática experiencia y los menos maldecían a políticos y mandos militares, culpándoles de las fatiguitas que padecieron. Todos, sin excepción, mentaban con respetuoso pánico a su mayor enemigo: la fiebre amarilla, mal de que poco escaparon, que seguiría pasándole una costosa factura el resto de sus vidas a muchos de ellos.

Soldados ante el cuartel de la Plaza del Polvorista, hoy Teatro Municipal y viviendas de trabajadores de Osborne. /Imagen cedida por Doña Ángeles Zamorano, a través del Centro Municipal de Patrimonio Histórico.

El sargento Rodríguez Arana explicaba a quien quisiera escucharle las dificultades que debieron superar tanto el gobierno como los responsables militares, después de haber perdido guerra y escuadra, para encontrar barcos en los que poder repatriar a tan tos efectivos acumulados en la isla de Cuba.

Y en el guirigay en que se había convertido la reunión de repatriados y afines aparecieron guitarras y espontáneos cantaores, entre ellos nuestro protagonista quien, antes de entrar a servir en el Batallón de Cazadores de Parma Nª 25 en el que había destinado en Cuba, estuvo trabajando como herrero en la fragua de los Suarez, en la calle de la Yerba, oficio en el que se solía acompañar con cantes rítmicos el batido del hierro sobre el yunque. Con esta y otras cantiñas, estimuladas por la sucesión de “convidás” a cargo de los parientes, se fue diluyendo la tristeza de los primeros momentos, durando la jarana hasta la hora de la siesta que resultaría de obligado cumplimiento para la gran mayoría pues casi todos marcharon dando tumbos a sus cercanos domicilios, no sin antes prometerse unos a otros repetir la convivencia de ese día. (Texto: Antonio Gutiérrez Ruiz.- A.C. PUERTOGUÍA).

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Hola, soy una mujer de 62 años, y me llamo Carmen. Quiero contar mi historia, pero no sé si me acordaré de todo lo importante de mi vida. Nací en 1943, un 23 de junio, en el Puerto de Santa María, en la casa de San José, de la calle Descalzo, el nº6. Soy la tercera de 6 hermanos, 3 hermanas y 3 hermanos. Mis hermanos se llaman Eduardo, Pepa, Carmen, Juan Manuel, Milagros y José María. Pero de esta parte de mi familia no voy a contar mucho, porque esta parte de mi vida transcurrió con relativa normalidad. Recuerdo que en mi niñez no pasé hambre. Mi padre Juan, trabajaba mucho y mi madre Carmen, también. No teníamos grandezas, pero si teníamos para comer, para hacer hasta 4 comidas diarias, desayuno, almuerzo, merienda y cena. Recuerdo el desayuno de pan con aceite o de manteca colorá con asiento, más sano que ahora con tantas cosas que hay. Cuando llegaban las Navidades, mi madre hacía tortitas y pestiños. Teníamos un patio de vecinos y allí se reunían 4 o 5 vecinas para hacer los pestiños, era muy bonito. Y en la Noche Buena cantábamos villancicos, los hombres bebían, charlaban, algunos se vestían de mujer, otros contaban chistes. Los niños lo pasábamos de lo lindo, y cuando llegaba el Fin de Año igual, pero yo sabía que había gente que no tenía ni para comer. Los Reyes no eran igual para nosotros, pero mi madre, ese día siempre procuraba que todos nosotros tuviéramos algo de regalo. Recuerdo que un año me regaló un carrito de madera y una muñeca de cartón preciosa, a mis hermanas igual.

Antes, al igual que ahora, los niños salían a la calle con sus juguetes nuevos, y recuerdo que mi madre nos dijo: "--Anda niñas id a ver a la señora donde trabajo", y allá fuimos mi hermana Pepa y yo, mi otra hermana, Milagrito, era aún muy pequeña. Ese día estaba nublado, pero mi hermana Pepa y yo íbamos muy orgullosas y contentas, y ya llegando a la casa de la señora, empezó a llover. Echamos a correr y no encontramos sitio donde meternos, así que cuando llegamos a la puerta de la casa, la muñeca solo era un trozo de cartón con la pintura corrida. Me harté de llorar, y miraba la cara de mi hermana mayor y más pena me daba. Entonces la señora nos vio a las dos llorando y le dio mucha pena, así que mandó a llamar a mi madre y le dio dinero para que nos comprara otra muñeca.

Mi padre pedía prestado un carro para cargar los tiestos que se llevaba al campo y nosotros nos subíamos arriba de todos los bultos y cuando íbamos llegando, todos los niños de los alrededores gritaban, “--Ya vienen los Gutiérrez”, y se ponían muy contentos porque jugábamos mucho y lo pasábamos muy bien. Recuerdo que mi madre me llevaba al colegio de las Carmelitas. Estuve hasta los 8 años que hice la comunión.

Un día mi madre se puso muy malita y mi tía no podía hacerse cargo de todos nosotros, desde entonces empieza mi calvario. Frente a mi casa vivía una señora que me llamaba para que le hiciera los mandados de la casa, a cambio me daba de comer y como, la verdad, nos hacía falta, allí estaba yo con mi uniforme y todo. Yo limpiaba, planchaba, hacía la compra, y ella me daba de comer, cama donde dormir y 3 pesetas al mes. Cuando mi madre se puso bien, yo me quedé allí un año más. Mis padres; Juan Gutiérrez Franco, Carmen López Román.

Luego estuve en otra casa, pero esta era una panadería y además la mujer tenía niños de mi edad, de 8 o 9 años, y tenía ratos de juegos. Aunque también tenía ratos de tristeza, echaba de menos mi casa, mis hermanos, las salidas de paseo... En esta casa estuve 2 años más. Mi hermana Pepa también tuvo que trabajar desde muy niña. Y mis hermanos Eduardo y Juan Manuel tuvieron que trabajar en el campo cuidando los animales. Ya mi hermana Milagrito y mi hermano José María trabajaron también jóvenes, pero empezaron mas mayores que nosotros y de distinta manera.

A los 11 me desarrollé, bueno me hice mujer. Mi madre me llevó para mi casa, por fin. Mi padre tenía una viña en el campo y todos los veranos nos íbamos al campo. Este verano, para mí fue distinto. Me daba vergüenza jugar como siempre, subiéndome a los pinos o bañándome en braguitas... Así pasó mi vida de niña a mujer.

Ya de mayorcita tenía amigas con las que me iba al cine, a la sesión de tarde, y los domingos nos íbamos al parque.En mi casa, que era una casa de vecinos, había muchas niñas de la misma edad que yo y que mi hermana Pepa. Recuerdo que nos íbamos todas a jugar a la Plaza Peral, allí hacíamos teatro y lo pasábamos muy bien. Mi padre trabajó un tiempo en las bodegas de Osborne, pero no de forma fija, así que mi madre, una semana sí y otra no, iba a limpiar, lavar y planchar en alguna casa porque hacia falta el dinero.

...continúa leyendo "1.696. CARMEN GUTIÉRREZ LÓPEZ. Una luchadora en primera persona."

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De izquierda a derecha, Guiseppe Piccioni, director de cine italiano y Oscar Lapeña Marchena.

Oscar Lapeña Marchena, nacido en El Puerto de Santa María en 1968, es Doctor en Historia,  profesor de Historia Antigua en la Universidad de Cádiz, habiéndose especializado en el género cinematográfico del Peplum (conceptualizado popularmente como cine histórico de aventuras, estando ambientada la acción en la antigüedad, fundamentalmente en Grecia y Roma). Sobre este tema ha publicado diferentes artículos en revistas especializadas como "Habis", "Dialogues d´Histoire Ancienne", o "Índice Histórico Español", además de los libros El mito de Espartaco: de Capua a Hollywood (Hakkert, 2007) y Guida al cinema peplum (Profondo Rosso, 2009). Hizo su debut literario con el libro de relatos La pista búlgara (El ombligo de Tarzán, 1998), siendo seleccionado el mismo año en la antología Almacén de aventuras (Fundación Municipal de Cultura de Cádiz, 1998). En el género de la narrativa corta también ha publicado El suplente (Diputación de Cádiz, 1999). (Texto Juan Carlos Palma).

PEPLUM.
Óscar Lapeña Marchena ha publicado en italiano ‘Guida al cinema ‘peplum', Ercole, Ursus, Sansone e Maciste alla conquista di Atlantide’ una obra de referencia para todos los interesados en el género peplum.

Son 390 páginas, cargadas de información e imágenes, y editadas por la editorial romana Profondo Rosso. Su autor es un reconocido experto en el género peplum sobre el que ha publicado numerosos artículos de investigación. En este libro realiza un recorrido por la historia del género partiendo de su definición, características y motivaciones políticas y analizando a continuación las diversas producciones a lo largo de sus años de oro y también de su decadencia.

El libro posee una buena filmografía y cuenta con interesantes apéndices. Uno a cargo de Luigi Cozzi recoge opiniones de directores de pepla sobre sus obras; el mismo Cozzi explica también su experiencia como director de pepla; otro escrito por F. Familiari analiza las cintas de este género dirigidas por Riccardo Freda y el último, a cargo de M. Maggioni, estudia la película La última legión. En suma una obra de referencia para los interesados en este género que utiliza la Antigüedad con grandes dosis de imaginación. (Texto: Fernando Lillo).

La calle Santo Domingo es una calle aristocrática, noble, de viviendas palaciegas. Nace en la calle Pagador y va a morir en la plaza del Castillo. Es una calle recta,  conformada por la malla reticular de la genuina configuración de la ciudad renovada en el siglo XVIII.

El nombre de la calle que ha prevalecido responde al fundador de la Orden de Predicadores, Santo Domingo de Guzmán, por abreviar, Santo Domingo. Otras denominaciones anteriores populares, como Jabonera, Pelota, Monteagudo, Piletas, Negretes, Domingo García y Once de Febrero . Esta última referida al 11 de febrero de 1873, tras la renuncia de la corona del reinado efímero del rey Amadeo I de Saboya, siendo proclamada la I República Española, que resultaría aún más efímera que la estancia en España del rey saboyano.

Una de las curiosidades de esta calle es que, de ella han salido un buen número de alcaldes portuenses, de tal manera que bien peoría denominarse ‘calle de los alcaldes’. Una relación a vuela-pluma recuerda a los más cercanos en el tiempo: José Luis de la Cuesta, Luis Caballero, Ramón Varela, Luis Macías, José María Pastor, Enrique Pedregal y Enrique Moresco. Es posible que haya alguno más.   (Texto: Juan Leiva Sánchez. Fotos: Bella Easo). 

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