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En la fila superior, de izquierda a derecha: Manuel Martínez Alfonso, José López Ruiz, Francisco Viseras Alcolea, Tomás Quiles Sáchez, José Cepero Peralta, Luis Gutiérrez Calvo, Joaquín Calero Muñoz y Ventura Lozano Moreno. Agachados, de izquierda a derecha: Ramón González Montaño, Ángel Angulo Fernández, Leonardo Romero Maure e Ignacio Pérez Blanquer. 29 de mayo de 1999, en la calle del Instituto Laboral.

Ya han pasado 10 años, fueron lo días 28 y 29 de mayo de 1999, cuando se celebró el primer y único encuentro hasta la fecha de antiguos alumnos del Instituto Laboral y Santo Domingo, para agradecer a la Comunidad Educativa su extraordinaria labor docente ya que desde los inicios de la década de los 50, hasta mediados de los años 70, la dedicación y conocimientos de los profesores que pasaron por el Instituto fueron esenciales para forjar una buena escuela de alumnos. Por eso las ideas fluyen como un torrencial de recuerdos y de añoranzas  al mencionar este emblemático Instituto del que Antonio de la Torre González fue su primer alumno. En aquellos tiempos difíciles la dedicación y los conocimientos del gran elenco de profesores fueron esenciales para forjar una buena escuela de generaciones de alumnos que durante años sucesivos iban a estar dirigiendo y ocupando puestos de responsabilidad en la sociedad española.

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Patio del Instituto, donde se celebró el acto de homenaje y donde se encontraba la campana que daba los avisos. Una frase publicada en  Diario de Cádiz, y que era el titular de una crónica sobre el homenaje a los profesores allá a finales del siglo pasado, que decía: Y TOBÍO VOLVIO A TOCAR LA CAMPANA…” Fue realizada por el director de Gente del Puerto José María Morillo, alumno que fue también del Instituto.

Durante dos días inolvidables se fundieron en un  solo cuerpo trabajadores y alumnos, pensamientos e ideologías, penas, alegrías, recuerdos y vivencias. Y así ocurrió, todo se desarrolló a pedir de boca. Profesores, colaboradores y alumnos compartieron un montón de cosas. Amistad, compañerismo, ilusión, madurez, anécdotas. Pero sobre todo gratitud en ambos sentidos. Los pupilos por la enseñazas recibidas. Los maestros por las atenciones recogidas.

emilioflory_puertosantamariaEn el Acto Académico recibieron placas  como reconocimiento a todos estos años de entrega en su labor como profesores y colaboradores de la Comunidad Educativa. En la imagen de la izquierda,   Doña Francisca Sánchez Salgado, Paquita, limpiadora del Instituto  durante la década de los años sesenta y setenta del siglo pasado, recibe por parte Emilio Flor Jiménez, director del Centro en la fecha del primer encuentro de antiguos alumnos del Instituto, placa como reconocimiento a todos estos años de entrega en su labor como colaborada de la Comunidad Educativa. Emotivo fue cuando las esposas de los ausentes, de los que nos abandonaron, recibieron el aplauso de todo el alumnado presente en el añorado patio del Instituto.Admirables profesores, sin ningún género de duda y que durante ese primer encuentro pudimos valorar la inmensa calidad humana de los que se fueron y de los que estuvieron presentes en el acto. Todos permanecerán en nuestra memoria.
Comunidad Educativa del familiar Instituto Laboral, salvo error u omisión, que llevó el timón de este Centro durante su periodo de su vida:

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COMENTARIOS DE ANTIGUOS ALUMNOS

programa_institutolaboral_puertosantamaria“Cuantos buenos recuerdos se agolpan en mi mente y cuanta nostalgia de aquellos tiempos intensamente vividos al amparo de nuestros profesores. Cuanta paciencia tenían con nosotros. Éramos un poco como de familia… por lo que no pierdo la esperanza de que se les vuelva a hacer otro u otros homenajes que bien se lo merecen…” J.M. Fernández Izquierdo
“…aquel maravilloso Centro de Enseñanza Media, en el que, con diez / once años de edad (1952 /3), disponíamos de modernísimos medios (dos laboratorios de química, uno de física, una enorme y bien equipada aula de dibujo, talleres de mecánica, carpintería, electricidad y forja – cada alumno tenía su propio herramental y su banco -, proyector de cine, y la primera emisora de radio que tuvo el Puerto: “Radio Puerto de Santa María, Emisora del Instituto Laboral”, cuyo locutor era, precisamente, el Padre de José Mª Morillo – hermano pequeño de mi padre – según decía él), además, desde esa edad estábamos en manos de extraordinarios y jóvenes licenciados !todo un lujo y gratis total!...” Eloy Fernández Lobo

LOS VERSOS DE JORGE GARRIDO.

De unas décimas y algunos versos que mi amigo y compañero Jorge Garrido García, compuso y dedicó al profesorado, en el recordado Acto Académico celebrado el día 28 de mayo de 1999, transcribo las que dedicó:

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A Don Enrique Bartolomé López-Somoza:

Era enseñanza viviente,
el profesor coloquial
de argumento magistral
y su memoria una fuente
de frescor siempre envolvente
y de expresión atinada;
fue certeza retratada
dato más fidedigno;
atengo, abierto, benigno...
¡la maestra pincelada!

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A Don Manuel Martínez Alfonso.

Aunque la palabra es arte
y su buen uso un orgullo
no era la Lengua chanchullo
seguro en que respaldarte;
aprobar, era algo aparte,
casi lo mismo te daba:
¡Cuantos nervios atenazaba
del dire su efervescencia!
Ayer, que perdió el Valencia
y a ver si se le pasaba.

Jorge Garrido García, natural de la población serrana de Bornos, en  la actualidad ejerce como profesor de enseñanza. Fue pieza clave en la organización del Primer Encuentro de Alumnos del Instituto Laboral, coordinando la presencia en el acto de los alumnos internos del Instituto que se encontraban dentro y fuera de Península en la fecha del Encuentro. El autor de este artículo estuvo a cargo de la Coordinación del Encuentro.

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Aquel encuentro culminó con la inauguración de la calle Instituto Laboral colindante con el Colegio Público José Luis Poullet y la calle Giner de Los Ríos, en la que se encuentra las viviendas del profesorado, próxima a la Rotonda de la Puntilla, donde actualmente se coloca el mercadillo de los martes. Todo gracias a un reducido grupo de porteños que decidieron dar el paso adelante y aventurarse en organizar un acto donde quedara grabado con trazos indelebles el nombre de Instituto Laboral. La Corporación Municipal que presidía el exalcalde Hernán Díaz Cortés, que también fuera exalumno, accedió a la petición de los organizadores quienes argumentaron una labor bien hecha por educadores y que con el nombre de Instituto Laboral a la calle en cuestión era motivo de satisfacción de agradecer por parte de las generaciones de alumnos a toda la Comunidad Educativa lo mucho recibido. Finalizado el acto de inauguración de la calle Instituto Laboral, como toda gran historia se improvisó en las instalaciones del Club Náutico un almuerzo como despedida donde asistieron tanto profesores como alumnos venido de todas partes de nuestra geografía. (Textos: Antonio Carbonell López).

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guillermorivasramirez_puertosantamaria-1Guillermo Rivas Ramírez (1900-1962) nació en nuestra Ciudad, quedando huérfano desde muy joven, con nueve años, siendo reclamado por dos tías que vivían en La Habana (Cuba) donde tenían plantaciones de caña de azúcar. Allí permaneció hasta que, insuflado de patriotismo, quiso hacer el servicio militar en España. Hasta su regreso a nuestro país se preparó en contabilidad, mecanografía, taquigrafía, pues tenía claro que con formación era como se podía salir adelante en la vida y, consiguientemente, en el mundo de la empresa y los negocios. (En la fotografía de la izquierda, Guillermo Rivas, con el uniforme de sargento de Regulares, durante el servicio militar, en 1921).

EL DITERO.
Tras el Servicio Militar, se instala en El Puerto y monta su primera empresa, con 22 años: hace un Libro de Dita, lo que le permitirá hacerse con un capital que posibilitará la posterior creación de otros negocios y empresas. Del relato “El Ditero” de Mateo Bellido Rojas: «En casa, pues, vivíamos con lo justo. Si mi madre juntaba algún ahorrillo, un tipo sonriente aparecía con un paquete bajo el brazo. Una vez, por Navidad, era una caja surtida de mantecados. Otra, una plancha eléctrica. Por fin, otro día, se encendió el primer transistor a pilas y el hogar se fue llenando algo, aunque sólo fuera de voces fantasmas. Le llamábamos “el ditero” y era habitual en las tardes de radionovela, merienda de cuenco de pan con aceite y chocolate rancio, que apareciera a cobrar una pequeña parte de lo que se le debía», con una libreta de tapas duras, en la que se llevaban las cuentas de cada vecino, cogido con unas palomillas. «Los pagos se eternizaban y, cada poco tiempo, me hacían sumarlos para saber si quedaba mucho. Cuando se liquidaba una cuenta, ya se podía pensar en abrir otra. Nunca noté que perdiera la sonrisa ante la imposibilidad de un pago y no creo que se cobrara intereses, pero para todos era que tenía dinero».

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Esquina del Bar Buenavista, según una acuarela del porteño José Luis Molina Mora, basada en una fotografía de finales del siglo XIX.

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El Bar Buenavista a la derecha ya en el siglo XX; en frente la Avda. Micaela Aramburu, con las palmeras no muy altas, que conforma el actual espacio de dicha calle. (Foto Colección Carlos Pumar Algaba).

CAFÉ BAR BUENAVISTA.
En 1932 Guillermo Rivas se hizo cargo del Bar Buenavista en el que permanecería hasta el final de su vida laboral, durante 30 años más. Aquel lugar fue conocido como la “Tienda del Hierro” dado el material del que estaba fabricada la marquesina de la terraza. Escribe Enrique Pérez Fernández en su libro “Taberna y Bares con Solera”: «En 1889 era un café así llamado, de Ramón Ariza Sánchez, años después llevado por su hermano Andrés (el del Café La Marina de la Pescadería), hasta que en 1932, tras explotarlo unos años Antonio Vázquez, pasó a manos de Guillermo Rivas Ramírez». Todavía se pueden imaginar, entre sus paredes, los gritos en los juegos de cartas de la época: rentoy, mus, tute tute subastado... de los parroquianos.

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Publicidad del Bar Buenavista, siendo propiedad de Guillero Rivas.

Con el tiempo, Guillermo se iría haciendo de casi todas las casas de la Plaza de las Galeras: donde hoy se encuentran el Bar Liba, el Mesón Ibérico, la Galera Real --regentada hasta su reciente jubilación por Luis -Lucky- Rivas, propietario del establecimiento-- el Buenavista --Bar El Vapor, desde 1998-- y los antiguos billares y fábrica de gaseosas, hoy el Bar Loco de la Ribera. Una excepción La Mezquita, propiedad de los Pasage, que conectaba la esquina de Jesús de los Milagros con la Plaza de Las Galeras, por la calle Luna. Todo un patrimonio inmobiliario.

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Publicidad de Naranjadas y Limonadas El Zeppelin, fabricadas y vendidas en exclusiva para nuestra Ciudad por Guillermo Rivas.

FÁBRICA DE GASEOSAS: EL ZEPPELIN.
En Vergel del Conde, núm. 12, hoy Plaza de las Galeras Reales, donde como ya hemos dicho se encuentra, actualmente,  el Bar “El Loco de la Ribera” y anteriormente una sala de billares y futbolines (Salón Recreativo), estuvo ya avanzado el segundo cuarto del siglo XX, la fábrica de gaseosas y sifones, Espumosos Rivas. Allí fabricaba y tenía la venta exclusiva para el Puerto de las naranjadas y limonadas, “El Zeppelin”. Más tarde el local lo alquilaría, maquinaria incluida, a Revoltosas Madrid, a Juan de la Fuente Cros.
En la fábrica de gaseosas había dos mesas de billar en las que se jugaba “A Palillos”: a 31, 41 y 7 y media, estando en activo la fábrica, jugándose de tapadillo, con dinero, en aquella época de prohibición. Aquello hizo que, más adelante, se instalaran los billares y futbolines a los que hacíamos referencia.

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Los hermanos Rivas Acal, casi al completo en una instantánea tomada hace  cerca de 20 años: Fila superior: Manolo (+), Guillermo (+), Milagros, Carmen, Rafa y Enrique. Fila inferior: Fernando, Ignacio, Lucky y Jesuli. En la foto faltaba Lola, cuya imagen actual (tomada el 16 de junio de 2009), reproducimos a continuación. (Foto Pielfort).

lola_rivas_acal_puertosantamariaCASAMIENTO Y  UNA FAMILIA LARGA Y NUMEROSA.
Nuestro protagonista se casa con Carmen Acal Fuillerat dejando una amplia descendencia de 12 hijos, «más los estropeados que no prosperaron», según las propias palabras del hijo núm. 11, Lucky. Estos son Milagros, casada con Esteban Tejada; Manolo, casado con Milagros Romero Vaca; Guillermo, casado con Manolita Felices, ATS que fue de Terry, bellísima persona al igual que su hijo Guillermo quien trabaja en el Area de Personal del Ayuntamiento; Pepe, que falleció a los 14 años, tras un “corte de digestión” al bañarse en la alberca de La Victoria, tras un sudado partido de fútbol; Lola; Carmen, casada con Juan Muñoz, empleado multifacético que fue, entre otras empresas del Cosario de Tablas, de Conservas Sur, de la Caja de Ahorros de Cádiz y Gestor de las Taquillas de la Real Plaza de Toros; Enrique, casado con Milagritos Carreto, ya fallecida, hermana de Alfonso y Rafael Carreto Martín-Arroyo; Rafa, socio durante más de 30 años de Lucky en los negocios de hostelería y alma mater de Lobo Hermanos “Mobilandia” hasta su jubilación, casado con Isi López; Fernando, empleado de Osborne, casado con Maleni Botella; Ignacio, casado con su mujer, Mari Carmen; Lucky, propietario del Bar La Galera, recientemente jubilado y casado con Manoli Lobo; y Jesuli, empleado de Unicaja, casado con Petri Marín.

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La Plaza de las Galeras y el Parque Calderón, en el primer cuarto del siglo XX.

UN HOMBRE BUENO.
El negocio principal de Guillermo fue el Bar Buenavista, que estuvo atendiendo hasta su fallecimiento, en 1962. Guillermo era un hombre que tenía mucho sentido del humor, algo que le contagiaría, por la vía de la sangre y del roce, a gran parte de su abundante prole. Sus hijos recuerdan, en el patio de la casa familiar en Vergel del Conde 12, hoy Plaza de las Galeras, tirados de la risa a Milagros, la hermana de Guillermo y madre de Luis y Enrique Gatica Rivas, a su padre, y a sus hermanos, por las ocurrencias que venían de la gracia innata familiar.
También es recordada todavía su generosidad. Guillermo Rivas era un hombre generoso que daba dinero y daba de comer --en aquellos tiempos de hambruna-- a más gente que habitantes tenía la casa familiar: «--Carmela, ahí te mando a dos o tres para que les des de comer», solía ser una constante en aquella vivienda siempre repleta de hermanos y visitas. Quitó mucha hambre.

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virginia_g_aspera_puertosantamariaSoy Virginia García Martínez. Nací en Cádiz el 10 de septiembre de 1976, en la pequeña clínica del Dr. Nicolás Abreu, en pleno casco antiguo de la ciudad. Es el médico que ha asistido en el parto a la mayoría de las mujeres de mi familia. Y, por eso, en su homenaje, uno de mis primos se llama Nicolás y mi hermana Esther, como su hija. Soy gaditana de alma, portuense de corazón  y madrileña de adopción.  A los tres días de nacer me llevaron a El Puerto y allí me crié hasta los 17 años, cuando mis padres me enviaron a Madrid. En la capital llevo casi media vida pero procuro conservar el acento portuense. Eso sí, por pura inercia o simplemente por oficio, lo disimulo cuando las cámaras y los micrófonos se encienden...

Desde pequeña quise dedicarme a lo que hago ahora: ser periodista.  Recuerdo que cuando tenía ocho o nueve años mi padre, Luis (García Áspera), me regaló un órgano que hacía una cantidad de músicas inimaginables sólo tecleando un botón. Mi tía Charo, casada con un militar de la Base de Rota, se lo había mandado desde Estados Unidos. Gracias a ese cacharro y con la ayuda de mis hermanos, Raúl y Esther, aprendí a hacer mis primeros informativos de radio. Cogíamos un radiocassette y narrábamos las noticias y con mi flamante órgano hacíamos las sintonías... luego se lo enseñábamos a mi madre, Juana, que se moría de la risa... Creo que por algún lugar de la casa de mis padres, en Las Redes, debe andar alguna de esas cintas... Mi madre es la persona que me inculcó el amor por la escritura y la lectura. Sin estudios universitarios es una mujer y madre ejemplar que devora toda clase de libros. Y desde pequeña me compraba novelas y tebeos sin parar. Con diez años me regaló una máquina eléctrica Olivetti y me enseñó a escribir todo lo rápido que mis torpes dedos lo permiten. Desde que aprendí  empecé  a entregar los trabajos del colegio a máquina. Pero las monjas del Colegio de Las Carmelitas no se fiaban de que era yo quien los hacía y siempre me repetían la misma cantinela: “¿seguro que no te lo ha pasado a máquina tu madre o tu padre? Que no Hermana, que no” –contestaba yo-.

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PERIODISMO DESDE LAS CARMELITAS.
La Hermana María Antonia de Las Carmelitas, la profesora de Lengua y Literatura,  fue la primera que me dijo que yo valía para dedicarme a esto del Periodismo. Mi primera prueba de fuego fue en Sexto de EGB. Las monjas organizaban lo que ellas llamaban “La Semana de la Familia” y se les ocurrió hacer un telediario-teatro ante los padres como público y, para mi pudor en aquella época, yo había sido elegida para hacer las veces de presentadora. Mi amiga María José se enfadó mucho conmigo por aquello (y veinte años después aún me lo recuerda....) porque en realidad a mí me habían seleccionado para ser la guionista. Ella y su preciosa melena rubia serían las presentadoras pero la mala suerte hizo que el día del ensayo estuviera con gripe y yo fuera llamada a sustituirla.   Yo lo de aquel teatro-telediario me lo tomé la mar de enserio y hasta pedí permiso a las monjas para llegar un poco tarde al colegio la semana previa a mi debut. Quería ver el telediario de tres a tres y media y, por supuesto, tomar notas. Y así lo hice. Mi abuela Rosario Áspera vivía por aquel entonces en la calle Nevería en una preciosa casa con azotea encima de la tienda de muebles de mi familia. Durante toda la semana me quedé a comer allí para estudiar el Telediario. Mi pobre abuela pensaría que yo estaba loca...  En homenaje a ella mi nombre profesional es Virginia G. Áspera.  De aquella semana mirando telediarios lo copié todo: los gestos, las pausas... Y, según me dicen, el día de la función aprobé con nota. Yo sólo recuerdo unos nervios tremendos. No tengo copia de la cinta de vídeo. Un día de estos hago una visita a la directora, la Srta. Tere, y se la pido.

RELACIONÁNDOSE CON LA PROFESIÓN.
Después de Las Carmelitas me fui a San Luis Gonzaga a hacer el BUP. Bueno, a mi me tocó hacer un experimento que se llamaba NEM, embrión de lo que luego sería la cuestionada ESO.  Recuerdo con cariño a dos profesoras: Adela Miranda (de Literatura y Francés) y Mari Carmen Carreto (Economía). Las dos me enseñaron a pensar. Siempre había sacado muy buenas notas pero hasta que me topé con ellas no sabía lo que era estudiar. En aquella época yo ya tenía clarísimo que quería ser Periodista. Pero también se me daban bien los idiomas y a punto estuve de hacer Traducción... pero no. En aquella época mi padre ya había montado El Asador de Castilla y los jueves hacía jornadas gastronómicas a las que invitaba a un montón de periodistas: de la SER, del Diario de Cádiz... Cuando hice Selectividad me llevó a los estudios de SER Puerto, que estaban junto al cine Macario. Francisco José Román me entrevistó para su programa. Fue la primera vez en mi vida que me ponía delante del micrófono. Me encantó.

ceuESTUDIOS EN MADRID, PRÁCTICAS EN EL PUERTO.
A punto de cumplir los 18 me fui a estudiar Periodismo a la Universidad San Pablo CEU de Madrid. Y, a la vez, empecé Ciencias Políticas en la UNED. Fueron cinco años maravillosos. Me gustaba que me dieran clase aquellos que firmaban artículos en los periódicos nacionales; presentadores de televisión y algún que otro político. Los dos primeros años estuve en una residencia de estudiantes y luego me fui a un piso con dos chicas que conocí allí y que eran de Jerez: mis amigas Nuria y Ana. Entre las tres descubrimos la capital. El teatro, las fiestas universitarias... Durante toda la carrera estuve haciendo prácticas en distintos medios: la agencia EFE, Canal Sur... y  aquí,  en El Puerto, pasé por Tele Puerto y el Diario de Cádiz. En Tele Puerto aprendí a hacer casi de todo. Es lo bueno de las teles locales. Apenas hay medios y tienes que hacer todas las funciones. Presentaba un programa estival que se emitía los miércoles y que se llamaba “Pret à porter”, cuyo plató estaba en el AquaSherry Park y en el que se hablaba de moda. Fue muy divertido. Y en el Diario de Cádiz me topé con dos de las mejores periodistas que, a mi juicio, han pasado por El Puerto: la pluma mordaz de Rosa Romero y  la brillante Tily Santiago.

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Virginia en un zoco de un país árabe.

DOCTORA EN PERIODISMO, EN COLOMBIA.
Cuando acabé la carrera hice el Doctorado en Periodismo. Me especialicé en  el ejercicio del periodismo bajo el yugo del terrorismo. Y me marché unos meses a Colombia –bajo la amenaza de la guerrilla FARC- para trabajar en un periódico en una zona en alerta por atentados. Cuando estaba a punto de terminar mi estancia allí la guerrilla colocó una bomba en un oleoducto muy cerca de donde yo me encontraba. Estuvimos un par de días incomunicados y mi familia, desde España, no podía localizarme. Al mes siguiente el gobierno de Pastrana anunció el inicio de negociaciones con los violentos y yo regresé a España.

euronewsLA UNIÓN EUROPEA Y EURONEWS.
Volví a Madrid e hice un curso sobre “Unión Europea” en la Escuela Diplomática de Madrid, lo que me valió para conseguir un contrato en el gabinete de Prensa de la Comisión en Bruselas. Trabajaba en inglés y francés. Sólo tenía 23 años y allí conocí a la mayor parte de los jefes de Gobierno de aquella época. Quien  más me impresionó fue Tony Blair, todo un encantador de serpientes en las distancias cortas...  De Bruselas me fui a Euronews, en Lyon, Francia. Allí trabajé unos meses como redactora de sus telediarios.

ondaluzPero en aquella época ya llevaba más de dos años fuera de España y regresé a El Puerto.  Un grupo de empresarios de la ciudad estaba poniendo en marcha una nueva televisión: OndaLuz. El proyecto me encantó y trabajé en su arranque. El principal accionista, José Gijón, confió en mi y me permitió presentar el informativo de la noche. Trabajé muy a gusto. Éramos un grupo de periodistas jóvenes con muchísima ilusión y muchas ganas de trabajar. Recuerdo la inteligente dirección de Javier Municio (Jefe de Informativos); Ana Huguet y Pedro Espinosa, actualmente dos de los grandes valores de la SER-El País en la provincia de Cádiz...

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En noviembre de 2000 regresé a Madrid.  El artífice fue quien yo llamo mi “padrino profesional”: Justino Sinova, profesor mío en la Universidad, director de mi tesis doctoral  y miembro del equipo de dirección de El Mundo.  Me ofreció un contrato indefinido en su periódico. No lo dudé ni un instante. Empecé en un proyecto que se llamaba “El Mundo Radio”, un programa informativo que hacíamos en Ondacero bajo la dirección de Victoria Prego, la mejor entrevistadora que conozco. Esa historia duró dos años. Hasta que las dos empresas firmaron su divorcio. Entonces Victoria –directora adjunta de El Mundo- me propuso incorporarme al equipo de investigación de El Mundo TV. Le dije que sí. Y, de la noche a la mañana,  me vi en el equipo de Fernando Quintela y Melchor Miralles paseándome con un bolso y una cámara oculta  cual justiciera tratando de desenmascarar a los malos. Ha sido el trabajo más desternillante, peligroso, emocionante, y a veces inmoral que he tenido en mi vida.  Descubrimos a presuntos pederastas, a matones, a traficantes.... Un mundo de lumpen y bajos fondos que yo ni siquiera sabía que existía.

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En el Rally París Dakkar.

ANTENA 3 TV.
En 2004 me hicieron una oferta de Antena 3 TV para trabajar en el equipo de investigación  7 Días 7 Noches. Dejé la que entonces era mi casa, el Mundo, para incorporarme a la cadena de Planeta.  Durante tres años estuve en el equipo de Investigación. Mi compañero Gabi y yo nos recorrimos medio mundo y siempre con temas distintos entre manos: la prostitución en el Paris-Dakar; localizamos al fugado Rodríguez Menéndez en Argentina; nos infiltramos en la secta de El Palmar de Troya... Y en una ocasión hasta fuimos detenidos por la policía de un país en dictadura de cuyo nombre no quiero acordarme.

antena3tvTras tres años como reportera decidí pasar al otro lado. Acepté un puesto como coordinadora en España Directo en TVE; luego regresé a Antena 3  como subdirectora de “A 3 Bandas”, un programa de tarde; luego me fui a “A Fondo” en Informativos de Antena3. El año pasado la cadena me propuso ponerme frente a las cámaras y estuve unos meses como colaboradora de actualidad de “El Método Gonzo” y eventualmente de “Espejo Público”. Pero a mi no me apasiona la cámara y prefiero estar en la trastienda. Actualmente sigo en Antena 3, como coordinadora de “Tal Cual lo contamos”, el programa de tarde que produce Plural, la productora de PRISA. Yo me encargo de los contenidos de Actualidad e Investigación.
Mi día es una locura porque un espacio diario te obliga a estar de sol a sol y a poner el alma cada jornada.  Pero cuando tengo un hueco siempre me escapo a El Puerto para saborear el salmorejo de Marita, de “El Patio” en el Centro Comercial de Vistahermosa... O para comer pescaíto frito, que a mi pareja, Manolo, medio madrileño medio gallego, le encanta. Y si tengo mucha morriña mi hermano Raúl me presta un CD en el que suena el pasodoble de Los Hombres del Mar:  “Ay Vaporcito de El Puerto”.

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firma_crispulo_martinez_puertosantamariaEl pasado miércoles se celebró el 209 aniversario del nacimiento de Críspulo Restituto Martínez Segura --Críspulo Martínez--, acontecido el 10 de junio de 1800. Este dinámico y emprendedor portuense figura citado en el imaginario Libro de Honor de historia local por haber conseguido hacer realidad un viejo sueño de nuestros abuelos: un espacio escénico multiuso, un teatro de estilo italiano, de los llamados de herradura, con un aforo de mil quinientas personas. Para distinguirlo de los otros existentes, más modestos y antiguos, se le bautizó como “Teatro Principal”. Desde mediado el siglo XIX hasta casi el último tercio del XX seis generaciones de nuestros paisanos, “Gente de El Puerto”, disfrutaron de sus espectáculos. Ya conocen como acabó: hecho cenizas. Afortunadamente, ocupa su espacio cultural, en otra ubicación, con el estilo y uso que marcan los tiempos actuales un nuevo teatro al que han dado, acertadamente en mi opinión, el nombre del popular comediógrafo local: Pedro Muñoz Seca. Para conocer en profundidad sus antecedentes familiares, pueden hacer click aquí con el ratón, o ir directamente a los comentarios de esta nótula.

Los fundadores de esta saga familiar portuense de los Martínez, algunos de cuyos  descendientes directos, correspondiente a la cuarta, quinta y sexta generación continúan residiendo en El Puerto de Santa María doscientos y pico años después, (Galarza, Álvarez Campana, García Valdeavellano, Govantes y Pico), fueron el matrimonio formado por el riojano Juan Antonio Martínez Guas y la madrileña Eusebia Segura España. Se habrían casado en Cádiz en fecha que no hemos podido determinar, estando residiendo en El Puerto con anterioridad a 1789, año en el que figura inscrito en el Censo de frutos civiles y manufacturas de la localidad como propietario de una tenería o fábrica de curtido, nombrada “Nuestra Señora de los Dolores”, situada en la calle Pozos Dulces, cercana a la ribera del Guadalete, aproximadamente a la altura del espacio que ahora ocupa el aparcamiento frente a la iglesia conventual del Espíritu Santo.

sardineria3_puertosantamariaCuando nació nuestro personaje, sexto hijo del matrimonio, habían traspasado el negocio de tenería, manteniendo una participación en el mismo. La madre había recibido una suculenta herencia al fallecer su padre, miembro destacado de la burguesía comercial madrileña, adquiriendo la casa palacio de calle Sardinería 3 –actual Javier de Burgos- en la que se instaló toda la familia hasta que se mudaron a Larga 119 antiguo, que correspondería al 68 actual en el primer tercio del s. XIX. Así pues, en los primeros años del siglo citado, encontramos a don Juan Antonio convertido en rentista, especulando en diversos campos de los negocios y... metido en política, ocupando el cargo de Regidor interino en el consistorio municipal.  Su familia, de la que apenas hemos dado algunos datos genéricos se había visto incrementada con dos nuevos hijos: Críspulo Restituto, que nació el 10 de junio de 1800 y Rafael José, en benjamín familiar, que vino al mundo el 24 de octubre de 1801. Los otros, nacidos todos ellos en el siglo XVIII, fueron, de mayor a menor, Manuel, Vicente, Celestina, Maria de los Dolores, José, Miguel y Juan Manuel. Tres de los citados fallecieron en plena juventud, en estado de soltería todos ellos.  José,  falleció cuando la familia vivía aún en la casa de calle Sardinería  de la que se mudaron cuando abandonaron las tropas francesas la ciudad, siguiéndole Maria Dolores en 1813 y, finalmente Vicente, en 1817. (En la imagen, fachada de la casa de Sardinería, 3, recientemente restaurada. Foto AGR).

CUMPLEAÑOS CON EL SIGLO.
Críspulo Martínez cumplía año con el siglo. Singular personaje  de una época en que todo en nuestra ciudad giraba en torno al negocio del vino, en el que no tenemos constancia participara. Extrovertido,  emprendedor, imaginativo, oportunista… tocó casi todos los palos del mundo de los negocios para los que tenía un don especial y un atrevimiento inusual, amén de una amplia experiencia de los años que pasó en Cuba.

nacecrispulomartinez_puertosantamariaEn 1829 contrajo matrimonio con Elena Picard Golf, unión que duró treinta años, hasta el fallecimiento de la citada, ocurrido el 5 de mayo de 1859, cuando estaba enfrascada en los preparativos de la boda de su hija mayor.   Tuvieron cuatro hijos: Julia, Guillermo, Elena y Juan Antonio Martínez Picard, permaneciendo don Críspulo viudo hasta su fallecimiento. La hija mayor,  Julia Martínez Picard, a pesar de la tragedia familiar, se casó en la fecha que tenía prevista, el día 15 de mayo, sin celebración lógicamente, con Enrique Carrera Ravina. Falleció  Julia en 1888, sin  descendientes, heredando  los hijos de su hermano Juan Antonio. Entre los bienes, destacaba una extensa biblioteca, en la que figuraban los libros mas populares y leídos de su época y una hacienda de viñas con caserío y frutos nombrada “La Julia” situada en el camino viejo de Rota, finca que aún conserva este nombre. Su hermana Elena, se había adelantado a la primogénita contrayendo matrimonio unos años antes, en  1855, con un joven sanluqueño: Manuel Rodríguez Roldán. Tuvieron  tres hijos: Elena, Luisa y Enrique Rodríguez Martínez.  El hijo menor de Críspulo  fue el más prolífico. Los descendientes de Juan Antonio Martínez, muchos de los cuales viven integrados en la sociedad portuense actual, entroncaron con otras familias estimadas en la localidad, multiplicándose ampliamente.

planohabana_1850Y el otro varón, Guillermo, acompañó desde muy joven a su padre en lo que podemos considerar su etapa cubana de negocios, amplio periodo de tiempo del que apenas tenemos información, nunca volvió a El Puerto, avecindándose de forma definitiva en la capital cubana, sin que tengamos otras noticias de él aparte de su emigración voluntaria y de los poderes que dio a su hermano Juan Antonio para representarlo en el reparto testamentario de su padre.

DON CRÍSPULO, HOMBRE DE NEGOCIOS.
Buena parte  de los negocios de don Críspulo, al menos  los que hemos podido conocer,  estaban basados en la especulación pura y dura. La venta de numerosos bienes clericales, consecuencia de las decisiones de los políticos de la época (las desamortizaciones), interpretando el malestar social existente al respecto, sería terreno abonado en el que se movió con diligencia y gran “vista comercial” nuestro personaje que compraba y revendía obteniendo beneficios, supuestamente, al mismo tiempo que mejoraba su solvencia personal con todos estos movimientos de capitales, que casi cuenta eran propios, curiosamente, obtenido mediante prestamos que pagaba fraccionado con pagarés o créditos hipotecarios sobre los inmuebles y propiedades que adquiría. La compraventa de casas, accesorias y solares sin edificar  fueron una constante en la activa vida de don Críspulo. Realizaba obras de mejoras, segregaciones, permutas, intercambios y toda suerte de trapicheos conducentes a rentabilizar lo adquirido de tal suerte que, a la hora de volverlo a vender, se obtuviesen los mayores beneficios.  En los expedientes de licencia de obras de estas décadas intermedias del siglo XIX pueden comprobarse algunas de las acciones citadas, referidas a casas en calle Santa María, Ganado, Luna, Nevería o Aurora.

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La Casa de la Torre, vista desde el crucero de las calles Luna con Larga. A la izquierda está hoy la tienda de Talgo. A la derecha, en el edificio desaparecido, la sucursasl de un banco de las Vascongadas. (Foto Colección Antonio Leveque).

LA CASA DE LA TORRE.
Las dos adquisiciones mas notables en lo que a inmuebles se refiere fueron: la casa nº 7 de calle Nevería, llamada “de la Torre”, que estaba apreciada en más de trescientos mil reales, adquirida al Estado en 1860. Esta casa formaba parte del complejo construido por los jesuitas para hospicio,  centro de enseñanza y alojamiento de los numerosos miembros de su comunidad, que ocupaba parte de la manzana entre Nevería y San Bartolomé, de esquina a esquina, siendo la torre, inconclusa como el resto del edificio que no llegó a finalizarse al producirse la expulsión de la Orden, el campanario de la iglesia. Críspulo Martínez intentó conseguir permiso para derribar la torre no sabemos con que objeto, posiblemente para obtener una mejor distribución de las estancias o habitaciones para su alquiler.

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A título de curiosidad informamos que esta torre, debido a su altura,  fue utilizada durante la Guerra Civil como lugar de vigía, instalándose en la plataforma  superior o azotea, los dispositivos de alarma antiaérea para avisar a la población civil en el supuesto de amenazas de bombardeos.

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La Plaza del Carmen a finales del siglo XIX. A la izquierda la Casa de la Aduana, al fondo, el Castillo de San Marcos, en segundo término una nave  auxiliar para la  industria de la pesca y delante muelle embarcadero; a la derecha al fondo el que sería Colegio de la Pescadería y el Palacio de Aranibar. (Foto: Centro Municipal de Patrimonio Histórico).

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La Casa de la Aduana en el año 2002. Ha desaparecido la espadaña que coronaba la linterna del edificio. Donde estaba la Casa del Carmen, los edificios de viviendas y la desaparecida Cofradía de Pescadores. (Foto Mata).

CASA DE LA ADUANA.
La otra adquisición importante fue la “Casa de la Aduana” llamada así por haber tenido esta utilidad durante muchos años, aunque realmente fuese construido este bello edificio por el Estado como Real Fábrica de Arguardientes y Licores, cuando ostentaba el monopolio de producción de esta modalidad alcohólica. El frente principal del edificio que en la actualidad está reconvertido en sus pisos altos en un establecimiento de hospedaje, con otros negocios de hostelería en su planta baja, ocupa toda la extensión de la calle Maestro Veneroni, dedicada a uno de los insignes músicos que dirigieron la Banda Municipal. Mediado el siglo la fachada se abría a una plaza entonces denominada de la Pescadería y antes llamada de la Herrería.

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Interior de la Casa de la Aduana. Escaleras de acceso al establecimiento de hospedaje situado en la actualidad en los pisos superiores del edificio. (Foto AGR).

Ocupaba una superficie de 3.294 metros cuadrados, siendo escriturada a su nombre en1862, adquiriéndola en poco más de 300.000 reales mas intereses,  fraccionando el pago en pagarés de vencimiento anual por importe de 20.413 reales cada uno. A este emblemático edificio portuense, en el que se instaló, añadió los solares y cobertizos existentes a espaldas del mismo, entre este y la casa de las Cadenas, labrando en parte de ellos tres naves de bodegas. Estos terrenos los adquirió a Enrique Carrera Ravina ese mismo año, con meses de diferencia. Todos ellos, así como la Casa de las Cadenas que en esa fecha pertenecía al conocido armador Andrés Sabonés formaron parte del patrimonio de los herederos de la familia Vizarrón, perteneciendo hasta pocos años antes al Marqués de Perales que había vendido a censo a los mencionados Carrera y Sabonés. Concretamente el censo con  que figuraban gravados  los terrenos adquiridos por don Críspulo ascendía a la nada despreciable cantidad de 66.666 Reales.

SEGURO MILITAR

Uno de sus negocios de juventud lo realizó en sociedad con su madre y sus hermanos Manuel y Rafael. Todos ellos crearon una especie de compañía aseguradora que garantizaba a sus asociados o en su caso,  a los hijos de estos, mediante el pago  de una modesta cuota, liberarles del servicio militar en el caso de entrar en el cupo que cada año se sorteaba, bien mediante el pago del importe del rescate al uso en los soldados por sorteo o, incluso, “poniendo sustitutos a los individuos que se inscriban y les toque la suerte de soldados.”   Para garantizar el cumplimiento de este compromiso y obtener la licencia municipal la familia Martínez Segura hipotecó la casa de Sardinería, 3, hipoteca que perduró casi cincuenta años. (Continuará).

(Textos: Antonio Gutiérrez Ruiz.)

Del trabajo inédito:  PERSONAJES PORTUENSES  DEL SIGLO XIX.

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Armando Hutchion Azcuy nació en La Habana (Cuba) en 1957. Su apellido paterno es de procedencia inglesa, de donde era su abuelo y el materno, cubano, pero de tatarabuelo vasco. Por medio cruce de razas y culturas, fusión de apellidos y vuelta a la España materna, esta vez al sur, en el año 1999. Es Graduado en Sonido por el Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC). En la actualidad trabaja en el mundo de la hostelería en la Taberna La Galera Real, en la plaza del mismo nombre. Está casado y tiene dos hijos de su primer matrimonio.

logorhcaniSONIDO, RADIO, IMAGEN...
Tras la graduación en el ICAIC, Armando trabajó durante 16 años como técnico de sonido de radio en Radio Habana Cuba, la emisora internacional de su país de nacimiento. Cuba, reconoce, es su patria, a la que no olvida y a la que acude anualmente a visitar a la familia y a encontrarse con sus raices “a inyectarse cubaneo”. Allí conoció a su mujer, la periodista porteña, profesional de Canal Sur Radio, Ketty Castillo, ya que nuestra paisana era corresponsal de dicha emisora. Desde el año 2000 vive en El Puerto, desde donde ha trabajado tocando diversos palos, algunos relacionados con su profesión: para una productora audiovisual radicada en Sevilla, VIDYSON, a cargo de la infraestructura para congresos: sonido, cámaras, ordenadores, pantallas, etc.; ha trabajado, igualmente, como ayudante de cámara para el equipo de Andalucía Directo, en Cádiz; como ayudante de cámara, también, en el rodaje de la película Meucci.

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LA HOSTELERÍA.
También ha trabajado la hostelería, regentando un bar de tapas en la calle Jesús de los Milagros, La Bodegona, junto a La Colonial, conocido lugar de música caribeña. Precisamente, cuando Armando habla de músicas y bailes cubanos, no se refiere a la salsa, invento fusión entre Norteamérica y los países caribeños «--Allí se baila el casino, los boleros, el tango, el son, el danzón, la rumba y ahora, los más jóvenes, el regatón. Por supuesto, yo bailo como cualquier cubano». En la actualidad nuestro protagonista continúa en la hostelería trabajando en la Taberna La Galera Real, despachando vinos finos de El Puerto. No puede mejor mano de cubano ofrecer una copa de vino porteño.

EL PUERTO DE ACOGIDA.
Y es que, Armando, afirma sentirse especialmente acogido en nuestra Ciudad, donde los caracteres son muy parecidos, aunque el portuense -el gaditano en general- «está más acelerado que el cubano», algo que le recuerda al autor de esta nótula el anuncio del Ron Coco Malibú "Me estás estresando".  Armando afirma que el sentido del humor, el doble y hasta el triple sentido gaditano se da también en su país de orígen. Le llamó especialmente la atención el uso del “Ojú” que, según como sea dicho significa una cosa u otra, como tantos palabros de la Bahía de Cádiz. «--En La Habana tenemos una palabra sinónima de “Quillo”, para llamar a un amigo, a un hombre, no a una mujer: “Acere”, aunque no se de donde proviene». Y es curioso, en La Habana vieja existen calles con el mismo nombre de calles porteñas: Micaela Aramburu, Puerto Escondido, Cielos, Cruces, San Francisco, San Bartolomé, o como la gaditana calle de Apodaca.

icaicINSTITUTO CUBANO DE ARTE E INDUSTRIA CINEMATOGRÁFICA. (ICAIC).

Ha conocido a algunos de los miembros fundadores del ICAIC, los músicos Silvio Rodríguez o Pablo Milanés, entre otros miembros de la denominada Nueva Trova Cubana. Y a Vicente Feliú, a Compay Segundo o la Orquesta Van Van. Del mundillo cinematográfico a Jorge Perugorria “el Pichi”, Vladimir Cruz, Daisy Granados, etc... «El Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC) es una institución de Cuba dedicada a la promoción de la industria cinematográfica que fue creada en 1959, a 83 días del comienzo de la Revolución Cubana.

97857d4243b4c3c9a01961ce65751dEl principal evento del ICAIC es el Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano. A principios de la década de los sesenta, esta institución auspició la creación del Grupo de Experimentación Sonora del ICAIC, como un colectivo de trabajo para la creación de música para documentales y películas. Con esto se pretendía relanzar la perspectiva de la música cubana fuera de los criterios del mercado. En pocos años la producción de filmes del ICAIC adquirió prestigio internacional, avalado por centenares de premios en todos los festivales del mundo; y en específico el documental fue saludado como un verdadero aporte al cine mundial. Apareció así lo que ha dado en llamarse, la Escuela Documental Cubana». (W). (En la imagen, Jorge Perugorria, 'el Pichi').

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salvadorcortes_elchigui_puertosantamariaSalvador Cortés Núñez, “el Chigüi”, aunque nacido en la Línea la familia lo trajo pronto para El Puerto al venirse a vivir aquí. Habitó en la calle Javier de Burgos, en el tramo comprendido entre Cielos y la Plaza de Isaac Peral, en la casa existente frente a Jesús Cautivo. Allí se hospedaron las fuerzas del orden y Cándido, un sobrino de Jaime Ostos... Su padre trabajó de camarero en el restaurante “El Resbaladero” y su madre, gitana, vendía telas y sábanas. El sobrenombre de “el Chigüi” afirma, puede venir porque de pequeño era delgado como una cigüeña. De pequeño acompañaba a su madre en sus transacciones comerciales. Estudió en las Escuelas Profesionales de la Sagrada Familia. Recuerda que de pequeño lo querían expulsar --la afición por ser instruido le vendría con 60 años-- pero era un buen matemático que salió sin el título de Mecánico Tornero, pero eran tales sus habilidades que le entregaron un certificado que avalaban sus conocimientos y saberes. Recuerda a Leonardo Romero Maure, a Diego Mora, sus profesores, con auténtica veneración.

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De izquierda a derecha: José Suárez Herrera, Salvador Cortés 'el Chigüi', Joaquín Arroyo, Miguel Gatica Peinado, Sebastián Cordero Hurtado y Luis Cota Ruiz, en el taller.

Cuando termina los estudios obtiene, gracias a la recomendación del Colegio, en la fábrica de Santana en Linares (Jaén), por entonces la única industria de fabricación de coches en nuestra tierra andaluza. No pasa mucho tiempo sin que se canse de donde está y se viene para El Puerto. Así, pide la cuenta y se viene a trabajar en el taller de Eduardo Merino, cambiando la moderna tecnología por la vuelta a los orígenes de un taller humilde.

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El Chigüi con barba y gorra, en el centro de la imagen, en Lagos (Nigeria).

ri_logo_aMás tarde se entera que una compañía norteamericana, la Raymond International Inc, está buscando especialistas para trabajar en Lagos (Nigeria) reparando máquinas de extracción de petróleo. En las pruebas de la convocatoria celebrada en Madrid sale el primero ante una fuerte competencia y vía Londres viaja a Tejas (EEUU), donde se forma. Pasaría en el país africano entre 1976 y 1980. Allí, recuerda, concertaban la explotación de un pozo por un año y, a cambio, la multinacional tenía que construir una carretera.

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Vista aérea de la fábrica de botellas Vidrieras Palma (VIPA), en primer término el campo de fútbol Eduardo Dato y al fondo, tras las casistas de la playa que tenían en sus aceras, alternándose, un ancla y un racimo de uvas, el río Guadalete, con los barcos entorno al Club Náutico.

De vuelta a España vino a quedarse y se colocó en VIPA (Vidrieras Palma) pero con tan mala suerte que, a los dos años de llegar, ésta cerro en 1982, a causa de la caída del mercado así que, decidió dedicarse a la venta ambulante, ocupación que mantiene  su mujer, Juana Cortés Jiménez, a la que podemos ver con un puesto en la Placilla.

chigui_6dias_puertosantamariaHa escrito sendos libros sobre sus vivencias, mezcla de ficción, de parábolas, de enseñanzas, de sus pensamientos y reflexiones, de su biografía, donde se pueden extraer interesantes conclusiones. Forman parte de una trilogía inacabada que, afirma Chigüi, pronto verá la luz el libro que cierra el ciclo. El primero, del año 2000, lleva por título “Seis días en el Puerto de María” y el segundo del año 2005 “Tres días en El Puerto de María”. En los dos volúmenes lleva el subtítulo de “Yo el Chigüi, amigo del Peregil”. La edición de ambos ejemplares se la ha pagado él de su propio bolsillo, sin ayuda ni subvención de ninguna clase. Los regala a quien sabe apreciarlos «--Es una manera de devolverle a El Puerto lo que El Puerto ha hecho por mí». (En la imagen, portada de su primer libro, 'Seis días en el Puerto de María', editado en el año 2000). Dedicatoria al autor de la web, su libro:
"Primera parte de la trilogía inacabada. Para Dn. José María Morillo, con cariño.
Una gitana llorando
como no sabía rezar
al Dios de todos los tiempos
le cantaba por soleá.

Yo el Chigüi amigo del Peregil»

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LAS MALLAS DE TERRY
«Cada una de las vecinas ha sacado dos sillas, una para sentarse y otra para ponérsela por delante con el espaldar metido entre las piernas y enganchar con la perilla los hilos de seda color de oro que han de formar la malla.
Lo primero es hacer el gorro, la parte que entra en el gollete de la botella, es la parte más difícil de hacer. Yo todavía no he podido aprenderlo, así que espero a que terminen uno para ayudar haciendo los nudos grandes que son más sencillos. Ellas en la perilla de la silla sujetan seis hilos de seda después de haberlos anudados por las puntas uniéndolos entre si de forma cruzada como si fuera una trenza, de esta forma se va formando el gorro muy compacto. Cuando una de ellas ha terminado el primer gorro, me lo da a mí y yo voy anudando las seis puntas entrelazadas unas con otras para formar los rombos grandes que cubren la botella. Tengo como herramienta, un billete de tren, esto es, un cartón de dos centímetros de ancho por ocho de largo, el ancho del cartón es la medida exacta entre nudo y nudo, de esta manera salen todos los rombos iguales y parejos. Cuando la tengo terminada, se prueba metiéndola en una botella de litro de Terry, se aprieta fuerte por la base y una de las mujeres da el visto bueno. Estas mallas se van uniendo en paquetes de doce para meterlas en una caja de cartón hasta que viene Cressi por ellas». Fragmento del libro “Tres días en El Puerto de María” de Salvador Cortés Núñez, “el Chigüi”. Año 2005. (Mas información de las Mallas de Terry en la nótula 151, “Soledad Peña y las mallas de Terry”).

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En el Bar Vicente. Detrás del mostrador, Vicente Jr. Al otro lado, Luis Suárez Ávila, Salvador Cortés Nuñez y Navarrito de espaldas. (Foto JMM).

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antoniocollantesramos_02_puertosantamaria1Antonio Collantes Ramos nació en la calle Mazuela núm. 6, frente a la fragua de Curro Canales, el 7 de noviembre de 1947, segundo hijo del matrimonio formado por Antonio y Milagros. Aquella unión duraría poco; su padre, panadero de profesión murió de leucemia a los 33 años dejando a su madre viuda con 28. Su madre se casó con el hermano de su padre, viudo también, que venía con una prole de siete hijos, más los tres de su madre, mas uno que tuvieron en común, formaron una familia mas que numerosa, entre hermanos, primos hermanos, entenaos y hermanastros a la vez.  Está casado con Ángela Ruiz González, de cuyo matrimonio celebrado en 1973,  tienen tres hijos.

APRENDIZ DE BARBERO.
Antonio estudió en el Colegio del Polvorista y a la vez se buscaba la vida, con la edad de 9 años, como aprendiz de peluquero en la Barbería de La Placilla, frente a la tienda de frutas y verduras de Agustín Vela. Como no le daba tiempo a todo, cambió los turnos. Así, su jornada laboral empezaba a las 9 de la mañana y acababa cerca de las 10 de la noche para, a continuación recibir clases desde las 10 de la noche hasta las 12 en el Colegio de los Jesuitas.

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Casa de Vecinos de la Calle Mazuela. Año 1954. El primero en el centro nuestro protagonista, con 7 años; a su derecha 'el Vivi', Vicente Arniz, electricista industrial. Arriba, de derecha a izquierda, su vecino Juanito que falleció muy pequeño; María, la hija de 'el Bicho'; Vicente, hijo de Mateo, el barbero de la calle San Juán esquina con Zarza, barbería que estaba frente a la actual farmacia y Antonio 'el Bicho' hijo de monosabio de la Plaza de Toros.

antoniocollantes_004_puertosantamaria (En la fotografía de la izquierda de la imagen, Antonio, Felipe Romo 'el Lúa' y Joaquín Albert, el virtuoso guitarrista, vestido de deportes, en el Campo d ela Gimnástica, en 1959). A partir de las 12 de la noche jugaban a la pelota en los alrededores de la Plaza de Toros y a continuación se marchaba a su casa a cenar lo que hubiera para dormir agotado de la larga jornada. Al día siguiente, a las 8 de la mañana, otra vez en planta.  Como recuerda Antonio, en la barbería estaba desde las 9 de la mañana de los lunes hasta la hora del fútbol del domingo en la que, los parroquianos que quedaban en dicho ‘centro social’ marchaban a ver el partido del Racing o del que tocara, a eso de las cinco de la tarde.

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Bueno, en honor a la verdad hay que señalar que Antonio salía un poco antes pues, junto a su amigo Felipe Romo Martínez ‘el Lúa’ liaban las vendas que los jugadores de los equipos se quitaban antes del partido, lo que les permitía ver el encuentro gratis. Todo un detalle de Manuel Jarque, Chicharito (con nótula propia en Gente del Puerto) que les permitía divertirse con una de las pocas oportunidades que había para ello en aquel tiempo: el fútbol. Antonio, que era chico de los recados para las tiendas de la Plaza y alrededores tiene muchos recuerdos de aquel mercado que desarrollaremos convenientemente y con nótula propia en su momento. Entre recuerdos al restaurante económico  La Placilla, de Manuel González Ceballos,  o el Bar de las Liebres, están los bocadillos de recortes de chorizo que Leopoldo Castiñeira Gómez le preparaba como pago a los ‘mandados’ y evoca otro cariñoso recuerdo a su benefactor Manuel Gutiérrez ‘Cochino’ el tío, que le compró sus primeros zapatos. (En la fotografía, Antonio, Felipe Romo, 'el Lúa', Pellicer y Roberto Domínguez de los Reyes --tuvo una hamburguesería frente al Hotel Los Cántaros, que ahora vive, paralítico, en La Coruña. En 1959, recuerda Antonio, se conjuntó el mejor equipo de Rácing: Ginesta, Vaquero, Vilariño, Valdés, Hernández, y Tapia, con el que aparecen en la foto. Entonces jugaba con el Algeciras en Jerez y dejó tan buen recurdo que los chavales fueron a visitarlo al campo de la ciudad vecina en 1961, cuanto contaba Antonio con 14 años).

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Antonio, en primer término, en la peluquería de Cuqui. Éste, en el centro de la imagen, atendiendo a un cliente con la navaja, ante la presencia de su joven hermano Juan.

SU MAESTRO, CUQUI.
Antonio permanecería en La Placilla hasta los 13 años. Francisco Varo Marchán, Cuqui, abre su primera barbería recién licenciado en Infantería de Marína, en la calle Cielos y sorprende a la ciudadanía con un innovador corte de pelo: el corte a navaja. Tal es su éxito que busca un aprendiz. Daniel Otero Rascón conocía a Antonio y conocía su formalidad y forma de trabajar y lo recomienda a Cuqui. Allí permanecerá hasta los 21 años, siendo su verdadero maestro en la peluquería, hasta que le toca hacer el servicio militar.

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Durante el Servcio Militar, Antonio coincidió en Almería con el rodaje de la película Patton, de la que fué extra para la ocasión, posando en la fotografía con algunos compañeros en el papel de soldado alemán.

EL GENERAL PATTON.
Antonio es destinado primero al Campamento de Instrucción de Reclutas en Viator (Almería), donde tendrá la oportunidad de actuar como extra en la película El General Patton, en la que ganaba en 1968 sus buenas pesetas diarias. Mas tarde sería destinado al Regimiento de Ingenieros de Sevilla donde ejercería de peluquero. Allí fue  compañero de Pinto, el hermano bailarín de Pansequito y del otro Chicharito, también de nombre Manolo que trabajaba para los Nuchera y que pintaba los rótulos y carteles del Teatro Principal hasta que se quemó este anfiteatro hace 25 años.

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En el Parque Calderón en 1963. De izquierda a derecha: Juan Luis el de la ferretería; desconocido, el dessaparecido Vicente Femenía, Lolo Pérez primo del cristalero, Antonio y Pepe Mesa, que posa como limpiabotas, y que fué boxeador  y hostelero (tuvo, enre otros, el Bar Rocío en la calle Sierpes).

antoniocollantes_003_puertosantamariaSU PRIMERA PELUQUERÍA.
A la vuelta del servicio militar Cuqui le dice que su hermano ha sido instruido en el oficio y que ya no necesita de sus servicios. Así, Antonio se establece como autónomo pagando 200 pesetas mensuales por tal concepto, e instala en 1970 su primera peluquería en la calle Federico Rubio, en el tramo comprendido entre las calles Conejitos y Gatona. Serían clientes asiduos Luis Marroquín ‘el Maño’, Alfonso Marín y otros. A los pocos años se desplaza un poco más abajo, en la misma calle Pozuelo e instala su segunda peluquería, precisamente en el kiosco librería donde compraba a diario la prensa, donde permanecería hasta 1986. (En la imagen, Antonio a las puertas de la peluquería de Cuqui, donde aprendió la profesión).

LA ACTUAL PELUQUERÍA.
En 1986 había formado a una hermana y a un primo hermano en el arte de la peluquería de caballeros, que es como Antonio define a su tienda. Aunque desaparecida la antigua clasificación de barberías, peluquería de caballeros y peluquería de señoras, hoy todos los establecimientos de corte de pelo son peluquería unisex, en la nueva peluquería que adquiere Antonio en la Avda. de la Constitución (en los bajos de los pisos verdes, donde estuvo el Campo Eduardo Dato) se arreglan el pelo mayoritariamente caballeros y niños. Pero como no hay discriminación alguna señora y señorita también han pasado por sus sabias tijeras.

Recuerda Antonio que el año 1986 fuel el de la implantación del IVA. Y da un ejemplo. En el último trimestre de 1985 el ITE (Impuesto de Tráfico de Empresa) era de 38.000 pesetas; por el contrario, el primer trimestre de 1986 era de 380.000, lo que reflejaba el cambio económico de este país. Otro cambio significativo para  la economía de todos lo supuso la llegada del euro en el año 2002. En la actualidad la peluquería es atendida por cinco operarios.

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Antonio ejerció como jurado de las Coquineras en el primer Carnaval que se recupera recién estrenada la democracia en los ayuntamientos: de izquierda a derecha: el concejal Manuel Rodríguez, Juan Revuelta Perea que tenía un gimnasio, nuestro protagonista Antonio, Mario Peluffo concejal y presidente del jurado, Mari Carmen, el fotógrafo Pepe Ferrer y Juan Leiva Morón, hijo de Severo el del carrillo, con nótula propia en Gente del Puerto.

EL CLIENTE QUE VINO A DESPEDIRSE.
Antonio es un peluquero de éxito, estable, que organiza muy bien el tiempo del cliente, al que respeta. Valoran mucho su discreción, aparándose del concepto de barbería antigua. Un psicólogo árabe al que trató llegó a decirle: “--Vd. ha acabado con la peluquería como lugar de encuentro tradicional de charla, de encuentro social: aquí uno viene solo a pelarse”. Antonio tiene buenas costumbres: no habla de sus clientes y, en el sillón nunca les pide un favor. “—Hay que respetar al cliente”, insiste.  Recuerda a un desaparecido parroquiano suyo, D. José, Administrador de Obras del Puerto. Era cliente suyo desde hacía más de 20 años. Y estaba recién llegado de Pamplona, donde le habían diagnosticado una enfermedad incurable, dándole solo una semana de vida. Don José se plantó en la peluquería y le espetó: “—Vengo a despedirme de Vd. Me ha pasado esto y quiero agradecerle que, durante todos estos años me haya tratado con la discreción que yo buscaba. Es Vd. de los pocos señores de los que me voy a despedir”. Y, efectivamente, a la semana se murió.

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La Plasmatoria, representada en el Teatro Principal en la década de los sesenta. De izquierda a derecha, Antonio Leal, Encarnita Roso, Eduardo Teja, Jenny, José Peña Argudo, Encarna Pacheco, desconocida, Antonio Collantes, desconocido, Juan Conejo y Mari Cruz. De rodillas, Federico Arjona.

AFICIONES: EL TEATRO Y LA BICICLETA.
Antonio es polifacético. Actor aficionado, senderista, ciclista y jugador de tenis (se hizo socio del Club Náutico en1986 participando durante 20 años en torneos de aficionado) o de dominó entre otras de sus múltiples aficiones. Le gusta el teatro y ha sido actor aficionado. Recuerda que, antes de marcharse al servicio militar actuaba con el grupo Teja Teatro, representando La Plasmatoria, con Paco Teja, Arjona, Juan Conejo, Mari Cruz, Encarnita Pacheco,… y El Sonámbulo. E incluso, durante la mili, participó en alguna función tearal para distraer a la tropa: El Número Ciento, sainete cómico. Todavía conserva los antiguos libretos, mecanografiados, de los papeles o personajes que le correspondieron.

antoniocollantes_bicicleta_puertosantamariaEL PUERTO-PUENTE GENIL EN BICICLETA.
Con la bicicleta ha hecho el Camino de Santiago dos veces, entre otros recorridos. El último, durante el pasado abril, entre El Puerto y Puente Genil, siguiendo el curso del río Guadalquivir, haciendo un total de 561 kilómetros en la ida durante una semana, acompañado por su mujer Ángela. El primer día fue El Puerto a Sanlúcar, por el Cortijo ‘La Negra’; luego vendría Bonanza y Parque la Algaida por el camino de Las Compuertas, haciendo noche en Lebrija; mas adelante cruzaron con una barcaza e hicieron noche en Coria; a continuación vendría el recorrido hasta Lora del Río; el siguiente paso fue Córdoba haciendo la ruta de la Subética; luego vendría Montoro, Jaen y Suero, finalizando en Puente Genil pasando por Lucena, Cabra, … Regresando a El Puerto en ferrocarril. (En la fotografía, Antonio y Ángela, en el Pinar de la Algaida, durante su último periplo en bicicleta).

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Fotografía del paseíllo en el coso del Mesón el Jerezano, domingo 29 de abril de 1973.  De izquierda a derecha: José Luis Benjumeda Molleda, Marqués de Pezagua; José Luis Galloso y Manuel Gutiérrez Morillo, Manolito ‘el Cochino’. Detrás de Neno, Marqués de Pezagua; Luis Sánchez y Sánchez, ganadero portuense y gran colaborador del festival. Un poco más retrasado Pepe Acosta, esposo de Ana Mari Devesa. Antonio Agarrado Lobato. Atrás de Manolito ‘el Cochino’. Francisco Ruiz Muñoz, Paco 'Betordo’ conocido empresario porteño gaditano que tenia en los años 70, en la Casa de la Aduana, próximo al Bar La Lucha un establecimiento de utensilios marineros. Viajero empedernido, dió  varias vueltas por el mundo. Personaje muy querido por la gente de la mar y en el plantel de jugadores y directivos del equipo de futbol del Racing de los años 70. Por último, después de ‘Betordo’, Trujillo. (Foto Carretero).

En aquel Viernes Santo del 20 de abril de 1973, se mezclaron llantos y emociones y un costalero del paso de palio que al llegar al muelle pesquero fue requerido urgentemente para que acudiera al nacimiento de su primogénita. Por aquel entonces se pagaba por parte de las hermandades para salir de costalero y las necesidades y el hecho de dejar a sus compañeros el trabajo hizo que continuara su labor hasta la recogida del Nazareno. Alfonso Terry Muñoz, Hermano Mayor de la Fervorosa, Ilustre y Antigua Hermandad y Cofradía de Nazarenos de Ánimas de San Nicolás de Tolentino, Nuestro Padre Jesús del Nazareno, María Santísima de los Dolores, Orden Tercera de Servitas y Santa Cruz de Jerusalén, quedó impresionado por el comportamiento del costalero y cuando fue informado de las necesidades familiares, entre las que destacaba que no contaba con una vivienda adecuada, sugirió la posibilidad de ayudar a la familia del cargador.

Se puso manos a la obra con las tareas de recaudar fondos y un día después recaló por el Rincón de Neno en Valdelagrana, donde por cierto se encontraba Manuel Gutiérrez Morillo, Manolito ‘el Cochino’. Alfonso Terry, explicó detalladamente a José Luis Benjumeda Molleda, Marqués de Pezagua, (Neno) lo que había sucedido el Viernes Santo, contando con el beneplácito de Manolito ‘el Cochino’ que había presenciado la proeza del costalero.

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Galloso, el Marqués de Pezagua y Manolito ‘el Cochino’.que recibía la ‘alternativa’ Se puede ver a la derecha de la foto a Paco Bernal Peregil, Paco ‘Ragel’, mozo de espada del torero José Luis Galloso. Arriba, entre el público, José González Pereira, Maruja Forte, Ana Mari Devesa Sánchez, Aída Horh. (Foto Carretero).

El Marqués de Pezagua, asombrado sugirió la idea de celebrar un festival taurino a beneficio de la familia. Y dicho y hecho. Sin demora, conectaron aquella misma noche con el torero José Luis Galloso que se ofreció actuar como director de lidia poniendo a disposición de la organización su cuadrilla. Ante la grata presencia del matador Galloso, el Marqués se ofreció a torear y reaparecer de nuevo en un festival. La primera vez lo hizo en la Plaza Real el día 30 de mayo de 1944, y salió a hombros. Manolito ‘el Cochino’, se adjudicó rápidamente un puesto y se incorporó a la terna. Las cuadrillas correspondientes estaban formadas, por pescaderos de El Puerto y Jerez, la del ‘Cochino’ y la del Marqués de Pezagua, cliente asiduos, conocidos como goteras, también de las dos ciudades hermanas.

Ya con el cartel configurado, Alfonso Terry Muñoz, seguidamente se entrevistó  con el ganadero portuense Luis Sánchez y Sánchez, esposo de la rejoneadora jerezana Emi Zambrano, quien además se donar tres novillos se brindó a ir de subalterno del Marqués de Pezagua.

El domingo 29 de abril, nueve días después de la salida del Nazareno y de la más que destacable acción del costalero, José Luis Galloso, que ya había comenzado su temporada taurina, tomó el mando y decidió que se abrieran las puertas del coso taurino del Mesón del Jerezano, situado por aquel entonces en la carretera de Fuenterrabia,  donde más tarde estuvo ubicada la discoteca Pachá-05. Lleno hasta la bandera. El paseíllo se inició a las cinco de la tarde en un día esplendido y resulto bonito y muy profesional.

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Final de los festivales taurinos-benéficos campaña costalero. De izquierda a derecha: Alfonso Terry, Neno y Manolito ‘el Cochino’. A José Luis Benjumeda Molleda, Marqués de Pezagua y Neno para los amigos, se le nota cansado después de la lidia y de la otra hazaña, más sonada que la del coslatero: La de una buena acción por una causa justa con final feliz.

El maestro Galloso, se mostró entregado toda la tarde, especialmente con el festival benéfico y muy pendiente de sus compañeros de lidia. Después de una destacable actuación y de matar de manera genial a un novillo bien hecho y bravo le cortó las dos orejas y el rabo.

Manolito ‘el Cochino’, estuvo a gusto con el novillito. Era la primera vez que toreaba y pocos confiaban en que consiguiera acercarse al torito. Sin embargo, dio unos muletazos bastante aceptable y fue muy aplaudido al final de la faena por sus incondicionales.

José Luis Benjumeda  Molleda, Marqués de Pezagua, se fue a porta gayola y pegó dos medias largas de rodillas muy ajustadas que pusieron la piel de gallina.  Toreo al natural con empaque, pero lo mejor fueron varias buenas tandas de muletazos con ambas manos entre aplausos y olés. Dominio, arte, temple, suavidad que hizo que el maestro Galloso lo felicitara efusivamente cuando el novillo desaparecía del coso del Mesón el Jerezano.

Ante el asombro de Manolito ‘el Cochino’, el Marqués de Pezagua daba una vuelta al ruedo con las dos orejas y el rabo del único novillo lidiado y bien ejecutado debido a que Pepe Neno, estuvo al quite y pudo hacerse con los trofeos del matador Galloso.

Hubo espectáculo, eso si, con la actuación posteriormente de Don Mendo y sus Mendas Lerendas (1973) 1º Premio de Cuartetos Original de M. Rosales "Agüillo"  con el Peña y 'el Masa', dos genios gaditanos universales y una berza para mojar pan y chuparse los dedos y todo por mil pesetas de la época.

Salió todo a pedir de boca. Memorable y algunas pesetas que se llevó Alfonso Terry Muñoz, Hermano Mayor del Nazareno, para entrada de la casa del costalero.

EL SEGUNDO FESTIVAL.

Hubo un segundo festival, en Vista Hermosa en la placita del Picadero, pero no tuvo la brillantez del primer espectáculo y tampoco la asistencia de público. Segundas partes nunca fueron buenas, comentaba el Marques de Pezagua y no se equivocó. Se celebró en septiembre de 1973 y Alfonso Terry Muñoz acompañó a Neno y al ‘Cochino’ en el cartel que resulto descafeinado. Se salvó el festival por la celebre ‘Fila cero’.

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Fotografía de un desplante de José Luis Benjumeda Molleda, Marqués de Pezagua,  en el coso del Mesón el Jerezano. De izquierda a derecha: Antonio González Sabio, peón de confianza de Galloso el Marqués de Pezagua, Guillermo Valero y Paco Bernal Peregil, Paco ‘Ragel’, mozo de espada de Galloso. Increíble el quite del bueno de Guillermo Valero. Arriba Se puede ver a un jovencísimo Pepe Neno. Esta fotografía, casi año y medio después, tuvo dedicatoria especial del prestigioso periodista taurino Juan Fuente, que reproduciomos a continución. (Foto Carretero).

¡Que desplante, madre mía!
“Ni mi “hermano” lo diría
que estas cosas pueden verse
en El Puerto!
¡Puerto de Santa María!

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Paseíllo en Vista Hermosa en la placita del Picadero. Neno, Alfonso Terry Muñoz, Hermano mayor de la Hermandad del Nazareno y Manolito ‘el Cochino’. Aquel día acudió la Cruz Roja como se puede observar al fondo parte izquierda de la fotografía

Textos: Antonio Carbonell. (Fotografías: Colecciones de Manuel Gutiérrez Castro y Pepe Neno). Si alguien está interesado en ver el álbum completo del primer festival puede dirigirse al  Rincón de Neno, en Valdelgrana.

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Carmelo Delfín López es un porteño de los nacidos en Cádiz. Vio la luz en la calle Manuel Rancés 19, el 9 de marzo de 1935, hijo de José y Carmen y muy vinculado con el mundo del mar, pues su padre fue Patrón Mayor de la Cofradía de Pescadores de nuestra Ciudad. Estudió en los Marianistas de la capital gaditana durante 11 años. Sin antecedentes familiares en la medicina, decidió estudiar dicha carrera pues desde pequeñito siempre tuvo muy claro que quería ser médico. Tal es así que, con 18 años empieza a colaborar en la Clínica San Rafael de Cádiz, del Dr. José Manuel Pascual Pascual. Al terminar la carrera hizo la especialidad de Traumatología, habiendo sido alumno y médico interno por oposición de la Cátedra de Fisiología de la Facultad de Medicina de Cádiz.  Es vicesecretario general del Colegio Oficial de Médicos de la provincia, puesto en el que lleva 16 años, colegiado con el número 1144. Está en posesión de la medalla al Mérito Policial y fue Rey Mago (rey negro) en 1998, junto a Ramón Ruiz y Emilio Flor.

lawrenceLAWRENCE DE ARABIA.
Hizo el servicio militar en el reemplazo de 1961, como soldado médico, en el Regimiento de Melilla 52. Previamente había estado en el Campamento de Instrucción de Huercal Overa, en Almería, donde conoció y coincidió al que más tarde sería Comisario de Policía de El Puerto y Jefe de la Policía Local, José Díaz Otero -que hoy vive jubilado en nuestra Ciudad-. Precisamente en el puerto de Almería, previo al embarque para su destino en Melilla, tuvo oportunidad de ver los decorados, atrezzo y demás materiales que se habían usado para el rodaje de la película Lawrence de Arabia (en la imagen de la izquierda) y algunos aspectos del film rodado en nuestro país. Luego en Melilla coincidiría otras veces con el Teniente Díaz Otero. En esta película actuó como extra junto a su regimiento, el general en la reserva Francisco Lena Pacheco, padre de la ceramista local Pepita Lena.

Como ya hemos señalado, imbuido por su vinculación familiar con la Pesca y el mundo de la mar, llegó a ser Inspector Médico del Instituto Social de la Marina. En el año 1966 fue nombrado cirujano traumatólogo de la Sociedad Española de Construcción Naval de Puerto Real, en la que estuvo durante 31 años, hasta 1997. En 1972 obtuvo, por concurso oposición la plaza de Jefe de Equipo de la especialidad de Traumatología en la Escuela de la Seguridad Social cesando, a petición propia en 1993, tras 21 años de ejercicio de dicha responsabilidad.

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La Clínica Santa María del Puerto, antigua del Dr. Frontela, vista desde la calle Pintor Juan José Bottaro.

EL HOSPITAL SANTA MARÍA DEL PUERTO.
En 1987 la empresa de José Manuel Pascual Pascual adquiere  el hospital conocido como del Dr. Frontela, tras varios años cerrado. Eran los tiempos en que los niños tenía que nacer en Cádiz porque en nuestra ciudad no contábamos con una clínica. En aquel año de 1987 fue nombrado director médico, puesto en el que continúa en la actualidad.

De pequeño venía mucho por El Puerto ya que su padre fue Patrón Mayor de la Cofradía de Pescadores en 1947, al que acompañaba. «--Me enamoré de aquella -por entonces- pequeña Ciudad, con el Resbaladero de Maximino, La Lucha, ... y tantas cosas buenas como ví que me dije: “Algún día viviré, trabajaré y moriré en El Puerto”». Y sus pensamientos se hicieron realidad pues, desde 1983 vive en Vistahermosa en una casa concebida en principio para los fines de semana y el veraneo y luego se construyó una segunda, próxima a la primera y más reducida,  cuando los hijos empezaron a disgregarse del techo familiar.

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Recibiendo de José Manuel Pascual Sánchez-Gijón un reconocimiento por aquel entonces por sus más de  25 años de servicios prestados a la empresa de hospitales José Manuel Pascual Pascual, en presencia de la viuda del fundador de los hospitales.

LA FAMILIA.
Carmelo se casó con Margarita Martínez de Salazar Bascuñana, el 8 de diciembre de 1964, llegando a formar una familia numerosa de entonces -Familia de 1ª- con cinco hijos. Su hijo Carmelo, economista de profesión, presta sus servicios en el Ayuntamiento como responsable de la Recaudación Muncipal. El segundo, médico, estudia la especialidad de cirujía en Portugal; el tercero es abogado; el cuarto economista también, y la quinta, Psicóloga, reside en Madrid.

En El Puerto ha conocido a casi todos los alcaldes del periodo democrático, con los que, afirma, haber mantenido buenas relaciones con todos ellos.

alberti4ALBERTI EN ELHOSPITAL.
En enero de 1996 Rafael Alberti ingresaba --lo haría una vez más-- en la Clínica que dirigía el Dr. Carmelo Delfín. Aquello fue un revulsivo para el hospital y para la Ciudad. El poeta más universal, único superviviente de la generación de 1927 era noticia para los medios de medio mundo. La presencia de televisiones, radios, periodistas y las llamadas desde cualquier lugar del mundo -recibieron llamadas de Radio Shangai (China)- hizo que la vida del hospital se alterase porque había que atender a esos medios. Las televisiones exigían tres partes diarios antes las cámaras. El alcalde de la Ciudad ordenó acicalar el entorno de la clínica ante la cierta avalancha de medios que se deplazaron a El Puerto y la imagen que podrían proyectar del mismo...
Fueron unos días complicados, trabajando y haciendo de portavoz del equipo médico,  a petición de los periodistas que agradecieron y por escrito las facilidades dadas por el hospital para poder cumplir con su trabajo.

antonioguterres_puertosantamariaOtro ilustre visitante del Hospital lo ha sido el que fuera primer ministro de Portugal, Antonio Guterres, ex-presidente de la Internacional Socialista y Alto Comisario de las Naciones Unidas para los Refugiados quien, durante su estancia en El Puerto en un veraneo en Las Redes, tuvo que desplazarse a la clínica a visitar a un familiar suyo allí atendido y de quien el Dr. Carmelo Delfín guarda un grato recuerdo por su amabilidad y educación quien llegó a regalarle un libro. Conserva una anécdota del día que se marchó de El Puerto pues pasó a despedirse, alabando lo tranquilo del hospital. Lo que no sabía el entonces primer ministro luso era que media hora antes un trastornado mental, llevado poco antes por la policía, había querido suicidarse desde los pisos altos. Carmelo tuvo que hacer uso de su fuerza y agarrarlo para evitar que cometiera el desaguisado que anunciaba.

carmelodelfin_juanlara_puertosantamariaEL MÉDICO PINTOR.
Como ya hemos señalado, el padre de nuestro protagonista había sido Patrón Mayor de la Cofradía de Pescadores y coincidió con el pintor de la luz, Juan Lara quien, a la sazón trabajaba como personal civil en la Ayudantía de Marina. Se hicieron muy amigos y como prueba de aquella amistad Lara le regaló a José Delfín un aguafuerte. (En la imagen de la izquierda, manuscrito de Juan Lara dirigido a nuestro protagonista tras su estancia en el hospital).

Pasados los años, nuestro médico y nuestro pintor, coincidieron en el Aula de Cultura de Vistahermosa y allí se dieron un abrazo después de tantos años. Juan Lara sabía que el médico, aficionado a la pintura, había dejado de pintar. Más adelante, recuperado el trato y viendo un cuadro del Dr. Delfín le dijo: «--Carmelo, tu eres pintor y por tanto debes pintar. Mañana por la tarde te espero en el jardín de Cecilia Ybarra con caballetes, lienzos y todo lo necesario para que pintes». Y dicho y hecho. Juan Lara le dedicó su libro de memorias “Mis Recuerdos” con la siguiente dedicatoria: “A Carmelo Delfín, mejor médico, mejor persona y mejor pintor".

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"La Calita", óleo sobre lienzo tomado del natural. Carmelo Delfín. Año 1997.

Carmelo, que sigue encantado y feliz de vivir en El Puerto llegó a exponer hace tres años una muestra de su obra pictórica en el Castillo de San Marcos. Oleos, acuarelas de marinas -se vendieron todas- incluso una perteneciente a un lote de cinco que su mujer no dejaba salir de casa y que se expuso de forma equivocada. Le gusta pintar del natural, al aire libre y los rincones de su jardín ya los tiene amortizados de aparecer en sus cuadros. El médico pintor es un hombre que exuda bondad y tranquilidad, desde la atalaya de un oficio en el que ha tenido que aliviar los sufrimientos de los demás con la fortaleza de un gaditano enamorado de El Puerto.

Jubilado a principios de 2012, fallecía a la edad de 84 años a finales de octubre de 2019.

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eugeniopedregalvalenzuela_puertosantamariaEugenio Pedregal Valenzuela, conocido emprendedor local, era Perito industrial.  Siendo muy joven, recién terminados sus estudios, tras una etapa en el Banco Hispano Americano, Eugenio se fue a trabajar a Barcelona, ciudad en la que pasó muchos años y conoció a la que sería su mujer, María Antonia Viou Pradas, con quien tuvo dos hijas, Eva y Esther. En la Ciudad Condal trabajo un tiempo en empresas como Campsa, antes de regresar a El Puerto, donde comenzó trabajando en el negocio familiar, Muebles Pedregal, y realizando proyectos para numerosas empresas como perito industrial. Fue uno de los socios fundadores del céntrico Hotel Los Cántaros en el año 1984, todo un referente para el sector turístico porteño que animó a la instalación de otros establecimientos hoteleros en el centro de la ciudad. Persona inquieta y comprometida con El Puerto, formó parte de numerosas asociaciones y colectivos, ocupando cargos destacados en las directivas de la Asociación de Comerciantes del Centro (Acocen), la Asociación de Empresarios de El Puerto (AE) de la que fue su vicepresidente, y la Comunidad de Propietarios de Vistahermosa. Nos dejaba el 23 de octubre del pasado año 2008. (En la imagen, superior Eugenio Pedregal en una fotografía tomada poco antes de su fallecimiento. En la inferior, la fachada del Hotel Los Cántaros, en la Plaza de la Cárcel).

hotelloscantaros_puertosantamariaINTERESES RESIDUALES.
Tuve la suerte de conocer a Eugenio Pedregal hace ya bastantes años gracias a la  convergencia que ambos teníamos en la actividad turística. Tengo que decir que me impresionaron sus opiniones sobre el mundo de la empresa y del trabajo; el empuje que aplicaba a sus actuaciones profesionales. Tenía una frase “mis intereses hoy son residuales” pues ya tenía su vida resuelta, pero no lo parecía, dado el énfasis y las ganas que ponía a cuanto acometía. Pero el segundo rasgo que mas me impresionó y creo que ahí coincidíamos plenamente, era su portuensismo desmesurado, su amor a El Puerto además,  por alguien que vivió largo tiempo fuera de su ciudad. Pocas veces discutíamos, y si lo hicimos alguna vez lo fue en buen tono y al final, llegando a la avenencia, al acuerdo, al buen trato que siempre presidió nuestra relación profesional y de amistad.

eugeniopedregal_joven_puertosantamariaA Eugenio le podía El Puerto. Y le podía más el desinterés de los responsables políticos de la Ciudad cuando, a su juicio, dejaban escapar oportunidades para nuestra población, sea cual fuera el motivo o el color político. Era un luchador para la ciudad que lo vio nacer, y ahí andaba entre asociaciones empresariales, escribiendo cartas, entrevistándose con quien procediera para ayudar a empujar la locomotora de El Puerto. En esas, en esos ‘intereses residuales’ andaba Eugenio. Dejándonos un buen recuerdo, un buen sabor en la boca de las palabras, unos buenos sentimientos en la memoria de nuestros Puerto. (En la fotografía pequeña, Eugenio con poco más de 20 años, cuando trabajaba en el Banco Hispano Americano).

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De izquierda a derecha: Manuel Jesús Merchante, Angelita Pedregal, Paquita Pedregal, Benjamín Lora, Conchita Pedregal, María Antonia Viou, Milagros Cárave. Detrás, de izquierda a derecha: Enrique Pedregal, Eugenio Pedregal y Manolo Bellido, un fin de año en la Sala de Fiestas “Oasis”, donde hoy se encuentra el restaurante “El Faro de El Puerto”. (Foto Colección I.L.P.)

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Manuel Jarque Martínez, Chicharito, nació en la calle la Gatona. Casado con Encarnación Gala Bravo, una madrileña que vive en el domicilio familiar de la Plaza de la Tradición y con quien tuvo nueve hijos: Joaquín, María, Lolo, Encarnación, Luisa, Milagros, Charo, Pili y Antonio. Y diez nietos. Como ven el carné de familia numeroso se lo ganó holgadamente… El sobrenombre de Chicharito le viene porque, de pequeño, en lugar de jugar con bolindres o canicas, jugaba con chícharos o guisantes. Siempre fue su mayor satisfacción ver al Portuense en Segunda División. (Foto: Colección Carlos Pumar Algaba).

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Chicharito, agachado a la izquierda, junto a Manuel Soriano Gómez y a continuación Trujillo, a mediados de los cincuenta del siglo pasado.

Pequeño de envergadura, con voz chillona, pero con un carácter excepcional y un corazón fuera de lo común. Entre el Ayuntamiento y el Racing transcurrió su vida, o por mejor decir, eran su vida, aunque también había colaborado con Manolo Carrillo, con su espectáculos de ‘Varietés’ finas. Su segundo padre fue Antonio Torres Santiago, fallecido junto a su esposa Mercedes, en aquel luctuoso accidente de trenes ocurrido a la altura de Lebrija el 21 de julio de 1972, en el que perdieron la vida 86 personas. Un duro golpe para Chicharito, posiblemente el peor de su vida. Nunca quiso hablar de ello. La identificación de los cadáveres la llevó a cabo, precisamente, Manolo de la Torre, que meses antes había salvado del descenso al Racing y que tras la trágica muerte de Torres, con quien tenía prácticamente todo solventado para seguir entrenando, le hizo cambiar de aires y entrenar a otro equipo.

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Chicharito, de 'flecha' de la extinta Organización Juvenil Española (OJE), montando guardia, es el quinto por la izquierda. El primero por la izquierda pudiera ser Clavijo Armijo y con gafas, Francisco Pacheco Albalate. (Foto Colección Vicente González Lechuga).

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En la cantina del Campo Eduardo Dato, regentada por Juan Cressi. Aparece a la izquierda ‘Parrita’. El de la botella en la mano es Manonlín, tenía un taller de cerrajero en la calle Cadenas, y detrás de él, Pedrusco. En el centro de la imagen, con sombrero, Cayetano Gómez López 'Tani', que fue directivo muchos años.‘Chicharito a la derecha, junto a él, a su derecha, con copa, traje corbata y pañuelo, Antonio Torre Santiago, Secretario General del RC PORTUENSE. ‘Chicharito’ le decía que era su segundo padre. Se portó muy bien con su familia.  Detrás de Torre, Laínez y  a su derecha, Trujillo. ambos fueron jugadores del Racing. 23 de febrero de 1962.

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En la Feria de Ganado en El Palmar, jugadores, aficionados, directivo. Chicharito aparece en la última fila, en el centro de la imagen a la izquierda y justo a la derecha suya, Parrita, posiblemente el mejor aficionado del Racing a lo largo de toda la historia del Portuense. Llegó a formar parte de la Junta Directiva con José del Cuvillo y Bernardo Sancho. El sexto por la derecha de la úlitma fila, Agustín Vela Mariscal, Laínez y Bernardo (el del taller de coches d ela calle Diego Niño). El que está entre la niña de Amazona y la del traje de gitana, es Pedro Gil. Agachado, el tercero por la derecha, Lupo, con la cuchara en la mano delante del lebrillo, por aquello de 'cucharón y paso atrás' y detrás de él, Trujillo. El tercero por la izquierda es Baltasar y a su izquierda, alguien relacionado con los González Noval (almacén de Genaro).

chicharito_1966_puertosantamariaCHICHARITO Y EL RÁCING.
En el Rácing hizo de todo él y su familia: utillero, masajista, lavaba las ropa, tejía las banderas, hombre de confianza de los presidentes; en definitiva, mascarón de proa del Racing Club Portuense. En 1940 ingresó como botones en el Club hasta el año 1944. A partir de entonces empezó en él su afición de cuidador, trabajo que realizó hasta el año 1949, sin interrupciones, hasta que se marcha al Servicio Militar, y aun así aprovechando permisos, etc., continuó trabajando para el Club. Naturalmente que se aprovechaban los cortos desplazamientos por los alrededores de Sevilla, e incluso lo recogían en el Cuartel. En 1950 fue licenciado, reanudando su trabajo en el equipo hasta el final de sus días. (En la fotografía, Chicharito el 20 de febrero de  1966. La Voz de la Bahía).

El penúltimo presidente del equipo, Manuel Lore, se portó muy bien con el matrimonio Jarque-Gala: mientras fue presidente le hizo llegar una paga a la viuda de Chicharito. Llegó a ser el racinguista más expulsado del campo de juego: cuando, a su juicio, algún árbitro lo hacía mal lesionando los intereses del Club, se saltaba al terreno de juego y, lógicamente, acababa siendo expulsado del mismo. Tenía química con ciertos personajes vinculados con el Racing: era amigo íntimo de Tonino (Antonio Rodríguez Bruqué); si alguien osaba meterse con Chicharito, Tonino saltaba como un resorte. También le quemaban la sangre a Tonino, cuando le decían en el campo: “Tonino a ti quien te entiende es el Lupo...».

chicharito_1998_puertosantamariaEL BINGO DE RC PORTUENSE.
Chicharito fue una pieza clave en el Bingo del Racing durante las temporadas 1980/81 a 1982/83, siendo jefe de sala, Juan Forte Ruiz, con Eugenio Espinosa Palacios Nono, del restaurante Guadalete, como responsable del bar. Siempre dispuesto a colaborar, vivía el Racing desde que se levantaba. Era enlace entre el Jefe de Sala del Bingo y el responsable de la Junta Directiva del equipo.  Era un buen relaciones públicas que atraía clientela y además, en las primeras horas, que eran las más flojas, siempre estaba presto a echar una mano, aunque fuera de señuelo. Todo le parecía poco para ayudar a su equipo.
El personal del bar y los empleados del Bingo lo respetaban porque ante cualquier incidencia que el viera, antes de dar cuenta a sus “superiores”, Chicharito actuaba, mediaba, orientaba y aconsejaba al personal descarrilado. (Chicharito hace 11 años, en 1999, a las puertas del Ayuntamiento, su otra casa. Fotografía Colección Carlos Pumar Algaba).

Dicen que la mejor universidad es la calle, claro pero para eso se necesita tener buenos centros, --como decimos los porteños--; este pequeño gran hombre era eternamente agradecido proque hacía gala de ser siempre bien nacido.

michicharito_puertosantamariaLA CASETA MI CHICHARITO.
En 1984 Chicharito regenta la Caseta de Feria. Pero no solo en la Feria sino durante y después, para dar servicio a los montadores y caseteros que instalan en el Recinto Ferial casetas y atracciones. 1985 fue uno de los años del esplendor de la Pesca en El Puerto y recuerda muy buenas reuniones de la gente del mar: exportadores, armadores, pescaderos, en su caseta ‘Mi Chicharito’, que hoy gestiona su hijo Juan Antonio y no su yerno Juan José Sánchez Rodríguez, “Capi”, como erróneamente creíamos. También regentó la Cantina del Racing, ya en el Estadio José del Cuvillo. (En la fotografía, Manuel Jarque, con el cartel de la caseta de feria, y a la entrada de la misma: 'Mi Chicharito'. Foto Colección Miguel Sánchez Lobato).

Chicharito no bebía, pero cuando lo hacía se quedaba dormido, aunque ‘lo procesaba’ rápido. Eso sí, tenía un mal despertar. Admitía cualquier clase de broma, menos que no lo dejaran tranquilo dando una cabezada. Y todavía más si se perdía el encuentro. En los desplazamientos con el equipo, a veces, los jugadores aprovechando su profundo sueño y ronquidos de categoría, “la liaban”. Claro, todo era más llevadero, cuando se ganaba, porque habían “primas” y su familia las necesitaban...

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Reunión en la caseta de 'Mi Chicharito'. De izquierda a derecha, el matrimonio de Ángel Lara, Manuel Montes Quirós, Sergio Grado Jordano y de pié con sombrero, Francisco Pérez Bernal 'el Kako', José Devesa Molina 'el Maño'  y Antonio Grado Hidalgo 'Noni'.

RECUPERADOR FÍSICO.
Fue considerado como un gran recuperador físico, un gran masajista, que sin estudios de fisioterapeuta recuperaba a los jugadores que resultaban con problemas en el terreno de juego. La fórmula magistral, la fórmula mágica, la ‘Fórmula Chicharito’ constaba de dos componentes: Linimento Sloam y el propio Jarque, esa era la combinación perfecta que regeneraba a los integrantes del equipo.

PLANTEL DE COLABORADORES Y AYUDANTES.

  • Chicharito tuvo de ayudantes a Luis Muñoz Cuenca, hermano de Muñoli; “el muíto”, y Pimpollo que fue su sustituto. También, El Tagarnina.
  • Médicos: José Joaquín Muñoz Bela, Manuel Pérez-Blanco Muñoz.
  • Practicantes: Felipe Lamadrid Muñoz, Manolo Toimil.
  • Capellán: Anastasio Pérez de Andrés.
  • Amigos y Directivos: Vicente Gutiérrez de la Rosa, Parrita, Paco Ferrer Palacios, Antonio Miranda García, Daniel Otero Rascón, José Marchena Rodríguez, Joaquín Rosso Morro, Bartolomé Domínguez, Victor Martínez Guerra, Antonio Carbonell López.
  • Y su peña, la del Troncho.

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Homenaje a 'Morrito' el 11 de mayo de 1962. Fernando, González Borrás, Bienvenido Soriano Gómez, José Marchena Rodríguez, desconocido (este ciudadano fue el que tuvo la fábrica de gaseosas “La Revoltosa”); Manuel Rojas Martínez, Julio “El Cordobés”, Luis Salmerón Aguirre, Manuel Jarque “Chicharito”, Martínez de Murga Terrada, Manuel, Ramón 'Suárez' Gil Sánchez, Cristo; Eugenio Espinosa Palacios. (Foto de Rafa)

Lo que mejor lo define: la honradez que siempre le caracterizó. Su saber estar, el respeto por los demás y también por los desfavorecidos. Un hombre cabal e íntegro. El Racing Portuense venció en la tarde del 14 de diciembre de 2005 al Chiclana CF. Antes de comenzar el partido se guardó un minuto por la reciente muerte de  "Chicharito": los jugadores, con motivo del fallecimiento, llevaron brazaletes negros.

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Sebastián Ganaza Cañas, ‘Ojito’ nace en la calle de la Arena (Arzobispo Bizarrón) en 1930. Desde pequeño estuvo relacionado con la venta de frutas, hortalizas y verduras en un puesto que su padre tenía en la calle Sierpes, en los exteriores de la Plaza de Abastos, actividad que nunca abandonaría ya que cuando falleció su progenitor continuó al frente del puesto ayudando a los suyos. Más tarde, por una serie de circunstancias adversas, Vicente Sordo Díaz que desde 1950 comenzó a dirigir a Los Dos Pepes, al que rebautizó como Bar Vicente,  con nótula propia en Gente del Puerto, ofrece a ‘Ojito’ la posibilidad de colocar su puesto lindante con el Bar, en la misma acera, así como un pequeño trastero para depositar, finalizada la jornada, los bártulos correspondiente, todo ello de forma gratuita. Aquel gesto jamás lo olvidaría Sebastian y quedó siempre agradecido hasta su adiós definitivo en 1990. (En la fotografía, Ojito y Domingo, en la Feria de Crevillet).

Como defensor de la libertad de su tendencia sexual y por ende de todos sus compañeros, no cabe la menor duda que la figura de Sebastian Ganaza Cañas, ‘Ojito’, es la que tiene mayor relevancia desde mediados del siglo pasado para el pueblo llano. Todavía los más viejos del lugar recuerdan su defensa a ultranza por los colores del Racing en el campo de Eduardo Dato. Todo un espectáculo ya que pobre árbitro o juez de línea que se equivocara en contra de su equipo. La zona donde se ubicaba ‘Ojito’ en el campo era las más concurrida debido a que a los aficionados disfrutaba en los lances del juego de las genialidades y ocurrencias. Era temible en días de lluvias por el paraguas que mostraba al trío arbitral. Sus ‘piropos’, a veces, propiciaba malestar en los integrantes de la Benemérita, pero nunca se amilanó. Todo lo contario. Además, ya lo conocían…

aureliosanchezmartin_puertosantamariaAurelio Sánchez Martín, familia de los Balcon, de quién ‘Ojito', con el genio, el arte y la gracia que le caracterizaba decía: ‘La niña de don Camilo’, en clara alusión a Tere, la hija de un Coronel del Ejercito llamado don Camilo que vivía al final de la calle Larga, próximo al Paseo de la Victoria,  muy apuesta y muy formal. Es que Aurelio, el mismo lo reconoce,  para sus amigos, Domingo, ‘Ojito’, Enrique, Paquito Gallardo... era muy ‘formalito’. Por otrto lado, dicen que 'la ocasión la pintan calva'. Cuando así ocurría y no vamos a dar mas pistas, 'Ojito' le decía a su hermana Rosario en su casa de la calle de la Arena: "-Venga, date una vueltecita; tu a la calle que hoy me toca a mi…"

Ojito fue el gran impulsor de reparto del trabajo en los distintos bautizos que se celebraban en años de mucha hambre y mucha necesidad. Solían acudir a la Iglesia Mayor Prioral y a la de San Joaquín para informarse de los bautizos y domicilios respectivos. A tal efecto se repartían la faena y alegraban con su arte y buenas maneras la fiesta de las familias menos pudientes de El Puerto desde los años 50 hasta los 70 del siglo pasado. Cantaban y bailaban y los más introvertidos de palmeros, lo que hiciera falta con tal de pasar un rato agradable.

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De la misma manera, tampoco lo olvidaría Domingo Rosado Ramírez quien cogería el relevo, del puesto de hortalizas y verduras, una vez fallecido ‘Ojito’,  gracias a Vicente y a su hijo, también Vicente (con nótula propia en Gente del Puerto), todo un experto en el difícil arte de “saber estar” detrás de un mostrador.(Domingo, a las puertas del Bar Vicente. Foto Colección Carlos Pumar Algaba).

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Luis, J. Ramírez, Juan el Zapatero y Domingo en el Recinto de Las Banderas, durante la Feria de Primavera del año 2002

Domingo Rosado Ramírez nace en la calla la Zarza 56, curiosamente también en 1930  y el hecho de que no encajaran bien su homosexualidad hace que cambie de planes y a los 18 años se va a Barcelona y se une a su vecino y compañero de fatiga, Juan Zapata Sucino, conocido por ‘Reverte’. Trabajan de cocinero en ventas y restaurantes y al final como plato fuerte salían a bailar y a cantar.

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De izquierda a derecha, Juan 'el zapatero', Luis, 'el de los Huevos' y Domingo, pegándose un desayuno con pasteles. (Foto Colección Carlos Pumar Algaba).

Cuando Domingo regresa a El Puerto, después de su aventura por tierras catalanas, comienza a trabajar como cocinero con Maximino Sordo Díaz en el Bar Central, calle Larga esquina con Luna y en el Restaurante el Resbaladero, cuando las ocasiones lo requerían. También, antes de ‘heredar’ el puesto de ‘Ojito’, formó parte de la plantilla de trabajadores en el Bar Vicente, siendo su ultimo trabajo para la hostelería en Acuasherry Park, hoy denominado 'Acualand'.

domingo_26_12_2006_puertosantamariaDomingo Rosado Ramírez, aventurero y buscavidas cantaba cuplés y se acoplaba a cualquier reunión gastando todo cuanta ganaba entre sus amistades. Era una persona generosa. Mimaba mucho a los jugadores del Racing Club Portuense, y tenía predilección por alguno de ellos a los que consideraba su protector, allá por los años sesenta. Falleció a la edad de 75 años, una mañana de diciembre de 2006, en la Plaza del Polvorista cerca de su casa, conocida como la Casa de los Naranjos en la calle Aurora, cuando se dirigía a su trabajo, en la Plaza de Abastos, Bar Vicente, donde tenia instalado su puesto. Durante algunos días, después de su fallecimiento, clientes y amigos depositaron flores en el lugar donde estaba ubicado el puesto de hortalizas y verduras. A la izquierda,  podemos leer el epitafio recordatorio que se pudo contemplar a las puertas del Bar Vicente el 26 de diciembre de 2006. (Foto Colección Carlos Pumar Algaba).

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Luis Pinto Corzo, “Luichi con nótula propia en Gente del  Puerto; Juan el Zapatero, Domingo y Luis ‘el de los Huevos,' en el Carnaval del año 2000.

‘Ojito’ y Domingo, dos grandes amigos de toda la vida. Forman parte de la idiosincrasia local. No se concibe la historia de El Puerto sin estos personajes que tanto sufrieron en épocas pasadas. De igual forma que ‘Enrique ‘el Peluquero' -Enrique Rodicio Fuero-’; Juan 'el Zapatero', con nótula propia, Paco Gallardo, ‘Paquito’; Manuel Millán Álvarez, Manolito del Bar El Faro, en la esquina de Nevería con Palacios; ‘la Zorrita’ que nació y vivió en la Casa de los Frailes, Callejón Espelete; Perico el de ‘La Carlota’; Antoñito el del Penal; Juan Zapata Sucino, Reverte y José García Romero, entre otros.

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Domingo y su amigo Luis, 'el de los Huevos', en la calle Ganado, junto a la Plaza. 2001.

EL AUTOR DEL TEXTO QUIERE CONSIDERAR:
Cuando la nótula sobre Perico el de ‘La Carlota’. El Parguela de la mobylette, se comentaba que la homosexualidad está totalmente demostrada ya desde tiempos de Grecia y Roma. En tiempo de la dictadura franquista un porcentaje alto, de casi un 75º% se casaban y tenían hijos para disimular y morían siendo infelices, aunque de estos sigue habiendo todavía, hombres casados y con hijos que de vez en cuando se escapan para echar una canita al aire. Si bien, estas secuelas del pasado por el que dirán, felizmente tienden a ir despareciendo.
Añadía que los pocos que no disimulaban su homosexualidad en tiempo de la dictadura, eran considerados como enfermos, degenerados e incluso como escoria, por lo que muchos acabaron en la cárcel, como fue el caso de Perico y otros tantos que lo encerraban en la Plaza de la Cárcel, justo al lado de donde hoy se encuentra el Hotel Los Cantaros, ya que después de la persecución y eliminación de la disidencia política por parte del dictador y sus secuaces aplicaron a seres indefensos la Ley de vagos y maleantes.
Después de esta nótula, hoy todavía más, nos debe permitir, por una parte, valorar la gran valentía de los homosexuales de aquella época, obviamente los menos pudientes porque nunca tuvieron que salir del armario ya que era pública y notoria su vida al llevar por bandera su clara tendencia sexual y, por otra parte, que su misma dignidad se puede comparar con las de aquellos que lucharon por la defensas de las libertades durante la época franquista.

(Textos: Antonio Carbonell López).

Agradecemos a Luis del Pino Robles -Luis 'el de los Huevos'-, Aurelio Sánchez Martín, Miguel Muñoz -'Cabo Reyes'- y Vicente Sordo Gómez la colaboración prestada para la elaboración de esta nótula. Salvo que se indique lo contrario, las fotografías pertenecen a la Colección de Luis del Pino Robles.

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Felisa López Varela nació hace 79 años, el 30 de mayo de 1930, en la calle Cielos, frente al desaparecido despacho de bebidas “La Burra”. Hija de Milagros y de Clemente, es la segunda de ocho hermanos, de los que viven en la actualidad seis. Nació en la vivienda del almacén de su abuela Felisa, “la Gallega” cuyo despacho de comestibles le ayudaría a regentar el tío de nuestra protagonista, Antonio López Ruiz. El almacén de la abuela suministraba al Cuartel de la Guardia Civil, la tropa y el Penal.

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Milagros Varela y Clemente López, los padres de Felisa. Precisamente Clemente era famoso por su rectitud en la preservación de los jardines de la Plaza de Isaac Peral, donde era guarda.

Felisa estuvo poco tiempo en el colegio. Con dos años estuvo con Doña Cinda, en la calle Larga frente a la Plaza de Isaac Peral, y luego en el Hospitalito con Doña María. Al morir su madre, en 1942, la sacan del colegio y su abuela la lleva a vivir a una finca en la carretera de Sanlúcar “El Ave María”, terrenos que luego venderían a la  familia Caballero.

felisa_lv_elcortijo_puertosantamariaAllí permaneció durante dos años, con catorce, su padre la trajo a vivir con él a la calle Espelete y empezó a trabajar interna ganando cinco duros al mes, en 1944. Entró a servir en la casa de Ernesto Piury, en la calle Pozuelo. «Eran un matrimonio sin hijos, muy especiales. Aquello era como un convento. No nos podíamos reír, hablar fuerte, ... Estábamos tres mujeres trabajando en la casa: una cocinera, una para cuerpo de casa y yo que ayudaba a la segunda y en hacer recados. El dueño de la casa me llegó a decir que tenía que tratarlo de señor, a lo que yo le respondía que “--El Señor está en el Cielo, o en la iglesia de madera o de escayola, pero que a él, de señor, nada”. En cierta ocasión, el dueño de la casa nos sorprendió riendo y nos reprimió: “--A reirse se van ustedes a  la calle”, a lo que yo con mucho desparpajo “--No señor, a la calle se van los perros, y yo me voy a mi casa”. Y me fui, aunque, al día siguiente mi padre me llevó de nuevo. Había que ganar un jornal y aunque me decía que era muy pequeña para administrar cinco duros yo pensaba para mis adentros que ¿como no lo era para ganármelos trabajando?» Allí estuvo hasta los 18 años. Genio y figura. (En la fotografía, Felisa, en El Cortijo, del Paseo de la Victoria).

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Un aspecto del Cádiz devastado por la explosión del año 1947.

LA EXPLOSIÓN DE CÁDIZ.

felisa_lv_joven_01_puertosantamariaLa explosión de los polvorines de Cádiz le cogió trabajando en aquella casa de la calle Pozuelo. A las diez menos cuarto de la noche del 18 de agosto de 1947, una deflagración, provocada por unas 200 toneladas de trinitrotolueno, tiñó el cielo de un rojo intenso sobre la bahía de Cádiz, escuchándose una ensordecedora explosión La magnitud de la explosión fue tal que el fogonazo pudo verse desde el acuartelamiento militar español ubicado en Monte Hacho (Ceuta). Se formó una nube de hongo visible desde toda la Bahía de Cádiz, Huelva y algunos pueblos de Sevilla. El ruido de la explosión fue oído hasta en la propia capital hispalense. Muchos porteños aquella noche la pasaron en La Belleza, por la carretera de Sanlúcar, asustados, pensando que una segunda explosión podía llegar a El Puerto. Esto cuenta el maestro Antonio Burgos de aquellos momentos: «Y comiéndome las últimas uvas del racimo estaba cuando se oyó una fuerte explosión y vi como todo el cielo se puso completamente rojo. Era como si hubieran teñido con fuchina colorada el papel azul del cielo del Nacimiento. Salí corriendo, todos salimos corriendo, nos echamos a la calle. Nadie sabía nada, nos llevaron a la plaza de la Plancha, "no, a la playa, a la playa, que en Cádiz ha habido una explosión". Y otra voz, con otros nervios: "No, a la playa no, que puede llegar la onda, debajo de las escaleras". Recuerdos de nervios, de gritos, de la palabra "Cádiz" corriendo de boca en boca. Aquel cielo rojo que yo había visto con el racimo de uva moscatel, sentado en el balcón, era el cielo de muerte de Cádiz, el de la dorada cúpula de la Catedral en lejanía cuando estábamos bañándonos, agarrándonos a la maroma hasta donde se hacía pie.»

felisa_lv_parque_puertosantamariaLuego estuvo trabajando en la Notaría que hubo en la calle Santo Domingo, en el edificio que perteneció a Bellas Artes, mas tarde Bienestar Social y por último ocupó el Centro de Drogodependencia. Primero con Don Francisco, luego sería Don Casto Montoto. Allí estuvo entre 1948 y 1950. (En la fotografía, Felisa posando en el Parque Calderón).

CASAMIENTO Y PARTOS.

Se casaría a los 20 años con Antonio Requejo Herrera, con quien tendría cuatro hijos a los que pariría en la calle San Juan, 38: Milagros, Antonia, Clemente y Felisa, que le han dado a su vez once nietos y cinco bisnietos. Viviría luego en la calle San Francisco y los últimos 30 años los ha pasado en su actual domicilio en Espelete, 11.Pero Felisa enviuda y a los pocos años se vuelve a casar con el también viudo Manuel Tejada Copano, con tan mala suerte que este enferma al poco de contraer matrimonio y nuestra protagonista se ha pasado los últimos 30 años de su vida cuidándolo hasta que, el día de Nochebuena del año pasado nos dejó.

elenamartin__puertosantamariaUNA NIETA ALEMANA Y FLAMENCA.
Su hija mayor, Milagros, que ha vivido 30 años en Alemania, tiene allí viviendo a dos hijas, una de ellas, Elena Martín, nacida en Hannover en 1971, que se dedica al flamenco y tiene una Academia de Baile, con un interesante currículum que la hace ser conocida en toda Alemania.  Tambie´n ha viajado por el mundo, siendo conocida espcialmente por sus actuadiones en Quito (Ecuador). Despúes de esto continúan numerosas presentaciones, también como solista para el “Grupo Semilla” sobre “Tablaos” en España. Italia, Inglaterra. Contratos en : Francia, Polonia, Praga, Holanda, Auastra, Suiza, Bélgica. Ha tenido varias presentaciones en Galavisión (Sudamérica), NDR, MDR y TVP. Filma un videoclip con el grupo de Pop “Die Weltempfänger”, a propósito de los 500 años del descubrimiento de América. Este trabajo se ha transmitido por los programas MTV y VIVA. Le dedicaremos este verano una nótula en Gente del Puerto cuando nos visite, la nieta mas internacional de Felisa, la porteña nacida en Hannover, porque Elena, --en la fotografía pequeña de la izquierda,-- se siente portuense. Es directora del Grupo 'Semilla'.

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Patio de Felisa, en la calle Espelete, núm. 11, con la Cruz de Mayo.
Pulsar para ir al  Blog de los Amigos de los Patios, que administra Mª Carmen Vaca.

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Muñeca que simula a la Princesa de Asturias, vestida y adornada por las manos de nuestra protagonista. Tiene armarios vitrinas llenos con personajes conocidos o profesiones. Un hospital completo, en recuerdo de su etapa de cuidadora de enfermos, con todos los profesionales del mismo, ocupan un lugar destacado en su sala de estar.

LAS MANUALIDADES DE FELISA.
Tanta pensión a su marido, tanto estar pendiente de él hizo que durante los largos periodos de cuidados tuviera que ocupar su tiempo en algo. Felisa es una virtuosa con las manos. Le mete mano a todo y de todo hace un arte. Su arte. Tiene un patio cargado de macetas y cuajado de flores que anualmente presenta a la Fiesta de los Patios. Además elabora con sus manos la Cruz de Mayo que permanece en el Callejón de Espelete, núm. 11, hasta que finalice el mes. Todavía se puede ver en todo su esplendor.

felisa_lv_pintura_puertosantamariaAdemás, Felisa pinta sobre lienzos, telas y maderas; confecciona ropa para muñecas con diversas técnicas y materiales reciclables (servilletas de papel, bolsas de plástico, retales de ropa, punto); hace broches para trajes de novia o de calle; pequeños trabajos manuales de todo tipo que son imposibles de ver un día de visita a su casa: flores elaboradas con medias, con plásticos, con telas, con ganchillo; sombreros casquetes elaborados con bolsas de basura negra, muebles o barcos en miniaturas hechos con pinzas de la ropa o cerillas, y así... Y por si fuera poco, también tiene tiempo para las reuniones de la Asociación de Vecinos del Barrio Alto, donde tuvimos oportunidad de hablar con ella, además de en su casa. (En la fotografía de la izquierda, una versión muy personal de Felisa, de un jarrón con girasoles).

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En la fotografía, el recientemente desaparecido Manuel Verde junto a Felisa, hace tres años recibiendo los Diplomas de Comercio Tradicional y Patio Tradicional, otorgados por el Centro Municipal de Patrimonio Histórico. Los diplomas son obra de Faelo Esteban Poullet, que aparece en la imagen.

felisa_lv_arregladita_puertosantamariaLA POESÍA EN SU VIDA.
Felisa improvisa poesías, que no escribe, y que recuerda de memoria. Unas veces la inspiración le viene y le puede recitar un poema dedicado, por ejemplo a una francesa que la visita anualmente, para ver su patio todos los meses de abril. y que le manda cartas y regalos desde su país de origen. Por eso, pensamos,  alguien tendría un día que pasar a papel los poemas de esta casi octogenaria porteña. Otros poemas, a base de recitarlos, los tiene fijados en su memoria, como este: «Yo vivo en un patio»:

«Yo vivo en un patio
donde tengo macetas y arriates
y flores de todas clases.
Tengo azucenas y tengo claveles,
tengo geranios y tengo rosales
y por la mañana veo el sol cuando sale.
Y cuando llueve veo el sol encapotado
y por la noche veo el cielo estrellado.
Y de noche, cuando me siento en mi patio
hasta me duermo porque yo vivo en un patio
y no vivo como un pájaro enjaulado
».

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No entró con buen pie el cinematógrafo de los Lumière entre los porteños. Pese a las buenas referencias del éxito en Cádiz, la primera función en el Teatro Principal, el 17 de octubre de 1896, acabó en rebelión del público, enfadado por su corta duración. Lejos de estar asombrados, cuando el proyector volvió a repetir los «cuadros», los espectadores comenzaron a abroncar a los organizadores, que al día siguiente abandonaron El Puerto.

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Propaganda de una función en el Teatro Principal, en 1898.  Anverso. (Colección Tomás Ramírez).

Hace ciento doce años dos problemas causaban honda preocupación entre los porteños: la insurrección en Cuba y Filipinas, que registraba ya numerosos muertos entre los alistados de la provincia, y la plaga de filoxera que estaba destruyendo las viñas de la zona, fuente de riqueza fundamental para la ciudad.
El entretenimiento para ahogar tales agobios se limitaba a la tertulia, en casapuertas, tabernas o salones, o algún aislado espectáculo. Al alcance de la burguesía local se encontraba la variada, pero precaria, programación del Teatro Principal: zarzuela, varietés, conciertos, y obras puestas en escena por bienintencionados grupos en provincias, o aficionados.

cinematografoEn octubre de 1896 llegan ecos del éxito de un invento que causa sensación en Cádiz. El cinematógrafo de los hermanos Lumière impresionaba «a quienes acudían al coliseo de la calle de la Novena», como menciona la Revista Portuense en su número del 13 de octubre.
Hasta entonces, nuestros abuelos habían disfrutado de experiencias visuales parecidas, protoinventos cinematográficos. Meses antes habían sido una conmoción de sorpresa los «cuadros ilusionistas» de monsieur H. Kaurt -serían tal vez unas diapositivas móviles o un «cine» rudimentario-, pero sin parangón con el novedoso aparato.
Los empresarios del teatro se las prometían muy felices cuando contrataron al cinematógrafo ambulante. En principio estaba previsto que se estrenara el 15 de octubre, pero el éxito en la capital retrasó la novedad al sábado 17 de octubre de 1896.
En esa fecha, los portuenses iban a descubrir el cine, y la experiencia no iba a ser satisfactoria. La Revista Portuense lo anuncia asegurando que «por medio de él se reproducen sobre un lienzo cuadros animados y vivos que hacen llegar a nosotros las impresiones de escenas de la vida real», explicando en el artículo el proceso físico de la ilusión visual de movimiento.
A las ocho de la tarde da comienzo la función, que acabaría en protestas del público cuando volvieron a repetirse los «cuadros» -tal vez «Llegada del tren» o «salida de los obreros de la fábrica», entre otros-. Los espectadores patearon la función por su corta duración y su escasa variedad. Parece que no existió la sensación de asombro que tuvo medio mundo. Ante el fiasco -tuvo que avisarse la corta duración en los programas-, el cinematógrafo sólo ofreció una función más, al día siguiente. El jueves la programación del Principal se reanudó con la discreta cantante de ópera Vittoria Domeneci, que sí triunfó en El Puerto. El cine tendría su segunda oportunidad en enero de 1897, con las sesiones del «Cinematógrafo Joly».

SALAS DE CINE EN EL PUERTO.

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1896, octubre: primera proyección del cinematógrafo en el Teatro Principal.
1897, enero: segunda vez que se ofrece cine en el Principal, por el «Cinematógrafo Joly».
1906: programa veraniego de cine en la plaza del Carbón, futuro Gran Cinema.
1931, abril: primera proyección de cine sonoro, en la ciudad, del film «Galas de la Paramount».

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Programa de mano de la película 'Sagrario'. Con esta película se estrenó el Cine Orpheo, en Puerto Escondido, propiedad de la Familia Valimaña. (Programa Colección Manuel Valimaña Lechuga).

1935, junio: apertura del Cine Orpheo, en Puerto Escondido. Cerrará en noviembre del 41.
1941, mayo: apertura del Cinema España, en la actual Ribera del Marisco. Cerrará en 1973.

1942, mayo: apertura del cine Macario, en calle Misericordia, con el film «Los cien mil dólares». Remodelado como sala cerrada en mayo de 1978, estrenándose con «Jesucristo Superstar».
1950, junio: primera temporada del Cine Colón, en calle Jesús de los Milagros. Se inicia con «La duquesa de Benamejí». Cierra en 1980.
1954, junio: abre el Cine Moderno, en calle Cruces, con «El bandido generoso».

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Entrada de General al Cine Macario, por la calle Luna. En su lugar hoy ocupa su espacio la Sala de Música 'Mucho Teatro'. (Foto Colección Vicente González Lechuga).

1956, octubre: parte del Cine Moderno se habilita como la primera sala cinematográfica cubierta de la ciudad, con lo que tendrá sala de invierno/verano. Se remodelará en 1977 como sala única, cerrando como tal en 1984 y siendo clausurado en 1994.
1958, junio: apertura del Cinema Puerto, en Ganado.
1962: se abre el Cine Victoria, por primera vez, en calle Bolos. El local cerrará en 1982 y será derribado en 1987.
1964: el Cinema Puerto es remodelado de cine de verano a sala de invierno cubierta y rebautizado como Central Cinema, al ser comprado por la empresa de Nuchera, abriendo con el film «El premio». La sala se cerrará en 1987 y será demolida en 1990.
1965, junio: apertura del Cine Florida, en calle Luja, con la película «La pantera negra». El solar será convertido en viviendas en 1986.
1974, junio: primera temporada veraniega del Cine Playa, en calle Valdés -actual piscina cubierta-, cerrando en 1981.

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Programa de mano. Con esta película se inauguró el Cine Macario en 1942, de la Familia Valimaña. El título original de esta película es 'Centomila dollari', del año 1940, dirigida por Mario Camereni, e interpretada por Assia Noris y Amadeo Nazzari (Colección de V.G.L.)

1976, mayo: se habilita el Cine Puertomar en Valdelagrana. Su última temporada será en 1982.
1982, junio: se inauguran las dos minisalas de Multicines Avenida, en la avenida de Andalucía, con «La vida de Brian». El local se cerrará en mayo de 1986.
1984, febrero: incendio del Teatro Principal, el coliseo portuense había cerrado a mediados de 1983.
1993, julio: apertura de cinco salas como Multicines El Paseo. Se ampliarán a nueve en julio de 1996. Cierra sus puertas en abril de 2005.

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Publicidad del Cine Macario. 30 de mayo 1955. Nótese el cachondeo del fino de la publicidad, en relación con los nuevos avances en tecnología del cine. Temporada 19555/56. (Colección M.V.L.)

2002, marzo. El día 31 el Cine Macario, en la esquina de Luna con Misericordia, abierto en 1942 como sala de verano y como cine cubierto en 1978 cierra sus puertas. La familia Valimaña se había visto en la obligación de cerrar la sala de cine que contaba en el centro de la localidad, el Cine Macario, emblema y superviviente de su actividad. Era la única sala que no formaba parte de un multicine que pervivía en la provincia. Contaba con 1812 butacas. Tras su estela queda la trayectoria de la familia Valimaña que comenzó en el negocio en 1935 en el Cine Orpheo, en Puerto Escondido, antes de contar el recinto de Luna.
2003, febrero: apertura el día 7 de febrero, de múltiples salas en el Centro Comercial Bahiamar

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Rafael Alberti Merello. Fotografía de Bernardo Pérez.

ALBERTI Y EL CINE.
“Yo nací, respetadme, con el cine”. Alberti fue de aquellos niños que se quedaban impresionados con el cine veraniego en la plaza del Carbón. Aquellas sensaciones se plasman en este poema del libro ‘Cal y canto’.

"... Y el cine al aire libre. Ana Bolena,
no sé por qué, de azul va por la playa.
Si el mar no la descubre, un policía
la disuelve en la flor de su linterna.
Bandoleros de smoking, a mis ojos
sus pistolas apuntan. Detenidos,
por ciudades de cielos instantáneos,
me los llevan sin alma, vista sólo.
New York está en Cádiz o en el Puerto.
Sevilla está en París, Islandia o Persia.
Un chino no es un chino. Un transeúnte
puede ser blanco al par que verde y negro.
En todas partes tú, desde tu rosa,
desde tu centro inmóvil, sin billete,
muda la lengua, riges, rey del todo...
Y es que el mundo es un álbum de postales.
Multiplicando pasas en los vientos,
en la fuga del tren y los tranvías.
No en ti muere el relámpago que piensas,
sino a un millón de lunas de tus labios.
Yo nací -¡respetadme!- con el cine.
Bajo una red de cables y de aviones.
Cuando abolidas fueron las carrozas
de los reyes y al auto subió el Papa.
Vi los telefonemas que llovían,
plumas de ángel azul, desde los cielos."

El lenguaje del cine mudo marcó el lenguaje de la Generación del 27. El montaje del cine mudo era para estos autores poesía en imágenes. Y en esas llegó el sonoro.

(Textos: Francisco A. Gallardo).

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En la instantanea aparecen, un grupo de padres en el Colegio Espíritu Santo: de izquierda a derecha Javier Benitez Barco, exalumno del Instituto Laboral y carpintero de ribera; un padre de alumno;  Pedro González, arbitro de futbol y empleado de Osborne, conocido por Pedrito; Luis Busto Jimenez, exalumno del Instituto Laboral; otro padre de alumno, don Enrique Bartolomé López-Somoza y Pedro Gil.

Segun las fuentes consultadas el patio del Colegio Espíritu Santo, a finales de los 60 era un barrizal. Las monjas pidieron ayuda a los padres de alumnos y alumnas del Centro que accedieron y con hormigon hecho a mano llevaran a cabo una excelente obra. Desde entonces los niños y niñas ya no se llenarían más de barro.

Don Enrique Bartolomé fue gran impulsor de la mejoría del Centro ya que, aprovechando que algunos padres habian sido alumnos suyos, solicitó la ayuda y bajo la dirección de un maestro albañil, tambien padre de alumno, las monjas pudieron ver recompensada sus oraciones...

La fotografía es de una cena donde asistieron padres y madres del alumnado y aquella noche, es posible que del curso 1969/70, -la madre Rocio seguro que se acuerda de la fecha exacta- se celebrara el final de las obras. Precisamente la cena se celebro ya en el patio totalmente adecentado.

Javier Benitez Barco, carpintero de ribera ya jubilado, alumno de don Enrique Bartolomé en el Instituto Laboral recuerda a la hermana Rocio... Y yo recuerdo a Luis Busto, que colaboró con la Comisión de Homenaje a los Profesores del Instituto Laboral en 1999. Luis Busto nos dejó hace un año. Siempre estuvo en la cantina de la antigua estación de Renfe. Hoy he hablado con su señora se ha emocionada cuando referi lo de nuestros profesores...

Rafael Sevilla López, acude a misa al Convento del Espíritu Santo los domingos a las 11 de la mañana. Rafael recuerda los esfuerzos para la consecución de las mejoras para el Centro. Concretamente la obra del patio destacando a los padres de alumnos y alumnas y con gran cariño a don Enrique. Resaltó su humanidad y recuerda como sus alumnos del laboral formaron una gran cuadrilla que dirigia el querido profesor como si de una clase de historia se tratara.  (Texto: Antonio Carbonell).

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bottaro_solo_puertosantamariaEn una anterior nótula en Gente del Puerto sobre el prolífico Juan José Bottaro Pálmer, autor de obras de escultura, arquitectura, forja, pintura, mobiliario, tapices, etc., glosamos su vida e hicimos referencia a su vasta obra. Lamentábamos que de Bottaro, poco dado a posar ante fotógrafos, existiesen pocos documentos gráficos sobre su persona. Gente del Puerto trae hoy dos fotografías realizadas en el antiguo Convento de Santo Domingo (sede de la Academia de Bellas Artes en 1930), en el centro de sus alumnos y discípulos:  "Sus alumnos predilectos llegan a formar el llamado “grupo de El Puerto”: Juan Ávila Gutiérrez, el mejor, y, luego, Luis Suárez Rodríguez, Luis Rousselet, Manolo Rioja, Isabelita Perdigones… Mención aparte merecen sus discípulos Manolo Prieto, cartelista y medallista, Carlos García Gil, caricaturista, y el más pequeño de todos, en edad, Juan Lara Izquierdo, pintor, que se dedicaron profesionalmente –y con notable éxito– al arte".

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En la fotografía, tomada en 1930, Juan José Bottaro Pálmer, en el centro, debajo del busto de Goya, que descansa sobre un capitel corintio. A la derecha del capitel, en la fila quinta desde el suelo, Juan Ávila. En la cuarta fila desde el suelo, el tercero por la derecha es Felipe Lamadrid. En la fila tercera desde el suelo, primero  por la derecha, el escultor José Ovando Merino. En la fila segunda desde el suelo, el segundo por la izquierda, Manuel Lojo Espinosa, a continuación, de negro, el pintor Juan Lara Izquierdo y el quinto por la izquierda, José Antonio Lojo Espinosa; en la misma fila, tercero por la derecha, Francisco Moresco Farfán. En la fila del suelo, cuarto por la izquierda, Manuel García, padre de Manolo García Campos. (Foto Colección LSA).

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No solo tuvo alumnos, sino también alumnas. Bottaro Pálmer, en el centro de la fotografía, en el antiguo Convento de Santo Domingo. Arriba del busto, Juan Ávila; en la fila superior, a la derecha de la columna de la izquierda, Juan Py Bononato, padre de los Py Cotro y tío de los Py Rodríguez. A la derecha, en la fila superio, Felipe Lamadrid. (Foto Colección LSA).

la-pintura-en-la-vida-cotidiana-andaluzaTodos los citados fueron más bien discípulos de Don Juan. Además tuvo como discípulo  en escultura a José Ovando Merino, imaginero y tallador nacido en nuestra Ciudad, aunque su vida y obras se desarrollaron en Cádiz, donde falleció el 18 de marzo de 2001, a los 89 años de edad, sumido en un injusto olvido por el mundo cofrade de la provincia. El llamado "Grupo de El Puerto" está ya estudiado en el libro de Luis Quesada, "La pintura enla vida cotidiana andaluza", interesantísimo volumen que recoge costumbres y personajes populares de Andalucía, exquisitamente editado en Sevilla por la Fundación Fondo de Cultura de Sevilla (Focus) en 1992, (458 páginas con ilustraciones en color), cuya imagen de portada reproducimos a la izquierda de este texto.

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En la fotografía, Juan José Bottaro, de espaldas a la izquierda de la fotografía (ya hemos señalado que era poco dado a dejarse fotografiar), en la barcaza que le llevaría a la inauguración del monumento que había realizado sobre la Virgen del Carmen (foto pequeña), y que se encuentra en la margen izquierda del río Guadalete. (Foto Colección VGL).

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manolitoelcochino_puertosantamariaManuel Gutiérrez Morillo, Manolito ‘el Cochino’, sin duda alguna uno de los mejores pescaderos (para muchos el mejor) que ha dado El Puerto.  En el mundo del pescado sus facultades innatas y, sobre todo, su generosidad han hecho posible que como porteño sea muy querido y conocido allende nuestras fronteras. El apodo le viene por su bisabuelo, pescadero también como su abuelo y Gabriel, su padre. Su bisabuelo enfermo de viruela quedó con las secuelas de la misma dejandole  unas marcas características sobre la superficie de la piel.  Los pescaderos se sorprendieron y, claro, el cachondeíto de la tierra: “--Está más feo que un cochino.” Nació en la Calle Pozuelo, frente a la desaparecida Sala Pozuelo y se crió con su madre y sus hermanos, a quienes ayudó todo cuanto pudo, circunstancias adversas, ocurre en las mejores familias, hicieron que la figura de su tío Manolo, hermano de su padre, fuera determinante en el devenir de Manolito ‘el Cochino’. La generosidad de la que siempre ha hecho gala es fruto del trato y el cariño de su tío que fuera quién le abriera las puertas al negocio del pescado. (En la fotografía, Manolito ‘el Cochino’ cuando comenzó en el puesto de pescados en la Plaza de Abastos. Puesto que compraría a su tío Manolo y al padre de Pepe Romerijo a finales de los años 50 del siglo pasado).

EL MUNDO DE LA MAR.
Curiosamente la vida de Manuel, al menos en sus comienzos, tiene bastante similitud con la de los pescadores. Las necesidades familiares obligaban a los menores con edades comprendidas entre los 12 y 14 años a zarpar para faenar en alta mar y emprender una trayectoria que no abandonaban durante su vida. En su caso, su madre María y sus hermanos, Josefa, Inés, Carmen y Gabriel precisaron de su trabajo para subsistir. Sus comienzos no fueron nada fáciles. Sus primeros trabajos vendiendo naranjas y agua en la playa y de aprendiz en las Bodegas de Osborne. Durante el servicio militar comenzó a exportar pescados en el mismo tren que lo llevaba a San Fernando, incluso algunos fines de semanas llegaba hasta Córdoba.

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Fotografía tomada en la Feria de Primavera en Crevillet. De izquierda a derecha: Juan Luis Carrillo Lucero, empresario pintor; Vicente Arníz Arévalo, apodado 'Vivi', empresario electricista; Manolito 'el Cochino'; Antonio Sánchez Cortés, sibarita, con un mazo de tickets en la mano; Adolfo Sibila, director de Empresa Consignataria de Buques y Pepe Romero Zarazaga, Pepe de Romerijo.

EL PUESTO EN LA PLAZA.
Una vez licenciado, inicia su andadura en el Mercado de Abastos, gracias a su tío Manolo que le abre de par en par sus puertas en el puesto de pescados que en sociedad tenía con el padre de Pepe Romero Zarazaga, Pepe Romerijo, con nótula propia en Gente del Puerto, situación que le permite conectar con el público y asistir diariamente al muelle pesquero a la subasta de pescado recién extraído de la mar…

A finales de los años 50, después de la muerte de su tío Manolo, compra el puesto de pescados y emprende una extraordinaria labor relacionada con la comercialización de pescados y mariscos que permite en 1963 abrir en sociedad, con su intimo amigo Pepe Romerijo, un nuevo puesto de pescados en la Placilla, frente a la Frutería de Agustín Vela Mariscal.

Miguel Pineda Martí, armador del pesquero ‘Pascual Baldo’ con nótula propia en Gente del Puerto 99, tenía un Biscuter (era un coche considerado una de las pequeñas joyas de fabricación española en los años 50, nacida en una época en la que la falta de materias primas aumentaba el interés por los vehículos de pequeño tamaño y moderado consumo), e iba con Eugenio Espinosa Palacios, ‘Nono’ del Restaurante Guadalete a comprar pescado a Sanlúcar de Barrameda. En varias ocasiones se encontraron por la carretera a Manolito ‘el Cochino’ que se desplazaba con ciclomotor denominado Velosolex, (bicicleta con un motor delante encima de la rueda, de 25 kilogramos de peso, un depósito de un litro de capacidad, y menos de un caballo de potencia, la Velosolex podía recorrer 100 kilómetros a una velocidad de 27 kilómetros la hora). Manolito ‘el Cochino’ que compraba algún pescado para el puesto pedía el favor a Miguel Pineda para que lo trasladara en el Biscutex, a lo que accedía cada vez que se lo encontraba. ‘El Cochino’ empezaba con el puesto…  ¡Iba y venia con una Velosolex!

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Fotografía tomada a principios de los años 60 del siglo pasado en un Fin de Año. De izquierda a derecha: Milagros Castro Utrera, Manolito ‘el Cochino’, Juan Luis Carrillo Lucero y su esposa, María del Carmen Álvarez Serrano, conocida por ‘Puchi’ hija de Rafael Álvarez y cuñada de Ricardo Palacios Mena, de Vulcanizados Ricardo SL, fallecida recientemente.

SUBASTADOR DE PESCADOS.
La continuidad en el puesto de pescados  de la Plaza de Abastos y la ayuda en el puesto de la Placilla por parte de su hermana Carmelita y posteriormente la de su esposa, Milagros Castro Utrera, consolidaba sus conocimientos comerciales. Si bien, al principio, no todo fue fácil, ni mucho menos ya que su mujer, Milagros Castro Utrera, de profesión costurera, tuvo que continuar trabajando en su actividad y más tarde en el puesto de pescado de la Placilla, una vez que su cuñada, Carmelita, se casara. De la misma manera, el hecho de permanecer en el muelle pesquero observando las descargas del pescado, el trasiego y los entresijos diarios de la cadena comercial de la actividad pesquera, hicieron que se especializara, en un principio, como subastador de los barcos que se conocían como Juanelo, barco de pesca de pequeño calado y eslora y de un solo palo.

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En su hábitat natural: en la Lonja del Pescado en esta Banda o Margen Derecha,  mediados de los sesenta del siglo pasado. De izquierda a derecha: Manolito ‘el Cochino’, José Gutiérrez conocido como Pepe ‘El Chofer’, exportador de pescados; Juan Hernández Navarro, vendedor de pescados; José Fernández Bernal, Pepe ‘Chiquete’, subastador de pescado y Pepe Romerijo. De espalda Tomas Cervera, exportador de pescados.

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Fotografía con el cabo de Celadores-Guardamuelles, en Ribera del Río, 30, encima del Bar Puente; era una especie de patio o descansillo de la entrada del piso de Manolito Arniz, cabo de los Celadores-Guarda muelles y padre del pintor Paco Arniz, quien celebraba el bautizo de su hija Tere. Corría el año 1964.  Entre los invitados, vecinos, amigos y familiares, segundo por la izquierda José García Cruz, el que esta agachado, Ramón Quero Llerandi, padrino del bautizo, Manolo Arniz, con botella y bandeja con copas, a su derecha.  Manolito ‘el Cochino’. Quizás el de la derecha fuera Diego Pantoja del Puerto (el de Muebles Pantoja).

Años antes de que comenzará la expansión de su negocio, gracias a la labor que llevó  a cabo con la flota pesquera onubense conocida en la jerga marinera porteña como huelvana, la simpatía, el saber y la cortesía del ‘Cochino’ hizo posible un trato especial por parte de los Celadores-Guardamuelles de la Junta de Obras de Puerto: Luis Sánchez, José Hidalgo Luque, conocido por ‘el Viejo'; Roque, Lore, Ricardo, Niño José, Vicente Morató, Manolito Arniz, padre del Pintor Paco Arniz. Recuerdo que a mediados de los años 60, construidas las viviendas de la Rotonda de la Puntilla para el personal de la Junta de Obras de Puerto, se ofreció a trasladar con su furgoneta DKV el mobiliario y enseres de las familias de los Celadores-Guarda muelles.

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Finales de de la década de los sesenta del siglo pasado. De izquierda a derecha: Pepe Romeijo, su primera esposa y madre de sus hijos, Lola Sánchez de la familia Balcon de El Puerto; Milagros Castro Utrera, esposa de 'el Cochino’; Manolito ‘el Cochino’, Lola Flores, 'la Faraona', Lete y Pepe Bigote Jiménez, 'embajador oficioso' de El Puerto en Madrid. (Foto Caripén).

manolitoelcochino_011_puertosantamariaLa afinidad y amistad que compartía con Pepe Romero Zarazaga, Pepe Romerijo, con nótula propia en Gente del Puerto 13, sería el aldabonazo para contribuir en la década de los años 70 y 80 a que la sinergia de ambos sectores, el extractivo pesquero y el comercial, fuera, sin ningún género de duda, el de mayor esplendor y, como consecuencia, uno de los pilares básicos de la economía porteña. Cabe recordar a Pepito Roselló, Pepe ‘El Chofer’, padre de Jaime Gutiérrez Perea, concejal que fuera de IP; Juan Crespo Rodríguez, ‘Mosco’, Ángel Alonso Alejo, José Agarrado Macias, Juan Hernández Navarro, Miguel Roselló Bertomeu, José González García, la familia Soriano Gómez, ‘Abuja’, Quini Roselló, José Manuel Moy, Miguel Moy, Joselin y además Luis Fernández Chulian, Fali Alonso Gómez, Manolo Ariza, Miguel Payares, José ‘Plaza, ’Fermín Romero Díaz, ‘Abuelita… y toda la marinería, sin excepción de ningún tipo. Merece capitulo aparte la figura de José Antonio Español Caparrós, Ingeniero Director de la Junta de Obras de Puerto, muy particular y controvertido personaje, con el que se entendió a las mil maravillas. (En la fotografia con Pepe Romero Zarazaga).

VENDEDOR OFICIAL DE LA LONJA
A finales de los años 60 las cosas cambiarían ya que Manolito ‘el Cochino’ se asentó económicamente y hasta se permitió a partir de entonces, en bastantes ocasiones, hasta su jubilación, acudir a trabajar a la Lonja de Pescados y subastar el pescado y marisco con traje y corbata.  Genio y figura.

Más tarde, corría el año 1970, ante la incesante progresión de las ventas efectuadas por la presencia de pesqueros de la flota onubense, que faenaba en el Golfo de Cádiz, fue nombrado vendedor oficial en la Lonja de Pescados, uniéndose a los tradicionales vendedores: José Agarrado Macias, Juan Hernández Navarro y Miguel Roselló Bertomeu que se dedicaban a la venta de las capturas de la flota con base en este puerto, compuesta  por 132 unidadades y 1500 tripulantes que faenaban en los caladeros de Marruecos. De aquellas vendedurias, en la actualidad, después de muchas vicisitudes, la única que se mantiene en un maltratado sector pesquero es la de Manolito ‘el Cochino’.  En los años de esplendor de la pesca, sus grandes bastiones y personal de confianza en la vendeduria: Pepe Barbudo en la administración y su primo Paco Sacaluga, en una de las tareas más ingratas, cobrador de las ventas de los pescados y mariscos.

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Genio y Figura. Fotografía en el Restaurante El Resbaladero, mediados de los años 70: Izquierda a derecha. Manuel Camacho Aguilar de Hierros Osca, Maximino Sordo Díaz, propietario del Restaurante, Manolito ‘el Cochino’, Nicanor Gómez Recalde, de Ultramarinos ‘Los Caballos’ y Antonio Crespo Blanquer, de los alicantinos llegados a esta tierra, calpino, conocido por Toni Pala, excelente patrón de pesca.

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Fotografía en el Restaurante de Ramón Muñoz, mediado de la década de los años 80, carretera nacional IV, antes de llegar al Caballo Blanco, misma acera, en dirección a Cádiz. Rincón de Neno estuvo ubicado en el mismo lugar antes de ser Restaurante. Manolito ‘el Cochino’ marcándose unas sevillanas con su amigo Juan Luis Carrillo Lucero. Izquierda a derecha: Pepe Crespo, empresario vinculado a la carpintería, Juan Crespo Rodríguez, exportador de pescados, Ramón Muñoz, hostelero y Antonio Reyes Haro, empresario del transporte, barcos, pescados y mariscos.

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En Casa Lucio, principio de los años 80 del siglo pasado, en Madrid. De izquierda a derecha: Milagros Castro Utrera, esposa de Manolito ‘el Cochino’. Milagros Camacho, segunda esposa de Pepe Romerijo, Paco Villaescusa, excelente persona natural de Yecla (Murcia), Fabricante de muebles, muy amigo de Pepe Bigote Jiménez; Manolito ‘el Cochino y Pepe Romerijo. De pie Lucio Blázquez.

Los prematuros fallecimientos de las esposas de Pepe Romerijo y Manolito ‘el Cochino’, Lola Sánchez y Milagros Castro Utrera, respectivamente, unieron aún más los lazos de amistad. Ambos, con algunos de sus hijos aún pequeños, tuvieron que afrontar sus destinos. En el caso del ‘Cochino’, su cuñada Julia Castro Utrera, quien tomó las riendas de su casa y ayudó a llevar adelante a los hijos de Manolito ‘el Cochino’: María José, Mili, Maleni, Manolo, Inma y María del Mar. En la actualidad, a sus 78 años, Julia sigue al pie del cañón cuidando a su cuñado. Pepe Romerijo se casó en segunda nupcias con Milagros Camacho

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En el Restaurante El Resbaladero: Año 1983, homenaje de despedida a la funcionaria de la Cofradía de Pescadores Magdalena Nimo Real, Oficial de administrativa y cajera, a quien todos conocíamos por Pili. ‘--Anda dame un beso, Pili, que aquí te traigo un regalito’. Una mujer de armas tomar, eficiente cobradora y un hito en el muelle habida cuenta que era la única mujer que entraba en la Lonja de Pescados. Familia de los Nimo. Su hermano Jesús y su sobrino José Luis, concesionario de coches, amigos de ‘el Cochino’. Con este Nimo se le veía mucho en barrera en la Plaza Real.

Sus visitas diarias, en mañana y tarde, a los distintos ‘confesionarios’ eran sagradas: ‘El Guadalete’, ‘El Brillante’, ‘La Perdiz’, ‘Casa Flores’, ‘Paco Ceballos’, ‘La Guachi’ de Romerijo, ‘Betis’, Cervecería ‘Puerto’, ‘Liba’… acompañado en distintas etapas por ‘Antoñon’, Manolito ‘Justicia’, Pepe ‘el Cachorro’ de Lepe y durante los veranos se unía Pepe Bigote Jiménez, con nótula propia en Gente del Puerto 215, que regresaba de Madrid a tomar las aguas… Todo un espectáculo pues no le dolían prendas a la hora de invitar a una copa a los parroquianos que, durante su ‘vía crucis’, estuviera en la barra de los distintos ‘confesionarios’. Lo de comer era otra cosa, mas menos como dice Pepe Neno, con nótula propia en Gente del Puerto 209. Por cierto, hubo un tiempo que fue gotera del Marqués de Pezagua en su Rincón de Neno en Valdelagrana.

Es un personaje campechano que a pesar de la perdida de memoria tras los ictus sufridos todavía a sus 76 años, sigue fumando sus puros habanos y, lo más importante, conservando la elegancia y espontaneidad que siempre le ha caracterizado.  "--Que me quiten lo bailao..." es lo que, desde el afecto, puedo expresar mejor a lo largo de su dilatada y bien aprovechada vida.

Hoy, la crisis que atraviesa la actividad pesquera, también ha hecho mella en el negocio. Sin embargo, contra viento y marea, sus hijos luchan afanosamente por mantener la vendeduria y buscar nuevas alternativas. Su hijo Manuel Gutiérrez Castro, continúa con la aventura empresarial consolidando y ampliando nuevas líneas de negocio relacionados con la pesca extractiva y el mundo de la mar. (Textos: Antonio Carbonell).

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José Manuel Pinto Colorado “Pinto”, es el portero porteño y de la provincia de Cádiz de mayor prestigio en estos momentos.  Pinto, que ha sido el portero titular en la Copa del Rey  2009,  habiendo repetido en la final jugada anoche en el estadio del Mestalla, entre el Barcelona y el Atlético de Bilbao.

11075372Ha sido el premio a su trayectoria en esta competición, donde ha tenido actuaciones muy destacables, caso del partido de semis ante el Mallorca, donde se erigió en protagonista al detener un penalty que habría forzado la prórroga. Anoche, desde El Puerto, lo vitoreamos  en su triunfo con el Barcelona ¿Le llamó anoche el presidente Zapatero, aficionado culé?

Nacido en El Puerto el 15 de noviembre de 1975, se formó en el CD Safa San Luis, hasta que a los 18 años fichó por el Betis. El equipo sevillano le daría la oportundiad de debutar en Primera División. Fue el 10 de mayo 1998, cuando ante la baja de Valerio le subieron al primer equipo y aprovechó otra lesión de Toni Prats para demostrar sus credenciales.

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Sin embargo, no sería en el Betis donde adquiriría la regularidad necesaria, sino en el Celta de Vigo, club en el que desembarcó ese mismo verano y en el que fue partícipe de los mejores años de su historia. Con el club celeste participó en dos ocasiones en la Copa de la UEFA y una en la Liga de Campeones. Además, fue campeón de la Copa Intertoto en el año 2000 (jugando como titular los dos partidos de la final ante el Zenit ruso) y subcampeón de la Copa del Rey en 2001. Su mayor éxito, aparte de contribuir en la clasificación para la Champions (2003/04), fue el Trofeo Zamora de la temporada 2005/06. Aquel curso Pinto encajó 28 goles en 37 partidos disputados (0,75 goles por encuentro), cifra que ayudó a los gallegos a terminar sextos en la Liga y clasificarse para la Copa de la UEFA. Un año antes, el Zamora había sido para Víctor Valdés, compañero suyo en el Barça.  Era uno de los guardametas españoles con mejor cartel, pero su implicación con el Celta en los momentos difíciles evitaba su salida. Disputó 126 partidos jugados en Primera, 56 en Segunda A y compromisos tanto en la Liga de Campeones como en la Copa de la UEFA.

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Hasta que el Barcelona llamó a su puerta. Entonces lo tuvo claro. Trenes como esos sólo pasan una vez en la vida y ahora Pinto disfruta trabajando junto algunos de los mejores futoblistas del planeta, aprendiendo y enseñando, porque un hombre con su veteranía siempre tiene muchas cosas que asportar.. Los azulgranas desembolsaron 500.000 euros por la cesión de seis meses, reservándose una opción de compra sin coste adicional. En su primera temporada en Barcelona jugó 3 partidos de Liga, en los que encajó 8 goles. Después, el Barça ejerció la opción de compra y le hizo un contrato de 2 temporadas. Ahora, pese a que está a la somba de Valdés, aprovecha muy bien los partidos de Copa del Rey para seguir demostrando que es de los mejores en su puesto. Su último logro, el penalti que le paró a Martí, jugador del Mallorca, vital para que el Barcelona jugara la final.

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PALMARÉS.
Celta de Vigo 2001/02 Subcampeón Copa del Rey Títulos individuales 2005/06 Zamora Liga española

PERFIL.
Pinto es un guardameta de buena planta, mide 1'85 y tiene un peso de 82 kg. Esta corpulencia le convierte en un jugador muy seguro en los balones aéreos, pero no le impide tener unos reflejos muy vivos.

makinaciones_puertosantamariaPrecisamente es esta segunda la mejor de sus virtudes: tiene la capacidad de parar o de rechazar cualquier remate, aunque se haya producido a pocos metros de distancia. Además, se trata de un guardameta solvente en el resto de acciones de juego.

WAHIN MAKINACIONES.
Simultaneando su carrera futbolística José Manuel Pinto, bajo el nombre artístico de Wahin, se ha destacado como productor y compositor de música hip hop. En 2006 fundó su propia compañía discográfica, Wahin Makinaciones

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"Mi carácter viajero y turístico se demuestra desde los primeros instantes de mi existencia. Fecundado en Zaragoza, de padres maños (lo que ha marcado mi forma de pensar), viajé en el vientre de mi madre hasta Madrid en donde nací un lejano ya 16 de diciembre de 1944, en plena crisis económica (quizás nos suene algo este tema), en una madrugada de nieve, según me han contado, aunque sin problemas de tráfico y sin necesidad de cesar a ningún ministro, porque en la calle, incluso en Madrid, pasaba un coche cada 20 minutos. Mi padre, buen periodista, se incorporó a la redacción del diario Madrid y arrastró al resto de la familia hasta la Villa y Corte. (En la fotografía superior, Luis José Estaban Solinís. Instantánea tomada el 27 de abril de 2009).

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Luis José, el primero abajo por la derecha, con el equipo de los Corazonistas, en Madrid, a principio de la década de los cincuenta del siglo pasado.

Cursé estudios en el Liceo Francés y en el Sagrado Corazón de la capital de España, lo que me permitió aprender la lengua francesa con cierto desparpajo y recibir, en unos tiempos difíciles, enseñanzas más que liberales para la época y muy acordes con la misma por la influencia religiosa. El periodista cambiaría de trabajo para encargarse de la edición de los números especiales de la revista Mundo Hispánico (órgano difusor del Instituto de Cultura Hispánica), lo que propició que, todavía muy pequeño, tuviera la ocasión de viajar en aviones de hélice a casi la totalidad de los países de Iberoamérica, lo que me desarrolló una especial predilección por conocer personalmente distintas culturas y paisajes.

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El matrimonio de mis progenitores se rompió a la antigua usanza, es decir “marchándose papá a comprar tabaco” cuando tenía 12 años, lo que trastocaría los planes de futuro a partir de terminar el, entonces, curso Preuniversitario con 16 años y comenzar a trabajar con esa edad en una Agencia de Viajes (Iberotours) en donde, no podía ser menos, continué viajando en la cabecera de un autocar con cien maletas en el techo y 40 turistas sentados confiando en ese, todavía niño, que hacía las labores de guía.

luis_esteban_rota1969_puertosantamariaFueron casi seis años de dedicación hasta que tuve la ocasión de ascender en la profesión cambiando a otra Agencia (Saura’s Travel), también en Madrid. Gracias al Trofeo Ramón de Carranza de 1968 en el que jugaban cuatro equipos españoles, y a bordo de un Simca 1000 alquilado, aparecí en la provincia de Cádiz buscando alojamiento para 300 personas componentes de peñas deportivas y lo lograría en el Hotel Playa de la Luz de Rota. Su director me hablaría de la intención de abrir una Agencia de Viajes para poder hacer excursiones radiales a sus propios clientes, procedentes de Bélgica, Inglaterra y Alemania y así, de carambola, desembarqué en Rota un 1º de Diciembre de 1968, para dirigir Viajes Costa de la Luz. Desde el primer momento comprendí que había descubierto el paraíso y que esta tierra sería mi verdadera patria. (Luis José Esteban, al poco después de llegar a Rota, en 1969).

LLEGADA A EL PUERTO: VIAJES ACUARIO.

Ya en 1970 di un paso adelante y con un grupo de amigos (Javier Merello; Vicente Moreno; Faustino Pastor y Andrés Gago), decidimos formar la sociedad Viajes Acuario con sede social en la Calle Larga, 83 de El Puerto de Santa María, y trasladarnos a esta ciudad para vivir en la Calle Luja, y disfrutar del encanto y embrujo que El Puerto tenía en aquel entonces, lejos de problemas de tráfico y del ambiente cosmopolita de hoy en día. Una ciudad bodeguera y pescadora con su vaporcito, su castillo casi en ruinas, sus palacios, sus templos, su Plaza de Toros, sus playas prácticamente vírgenes y sus hoteles (Fuentebravía y Motel El Caballo Blanco como buques insignia) y, sobre todo, su gente, una gente digna heredera de Juan de la Cosa, Muñoz Seca, Isaac Peral y, en aquellos años entre paréntesis, Rafael Alberti. Ciudad en la que se jugaba al fútbol frente a lo que hoy es la Comisaría de Policía; en la que se visitaba al médico en el Hospitalito; en la que se comía en la antigua Aduana o se bailaba en el actual Restaurante El Faro.

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Hotel Fuentebravía, en la playa que se ha vuelto a llamar de Fuenterrabía. También era conocido como 'El Parador', su propietario, José Luis Kutz Muñagorri fue el primer presidente de la patronal de hostelería HORECA.

De aquel tiempo es la historia en la que pregunté al propietario del Hotel Fuentebravía, persona curiosa donde las haya, que cómo siendo él navarro había llegado hasta El Puerto para invertir en un Hotel. Y me contó que se recorrió todo el litoral peninsular y cuando vio ese terreno que adquirió, pensó que "si a la izquierda estaban los Jesuitas y a la derecha los americanos, era el mejor sitio del mundo". Y no por esta causa pero si por todo lo que El Puerto encierra y abre a todo aquel que lo quiere descubrir es por lo que, sin duda, es lo mejor del mundo.

En Viajes Acuario crecí como persona y como profesional y disfruté participando en el irrefrenable desarrollo turístico de la localidad. Hotel Puertobahía; apartamentos Puertomar como pioneros del desarrollo de Valdelagrana; Golf de Vista Hermosa; Paseos Marítimos; Puerto Sherry, etc. y, ya con dos hijas nacidas en esta localidad, la inauguración del Casino Bahía de Cádiz, que marcaría el comienzo de una nueva carrera profesional como Director Comercial del mismo.

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charles-aznavour1Sin duda fueron los doce años más intensos de mi vida. A mi entender, el Casino se convirtió en el punto de encuentro más importante de la provincia en esos años. Se consiguió que fuera un centro de ocio con sala de juegos más que un Casino con dependencias auxiliares. Por el Casino pasaron las principales figuras del espectáculo, desde Charles Aznavour a Rocío Jurado, pasando por Albano, Massiel, Mari Trini y un largo etcétera. Mecano actuaría por primera vez ante el público en la Discoteca Dados del Casino; Bertín Osborne haría la propio en la Sala de Fiestas.

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Luis Esteban, a la izquierda, en la Fiesta de la Cruz Roja celebrada en el Casino. En el escenario podemos ver al actor Pepe Sancho y la actriz María Jiménez.

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Luis Esteban con el actor Juan Diego, en una de las Semanas de Cine Español celebradas en el Casino Bahía de Cádiz.

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En la Cena de la Prensa que el Casino organizaba anualmente. Podemos ver a periodistas que entonces ejercían en la provincia de Cádiz y que hoy ocupan puestos relevantes en el panorama informativo andaluz. A la izquierda, Antonio Yélamo Crespillo, Jefe de Informativos de la Cadena SER; Eva Rodríguez de la Milla, a la sazón periodista de la SER y esposa y compañera de Luis José; en el fondo, Joaquín López Saez, Director de COPE Andalucía, y junto a nuestro protagonista, Tily Santiago, actual directora de Medios de Comunicación de la Junta de Andalucía, con nótula propia en Gente del Puerto.

Se reunieron cuatro ministros en le Fiesta de la Cruz Roja; expusieron infinidad de artistas en la Sala de Exposiciones; se harían Congresos (alguno de ellos con celebración de la Santa Misa dentro de las instalaciones); Semanas de Cine con la presencia de actores durante toda la Semana como Maribel Verdú o Juan Diego; Fiestas Gastronómicas todas las semanas (El Gourmet); Conferencias tan interesantes como la que pronunció Álvaro de la Iglesia, José Manuel Lara, Vicente Alexandre, etc.; las Regatas dentro de la Semana Náutica de El Puerto; trofeos deportivos de todo tipo y tantos otros recuerdos y hechos relevantes.

casinosPero a finales de noviembre de 1991 se me presentó la posibilidad de trabajar en el Algarve (Portugal) y allí que moví a mi nueva familia durante dos años, aunque manteniendo la casa en El Puerto y volviendo en el 94 para comenzar a trabajar en el Ayuntamiento de Jerez y, posteriormente, hasta el día de hoy en la Mancomunidad de Municipios del Bajo Guadalquivir.

Como resumen, casi 50 años trabajando en algo que, si volviera nacer, elegiría de nuevo: El turismo. Mi legado personal son los cuatro hijos que dejo en este mundo, y mi mujer que me sigue aguantando lo que es un gran logro y tantos amigos que soportan estas historias del “abuelo” (que por tres veces soy). Mi legado profesional, el haber sido un espectador del desarrollo turístico de la provincia de Cádiz y, quizás, haber contribuido con un granito de arena para que El Puerto y sus poblaciones colindantes puedan ofertar el tesoro de su tierra al mundo entero.

Para el futuro quedan mis ganas de seguir trabajando, porque, excepto los 10 minutos diarios para afeitarme frente al espejo y darme cuenta del paso del tiempo, el corazón y las fuerzas me animan  a continuar en el tajo, como cuando con 16 años entré por primera vez para trabajar en una Agencia de Viajes y darme cuenta de la responsabilidad que se tiene en lograr el disfrute del turista.

Por mis más de 40 años entre vosotros, gracias y levanto mi catavino a vuestra salud con ese oro líquido que es el fino de El Puerto, como, seguro, lo seguiré haciendo, como mínimo en los cuarenta siguientes."

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