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Francisca de Sales Pilar Rodríguez nació el 21 de noviembre de 1962 en El Puerto. Sus padres Aurelio y Ángela, ambos de Badajoz, como toda su familia materna y paterna, siendo ella la mayor de cinco hermanos y la primera andaluza de la familia.

1962.

En 1962 era alcalde de la Ciudad Luis Portillo Ruiz. Manuel Martínez Alfonso publica su libro «El Puerto de Santa María en la Literatura Española». Se rueda en El Puerto la película ‘La Becerrada’ con Fernando Fernán Gómez; la Plaza de Toros y el Vapor, espacios inmortalizados. Rafael Alberti publica ‘Poemas Escénicos’ primera serie.

Se inauguraba el Hotel Meliá ‘El Caballo Blanco’. El ayuntamiento concede la Medalla de Oro de la Ciudad al dictador y Jefe del Estado, Francisco Franco. Se inauguraban las viviendas de La Pescadería, reciente y parcialmente derrumbadas para recuperar la Plaza del Carmen. Empieza a realizar su labor docente el Colegio La Salle que, en septiembre, inaugura el Curso 1962/63. Nacen el investigador Bernardo Rodriguez Caparrini, el compositor carnavalesco Luis Galán, la actriz Montse Torrent, el navegante Epi Unzueta Melgarejo y ell fotógrafo Manuel Bernabé Gatica. El comerciante Miguel Ángel Mena Rodríguez. El transportista Antonio Andrades Arana ‘Carambito’.

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Sales, en una fotografía del colegio, con una imagen detrás que está muy de actualidad.

De pequeña vivió en la Barriada Sericícola, frente al antiguo Penal. Luego pasó a Crevillet, junto a  la playa de La Puntilla. Inicio sus estudios de primaria en el colegio Sericícola y los continuó en el colegio Antonio de La Torre. El bachillerato, nocturno, lo cursaría en el Instituto Santo Domingo. Como anécdota, Sales recuerda como cuando era pequeña se escapó el Lute, y dado que su casa estaba frente al penal, los guardias civiles fueron a registrar, pensando que se podría haber refugiado allí.

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De izquierda a derecha, el concejal Manuel Lojo, Sales, el acalde Fernando T. de Terry, marino desconocido, los sacerdotes Anastasio Pérez de Andrés capellán de la Ciudad y del Penal, y el arcipreste Manuel Salido Gutierrez. Por último, el primer Teniente de Alcalde, el médico ginecólogo Carlos del Poyo Navas. /Foto Rafa. 12 de octubre de 1973.

Durante su infancia en 1973, fue la ganadora del concurso de redacción que que el Ayuntamiento organizó ese año entre los colegios de El Puerto con motivo de la Fiesta de la Hispanidad.  Con diez años y muchos nervios, en la plaza del Castillo, ante una gran cantidad de personas, tuvo que leer su redacción y luego recibió de manos del alcalde, a la sazón Fernando T. de Terry Galarza (ver nótula núm. 749 en GdP) el premio, consistente en una placa, mil pesetas, una muñeca que hablaba y cantaba y una comida en el Club Náutico.

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Una modelo posa en Bodalia 2012 en el Monasterio de la Victoria una creación de Sales.

LA MODA.

Casi todos sus trabajos han estado centrados en la moda. Su abuela paterna era modista en Sevilla y de ahí la venia la afición al mundo de la costura. Siempre soñó con pasarelas de moda. Ella no quería ser modelo, quería ser quien vistiera a las modelos. Recuerda con cariño, como su abuela al morir, le dejo su máquina de coser. Desde entonces su vida ha estado muy ligada a una de estas máquinas como principal herramienta de trabajo.

Obtuvo el título de Patronaje y Diseño y a continuación el de Maquinista Industrial. Esto le permitió trabajar durante dos años en Mavi, fábrica de  ropa deportiva ubicada en El Puerto de Santa Maria. Continuó formándose, realizando cursos relacionados con la moda y el comercio: escaparatismo, diseño, psicología de ventas, decoración de interiores, captación y fidelización de clientes, inglés en el comercio,  así como ofimática, primeros auxilios, auxiliar de clínica y defensa personal. De poco, un todo.

Ha llevado a cabo varios desfiles de moda: Desfile dedicado a Caritas en el Hotel Monasterio San Miguel, durante nueve años seguidos. Bodasur, durante dos años. Hotel Vinci Costa Golf, en Chiclana, dos años. Bodalia, en el Hotel Monasterio San Miguel, dos años. Varios pases para el CCA: Mucho Teatro, plaza de la Iglesia y calle Luna. Hotel Los Jandalos Santa María. Asimismo, ha colaborado en la organización de galas benéficas, el certamenMiss Flamenca y la revista Tu Boda.

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Una modelo de Sales Cittá en un desfile celebrado en Hotel Santa María.

SALES CITTÁ.

La tienda, para ella, fue un sueño hecho realidad. Nunca pensó que llegaría a cumplirse: "--Una tienda de novias era algo maravilloso", afirma. El sueño se cumplió: su tienda se llama ‘Sales Cittá’. Se encuentra en el número 12 de la calle Cielo, (junto a Bodegas Terry). Se dedica al mundo de la ceremonia y fiestas en general: madrinas, padrinos, batones, arras, fiesta, flamenca, complementos, tocados, comuniones…

Sales, apuesta por la moda andaluza y tiene la suerte de contar con la colaboración de cuatro diseñadoras portuenses como son Carmen Peña, Matilde Moreno y Antonia La O, en novia y fiesta, y Ana Martin Arroyo, creadora y artesana de  tocados. En caballeros, cuenta en exclusividad para El Puerto, con la firma de renombre europeo Enzo Romano.

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Jorge Javier Vázquez luciendo una creación de Sales, en la última gala Miss Trans Star Internacional, celebrada el 4 de agosto en Barcelona.

JORGE JAVIER VÁZQUEZ. 

Uno de los últimos trabajos realizados ha consistido en ser la firma encargada de vestir a los presentadores de la gala Miss Trans Star Internacional 2013: Jorge Javier Vázquez y demás colaboradores.

Su afición principal es su trabajo. También la gusta andar --afirma que la relaja--. Es muy charlatana, en el mejor sentido de la palabra, y divertida y su mejor carta de presentación es su sonrisa. Da gracias a la vida por los dos  hijos que tiene, Ángela y Manuel Jesus, una familia y muchos amigos que la estiman y quieren.

fcamacho_foto_adrian_morillo_puertosantamariaFernando Camacho Moreno es natural de Sevilla. Nació en 1950 y pertenece a la etnia gitana. Llegó a El Puerto con 18 años con su familia, y aquí permanece cuando está a punto de cumplir 63 años. Casado con Carmen Navarro Torres, tienen cuatro hijos.

Fernando, que ha trabajado también en la construcción, es un recolector/vendedor de frutos de la tierra, cuando la tierra los da: en temporada. Lleva mas de 25 años en la Placilla, vendiendo varias clases de productos perecederos, empezando la temporada en primavera con los caracoles, para luego vender higos --chumbos y malagueños o mal llamados ‘moscatel’ que no tienen espinas-- en verano, a continuación en otoño vendrán las castañas, y después echan el invierno con las tagarninas y los espárragos. Y vuelta a empezar. /Foto: Adrián Morillo.

1950

En 1950 era alcalde de la Ciudad, Eduardo Ciria Pérez.  La población de hecho era de 28.300 habitantes, la de derecho 28.368 con un número de 5.595 de hogares censados. El poeta José Luis Tejada refunda junto a otros escritores la revista gaditana de poesía ‘Platero’. Rafael Tardío expone en el Círculo de Labradores de El Puerto. El anterior Jefe de Estado, el dictador Francisco Franco visitaba El Puerto. Nacía María del Carmen Asensio, nadadora profesional y ganador de los pesos pluma de boxeo amateur en 1972, Paco García Serrano. El músico de carnaval Manuel Albaiceta Revuelta.

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En primavera, con los caracoles y las cabrillas. Año 2007, con el inicio de la crisis. /Foto: Fito Carreto.

Su mujer, Carmen, que permanece junto a él en puesto que tiene frente a una de las puertas del Mercado Municipal, la de la Placilla, está deseando intervenir: «--El alcalde tenía que dar más licencias para que se pudieran poner, como antes, más puestos como los nuestros. Hay familias que pueden subsistir con este trabajo, duro pero digno». Y tercia Fernando: «--Pero es que los fruteros se quejan, porque pagan mas impuestos que nosotros». Y continúa su mujer: «--Aquí pagamos 50 euros por un metro de ocupación de la calle, mientras que en Jerez se ponen a vender en la vía pública lo mismo que nosotros, sin costarle una moneda. Que diferencia --o que injusticia-- en tan pocos kilómetros de distancia», sentencia. /Texto: José María Morillo.

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En la actualidad, Fernando y Carmen, delante del puesto de higos chumbos y malagueños (que no 'moscatel' como le gusta afirmar al recolector), en su puesto de la calle de la Placilla, frente a la puerta del Mercado Municipal.

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cangrejorojo___puertosantamaria copiaFue a mí tío José al primero que se lo oí pronunciar un domingo de agosto en La Puntilla, principio de los setenta, con esa media voz como de espías que ponían siempre los mayores cuando hablaban de secretos familiares o de política. Dijo “el Cangrejo Rojo” y enseguida mi tío Manolo y mi padre se perdieron con él, orilla abajo, en dirección al Castillito. Yo ya había escuchado en la clandestinidad doméstica del corredor de mi casa que mi tío José era comunista (de la filiación política de mi padre y de mi tío Manolo no había  podido averiguar nada todavía), por lo que imaginé que igual se habían citado, en alguna parte del litoral menos concurrida, con un alto cuadro del Partido, para cerrar los últimos detalles de una democracia que estaba al caer.  El Cangrejo Rojo, continúe con mis ya por entonces brillantes deducciones, podía ser el apodo en clave revolucionaria de Santiago Carrillo o de Marcelino Camacho, o del mismísimo Rafael Alberti, que lo mismo tenía un piso franco camuflado, con vistas al mar, en La Arboleda Perdida. /Anuncio en ABC.

Cualquiera de ellos podía ser el autor intelectual de la emboscada definitiva que acabaría para siempre, esta vez sí, con el Caudillo, quizá en su próxima visita a Cádiz, tal vez en la tranquila intimidad de su habitación del Motel Caballo Blanco (siempre la misma), donde pernoctaba cuando bajaba a la provincia. Cangrejo Rojo, Caballo Blanco, no estaba mal como título para una novela con la que El Puerto pasaría a formar parte de la historia gloriosa de todas esas ciudades europeas que se rebelaron y derrotaron al fascismo gracias a algunos héroes anónimos. En el caso que nos ocupa, mi tío José, mi tío Manolo, y Rafael, mi padre, los tres en meyba y con la espalda hasta arriba de Nivea.

Pero no, el Cangrejo Rojo tenía más de Freud que de Marx. Lo descubrí unos años más tarde, a esa edad en la que tan importante como la lucha incansable por la implantación de una sociedad sin clases es la utopía fervorosa e igualitaria del deseo carnal. Aquel Club de Vacaciones, poseía, justo delante del hotel, una zona de dominio público en la que retozaban medio en cueros, soñolientas y despreocupadas, ardientes hembras francesas (las suecas de aquí) que, no teníamos ninguna duda, venían buscando lo que venían buscando. La España alegre y faldicorta, de la que hablaba Fraga como símbolo de modernidad, era una película de Walt Disney al lado de aquel cine con dos rombos que se rodaba cada verano al final de Vistahermosa, en un Puerto ya preparado para el turismo y para lo que hiciera falta,  en el que, más temprano que tarde, acabaría triunfando la república dependiente y festiva del amor libre. Nos lo merecíamos, pues habíamos pasado sin traumas, y con una saludable alegría epidérmica, del refajo al traje de baño y del bikini al despelote, gracias sobre todo a nosotros, jóvenes y sobradamente acalorados, machotes coquineros en permanente estado de ebullición, atletas sexuales de la Ciudad de los Cien Palacios y un Número Indeterminado de Fantasmas.

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Edificio principal del Cangrejo Rojo, enclavado junto al Pinar de Mochicle.

No voy a negarlo (salvo la primera vez, que me puse las gafas de buzo, el resto de comparecencias las hice siempre a cara descubierta): yo también fui de excursión a esa playa libertina, a la edad en la que, según Quevedo, uno “vivía amancebado con su mano”. Y sí, también doblé bastante la vista a la derecha (en el camino de vuelta, a la izquierda), bizqueando mucho para no perderme detalle, sin dejar nunca de andar, porque si te parabas, algún gabacho, sólo por  disimular (era vox populi que todos tenían más venas que una caja de huevas), podía ponerse gallito, acomplejados como estaban por un pasado de guerras perdidas y un presente de cuernos bien puestos.

Sí, definitivamente el Cangrejo Rojo tenía mucho más de Freud que de Marx. (Texto: Pepe Mendoza).

Más información en Gente del Puerto: 

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Fachadas del palacio de Uriarte y Borja, en Fernán Caballero (portada) y calle Comedias.

Palacio del Capitán General Francisco Javier de Uriarte y Borja (ver nótula núm. 169 en GdP), nacido en El Puerto de Santa María en 1753, hijo de un vasco de Azpeitia y de una riojana. Fue marino, llegando a la mayor dignidad de su carrera, es decir Capitán General de la Real Armada Española en 1836. Asistió a la famosa batalla naval de Trafalgar, al mando del navío Trinidad, que fue el que puso fuera de combate al buque almirante inglés en el que Lord Nelson halló la muerte.

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Patio interior del Palacio, cuando era escritorio de Bodegas Osborne.

En 1822 Uriarte y Borja se retiró a vivir en nuestra Ciudad, donde falleció en noviembre de 1842, sin dejar descendencia. En 1983, sus restos mortales, como Capitán General, fueron trasladados desde el Cementerio de El Puerto hasta el Panteón de Marinos Ilustres de  la vecina localidad de San Fernando, en un acto organizado por el colaborador de estas páginas, Luis Suárez Ávila (ver nótula núm. 128 en GdP).

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Planta alta de escritorios de Osborne.

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Otra imagen del Palacio de Uriarte y Borja.

En dicho palacio, donde estuvieron los escritorios de Bodegas Osborne (entre las calles Comedias y Fernán Caballero), se encuentran en la actualidad, tras su destrucción, la sede central de Bodegas Osborne, un edificio moderno para su época, hoy sobredimensionado para el personal que trabaja en las mismas.

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Solar del desaparecido palacio tras el derribo, sobre el que se construirían las actuales oficinas de Osborne.

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Actual sede del Grupo Osborne. /Foto Mata. Año 2002.

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Hotel Doña María, en la calle Don Remondo. Sevilla.

La portada del Palacio Uriarte y Borja, tras el derrumbe, se encuentra en Sevilla, sirviendo de puerta de acceso al Hotel Doña María, en la calle Don Remondo.

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Patio porticado del Colegio de las Esclavas, antiguo Hospital de la Santa Misericordia

Soy portuense nacido en la calle Misericordia, hermano de "Los  Afligidos" con sede en la capilla del Hospital de San Juan de Dios y desde 1981 vivo en Granada, vinculado a la Orden Hospitalaria. ¡Qué cantidad de coincidencias! Estas coincidencias, mi curiosidad y ser médico, me han llevado a indagar el paso de la Orden Hospitalaria por el Puerto.

En el Puerto en el siglo XV existían entre siete y diez Hospitales, uno de ellos era "La Santa Misericordia" dependiente de la "Hermandad de la Misericordia", encargada -al menos desde 1492- de enterrar a los cadáveres abandonados. Un poco después, en Granada en 1539 Juan Ciudad (San Juan de Dios) crea la Orden Hospitalaria al abrir su primer Hospital en la calle Lucena, separando en distintas salas, por primera vez, a los enfermos según la patología. Dicha Orden llega al Puerto, en distintas fechas -entre 1587 y 1605- para llevar tres de los Hospitales portuenses (Santa Lucia, Real de las Galeras -militar- y Santa Misericordia). A finales del siglo XVI de todos los Hospitales que habían en el Puerto quedaron sólo estos dos últimos. A mediados del siglo XVII la Hermandad pasa a llamarse "De la Misericorida y San Carlos Borromeo" situándose -el Hospital y la Ermita- en la calle Juan Canela, entre las actuales Luna y Misericordia.

Cuando el Duque de Medinaceli en 1660 adecentó la Santa Misericordia, lo cede a la Orden Hospitalaria. Tras unos años de convivencia, entre la Orden y la Hermandad, esta última decide marcharse y cambiar de nombre por "la Santa Caridad", con el fin de crear un nuevo Hospital situado en la ribera del río con donaciones de algunos cargadores de indias (Vizarron, Eguiarreta, Valdivieso y Winthuissen). La Orden continuó su labor en el Hospital de la Santa Misericordia en graves momentos para el Puerto, como la Peste de 1819 y fueron el consuelo y el amparo de los portuenses, dentro y fuera del Hospital. Con el gobierno de Mendizabal se ven obligados a abandonarlo en 1835.

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Hospital de San Juan de Dios en desuso. En primer término la Capilla de los Afligidos.

Después de la desarmotización de Mendizabal, el primer Hospital de la Santa Misericordia será Biblioteca y Escuela, hasta que en 1923 fue donado a la Congregación de Esclavas del Sagrado Corazón para crear un colegio, está rehabilitación la costeó el Conde de Osborne y en su capilla yo hice la primera comunión. ¡Otra coincidencia! Y el Hospital de la Caridad, pasó a la Junta Municipal de Beneficiencia, llamándolo "Hospital General de San Juan de Dios" estando al cuidado de la enfermería las Hijas de la Caridad desde 1874. El Dr Federico Rubio lo dotó de material quirúrgico, y años más tarde en 1914 fue rehabilitado por doña Micaela Aramburu. Este Hospital se clausuró hace unos años por el mal estado del edificio. Esperemos que dicho Hospital vuelva a ser una realidad no muy lejana.   /Texto: Pascual Vicente Crespo Ferrer

antoniogonzalezsabioEn la Plaza de Toros de El Puerto de Santa María se celebró un festival en homenaje a Antonio González Sabio, con motivo de su retirada de los ruedos como banderillero, el 15 de febrero de 1998, hace quince años. Tras el paseíllo, las peñas locales entregaron recuerdos a nuestro protagonista. Sol, un tercio de entrada. Victor Janeiro indultó un novillo.

En el primero, José Luis Galloso se entendió con un astado de Hermanos Sampedro. Compartió quites al alimón por chicuelinas con Niño de la Capea y el propio Galloso alternó en banderillas con González Sabio. Oreja. En el segundo, Niño de la Capea no consiguió nada con un novillo de Fuente Imbro. El novillo manseó y no dio el juego apetecido. Saludos en el tercio. En el tercero, Litri sedujo con un gran ejemplar de El Torero, que fue aplaudido fuertemente en el arrastre. Bien Montiel con las banderillas, dos orejas.

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El Niño de la Capea, González Sabio y Celso Ortega. / Foto: Colección V.G.L.

homenajegonzalezsabio_puertosantamariaEl cuarto, para Rafael Camino con un novillo de Las Condesas de Hermanas Marín, silleto y bravo en el caballo. Bien Copano en banderillas. Oreja. NuestroCelso Ortega en el quinto con un novillo de Marcos Nuñez. Picado acaso en exceso, el matador le cortó lal oreja.

El inefable Jesulín de Ubrique jugueteó con un ejemplar de Núñez del Cuvillo que le planteó problemas; ovación y saludos. El séptimo para Finito de Córdoba, con uno de Nuñez del Cuvillo que se rajó y no tuvo fijeza, oreja. El octavo fue para Víctor Janeiro con un novillo de Nuñez del Cuvillo. Fue la faena de la tarde, un gran novillo y un torero muy pulcro, muy preparado que supo estar más que a la altura de "Turulato" --número 6-- que fue indultado a petición del público por el presidente, a la sazón Fernando Gago, que se resistió lo preciso para cubrir el expediente. Fue un gran novillo, con nobleza, son, recorrido e incansable en sus viajes, cada vez más arriba. Víctor Janeiro estuvo muy bien con él y pegó un aldabonazo muy fuerte en El Puerto.

Capea regaló el sobrero de Herederos de Carlos Nuñez, un toro que cabeceaba y embestía rebrincando y con el que no pudo dejar más que detalles. Palmas. Como curiosidad, comentar que, por la mañana, habían toreado en otro festival en Campillos (Málaga), Celso Ortega, Finito de Córdoba y los hermanos Janeiro.

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Saludando con el ganadero Luis Sánchez y José Luis Galloso, en el coso portuense. /Foto: Colección Vicente González Lechuga.

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gegoriomaranon_por_sorolla_puertosantamariaEn la revista local “Cruz de Guía”, que edita la Hermandad del Dolor y Sacrificio, correspondiente a la Semana Santa de 1968 –hace 45 años- se publicaba la reproducción de una cariñosa carta remitida por Gregorio Marañón Moya, en aquella fecha director del Instituto de Cultura Hispánica, hijo del insigne médico, escritor e historiador, Don Gregorio Marañón Posadillo, uno de cuyos párrafos transcribimos: “… Cuando cumplí la mayoría de edad, mi padre me llevó a El Puerto y allí, en sus aguas azules de sol y sal –de cielo y tierra- mi padre, con una gran concha de sus antepasados me volvió a bautizar. Es ello para mí un recuerdo emocionante y siempre vivo.” /En la imagen, Gregorio Marañón Posadillo, visto por el pintor Povedano.

Esta tradición familiar de bautismo simbólico con agua de mar de la bahía de Cádiz,  desconocemos si se realizó  con sus otros hermanos y generaciones posteriores, aunque damos por hecho que también la experimentó su padre y, presumiblemente, sus ascendientes maternos, los Vernacci, vinculados nada menos que en cinco generaciones con Cádiz y El Puerto, de entre los que destacaré a Juan Vicente Vernacci, significado miembro de la Armada, comandante de la nao “Magallanes”, responsable, entre otras misiones y acciones de mérito, del levantamiento de los planos del puerto mejicano de Acapulco, en 1808. En la genealogía de la rama materna de Marañón sería el abuelo de su bisabuelo.

Al ser tan evidente la comunión del eminente y prestigioso personaje con El Puerto de Santa María cobró fuerza popular la creencia de que su madre, Carmen Posadillo Vernacci era portuense. No parece que sea así, o mejor dicho, exactamente así, puesto que no figura incluida en el listado de nacidos del Registro Civil que se conserva en el Archivo Histórico Municipal de El Puerto. Doña Carmen, “gaditana de gran belleza” como refiere Marino Gómez Santos en su obra “Vida de Gregorio Marañón” nació en 1859 en Cádiz capital.

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Gregorio Marañón en una imagen de 1908. / Foto: Archivo Belén Marañón Moya.

 Era hija de Manuel José Posadillo Bonelli, también gaditano de nacimiento, al que podemos definir de ascendencia cántabro-andaluza pues su padre, Francisco Posadillo Helguera, había nacido en Castro Urdiales y pertenecía a la cuarta generación de ese mismo apellido y procedencia, y la madre, Josefa Bonelli Caballeri, era natural de Cádiz pero con evidente ascendencia italiana.  Manuel José Posadillo había emigrado en su juventud a Filipinas. Posteriormente se licenció en derecho, alcanzando un merecido prestigio como abogado, ejerciendo diversos cargos en la Magistratura de la isla de Cuba durante quince años. Militante destacado del partido Conservador, en su dilatada carrera profesional ejerció como Magistrado del Supremo, ocupando plaza de Ministro en el Supremo Tribunal de Justicia, siendo uno de la treintena de magistrados cesados entre 1837 y 1866 por motivaciones políticas, aunque poco después, volvería a Cuba, nombrado presidente de la Audiencia de La Habana. Encargado de pronunciar el discurso de apertura del curso 1868, en su redacción se observa la facilidad de expresión y la elocuente exposición de datos y temas, virtudes que heredará su nieto Don Gregorio, al que profeso una singular devoción y gran admiración por la pulcritud de sus trabajos históricos.

Gregorio_Marañón_MoyaLa esposa de Posadillo y abuela materna de Don Gregorio Marañón sí nació en El Puerto de Santa María, alrededor de 1830. Se llamaba Guadalupe Vernacci Sedze y fue la única hija habida en el primer matrimonio de Joaquín Vernacci Aguado, subteniente de Infantería y propietario, con María Antonia Sedze Bosarco. Joaquín Vernacci, nacido en Cádiz, era hijo, a su vez, de José Vernacci Retamar, también gaditano, teniente de Fragata, capitán del puerto de esta ciudad y de una de las nietas de Roque Aguado, el que labró la casa palacio de la plaza del Polvorista, llamada María del Carmen Aguado Mejias. /Gregorio Marañón Moya, primer marqués de Marañón.

Es probable que la abuela de Marañón naciese en la casa de calle Cielo, frente a Caldevilla, que es en la actualidad la casa del párroco de San Joaquín. Allí he localizado a Joaquín Vernacci en los padrones de 1836. En esa fecha había enviudado y figura censado junto con su segunda esposa, María Dolores Moreau Meleros y dos de los diez hijos que, pasando los años, procrearía en este segundo enlace. Años después se trasladaron a la casona de calle Larga número 19, conocida como “De Torrejón” donde arrendaron el piso principal. Y esta nueva consorte, nacida en El Puerto, era hija de un francés de Sant Marie de Olorón llamado Domingo Moreau y de la jerezana Maria Angustias Melero.

De la amplia prole Vernacci Moreau vamos a referir aquí solamente a dos de ellos: Joaquina, que entroncaría con los Sancho al casar con Juan de Mata Sancho de Sopranis y, de forma especial, a Dolores Vernacci Moreau, media hermana de Guadalupe, que contrajo matrimonio con su cuñado, un hermano de Manuel Posadillo llamado Joaquín Posadillo Bonillo, que había nacido en Cádiz en 1818 y, por tanto, superaba en 24 años a su cónyuge, que nació en El Puerto en 1842. Joaquín era funcionario adscrito a la Dirección General de Contribuciones. Suponemos que al ser destinado a nuestra ciudad como auxiliar de la contribución territorial, visto el parentesco existente con la hija mayor de Vernacci y el consiguiente trato social, nacería la relación que terminó en boda y, al casarse dos hermanos con dos hermanas, los hijos de ambos matrimonios llevaban el mismo apellido: Posadillo Vernacci, posible origen de la confusión apuntada anteriormente.

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Tres generaciones en el Cigarral de Menores de Toledo: Gregorio Marañon Posadillo, Gregorio Marañon Moya y el entonces niño Gregorio Marañon Bertrán de Lis, actual marqués de Marañón. /Fotografía de Juan Gyenes en 1954.

A esta última familia solamente la he localizado en los padrones de 1866 censada en calle Larga, en el Palacio Oneto. Figuran el matrimonio y dos de los cinco hijos que nos consta tuvieron, en este caso Dolores y Milagros, primas hermanas de Carmen, la futura madre de Marañón, a la que les unía una buena amistad, además del parentesco, con las que pasaba temporadas y que serian el nexo de unión con Marañón que las consideraba sus “titas de El Puerto”.

Resumiendo, los parientes portuenses de la madre de Marañón, y por extensión de él mismo, fueron nada menos que diez tíos y tías, los Vernacci Moreau, hermanos de padre de Guadalupe Vernacci Sedze; Josefa, José María, Dolores y María del Carmen Sancho Vernacci, primos hermanos de Doña Carmen Posadillo al igual que Francisco, Joaquín, Dolores, Angela y Milagros Posadillo Vernacci, los hijos de Joaquín Posadillo y Dolores Vernacci y también su abuelos Antonio Sedze Verges y Josefa Bosarco. Texto: Antonio Gutiérrez Ruiz.- A.C. PUERTOGUÍA

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scriptorium_alfonsox_puertosantamariaEl Secretariado de Publicaciones de la Universidad de Sevilla (US) ha editado la obra Arte y Ciencia en el scriptorium de Alfonso X el Sabio, una recopilación extensa del conjunto de los manuscritos científicos que se produjeron en la libraría alfonsí. El proyecto editorial se enmarca dentro de la Cátedra Alfonso X el Sabio de El Puerto de Santa María.

Según ha explicado la US en un comunicado, la figura de Alfonso X ha sido siempre objeto de muchas miradas debido a la grandísima actividad cultural que se desarrolló en su entorno. Así, el escritorio regio fue una fuente de producción prolífera de muchas obras, lo que otorgó gran riqueza cultural a la época. No en vano, el monarca se caracterizó por querer hacer de la sabiduría el eje del discurso político.

De esta forma, el objetivo del estudio realizado por Laura Fernández Fernández es estudiar la producción libraria alfonsí desde dos ámbitos, por un lado, su vertiente conceptual para llegar a comprender el significado del escritorio regio como herramienta del planteamiento del gobierno alfonsí, y por otro, desde una base material de los manuscritos y la cultura escrita de la época, detalla la US.

Asimismo, la autora había desarrollado su tesis doctoral en el análisis de todos los códices tradicionalmente adscritos en el entorno alfonsí, sobre todo en las carencias que existían al respecto, por lo que se la puede considerar una especialista en la temática.

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Laura Fernández Fernández es profesora del departamento de Historia del Arte I (Medieval) de la Universidad Complutense de Madrid. Su formación ha trascendido las fronteras españolas con estancias de investigación en Italia y Reino Unido. Así, ha participado en numerosos congresos y seminarios de investigación nacional e internacional, colaborando con instituciones de prestigio como el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), la Universidad Nacional Autónoma de México, la Universidad de Salamanca o la Universidad de Oxford. En 2010 recibió el primero de Investigación Histórica de la Cátedra Alfonso X el Sabio.

El Consejo Regulador de la D.O. del Marco del Jerez cataloga como VORS (Vinum Optimun Rare Signatum en latin y en inglés Very Old Rare Sherry), los vinos con mas de 30 años de envejecimiento medio. Estos vinos únicos constituyen la gran reserva enológica del Marco del Jerez. Sin duda los vinos de mayor complejidad aromática y los de más valorados por sus características organolépticas. Soleras antiquísimas cuyo origen se remonta a mas de dos siglos. Botas viejas que contienen los caldos con mayor fama y reconocimiento internacional. Esas joyas enológicas ocupan un espacio preferente en la bodega y descansan bajo la atenta mirada del capataz. Esta Bodega tranquila y alejada del bullicio se convierte en un museo vivo que contiene los tesoros más preciados de la Bodega de Mora.

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Iván Llanza, Director de RRPP Corporativa del Grupo Osborne, atendiendo a un grupo de interesados en estos vinos VORS

Las bodegas Osborne abren por primera vez al público su colección de vinos viejos. Se trata de la mayor reserva enológica del marco de Jerez. Son joyas muy particulares y escasas, originales de las bodegas Bobadilla, Domecq, Blázquez y Osborne que antes estaban repartidas en diferentes bodegas de la provincia y que se pueden visitar juntas en la Bodega de Mora, ubicada en la calle Los Moros. Son soleras antiquísimas de 26 tipos diferentes. Destacan amontillados, finos viejos, palo cortado o Pedro Ximénez. Algunas de ellas datan de 1800. Lo que pretenden las bodegas es ser un punto de interés turístico ya no sólo local, sino también provincial y nacional.

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Antiguos libros de la Bodega, donde se asentaban apuntes sobre tan interesantes caldos.

El traslado de estos vinos ha sido un trabajo de esfuerzo y ha llevado aproximadamente un año realizarlo. Para ello se vació la sala, que anteriormente contenía vinos generosos. Tras esto, hubo que agrupar y trasladar los barriles desde diferentes cascos de la bodega donde se encontraban estos vinos viejos. Nunca se habían expuesto al público ya que envejecían en lugares más recónditos. El envejecimiento de estos vinos se produce en botas antiquísimas, tonelerías que ya no existen y que se utilizan también en otros países como Irlanda o Escocia para envejecer sus famosos whiskys.

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El hostelero Antonio Barrios observa una colección de vinos viejos con la etiqueta de Fino Ducal, que ya no está en el mercado, autografiadas por personajes de diversos estamentos de la vida nacional e internacional.

En la nueva sala, situada a la derecha del patio de la bodega y donde se puede respirar un olor muy característico a vino viejo, se pueden ofrecer conciertos de piano y arias para deleite de los visitantes, sentados entre botas antiquísimas, tonelerías que ya no existen, donde envejecen estos vinos tan especiales. Los visitantes pueden asimismo hacer una cata a pie de bota e incluso aprender a utilizar una venencia.

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Un muestrario de los caldos de Osborne.

El proyecto de ampliación de visitas de la bodega de Mora se completará en un futuro próximo con un museo del famoso toro de Osborne y otro de botellas, etiquetas y cartelería antigua. Todas aquellas personas que quieran disfrutar tanto de la bodega como de la nueva sala, que será permanente, lo podrán hacer de lunes a domingo en horario de mañana, de 10:00 a 15:00 horas y de tarde, del 19:00 a 22:00 horas. Se ofrecen visitas en español, inglés y alemán. Los visitantes, además de recorrer la bodega, tienen la oportunidad de conocer la enotienda de las instalaciones, donde se pueden comprar todos los vinos y productos ibéricos así como los artículos oficiales del toro de Osborne, y realizar catas de diferentes vinos.

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Uno de los objetivos de Osborne, empresa familiar con más de 200 años de historia, es ahora el de la diversificación y la internacionalización, sin dejar de ser un punto de interés turístico para todos aquellos visitantes de la provincia de Cádiz y de la ciudad. /Texto: Inés de la Fuente.

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En la sección de pinturas de Gente de El Puerto no aparece el Adriano II ni tampoco el Adriano I, tan pintureros los dos. El Adriano II lo vimos desaparecer, lentamente, en la otra banda, a la vera del puente de hierro desde donde se tiraba ‘el Niño del Marinero’ de José Luís Tejada. Nadie lo lloró. El Adriano I corrió igual suerte, éste en esta banda a la sombra de la Fuente de las Galeras. Tampoco hubo lágrimas. Nadie los recuerda, murieron en el Río del  Olvido. Hago mi aportación con este original, del  Adriano II. /Texto y pintura de Fernando Sánchez.

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Adriano II. Óleo sobre tabla original de Fernando Sánchez.

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