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El Diccionario Enciclopédico ilustrado del Flamenco dice literalmente: Roberto Ceballos. Este era el nombre artístico de Roberto Rodríguez Sánchez (El Puerto de Santa Maria, 22 de Febrero 1951 - 11 de Abril 2005). Guitarrista no profesional, sus actuaciones tuvieron lugar en peñas, festivales y reuniones con aficionados cabales de este género de la provincia de Cadiz.

Todos sentimos mucho su marcha con los que callan y no vuelven. A Robertito como le llamábamos sus amistades, amigos y socios de la Tertulia Flamenca ‘Tomás El Nitri’, lo queríamos porque demostró ser muy buena gente y amigo de sus amigos. En 1981 la Tertulia Flamenca , le impuso la insignia de oro por su labor en esta entidad. En muchas ocasiones colaboró acompañando con su guitarra a cantaores y participó en algún festival más que otro en dicha peña. Era todo un bohemio, comparsista, guitarrista y enamorado del flamenco hasta las trancas, su guitarra, tenía el compás y el aroma de la marisma gaditana, cuando suspira el levante en calma.

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El padre de nuestro protagonista, con Manolo Gutiérrez ‘el Cochino’, con nótula múm. 284 en GdP, al que le unía una gran amistad.

EL PATRIARCA RODRÍGUEZ CEBALLOS.

Este hombre perteneció  a una familia muy conocida del El Puerto, su padre fue el fundador en 1946, del Bar Casa Paco Ceballos, nombre de Francisco Rodríguez Ceballos, (ver nótula núm. 1.113 en GdP). Su madre, Balbina Sánchez Rosso, nació en 1912, --el año en el que se hundía el buque de pasajeros ‘Titanic’--, con quien tuvo cinco hijos:  Milagros, Francisco, Baldomero, Robertito e Ignacio.

En Bar Casa Paco Ceballos se comen las mejores frituras rebozadas de merluza, conocidas por el nombre de pavías,  de la provincia de Cádiz. Su hermano Baldomero, (ver nótula num. 408 en GdP) llevó a esta tienda a cotas muy altas, hoy en día lo regentan Ignacio, hijos y sobrinos.  Tienen otro establecimiento en la Plaza de las Galeras Reales, conocido como Bar Liba, lo dirigía su hermano Paco, hoy en día lo llevan hijos y sobrinos.

Roberto, vivía en calle Ribera del Río, 54, con sus padres,  casa situada  junto a los portales de la Plaza de la Herrería, muy amplia de tres plantas y en la zona baja tenía una bodeguita con seis botas de unos excelentes vinos; fino, amontillado, moscatel y un estupendo oloroso. En esta bodeguita hemos echado sus amigos íntimos muy buenos ratos con él y  con Paco su padre. Es una familia encantadora.

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De izquierda a derecha, arriba, José María Barrigá (propietario que fue de la Academia San Cristóbal), Joselito Escribano, Carrasco policía municipal, cantando Robertito Rodríguez. Debajo, Juan Lara, Guillermo Aguilar, Manuel Ceballos Arniz ‘El Fontanero’ y a la sonanta, Antonio Núñez Buhigas. La imagen, en la Tertulia Flamenca 'Tomás El Nitri', 

ANÉCDOTAS.

Existen muchas anécdotas que podría contar de este portuense. Se me viene una a la memoria: en un bar de Chiclana, cuando fuimos a pagar no teníamos el dinero suficiente para abonar la consumición. Roberto se dirigió al dueño del restaurante  muy serio y le dijo: “--Mire usted, yo me quedo en prenda mientras mi amigo Antonio Cristo, marcha a El Puerto para traer el dinero que nos falta, de lo que hemos comido y bebido”. El dueño del establecimiento lo miró sorprendido y no he visto una persona reírse más en mi vida. En esta ciudad dejamos a un amigo que visitábamos en muchas ocasiones. Este suceso ocurrió porque  le echamos  más dinero del que debíamos,  a una maquinita de estas que le llaman de traga perras, a las que yo quitaría del mercado por el bien de muchas personas que se enganchan a este juego, con el trastorno para sus familias.

CON JOSÉ ‘EL NEGRO’.

Le recuerdo en una noche de juerga con José de los Reyes Santos “El Negro”, Roberto Ceballos, Miguel Pastor de los Santos “El Gitano de Bronce”, (Rota, 1943), y mi amigo entrañable, Juan  de los Santos Pastor “El Gordo Agujeta”, (Jerez, 1936, Rota, 2006), gitano de los que llamamos en el argot flamenco de dulce. En su tumba hay un epitafio que dice: ‘Juan de los Santos Pastor, El Gordo Agujeta, Cantaor flamenco, hijo de Agujeta El Viejo’. Cuando terminamos la fiesta, se dirigió José “El Negro” a Roberto: “--Ruperto, picha mía llevas dos meses sin pagarme el butano”,  le contesta Roberto “--Y tu llevas dos meses que te empresté dos mil quinientas pesetas y todavía no me la has pagado”, a lo que le responde José El Negro: “--Perdona Ruperto, picha mía, no te he dicho ná”. El caso es que Roberto, le pagaba a José el Negro la luz y el butano que consumía durante el mes, eran muy amigos y se profesaban un gran cariño.

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Sentados, de izquierda a derecha, el ex alcalde Rafael Gómez Ojeda, el pintor Juan Lara, 'el Fontanero, y de pié, Joselito Escribano, Bejarano, José María Barrigá y Robertito.

CON JUAN LARA.

Hay una anécdota con Juan Lara Izquierdo, (ver nótula núm. 1.328 en GdP) el pintor de la luz. Nos encontrábamos un grupo de amigos, en la Casa Grande de Vista Hermosa, tomando unas copa y se dirigió Roberto a Juan Lara: “--Si yo tuviese en estos momentos dinero me gustaría que tú me pintaras”,  le respondió Juan Lara, “--A los seres como tú, me es imposible plasmarlos y  te puedo jurar que no te miento Roberto”.  Aquí  comprobaréis la calidad de persona de este pequeño gran hombre y tengo testigos que lo pueden verificar.

robertoceballos_guitarra_puertosantamariaAMIGOS FLAMENCOS.

Tenía grandes amigos relacionados con el flamenco, como fueron: Juan Lara el pintor de la luz, José El Negro, José Cortés Jiménez “Pansequito” (ver nótula núm. 131 en GdP), José Cortés Pansequito hijo,  apodado “El Pocholo”,  guitarrista que fue compadre de Roberto, padrino de su hija, con  la hija de la Faraona, Lolita Flores de madrina, Julio Flores, Ramón Nuñez ‘Orillo del Puerto’, (ver nótula núm. 518 en GdP), Alonso Nuñez Nuñez, ‘Rancapino’ (ver nótula núm. 2.139 en GdP), Eduardo Muñoz, Miguel Marroquín (ver nótula núm. 220 en GdP), Luis Gatica Rivas (ver nótula núm. 112 en GdP), Pedro el de los Majaras y todos sus componentes, José Luis Arniz, Antonio Núñez, Guillermo Aguilar,  Joaquín Albert (ver nótula núm. 499 en GdP), Manuel Ríos Ruiz, Antonio Villar, Alonso “El Cepillo”, Pepe el Barbero, de la calle Cielo, etc.,   y me dejo muchos amigos y grandes artistas en el tintero.

EN MADRID.

En el año 1988, marchó a Madrid con José Cortes “Pansequito” y con Alonso Núñez “Rancapino”. Estuvieron en la capital de España durante varios días y aquí conocieron a muchos artistas del flamenco. Como curiosidad  Antonio González,  “El Pescadilla”, el marido de Lola Flores, me comentó de Roberto lo siguiente: “--He conocido a tú amigo, es una persona estupenda y tiene un corazón de oro”. En honor a la verdad Antonio González fue un buen artista y, sobre todo,  mejor ser humano al que tuve el placer de conocer y tratar en muchas ocasiones.

Tengo muchos y grandes recuerdos de Roberto, sobre todo uno de los que no se me olvida. Yo solía llamarlo por teléfono varias veces por semana y durante cinco o seis días no le pude llamar por  que estaba en Vitoria en un tema de mi trabajo, me llamo una noche y me dijo: “--¿Antonio, te has olvidado de tu amigo Roberto?,  le conteste: “--Roberto, cuantas copas te has tomado”, me contestó, “--Perdona Antonio, varias”...

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De la calidad de personas con estas dotes debían de tomar ejemplo los políticos. Yo creo que a los políticos habría que hacerle unos test de personalidad, porque nos están fallando en cuanto al trato con el pueblo y como personas con sentimientos y honradez, y no lo digo por todos, porque los hay correctos y buenas personas.

DICCIONARIO ENCICLOPÉDICO FLAMENCO.

Yo le inscribí en el Diccionario Enciclopédico del Flamenco junto a los grandes artistas de este magisterio. Le recuerdo una noche acompañando al cantaor gaditano Joaquín Alegrías, noche que fue apoteósica. Su guitarra sonaba y olía a Cádiz, en su totalidad. Era partidario de todo lo que fuera el flamenco gitano, tanto el baile como el cante y  las letras  perteneciendo a esta raza. Por cierto yo le escribí al  Gordo Agujeta, una toná  a la que Roberto dio su aprobación y le gustó mucho, que dice así:

A los gitanos que lloraban
la manta que cubría sus cuerpos
los guardias se la quitaban 
y en el frío y desnudo suelo
los gitanos se acostaban

Se dedicó algún tiempo a la enseñanza de la guitarra, pero como buen bohemio  se aburría, sus alumnos decían de él que las clases que impartía eran muy amenas y alegres y se lo pasaban muy bien y nunca imponía un orden.

Sentí mucho su marcha y tuve la mala suerte que me cogió en La Coruña, trabajando y no me pude despedir del él como a mí me hubiese gustado. Como hombre bueno, del uno al diez, le daría un diez. No se nos  pueden olvidar las personas que pasaron por este valle de penas  y  alegrías dejando huella de su talento y demostrando su calidad humana. Este fue mi amigo Robertito. Si hay cielo, seguro, seguro que estarás en él. /Texto: Antonio Cristo Ruiz

pepefernandez_pregon_puertosantamariaEl empresario hostelero José Fernández Sánchez (ver nótula num. 122 en GdP) fue el encargado de anunciar la X edición de la Feria Gastronómica de la Bahía, en cuyo pregón celebrado el pasado martes 16 de septiembre en el Centro de Congresos de San Fernando,  ensalzó las virtudes gastronómicas de la tapa ofreciendo una hermosa y trabajada alocución que sorprendió a los presentes en la que cantó a una Bahía unida por la cocina desde la llegada de los fenicios “hace 3.000 años mas o menos” lo que le sirvió de hilo conductor y aplaudió "la capacidad de La Isla para reinventarse de nuevo y convertirse en un referente gastronómico". El pregonero habló con cariño y profesionalidad de la tapa, a la que llamó "la reina de la cocina", aderezó su texto con hermosos recuerdos familiares y anécdotas del negocio y alentó a los ciudadanos a convertirse "en piezas fundamentales de un proyecto común" al referirse a las posibilidades turísticas y económicas que implica la hostelería. Esta fue su intervención:

«Supe de ti,  
frente a la mar de Cádiz, --¿acaso en la Isla?--
en las mismas arenas y al pie del mismo río 
adonde tú, tal vez patrono y marinero
de las naves de Ulises, llegaste una mañana.» 

Menesteo. Fundador y Adivino.
Así iniciaba mi paisano, Rafael Alberti, su poemario Ora Marítima.

Excelentísimo señor alcalde y presidente de la Diputación Provincial, autoridades civiles y militares, presidente de Acosafe, amigas y amigos todos, queridos pueblo de San Fernando y de la Bahía de Cádiz:

Quiero mostrar mi agradecimiento, a las personas que han confiado en este ciudadano de la Bahía que les habla, para pronunciar este pregón.

Pero permítanme recordar a nuestro querido amigo Pepe Oneto, pregonero el pasado año, quien haciendo uso del dicho popular, afirmaba que “--No se es de donde se nace, sino de donde se pace”. Digo esto, porque mi padre, que nos estará viendo desde su balcón del Cielo, era un andaluz de la parte norte o sea de Pontevedra, concretamente de Tuy, que se vino de jovencito a esta bendita tierra, en busca de una oportunidad. Y aquí, lo recibieron como siempre, con los brazos abiertos. Nunca he visto a un gallego mas gaditano ni mas enamorado de este rincón. Y, por la otra parte,  la familia de mi madre era de Málaga. Luego está claro que yo soy un gallego de Málaga nacido en Cádiz, que es lo normal

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Pepe Fernández, durante un momento de su intervención en el Centro de Congresos de San Fernando.

La feliz circunstancia que nos une y nos reúne hoy aquí, “La Feria Gastronomica de la Bahía”,  expresa de forma clara, cual es nuestra vocación y nuestro futuro. Nos unen 3000 años de historia, poco mas o menos; nos unen el Atlántico aunque nuestra cultura sea mediterránea; nos unen mas de 3000 horas de sol al año con uno de los ocasos mas espectaculares del mundo; las salinas, históricamente fuente de riqueza y los esteros; los vientos de Levante y de Poniente –“Somos los mismos que el viento, nos tiró en las mismas olas” prosigue Alberti--, los pinares y las playas, el pescaíto frito, los vinos, el arte de saber vivir y la calidad de vida y hasta las piedras del puente Zuazo. También nos recuerda el poeta:

«Creímos en las sirenas
que cantan entre las olas. 
Sus cantos nada nos dieron, 
ni ayer ni ahora».

Pero sobre todo nos une la gastronomía, una gastronomía que no es competencia sino que nos complementa, pudiendo comenzar en Rota, con un plato de arranque o una urta a la roteña con la recuperada Tintilla, que aunque no está en la Bahía, la tenemos muy cerquita; Sanlucar de Barrameda, con unos langostinos o una raya al pan frito, regado a su vez con una copa de Manzanilla en rama. Y aunque ahora no la bañan las aguas de la Bahía, pero lo hicieron hasta finales del siglo XIX con las playas de San Telmo, Jerez, saboreando una copa de Vino Oloroso, con una berza gitana. O beber una copa de Vino Fino en El Puerto, con un caldillo de perro y unos fideos con langostinos. O unos muergos en Puerto Real. O unos chicharrones y unos garbanzos con chocos, con una copa de vino de Chiclana, fino o moscatel y seguir para San Fernando, a tomar las inigualables tortillitas de camarones, o el bienmesabe, o unas bocas de la isla, o una sopa de ostiones, o unas caballas asadas con piriñaca, o papas a la puercachona, o un cocido de calabaza y habichuelas verdes, o simplemente unas cañaíllas, para terminar en la capital, tomando unas caballas con babetas y de postre pan de Cádiz. Y de brandies  centenarios, licores de diseño, y cervezas artesanas, y destilados multipremiados, …

Porque si nos remontamos al pasado, solamente 3000 años, aproximadamente. ¿Se imaginan ustedes a esos fenicios entrando con sus barcos por la Bahía, con este sol, con ese viento de levante,  --que ese día  soplaba flojito-- y divisan la entonces islas de Cádiz y siguen avanzando y se encuentran la Isla de León, y en la medida que se acercan a sus costas, van percibiendo un aroma desconocido para ellos, hasta descubrir que se trataba de bienmesabe en sobrehúsa. Posiblemente, ese fue el principio de la tapa.

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Fernández, recibiendo un obsequio de manos del alcalde de San Fernando, José Loaiza, en presencia del presidente de ACOSAFE, Manuel Luna.

Esos fenicios que continúan subiendo y se encuentran con Puerto Real cuyos aguas se confunden con las de San Fernando, llegan a El Puerto de Santa María, donde hoy está el yacimiento arqueológico de Doña Blanca y comprueban que pueden navegar hasta las puertas de Jerez, cuando la desembocadura del Guadalquivir y sus marismas era un gran lago... el Lago Lugustino, donde desovaban los hoy famosos langostinos de Sanlúcar. Y se quedan prendados  de la luz, de la belleza de sus mujeres, --mas adelante serían famosas las Niñas de Cádiz, las puellae gaditanae, y disculpen mi acento pero soy de Ciencias y no se me da muy bien el latín--.

Les sorprende nuestra generosidad y beben de la fuente de nuestra sabiduría y se quedan maravillados de nuestra espontaneidad y nuestra imaginación, esa que nos permite hacer un barco con cuatro tablas, o unas papas con carne, sin necesidad de echarle carne. Desde entonces hemos estado compartiendo, sabiduría y conocimientos, con todos aquellos pueblos que nos han visitado, desde romanos, árabes y franceses, hasta gallegos y montañeses. Eso nos ha llevado a ser una sociedad diversa, tolerante y con un sentido de la vida que es la envidia de casi todos. Por contra tendríamos un grave problema, para hacer  “8 apellidos andaluces” porque remitiéndonos a los mas recientes, a los franceses, tenemos el Apellido Poullet, de una entrañable familia de educadores y artistas portuenses, o los Joly, de los fundadores de Diario de Cádiz, y sin ir mas lejos, el señor alcalde, de apellido Loaiza es de origen francés y proviene del latín y significa si no estoy mal informado “preferido de Dios” y les puedo asegurar, que no estoy haciendo campaña.

...continúa leyendo "2.235. PEPE FERNÁNDEZ. Pregonero de la X Feria Gastronómica de la Bahía."

A principios de los 70, mi madre --Pepa-- trabajó de limpiadora en Viajes Marsans, en la agencia de El Puerto entre 1972 y 1977. En verano, me gustaba acompañarla. Mientras ella adecentaba la oficina, yo viajaba, con la imaginación y con el Capitán Tan, por todo lo largo y ancho de este mundo, de la mano de unas revistas gordísimas que expedían sueños a unos precios que estaban al alcance de cualquiera que no fuéramos nosotros.

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Parte del equipo del desaparecido Viajes Marsans de El Puerto, Aurora, Ángela y Joaquín, junto al entonces concejal de Turismo, Fernando Gago, al inicio de la presente década.

A veces, a la vez que bruñía el suelo o le sacaba brillo al cristal del escaparate, mi madre me hablaba de las dignidades del trabajo y de mi obligación inexcusable de estudiar para ser el día de mañana un hombre de provecho, pero yo andaba ya muy lejos de allí, celebrando un gol de Gárate en el Calderón, comprobando a pie de volcán que el Teide medía los 3.718 metros que decía mi libro de Sociales, o batiéndome en duelo contra un barco pirata a pocas millas de Mallorca.

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Manifestación en contra de la gestión del otrora presidente de Marsans y de la Patronal Empresarial de este país.

Algunas tardes, la fantasía también se iba de vacaciones, y mi avión, a poco de despegar, aterrizaba como podía en la mesa de la señorita Emilia, o en la de Don Joaquín, un señor que, a pesar de venir de una familia tan humilde como la nuestra, se había labrado un porvenir como escribiente.

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Un pirata, [ver nótula núm. 1.946 en Gente del Puerto] con el alma de palo y demasiadas cuentas pendientes, mucho más peligroso que aquéllos contra los que yo luchaba de niño mientras mi madre hacía de la necesidad virtud, ha mandado al paro, esa tierra hostil donde habita la angustia, a los 1.400 empleados de Marsans, una sociedad rentable hasta que comenzó el saqueo. Las navidades anteriores, ya consiguió que Air Comet no levantara nunca más el vuelo. /En la imagen de la izquierda, en junio de 2010, el concejal de Turismo, Fernando Gago visitaba a la plantilla de Viajes Marsans, solidarizándose con su situación.

viajeslucero_2_puertosantamaria/En la imagen de la izquierda, tomada en enero de 2011, el mismo local de Viajes Marsans albergaría un nuevo proyecto empresarial formado por los ex trabajadores de la agencia: Viajes Punto Lucero, aunque de efímera existencia.

Sostiene mi madre que igual que se dictan órdenes de alejamiento contra los maltratadores, también deberían prohibir acercarse a las empresas a aquéllos que maltratan a los trabajadores. Y dice también, mientras limpia cansada el cristal amarillo de la memoria, que le da mucha pena que haya cerrado la oficina de Marsans en El Puerto. /Texto: Pepe Mendoza.

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hipolitosancho_cuadro_puertosantamaria"Santas cosas son llamadas los muros et las puertas de las çibdades e villas".  Alfonso X ‘el Sabio’. Código de las Siete Partidas.

Se cumplen cincuenta años de la muerte del humanista e investigador portuense e Hijo predilecto de El Puerto de Santa María, Hipólito Sancho. Traemos a Gente del Puerto a dos historiadores con opiniones diferentes sobre el personaje.

‘IN MEMORIAM’.

El 17 de agosto de 1964 fallecía en su casa nº 26 de la calle Luna Hipólito Sancho, tal vez el estudioso de mayor relieve de nuestro pasado y del de la provincia de Cádiz. Para quienes desconozcan la labor de tan importante historiador, para rescatarle del injusto olvido o escaso reconocimiento quiero dedicar en la conmemoración del 50º aniversario de su muerte estas líneas a tan ilustre portuense, Hijo Predilecto de la Ciudad, entre otras muchas distinciones.

Hipólito Sancho Mayi Díez de Aux-Sopranis, nació y falleció en El Puerto de Santa María (1893-1964). Fue, principalmente, un gran humanista de amplios conocimientos (adquiridos mediante sus licenciaturas en Derecho, Filosofía e Historia en varias universidades) que sabría plasmar en sus trabajos históricos y artísticos, fruto de su infatigable labor de investigación en múltiples archivos.

Además de su faceta literaria e historiadora, reseñamos su labor docente en varios centros portuenses y jerezanos y algunos cargos en la gestión de varias instituciones municipales (secretario del Alcalde, Cronista Oficial, hermano mayor de la cofradía del Nazareno...). Buena parte de la fisonomía actual del castillo de San Marcos (con sus aciertos y errores en criterios de restauración) también se debe a él. Pero sobre todo debemos destacar sus más de 450 escritos reconocidos, desde 1913, fecha de su primera publicación conocida, hasta su muerte, además de los múltiples apuntes y anotaciones que no le dio tiempo a ampliar.

En su extensa obra sobresalen sus estudios acerca de los períodos medieval y moderno de las ciudades de Jerez y El Puerto con un rigor científico poco usual en aquella época. La mayoría de ellos fueron publicados en libros y artículos en revistas y periódicos firmados con seudónimos (Sancho de Sopranis el más frecuente). Si como portuenses tuviéramos que seleccionar alguno de sus muchos estudios, sin duda, el primero sería Historia del Puerto de Santa María. Desde su incorporación a los dominios cristianos en 1259 hasta el año mil ochocientos, publicado en 1943.

Resulta de gran interés el primer volumen de la colección Biblioteca de temas portuenses que Fernando Toscano de Puelles, bajo el título Bibliografía y recuerdo de Hipólito Sancho de Sopranis, publicó en 1993. En él se repasa desde su nacimiento y educación hasta su vocación científica, obra y atribuciones y su extenso repertorio bibliográfico (escritos impresos, póstumos, inéditos y probables). También es de obligada consulta la nótula 780 de la página web Gente del Puerto, en la que hace cuatro años se dedicó una semblanza a Hipólito Sancho. En ambas fuentes pueden ampliar información sobre su biografía y obra quienes estén interesados en aproximarse a la faceta de historiador de este insigne erudito portuense a quien tanto debe esta ciudad por hacernos partícipes de su esplendoroso pasado, al que muchos han criticado en múltiples ocasiones (por desfasado, errado o ya superado) y al que todos hemos terminado plagiando en más de una. Siga descansando en paz, 50 años después. /Texto: Francisco González Luque. Lcdo. en Historia del Arte.

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¿POR QUE, HIPÓLITO?

En los últimos días han aparecido en algunos medios artículos reivindicando la memoria de Hipólito Sancho de Sopranis. Quienes nos dedicamos a la historia de Jerez hemos de consultar con frecuencia algunas de sus numerosas publicaciones, en las que versó sobre la Edad Media o la escultura del XVI, por poner sólo algunos ejemplos.

En su defensa hay que decir que fue el primero que realizó una historia sistematizada de la arquitectura jerezana y que dio a conocer infinidad de noticias inéditas que localizó en los archivos. Sin embargo, no creo que don Hipólito merezca homenajes, ni que una vía urbana lleve su nombre, como han pedido algunos. Ciertamente para aquellos que se llaman investigadores y no han pisado en su vida un archivo, Sancho es Dios. Pero a poco que uno empiece a revisar legajos, se da cuenta de que el portuense no jugaba limpio.

Rey de la investigación local durante las décadas centrales del XX, en la que la mediocridad era la norma, Sancho jamás daba una referencia correcta de los documentos que citaba, para que nadie pudiese localizarlos y darse cuenta de que no dominaba la paleografía (aquella disciplina que nos permite interpretar la escritura de otras épocas) y que, por tanto, muchas de sus transcripciones son erróneas. Además, no dudaba en inventarse documentos, algo inadmisible y que deja en entredicho a cualquier historiador, por muchos libros que haya escrito y más renombre que tenga. Quizás la falta de otros autores rigurosos en su época le hizo pensar que sus vilezas jamás serían descubiertas. Sin embargo, la senda abierta allá por los 80 por autores como Esperanza de los Ríos y Fernando Aroca y continuada por otros muchos, ha sacado a la luz cadáveres que huelen bastante mal. Para que vean que no me invento nada, les pongo un caso práctico: el de la capilla bautismal de San Miguel, de la que Hipólito Sancho escribió una fantasía animada que nada tiene que ver con la realidad.

A la misma fase constructiva que el crucero de San Miguel, levantado en torno a 1525, corresponde la capilla bautismal, si nos atenemos a ciertos motivos estilísticos. Este baptisterio, según Hipólito Sancho es "un verdadero problema para el investigador". Realmente hasta el momento, él había sido el único que lo había estudiado en profundidad, relacionándolo con el cardenal Cisneros en una enrevesada argumentación histórico-artística. Entre las razones estéticas el historiador portuense señala la similitud de esta obra con otras realizadas bajo el patrocinio de los Reyes Católicos, como son la fachada de la iglesia del monasterio de Santa Cruz de Segovia, la fachada de la iglesia del monasterio de Santo Tomás en Ávila, "alguna [portada] de San Juan de los Reyes de Toledo y el antiguo palacio ducal de Torrijos entre otros", correlatos que no parecen tan evidentes si no es dentro del marco general de la arquitectura tardogótica castellana. Pero ahí no queda la cosa, ya que Sancho se refiere sin pudor a "la armonía existente entre la arquitectura de las obras del cardenal dirigidas por su alarife Gumiel y esta portada del baptisterio de San Miguel". Cualquiera que conozca el Paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares o las dependencias capitulares de la catedral de Toledo podrá comprobar que dicha armonía no existe. Además, la aparición del motivo del cordón anudado en la embocadura del arco del baptisterio jerezano, presente en otras obras patrocinadas por Cisneros, le sirve a Sancho para reforzar sus teorías.

Pues si las razones artísticas resultan peregrinas, las históricas lo son aún más. Tratando de buscar una relación del cardenal con Jerez, don Hipólito afirma que "el Dr. Cisneros leyó luengos años la cátedra de artes en la parroquia de San Lucas antes de ordenarse", dato que no mencionan los biógrafos del prelado y que él documenta en "las actas capitulares de 1489 que se conservan en el archivo del Marqués de Casa Vargas"(1), actas cuya existencia no está constatada.

...continúa leyendo "2.233. HIPÓLITO SANCHO DE SOPRANIS. Controversias."

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Una reunión en el Tabernón de Merello, de izquierda a derecha Rubeque, ‘el Churrete’, el niño Juan Benvenuty Morales, Caracol y Garrucho. /Foto: Colección Antonio Fernández Feria.

Apenas quedan tabernas y bodegones en El Puerto: Obregón y las Siete Esquinas se reconvirtieron de Despacho de Vinos a tabernas. Iniciativas relativamente nuevas como ‘La Media Chica’ en la calle Alquiladores o ‘El Bodegon’ en calle Pagador, vienen a recordarnos que lo que fue El Puerto de otros tiempos donde las Bodegas y el Vino jugaban un papel preponderante, junto a la pesca, en la economía de la Ciudad.

Para Enrique Pérez Fernández, en su libro de ‘Tabernas y Bares con Solera’ publicado en 1999, escribía: «No podemos sino dejar patente nuestra pena y rabia –sabemos que compartidas por muchos portuenses– por la pérdida de este emblemático bodegón. Aquí, como en casi todo este cochino mundo, sigue primando, y va a más, sólo el dinero; no el valor intrínseco de las cosas y de las gentes. Los yanquis hubiesen conservado el bodegón de Merello como oro en paño. Aquí lo tiramos»·.

El Tabernón de Merello, visto por Manuel Martín Morgado. en Gente del Puerto.

 

 

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Situación de los cursos de agua, caminos y aldeas andalusíes del término.

Como decíamos en la presentación de esta serie (ver nótula 2.217), comenzaremos nuestro recorrido por las tierras portuenses –en las que sus paisajes y la Historia serán protagonistas- en el arroyo Salado de Rota, el que nace en el lugar nombrado Pozo Salado y captando aguas dulces de arroyos menores, tras 9 kilómetros zigzagueando por los términos de Sanlúcar, Rota y El Puerto –en tramos marcando sus divisorias municipales-, desemboca en la bahía de Cádiz en terrenos ocupados por la Base Naval. Terrenos de marismas se abren en su curso bajo y alto, en el entorno de la desecada laguna del Gallo.

Hoy el Salado de Rota no es ni sombra de lo que fue. Por último, las intervenciones antrópicas realizadas intensivamente durante la segunda mitad del siglo XX con la parcial invasión de su lecho por las tierras de los campos linderos y su canalización artificial para el regadío (obras que a fines de los 80 realizó el Iryda y en 2008 la Agencia Andaluza del Agua) fueron minando y desfigurando la antigua fisonomía del curso fluvial que en el siglo XIII llamaban río de Casarejos y durante la Edad Moderna arroyo Ratonero y Paparratones.

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El Salado, abriéndose camino en la campiña. /Foto: Juan José López Amador. 1987.

En la década de los 80, cuando repetidamente recorrimos su curso en compañía de nuestros amigos José Antonio Ruiz y José Ignacio Delgado ‘Nani’, presentaba un estado de conservación notablemente mejor que hoy. Y como para conocer un curso fluvial no hay mejor modo que navegarlo, empleamos una barquita que habíamos construido expresamente para recorrer la laguna Salada (ver nótula 788).

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Navegando por el Salado en 1987. / Fotos: Nani y J.J.L.A.

Realmente era delicioso remontar, a percha, como en la laguna, el Salado; especialmente en primavera, cuando sus márgenes estaban repletos de flores. Conocimos entonces un arroyo lleno de vida vegetal en sus riberas –abundante el salado y, más al interior, los carrizos donde anidaban patos y fochas- y sus aguas repletas de lisas, anguilas, robalitos, cangrejos americanos, camarones, almejas, coquinas…

arrollosalado_5_puertosantamariaEn la imagen de la izquierda, vemos como las nasas también poblaban las aguas del Salado. / Foto: J.J.L.A. 1985

Acaso fuimos los últimos que navegaron por el Salado, porque hasta los últimos años 50 –cuando los campesinos aún habitaban los campos– sus vecinos bajaban el arroyo en barcazas cargadas con los productos hortícolas de sus tierras para venderlas en Rota y Cádiz. Un viejo campero del cortijo de Vaina, que contaba con embarcadero propio, nos lo contó. Hoy sólo navegan los submarinos nucleares que fondean junto a la boca del Salado.

LOS AFLUENTES

Que el Ratonero o Paparratones fue una importante vía de comunicación cultural y comercial –desde fines del tercer milenio anterior a nuestra era y hasta época andalusí (siglo XIII)- es una afirmación que las prospecciones y las puntuales excavaciones arqueológicas realizadas en sus inmediaciones han constatado. (De las aldeas que desde la Edad del Cobre poblaron las riberas del Salado y su zona de influencia escribiremos en próximas entregas.)

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Las frondosas riberas del Salado en 1987, antes de su canalización con hormigón. / Foto, J.J.L.A.

arrollo_villarana_1_puertosantamariaEl curso del Salado y sus afluentes vertebran al Este gran parte de las ‘tierras negras’ y albarizas que configuran la campiña portuense, siendo cinco los principales arroyos secundarios que irradian sus aguas por el término, que son, desde la boca del Salado aguas arriba y en su margen izquierdo:

-El arroyo de Villarana recorre el extenso pago y donadío de su nombre hasta alcanzar la laguna Salada, cuyas tierras conformaron –ya en época romana- un núcleo agrícola muy destacado dedicado a la explotación de cereales y durante siglos, la despensa de trigo de El Puerto; las tierras que hacia el año 1319 adquirió doña María Alfonso Coronel –entonces viuda de Guzmán el Bueno y señora jurisdiccional de El Puerto- y luego pasaron a manos de los condes y duques de Medinaceli, sus sucesores en el señorío.  /En la imagen de la izquierda, puente de madera sobre el arroyo Villarana en 1984. / Foto, J.J.L.A.

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Cuando la marea vacía, las piedras sobrepuestas en el Vado de Villarana forman esta cascada. / Foto, J.J.L.A. 1984.

-Le sigue el arroyo de Campillo –al comienzo del siglo XVI lo llamaban arroyo del Serrano-, que brota de las inmediaciones del cruce de las carreteras El Puerto-Sanlúcar y Jerez-Rota. Hoy sólo se alimenta de las aguas de lluvia y de las escorrentías del vecino cerro de Venta Alta, pero antaño nacía en un manantial junto al paraje donde se levantó la alquería andalusí de Fontanina y próximo a donde están los viejos pozos del Duque (de Medinaceli). En la Antigüedad, su cauce, mucho más caudaloso que hoy, propició que junto al arroyo se estableciera un poblado tartésico en los siglos X-IX, del que se excavaron, por vía de urgencia, dos fondos de cabañas en 1984 (Museo Municipal) y 1985 (Diego Ruiz Mata), exhumándose cerámicas que denotan los primeros contactos comerciales tartésicos con navegantes fenicios, antes de que se establecieran en la bahía de Cádiz. 

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El arroyo de Campillo con sus márgenes inundados, en 1986. / Foto, J.J.L.A.

-El arroyo del Gallo aporta sus aguas al Salado desde la laguna y marisma del Gallo, cuyo entorno, en las laderas de los cerros que lo flanquean, se poblará con aldeas desde la Edad del Cobre –ininterrumpidamente- hasta época andalusí.

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El arroyo del Gallo desbordado, en 1996. / Foto, J.J.L.A.

-El arroyo de Campín cruza al norte del término portuense hasta adentrarse en el jerezano. Junto a este curso fluvial nació el poblado del Cobre de Campín, sólo conocido por las prospecciones arqueológicas que realizamos –con José Antonio y Nani- en la década de los 80, pero que si algún día se excava deparará el hallazgo de una importante población, seguramente amurallada.

-Y el arroyo Hondo, que es una bifurcación del de Campín y se adentra en tierras sanluqueñas, cubriendo con los otros cuatro arroyos secundarios y el principal del Salado gran parte del territorio de Isla Cartare.

LA UNIÓN DEL GUADALQUIVIR CON EL SALADO.

Escribir de la historia natural del arroyo Salado y sus afluentes precisa que nos hagamos eco de una antigua tradición que diversos autores recogieron durante la Edad Moderna y la Contemporánea. Desde mediado el siglo XVI, la historiografía repetidamente apunta a que el curso del Salado formó parte –en un tiempo impreciso- de un antiguo cauce del Guadalquivir, identificado por diferentes autores como la boca occidental “perdida” referida a fines del siglo I antes de Cristo por Estrabón: “…después se halla la desembocadura del Betis [Guadalquivir], dividida en dos brazos; la isla comprendida entre ambas bocas abarca un trecho de costa que tiene cien estadios [18’5 km] o más, según algunos.” (Geographia, III, 1, 9)

Esta identificación la contemplaron, entre otros, Florián de Ocampo (1543), Agustín de Horozco (1598), Bernardo Aldrete (1614), Martín de Roa (1617), Rodrigo Caro (1634), Esteban Rallón (1665) y un largo etcétera. Según ellos, un estero nacido del Guadalquivir se adentraba por las sanluqueñas tierras de Maina y conectaba con el Salado (suponemos que por el afluente de arroyo Hondo).

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Una segunda conexión la establecieron otros autores a partir del siglo XVIII desde el brazo de la marisma de las Mesas, donde se sitúa la romana Hasta Regia, de cuya cola nace el arroyo Tabajete (junto al que transcurría la calzada de la Vía Augusta). De esta supuesta unión se hicieron eco, entre otros, Enrique Flórez (1752), Bartolomé Gutiérrez (1787), Miguel Cortés López (1835) o Adolfo de Castro (1858). Al respecto, el citado Flórez decía en su España Sagrada (t. IX, cap. I): “...no necesitaremos recurrir a la costa occidental de San Lucar, para buscar la otra boca pues en esta parte junto a Rota se verifica la distancia que Estrabón señala a la costa marítima de la Isla, diciendo que tenía tres leguas y cuarto, o más según otros, […] y esto viene bien con el sitio de junto a Rota, donde vemos actualmente un Arroyo, llamado Ratonero, que baja desde las peñas de Asta y Trebujena, entre las cuales pudo también correr la boca antigua del Betis, pues aun hoy dista poco el nacimiento del Arroyo de la Isla mayor del río, como vemos en el moderno mapa del Reino de Sevilla, ejecutado por el Ingeniero Jefe Don Francisco LLobet…”.  /En la imagen de la izquierda, detalle del Mapa del Reino de Sevilla (1748) del ingeniero Francisco Llobet. / Real Academia de la Historia.

Aún en el siglo XX se incidía en este segundo enlace. Así, José Chocomeli precisó en 1940 en su En busca de Tartessos: “…el primer brazo oriental derivaba del lago Ligustino [marismas del Guadalquivir] por bajo de Lebrija, siguiendo las marismas del Bujón, de las Mesas y de Tabajete, arroyo de este nombre, vereda de Ferias [que muere junto a la laguna del Gallo], arroyos del Gallo y Salado de Rota, a desembocar donde hoy lo hace este mismo arroyo.” El mismo trazado lo había marcado en agosto de 1935 el portuense Francisco Ciria (‘Canales y desembocadura del Tartessos’, Diario de Cádiz).

Y es probable que así fuera. Mucho han cambiado los paisajes –más de lo que parece- en los dos últimos milenios, por la acción de la naturaleza y sobre todo por la del hombre. Y hay que tener presente que este paisaje es el espacio en el que Estrabón decía que las poblaciones de los márgenes de las hoy marismas bajas del Guadalquivir –nombraba a Asta (Mesas de Asta, Jerez) y Nabrissa (Lebrija)– habían abierto en sus esteros canales artificiales: “La serie de canales que han sido abiertos por doquier ayudan al tráfico y a las relaciones, tanto entre ellos mismos como con los forasteros. Del mismo modo también en la pleamar se utilizan los brazos confluentes [de los esteros] cuando los istmos que los separan se hacen navegables al quedar anegados. Las naos pasan entonces de los ríos a los esteros y viceversa.” Sobre los esteros, el geógrafo griego remarcaba: “Se llaman esteros a las escotaduras litorales que el agua del mar llena en la pleamar, y por las que se puede navegar remontando la corriente como por los ríos hasta el interior de las tierras y las ciudades de sus orillas.” (Geographia, III, 2, 5 y III, 1, 9)

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Marisma de las Mesas de Asta. / Foto, José y Agustín García Lázaro (web entornoajerez).

La conexión del Tabajete con el inmediato arroyo del Gallo –o acaso, apuntamos nosotros, con el de Campín, que se sitúa frente al de Tabajete– quedó cortada en 1877, cuando se construyó la vía férrea entre Jerez–Sanlúcar–Bonanza.

De cualquier forma, dejamos apuntada la vieja tradición (cuando el río suena…) de la antigua unión por vía fluvial de la bahía de Cádiz, a través del Salado de Rota y las campiñas de El Puerto, Sanlúcar y Jerez, con los esteros marismeños del Guadalquivir.

LA ALDEA ANDALUSÍ DE CASAREJOS.

Decíamos que el primer nombre conocido del arroyo Salado de Rota fue el de río de Casarejos, topónimo con el que fue bautizada –en el Libro del Repartimiento (1268) del término portuense- la aldea hispanomusulmana (de nombre árabe desconocido) que existía junto a la orilla izquierda de la desembocadura del Salado en el tiempo que la región gaditano-jerezana fue definitivamente conquistada para el mundo cristiano por Alfonso X.

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Detalle de la desembocadura del Salado, donde estuvo Casarejos . / Foto, Google. 2014.

Fue la de Casarejos una de las ocho alquerías andalusíes (de las trece que se distribuían por el término) que se fundaron, probablemente en los siglos X-XI, en el entorno del Salado y de sus afluentes y la laguna del Gallo, nombradas en el Repartimiento como Villarana, Bayna, Finojera, Fontanina, Grañina, Campix, Poblanina y, contiguo a la boca del Salado, Casarejos.

Aporta el documento medieval una interesante información para conocer algunos aspectos de la alquería andalusí, cuyas casas, solares y tierras fueron repartidas en 1268 a 77 repobladores castellanos.

casarejos_2_puertosantamariaSu término limitaba al sureste con el de Al-Qanatir (El Puerto), al norte con las tierras de las alquerías de Villarana y Bayna  y al oeste, en la otra margen del río, con la roteña de Flayna (probablemente emplazada en el yacimiento arqueológico de Las Mezquitillas). La ubicación de Casarejos junto a la boca del Salado indicaría su control del paso del cauce del río –probablemente con barcas- a la otra orilla y al interior de su curso, donde se emplazaban las otras siete aldeas andalusíes. Menciona el Libro del Repartimiento un camino –la carrera de Rota- que enlazaba Al-Qanatir, Casarejos y, por Flayna, con el ribat de Rota.  /En la imagen de la izquierda, reconstrucción del entorno de la alquería de Casarejos.

Se desconoce si Casarejos estuvo fortificado -como consta que lo estuvieron otras alquerías del Salado-, pero la repetida mención en el reparto a una pared  (o paredes) que servía para delimitar las entregas de los solares y casas a los repobladores, así podría indicarlo: por ejemplo, al decirse “…los palacios grandes como se sigue con la pared aiuso [abajo] o “…salvo los palacios que se siguen como va la pared ”.

arrollosalado_15_puertosantamariaEn el centro de la población se situaba su mezquita y –como los arriba citados- varios palacios grandes, que han de entenderse no como hoy, sino casas con más porte constructivo que los del común de la población. Y menciona el Libro dos calles, la rúa “que está de parte del río, la que va a Porluengas y “la de los Colmeneros”. Y un pozo comunal junto al camino de Al-Qanatir, y junto al pozo tierras públicas, el ejido. Y una cueva –“las casas que están sobre la cueva”-, que seguramente era un gran silo de la Edad del Cobre como los excavados en las inmediaciones del Salado en los años 50 dentro de la Base y en los 80 en La Viña. /En la imagen de la izquierda, ‘Cueva artificial’ de la Edad del Cobre en el yacimiento portuense de La Viña. / Foto, J.J.L.A. 1987. 

También menciona el texto alfonsí una isla e isleta, cuyo terreno también se repartió a los repobladores y que con seguridad se situaba en medio del río, al modo de un bajo formado por la colmatación de sedimentos marinos y fluviales, como aún se reflejaba en la cartografía del siglo XVIII.

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La isleta de la boca del Salado en un mapa de 1762.

La economía de Casarejos debió de basarse en la actividad pesquera con la explotación de corrales marinos, que aún se perciben en la margen izquierda de la boca del Salado, nombrados en la cartografía del XIX corral del Cueto. A una estructura pétrea que aún se ve en la misma boca del arroyo –tal vez la huella de un espigón o muelle de incierto origen- parece aludirse al comienzo del deslinde alfonsí (1268) de los términos de Rota y Casarejos: “El primer mojón es el Estapudal que llaman de los Camellos y Casarejos, que parte término con Rota. Han por mojones unas piedras que estaban en el mar que había nombre el Albequer.” Y una segunda base de la economía de Casarejos fue la explotación de las arenas litorales –al igual que en tiempos púnicos y romanos- como viñedos (vino, pasas, uvas), siendo 64 aranzadas las que se repartieron en 1268, linderas a las viñas de los arenales de Al-Qanatir. También tenía Casarejos, hacia el término de Bayna, un terreno menor dedicado a la explotación de cereales, y tierras de jaras con higueras y perales.

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Litoral entre El Puerto y Rota. Mapa de Francisco Coello, 1868. La flecha marca el Corral del Cueto.

Tras la ocupación cristiana de la alquería de Casarejos, su repoblación –como ocurrió en las demás a excepción de Al-Qanatir (El Puerto)- no cuajó y la vieja aldea andalusí se abandonó o, quizás, ni siquiera el conjunto de las casas y solares fuesen habitados por sus 77 beneficiarios. Sí perduró en el tiempo la ‘pesquería de Casarejos’ y la explotación de las arenas como viñedos y huertas.

Cuándo el término portuense de Casarejos pasó a integrarse en el roteño es cuestión que no podemos precisar, aunque lo más probable es que ocurriera poco después de 1341, cuando el señorío portuense pasó a manos de Juan de la Cerda I, hijo de Leonor Pérez de Guzmán y nieto, por vía materna, de los arriba citados Guzmán el Bueno y María Alfonso Coronel, también señores, desde 1297, de Rota. / Texto: Juan José López Amador y Enrique Pérez Fernández.

Entre los usos, modos y costumbres en faenas de arranchar los barcos de pesca, --cuando en El Puerto una buena parte de su población activa vivía de las faenas de la mar--, la tripulación de aquellas embarcaciones se tomaba unas cervezas, finos y bocadillos, como podemos apreciar en la siguiente fotografía de la colección de Vicente González Lechuga.

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En la imagen podemos ver a Pepe González Padilla, armador del barco, Antonio García Muñoz, Mora, pescador sordomudo, Agustín Triviño Iglesia, José Antonio Romero Pedrote, de la familia ‘Abuelita’; Anselmo Otero Díaz, Maneiro Antonio Valimaña Lavilla, Antonio García Muñoz 'el Boina' y Francisco Rosa. Mora, pescador sordomudo, que desde su infancia estuvo embarcado en pesqueros de la flota local, años después le dieron de baja por incapacidad permanente absoluta debido a la minusvalía que padecía ya que hacía peligrar su vida en alta mar.

La fotografía está tomada en la antigua Lonja de Pescados uno de los barcos de la familia González Padilla arranchando para salir a la mar. Se encuentra en el cantil del muelle suministrando hielo en la Fábrica de Hielo de la Compañía General de Carbones, S.A., donde estuvieron trabajando Javier Tosar Barrera y Manuel Alejo Mulero con nótula en Gente del Puerto, numero 063 y 1.565, respectivamente. La familia González Padilla fue armadora de los pesqueros 'Chapeglo', 'Elisa Padilla', 'Flopuerto Uno', 'Julia Noval’, 'Camijanes', 'Flopuerto Tres', 'Manuel María González', 'Carmen Mallach', y 'Teresa Ferrer' estos dos en sociedad con Pepe González Narváez, conocido como Pepe ‘El Panadero’ de la panadería ‘La Pajarita’, también conocida como ‘Antiguo Horno de las Cañas’ con nótula en Gente del Puerto, número 1.057.

cristinacologanponte_PUERTOSANTAMARIACristina Cólogan Ponte fue la titular de la Junta Gestora de la Real, Pontificia, Muy Antigua e Ilustre Archicofradía y Esclavitud de Nuestra Señora de Los Milagros. Patrona y Titular de la Muy Noble y Leal Ciudad de El Gran Puerto de Santa María. Fallecía el 2 de febrero de 2009, a la edad de 80 años. Era viuda de Ignacio Osborne Vázquez, con quien tuvo seis hijos: Ignacio, Cristina, Leopoldo, Mauricio, Jorge y Elena. Esto escribía hace cinco años Luis Suárez Ávila:

La semana pasada dejó este mundo terrenal Cristina Cólogan Ponte. Cristina fue el dechado de la elegancia, la finura, la discreción, la mesura, la prudencia y la laboriosidad. No había nada más que verla cuando se hizo cargo de la Junta Gestora de la Archicofradía y Esclavitud de Nuestra Señora de los Milagros con sus blocs de gusanillo, apuntando ávidamente todo para dar el tono y tino que desde el siglo XIII habían ido creándose en torno a la Patrona. Conectó la tradición de una devoción antigua con la modernidad. Supo, con cariño y mucho respeto, recuperar los enseres y documentos que estaban en casas particulares de personas muy mayores que habían tenido cargos en las Juntas anteriores. Las atrajo con empeño caritativo. Todo lo consiguió diligente, pacientemente, como si nada.

virgenmilagros_congreso_puertosantamariaHablé de sus blocs minuciosamente escritos, recordatorios, visitas, resultados, horarios, pequeñas y grandes cosas que son la historia, día a día, de la moderna Archicofradía y Esclavitud. Durante más de ocho años señeros, difíciles. Se trató de la reconstrucción de la Archicofradía. En su mandato tuvo el apoyo de personas que la siguieron y la aconsejaron bien. Sus principios, cuando se consolidó la Esclavitud, fueron potenciar un Congreso “Nuestra Señora de lo Milagros, entre la historia y la leyenda” al que acudieron de ponentes catedráticos y profesores de muchas universidades, con lo quedó patente que no estábamos ante una imagen mariana cualquiera, sino ante la Santa María do Porto de las Cantigas de Alfonso X con una historia cargada de hechos notabilísimos. La propia imagen, sus leyendas, el santuario fortificado, el templo del Pozo Santo, su capilla, su ajuar, la poesía, la música, la imprenta... todo lo relacionado con la Patrona fue estudiado minuciosamente.

En la imagen de la izquierda, portada del folleto del Congreso “María Santísima de los Milagros entre la Historia y la Leyenda”.   Organizado por la Comisión de las Bodas de Diamante de la Coronación Canónica de la Virgen. La ilustración muestra la faz de la imagen sin los arropes barrocos que luce habitualmente, dejando en blanco el resto de la talla que, en la actualidad se encuentra protegida, desde la época del Duque de Medinaceli, en una urna de plata. 29 al 31 de octubre de 1991.

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Acto celebrado en la sede local de la Cruz Roja, durante la clausura de un Curso. De izquierda a derecha, Victor López Saiz, comisario de Policía; José Joaquín Muñoz Bela, médico y presidente de la Asamblea Local de dicho organismo humanitario; Juan Melgarejo a la sazón, alcalde de El Puerto; Cayetano Román Andrade, Ayudante de Marina;  Cristina Cologan Ponte  y Matilde Manzanera. /Foto: Archivo Municipal.

En su mandato se celebraron las Bodas de Diamante de la Coronación Canónica de la Patrona, con el estreno del manto de “castillos y leones” y la incomprensión de la Jerarquía eclesiástica ... Y muchísimas cosas más. Cristina ha ido al otro mundo con las manos llenas de buenas obras, porque, además fue buena hija, buena esposa, buena madre, buena abuela, buena bisabuela y ejerció las virtudes de la caridad, de la justicia, de la prudencia, de la templanza de modo inusitado, como algo normal, sin aspavientos. Por eso, como no dudo, y ella esperó, habrá sido acogida bajo el manto de la Patrona, que con ese aval, sobra todo lo demás. /Texto: Luis Suárez Avila.

 

 

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ignaciocolontorrent_puertosantamariaJosé Ignacio Colón Torrent, nació el 28 de octubre de 1961, circunstancialmente en Cádiz de manos del Dr. Francisco Viseras Alcolea, permaneciendo en Cádiz sólo los tres días necesarios para recuperarse su madre y regresar a El Puerto..

Es hijo de la portuense María del Carmen Torrent Reyes Luchi, --fallecida en febrero de 1972-- su abuelo tenía la fábrica de tapones Torrent, en la calle Espíritu Santo, quien murió prematuramente dejando a Luchi cuando ésta contaba con 10 años de edad. Su padre, Sebastián Colon Herrera Chano, natural de Paterna de Rivera, aunque su familia se vino a El Puerto con Chano muy joven al cortijo familiar de Las Manoteras --fallecido en noviembre de 2007--, fue jefe de servicio de las concesionarias de limpieza y recogida de residuos de El Puerto desde 1973 y, anteriormente con su camión, trabajando casi exclusivamente para bodegas Terry.  Quienes le conocieron, le recuerdan como un gran señor y un buen padre. Ignacio es el primero de los cuatro hijos habidos en el matrimonio, junto María Victoria, Javier y Elena.

Los primeros años Ignacio vivió en la plaza de Colon,  quizás hasta los 4 años, posteriormente en la calle Cielos, primero en la casa que después compró la familia Nuchera junto a la peluquería de Francisco Varo Marchán Cuqui, durante otros cuatro años y, en la misma calle esquina con Santa Clara enfrente de la casa del otorrinolaringólogo José García Castro. En los años 90 la familia se traslada a una casa en la urbanización Andalucía la Real.

LA FAMILIA Y LOS AMIGOS.
Está casado con Inmaculada Mesa tejada, con la que tiene tres hijos Ignacio, Jaime y María,  todos nacidos en El Puerto. Su vida siempre ha estado rodeada de familia y amigos, que se puedan contar con los dedos de una mano, como siempre le aconsejó su padre. Le gusta hacer para sus amigos un arroz con ingrediente secreto --como la Coca-Cola-- que aprendió de su padre y que ahora enseña a sus hijos. Disfruta haciendo este arroz para su familia y amigos y sobre todo, las tertulias posteriores.

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"¡A formar!!", filas de alumnos en el patio del Colegio de La Salle.

Estudió en el colegio de La Salle, en la época de la leche en polvo, en formación antes de entrar en clase cantando ‘Prietas las filas’ y el ‘Cara al Sol’, como era costumbre en aquellos años previos a la llegada del hombre a la Luna. Luego el BUP en el Insituto Santo Domingo, terminando el bachillerato en el Muñoz Seca.

ESTUDIOS DE FARMACIA.
Su padre le recomendó que estudiara farmacia, pero previamente tuvo que hacer el Servicio Militar en el Puesto de Socorro de la Cruz Roja, en Valdelagrana y en esa época se matriculó en primero de Química en la Facultad de Puerto Real por compartir primero de Química y Farmacia las mismas asignaturas, cursando los estudios de esta última en Sevilla entre 1982 y 1988. Trabajaba en verano para pagarse los estudios en Sevilla. Época de muchísimas experiencias y de muchas amistades importantes. Entre ellos, sus compadres, Antonio García Bonilla de Jerez  y la sevillana María José Díaz Muñoz , padrinos de sus tres hijos. De esta época se consolidó un grupo de amigos --unos 30-- de distintas provincias de Andalucía, que se vienen reuniendo todos los años, y ya son más de 26, en un fin de semana cercano a la festividad de la Inmaculada, patrona de Farmacia.

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Retablo de la Virgen del Pilar en la barriada del mismo nombre, donde se encuentra enclavada la farmacia de Ignacio Colón. /Foto: Alfredo García Portillo.

LA FARMACIA DEL PILAR.
Ignacio estudió Farmacia para labrarse un futuro profesional. “No fue sencillo conseguir la apertura de una Oficina de Farmacia. Tuve que pelearla en el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía hasta conseguirla”. Sin conocimientos previos de Derecho se pasó un mes de julio entero en la antigua Facultad de Derecho de Jerez consultando muchos libros especializados de la editorial Aranzadi hasta encontrar las excepciones que la Ley permitía, para conseguir abrir la farmacia en la barriada del Pilar. La búsqueda de pruebas las realizó en solitario y tan solo necesitó la firma de una abogado sevillano para conseguir que le dieran la razón.

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ESTUDIOS DE DERECHO Y GESTIÓN.
Pero la inquietud por conocer y formarse tenía dos claros objetivos: el desarrollo personal y poner en práctica lo aprendido. Lo que le llevó a cursar una nueva carrera, la de Derecho, en la Faculta de Jerez entre 2002 y 2007.

Después de unos primeros años muy duros de trabajo en la Farmacia, se decidió a estudiar Derecho,  que cursa en la Facultad de Jerez entre los años 2002  y 2007 y no se para aquí sino que --tras su efímero paso por la política local como concejal en 2007 y 2008-- cursará durante dos años la diplomatura en Gestión y Administración Pública entre los años 2008 y 2010 para, a continuación abrir un despacho de abogados.

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Ignacio Colón con su socio en Ius Pharmacoplis, Pepe Rodríguez Crespo.

IUS PHARMACOPLIS 
Junto a Pepe Rodríguez Crespo --de Medina Sidonia-- fundan el despacho de abogados denominado lus Pharmacoplis SCP. Se recorrió media España visitando multinacionales farmacéuticas hasta que una de ellas apostó por su proyecto. En la actualidad prestan servicio de asesoría jurídica a 8.000 farmacias en España: el 35 % del mercado nacional. Además se han recorrido la otra media España participando en conferencias y jornadas de Derecho Farmacéutico, siendo una empresa innovadora y exclusiva en España que ha sido reconocida tanto a nivel universitario como en el sector farmacéutico

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Con el ex alcalde Enrique Moresco, el 30 de abril de 2008, tras su dimisión como concejal independiente por el PP.

CONCEJAL Y NUEVOS ESTUDIOS.
En el año 2007 le ofrecieron la posibilidad de trabajar por su Ciudad, participando como candidato  independiente en las listas del PP. Su paso por la política fue breve, pero lleno de vivencias extraordinarias. Llegó a ser el titular de la concejalía de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible en junio de aquel año. Pero la política que conoció, en sus palabras: “no se ajustaba al concepto de servicio público que tenía. Hice lo que consideré más honesto, dimitir, verbo que no saben conjugar los políticos”. Esto afirmaba el 30 de abril de 2008, al anunciar su dimisión: “"la gestión de lo público es absorbente. Absorbe tiempo que corresponde a las personas que comparten mi vida, mi familia. Absorbe inquietudes que me privan del derecho a la búsqueda de la felicidad. El desequilibrio vital que esto me produce me obliga a renunciar al acta de concejal electo por estrictos motivos personales”.

Una vez presentada su dimisión como concejal, quiso profundizar en  el conocimiento de la gestión de la Administración Pública, cursando dos años de esta diplomatura hasta que consiguieron  el contrato con la multinacional farmacéutica para su despacho de abogados. La música lo acompaña a todas horas, de todos los estilos adaptados al momento vital.

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Por las calles de Chefchaouen (Marruecos). /Foto: James Clear.

EL ESCRITOR Y LA HISTORIA.
Le encanta escribir, una afición tardía pero que intenta ejercer con humildad y sobre todo con formación. Lee todo lo que cae en su mano, fundamentalmente novela histórica y biografías. Un viaje por Marruecos en el año 2012, en un teteríaa de Chefchaouen, durante una conversación con un rifeño de edad muy avanzada, éste le contó una historia que le fascinó y, a su regreso a España, empezó a materializarla en un libro: una novela histórica del periodo almohade andalusí. El pasado curso 2013-14 inició los estudios de Historia, matriculándose en la facultad homónima en Filosofía y Letras en Cádiz, para formarse mejor y por ser una de sus aficiones favoritas.

ignaciocolon_esc_puertosantamariaNUEVO PROYECTO POLÍTICO.
Ahora vuelve a la escalera de la política, de la mano de ¡¡Queremos !! Un nuevo proyecto político para  El Puerto de Santa María. “Hastiado de ver como El Puerto languidece he decidido, junto a otros portuenses, proponernos un reto y proponérselo a todos los portuenses. Un reto ilusionante y posible con el apoyo de aquellos conciudadanos que necesitan sentirse orgullosos de la Ciudad en la que viven y sacarla de la parálisis en la que se encuentra, devolviéndola al lugar que jamás debió perder en el marco de la provincia. No tengo temor al fracaso. Es infinitamente más perjudicial el sentimiento de reproche que pueda hacerme a mí mismo al haber tenido la oportunidad de cambiar las cosas, y no haberlo intentado”. Siente verdadera pasión por aquellas personas que considera genios, que son capaces de los mejor y lo peor, pero cuando dan lo que llevan dentro, son sublimes.

VIAJERO.
Lleva viajando por España y por el mundo desde que tenía 20 años: Europa entera, Canadá, ciudades de EEUU tales como Nueva York, Washington, Boston… Méjico, Cuba, Argentina, norte de África  encontrando en Marruecos un lugar al que, cada vez que puede regresa. Esto le ha permitido no solo conocer la cultura sino la personas que se ha encontrado en todas esta singladuras  de todos aquellos lugares que ha visitado. Es un amante de todo aquellas manifestaciones humanas o naturales que reflejen belleza entendida como sentimiento de emoción.

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En 1973, el martes 28 de mayo, el empresario Gaspar Perea España inauguraba junto a la gasolinera de Valdelagrana el restaurante-cafetería ‘El Potro’, curioso nombre por estar situado frente al Hotel Meliá el Caballo Blanco, especializándose en mariscos, menús a la carta y platos combinado en la barra, al que asistieron las autoridades locales y otros representantes del mundo de la empresa y los negocios.

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El personal del restaurante ‘El Potro’, cualificados profesionales de la hostelería portuenses: de izquierda a Javier Carreto --durante muchos años maitre del restaurante Los Portales, ya jubilado--, José María Perea España, hermano del propietario Gaspar Perea, el aprendiz Pepito, Antonio el cocinero, desconocido al que apodaban ‘el Sangre’ y Antonio Márquez Mateos,  durante 37 años copropietario de la cafetería Milord hasta su reciente jubilación en marzo de 2012. (ver nótula núm. 1.317 en GdP). 

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Acto inaugural, de izquierda a derecha, Gaspar Perea Manso, el alcalde de la Ciudad, Fernando T. de Terry Galarza, Francisco Rosa Jiménez, el párroco de San Joaquín, José María Rivas Rodríguez (ver nótula núm. 1.741 en GdP), María José Moy Burgos y su esposo el empresario Gaspar Perea España, el juez Pedro Nuñez Ispa, desconocida y el médico y durante años presidente del R.C.N de El Puerto, Miguel Duro del Moral.

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En primer término, de izquierda a derecha, Antonio Izquierdo, director del Banco Central, el maitre del Hotel Meliá Caballo Blanco, Manuel Chico Ropero quien en la actualidad vive en Algeciras, y José Luis Benjumeda Molleda ‘Neno’ (ver nótula núm. 115 en GdP) y Miguel Roselló Bertomeu; tras la barra vemos a Carreto y José María Perea.

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Un plano general de las instalaciones del restaurante ‘El Potro’. El establecimiento, mas adelante cambiaría de nombre y dirección e incluso de utilidad, llegando a albergar a 'Muebles Valdelagrana'.

Las fotografías, realizadas por Rafael Pérez González 'Rafa' (ver nótula núm. 1.871 en Gente del Puerto) pertenecen a la Colección de Gaspar Perea España, habiendo sido digitalizadas por Vicente González Lechuga, Jefe de Fotografía de Gente del Puerto.

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