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Exposición 'Lenguaje de un conflicto: Gaza'. Sala de Exposiciones Fundación Zoilo Ruiz Mateos. Rota

Felipe Lamadrid Pérez nace en el número 17 de la calle Palacios, quinto hijo del total de siete del matrimonio formado por el conocido practicante Felipe Lamadrid y Carmen Pérez. Estudió en las Carmelitas, San Luis Gonzaga y en el Instituto Santo Domingo. Luego vendría estudios en laborales en Puente Genil (Córdoba), Químicas en la Universidad de Cádiz, que no finalizó e Informática graduándose como Analista de Sistemas, obteniendo dos becas, las Kienzle e IBM en 1976. Está casado y tiene tres hijos.

Felipe delante a la izquierda, junto a su amigo Fali (del Horno de Las Cañas), en un concurso de castillos en la arena en la Playa de la Puntilla.

SUS INICIOS EN EL ARTE.
Pero su verdadera vocación está en el mundo del arte desde 1970 que alterna con los estudios reglados: la pintura, el grabado, la escultura, la poesía, … son diferentes facetas que Felipe utiliza para expresarse y sacar al exterior su forma de entender el mundo. Obtendrá diversos premios en la Academia de Bellas Artes ‘Santa Cecilia’. En 1973 participa en la primera Expo Joven Nacional ‘Figuraciones y Bocetos’. Investiga la estética fotográfica sacra. En 1975 comienza a colaborar con poemas y dibujos en revistas literarias tales como ‘Bahía’, ‘Sapina’, en el semanario ‘El Puente’  ‘Siete’ y otras. En 1977 realiza sus primeros proyectos sobre las líneas y sus conjunciones. En 1978 investiga con pigmentos naturales sobre base de madera y materiales pobres, los efectos luminosos del volúmen en el espacio sobre formas geométricas.

Su primera exposición, en Bellas Artes, con Alfredo Bootello, su prologuista.

BECA NACIONAL DE PINTURA.
En 1979 trabaja en las primeras comparaciones del fotograbado en el grabado. En 1980 será becado por el Ministerio de Cultura y obtiene una de las 43 becas nacionales de Pintura y marchará a Madrid instalándose en la capital ese mismo año, allí conoce a Lucio Muñoz, estudiando Grabado y Litografía en la Escuela Nacional de Artes Gráficas, obteniendo la diplomatura, donde investiga el Collage Gráfico, bajo la supervisión de Antonio Manso, director de grabado de la Casa de la Moneda. En 1984 proyecta el Dibujo Collage, con tintas caligráficas.

En la Escuela de Grabado 'Menéndez Pelayo' de Madrid, con de alumno con Alfonso Sanches Toda, entonces era director de grabado de la Casa de la Moneda, con anterioridad a Antonio Manso.

Exposición en Tres Cantos (Madrid).

PROFESOR DE GRABADO.
Estudiará el grabado y ejerce como grabador y profesor en diferentes instancias e instituciones: En 1982 forma parte del profesorado de pintura del Ayuntamiento de Madrid. En 1985 será profesor del C.E.P y de la Universidad Popular de Alcorcón (Madrid), trabajando en las transformaciones irreales gofradas con ácido puros. En 1986 profesor de Artes Plásticas del Centro Cultural ‘Clara del Rey’ de Madrid  donde estudia las acotaciones estética. En 1987 ejercerá como profesor de Artes Plásticas del Instituto ‘Entrena Cuesta’ (Madrid), centro piloto en actividades extraescolares.

En la imagen, durante  el Taller de Grabado que crea en el Centro Cultural Galileo (Madrid). Entre 1989 y 1991 será profesor de Artes Plásticas del Ayuntamiento de Tres Cantos (Madrid), por concurso de méritos.

ESCULTURA.
En 1991 elabora los primeros proyectos en planchas de bronce. En 1993 realiza el diseño de esculturas en bronce y las carpetas de grabados y poemas serigrafiados para la Galería MV de Madrid. Entre 1994 y 1996 crea el Taller de Grabado de la UCA en los Cursos de Verano del Vicerrectorado de Extensión Universitaria. En 1998 realiza el Perfomance Poético y el diseño de maquetas Cubos-Cajas. En 1999 en su Homenaje al Carnaval realiza pinturas expresionistas. El año 2000 es el año de los Poemas Gráficos. En 2001 ejecuta esculturas en hierro y acero - instalación: ARt & LENGUAJE. En el 2002 la instalación de Serigrafía & Hierro: los Poemas Objeto. En 2003 los grabados con metal y en 2004 esculturas en acero y serigrafía de gran formato. /En la imagen, su obra 'Idus de Marzo XIII'.

REGRESO A EL PUERTO.
En ese año 2004, Felipe fue requerido por el Vicerrectorado de Extensión Universitaria de la UCA y daba clases lunes y viernes, regresando a Madrid el resto de la semana, lo que le hará plantearse regresar a su El Puerto natal donde se instalará de nuevo, en Valdelagrana.

El Atelier, en la calle Litoral, en Valdelagrana, con un grupo de alumnos de Grabado.

En el VIII Curso de Grabado Contemporáneo, con alumnos en el Taller.

ATELIER Y GALERÍA.
Aquí crea el ‘Atelier & Galería Felipe Lamadrid’, taller y sala de exposiciones a un tiempo, centro de producción y edición de obra gráfica original de artistas contemporáneo, especializado en obra sobre papel, donde se realizan tiradas de grabados en carpetas y ediciones facsímile con el propósito de potenciar y enriquecer el desarrollo del mundo del Grabado, así como servir de punto de encuentro y reflexión sobre el arte seriado contemporáneo.

En Madrid, con el colectivo 'La Voz Gráfica' en 1980, el tercero por la izquierda de la fila superior.

COLECTIVOS Y GRUPOS.
Como otros artistas que crean en los mismos tiempos, es figura relevante del grupo ‘La Voz Gráfica’ (Madrid), donde ingresa en 1981, discípulos de Alfonso Sánchez Toda. Es miembro de la Asociación de Pintores y Escultores Españoles y fundador del Colectivo de Pintores Madrileños, en 1984. En 1986 ingresa en el colectivo gaditano ‘Construczión’. En 1987 entra en el colectivo de Artistas Plásticos de Madrid.

Con el Colectivo 'El Ermitaño' en la Fundación Alberti: Faelo Poullet, Verónica Pedemonte, Jesús Graván, María Asunción Mateo, Mariano Rivera, Manolo Dugo, Felipe Lamadrid.

POESÍA.
Como se ha dicho, alterna la enseñanza con la poesía, de hecho publica varios poemarios:  ‘Versos de Otoño’, ‘Color en calma’ ‘Génesis’, ‘La Pluma y otros escritos’ y ‘Soñar con un perfil de lobo’, y otros en solitario o con diferentes colectivos.

En 1985 se cataloga su obra por la Real Calcografía Nacional ‘Museo del Grabado’ y publica en la Revista ‘Luces y Sombras’, ‘Altazor’, ‘Clarín’, ... Utiliza las técnicas de la estampación especialmente el aguafuerte y la serigrafía alcanzando muy altas cotas expresivas. Está incluido en el Diccionario de Arte Contemporáneo de Madrid, Diccionario de Pintores y Escritores, el Diccionario de Artistas Plásticos, Arte Guía y otros.

Con el Jefe del Servicio de Fomento de Cultura, Antonio Ahucha.

EXPOSICIONES POR EL MUNDO.
Ha expuesto desde 1978, además de en su ciudad natal, en repetidas ocasiones y escenarios, en Madrid y municipios de dicha comunidad, Algeciras, Jerez, Chiclana, Cádiz; Ibiza, Málaga, Barcelona, Betanzos, Cadaqués, Calella, Eibar, Ademuz, Lérida,  en Hautefuille (París, Francia), Colliure (Francia), Tolouse (Francia), Massachusetts (EEUU), Seul (Corea), Méjico D.F., Lisboa (Portugal), en 1990 en The Art Societi Krun (en la desaparecida Czeschoslovakia). Honolulú (Hawai - EEUU), Caracas (Venezuela), Santiago (Chile), Buenos Aires (Argentina), Iowa (EEUU), Quilmes (Argentina), Atenas (Grecia), Toronto (Canadá), ... Indonesia, Alemania, Rusia, Malasia, ... y muchas otras que se nos quedan en el tintero para no aburrir al lector. /En la imagen, cartel de la exposición 'Arte de Gaza 2', que permanece abierta hasta el 27 de diciembre de este año, en el Atelier de la calle Litoral, en Valdelagrana.

Grabado: Alternativas Gráficas.

QUIZÁS NO SUPE CONSQUISTAR.
Quizás no supe conquistar
de lejos la confianza.
De buscar entre mis manos
el refugio de la noche.
Heredera del pasado.
Creadora del presente.
Con aullidos de gatos noctámbulos.
Rituales.
Que el viento les hace navegar sin rumbo.
Alos ojos que se embriagan de la obscuridad
para encontrar su mástil y su aliento.

Felipe Lamadrid.
(Soñar con un perfil de lobo. 2000).

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Durante muchos años, he pasado  por la vida nadando en la superficialidad de la acción comercial, a veces a favor y otras en contra de la corriente. Siempre he tenido la inquietud de la sensibilidad por las artes. Siempre he buscado en los entresijos del corazón de las gentes, pero, nunca lo suficiente, nunca en la profundidad  precisa como para conocer lo que atesora cada extraño, cada conocido o cada amigo que he encontrado a lo largo de mi dilatada vida.

Ahora que los años me han apartado de la superficie, estoy aprendiendo a sumergirme y a descubrir los tesoros que están ocultos tras personas sencillas, modestas, humildes, que pasan desapercibidas para el común de las gentes, que  solo con tomarles la mano, se abren de par en par y descubres lo insólito de sus vidas.

Ya los descubrí en Juan, el vendedor de chumbos, al otro Juan, el de Ugíjar, el gitano canastero que me impresionó con su filosofía de la vida, y que hace tiempo no veo, y me preocupa. Personajes que siempre he visto y he pasado ante ellos como si formaran parte del mobiliario urbano. Que miras sin ver. Rutinariamente. Con cataratas sobre el cristalino. Detrás de cada uno de ellos hay una perla. A veces descubres un rubí, y a veces... un diamante.

Hoy he descubierto uno. Es sábado. Acabo de desayunar en el bar nuevo del antiguo Rueda con mi amigo Arturo Palomino. Caminamos unos minutos por el mentidero de los sábados en El Puerto, que son los aledaños del mercado. El mercado es un hervidero de gentes. Las calles, con las terrazas llenas de personas que charlan ante un opíparo desayuno con churros; o los más madrugadores, que lo hacen ante una cerveza y una monumental tapa.
De pronto, se acerca a mi amigo Arturo, con dos libros en la mano ‘el Chigüi’. En un primer momento, --siempre juzgamos la apariencia, el triste efecto iceberg--, pensé que el gitano, porque ‘el Chigüi’ es gitano, quería venderle algo. Permanecí atento.

«--Toma, Arturo, a ver si te gusta». Ni siquiera le oí decir,  ‘lo he escrito yo’.
Dos libros, uno de poesía y otro prosa. Miré con descaro la portada. ‘Alma gitana’ por Salvador Cortés Núñez 'el Chigüi' y su amigo El Perejil. «--¿Puedo echarle un vistazo?», dije yo. Tomo el libro en mis manos, empiezo a leer, sigo leyendo, sigo leyendo… Arturo y ‘el Chigüi’ mirando. Uno pacientemente, el otro impaciente. Pasaron unos minutos, que para ellos debieron ser largos. No tuve más remedio que decirle, emocionado, «--¡Esto es muy bueno!». Acto seguido, leí en voz alta dos o tres poemas que me pusieron los pelos de punta.

LIBERTAD
Un río para lavarme,
un jato para dormir,
un puente para taparme,
y un campo para vivir

Un camino y una senda,
un puerto donde llegar,
y en el costado del viento
un sueño de libertad.

Gitano libre yo soy,
es mi destino el andar,
y en el camino desgrano,
el alma de mi cantar.

Sinsabores y desgracias,
persecuciones y huidas,
me van siguiendo los pasos
y cerrando mis heridas.

En cuero y descalzo vivo,
pero nunca miro atrás,
llevo en las manos grandeza,
y en el alma libertad.

No soy crítico literario, y mis conocimientos son muy limitados, pero los vivarachos ojos de ‘el Chigüi’ me escudriñaban como si lo fuera. «--Chigüi, le dije, ¿los vendes?», «--No, los regalo». «--¿Me regalarías a mi uno?», «--Ahora mismo». Se metió bajo su tenderete, repleto de trajes, medias y pantys, extrajo de un cajón dos ejemplares de los tres libros que ha escrito, y sin más, me los entregó. Le pedí con toda humildad, si me hacía el honor de dedicármelos. Sin el menor asomo de vanidad, me dedicó ambos libros, cuya reproducción reflejo.

Arturo, tenía que irse. Yo me quedé con ‘el Chigüi’. Estuvimos hablando largo tiempo. Le pedí si me permitía hacerle una foto que encabezara el relato que de él pensaba escribir. Aceptó. Después hablamos, hablamos… y tenemos que hablar, porque aun no tengo claro si su amigo ‘el Perejil’ tiene tantos títulos. Si es una pirueta literaria, mezcla realidad y ficción. Si solo ha hecho la ruta de los mercadillos, o ha sido Estados Unidos, Londres, Ciudad del Cabo… Es tanta su prodigiosa imaginación que no sabes dónde termina la realidad y donde empieza la ficción.

Sí sé, que tiene arte en sus manos, que en vez de vivir del cante o del baile, que quizá lo pudo hacer, prefirió aprender un oficio. Oficio de precisión. Tornero ajustador. Y sacó a su familia adelante. Ya me he leído su “Alma gitana”, he leído y releído sus versos. Algunos muy bien retocados, por la maldita culpa de la rima y de la métrica. Pero si les digo amigos, que aunque peor construidos, sus genuinos poemas, los que conservan su impronta, los de su innata frescura, los robados al dolor, esos son los que me han llegado más cerca del corazón. Chigüi, amigo, nos vemos el sábado que viene. (Texto: Alberto Boutellier Caparrós).

Más de Salvador Cortés Núñez, ‘el Chigüi en GdP’:
307. Salvador Cortés. ‘El Chigüi’.
420. Salvador Cortés, ‘El Chigui’ y el burro ‘Liviano’.
528. Salvador Cortés. Nuevo libro: ‘Alma gitana’.

Nació Ángel María Dacarrete Hernández, el 14 de noviembre de 1827, en El Puerto de Santa María. Sus padres: José Luis Dacarrete Ramírez, natural de Cádiz, y María Regla Hernández Samaniego, natural de El Puerto. Pocas, por no decir ninguna, son las noticias que tenemos de la estancia de Ángel María en su ciudad natal.

En 1838, cuando el poeta portuense aún no contaba los once años, se inaugura en Cádiz el Colegio San Felipe Neri, en el edificio que perteneció a la Comunidad del Oratorio del mismo titular, y que fue asimismo el histórico lugar donde se reunieron las cortes de 1812. Este colegio fue «el mejor sin duda que se conocía entonces en España y, a decir verdad, el mejor en su género que ha existido después hasta hoy día de la fecha», al decir del eminente cirujano portuense don Federico Rubio en su libro de memorias; asimismo, y refiriendo nuevamente al colegio, añade: «Poblaron el colegio los hijos de la gente acaudalada». /En la imagen, Andel María Dacarrete, pintado por I. Verdeja, donado por su hija al Museo de Cádiz.

Don Alberto Lista regentó el colegio hasta su marcha a Sevilla en marzo de 1844, sustituyéndolo don Antonio Alcalá Galiano quien solo lo dirigió unos meses, al igual que su sucesor don José Joaquín de Mora. La estancia de don Alberto Lista en el colegio gaditano marcó sin duda una huella indeleble en su vida del poeta portuense quien le llega a dedicar hasta dos poemas al maestro. Uno, fechado el 9 de mayo de 1844, cuando contaba 16 años, que es precisamente el primer poema que conocemos de Dacarrete, y que lo escribió con motivo de la marcha de su maestro a Sevilla. Y otro, después de la muerte de éste, acaecida en 1848, y que se publicó en Sevilla algún tiempo después. Es de suponer, aunque no lo hemos podido comprobar, que sus relaciones con don Alberto Lista continuaron en Sevilla, pues el poeta portuense se traslada a la ciudad hispalense un año después que Lista y ahí permanecerá hasta 1852. /Portada del Colegio San Felipe Neri, en Cádiz.

Aunque no se conocen documentos de la posible relación de Dacarrete con Bécquer, es muy posible que ésta date del periodo sevillano. Téngase en cuenta que ya en la Corona poética a Lista intervienen los dos: Gustavo Adolfo escribió una oda titulada «A la muerte de don Alberto Lista», que curiosamente es la composición más antigua que se conoce del poeta sevillano, y que no se publicó entonces. /En la imagen de la izquierda, Gustavo Adolfo Becquer.

En la década de los cincuenta, y ya instalado en Madrid, es cuando Dacarrete dará lo mejor de sí en cuanto a su faceta literaria se refiere, tanto en poesía como en teatro. El motivo de su marcha a Madrid era el de terminar en su universidad la carrera de Derecho que había comenzado en Sevilla.

Dado que al aspecto poético nos referiremos más adelante, bueno será dar un somero repaso a su obra como dramaturgo. En 1855, cuando contaba 27 años, estrena en Madrid su drama en tres actos y en versos «Magdalena». Un año más tarde representa su zarzuela en un acto y en verso «Mentir a tiempo», a la que puso música el maestro Fernández Caballero. En 1857 escribió la comedia en tres actos y en prosa titulada «Poderoso caballero es don dinero». En 1858 escribió otra comedia también en tres actos y en prosa, «La dulzura del poder» así como la pieza «Al cabo de los años mil» y el drama «Una historia del día». /Portada de 'Poderoso Caballero es don Dinero'. Madrid. 1857.,

Realizó asimismo adaptaciones de otras obras, como la comedia del Calderón de la Barca «Bien vengas, mal, si vienes solo». Tradujo del francés y adaptó las comedia «Gaspar, Melchor y Baltasar» y «El ahijado de todo el mundo» original de Emilio Souvestu. Adaptó también la comedia en tres actos y en prosa, «Les femmes terribles», de Dumanoir, y la farsa cómic en tres actos «Este cuarto se alquila» de Cogniard y Leroux arreglada para la escena junto con su amigo Enrique Cisnero. También en 1858 escribió un drama trágico en cuatro actos, basado en el famoso de Shakespeare «Romeo y Julieta», al que Dacarrete tituló invirtiendo el orden de los nombres de los amantes.

En septiembre de 1864, siendo Oficial del Ministerio de la Gobernación, es nombrado por Real Decreto Gobernador Civil de Valladolid. Unos meses después, en febrero de 1865, es cesado en su cargo de Gobernador de Valladolid, para ser nombrado Gobernador de Burgos, cargo que ostentaría hasta junio del mismo año.

Por estas fechas contrajo matrimonio con la vallisoletana doña Valentina Alvarez Unzueta, de cuyo matrimonio tendrían una hija: María, que sería quién años más tarde, y una vez muerto el poeta, donará al Museo de Cádiz el retrato al óleo de su padre, obra de I. Verdejo, que ilustra esta nótula.

En julio de 1879 fue elegido Diputado a Cortes por el Distrito electoral de Aguadilla en la entonces provincia de Puerto Rico. A primeros de marzo de 1881 es nombrado Consejero de Estado con destino en la Sección de Ultramar. Dos años más tardes pasó de esa Sección a lo de lo Contencioso. Y en 1885, a la Sección de Guerra y Marina.

Entre 1886 y 1888, Dacarrete compendió los mejores recuerdos de su tiempo en las dos conferencias que dio en el Ateneo madrileño, entre la serie de las que integraron La España del siglo XIX. La primera de estas conferencias versó sobre «Martínez de la Rosa. El triunfo de las instituciones representativas. La regencia de Doña María Cristina de Borbón. El Estatuto real y la Constitución del 37. Origen de los partidos». Y la segunda sobre: «La Unión Liberal. El Duque de Tetuán. La revolución de 1854.
La transacción de los partidos. Don Antonio de los Ríos y Rojas. La guerra de Africa y de América. Los antecedentes de la revolución de 1868».

En noviembre de 1887 es nuevamente destinado a la Sección de lo Contencioso, para, unos meses después, en septiembre de 1888 y por Real Decreto, ser nombrado Ministro de Tribunal de lo Contencioso Administrativo. También por Real Decreto, de 1899, se le nombra Presidente de la Sección de Hacienda y Ultramar. /En la imagen de la izquierda, 'El Libro del Amor. Antología. Angel María Dacarrete', prologado en 1986 por el poeta José Luis Tejada y el crítico de arte, Francisco M. Arniz.

El 4 de enero de 1900 fue propuesto para ocupar la vacante por fallecimiento de don Antonio María Fabié, del sillón ‘R’, de la Real Academia Española. La propuesta la firmaron los Sres. don Eduardo Saavedra, don Eduardo Benot y don  Francisco Fernández González. Fue elegido el 1 de febrero de ese mismo año, si bien no llegó a ocupar el sillón, ya que murió «cuando había comenzado a escribir el discurso correspondiente, que no pasó de los primeros párrafos».

El 17 de mayo de 1904 es declarado cesante como Consejero de Estado por reforma del cargo. Días después solicita su jubilación que le es concedida en junio de ese mismo año. Apenas cuatro meses después, el 13 de octubre de 1904, a las dos de la tarde, fallecía en su domicilio madrileño de la Plaza de Colón núm. 2, a consecuencia de «úlcera venal», este hombre de «ideas templadas y de carácter muy apacible» que firmaba como Ángel María Dacarrete Hernández.

Francisco M. Arniz y José Luis Tejada, durante la presentación de 'El Libro del Amor. Antotología. Angel María Dacarrete', editado en 1986 por la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía.

En su poesía se puede señalar una línea evolutiva que, arrancando de su formación neoclásica en su primera juventud, se incorpora muy peculiarmente a un cierto romanticismo tardío, asimilando antes que Bécquer los influjos foráneos (de Musset, Byron, Heine) con el consiguiente gusto por la poesía popular y adelantándose a escribir verdaderas «rimas» en la década de los 50, para recaer luego con otros rumbos más trillados, hasta acabar dejando casi por completo la poesía para consagrarse a la actividad política. (Texto y fotos: Francisco M. Arniz Sanz)

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Estas imágenes, testimonio de un pasado reciente, lugares y objetos inexistentes, desaparecidos ya en la primera década de este siglo XXI, son un recordatorio de hacia donde va El Puerto. Y lo de lo poco que va quedando.

Casa situada junto a la extinta Pensión de la Fruta, en la calle Ganado, donde viviían los padres del 'Arropiero', en cuyos bajos había una accesoria en que vendían, por Navidades, figuritas de nacimientos hechas en barro y alambre de un estilo muy primitivo. /Foto: AGR

Una de las salas del desparecido Museo Ramón Bayo, en la calle San Francisco esquina a Santa Lucía. La familia intentó, sin éxito que el Ayuntamiento se hiciera cargo de la colección. Hoy, una parte de la exposición se encuentra en un museo gaditano y otra está a la venta por internet.

Puente de San Alejandro, el otro, gemelo que daba servicio a la línea de tren Madrid-Cádiz, salvado in extremis, espera destino para ser colocado en el río San Pedro, a la altura del Parque de los Toruños.

El Restaurante El Cortijo, en el Paseo de la Victoria, durante la celebración de una boda. /Foto: Colección Carlos Pumar Algaba.

Fotograma de la película 'Fugitivas' donde aparece la recientemente desaparecida Estación de Trenes.

Vapor y pesqueros en el antiguo muelle, cuyo edificio hoy está reconvertido por mor del afán recaudatorio de la Autoridad Portuaria en...

Discoteca Joy Sherry, en el edificio inconcluso del palacete al estilo francés 'Petite Trianón', en la carretera de Sanlúcar. Proyectos para hotel y otros usos no terminan de ver la luz. ¿Acabará destruido?

El Teatro Principal, pasto de las llamas ¿y de la especulación? en 1984.

Tabernón de Merello, en la calle Santa Lucía, uno de los últimos vetigios de las tabernas con solera de El Puerto, hoy desaparecido.

Colegio del Asilo de Huérfanas en la calle Cielos, esquina con Cervantes.

Balneario de Aguas Termales en La Puntilla, desaparecido en 1980.

Dunas, pinares, monte bajo y pinares de la playa de Fuenterrabía.

Selección de imágenes de la Colección de Antonio Gutiérrez Ruiz.

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Los dos son caras conocidas de las calles de El Puerto. Ambos han tocado con los dedos el éxito y se han codeado con primeras figuras del arte. Los dos, para comer, han hecho de todo, pero en el fondo el artista que llevan dentro siempre sale a la luz. Saben mas que Briján (o Brian, el inglés), no les ha quedado otro remedio que saber. Y han sabido y saben desenvolverse, aún, en el filo de la jubilación que nunca llega. Uno es catedrático de la calle, el otro primer espada que se hizo el nombre a base de bollos y panecillos. Los dos, juntos, una explosión de conocimientos y retranca. Y un montón de risas con sus ocurrencias cuando hablan, ‘ex cátedra’ de las cosas de la vida. Son Gente del Puerto de largo recorrido. (Texto: José María Morillo).

Para saber más:
Francisco Pérez Bernal, ‘el Kako’, nótula núm. 004 en GdP.
Diego Simón Montes, ‘el Bimbo’, nótula núm. 358 en GdP.

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Era yo casi un niño. Un niño. Estábamos mis hermanos y yo al amparo y custodia de la tata Manuela, bajo el sombrajo de esparto, en nuestra caseta de la playa de La Puntilla, cuando vi, por primera vez a Augusto Haupold Gay. Ni yo sabía quién era, ni lo supe hasta mucho después. Pero el caso es que vi a un hombre, impecablemente vestido de blanco, bajarse del autobús de Bootello. Su pelo era negro como la endrina; su bigote, cuidado, negro también; su cejas pobladas, negras; y en la mano, un maletín, también negro, de piel. El blanco y el negro fue el contraste que me llamó la atención.

EN BAÑADOR Y CON MALETÍN.
La segunda impresión es que la persona que me llamó la atención siguió llamándomela, porque apareció, desde dentro de una caseta frontera a la nuestra, con enorme un meyba verde y un gorro de baño de goma, sin dejar un solo momento su maletín negro de piel. Sentado en la orilla del canal, por donde había unos letreros de "Prohibido bañarse", "Zona peligrosa", allí aquel hombre sacaba unas hojas de papel y se ponía a escribir. Cuando cesaba de escribir, leía libros pequeños, sin duda de poesía. Porque los libros de poesía son siempre pequeños.

Yo no sé quien ha dictado el tamaño de los libros de poemas. Pero a lo lejos se ve lo que son. A menos que fueran otra cosa: el catecismo Ripalda; la Urbanidad de Edelvives; el libro de mareas; o el Calendario Zaragozano. Definitivamente supe después que lo que aquel hombre sentado en la orilla leía eran necesariamente libros de poemas.Porque aquel hombre era, lo supe mucho después, Augusto Haupold Gay.

¿PRESUMIR DE MADRID O DE EL PUERTO?
De aquellas fechas me enteré que presumía en El Puerto de vivir en Madrid; contaba con gracia y con donosura vida y milagros de las gentes distantes de la capital del Reino, que hacían las delicias de las mujeres, chicas jóvenes, pero mayores que yo, con quienes se trataba. En cambio, supe también, que en Madrid presumía de ser de El Puerto.

POLICÍA SECRETA.
Sorprendía, por otra parte, que Merengue, el guardia municipal, no le llamara la atención a aquel hombre por bañarse en el canal del Guadalete y atravesarlo hasta el coto, llegar al monumento de la Virgen del Carmen, y volverlo a atravesar a nado. Sorprendía, pero tenía su por qué. Y es que aquel hombre enigmático era Policía, de la Policía Secreta, de Madrid. Y, por tanto, un corriente y moliente guardia de la porra se veía como impedido para llamar la atención a todo un Comisario con destino en la capital. Su habla me pareció engolada, como quien pronunciaba las palabras medidas, escogidas y bien pronunciadas, creídas y obradas.

¿Quién aquel hombre, que cuando le parecía, volvía a estar vestido impecablemente de blanco, salía de la caseta con su maletín de piel negra y cogía de nuevo el autobús en la rotonda? Esta es la imagen primera que tuve de este poeta.

A nadie pregunté, me quedé con mis dudas, a veces ni siquiera me acordaba de su imagen y, cada verano, puntualmente, aparecía, por la playa y hacía lo mismo. Leía, escribía, se llevaba de calle a un grupo de muchachas que lo escuchaban atentas, se bañaba en el canal y, acabado el verano, desaparecía.

EN LA CALLE LUNA.
Una vez lo vi salir de una casa, ciertamente señorial de la calle Luna, frente por frente del refino de Lolita Serafina, al lado del estanco llamado de "La Rubia" , más arriba de la Farmacia de Ernesto Jiménez, justo al lado de la casa donde vivió Luichi Alcántara y más abajo de la casa de Luis Cuvillo. Pero no pregunté, por cortedad. Me quedé con mi duda. /Con Mercedes Gay, tía del poeta.

SU VIDA Y MILAGROS.
Hasta muchos años después, luego de haberle visto hacer lo mismo, cíclicamente, en la playa, sin preguntarlo, me enfrenté a Augusto Haupold, poeta. Asistí a un recital suyo y me enteré de su vida y milagros. Abogado, Doctor en Derecho, Comisario del Cuerpo Superior de Policía, y sobre todo poeta.

En aquel recital, ni yo tenía edad para apreciarlo, ni puedo decir qué poemas leyera. Me llevaron. Mi padre lo presentó. Se dijeron que estaban hermanados por el paisanaje, por la fe y la poesía. Salieron a relucir las raíces germánicas de los Haupold, su hombría de bien, de como le fluían los versos como de un manantial inacabable... Pero ni siquiera crucé palabra con él ni yo tenía edad, ni fundamento para poder entablar conversación con un poeta.

Al menos ya sabía algo de la biografía de aquel hombre que todos los años aparecía por la playa. Sin embargo, yo no tenía ni idea de qué era un poeta. Acaso yo había oído, canciones, ensalmos, conjuros, romances en boca de mis tatas, sin saber que eso era poesía. Pero todo va calando y rumiándose, acaba por tener uno, al cabo, un horizonte estético creado, que luego le hará comprender muchas más cosas. Ni siquiera hoy podría decir con propiedad qué es un poeta, ni definir con tino la poesía. Pero es que ni lo voy a intentar.

Augusto Haupold y su primo, Manuel Gay.

LOS LIBROS DE AUGUSTO.
A mi padre le llegaban, de sus amigos poetas, libros y libros escritos, editados que leía con atención. En su biblioteca, vi sin atreverme a cogerlos, libros como "Camarada" o "La Virgen María"... Lo recuerdo, pero nunca los leí. Y no por nada, sino porque no me creí que pudiera comprender lo que decían. Había palabras que eran raras para mí, incapaz de coger un diccionario, o acaso tampoco supiera que existían los diccionarios. Lo mejor era dejarlo.

LAS MIL MEJORES POESÍAS…
Yo no sé cómo terminé por acercarme a la poesía. Pero ya tenía conciencia de que muchos amigos de mi padre eran poetas: José Luis Tejada, Juanín Varela, Augusto Haupold, Manolo Barbadillo... Y yo sin saber qué era ser poeta. En tercero de bachillerato, cuando cayó en mis manos aquella conocidísima antología de "Las mil mejores poesías castellanas", volví a encontrar el nombre de aquel hombre de blanco que conocí en la playa. En esa antología figuraba un impecable soneto de Augusto Haupold Gay, para mayor gloria de las letras portuenses.

Y no sé si por los pacientes y reiterados oficios de mi padre al darnos a mis amigos y a mí clases, los fines de semana, de preceptiva literaria, y de métrica y los siguientes años de comentarios de texto, el caso es que mis amigos y yo comenzamos a tener conciencia de lo que era la poesía y, tímidamente, comenzamos a leer, incluso nos atrevimos a escribir un romance, cuya composición duró todo un verano, y entre tres presuntos alevines de poeta, que publicamos en la revista Cruzados.

CURIOSIDAD E INTERÉS.
Pero fue en "Cruzados", donde pude ver otra vez en letras de molde, a Augusto Haupold. En el anual homenaje poético a la Virgen de los Milagros, la Patrona y Titular de esta Ciudad. Y mientras ello sucedía, Augusto, no era ya para mí un enigmático sujeto que aparecía y desaparecía cada verano, sino que se me iba afirmando como una persona que despertaba en mí muchos más intereses que la mera curiosidad. Mientras tanto, Augusto iba publicando sus libros de poemas y le llegaban a mi padre con puntualidad asombrosa, dedicados; llegaban noticias de sus Premios literarios, de la Flores naturales, de sus éxitos poéticos.

PATRONES DE LA POESÍA.
Augusto, de pronto, promovió una idea en Madrid y su noticia llegó aquí. Y la idea prendió y se hizo realidad. Augusto había propuesto, como Santos Patronos Protectores de los Poetas a Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz, las dos figuras más señeras de nuestra poesía mística. Porque Augusto, que fue poeta de innumerables registros, navegaba por las aguas de la poesía mística y de la poesía religiosa como un pez, con la misma naturalidad con que atravesaba el peligroso canal del Guadalete.

DE LA POESÍA AL DRAMA.
Augusto, desciende a lo mínimo cotidiano, a los "Seres ínfimos", un poemario sobre, las mariposas, las hormigas, los ratones, las cucarachas, los canarios, los grillos, los murciélagos... Y se sube a lo más alto en su "Virgen María" o en "La vida y pasión de Jesús". Vive la nostalgia de EL Puerto en sus muchos poemas que reunió en un libro con el nombre de El Puerto de Santa María. Estrena dramas como su "Dos noches", con gran éxito. Es puntual, oferente y votivo en las fiestas patronales de El Puerto, honrando con un poema anual a la Virgen de los Milagros. /Libro de poesías dedicadas a El Puerto de Santa María.

Nunca negó la limosna de un recital, ni aquí, ni en Madrid, ni donde fuera requerido para ello. Aquel hombre, impecablemente vestido de blanco, me llegó a llamar compañero, por lo de Abogado, me honró con su amistad y sus confidencias, me regaló el poderlo oír muchas veces recitar sus versos, a solas, en su casa, me dedicó todos los libros suyos... Cautivador de la belleza, del ritmo, de la luz, de la eternidad... Espejo de cristal de su corazón es su poesía, limpia, llana, ajustada, transparente.

En la imagen de la izquierda, original de 'Y nació la mujer', propiedad de JMM.

Y una constante: El Puerto. Tanto que se valió de sus versos para quien estaba a su vera a la hora de la muerte, su mujer, María, cayera en la cuenta de aquel poema suyo que comienza:

Si hay alguien que a mí me quiera
me lleve a enterrar al Puerto
el día que yo me muera...

Y hubo esa persona que, piadosamente, lo trajo para que su cuerpo se confundiera con su tierra, hasta parecérsele tanto que fuera la misma tierra. (Texto: Luis Suárez Ávila). (Las fotografías han sido facilitadas por Juan Rodríguez, Juan de Winthuyssen).

Más información de Augusto Haupold en la nótula 1.079 en GdP.

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Si será Dios grande en el Sinaí y si lo será Hércules en el escudo de la Cuna de la Libertad, que a Cádiz se le ha hundido el segundo puente antes de que lo inauguren. ¿Qué Obras Públicas ni qué Ministerio de Fomento ni Ministerio de Fomento? El segundo puente sobre la bahía más hermosa del mundo no era el que andan construyendo de cara al 12, que anda que no le están echando cara al 12 ni ná... / “Muelle del Vapor”. Acuarela de Vicente Vega

El verdadero segundo puente era el Vaporcito del Puerto, sin tantas inversiones ni demoras, que te ponía en un suspiro en Canalejas desde el embarcadero portuense con el nombre más lindo del mundo: Muelle de las Galeras Reales. El Vaporcito era más que un barco. Era un puente viviente y vivo, con Pepe el del Vapor de símbolo de la marinería. Un puente de coplas. Sí, «Puente de Coplas», como se titulaba el espectáculo con el que se retiró Doña Concha Piquer en Isla Cristina, cuando se le quebró la voz y en el espejo del camerino de un teatro de pueblo cuenta la leyenda que puso con el rojo carmín de una barra de labios: «La Piquer ya no canta más».

“El Vapor”. Óleo sobre lienzo de Zampalo. Medias aproximadas 50×40. Bar Santamaría. /Foto: Blog Academia de Bellas Artes.

En gaditano clásico, el gaditano en el que Avieno publicó la «Ora Marítima», Columela sus tratados de Agricultura y Agustín el Chimenea sus descubrimientos sobre el pelachícharos, el partebabetas y el ablandacoles, se escribía «Adriano III», pero se pronunciaba «El Vaporcito». Cuando yo vi en las librerías una obra titulada «Memorias de Adriano», creí que se trataba de una novela coral y caletera que acababa de publicar Fernando Quiñones con las mil y una historias más falsas que verdaderas, como las noches de Pericón, del Vaporcito. Pero no: era una cosa de Margarita Yourcenar, que ni se había montado en el Vaporcito, ni se sabía el pasodoble de Paco Alba en «Los Hombres del Mar» ni nada de nada.

“El Vapor”. Fresco. Obra de Jesús D. Gallego. Bar de Tapas ‘Nuevo Echate Payá’.

Porque el Vaporcito era lo más literario que se despachaba en la Bahía y pieras adyacentes. Yo creo que gracias al Vaporcito, viéndolo zarpar del Puerto, se hizo Alberti marinero en tierra. Cuando Alberti se quería poner farrucamente marinero para trincar la tela de la Diputación, se disfrazaba de Pepe el del Vapor, de patrón del «Adriano III», para lo cual le pedía a Chatín, o al Moreno, o a Monzón la ropa de «Los Hombres del Mar» de Paco Alba: la gorrilla caletera de visera, el jersey a rayas azules y blancas y el pantalón mahón.

“El Vapor” Óleo de Ángel Pantoja.

Se ha hundido el Vaporcito, pero no hay cantiles en el muelle de Cádiz que puedan abrir una letal vía de agua en su casco de coplas. El Vaporcito, aunque se haya hundido, lo saquen a flote o no lo saquen, seguirá por siempre navegando en las coplas, dejando a estribor la Punta de San Felipe y la bocana del muelle. Navegando en su pasodoble, el que en 1965 le escribió Paco (no hay que decir Alba), para los mentados Hombres del Mar, que eran en realidad los hombres de la mar pequeña y familiar del Vapor: «Ay, Vaporcito del Puerto, cuando en ti me embarco, cuando en ti navego...»

“Vapor de El Puerto” Juan Carrero (Costus). Acrílico. Museo Municipal.

Viene a esta tierra un barquito que es, además, el himno oficial de los tajarinas de Cádiz. Dónde va a parar que un tío con el morazo dé el coñazo con el «Asturias, patria querida» a que haga poesía pura cantando el Vaporcito. Vaporcito, que, lo que son las cosas, nunca conoció el vapor, siempre fue a gasoil. Ay, marinero, que se va el vapor a los fondones de la memoria, tanta poesía ahora entre las lisas mojoneras... Pemán dijo que cuando España perdió Cuba era como si a Cádiz se le hubiera muerto alguien de la familia. El pasado martes, con el Vaporcito, ¡otra desgracia familiar gaditana! Al cambio, muchísimo peor que el hundimiento del Titanic, dónde va a parar. Las olas de la Caleta, que es plata quieta, y la marea llena del rediente de la muralla de San Carlos llevaban ayer luto por el Vaporcito. (Texto: Antonio Burgos).

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El Puerto de Santa María, es una localidad que jugó un papel de primer orden en la aventura descubridora y en las relaciones entre Andalucía y el Nuevo Continente. Su posición en la fachada atlántica andaluza, cerca de Cádiz, Sanlúcar y Sevilla y su emplazamiento resguardado a orillas de la desembocadura del Guadalete convirtieron a El Puerto en punto estratégico, naval y comercial.

La Casa-Palacio de Purullena se construye hacia 1.742 por Agustín Ramírez y Ortuño, mas tarde marques de Villarreal y señor de Purullena, sobre una gran extensión de terreno y partiendo de algunas casas existentes, lo que explica el contraste, entre el interior y el exterior. Es decir, los exteriores ó el patio, similares en su concepción a otras casas de comerciantes de Indias del siglo XVIII, no dan idea de la suntuosidad que la caracterizaba por dentro. La Casa contaba con dos pisos comunicados por una majestuosa escalera imperial, amplias habitaciones, una capilla, jardín, una extensa huerta, la decoración de la zona posterior con galería perimetral, era de estilo Luis XV, expresión de la preocupación artística del propietario: muebles, pinturas, cristalerías, cerámica.

En octubre de 1.862 serviría de albergue a la reina Isabel II, durante su estancia en El Puerto de Santa María. /Estado actual de la fachada de la calle de las Cruces, tras la restauración.

Plano de intervención, en la zona sombreada, de la primera fase.

PRIMERA FASE DE ACTUACIÓN.
La 1ª Fase de la Rehabilitación del Palacio, localizada en el edificio orientado a la C/ Cruces es la Sede de la Fundación Luis Goytisolo, que tendrá el uso de edificio visitable como edificio emblemático en El Puerto y el de actividades de carácter literario, servicios de consulta de los fondos de los archivos del Marqués de Villarreal y Purullena (XVIII-XX) y de la familia Goytisolo (siglos XIX-XX), así como una biblioteca especializada en narrativa hispánica contemporánea. Será Sede del Simposio anual de la Fundación.

El abandono llevó paso a la incuria, el saqueo y los progresivos derrumbes en la década de los setenta del siglo XX. (Foto: José Ignacio Delgado Poullet | Archivo JMM).

Otra imagen, ya derrumbado el denominado Salón del Baile. (Foto: José Ignacio Delgado Poullet | Archivo JMM).

ABANDONO Y SAQUEO.
El Palacio en los años setenta del siglo pasado sufrió un gran abandono, combinados con actos de vandalismo y saqueo que lo llevó a una degradación muy acelerada desembocando en una ruina casi total. Se puede entender la intervención también como una obra de reconstrucción. En 1.992 se hicieron obras de urgencia para consolidar el edificio orientado a la Calle Cruces, aún con sus muros en pie, pero sin los entramados horizontales y las cubiertas.

El Salón del Baile en todo su esplendor: muebles, lámparas arañas, cuadros, muebles, puertas con artesonado... Lo que no salió para el expolio fuera de España en camiones en direción a Francia, fue destruido por la incuria y el desinterés tan propio de esta Ciudad. /Foto Archivo JMM.

La zona posterior de los grandes salones, los famosos Salón del Baile, Salón de los Retratos y Salón de las Batallas, así como el comedor y la galería perimetral que asoma al jardín posterior y al huerto estaban materialmente en el suelo incluyendo los muros portantes, es decir, más del 50% del Palacio. Será objeto de una 2ª Fase./En la imagen de la izquierda, acuarela de los jardines del palacio con acceso a la que sería la Huerta de Durango, hoy bloques de viviendas del mismo nombre. Fue pintada por Luis Suárez Rodríguez en 1970.

Los elementos que queremos destacar en la rehabilitación son: la escalera principal o imperial y su espacio abovedado, los nuevos antepechos de forja, las carpinterías talladas siguiendo los dibujos de restos de carpinterías halladas en las ruinas, el patio clásico porticado, el salón principal con su artesonado reconstruido, el lucernario-montera, la torre-mirador,  la fachada de sillería y su balcón con tornapuntas de forja. Los elementos de la intervención que queremos destacar, en cuanto a recuperación de piezas históricas de interés ó procesos de investigación y análisis son loos que siguen.

Escalera Imperial, tras la restauración.

Patio Principal del palacio. Sobre el primer piso se encuentra una montera de nueva factura.

REPRODUCCIÓN DE LA CERAMICA DEL SALON PRINCIPAL
Se trata de la nueva cerámica pintada a mano del entrevigado del salón principal, 1ª planta, a partir de más de 500 fragmentos de la cerámica original del siglo XVIII que se rescataron en las ruinas del Palacio, realizando una reconstrucción informática y completando las perdidas, con datos incluidos dentro del lenguaje de todos los tipos. El resultado ha sido de unos 26 diseños diferentes, compuestos por, ángeles, caballos, caras humanas, ciervos, rosetones de arabescos, pájaros y perros. Se utilizaron para su reproducción 20 tipos.

Azulejos reproducidos del Salón Principal. /Foto: J.J. López Amador.

Los azulejos originales, estaban realizados con barro de pella a baja cocción de 305 x 305 x (40 o 45) mm. La  superficie no es totalmente regular, presentando un color variable en tono marfil. Los dibujos realizados a pincel en tono azul cobalto. Sobre él presenta un esmalte vidriado de brillo no continuo y con burbujas e impurezas. El color no es uniforme, de unos azulejos a otros debido a la diferencia de temperatura de cocción entre ellos por la cocción tradicional, en hornos artesanales. Los nuevos se han realizado con la misma técnica que los originales del Palacio, pintados a mano uno a uno, y por lo tanto únicos como lo fueron los originales.

Tornapuntas de forja en el balcón principal de la fachada de la calle de las Cruces. La tornapunta es un elemento lineal de madera o metal inclinado que une dos piezas, una horizontal y otra vertical, y transmite parte de la carga de la vertical a la horizontal.

CONSOLIDACIÓN TORRE-MIRADOR

Es interesante, como se aborda la intervención de la bóveda encamonada [camones: armazones de cañas o listones] con pinturas del siglo XVIII, ante la imposibilidad inicial de poder realizar una inspección ocular, se realizó una toma de imágenes de video de la parte interior de la cúpula con una microcámara de luz infrarroja, deslizándola por las grietas que presentaba la cúpula desde abajo.

Se ha montado una nueva estructura independiente en acero inoxidable marino, desde la parte superior. El nuevo sistema sustenta los armazones de madera de la cúpula encamonada para evitar su derrumbe y garantizar su estabilidad. /En la imagen, la nueva estructura de acero inoxidable que sustenta la escalera de acceso a la parte superior de la torre y resto de elementos.

RESTAURACIÓN DE LAS PINTURAS DE LA BOVEDA DE LA TORRE-MIRADOR

Son pinturas del siglo XVIII, sobre los 8 gallones [cada uno de los segmentos cóncavos de ciertas bóvedas] de yeso de la cúpula y restos en los paramentos verticales interiores de la Torre-mirador, con motivos vegetales.

El tratamiento ha sido siguiente: Retirada de polvo superficial, con brocha de pelo suave y aspiración; protección de la superficie mediante empapelado con papel japonés [o washi, papel finísimo muy resistente de larga vida útil] y una cola de origen animal; fijación de la policromía y los diferentes estratos pictóricos mediante espátula térmica, papel melinés [película de poliéster aislante]; limpieza de la película pictórica, retirando barnices superficiales envejecidos y protecciones deterioradas; levantamiento de repintes puntuales; estucado y desestucado; reintegración cromática y aplicación de doble capa de protección. /En la imagen de la izquierda Torre Mirador, pinturas, ventanales y escalera de acceso a la misma, tras la restauración.

LUCERNARIO MONTERA

De nueva construcción. Se trata de un vidrio laminar de seguridad transparente, formado por una luna exterior templada de 8 mm. y una luna interior templada de 8 mm., unidas mediante lamina de butiral de polivinilo [PVB, polímero de gran adherencia y durabilidad, utilizado en la industria del vidrio], fijados a la estructura de acero inoxidable mediante grampones [elemento rígido que abraza a las rótulas que fijan el vidrio a la estructura portante para formar estructuras] de chapa de acero inoxidable AISI-316. La estructura, se proyectó por la zona superior. /En la imagen de la izquierda, vista parcial de la montera sobre la primera planta del patio principal del edificio restaurado. (Texto: Antonio Villanueva Fernández) (Fotografías: Javier Reina Gutiérrrez, salvo que se indique lo contrario).

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El Obispo y La Obispa,

Una de las grandes cantaoras de El Puerto de Santa María desconocida por los aficionados de esta Ciudad y del resto de la España flamenca es La Obispa, abuela materna y matriarca de la familia cantaora de los Núñez Núñez, como son: Orillo de El Puerto, Juan Núñez, Rancapino y Manolo de los Ríos, biznieto por parte materna.

Actualmente hay bisnietos de La Obispa que pueden llegar muy lejos en el flamenco como el ya mencionado Manolo de los Ríos y un hijo de Rancapino que lleva una carrera ascendente, apodado Rancapino Chico. Todos los componentes de esta familia tienen un sentimiento de compás extraordinario, son grandes festeros, lo traen en los genes flamencos de sus antepasados. Con esta mujer se han cometido grandes errores en cuanto a su categoría como cantaora, con su nombre, apellidos, lugar de nacimiento y demás datos.

DICCIONARIO DE FLAMENCO.
Ojeando el Diccionario Enciclopédico Flamenco Ilustrado, me encuentro con los datos que aportan sobre esta mujer de la cual dice textualmente: “Obispa, La. Nombre artístico de Antonia Núñez Heredia. Chiclana de la Frontera. (Cádiz>), 1894-1976. Cantaora. Abuela de Rancapino y Orillo del Puerto, su trayectoria artística la proyectó en fiestas íntimas, hasta que en 1974, con ochenta años obtuvo el primer premio por alegrías en un concurso celebrado en su ciudad natal; participó al año siguiente en el festival Fiesta de la Parpuja”.

La persona que aportó los datos de La Obispa al Diccionario ya mencionado no tenía ni idea. Le colocó los apellidos del marido, que era un gitano nacido en el primer tercio del siglo XIX, en Chiclana , de nombre Ramón Núñez Heredia, y de profesión herrero.

Quiero hacer constar que este artículo no lo escribo como crítica, sino por aclaración de la verdad, ya que yo colaboré en ese Diccionario Flamenco, una estupenda obra en la que se puso mucho cariño, y más conociendo lo pulcro que es en sus escritos flamencos mi amigo al que yo considero, José Blas Vega.

CALLE CERVANTES.
Yo llegué a conocer a La Obispa, vivía en el barrio gitano, en la calle Cervantes número 8, a unos cien metros de mi casa; tuve la suerte de oírla cantar en varias ocasiones. En el Padrón de El Puerto de Santa María, del año 1950, aparece viviendo con su hija Eduarda Núñez García en la calle ya mencionada. En este domicilio vivieron los últimos años de su vida. Esta mujer fue hija de gitanos gallegos emigrados al Puerto en 1870, su nombre y apellidos eran Antonia García Moreno, nacida el 24 de noviembre de 1886. Falleció el 12 de abril de 1963, según consta en el libro número 6, folio 24 vto. 33, de la iglesia de San Joaquín.

Según me comentó José Brea ‘Breíta’, el la escuchó cantar en varias ocasiones, pero la que más recuerda fue en Vejer de la Frontera, en un bautizo de un familiar de La Perla de Cádiz, en los años cuarenta. Cuando esta mujer terminaba de cantar los gitanos se rompían las camisas.

AGUJETAS, EL NEGRO, TÍO ALONSO…
El Viejo Agujetas anduvo veintiséis kilómetros de Rota al Puerto para oírla cantar. Quedó prendado del cante de esta gitana. José de los Reyes el Negro, la oyó cantar en muchas ocasiones, pero cuando más le impresionó fue en un bautizo de un hijo de La Tormenta, gitana vecina de La Obispa, en el año 1938. Tío Alonso el del Cepillo, cuando la escuchó cantar dijo esta frase: “--Lo mejor que hizo su marido: no dejarla cantar, porque en aquellos tiempos hubiera sido una ruina para este hombre, de cómo cantaba esta mujer”…. /A la izquierda, Tío Alonso el del Cepillo.

ANZONINI, CARACOL, ORILLO…
A mi amigo Azonini, en su último viaje a Madrid, le pregunté si había oído cantar a La Obispa y me dijo que sí, que cuando él tenía unos veinte años la escuchó en una boda gitana, a ella y Diego el Gurrino, que eran dos fenómenos en los cantes gitanos de Los Puertos. Manolo Caracol mandó llamar a Orillo y le dijo: “Ramón, quiero que me acompañes al Puerto de Santa María para escuchar cantar a tu abuela”. Pero no pudo ser porque un mes antes del viaje, falleció Tía Antonia La Obispa.

Hablando con Ramón Orillo, como le llamamos aquí en El Puerto, le pregunté que le parecía su abuela cantando. Me dijo: “--Mira Antonio, el flamenco es tan ingrato, que hay cantaores fenómenos que pasan sin pena ni gloria, este es el caso de mi abuela. Yo la conocí cantando en muy buena forma, era genial y lo pueden atestiguar muchos aficionados flamencos que viven todavía”. /A la izquierda, Orillo.

Y me siguió contando Orillo: “--Pastora Pavón Niña de los Peines y su marido Pepe Pinto la oyeron cantar en una fiesta en Chiclana y se la quisieron llevar con ellos a Sevilla. Mi abuelo dijo que tenían que pasar por encima de su cadáver y no le habló más a estos dos grandes artistas. Te puedes imaginar como cantaba mi abuela”. También me contó Orillo que su abuela tenía parentesco con Gitanillo de Triana y Curro Puya, dos toreros gitanos del siglo XIX.

EN EL PUERTO.
Yo la oí cantar un par de veces en El Puerto, la primera fue en 1959, en la celebración de una Toma de Dichos. La segunda sucedió en 1961, con mi inolvidable amigo José el Negro. Tenía yo cuando la escuché esta segunda vez 19 años, y está la siguiente anécdota: Me encuentro con El Negro en la Plaza de Abastos y le pregunto: “—Donde vas, José”. El me responde: “—Voy p’casa”. Y como los dos vivíamos en la misma zona, nos marchamos juntos para esta. Al pasar por la puerta donde vivía Tía Antonia La Obispa, estaba sentadita en una silla de anea. Al verla, nos paramos para hablar con ella. El Negro, como era un pícaro, empezó a cantarle para que ella le respondiera, pero ésta callaba. En de esas le dice El Negro: “—Tía te voy a cantar la soleá de Teresa Mazantini”. Cuando terminó de cantar le respondió Tía Antonia muy seria: “--¡Ese cante no es como tu lo haces!”, y salió cantando por soleá de tal forma que nos quedamos los dos asombrados de lo que guardaba esta mujer dentro. Tenía un dominio de los tonos medios fenomenal, hacía de manera magistral el cante por soleá de la Mazantini a la que, según ella, llegó a oírla cantar y de la que fue una gran admiradora. /El Negro, en la imagen de la izquierda.

Hablando por teléfono con Luis Suárez Ávila, colaborador de GdP, le pregunté si había oído cantar a La Obispa. Me respondió que sí, en los años sesenta, en un Casino que había en la calle Larga en El Puerto; la escuchó cantar por siguiriyas y romances. Y por último, comentando con mi gran amigo Luis Gatica algunos datos sobre La Obispa, me dijo que cantaba estupendamente y daba su vueltecita por fiestas con mucha gracia.

En la Peña Carnavalesca ‘La Parra Bomba’ había una foto en la que aparece La Obispa junto a su marido. Esta peña gana en 1998 un primer premio de comparsa en el Carnaval de Cádiz. La gran mayoría de sus componentes son de raza gitana. Uno de ellos, José de los Ríos Núñez, socio fundador de la entidad, estupendo músico comparsista, muy conocido en los medios carnavalescos gaditanos, es biznieto de Tía Antonia, hermano de Manolo de los Ríos.

Tía Antonia vivió en muchos pueblos de la costa gaditana, debido al oficio de su marido. Éste se dedicaba a hacer anclas, clavos y útiles para los barcos de pesca. Se quedó viuda en los años cuarenta y se instala definitivamente en El Puerto, la ciudad que la vio nacer. Como dato aclaratorio diré que la información sobre los ancestros gallegos de La Obispa son datos aportados por su familia. Esta mujer no llega a los ochenta años, como dice el Diccionario Flamenco, sino que murió con setenta y siete como indica la defunción. Finalizo con este poemilla:

Tía Antonia,
Tu cante por toná
Me trae aromas
A clavitos y canela
A yerbagüena y azahar.
Tu música a yunques
Y martillos a compás.
Y tu voz de terciopelo morá
Desgarran quejío fragüero
Templando a fuego
Al rojo metal.

(Texto: Antonio Cristo Ruiz.)

9

En el lugar conocido como plaza o ‘Cuesta del Carbon’ --quizás porque en este espacio cercano al río se acumulaba el carbón, artículo de primera necesidad como conbustible  para las embarcaciones-- se erigió en 1938 la Plaza de Cristóbal Colón, en memoria del almirante descubridor de las Américas. En la cercana Plaza del Castillo se puede leer en una de las placas adosadas a su fachada: «En memoria de Cristóbal Colón vecino de esta Ciudad y protegido en ella y de sus compañeros en el legendario viaje del Descubrimiento del Nuevo Mundo: Juan de la Cosa y Pedro de Villa, vecino el primero e hijo el segundo de la misma ¡Gloria al Ingenio! El Excmo. Ayuntamiento de 1892, en el Cuarto Centenario».

INSTITUTO COLOMBINO.
Y es que fue a propuesta del Instituto Colombino de El Puerto de Santa María, de efímera existencia (1930-1931) a instancias de su impulsor el alcalde y director de la institución Eduardo Ruiz Golluri, cuando se le cambia el nombre a dicha cuesta convirtiéndola en una coqueta plazoleta recreando el estilo del regionalismo andaluz, similar a la Plaza de España de Sevilla. Estaba reciente la Exposición Universal de Sevilla de 1929 y artesanos que habían trabajado en dicha muestra colaboraron en la ejecución del nuevo espacio urbano porteño.

La primera petición del citado Instituto Colombino no fue solo cambiar la rotulación a la plaza o Cuesta del Carbón sino que se solicitó un cambio en el nomenclatura a diversas calles para que pasasen a tener denominaciones  con motivos colombinos e históricos tales como  la plaza del Castillo, por el de Alfonso X el Sabio; la plaza de Bizcocheros por la de Juan de la Cosa; la calle Baños (hoy Guadalete) por la de Reyes Católicos; la calle Cantarería por Pedro de Villa; la calle Arenas por Arzobispo Vizarrón; la calle Lechería por Cervantes y la calle Molinos por Mayorga.

CAFÉ CANTANTE.
En 1876, según relataba el periodista portuense Mariano López Muñoz: «Los aficionados al cante clásico se entusiasmaban con los famosos artistas de lo jondo y del baile gitano, que actuaban en el Café Cantante de la plaza del Carbón».

EMBUTIDOS DE MARISCOS.
En esta plaza existió hasta los años treinta del siglo XX un Cocedero de Mariscos que era conocido por un embutido famoso que hacía con mariscos y que se dejó de realizar al finalizar la actividad comercial dicho establecimiento; la tradición continuaría en Cádiz, en la Cervecería  del Puerto, pero en la actualidad se ha perdido.

Otros modernos embutidos con frutos del mar son los que prepara el reputado chef portuense Ángel León del restaurante ‘Aponiente’, en colaboración con Venta La Palma, Grupo Ebro y Puleva: una nueva gama de embutidos marinos gourmet: chorizo, salchichón, caña de lomo, morcón de pescado, compuesto al cien por cien con grasas de los propios pescados, llevando la cultura de los productos ibéricos con el sabor y los frutos del mar. En Sanlúcar, son muy populares los calamares rellenos de mariscos y la empresa Embumar, de la misma población prepara unos embutidos marineros refrigerados que tienen mucha aceptación: de huevas de merluza, de huevas de bacalao, de huevas con gambas, e incluso de huevos de choco.

Azulejo de Cristóbla Colon, el original de la plaza y el tercero (hubo un segundo) realizados estos dos últimos, por la ceramista local Pepita Lena.

1938: LA NUEVA PLAZA.
La plaza conocería su nueva fisonomía en 1938, mientras transcurría la contienda civil  cuando, bajo la dirección del humanista local Juan Ávila Gutiérrez, se procedió a darle el vaciado a la parte central, allanándola, creando sendos ánditos con escaleras a ambos lados de la plaza, dotando al suelo de originales losas con chinos alternas, una pérgola, arriates, arbolado diverso, barandas de rejas, farolas realizadas en Sevilla, jarrones  y una fuente de azulejos realizados en Triana que reproduce la imagen del descubridor genovés, a quien ayudaron los Duques de Medinaceli en el Descubrimiento del Nuevo Mundo.

CRUZ DE LOS CAIDOS.
Con posterioridad se añadió, en el lado de la plaza más próximo a la Avda. Micaela Aramburu una Cruz de los Caídos que venía a sumarse a las erecciones luctuosas de este tipo que se realizaron en prácticamente toda España. Sería durante el mandato del socialista Juan Manuel Torres cuando se retiró dicho monumento, depositándose en el Cementerio Municipal, siendo el concejal de Vías y Obras  Hernán Díaz Cortés, responsable de la ejecución, algo que se hizo también  en muchos municipios españoles.

La posada del portugués Antonio Manso.

El solar de la desaparecida posada tras el derribo.

LA POSADA.
En los años setenta desaparecería el edificio del frente, la Posada de Antonio Manso, portugués, que tenía tres fachadas: con la plaza del Castillo, calle Alquiladores y la propia plaza de Colón donde muere la calle Jesús de los Milagros, dando paso a un enorme edificio totalmente descontextualizado del entorno urbano en el que se encuentra. Antonio Manso había sido compadre de Don Juan de Austria, quien habría apadrinado a un hijo del propietario del edificio, símbolo de la prolongada estancia de los marinos y factores lusitanos en El Puerto. Allí, dice la leyenda, se aparecía el ‘Fantasma Pedrito’. Con su demolición, la Ciudad iba perdiendo en un goteo incesante, parte de su antigua y hermosa fisonomía de los tiempos del Descubrimiento.

La plaza de Colón, sin la cruz, en 1999. Foto: Mata.

Recuerda Juan Leiva Sánchez en su libro sobre las calles de El Puerto: «Los pasodobles y las zarzuelas impregnaban la plaza de un populismo envidiable. La noche de agosto era espléndida y ni la luna quería retirarse de aquel trozo de cielo. Mas de quinientas personas ocupaban con avaricia la plaza de Cristóbal Colón. El recoleto rincón de la Avda. Micaela Aramburu, conforme se baja del castillo de San Marcos al antiguo Hospital San Juan de Dios, era un remanso de paz; uno de los lugares preferidos por los veraneantes. Algunas noches veraniegas se viene la banda de música ‘Maestro Dueñas’ a recordar las mejores melodías de siempre. Y confluyen portuenses y visitantes de todas las condiciones para pasar la velada recordando los mejores años de la vida».

Dos atentados diferentes contra los dos últimos azulejos de la fuente en la Plaza.

ABANDONO.
La plaza ha vivido muchos momentos de abandono, como el que experimenta en la actualidad. Siendo alcalde Hernán Díaz se repuso el azulejo de Cristóbal Colón, así como unos jarrones de cerámica que luego fueron sustituidos por otros de plástico pintados y finalmente ninguno, dado que el vandalismo se ceba de forma permanente con cuantas acciones de ornato y adelantamiento se realizan sobre dicho espacio urbano. Siendo alcalde Fernando Gago, de nuevo se repuso el azulejo de Cristóbal Colón --en ambas ocasiones obra de la ceramista local Pepita Lena, con nótula núm. 766 en GdP,-- y de nuevo el retablo experimentó la inquina de los incultos y gamberros. (Texto: José María Morillo).

3

En estos días en los que se está hablando de que la Plaza de España de Sevilla ha cambiado su aspecto, que está coronada por unas cúpulas doradas que le dan un aspecto de palacio árabe... ha traído a mi memoria una anécdota ocurrida en El Puerto en los años sesenta.1962, si la memoria no me engaña.

Por aquel entonces se rodaban muchas películas en España, espagueti-western y superproducciones, sobre todo en Almería. Pero, para orgullo de los cinéfilos, nos cabe la honra de que se rodara ‘Lawrence de Arabia’ ganadora de varios Oscars , creo que siete y, con un plantel se artistas maravillosos: Peter O’Toole. Anthony Quinn, Alec Guinnes, Omar Shariff, el español Fernando Sancho entre otros… En 1991 fue incluida entre los filmes que preserva el National Film Registry de la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos. La película relata la participación de Thomas Edward Lawrence, en la Rebelión Árabe, durante la Primera Guerra Mundial.

Peter O'Toole y Omar Sharif durante el rodaje.

DE DOÑANA A EL PUERTO.
En principio casi toda la producción iba a ser rodada en Jordania pero no sé exactamente debido a qué, acabó rodándose  en aquel país solo la parte correspondiente al templo de Petra y el resto, entre  el norte de Marruecos y España: Almería y Sevilla y alguna escena en el Parque Nacional de Doñana. De ahí que el plantel de actores viniera a El Puerto.

En Sevilla los escenarios fueron, la Plaza de España, los Reales Alcázares, el Parque de Maria Luisa y el Hotel Alfonso XIII . Allí estaban ubicados en la ficción los palacios, cuarteles, clubes de oficiales etc. que simulaban a El Cairo donde, por problemas con el presidente Nasser, no se pudo rodar nada.

LA LLAMADA DE MAXIMINO.
Debido a estas circunstancia y a que alguna escena se rodó en Doñana, una noche de aquel año de 1962 en que la que, ademas, recuerdo que llovía a mares pasó lo que voy a relatar. ¡Hasta donde tenía fama El Resbaladero! De repente sonó el teléfono en mi casa y era Maximino Sordo, el dueño del restaurante ‘El Resbaladero’. Llamaba para decirnos a mi hermana y a mí que, cenando en el restaurante estaba Anthony Quinn, el  más conocido en España por aquel entonces, con otros actores. Mi hermana y yo, que sabíamos del rodaje salimos corriendo, ante el enfado de mi madre que decía que hacía una noche de perros .

ACTORES, MUCHOS ACTORES.
En el salón, al fondo a la izquierda, había una mesa grande con muchas personas entre las que reconocimos a Peter O´Toole, Anthony Quinn, José Ferrer, Omar Shariff... este último y Anthony encantadores, por cierto. Quinn ademas, como hablaba español, nos atendió de maravilla. Peter O`Toole no estuvo tan simpático y eso que por entonces era conocido, pero no tanto como a partir de esa película. Lo que si estaba era guapísimo, con el pelo muy rubio, creo que algo teñido por exigencias del guión, pero espectacular. Quiero añadir que al director, David Lean, no lo reconocimos pero estaba y, seguramente, otros actores no tan famosos. /Anthony Quinn, caracterizado para la ocasión en la película que nos ocupa.

Fue una de las pocas películas en la historia del cine sin papeles femeninos. Tan sólo al principio muy discretamente durante el entierro de Lawrence y lse vieron fugaces apariciones de mujeres árabes. Por cierto que el papel protagonista se lo ofrecieron a Marlon Brando, quien lo rechazó. /En la imagen de la izquierda, Celia Insua, en 1962.

Luego nos fuimos a casa con nuestros autógrafos y con el disgusto de no ver a Sir Alec Guinnes que en aquel momento era el que a nosotros nos interesaba. Por cierto que recuerdo que allí estaba Chemari Gutierrez Colosía, no se si también por verlos o porque estaba en El Resbaladero. A lo mejor él recuerda algo más. (Texto: Celia Insúa Lavín).

19

Mi nombre es Antonio Cristo Ruiz; me dejé caer por este mundo el 30 de Junio de 1943, en El Puerto. Mis padres: Lino Cristo Charneco, y Carmen Ruiz Camacho; el primero nació en Portugal, en una aldea de pescadores llamada Alagoas, (Faro). Se vino a El Puerto, con quince años, era de profesión marinero y chatarrero, apodado “El Portugués”. Mis abuelos paternos, Carolina y Juan, del mismo pueblo que mi padre. Mi madre nació en Badalona, y se crió de pañales en esta Ciudad. Mis abuelos maternos, Carmen y Antonio, los dos de la vecina San Fernando. Hoy, por desgracia, mis padres no se encuentran entre nosotros, fallecieron con 93 y 89 años. Somos cinco hermanos, dos varones y tres hembras, por orden de edad: Antonio, Juan, María del Carmen, Lina y Consuelo, mis hermanas amas de casa. Mi hermano Juan, hoy jubilado, se dedicó a la compra y venta de chatarra, en la calle de La Rosa, donde siempre tuvimos el negocio.

El pequeño Antoniio, con apenas un año, en 1944.

AÑOS CUARENTA.
Los  años cuarenta  fueron  tiempos  de mucha escasez de  alimentos,  pasaron muchas necesidades las familias portuenses. Afloraron muchas enfermedades, como la tuberculosis pulmonar. Me contaba el hermano de mi madre, mi tío Pepe Ruiz Camacho, muy conocido en el Puerto por ‘El Landa’, (ver nótula núm. 001 en GdP), propietario del kiosco de prensa que había junto al Hospital Municipal en desuso en la calle Micaela Aramburu. Llegó a probar las cascaras de plátanos, como si fueran  berenjenas fritas; le pregunté si estaban buenas de comer, a lo que me contestó: «--Cuando hay hambre se come lo que haga falta».

Antonio, a la izquierda de la imagen, con sus padres y hermanos Carmen, Lina y Juan, en una imagen de la Feria de Ganado, delante de un puesto de atracciones. Año 1955

AMIGOS DE LA INFANCIA.
Nací en la calle Capillera 7, en la casa conocida en aquel tiempo, por la  del Cabo Mulero donde estuvimos hasta 1956. Tengo gratos recuerdo de esta zona alta de El Puerto, mis primeros amigos fueron: Benito Sacaluga, Juan ‘el de los Carros’, Juan ‘de Soledad’, Antonio Iñiguez Macías, padre e hijo, Luis Iñiguez Sanchez, ‘el Teniente’, Carmela y Francisco Iñiguez Sanchez ‘el Boli’, Pedro Gil, Manuel y  Diego González Garrucho ‘Diego Vichera’, que falleció muy joven.

Los conocidos de este equipo de chavales son: Mariano Serrano “Nano”,  Nogués, Antonio Gatica “El Cuca” (con gorra), José Serrano (3º por la derecha); Jesús Carmé (8º por la derecha), de los agachados el 3º por la izquierda su primo Juan Murga Ruiz, a su derecha, Antonio.

Nos íbamos a jugar a la pelota, junto a la pared de la bodega de Luis Caballero, en la calle San Sebastián. Recuerdo cuando oscurecía, brillaba el fuego fatuo, estas luminarias suelen salir donde hay cadáveres enterrados. En esta zona estuvo situado el hospital de San Sebastián donde, posiblemente, hubo un cementerio.

CALLE CAPILLERA.
En frente de mi casa, José Brea ‘Breíta’, gran aficionado al flamenco nacido en Cádiz, tenía una Gallera de pollos ingleses de peleas, que exportaba a Sudamérica. Junto a mi vivienda había una tonelería, de dos socios, ‘el Torero’ y Agustín Álvarez, padre de Antonio Álvarez Herrera, (con nótula núm. 362 en GdP) primer alcalde constitucional en el actual periodo democrático por el Partido Comunista. Había una tienda de comestibles de José Fernández ‘Casa Joselito’ (ver nótula núm. 123 en GdP), gallego, patriarca de una gran familia dedicada a los negocios de la restauración de estómagos.

Casa Joselito en 1948.

ESTUDIOS REGLADOS Y DE LA VIDA.
Con cinco años entre en los Jesuitas, y salí con diez y seis años, con la oficialía de Ajustador. Intenté sacar el bachiller superior pero lo tuve que dejar por los desplazamientos de mi  trabajo por la Península. Hay estudios que te enriquecen, como la universidad de la vida; te aportan datos, que no puedes tomar de los libros, porque hay que vivirlos. Cuarenta años recorriendo casi toda España, y varios países europeos, tratando con sus gentes y costumbres.

CALLE SIERPES.
Con mis abuelos paternos viví varios años --de los cuarenta y cincuenta-- en la calle Sierpes 5. Me vienen recuerdos de la Plaza de Abastos, la Posada de las Columnas, el Bar Milindri, Comestibles el Cañón,  Tienda de comestible de Eloy, Juanito Custodio, El Bar de Pancho, Bar de Juan Rábago, Bar Manolo, del nº 3, Bar Rueda, Bodegón Casa Sancho, ‘Los Dos Pepes’, bar y comestibles, el taller de Cristóbal, que arreglaba ollas y  paraguas, y la carpintería de los hermanos Lobo,  con nótula núm. 159 en GdP.

Personas que conocí en esta zona de aquella época: ‘el Calé’, Manuel Bermúdez Junquera ‘Anzonini’ (ver nótula núm. 523 en GdP), Rafael Moreno Porto ‘el Lengue’ (con nótula 443 en GdP), Ignacio del Bar Milindri, Antonio Jiménez Salguero ‘el Caneco’, Delfín ‘el Montañés’, José de Los Reyes ‘el Negro”, Alonso Suarez de La O ‘Tío Alonso el del Cepillo’, Julio ‘el del Ocaso’, yerno del Cepillo, Francisco Gallardo ‘Paquito’, Sebastián Ganaza Cañas, 'Ojito’ (con nótula 290 en GdP) y ‘el Chumi’, nombre de Manuel Quintero García que da nombre a una peña flamenca. /En la imagen de la izquierda, Antonio Jiménez Salguero, 'el Caneco', limpiabotas de profesión y bailaor que empezaba las bulerías al revés, él mismo se cantaba y jaleaba.

CÁNDIDA LA NEGRA.
Por estas fechas vivía una mujer de piel negra, Cándida Huelva Jiménez  “Candida La Negra”, nacida en Luanda el 22 de Enero 1851 y fallecida en El Puerto en 1951. Falleció a la edad de 110 años. Las madres en aquel tiempo asustaban a los niños cuando no querían comer o dormir, con Cándida, que por cierto era muy buena mujer y le gustaban mucho los niños. Cuando pasaba por la puerta de la casa de mis abuelos, se paraba y echaban un rato de charla con mi abuela la portuguesa, ya que las dos hablaban el mismo idioma. (Ver nótula núm. 214 en GdP). Me contó Maria Morón “La Mona”,  que la escuchó cantar a esta mujer en una ‘Toma de Dichos’. Recordaba que tenía una voz muy  bonita, hacía un cante muy raro, aflamencado, vivía en la parte alta de calle Lechería.

Antonio Cristo con María 'La Morona'. Año 1964.

CALLE CERVANTES.
En 1957, nos trasladamos a la calle Cervantes 4, casa que hizo mi padre con muchos  sacrificios, muy cerca del negoció donde tenía instalada la chatarrería, en la calle de la Rosa, en aquel tiempo conocido como el ‘Barrio de los Gitanos’. En esta zona de El Puerto, me crié y estoy orgulloso de ello.

Tuve grandes amigos como fueron: Alonso Jiménez ‘Churrasca’, Rafael Herrera Arana ‘El Jerezano’, Angustias Flores Suarez, José Antonio Garcia Bernal, Diego Cortes ‘el Alpiste’, Manuel de los Santos ‘el Viejo Agujeta’, Tomasa de los Santos 'Agujeta', Manuel y Antonio Robles Romero ‘Chiculi Hijo’, Antonio Gatica ‘el Cuca’, Rafael Luque ‘el Caga’, Soledad de Los Reyes ‘la Mona’, Manuel de Los Reyes  ‘el de la Monjita’, Rafael Luque de los Reyes ‘el Monstruo’, Diego ‘el Mijita’, Manolo ‘el Avellana’, la familia de ‘la Tormenta’,  Antonia Garcia Moreno ‘la Obispa’, Eduarda Núñez Garcia, Lorenzo Vargas Ortega, Juan Núñez Garcia,  Ramón Núñez ‘Orillo del Puerto’ (con nótula 519 en GdP), Luis Vargas Ortega, José Luque Reyes, Joselito ‘el de La Mona’, Ángela y Ana Martin Gordillo, la familia de ‘Los Sopas’ ‘el Loco Viejo’, la familia Villar, familia de los Linares, familia de los Canteros, Jeromo Morón y Bernardo Morón ‘el Pastillita”, Miguel Jarana, Francisco Suarez ‘el Cohete’, … /En la imagen de la izquierda, agachado, Antonio Cristo, de pié su hermano Juan y Manuel de los Reyes 'el de la Monjita'.

En la imagen, los abuelos de Ramón Nuñez 'Orillo del Puerto', Antonia García Moreno, “Antonia la Obispa” y Ramón Núñez Heredia, “El Obispo”

No me quiero olvidar de Miguel Jarana. Estaba casado con una hija de la ‘Bilili’, de nombre Maria de los Reyes. Este gitano, fue uno de los mejores cantaores y bailaores, que hayan salido de El Puerto. No lo digo yo, lo dicen gentes que todavía están entre nosotros y le conocieron. Para Anzonini, fue el mejor junto a Manolito ‘el Soldao’.

EL PINTOR DE LA LUZ.
Y Juan Lara, el pintor de la luz. De este hombre tengo grandes recuerdos, vivió en la calle Rueda. Bohemio donde los hubiese. Recuerdo una anécdota vivida con Juan y con José de los Reyes ‘el  Negro’. Estábamos tomando café con churros en la cafetería ‘La Vega’, de Jerez, situada junto a la Plaza de Abastos. Juan llevaba un traje blanco de color hueso. José “el Negro”, le  comentaba: «--Juan, cuando me vas pintar a mi solo». Juan le contestaba: «--Pronto Negrito». El Negro, le puso la mano en la rodilla y le dio las gracias. Cuando quitó la mano, tenía una mancha bastante grande y negra en el pantalón, ante lo que exclamó el pintor: «--¿Negrito me has dejado un Tapies, en el pantalón?», siendo la respuesta del Negro: «--Juan, qué coño dices de la tapia, ¿te has vuelto loco?». Juan  y yo nos revolcábamos de la risa. /En la imagen, Juan Lara y José de los Reyes 'el Negro', en la casa del primero en la calle Rueda. Año 1982.

CERVANTES, POR OTRO NOMBRE ‘LECHERÍA’.
Había una fragua en la calle Cervantes, por otro nombre Lechería, frente al Bar Barranco, propiedad del ‘Veneno. Cuando yo la conocí la tenía su hijo Paco Suarez ‘el Cohete”. /En la imagen de la izquierda 'El Veneno', de la familia de los Cepillo.

En el barrio formamos un equipo de fútbol, al que pusimos de nombre ‘Zíngaros’. Les puedo asegurar que en aquel tiempo nadie quería jugar contra nosotros. En el Bar de Paco Barranco, teníamos nuestra sede social, situado en el número 7 de la calle Lechería tuve la suerte de escuchar mucho y muy buen flamenco.  Pido disculpas por no acordarme de todas las familias que vivieron en esta zona de El Puerto, y de algunos apellidos. Han pasado tantos años… que es difícil acordase de todos, posiblemente me deje muchos en el tintero.

Recuerdo en el barrio, entre los años cincuenta y sesenta, estuvo de moda por las necesidades perentorias, los hábitos morados de Jesús el Nazareno. Algo que me impactó y se me viene una letrilla gitana, por ‘Soleá’ que cantó en muchas ocasiones José A. Díaz Fernández ‘Chaquetón’ con quien pasé muy buenos ratos de amistad, que dice como sigue:

Tres hábitos de color morao,
de nuestro Pare El Nazareno,
en mi cuerpo san quemao.

Antonio Cristo con la selección de futbol del Colegio San Luis Gonzaga.

Bonitos recuerdos se agolpan en mi mente de aquellos años, entre 1957 a 1963, con los amigos de la Peña ‘El Troncho’ y de otros equipos de fútbol en los que jugué: ‘El Casamata’, la selección del colegio de San Luis Gonzaga, y otros dirigidos por el ‘Gordo Gatica’, Juan ‘Chiqueté’, Morro, y Antonio ‘el Churra’.

Antonio Cristo, Antonio, Manuel Espinar Fernández, Antonio Bernal, Eduardo Muñoz Luqye, Tomás, en la Estación de FF.CC. con destino a Rota. Año 1969.

LA FAMILIA Y PORTEÑOS EN ROTA.
En 1963 me eché novia en Rota, María Dolores Calderón Ruiz-Mateos, la que sería madre de mis dos hijas. Estas fueron otras vivencias, y otra forma  de enfocar  la vida. Tomé contacto con nuevos amigos de El Puerto, que también tenían novia en la vecina Villa de Rota: Eduardo Muñoz Luque, Manuel Espinar Fernández, Tomas Párralo, Luis Espinar Fernández, Antonio Arévalo y Juan Martin. Un grupo de amigos muy bien cohesionados. Todos los años que podemos nos reunimos y lo celebramos con una comida. Tengo dos hijas y una nieta, Estefanía, Maria Dolores y Cayetana, las que ocupan parte de mi tiempo cuando estoy con ellas.

MUNDO LABORAL.
Los primeros pasos en el mundo del trabajo los realicé con mi padre en la droguería y perfumería que teníamos en la calle Cervantes, y también ayudando en la chatarrería.

En Madrid, en 1984, en su oficina en el Laboratorio Central de Dragados y Geotecnia Cimientos.

No sería hasta 1969 que trabajaría por cuenta ajena, con Dragados y Construcciones, en los accesos al Puente León de Carranza como vigilante de obra.  En 1970, pasamos a la utopista de Sevilla-Cádiz, en el laboratorio, terminando en 1972. En 1973, Autopista del Mediterráneo, tramo de Tarragona, Valencia y Alicante, terminando en 1980, en esta fecha fui trasladado a Madrid, al laboratorio central de Dragados, y Geotecnia  Cimientos, SA,  situado en el polígono Industrial de Coslada. Soy vecino de Alcalá de Henares, donde llevo habitando más de treinta años.

Quiero recodara a muchos amigos de El Puerto, que hemos trabajado en Dragados y Geocisa: José Flores, ayudante ingeniero; Manuel Reinado Ojeda, Técnico de Obras; Ramón Lobo Cortes, Topógrafo; Manuel Bernal, Topógrafo; Juan Mena Alonso (ver nótula 1032 en GdP), Topógrafo; Juan Feria, Topógrafo; Angel Fernández Valimaña, Topógrafo y Federico Arjona Acal, Topógrafo (ver nótula núm. 1.055 en GdP). Nos dejó recientemente, el pasado 13 de mayo. Le recuerdo a él y su mujer, vestidos con el atuendo árabe, en las fiestas de Moros y Cristianos, de Villajoyosa, (Alicante), año 1978.

MARISOL Y ANTONIO GADES.
En este tramo de la Autopista del Mediterráneo, en el de Alicante, conocí a dos grandes artistas de este país:  Pepa Flores ‘Marisol’, y Antonio Gades. Tenían un restaurante en Altea (Alicante) entre los años 1977 y 78. En este tiempo estaban retirados del mundo artístico. Pepa, y  Antonio, dos personas muy agradables, de gran calidad humana y de una sencillez exquisita. Me los presentó un gran aficionado flamenco, y un peso pesado de Dragados y Construcciones de aquellos tiempos.

Antonio, en el Tunel de Alberche (Madrid) en 1996.

OBRAS SON AMORES.
He trabajado en todo tipo de obras que se puedan construir, voy a mencionar algunas: Plataformas Petrolíferas. Paneles para el Puente de Noruega. Hormigonado en el Mar Cantábrico, tubos desagües de la empresa Isobel de Santander. Primer  tramo de de Ave a Sevilla, que se hizo en España, Getafe- Villa Seca. Túnel de Atocha, con calle Alberche, con destino Nueva Estación de Autobuses, de Madrid. Urbanización, Somosaguas,  reposición de tubos, calles, y aglomerado de las mismas, en esta obra como jefe de control de calidad, en las demás jefe de laboratorio. Mi última obra, Presa de Casares de Alba (León), como jefe de laboratorio, (control de calidad). Me jubilé el 30 de Junio del 2008, después de cuarenta años de servicios en la misma empresa. Hoy en día vivo a caballo, entre El Puerto de Santa Maria y Alcalá de Henares.

En el Laboratorio de Geocisa.

REVISTAS Y PUBLICACIONES.
Mi gran afición son el flamenco y las letrillas de este género. Soy socio fundador de la Tertulia Flamenca ‘Tomás el Nitri’. He dado varias conferencias y colaboro en revistas especializadas de flamenco: ‘La Caña’, Asociación Cultural Abierta (Ministerio de Cultura). ‘Revista de Flamencología’. (Cátedra de Flamencología de la Universidad Cádiz). ‘La Nueva Alboreá’. Revista de la Agencia Andaluza de Flamenco, (Consejería de Cultura). ‘El Candil’ Revista de la Peña El Candil (Jaén). ‘Pliegos de la Academia’. Academia de las Bellas Artes Santa Cecilia (El Puerto). Y con esta web ‘Gente del Puerto’.

Colaboro con algunos periodistas amigos en relación a artistas flamencos, actores, actrices, músicos, artistas de variedades, escritores, toreros y  de personajes públicos importantes, recogidos  en mis cuarenta años de investigación en Archivos Históricos, Eclesiásticos y Hemerotecas.

DICCIONARIO ENCICLÓPÉDICO FLAMENCO.
En la presentación del Diccionario Enciclopédico ilustrado Flamenco, con el que ha colaborado, en el Hotel ‘Los Galgos’  de Madrid, tuve el placer de conocer al poeta granadino Luis Rosales y a su esposa; me los presento Fernando Quiñones, del que conservo gratos recuerdos, de  gaditano tan ilustre.

Colaboré en la COPE en el programa de Pedro Sáez, en radio Madrid, durante los años noventa.  Me invitan a muchos eventos y, siempre que puedo participo: el último; ‘Los cien años del Niño Ricardo’, con el inolvidable Ramón de Algeciras.  Antonio Muñoz Cuenca me entrevistó en la desaparecida emisora de TV Tele Puerto, en un programa que hacía con gentes del Puerto. Colaboro con el periodista Fran Pereira, en la página www.jerezhondo.com

INVESTIGADOR.
Me dedico a la investigación de artistas flamencos, actores, actrices, escritores y pintores de los siglos XVII al XIX. Por la mañana me podéis encontrar en Archivos Históricos, dependiendo de la provincia en la que me encuentre. Desde aquí doy las gracias a los archiveros de Madrid, Cádiz, Jerez, Sevilla, y El Puerto, por lo que me aguantan.

Antonio Cristo, su esposa Mª Dolores Calderón y su hija Estefanía, en 1976.

En este magisterio como es el del Flamenco, tengo buenos amigos: Pepe Blas Vega, Luis Suarez Ávila, Félix de Utrera, Fernando Quiñones,  José Fernández ‘ell Chaquetón’, Manuela ‘la Bailaora’, Manolo Heras, Pericón de Cádiz, Antonio Barberán, Fran Pereira, Julio Flores, Antonio Núñez, Gregorio Menor, Antonio Garcia Vélez, Manuel Yerga Lancharos, Joaquín Albert, David Villar, José Manuel Barbadillo, Jesús Núñez, Ramón de Algeciras, Luis Maravilla. Que me perdonen  si me olvidó de algunos. De los mencionados hay algunos  que ya no están en el mundo de los vivos. Era mi obligación y deber sacarlos a la luz, por los buenos ratos pasados con ellos. Tengo la gran satisfacción de tener  amigos por muchos pueblos y ciudades de España. Desde aquí les mando un saludo.   (Texto: Antonio Cristo Ruiz).

Agradecemos el tratamiento infográfico de las fotografías que ilustran esta nótula a Vicente González Lechuga y Luis Serrano Romero su restauración.

2

En la imagen, 'el Chumi', en el kiosko de helados Camy que existía al principio del Parque Calderón, junto a donde se situaba el fotógrafo Cuellar, autor de la fotografía.

Manuel Quintero García, ‘el Chumi’, da nombre a una Peña Flamenca situada en el centro histórico de El Puerto. ‘El Chumi’ era una personaje que parecía sacado de una novela inglesa de finales del siglo XIX, por su vestimenta y tipo: no superaba el metro cuarenta de estatura, se vestía con una chaqueta que le servía de abrigo y camisa; zapatos muy grandes para sus pies que, cuando iba andando, ‘chancleteaba’, dando la sensación que daba pasos de baile de ‘claqué’ o ‘tap (estilo de baile estounidense en el que se mueven los pies rítmicamente mientras se realiza un zapateado musical).

En el cante dominaba los tonos bajos, de voz muy suave y bonita. Fue un gran admirador de ‘Canalejas’ de Puerto Real’, al que imitaba e incluso le superaba en el cante. En sus últimos años de vida perdió la cabeza.

En la imagen, velada poética dedicada a Rafael de León en la sede de la Peña 'El Chumi', organizada por la Academia de Bellas Artes. /Foto: Noticias 11500.

Tiene una Peña Flamenca con su nombre en el número 15 de la calle Luja y, aunque no fue portuense de nacimiento, si lo fue por arraigo a esta tierra. Nació en Sanlúcar de Barrameda a principios del siglo XX; lo trajeron a El Puerto siendo muy chico, como decimos por aquí.

El limpiabotas ‘El Tigre’, Manolo Otero y ‘El Chumi’, en la puerta chaflán del Hospitalito, cegada por ladrillos. /Foto: Colección Vicente González Lechuga.

Hay portuenses que no están de acuerdo con que le pusieran su nombre a la entidad flamenca que hemos mencionado. No estoy de acuerdo con ellos. He hablado con aficionados viejos, que conocieron bien a este pequeño gran hombre y todos coincidían en que fue un gran cantaor, con duende, que emocionaba a todo el que lo escuchaba. Para mi con esto basta. (Texto: Antonio Cristo Ruiz).

3

Los artistas flamencos que contribuyeron al prestigio actual del género y que hoy son considerados maestros por la afición, tal que José Cortés Jiménez 'Pansequito de El Puerto', Manuela Carrasco, Diego Clavel, Calixto Sánchez, Chiquetete, Rancapino, Juan Villar, Aurora Vargas, La Macanita, Manuel Molina o La Susi, entre otros, han denunciado “el nepotismo de la Junta de Andalucía” y exigen “un reparto más equitativo del trabajo que el Instituto Andaluz del Flamenco (IAF) origine, no acumulándolo en unos pocos artistas”. /En la imagen, Pansequito. (Foto: J.C. Muñoz).

Este colectivo, liderado por Pansequito, que cuenta con más de mil quinientas adhesiones y que es secundado tanto por la Asociación de Artistas Flamencos que preside Asunción Demartos como por intelectuales, periodistas, colectivos peñísticos y programadores como Pilar Távora, ha dado a conocer un manifiesto en el que su portavoz e impulsor de la iniciativa, Pansequito, criticó “las prácticas de la contratación” y solicitó “la participación de los artistas en la programación flamenca de la Junta de Andalucía”.

En señal de protesta, además, anunciaron ayer martes en rueda de prensa una manifestación "sin precedentes en el sector" para hoy miércoles 17 de agosto. Partirá a las 11,00 horas desde la sede del Instituto del Flamenco  (en pleno barrio de Santa Cruz) para leer el manifiesto que fue presentado ayer y marchar hasta el Parlamento de Andalucía, para "que la calle se entere" de estas prácticas que consideran "injustas". Para el cantaor, el hecho de que, por ejemplo,a finales de julio no le invitaran a la presentación del Congreso Internacional del Flamenco es buena prueba de que "siempre figuran los mismos".

Pansequito, agachado el segundo por la izquierda junto a Chiquetete, durante la conferencia de prensa que ofreció ayer en Sevilla, rodeado de una veintena de compañeros de la profesión. /Foto: Europa Press.

MANIFIESTO.
En torno a una veintena de artistas presentaron ayer en la capital hispalense un manifiesto, firmado por unas 1.500 personas, en el que piden a la Agencia Andaluza del Flamenco, organismo dependiente de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, que "no acumule el trabajo que origine en unos pocos artistas". Igualmente, exigen "una mayor participación de los artistas en los festivales y eventos, aportando exclusivamente criterios artísticos y profesionales".

Los flamencos también han manifestado su "descontento" porque, según aseguran, "mientras un puñado de artistas están copando todos los carteles de festivales, galas y premios, cobrando 6.000 o 10.000 euros por noche", otros muchos profesionales están "sin trabajo" o "haciendo dos galas cada seis años". "Hay trabajo para todos, pero está muy mal repartido", declaraba el cantaor Calixto.

Asimismo, han pedido a la Agencia Andaluza del Flamenco que, "ya que este arte es Patrimonio de la Humanidad", ésta realice "un mayor esfuerzo por generar más trabajo en el sector, lo cual implicaría más difusión y conocimiento del flamenco y un alivio económico en el sector que actualmente pasa una gran crisis".

Portada del último trabajo de Pansequito: 'Un canto a la libertad'.

LOS FLAMENCOS, ASESORES.
Pansequito pedía que sean los flamencos los que intervengan en la confección de “festivales y eventos que el Instituto Andaluz de Flamenco tenga previsto efectuar relacionados con la promoción del flamenco, ya que pueden aportar exclusivamente criterios artísticos y profesionales desde nuestro conocimiento y experiencia”.

FESTIVAL DEL CANTE DE LAS MINAS.
Pansequito manifestaba que desde la Agencia Andaluza del Flamenco "se están gastando grandes cantidades de dinero en promocionar el flamenco en el extranjero y se está olvidando de la cuna de este arte, que es Andalucía". "En veinte años hemos perdido 150 festivales en la Comunidad, y que el evento de referencia del flamenco sea hoy en día el Festival de Cante de las Minas, que se celebra en Murcia, dice mucho al respecto", ha indicado.

Fosforito con la 'Llave del Cante'.

LLAVE DEL CANTE.
"Hay miedo", declaraba Pansequito. "Varios compañeros que apoyan nuestra causa me han transmitido que no se manifiestan porque les han amenazado con retirarles de galas y eventos", señalabaa. Igualmente, expresaba su descontento con la actitud de Antonio Fernández Díaz 'Fosforito', portador de la Llave del Cante Flamenco, ya que mientras este galardón, además de reconocer la trayectoria de un artista, le convierte en un "defensor de este arte", se ha negado a firmar el manifiesto, según informan, por lo que el cantaor le ha pedido que "si no va a defender el flamenco, que devuelva la Llave".

Más información de Pansequito en la nótula núm. 131 en GdP.

2

Palacio de Oneto.

Una fuente o pilón es un surtidor de agua, que como elemento arquitectónico suele estar situado en un espacio urbano con fines utilitarios, de confort ambiental o decorativos. Así, las fuentes se hallaban y todavía se encuentran en patios, jardines, plazas, o en lugares singulares de El Puerto, embelleciéndolos y resaltando su importancia.

Hotel Duques de Medinaceli. Fuente patio principal.

Colegio de las Carmelitas.

Casa de los Merello. Larga, 64.

Luna, 52.

Jardines del Hotel Duques de Medinaceli, antes de Terry.

Parque Calderón, estuvo en la Plaza de la Pescadería y en los jardines de la antigua estación de Ferrocarril. Pertenecía al Convento Santo Domingo. El vandalismo ha destruido los delfines enlazados de la parte superior y lucen pintadas varias.

Antigua Fuente del Convento de Santo Domingo, en su emplazamiento original, con todos los detalles ornamentales.

Actual Fuente de Santo Domingo.

Fuente de las Galeras Reales, en la plaza del mismo nombre.

Fuente de la Plaza de la Cárcel.

Pilón de San Juan, en la Plaza Juan de Austria. Desasparecido.

Pilón de la calle Postigo. Estaba situado en la actual puerta que da servicios al patio de hermandades de la Iglesia Mayor Prioral.

(Reportaje fotográfico A.G.R. y archivo GdP).

Os invito a recordar mis tiempos mozos cuando yo formaba un revuelo en la playa de Valdelagrana de El Puerto de Santa María. Yo me arrancaba con arte y era un auténtico espectáculo porque yo tenía entonces una buena mata de pelo, mis bañadores meyba y una belleza internacional.

El retrato pertenece a otra época muy distinta, un franquismo lleno de prohibiciones y de censura pero el verano permitía "ciertas" licencias y la gente humilde y con arte sabía disfrutar del mariconeo y del compás en una playa de pueblo, que era los más fresquito que teniamos los jerezanos por aquel entonces.

Recuerdo a familias enteras de jerezanos en el ferrobus de Jerez a El Puerto con las ollas del puchero para pasar una larga y bonita jornada en la playa. Eran las vacaciones de entonces cuando no existía Cancun ni Cayo Coco pero había mucha dignidad y una gran calidad humana. (Texto: María Cala).


María Cala. O Manuel en su carné de identidad. /Foto Kiki.

María Cala de Jerez, jerezana del campillo, del Barrio de San Miguel, mariquita de toda la vida de Dios, de los que se sacaban los pechos con las chuponas del cuarto de baño. Fue ayudante de camerino en los comienzos de Lola Flores en el Teatro Villamarta de Jerez. La faraona es para María Cala su gran pasión. María fue emigrante en París, y trabajó y se educó como mayordomo en las mejores casa ricas de Madrid sirviendo a toda la nobleza decadente, lo que le ha valido saber más por lo que calla que por lo que cuenta. (Berasaluce)

MARÍA EN EL CORAZÓN.
La reina del Magazine Rosa. La actualidad del Corazón. Todos los jueves a las 13.00 horas en el Hoy por Hoy de Radio Jerez Cadena Ser (1026 AM). Escúchame, corazón…

Radio Jerez Cadena SER
El Blog de María Cala.

2

Foto: Raul Doblado. Octubre 2010.

No es la silla, es el torero. Pero la silla sintetiza el clamor. La tarde ronca, el jaleo. Morante, punteado en el trasero tras su segundo par de banderillas, pidió la silla al palco de honor. Ni más ni menos. Lo de este torero es increíble por lo que tiene de inesperado. De mano en mano, la silla se hizo presente en el esplendoroso ruedo de El Puerto, y la gente ahí ya se rompió la camisa definitivamente.

Foto: José Ramón Serrano.6  Agosto 2011.

No es difícil deducirlo: la gente, esta gente de El Puerto de Santa María en representación de otra mucha, quiere alegrías, divertirse. España, está claro, necesita una silla en la que reposar un ratito a gusto. Y hay tardes que, en esto de los toros, el día señalaíto que cantó Raimundo Amador no defrauda. La bajada de la silla a la arena no fue un aterrizaje más: fue la simbiosis de la sorpresa, la pasión y el embrujo. Luego, sentado, Morante sólo pegó un muletazo, otros cuantos más, insólita aquí su facilidad, con la silla en la mano izquierda mientras la derecha obligaba por abajo al toro como si nada.

Foto: José Ramón Serrano. 6 Agosto 2011.

A continuación vino una de esas faenas exprés que jamás se olvidará. Uno a uno, no en tandas tradicionales sino como encerrado a solas en el campo con una becerra, Morante fue espigando los naturales. De adelante a atrás sin excesos ni tirones, y sin saber cuándo ni por qué se acababan. Tal fue que, de seguido, empezó el recital de ayudados por alto. 'Acaganchaos', que decían los mayores del toreo. Muy rumboso, sobrellevando al toro como en volandas, por alto, con una profundidad pocas veces vista. Toda la faena, insisto, estructurada de corrido, como si fuera una serie única. Y excepcional.

Pedrucho 'el Canario', citando con banderillas, en 1905.

Ya en su anterior toro, cuando le aplaudían a rabiar sus redondos, Morante, con el eco aún de la ovación, enjaretó a ese tercero de Cuvillo una rematadísima tanda de naturales. Diríase que era una afrenta al 'tempo' de las faenas de Manzanares, siempre despacioso, ceremonioso, por debajo de los límites del cinemómetro habitual de las faenas. Así, reflexivo entre tanda y tanda, Manzanares terminó de exprimir a sus tres toros. Este torero tiene mucha química, y está en su año. No es recomendable perdérselo.

Rafael 'el Gallo' en 192o. Valencia.

Y, cómo no, Morante con el capote: la sedosa verónica y media al primero, las chicuelinas al quinto y, en el de en medio, el tercero, un saludo monumental. El toro se iba lejos y cuando regresaba al embroque Morante adelantaba la pierna de la 'suerte cargá', así todas las verónicas, solo, inmenso, con un único paso adelante, y el toro que se va y vuelve. A compás. Una media de Manzanares, flexionando una rodilla, realzó aún más la singularidad de la tarde.

La faena de Morante, cortesía de la web Plaza Real.

Me da la sensación de que los dos toreros tenían ganas de lanzar un mensaje. 'Aquí hay partido, señores, y lo jugamos todos, no sólo uno'. Y qué mejor que hacerlo ante más de trece mil espectadores que abarrotaron la Plaza Real. Porque el lleno fue de reventón, aligerado solo por una brisa, maligna para los de luces, pero reparadora para la clientela. Sin ella, en cualquier caso, se hubieran divertido aún más. Porque había muchas, muchas ganas de pasar tres horas incandescentes. (Texto: Fernando Bermejo. Subdirector de deportes de El Mundo).

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Diario de Cádiz publicaba el 1 de septiembre de 1910, hace 100 años, una noticia sobre el enorme tumulto ocurrido en la Plaza Real, con motivo del Toro del Aguardiente, que debía matar el espada ‘El Hijo del Cochino’.

Foto: Kiko Sánchez. Colección José Luis Sánchez Pacheco, procesada desde un cristal.

El animal era de los llamados palurdos y manso por completo. Los toreros no pudieron lucir sus habilidades y el público se arrojó al redondel para matar al toro a palos y puñaladas. Pedían los espectadores, unos seis mil, más toros y como no había la emprendieron con la Plaza. Derribaron las barreras de madera, ya que no podían con las de cantería.

Los guardias municipales no podían dominar el tumulto, por lo que tuvo que intervenir una pareja de la Guardia Civil. Para lograr imponerse tuvieron que llegar a cargar los fusiles ‘Maüssers’ y apuntar a los revoltosos, momento que recoge la fotografía de Kiko Sánchez, que huyeron precipitadamente. Resultaron contusionados el comandante de la Guardia Municipal, Fernández, y el sereno Ruiz.

En el censo de 1910 El Puerto de Santa María tenía 17.984 habitantes de hecho 17.583 habitantes de derecho y 4.610 hogares.

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Rafael Arvilla Jiménez nace en El Puerto el 23 de Enero de 1928, hijo de José Arvilla Hernández y María Jiménez Sancho. Cursa los estudios elementales y de bachillerato en el Colegio del Pilar de Madrid. /En la imagen, Rafael Arvilla en un autorretrato de 1971, realizado con óleo a espátula.

1928.
En 1928 era alcalde de El Puerto, Alfonso Sancho y Mateos. Ese año era refundada la Hermandad del Nazareno, que empezó su desfile procesional a las 3 de la madrugada la noche del jueves al viernes. Pedro Muñoz Seca estrenaba ocho obras de teatro, entre ellas ‘El Teniente de Alcalde de Zalamea’. El 10 de febrero de dicho año se fundaba el Racing Football Club de El Puerto, celebrándose los primeros encuentros en la Plaza del Polvorista. El maestro Antonio de la Torre González era aquel año Secretario de la Sección Juvenil de la Cruz Roja de Medina Sidonia. El 2 de abril de ese año es nombrado Hijo Adoptivo el benefactor local Elías Ahuja y Andria. Antonio Cruzón Moreno, patrón del Vapor ‘Cádiz’ se calló al agua desde el cantil del del muelle a primeros de junio.

Su padre era un ingeniero industrial de Deusto (Bilbao) que consigue su primer trabajo en Sevilla en una refinería de petróleo. Poco después se traslada a Madrid con CAMPSA (Compañía Arrendataria del Monopolio de Petróleo Sociedad Anónima), la mayor empresa petrolífera de España, y en 1934 es nombrado director general de CAMPSA. Desde la calle Luchana se trasladan a Calle General Mola No. 33 en 1934 y en 1938 se mudan a Burgos. Durante la guerra civil española viven entre Burgos y Ávila. En 1942 Félix de Gregorio le sucede en el puesto de Director General de CAMPSA y comienza a trabajar en una empresa de oxígeno líquido donde ejerce hasta el final de sus días. / En la imagen, nuestro protagonista en El Puerto con sus primos y  hermanos. De izquierda a derecha y de abajo arriba: Teresa Ceballos Jiménez, José y nuestro protagonista Rafael Arvilla Jiménez, y Magdalena Ceballos y María Arvilla.

FALLECIMIENTO DEL PADRE.

El 12 de Junio de 1943, José Arvilla Hernández muere de tuberculosis en Madrid a las 9:10 de la mañana dejando a la familia en una situación delicada y sin medios de subsistencia. Rafael tiene 15 años. Para subsistir, la madre de Rafael, María Jiménez Sancho, se ve obligada a alquilar las habitaciones de la casa y entre los inquilinos se pueden encontrar a Pedro Macabeo, Fernando Esquivias y Osorio. Mientras tanto su hermano Pepe decide montar un laboratorio en la casa lo que conlleva a que esta acabe con un olor que a veces se hacía insoportable. /En el retrato de la izquierda, su madre, María Jiménez Sancho.

ARQUITECTO Y BODA.
Entra en la Escuela Superior de Arquitectura de Madrid donde se gradúa en 1957. Es durante esta época en la que conoce a Marie Françoise Cure Berger, una ciudadana de nacionalidad francesa, al ser ella una de las inquilinas de la casa. Poco después de graduarse, en 1958 se casan y fruto de ese matrimonio nacen sus hijos Carolina, Patricia, Rafael, Cayetana y Javier.

DOCTOR ARQUITECTO EN MARBELLA.
Rafael obtiene el doctorado en Arquitectura en 1961 y poco después de obtenerlo, en Noviembre de 1961, se traslada a Marbella en la provincia de Málaga, con toda la familia, donde continúa desarrollando su actividad profesional. La marcha a Marbella se efectúa bajo contrato con la empresa Torregrosa con un salario de 12.000 pesetas mensuales. Es el primer arquitecto que reside de forma permanente en Marbella, en lo que en su día era un pequeño pueblo de la costa andaluza, e instalándose originalmente en el Hotel El Fuerte desde donde inicia la dirección del Hotel Bellamar. /En la imagen, 'Pinares', óleo y acrílico original de Rafael Arvilla.

EN LA MILLA DE ORO.
En mayo se separa amigablemente de Torregrosa y se instala de forma temporal primero en El Palangre y después en la Calle Valdés. En 1963 se compra una finca en la zona que más tarde se denominará La milla de oro debido a la gran afluencia de dinero, prestigio y personalidades que se incorporan en la zona comprendida entre Marbella y el puerto de yates de lujo Puerto Banús. En 1965 se traslada a Ricmar, un lugar situado a unos 11 kilómetros del centro de la ciudad marbellí, en una casa que llamarían mas tarde Los cuatro olivos, donde vive los próximos 11 años. En 1976 deja la casa de Los cuatro olivos y vive durante un año en un piso del edificio AMI en el corazón de Marbella donde también se encuentra su galería de Arte Art. En 1977 deja el apartamento de AMI y se muda definitivamente a su nueva residencia en el camino del ángel en la finca La Judía, donde continuará viviendo el resto de su vida. Rafael Arvilla Jiménez muere el 19 de febrero de 2008 en Marbella después de una larga enfermedad. /'Palmeras', óleo y espátula. Año 1996, original de Rafael Arvilla.

LA PINTURA.
Para nuestro protagonista, la pintura, que le acompaña desde su niñez, es su gran pasión mientras que la arquitectura es su medio de vida. Todo esto le permite compaginar su gusto por la pintura y el dibujo con la arquitectura, que tiene reflejo en sus obras arquitectónicas donde funcionalidad, gusto por los espacios y armonía visual se mezclan para dar sensación de un lugar que no está fuera de sitio, sino todo lo contrario, que es parte del entorno.

EL RETRATO Y SUS TÉCNICAS.
Rafael Arvilla realizó más de seiscientos retratos al óleo, que estamos en proceso de añadir, además de haber concurrido igualmente en innumerables certámenes de dibujo y pintura desde 1956, año en el que gana el primer premio para carteles de Semana Santa en Cartagena,(Murcia). Llegó a fundar su propia galería de arte, y entre sus exposiciones caben destacar las realizadas en la galería Zurbarán en Madrid, en la sala de exposiciones de Club de Golf de la Moraleja también en Madrid, en la Casa de la Cultura de Fuengirola (Málaga), y por supuesto en Marbella en varias exposiciones. Utilizaba el óleo con la espátula con absoluto dominio y con motivos centrados en retratos, paisajes y bodegones, compaginando tanto la pintura acrílica como el óleo o bien una técnica mixta. /En la imagen, la mujer de Manuel Lores, técnica de óleo y espátula.

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