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El Carromato nace en el año 2000 bajo la dirección de Pascual Varo. Su trabajo va enfocado a espectáculos de Teatro de Calle entre los que destacan “Volando en Aeroplano”, “El Carromágiko”, “Paseando Ícaros” y “Bufonadas” con los que ha pisado festivales y circuitos importantes como el Festival Internacional de Teatro i Animació “Al-Carrer” de Viladecans (Barcelona), Festival Iberoamericano de Teatro (FIT) de Cádiz, Feria de Teatro de Calle “Lateatral” de Espartinas, Circuito Andaluz de Teatro, I Muestra de Teatro Andaluz de El Puerto, Festival de Teatro de Comedias de El Puerto, Festival de Teatro de Calle de Úbeda, III Muestra de Teatro y Artes de Calle de Aljaraque, Fiestas de San Pedro y San Pablo de Burgos, Circuito Provincial de Teatro de Almería y Cádiz, Fiestas de la Virgen Blanca (Vioria), Festas Antoninas de Vilanova de Famaliçao (Portugal), Jornadas Medievales de Cortegana… además de encargos para Ferias de Turismo Andaluz (Junta de Andalucía) participando en Bilbao, Barcelona y Valencia.
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Con la obra 'Carne al Toro'.

El teatro es uno de los más expresivos y útiles instrumentos para la edificación de un país, y el barómetro que marca la grandeza o su descenso. Un teatro sensible y bien orientado puede cambiar en pocos años la sensibilidad del pueblo. Con estas palabras justificaba Federico García Lorca su entrega generosa como director de La Barraca, y su empeño en llevar el teatro a la calle, a las mismas casapuertas de los pueblos perdidos de nuestra geografía andaluza. Hoy en día, que somos testigos mudos de la supervaloración de la calidad de cualquier propuesta escénica ante el concepto teórico en que se circunscribe una obra, son dignas de admiración las compañías que se dedican a patearse la calle baldosa a baldosa con el único de fin de acercar al público familiar la verdadera esencia del teatro. El teatro de calle todavía es considerado por algunas mentes preclaras un subproducto, en cambio, el público está cada día más necesitado de estas nuevas formas de comunicación que se alejan de lo que es el teatro a la italiana. En El Puerto nos podemos sentir orgullosos de contar entre nuestros convecinos con un verdadero entusiasta de esta ancestral forma de llevar la cultura a la calle. Pascual Varo, alma máter de la compañía portuense El Carromato, está consiguiendo cruzar el Rubicón local, y con la sabiduría y la paciencia que le caracteriza ha logrado meter la cabeza en circuitos tradicionales de teatro de calle que hasta hace bien poco eran impensables para una compañía de El Puerto.

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Bufonadas, por las calles de Bilbao.

Además de creador de la compañía, es autor de varias obras de teatro infantil y de guiones para teatro de calle, que junto con su docencia en la Escuela de Formación Teatral de la Universidad de Cádiz, aglutina su magisterio permanentemente en el taller de Teatro  que mantiene en nuestra ciudad, del que se nutre de nuevos actores para los distintos espectáculos. La Máquina de Otto, Volando en Aeroplano o Las hazañas del Caballero de la Mancha, son algunas de las producciones con las que ha paseado su Carromato por el resto del país con notable éxito. Este Carromágiko nacido con el siglo, está en estos momentos enfrascado con el montaje de su última creación, un espectáculo de títeres llevado a cabo con la técnica del guante y la varilla de gomaespuma titulado El Teatrillo de Panero, en donde comparten escenario Mesié Guiñol, la Tía Norica y Don Cristóbal, pionero de la saga de los cristobitas. Sin pecar de pretenciosos, es probable que en alguna ocasión nos encontremos ante una ópera de Rossini convertida en un espectáculo insufrible, y que nos sobrecojamos ante una sublime representación de títeres. El esfuerzo siempre obtiene recompensa, y en este caso está más que justificada. Amanece sobre El Puerto y que salga el Sol por donde quiera. /Texto: Manolo Morillo.

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 José Antonio Gutiérrez Áspera, ‘el Lúgano’ nació el 11 de enero de 1957. Estudió en el colegio en La Salle y terminó su formación reglada en el Instituto Santo Domingo en 1974. El año de su nacimiento lo es también de otros porteños que, aunque nacidos en otros lugares se afincaron aquí:  en Sevilla, el gestor turístico Enrique Fernández de Bobadilla y Lassaletta. En Italia, en San Gregorio Magno,  Franco Policastro. En Huelva, el geógrafo municipal José Luis Martín Ruiz y el naturópata y kinesiólogo,  Juan Sánchez Requena. También nacerían ese año  el pintor Angel Lara Barea, hijo del también pintor Juan Lara;  el escultor Pablo Tejada, hijo del poeta José Luis Tejada; Manolo Morillo, actor. Juan Franco del Valle, maestro coctelero. Pepe Ordóñez, filósofo. Muere Luisa Butrón, ‘Luisa la del Puerto’ y Norberto Sordo de la Borbolla, uno de los propietarios de la taberna ‘La Burra’, por otro nombre ‘La Andaluza’.

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'El Lúgano', segundo por la izquierda, en el Bar Santa María, en los setenta. /Foto: Cuellar. Colección José Antonio Zambrano.

‘El Lúgano’ es primo de Chiqui Fly (Francisco Áspera Jiménez), con quien formaría el grupo Chiqui Fly Travel Nirvana (ver nótula núm. 677 en GdP), y juntos empezaron su aventura musical. Era tan buen batería como lo es hoy buena gente. Los dos solos actuaron en el Gran Teatro Falla de Cádiz, siendo su primera actuación en público. También en San Luis Gonzaga, donde hoy se encuentra el Auditorio Municipal.

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Actuando con la batería en el Gran Teatro Falla. /Foto: J.A.Zambrano.

Después vendría la actuación en el Festival ‘Luna Llena' en Jerez, a principio de los ochenta y en la vecina población de Puerto Real, donde su amigo José Antonio Zambrano ‘Abraham’ estuvo en la mesa de mezclas. Luego se uniría el desaparecido Ramoni y actuaron en El Bosque --su hijo, hoy toca en el grupo ‘Los Lavaviejos’ ‘El Lúgano’ tuvo diferencias con su primo y se marchó, ocupando su puesto un alemán que recaló por El Puerto y que Chiqui recogió y se lo llevó a vivir al cuarto de ensayo y al que mantenía. Mas tarde se unió ‘el Labiosqui’, --ya desaparecido-- con la flauta. Tocaba en la Agrupación Musical Portuense con el Maestro Dueñas. Mas tarde se unió Michael, hijo de un norteamericano de la Base de Rota y amigo de Alberto Boutellier Muñoz. Aquello marcó el final del grupo con una paupérrima actuación en La Chocita donde terminaron solos con el consiguiente enfado de Chiqui Fly.

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En el local de ensayo donde practicaba junto a su primo Chiqui Fly. /Foto: J.A.Zambrano.

La madre de ‘el Lúgano’ tenía un puesto de flores en La Placilla, frente a la Casa de los Leones, que mas tarde atendería nuestro protagonista. Por la tarde trabajaba en el campo que su padre tenía en la Hijuela de el Tío Prieto, de donde se surtía de flores que luego pondrían a la venta.

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El Lúgano, a la derecha, junto a un puesto de artesanía en Las Alpujarras.

Separado y con dos hijos --uno de ellos tiene un puesto de artesanía en el Parque Caldrón--, hace tiempo que consideró que en El Puerto no estaba el ambiente hippie en el que le apetecía desenvolverse y decidió marcharse a Las Alpujarras (Granada) donde vive en un entorno más cómodo para él, haciendo artesanía en cuero: carteras, pulseras, y oficiando como ‘ministro’ en bodas hippies donde se ha convertido en toda una institución. Allí funciona el intercambio de bienes y servicios, la comunidad, y ‘el Lúgano’ respira el aire que no encontraba en El Puerto, a donde regresa una vez al año a arreglar papeles.

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Disfrutando de unas vistas espectaculares en Las Alpujarras.

Su primo, Chiqui Fly, que nunca ha abandonado la música, está preparando una actuación para este verano en El Puerto --ya actuó en el off festival del pasado Monkey Week 2012-- en el antiguo Kalamón de Vistahermosa y desea y espera que se le pueda unir ‘el Lúgano’ cuando se recupere de una pequeña afección sufrida en un pie. ¿Chiqui Fly Travel Nirvana cabalga de nuevo? Mientras, nuestro protagonista sigue los pasos del mundo a través de  un cibercafé.

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pepemendoza_ecosdevecindad_puertosantamariaDe la presentación del libro 'Ecos de Vecindad'. 

Sepan que quien nos presenta su  libro  es un impostor. Sí, un impostor. Con i de im y p de postor. Y sepan que su verdadero nombre es José Francisco González Mendoza, vecino de esta vecindad. Un auténtico peligro con patas que ha perpetrado cienes y cienes de artículos en el Diario de Cádiz, estando por ello buscado y rebuscado por las autoridades. Quienes le acompañan en la mesa, los también falsos doctores Fernando Santiago (prologuista y ex presidente de la Asociación de la Prensa) y Eduardo Albaladejo (editor de El Boletín), habrán de ser considerados cooperadores necesarios.

La ficha policial de José Francisco González Mendoza, alias Pepe Mendoza, no tiene desperdicio. Nació en El Puerto, en una calle peligrosa, la calle Curva, junto a la plaza de la Cárcel, como no podía ser de otra forma. Su infancia transcurrió en la calle San Sebastián, en una Casa Vieja en la que hoy no se le permite la entrada, y después en la barriada Maestro Dueñas, conocida en los ambientes policiales desde su llegada como el Distrito 21. Estudió primero en la SAFA y luego en San Luis Gonzaga, donde consiguió que le aprobaran todas las asignaturas gracias a su habilidad para la persuasión a través de la escritura, sin duda su arma más peligrosa. Un solo párrafo suyo en un examen era capaz de tumbar al profesor más inflexible. Y con medio folio encandilaba a diario al director.

ecosdevecindad_puertosantamariaSu carrera criminal continuaría luego en el Ejército español, donde prestó servicio militar y aprendió el manejo de otro tipo de armas, desde la navaja suiza hasta el mortero de cal. Aquello fue en Palma de Mallorca, en 1984, el año del 12-1 a Malta, un resultado corto para la España de hoy. La inteligencia militar le encargó la peligrosa misión de infiltrarse en un equipo de fútbol de Tercera División, el Andratx, en cuyas cuevas clandestinas conoció a otros futbolistas espías como Sabido o Zuviría. Fue allí donde comenzó a gestarse la leyenda de su 'zurda de oro', de potente trallazo que sorprendía a los guardametas incautos. Y es que con lo que mejor se maneja este enemigo público número uno es con la izquierda.

 Con la poli pisándole los talones en las islas, a su regreso de la mili (continúa la ficha policial) decidió hacerse hombre de leyes, como llaman los chinos a don Juan Carlos y doña Sofía. Por eso estudió graduado social y se infiltró en la Administración como interino. Luego hizo la carrera de Derecho, lógicamente por la UNED, a distancia, para no ser descubierto.

Licenciado en Derecho parecía que iba a emprender el camino recto pero volvió a las andadas (la cabra tira al monte) y se hizo funcionario, esa peligrosa plaga y rama del hampa que el Gobierno está tratando de erradicar. Trabaja actualmente en la Delegación Territorial de Economía e Innovación, Ciencia y Empleo, que es como se conoce oficialmente a lo que comúnmente es, para los portuenses, el sindicato.

Entre sus aficiones secretas se ha podido comprobar la tendencia a seguir practicando el fútbol en una especie de secta satánica compuesta por algunos falsos profesores doctores que se reúnen a modo de aquelarres los sábados por la mañana en el patio de un colegio de El Puerto, ocultos a la vista del público. Allí sigue pegando patadas a diestro (y sobre todo a siniestro) como forma de liberar sus bajos instintos.

Forma parte, igualmente, de otra secta, en este caso venenosa, llamada Atlético de Aviación o, según la gente moderna, Atlético de Madrid, que también da refugio a uno de los presentes en la mesa, el doctor impostor Santiago. Ambos rinden culto al dios Gárate y a los apóstoles Ayala, Futre y Adelardo. Ya no quieren saber nada del ángel caído Radamel Falcao.

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Pepe Mendoza y Rafael Navas, director de Diario de Cádiz, presentador del primero y autor de estas líneas.

Pero como decía al principio, la actividad que no ha dejado de practicar, y que es la que nos trae hoy aquí, es la de la escritura, eso que se hace con los dedos y se publica en esas cosas llamadas periódicos. Por su condición de quintacolumnista es hoy uno de los criminales más buscados del planeta, hasta el punto de que comparte piso piloto con Salman Rushdie en algún punto ignoto del planeta. Al parecer, según la brigada de información, pretende publicar un libro que reúne sus artículos en un rotativo provincial, con la colaboración de un editor, peligroso, proscrito y tigretón.

… … ...

Soy un amigo de Pepe Mendoza que se ha colado, por la misma cara, en este acto atraído en gran parte por el señuelo del croqueteo posterior. Un proyecto inacabado de periodista que desearía con contar algún día con el don que posee Pepe para escribir y llegar a lo más profundo de las personas. Un admirador, un esclavo, un amigo, un siervo. Lo que viene llamándose un “mendocista” de toda la vida. Bueno, realmente desde que lo conocí pegándole patadas a un balón (sí, yo soy aquel guardameta incauto al que goleó de forma inmisericorde como a un maltés o un haitiano) y más tarde como articulista de la mano de Francis Gallardo y de su hermano Ángel, el escritor y poeta cercano, al que le gustan las fiestas con canciones, las pequeñas posesiones y que investiga las huellas de elefante en la tarrina de mantequilla.

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De izquierda a derecha, Ángel Mendoza, Manolo Morillo, Pepe Mendoza y José María Morillo. Dos colleras de colaboradores de Diario de Cádiz, dos pares de hermanos 'Porque en El Puerto y en Arcos, los escritores se dan por colleras'

Y hasta hoy. No he logrado convencerle de que deje de ser del Atleti ni de que vuelva a dar el salto a las páginas provinciales del Diario, lo que sería dar una satisfacción a muchos más miles de lectores. Hoy, después de la presentación que estoy haciendo de él, pierdo la poca esperanza que me quedaba.

Sus “Ecos de vecindad” son un ejemplo de cómo contar, a través de las vivencias personales y desde un universo tan particular como el de El Puerto, historias que interesan a todas las personas, vivan donde vivan, tengan la edad que tengan. Sus recuerdos de la infancia marcan muchos de sus artículos pero eso no quiere decir que cualquier tiempo pasado fuese mejor pues, como dicen Les Luthiers, cualquier tiempo pasado fue anterior.

Estamos ante una persona que friega platos y rinde culto al Scotch Britte satisfaciendo así sus más bajas pasiones. Una persona que ejerce un gran compromiso social, ese que no tiene necesidad de folclore y pandereta, sino que es ejemplo callado, anónimo. Que se emociona con facilidad y transmite esa emoción a los demás con sencillez, que es el secreto de todo maestro. Sus columnas, sus medios folios, atraen a los lectores como un imán (califato independiente) y afortunadamente cada vez hay más “mendocistas” en el mundo. Ya quisieran Julio Camba o su admirado Manuel Alcántara contar con un club de fans como el suyo. Hoy, El Ratón, El Papi, el otorrino Casimiro, Severo el del carrillo homónimo, Tonino, los seres que pululaban y pululan por los mundos de La Burra o los Pepes, o Ángela Mekel, Mayor Oreja, Neil Armstrong, Rafaela Carra o Albert Camus, entre muchos otros personajes, están aquí para acompañarle. Y, por supuesto, su querido sobrino Alejandro, su superhéroe favorito.

Porque ellos y muchos otros son los protagonistas en “Ecos de vecindad” de 101 historias, como los famosos dálmatas, puestas en negro sobre blanco durante muchos años.

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Firmando ejemplares de su obra ante un público entregado.

El sentido del humor, los juegos de palabras, la fina ironía, el sentido común y el mensaje positivo son las herramientas con las que Pepe Mendoza esculpe cada una de sus obras bajo el epígrafe de “Palabras menores” o “El Alambique”. Ha tenido la suerte de contar con un buen amigo común para el prólogo de su libro, Fernando Santiago, colega periodista, dotado, como él, de esas mismas cualidades y, además, del mismo sentimiento atlético que los convierte en almas gemelas. Pereira y Leivinha juntos en sus mejores tiempos. Es una suerte también que Diario de Cádiz pueda contar con ellos en su nómina de articulistas. Fernando presume de ser un sieso y un antipático, así que como es bien cierto el refrán de “dime de qué presumes y te diré de qué careces”, les aseguro que no es así. Detrás de esa imagen hay una persona comprometida, con un sentido del humor ácido y que ejerce la crítica con valentía, algo tan necesario en estos tiempos. En el lado negativo hay que anotarle que no prueba el vino fino ni la cruzcampo, lo que lo convierte en un eterno sospechoso habitual.

elboletin_logo_puertosantamariaY como Pepe Mendoza no es alguien que deje indiferente a nadie, un avezado y valiente editor de El Puerto, también colega, ha escuchado esos “Ecos de vecindad” y les ha dado forma de libro. Eduardo Albaladejo, un quijote que lucha contra los molinos digitales, sigue creyendo en el papel y en que leer un libro es un placer que no debe perderse. Ahora vuelve a dar en la diana y su editorial “Ediciones El Boletín” se apunta otro gran tanto, como aquel gol de Rubén Cano a Yugoslavia. Enhorabuena y gracias, Eduardo, por tu compromiso con la cultura. Te aseguro que si el libro no se agota, al menos con estas palabras se agotarán los presentes.

Pepe, muchas gracias y enhorabuena por este libro escrito con pasión desde El Puerto para España y la Humanidad. Que sigas cultivando por muchos años el columnismo y que nosotros lo veamos. Y, sobre todo, hazme el favor de ser feliz. /Texto: Rafael Navas Renedo.

Enlace al Blog de Pepe Mendoza, donde se pueden leer sus palabras durante el acto.

Enlace a la web 11500elpuerto.com, donde se puede visionar el acto celebrado en la no extinta Fundación Rafael Alberti.

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 Sebastián Villanueva Macías, nació el 10 de abril de 1973. Y desde ese día, le ha gustado ir contracorriente. Nació en Ubrique, pero es portuense. Nació para ser torero, como su tío Sebastián Macías ‘el Pato’, pero el capote y él, no se hicieron nunca amigos.  Y este afán por no estar de acuerdo con las cosas les trajo a sus padres más que un quebradero de cabeza. Josefa Macías quiso que su hijo naciera en su pueblo, Ubrique, aunque ella y su marido, José María Villanueva, ya llevaban algunos años viviendo en El Puerto. De donde siempre se han sentido ciudadanos.

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Con José María Villanueva, su padre. Con quien comparte un gran parecido físico.

TINTORERÍA MACÍAS.

Así, durante más de 30 años, regentaron la Tintorería Macías, ‘la que más lava y plancha al día’, como le gusta recordar a Sebastián. Junto a sus padres y su tres hermanos, estrenaron un piso en ‘los Empapelaos’. El 6º B de la calle Maestro Juan Pinto.  Desde donde se asomaba al balcón y veía a su madre perderse entre los pinos camino del Eco. «--Aquello era toda una aventura. Había que atravesar todo el pinar hasta llegar al supermercado y volver cargada de bolsas. Era como Juego de Tronos». La barriada y sus alrededores crecieron a la vez que él. El Video Club Star, Isa Flor, Bar Guadebro, Papelería Oxford, Tejidos Laura, Falcón Radio….y la propia Tintorería Macías. «--A mí me parecía que cada vez que volvía del colegio, habían abierto algo nuevo. Igualito que ahora, vamos!».

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Pepa Macías, su madre. La abuela de una gran familia que se une todo los veranos. 

Sebastián estudió EGB en el Colegio Público José Luis Poullet, y ya allí se perfiló como un buen estudiante aunque muy mal alumno. «--Volvía loco a mis profesores. No les pasaba una. Me permitía a veces hasta la desfachatez de corregirles en la pizarra. Así que no había un medio día que no tuviese que escribir 1000 veces mientras comía ‘No voy a hablar mas en clase’. Y es que por aquel entonces yo salía del colegio a las 12:30 y entraba otra vez a las 15:00».

PSICOLOGÍA.

Fue entonces, sería 1981, cuando vio por primera vez una de sus películas favoritas: Gente Corriente, dirigida por Robert Redford y en la que un jovencísimo Timothy Hutton acude a un psicoterapeuta para enfrentarse a la culpa, que le produce la muerte de su hermano.  Y recuerda cómo mirando la pantalla, sorprendido de la forma de trabajar de ese terapeuta, pensó «--Yo quiero hacer eso. Justo eso. Yo quiero ser Psicoterapeuta». Y no paró hasta conseguirlo.

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Desde que asistiera al parto de su perro, Lucas, no se ha separado de él. 

Ya en el patio del Instituto Santo Domingo, se convirtió en el confidente de secretos y problemas de muchos y muchas de sus compañeros; le gustaba escuchar, aconsejar, mediar y ayudar. Y ese afán por ayudar poco a poco fue creciendo. Así, sólo le hizo falta volver de sus cinco años en Sevilla, donde estudió Psicología, para empezar su aventura en esta profesión.

 PROYECTO HOMBRE Y COLEGADES.

A sus primeros pacientes los atendió en su dormitorio, en casa de sus padres, que ya no vivían en ‘Los Empapelaos’, sino en la Calle Estoque --qué metafórico--, en el número 14, una casa aladrillada que muchos conocían como la Casa del Pato --qué metafórico--.  Además de en su consulta, ha crecido profesionalmente en Proyecto Hombre Jerez, donde empezó como voluntario y terminó como Responsable del Proyecto Joven. O Colegade, el Colectivo de Gays, Lesbianas, Bisexuales y Transexuales de Cádiz, donde también empezó como voluntario, y acabó siendo Presidente.

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Nunca le han faltado amigos y amigas con quienes celebrar...hasta las penas.

SUVIPUERTO.

Y durante diez años consecutivos ha sido Bastián ‘el de las casas’. Y es que desde 2003 hasta febrero de este año, ha sido la cara que muchas familias de nuestra ciudad le han puesto a Suvipuerto. Sebastián se ha encargado del Departamento Social de esta empresa, y más tarde del Registro Municipal de Demandantes de Vivienda. Y diez años le han dado para muchas anécdotas que recuerda siempre con cariño, porque según sus propias palabras «--De estos diez años en Suvipuerto sólo me quedo con cosas muy bonitas y con muchos amigos y amigas a los que adoro».

ANECDOTARIO.

Recuerda momentos muy divertidos, como cuando al preguntarle a una vecina por la operación a la que había sido sometido su hijo, ésta le dijo: «--Está todo perfecto. Gracias a Dios no le han quedao ‘reliquias’ (por ‘secuelas’)». O como algunos usuarios han entrado en la oficina de la calle Sol, donde trabajaba y han preguntado: «--Hola, buenos días. Tengo una cita con San Sebastián». Ahora le resulta imposible quitarse de la cabeza una frase que ha venido oyendo durante estos diez largos años: «--Bastián, ¡¡¡dame una casa!!! Que van a volver las aguas y todavía viastá yo en la calle, ¡¡¡Bastián!!!»

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Tras esta tapia, en Brillo de Sol (Guatemala) se encontraba su futuro.

EN GUATEMALA.

Nunca ha dejado de formarse y de aprender. Terapeuta Gestalt, Máster en Psicología Infantil, Experto en Psicodrama, son algunos de sus títulos. Su carrera profesional acaba de dar un giro de 180 grados, y es que después de dejar Suvipuerto, en marzo de este año, ha vivido una de las experiencias más significativas de su vida, un viaje a Guatemala para colaborar como voluntario en un proyecto de Educación Infantil. «--Ahora – afirma el propio Sebastián – toda mi energía está dirigida a volverme a Guatemala y seguir colaborando en ese proyecto tan bonito y del que tanto he aprendido».

nopuedoconmihijo_puertosantamariaNO PUEDO CON MI HIJO.

Pero eso será después del verano. Durante estos meses podéis cruzaros con él todas las mañanas atravesando la pasarela del Parque Calderón con su perro Lucas a primera hora de la mañana, o en la Sala de la Juventud, donde todos los martes por la tarde asesora a un grupo de padres y madres con adolescentes conflictivos, en un proyecto organizado por la Concejalía de Juventud y Deporte llamado ‘No puedo con mi hij@’. O en su propia consulta, en la Calle Javier de Burgos, donde reside desde 2006, cuando rehabilitó su vivienda.

Este portuense nacido en Ubrique, no quiso ser torero, pero no porque tuviese miedo del toro. Nada de eso. Es que la plaza, se le quedaba chica.

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juan_gitanocanastero_puertosantamariaUn sábado más por la mañana paseo por Luna, calle principal de El Puerto, sin rumbo fijo. Me detengo en aquello en lo que habitualmente no reparo por falta de tiempo o porque la curiosidad no me retiene. Escaparates por los que paso fugazmente. El lotero de la esquina al que nunca compro. El vagabundo, que le arranca aullidos desgarradores a una guitarra desafinada, que te llama la atención el primer día y después pasas por su lado como si no existiera.

Me detengo ante una amplia exposición de canastos de junco y miniaturas, realizadas con primor con restos de cables de colores. Son sin duda auténticas obras de arte, de una artesanía casi desaparecida. Están esparcidas por el suelo y custodiadas por un gitano canastero sentado sobre un taburete. Raliza este paciente trabajo, desde hace más de diez años, en el mismo sitio y en la misma postura; como si formara parte del mobiliario urbano.

Después de observar durante unos minutos su quehacer y sin reparar casi en su físico, me dirijo a él:  --Hola amigos, ¿estos cacharros los hace usted?  --No, ¡nacen der zuelo! ¿No lostá usté viendo?, me espetó casi sin mirarme.

Sentí casi vergüenza al constatar que preguntaba por algo evidente e intenté arreglarlo con un: --Bueno, me refería a los de junco. --Pué también.

Compruebo que este diálogo no me lleva a ningún lugar. Sin embargo, hay algo en el personaje que me interesa y de un fútil intercambio de palabras, paso a formularle algunas preguntas que cambian su displicente actitud.  --Tu no eres de aquí, le inquirí. --No, soy de Ugíjar [Granada]. --¿Cuanto tiempo llevas en El Puerto? --Treinta años. --Yo me llamo Alberto ¿y tu? --Yo Juan. --Juan ¿y te gusta El Puerto? --Sí, pero me acuerdo mucho de mi pueblo. Allí, con un poco de agua, un cacho pan y otro cacho de tocino, desde veta ¿sabe usté? estás comío pa to er día. --¿Cuantos hijos tienes, Juan? --Nueve, y treinta y dos nietos: Mira, aquí tienes uno. Y me me presenta a un joven bien aseado que se encuentra a su lado. --Y ehte es mi hermano, que me lo he traío la semana pasá.

Juan abandona su hosca actitud inicial y nuestra conversación se alarga durante media hora en la que hablamos de lo divino y de lo humano. Habla y sonríe. Le brillan los ojos de forma especial. Es una persona distinta a la del inicio de nuestra conversación. Se ha transfigurado al hablarme de su fe y felicidad, a pesar de la caterva familiar y más que probables dificultades para alimentarla. Tiene sensatas críticas para los políticos. A los científicos les acusa de intentar explicar, a través de los ojos físicos, lo que solo se puede ver con los ojos del espíritu.

Siempre hay quien preconiza que la religión es el opio del pueblo, alentado por una Iglesia obsoleta. Otros, desde el poder, recurren al fútbol y los toros como formas mágicas de supervivencia, de espaldas a la realidad, aunque la amnesia termine los lunes.

Juan es un hombre de fe profunda, casi fundamentalista. Es feliz y vive dichoso. Bienaventurado y satisfecho con su cacho de pan, su cacho tocino y su trago de agua de Ugíjar. Por eso ví agigantarse su figura mientras la mía se empequeñecía a su vera. --Alberto, ve con Dios, hermano, me dijo… /Texto y foto: Alberto Boutellier Caparrós.

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“Negro, negro, negro, como aquel cantaor de viejos romances del Puerto al que El Negro llamaban, y completamente vestido de blanco, de primera comunión. A la verita de la mar, dos canastos de papas fritas al brazo y un pregón, qué jaleo junto a los toritos de las olas que derrotan en tablas de la arena. Una gorra blanca. Una blanca guayabera. Playa de Vistahermosa,...” Así comenzaba su artículo de ‘El Recuadro’ el maestro Antonio Burgos el pasado miércoles en la prensa regional, bajo el título ‘Las Papas del Papi’. Y claro, una necrológica tan bonita, escrita, además por Burgos, no hizo sino dar carta de naturaleza al bulo que se ha venido corriendo desde hace 45 días en el que se afirma que el famoso vendedor de papas fritas había pasado a mejor vida.  Hace un mes y medio, el treinta de marzo, publicábamos en la web Gente del Puerto un extracto del libro de Antonio Núñez ‘La Estrategia del Pingüino’ (influir con mensajes que se contagian de persona en persona) en el que, su autor, ponía de ejemplo a nuestro popular Rafael Pérez Sánchez, alias ‘el Papi’, como hombre de marketing: “En la playa había un segundo sistema de comunicación que superaba en eficacia, credibilidad y confianza a la megafonía. Se trataba del pregón playero —a voz en grito— del “Papi”, cuyo timbre podía distinguirse entre la algarabía retozona de la playa. No creo que el Papi ganara mucho, pero es cierto que su capacidad de comunicación personal y empatía con los clientes eran excepcionales. Además de pregonar sin descanso su mercancía, el Papi proporcionaba decenas de consejos útiles al día y opinaba sobre temas relacionados con su especialidad, la playa y el verano. El Papi además comunicaba de manera constante e incesante. Saludaba a todo el mundo mirando siempre a los ojos del veraneante con sus ojos achicharrados. Y recordaba y se interesaba por cada uno de los achaques de los ancianos o hipocondríacos del lugar, que no eran pocos ya que en Cádiz la enfermedad es una profesión. El Papi carecía del presupuesto de comunicación y de la fuerza intrusiva y la cobertura del sistema de megafonía del ayuntamiento, pero lograba superarlo con su estrategia de comunicación, de generar confianza, de individuo en individuo”. El supuesto óbito de nuestro protagonista vino fue  a raíz del artículo en Gente del Puerto, escrito en pasado, pues su autor recordaba sus vivencias de hace mas de 30 años. Y hubo quien no supo entender que no se había preteritado físicamente a nuestro Papi, sino que se le recordaba como ejemplo de comunicador. Y de ahí al bulo, que hemos desmentido hasta la saciedad y que hoy desmentimos, rotundamente. Rafael vive, está pasando una temporada con su familia en Málaga y está deseando volver a El Puerto, donde estuvo el pasado fin de semana en visita relámpago. ¡Que alegría de verano, y del afecto que te profesan, Papi!. /Texto: José María Morillo.

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El Hidria Segundo quiere volver a casa. Lleva ya tres años fuera del puerto de O Grove (Galicia) y, según explica uno de sus propietarios, Jacobo Costas Otero, «xa temos morriña». Actualmente están en El Puerto de Santa María, en Puerto Sherry, en la zona de yates de grandes esloras, donde han decidido poner en marcha una campaña a través de Internet que les permita recaudar los fondos suficientes para volver a casa. Ese es su primero objetivo, pero no el único. Los dueños de este emblemático barco tienen en mente un sinfín de proyectos para que el Hidria vuelva a funcionar y sea patrimonio de todos.

BUSCAN FINANCIACIÓN.
Encontrar el dinero preciso para volver a casa es el primero objetivo de Jacobo y de su mujer, María José Otero Castro. Según explican en Facebook precisan sobre unos seis mil euros para poder llenar los depósitos, poner la embarcación a punto y pagar a los tripulantes. Para lograr esta cantidad, han decidido recurrir a un novedoso sistema que ofrece Internet. Se trata de una web en la que se presentan los proyectos. Primero precisan conseguir un centenar de votos para sacarlo adelante. Después en esta misma web la gente puede hacer donativos y colaborar de la forma que lo desee. El que ayude debe saber que, a cambio, podrá utilizar y disfrutar de ese museo que es el Hidria.

VISITAS Y EXPOSICIONES.
Según figura en la web, www.lanzanos.com, el que colabore con el regreso del Hidria a Galicia podrá conseguir a cambio visitas o permiso para organizar una exposición en el interior del barco. Por ejemplo, el que done diez euros recibirá diez visitas individuales a la sala de máquinas y a una colectiva. El que done veinte podrá pernoctar una noche y cenar con los armadores. Cuarenta euros permiten pasar un día en pensión completa en este vapor. Y por aportaciones de entre cien y quinientos euros se pueden presentar proyectos y organizar exposiciones en el interior del barco. Todo un lujo. (Texto: M. Alfonso).

LA HISTORIA.
El vapor Hidria Segundo se rescató de un desguace en el año 1997 para convertirlo en un buque museo y buque de pasajeros. La restauración nos llevó 9 años y tuvimos que cambiar nuestras vidas vendiendo todo lo que teníamos. No nos arrepentimos, lo conseguimos. Pero ahora necesitamos el apoyo de todos vosotros para poder volver a la tierra a donde pertenece, a Galicia.

Sesé Castro Otero, una de los armadores del Hidria Segundo.

LOS ARMADORES.
Jacobo Costas Otero y yo somos los armadores del vapor Hidria Segundo. Es el único barco de vapor que todavía funciona en España. Lo recuperamos de un desguace en Vigo y tardamos 9 años en conseguir que se convirtiese en un buque museo y en buque de pasajeros. Trabajamos en Galicia durante unos años y luego la mala suerte y la falta de apoyo de ningún tipo hacia este tipo de embarcaciones por parte de las instituciones hizo que acabásemos lejos de nuestra tierra y con pocas posibilidades de volver. Creemos que el "Patrimonio Marítimo" debe estar donde le pertenece, en donde nació o trabajó. En España todavía no tenemos una ley que ordene y proteja el Patrimonio Maritimo a flote, por eso el intentar hacer rentable su explotación como museo o atracción turística teniendo en cuenta los gastos que ocasiona la varada y mantenimiento de estas embarcaciones antiguas lo hace imposible. Nosotros seguimos luchando y esperando que un día nuestros gobernantes se den cuenta de que facilitando la supervivencia de estas embarcaciones ganamos todos. Hemos decidido por lo tanto volver a Galicia y si puede ser a Vigo, puerto en el que nació y desarrolló su trabajo como aljibe, suministrando agua de manantial a mercantes y trasatlánticos a vapor hasta principios de los años 90. Una vez volvamos formaremos una Asociación que gestione los gastos mínimos de mantenimiento del barco y actividades acordes a un buque museo a vapor. Esperamos que compartiendo el uso y gastos de mantenimiento del barco entre muchos apasionados de la cultura marítima podamos llevar adelante este sueño. ¡ Hagamos que nuestro sueño sea el sueño de muchos ! Muchas gracias. (Texto: María José Otero Castro).

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La asociación ecologista Guadalete, precursora de Ecologistas en Acción en Cádiz, cumple tres décadas de activismo contra los desmanes medioambientales.

En la imagen, una marcha en la Plaza de Isaac Peral, intentando evitar la tala de las araucarias y la pérdida de masa forestal en la misma, algo que no se pudo conseguir. Hablamos del mandato municipal 1991-1995. /Foto: Fito Carreto.

Dicen que en estos años, desde 1983, no han perdido ni un ápice de ilusión y han ganado en experiencia y en conocimiento. También en credibilidad y comprensión social: hace tiempo ya que dejaron de responder a la pregunta de “qué es eso de ser ecologista”.

Koldo Chamorro fue sin duda uno de los más importantes fotógrafos españoles. Desde mediados de los noventa pasó grandes temporadas en El Puerto, donde desarrolló proyectos fotográficos e inquietudes creativas
(publicado en Diario de Cádiz el 13 de enero 2013)

Depredador de instantes, ya para siempre es tuya.
Fragmentos, Ángel González

Koldo Chamorro de Aranzadi. Era Diplomado en Marketing por CESEM y Economía empresarial por la Universidad de Navarra que comenzó a sacar fotografías de manera autodidacta en 1965. / Foto: José Antonio Tejero

Para escribir este texto tengo que hundir mi mano en la memoria y remontarme por andurriales autobiográficos, pues la figura de Koldo Chamorro (Vitoria 1949 - Pamplona 2009) así lo exige. No se puede escribir ni una letra en la historia de la fotografía española, y por extensión en la portuense, sin citar a este autor prolífico y genial, con el que compartí, además de su credo, la sombra de los árboles y un capote remendado a modo de jergón. Creador de una particular cosmovisión, Koldo Chamorro se manifestaba con determinación conceptual y estética en sus ensayos fotográficos, de los que destacan por su magnitud y extensión temporal: El Santo Cristo Ibérico, España Mágica o Los Sanfermines. Aunque hay que reconocer que su versatilidad traspasaba las fronteras de los géneros y encaraba con habilidad cualquier proyecto, en epopeyas como las citadas es donde mejor fraguaba su universo fotográfico.

Trabajador del reñidero de pollos de la calle Santa Clara. 1987. Imagen perteneciente a España Mágica expuesta en el Circulo de Bellas Artes, 1989. /Foto: Koldo Chamorro.

Recorriendo la península de cabo a rabo cientos de veces desde mediados de los setenta, Koldo consiguió con sus imágenes un elaborado y minucioso ejercicio de exhumación social y antropológico de un país que se despellejaba de una larga autarquía para entrar en una inocente democracia. Su mirada, desligada de cualquier discurso oficial, la fijó con razón en elementos de gran solvencia identitaria; los ritos religiosos y los de paganía, la vida de los pueblos y sus tradiciones seculares (Fuentelencina, Iturgoyen…), la tauromaquia, los mitos, los símbolos (la cruz cristiana), el folklore, los oficios y todo lo que oliera a pura acción etnográfica.

Albañil en la reforma de la casa Larga 70, hoy apartamentos turísticos. 1998. Imagen publicada en el libro de Photobolsillo (nº5). /Foto: Koldo Chamorro.

Pedagogo de profundos e intelectuales designios. Generoso defensor de la disciplina fotográfica desde atriles comunes (a veces vilmente incomprendido), Koldo Chamorro conformó y a su vez enseñó sin tapujos un predicamento compuesto por las más sorprendentes y variables materias; el lenguaje corporal, la semiótica, la literatura, la física cuántica, la filosofía oriental o la métrica musical, suponían una fuente ilustrada donde acudir en caso de necesidad creativa o de trazar a hilo de plomada sus teorías, talleres o reportajes. Por supuesto citaba con glosa poética a los fotógrafos que más le habían influenciado o que destacaban por la formalidad plástica de sus trabajos; el húngaro Brassaï, el mexicano Manuel Álvarez Bravo, los franceses Henri Cartier-Bresson, Guy Bourdin y Jeanloup Sieff, los norteamericanos Ralph Gibson e Irving Penn, el japonés Nobuyoshi Araki o los españoles Fernando Herráez, Javier Vallhonrat y Manel Esclusa entre otros muchos autores. Empero, cargaba enérgicamente contra aquellos que hacían fotos de pólvora y chispazo, que toman el camino de las engañifas provistos de raudales de efectismo y sin embargo desprovistos del andamiaje de la verdadera función creadora; la única que molesta a Dios y al diablo a partes iguales.

Fiesta de fin de año de 2000 en El Puerto. Publicada en España Ayer y Hoy. /Foto: Koldo Chamorro.

Desde 1997, año que lo conocí y comenzamos una intensa amistad, Koldo pasó largas temporadas en El Puerto instalado en mi casa donde organizamos y llevamos a cabo innumerables encargos y colaboraciones con medios como El País, Matador y Goldberg Magazine, Obras Sociales y ONGs, editoriales y empresas culturales como Mestizo o La Fábrica. Esta zona geográfica siempre le interesó por su diversidad y riqueza cultural; el flamenco de Jerez, la influencia metafísica del Coto de Doñana en la población Sanluqueña, los personajes singulares de la sierra, la calidad de la luz capitalina o las pesquerías ancestrales eran motivos principales de sus fotografías.

En una exposición realizada en el Círculo de Bellas Artes de Madrid en 1989, que organizó el influyente comisario Alejandro Castellote, colgó un retrato de un trabajador del reñidero de pollos ubicado en la calle Santa Clara, obra fechada en 1987. Una década después en su libro de la colección Photobolsillo, dedicado individualmente a fotógrafos españoles, africanos o latinoamericanos, publica otra de un albañil bajando una escalera en la reforma de lo que hoy son los apartamentos turísticos ‘Larga 70’. Asimismo de las cinco fotografías seleccionadas para el libro España Ayer y Hoy (Escenarios, Costumbres y Protagonistas de un Siglo) una de ellas la tomó en El Puerto en la fiesta de fin de año de 2000, donde la figura de la mujer tiene una especial relevancia.

Imagen realizada en la Plaza de Toros de El Puerto en 1997, perteneciente al proyecto "El Kapote" /Foto: Koldo Chamorro.

Lo contaba su paisano Clemente Bernad en Nuestro fotógrafo decisivo, un fantástico artículo escrito con motivo de su prematura muerte, donde entre otras rotundas verdades dice que las fotografías de Koldo “no se agotan en una primera lectura, ni en una segunda, ni en una tercera… son pequeños laberintos donde cualquier camino es posible, donde reina la ambigüedad y el juego, donde todo son preguntas sin respuesta”. Se marchó cogiéndonos con el paso cambiado, y particularmente a mi preparando la publicación de su libro “El Kapote”. (Texto: José Antonio Tejero Lanzarote).

La Voz de la Bahía, el periódico local que se publicó durante un año entre 1965 y 1966,  recogía en su edición del 28 de diciembre de 1965 esta inocentada periodística, en un fotomontaje en el que afirmaba que habían aparecido «unos curiosos vestigios muy bien conservados y estos arqueológicos atribuidos al periodo romano» detrás del rompeolas del muelle. Las bromas de la prensa de entonces, cuando hoy la prensa no está para bromas. /Colección Manolo Morillo.

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