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| José García Girón.

EN EL HOMENAJE A
JOSÉ GARCÍA GIRÓN.

Cometistes el error
de marcharte jubilado
en tiempo de Navidad.
Y ha venido un inspector,
diciendo, muy enfadado,
que no has cumplido la edad,
y, lo que es mucho peor,
que tampoco has cotizado
ni siquiera la mitad
de lo que está legislado.

Después de gran discusión
y de una larga refriega,
se vió que el citado error
era del tal inspector
que, por equivocación
entendió García “Noriega”,
en vez de García Girón.

Así que ya está aclarado;
pero me queda la pena
de saber que en Nochebuena
te marchastes jubilado.
Y por muchas perrerías
que te hicieran los clientes,
porque fuiste buena gente,
buen amigo y servicial,
besucón y cordial,
compartiendo tu alegría,
en el Bar de la Herrería,
en su entorno y en su ambiente
estarás siempre presente
¡Noriega del alma mía!

31 Diciembre 1999

De la Draga a la Herrería pasando por la Herradura

| Francis Gómez Real

BAR ‘LA HERRERÍA’.

De 'puticlub' parece que ha tomado
hechuras esta casa laboriosa,
formal, trabajadora y obsequiosa,
donde  la plebe inmunda se ha colado.

De verdad que me siento desplazado
ante el cambio sufrido. Y es la cosa
que a esa gente vulgar y churretosa
es difícil tenerla a nuestro lado.

No diré sea el culpable Francisquito,
siendo un sol, un tesoro y un bendito
que aguanta tantos carros y carretas;

pero al orden llamar, creo que debiera
al necio ineducado y a la hortera,
y mandarlos, sin más, a hacer puñetas.

23 de julio de 2003.

Paco del Castillo.


6

El termómetro no sube de los 12º y son las 10 de la mañana de finales de enero. Las gaviotas residentes en la lonja de la margen izquierda del río, con probable esclerosis en sus arterias por el escaso batir de sus  alas en busca de alimentos, graznan constantemente con esos gritos lastimosos, que más bien parecen los quejidos aflamencados de una soleá  o de un  martinete. Paso por delante de La Taberna La Gaviota, habitualmente llena de clientes hasta la puerta, donde suele haber algún pescador que en  una cestilla expone a la venta un exiguo ranchillo de peces arrancados con eterna paciencia a la bahía. Hoy no hay nadie y me extraña.

Las mesas de La Gaviota, atiborradas con clientes jugando al dominó.

Vuelvo sobre mis pasos y entro en el bar. Confieso que es la primera vez que la visito en 36 años. Es un pequeño bar de no más de treinta metros cuadrados para clientes y unos veinte de trastienda. Cuatro mesas ocupadas por cuatro pescadores cada una, en dos se juega al dominó, en las otras a las cartas, donde se dirime quien será el pagano del café o simplemente la honrilla del vencedor. Enfrente un mostrador, y a su espalda varias docenas de trofeos adornan las estanterías que no sé si proceden de torneos de estas timbas o de otro tipo de concurso.

En la imagen, José Camacho.

LOS 80 AÑOS DE JOSÉ CAMACHO.
La única mesa sin jugadores está ocupada por un parroquiano que parece ajeno al resto de clientes. «--Buenos días, --le digo--, ¿Puedo sentarme?» «--Naturalmente que sí». Me presento, y le digo que me ha llamado la atención este santuario, refugio de viejos pescadores que apuran el último tramo de su vida entre fichas, cartas, chanzas y que les permite pasar el tiempo en el único reducto posible donde olvidar las penurias de sus indignas pensiones. «--Pues yo me llamo José Camacho. Tengo 82 años». José, está tocado con una gorra de visera de color piel de ratón, camiseta, camisa y chaqueta. Un aspecto sereno, saludable y hasta venerable.

El techo de la taberna, con cuatro ventiladores de aspa.

LA TABERNA POR DENTRO.
Mientras lo saludo paseo mi vista por el resto del local. Un remedo de artesonado mudéjar, huérfano de decoración, donde unas vigas negras son entrelazadas por listones a juego, lucen en su techo como único adorno; de él penden cuatro ventiladores de cuatro aspas, probablemente de los primitivos S&P de mediados del siglo XX, al contrario de sus paredes donde no queda un centímetro sin ocupar. Estas, en su parte superior, a las que están adosados unos arcos de medio punto, sirven de marco para unas pinturas  que representan un paisaje del río Guadalete y al fondo El Resbaladero; en el paramento de enfrente, otra pintura  con rederos en plena faena de reparación y un pesquero amarrado al muelle.

Pintura en la pared donde se ve una antigua representación del río Guadalete, sin los bloques de la Plaza de la Pescadería. Cuadros de especies marinas, relojes, platos, fotos antiguas completan la decoración del paramento.

Debajo, y sobre el techo de los urinarios, reposan desde tiempo lejano unas  enormes botellas de cinco litros de Veterano, Caballero y Anís  del Mono, cuyos golletes están tocados por una gorra de guardia urbano, con esas  cuadrículas de los librillos de papel de fumar Jean, una gorra de plato de algún marino de graduación, y un sombrero de paja que le dan un aire de museo; este marco se remata por la custodia que de ellos hacen sendas escafandras de buzo en un cobre obscurecido por el tiempo.

En primer término, los urinarios donde hasta hace poco estaban las botellas de cinco litros de diversos destilados. Al fondo, el fresco pintado en la pared, con el oficio de cordelero y redero y un salvavidas del 'San Telmo'.

CORDELERO.
José Camacho continúa contándome cómo empezó a trabajar a los catorce años y se jubiló con setenta; cincuenta y seis largos años trabajando en tierra, como cordelero, haciendo  malletas (ver nótula núm. 321 de GdP) para las redes; hoy ‘disfruta’ una pensión de 575 euros. Recuerda como no hace muchos años, en El Puerto amarraban ciento setenta barcos, dos docenas faenaban en ‘el moro’ y el resto pasaban hasta cuarenta días en la mar. Hoy apenas veinte, tratan de sobrevivir en las esquilmadas aguas que median entre Cádiz y Ayamonte, en la frontera con Portugal. «--José, y ¿qué piensa de las pateras?». «--Pues, en las fatiguitas que tienen que estar pasando esas criaturas pa venir a ahogarse aquí, yo no sé la forma de vivir que tienen por ahí, pero cuando vienen, es porque deben estar pasándolo mu mal».

Las paredes no dejan espacio para el vacío, en una especie de 'horror vacui' de un barroco marinero.

EL NAUFRAGIO DE VICENTE.
Al lado está Vicente, ochenta y un años, viudo, cuenta como se embarcó con dieciséis años y pasó más de  diez faenando en el Caribe. Muchas noches de mala mar. Náufrago en dos ocasiones. Cuando me va a contar qué se piensa mientras  se está en el agua a la espera de rescate, unas voces en la mesa colindante celebran alguna jugada que atrae más el interés de Vicente, y decido dejar para otro día oír de viva voz, qué pasa por la cabeza de un  náufrago mientras está en esa situación.

Patio de la casa de la Taberna, vista desde el interior a la calle.

TABERNA, PENSIÓN Y CASA DE TRATO.
Alguien me contó que la taberna tiene como tal, más de ochenta años de antigüedad. En un tiempo fue prostíbulo, dedicando la planta alta a pensión por horas, como mucho, una noche; abajo la taberna donde se alegraban las pajarillas los parroquianos, al amor del coñac y del anís propios de la época, sin desdeñar los ocasionales güisquis  y ginebras.

ENTRE ‘EL CHIGÜI’ Y ‘EL PRINGUE’.
Por cierto que, tomando café con mi amigo Salvador Cortés ‘el Chigüi’, --con nótula núm. 307 en GdP en la imagen de la izquierda-- me contó cómo, con posterioridad a la actividad de comercio carnal, allí se alojó su amigo y compañero de trabajo en VIPA (Vidrieras Palma), ‘El Pringue’, simpático personaje, y que debía este mote a su exagerada afición a los cocidos  con generosa ‘pringá’. En sus años mozos,  ‘El Pringue’, aficionado a la pesca, pedía a los pescadores de caña le permitieran acompañarles, aunque solo fuera ‘para darle sombra al botijo’ y mantener el agua fresquita. ‘El Pringue’  andaba siempre ofreciendo su ayuda a todo el mundo para agenciarse unas perrillas, hasta  que logró entrar en VIPA donde trabajó como palero y después en alguna otra función. Tras las duras jornadas de trabajo, los operarios solían ducharse, más en verano que en invierno. El agua que se utilizaba era fría y al remitir el verano, los más proclives a una higiene diaria, tuvieron que ingeniárselas para lograr agua caliente, y aquí surgió el talento de “El Chigüi”. El horno cuyas temperaturas alcanzaban los 1500º en su interior, irradiaban a una determinada altura setenta u ochenta, justo contra la pared a cuya espalda se hallaban  las duchas. Solo tuvo que elevar las tuberías a ese nivel, para disponer de un sistema de calefacción que permitió a todos disfrutar de gratificante placer. Aquí estaba “El Pringue”, quien no se sabe si por sus enormes atracones de pringá o por su genética, pese a su baja estatura, desarrolló unos enormes atributos sexuales y se jactaba ante sus compañeros desnudos de tales proporciones. No solo presumía de ello, sino que les amenazaba para que no se agacharan a coger el jabón porque corrían evidente riesgo.

El acceso a la casa de la Taberna de la Gaviota, no tiene puerta de la calle, accediéndose directamente al patio donde existe un taller de imprenta y viviendas.

EL MUELLE.
La taberna estaba atiborrada. Busqué como en anteriores ocasiones a Juan Diego, joven patrón que atesora “millones” de anécdotas, como él dice, de su vida en la mar, pero tampoco estaba. Me fui hacia la balaustrada del Guadalete, iniciando un paseo de unos cien metros que separan la taberna del muelle. Mientras camino observo cómo está bajando la marea y deja al desnudo los bloques de protección, que cubiertos con un musgo de verde intenso, son fuente de alimentación de bogas y cangrejos.

Vista del río Guadalete, desde el Edificio Vistalegre. (Foto: Vicente González Lechuga).

‘EL CACHORRO’.
Próximos al embarcadero y sentados en un banco, dos hombres mantienen una animada charla. Me siento al lado de ellos y después de saludarles me presento. Para mi suerte, uno de ellos  es un pescador jubilado: José Mª, 'el Cachorro' natural de Lepe,  78 años, barba de dos días, rala, con zonas menos pobladas que en otras; aprecio una piel escasa de arrugas y de tono sonrosado que desmentiría sus más de cuarenta y cinco años  como marinero; conserva gran parte de un cabello entrecano. Mirada franca en ojos gastados, uno de ellos un tanto enrojecido y tal vez producto de incipiente conjuntivitis, deja ver en su lagrimal una pequeña legaña.

Solo he tenido que preguntarle por la bolsa de pescado situada a sus pies, cuando me enseña su contenido; varios salmonetes de buen tamaño y unas pescadillas; de inmediato, una  catarata de información sobre la procedencia de la bolsa. «--Esta mañana a las siete, ya estaba ayudando a los pescadores en la descarga y haciéndoles “mandaos”, ¿sabe  usté?…». Y continuó con su historia mientras yo observaba un nervioso movimiento de manos acariciándose ora una, ora la otra, que no sabría si atribuirlo a un tic, consecuencia de  los muchos años de jalar de redes, maromas y malletas y que me recuerda aquella escena de la película “Tiempos modernos”, en la que su protagonista, Charlot, trabajaba en una cadena de montaje; toda la jornada en monótona y rutinaria acción de apretar tornillos con ambas manos, derivaban en el regreso a su domicilio, en un acto reflejo del que no podía prescindir en un repetitivo gesto de sus  manos… (Texto y fotos: Alberto Boutellier Caparrós).

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Manuel Moreno Simeón, nació el 30 de octubre de 1938 en el Hotel ‘Vista Alegre’ propiedad de sus padres, asistido en el parto por el Dr. Francisco Muñoz Seca, siendo el tercer hijo del matrimonio formado por Manuel Moreno Moreno y Bella Simeón Rodríguez: Rosario (Charo), Bella (Belli) y Manuel (Lolo).

La abuela materna de Manolo, Rosario Rodríguez, madre de Bella Simeón, fue una notable empresaria, propietaria entre otros del Hotel Vista Alegre, Hotel París, Restaurante La Puntilla, Balneario de Fuente Amarga (Chiclana), Hotel Vista Alta (Córdoba) y Hotel Emperador (Sevilla).

Anuncio del Bar-Restaurant La Puntilla, a cargo del Hotel París, propiedad de la abuela materna de Manolo, Rosario Rodríguez. Almanaque de Verano 1927.

1938
Ese año nacían en Roma y Atenas, cunas de la civilización de occcidente, Don Juan Carlos I y Doña Sofía, reyes de España. Era alcalde  de El Puerto Antonio Rives Brest. Se estrenaban las películas ‘El barbero de Sevilla’ de Benito Perojo, ‘Carmen, la de Triana’ de Florián Rey. Rafael Alberti publica ‘El Burro Explosivo’ y ‘Poesías (1924-1937)’. Desaparece la Revista Portuense. Se remodela y crea la Plaza de Cristobal Colón. El primer gobierno ‘nacional’ de Burgos, reconocido por el Vaticano ese año, por medio del ministro del Interior, declaraba días festivos con carácter oficial en el territorio ‘nacional’, el jueves y viernes santo..

Anuncio de 'La Antigua de Cabo', en el Almanaque Comercial de 1930. 11 años mas tarde pasaría a ser propiedad de la famiia de Manolo Moreno.

CUATRO VIVIENDAS SINGULARES.
La familia Moreno Simeón vivió a lo largo de los años dentro de los diferentes negocios de hostelería que gestionaron, y que tan buen recuerdo han dejado en la memoria de los porteños (no es de extrañar, así, la vocación hostelera de Manolo): el Hotel ‘Vista Alegre’, que daba a las calles Micaela Aramburu, Guadalete y Bajamar. A partir de 1941 el hogar familiar sería en ‘La Antigua de Cabo’, en la calle Ganado, año en el que se hacen cargo de dicho establecimiento que estaba junto al comercio de Moresco y Salvatierra. Y en 1947, contando Manolo 9 años, en la ya desaparecida Venta ‘El Chorizo’ --hoy solo queda el pozo--, en la Avenida de Jerez, donde Bodegas Terry construiría unas modernas naves bodegueras y que, en la actualidad se ha reorganizado en calles para la construcción de la futura urbanización ‘Bahía Blanca’, junto a la casa del Pico San José. Por último, la familia viviría en la Ribera del Marisco, en la vivienda del primitivo ‘Échate Pa’yá’. /En la imagen, con su familia, de izquierda a derecha, Manolo, Lolita Gil de Reboleño, su padre Manuel Moreno, su madre Bella Simeón, la Tata María, sus hermanas Belli, Charo y la perra 'Linda'.

Avda de la Bajamar, el desaparecido Hotel Vista Alegre, hotel de toreros, donde hoy se encuentra el edificio del mismo nombre, que alberga en sus bajos de cara al río el ‘Bar del Puerto’ en la esquina con la calle Guadalete, que es la que se muestra. /Foto Colección Vicente González Lechuga.

LA COCINERA PIANISTA.
Un día, estando la madre de Manolo, Bella, en la cocina, llegó a comer una familia bastante pudiente. Nada más entrar vieron el piano, un Ronisch y preguntaron que a quien pertenecía. Cuando les contestaron que era de la cocinera, se echaron a reir y pasaron al comedor. Cuando la madre de nuestro protagonista terminó sus quehaceres en la cocina, salió a tocar el piano y, al escuchar la música, la familia salió del comedor a ver quien era el que tocaba tan magnífica pieza, el ‘Improntu’ de Chopin. No salían de su asombro al ver que era, en verdad, la cocinera la que, tan magistralmente operaba entre los dientes de marfil de aquel piano.

VENTA EL CHORIZO.
Nuestro protagonista recuerda, con nostalgia, a un caballo que le regaló su padre: ‘Chico’, de mediana estatura, hijo de un semental de las caballerizas de Terry llamado ‘Arnaig’. Era un potro muy listo, pero con mucha malas ideas. El pequeño Lolo iba todas las tardes de verano a montar con su caballo por la zona de Las Beatillas. Al llegar amarraba a ‘Chico’ con una cuerda y un clavo grande al suelo y disfrutaba de otra de sus pasiones: leer. Una tarde ‘Chico sacó el clavo del suelo con la boca y se marchó de vuelta a casa. Cuando Manolo se dio cuenta no le quedó otra que volver a la Venta El Chorizo andando. Al llegar a casa, allí estaba ‘Chico’, tan contento, en su cuadra. /Manolo y su entonces novia, Lolita Gil de Reboleño, a caballo en la Feria de Primavera.

ÉCHATE PA’YÁ.
Cuando el padre de nuestro protagonista, Manuel Moreno Moreno regentaba el ‘Échate Pa’yá’, una de las tapas estrellas, aparte del Txangurro, era la tortilla de camarones. Y siempre se producía el mismo rito cada vez que le pedían una: al entregarla al cliente decía: “Al que encuentre un camarón, le regalo un televisor en color”.

ESTUDIOS.
A los cinco años su madre lo inscribió en el colegio de las Carmelitas. Con ocho pasó a La Pescadería (San José y San Estanislao), donde permanecería hasta segundo año de Comercio. También, con ocho años, empezó los estudios de Solfeo y Violín en la Academia de Bellas Artes, recibiendo clases particulares de mano de Ramón Zarco, hijo de Doña Virginia Hernández. También estuvo en el Instituto Santo Domingo, hasta que dejaría los estudios.

LA MÚSICA.
Durante los veranos, sus padres regentaron en Rota un restaurante denominado Bar ‘Sur’, en el cual por las noches tocaba una orquesta de Sevilla dirigida por el conocido para la época  Maestro Navarro quien, al ver las dotes musicales de ‘Lolo’ --así era como lo llamaban en familia-- quiso darle clases de solfeo. Y es que Manolo llevaba la música muy adentro. En cierta ocasión le regalaron una armónica y, sin nociones previas, terminó tocándola como si llevara haciéndolo toda su vida. A los nueve años ofreció un concierto de violín en el Salón de la Academia de Bellas Artes, la primera parte solo y la segunda acompañado por Merche Valimaña ‘Macaria’, con nótula núm. 047 en GdP, al piano. /En la imagen de la izquierda, el profesor de música Ramón Zarco Hernández /Foto: Academia Bellas Artes.

Su afición y amor por la música le llevaron a estudiar por su cuenta piano, con los tomos de música de su madre quien, además de ser una magnífica cocinera, fue una gran pianista, licenciada en Solfeo por la Facultad de Cádiz. Poco a poco, Lolo fue soltándose hasta el punto que el piano se convirtió en su gran pasión. En la actualidad, toca a diario en su casa.

PRIMER TRABAJO Y SERVICIO MILITAR.
Con dieciséis años trabajó en el Banco Central de la calle Larga y, con gran pesar, tuvo que dejarlo por enfermedad. Con dieciocho ingresa como voluntario en la Escuela de Especialistas del Aire de Getafe(Madrid), en donde permaneció seis meses; el año siguiente lo pasó en el Cuartel de Tablada de Sevilla.

Manolo, con bigote, a la derecha de la imagen, en su taller de efímera vida en la calle Diego Niño.

TALLER DE MOTOS.
Con 21 años, en 1962, se embarcó en su primera aventura empresarial, montando un Taller de Motos en la calle Diego Niño.  El negoció se fue a pique debido a que aunque vendió muchísimas motos de las marcas Ossa y Lube-Ren, él mismo respondía de las operaciones a plazos con las fábricas y no pudo soportar el déficit con la banca, sumado a que algún que otro cliente le dejó a deber facturas, lo que le llevó a tener que cerrar el taller viéndose obligado a contemplar la posibilidad de irse de emigrante a Alemania.

EMIGRANTE EN ALEMANIA.
Ese mismo año, 1962, consiguió un contrato de trabajo con la fábrica Brown Bovery, en Alemania y se marchó. La jornada laboral en esta empresa era por las mañanas, en una cadena de montaje de frigoríficos y por las tardes trabajaba un par de horas en un taller de motos. Era un trabajo que le gustaba, pero en invierno era imposible manipular bien la mecánica debido a las bajas temperaturas.

Con la orquesta 'Suspiros de España'.

Manolo, al piano, con 'Suspiros de España'.

De su estancia en Alemania el mejor recuerdo que conserva Manolo es  de cuando en el ‘Club de Españoles’ organizaron una orquesta a la que denominaron ‘Suspiros de España’. La dirigía un valenciano llamado Rodolfo que tocaba la trompeta, y la integraban un gallego al contrabajo, otro gallego al clarinete y al acordeón, Ascanio un cordobés de Cabra a la batería, José Luis un onubense a la guitarra y Manolo al piano y al violín.  Actuaban todos los sábados en el Club de Españoles y en algunas fiestas como bodas, bautizos y otros eventos en la Base Americana de Hanau am Main, ubicada en la región de Hesse, una población equivalente a El Puerto, con 88.648 habitantes.

El órgano de la catedral de Frankfurt en el que Manolo, por responsabiliad, se negó a tocar.

EL ÓRGANO DE LA CATEDRAL DE FRANKFURT.
En el Club de Españoles había un sacerdote que se hizo muy amigo de Manuel. Este cura sabía de los conocimientos y de la gran afición a la música que tenía Manolo, así que un día le pidió que fuera a tocar el órgano de la Catedral de Franckfurt. Manuel le preguntó al sacerdote cuales eran las características del instrumento musical, a lo que éste le respondió que normal, mas o menos como el que él tocaba en el Club de Españoles. Con mucho respeto y miedo Manolo terminó accediendo.  Al llegar el día señalado, el sacerdote y él llegaron a la Catedral, quince minutos antes de la ceremonia. Manolo se encontró con el Coro de la Catedral presente ante un órgano de varios siglos, cuyos tubos alcanzaban casi el techo. Le pidió al cura si podía ensayar un poco antes de empezar y éste le dijo que no había tiempo, que no se preocupara, que todo saldría bien. Empero, como persona responsable y respetuosa, Manuel decidió no tocar, pues la ceremonia podía pasar de lo solemne a lo ridículo, pensó.  Así que, Manolo, cogió la puerta de la Catedral, camino de la estación, se subió al tren y se marchó para el pueblo donde residía.

Panorámica de Zurich con torres de aguja de las iglesias.

ZURICH.
Aproximadamente al año de su estancia en Alemania, salió ardiendo la fábrica quedando completamente destruida. Ante esta circunstancia, Manolo pidió ser destinado en Zurich (Suiza), donde por aquel entonces trabajaban sus hermanas Charo y Belli, junto a sus maridos Carlos y Pepe. Allí permanecería por espacio de seis meses. Un fin de semana regresó a Alemania para resolver unos asuntos y comprobó que la fábrica ya estaba de nuevo en funcionamiento e ingresaría de nuevo por seis meses más, luego un periodo de tres meses otra vez en Zurich hasta su regreso definitivo a España.

REGRESO A ESPAÑA
En la frontera española vivió un sorprendente episodio: un cabo de la Guardia Civil le confiscó dos revisas italianas del Festival de Eurovisión dado que, al no entender el idioma, creyó que era propaganda marxista y lo tuvo retenido mas de una hora, hasta que llegó un superior que entendía el idioma y se arregló el malentendido. En total, estaría fuera de España algo mas de dos años.

DE MAQUINISTA A JEFE DE CANTERA
Al poco tiempo de llegar a España, se colocó en una compañía constructora, SATO  (Sociedad Anónima de Trabajos y Obras) como maquinista de una grúa alemana. Gracias a que un proveedor de la empresa, Javier Paz, sabedor de que Manolo tenía estudios, habló para que lo pasaran a oficinas y allí trabajaría durante un año. Ya casado lo destinan a San José del Valle como administrador de la cantera. Allí se encontraban, tanto él como su esposa, muy contentos, pero la llegada de su primer hijo, en marzo de 1966, le impide aceptar el nuevo traslado que le habían propuesto (Bilbao o Almería), por diversos problemas de salud de su primogénito, Manolín, y regresan a El Puerto.

Construcción de la Base Naval de Rota.

DE PEÓN A JEFE DE PLANTA Y DE TRANSPORTES.
Encontró trabajo en la Base Naval de Rota con la empresa Dragados en calidad de peón, pero al revisar su trayectoria laboral lo pusieron de encargado en una Planta Asfáltica y de Jefe de Transportes a los dos meses de empezar.  A los dos años  la obra de la Base en la que estaba la empresa donde trabajaba Manolo finaliza su contrata y Manolo decide comprarse un camión de transportes de construcción.  En Dragados le ofrecen trabajar en la autopista de peaje Cádiz-Sevilla como encargado de una Planta de Hormigón y de los camiones hormigoneros que surtían los trabajaos de la nueva vía.

LA SOLERA.
Al término de la obra del moderno vial, Manolo decide vender el camión y coger el traspaso del bar ‘La Solera’ en la calle Ganado, que por aquel entonces y desde la década de los cincuenta del siglo pasado pertenecía a la familia de su esposa, inaugurándolo con una nueva impronta en Agosto de 1972. Ver nótula núm. 858, Taberna ‘Los 48’ en GdP.

Con su hijo Ramón --también le ayudó Juan Carlos-- en plena faena en 'La Solera'.

En sus comienzos el bar empezó con pocas tapas, pero debido a la gran aceptación que tuvieron fue incrementando la lista. El bar empezaba a ser un establecimiento moderno. Manolo, con su incansable trabajo, buen hacer  y con la ayuda incondicional de Lolita, su esposa y más tarde de sus hijos, consiguió hacer de una tasca un bar de familia, donde los clientes se convertían muchos de ellos en amigos. Estaba especializado en hamburguesas caseras, pepitos de lomo, cordón bleu, chipirones a la plancha, menudo de Bella, croquetas de Carmela y un sinfín de especialidades que hicieron de La Solera uno de los bares de la época más conocidos de El Puerto, cuando las tapas elaboradas empezaron a ponerse de moda.

La recordada y popular hamburguesa de 'La Solera'.

LA HAMBURGUESA.
La receta original de la ‘Hamburguesa Casera’ y las ‘Mini Hamburguesas’, y muchas otras tapas formaban parte del Libro de Recetas familiar. En el caso de las hamburguesas, que eran filetes rusos empanados, nada habitual en la zona, la receta se remonta a su abuela materna, Rosario Rodríguez, madre de Bella Simeón, modernizada con los complementos al uso: ketchup de Conservas Sur, Salsa Picante o mostaza, además de tomate y cebolla, en un panecillo de horno local, nada de bollería industrial. Pasarían los años con Manolo al frente de La Solera, siempre innovando la carta, pero sin dejar de lado las tapas que le dieron el reconocimiento de bar de familia.

TARTAS QUADRO’S.
A mediados de la década de los ochenta del siglo pasado y sin dejar La Solera, comienza una nueva aventura empresarial, haciéndose distribuidor de tartas Quadro’s y dado su tesón y constancia llegará a serlo a nivel provincial. El problema surgirá cuando comprueba que empieza a bajar la clientela del negocio matriz: La Solera, abandonando le distribución y regresando, para dedicarse de lleno, al bar de la calle Ganado. Además, Manolo abrió La Solera II, frente al Ambulatorio de la Seguridad Social ‘Virgen del Carmen’, de efímera vida y nada especialmente destacable.

En febrero de 1994 Manuel sufre un infarto de corazón; en marzo le hacen su primer cateterismo y en junio le operan en el hospital Reina Sofía de Córdoba, donde el equipo del Dr. Concha con éste a la cabeza, le implanta un bypass. Tras una lenta recuperación, Manuel continuará en el bar hasta la finalización de los estudios de sus hijos, dando por finalizada su vida laboral y la del propio establecimiento como bar de familia, en septiembre de 2000.

LA FAMILIA.
Manolo se casa el 1 de mayo de 1965 --va  a hacer 46 años-- con su novia de siempre: 11 años estuvieron de novios, con María Dolores (Lolita) Gil de Reboleño Insúa; se conocía desde que él tenía 15 años y ella 13. Tienen tres hijos, dos de los cuales les han dado cuatro nietos.

Manolo y Lolita, con sus hijos con pocos años.

Tuvieron tres hijos varones, Manolín en 1966, que nació con Síndrome de Down, trastorno genético que por entonces --aunque la enfermedad estaba descrita en 1866, hasta 1958 no se descubrieron las causas que lo producían-- era poco conocido, así como su tratamiento. En la actualidad, el cambio de mentalidad de la sociedad han supuesto un cambio cualitativo positivo en sus expectativas vitales, aunque Manolín siempre ha sido la alegría de la casa y de toda la familia y amigos.

En una fotografía actual, el matrimonio con hijos y nietos.

Ramón Manuel fue su segundo hijo, nacido en 1969. Estudió Ciencias Empresariales y tiene Despacho como Asesor Contable, Fiscal, Mercantil y Tributario; tiene dos hijos, Ramón Manuel y Marina Victoria. Juan Carlos, su tercer hijo, nacido en 1974, estudió Medicina, estando especializado en Medicina Deportiva; tiene dos hijos: Juan Carlos y María Jesús.

Casa donde vivieron en la calle Luna hasta el año 2002. /Foto Mata. 2002.

Desde que tuvieron a su primer hijo vivieron en la calle Luna esquina con la Plaza de las Galeras, con unas vistas impresionantes del río Guadalete y el Parque Calderón, arriba del Bar La Garnacha, antes Bar Los Maera. En Diciembre de 2002 se mudaron a la urbanización El Ancla.   Allí viven Manolo y Lolita junto a su hijo Manolín. Como ya hemos señalado, Manuel toca el piano que tiene en el salón de su casa todas las tardes, lo que no se ha dicho es que lo hace por petición y para deleite de su hijo Manolín al que le encanta la música, toda la música, desde la clásica al pop, desde los carnavales a los villancicos, … de la mano de uno de los actores, de una parte importante de la reciente historia de la hostelería portuense.

Nuestro agradecimiento a Ramón Moreno Gil de Reboleño, quien con su inestimable concurso ha hecho posible la elaboración de esta nótula.

7

A Vicente Sordo Gómez, con mi amistad.

Es una inacabable algarabía,
donde todo es posible e inaudito:
desde la tapa insigne al numerito,
que vende silenciosa “La Alegría”.

Una alegre y flamenca bulería
en la barra ... Se bebe Fernandito
su quinto “valdepeñas”, como un rito
solemne, alrededor del mediodía.

Todo tiene un acento costumbrista:
en la puerta la foto de un artista
se cuelga del cristal, calladamente.

Y el tiempo que parece se ha quedado,
al pie de La Placilla ensimismado,
colgado en la pared del “Bar Vicente".

Todo tiene el sabor recio y añejo
de aquel Puerto de ayer, tan aldeano,
donde imperaba el trato campechano
no falto de sapiencia y de gracejo.

Baja de La Angelita el Puerto viejo,
campesino y sufrido, al par que humano.
Gesticula al hablar su recia mano,
dando al ambiente un aire de festejo.

“Los Dos Pepes” ayer ... Hoy, padre e hijo,
en un constante y cálido amasijo
de lealtad y servicio a sus clientes,

escriben, sin saberlo, lo que historia
mañana habrá de ser ... Que en la memoria
del Puerto han de quedar los “Dos Vicentes”.

Paco del Castillo.
3 de octubre de 2002.

Fotos: Bar Vicente

Mas información en Gente del Puerto.
014. BAR VICENTE. O Las Mellizas (el Rubio), o Los Pepes.
655. MANUEL GARCÍA GÓMEZ. El Tabique.

2

Mario en la barra y Juan Carlos en la Cocina, regentan desde septiembre de 2005 el Bar Gonzalo, en la calle Micaela Aramburu. El establecimiento, donde se dan una excelente relación entre la calidad y el precio, ha unido a estos dos hermanos, profesionales de la hostelería, muy conocidos en El Puerto. Mario (41 años), 25 de ellos en hostelería, ha trabajado con anterioridad en el ‘El Otro Tendido’, Restaurante ‘Alboronía’ o el ‘Dinner 24h’. Su hermano Juan Carlos, de 39, conoce los fogones de Casa Flores, Club Náutico con Lastra, Puerto Sherry o el Centro Inglés.

Pocas cosas hay tan sencillas como unas zanahorias aliñás, pero en esa sencillez está la dificultad de hacer de una cosa de todos los días, una cosa extraordinaria como es el caso de este plato del Bar Gonzalo de El Puerto de Santa María. La verdad es que en este establecimiento bordan los aliños y si no te pides las zanahorias pues también están de maravilla las huevas o las papas alioli. Todo, además, se sirve en raciones generosas con lo que el tapatólogo se pone todavía más contento. /La pizarra con las especialidades del Bar Gonzalo, para aprenderlas de memoria.

Aliñosis extrapireñaica. La aliñosis, la ciencia que estudia los aliños, estudia este tipo de fenómenos en el que el vinagre de Jerez y la verdura tiene un papel fundamental. Cuando dentro de la aliñosis nos encontramos con un plato que no es de piriñaca, aún siendo aliño, se le considera extrapireñaica, como en este caso las zanahorias aliñadas.

Las afamadas zanahorias aliñás, con su mijita de comino y orégano.

Lo primero a elogiar en esta zanahoria es la textura de la verdura, ni blandengue ni durengue, en su punto y luego su mijita de comino, su mijita de orégano, el aceitito, sus buenos trozos de cebolla picá, el ajito, muy picao, muy picao, algo de perejil y el punto matemático de vinagre, que también es de artista. Juan Carlos  lleva aliñando este plato ya desde hace ocho años.

Cazón frito, sin adobar, fresco y con aceite de oliva extra recién repostado en la freidora.


Marrajo a la plancha, rodaja de tomate a la mitad y mahonesa, junto al aliño de aceite, ajo y perejil.

El arte extrapireñaico se lo enseñó el anterior dueño del establecimiento, Antonio Ganaza, con quien trabajaba. El Bar Gonzalo, que se abrió hace ya 43 años, está ahora regentado por los hermanos Juan Carlos y Mario Gómez Cuevas que además sirven joyas como la raya en tomate y, cuando lo hay, un poquito de cazón en amarillo. Otras tapas, como el cazón frito, el marrajo a la plancha, la caballa en adobo, el mero empanao o los chocos y los huevos de ídem fritos, entre otras exquisiteces, configuran la carta. El bar abre todos los días, excepto los martes. (Texto: Pepe Monforte).

Fila superior, de izquierda a derecha, Ramón Lobo Cortés, Enrique La O, Juani ‘Chico’ que jugaba de portero, Paco Romo y Cobos. Agachados, Nono González, Manuel Romero, Miguel Barea y Andrés Fernández Valimaña. 14 de julio de 1978. /Foto: Colección AFM.

Equipo de amigos formados por jovenes tertulianos que se reunían en el Pub Luis XV, que regentaba el conocido Juani ‘Chico’, anteriormente camarero del restaurante ‘Guadalete’. El pub, de reducidas dimensiones se encontraba en la calle Alquiladores, donde hoy se encuentra el edificio de la inmobiliaria Hogar Sur; con posterioridad en dicho local se instalaría, durante los años de la Transición Política, la Librería Alberti, regentada por Pepe Gutiérrrez, librería que sufriría algún atentado en su fachada fruto de la intolerancia de la extrema derecha.

Participaban en la Campenonato de Liguilla de Futbol Sala, que se organizaba anualmente en verano en el Polideportivo Municipal de La Puntilla. Era un equipo muy considerado y gustaba al público asistente a los partidos, ya que casi todos los componentes, por entonces, jugaban en equipos de fútbol de El Puerto y de la provincia, siendo conocidos de los aficionados. Ganaron este campeonato en, al menos, tres ocasiones.

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Alvaro Ramírez, que se ocupa de la administración del restaurante, junto a Pilar Vara de Rey y Ricard Vivas, que se ocupan de la cocina.

Álvaro Ramírez y Tomás Fernández de Córdoba estudiaban Administración de Empresas en Madrid. Cada vez que salían para la capital de España el coche llevaba un particular cargamento, una amplia selección de fiambreras con croquetas, albóndigas, gazpacho y otras exquisiteces que hacía para ellos Pilar Vara de Rey, la madre de Tomás.

Las comidas de Pilar llegaron a hacerse tan famosas que los compañeros de estudios de Álvaro y Tomás esperaban con verdadera inquietud a los de Cádiz para disfrutar de su cocina. Medio de cachondeo los dos siempre hablaban de que deberían poner un restaurante con las comidas de Pilar y al final la broma se hizo realidad en 2010 y abrieron en la urbanización Vista Hermosa, en el centro comercial, en el local que antes ocupaba Curro El Cojo, un establecimiento para comer en plan informal, a medio camino entre el bar de tapas y el restaurante. Y lo han abierto, además con Pilar al frente de los fogones junto al cocinero vasco Ricard Vivas Aguilar, y su marido Tomás Fernández de Córdoba Ybarra también implicado en el proyecto y muy atento “a la calidad, que nos preocupa mucho”.

Detalle de la decoración de Plato al Centro.

‘Plato al Centro’ es un sitio para disfrutar de los detalles. Todo está cuidado, muy cuidado. La decoración al estilo de los grastobares, líneas sencillas, muy luminosa con grandes ventanales a la calle. Fuera también una terraza, en total unas 150 plazas que se suelen llenar los fines de semana. La decoración es de Javier y Basilio Iglesias de BI Arquitectos. Ellos mismos realizaron las pinturas que decoran el local, de inspiración marinera.

Salón del restaurante, obra de Javier Basilio Iglesias.

LA INSPIRACIÓN.
Pero lo más interesante de ‘Plato al Centro’ está en la mesa, en la carta de platos y tapas en la que se juntan varios estilos. Por un lado cierta influencia vasca, de bar vasco incluso, fruto de la coincidencia en la cocina del donostiarra, aunque nacido en Cataluña, Ricard Vivas y también de los gustos de los propietarios. Pilar Vara de Rey señala que muchos de sus conocimientos se deben a Luis Irizar,, el maestro de la generación de cocineros que creó la nueva cocina vasca y con una escuela de cocina en San Sebastián, Koldo Royo o a Isabel Maestre, Premio Nacional de Gastronomía, muy conocida en Madrid y con un prestigioso obrador de catering y pastelería. Pilar ha recibido clases de estos maestros y también las ha dado. Ha vivido en distintos puntos de España y eso ha contribuido a la riqueza de sus conocimientos, aunque reconoce que siente por la cocina vasca una especial atracción. Pero Plato al centro tampoco olvida que está en la Bahía de Cádiz y también tiene creaciones de la zona con atún o con langostinos de Sanlúcar.

La pizarra con las propuestas de 'Plato al Centro'.

LA CARTA.
La idea es que se pueda comer de tapas, a 2,5 euros, o por platos o medias raciones que tienen un precio variable, aunque el precio para comer por persona puede situarse en torno a los 20-25 euros. Pero lo más curioso de ‘Plato al Centro’ es que cada plato tiene su historia. La carta la escribió un amigo de la familia, Jaime Pombo y cada propuesta va acompañada de un texto explicativo.

Así unos huevos fritos con patatas se apellidan con el nombre de Huevos Parva. Pilar señala que se los enseñó a hacer Manuel Amador, un torero de Albacete. Son unas patatas fritas, caseras y hechas al momento que se acompañan de un par de huevos fritos de granja, muchos de ellos de dos yemas, que se sirven junto a las patatas y partidos a trozos para que el comensal, ya en la mesa los pueda mezclar. Tienen también calamares fritos, aunque Pilar prefiere, cuando hay en el mercado que sean chipirones. El pescado lo compran, fresco, de una pescadería de El Puerto de Santa María. Los calamares también lo tienen “a lo pelayo” una fórmula muy típica de San Sebastián. Hay propuestas muy poco vistas en la Bahía de Cádiz como un rosbiff (carne asada al estilo inglés que se sirve en lonchas muy finas) o un plato de pasca fresca. El atún rojo de almadraba figura en varios platos como un tartar, un sashimi o un tarantelo preparado a la plancha. No faltan tampoco las famosas croquetas de Pilar que se llevaba su hijo para Madrid. Vienen en un surtido con las de jamón, las de pollo y las de queso. La carta se mantiene fija prácticamente al completo excepto algunos guisos del día que van variando.

Carne gallega conocida como 'de alta expresión'.

RICARD VIVAS.
Ricard Vivas, el cocinero de Plato al Centro, destaca que cuidan mucho la materia prima. Con 28 años y formado en casas de prestigio como Arzak, Mugaritz o Martín Berasategui, su máxima influencia ha sido la del restaurante Urola de San Sebastián donde ha estado 4 años trabajando. Allí aprendió el punto de las carnes y esta es la estrella de Plato al Centro, el chuletón de Buey gallego. Lo sirven en chuletones que tienen más de un kilo de peso. Tras asarse en la cocina del restaurante se sirve troceado y en plato caliente a los clientes guarnecidos con pimientos de piquillo. En ‘Plato al Centro’ se proveen de esta carne gallega conocida como “de alta expresión” por su sabor de la empresa vasca Cárnicas Luismi que se dedica a seleccionar cortes de vacuno de gran calidad y que es la misma que surte también al restaurante Urola o a Martín Berasategui (tres estrellas Michelín). En la carta ya se advierte en tono de broma que el plato “es para amantes de la carne en estado puro…abstenerse aficionados”.

Los huevos fritos con patatas bautizados como huevos Parva en Plato al Centro.

HUEVOS PARVA.
Existen muchos tipos de parejas y una de las más recomendables es la pareja de huevos fritos. La soledad de un huevo frito nunca es aconsejable, por eso siempre se recomienda presentarlos por parejas y con una buena fritá de papas celebrando el acontecimiento. En el caso de ‘Plato al Centro’ el fenómeno es aún más destacable porque muchos de los huevos que se emplean para este memorable plato son de los de dos yemas con lo que se puede mojar más pan y el disfrute es aún mayor. No es fácil hacer unos huevos fritos con papas. Sería la prueba de fuego para comprobar si alguien es un buen cocinero. Lo primero a destacar en estos huevos fritos es que las patatas, evidentemente hechas en el establecimiento, llegan a la mesa cucurruítas por fuera y tiernas por dentro y de corte pequeñito, no excesivamente gordas. Luego, los huevos, que llegan con la yema líquida en estado óptimo para mojar pan (in, in) y que vienen ya precortados con lo que es fácil mezclar todo el conjunto, proceso que resulta científicamente aconsejable en este caso. El único defecto del plato que preparan los cocineros del establecimiento Pilar Vara de Rey y Ricard Vivas es que tan sólo te ponen una pulguita de pan para el mojado y este resulta insuficiente dado todo lo que hay que mojar. (Textos y fotos: Pepe Monforte).

Estrella Bernal Rosso, nace el 29 de Abril de 1968, en el desaparecido hospital San Juan de Dios, edificio cuyas paredes permanecen milagrosamente en pie, en una ciudad acostumbrada a dejar perder sus señas identitarias, en cuanto al patrimonio arquitectónico se refiere. Aunque, en su DNI indica como fecha de nacimiento el 1 de Mayo, año de  huelgas universitarias en Francia, fecha en las que muere Martin Luther King o nuestra Massiel gana el festival de Eurovisión, donde la porteña Merche Macaria, formará parte de los coros.

Ese año de 1968, era alcalde de la Ciudad, Luis Portillo Ruiz. En junio se celebraba en El Puerto un pleno de la Diputación Provincial que se pronunciaba sobre la expansión universitaria en la provincia, algo de lo que El Puerto no se vería beneficiado y que produjo, por su desacuerdo que, un año después Luis Portillo abandonara la alcaldía al no verse apoyado para tal empresa. José Luis Tejada publica ‘El cadáver del alba’. Se proyecta en el Teatro Principal ‘El Planeta de los Simios’. Se estrena en la Scala de Milán, un ballet basado en el poemario de Rafael Alberti ‘Sobre los ángeles’, que ese año publica ‘Roma, peligro para caminantes’.

El Racing Club Portuense, Campeones de Liga Grupo XII, de Tercera División.  Temporada 1967/68. De pie, de izquierda a derecha, Jaime, Mariano, Chares, Martínez-Jaen, Lolo, Soriano, Ventura (entrenador) e Higinio Obregón, el portero que luego trabajaría en la Caja de Ahorros de Cádiz. Agachados, Luis Muñoz Cuenca, Chicharito (c0n nótula propia en Gente del Puerto), niño desconocido, Vera-Palmer, Hernández, Manolín, Matas y Breval.

El 16 de junio el Racing Club Portuense, jugaba la promoción de ascenso de Tercera División (equivalente a la Segunda B de hoy) a Segunda contra el Alavés, perdiendo 2 a 0. Tenían un gran equipo y una gran directiva. En la Real Plaza de Toros actúan en una corrida nocturna el sábado 20 de julio, los diestros Miguel Mateo ‘Miguelín’, Palomo Linares y Ángel Teruel.  El grupo de teatro ‘Bellas Artes’ representa ‘Mentir a Tiempo’ sainete de Pedro Muñoz Seca. Nace el cantante afincado en El Puerto, Enrique Bunbury.

Hija de Francisco Bernal, de familia de Cádiz capital, afincada en El Puerto  --Pepe Bernal, practicante de la calle Luna--  y de Amalia Rosso familia portuense de la Calería de Paco Rosso, en calle Diego Niño. Es la segunda de tres hermanos. Es soltera y madre de un hijo, Carlos, nacido el 25 de Febrero de 1996, domingo de piñata.  Mientras nace Carlos mantiene una carnavalera conversación con los médicos sobre la actuación del coro ‘Buque Escuela’, en el teatro Falla.

Vive su infancia, hasta los 13 años en la Barriada de Los Milagros. De allí pasará a vivir en Pinar Hondo, hasta que decide hacer su vida junto a su hijo y se muda a la Ribera del Rio, lugar a la que está muy vinculada por sus años pasados en Taberna La Resaca. Ahí en La Ribera la han acogido como una más y se siente ribereña, junto a la Peña ‘el Corribolo’ y el río Guadalete.

Cursa sus estudios de primaria en el denominado colegio del Asilo de Huérfanas de la calle Cielo, luego en el  Espíritu Santo, y hermanas Carmelitas, --le faltaron las Esclavas para completar el elenco de centros religiosos femeninos de nuestra Ciudad--. Cursará bachillerato en el Instituto Pedro Muñoz Seca, entre 1982 y 1986. Y continuará estudios de FP Administrativo en el Instituto Mar de Cádiz y Azafata de Congresos y Relaciones Públicas en Jerez en el Instituto de FP Andrés Benitez, realizando posteriormente cursos de administración de empresas y atención al cliente.

GRUPO DE TEATRO BACO.
Formó parte del Grupo de Teatro ‘Baco’, dirigido por Emilio Flor, con el que actuaron por distintas ciudades tanto andaluzas como de otras comunidades autónomas y en el grupo formado en el Instituto ‘Mar de Cádiz’, años más tarde. Y, aunque la diferencia de edad con el resto de los compañeros era significativa, fue muy bien acogida, sigue siendo para todos sus compañeros ‘la Mami’.

El Grupo Baco, en el Instituto 'Mar de Cádiz', Estrella es la tercera por la derecha.

PARQUE ACUÁTICO.
Empieza a trabajar en 1989, con 21 años en ‘Acuasherry Park’ que era la primera denominación del Parque Acuático. Pero como la denominación de ‘vino aguado’ no caló en la ciudadanía, harta de aquella moda de llamar a todo con el apellido sherry en una ciudad que se mira más en la Bahía de Cádiz, el parque se acabaría llamando así: ‘Acualand Bahía de Cádiz’. Empezó alquilando tumbonas y trabajando en el guardarropa para posteriormente, pasar a formar parte del equipo comercial y llegar a ser Jefa de dicho equipo y Relaciones Públicas hasta el verano de 2003.

Pero como había que trabajar todo el año, durante las invernadas de los últimos 14, trabaja en todo lo que se le presenta, siempre relacionado con la atención al cliente y comercial en varias empresas, como  ONO. Es una persona con unas excepcionales cualidades para comunicarse.

TABERNA ‘LA RESACA’.
Pero Estrella siempre quiso llevar las riendas de su propio negocio. En el año 2001 se embarca en la aventura de regentar la conocida Taberna Rociera ‘La Resaca’, establecimiento que ya había vivido varias etapas anteriores. Aquel había sido su lugar de ocio durante muchos años.

Tras años como cliente, bailando sevillanas y dando clases a extranjeros consigue ver hacerse realidad su sueño: se hará con las riendas del negocio, que era su afición y que ahora será su medio de vida, hasta el año 2004. Recuerda aquella etapa como muy gratificante, en la que se adentró en el mundo de la hostelería, una actividad profesional desconocida para ella, de la que se siente muy orgullosa. Y que le abre las puertas para realizar otras actividades.

En 2005, marcha a Tarragona a trabajar en PortAventura y vuelve a su tierra, lugar donde sigue y quiere seguir viviendo y trabajando.

Estrella, segunda por la derecha, posando con un cuadro flamenco.

ACADEMIAS DE BAILE.
Dada su afición al baile, entró desde muy pequeña en la Academia de María  Jesús Rosso y, posteriormente y hasta el presente en la Academia de Carmen Morales. Aunque Estrella tiene relación con todas las academias y personas que forman parte de este mundillo desde hace más de 30 años, habiendo participado en el Concurso de Sevillanas de la Feria de Primavera, ininterrumpidamente, durante 22 años. Continúa en activo, no quiere separar su vida del baile, y hace actuaciones en ocasiones especiales, aunque no se dedique al baile profesionalmente.

Con su hermana, en la Caseta de Feria 'La Esquina'.

FERIA DE PRIMAVERA.
Desde la Feria de Primavera y Fiesta del Vino Fino del año 2002 hasta nuestros días se adentra en el mundo de las casetas, regentando su propia caseta en el recinto de ‘Las Banderas’, con el nombre de ’La Esquina’, lo que le obliga --o por mejor decir, le ofrece el privilegio-- de vivir la Feria de una forma diferente, pero no por ello menos placentera.

Estrella, con el coro 'Échale la Red'

CARNAVAL.
Aficionada también desde muy pequeña al Carnaval, formó parte del coro mixto Escaparate en 1987 siendo, además, socia fundadora de la Peña ‘La Batea', en la calle de la Rosa, formada por antiguos coristas con quienes, en 1993 y 1994, sale en el coro ‘Echale la red’ con letra de Diego Caraballo.

Ha sido socia de la Peña Carnavalesca ‘El Vaporcito’, e incluso miembro de su junta directiva, y se le ha podido ver presentando distintos actos de Carnaval en la mencionada entidad , así como en La Mezquita o donde haya sido requerida.

Estrella, primera por la izquierda, miembro de jurado de Coquineras. A la derecha, el responsable técnico de Fiestas, José Luis Sara.

Ha colaborado, igualmente, con la Concejalía de Fiestas, en dos ocasiones como jurado de la elección de Coquineras, así como con la Peña Flamenca ‘El Chumi’ en su Certamen Nacional de Canción Española.

En la actualidad, sigue trabajando -hou también Día de la Mujer Trabajadora-- en todo aquello que va saliendo, y se la puede ver colaborando y disfrutando de El Puerto y sus fiestas. Ahora toca Carnaval.

Alva Sueiras Fanjul, es una portuense que nace el 21 de junio de 1977 en Alicante, hija del gallego José Luis Sueiras y la uruguaya Dunia Fanjul, quienes se afincaron en nuestra Ciudad, donde Alva tiene un hermano, Daniel, año y medio mayor que ella que vive, en El Puerto.

El Puerto es la ciudad donde se crió y donde creció; donde reside su familia y al que siempre acude para guarecerse como un Puerto de Abrigo. Es el lugar al que siempre regresa; su referente y su raíz. El Puerto es su hogar.

ESTUDIOS.
Estudió en el colegio Jose Luis Poullet (hasta 5º EGB), El Centro Inglés (6º, 7º y 8º EGB), Instituto Pedro Muñoz Seca (1º BUP), Institución SEK en Madrid (2º y 3º BUP), Glenelg Country School en Maryland, USA (COU), Escuela Superior de Hostelería de Sevilla (Diplomatura en Hotel y Servicios) y Les Roches Marbella (Licenciada con Matrícula de Honor en Gestión de Empresas Hoteleras). «--El Puerto que dejé a mis quince años era un sitio pequeño, íntimo, con una marcada estratificación social y unas tendencias socio-culturales muy señaladas. En la distancia y durante mi temprana y más tardía juventud, la imagen del Puerto se diluyó en la lejanía con los recuerdos de la infancia, procurándome esa imagen desdibujada y ciertamente borrosa, que caracteriza la edad temprana».

Assilah (Marruecos). Foto Alva Sueiros.

TRABAJOS REALIZADOS.
Directora de Estudios de la Escuela de Hostelería de Moralzarzal (Madrid), Duty Manager Hotel Almirante Farragut (Menorca), Subdirectora Hotel Aracena Park**** (Aracena, Huelva), Directora General Hospedería Parque de Monfragüe**** (Cáceres), creadora y promotora de una asignatura en sostenibilidad hotelera para centros universitarios

En la actualidad es Profesora en Sostenibilidad Hotelero-Turística en un Máster de Gestión Hotelera de la Universidad Politécnica de Madrid y  Responsable de Área en Andalucía & Auditor Partner para Green Team - Green Globe Preferred Partner. «--Hoy El Puerto que habito es una Ciudad que ha crecido, no sólo en estructuras e infraestructuras, también y afortunadamente, en diversidad cultural. A mi sorpresa, en mi regreso, he podido comprobar la cantidad de gentes interesantes que han ido a anclar y atar sus vidas a este rincón del sur. Gentes que, sin lugar a dudas, tienen mucho que ofrecer y aportar».

Ibiza (Archipiélago Balear). Foto Alva Sueiros.

¿QUE ES GREEN TEAM?
Green Team es una compañía creada por el grupo Natura, operador especializado en ecoturismo y eventos sostenibles desde hace más de 20 años. Probablemente estemos hablando del operador turístico más sostenible de todo el territorio nacional. En Green Team ofrecen servicios de consultoría, formación y auditoría en sostenibilidad Turística. Green Team ha sido escogido por Green Globe como preferred partner para España y Andorra, ésto quiere decir que Green Team es la única empresa certificada que puede ofrecer los servicios de Green Globe en territorio nacional.

Kuna Yala (Panamá). Foto Alva Sueiros.

¿QUE ES GREEN GLOBE?
Green Globe es un sistema de gestión medioambiental turístico presente en 86 países con sede en Los Ángeles (California) e incorporado recientemente al territorio español. A nivel turístico, se trata del Sistema de Gestión y Certificación Medioambiental premier a nivel internacional, avalado por la Organización Mundial del Turismo, The Caribbean Hotel & Tourism Association y el World Travel & Tourism Council. Existen protocolos diferenciados para los diferentes subsectores turísticos: transportes, hoteles & resorts, restaurantes, convention bureaus, palacios de congresos, atracciones, oficinas de eventos, cruceros, campos de golf, spas y centros de bienestar, eventos, reuniones e incentivos, tour operadores y demás organizaciones turísticas. Para mayor información visitar: rsc-greenteam.com

Cuevas. Foto Alva Sueiros.

AFICIONES.
Probablemente viajar sea su afición más señalada. Le fascina conocer los rasgos paisajísticos, culturales e identitarios de otras culturas; ese hacer y vivir de otras gentes. Lamentablemente, no siempre puede viajar cuánto le gustaría. Entretanto, disfruta de la compañía de los suyos, con quien comparte fantásticos encuentros gastronómicos, al calor de la conversación, el vino y las recetas ingeniadas tras la visita al mercado del día.

Autorretrato de Alva Sueiras Fanjul.

Dibuja y escribe desde muy temprana edad. Mantiene un blog al que va incorporando entregas con cuentagotas: In the way to Ithaca (En el camino hacia Itaca), donde hace algún que otro trabajo de ilustración para gente cercana. Hace unos años presentó una exposición en Madrid de dibujos de gran formato, pero es una actividad, que fundamentalmente por falta de tiempo, a día de hoy la tiene relegada a momentos ocasionales. Finalmente, y no por ello menos importante, están la música, la literatura y el cine; artes básicas para su ‘supervivencia’.

EL PUERTO HOY.
«--Actualmente, el Puerto posee todos los ingredientes y agentes necesarios para hacer de esta localidad, un lugar propicio, enriquecedor y multidisciplinar en el que crecer, desarrollarse, convivir y ejercer. Bajo mi criterio, más o menos acertado, aún faltan esfuerzos para alcanzar una sólida cohesión social que permita aunar los intereses empresariales, con el bienestar comunitario, sin dejar a un lado el respeto por la cultura y el medio ambiente».

Cirros. Foto Alva Sueiros.

Para Alva: «Ésto sólo será posible si se flexibilizan las administraciones, se facilita y potencia el emprendimiento y la cultura, y se preservan los valores autóctonos, identitarios, medioambientales y culturales, dando cabida a la innovación. Para ello es fundamental apoyar al comercio tradicional, a las organizaciones vecinales y gremiales, a la comunidad de artistas y demás grupos de interés, que dan identidad a nuestra localidad. Entiendo que hay que trabajar por y para la cohesión, la alianza y la convivencia y contra la exclusión. En El Puerto hay sitio para todos, pero hay que trabajar y mediar sobre la coexistencia de intereses y necesidades de los diferentes sectores y generaciones».

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‘Toros en El Puerto’, así reza el cartel inserto en el gran mural de la planta superior del restaurante madrileño ‘Taberna Viña P’. En su publicidad se anuncian como proveedores de Vinos Finos. (Foto: Adrián Morillo González).

En el número 3 de la madrileña Plaza de Santa Ana existe desde hace 40 años un restaurante de nombre 'Taberna Viña P'. En su publicidad habla de  cocina casera y Vinos Finos. Antaño era típico comer y después ver salir a los toreros del cercano Hotel Victoria. Es un lugar "con solera", según la cantante Rosario Flores, que ya frecuentaba de pequeñita, cuando sus padres --Lola Flores y Antonio ‘el Pescaílla’-- actuaban en el cercano tablao de Villa Rosa.

Sus paredes están adornadas con los carteles anunciadores de las diferentes corridas de la Feria Taurina, acumuladas junto a retratos de toreros, cantaores y artistas como la torera Cristina Sánchez, clienta asidua; el ganadero Victorino Martín o el genial guitarrista Paco de Lucía. Por Viña P han pasado todas las figuras del toreo español sin excepción, además de ganaderos, cuadrillas de subalternos, pintores de toreros, escultores, artistas del cante y el baile flamenco. Y últimamente vemos mucho al actor Fernando Conde, uno de los fundadores de ‘Martes y Trece’ que abandonó el trío en 1984.

En el restaurante no consiguen recordar el nombre del autor del mural donde se encuentra el cartel de ‘Toros en El Puerto’ que preside la planta superior del restaurante y que da paso a la planta sótano donde otra pintura de gran formato ocupa un testero. (Foto: Adrián Morillo González).

El diseño y la decoración del bar, que salvo alguna reforma sigue igual que entonces (estamos hablando de 1971, año de su apertura), corrió a cargo de Manuel García, quien en 1969 era decorador de TVE, cuando el ente estaba en el Paseo de la Habana. El jefe de decoradores era un tal Mariano y uno de los pintores se llamaba Bonifacio.  Su propietario, entonces y ahora, es José Luis Amieiro y, entonces como ahora mantiene una clientela fiel que disfruta de su cocina española, casera y tradicional y los camareros, castizos y algo bruscos.

El Hotel Reina Victoria, en la Plaza de Santa Ana, donde me hospedé hace 25 años. A la derecha de la imagen, la Taberna Viña P.

Desde hace algo así como 25 años suelo hacerles una visita a los hosteleros de la Taberna Viña P, siempre que puedo, cada vez que voy a Madrid. (JMM).

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En el circo, los presentadores esos engolados que daban paso a los artistas destacaban como máximo atractivo cuando un trapecista, de esos de capa como de papel de aluminio floreado, se atrevía a hacer una cabriola sin red, a pique de quedarse escuajeringao para toda la vida si no se enganchaba bien a la barrita. Ayer a mediodía tuve la suerte de ver un espectáculo, casi de circo, pero de los buenos, protagonizado por un cocinero que actuaba ante el público también sin red porque su cocina, dos freidoras, la plancha y toda la zona de preparación entera está situada delante del cliente... Sin red y tan sólo separado del espectador por la barra. Esta, más bien, fija.

Tardé más de una hora en comerme media ración de tortillitas de camarones y otra media de cazón en adobo, las dos de matrícula, boquiabierto, totalmente encarajotao viendo como aquel hombre, con todo más escamondao que la túnica de un papa, preparaba los platos en riguroso directo. Y todo eso a pesar de que Juan Luis Cordero, el cocinero artista que actúa sin red, tiene ya, según figura en el artículo que le dedicó en su día la página web de José María Morillo 'Gente del Puerto', más de 60 años, muchos de ellos ya al frente del Bar Pijota un barecito casi escondido en una calle contigua al hotel Los Cántaros de El Puerto de Santa María.

En unos tiempos en que tanto se pone en duda la honradez y la valentía, ver a este hombre preparar unos platos, un arroz que estaba haciendo delante tuya como si fuera Arguiñano pero sin perejil, es un lujo que debe ser conocido por la humanidad y por eso lo cuento, para que vayan a contemplarlo y a disfrutarlo.

Bueno por eso, y de camino, porque Juan Luis hace unas tortillitas de camarones que se meten en mi particular 'quinario' gaditano de las tortillitas y que consiste en recorrer estas cinco capillas: El Faro de Cádiz, el Ventorrillo del Chato, el Bar León de San Fernando, El Faro de El Puerto y Balbino de Sanlúcar.

Ahora podemos unir como «solemne función principal» las del bar El Pijota de El Puerto. Las suyas, finitas y cucurruítas como mandan los cánones, se comen con gran devoción y recogimiento...Bueno y también con picos, que son siempre una tentación y otro gran tesoro que tiene Cádiz. ¡Qué buenos picos tiene este provincia, Virgen del Adobo!

Si hay un 'jubileo compostelano' que se gana visitando la catedral de Santiago debe haber un jubileo 'tortillocamaroreano' y que consiste en recorrerse los mejores bares donde hacen tortillitas. Que alguien llame al Vaticano. (Texto: Pepe Monforte).

Mas información de ‘El Pijota’.

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En El Puerto nos hemos caracterizado por unir a nuestro nomenclátor de apellidos, los de muchos extranjeros que vinieron a engrandecer, con su esfuerzo profesional, a la Ciudad. Excepción hecha de algún neocolonizador, que también de éstos habitan entre nosotros. Durante 25 años justos –entre 1958 y 1983-, José Luis Kutz Muñagorri estuvo regentando el antigo Parador, luego Hotel Fuenterrabía, (que no Fuentebravía) uno de los establecimientos de alojamiento y restauración que brillaron como solitarias estrellas en la provincia de Cádiz en aquella España que todavía era cañí.

Una casa de la que salió la famosa “Tarta Imperial” de Pepe Mesa, y que ya es dulce típico de El Puerto, anterior incluso a la dirección de Kutz. ¿Qué contemporáneo de aquella época no se acuerda de los profesionales que allí fueron formados; del ambiente glamouroso vivido allí durante años, cuando el turismo empezaba a florecer en nuestro país; de los primeros tiempos del Casino Bahía de Cádiz, instalado provisionalmente en el Parador; y por supuesto de José Luis Kutz , su sonrisa, y su retranca madrileño-andaluza?

A pesar de sus apellidos, Kutz era madrileño de nacimiento. Vio la luz  circunstancialmente en 1919 en Madrid, hijo los vascos de Luis Kutz Igarzábal y Elvira Muñagorri Aguirrebarrena, siendo tres los frutos del matrimonio. Allá por 1840 y tantos llegó su familia a España, procedente de la Alsacia, en un carro tirado por bueyes, con todos los avíos para fabricar cerveza. Y ya para siempre, su familia estuvo entroncada con la hostelería y el turismo, incluso en la actualidad pues uno de sus descendientes, su hijo Fermín está ligado a la patronal de Hostelería HORECA, entidad de la que Kutz fue fundador y su primer presidente, habiendo pertenecido con anterioridad a la desaparecida HORECA Internacional, allá por 1950..

Vivían entre San Sebastián, Pamplona y Madrid, por temporadas. En San Sebastián su familia regentaba un Café Bar y tenían la Fábrica de Cerveza de Luis Kutz primero y luego Hijos de Kutz, así como el primer cine de la capital donostiarra. En Pamplona el Café Kutz en la famosa Plaza del Castillo donde hoy tiene el BBVA sus oficinas y en Madrid otro Café en el número 9 de la Gran Vía.

HEMINGWAY, CELA Y KUTZ.
El Café Kutz de Pamplona no existe en la actualidad. Ocupaba el local situado entre el Café Iruña y el Pasaje de la Jacoba. Inaugurado por Luis Kutz en el año 1912. Hemingway habitó su terraza en numerosas ocasiones, dejando constancia de ello en su libro Muerte en la tarde. José Luis Kutz, hijo del fundador de este café, rememoraba hace unos años sus recuerdos de las estancias del escritor norteamericano, destacando la imagen mítica que en los años cincuenta alcanzó este personaje entre sus compatriotas: “le veneraban, casi se arrodillaban ante su presencia.” Tras el fallecimiento de Luis Kutz el café pasó a manos de su esposa Elvira, quien con la ayuda de sus hijos Mª Luisa y José Luis, mantuvo abiertas sus puertas hasta el año 1961. Curiosamente entre los clientes del Kutz estuvo otro escritor que también llegaría a ser galardonado con el Premio Nobel de Literatura; se trata de Camilo José Cela, quien mantenía una buena amistad con José Luis Kutz, antiguos compañeros de estudios. Actualmente los locales que ocupó el Kutz acogen a una oficina bancaria del Banco Bilbao Vizcaya Argentaria.

Vista del Funicular que comunicaba la playa de Fuenterrabía con el Parador. En la imagen, Antonio y su sobrino Tomas Osborne Vazquez. (Foto: Colección V.G.L.)

Vista del Funicular; de pasajeros,  Ignacio y José Luis Osborne Vázquez. (Foto: Colección V.G.L.)

José Luis estudiará en Madrid en los Maristas y luego la carrera de Comercio entre Pamplona y Bayona (Francia) en castellano y francés;  el idioma vasco lo consideraban entonces un lenguaje ancilar, que no se transmitía a los hijos. Luego vendrá la Guerra Civil y, entre 1936 y 1942 realiza un prolongado servicio militar que finaliza en Alicante. Ese año fallece su padre y se hace cargo de los negocios familiares, empezando una vida laboral que concluye a su fallecimiento en octubre de 1992.

En 1947 crea la Cooperativa de Hosteleros de Navarra, siendo su primer presidente y la única que todavía funciona en la cornisa cantábrica. También formaría parte del Sindicato Vertical, siendo Jefe Nacional de Café Bares durante dos años. Se le entendía todo y no todo se podía hacer, por lo que lo dejó..

En Madrid llegará a regentar el Bar de la Embajada Americana y en San Sebastián la hostelería del Tiro de Pichón. Se casa en 1957 con Mónica Bruch Chapán, una francesa de Burdeos, con la que enn el viaje de novios estuvo recorriendo diferentes puntos del litoral español, y entre Ayamonte (Huelva) y Altea (Alicante) se decidió, tras dudar entre Huelva –que no había arrancado--, Málaga –que se había venido abajo-- y El Puerto por la ciudad que lo prendó para siempre: El Puerto de Santa María. Así escogió a El Puerto -¿o El Puerto lo escogió a él?- y ya vino a luchar por sus negocios, y por tanto por su Ciudad de adopción, innovando, experimentando, y luchando con la fuerza de tantos que han venido a hacer crecer a nuestra Ciudad.

Mónica y José Luis, en 1960, en el Parador Fuentebravía.

Visita del Gobernador Civil, Guillén Moreno, Santiago a El Puerto de Santa María con Portilo Ruiz, Luis (Alcalde de la Ciudad) saliendo de la Iglesia Mayor Prioral donde asistieron a una  Salve en la capilla de la Virgen de los Milagros. Además de los antes citados podemos distinguir a Osborne Vázquez, Joaquín, Pérez de Andrés, Anastasio; Rivas Rodríguez, José María; Salido Gutiérrez, Manuel; Puente García, José; Kutz Muñagorri, José Luis  a la derecha de la imagen. Año 1962.

HOTEL FUENTEBRAVÍA.
Afirmaba –y aquí dejaba caer su retranca- que la ubicación del Parador debía ser inmejorable, al estar situado entre la Residencia de los Jesuítas y la Base Naval de Rota: “--Si a la izquierda estaban los Jesuitas y a la derecha los americanos, era el mejor sitio del mundo”. Optó por el Parador de Fuenterrabía que arrendó con opción a compra a Antonio Sancho y Gloria Jiménez, opción que ejecutó casi de forma inmediata. En 1958 ya estaba instalado entre nosotros, siendo hasta 1962, año en el que se inaugura el Motel Meliá ‘El Caballo Blanco’, y un año después la ciudad de vacaciones ‘El Cangrejo Rojo’ los pioneros del nuevo turismo de El Puerto.

Vistas de la Playa de Fuenterrabía, desde el Parador. (1).


Vistas de la Playa de Fuenterrabía, desde el Parador. (2).

José Luis quiso que se respetara el nombre por el que era conocido ‘el Parador’, pero la negativa del ministro Arias Salgado, que no quería que se confundiese con la Red de Paradores del Estado, hizo que cambiase la denominaci´ñon a hotel. Lo que si consiguió Kutz fue que se cambiase la denominación a todo un paraje y a la playa, para no confundirla con la vasca Fuenterrabía (Ondarribia) y durante años hasta 1996 en el que recuperó su nombre original, estuvo oficialmente en mapas, señalizaciones, geolocalizaciones y denominaciones oficiales como ‘Fuentebravía’.

El Salón del Hotel Fuenterrabía.

Bar típico andaluz y marinero del hotel Fuenterrabía.

Aquel Parador que compró Kutz, aquel Hotel que logró hacer referente en el turismo de la Costa de la Luz tuvo una importante y singular cocina –ya nos hemos referido a Gloria Jiménez y Antonio Sancho como sus principales gestores—con la maestría de Mesa, que cocía las langostas en agua de mar e hizo famosa la Tarta Imperial, que hoy su hijo Pepe elabora artesanalmente en un obrador heredero de aquella tradición. Ver nótula núm. 242 de Pepe Mesa.

Jardín del hotel, con la araucaria que lo presidió durante tantos años.

El Hotel ocupaba tres parcelas: Fuenterrabía, La Palma y Suerte Real y pasó de tener 20 habitaciones a 90, con tres edificios. Una de sus frases preferidas en cuanto a éstas era que: “--Las habitaciones de hotel son como las naranjas, valen si hay o no existencias, valen si hay o no clientes”. A los empleados que estudiaban inglés en invierno los gratificaba.

José Luis, a la derecha, junto al alcalde Luis Portillo Ruiz, atiende al Obispo Auxiliar de Jerez, Monseñor José María  Cirarda Lachiondo, en la inauguración del tercer edificio del hotel, en 1967.

En enero de 1983 lo vendió a Patrimonio del Estado, en concreto al Ministerio de Defensa, para Residencia Militar, dada su proximidad con la Base Naval de Rota. De hecho se hicieron algunas obras en su interior, desestimándose con posterioridad dicho proyecto. El Puerto había perdido un hotel con solera ya que desde el Ayuntamiento no se adoptaron las medidas de preservar aquel suelo para uso hotelero, acabando convertido en viviendas y encareciendo el suelo y el acceso a las mismas, en una maniobra especulativa muy propia de los ochenta del siglo pasado. Lo que hubiera permitido el disfrute de muchos, como hasta entonces, ya sería de uso privativo.

Los tres edificios que conformaban el hotel, poco antes de su venta en 1983.

Fuenterrabaía y El Manantial, en la actualidad. (Foto: Jorge Roa).

PUNTA DEL ESTE (URUGUAY).
Hombre peculiar y original en sus planteamientos empresariales y laborales, había estudiado hacer una réplica del Hotel Fuentebravía en Punta del Este (Uruguay), desmontar el mobiliario, enseres y demás ajuares del hotel portuense, meterlos en contenedores y, enviados por barco, trabajar siempre en temporada alta –de septiembre a abril— en aquel país sudamericano.

José Luis, haciendo uso de la palabra en el Congreso Internacional de HORECA, en 1975, celebrado en España. Visita a la Bodegas Pedro Domecq. A la derecha, sentado, el empresario José Basteiro Pereira.

HORECA.
Al desaparecer por decreto los sindicatos verticales, con el advenimiento de la Democracia, funda el 26 de junio de 1977  con un grupo de amigos la patronal de hostelería HORECA, de la que sería su primer presidente durante dos mandatos y luego presidente honorario, como también llegaría a serlo de la Confederación de Empresarios de Cádiz (CEC).

La Asamblea Constituyente se celebró en El Puerto de Santa María y lo que se inició entre un grupo de amigos empresarios aglutina en la actualidad la máxima representación empresarial hostelera de la provincia de gaditana, constituyéndose en órgano de gestión y consulta, estando integrada por las siguientes Asociaciones Provinciales: de Hoteles, de Restaurantes y Cafeterías, de Café-Bares y Tabernas, de Salas de Fiestas y Discotecas, de Campamentos Turísticos y Ciudades de Vacaciones, de Hostales y Pensiones de Obradores de Pastelería y Confiterías.

En la imagen, Asamblea de HORECA celebrada en el Casino Bahía de Cádiz, durante la elección del primer presidente de la entidad, José Luis Kutz Muñagorri. De izquierda a derecha, Francisco Vallejo, Antonio Rodríguez, desconocido, Pepe Basteiro, desconocido, José Luis Kutz Muñagorri, Antonio Gamero, –segundo presidente de la entidad–, José Luis Muñoz Martín, entonces director del Hotel Puertobahía, dos desconocidos y Sebastián Martínez, entonces presidente de Hoteles, integrado en HORECA. 26 de junio de 1977.

El acta constituyente relaciona, por orden de aparición, como en las buenas obras de teatro, a los siguientes: Antonio Gamero Alba, de la Camelia (Cádiz); José Basteiro Pereira, Cervecería El Puerto y Cafetería La Ponderosa (El Puerto); Sebastián Martínez Garrido, hostal Imar (Cádiz); Juan Vallejo Vázquez, restaurante San Francisco, hoy hotel Serit (Jerez); Manuel Benítez Sánchez-Romero, Bar Central (Rota); José Luis Jiménez Alcazar, Hotel Capele (Jerez); Manuel Vieites  Bascuas, La Flor de Galicia (Cádiz); Antonio Ibáñez García de Movellan, Bar El Arco (Cádiz); Antonio Montero del Carmen, Hotel Octavio (Algeciras); Maximino Sordo Díaz, El Resbaladero (El Puerto); Antonio Rodríguez Álvarez, Restaurante El Bosque y Cátering Alfonso (Jerez); Luis Martín Martín entonces Hotel Alarde (Algeciras); Antonio Gil Guijarro, Cafetería Estación Marítima (Algeciras) y Manuel Espejo Posada, del Bar Tip-Top (Jerez) y al propio Kutz.

El hotel Fuentebravía, en la playa, entonces, del mismo nombre. (Foto: Colección V.G.L.).

EL 23-F Y EL CONVENIO.
El 23 de febrero de 1981 le cogió en el Gobierno Civil de Cádiz, negociando el Convenio de Hostelería. Cuando se produjo el asalto al Congreso de los Diputados, los representantes sindicales se marchaban pero Kutz, con toda la retranca del mundo les animó a que se marcharan, no sin antes dejar firmado el Convenio, por lo que pudiera pasar.

HORAS DE PRESENCIA.
Una curiosidad de la peculiar forma de pensar de Kutz, que no gustó a la parte laboral y que llegó a plantear en alguna negociación de convenio, era valorar dos tipos de horas de trabajo, a la hora de conformar la nómina. Y es que en hostelería, afirmaba, estaban las horas de presencia, cuando no había clientes, y las horas de trabajo efectivo. Fue algo que la masa social no vio con buenos ojos y no prosperó.

De izquierda a derecha, Antonio Rodríguez, Pedro Pacheco alcalde de Jerez, Juan Antonio Castillo Manzano consejero de Turismo de la Junta de Andalucía,  José Luis Kutz, presidente de Horeca y Francisco Vallejo, durante la inauguración de la Primera Feria de Equipamiento de Hostelería del Sur,  HOSTELSUR, en los jardines de El Bosque --Parque González Hontoria-- que sería el germen del Palacio de Ferias y Exposiciones de Jerez, gestionado por la Institución Ferial de Cádiz (IFECA). Año 1983.

EL MILAGRO DE LOURDES.
También se refería Kutz a la expansión del turismo poniendo como ejemplo al fenómeno del turismo religioso que se da en Lourdes (Francia) “--Si aquí ocurriera como en Lourdes, un milagro: que se apareciera la Virgen, se conformaría una industria de turismo religioso de primer orden y no tendríamos problemas de estacionalidad, con ocupación todo el año”.

EL CARBÓN.
Allá por 1981 consideraba que había sido un gran error por parte de los empresarios europeos el poner sus industrias en manos del petróleo. «--Lo que habré luchado yo con mi mujer por este motivo, que si el gas es mejor, que si el fuel, nada, que quería propanizarme hasta la cocina. Pero yo me he mantenido fiel al carbón, que, poco o mucho, por lo menos es la energía que producimos».

En la imagen, el entonces presidente de la Confederación de Empresarios de España (CEOE), José María Cuevas junto al sucesor de Kutz, Florencio Molinero, entregaba una placa de reconocimiento con motivo del X Aniversario de la CEC, en el Casino Bahía de Cádiz. Año 1988.

CONFEDERACIÓN DE EMPRESARIOS DE CÁDIZ.
La Confederación de Empresarios de Cádiz (CEC) que presidió en el primer mandato, fue creada un año después, en mayo de 1978, representando a los sectores de hostelería, metal, comercio-textil y construcción, siendo el paso lógico de la dictadura a la democracia con la libertad de asociación, tratándose en muchos casos de gremios procedentes del sindicato vertical. Un año después, en 1979, se crea la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA), a nivel regional.

La 'Hoja del Lunes' recogía el evento empresarial, de la 'SAMBLEA' [sic].

ALFÉRECES LABORALES.
Escribe Ángel Duarte una anécdota acaecida en 1965 sobre que pensaba Kuz en cuanto a organización del trabajo: «El 28 de noviembre José Luis Kutz, hostelero, escribía a Luis Galdós García, procurador en Cortes y presidente del Consejo Nacional de Empresarios. La carta llevaba el membrete de su hotel, el Fuentebravía. Kutz respondía, con esa misiva, a la previa petición de sugerencias por parte de Galdós. Sugerencias con las que hacer frente a los problemas más urgentes que afectaban a “la Organización Sindical y la Economía Española”. En los primeros párrafos el tono era aguerrido, combativo, militante. El crecimiento de la economía -”a partir del año 57, se acrecienta y acelera nuestro afán de desarrollo y actualmente nuestro gigantismo elefantiásico”- hacía urgente la creación de cuadros. ¡Qué digo cuadros! ¡Mandos!

Cuando la guerra, para soslayar el problema de la ausencia de mandos “se pensó, luminosa idea, en la creación de los Alféreces Provisionales”. Pues bien, “ahora en este terrible Pacear” habría que hacer otro tanto. Entre los que murieron en la guerra, los exilados y los que se fueron buscando mejor salario… se ha producido un vacío. ¿Cómo llenarlo? Dando paso, “cual Provisionales”, a unos inéditos “alféreces laborales, que sean los que salven una vez más la situación crítica”.»

Vista de la piscina del Hotel.

Una piscina junto al mar.

EL LITIGIO DE VISTAHERMOSA.
El litigio que en 1981 mantenía el Ayuntamiento con la Urbanización Vistahermosa por el cierre del acceso a las playas a través de los caminos públicos --la famosa barrera móvil--, se presentaba de fácil solución para nuestro protagonista, según confesaba a Lola Galán, en una entrevista concedida al periódico El País, en agosto de ese año:

«Los dos tienen razón», señala, con un gesto conciliador de sus gruesos brazos, este navarro enamorado de Andalucía y casado con una francesa, que parece conocer todas las claves de la vida en El Puerto. ‘El Ayuntamiento, que, además, tiene muy buena voluntad, aunque no lo esté haciendo demasiado bien, tiene razón; Vista Hermosa cegó un camino público que bajaba a la playa. Pero también la urbanización la tiene, porque las calles son particulares, y la solución para que sigan siendo de uso casi exclusivo de sus habitantes está en dejar libre el acceso a todo el mundo, pero impedirles aparcar abajo. ¡A ver quién es el guapo que es capaz de ir a esa playa si tiene que aparcar el coche dos kilómetros más arriba!’».

Los temporales ya afectaban en 1979, a la playa y a las instalaciones del hotel. La instantánea está tomada el 13 de febrero de 1979.

El parador de Fuenterrabía, en la playa, antes de su desaparición. (Foto: Mata).

El lugar del parador, en la actualidad. Año 2002. (Foto: Mata).

CANDIDATO POR LA FALANGE.
Una persona tan peculiar sería original hasta hasta el final, presentándose por Falange Española de  las JONS, como candidato al Congreso de los Diputados en 1977. Encabezaba la lista junto a Fernando Parilla Garrido, Enrique Arduán de Torres, María Victoria Quirós Gómez, José Luis Cardóse López, Pedro Cobo Díaz, Manuel Xodi Galarco, Rafael Oliver Falcón, Juan Antonio Cabeza Anula y José Luis Antolín de Antonio. El ex alcalde de Cádiz, Jerónimo Almagro, Fernando Porro Guerrero y Eduardo Ballesteros Morales conformaban la lista para el Senado.

En el programa electoral destacaba la  pintoresca propuesta de José Luis Kutz, que sugería reconvertir la base, «en 24 horas, dada su valiosa infraestructura», en lo que él denominaba «un emporio turístico de primer orden». Una Ciudad de Vacaciones que multiplicaría por x el número de plazas del Club Mediterráneo y que hoy dejaría en pañales a Marina d’Or.

Mónica Bruch y José Luis Kutz, durante la asistencia a uno de los múltiples congresos en los que participó.

IN MEMORIAM.
En los primeros tiempos, el Casino Bahía de Cádiz tuvo como instalaciones provisionales el Hotel Fuentebravía, mientras se ultimaba su construcción. Kutz conoció El Puerto, como tantos ciudadanos que hoy lo habitan, fruto de la casualidad, pero hoy El Puerto tiene con Kutz una deuda de agradecimiento para este forjador y pionero de la industria turística tal y como hoy la conocemos. Porque se es de donde se pace, y no de donde se nace, El Puerto le debe un reconocimiento en forma de calle o plaza a uno de sus hijos, a José Luis Kutz. A su memoria.

Usted habrá comprobado por las estadísticas que el paro crece; que el paro decrece; que el paro se estabiliza. Total, lo que le dicen. Y usted lo creerá o no lo creerá. La verdad es que, desde que Chaves dice no se limpia los zapatos, el paro va a más. Si viviera el bedel Correas que, en el Club de Derecho de Sevilla padeció a Chaves y a otros muchos, le podría contar a Vd. qué clase de señoritingos del pan pringado eran, por los años sesenta, estos, hoy, servidores preclaros de la Patria. Pero lo más grave es que Chaves afeó a Arenas el que contratara a un limpiabotas para el aseo de sus zapatos y que fuera sorprendido por tal cual avispado fotógrafo de prensa en plena faena y en plena  campaña electoral. Chaves apostilló: "A mí nunca me han limpiado los zapatos". Eso, además de ser mentira, porque yo lo sé de ciencia propia, es una maniobra desestabilizadora del empleo, aunque sea un empleo precario y sumergido.

Al igual que publican --y con gran éxito-- libros sobre las "salidas" de las carreras para estudiantes desesperados y en trance terminar o haber concluido ya sus estudios, debiera de haber algún autor o algún organismo que se preocupara de sacar a la luz un libro sobre actividades ingeniosas y con porvenir, en trance de perderse.

Los palmitos, las tagarninas, los espárragos trigueros, los caracoles... ya no son objeto de ese "ius usus innocui", consuetudinariamente consagrado, como el rebusco en la viña, en los garbanzales o en los olivares. Ya los palmitos, los espárragos, las tagarninas, los caracoles, los higos de tuna y hasta los camarones nos vienen de Marruecos. Tenemos aquí un complejo de nuevos ricos, desde que el P.S.O.E. nos ha colocado en el mercado europeo, que nos está manteniendo en esa situación de gente bien, venida a menos, que no tiene redaños para confesarse pobre de solemnidad.

¿Quiere Vd. creerme si le digo que, en El Puerto, no hay, hoy en día, un solo limpiabotas? Pues no, no lo hay. (No lo había en 1994, ahora tenemos a José Serrano, Serranito, en la imagen de la izquierda).

En Sevilla, en el Bar Laredo, hace una semana, me cobraron quinientas del ala por adecentarme los zapatos y con todos los avíos: cepillado previo, dandi ( fabricado artesanalmente con anilina, goma tragacantos y agua del grifo [se advierte que algunos desaprensivos, no profesionales, le añaden algo de alcohol, que produce, al cabo del tiempo, grietas en la piel del zapato]), aplicación con los dedos de crema de cera (traida de Portugal, porque aquí, con los adelantos, ya se han perdido aquellas cremas "Tractor" o "Eclipse" tan puras en ceras vírgenes), cepillado a dos manos y lustrado con la bayeta de gamo. Como debe ser.

Pues este pequeño placer no te lo puedes permitir en esta Ciudad [de Historia, Turismo y Congresos]. Y no es que a uno le guste tener a un congénere arrodillado ante sí, realizando un trabajo servil. Nada de eso. El trabajo de betunero es una especialidad a la que no todo el mundo tiene acceso. ¿A que ni  Vd., ni  su santa esposa, ni  su criada de toda la vida son capaces de dejar unos zapatos tan lustrosos como un limpiabotas? El secreto está en la especialización. Cuando nos demos cuenta de que estamos en Europa, nos apercibiremos que lo necesaria que es la especialización.

Aquí, como digo, no hay quien pueda utilizar, hoy por hoy, los servicios de un honrado betunero. Y no por falta de tradición.

Sin remontarnos muy lejos, Vd. recordará los gloriosos nombres de "El Caneco", "El Tigre", "Calla-calla", "Dominguito", "El Quico", "El Mudo" o "El Lustre", por poner unos ejemplos. Usted recordará, sin duda, el salón de limpieza de calzado y la zapatería de Roque. Vd. recordará a Camacho que, solamente ejercía de limpabotas los domingos, porque el resto de la semana trabajaba en Haüpold. (Antonio, el Caneco, en la imagen de la izquierda).

Pues estos honrados profesionales mantenían  el calzado brillante a los portuenses y, además de revenderles lotería o tabaco, ellos --y los barberos-- tenían informada a la población de todo aquello que no podía publicarse ni en la "Revista Portuense", ni, luego, en "Cruzados" o en "La Voz de la Bahía". Item más, algunos, como "El Caneco", "El Tigre" o "El Mudo" dieron rienda suelta a su afición taurina, participando, gloriosamente, en festivales benéficos en nuestra Plaza de Toros. Juntos y por separado, dejaron muy alto el cartel de su torería, con "Cándida La Negra" pidiendo las llaves del toril, montada en un burro, a la presidenta, que no era otra que "La Farfolla", acompañada por preciosas señoritas, de la raza "calé",  naturales de las calles Lechería, Rosa y Santa Clara.

Vd. recordará a "El Tigre" vestido de "hombre hierba", sobre un pedestal, en el platillo de la Plaza, quieto como "Don Tancredo", forrado de hierbajos, salir de estampida cuando la vaca empezaba a dejarlo al descubierto después de engullir y rumiar su forraje verde. Vd. recordará a "El Tigre", esperando a porta-gayola al toro, vestido con un baby de crudillo y la máquina de fotos al minuto, prestada por Cuellar, con su cubito y su pañito,y, al punto, verla toda hecha añicos por el fiero animal.

Joaquín Zapata 'el Tigre', en su versión de 'El Hombre de Hierba', suerte por él inventada. Festival del 7 de enero de 1940.

Vd. tendrá memoria de "El Caneco" y de "El Mudo" dando lances irrepetibles, junto con "Cagancho" o "Moroncillo".

El Tigre, a la izquierda y El Chumi, a la derecha --desconocido el personaje del centro-- ante la puerta del Hospitalito, en la calle Zarza esquina con Ganado.

Pues "El Tigre", "El Caneco", "El Mudo", "El Quico" (cuya fotografía aún puede verse colgada en la taberna de Pedro "El de Los Majaras"), "Calla-calla" (todavía vivo, a pesar de sus muchos años y dolorosamente ciego), "Dominguito" (jorobado del que no he dicho, al presente,  que debe su renombre nacional a haber salido en "El Caso" con ocasión del asesinato de su hermana Antoñita a manos de "El Arropiero") y "El Lustre" (antiguo lugarteniente del general Miaja, en el bando republicano, durante la Guerra Civil), no solo mantenían su ambulante negocio en el Bar Central, en La Fuentecilla, en La Perdiz, en El Continental, en el Puerto-Bar, en La Granja, en La Liga y en los Casinos Portuense, de Labradores y el Mercantil, sino que giraban visita profesional a casas y escritorios de bodegas para dejar a sus clientes  con los zapatos más límpios que un espejo.

Calle Larga, engalanada para las fiestas a principios del siglo XX. A la derecha tienda de limpieza de  calzado, donde mas tarde se instalaría la zapatería de Roque y hoy hay una pequeña tienda de ropa;  en frente, donde hoy está el ‘Café di Roma’,  el Casino Portuense. (Foto Centro Municipal Patrimonio Histórico).

"El caballero elegante, lleva el calzado brillante"; "No creas que la elegancia empieza en el sombrero; empieza en los zapatos que te limpia el betunero". Así pregonaba "El Lustre". "El Lustre" se las daba de poeta. Tan es así que en los primeros Juegos Florales de las Fiestas de la Hispanidad presentó un poema que decía: "De España salió Colón/ con rumbo desconocido/ y al llegar al Ecuador/ dijeron todos a una voz:/-Mira, señor, un lantisco". La verdad es que, como él argumentaba y puede verse en la magnífica construcción del original poema, no se llevó la flor natural, por sus ideas políticas y porque, como España estaba como estaba, antes de la democracia, el premio se lo dieron a Eduardo Gener Cuadrado, poeta y almirante, afincado en Puerto Real.

El Bar Central --hoy un edificio nuevo sede del Banco de Andalucía-- en la confluencia de las calles Luna y Larga. 23 de febrero de 1978. (Foto: Archivo Municipal).

Sus temores tenía "El Lustre" en la España de Franco. Su militancia comunista le tenía un poco asustado. Yo no sé quien le dijo que José Manuel Almagro era Fiscal del Tribunal de Orden Público que venía a investigar las responsabilidades de sangre del bando republicano, cuando la guerra. El caso es que , cuando José Manuel venía de vacaciones de verano --estudiaba Económicas en Madrid- y asentaba sus reales en el Bar Central, "El Lustre" no aparecía por ese bar y merodeaba otros hasta que, a finales de septiembre, se le acababan las vacaciones a José Manuel. Entonces "El Lustre" respiraba. Pero José Manuel Almagro, del asunto, no sabía nada.

Los demás betuneros, nada versados en versos, se limitaban a acercarse al personal y ofertarse respetuosamente: "Se limpia el calzado, caballero". Excepto "El Mudo" que te señalaba  los pies y hacía un sonido así: "mun, mun, mun". El mismo sonido con el que, sacándose del bolsillo tabaco de contrabando o lotería, los ofrecía a los parroquianos.

Sin embargo, "El Caneco" era un hombre genial. Daba su vueltecita por bulerías, cantaba saetas y romances, disfrutaba de la amistad de todo el mundo e incluso abrazaba, cuando lo encontraba por la calle, al Secretario General del Excmo. Ayuntamiento, Don Federico Sánchez-Pece, diciéndole: "--Don Federico de mi arma, mi niño Antonio..., mi niño Antonio..., mi niño Antonio..." y alababa las cualidades de su hijo.  (En la imagen de la izquierda, otra fotografía de 'El Caneco').

"El Quico" era hombre muy aficionado al Carnaval, muy colorado, dicharachero y jovial. Murió joven.

"Dominguito" tenía la especialidad de batir los cepillos a dos manos y recogerlos después de haberlos tirado por alto.  Cuando se cansaba de andar por los bares, recalaba por el escritorio de Osborne, donde, además e limpiar zapatos, hacía los más peregrinos mandados a los escribientes: desde irles a pagar una letra o cobrar un cheque, hasta comprarles los periódicos.

El que era un hombre enfermizo de toda la vida, siempre asmástico, era Antonio "Calla, calla", pero los ha sobrevivido a todos. Todavía se le puede ver por ahí, de cuando en cuando, ciego, apoyado en el brazo de su mujer. Durante un tiempo vendió cupones de la O.N.C.E.. Ahora vive jubilado. Que sea por muchos años.

La gente es tan original que, al cerrar la zapatería y salón de limpieza de calzado de "Roque", por jubilación de Miguel, han puesto una boutique. La casa de Roque era un lugar en que se pecaba. Pero se pecaba venialmente contra el octavo mandamiento de la Ley de Dios. Yo, donde he oído más mentiras en toda mi vida ha sido en casa de Roque, mientras me limpiaba los zapatos. Y ocurrencias: lo que no se le ocurría a Roque, padre, se le ocurría a Miguel, hijo, mientras Serafín, que remojaba y batía las suelas para coserlas, lo presenciaba todo, sentado, al lado de la izquierda, en su banquillo, callaba y reía socarronamente cerrando la boca, huérfana de dientes, hasta darse con la barbilla en la punta de la nariz. (En la imagen de la izquierda, el desaparecido zapatero Miguel Morales Augusto, 'Roque').

Un fenotipo, totalmente distinto, subespecie del pícaro de los siglos áureos, era el gitano trashumante que, en tiempo de feria, aparecía con su caja. Si te descuidabas, además de dejarte los zapatos hechos trizas, te ponía unas herraduritas, unos virones, unas tapas y hasta unas medias suelas y todo ello, sin pedírselo, en un santiamén, para luego exigirte y de malos modos, un capital por sus servicios. Pero eso, siempre con un zapato en la mano. De manera que, o le dabas lo que te pedía, o tenías altercado.

Y, como siempre, los guardias por otro lado. ¿Habrá cosa más inútil que limpiarse los zapatos en la feria? Pues había quien se los limpiaba y no por exceso de pulcritud, sino por exceso de vino. Así, esos gitanos trashumantes, andaban a sus anchas.

Pero volvamos a los honrados betuneros portuenses. Los primeros en sucumbir fueron "El Tigre", "El Mudo" y "El Caneco". Le siguió "El Quico" y , luego, "Dominguito" y, así, se fue extinguiendo el contingente humano de la profesión.

Al cabo de los años, apareció un hombre, de raza gitana, procedente de Granada que pululaba del Bar Buenavista" al "Bar Trevi". Un buen día se supo que marchó a su tierra y que no volvió más.

José Serrano 'Serranito', en plena faena de limpiar el calzado, en la calle Larga, en las mesas del Bar Vega. (Foto: A. Gaitán Fariñas).

Desde entonces, nada. Han faltado vocaciones. Porque, para ponerte de rodillas a darle al cepillo y dejar los zapatos de cada quisque como los chorros del oro hace falta vocación y entrega. El caso es que no han salido nuevos betuneros y la gente se conforma con las esponjitas que venden en los hipermercados o los aplicadores de crema --con lanolina-- que ni necesitan cepillar. Y al cabo del tiempo los zapatos tienen costra y se tiran. Porque el secreto bien guardado de los betuneros era poner crema y quitarla a fuerza de cepillo. Hoy, como el consejo autonómico es no limpiarse los zapatos y consumir productos andaluces, lo que comemos viene de Marruecos y los limpiabotas no existen. (Texto: Luis Suárez Ávila). Escrito  en el año 1994.

2

En la puerta del Bar ‘Los 48’, hoy ‘La Solera’ en la calle Ganado., tramo comprendido entre Larga y Nevería, acera de la izquierda en dirección al Mercado de Abastos. De izquierda a derecha, José Pantoja Leal, José Pérez Camacho --tenía una barbería en la calle Larga, frente a la zapatería de Roque aproximadamente--; dos desconocidos; Mora, encargado del bar que, posteriormente, sería fotógrafo del R.C. Portuense; Victor Gimenez Benito; el que está delante es Antonio Pantoja Leal, tenía una droguería en esa misma calle, un poco más adelante, donde hoy está la de Roque.

«Junto al Hostal Loreto, ha estado abierto hasta hace escasas fechas el Restaurante ‘La Solera’ regentado por José Luis Jiménez Alcázar. A fines del XIX era una sombrerería. En 1908, cuando lo llevaban Gervasio Brañas y Antonio Muñoz Cordero, era una taberna llamada ‘El número 15’ (el de la calle). En los años 10 su especialidad era el amontillado Amoroso, el fino Quinta X, el fino Menesteo, la manzanilla La Palma y el Aperitivo Radium, al precio de 15 céntimos la ‘chica’ de fino.

A fines de los 30, tras estar algún tiempo bajo la dirección de Vicente García, pasó a llamarse ‘Los 48’, siendo su dueño Manuel García de Velasco y sus especialidades la manzanilla Los 48, la manzanilla pasada (amontillada) de la bodega de los hermanos González Rico, y el coñac Diplomático.

En los años 50 fue llevado por Benito Sacaluga, luego por Manuel Gil y luego hasta su jubilación por Manuel Moreno Simeón, hijo del antiguo propietario de la ‘Antigua de Cabo’. Y como no mencionar aquí a la madre de éste, Bella Simeón, una de las mejores cocineras que en El Puerto han sido, desde su primera juventud aficionada a tocar, y bien que tocaba, el piano. Luego lo regentarían, con escaso éxito, hasta hace unos años que lo ha estado llevando Jiménez Alcázar, que lo tiene en barbecho  dado que está gestionando en la actualidad ‘Pescados Capitales’ y la antigua ‘Casa Luis’, en la Ribera del Marisco». Texto: Enrique Pérez Fernández.

5

Vicente Garran López, es el sexto hijo de Gumersinda López García y José Garrán Girón. Le nacieron en El Puerto de Santa María el 25 de Junio de 1939. Está casado con Milagros Garrucho Jiménez y, de aquella unión matrimonial celebrada en 1967 tuvieron cuatro hijos; María José, Rocío, Milagros --que destacó en el mundo del cante-- y Antonio, quien fue novillero y, posteriormente banderillero.

El año de su nacimiento, 1939, El "Cuartel General del Generalísimo" acababa de difundir su último parte oficial de guerra: "En el día de hoy, cautivo y desarmado el Ejército Rojo, han alcanzado las tropas nacionales sus últimos objetivos militares. ¡La Guerra ha terminado! Burgos, 1 de Abril de 1939. Año de la Victoria. El Generalísimo Franco." La II Guerra Mundial venía detrás: el 1 de septiembre. Fue alcalde de la ciudad, entre 1939 y 1941, Manuel Barba Ordóñez.

El muelle comercial a finales de los años 30 del siglo pasado.

La obra «Entre el clavel y la espada», de dibujos que Rafael Alberti  se publicará dos años mas tarde, pero que se corresponden con el bienio: 1939-1940.  Bs. As., Losada, 1941. El artista porteño Manolo Prieto pertenecía ese año a la Delegación de Propaganda y Prensa del Ministerio de Turismo, simultaneándolo como dibujante político del Periódico "El Sol". Se celebra una corrida de toros el 31 de julio, con Juan Belmonte a caballo, y los toreros Domingo Ortega, Pascual Márquez y Manolete. Nace Manolo Sánchez García, popular sastre local.

Vicente Garrán, posando en un teloncillo en Cádiz, como Flecha Naval. Año 1954.

Emilio Pendás Trelles, poeta popular asturiano escribe ‘Cuentos populares recogidos en el penal del Puerto de Santa María (1939). Cancionero y obra poética. Fue editado en el año 2000. El letrista autor de “Soy minero”, “La bien pagá” o “La Falsa Monea” Ramón Perelló, hijo de minero y de convicciones anarquistas, que fue detenido y condenado a muerte, aunque se conmutó su pena pasó un largo periodo de prisión en la cárcel de El Puerto de Santa María.

Durane el Servicio Militar, embarcado también.

Estudió Vicente Garrán López en el Colegio del Sagrado Corazón en la Plaza del Polvorista, siendo su profesor Antonio Márquez Toledo, hasta la edad de 14 años. A muy temprana edad empezó a trabajar en la mar y su bautizo marinero fue en el pesquero “Pepito González” cuyo armador era nuestro paisano José González Narváez. En 1954 estuvo de Flecha Naval en Cádiz hasta el año 1956 y, desde este año hasta 1960, cumplió el Servicio Militar en la Marina.

Estando embarcado empezó a estudiar para motorista de barcos de pesca. Una vez terminado los estudios, se enroló como 2º mecánico naval en el pesquero “Victoria” que, al igual que algunas personas en la Pescadería, tenía el apodo de “La Pargata”, siendo los armadores de este barco Antenor Barcia y José Villegas.

En la faena de limpieza de las máquinas del pesquero  'Pigal', del armador Guzmán González 'el Tesorillo'. En la imagen, de izquierda a derecha, su amigo Juan López Guardiola, Francisco Boronat Ivars, Francisco Perles Martínez y Vicente Garrán. Década de los setenta del siglo pasado.

Me ha encantado ver al buen amigo Vicente, y tan buen profesional, felicitaros por estos estupendos escritos, creo que en la fotografia, que estan limpiando parte del motor del
pesquero, desde mi conocimiento es el Tesorillo el armador
correcto,Juan Guardiola correcto, el deconocido creo que se
trata de Francisco Boronat Ivars, el siguiente es Francisco Perles Martinez, y Vicente Garran.

Otra imagen en el pesquero 'Pigal', con Alejandro Navarro, patrón de la embarcación, en el centro  y a la derecha Vicente Garrán.

Toda su vida laboral la dedicó a la mar, enrolado en diversos barcos, como “Manolet” de Pedro Ferrer; “La Moncloa” de Vicente Quesada, barco que había llegado a El Puerto de la mano de los armadores Ramón Tur y Juan Mulet; “Ginés y García” y “Angelina Lloret”, de Antenor Barcia Ramírez y José Villegas. Este último se construyó en Alicante y Vicente viajó con la tripulación hasta el Levante para traerlo a la que sería su base:  El Puerto de Santa María. También el “Francisco Crespo” de Juan Hernández Navarro y Miguel Morató; “Ducal” de Miguel Coloma y Tomás Osborne MacPherson, entre otros.

Tomándose una 'chiquita' en el Bar La Dorada. El cliente que está probando las cañaíllas es Jaime Soler.

En 1975 decide abandonar el mundo del mar y se desembarca arrendando el Bar La Dorada, explotándolo durante cinco años. Y como le gustaba mucho el futbol fundó el equipo de ‘C.D. La Dorada’.

Después de esta experiencia en tierra, a la mar en el pesquero “Pez de Espada” de Juan Mayor. A continuación se enrolaría en el “Juan y Loli” siendo sus armadores Francisco Flores y los hermanos Luís y Francisco Rueda. En este pesquero, estando en alta mar, sufrieron una vía de agua que paró los motores y tuvieron que ir a tierra achicando agua con una bomba eléctrica, regresando la tripulación a El Puerto en helicóptero y retornando el barco remolcado. Trabajando en dicho pesquero se jubiló dándose la circunstancia que, en siguiente singladura la nave salió ardiendo y se fue a pique. (En la imagen de la izquierda, Vicente preparando cajas de lenguados en el pesquero 'Juan y Loli').

Vicente Garrán y su esposa, Milagros Garrucho Jiménez.

Su hija, Mila Garrán, a la izquierda, actuando en un tablao en Holanda.

Su hijo, Antonio Garrán, dando unos pases en pose de torero.

A Vicente le gusta mucho montar Nacimientos y de hecho perteneció a la Asociación de Belenistas ‘Ángel Martínez’ de nuestra Ciudad. Sus aficiones han sido los deportes; curiosamente el día de su nacimiento, nació Allen Fox, tenista estadounidense. Entre sus amistades, los mas allegados son José Cailla y Juan López Guardiola. (Texto: Vicente González Lechuga).

26

Juan Melgarejo Osborne nace en Madrid en el número 34 de la calle Fortuny, el 6 de septiembre de 1923, quinto hijo de los 15 que tuvo el matrimonio formado por Rafael Melgarejo Tordesillas, duque de San Fernando de Quiroga y Amparo Osborne Vázquez. Fueron alcaldes de El Puerto ese año, desde el 31 de enero Luis Portillo de Pineda y desde el 1 de octubre hasta el 29 de abril del año siguiente, Sebastián Péndola y Soto.

«En 1927 la Revista Portuense publica un editorial titulado ‘Protesta’ realizada ‘por la ausencia casi absoluta de concejales en los Divinos Oficios’, extendiéndose el articulista en diversas consideraciones que justifican el título del editorial, indicando ser comprensivo con la actitud de aquellos munícipes que no comulgan con los principios y doctrina de la religión católica, encontrando incomprensible e injustificable, sin embargo, la actitud de aquellos otros que se enorgullecen llamándose católicos, volviendo la espalda a lo que considera inexcusables deberes con el pretexto de que quien preside la Corporación no pertenece a su bandería política, actitud ‘a todas luces censurable y digno, como lo ha sido ahora, de la protesta unánime de El Puerto de Santa María’» Antonio Gutiérrez Ruiz. A.C. Puertoguía.

LA GUERRA CIVIL.
Su padre, de origen manchego, murió asesinado el 8 de septiembre de 1936, cuando  Juan Melgarejo contaba con apenas trece años recién cumplidos. Su madre se hizo cargo de los once hijos menores, dado que los dos mayores, Rafael y Jaime, estaban en el frente de guerra y los pequeños Enrique y Amparo, murieron siendo pequeños. Tras conseguir llegar a Villanueva de los Infantes (Ciudad Real),  cruzaron la península hasta Valencia donde, tras una intensa labor diplomática con la embajada inglesa y, dado que los Osborne eran de origen inglés:  el abuelo de Juan, Roberto Osborne Guezala (copropietario de Bodegas Osborne y fundador de La Cruz del Campo, hijo de Tomás Osborne Bölh de Faber) pudieron tomar un barco inglés con destino a Gibraltar. Allí serían recogidos por los hermanos de Amparo Osborne para dirigirse a Sevilla, donde residirían hasta finalizar la contienda civil. (En la imagen de la izquierda, Roberto Osborne Guezala).

Plaza de Villanueva de los Infantes (Ciudad Real).

POSGUERRA.
Finalizada la guerra, la familia Melgarejo Osborne anduvo repartida entre Madrid, La Mancha y Andalucía. En la capital de España se quedaría la mayoría de los hermanos Melgarejo Osborne, junto a su madre. En La Mancha tenían fincas heredadas de su padre, que fueron repartidas entre los hermanos, dedicándose éstos a su exploación. Juan junto a sus hermanos Carlos y Sofía, se trasladaron a Sevilla. Carlos marcharía a vivir con su tío Juan Vázquez y Sofía y Juan a casa de su abuelo, Roberto Osborne Guezala.

EL PUERTO.
Los viajes de Sevilla a El Puerto eran habituales. En la capital andaluza tenían el negocio familiar, La Cruz del Campo, así como a parte de la familia materna. En nuestra Ciudad, además de contar con numerosa familia, dado que el resto de los primos Osborne se habían asentado en El Puerto en torno a las Bodegas Osborne, su abuelo Roberto tenía una finca, Vistahermosa, con la casa de verano, conocida como la Casa Grande.

Salida de la ceremonia de boda, celebrada en la Prioral en septiembre de 1952

Juan contrajo matrimonio en la Iglesia Mayor Prioral el 30 de septiembre de 1952 con casándose con su prima Magdalena Osborne Jiménez. Curiosamente sus hijos: Juan, María Magdalena (Malen), Aurora, María Victoria (Mavi) y Patricio (Patri), llevarían los mismos apellidos que él.

Sus hijos. Juan, María Magdalena, Aurora, María Victoria y Patricio.

Tras una corta estancia en La Mancha, el matrimonio se traslada definitivamente a El Puerto de Santa María, viviendo primero en la calle Santa Lucía, luego en Crevillet y más tarde en Vistahermosa, dedicándose a negocios agrícolas para, mas tarde diversificarse en otros de orden turístico, automoción y representaciones bodegueras y la cerveza de la familia: La Cruz del Campo.

Publicidad en ABC en los años sesenta del siglo pasado.

EL CANGREJO ROJO.
Nuestro protagonista participó activamente en 1963 junto al belga Rudolf van Moerkerke y José Luis Ybarra en la creación de ‘El Cangrejo Rojo’, Club de Vacaciones pionero en la atracción de turistas belgas a nuestra Ciudad que más tarde pasaría a manos de una sociedad holandesa. Los primeros extranjeros los trajo el touroperador belga Sunair y el inglés Lon Poly; los intentos con el touroperador alemán Hetzel Reisen no cuajan --por la proximidad de la Base de Rota y los muelles industriales en el arco de la Bahía-- que marchan a Matalascañas (Huelva). Más tarde el Club se especializaría en turismo francés, cambiando de denominación hasta tres veces: Club Mediterráneo, Club Aquarius y Club Med. Este club que como se puede apreciera tuvo una gran importancia en el desarrollo del turismo internacional al inicio de la década de los sesenta del siglo pasado, motivó a  que Juan se decidiera por aprender francés.

Zona de piscinas, solarium y bungalows al principio del Cangrejo Rojo.

Como anécdota, siempre contaba que, para lo que mas le sirvió fue para ayudar a unos turistas franceses que buscaban el ‘Club Mediterránee’ y le preguntaron a un camarero de la Confitería ‘La Perlita’ del Centro Comercial Vistahermosa. Resultó que aquel camarero le indicó a los turistas como llegar a la Base de Rota suponiendo que serían americanos. Juan, que estaba allí merendando con sus nietos, se levantó de un salto de la silla para poner en práctica lo que aprendió en aquellos cursos de idiomas y así pudo ayudar a aquellos turistas despistados e indicarles que tomasen la Avenida Eduardo y Felipe Osborne, dirección al Club Med y no la carretera de Rota.

Vista aérea actual del que fuera Club Mediterráneo. (Foto: Jorge Roa).

Vista de Vistahermosa y Fuerte Ciudad, las murallas y el Cuartel de la Guardia Civil existente el 19 de junio de 1970, fecha de la instantánea.

VISTAHERMOSA.
Juan Melgarejo dedicó toda su vida, desde el inicio de Vistahermosa, para conseguir impulsar esta idea y llegar a  hacer realidad su sueño y el de los suyos. Fue su madre, Amparo Osborne, la que le propuso ‘hacer algo’ en Vistahermosa. Esta finca había sido repartida entre varios de los hermanos Osborne Vázquez, quedándose Amparo con la finca ‘La Misericordia’ y varias parcelas; Roberto con ‘Los Arcos’; y Eduardo y Felipe con la Casa Grande y otros terrenos adyacentes. Fueron éstos los que, junto a su sobrino Juan, decidieron crear la mejor Urbanización de España. Y lo consiguieron: en 1985, la revista ‘Ciudadano’ elegían a Vistahermosa (tramo de la playa de Santa Catalina), como ‘la más elegante de España’ dada la urbanización que la sustentaba.

Eduardo y Felipe Osborne Vázquez, con cuyos nombres está rotulada la avenida de acceso principal a la Urbanización Vistahermosa.

Tras comprar algunas fincas colindantes, se comenzó a construir el Club ‘El Buzo’ y dos bloques de apartamentos. Comenzaron a vender parcelas y los nuevos propietarios comenzaron a construir las primeras casas. Y, lo que en un principio fue una urbanización donde la mayoría de sus vecinos eran familiares y amigos de la familia Osborne, llegaría a ser una de las mejores urbanizaciones de España, por su privilegiada y estratégica situación, belleza y servicios, conocida en todo el país, que sirve como referencia como lugar agradable y completo para vivir.

Club El Buzo, cesped de piscinas. 18 de agosto de 1971. (Foto: Rafa. Archivo Municipal).

No es de extrañar que las grandes compañías extranjeras de automoción y recambios, instaladas en la Bahía de Cádiz, contemplaban entre los valores para instalarse en esta zona, la existencia de una urbanización como la de Vistahermosa, como lugar de residencia para sus directivos que buscaban viviendas de alto nivel en una zona exclusiva como la que nos referimos. Luego vendría en 1975, Vistahermosa Club de Golf. Tras abandonar los negocios agrícolas, nuestro protagonista ocuparía, durante muchos años, la presidencia del Club y de la Comunidad de Propietarios.

En una comida con trabajadores del Depósito de Cruzcampo en El Puerto, a la derecha en primer término, Péculo y a continuación Martínez de Murga.

La gestión de Vistahermosa la compaginaría con algunos negocios de coches: concesionario de Wolsvagen en el desaparecido taller de Gomanos, a la entrada de Pozos Dulces donde se asoció con su primo el Conde de Osborne, Tomás Osborne Vázquez, así como la distribución de La Cruz del Campo y los productos de Osborne en nuestra Ciudad, en el conocido ‘Depósito de la Cruz Campo’ que actualmente continúan regentando sus hijos bajo la firma de ‘Herederos de Juan Melgarejo Osborne’.

De izquierda a derecha, Alfonso X, 'el Sabio'; Sancho IV, 'el Bravo'; Fernando IV, 'el Emplazado'; Alfonso XI, 'el Justiciero' y Pedro I, 'el Cruel', ancestros de Juan Melgarejo.

GENEALOGÍA.
Juan Melgarejo Osborne tiene línea directa de descendencia del rey Alfonso X ‘el Sabio’, fundador de la Muy Noble y Muy Leal Ciudad y Gran Puerto de Santa María, en el año 1281 de la era cristiana (1319 de la era española), municipio del  que sería alcalde entre 1969 y 1971.

01. Alfonso X ‘el Sabio’, rey de Castilla y León oo Violante de Aragón
02. Sancho IV ‘el Bravo’, rey de Castilla y León oo María de Molina
03. Fernando IV ‘el Emplazado’, rey de Castilla oo Constanza de Portugal
04. Alfonso XI ‘el Justiciero’, rey de Castilla oo María de Portugal
05. Pedro I ‘el Cruel’, rey de Castilla oo Isabel de Sandoval
06. Diego de Castilla y Sandoval oo Isabel de Salazar
07. Pedro de Castilla y Salazar ‘el Viejo’ oo Beatriz de Fonseca y Ulloa
08. Pedro de Castilla y Fonseca con Juana de Portugal, reina de Castilla
09. Andrés de Castilla y Portugal ‘el Apostólico’ oo Mencía (o María) Quiñones
10. Alonso Castilla-Portugal y Quiñones oo Juana de Mendoza y Laguna.
11. Apóstol Castilla-Portugal y Mendoza oo Francisca de Zúñiga y Valdés.
12. Melchor Castilla-Portugal y Zúñiga oo Antonia Guerrero.
13. Juan Antonio Castilla-Portugal y Guerrero oo María López de Villaseñor.
14. José Castilla-Portugal y Villaseñor oo Juana Álvarez.
15. José Enrique Castilla-Portugal y Álvarez oo Carmen Baíllo y Cevallos.
16. Nicolás Melgarejo Melgarejo oo Micalea Castilla Portugal y Baíllo.
17. José María Melgarejo y Enseña oo Rosario Melgarejo y Castilla-Portugal.
18. Nicolás Melgarejo Melgarejo oo Sofía de Tordesillas y Fernández-Casariego.
19. Rafael Melgarejo Tordesillas oo Amparo Osborne Vázquez.
20. Juan Melgarejo Osborne oo Magdalena Osborne Jiménez.

Busto de Alfonso X 'el Sabio', obra del escultor Javier Tejada, que se exhibe delante de una de las fachadas del Castillo de San Marcos. (Foto: J.M.M.)

ALCALDE, DESCENDIENTE DEL REY.
El destino quiso que Juan fuera, a sus 46 años, alcalde de una Ciudad que fue reconquistada siete siglos atrás por su antepasado Alfonso X el Sabio. Veinte generaciones separan a Juan Melgarejo del rey Sabio. Del rey al alcalde, 688 años después,

El 25 de junio de 1969, --faltaba poco para que el hombre pisara por primera vez la Luna--, Juan Melgarejo Osborne tomaba posesión como alcalde de El Puerto de Santa María, tras jurar su cargo en el Salón de Plenos ante el gobernador civil, Julio Rico de Sanz.

El gobernador civil, Julio Rico de Sanz, le hace entrega del bastón de mando al ya nuevo alcalde, Juan Melgarejo Osborne. (Foto: Juman. Archivo Municipal).

A las seis de la tarde se formaba la presidencia del acto, con el gobernador civil al frente, al que acompañaban el almirante jefe de la Base Naval de Rota, Manuel González Ramos-Izquierdo;  presidente de la Diputación Provincial, Fernando Portillo Sharfhausen; alcalde de Cádiz, Jerónimo Almagro Montes de Oca; Ayudante de Marina, Cayetano Román Andrade; procuradores en Cortes, Baldomero García García y José Martínez Romero; delegado provincial del Ministerio de Vivienda, Moisés Arrimadas Esteban; comisario jefe de Policía de la Ciudad, Victor López Sainz y el teniente coronel jefe de la Comandancia de la Guardia Civil, Teodoro Castro Cano.

Entre el público asistente a la toma de posesión, vemos en primera fila, de izquierda a derecha al corresponsal de prensa Manuel Carrasco de la Bandera, desconocido, el corredor de comercio Fernando Monguió Becher, el fotógrafo Monclova, el ordennza municipal y camarógrafo José Valiente Moreno, Joaquín Calero Muñoz, y desconocidos. Detrás, al centro, vemos al capellán de la Ciudad, Anastasio Pérez de Andrés y al que, al final de la década de los setenta, sería alcalde, Javier Merello Gaztelu. (Foto: Juman. Archivo Municipal).

Otras representaciones fueron el presidente de la Audiencia Provincial, Rafael Cano Gardoqui; arcipreste de la Ciudad, Manuel Salido Gutiérrez; juez de Instrucción de El Puerto, Conrado Gallardo Roch; el delegado provincial de Obras Públicas, Carmelo de Cirión Eucarina; el Delegado de Educación y Ciencia, Antonio Palomo Ruiz; Delegado del Instituto Social de la Marina, Gerardo Harguindey Baoet; los alcaldes de Puerto Real y Chipiona, Alfonso López Martínez y Cesar Florido Cotro; Primer Teniente de Alcalde del ayuntamiento de Jerez, Javier López de Carrizosa Eizaguirre, en representación del alcalde ausente en Madrid.

En una visita a un taller de Imprenta, Juan Melgarejo Osborne, Francisco Javier Merello Gaztelu, concejal, y Vaca.

En su discurso de toma de posesión, lanzaba este mensaje a la ciudadanía: «También fuera de esta Casa Consistorial, fuera de esas autoridades y jerarquías a las que he aludido, quiero, aprovechando esta pública ocasión para demandar, como demando muy de veras a todos los portuenses, sin excluir a ninguno, a fin de que no oculten sus opiniones ni sus pareceres ante los problemas municipales, exponiéndolos con toda sinceridad seguros de que las puertas del despacho de la Alcaldía estarán siempre abiertas para quienes con el corazón en la mano, sin dobleces ni reservas de pensamientos, vengan a prestar, como un miembro más de la gran familia portuense, todo cuanto crean es lo mejor para el bien de todos, dejando a un lado la crítica oculta y demoledora y acogiéndose a una crítica abierta y constructiva que siempre será de agradecer».

Visita del Gobernador Civil de la Provincia al Hospital Municipal de San Juan de Dios, donde se inauguró la Sala de Maternidad. En primera fila, de izquierda a derecha, Juan Melgarejo Osborne, alcalde de la Ciudad; Luis Nozal López, Gobernador Civil y una Hermana de la Caridad desconocida; detrás, a la izquierda, Fernando Arjona Cía, concejal del Ayuntamiento y el médico José Joaquín Muñoz Bela; a la izquierda hermana desconocida, un médico desconocido, Ponce, y detrás Rábago, Juan de la Lastra, Carlos del Poyo y otros señores entre los que se encuentra el ginecólogo Francisco Viseras Alcolea. 27 de julio de 1970. (Foto: Juman. Archivo Municipal).

En la puesta de la primera piedra de una promoción de pisos del Patronato de la Vivienda. Le acompaña el ex alcalde Luis Caballero, el comisario Victor López Sainz y el concejal Manuel Rebollo Lainez. (Foto: Archivo Municipal).

Pedía a Dios y a la Virgen, «Nos de a todos y en todo momento la serenidad y la claridad de juicios, el sentido de la justicia, el conocimiento del deber, la conciencia de la responsabilidad, la fuerza ante la contingencia, la dureza cuando el bien común la reclame, la blandura cuando la caridad la imponga, el equilibrio en las decisiones, el sacrificio de unos pocos si para el bien de todos es necesario y, sobre todo y mas que nada, un sentimiento profundo de hermandad, de solera cristiana que nos permita saltar todas las barreras de los convencionalismos y de los intereses creados, para estar prestos y ligeros a cumplir con el deber de cada día, de cada hora y de cada minuto».

Entrega de Premios en la Feria de Primavera. De izquierda a derecha, el almirante Javier Elizalde, Juan Melgarejo, Juan Ignacio Varela Gilabert, el comisario Victor López Sainz, dos desconocidos y Juan de la Lastra y Terry. Detrás de pie, Rafael Morrito, al micrófono conduciendo el acto. 11 de mayo de 1970. (Foto: Archivo Municipal).

Melgarejo no ocupó la Jefatura Local del Movimiento que, en un acto posterior  juraría el porteño y también concejal, Juan Ignacio Varela Gilabert. Durante su mandato en la Alcaldía siempre recordaría la, --para aquel tiempo de escasez económica de los ayuntamientos-- , hazaña de restaurar la Plaza de Toros, cuando El Puerto era un clamor y deseaba ver triunfar al torero José Luis Galloso en su plaza. Aquella espera, recordaba nuestro protagonista, mereció la pena y aquella obra no solo de restauración sino también de consolidación, fue un premio para una ciudad por él tan querida.

En la Cruz Roja, durante la clausura de un Curso. De izquierda a derecha, Victor López Saiz, comisario de Policía; José Joaquín Muñoz Bela, médico y presidente de la Asamblea Local de dicho organismo humanitario; Juan Melgarejo; Cayetano Román Andrade, Ayudante de Marina;  Cristina Cologan Ponte Sra. de Ignacio Osborne Vázquez y Matilde Manzanera, Sra de Muñoz Bela. (Foto: Archivo Municipal).

Antes de ser alcalde fue concejal del ayuntamiento y teniente de alcalde, tomando posesión el 5 de febrero de 1961, con Luis Portillo Ruiz al que sustituyó y que no estuvo en su toma de posesión por prescripción facultativa al encontrarse enfermo. El Puerto tenía en el año 1970 la mitad de la población actual: 42.111 habitantes.

Juan Melgarejo, a la izquierda, acompañando al alcalde de la Ciudad, entonces Luis Portillo Ruiz, en una audiencia concedida por el anterior Jefe de Estado, el general Francisco Franco.

PORTUENSE HASTA EL FINAL.
Javier Oña Sevilla fue el médico que le atendió hasta su último aliento. Si bien le sugirieron se desplazara a un centro especializado para que le atendieran de ‘esa’ traicionera enfermedad, no quiso oír hablar de ello. Su médico fue Javier Oña y su Ciudad, El Puerto. Murió el 6 de octubre de 1994.

Juan Melgarejo y Magdalena Osborne con parte de sus nietos. De izquierda a derecha,  Mauricio Grandes Melgarejo, Jesus Grandes Melgarejo, Pablo Grandes Melgarejo, Juan Melgarejo Osborne, Alejandra Estevez Melgarejo, Juan Manuel Melgarejo Molina, Magdalena Osborne Jimenez,  Paula Melgarejo Molina.

Juan Melgarejo Osborne, fue un amante de su familia, un hombre valiente y un caballero, que no dudaba en hacer frente a cualquier injusticia, viniera de donde viniera. Generoso, buen amigo, colaborador de muchas causas, muchas de ellas en silencio, fiel a sus principios, amaba a El Puerto por encima de muchas cosas y, su peculiar carcajada hacía que, hasta el rostro más serio tuviera que sonreír.

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Reunión de un grupo de empresarios del gremio de la hostelería portuense, allá por 1960, fecha estimada de la instantánea, en una visita a la Fábrica de Cervezas La Cruz del Campo, en Sevilla.  De izquierda a derecha,  José Fernández Rodríguez, que en febrero cumplirá 87 años (Bar Jamón en calle Capillera), Francisco Sánchez Ruiz, hoy tiene 79 años (Cervecería Sánchez en calle Ganado), Luis Bustos (+) (cantina de la Estación de FFCC), Andrés González Mateos (+) (Bar Andrés en calle San Juan), José Luis Palomo Abadía, (taberna Casa Palomo, en calle Durango 22),  fallecido en enero de 2000; Antonio Sucino Barrera (+), Juan Espinosa Palacios (+) (Bar Guadebro) y Antonio Sánchez Ruiz (+) (hermano de Francisco).

4

Bernardo García Gómez es un porteño nacido en Cádiz, por las circunstancias de la asistencia médica de la época, el 1 de junio de 1963. Bernardo es hijo del matrimonio formado por Bernardo García Muñoz y Milagros Gómez Ganaza, ambos de El Puerto, aunque el padre nació accidentalmente en Sevilla. Su padre, trabajador de la fábrica de botellas hasta su cierre, Vidrieras Palma (VIPA). Su madre tenía en la calle Cruces un Refino (Mercería para los que no son de El Puerto), que regentó durante 25 años. Bernardo es el mayor de cuatro hermanos, --José Manuel, Fernando y Roberto--; Fernando es el propietario del Mesón La Andana, en la calle Misericordia y, sus otros dos hermanos trabajan en la planta de la empresa aeronáutica SK-10.

El año que nace Bernardo, 1963, era alcalde de la Ciudad, Luis Portillo Ruiz. La parroquia de San Marcos cambia ese título por el de Ntra. Sra. del Carmen y San Marcos; además se rectifican sus límites territoriales con la parroquia de Nra. Sra. de los Milagros. Ese año, Rafael Alberti abandona en 1963 Buenos Aires (Argentina), donde se encontraba exiliado desde 1940 y donde nació su hija Aitana. Pero el exilio continuará en Roma (Italia)

Bernardo, en su primer cumpleaños, con sus padres Bernardo García Muñoz y Milagros Gómez Ganaza.

En 1963 se desbordó el río Guadalete; helicópteros de la Base Naval de Rota recataron a vecinos de núcleos rurales. El 24 de marzo el Zeppelin C.F. perdía ante el Puerto Real, en el campo de La Salle, por 3-1. En diciembre, Isabel Merello Alvarez-Campana, viuda de Terry y para su hijo Fernando A. pidió la mano de su hija Elisa a los Condes de Osborne. Nacen también en 1963 el Rector del Seminario de Jerez y canónigo, Ignacio Gaztelu Pastor y el fotoperiodista del Grupo Joly, Fito Carreto. Mueren Juan XXIII y John F. Kennedy.

Una imagen del pequeño Bernardo en la Feria de Ganado, en El Palmar de la Victoria.

De pequeño vivió en la calle Santa Fé, muy cerca de San Sebastián; ya con dos años la familia se trasladará a la calle Cruces, 53, donde pasará toda su infancia. Los estudios primarios los realiza en el Colegio de San Ignacio, --Don Juan ‘el Cojo’--, terminando en San Agustín por cierre del anterior centro. Bachillerato y COU los realizará en el Instituto Pedro Muñoz Seca.

En 1981 comienza sus estudios universitarios en Jerez, obteniendo la Diplomatura en Ciencias Empresariales en la Escuela Universitaria. Tres años más tarde, en 1984, continuará en Sevilla los estudios, licenciándose en Ciencias Económicas y Empresariales por la universidad hispalense.

En el último año de carrera se incorpora a la empresa de los Hermanos Fernández Sánchez (Restaurante Bar Jamón, La Bodeguilla, Confitería La Merced y Alimentación Joselito), donde se hace cargo del departamento administrativo y contable y las relaciones laborales, cumpliendo el próximo 2011, 25 años en la empresa.

La familia: Bernardo padre, Milagros, Álvaro y Bernardo Jr.

Bernardo está casado con Milagros Pérez Pérez (de los Pérez de toda la vida), que también es la mayor de sus tres hermanos --Manuela y Ramón--, hija de Ramón Pérez González y Antonia Pérez Selma. Tienen dos hijos mellizos, Álvaro y Bernardo, que cumplen el próximo enero 19 años. Y si bien establecieron en principio el domicilio conyugal en la Barriada Los Alamos, mas tarde se trasladaron a Cruces, 53. donde vivió su infancia y juventud, por lo que podemos afirmar que nunca ha dejado de vivir en el Barrio Alto, algo de lo cual se siente orgulloso.

Entre sus aficiones se encuentra el fútbol, la lectura y viajar, practicando de joven el fútbol en los infantiles y juveniles del CD La Salle y en el Racing Club Portuense B, en categoría regional.

De izquierda a derecha, Sebastián Gómez, Florentino Pérez presidente del Real Madrid y Bernardo García, en el palco del Santiago Bernabeu.

PEÑA MADRIDISTA PORTUENSE.
Hace 25 años, en 1985, un grupo de amigos que se reunían en el Bar Apolo (ver nótula núm. xxx en GdP), se embarcaron en la aventura de crear una Peña Madridista en El Puerto. Amigos con el corazón blanco, como se definen. La primera Junta Directiva estuvo presidida por Juan Moreno Garrucho (+), estableciéndose en la calle Pagador donde tuvieron su primera sede social.

Tras unos años, cambian de ubicación, trasladándose a la calle Postigo, siendo su presidente Juan Márquez, fijando su actual residencia en la calle San Juan, 27, siendo presidente Francisco Lambea Cosculluela (no el periodista). En el año 1998 ostentó la presidencia un hombre que hizo una labor importante para que la Peña no desapareciera, José Reviriego Izquierdo, precisamente fallecido este mes de diciembre.

Bernardo García, Enrique Gutiérrez, Tomás Roncero del Diario AS y Sebastián Gómez en el estadio Santiago Bernabeu.

A partir del año 2002 alcanzará la presidencia nuestro protagonista, Bernardo García Gómez, llevando ya ocho años al frente de la entidad peñística blanca en El Puerto. Durante su mandato la asociación ha experimentado un considerable aumento en el número de socios.

Portada de la caseta de la edición de la Feria 2010 dedicada a Oporto.

Mujeres de los socios en el interior de la Caseta de la Peña Madridista en el Real de la Feria.

En el año 2004 la Peña Madridista instaló una caseta en el Real de la Feria de las Baderas, siendo uno de los principales puntos de encuentro de los socios madridistas y muy bien acogida por los porteños.

Francisco Fernández Lira, Antonio Ruiz (ex jugador del Real Madrid), Bernardo García, Manolo Velázquez (ex jugador del Real Madrid), Juan Escalante, Sebastián Gómez y Enrique Gutiérrez, en la Peña Madridista de Rota.

Entre las actividades de la Peña podemos destacar, aparte de las excursiones a Madrid para asistir a los encuentros deportivos en el estadio Santiago Bernabeu, otras de índole cultural para conocer la historia, costumbres y territorios andaluces. Un Ciclo Cultural que se celebra, anualmente, en el mes de noviembre. Una jornada dedicada al socio, así como actos de convivencia en sede social. Anualmente publican, igualmente, calendarios de fútbol en diferentes formatos, siempre relacionado con el equipo merengue.

Hace pocas fechas hemos sufrido un grave problema colectivo en la ciudad: la acumulación de basuras en los contenedores destinados a su almacenamiento y en parte del acerado y pavimento de sus alrededores, debido a problemas financieros con la empresa que recepciona las toneladas de detritus que se recogen diariamente. En esta ocasión, no existían otras causas, ni laborales ni empresariales. Es decir, nada achacable a la extensa plantilla dedicada al servicio de limpieza, ni a la compañía concesionaria, Fomento de Construcciones y Contratas, la empresa más importante del sector en España, integrante del amplio parque empresarial dirigido por las hermanas Koplowitz. En realidad habría que matizar que, desde 1998, FCC es solo propiedad de una de ellas, Esther, que adquirió la parte de su hermana Alicia Koplowitz y Romero de Juseú, que es quien aparece en la imagen de la izquierda.

A estas alturas, ustedes se preguntaran, que tienen que ver las basuras, FCC y Alicia Koplowitz, una de las cinco personas más ricas de España, agasajada por los políticos -especialmente por Esperanza Aguirre- y con un reconocido talante de mecenas de la cultura y las Bellas Artes, pues es patrono, entre otras, de la Fundación Príncipe de Asturias y del Museo del Prado, con "Gente del Puerto", donde se difunden y dan a conocer  personas relacionadas con nuestra ciudad, conectadas con ella  por su nacimiento, vivencias o muerte.  Voy a intentar explicarlo.

Resultado de la 'Huelga de Calandrias', nombre del vertedero donde las empresas que los gestionan han impedido que los residuos sólidos de la Ciudad fueran depositados allí por unas diferencias en cuanto a los precios públicos del servicio con el Ayuntamiento.

Me confieso un enamorado de la teoría de "los seis grados de separación" ideada en 1929 por el escritor húngaro Frigyes Karinthy, según la cual, toda persona del mundo está conectada con cualquier otra a través de, como máximo, una cadena de otras seis personas distintas. Parece increíble pero es estadísticamente cierto, aunque no podemos extendernos aquí en poner algún ejemplo práctico, salvo el recurrir a ella para encontrar una cierta similitud con la conexión portuense de esta ilustre dama contemporánea con El Puerto.

Prácticamente, casi todos conocemos que su padre, creador del imperio empresarial, era un judío alemán que huyó del nazismo en los años treinta del pasado siglo, contrayendo matrimonio en España con una señora de la buena sociedad madrileña. Pero es mucho menos conocida la personalidad de su esposa, madre de las hermanas Koplowitz. Se llamaba Esther Romero de Juseú y Armenteros y su madre, abuela de Alicia, Mª Josefa de Armenteros y Peñalver  fue sexta marquesa de Casa Peñalver. (En la imagen de la izquierda un diagrama de la Teoría de los Seis Grados de Separación, con Alicia Koplowitz, como objeto del estudio).

Apenas cumplida la mayoría de edad, Alicia Koplowitz, ya rica heredera y recién casada, debió sentir nostalgia de algún título nobiliario, considerando la cantidad de ellos que disfrutaron sus antepasados por línea materna (Marquesado de Casa Peñalver y Marquesado de Cárdenas de Montehermoso) retomando el pleito que el juzgado de Primera Instancia nº 18 de Madrid había iniciado su madre contra Fernando Sainz de Inchaústegui, marqués del Real Socorro, sobre mejor derecho al uso del mismo título nobiliario. La sentencia del pleito declaró ser mejor y preferente el derecho de la demandante. Recurrida ante la Audiencia Provincial fue confirmada en todas sus partes y, recurrida nuevamente en casación, ante el Tribunal Supremo por el demandado, fue desestimado el recurso, confirmando la sentencia de Instancia.

Uno de los argumentos más sólidos de la reclamación fue la probanza por la parte que demandaba de: "... haberse acreditado el matrimonio de aquel de quien todos tienen causa (marqués del Real Socorro) con doña Rita Luciana de Castro -que se pretendía impugnar de contrario por inválido- al contradecir esas manifestaciones, declaraba la mejor línea legítima de la actora..." El I marqués del Real Socorro, título concedido por Carlos III en 1770  al cubano José de Veitia y Rentería, sería compartido por su esposa, marquesa consorte, la también cubana Rita Luciana de Castro, nacida en La Habana.

Y aquí entra la conexión portuense, porque el padre de la marquesa era un emigrante, nacido en El Puerto de Santa María en 1681, que contrajo  matrimonio en la capital caribeña en 1722 con Ana de Espinosa, hija también de emigrantes portuenses, pues fueron sus padres el alférez Andrés de Espinosa, que nació en El Puerto en 1645 y Petrona R. de Monteser, que igualmente era natural de esta ciudad, donde nació en 1690.

El suegro portuense del I marqués del Real Socorro y abuelo materno del II, Francisco de Castro y Bravo, ejerció en nuestra ciudad en la primera década del siglo XVIII como Alguacil Mayor de MIllones y era hijo del sevillano Gabriel de Castro Barba de Ribera y de la portuense Luciana Bravo, con la que había contraído matrimonio en la Iglesia Mayor Prioral en 1676. Dos siglos y pico después de su creación, en 1984, Alicia Koplowitz se posesionó como titular del marquesado que una lejana pariente, de ascendencia portuense, ostentó igualmente. En la actualidad, desde el 2000, lo ostenta su hijo Alberto Cortina Koplowitz, al que lo cedió. (Textos: Antonio Gutiérrrez Ruiz. A.C. Puertoguía).

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