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Tenemos que hablar hoy de un patronazgo muy especial en el país transatlántico que tan próximo nos es, cual es el que desempeña sobre su capital, Buenos Aires, San Martín de Tours, cuya festividad se ha celebrado el día de trasantié, el 11 de noviembre. Un patronazgo que en la capital porteña se celebrará este año, como ya se hizo el pasado por primera vez, con un festejo muy especial: la recreación de los festejos que en tiempos se realizaban para honrar al santo patrono de la ciudad. En él han participado la Catedral Primada de Buenos Aires, el Museo Histórico del Cabildo y la Revolución de Mayo, la Parroquia San Martín de Tours, la Parroquia Ortodoxa San Martín de Tours, el Museo Nacional de la Historia del Traje, el Teatro Colón, la Sección Histórica de Infantería de Marina, el Real Cuerpo de Marinos, los Blandengues de Ensenada, el Tercio de Voluntarios de Cantabros Montañeses, el Escuadrón de Caballería Histórica, los Granaderos de Fernando VII y la Sociedad Victoriana Augusta, entre otros. /En la imagen, San Martín de Tours, a caballo, visto por El Greco.

Por hacer un poco de historia argentina, que en este caso es también historia española, San Martín de Tours es elegido patrón de la ciudad de Buenos Aires por los cabildantes hace 432 años, en el año 1580 por lo tanto, a los pocos días de la fundación de la ciudad. La segunda fundación en realidad, porque Buenos Aires es la ciudad dos veces fundada. La primera por Pedro de Mendoza, que lo hace en 1536 como Real de Nuestra Señora Santa María del Buen Ayre, -nombre derivado, al parecer, de la devoción de los marineros españoles a la citada advocación de la Virgen-, aunque ha de abandonarla en 1541, a causa del acoso de los nativos. Y la segunda por Juan de Garay, que la funda esta vez como Ciudad de la Trinidad, aunque otorga al puerto el nombre de Puerto de Santa María de los Buenos Aires, donde hay que encontrar razón tanto del nombre por el que la ciudad será universalmente conocida, Buenos Aires, como del toponímico que recibirán sus habitantes, los “porteños”.

Sorteo para la elección del patrón del Puerto de Santa María de los Buenos Aires.

La elección del patrón de la ciudad se realiza mediante un sistema muy especial, ya que lo es por insaculación, o extracción por sorteo de una papeleta con su nombre de un saco en el que se han incluído varias. Extraído el nombre del santo francés, el escaso cariño de los primeros porteños a nada que pudiera provenir de Francia les llevará a repetir el sorteo, cosa que harán hasta dos veces más, saliendo siempre elegido el mismo santo, lo que les obligará a  aceptar que el santo patrón debía ser, precisamente, San Martín de Tours. Cabe preguntarse por qué se introducía a San Martín en el saco de los candidatos si no se quería que el santo gabacho fuera el patrón de la ciudad. Un argentino lo explicaría diciendo que, al fin y al cabo, “aquesho estaba sheno de gashegos”, pero eso es otra cuestión. No es el único efecto prodigioso que se atribuye al sorteo, pues muchos argentinos han querido ver en él una premonición al hecho de que muchos años después, el prócer de la independencia argentina se llamara, precisamente, San Martín, José de San Martín.

 Celebración del día de San Martín de Tours hacia 1750.

San Martín de Tours no era, como vemos, argentino, pero es que ni siquiera era del país que el topónimo al que su nombre va unido parece sugerir, a saber, francés, pues nacer lo que es nacer, nace en Pannonia, en la actual Hungría, parte entonces del Imperio Romano, cosa que hace en el año 316. Hijo de un oficial del ejército romano, se enrola muy joven en la caballería imperial. Siendo soldado, se bautiza cristiano y es destinado a los ejércitos que el Imperio mantiene en territorio francés: data de entonces, concretamente del año 337 y en Amiens, el famoso episodio en el que cabalgando a lomos de su caballo, y al encontrarse con un mendigo muerto de frío, parte su capa militar en dos para compartirla con él, dándole sólo  la mitad, pues la otra mitad pertenece al ejército romano en el que sirve. En la noche siguiente, recibe la visita de Cristo vestido con la media capa para agradecerle el gesto. En el año 356, a sus cuarenta años de edad, se dirige a Poitiers, donde San Hilario lo ordena sacerdote. En 361, funda en Ligugé una comunidad monástica, y en el 371 es consagrado obispo de Tours. Su vida pastoral se caracterizará por la lucha contra las herejías del momento, primero el arrianismo, luego el priscilianismo, aunque por lo que hace a esta última, Martín abogará  ante el emperador Magno Clemente Máximo por indultar al hereje Prisciliano, español de origen, el cual, aún a pesar de las gestiones de Martín, acabará siendo decapitado, recayendo en él de este modo el dudoso honor de constituir el primer hereje cristiano ejecutado de toda la historia. La ejecución se produce en la ciudad de Tréveris, en la actual Alemania. San Martín muere en Candes (Francia) en el año 397, a los ochenta y un años de edad, que no son pocos para la época. Ese mismo año, San Sulpicio Severo escribe su biografía que contribuirá a la difusión de su culto.

Mausoleo con lo que queda de los restos de San Martín de Tours

Trasladados sus restos a Tours, su sepultura y la iglesia erigida en torno a ella sufrirá tres grandes catástrofes: la primera un fuego en el año 1230; la segunda un saqueo de los protestantes franceses en 1562; y la tercera, el ataque de los revolucionarios franceses en 1793.

Además de serlo de Buenos Aires, San Martín en santo patrón de Hungría y uno de los santos patronos de Francia; de ciudades tales como Utrecht en Holanda u Orense en España; así como de soldados, trabajadores del textil y el comercio en general. (Texto: Luis Antequera).

Frasquita Larrea (Cádiz 1775-El Puerto 1838), cuyos restos mortales reposan en la iglesia del Colegio de las Carmelitas.

Francisca Javiera Ruiz de Larrea y Aherán, más conocida como Frasquita Larrea, fue una gaditana que nació en 1775 y que con tan solo 21 años ya le dio el "sí quiero" a un alemán de Hamburgo, casi "rubio como la cerveza" pero sin tatuaje, con el que había mantenido un largo intercambio epistolar. (Ahora se tardaría un poco más en pasar por el altar y, sobre todo, sería impensable que una pareja joven se comunicara por carta…, y no me digáis que tengo 'guasa'). Frasquita y Juan Nicolás Böhl de Faber se casaron en Cádiz. El viaje de novios fue a Alemania, a casa de la familia de él, donde Frasquita se encontró como pez en el agua y su suegra la mar de contenta. Y no era para menos, Frasquita pertenecía a una familia culta, de comerciantes acomodados y hablaba inglés y francés con tal facilidad que traducía a Lord Byron, a Mary Wollstonecraft y a quien hiciera falta. Ella iba de luna de miel. ¡Vamos!, de viaje de placer, no a buscar trabajo. Sin embargo, el emigrante era su marido, que había recalado en Cádiz con intención de hacer fortuna porque, lo que son las cosas, aquí había más posibilidades.

Placa instalada en 1976 por el Ateneo de Cádiz en la calle Rafael de la Vesca, 6, domicilio de Frasquita Larrea en Cádiz.

Las personas que han estudiado la vida y milagros de la pareja coinciden en que el éxito de Frasquita en Alemania no agradó a Juan Nicolás. Es más, se opuso a que a la vuelta del viaje su esposa organizara una tertulia en su casa como había visto que se hacía en Alemania. Frasquita se salió con la suya. Era una mujer de armas tomar, pues tenía una personalidad fuerte y rebelde. No era humilde, ni dócil, ni obediente, ni complaciente. No lo digo yo, lo dejó por escrito su propio marido. Claro que no ser humilde, ni dócil, ni obediente, ni complaciente, puesto en boca de un marido recién separado, puede parecer más una virtud que un defecto en ella. A pesar de las diferencias de criterios y de las separaciones también tenían parcelas de sus vidas en las que coincidían, como por ejemplo la literatura: el alemán fue el introductor de las ideas románticas en España, con la colaboración de su esposa.

También coincidieron en sus cuatro hijos: Cecilia (1796), Aurora (1799), Juan Jacobo Antonio (1800) y Ángela (1803). Cecilia Böhl de Faber llegaría a ser más conocida como Fernán Caballero y merece un artículo aparte. (ver nótula núm. 573 en GdP) Ahora indicaré tan solo dos apuntes: que coincidía con su madre en su actitud rebelde y en su tendencia política conservadora, y que su obra más conocida era 'La gaviota'. /Cecilia Böhl de Faber, imagen propiedad de la Universidad de Sevilla.

EN EL PUERTO.
El matrimonio se reconcilió y después de varios traslados acabó en 1821 en El Puerto de Santa María. Aquí quería llegar. En esta ciudad pasaron prácticamente el resto de sus vidas Frasquita y Juan Nicolás. En esta ciudad encontró Aurora, la segunda hija de los Böhl de Faber y Larrea, a Tomás Osborne, con quien se casó en 1826. En esta ciudad también residió Cecilia con su esposo Antonio Arrom. En esta ciudad se guarda la historia manuscrita de la familia en formato epistolar. Importante ciudad para esta familia.

La descendencia de Tomás y Aurora fue muy amplia, pero yo me voy a detener en Rafael Osborne Fernández. (Ver nótula núm. 460 en GdP). A principios de octubre estuve charlando con él. Lo primero que me dijo fue: "Hace cincuenta años que no nos veíamos". Es cierto. Habíamos estudiado bachillerato en los Marianistas de Jerez en los primeros años de la década de los sesenta. ¡Cómo pasa el tiempo! Pero él prácticamente no ha cambiado. Lo recordaba pausado, inspirador de confianza y de una exquisita amabilidad. Y sigue igual. Los cincuenta años de paréntesis no habían entorpecido nuestra conversación que pasó de manera fluida por algunos recuerdos y nombres de nuestros años escolares y por las figuras, para él familiares, de Frasquita, Cecilia y Aurora. Mi esposa, el libro 'Fernán Caballero (Algo más que una biografía)' y numeroso material de trabajo que llenaban su despacho, fueron testigos de nuestra agradable charla.

En junio de 1962 Rafael Osborne tuvo la amabilidad de invitarnos a visitar la bodega de su familia. Éramos los alumnos de 1.º B de bachillerato de los Marianistas de Jerez acompañados por Bonifacio Andrés y el mismísimo 'Paul Anka'. Ahora, pasados los primeros días de octubre de 2012, el mismo patio que fuera escenario de las bromas y comentarios de aquellos jovencísimos estudiantes, escucha con indolencia el final de nuestra conversación y nos emplaza a vernos…, antes de que pasen otros cincuenta años. (Texto: Juan Luis Sánchez Villanueva).

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Querido Salvador, la muerte de Juana Cortés Jiménez, tu Juani, me ha dejado sin palabras. Con rabia y dolor, he marcado el número de teléfono de tu casa, pero la llamada se ha perdido por el aire de los cables, sin posibilidades de retorno ni aviso. Ahora no sé dónde depositar esta pena que me consume y acompaña todo el día. Como sabes, estoy lejos, imposibilitado de darte un abrazo y empaparme para compartir contigo ese amargor que cierra tu garganta impidiéndote respirar.
A pesar de quererlo con todas mis fuerzas, no tengo para el amigo el consuelo de la palabra que tranquiliza, y desconozco cómo hacer para que se obre el milagro de devolvértela que es lo que tú quisieras ahora. Ni siquiera sé cómo llenar ese inmenso vacío que te consume en estos momentos. Me resisto a rezar al Dios que ha consentido que la Muerte te la arrebate tan joven y tan llena de esperanzas; ahora, justamente ahora que empezabais a revivir… Lo siento, no deseaba traer a tu memoria recuerdos que sólo portan amarguras. Espero vernos pronto para abrazarte con fuerza, y pedir juntos que allá donde quiera que esté, ella siga iluminando tu vida, que continúe dando los consejos de esposa, madre y abuela. Ella ya es libre. Somos nosotros los que seguimos esclavizados en el día a día. Ya descansa en paz y brilla en ella la luz eterna de la verdad. Que así sea. (Texto: Alvaro Rendón Gómez).


Durante la presentación del libro de Salvador Cortés Núñez ‘el Chigüi’, vemos a  su mujer Juana Cortés Jiménez a la derecha de la imagen, junto a Luis Suárez Ávila que prologó el libro ‘Alma Gitana’ en las Bodegas Colosía, en enero de 2010. En la instantánea, familiares y amigos del matrimonio, junto a Manolo Pico, presidente de la Academia de Bellas Artes, el cantaor Pansequito y el alcalde de la ciudad, Enrique Moresco.

Salvador y su mujer Juana han trabajado como vendedores ambulantes, oficio que no es ajeno a los gitanos. En la puerta de Simago, en la calle doña Blanca de Jerez, planta sus reales, como vendedor. Luego en los mercadillos semanales de Jerez, Cádiz, San Fernado, El Puerto, Sanlúcar. Su mercancía son las medias de señora. Con las medias ha logrado llevar su casa adelante y tener de su matrimonio con Juana, cuatro hijos que le siguen en los negocios: Esperanza, con tienda abierta en la calle Santa Lucía, Rocío, con establecimiento en la calle Ganado; Francisca con tienda en Valdelagrana y Salvador que atiende a los mercadillos, tiene puesto en la Plaza de Abastos y, sobre todo tiene una exclusiva de Alonso para vender camisetas en los Campeonatos del Muno y en ls concentraciones moteras. (Texto: Luis Suárez Ávila).

En el Crucero Baleares, en la imagen inferior, de izquierda a derecha los portuenses, Diego Utrera Sánchez, José Domínguez Nieto, Manuel Arjona Cía y Tomás Cólogan Osborne (marqués de la Candia). Estos dos últimos murieron en el hundimiento de dicho barco el 6 de marzo de 1938.

El crucero Baleares fue gemelo del Canarias, que era el cabeza de clase. Conformaron la Clase Canarias. Este crucero entró en servicio aun sin terminar, en diciembre de 1936 al servicio de las tropas sublevadas de Franco, montándose su cuarta torreta de artillería en el verano de 1937. El 6 de marzo de 1938 el crucero Baleares fue hundido por la flota republicana en la batalla del Cabo Palos por torpedos procedentes del destructor Lepanto. Los destructores ingleses HMS Boreas y HMS Kempenfelt acudieron a ayudar al salvamento de los náufragos. Rescataron a 435 hombres; 786 desaparecieron.

El crucero Baleares, gemelo con el crucero Canarias.

En El Puerto de Santa María la embarcación ‘Crucero Baleares’ tiene una calle comprendida entre el Paseo de los Enamorados y la calle Aurora. Manuel Arjona Cía tiene una calle a continuación de Crucero Baleares, entre las calles Maestro Juan Pinto (colegio Luisa de Marillac) y el Pase de los Enamorados . En la localidad vasca de Ondárroa y en Palma de Mallorca se erigieron sendos monumentos a la memoria de los fallecidos.

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El Puerto de Santa María… no tengo claro si es un pueblo o una ciudad, pero cargado de recuerdos, memoria, historia, letras, flamenco, cárcel y galeras. Según cuentan, en su castillo de San Marcos, el mismo Alfonso X  tuvo una aparición  que le invitaría después a escribir sus Cantigas a la Virgen.

Carceleras de El Puerto, por Pasión Vega.

Años después, en ese mismo castillo, Cristobal Colón planificaba uno de sus viajes hacia  el nuevo mundo. Fue al Puerto y a Cádiz donde llegaron los primeros barcos de las Indias, cargados de oro, especias, probablemente también esclavos…
Con la densidad de tráfico marino, y la necesidad de remeros y demás operarios para los barcos transatlánticos, no tardó en convertirse en el destino más frecuente para aquellos que intentaban jugar con la ley, y perdían. Famosas fueron sus cárceles, y sus condenas a galera; en ellas fueron a terminar muchas vidas.

Carceleras de El Puerto, por Imperio Argentina. Español.

Esta condición provocó que no tardase El Puerto en convertirse en ciudad refugio para los gitanos. No hay muchas ciudades de este tipo. En ellas, los gitanos que hayan cometido algún crimen o traición a su ley, podían refugiarse allí, protegidos, sin ser castigados. En consecuencia, se convirtió el puerto en un hervidero de cantos, llantos flamencos y populares.

Carceleras de El Puerto, por Imperio Argentina. Alemán. Las ‘Carceleras de El Puerto’ pieza emblemática de Oliva y Mostazo, y que hizo popular Imperio Argentina en 1939 en la película "Carmen de Triana", tuvo también su versión en alemán, tanto la película como la copla. Y es que fueron rodadas en Alemania, durante la contienda civil española. Muchas otras artistas la cantaron después, entre las que se encuentran Concha Piquer, Rocío Jurado, Pasión Vega o Sara Montiel.

Carceleras de El Puerto, por Concha Piquer.

Allí mismo nacieron y crecieron Pedro Muñoz Seca, quien nos dejó un teatro lleno de un humor que sólo un gaditano podría crear, y uno de los poetas más conocidos de la generación del 27, Rafael Alberti. En ese mismo 1927, nacía José Luis Tejada Peluffo. Todos cantaron al mar, al río… Si se alejaban, mostraban, de una u otra forma, su añoranza al Puerto, a ese olor a mar, pescado y marisco, vino… y, pues lo habían mamado, todos tocaron, de una forma u otra, el flamenco.

Carceleras de El Puerto, por Sara Montiel.

Ese José Luis no tardó en convertirse en un jovenzuelo conocido como poeta, que bebía de toda esta tradición. Iba acompañado con frecuencia de una carpeta llena de recortes y anotaciones de versos… paseaba por El Puerto en busca de inspiraciones, bebiendo de lo más profundo de su gente.

Carceleras de El Puerto, por Rocío Jurado.

Esas carceleras de El Puerto fueron, en definitiva, un lugar de sufrimiento, pero a la vez un lugar de encuentro de músicas y composiciones, fuente viva del flamenco, en la ciudad del vino y el mar, paredes blancas y pasión por la vida. (Texto: Kaze).

Carceleras de El Puerto, por Antoñita Peñuela.

CARCELERA DE EL PUERTO.
letra: De la Oliva y Mostazo.

Mejor quisiera estar muerto,
mejor quisiera estar muerto,
que preso para toda la vida,
en ese penal del Puerto,
Puerto de... Puerto de Santa María.

Centinela, centinela,
tu has tenido la culpita,
que pase la noche en vela,
que pase la noche en vela.

¿A donde ira ese barquito
que cruza la mar serena?
Unos dicen que a Almería,
y otros que para Cartagena,
unos dicen que a Almería,
y otros que para Cartagena,
y otros que para Cartagena.

Carceleras de El Puerto, por Alejandra Rodríguez.

Ay, ay, ay, ay, ay, ay,
barquito de vela,
que viene de Cádiz,
que viene de Cádiz,
por esa bahía,
que viene de Cádiz,
por esa bahía,
y no llega al Puerto
y no llega al Puerto
Puerto de... Puerto de Santa María.

Mejor quisiera estar muerto,
mejor quisiera estar muerto,
que preso para toda la vida,
en ese penal del Puerto,
Puerto de... Puerto de Santa María.

Carceleras de El Puerto, por Sandra Cabrera.

Centinela, centinela,
tu has tenido la culpita,
que pase la noche en vela,
que pase la noche en vela.

¿A donde ira ese barquito
que cruza la mar serena?
Unos dicen que a Almería,
y otros que para Cartagena,
unos dicen que a Almería,
y otros que para Cartagena,
y otros que para Cartagena.

Ay, ay, ay, ay, ay, ay,
barquito de vela,
que viene de Cádiz,
que viene de Cádiz,
por esa bahía,
que viene de Cádiz,
por esa bahía,
y no llega al Puerto
y no llega al Puerto
Puerto de... Puerto de Santa María.

Carceleras de El Puerto, cantadas por el artista porteño, Nicolás García, triunfador  en el concurso de la RTVA 'Se llama Copla', en Canal Sur TV.

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Ruy González de Clavijo (? - 2 de abril de 1412) nacido en Madrid, fue camarero del rey castellano Enrique III quien le encomendó la tarea de establecer una embajada con la corte de Tamerlán (actual Uzbekistán, ex república de la URSS) con la intención de crear una alianza para guerrear contra los turcos. /En la imagen, grabado idealizado de Ruy González de Clavijo.

González de Clavijo ‘el Vaginaro’ partió desde El Puerto de Santa María el 22 de mayo de 1403 en compañía del maestro teólogo Fray Alonso Páez de Santamaría –que ofició además de intérprete-, el Guarda del Rey Gómez de Salazar, Mohamad Al Qazl y el séquito correspondiente. La expedición navegó hasta Málaga, Cartagena, Formentera y Mallorca. El 18 de Julio, cerca de Strómboli, padecieron una tormenta tras la que observaron las ‘Luces de San Telmo’ en lo alto de los mástiles y que fueron consideradas de buen augurio.

Navegaron hasta Rodas y desde allí hasta Constantinopla, donde fueron recibidos con todos los honores por el Emperador Manuel II Paleólogo (1391- 1424). Después de costear por el sur el mar Negro desembarcaron en Trebisonda y cruzaron por Armenia, Persia y Turquestán (tierras que hoy son de Turquía, Iraq e Irán).

Tras su llegada a la corte de Tamerlán en septiembre de 1404, González de Clavijo presenció la partida del guerrero en su campaña contra China, pero Tamurbec (como el castellano llama al mongol) murió en febrero de 1405 antes de entrar en China, y su muerte puso fin prematuro a su viaje con la incautación de los bienes y presentes que González de Clavijo había llevado para agasajar al mongol durante las purgas posteriores a la muerte de Tamerlán; así que, en la práctica, la embajada de los castellanos fue un fracaso.

En estos días, el conocido escritor, motero y aventurero Miquel Silvestre se está planteando repetir la singladura, partiendo desde El Puerto de Santa María hasta el mítico lugar de Samarcanda.

Se detuvieron en las ciudades de Khoy y Tabriz, y pasaron por Soltania, hasta llegar a Teherán desde donde partirán hasta Dagum y Nisapur –donde falleció el Guarda Real Gómez de Salazar- cruzando la frontera de Turkmenistán y el desierto de Karakum hasta llegar a Bujara (actual Ubezkistán) , para entrar, dieciséis meses después, el 8 de septiembre de 1404, en Samarcanda, la Perla de la Gran Ruta de la Seda.

No obstante, el mismo hecho de haber llegado y vuelto es un éxito desde el punto de vista de que un reino tan periférico como Castilla tuviese presencia en un asunto tan ambicioso. El fracaso es relativo para el propósito de la misión, que era provocar una "pinza" estratégica contra los musulmanes en dos frentes alejadísimos en un momento muy delicado, en el que los turcos otomanos se hallaban en un interregno desde 1402 y los mamelucos, con presencia en Próximo Oriente, estaban sufriendo los ataques de Tamerlán, con el que se entrevistó Ibn Jaldún en 1401, en este caso en el sitio de Damasco, antes de su muerte en 1406.

Ruta de Ruy González de Clavijo, una singladura no valorada en la actualidad dadas las facilidades con las que hoy se realizan los viajes.

Decepcionado, González de Clavijo, regresaría a Castilla donde arribó en marzo de 1406. Tras su viaje González de Clavijo siguió al servicio de su rey, aunque más tarde volvió a Madrid donde murió, siendo enterrado en la iglesia de San Francisco el Grande. La casa de González de Clavijo en Madrid se ubicaba cerca de la Plaza de la Paja y con el tiempo pasaría a formar parte de la familia Vargas y actualmente todavía lleva el nombre de estos últimos.

El relato de los viajes de González de Clavijo hasta Samarcanda entre los años 1403 y 1406, escrito por el propio viajero y recogido bajo el título Embajada a Tamorlán es una de las joyas de la literatura medieval castellana, y es en muchos aspectos comparable al célebre "Libro de las Maravillas" del italiano Marco Polo escrito casi un siglo antes.

EL LIBRO: EMBAJADA A TAMORLÁN.
Embajada a Tamorlán es un libro de viajes medieval escrito en 1406 por Ruy González de Clavijo cuyo contenido es una relación completa y minuciosa de la embajada que este autor realizó, junto con el dominico Alfonso Páez de Santamaría a Samarcanda ante el rey Tamerlán por decisión diplomática del rey Enrique III de Castilla.
En 1403 el monarca Enrique III decidió enviar una embajada al poderoso emir (gobernador) turco-mongol Tamerlán el Grande, que perseguía estrechar relaciones diplomáticas con este gran conquistador para conjurar la amenaza turca, que occidente personificaba en la expansión del sultán del Imperio otomano, Bayaceto I. Al frente de esta expedición marchó Ruy González de Clavijo y un dominico experto en lenguas y culturas extranjeras, Alfonso Páez de Santamaría. El viaje se prolongó por espacio de tres años desde la salida de los embajadores. A su retorno en 1406 hubo de ser escrita la relación.

...continúa leyendo "1.543. RUY GONZÁLEZ DE CLAVIJO. De El Puerto a Samarcanda. 1403-1404."

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'Memento mori’ es la frase que, en la Roma antigua le decían a los generales que, desfilando victoriosos por sus calles, llevaba junto a él a un esclavo que se encargaba de recordarle que él también era un mortal, a pesar de momento que saboreaba en el desfile triunfal. La traducción no es otra que ‘Recuerda que has de morir’.

Este es un día para recordar a familiares  y amigos que se han ido. En este año, sin ir mas lejos, el ex alcalde Fernando Gago (ver nótula núm. 974 en GdP), el hostelero Vicente Sordo (ver nótula núm. 014 en GdP), el artista Faelo Poullet, (ver nótula núm. 266 en GdP), el político de la transición Miguel Marroquín (ver nótula núm. 220 en GdP). Y tantos otros anónimos entre las gentes de El Puerto. En mayor o menor medida unos pasarán a le memoria de la historia y otros al olvido de los años. Todos han hecho su parte, con su microhistoria, para la historia de El Puerto. /Fotos: Manolo Morillo.

Nichos vacíos en el cementerio campal de El Puerto.

'Beate mortui qui in Domino moriuntur'.

En la cultura mediterránea, el ciprés era considerado como un árbol capaz de repeler hechizos malignos, por ello se usaba para cercar villas y caseríos. Para el filósofo Platón, el ciprés representaba la inmortalidad del alma. Para los romanos, este árbol era el símbolo sagrado de Plutón (dios de los difuntos), cuya frente se coronaba con esta conífera. Además su raíces crecen de forma vertical, no levantando lápidas ni enterramientos, desprendiendo su resina un olor carácerístico que repele a los depredadores.

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El primero de noviembre de 1738 no solo se celebraban en El Puerto ‘los Tosantos’ y se rendía culto a los familiares difuntos. La autoridad no tenía otra cosa que pensar, y se dedicaba a… molestar a los jornaleros --en definitiva, a los pobres-- que no podían vestir seda ni terciopelo. Podían confundirse con los nobles. ¡Faltaría más! Veamos este interesante documento que transcribimos:
POR DETENCION POR INFRACCION DE LAS REALES PRAGMATICA A SANTIAGO DE PAZO.- NOBLEZA

AUTO
«En la muy noble y leal ciudad, Gran Puerto de Santa María, en primero día del mes de Noviembre de 1738; El Sr. don Francisco de Vargas Albarracxin, caballero del Orden de Calatrava, corregidor y superintendente de rentas en ella, dijo sea dado noticia que Santiago de Pazos, vecino de esta ciudad y que ha ejercido en ella de oficio de enterrador en contravención de las Reales Pragmáticas de S.M. publicadas y mandadas observar en todos sus Reinos y señoríos, anda públicamente con un vestido de seda que llaman de terciopelo, rico ropaje que no puede usar y para proceder contra el referido como trasgresor  de Leyes Reales para que le sirva de escarmiento y para otros de ejemplo, mando que don Tomás Bandosel, Teniente Alguacil Mayor de la Ciudad para quien  (sic) comisión en forma solicite la persona del susodicho y encontrándolo con otro vestido (sic) otro de igual calidad, lo asegure y ponga preso en la cárcel pública, donde le despoje de dichos vestidos y los deposite en persona abonada; y hecho el presente escribano ponga a continuación testimonio de dicha Real Pragmática, para en vista de todo dar la providencia consecuente Y por este su auto, así lo pronuncio, mando y firmo: don Francisco de Bargas Albarracin, Firmado, Simón de Urilla, escribano mayor del Cabildo».

DILIGENCIA
«En la ciudad y Gran Puerto de Santa Maria, en el dicho día primero de noviembre del dicho año, don Tomas Jose Bandosel, teniente Alguacil Mayor por S.M. de esta Ciudad en cumplimiento de lo mandado por el auto antecedente en asistencia de mí el escribano y ministros paso a la plaza de la Carnecería de esta ciudad y bajando por la calle de Ganado se encontró en ella a Santiago de Pazos, contenido en dicho auto de que traía un vestido de casaca y calzones de terciopelo negro que llaman fondo rizo y chupa de persiana de seda celeste y blanca, forrado uno y otro en tafetán, camisa con vuelos de Olan (holanda) en los puños y espadín de plata, en cuya forma y en consecuencia de los prevenido en dicho auto por dicho teniente alguacil mayor se mando a los referidos ministros, asegurasen, como aseguraron, la persona del dicho Santiago de Pazos y con asistencia del dicho teniente alguacil mayor y de mi el escribano se puso preso en la cárcel pública con la mayor custodia y en su cuadra se le despojó de dicho vestido, casaca, chupa y calzón según y en la forma que por dicho auto se ordena y para que así conste lo pongo por diligencia que firmo».

La ropa se le entregó en depósito a Bartolomé Laganda, vecino de esta ciudad, con tienda de fruta seca en la calle Larga.

Este escandaloso proceder de las autoridades locales, amparadas en una pragmatica que regulaba el uso de ropas de seda, limitándola a determinadas clases y oficios, tuvo una rápida resolución del Concejo de S.M., que mandaba dejar libre y sin cargos al infeliz de Santiago Pazos, multando al procurador con una cantidad considerable por abuso de poder, mas o menos. Este escrito esta fecha en Madrid el 25-11-1738. Finalmente, el 2-12-1738 recobró la libertad y sus ropas, en cumplimiento de la sentencia antes mencionada. (Texto: Antonio Gutiérrez Ruiz. A.C. Puertoguía).

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Sabes..., buscando el significado de tu nombre, no me he llevado ninguna sorpresa, pues es cierto que eras ·”el Jardín de Dios”.  Tu  bondad, perseverancia,  valentía, tolerancia  y tu gran corazón, hacían que el arrullo de tus brazos, efectivamente Cfueran no sólo “el Jardín de Dios” si no el mismísimo Paraíso para tus hijos.

Carmen Durán, con una clienta norteamericana.

La impronta  y el bullicioso carácter de mi padre, -en contra punto con el tuyo-  tan  equilibrado y sereno, podrían hacer pensar, que  no has brillado con luz propia, pero….qué equivocados están! Estoy segura que dirías, ¡déjalo hija, qué más da! Pues esta vez, ¡no lo voy a dejar!, Y ¿sabes por qué? Pues porque -¡al Cesar lo que es del Cesar!

Carmela Durán Valle, nació el 27 de Octubre de 1914 y falleció el 23 de Octubre del 2006. Era la cuarta hija de: Manuel Durán Infante y Josefa Valle Troncoso. Tu padre trabajaba en la Bodega de Caballero, y como la carpintería no se le daba  nada mal, arreglaba Cómodas de Caoba, y todo tipo de muebles. Hacia unas cajitas pequeñas, que eran un primor. Su madre, era una gran  modista, pero solo cosía para la familia. Con tanta niña,  creciendo,  no le quedaba otra que coserles toda la ropa para que todas fueran decentes e impecables. Ocho fueron sus hijas, por más que buscaron al machote  todo fue en vano. Lo que tenían de bueno en aquellos difíciles años era que a la canastilla, no había que tocarla, pasaba de una a otra criatura, sin enmendar colores.

Luisa  fue la mayor, llevaba algún tiempo enferma, no sé con certeza, cuándo le vinieron con la buena nueva, de un medicamento casi milagroso: la Penicilina, probablemente. Se le abrió un horizonte esperanzador, pues  este medicamento, ciertamente, estaba  salvando muchas vidas, sin embargo… para personas como ella --probablemente  alérgica--  fue letal. Sólo tenía diecinueve años, y toda una vida por vivir.   Le seguían: Josefa, Carmen, Carmela --mi madre— y repitieron por dos veces, los nombres de las niñas que murieron, uno de ellos: el de Milagros- Antonia. Emilia y nuevamente, Milagros --la tata-- un ángel para toda la familia-.

SU PRIMER TRABAJO.
Desde los nueva añitos, al ser consciente de la precaria situación familiar, se revistió de una madurez impropia de sus pocos años y  comenzó a aportar --no sé bien si una  perra chica o  perra gorda-- céntimos de las antigua pesetas- o qué? Puede que ni eso, siquiera, tal vez… el beneficio era tener una boca menos a la hora de sentarte a la mesa.
Su vida nunca fue fácil, la enfermedad de su hermana Luisa y el coste de sus medicinas, hizo que las mayores tuvieran que dejar el Colegio, y los juegos de niñas, para enfrentarse al mundo con un delantal, que había que ajustar por todos lados.

Jamás  renegaste, de todo cuánto te tocó vivir. Eras una mujer practica, “--Lo que no tiene remedio, no hay que darle más vueltas”, decías. Lo olvidabas y te centrabas en lo que “había que  hacer”. No implicaba que fueras fría, nada más lejos, tu calidez, se  extendía más allá de la frontera de tu casa.

POLEÁS Y BONIATOS.
En aquellos años de tantas penurias,  tras la Guerra Civil, el sustento de aquella familia, cómo para muchas tantas otras, dependían en gran medida, de la harina para las Poleás,  casi sin aceite siquiera, para refreír la matalahúva y los coscorrones de pan y los Boniatos. Fueron años de muchos sinsabores, no solo por el hambre, si no por la falta de esperanzas.

Trabajaban todas, pero  no había para lujos, porque lujo era  tener que comprarse otros zapatos,  aunque estuvieran gastados los únicos que tenía. Afortunadamente, salieron adelante con mucho esfuerzo, sí, pero como la mayoría de las familias, con el fruto de su honrado trabajo.

A medida que fue creciendo, daba muestras de la esplendida mujer que  sería, y claro está,  esto no paso inadvertido para  un chaval un poco picarón, --para que nos vamos a engañar— (ver nótula núm. 326 de Agustín Vela Mariscal en GdP) que al verla en su caminar diario hacia La Sericícola, en donde trabajaba, comenzó a  cortejarla. Era fácil que le conquistara, tenía lo que se dice ‘mucha labia’·  Desde ese día, las ayudó todo lo que pudo, pues el abuelo Antonio, su padre, tenía una huerta, la que años después se conocería como Granja San Javier y, afortunadamente, no les faltaba de nada. Ni que decir tiene, que les arrimó muchos productos de la hortofrutícolas y  fue un gran alivió para la economía familiar.

GRANJA SAN JAVIER.
Con el paso de los años, tras la muerte de sus suegros --mis abuelos Antonio Vela Aragón y María Mariscal Muñoz— se casaron y trasladaron a la Huerta: la Granja San Javier (ver nótula núm. 783 en GdP). Durante tres o cuatro  años, su felicidad fue completa, pues la providencia le había hecho el regalo más hermoso que a una mujer le podían hacer: dos hijos preciosos: María del Carmen ‘Mari’ y Agustín ‘Tito’.

Nuevamente, aparecieron las dificultades, tenían que dejar definitivamente la huerta y emprender  la dolorosa y preocupante  aventura de sobrevivir,  en un medio que se les antojaba ajeno. No se arredró cual Agustina de Aragón,   enarbolando la bandera del ‘querer es poder’. Y lo lograron.

Él era la fuerza, ella  la perseverancia. Él  la pasión  desmedida por la vida,  ella la serena templanza. Él la alegría, ella la calidez. Él la bulliciosa personalidad, ella  su silente equilibrio. Eras una mujer muy inteligente. Yo diría que sabia, claro que las más de las veces, --el que tu y yo sabemos-- no siempre oía tu certera opinión. Era de una generación, en la que  por la fuerza de la costumbre, presumo que el machismo era bien entendido —las mujeres, les ayudaban a trabajar, criar hijos, pero la opinión que imperaba era la del hombre, aunque después lamentaran no haber seguido la corazonada, o el buen juicio de mujeres tan sensatas como ella. Claro está que hay  excepciones en todo, ¡afortunadamente!

Cuándo Carmela decía que tenía ”la cabeza caliente” sabíamos que le sobraban los problemas, pero… sin perder la calma, sabia  resolverlos, con esa templanza, exenta de frialdad, que le caracterizaba.

Ves mamá, ¿porqué estoy tan orgullosa de ti? Que habría sido  de ese ‘mar bravío’, sin tu  infinita paciencia y tu equilibrio? No sólo  él, fue afortunado al encontrarte,  tus hijos lo fuimos infinitamente más. Tu perdida, ha sido la indefensión más grande, a la que he tenido que enfrentarme. No  por estar sola, ni desamparada ¡nada más lejos! Sabes bien que no, pero…..eras el anclaje de mi vida,  ese puerto seguro en el que ni las mareas  ni el mar de leva, ni mil tsunamis, podían siquiera zafarme de tu cariñoso  y reconfortante abrazo.

Tras abandonar la Huerta, sus amigos: José Brotons, funcionario del ayuntamiento y  su esposa Natividad les acogieron en su domicilio, de la calle Curva, donde nació su tercera hija: Milagros ‘Yayo’.

PRIMERA FRUTERÍA.
La primera Frutería, la pusieron en la calle Luna, frente a Las Esclavas. Manuela Vela Mariscal, su cuñada se la cedió,  y ella cogió un local, en la calle Ganado, frente a la Plaza de Abastos, en  la casa donde vivieron sus suegros los últimos años de vida.  La suegra no soportaba estar en la huerta, después de perder a dos de sus hijos. Se da la circunstancia, que este  primer negocio, también estaba en un local de la casa donde vivía con su familia paterna: los Durán Valle. Su destino se empeñaba en juntarlos, de eso no hay dudas.

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3

La Peña El Tirolés nació de un grupo de amigos a mediado de los 50 del siglo pasado, los cuales se  reunían en la Plaza Peral, Parque Calderón,  playa de la Puntilla, etc. Se organizaban partidos de futbol en el Coto, hoy tiro de Pichón, campo de la Gimnástica, etc. Luego surgieron los guateques con el famoso pick up, en los domicilios de algunos de sus integrantes: Vicario 20, Vicario 1, Javier de Burgos 21, Caldevilla 8, Larga 8, Conejitos 5 y San Bartolomé (junto a los garajes de Lores) y en ocasiones, en los jardines del Cortijo (en el Paseo de la Victoria, donde hoy se ubica parte del Instituto Muñoz Seca), pues un amigo les dejaba la llave para entrar durante la semana.

En la plaza de Isaac Peral, junto al monumento a Muñoz Seca, de pie, de izquierda a derecha, Juan González, Jaime Gutiérrez Perea, Juan López, Rogelio Galán, Juan Monge; debajo, Ángel Mena, Pepe Cabrea, Lolo Albert y Adriano.

El nombre de ‘Tirolés’ surgió de la moda de este sombrero, que todos llevaban. A raíz del éxito de estos guateques se fueron incorporando nuevos amigos y amigas. Organizaban excursiones a los manantiales de la Piedad, playa de Fuenterrabía, las rutas de la sierra de San Cristóbal, etc., en los camiones de  José  Alemán. La comida, cordero en salsa y tortilla, la llevaba Juanita Saura, madre de Jesús y de Antonio Alemán.

En la fotografía de estudio, Pepe Crespo, Miguel Roselló, Juan M. Murga, Juan Monge, Antonio Alemán, Pepe Alejo; debajo, Lolo Albert, Jaime Gutiérrez Perea, Juan A. Murga, y Polo Jiménez.

Organizaban bailes de fin de año en casa de Mena,  se elegía a la Reina de la Peña todos los años y había bailes de disfraces en Carnavales. En el año 1967 la Peña instaló una caseta en la Feria, cerca de la playa de la Puntilla, en las inmediaciones del Polideportivo, donde en la actualidad  emplaza el mercadillo de los martes.

Como suele pasar siempre en estos casos, con el tiempo se produjo la diáspora, por motivos de trabajo, muchos tuvieron que salir fuera de El Puerto. La mayoría, ya casados, se dedicaron a su familia y trabajo, y el contacto se fue perdiendo, pero el germen y espíritu de la Peña se mantuvo intacto, a través de conversaciones telefónicas y reuniones esporádicas de sus miembros.

En julio de 1989 se decidió celebrar el 30 aniversario, en el caserón propiedad de Antonio y Jesús Alemán, en la explanada junto al Monasterio de la Victoria. Asistieron todos los componentes con sus esposas e hijos. El aniversario fue un rotundo éxito y de nuevo se eligió a la nueva Reina y un “Míster Tirolés”.

Reunión 2012. Fila superior, de izquierda a derecha: Antonio Alemán Saura, Jaime Gutiérrez Perea, José Alejo Mulero, Jesús Alemán Saura, José A. Martin-Murga, Juan González Garcia, Vicente Gutiérrez de la Rosa, María del Carmen Obregón, Antonio Almagro Buhigas, Leopoldo Jiménez Ruiz, Juan Martín-Murga Velasco, Angel Mena Alonso, Loli, esposa de Juan López, Pepi , viuda de Manuel Serrano y Juan López Durán.
Fila del centro, de izquierda a derecha. Milagros, esposa de A. Alemán, Tere, esposa de José Alejo, Maribel, esposa de José A. Martin Murga, Cristina, esposa de Antonio Almagro, Rosa, esposa de Jaime Gutiérrez, Mari Zaragoza, esposa de Juan Monge,  Paquita Raposo, esposa de Juan González, Loli Miranda, esposa de Angel Mena, y Mercedes, viuda de Pepe Cabrera.
Fila inferior, de izquierda a derecha: Mari Cordero, Maria Fabra, Mari Carmen, esposa de Lolo Albert, Lolo Albert Alonso, Juanita, esposa de Jesús Alemán,
Tenti Roselló, Juan Monge Reinado y desconocida.

De izquierda a derecha,  Vicente Gutiérrez de la Rosa, Juan Monge Reinado, José Alejo Mulero, Antonio Almagro Buhigas y Manuel Albert Alonso.

En las reuniones y bailes que habitualmente ha venido manteniendo actualmente en la sede de la Peña, Vicario 20, se acordó celebrar el 52 aniversario de ésta, en el mismo lugar del 30 aniversario, el día 22 de septiembre de 2012, asistiendo todos los componentes. También fue todo un éxito, habiendo un especial recuerdo para los amigos de la Peña ya fallecidos.

Miss y Mister Tirolés 2012: Cristina Fernández Viña --mujer de Antonio Almagro-- y Antonio Alemán Saura.

Por supuesto, se eligió una nueva Reina y nuevo Míster Tirolés, y se acordó celebrar un nuevo encuentro en la próxima primavera. (Texto: J.G.P.)

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