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“Cuando paso por El Puerto,
lo primero que se ve
al parguela de Perico,
con su nueva mobylette”

(Sevillanas. Anónimo Popular).

mobylette-rural-av89-pPedro Delgado Sánchez, nace en el mismo año de la instauración de la II Republica en la Casa de Roque Aguado, colindando con la Casa-Palacio de Vizarrón o de las Cadenas en la Plaza del Polvorista. Su nombre artístico es el de Perico ‘de la Carlota’ en honor a su madre, por la que sentía un gran amor. Era tal su parecido físico que en los distintos disfraces que utilizaba en Carnaval confundía al personal.  Mucho que ayudó Perico a su madre que se dedicaba al estraperlo para echar un capote a la maltrecha situación económica de años de penurias. Recorrían las calles  para sacarse un dinero. (En la fotografía, Perico con su mobylette, frente al Bar la Ponderosa. Foto Colección AP).

Su cercanía al río Guadalete y el grupo importante de vecinos que albergaba la Casa-Palacio de Cargadores a indias: la de los López Romero, Fernández Galloso, López Tey… que formaban un gran familia hicieron más llevadero su situación de vida ya que la atracción sexual hacia personas del propio sexo le aportó injustamente más de un disgusto. Tiempos difíciles del pasado siglo, la Guerra Civil, la postguerra y prácticamente todo el franquismo con las persecuciones, humillaciones, torturas y abusos a seres indefensos por la poca conciencia en materia sexual de la que no escapó Perico que dio con sus huesos en prisión por otra injusticia.

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Casa Palacio de Roque Aguado, donde nació Perico. (Foto Archivo Municipal. 20.12.1971).

LA INJUSTICIA SOCIAL
Cuentan que iniciado los años 60, en la calle Palacios,  los serenos intervinieron ante una discusión que se armó sobre el amor de un mozo que compartían varias personas afecta a su mismo sexo. De cualquier manera, dicen que los seguimientos de estos agentes públicos eran constantes y que, siempre alertas y a cualquier hora de la madrugada intervenían y hacían redadas. Precisamente a la que me refiero detuvieron a Perico. No tuvo en esa ocasión nada que ver pero las acusaciones fueron dirigidas hacía él…

Lo que ocurrió en aquella casa de la calle Palacios, fue que robaron en la vivienda de un  oficinista del escritorio de una conocida bodega de la Ciudad, y el marrón le cayó a Perico. Resulta que ‘el oficinista’ de referencia, que tenía la misma tendencia sexual que nuestro protagonista, una noche se dio cita con un mozo del que también estaba enamorado Perico. Mientras ‘el oficinista’ actuaba, Perico rondaba su casa pero fue visto por los serenos. Pobre Perico con menos medios económicos que este oficinista de bodegas… Al día siguiente ‘el oficinista’ acudió a la Jefatura de Policía a dar cuenta de un robo en su domicilio. Los serenos informaron que vieron a Perico aquella noche, ya de madrugada, merodeando el entorno, Consiguiente detención y un año de cárcel. Pobre Perico, el mozo disputado en amores fue el ratero, pero ‘el oficinista’ no lo denunció…

Su familia, como no podía ser de otra manera, lo apoyó incondicionalmente que, gracias a la amistad de todo el vecindario, hizo posible que la estancia en la cárcel del Huelva fuera llevadera ya que José Padilla, funcionario de prisiones, emparentado con la familia de Pedro, Milagros y María Palacios, tíos de Francisco Ferrer Palacios, le proporcionó un trato especial por medio de la dirección nombrándolo, habida cuenta de la injusticia cometida, asistente para tareas domésticas.

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Junto al cantil del muelle pesquero de 'esta banda', lindando con la Lonja de Pescados, ayudando a los pescadores, se le puede ver con una buena ‘pieza’ en la mano, parece una breca. (Foto Colección AP).

Trabajó durante una época realizando funciones de carga en la ‘Otra Banda’, margen izquierda del río Guadalete, como empleado portuario y también hubo un tiempo que colaboraba con la gente de la mar en la descarga de los productos pesqueros.

perico_carnaval_puertosantamariaEn su panorama artístico sus actuaciones con los pensionistas del mar y en la Caseta de Chicharito en Real de la Feria, de lo más sobresaliente. Colaborador y muy querido en la Peña ‘La Marea’, donde encontró su segunda casa, su primer presidente Joselito Dandy le ofreció amistad y su comportamiento fue exquisito. Cabe destacar que después de su injusta detención e ingreso en prisión le hizo ser muy reservado y actuaba por libre. Dos excepciones, Sebastian Ganaza Cañas, ‘Ojito’ y su vecino ‘el Pino’. No se fiaba de nadie ni en tiempos de la democracia… Se nos fue a mediados de esta década, pero todavía recordamos su impronta paseando en su Mobylette. Muy enamorado de la playa de la Puntilla y de de las dunas, a donde solía acudir y meditar… La guasa del pueblo en muchas ocasiones buscaba el disparate y Perico, sin pelos en la lengua, decía: «--Soy Perico, 'el de la Carlota. Yo soy maricón, pero tu... Calla, calla mariquita, porque si los pinos hablaran…» (En la fotografía, disfrazado en Carnaval a finales de los años 80 del siglo pasado, maquillado y preparado, muestra un gran parecido con su madre. Foto Colección AP). (Texto: Antonio Carbonell López).

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agustinmerellodelcuvillo_puertosantamariaAgustín Merello nace en El Puerto el día de los Santos Inocentes de 1942, el 28 de diciembre, en la calle Luna, 40, en el edificio donde hoy se encuentra el Banco Español de Crédito.  Hijo de Agustín y Dolores, nuestro protagonista Agustín, fue el primero de seis hermanos: Rafael, Dolores, Álvaro, Carlos e Ignacio. La familia se fue a vivir mas tarde a la Hijuela del Tío Prieto, en el campo de la Hermanas Rioja. Entre 1949 y 1951 se fueron a vivir al Caserón de los Lasaletta, donde hoy está “Oh Puerto». Era sobrino del poeta universal Rafael Alberti. Estuvo en el Seminario de San Telmo de Sevilla, durante dos años.

Con apenas quince años, en 1958, ya escribía en el desaparecido bisemanario “Cruzados, que editaba la Acción Católica y colaboraba con Pepe Morillo y Hortensia Renedo en la Emisora de Radio del Instituto Laboral, Radio Puerto. Junto a Fernando Gago creando una especie de sociedad juvenil denominada PRAF (Producciones Radiofónicas Agustín y Fernando) que era la que “producía” los programas; aunque, todo hay que decirlo, hasta que Agustín no descubre la magia de la radio por dentro, tenía aversión a la misma. Allí colabora, también, junto con Mari Pepa Nogués, Juanita Salas y María Teresa Renedo. Y sería además, a través de la radio, como conocería a la que sería su mujer, Kitty Pastor.

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Agustín, al micrófono, en la elección de Miss Veraneante, conduciendo el acto en el Club Náutico. A su izquierda, Manolo Pico y a su derecha, Ricardo Carrero.

También, de pequeño, Agustín maquetaba, escribía, dibujaba, un periódico para sus amigos más íntimos, actividad precursora de cual sería su vocación. Además, a sus íntimos amigos, les leía su producción poética -sus poemarios juveniles- y éstos habían de adivinarle si la poesía estaba escrita de día o con la calma del conticinio, con la calma del silencio de la noche.

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Producciones Radiofónicas Agustín y Fernando (PRAF) un a modo de sociedad formada para las presentaciones, para Radio Puerto y hasta para las fiestas del Club Náutico de la que Gago era el Delegado Festejos en los años sesenta del siglo pasado.

agustinmerello_victoria_puertosantamariaCONCURSO REDYGOL
Agustín Merello, organizó y presentó el concurso Red y Gol (REDYGOL)  partiendo de la misma  filosofía del por entonces popular programa televisivo Cesta y Puntos que presentaba Daniel Vindel a mediados de los años sesenta del siglo pasado. Participaron alumnos y alumnas de bachillerato de los distintos colegios de la ciudad. Los partidos se celebraban los fines de semana en el Salón de Actos del Instituto Laboral y las hinchadas respectivas de los centros intervinientes daban colorido al concurso que se mantuvo durante los años 1967 y 68. Cruzados, por aquel entonces, daba buena cuenta de las eliminatorias,  resultados y ganadores. Los campeones y subcampeones de las dos  ediciones fueron agasajados por firmas comerciales y con una una excursión a Ceuta. (El pequeño Agustín Merello, en la desaparecida fuente del Paseo de la Victoria, con seis años, con el bastón y la gorra que de pequeños pedíamos a nuestros padres para sentirnos integrados en la Feria, cuya Velada entonces se celebraba en los Jardines del mencionado Paseo de la Victoria).

agustinmerello_ruidonueces_puertosantamariaDIARIO DE CÁDIZ.
Nuestro protagonista cursó estudios de periodismo y filosofía, empezando su actividad profesional en Radio Jerez y en ABC de Sevilla. Ya en 1972, con el Diario en plena expansión en la provincia, publica en Diario de Cádiz la columna titulada “El verano en su rincón”, con el seudónimo de Damasceno. Dicha columna se transformaría en “El Ruido y las Nueces”, firmada con el mismo seudónimo, primero en las páginas de El Puerto y más adelante en Cádiz, ya luego con su nombre, o más adelante cuando ocupara el puesto de primer Delegado del Diario en el Puerto con “La Fuente de las Galeras».

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Agustín Merello, con su tío Rafael Alberti Merello, el 24 de mayo de 1977, en el Talgo procedende de Madrid en el que acompañó y entrevistó al poeta Rafael Alberti en su regreso a El Puerto, tras 46 años de ausencia.

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Con el Conde de Barcelona, en el yate Giralda.

Es en 1975 cuando entra definitivamente a trabajar en el Diario, donde pasó por todas las secciones, de forma especial por las de ámbito local, siendo responsable de diferentes áreas informativas. Fue informador político, actividad que desarrolló durante los años de la transición política española.

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De izquierda a derecha y de arriba abajo, Pedro Ríos, María José Sánchez, Agustín Merello, Diego Mora, Fito Carreto, José Joly Martínez de Salazar, Manuel de la Peña y Enrique Alcina.

LA DELEGACIÓN DE EL PUERTO.
En 1988 el Diario abre la primera de las Delegaciones en la provincia y la de El Puerto, de la que hizo veinte años de su inauguración el pasado 2008, fue dirigida magistralmente por Agustín hasta que, en 1990 pasó a desempeñar el puesto de Redactor-Jefe. Agustín supo insuflarle a la Delegación de El Puerto el espíritu del periodismo clásico que no desaparece, con certeros comentarios a la actualidad esu columna ya citada de “El Ruido y las Nueces”. Así como información veraz, y crítica cuando era necesario, a la par que entusiasmo en los proyectos de futuro de El Puerto. Casualidades de los números, el 91 es el de la calle Larga donde se encuentra la Delegación, y el del año que se lo llevó la Parca a escribir crónicas de la actualidad del Más Allá.

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Compañeros del Diario, en Cádiz, Emilio López Mompell, José Antonio Pérez Sauci, Agustín y Paco Perea.

Agustín nos dejaba hace ahora justamente 18 años, en la madrugada del 25 de abril de 1991, joven, con 48 años, en el Hospital Naval de San Carlos, después de sufrir una cruel enfermedad --previamente pude hablar con él en una clínica de Pamplona--. Estaba en posesión de la Cruz del Mérito Naval. Sus restos fueron incinerados y sus cenizas fueron esparcidas, por su expreso deseo, en aguas de la Bahía de Cádiz.

Las cenizas tienen alas
y las de Agustín Merello,
vuelan sobre el mar y cantan.

(Francisco Montero Galvache).

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De izquierda a derecha, Rafael Alberti, José Ignacio Buhigas, Agustín Merello y desconocido. En segundo término a la izquierda, Rafael Gómez Ojeda y al fondo, Mario Peluffo, en el Salón de Plenos del Ayuntamient.

JOSÉ IGNACIO BUHIGAS
Recuerda José Ignacio Buhigas, Archivero Municipal y colaborador de siempre del Diario que «Desde el primer día de la Delegación en El Puerto, Agustín Merello nos cautivó con su recuadro  “La Fuente de las Galeras”. Volvía a tener a su ciudad como universo donde desarrollar su pasión por comunicar y en El Puerto quedó decantada la plenitud de su ejemplar trayectoria de integridad intachable. Asumió el compromiso de plantarse con su voz cada mañana en el foro diario de la ciudad y proponer una mirada sobre la actualidad que iba más allá del impersonal lenguaje periodístico y la acercaba, no limitándose a “mostrar la noticia” sino demostrando por qué era importante. Hacía entonces 14 años que se había separado de su personaje “Damasceno”, al trasladar a Cádiz el ámbito inicial de su recuadro protuense “El Ruido y las Nueces”, y muchos mas que lo había hecho de otros como “Alfa Mi” de su entrañable “Cruzados”. Pero esta vuelta a sus orígenes iba a permitirle retomar aquellas divagaciones que tan hondo calaban a fuerza de sencillez. Cambió el título por el de “La Fuente de las Galeras» y, con su nombre por delante, mantuvo en el fondo el credo que lo inspiraba. [...] Aquellas palabras de Agustín, bandera de una información valiente, sin remilgos ni dobleces, que fueron la mejor veta que alimentaba su fuente y aliento de la delegación, siguen ahora --”lejanas” y “vivas” como los retornos albertianos-- ofreciéndose ilusionantes frente a la bochornosa y decepcionante tristeza de una tan extendida prensa lacayo de los poderes.»

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Con Felipe González, Secretario General del PSOE, a su izquierda Germán Álvarez y a la derecha, Agustín.

ASOCIACIONES Y DISTINCIONES.
Vicepresidente  de la Asociación de la Prensa de Cádiz, fue uno de los fundadores de la Agrupación Cultural Portuense “Medusa” y perteneció a la Academia de Bellas Artes “Santa Cecilia”; también a la gaditana Cátedra Municipal “Adolfo de Castro”, a la Asamblea Amistoso Literaria de “Jorge Juan” y al Instituto Español Sanmartiniano. Estaba en posesión del Premio Nacional de Periodismo con motivo del Díade las Fuerzas Armadas 1981 y entre otras distinciones ciudadanas y de diversas entidades e instituciones, poseía la Cruz al Mérito Naval, concedida en 1983.

Cuando ingresó en la plantilla del Diario se trasladó a Cádiz capital junto con su mujer Kitty Pastor Ávila, en cuyo domicilio nacerían sus hijos Agustín y Kitty que es también periodista. Fue miembro del Comité de Empresa del Diario en alguna etapa de su vida profesional.

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Agustín, entrevistando al que fuera obispo de Cádiz, Monseñor Dorado Soto.

PERIODISTA CRISTIANO
Su faceta de cristiano y periodista la ejerció pregonando entre otras a la patrona, la Virgen de los Milagros, en 1988 y ese mismo año el Centenario de los Marianistas en Jerez. El año anterior, en Cádiz, pregonaría a la patrona de la capital, la Virgen del Rosario. También anunció la Semana Santa en nuestra Ciudad en 1990 y, un año antes en Algeciras. Pronunció, igualmente, el pregón a la Virgen de la Esperanza de la cofradía gaditana de Nazareno del Amor en 1990. La hermandad gaditana de “La Borriquita” le entregó a su familia el galardón “Emilio L. Bartús”, que no pudo recoger por su trágica desaparición.

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Con Santiago Carrillo, Secretario General del PCE.

Leer un artículo retrospectivo de Agustín es, como afirma su compañero y amigo Emilio López Mompell: “retroceder treinta años en la realidad cotidiana de aquel Puerto de Santa María, desde la limpia óptica del portuense, periodista y cristiano, con la verdad por delante, ese valor moral en el que decía que había que insistir, ‘porque la demagogia y la dictadura están en permanente estado de amenaza y, de hecho, nos castigan con la mentira, la calumnia y el engaño’”.

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Con Manuel Chaves, Ministro de Trabajo socialista.

NADA NUEVO BAJO EL SOL
Siempre nos ha gustado guardar todo aquello que, en el momento determinado de su aparición, hemos creído de possible interés algún día. Eso nos ha supuesto rellenar estanterías y más estanterías de papeles manuscritos o impresos, de nuestra un poquitín ya larga vida de aprendiz de periodista. La verdad, muy pocas veces hemos hecho uso de ese ingente archivoque tiene algo de ‘vanidoso’, muy poco de práctico y una barbaridad de polvo.
Pero llega un día en que es necesario exhumarlo, porque poderosísimas circunstancias nos obligan a dejar libre los estantes ocupados, y empezamos a resolverlo todo, a reencontrarnos viejas historias que nos llenan de alegría, a veces; otras, nos ponen de un tristón subido; algunas más, nos sumen en la indiferencia más cruel. De cualquier forma, pasan los recuerdos como en una película rancia que tiene defectuosos el dentado y se atasca.
No hemos podido resistir la tentación de realizar el cambio sin asomarnos a aquello con olor a humedad, los bordes ocres y, en los manuscritos, la tinta desvaída, como si nos dijera adios sin possible hasta luego. En un pedazo de papel, una hoja mal arrancada de un cuaderno de rayas, pudimos leer un poema, que tuvimos hasta la osadía de estamparle al pie una ostentosa firma, y la fecha: 1956. Nos pareció algo de ayer mismo y, a la vez, algo de siglos atrás. El verso contenía una correctísima métrica –seguramente estábamos entonces con lo de la preceptiva literaria-, que impidió un desarrollo de la idea con toda probabilidad, ya que apenas si llegábamos a esbozarla, al menos a nuestras entendederas actuales.
También descubrimos nuestros programas de radio, los que con illusion rayana en lo imposible hacíamos en Radio Puerto, sin medios apenas; pero que lograron, entre otras cosas, fuertes sumas de dinero en favor de los damnificados cuando las inundaciones de Sevilla, por ejemplo. ¡Que tiempos! Parece que estamos, en todo lo alto del entonces Instituto Laboral, microfono en mano, con Pepe, Fernando, Hortensia, Javier… Y el teléfono que se ponía ronco y la emisora que nos reventaría de un momento a otro.
Y abrimos las revistas ‘Cruz de Guía’ y los ‘Cruzados’. Con la colección del bisemanario local nos hemos llevado horas y horas, releyendo, sonriendo, alegrándonos, entristenciéndonos al fin.
Nos van a perdonar tanta evocación. En realidad no lo queríamos. Nos hemos dejado llevar estúpidamente por los recuerdos, cuando nuestra pretension era la de sacar a relucir cuantas coincidencias hemos hallado entre los que por entonces escribíamos y lo que ahora, aquí, escribimos día a día. Domo el cupo ha quedado cubierto, les prometemos en próximas ‘nueces’ traer algunos ejemplos. Nada hay nuevo bajo el sol…”
Damasceno
" (Agustín Merello). Diario de Cádiz. 10 de marzo de 1974.

agustinmerello_libro_puertosantamariaLIBROS DE ARTÍCULOS DE AGUSTÍN
Agustín Merello trazó la vida de El Puerto y Cádiz a través de sus artículos, como el de más arriba. Reclamó a los políticos una mayor concienciación de los problemas de la ciudad, que pisaran sus calles para que aprendieran a través de sus baches lo que ocurría dentro de los barrios. Defendió la lucha por la autonomía andaluza y se paró a escuchar a aquellos a los que, durante la dictadura, nadie dio la voz. La Academia de Bellas Artes Santa Cecilia editó una selección de artículos en el año 2004 y la Quorum Editores en el año 2006, una nueva selección efectuada por Ana Rodríguez-Tenorio, Jesús Collantes, Emilio López Mompell y Carmen Morillo, ambos con el título de 'El Ruido y las Nueces", libro que aparece en la ilustración de la izquierda.
Agustín era un ser inmensamente bueno. Su humanidad traspasaba limites insospechados, haciéndonos participativos e importantes ante una sociedad mucha más preocupada por las apariencias que lo que realmente atesorábamos en nuestro interior…

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Con el desaparecido escritor Fernando Quiñones y el mar de Cádiz al fondo.

logo_apcPREMIO DE COMUNICACIÓN «AGUSTÍN MERELLO»
La Asociación de la Prensa de Cádiz y UNICAJA, con el ánimo de hacer honor a la memoria y los valores del periodista porteño Agustín Merello, han convocado ya la XVIII edición del Premio de Comunicación que lleva su nombre para distinguir a profesionales de la información, entidades e instituciones que destaquen por sus valores periodísticos y humanos en el desempeño de su labor. El Premio Agustín Merello de la Comunicación está dotado con 12.000 euros y un diploma acreditativo diseñado por Rafael Alberti y entre otros lo han obtenido la Casa de los Periodistas de París, los periodistas Fernando Orgambides, Antonio Burgos, Colectivo de Periodistas del País Vasco, Francisco Lobatón, Matías Prats, Iñaki Gabilondo, Juan Luis Cebrián, Salima Ghezali, José Saramago, Lorenzo Milá y Fran Lorente, Carmen Sarmiento, Manuel Rivas, Raul Rivero y Ali L’Mrabet, Luis del Olmo, César Antonio Molina y Augusto Delkáder han sido los anteriores ganadores del Agustín Merello.

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merengue_puertosantamariaHace unos días en Diario de Cádiz se publicaba la noticia de que se impondría la multa de noventa euros (14.975 pesetas, dicho en cristiano, o 15.000, redondeando), a quienes jugaran a la pelota en la playa e incluso se les incautarían las pelotas. Tamaña medida coercitiva no es nueva, sino bien antigua, aunque, dicha sea la verdad, nunca se ha respetado, ni espero que se respete. No es que yo esté llamando a la desobediencia civil, que a lo mejor lo estoy, pero es que ésto de jugar a la pelota en la playa es beneficioso para la salud del alma y del cuerpo y cantera de gentes que así empezaron, como el mundialista portuense Joaquín. Y, fíjense, adonde ha llegado.

La cosa es que  --se argumenta-- fastidia a los bañistas. Y este hipotético fastidio es bucólico y hasta poético y ha sido inspirador incluso de canciones. Así el cantautor catalán Joan Manuel Serrat, exclama en uno de sus más exquisitos logros: «--Niño, deja de joder con la pelota...», que es todo un tierno "verso-escena". Yo no es que  esté llamando, repito, a la desobediencia civil; es que voy a dar la receta para que  quede totalmente impune la supuesta falta de jugar a la pelota en la playa.

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Merengue, a la derecha, con los hijos de Isabel Merello y Fernando Terry del Cuvillo, en la boda de Milagros Terry, en la Puerta del Sol de la Prioral. El pequeño que aparece a la izquierda es Tomás Terry Merello y el que está a la derecha es Fernando Terry Merello. Década de los cincuenta del siglo pasado. (Foto: Juan Bottaro Palmer. Colección: José Antonio Castro Cortegana).

Si yo le hablo a Vd. de don Jesús Navarrete Cordón, Vd., aunque no sea un "paracaidista", tampoco sabrá de quién estoy hablando. Pero si le digo que me estoy refiriendo a "Merengue", el provecto, ínclito y preclaro guardia de la porra de nuestra ya lejana niñez, junto con Pacuqui, Saborido, Salas, Rafael Camacho, el cabo Penita..., todos bajo el mando del comandante don Tomás Peral, ya barruntará de quién se trata o preguntará Vd. por la persona a la que me estoy refiriendo y le darán detallada y exacta cuenta y razón. Pues bien, "Merengue", el guardia, tenía, además de frenillo, media lengua.

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Niños jugando en la Playa de La Colorá y  a continuación 'El Aculadero', sin construir aún el Paseo Marítimo ni Puerto Sherry.

Cuando nos poníamos a jugar a la pelota, en la orilla de la playa, enseguida aparecía "Merengue", lo dejábamos acercar y, cuando estaba a tiro de piedra, nos tirábamos todos al agua, con la pelota. Desde el agua lo instábamos inmisericordemente a que nos cogiera y el buen "Merengue", uniformado de blanco, con correaje, porra y casco, en la orilla, haciendo como que escribía en una libreta, espetaba, amenazante, en su media lengua: «-- Utede orré, que ontra má orrái, má orre el lapi; e lo onosco a too utede y a zuz [p]adre».
Y, al final, nada, que no se metía "Merengue" en el agua a cogernos; que no nos conocía; que todo era un farol.

granjalamisericordia_puertosantamariaCuando yo era chico, más abajo de “Las Columnas” y más arriba de la Farmacia de Manolo Hörh, en la calle Luna, hubo una lechería, propiedad de Doña Amparo Osborne  Vázquez, Duquesa Viuda de San Fernando de Quiroga, donde se vendían los productos de la Granja de la Misericordia, finca de la Duquesa, en el camino de Fuenterrabía, camino de Mazantini, que se llamaba y, luego carretera de Fuentebravía, a la salida de Vista Hermosa. Dos veces al día, el vaquero, que era vasco, aprovisionaba la tienda de leche y huevos, así que no era raro ver el carro de la Granja, tirado por un caballo, estacionado junto a la acera, en la calle Luna.  A mí me impresionaba la gran cabeza de gallo que estaba pintada en la fachada de la lechería, que se repetía dentro, en la pared del fondo.  Y recuerdo al vaquero trasegando jarras de leche a unos enormes depósitos de donde, en medidas, se sacaba para su venta al por menor. Recuerdo al vaquero bajando del carro  unos enormes canastos, con paja y virutas en que transportaba los huevos.  Recuerdo al caballo, enganchado al carro, parado, quieto, inmóvil, atado  por el ramal de la marteguilla a la argolla que había en el alisar de la acera.

Lo cierto es que el caballo, como todo ser viviente, no era espíritu glorioso y tenía sus necesidades perentorias. Es decir que estercolaba y  orinaba. Todo eso estaba prohibido por un bando de la Alcaldía, pero más que nada, lo que estaba sancionado era dejar los excrementos, sin recoger, en la calle. Para los transgresores desconocidos, los basureros disponían en sus carritos de una espuerta con dos mediopuntos de lata e, inmediatamente, hacían desaparecer lo que las entrañas de los semovientes producían.

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Un borrico de reparto, con su conductor, en una vivienda de la calle Nevería. A mitad de la calle, a la izquierda, el Bar Apolo.

Estoy divagando, pero debo recordar que Don Jesús Navarrete Cordón, o sea el guardia de la porra “Merengue”, tenía media lengua, además de frenillo, era duro de oído y sucintamente versado en  escritura. Ocurrió que el caballo del carro del vaquero de la Duquesa estercoló en plena calle Luna y  “Merengue”, que lo venía observando desde hacía algún tiempo, lo cogió in fraganti.  “Merengue”, de verdad, le tenía ganas al vaquero, porque todos los días, dos veces,  dejaba el “presente” del caballo y se largaba.

Así es que, diligente y altivo, libreta en mano, se dirigió al vaquero para sancionarle: «-- ¡Oia, oia,  oia!  ¿U ombre?», dijo en su media lengua. Y el vaquero le dijo el nombre de corrido, como que se lo conocía de toda la vida: «--Cecilio Procopio Zunzunegui Aguirreberricoechea». «--¿Omo?» , requirió “Merengue”. «–Cecilio Procopio Zunzunegui  Aguirreberricoechea», volvió a responder el vaquero. «–Ma epacio, e no oy ua máguina»,  apostilló “Merengue”.
«--Ce-ci-li-o-pro-co-pi-o-zun-zu-ne-gui-a-gui-rre-be-rri-co-e-che-a», recalcó el vaquero». «--Ueno, e no uelva a ourrí»», resolvió de plano “Merengue”, como quien acababa de conceder un gracioso indulto. Y, metiéndose en el bolsillo de la guerrera la libreta, bien a su pesar, “fuese y no hubo nada». (Texto: Luis Suárez Ávila).

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Fila de arriba, de izquierda a derecha: Francisco Domínguez Ramos, Enrique Gago García, del Bar Pescaíto; Francisco Ramírez Bermúdez, apodado ‘Mosqui’; Benítez, José Contreras López, ‘Ochele el de la Recova’ y Contreras, el taxista. Fila del centro: José Molina Benítez, José Zerola, Sánchez, Benjamin Lora Atalaya, de Muebles Pedregal, Guerrero, Rafael Sevilla López, trabajador de Bodegas Terry y concejal en los gobiernos predemocráticos, José Buhigas Guilloto, empleado de Osborne y actor aficionado. Fila de abajo: Cobo, Chaparro, Antonio Domínguez Ramos, Antonio Gallardo Carvia, conocido por ‘Castañero’; Esteban Caamaño Bernal, arrumbador,  sindicalista y  político; José Camacho Velázquez, Manuel Lora Atalaya, Cordero, Francisco Gutiérrez de Celis y Manuel Fernández. (Foto Rafa. Colección de Isa Lora Pedregal).

El domingo 29 de abril de 1984, el próximo miércoles va a hacer 25 años, un grupo de porteños que durante la Segunda Republica y Guerra Civil aprendieron a leer y escribir en el colegio conocido como de la Academia de Bellas Artes, --en el antiguo Convento de Santo Domingo y luego Instituto de enseñanzas con diferentes denominaciones-- se reunieron y tributaron un más que merecido homenaje a los educadores y enseñantes de aquellos tiempos difíciles de penurias y estrecheces. Los pocos supervivientes, octogenarios en la actualidad, pero con maravillosa lucidez recuerdan a doña Josefa, doña Inés,  don Guillermo, don Sebastian, don Juan Wenceslao, don Antonio de la Torre, pero es la figura del maestro de escuela,  don Salvador Adame Castro a quién encumbran cuando se refieren a sus peculiaridades y añoran sus enseñazas. Las edades de los supervivientes pasan de los ochenta: 85 años, caso de Enrique Gago García, 84 años Rafael Sevilla López,. 82 años, José Contreras López, Ochele el de la Recova y Antonio Domínguez Ramos. Los organizadores  del acto fueron Benjamín Lora Atalaya,  Rafael Sevilla López y José Contreras López.

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Fotografía en el colegio de Bellas Artes, antiguo Convento de Santo Domingo, poco antes de la Guerra Civil, en la etapa final de la Segunda Republica. El maestro de escuela don Salvador Adame Castro en el centro de la fotografía con todos sus alumnos: Salmerón, los hermanos Arniz, Gabriel Cuevas Flores, Carrasco de la Bandera, los hermanos Villarrubia, Luis Gago García, los hermanos Valiente… y los 23 seleccionados por el destino: Francisco Domínguez Ramos, Enrique Gago García, Francisco Ramírez Bermúdez, Benítez, José Contreras López, Contreras, José Molina Benítez, José Zerola, Sánchez, Benjamin Lora Atalaya, Guerrero, Rafael Sevilla López, José Buhigas Guilloto, Cobo, Chaparro, Antonio Domínguez Ramos, Antonio Gallardo Carvia, Esteban Caamaño Bernal, José Camacho Velazquez, Manuel Lora Atalaya, Cordero, Francisco Gutiérrez de Celis y Manuel Fernández.
En la fila cuarta, de izquierda derecha, el niño cuarto con boina es Atienza, quien falleciera en la División Azul. En la fila de abajo, de izquierda a derecha, el penúltimo, flanqueado por Chaparro y Enrique Gago García, es Manuel Carrillo Lucero, con nótula propia en Gente del Puerto.
(Foto Rafa de la Colección de Enrique Gago García).

Comentan que cuando D. Salvador Adame paseaba y transitaba las calles porteñas siempre se le veía leyendo algún periódico ó algún libro percatándose de todo cuanto ocurría a su alrededor, especialmente las travesuras de sus alumnos a quienes al día siguiente, en presencia de sus compañeros, corregía afectuosamente. Cordial, simpático y de extraordinaria calidad humana. Don  Salvador  Adame Castro hizo mas llevadero aquellos años calamitosos, siendo la razón que a estas alturas todavía añoren y viertan más de una lagrima cuando pasan por el Edificio de Santo Domingo.

virginiahernandez_col_puertosantamariaTodos también recuerdan a doña Virginia Hernández López, quien además fue profesora de piano en la Academia de Bellas Artes entre 1923 y 1962… “… me acicalaron y condujeron a la Academia, en la calle Santo Domingo y entré por primera vez y para muchos años por su bonito patio, que mi retina conservó para siempre su forma, su escalera de madera, su salón de actos, sus clases, sus luces y mis oídos escucharon como una magia la campanita de llamada, acordes musicales unas voces de do, re, mi, fa, sol, inexplicables…”  Juan Lara. “Mis Recuerdos”

En el mismo colegio se daba de comer diariamente a más de 100 niños. Un comedor inmenso y muchas necesidades por aquel entonces. Acudían  niños de distintos lugares de El Puerto, además de los más necesitados que estaban en el colegio.

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Recuerdan los últimos años de la Segunda Republica, pero con más claridad, es obvio, la Guerra Civil y conservan en su retina cuando los italianos llegaron a El Puerto durante la Guerra Civil. En la fotografía, las tropas italianas desfilando en la Plaza de Isaac Peral el 1 de octubre de 1938… (Foto: Colección Ramón Bayo).

Algunos de los alumnos del colegio de la Academia de Bellas Artes pudieron continuar aprendiendo en el Centro Católico, más tarde, Colegio de San José y San Estanislao, vulgo La Pescadería.

rafaelsevilla_col_puertosantamariaFRASES Y CITAS.

Rafael Sevilla López: “Gran Profesor, Gran Persona” en alusión a la figura de don Salvador Adame Castro”. “Niño que me está oliendo a pestiño” era la frase que  en ocasiones decía don Salvador cuando no prestaban sus alumnos la debida atención en clase. Rafael recuerda que don Salvador “Era profundamente creyente”.  “Vivía en la calle San Sebastian”

antoniodomingue_col_puertosantamariaAntonio Domínguez Ramos: “Risa, penas, muchas calamidades y con nuestras chiquillerías  contagiábamos e inyectábamos alegría. Era una manera de olvidar el hambre. Incluso nos quitábamos las alpargatas  cuando jugábamos para que no se rompieran… “Me parto el pecho por vosotros para nada…” decía don Salvador cuando se enfadaba.  “Nadie hacia nada, nadie se metía con nadie” cuando veían la imponente figura de don Salvador paseando, leyendo por la calle.

benjaminlora_col_puertosantamariaEl bueno de Benjamin Lora Atalaya siempre preocupado por sus compañeros que nos daba todas las facilidades para comprar los muebles para casa ¡Cuánto lo recuerdo! ¡Que gran persona!”. Benjamín tiene nótula propia en Gente del Puerto, junto a su hija Isa Lora, con el número 105, en el Indice de Gentes de este Portal de Internet.

José Contreras López, ‘Ochele’
: “Todos  buenos maestros, pero don Salvador fue muy especial para nosotros”  “Que pena los compañeros que se fueron prematuramente, uno de ellos cuando la División Azul, creo recordar que era Atienza, otros, ochele_col_puertosantamariamas reciente, nos han ido abandonando…”  “Aquí estamos algunos de nosotros para agradecer desde el recuerdo todo cuanto hicieron por nosotros”

Enrique Gago García, el veterano del Grupo, 85 años, memoria  prodigiosa: “Mi padre  era de Benaocaz, mi madre jerezana, se conocieron en la Playa de la Puntilla y nacimos los ocho hermanos en El Puerto ‘el pueblo más bonito de España’.  Nunca me gustó la política, pero tuve un compañero político, desde entonces, escucho… “Que recuerdos, mi amigo Benjamin, mis enriquegago_col_puertosantamariahermanos…  a Don Salvador todos debemos gratitud, nos enseñó a caminar por la vida, leer, escribir y ser honestos”. Y añade “Antes de dedicarme a la hostelería fui pescadero y las cuatro reglas que me enseñaron en el Colegio de la Academia de Bellas Artes me sirvieron para trabajar por mi familia”  concluyendo que “sería una alegría si me viera ahora don Salvador aquí, en el Bar El Pescaíto, con mi mujer, hijos y nietos que contento se pondría, pero seguro que lo está viendo… ”

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Fotografía en una de las clases del Instituto Santo Domingo el domingo 29 de abril de 1984: Todos unidos, los 23 seleccionados por el destino con la hija de su maestro, don Salvador Adame Castro, Ana que aparece en el centro de la fotografía con el ramo de flores de bienvenida, acompañada de su esposo, Arana que trabajaba en la fabrica de Harina de la calle Postigo, entre ellos,  el sacerdote Anastasio Pérez de Andrés. (Foto Rafa. Colección Enrique Gago García).

El homenaje y la convivencia de tan grata memoria se inició con una misa en el citado centro, celebrada por el sacerdote Anastasio Pérez de Andrés y continuó en el restaurante ‘La Goleta’ donde almorzaron y degustaron las exquisiteces ofrecidas por Juan García, el cocinero que vino de Soria, con nótula propia en Gente del Puerto. A los postres,  Ana Adame, hija de don Salvador, recibió un ramo de flores, agradeciendo emocionada el reconocimiento a los maestros en general, y a su padre en particular.

La amistad forjada en la infancia fue el denominador común para que este grupo de arrumbadores, oficinistas, dependientes, marineros, agricultores, pescaderos, autónomos y pequeños empresarios, curiosamente, 23 alumnos seleccionados por el destino, como si se tratara de una maravillosa Selección, hizo posible llevar a su máxima expresión la frase: “Es de bien nacidos ser agradecidos”. (Texto: Antonio Carbonell López).

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severianoruizcalderon_puertosantamariaLa muralla de encauzamiento del río Guadalete entre la plaza de la Herrería y el puente San Alejandro, comenzada a levantar en 1873, no se culminaría hasta 1884. Pero a los diez años, en septiembre de 1894, ante el mal estado que presentaba la nueva muralla y la más antigua –de 1735- frontera al paseo del Vergel, el maestro de obras del municipio, Miguel Palacios, requirió al Ayuntamiento la necesidad de su inmediata reparación. El proyecto formado por Palacios incluyó la rehabilitación del terreno ganado al río en la década de los 70 del siglo XIX, “un sitio intransitable e inmundo”, al decir de entonces. Buena ocasión se presentaba para que el aspecto de la ribera entre el Vergel y el puente San Alejandro ofreciera una imagen más digna para un lugar tan señalado y principal de la población. (Don Severiano Ruiz Calderón, alcalde de El Puerto en 1895. Fotografía Colección Manuel Pico Ruiz-Calderón)

La corporación surgida tras las elecciones municipales de junio de 1895, presidida por el conservador  Severiano Ruiz Calderón, sería la encargada de ejecutar las obras de la ampliación del paseo, iniciadas en julio y concluidas, en su mayor parte, en febrero de 1896, mientras la reforma del muelle se prolongó algunos años más. Desde la fundación del Parque Calderón, al igual que desde 1846 venía ocurriendo en el Vergel, el ayuntamiento organizó, entre el 24 de junio, festividad de San Juan, y el 14 de agosto, víspera de la Feria de la Victoria, numerosos actos festivos y lúdicos en ambos paseos con el principal fin de atraer la llegada de turistas.

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La Avenida Micaela Aramburu, en 1928, desde el principio del Parque Calderón. Nótense que no estaba construido el Bar Santamaría y el estado de las palmeras, recién plantadas. (Foto Sánchez Pérez).

Por citar algunos de los mas señalados de una extensa lista, mencionaremos las veladas marítimas, los teatros y cines de verano, los conciertos de la Banda Municipal, las barracas de la feria, las tómbolas y rifas, las casetas de baile, las regatas y cucañas marítimas frente al Parque, los fuegos artificiales... Y con ello, los establecimientos de bebidas, que en su tiempo fueron toda una institución, como la Caseta de Martínez, la de Pedro Morro o la de Luis Bononato, los kioscos de Pasage, de “el Chico”, de Murga, el Puesto de Fernando, El Parque, El Recreo, y otros tantos que el paso del tiempo dejó en el olvido. (Texto: Enrique Pérez Fernández).

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El Cantil del Muelle y el Parque Calderón en 1870, sin urbanizar, 'un sitio intransitable e inmundo'.

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El Cantil del Muelle y el Parque Calderón, delimitado por unas rejas, a principios del siglo XX. La actividad portuaria, separada de la zona de ocio.

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Década de 1950, el mismo espacio, con una separación diferente, de mampostería y rejas. En la actualidad, la zona portuaria está cedida al Ayuntamiento para aparcamientos, que explota una asociación de parados.

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Año 1990.  Aunque todavía se aprecian muchas barcas por el río, junto al cantil del muelle, la actividad portuaria ya había sido trasladada, casi en su totalidad, a 'La Otra Banda'.

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Año 2002. La misma zona, tras la última reforma que realizó en el Parque Calderón el penúltimo gobierno de Independientes Portuenses. (La secuencia de fotografías del Cantil del Muelle y el Parque Calderón perteneciente a la Colección Mata).

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Vista aérea actual. Cantil y tramo final del Parque Calderón. (Foto Jorge Roa).

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De izquierda a derecha, Manuel Pinto Muñoz, 'Tagarnina', juez de línea; Manuel González Barrera, 'Manolín', exfutbolista del Rácing, capitan de los Futbolistas; Francisco Pérez Bernal 'Kako' árbitro de la contienda; Manuel Gutiérrez Morillo, 'el Cochino', capitán de los Artistas y Toreros; y José Peinado Herrera, 'Chaparro',  juez de línea.

Antes de que la solidaria Peña El Troncho (con nótula en Gente del Puerto) colaborara en la campaña de Navidad, el recordado Joaquín Rosso Morro, directivo y relaciones publicas del RC Portuense,  iniciaba nueve días después de la fiesta de Tosantos, la organización de un gran evento deportivo-benéfico anual para ayudar a los más desfavorecidos en las fechas entrañables de la Navidad. Era el Bar la Perdiz el lugar de encuentro, entrevistándose con Manuel Gómez Barrera, --Manolín, hijo de  Carmen Barrera Terrada, la del Bar la Lucha y exfutbolista del Racing-- (con nótula propia en Gente del Puerto) y Manuel Gutiérrez Morillo, Manolito ‘El Cochino’, vendedor de pescados y mariscos y ambos capitanes de los equipos participantes: Exfutbolistas del Racing contra Artistas y Toreros, respectivamente.

Cuentan que uno de esos días, después de más de dos horas de intenso debate, la designación del árbitro y jueces de líneas originó una pequeña discusión entre los capitanes y la organización debido a una tangana acaecida el año anterior. Habida cuenta de que la lista que ofrecía Joaquín Rosso Morro no llegó a consensuarse, Francisco Pérez Bernal, “El Kako”, artista profesional y catedrático callejero (con nótula propia en Gente del Puerto), presente en el Bar, intervino, ofreciéndose a dirigir la contienda, además, gratis, incluido los honorarios de los jueces de líneas. La generosidad mostrada por “El Kako” fue sorprendente y aceptaron de buen agrado. A continuación convinieron fecha y horario de la contienda, así como que Manuel ‘El Antequerano’ miembro activo de la Peña la Mezquita, como de costumbre, sería el encargado de pintar las bandas y áreas del terreno de juego del José del Cuvillo. Igualmente el reparto de carteles, cuartillas y octavillas del choque contaría con la inestimable colaboración de Ruperto a quien desde las oficinas de la Funeraria, Joaquín Rosso Morro le encomendaba las tareas oportuna. Capitanes, árbitro y organización, acordaron volver a reunirse de nuevo en el puente de la Inmaculada para ultimar los últimos detalles.

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Saque de Honor del Encuentro Deportivo Benéfico.  De izquierda a derecha, 'el Tagarnina', Manolín, Manolito Bejarano, 'el Kako', Manolito 'el Cochino' organizador del evento, y Joaquín Rosso Morro. Aparece tapado 'Chaparro'.

Resulta que ‘Yoyo’ Gilabert, representante del polifacético artista porteño Manuel Bejarano Armario, conocido por Manolito Bejarano, 'canta pinta y torea de salón', informado por Ruperto de la reunión previa al partido, se presentó en el Bar la Perdiz y detallando minuciosamente las actuaciones de su representado por toda la provincia solicitó a la organización que el saque de honor lo realizara el artista para el pueblo, que es así como se denominaba el querido y recordado Manolito Bejarano desde que encumbraron sus proezas en un obra escrito por un tal ‘Boga’.

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Trío de Ases: Manuel Bejarano, “canta, pinta, recita y torea de salón”; Francisco Pérez Bernal, ‘Kako’; y Pepicho Nogués, guitarrista distinguido y dúo musical junto con Kako, durante muchos años. (Foto Colección M.S.L.)

El resultado del partido fue lo de menos y sirvió para que ambos equipos homenajearan a Manolito Bejarano que con su peculiar estilo después de hacer el saque de honor pegó cuatro lances y un remate aplaudido por sus incondicionales…

Hubo unanimidad en la petición de ‘Yoyo’ Gilabert y quedó todo totalmente orientado,  incluso el nombramiento de los jueces de líneas que solamente conocía ‘El Kako’, a este ese momento. Los elegidos y aplaudidos José Peinado Herrera, conocido como ‘Chaparro’ de profesión lacero  municipal de perros, persona que se encargaba de recoger perros vagabundos o abandonados y de llevarlos a la perrera municipal… y Manuel Pinto Muñoz, “El Tagarnina (con nótula propia en Gente del Puerto), en su  versión corta, “Taga”, ayudante del gran ‘Chicharito’.

Así como de paso, he querido ir reflejando, a grandes pinceladas, lo que ocurría ante de los eventos deportivos benéficos, ahora debo destacar que además de la presencia de amigos, compañeros, familiares y simpatizantes de los participantes en los encuentros disputados existía un importante grupo de aficionados taurinos y futbolístico, llamados de la fila cero, que colaboraban por una causa justa con sus aportaciones económicas.

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Fotografía del equipo de los artistas y toreros: Fila de arriba de izquierda a derecha: Antonio Fernández Feria, José Feria, Fernando Heredia Romero, Francisco Romo Martínez, José Luis Feria Fernández, ’Galloso’; Leopoldo, José Luis Parada y Manuel Gutiérrez Morillo, Manolito ‘El Cochino’. Fila de abajo: Platerito de Cádiz, Manolo Gomez, Gregorio Cruz Vélez, Venturita, Juan Belmonte y José Martínez Limeño.

Lo importante era participar por lo que al equipo de Exfutbolistas del Racing, Manolín, Luis Soriano, Juan Rubio Cuevas, Juani ‘Jerez’; Gabriel Herrera Gutiérrez… Lo completaban exportadores, minoristas y mozos de pescados: ‘el Vivo’, ‘el Torero’, Pacote, Enrique Marroquín ‘Maño’, José Gómez Barrera, ‘Joselete del Bar La Lucha’; ‘Pellejon’, Lechuga, Ahucha, Vicente Sánchez,  Juani Chico, del Restaurante Guadalete …

En cuanto a los jueces de líneas, intervinieron en pocos lances del juego por la magnifica actuación del catedrático callejero, ‘El Kako’ que con buena mano  izquierda dirigió perfectamente la contienda. Tan solo una tarjeta amarilla en los inicios del partido al magnifico delantero centro del Racing Manolin, en aquel partido en tareas defensivas, por cometer una dura entrada a Gregorio Cruz Vélez.

En el mismo vomitorio del Estadio, finalizado el evento deportivo-benéfico anual, el entrañable Manuel Jarque Martínez, ‘Chicharito’ ofrecía a todos los participantes un pequeño banquete.

Destacar la gran delicadeza y afecto que mostraron los exfutbolistas artistas, toreros e invitados con el trío arbitral y el polifacético artista porteño. Para ellos, especialmente para Manolito Bejarano, ‘Chaparro’ y ‘Tagarnina’ fue un día inolvidable porque, vuelvo a repetir, el axioma [*]: “No me río de tí, sino contigo’ forma parte de la idiosincrasia de los Habitantes y Gentes de El Puerto, algo que nos hace tan distintos a los demás… (Text0: Antonio Carbonell López. Fotografías: Colección Manuel Gutiérrez Castro).

[*] Axioma: Proposición tan clara y evidente que se admite sin necesidad de demostración.

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Los asesinatos de la “Mano Negra”, ocurridos en el último cuarto del siglo XIX , fueron seguidos con un interés extraordinario no sólo en Jerez, sino en toda España, dando ocasión a que la prensa jerezana escribiera profusamente sobre los crímenes que se cometieron en la década de los 80 del XIX, así como los periódicos de Cádiz, Barcelona y Madrid. Incluso surgen revistas y libros expresamente dedicados al tema. Un resumen de los hechos podría ser el siguiente:

manonegra_sentencia_puertosantamaria1ANTECEDENTES.
Al iniciarse esta década, se produjeron en Andalucía una serie de malas cosechas, con su secuela de hambres, que dieron lugar a agresiones contra los esquiroles, así como a la quema de cosechas de los propietarios más opuestos a las reivindicaciones obreras. Con este motivo se difunde en Andalucía el anarcocomunismo, en oposición al anarcocolectivismo de los internacionalistas catalanes, y surgen los primeros grupos de afinidad ideológica no exclusivamente sindicales. El terror de los terratenientes andaluces frente a la fuerza del obrerismo, desembocó en una planificada acción contra los militantes obreros, fruto de la cual fue el descubrimiento de la “Mano Negra” por el teniente Oliver de la Guardia Civil de Jerez. (En la ilustración, una sentencia contra la 'Causa Criminal' de la Mano Negra).

The “Black Hand” killings, which took place in the last quarter of the 19th century, were followed with extraordinary interest not just in Jerez, but throughout the whole of Spain, which encouraged the Jerez press to write profusely about the crimes committed in the 1880s, as well as newspapers in Cádiz, Barcelona and Madrid. Magazines and books which focused solely on this topic were published. A summary of the occurrences could be as follows:

BACKGROUND.
At the start of this decade, a series of bad harvests occurred in Andalusia, resulting in famines, which lead to attacks on the scabs, as well as the burning of the harvests of those landowners fiercely opposed to the workers’ demands. For this reason anarchist communism spread throughout Andalusia, against the internationalist Catalan’s collectivist anarchism, and the first groups sharing the same ideology who weren’t exclusively unions arose. The Andalusian landowners’ terror in the face of the workers’ force culminated in planned action against the activist workers, the fruit of which was the uncovering of the “Black Hand” by lieutenant Oliver of the Civil Guard in Jerez. (The illustration shows a sentence against the ‘Criminal Trial’ of the “Black Hand”).

Éste dijo haber encontrado unos papeles bajo unas piedras con una mano negra pintada en ellos, que serían los estatutos y el reglamento de una organización revolucionaria. Inmediatamente se detuvo a los militantes anarcocomunistas, a quienes se acusó de formar parte de la “Mano Negra”. El gobierno de Sagasta (febrero de 1883) fue informado del sensacional descubrimiento y se inicia una amplia campaña propagandística para justificar la represión contra el obrerismo andaluz.

sagasta_puertosantamariaSe realizan centenares de detenciones en la zona de Jerez y en las provincias de Córdoba y Sevilla, que desorganizaron el movimiento obrero en Andalucía. Sobre la base de tres asesinatos cometidos en la provincia de Cádiz –ajenos a los problemas sociales, pero realizados por delincuentes obreros-, se monta el proceso llamado de “La Mano Negra”, (que para la prensa y la historiografía posterior se convirtió en proceso  de una organización acusada de innumerables crímenes, secuestros y robos). Los tres crímenes, cometidos por delincuentes comunes, tuvieron lugar en El Puerto de Santa María, Arcos de la Frontera y San José del Valle. (En la ilustración, Práxedes Mateo Sagasta).

CRIMEN EN EL PUERTO.
El 2 de abril de 1883, a las 7 de la mañana, Agustín Cordones Infante, peón caminero de El Puerto a Sanlúcar, se dirigió a la cantina donde vivía Antonio Vázquez, [posiblemente en el lugar donde hoy se encuentra Cádiz Electrónica, en la encrucijada  de las carreteras de El Puerto a Sanlúcar con Jerez a Rota] con objeto de tomar las herramientas que allí acostumbraba dejar. Notó primero la puerta abierta y después un charco de sangre, donde estaba el ventero tendido y degollado y los objetos de la venta en completo desorden. Asombrado ante el espectáculo que se presentó a sus ojos, corrió a dar parte al Juzgado de Instrucción de El Puerto de Santa María, y éste se presentó en el sitio al poco rato, instruyendo las primeras diligencias.

lamanonegra_puertosantamariaOtro peón caminero, observando la misma mañana a un hombre que le pareció sospechoso, lo detuvo, le preguntó dónde iba y le dijo que al Puerto, a pesar de llevar dirección contraria. Viendo que trataba de escaparse, lo entregó a los soldados de la remonta, en tanto no disponían de él las autoridades. Fue registrado y le encontraron una navaja de uso ordinario. El detenido era Diego Mestre.
El guardia que lo llevaba a la cárcel, dijo que el preso había manifestado que en la noche anterior, de doce a una, había verificado el robo y el homicidio Joaquín Gordillo, José Rendón, una tal Cervantes y un José conocido por Matamulos, habiéndole degollado el Gordillo con un cuchillo y que el declarante se había quedado dormido en el campo. El detenido llevaba una mancha de sangre en la chaqueta y otra de tinta en los pantalones y zapatos. Entre los efectos que se encontraron en el ventorrillo había un vaso con tinta.

En la primera indagatoria ante el Juzgado, el Maestre se retracta, niega y excusa las manchas de sangre por haber matado un carnero, y las de tinta por haber estado escribiendo una carta. Los individuos denunciados por el preso declararon que lo ignoraban todo. A los tres o cuatro días, la guardia civil participó el descubrimiento de los criminales y la ocupación de los efectos robados, pruebas del delito.

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Los acusados, en la cárcel de Cádiz junto con otros anarquistas.

RECONSTRUCCIÓN DE HECHOS.
Se reprodujeron los hechos según el auto: ‘En la tarde del día 1 de abril del corriente año de 1883, se reunieron en la casa de la viña denominada de Évora, situada en el término de Sanlúcar de Barrameda, Francisco de Paula Prieto y Beltrán que vivía en ella, Antonio Roldán Sevilla, Diego Expósito conocido por Mestre Morales y José Jiménez Doblado.  Convenido el delito, se armó Maestre de una pistola, tomó Prieto un cuchillo, además de otro más pequeño que llevaba consigo, y los cuatro, conduciendo un pollino, se dirigieron al ventorrillo. Entre once y doce de la noche llegaron a él, llamó a la puerta el Roldán, por ser más conocido del ventero, abrió éste la puerta y todos penetraron en el local. Diego Mestre pidió al ventero Vázquez; le fue servido; pidió igual cantidad el Roldán, y después de haber pagado Jiménez, Diego Maestre sacó la pistola que consigo llevaba, se dirigió al ventero Vázquez, le apuntó con ella a la cabeza y le reclamó todo el dinero que tuviera.  Contestó éste que sólo poseía dos pesetas y, habiéndose arrojado al suelo por orden de los malhechores, el Roldán le ató con un pañuelo las manos a la espalda. En esta posición amenazaba el Francisco Prieto al Vázquez con un cuchillo, cuando acudiendo el Roldán le arrebató el arma de las manos y con ella le hizo al Vázquez una horrible herida en el cuello, produciéndole de inmediato la muerte. Los delincuentes se apoderaron de una dos pesetas y de otras monedas de cobre, de tres barriles conteniendo algún vino, tres botijos, dos con vinagre y otro con aguardiente, una botella de cristal y, por último, el Roldán despojó al ventero Vázquez del pantalón y del calzoncillo. El miserable botín fue cargado en el pollino y conducido a la viña de Évora. Allí se dirigieron los delincuentes, excepto el Maestre que habiéndose embriagado, quedó tendido en la carretera, próximo al sitio del suceso, donde a la mañana siguiente fue detenido por el peón caminero.’ Hasta aquí el auto. Los cuatro fueron condenados a cadena perpetua. (Autor del Texto: Juan Leiva)

piedra_lasalle_1962_puertosantamariaEn 1911 Natalia Pajares de Salgueiro, dejaba en su testamento, al morir, una cierta suma de dinero para la fundación de una escuela, de carácter benéfico, regentada por los Hermanos de las Escuelas Cristianas. Conocido el hecho, los Hermanos se ponen en contacto con los Jesuitas. Estos les ofrecen un inmueble, dentro de la propiedad en la que se encontraba el Colegio San Luis Gonzaga, en el que poder instalar las clases y la vivienda de los Hermanos. Además, se ofrecen a poner el dinero que falte para realizar el proyecto pues el dinero dejado por Doña Natalia no era suficiente. Pero, antes de ponerse en vigor este convenio los Jesuitas cerraron su Colegio, que quedó convertido en Noviciado y no pudieron cumplir su ofrecimiento. (En la fotografía, el Cardenal Bueno Monreal, en el acto de colocación de la primera piedra del Colegio la Salle 'Santa Natalia', --lleva el nombre de la benefactora inicial del centro, Natalia Pajares de Salgueiro--; detrás podemos ver a Isabel Merello, Vda. de Terry, a su hijo Fernando Terry Merello y detrás, a la izquierda de la fotografía a Gandulla Perea. Era el 10 de abril de 1959, hace 50 años). (Foto Rasero. Archivo Municipal).

In 1911 Natalia Pajares de Salgueiro left in her will a certain sum of money for the founding of a charitable school, managed by the Brothers of the Christian Schools. Once they found out, the Brothers contacted the Jesuits. The latter offered them a building in the property where the San Luis Gonzaga School was located, in which they could set up their classes and the Brother’s house. Furthermore, they offered to provide the rest of the money to carry out the project since the money left by Ms Natalia was not sufficient. But, before this agreement came into force the Jesuits closed their School, which was converted into a Novitiate and they could not go through with their offer. (The photograph shows Cardinal Bueno Monreal, in the placing of the first stone ceremony for the La Salle ‘Santa Natalia’ School, it takes its name from the initial benefactor of the educational centre, Natalia Pajares de Salguiero; behind we can see Isabel Merello, Terry’s widow, her son Fernando Terry Merello and behind, on the left of the photograph, Gandulla Perea. It was 10th of April 1959, 50 years ago). (Photo by Rasero. Municipal Archive).

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La comitiva, se dirige al lugar donde se puso la primera piedra, en el descampado que luego ocuparía el colegio, de izquierda a derecha, Fernando Terry Merello,  Carlos Román Ruiloba, Pbr., Luis Portillo Ruiz, el Cardenal Bueno Monreal, y desconocido. (Foto Rasero. Archivo Municipal)

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Otra instantánea de  la  bendición de la primera piedra. Podemos ver Luis Portillo, la Vda. de Terry que apoya una mano en la cabeza, el Cardenal Bueno Monreal, y a la derecha, el Conde de Osborne. No identficamos, por desconocerlos, a las siguientes personas que aparecen en la fotografía. (Foto Rasero. Archivo Municipal).

condeosborne_lasalle_puertosantamariaEn consecuencia, se determinó ir acumulando los intereses al pequeño capital hasta que este permitiera poner en marcha el proyecto para abrir la escuela. Después, vino la baja de la moneda y se aumentaron las dificultades, razón por la que pasaron bastantes años antes de que se pudiera pensar formalmente en la referida escuela. Así las cosas, Ignacio Osborne Vázquez, Conde de Osborne, conocedor de esta fundación en germen, la adopta con el mejor ánimo de llevarla a cabo rápidamente. A tal efecto, compró un terreno y se disponía a edificar en él las Escuelas, cuando sobrevino la Guerra Civil. De nuevo el proyecto queda paralizado. (En la fotografía de Rafa, Ignacio Osborne Vázquez, Conde de Osborne).

isabelmerello_lasalle_puertosantamariaUna vez finalizada la Guerra, el proyecto se activa con la formación de una Junta pro Construcción de las Escuelas. Y estando en estas gestiones, vino a interesarse por esta Fundación, Isabel Merello, Viuda de Terry, que prometía su ayuda si las Escuelas se construían cerca de los terrenos de sus bodegas, en un extremo de la ciudad donde existía una barriada populosa y pobre y muy necesitada de instrucción. De acuerdo, los miembros de la Junta y agradeciendo esta ayuda, se orientó el emplazamiento de las Escuelas hacia ese extremo de la ciudad. Isabel Merello compró enseguida un solar de unos 10.000 m2 de superficie; y antes de comenzar la fase definitiva, la Junta que venía actuando cesó en sus atribuciones, al formarse el “Patronato de la Fundación Santa Natalia”. (En la fotografía de Rafa, Isabel Merello, Vda. de Terry).

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Solar donde se construiría el Colegio de la Salle 'Santa Natalia', a finales de la década de los cincuenta del siglo pasado. (Foto Rasero. Archivo Municipal)

En el 'Patronato de la Fundación Santa Natalia' se otorgó la presidencia al Hermano Provincial de los Hermanos de las Escuelas Cristianas, entonces Hermano Ramón Calixto; y como miembros de derecho, el Conde de Osborne, la Viuda de Terry, en calidad de Fundadores; y el Párroco de San Joaquín, junto con el Alcalde.

hermanoignacio_lasalle_puertosantamariaGracias al buen hacer, empuje y entusiasmo de una figura excepcional, el Hno. Ignacio Javier, las obras comenzaron a finales de 1958. La Base Americana de Rota intervino desinteresadamente en el movimiento de tierras. El 10 de Abril de 1959 bendice la primera piedra el Cardenal de Sevilla Dr. José María Bueno Monreal. Las obras transcurrieron a buen ritmo de modo que en Septiembre de 1960 se pudo comenzar el curso  con el colegio en obras.  Desde entonces, día tras día y año tras año, muchas generaciones de niños y niñas portuenses se han educado y se educan en este centro lasaliano de mano de Hermanos, Profesores, Catequistas y Colaboradores./C.L.S. (En la fotografía de Rafa, el Hermano Ignacio Javier).

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Primera Promoción del Colegio La Salle Santa Natalia. Los alumnos, el Hermano Fulgencio de Andrés -primer director del Colegio- y detrás entre los respectivos padre, los Hermanos Ignacio Javier y el Hermano Ángel, al que algún travieso llamaba el Hermano 'malángel'. Hemos troceado la fotografía en dos, para poder distinguir mejor a sus integrantes que pasamos a describir. (Foto Colección Francisco Arniz Sanz).

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De izquierda a derecha, los alumnos y detrás los padres de casit todos ellos, además del Hermano Ignacio Javier y el Hermano Ángel: Jorge Thuillier, Fernando Torrent, Juan Osuna, Antonio Rodríguez Natera, Juan Escalante, Francisco Otero Rascón, Vicente Terrada Sara, Juan Díaz Sara y Miguel León Ortega.

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De izquierda a derecha, los alumnos y detrás sus padres, Felipe del Bar Manolo, el director del Centro, Hermano Fulgencio de Andrés, José Verano Mesa, Francisco M. Arniz Sanz, Manuel Ponce de León, Antonio Sánchez (+), Francisco Vargas, quien no estudió en el Colegio La Salle y Rafael Selma Granados. A la derecha de la foto, detrás está Manuel Vargas Dodero, quien llegara a ser presidente de la Asociación de Padres de Alumnos y propietario de Tejidos 'Ciudad de El Puerto' situado entonces en la esquina de la calle Ganado con Nevería, frente a la actual Droguería Roque.

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De izquierda a derecha; Manuel Gutiérrez Morillo, Manolito ‘El Cochino’, vendedor de pescados y mariscos, Francisco Javier Merello Gaztelu, que sería alcalde de El Puerto años más tarde, desde noviembre de 1977 a octubre de 1978, Juan Crespo Rodríguez, exportador de pescados y mariscos y Santiago Masa Redondo, Capitán de la Guardia Civil y mando en plaza. Al fondo de puede ver a Felipe Bononato, padre de ‘Felipon’, fiscal en el paso de palio.  La fotografía está tomada en el cantil del muelle de la Lonja de Pescados antigua, ya desaparecida, hoy reconvertida en una tienda de ropa y locales de copas. Viernes, 28 de marzo de 1975, hace 34 años. (Foto Archivo Municipal).

sanagustin_puertosantamaria«Tal vez por la cercanía del Convento de San Agustín (en la fotografía de la izquierda, el Altar Mayor existente en lo que ha sido, también, Colegio San Agustín) a los muelles portuenses que facilitaba y potenciaba el contacto de las gentes del mar con la Imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno, sea por lo que fue nombrado Patrón y Protector de las Galeras Reales de España que por aquellas fechas tenían su base de invierno en nuestra localidad. La vinculación de la Imagen de Nuestro Padre Jesús del Nazareno con la gente de la mar desde el 28 de febrero de 1674 se consolidó en la década de los años 70 del siglo pasado, siendo  determinante para unir aún más los lazos que existían la labor incansable del Alfonso Terry Muñoz que como Hermano Mayor de la Fervorosa, Ilustre y Antigua Hermandad y Cofradía de Nazarenos de Änimas de San Nicolás de Tolentino, Nuestro Padre Jesús del Nazareno, María Santísima de los Dolores, Orden Tercera de Servitas y Santa Cruz de Jerusalén, involucró en aquellos años de esplendor de la actividad pesquera a todo el sector: marineros, rederos, armadores, mozos, chaboleros, vendedores, pregoneros, estibadores, cajeros, minoristas y exportadores en general, y especialmente, la familia Vázquez, Juan Poquet Grimalt, Manuel Gutiérrez Morillo, Manolito ‘El Cohino’ y Juan Crespo Rodríguez.

monumentomarinero_puertosantamariaIniciados los años 70, en el alba del Viernes Santo, entre el regocijo de los fieles, acabado el Vía Crucis, acercándose el Nazareno al balcón del río, se presentaba por primera vez en el desfile procesional la banda de cornetas y tambores del Cuartel de Instrucción de San Fernando, aunque su presencia fue transitoria. De la misma manera, como de un ritual se tratara, se incorporaba al cortejo del paso de palio los representares del sector pesquero, autoridades civiles y militares. El punto de partida era el Restaurante Guadalete, donde hoy se encuentra el Pub Berebere, en la Avenida de la Bajamar, finalizando con la recogida de María Santísima de los Dolores.  Desde el pasado año de 2008, de nuevo el desfile procesional pasa por el cantil del muelle pesquero, por la margen derecha del río, por esta banda. Quedó interrumpido desde los años 90 porque las algarabías que se formaban en los bares de copas que se ubicaron en antigua Lonja de pescados no era lo más recomendado para el desfile procesional… Durante ese tiempo, la bendición de las aguas y la oración por los fallecidos en alta mar que se venia celebrando ante el Monumento al Marinero (en la fotografía de la izquierda), próximo al Muelle del Vapor.

Los Hermanos Mayores, desde la década de 1970: Alfonso Terry Muñoz, Antonio de la Torre González, Fernando Arjona González, Rafael Vital Gordillo, Vicente Mayor Domínguez, José Luis García Martín y en la actualidad de nuevo Fernando Arjona González, supeviviente de aquellos años de los setenta del siglo pasado, colaborador incansable en distintos cargos en la Hermandad desde entonces.

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HACE 36 AÑOS.
Este Viernes Santo, hace exactamente 36 años, la Hermandad estrenaba dos candelabros de cola de su paso de palio.  A ellos también se unían medallones de plata con los nombres de la práctica totalidad de los barcos pesqueros de la Flota porteña. Pasaba la seis de la mañana y desde el Restaurante Guadatele, donde había quedado custodiado durante la noche los candelabros y medallones, portados por Eugenio Espinosa  Palacios, ‘Nono del Guadalete’, se entregaban al Hermano Mayor, Alfonso Terry Muñoz. Aquello fue inenarrable. En aquel Viernes Santo del 20 de abril de 1973, se mezclaron llantos y emociones mientras que el sacerdote Ramón González Montaño, bendecía las aguas del río Guadalete implorando al Nazareno y a la Virgen de los Dolores por todos los hombres de la mar, pero muy especialmente por los diez tripulantes desaparecidos en las costas de Arrecife de Lanzarote, dos meses antes, el martes día 6 de febrero de 1973 cuando faenaban a bordo del pesquero “Domenech de Varo”, arrojándose al río en su memoria varias coronas de laurel y ramos de rosas. A continuación José Manuel Manga Rodríguez y Vicente Pérez Yáñez, únicos supervivientes del pesquero desaparecido, colocaban los candelabros con sus más de 100 medallones en el Paso de María Santísima de los Dolores. (Foto: Juan José López Amador).

Este año la escasa pero muy cualificada  marinería local a pesar de la situación de abandono que sufre la pesca reivindicará su lugar en la Hermandad con un salvavidas de plata que llevará sobre su fajín la Virgen de los Dolores.

relojdesolcruces_puertosantamaria1SUSANA DEL NAZARENO.

En la esquina de Cruces con San Sebastian, este año, cuando las manecillas del reloj marquen las 12 horas, se acercará, después de pasar Nuestro Padre Jesús del Nazareno, María Santísima de los Dolores y allí Susana Jarén Tejero, Susana del Nazareno, en su pequeño cuerpo pero en su alma grande recibirá un año más el amor de los costaleros nazarenos. Susana del Nazareno, fue bautizada así en un artículo que escribí hace 10 años en Diario de Cádiz, el miércoles 7 de abril de 1999. Su padre fue pescador, Julio Jaren Perea, fallecido hace algunos años, sus hermanos cuñados y sobrinos, junto a sus compañeros bajo el paso de palio, le tributan un merecido homenaje. Son sublimes esos instantes, entre Cruces y la calle San Sebastián. Ella, con poco más de 30 años, mantiene su cuerpecito pequeño debido a una enfermedad ósea (huesos de cristal) desde su nacimiento, que no ha sido óbice para sentir una gran y fervorosa pasión por la Hermandad del Nazareno, además de ser súper inteligente, adaptada a las nuevas tecnologías informáticas. Todo un lujo para ese cuerpecito como de una pequeña de dos años.» Antonio Carbonell López.

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En la fotografía, el paso del Cristo del Nazareno. Podemos observar penitentes de la Hermandad de la Veracruz, únicos autorizados por la Junta de Gobierno del Nazareno para procesionar junto con los de la propia del Nazareno.

nazareno_cruz_4_puertosantamariaAÑO 1930, EL NAZARENO SALE EL JUEVES SANTO.
«La segunda cofradía en desfilar en 1930 fue la del Nazareno, que lo hizo a las 03:00 horas del jueves santo. Este año cuidaron del buen orden y disciplina de los participantes, dictando una serie de normas con tal fin, exigiendo a los nazarenos que deseasen realizar la estación de penitencia se ajustasen en sus túnicas y capas al modelo oficial, calzando zapatos negros y guantes blancos o negros, según la túnica. Asimismo se exigía a las señoras que quisieran acompañar al Nazareno “llevar vestido negro y velo de luto, o hábito, guardar silencio tanto en la procesión como dentro de la iglesia, colocándose en el lugar que se le designe, siendo recomendable portar cera... se situarán en la capilla de N.P. Jesús Nazareno pasando por el trascoro y los penitentes en la capilla de San Pedro”. Hasta un total de trece artículos formaban este rebosado decálogo de “instrucciones para el buen orden de la estación de penitencia” en el que se indicaba la distancia que se había de guardar entre penitentes, la prohibición de pisar un bar vestido con el hábito, esto último considerado falta muy grave o indicaciones para las paradas». Tradiciones Religiosas de El Puerto de Santa María. Medio Siglo de Cultos y Procesiones (1891-1939). Antonio Gutiérrez Ruiz. Año 2007.

En la fotografía a color, de Arbaro, el Nazareno y la Cruz. Existe un interesante estudio efectuado por el Sr. Gálvez, sobre las distintas escenas que aparecen en la cruz, documentada con fotogramas, trabajo que pretendemos publicar en Gente del Puerto en su momento.

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«El Jueves Santo de 1901, a las 18:30 horas salió de la capilla de la Aurora, calle San Sebastián arriba el cortejo procesional que estaba formado por los cuatro pasos que habitualmente desfilaban --San Pedro Apóstol, Santísimo Cristo de la Humildad, San Juan Evangelista y Ntra. M. y Sra. del Desconsuelo--.» (En la fotografía superior están dispuestos los cuatro pasos en la Capilla de la Aurora). «En 1902 presentaba la novedad de alumbrar dos de sus pasos: el de San Juan Evangelista y el Ntra. Sra. del Desconsuelo, además de con cera, con luces de acetileno, los populares “reverberos” de nuestros abuelos, “produciendo un bonito efecto”». [...] «Alfonso XIII aceptó la invitación de la hermandad para ostentar el cargo de Hermano Mayor Honorario de la misma, adquiriendo así el derecho la cofradía portuense de lucir el título o denominación de “Real” antepuesto al enunciado de sus titulares». 'Tradiciones Religiosas de El Puerto de Santa María. Medio Siglo de Cultos y Procesiones (1891-1939)'. Antonio Gutiérrez Ruiz. Año 2007.

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El capellán de la Hermandad de “Barrabás y Martillo”, como es popularmente conocida, D. Manuel Román Ruiloba, el 7 de abril de 1974, tras a celebración de una eucaristía ante el paso de Ntra. Sra. del Desconsuelo dirigiendo una charla a los asistentes: José Antonio Terrada Sara, Luis Galán González, Luis Rosso Morro, Jesús Castilla Romero, Francisco Andrade del Valle, Manuel Girón Ceballos y Antonio Romero Cordero. El motivo, agradecer a la hermandad el reconocimiento que hicieron en la persona de su Hermano Mayor, Manuel Girón, con la imposición de la insignia de la Hermandad. (Foto Rafa).

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De izquierda a derecha, Manuel Girón Ceballos, desconocido, Antonio Velázquez Garay, quien había pronunciado el Pregón del Costalero, Manuel Garzón Suárez, Hermano Mayor de la Humildad y el Primer Capataz del Paso del Cristo, José Antonio Terrada Sara, posando delante de sus titulares el Jueves Santo, 17 de abril de 2003, recogiendo las distinciones que les había otorgado la Cofradía. (Foto Bellido).

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EL CRISTO DEL AMOR.
Un grupo de afiliados a la Acción Católica, sacaron a hombros la imagen del Cristo del Amor en Vía Crucis. Esta imagen ya había sido utilizada con anterioridad por otras asociaciones que no tenían la consideración de Hermandad. Antonio Gutiérrez Ruíz, en su libro ya citado “Tradiciones Religiosas de El Puerto de Santa María”, señala que la imagen sería «sacada, posteriormente, en procesión por una asociación denominada “Asociación Piadosa del Cristo del Amor y Nuestra Madre Dolorosa del Silencio” que, sin tener carácter de hermandad, desfilaba con ellas, visitando el Penal de la Victoria desde 1959 hasta 1976, fecha de su disolución.” Los jueves procesionaba desde el Convento de las Capuchinas, hoy reconvertido en Hotel Monasterio, unas veces con paso, otras a hombros de sus hermanos, que vestían túnicas de frailes y no el tradicional capirote embozado. La imagen puede visitarse en el nuevo convento de las Capuchinas, situado en el Pago de La Caridad. (En la fotografía, el Cristo del Amor, por la calle Santa Clara, en 1943).

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En la fotografía, la presidencia de la procesión, accediendo a la Prisión del célebre Penal de El Puerto situado en el antiguo Monasterio de la Victoria. De espaldas, Andrés Jiménez Rodríguez, con el hábito y un cigarrillo en la mano, Antonio Pertegaz Pérez, con impermeable, creemos que es el Comisario de Policía, a continuación con gabardina el alcalde de la Ciudad, Juan Melgarejo Osborne, con capa y a su lado, el coadjutor de San Joaquín, Don Juan Luis, Pbro, cerrando el grupo el alcaide de la Prisión. La instantánea está tomada el 16 de marzo de 1970. (Foto Archivo Municipal).

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La talla del Cristo del Amor llevado a hombros por los internos del Penal. En el patio de la prisión, los funcionarios, con el uniforme de gala; en las ventanas superiores, los presos agolpados tras las rejas presencian el Vía Crucis; en primer término, a la derecha y sin la capucha, un hermano de la Asociación Piadosa. Era costumbre liberar a un penado que estuviera próximo a finalizar su condena o que la hubiera redimido por el trabajo o 'buena conducta'.

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De izquierda a derecha, Luis Ortega Infante, Genaro González, Vicente Gutiérrez de la Rosa, Juanito Martín Vélez, Antonio Torres Santiago --gran secretario que tuvo el R.C. Portuense--, arriba, Pepín “el Barbero”, José del Cuvillo, Manuel Ojeda (padre de los Ojeda Lores), Mauricio León (padre de los León Ortega), Fernando Osborne y M. Zampaña.
Estamos en febrero de 1968. Bar La Liga, en la confluencia de las calles Luna y Nevería, próximo a la sede social del Racing. Se le tributa homenaje a José del Cuvillo Sancho, benefactor de la entidad rojiblanca, por sus simpatías con el equipo, su cariño y sus aportaciones económicas, tan necesarias en aquellos tiempos --¿y en estos?-- para sobrevivir un club modesto como el Portuense. José del Cuvillo sufría como propios los malos tragos del equipo de fútbol local, como si se tratara de algún mal acontecimiento familiar. El homenaje se celebró antes de perder la liguilla de ascenso a la Segunda División “A” de entonces, frente al Alavés en Vitoria primero y luego en el Campo de Fútbol Eduardo Dato, en El Puerto.

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De izquierda a derecha, desconocido, Manuel Jarque Martínez (estamos preparando una nótula sobre el desaparecido “Chicharito”), Pedro López, Vicente Gutiérrez de la Rosa, Pepin "el Barbero", Manuel Serrano, Manuel Sánchez y Juan Cressi.

"Es cierto que siempre es mejor hacer los homenajes en vida… El generoso José del Cuvillo Sancho, mereció culminar meses después aquel más que merecido homenaje con el ascenso del equipo de su alma a la segunda división del futbol español. No pudo ser, si bien su trayectoria y entrega a los colores rojillos no quedarían empañadas por aquel desdichado partido jugado con el Alavés en el viejo Eduardo Dato en junio de 1968.

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De izquierda a derecha, Genaro González, Pepin "el Barbero", al fondo semioculto, Antonio Torres Santiago, Vicente Gutiérrez de la Rosa, José del Cuvillo Sancho, Mauricio León, Manuel Ojeda y Manolo Serrano.

La expectación que había levantado el Racing en aquella temporada 67/68, del siglo pasado, fue inusitada e hizo posible que varios centenares de aficionados se desplazaran a Vitoria para presencia el partido de ida en el Estadio de Mendizarroza, después de que se superara el primer escollo de la promoción, el Club Deportivo Baleares. Mientras se jugaba el partido de futbol, las calles de El Puerto totalmente vacías, sin tráfico de ningún tipo, los porteños y porteñas, en los bares de Apolo, La Liga, Puerto Bar, Central, Los tres Reyes… estaban pendiente de la voz de Agustín Merello del Cuvillo que a través de las ondas radiofónicas nos narraba magistralmente todas las incidencias del partido de fútbol. El empate a cero logrado en Vitoria abría las puertas al anhelado ascenso.

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De izquierda a derecha, Luis Ortega Infante, Vicente Gutiérrez de la Rosa, Petete Tejada y José Antonio Osborne.

Un domingo después, con el viejo Dato a rebosar, entre los miles de aficionados, incluidos muchos de la Bahía, se encontraban también, Pedro Carrasco y Ángel de Andrés, que por aquellas fechas rodaban en San Fernando la película, El marino de los puños de oro, el Racing perdía estrepitosamente, si mal no recuerdo, por un cero a dos frente al equipo de Vitoria, el Alavés, esfumándose todas las esperanzas de ascenso en aquel aciago partido. Después del desastre futbolístico se especuló sobre la profesionalidad de los jugadores, así como del desinterés de la Junta Directiva por no subir a segunda división, convirtiéndose en leyenda negra que aún perdura lamentablemente en el mundillo del futbol local.

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De izquierda a dercha, Pepin "el Barbero", Antonio Torres, semioculto detrás, Fernando Osborne Vergara, Vicente Gutiérrez de la Rosa, José del Cuvillo Sancho, Mauricio León, Manuel Ojeda, Manolo Serrano y Petete Tejada.

Sí nunca dudé de la profesionalidad de la plantilla ni de su entrenador Ventura y tampoco de la Junta Directiva porque mi referencia siempre fue José del Cuvillo Sancho, excelente porteño y mejor persona al que nunca hubieran defraudados y menos venderse aquellos auténticos profesionales, como un Judas Iscariote cualquiera, hoy, después de lo que ha llovido desde entonces, todavía menos, reafirmándome, habida cuenta de los millonarios quinielísticos que ha dado el fútbol por impredecible y caprichoso que siempre ha sido y continuará siendo." Antonio Carbonell.

Nuestro agradecimiento a Vicente Gutiérrez de la Rosal, por habernos cedido, para su publicación en Gente del Puerto, las imágenes que ilustran esta nótula. Por cierto que Vicente tuvo la oportunidad de asistir a los encuentros que se celebraron en los dos campos, en los que el Rácing perdió frente al Alavés su posibilidad de ascenso a la Segunda División “A”.

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antonioelsacristan_puertosantamaria| Texto: Luis Suárez Ávila

«En esta galería de conocidos, amigos, contemporáneos, raros y curiosos, tengo el honor de presentar a un especímen verdaderamente notable: Antonio Bernal Ortega. Antoñito el Sacristán de la Santa y Consagrada Iglesia Mayor Prioral de esta Ciudad, fue un santo varón  que sirvió a la parroquia, desde su más tierna infancia, con el Padre Cerezuela, bajo el mandato de su predecesor, Pepe Moreno, y terminó su carrera con el Cura Propio, Arcipreste y Párroco Don Manuel Salido Gutiérrez. Lo que Antoñito vio y trabajó en esos tiempos sólo él lo supo. Era la discreción y la prudencia personificadas. Era trabajador, cumplidor escrupuloso de su misión, devoto del Santísimo Sacramento y de la Patrona... (A la izquierda, fotografía de Antoñito, 'el Sacristán', durante una comida de sacristanes en Sevilla, perteneciente a la colección de Manuel Girón Ceballos. Debajo, en la fotografía en color, reja con velas pertenecientes a una capilla de la Iglesia Mayor Prioral,  obra de Terushka).

priroral_terushka_puertosantamariaSolícito servidor de la Iglesia, estaba siempre ocupado en reponer la cera de los altares, en mandar a lavar y rizar los manteles, las albas, los amitos, los corporales o los purificadores; en colocar sobre las cajoneras los ternos del día; en ir a todos los entierros bajo la manguilla con la cruz alzada; en acompañar, campañilla en mano, al cura semanero, con el Viático o con los Santos Óleos; en ayudar a la Comunión, cuando se daba fuera de la Misa, en asistir al celebrante en las misas, bodas, bautizos y entierros; en ayudar a arreglar los altares, los pasos...; en tocar las campanas, con su repique de fiesta, su doble en los entierros o en los funerales, o el diario toque del Ángelus o las Ánimas Benditas, los "cuartos" a misa, el toque de "fuego", o la matraca desde los oficios del Jueves Santo hasta el Sábado de Gloria...  Por aquellos entonces se cantaba eso de:

"La Iglesia Mayor Prioral
orgullosa debe estar
porque encierra en sus capillas
a Pepa, la de las sillas
y a Antoñito el Sacristán".

Y la verdad es que la Iglesia debía estar orgullosa de su santo sacristán, a quien no era raro ver, en oración, ante el Santísimo o rezando el diario Rosario a la Patrona. Antoñito tuvo que soportar con paciencia las flaquezas y caprichos de beatas y beatos, de los Párrocos y Coadjutores...  Y a padecer las diabluras de los monaguillos.

tiarasanpedro_puertosantamariaAyer, que fue día de San Pedro, me ha venido la memoria Antoñito, porque, todos los años sacaba de un armario a San Pedro descoyuntado, lo armaba, lo vestía y lo sentaba en su sillón, con capa pluvial, tiara, llaves y Cruz, para que luciera en su onomástica. Yo, que durante el año no veía a ese San Pedro, le pregunté una vez que dónde estaba guardado. Y me respondió: --Viene todos los años del cielo. Este año, al propio San Pedro descoyuntado lo ha preparado otro Antonio, Antonio Sánchez Cortés, y ha lucido el apóstol en el altar mayor de la Prioral, como en sus buenos tiempos. Y los restos de Antoñito el Sacristán, que yacen enterrados en la capilla de San Pedro, se estremecerán de gozo».

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A la izquierda, Antoñito con las llaves de la Capilla y del Camarín de la Patrona en las manos, en el centro, el párroco de la Prioral, Manuel Salido Gutiérrez y a su derecha el coadjutor, Carlos Román Ruiloba. Detrás de éste, el porteño Antonio Rives, quien con el tiempo se acabaría secularizando y ejerciendo como maestro de primaria en el Colegio de Don Antonio 'el Cojo'. (Colección de M.G.C.)

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Acceso a la Iglesia Mayor Prioral por la calle del Vicario. A la derecha se encontraba la vivienda de Antonio Bernal Ortega. (Foto F.Menesteo).

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El 25 de noviembre de 1969, en el desaparecido Club Taurino del Parque Calderón, contemplamos una instantánea del fotógrafo Rafa. En la presidencia del acto, sentados, de izquierda a derecha: el Dr. Venancio González, del que solo vemos la mitad de la cara; Luis Prieto, regente del Club Taurino; Juan Melgarejo Osborne, alcalde; Enrique Barrilaro, empresario taurino y Cayetano Román, Ayudante Militar de Marina. Entre el público se puede ver a la izquierda de la fotografía a Juman el fotógrafo; Antonio Márquez, dedicado a la compra-venta y alquiler de viviendas, conocido como Corredor por aquel entonces; Juanito Martín Vélez, secretario particular de la Alcaldía; Francisco Bernal Peregil, mozo de espadas del torero porteño,  ‘Galloso’, conocido por 'Paco Ragel';  Manuel García de Quirós Domínguez, el guardia Quirós y gran aficionado taurino. En el centro de la fotografía,  a la derecha de Juan Martín Vélez, Salvador Ortega,  policía de la secreta conocido por ‘El Patilla’, fue uno de los policías que en 1971 acompañaron al Arropiero en sus viajes por toda España para reconstruir los asesinatos… A la derecha de la fotografía, José Barrero, padre de Juan Barrero el carnicero; Muñoz el peluquero de la calle Cielo próxima a Ganado; Hugo Rodríguez Cortés, el fundador de la Peña ‘El Troncho’; Jiménez Lerdo de Tejada, conocido hermano de la Veracruz, propietario de Repuestos Dyja, que estuvo donde hoy se encuentra el Mesón del Asador en la calle Misericordia; Francisco Rodríguez Gordillo, ‘el Largo’ estibador de pescados en la Lonja del muelle pesquero y cuñado de Francisco García Gil, nieto del ‘Sabonés’; Juan José Lara Barea, hijo del pintor de la luz, fallecido prematuramente y Antonio Sánchez Cortés, sibarita y muy conocido por todos los porteños, hermano de Manolo, el de UGT, entre otros...

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"Existen en Gente del Puerto, nótulas relacionadas con los personajes que aparecen en la fotografía: Quirós el Guardia, Salvador Ortega, el policía de la secreta, tambien conocido con el ‘patilla’ por su vinculación con 'el Arropiero', el vagamundo dela muerte; Hugo Rodríguez Cortés, con la Peña ‘El Troncho’; Antonio Sánchez Cortes, con su hermano Manuel, de la UGT, y también sobre el Club Taurino. Al fondo hay un cartel dedicado a la Festividad de la Patrona de la ciudad, la Virgen de los Milagros, y apreciando que se celebraba una velada en el Paseo de la Victoria. Sin embargo, lo más llamativo, la Cucaña Marítima, por lo que deducimos que ese cartel es de 1948 y que se celebró en el Guadalete a la altura del Bar ‘El Chino’. La Cucaña Marítima volvería de nuevo a celebrase durante los años  1984 y 1985 en el río Guadalete frente al desaparecido Bar Restaurante Guadalete, donde hoy se encuentra el Pub Berebere. En estos dos eventos, con una margen derecha a rebosar, formaron parte del jurado  Basilio Rogado, y Juan Manuel Pedreño Cueto, periodistas de la SER en Madrid y Cádiz respectivamente y Lourdes Zuriaga de TVE..." Antonio Carbonell López.

luisprieto_puertosantamaria"Luis Prieto era  una persona entrañable. Buenísima persona y "restaurador". Tuvo el Restaurante de la rotonda de La Puntilla, Antigua de Cabo y Casa Luis, en El Puerto; "El Pájaro" en Chiclana, y el "Rincon Taurino" en la plaza del Pan, en Sevilla. Reunió una magnífica colección de carteles taurinos de El Puerto y una infinidad de objetos relativos a los toros.: trajes de luces, cabezas de toros famosos, etc. A su iniciativa, a la de Manolo Almagro y a la de Fernando Pasaje, concesionario del Kiosko de cristales de el Parque, se debe la creación del Club Taurino Portuense. ¿Dónde estarán hoy todas las cosas de Luis Prieto? Urge, antes de que sea tarde, la creación de un museo taurino, en los bodegones de la Plaza de toros. Hoy se inaugura uno en las Bodega El Cortijo un museo dedicado al diestro José Luis Galloso, pero el Ayuntamiento debe ir adquriendo colecciones antiguas de carteles y otros recuerdos taurinos de El Puerto, antes de que se dispersen y y se pierdan". Luis Suárez Ávila.

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Don Ramón, con Pepe Serrato, Coordinador de Cáritas Parroquiales de El Puerto, en uno de los paraderos donde hacía apostolado, también, con una copa de vino en la mano: el Bar La Ponderosa. Ramón, with Pepe Serrato, Coordinator of Cáritas Parroquiales (a charity) in El Puerto, in one of the places where he used to preach, also with a glass of wine in his hand:  La Ponderosa Bar.

En 1980,  Antonio fue sustituido en la Prioral, porque no se encontraba bien y pidió ser coadjutor de Ramón en la parroquia de Ntra. Sra. Del Carmen y San Marcos. Inmediatamente, creó el Catecumenado Permanente de Adultos y organizó la Cáritas parroquial con Ramón y Pepe Serrato. El nuevo destino no respondía, precisamente, al deseo que desde siempre habían tenido los dos hermanos de trabajar juntos. La causa fue la enfermedad que se le declaró siendo párroco de Fátima en Jerez. Esa enfermedad le limitaba, pero su fortaleza de espíritu le mantuvo en una actividad constante casi hasta el final. Nadie podía sospechar que tenía una enfermedad grave.

In 1980, Antonio was substituted in the Prioral Church because he wasn’t well and requested to be Ramón’s coadjutor in the Ntra. Sra. Del Carmen y San Marcos Parish Church (Our Lady of Carmen and Saint Mark). He immediately created the Continual Adult Catechism Class and organised the Cáritas charity base at the church with Ramón and Pepe Serrato. The new place didn’t exactly answer the two brothers’ wish of working together. The cause was the illness that he was diagnosed with when he was parish priest at the Fátima Church in Jerez. This illness restricted him, but his strength of spirit kept him in constant activity until almost the end of his days. Nobody suspected that he had a serious illness.

agm_puertosantamariaMUERTE DE ANTONIO.
Un día de San Antonio, ya no pudo más y Antonio se fue a Sevilla para que le hicieran un cateterismo. Ramón fue informado inmediatamente que Antonio estaba muy mal. Le quitaron los drenajes y tubos y lo trajeron en una ambulancia a El Puerto. Ramón lo tenía todo preparado para recibir al difunto y exponerlo en la capilla ardiente. La sorpresa fue mayúscula cuando llegó en la ambulancia y comprobaron que Antonio estaba vivo y saludaba a todos con plena conciencia. Toda la feligresía lo esperaba. El 9 de septiembre de 1986 murió a los 54 años de edad.

LAS RESPONSABILIDADES DE DON RAMÓN.
A partir de entonces, a don Ramón le llovieron los cargos y cargas. La primera fue la de miembro del Consejo del Presbiterio de Jerez el 17 de octubre de 1983. Era una tarea de la que ya tenía experiencia por su participación en el Consejo del Presbiterio de Sevilla en 1967. Al día siguiente, 18 de este mismo mes y año, fue nombrado profesor de Religión y Moral Católica de Bachillerato en el instituto Muñoz Seca del Puerto.

donramon1967_puertosantamariaLa parroquia se pudo inaugurar el 29 de agosto de 1970. Inmediatamente las actividades sociales y pastorales se multiplicaron: organizó los cursos del PPO, el Centro social parroquial, AFANAS,  el Círculo de Estudios, el Club de Fútbol San Marcos, las Cooperativas de viviendas, la Guardería social para 125 niños en el patio de la parroquia, la Banda de cornetas y tambores, el Grupo de Majorettes, la Hermandad de la Borriquita y un largo etcétera que sería prolijo enumerar. (En la fotografía, en la celebración de la Virgen del Carmen de 1967, a la izquierda Francisco Martín García; en el centro, pescador almeriense, 'el Rubio' y don Ramón. Ambos eran tripulantes del pesquero 'Magdalena Isabel' del armador Francisco Pineda Rosello, padre de María del Carmen Pineda Martí, Camarista mayor de la Virgen del Carmen durante la década de los años  60 y 70 y  Miguel Pineda Marti, armador del Pascual Baldo con nótula propia en gente del Puerto.).

Para colmo, el 5 de diciembre de 1983, fue designado arcipreste del Puerto de Santa María. El cargo de Arcipreste era elegido democráticamente por los sacerdotes de la ciudad y aprobado por el obispo. El 8 de marzo de 1988, fue nombrado delegado diocesano del Clero. Era, sin duda, el nombramiento de máxima responsabilidad que se le encomendaba. La diócesis de Jerez tenía por aquel entonces unos cien sacerdotes, de los cuales casi la mitad eran mayores de 65 años. Eso exigía una presencia especial en la vida de los sacerdotes y una vinculación constante con el obispo.
Dos años más tarde, el 11 de diciembre de 1991, Ramón fue nombrado Vicario Episcopal de Pastoral. Su parroquia del Carmen había logrado reunir los más diferentes movimientos, grupos y comunidades, en una convivencia más que aceptable y en unos tiempos difíciles tanto políticos como eclesiales. El obispo Rafael lo escogió para realizar una pastoral, a nivel diocesano.

gonzalezmontano_obispo_puertosantamariaLOS RECONOCIMIENTOS.
Si los cargos honoríficos sirven para algo, también Ramón tuvo la oportunidad de comprobarlo. No suelen añadir nada, sino reconocer los servicios prestados durante la vida. Siguiendo el orden cronológico, el primero fue el de Canónigo Honorario de la Catedral de Jerez de la Frontera. Este se le concedió el 5 de agosto de 2001.
En un comunicado que el Sr.Obispo dio a conocer, al concluir la celebración de la Misa Crismal en la catedral, el 10 de abril de 2001, decía lo siguiente: "JUAN PABLO II PONTÍFICE MÁXIMO" A SU AMADO HIJO: SALUD Y BENDICIÓN APOSTÓLICA. RAMÓN GONZÁLEZ MONTAÑO TE ELEGIMOS, HACEMOS Y DECLARAMOS NUESTRO PRELADO DE HONOR. Y POR ELLO TE CONCEDEMOS LOS PRIVILEGIOS, HONORES Y PRERROGATIVAS QUE POR LA INSTRUCCIÓN "UT SIVE" DE LA SECRETARÍA DE ESTADO PAPAL VAN ANEJAS CON ESTA DIGNIDAD."
Dado en Roma el 22 de marzo del año 2001. Hay un sello. Ángel, Cardenal Sodano.
El título venía a reconocer, desde las más altas esferas de la Iglesia, una labor que ya los portuenses hacía tiempo que habían reconocido, nombrándole "Hijo Adoptivo de la Ciudad", en un emotivo Pleno de 1998. Parece que el Señor estaba esperando que Ramón recibiera los justos homenajes a toda una vida de entrega a los demás, no sólo como sacerdote, sino como hermano de todos aquellos que se cruzaron en su camino..

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Visitando al Papa Juan Pablo II, quien le concediera el título de monseñor. A la derecha de  la fotografia, Antonio López Fernández, actual párroco de los 4 Evangelistas de Jerez.

LA MUERTE DE RAMÓN.
El 17 de diciembre de 2001, nueve meses después de haber recibido el título de Prelado Doméstico de Su Santidad, tras la celebración de la misa de la tarde, se sintió enfermo. Cuando bajó del presbiterio y entró en la sacristía, le atacó la insuficiencia respiratoria que le asaltaba con cierta frecuencia. Lo quisierono llevar al ambulatorio, pero se echó sobre el hombro de su hermana Rosario con total incapacidad. Lo pusieron en el suelo y ya no se levantó más. Eran las nueve de la noche. El desconcierto de los presentes fue total, pero Ramón se había marchado a la Casa del Padre tal como él había deseado, de puntillas, con 67 años.

gonzalezmontano_bardani_puertosantamaria El eco de su muerte se extendió por toda la ciudad como un reguero de pólvora. La Cofradía de pescadores y el sector pesquero quedó impactado por la noticia y acudieron a la parroquia para darle el último adios. El Consistorio decretó una jornada de luto por la pérdida de uno de sus hijos adoptivos más queridos. Las banderas del Consistorio y las de la Cofradía de Pescadores ondearon a media asta en señal de duelo. Los feligreses de la parroquia se volcaron con su párroco en el funeral y misa de "corpore insepulto". El obispo de la diócesis, don Juan del Río, el obispo emérito, don Rafael Bellido, y el presbiterio diocesano en pleno, así como muchos sacerdotes de Sevilla y otros puntos de España, vinieron a concelebrar la misa por su alma y rendirle el último homenaje.
Cuando la ciudad de Estepa conoció la noticia del fallecimiento de don Ramón, el Consistorio se apresuro a manifestar su condolencia y a concederle el homenaje póstumo de la "Medalla de Oro" de la ciudad. El acto se celebraría dos meses más tarde (el 22 de marzo de 2002) en la Casa de la Cultura "Miguel de Cervantes" del municipio estepeño. Juan Leiva. Autor del Libro: “Tres historias íntimas: Don Ramón, El Carmen y El Puerto”. Año 2003. (En la fotografia, D. Ramon flanqueado a la izquierda por Alfonso Muñoz y a la derecha, por Pedro Jimenez, padre de Constanza Jimenez Solis, con notula (113) propia en Gente del Puerto en un lugar que frecuentaba: el Bar Dani, frente a la Parroquia y junto a la Comisaria de Policia).

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En la Parroquia del Carmen en 1970. De izquierda a derecha, Manuel Buhigas Cala Antonio Ojeda, Domingo Renedo, José Adame, José Terrada, don Ramón y Rafael Tejada. (Foto Colección Hortensia Renedo Varela).

LA PASTORAL DE LOS HERMANOS GONZÁLEZ MONTAÑO.
Es obligado un recuerdo a los hombres de Acción Católica, Domingo Renedo,  José Luis Álvarez Sevilla 'Gavina', Manuel Buhigas Cala, Antonio Herrero Tello, Antonio Naranjo, Gerardo, Antonio Ojeda, José Adame Vázquez, Higinio Mercado, Antonio Chorro Peña, Faustino Navas, José Alonso Martin, Juan Mendoza y José Blandino, pero un autentico defensor de las causas sociales; José Terrada, Montero... Pescadores, arrumbadores, metalúrgicos, vidrieros. La gran amistad que les unía a Esteban Caamaño, Isidoro Gálvez, Elías. La juventud, los Jiménez Lavi, Humberto Jiménez, Paco Sánchez Matabuena, Cordero, Morro, Elías, Arniz, Conchita García Pinilla, Pilar Renedo, Bernardo Muñoz-Leiva, Juan Reina, Dueñas, Nimo, Gaspar, Puchi, Pepi Feria, Asumpti Poullet. Los Lobatos y los Boys Scouts, los campamentos de verano en Grazalema y Benamahoma. Las viviendas de los desfavorecidos, la de los pescadores, la de San Marcos, Afanas, los taxistas y Manolo Rebollo, las confrontaciones con los sacerdotes locales porque no entendía que el sacerdocio no fuera otra cosa que la Misa, los bautizos, las bodas y el 'cepillo'.

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En la fotografía de Rafa, de izquierda a derecha, en el Centro de Educación Especial 'Mercedes Carbó', Antonio Carbonell, José Luis Osborne Vázquez, don Ramón, Cipriano Pérez Barroso y Manuel Sánchez-Romate. 21 de diciembre de 1970(Foto Colección A.C.L.)

José Luis Osborne Vázquez ayudó económicamente en la construcción de la Parroquia y al Centro de Afanas 'Mercedes Carbó', junto con Manuel Delgado Almisas  y Juan Roselló Castell. Y José Antonio Español Caparrós, el ingeniero de Obras del Puerto, el de los espigones, el que dragaba el río,  son quiénes, junto a José Luis Álvarez Sevilla 'Gavina', redero y socialista en los tiempos de Franco, ayudaron a don Ramón a cumplir con la pastoral que se había propuesto.

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Presidiendo un acto en la Parroquia provisional, en los bajos del actual ayuntamiento, José Álvarez Sevilla 'Gavina', a su derecha Domingo Renedo, Antonio Ojeda y José Buhigas. A la izquierda, don Ramón. Año 1970.

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En 1969, conversando con Ángeles Domecq, ante la célebre 'Mamá del Millón' Mercedes Carbó, a la izquierda José Luis Osborne habla con Manuel Delgado Almisas, bienhechores de AFANAS.

Isa Lora, por cierto, hizo una magistral entrevista en Antena Bahía que llegó hasta el tuétano. Se documentó y su trabajó: fue un lujo. En breve espacio de tiempo nos mostró a Ramón, su familia, su entorno, su vida entre nosotros... Y Ramón habló de todo y de cada uno de sus amigos, de aquellos años de su Parroquia, la de los Baños Termales, la de la OJE, la de la Sierva de los Pobres, la del Polvorista y la actual, frente a Comisaría.

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Siempre con los pescadores, Don Ramón en un acto en el Día de los Hombres del Mar, en 1982. De izquierda a derecha, Encarnación Ruiz Chinea, esposa del homenajeado, don Ramón, el homenajeado Vicente Femenía Grimalt, Antonio Carbonell López, a la sazón Secretario de la Cofradía de Pescadores, y Manuel León Pérez, relaciones públicas y Vicepatrón Mayor Primero de la Cofradía de Pescadores de entonces.

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En el centro, Jose Luis Alvarez Sevilla, 'Gavina', redero y Presidente del Grupo de Viviendas "Estrella del Mar", llego a ser presidente de Acción Catolica. A su derecha, José Gonzalez Montaño, Gerente del Grupo de Viviendas. De izquierda a derecha, su Junta Directiva: Antonio García Bonmatti, redero de tierra; Emilio Martinez Puyana, práctico de pesca; José García Malvido, Patrón de Pesca; Lope Rodríguez Lopez, pescador; Antonio Cots Olmo, motorista y Juan Jose Gallardo Ares, redero de tierra. El acto en la plaza que lleva su nombre, la de Ramon Gonzalez Montaño. La práctica totalidad de los integrantes de esta Junta Directiva lo era también de la Hermandad del Carmen, siendo Jose Luis Alvarez Sevilla, 'Gavina', presidente desde 1965 hasta 1978

elcuraramon_puertosantamariaUN HOMBRE BUENO
"Se cumplen en estos días 25 años del conflicto marinero en El Puerto de Santa María. El tiempo transcurrido y las actuaciones lamentables de quienes estaban en aquellos días al mando de los agentes del Orden Público me hubieran evitado recordar el suceso, pero la figura del padre Ramón González Montaño, párroco del Carmen, fallecido el pasado día 17 de diciembre, bien merece este final de singladura de la Meridiana de 2001.
A principios de 1977, en plena transición española, 700 pescadores, portuenses y de otras localidades gaditanas, especialmente de Sanlúcar y Barbate, se concentraron en los locales de la Cofradía de Pescadores solicitando un socorro ante el amarre de los barcos, que llevaban un mes sin poder hacerse a la mar por el mal tiempo reinante.
La Cofradía portuense informó que las normas legales por las que se rige no permitían disponer de fondos para su reparto general entre los pescadores. Fue entonces cuando llegó la Guardia Civil indicando su capitán a los reunidos que abandonaron los locales; hubo negativa y se produjo una fuerte acción de dicha fuerza hasta lograr que todos se marcharan de las dependencias.
Los pescadores, después de ser arrollados brutalmente por el solo hecho de estar reunidos, se congregaron en la plaza del Polvorista ante el Ayuntamiento y rápidamente aparecieron de nuevo las fuerzas de la Guardia Civil, que rodearon la plaza y disolvieron a los manifestantes actuando con energía.
Ya por la noche, decidieron protegerse en la Parroquia del Carmen.
Allí se encontraba como párroco el cura Ramón, al que querían y respetaban por la labor social que venía desarrollando con la gente del mar desde su llegada a El Puerto.
Don Ramón se encontraba aquella noche del lunes 3 de enero de 1977 celebrando misa y celebraba complacido cómo cientos de pescadores y trabajadores de otros gremios solidarizados se agrupaban de forma silenciosa en la iglesia. No sólo proporcionó lo necesario para hacer llevadero el encierro, con la colaboración inestimable de sus feligreses, sino que además ofreció su apoyo para que los trabajadores de la pesca gozaran de los mismos derechos que los otros sectores.
Durante las 20 horas que duró el encierro, el padre Ramón desatendió las peticiones de los mandamases civiles y militares para que expulsara a los pescadores.
A las 4 de la tarde del día 4 de enero la Guardia Civil se instalaba en las puertas de la Parroquia ordenando el desalojo. Don Ramón no se amedrentó y le indicó al capitán que los marineros no hacían ningún daño por estar reunidos y que no veía motivos para que abandonaran la iglesia.
Los pescadores, percatados de las intenciones del capitán, convinieron salir no sin antes expresar su gratitud al padre Ramón.
El conflicto marinero en El Puerto duró 14 días. Hubo 8 detenciones y decenas de heridos.
Al final concedieron el socorro solicitado y felizmente los consensos alcanzados en la noche del encierro en la Parroquia de un hombre bueno hicieron emerger una frontera a partir de la cual la marinería fue un sector siempre a tener en cuenta.» Antonio Carbonell López. La Meridiana. Diario de Cádiz. 30 diciembre 2001.

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gonzalezmontano_01_puertosantamaria"Ramón Eduardo González Montaño fueron sus nombres y apellidos completos. Nació el 31 de agosto de 1934, en una casa de la calle Ancha del pueblo sevillano de Estepa, frente a la torre de la Victoria. Era la torre de la iglesia  del convento de los mínimos o victorios. La misma Orden monacal que existía en el Monasterio de la Victoria de El Puerto.
Sus padres fueron Antonio González Cornejo y Concepción Montaño Corrales. Ramón hacía el número 10 de los 11 hijos que tuvieron sus padres. Su pueblo es uno de los  más bellos de la provincia hispalense, no sólo por su geografía, sino porque sus calles, sus iglesias y sus casas palaciegas  son muestras de arte y de belleza. Cuando uno visita Estepa, le asalta el deseo de haber nacido allí.
Desde muy niño, Ramón fue acólito de la iglesia de San Francisco y asistía al colegio que tenían los padres franciscanos en la ciudad. Los religiosos pretendían que sus alumnos fueran buenos estudiantes, pero también que destacaran por su educación y su vida cristiana. Eso hacía que muchos se vieran atraídos por la vida religiosa. Por otra parte, los que sentían inclinación por el estudio tenían pocas opciones, porque centros de Enseñanza Media, por aquella zona, sólo había uno, el instituto de Osuna.

Ramón Eduardo González Montaño was his full name. He was born on 31st of August 1934, in a house on calle Ancha in the Seville town of Estepa, opposite the torre de la Victoria (Victoria tower). It was the Franciscan convent’s church tower, the mínimos or victorious. It was the same monastic Order as was present at the Monasterio de la Victoria (Victory Monastery) in El Puerto.
His parents were Antonio González Cornejo and Concepción Montaño Corrales. Ramón was the tenth of eleven children. His home town is one of the prettiest in the province of Seville, not only for its geography, but also because its streets, churches and palatial houses are a great show of art and beauty. When you visit Estepa, you are struck by the desire to have been born there.
From a young boy, Ramón was an acolyte at the San Francisco Church and attended the Franciscan Priests’ school in the town. The clerics hoped to turn out good students, but not just this, they also hoped to turn out students who were known for their good behaviour and Christian way of life. This attracted many to the religious way of life. Furthermore, those who would have liked to continue studying had few options open to them, since there was only one secondary school in that area, in Osuna.

MUERE SU PADRE
El 21 de abril de 1941, moría su padre. El hecho, siempre luctuoso para cualquier familia, significaba un auténtico problema para su madre con once hijos, muchos de ellos pequeños aún. A Ramón, con siete años, tuvo que producirle un fuerte impacto, ya que era el predilecto de su padre. Ramón manifestó a su madre el deseo de ser franciscano, pero no encontró beca y se decidió por el Seminario diocesano. Su madre le dijo: "Hijo, cuando me dijiste que querías ser religioso, me fui a dar gracias a Dios, aunque sabía que te perdería. Pero ahora que me dices que quieres ser sacerdote, he vuelto a darle gracias con gran alegría, porque no me dejarás." De sus diez hijos, dos fueron sacerdotes; dos religiosas; dos casados y dos solteros.

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Don Ramón y su hermano, el también sacerdote Don Antonio, con familiares y amigos. Écija, 1959.

Antonio, el padre, era un hombre culto. Fue secretario del Juzgado de Paz de Estepa y, más tarde, oficial mayor del Ayuntamiento con función de secretario. Concepción, era una mujer profundamente cristiana que supo infundir a sus hijos e hijas una educación y unos sentimientos acordes con sus convicciones cristianas. Era plena República y las esperanzas que habían puesto los españoles en el nuevo régimen, comenzaban a disiparse, por falta de moderación entre los principales partidos de izquierda. El panorama hacía presagiar un futuro oscuro. Desgraciadamente, dos años más tarde, estallaba la Guerra Civil.

seminariomenorsanlucar_puertosantamariaEn septiembre de 1946, Ramón decide marchar al Seminario Menor de la Archidiócesis de Sevilla en Sanlúcar de Barrameda. Hacía seis años que había terminado la Guerra Civil, y uno, la II Guerra Mundial. El fantasma de la hambruna aún no había desaparecido. La II Guerra Mundial terminó el año 1945. Ramón se distinguió entre los mejores estudiantes, como lo atestigua su certificado de estudios, extendido por la Secretaría del Seminario, con la nota media de Notable. (En la fotografía de la izquierda, el Seminario Menor de Sanlúcar de Barrameda).

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Puerta trasera del Palacio de San Telmo de Sevilla, o de 'Las Doce Estatuas', seminario de Sevilla y en la actualidad sede de la Junta de Andalucía.

RAMÓN, SACERDOTE.
El curso 1951-52, a sus diecisiete años, Ramón llegaba al Seminario Mayor de San Telmo. Era un formidable palacio barroco, con espléndido jardín y campos de juego. La Infanta Doña María Luisa lo había dejado a la Archidióces de Sevilla, para que albergara a los seminaristas y fuera el centro de estudios de los futuros sacerdotes. Hoy es la sede del presidente y del Gobierno de la Junta Andalucía. Allí estudió Ramón tres años de Filosofía (de 1951 a 1954) y cuatro de Teología (de 1954 a 1958). Con estos siete años, se completaba la carrera eclesiástica que, junto con las Humanidades, integraba los doce años de estudio. Aquí maduró en sus estudios y consiguió aún mejores calificaciones, como lo atestigua el certificado de la Secretaría del Seminario Mayor de Sevilla, con la nota media de Sobresaliente.

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Don Ramón, recién ordenado sacerdote con 23 años, en 1958.

El día 29 de junio de 1958, a sus veintitrés años, Ramón era ordenado sacerdote en la catedral de Sevilla, junto a los demás compañeros de curso. A los pocos días, el Cardenal Bueno Monreal le comunicó que su destino era el de coadjutor de Constantina, juntamente con otro compañero de la misma promoción. A los tres años, Ramón recibió un nuevo destino. El 3 de marzo de 1962, era enviado a Écija, como coadjutor de la parroquia de Santiago.

gonzalezmontano_chicos_puertosantamariaANTONIO, SU HERMANO.
La vida de Ramón no se puede concebir sin la de su hermano Antonio, también sacerdote. Era un año mayor que él, pero un curso menor, porque ingresó en el Seminario un año más tarde que Ramón. Eran dos vidas paralelas unidas no sólo por la sangre, sino por la amistad, la vocación  y el carisma sacerdotal. Antonio había nacido en Estepa el 8 de marzo de 1932. Ingresó en el Seminario a los quince años, fue ordenado sacerdote el 21 de junio de 1959 y cantó su primera misa el 27 de junio de este mismo año. Su primer destino fue el de coadjutor de Santa Cruz de Écija, siendo nombrado capellán de San Sebastián y del cementerio de la ciudad. Dos años más tarde, fue nombrado consiliario interparroquial del centro de Acción Católica de Écija. Así se explica el nombramiento de Ramón como coadjutor de la parroquia de Santiago de Écija. Ambos hermanos conseguían ir a la misma ciudad, donde podrían vivir juntos y desarrollar su tarea sacerdotal en esta histórica ciudad. La mayoría de los sacerdotes eran mayores y los jóvenes se decidieron por agruparse en torno a los dos hermanos. (En la fotografía, los pequeños Ramón y Antonio, con 6 y 8 años, en el Colegio de los Franciscanos de Estepa. Año 1940).

antoniogmontano_puertosantamariaAMBOS EN EL PUERTO.
En marzo de 1963, coincidiendo con que Antonio debía incorporarse a sus obligaciones castrenses, fue nombrado capellán de la base naval de Rota, consiliario interparroquial del Centro de Acción Católica de El Puerto y capellán del convento del Espíritu Santo de esta misma ciudad. Ramón, por su parte, recibió el nombramiento de cura ecónomo de la recién creada parroquia de San Marcos del Puerto de Santa María, profesor de formación religiosa en el centro de Enseñanza Media y Profesional de Santo Domingo y capellán de las Siervas de los Pobres.
Ramón no tenía templo para ejercer el ministerio y comenzó utilizando el archivo y el templo de  la Prioral. Poco después, don Luis Caballero ofrece la capilla del Castillo de San Marcos para que se utilice como parroquia, pero no llegó a utilizarla porque ya se había instalado en los baños termales. En 1967 se trasladó a la capilla de la Sierva de los Pobres de la calle Fernán Caballero. (En la fotografía don Antonio en 1959, en Écija).

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A la izquierda vemos a Don Ramón González Montaño, en la bendición de la primera piedra del templo, a su lado un joven reportero micrófono en mano, José Ignacio Buhigas Cabrera recoge las palabras del Obispo Auxiliar, Monseñor José María Cirarda Lachiondo; a la derecha de la fotografía podemos ver al Arcipreste de la Ciudad, Don Manuel Salido Gutiérrez, párroco de la Prioral. Está tomada en el lugar que hoy ocupa la Comisaría de la Policía Nacional.

En 1968, cuando ambos hermanos estaban empeñados en las tareas de la construcción de la nueva parroquia, un nuevo destino, esta vez en la persona de Antonio, vino a distorsionar los proyectos de ambos hermanos. En noviembre de 1968, Antonio fue nombrado párroco de Nuestra Señora de Fátima de Jerez, delegado diocesano de Misiones y, un año más tarde, director espiritual del Instituto Padre Luis Coloma.
Antonio aceptó con el optimismo y la entrega que le caracterizaban, pero Ramón veía que todo el peso de la nueva parroquia caía sobre él. Ramón quería que las obras se terminaran cuanto antes para que se pudieran albergar los grupos que iban surgiendo se instalaran en el nuevo complejo parroquial. Las actividades se multiplicaban por días y los locales eran insuficientes. El título definitivo fue el de Parroquia de Ntra.Sra.del Carmen y San Marcos.

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La Parroquia del Carmen y San Marcos, la nueva parroquia del ensanche portuense, marinera, moderna y modernista.

En 1975, de nuevo a Ramón se le acumulan los cargos, con el nombramiento de director espiritual,  profesor de la Escuela de Enfermeras y capellán de la Clínica del Dr.Frontela de El Puerto. Antonio estuvo en Jerez casi diez años. El 9 de septiembre de 1977 fue nombrado párroco de la Iglesia Prioral del Puerto. Sustituía a don Antonio Cabezas Moya que había sido destinado a la parroquia de San Gil de Sevilla.» (continuará). Juan Leiva. Autor del libro: “Tres historias íntimas: Don Ramón, El Carmen y El Puerto”. Año 2003.

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jesusmariaserrano_padre_puertosantamariaMi padre, Pedro Serrano Tey, aprendiz de sastre, llegó incluso a cortar chaquetas muy bien, tonelero, reconocido y respetado encargado de arrumbadores de las Bodegas de José de la Cuesta, me enseñó algo muy importante, mientras desde su altura, mi padre medía exactamente igual que yo 182cm, un gigante para los malos tiempos que le tocó vivir con su padre en el Penal por republicano y una gran familia, siempre sonreía y siempre trabajaba y me decía, cogidito de mi manita. Era el más pequeño, si bien 10 años después nacería mi hermana Begoña. --»Jesusmari hijo, siempre estás enfermo, eres débil: estudia.» (En la fotografía, Pedro Serrano Tey).

My father, Pedro Serrano Tey, a tailor’s apprentice, who even learnt to cut jackets very well; a cooper; and the well-known and respected foreman at the José de la Cuesta bodega, taught me something very important from his great height. My father was the exact same height as me, 182cm, a giant for the bad times he had to live in with his father in prison for being a Republican and part of a large family. He was always smiling and working and used to say to me, my hand in his, I was the youngest, even if 10 years later my sister Begoña was born: “Jesusmari, son, you’re always ill, you’re weak: study hard.” (In the photograph, Pedro Serrano Tey).

Perteneciente a una familia de bañeros los Tey y los Neto, tenían la exclusiva de explotar las playas de Rota, El Puerto de Santa María y Cádiz y la posibilidad de alquilar sus casetas y cubrir, como bañeros, la seguridad de los usuarios. Existen múltiples fotografías de estos hechos de Quico y Castroverde. Mi padre, que tenía los ojos verdes y la mirada clara siempre me decía: --»!Apenca hijo, apenca que no hay otra cosa!».  Mi padre era analfabeto, yo tuve la suerte de enseñarlo a leer y a escribir, años más tarde.

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Cuando se publica la carta del Profesor Bartolomé López-Somoza en el Cruzados, reproducida por Gente del Puerto en la nótula  '40 Aniversario del Cierre de la Revista Cruzados', él los denomina barqueros y, creo que es de justicia que se les denomine, como en realidad era su oficio: el de “bañeros”.

Bañero, marinero experimentado, conocedor de la costa, encargado de la seguridad de todos los bañistas, fuertes, capaces de bogar durante horas sin descanso, --por entonces los paterones no conocían los fuerabordas-- y los botes, no podían arrimarse a las playas ya que al no ser planos, al volcarse con las mareas quedaban inundados, aunque navegan mucho mejor y se les puede aplicar un tintero y una vela latina (al burro del la proa), para que descansen los remeros.

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Las pateras, son lanchas planas, bajas de borda, con dos o tres bancos de boga y sin timón, para facilitar acceder a la playa con facilidad y volver a la mar, colocando tres troncos, dos bajo la mínima quilla de menos 7 cms. y aquel que queda atrás pasarlo a proa. Don Enrique tenía razón en su artículo, esos hombres, y mi padre fue uno de ellos, de los muchos de su familia que se dedicó también a eso, salvaron muchas vidas.

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Recuerdo que en una noche de luna de 1962, sobre las 10 de la noche, --contaba yo nueve años-- a mis tíos José Luis, mi padre, Ramón y Manuel, el más pequeño de los cuatro hermanos varones. El hambre y la miseria mataron a dos de mis tías y dejaron a otras dos Lola y María del Carmen. Entre bromas, se adoraban, siempre estaban juntos, entre risas se impusieron una apuesta imposible con viento racheado de Poniente, navegar desde nuestro humilde kiosko de “Los Mellizos”, el paterón, por supuesto sobre la arena seca, al Faro de Las Puercas y volver en menos de hora y media. Una hora y cuarto después, reían y disfrutaban de un tinto con gaseosa de los Espumosos Valdelagrana fabricados por los Hermanos González que yo les serví muy orgulloso.

caseta_serrano_playa2_puertosantamariaAsí eran los bañeros y así eran los Tey, que aparte de ello tenían sus profesiones: José Luis y Manuel finísimos ebanistas, Ramón arrumbador de Bodegas José del Cuvillo y, mi padre de José de la Cuesta, hoy Grupo Caballero. Mi abuelo Ramón, capataz de la Bodega del Gavilán. Así se se escribe la historia de las personas sencillas que pasan por el mundo dejando una sombra fresca, esa brisa que tanto gusta en El Puerto, ese frescor que aquí llamamos “viento foreño”, la producen mujeres y hombres honrados y cabales que lo han dado todo sin exigir nunca nada." Jesús María Serrano. (En la fotografía, propiedad del autor, aparece éste con su hermana Begoña y su madre).

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En la fotografía, tomada en 1920, reunión en el desaparecido Hotel Vistalegre (ubicado en la calle Micaela Aramburu, donde en la actualidad se encuentra una tienda de tejidos, de nombre Zacatín). Es un almuerzo que ofrecieron los propietarios de la Bodega A. & A. Sancho (Alfonso y Antonio) a sus empleados. En el centro, Alfonso Sancho Mateos, quien años más tarde sería alcalde de la Ciudad, entre 1924 y 1930, al igual que lo hubiera sido su tío Juan de Mata Sancho Díez de Alda-Sopranis (1822-1886), entre 1867 y 1868. Con Alfonso se inició en su mandato, el dragado y encauzamiento del río Guadalete. También fue el primer presidente de la Academia de Bellas Artes, entre 1900 y 1901. Podemos ver en pié, el segundo a la izquierda, a Pablo Cerdá. El primero sentado a la izquierda, Manuel Gago Calderón, y su hijo, Manuel Gago Vélez, sentado en el suelo a la derecha. Entre las personas que aparecen en la imagen quizás alguien pueda identificar, según nos sugiere Bernardo Rodríguez Caparrini, a Rafael Muñoz, Manuel Vaca, Manuel Benítez, Juan Cordero, quienes fueron empleados de A & A Sancho.

The photograph, taken in 1920, shows a gathering in the no longer existent Hotel Vistalegre (situated in calle Micaela Aramburu, where there is currently a fabric shop called Zacatín). It’s a lunch which the owners of Bodega A. & A. Sancho (Alfonso and Antonio) organised for their employees. In the centre, Alfonso Sancho Mateos, who years later would become Mayor of the town, between 1924 and 1930, as was his uncle Juan de Mata Sancho Díez de Alda-Sopranis (1822-1886), between 1867 and 1868. The dredging and channelling of the River Guadalete began in Alfonso’s term. He was also the first president of the Fine Arts Academy, between 1900 and 1901. We can see Pablo Cerdá standing the second from the left. The first man sat on the left is Manuel Gago Calderón.

finosancho_puertosantamariaEl cartel publicitario de los productos de Alfonso & Antonio Sancho, nos habla del Amontillado SI y la Manzanilla J e, igualmente hacen referencia a las afamadas viñas de su propiedad “El Caribe” y “La Peña”. Otros productos de esta casa eran: el Amontillado Quijote el Amontillado Solera Majestad, y los Finos Caribe y El Abuelo, el Oloroso Único (especial para enfermos) el Tres Cortados Hércules, el Moscatel Fontanal, Jerez Quina Víncitor  y el Digestivo Pax. La bodega estaba situada donde hoy se encuentra Bodegas 501. Alfonso Sancho Mateos, fue uno de los precursores del Consejo Regulador de los vinos del Marco de Jerez y ferviente luchador para que los vinos de El Puerto se incluyeran en dicha denominación de origen. Dejamos para otra ocasión, acaso de la mano de su bisnieto por parte de padre, el Prof. Dr. Bernardo Rodríguez Caparrini, una nótula mejor documentada sobre la vida y obra de este porteño insigne.

alfonsosanchomateos_2_puertosantamaria«Alfonso Sancho Mateos era el hijo primogénito de Antonio Sancho Díez de Alda-Sopranis (1824-1903) y de María Antonia Mateos Valdés (1835-1899), naturales ambos de El Puerto de Santa María. Alfonso fue lo que podríamos llamar “un portuense no nacido en El Puerto”, pues tanto él como su hermana Josefa, tres años menor, nacieron en la cercana ciudad de Jerez de la Frontera, mientras que sus otro nueve hermanos (siete hembras y dos varones) vinieron a el mundo en El Puerto de Santa María». Del libro «Alfonso Sancho Mateos: los primeros años formativos de un bodeguero (1858-1879)» de Bernardo Rodríguez Caparrini. Biblioteca de Temas Portuenses.

Pueden ver más etiquetas de A. & A. Sancho, en la Sección de Vinos de Gente del Puerto.

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enriquebartolome_01_puertosantamariaD. Enrique Bartolomé López-Somoza nació, circunstancialmente, en Málaga el 29 de enero de 1926 y falleció el 16 de marzo de 1998, hace mañana lunes once años. Pero D. Enrique nace oficialmente para El Puerto en 1952, año en el que es nombrado Profesor Titular del Ciclo de Geografía e Historia en el Centro de Enseñanza Media y Profesional en nuestra Ciudad, aunque ya le era familiar El Puerto desde un tiempo anterior, cuando conoció a la que sería su mujer, Elisa, haciendo las milicias universitarias. Es aquí donde contrae  matrimonio con la porteña Elisa López-Quevedo con quien tuvo tres hijos, Enrique, Santiago y Juan Ignacio. A su llegada a El Puerto vivió en el Egido de San Juan,  junto a la finca del Manco Guindate, en la casa conocida como de Santa Ana, propiedad de D. Manuel Rubín de Celis -paralítico que usaba un carrito de madera de caoba y que tenía una gran biblioteca, donde por cierto vivió también a su llegada Manuel Martínez Alfonso-. Con posterioridad ocupó uno en los chalecitos de los profesores del Instituto de la Rotonda de La Puntilla, hasta su fallecimiento. El mayor de sus hijos, Enrique, abogado en ejercicio y colaborador habitual de Diario de Cádiz, está terminando la biografía que D. Enrique dejara inacabada por su triste desaparición. (En la fotografía, D. Enrique en un acto en el Colegio de Espíritu Santo, del que fue organizador y benefactor).

Enrique Bartolomé López-Somoza was born, circumstantially, in Malaga on the 29th of January 1926 and passed away on the 16th of March 1998, eleven years ago tomorrow. But Enrique was officially born for El Puerto in 1952, the year in which he was named Associate Teacher of the Cycle of Geography and History in the Centre for Secondary and Vocational Education in El Puerto. He was already familiar with the town from before, when he met his future wife, Elisa, while he was carrying out University Military Service (training as officers for university students). It is here where he married Elisa López-Quevedo, from El Puerto, with whom he had three sons: Enrique, Santiago and Juan Ignacio. When he arrived in El Puerto he lived in Egido de San Juan, next to Manco Guindate’s property, in the house known as Santa Ana, belonging to Manuel Ruiz de Celis. The latter was paralysed and used a mahogany trolley to get around and also had a great library. Manuel Martínez Alfonso also happened to live here on his arrival in town. Enrique later moved to one of the little secondary school teachers’ villas at the La Puntilla roundabout, until his death. The eldest of his sons, Enrique, lawyer and regular collaborator of the Diario de Cádiz (newspaper), is finishing the biography which his father Enrique left unfinished due to his sad departure.

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D. Enrique con sus padres, en una foto de estudio a principio de la década de los años 30 del siglo pasado.

Hiijo de Abelardo Bartolomé del Cerro y de Adela López-Somoza Álvarez, nació como hemos dicho de forma circunstancial en la capital malagueña, y fue así porque su madre padecía una enfermedad respiratoria y debía pasar los inviernos en el sur de España, donde el clima más seco permitía que el embarazo se desarrollase con normalidad. Según decía, su amigo Paco Viseras Alcolea --ginecólogo porteño fallecido recientemente-- en Málaga tenía su consulta uno de los mejores tocólogos de la época, el doctor Gálvez, que poseía clínica propia. En ella nació D. Enrique. Y el doctor Gálvez tiene un monumento erigido en su ciudad y sus discípulos continúan la labor médica en la capital andaluza.

institucion_libre_de_ensenanzaEL PADRE DE D. ENRIQUE Y LA INSTITUCIÓN LIBRE DE ENSEÑANZA.
Su padre Abelardo Bartolomé nació en Madrid en 1874, estudió en la Institución Libre de Enseñanza, donde entre otros compañeros tuvo a Julián Besteiro, con el que cultivó siempre una gran amistad. Doctor en Ciencias Naturales, fue desde 1899, profesor auxiliar de la Facultad de Ciencias de la Universidad Complutense de Madrid. En 1912 obtiene por oposición la Cátedra de Ciencias Naturales de la Universidad de Salamanca donde entabló amistad con el que fue su rector Miguel de Unamuno, hasta que fue depurado. En 1920 obtuvo la cátedra de Biología en la Universidad de Valladolid en la llegó a ser decano de la Facultad de Ciencias, falleciendo en esta ciudad castellana el 4 de febrero de 1.947, contando nuestro protagonista con 18 años de edad. La vida del abuelo de D. Enrique, de su padre y de sus ascendientes y familiares es interesantísima. Desde haber sido su abuelo, Eugenio secretario personal de la Reina Isabel II,  precursor de los Jardines de la Infancia (la Universidad de Alcalá ha publicado un libro sobre su vida) hasta tener un primo hermano: Rafael López-Somoza que fue el actor preferido de Pedro Muñoz Seca. (En la ilustración, el Boletín de la Institución Libre de Enseñanza).

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Don Enrique, el segundo por la izquierda de la fila superiror, entre  un compañero con corbata y otro en camisa, en el Colegio de los Marianistas de Madrid donde estudió Bachillerato.  En la foto también aparece su compañero, expresidente de gobierno fallecido, Leopoldo Calvo Sotelo. ¿Adivinan cual es?

enriquebartolome_chico_puertosantamaria1En las memorias que D. Enrique dejó a medio escribir –y en las que su hijo Enrique está trabajando y recopilando, base importante de esta nótula-, describe sus primeros años estudiantiles aprendiendo a leer con su padre cuando le enseñaba con los periódicos ‘La Voz’ y El Sol’. Comenzó su andadura estudiantil en el Colegio de ‘Las Francesas’ de la Calle Santiago de Valladolid, cuando contaba cinco años de edad y con su madre recién fallecida. En ese colegio estuvo hasta los siete años, que se fue a vivir con su tía Eloisa (hermana de su madre) que ejercía de maestra en Madrid, y se matriculo en el colegio ‘Ruiz Zorrilla’ en la Ronda de Toledo. Un año después pasa al Instituto-Escuela en los Altos del Hipódromo, al final de La Castellana, donde hoy se encuentra el ‘Ramiro de Maeztu’. Con veinte años se matricula en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Complutense, licenciándose en Geografía e Historia (Sección de Historia de América) en el año 1951.

Fue condiscípulo de otro enamorado de El Puerto, D. Diego Catalán Menéndez-Pidal; por cierto que entre D. Enrique y D. Diego hubo cruce de sables, de pequeños, por el amor de una dama pelirroja de 6 años llamada Tuti, resultando que la dicha Tuti dejó plantados a los dos por un Benlliure. En recuerdo de aquella rompecorazones una gata perteneciente a la familia de D. Diego Catalán, se llama Tuti.

En 1951 es contratado por un curso en el Instituto Laboral de Puertollano. (En la fotografía, D. Enrique con un año, la mañana de Reyes de 1927, en Madrid).

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D. Enrique, el primero por la derecha, en el Cuartel de la Granja de San Ildefonso, donde hizo las Milicias Universitarias, licenciándose como Alférez de Complemento.

SU LLEGADA A EL PUERTO EN 1952
Si bien su llegada oficial a El Puerto la podemos constatar en el año 1952, previamente ya le era familiar la Ciudad donde  había conocido a su novia, Elisa, cuando cumplía destino en una población cercana como Alférez de Complemento en las Milicias Universitarias;  algunos porteños recuerdan a D. Enrique vestido con el uniforme  de paseo de las milicias, con dos cordones, botas de caña alta y espolines de plata, paseando por las calles de El Puerto. en compañía de su novía, lo que determinaría que D. Enrique, una vez terminada la carrera, solicitara El Puerto como destino profesional.

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En la Feria de Ganado en 1956, con su novia Elisa López-Quevedo.

Como decimos es en 1952 cuando es nombrado Profesor Titular del Ciclo de Geografía e Historia en el Centro de Enseñanza Media y Profesional de El Puerto de Santa María, donde se afianza como Catedrático de Historia y se jubila, tras 39 años ejerciendo la docencia en los Institutos Santo Domingo y Muñoz Seca de nuestra Ciudad. Compaginó sus clases a los bachilleres con enseñanzas en el Colegio de las Hermanas Carmelitas y Colegio de ‘San Estanislao’ (La Pescadería) durante algunos años. Fue director del Instituto ‘Pedro Muñoz Seca’ desde 1977 hasta 1983. Era fumador de 'Bisontes'.

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D. Enrique, presentando a un pianista en el Instituto Santo Domingo.

También dirigió la Fundación Municipal de Cultura entre los años 1978 a 1981. Llegó a ser académico electo de la de Bellas Artes Santa Cecilia de nuestra Ciudad y ejerció durante más de 20 años como profesor tutor de Historia de América en la Universidad Nacional de Educación a Distancia. El Obispo de Jerez, Rafael Bellido Caro lo nombra mediante decreto de 6 de julio de 1987 vocal de la Comisión Local del Patrimonio Artístico de la Iglesia Católica.

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Acto de la Academia de Bellas Artes, en el Salón de Actos del Instituto Santo Domingo. De izquierda a derecha, el poeta Guillermo Portillo Scharfhausen, el profesor Manuel Martínez Alfonso, el presidente de la Academia, a la sazón, Francisco Arníz Sanz, el Doctor Adolfo Vidal Benito y Enrique Bartolomé, quien actuó como conferenciante.

enriquebartolome_libro2_puertosantamariaPERIÓDICOS Y PUBLICACIONES.
Hasta su fallecimiento el 16 de marzo de 1998, colaboró con los medios de comunicación local, participando en las tertulias de Radio Puerto (Instituto Laboral) y SER Jerez y publicó numerosos artículos en los periódicos: Diario de Cádiz, ABC, La Voz del Sur, El Puerto Información, Diario de Extremadura, El Periódico del Guadalete y Cruz de Guía. Fue fundador y miembro de los Consejos de Redacción de los periódicos locales Cruzados, La Voz de la Bahía y de la revista Pliegos de la Academia. (A la izquierda, el libro 'El Viento de Levante en El Puerto', publicado por la Biblioteca de Temas Portuenses -BTP-).

"De ningún modo los alumnos de don Enrique podemos olvidar cómo analizaba el Levante en sus aspectos geográficos y físicos, la influencia del mismo sobre el paisaje y las actividades humanas, como por ejemplo las alteraciones y trastornos fisiológicos más o menos pasajeros que provocaba en las personas y, naturalmente, la disminución de la humedad atmosférica a causa de este viento. Por ello, a pesar del calor sofocante y de la ventolera que desata, apuntaba el profesor, es posible vivir en la costa atlántica de la provincia de Cádiz. Los hijos de pescadores que estudiábamos con don Enrique, disfrutábamos del trato cordial y educado, así como de las conversaciones amenas del profesor. Sin embargo podemos destacar que poníamos toda nuestra atención cuando explicaba la acción del Levante sobre el mar y la amplitud de estados que producía en el mismo, ni decir cabe que nos tocaba de lleno, porque sus consecuencias eran desfavorables para la economía familiar y muy peligroso para los barcos si salían a pescar." (Antonio Carbonell. La Meridiana. Diario de Cádiz. 19 marzo 2003).

cartapuebla_puertosantamariaEntre sus publicaciones se encuentran: ‘El viento de levante en el Puerto’, ‘Orígenes histórico legendarios de los núcleos de población de la Bahía de Cádiz’ y ‘La Carta Puebla de El Puerto de Santa María’, entre otros. En la Revista de Historia de El Puerto del Aula de Investigación Histórica 'Menesteo', publicó: “Diario del viaje del piloto mayor Diego Thomas de Andia y Varela a las costas de Patagonia (1745-1746)” y “Notas para una historia de El Puerto de Santa María en el siglo XIX” (El periodo 1800-1814),  “Documentos y libros relacionados con América (1560-1899) de los fondos del Archivo Municipal y de la Biblioteca Pública Municipal de El Puerto de Santa María”, «Apéndice a "Documentos y libros relacionados con América (1560-1899) de los fondos del Archivo Municipal y de la Biblioteca Pública de El Puerto de Santa María”», «Medidas higiénico-sanitarias de la administración municipal de El Puerto de Santa María en la prevención y tratamiento de la viruela (1805-1891)». Además tiene escritos numerosos textos inéditos sobre política, sociología, geografía e historia. (En la ilustración, Carta Puebla del Gran Puerto de Santa María.  D. Enrique hizo la transcripción de la copia del  S. XVI del privilegio rodado por el cual Alfonso X otorga a Santa María del Puerto carta-puebla fundacional, fechado en Sevilla, 16 de diciembre de 1281. Papel 310x210 mm. 2 folios completos y medio. Archivo Municipal de El Puerto de Santa María. Curiosidades nº 2.)

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La Plaza Enrique Bartolomé López-Somoza, en las inmediaciones de la Plaza de Toros.

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Rótulo de la Plaza, que en la actualidad comparte nombre también con dos de las tres calles que en ella confluyen: Golondrina y San Bartolomé. (Foto Vicente González Lechuga).

EL AYUNTAMIENTO, AGRADECIDO.
El Ayuntamiento de nuestra Ciudad rotuló en su homenaje el nombre de una plazoleta en las inmediaciones de la Plaza de Toros, en un lugar rehabilitado donde anteriormente había existido un bloque de infraviviendas habitado por gente muy pobre, denominado 'Patio Valdés', en la confluencia de las calles Golondrina, San Bartolomé y Valdés y le concedió la medalla de la Conmemoración de Centenario de la Plaza de Toros, como muestra de afecto y reconocimiento por su dilatada trayectoria profesional y humana en nuestra ciudad.

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Saludando a la Infanta Cristina, en la inauguración de la Fundación Rafael Alberti.

Durante toda su vida se dedicó en cuerpo y alma a estudiar y divulgar el rico patrimonio cultural, e histórico de nuestra ciudad y a enseñar con su gran humanidad a multitud de generaciones, habiendo dejado una profunda huella del buen hacer profesional y de la generosidad y humildad a la hora de impartir sus sabios conocimientos, siendo muy apreciado y recordado por los porteños. Precisamente mañana día 16 de marzo hace ya once años de su fallecimiento. . Murió en el Hospital de Puerto Real a la hora que el sol se ponía por los esteros de San Fernando, desde la habitación 323, junto a la ventana desde donde se divisaba con claridad la última hora del día.

SU TESTAMENTO EN PALABRAS.

enriquebartolome_libro_puertosantamariaComo muestra de su ser de hombre de bien, estas fueron las últimas frases que pronunciara el día que fue homenajeado por su jubilación en 1991, hace ahora, 18 años, publicándose el libro que se muestra a la izquierda de este texto:

«…ahora, al doblar la última esquina de mi vida, advierto que la suerte, en la que creo, y la ayuda de Dios, en la que creo también me han acompañado, y a ellas les debo gran parte de lo que soy.
Por ello debo agradecer a la Providencia la familia que me asignó al nacer. A ella le debo, además de la vida corporal, el ejemplo de independencia, tolerancia y comprensión que he procurado seguir. Gracias a mis profesores y compañeros de estudios de los que aprendí y con los que aprendí. Gracias por la suerte de venir a El Puerto donde ha brotado mi nueva familia, esposa e hijos y nieto, cuyas cualidades de cariño y abnegación me han sido decisivas. Gracias por la suerte de mis compañeros de Instituto y de la UNED. Gracias por y para los alumnos antiguos y nuevos y por todos vosotros.
Tal vez pequé de ilusionado, pero creo vislumbrar a través de vuestra presencia y vuestro calor que mi vida no ha sido del todo inútil, y que cuando llegue el día en que la postrera sombra cierre mis ojos, acaso pueda pensar –como mi poeta más admirado- que ‘mis cenizas serán cenizas, más tendrán sentido
»

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Don Enrique en la Playa de El Manantial, con sus hijos: de pie Enrique, a la izquierda Chico (Juan Ignacio) y Santiago a la derecha, a finales de los sesenta del siglo pasado.

EMÉRITO PROFESOR.

enriquebartolomelopezsomoza_puertosantamaria"Recordar es volver a vivir. Recordar a D. Enrique es hacer que volvamos a tenerle presente, si es que en algún momento se nos fue de la memoria, siguiendo sus enseñanzas y su ejemplar proceder.
Es una constante que los discípulos valoren, de superior manera, a quienes tuvieron por tutores y docentes años después de la época de estudiante. La forma de enseñar, los conocimientos que nos transmitieron, la personalidad, la humanidad desprendida, son los valores que tintaron una relación positiva, que es echada ciertamente de menos en el caso de nuestro D. Enrique.
Asociado a otra época, en algún cajón de nuestra memoria, permanecen no sólo las materias que con tanta liberalidad impartía, sino el recuerdo intachable de una bondad que la adolescencia, inconsciente, no nos permitió valorar en su momento.
Las crónicas del cambio de siglo, no recogerán a un D. Enrique investigador, en el archivo municipal. Tampoco al alto profesor que publicaba artículos en medios locales o especializados. Ni siquiera al conferenciante que fue de múltiples foros y reuniones, por no mencionar la ausencia de este emérito profesor, en cualquier caso, hasta su partida. Que dos años han transcurrido ya desde que su cotidiana presencia se diluyera, como era él, humilde, hasta la evocación presente de su obra, el cariñoso saludo a sus hijos en ese recuerdo y el cotidiano pasar o pasear por la plaza Profesor Enrique Bartolomé.
La impronta de este educador forma parte del bagaje humano, cultural y social de quienes fuimos sus alumnos. No solo supo enseñar Historia intentando que la comprendiéramos, que la analizáramos, que extrajéramos moralejas de los hechos, sino que además le preocupaba inculcar el sentido de la justicia y la bonhomía que siempre iban con él.
En el amanecer de un siglo que D. Enrique no conoció, se perpetúan sin embargo, moléculas de sus conocimientos repartidas entre los habitantes de El Puerto; partículas de bondad en los caracteres de quienes fueron sus discípulos; átomos del sentido de la justicia anidando entre quienes fueron sus compañeros de profesión; y grandes dosis de una actitud positiva ante la vida, para aquellos que supieron valorar el escepticismo, la curiosidad y cierta capacidad de asombro que supo mantener hasta sus últimos momentos nuestro D. Enrique."
(J.M.M. Diario de Cádiz, jueves 16 de marzo de 2000, con motivo del segundo aniversario de su desaparición). En la fotografía, D. Enrique con su nieta Ana Bartolomé Pastor, en Las Lagunas de Ruidera en el verano de 1994.

Nuestro agradecimiento a Enrique Bartolomé (Jr), por la documentación que nos ha facilitado, tanto gráfica como por escrito, y que nos ha permitido recordar la gran dimensión humana de su progenitor a quienes tuvimos la suerte de ser sus discípulos. También, a los que no tuvieron ese privilegio, esperamos que les haya permitido poder conocer que un hombre de la gran envergadura humana de D. Enrique, enterró y fructificó en El Puerto la semilla de la bonhomía, la tolerancia y la curiosidad por el pasado porteño.

QUERIDOS PADRES.

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"A sólo unos días de la desgraciada y manipulada celebración del día del padre, no quiero sustraerme de la importancia que, estoy convencido que para todos, supone exteriorizar lo que sentimos por nuestros progenitores.
Hace justamente hoy tres años, que mi padre, sin que nos pidiera permiso, y de una manera callada, abandonaba este mundo. Una repentina enfermedad hizo irreversible lo que no nos parecía tal. Y en sólo unos meses, mis hermanos y yo, pasamos de tener padre a no tenerlo.
En sólo dos frases, y si me apuran en una, pudieran contarse el paso de una persona, por este mundo. Algo más difícil supone tratar de explicar la trayectoria humana de ese mismo ser, que ya no se encuentra entre nosotros. Y resulta imposible narrar, ni siquiera en un libro, que ha supuesto para cada uno, nuestro padre o nuestra madre.
Trato de dirigir estas líneas a aquellos que disfrutan aún de la compañía de sus padres. Sin que pase un día más, y sin que excusas peregrinas afloren al exterior, deberían acercar posturas y disfrutar, por los años que sean, de la inigualable y sincera compañía de sus ascendientes más directos.
Desde que perdí a mi padre, y sin que un solo día se despiste, recuerdo el tiempo que inutilicé en no tratarlo y conocerlo a fondo. Como será, que cuando supe de su enfermedad intenté exprimir mi relación con él hasta extremos insospechables. Acompañé sus últimos meses como si de su sombra se tratase, e intenté quedarme con lo que pudo dejarme de ese indeterminado equipaje con el que nos marchamos de este mundo.
Decía René Descartes que dos cosas contribuyen a avanzar: ‘ir más deprisa que los otros, o ir por el buen camino’. Yo me quedo con esta última. Y desde luego, que mejor sendero a seguir, que el que un buen día emprendieron nuestros padres. Aquellos seres humanos que en las difíciles y complicadas noches invernales, o en las tórridas estivales, supieron dar el consejo adecuado o aceptar de buen grado nuestros caprichos y nuestros desplantes." (Enrique Bartolomé (Jr). Diario de Cádiz. 16 de marzo de 2001, en el tercer aniversario de su desaparición).

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El 12 de diciembre e 1955, el Obispo de Cádiz-Ceuta, Doctor Tomás Gutiérrez Díez, bendijo el monumento a la Inmaculada Concepción ubicado en el centro de la Plaza de la Iglesia (Plaza de España). El templete había sido diseñado por el arquitecto Fernando Barquín y labrado por el escultor sevillano José Basallo. Podemos ver, en primer término la mesa de altar, el candelero con velas y el crucifijo con la reliquia de San Ignacio, así como el relicario con el cráneo de San Francisco Javier, patrono de la Ciudad. (Foto Colección Manuel Girón Ceballos).

iglesia_fachadaA la izquierda de la fotografía en blanco y negro, junto a la mesa de altar, podemos ver al monaguillo Jesús Bernal Prol, el Párroco y Cura Propio Antonio Cía Moreno, el Obispo de Cádiz-Ceuta, detrás del báculo del Obispo, el alcalde de la Ciudad, Luis Caballero Noguera, a su lado, semioculto, el párroco de San Joaquín y Arcipreste Manuel Salido Gutiérrez, detrás de éste vemos a con gabardina, a Eloy del Valle Bonichi y a Juan Martín Vélez, secretario particular de la alcaldía, al lado de Salido un poco detrás, el concejal José Merchante,  al lado del Obispo un jesuita que hacía de Diácono, y a continuación el jesuita, García Alonso. A la derecha de la imagen, de oscuro, concejales de la corporación municipal y otras representaciones entre las que vemos a Joaquín Fernández Prada con bigote, a continuación, Joaquín Calero Muñoz, a la sazón Jefe Local del Movimiento, Francisco Velarde, Práctico del Puerto, Juan Villar, calvo, de Obras Públicas, Blas Aranda y José Moresco Muñoz .  En la parte central izquierda de la fotografía podemos entrever a Fernando Arjona Cía y a Roberto Merello Reynolds. Dado el enfrentamiento que mantenía Antonio Cía, el párroco de la Prioral con el Cardenal Segura, Obispo de la Diócesis de Sevilla a la que pertenecía El Puerto, éste invitó para la inauguración del monumento al obispo gaditano, afrentando al cardenal sevillano. La primera piedra del monumento se había colocado un año antes, el 8 de diciembre de 1954, pudiendo verse una imagen de aquel momento pulsando sobre estas palabras.

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