Antonio Mariscal, desconocido, desconocido, Milagros Govantes Pico, Juan Zaldivar Ortega, Jose Luis Lerdo de Telada Labat, Fernando Merello Lopez de Meneses, desconocido, Juan Pablo Lerdo de Tejada Labat, Jose Maria Martinez Ruiz, Jose Maria Martinez Govantes. Foto: Colección Vicente González Lechuga.
Categoría: Toros
1.470. EL LEGADO DE FERNANDO GAGO. Los cuadros del torero Mazzantini.
Fernando Gago y su viuda, María Isabel Peña, en la Plaza Real en una imagen retrospectiva.
Los trece cuadros que la familia de ex alcalde de la Ciudad Fernando Gago donó ayer a El Puerto de Santa María, ya se encuentran expuestos en el lugar mas noble y distinguido de la Plaza de Toros, de la que Gago fuera su presidente durante 10 años, en la sala del palco de presidencia, donde permanecerán expuestos de forma provisional hasta el día 11 de septiembre, fecha en la que finalizan las visitas guiadas que ofrecen las concejalías de Patrimonio Histórico y Turismo, a la espera de su ubicación definitiva. Ayer se firmaba el documento de recepción de dichas obras, en un acto que pretendía ser íntimo, pero que se desbordó de personas que se quisieron sumar a este homenaje póstumo al ex edil fallecido el 28 de mayo de 2012.
También se descubrió ayer un azulejo 'A la buena memoria del Iltmo. Sr. D. Fernando Gago García' obra de Pepita Lena de Terry quien, junto a Luis Suárez Ávila, colaborador de GdP, han organizado junto a la familia del finado la donación. María Isabel Peña, su viuda y los hijos del ex alcalde, Verónica, Irene, Fernando y Felisa Gago Leyras /Foto: Vicente González Lechuga.
El alcalde, Enrique Moresco García firmando la recepción de la donación, en presencia del Secretario Municipal, Fernando Jiménez Romero, familiares y amigos. /Foto: Vicente González Lechuga.
EL PERIPLO DE LOS CUADROS.
Esta colección de obras, ya de propiedad municipal, tienen tras de si una curiosa historia. Todos los toros que figuran en los cuadros fueron lidiados y matados por Luis Mazzantini y Erguía (1856-1926) y estuvieron colgados en el conocido como “cuarto de los cuernos”, en el recreo denominado “La Concepción” propiedad de Don Luis Mazzantini, sito en el llamado Camino de Mazzantini o Carretera de Fuentebravía, en esta Ciudad. A la muerte del torero, con la venta de dicho recreo a la Condesa de Gavia, se deshizo la casa y la condesa no quiso que quedaran allí recuerdos taurinos de ninguna clase.
Con ese motivo, los descritos cuadros, junto con otros enseres, pasaron a la propiedad de Carlos J. de Terry y del Cuvillo, entre ellos, un retrato de cuerpo entero de Mazzantini, que Carlos J. de Terry del Cuvillo regaló a Luis Prieto Rodríguez, una cabeza de toro disecada y los trece cuadros que Carlos J. de Terry instaló en el llamado “cuarto de degustación” de las Bodegas Fernando A. de Terry, una estancia escrupulosamente decorada por don Juan José Bottaro y Palmer. (ver nótulas núm. 212 y 285 en GdP).
Así se mantuvieron esos cuadros por la viuda y los herederos de Don Fernando C. de Terry y del Cuvillo, al quedar únicos accionistas de Fernando A. de Terry, S.A. Por las sucesivas ventas de dichas bodegas, desde 1981, los últimos propietarios –Allied-Lyons-- ordenaron al entonces Director de Relaciones Públicas, Fernando Gago García, la retirada de dichos cuadros, por cuanto que aducían que la imagen de las Bodegas Terry eran los caballos y no los toros, que lo eran de las de Osborne, sugiriendo la entonces Dirección General de Allied-Lyons, Bodegas Terry , que Gago García le diera a los cuadros el destino que quisiera, pero que se retiraran de la Bodega. /En la imagen, Luis Mazzantini. /Foto: Matarrodona.
SALVADOS DE LA QUEMA.
Así es como caen en sus manos, literalmente desahuciados por Allied-Lyons & Cº, convertidos en auténticas “res delerictae”. Y, sin embargo, Fernando Gago conociendo el interés artístico y la importancia para la historia local de esas obras, las libra de la destrucción, las mantiene en su poder desde 1995 hasta que decide donarlos al Excmo. Ayuntamiento para su exposición en la Plaza Real de Toros a fin de destinarlos al futuro Museo Taurino, lo que se fue demorando.
En la imagen, de izquierda a derecha, José María Morillo, Ignacio Gago García su hermano, la viuda María Isabel Peña, su nieto Gonzalo Osborne Gago, y sus hijas Verónica e Irene Gago Leyras. /Foto: Vicente González Lechuga.
Fernando Gago García, que fue Teniente de Alcalde Delegado de Plaza de Toros, Alcalde de esta Ciudad y Presidente, durante muchos años, de la Plaza Real de Toros, abrigó el proyecto, desgraciadamente nunca realizado, de formar un Museo Taurino Municipal en los bodegones de la Plaza de Toros y, unos días antes de morir, el 28 de mayo del presente año, expresó a su familia y a su albacea su deseo de donar al Excmo. Ayuntamiento de esta Ciudad los arriba reseñados cuadros, que había salvado, como una muestra más de su cariño por la Ciudad y de su dedicación en la mejora y prestigio de nuestro más que centenario coso taurino.
1.442. MANOLO PRIETO Y LOS TOROS. En el Centenario de su nacimiento.
El pasado 16 de junio se cumplían cien años del nacimiento, en nuestra ciudad, de uno de los más importantes cartelistas de nuestro país: Manolo Prieto. (ver nótulas núm. 863 y 864 en GdP). Desde muchos enfoques se puede analizar la obra de Manolo. En esta ocasión nos referiremos a sus carteles de temática taurina. Manolo Prieto, se interesó desde muy joven por el cartel taurino, y llegó a ser uno de los intérpretes más originales y revolucionarios en este género artístico.
Cuando apenas cuenta veintitrés años, participa en una exposición que, organizada por la Asociación de la Prensa de Madrid, tuvo lugar en el Círculo de Bellas Artes, en junio de 1935. En dicha muestra obtuvo el primer premio Renau, pero el jurado formado por: Francisco Llorens, por el Círculo de Bellas Artes, Federico Ribas, por la Unión de Dibujantes Españoles, Miguel Lucas, por la Asociación de Pintores y Escultores y Luis Gil Fillol, por la Asociación de la Prensa, estimó: "...que la limitación de premios impide recompensar justamente el esfuerzo realizado por los dibujantes españoles, propone la adquisición de los carteles firmados por los señores Pedraza, Alonso, Prieto, Vega y Gallo".
Pero el primer cartel de tema taurino, dentro de la obra de Manolo, con el que consiguiera un gran triunfo, fue el que realizó para el concurso de la Dirección General de Turismo, en 1950, y que llevaba por título "La fiesta de toros en España", con el que obtuvo el primer premio. "El cartel no va dirigido al aficionado español, por eso le falta la anécdota. Está hecho pensando en el extranjero, que es al que va dirigido. Un toro con su silueta terrible, frente a un torerito rodeado de espacio y de sol, con un trapo como única defensa" /En la imagen de la izquierda, cartel primer premio de la Corrida de la Beneficencia. 1952.
La prensa de la época llegó a decir con respecto a este cartel: "Ha venido a revolucionar la tradicional propaganda de la lidia de reses bravas. Y ha conseguido precisamente eso: dar realce a la bravura del toro y al valor del torero. Ahí se ve al diestro, empequeñecido y audaz, ante la mole potente de un testuz vigoroso y vibrante de energía acometedor a, subrayada por el contorno blanquecino que rodea al toro, aparentemente hierático, pero dispuesto a la 'arrancada' y a hacerse dueño del ruedo".
La corrida de la Beneficencia de Madrid se venía celebrando desde 1840 aproximadamente, y los carteles anunciadores se encargaban a grabadores y dibujantes de la época, como Ramón Cilla, Porset, Perea, Chaves, Pastor... El concurso de carteles anunciadores de dichas corridas se instituyó en 1952. A ese primer concurso concurrió el artista portuense, obteniendo el primer premio, ex aequo con Pablo Mairata, en el apartado de carteles murales. El de programas de mano se concedió a Antonio Casero. El cartel de nuestro paisano representa el momento en que el toro toma un puyazo recargando, viéndose el picador en serios apuros: "Este cartel es todo anécdota, puesto que va dirigido al aficionado que entiende. Una bellísima suerte de varas, con posible derribo por un toro bravo. Cartel de técnica moderna". Al año siguiente obtiene el tercer premio. El primero lo consiguió Vicente Vila, y el segundo, otro portuense, Ricardo Summers Isern "Serny", con un cartel en el que representaba a dos manolas tocadas con mantilla y peineta hablándose entre sí. El cartel de Manolo, como todos los suyos, de técnica y composición moderna, en el que figura un torero de rodillas, en primer plano, de espalda, dando una larga cambiada frente al toro. /En la imagen de la izquierda, segundo premio del cartel de la Corrida de la Beneficencia. 1956.
En mayo de 1956, nuestro artista logra el segundo premio con un cartel que, presentado con el nº 46, consiguió la suma de cuatro mil pesetas, y en el "que como siempre destaca por su calidad con respecto a los demás, está compuesto de una forma muy original, ya que representa a un torero rodilla en tierra mirando al toro y dispuesto a pasárselo de muleta".
En 1958 volvió a conseguir el primer premio, por unanimidad del jurado. Su cartel representaba a un toro viniendo de frente a la carrera; "lo más importante son las variaciones experimentadas con los colores, fundamentalmente con los amarillos, azules, grises y negros, que combinan con las letras en verde". Pero este premio tiene su anécdota, que nos explica el propio Manolo Prieto: "Este cartel que empapeló Madrid, tiene una historia muy graciosa. Fue hecho y presentado seis o siete años antes de que fuera premiado. Cuando se presentó por primera vez, fue rechazado porque dijo un miembro del jurado, y sus compañeros lo aceptaron, que era más propio para anunciar una ganadería (como si un toro arrancado no fuera una de las cosas más bonitas que se pueden ver en la plaza). Recuerden el valor que tiene esta estampa en la suerte de varas. ¡Hay que ver lo que puede la mala leche! ¡Y me lo llevé a casa!'. / Cartel del primer premio de la Corrida de la Beneficencia. 1958.
'Al poco tiempo, el Primer Congreso Ganadero convocó un concurso de carteles y lo presenté. Allí no me lo premiaron, y al devolvérmelo, me dijeron que era un cartel muy bueno, pero que estaba mejor para una corrida de toros ¡era natural! ¡Y me lo volví a traer a casa!' Lo dejé reposar unos años para que los jurados lo olvidaran, y lo volví a presentar en la Beneficencia, el año 1958. Aquel año, en el jurado a nadie le sentaba mal la leche, y fue premiado con todos los honores”.
También en 1958 le encargan la carpeta de los discos: "Pasodobles de España" y "Fiesta Brava". Un año después vuelve a participar en el concurso de la Beneficencia y obtiene el segundo premio entre un total de 96 obras. Los años 1960 y 1961 no hubo concurso. Al año siguiente de nuevo participa Prieto, pero en esta ocasión no consigue ningún premio.
En 1963 alcanza el primer premio con un cartel de un toro saliendo del toril, y al fondo un espontáneo que sale a su encuentro, resuelto con una técnica muy acabada, en el que destacan los diferentes planos resueltos con el color y las geométricas curvas del redondel y el callejón. En la edición de 1965 consigue un accésit. En 1969 nuevamente consigue el primer Premio en el concurso del cartel anunciador de la corrida de la Beneficencia. Vuelve a participar en la edición de 1972, consiguiendo un accesit. /En la imagen de la izquierda, cartel del primer premio de la Corrida de la Beneficencia. 1963.
Este año del centenario de su nacimiento, un “cartel” de Manolo anuncia el abono taurino portuense. Se trata de la portada del opúsculo, con textos de Julio Estefanía, editado por Osborne, en 1955, para conmemorar las bodas de diamante de la Plaza Real. Al cartel taurino le dedicó Manolo gran parte de su vida, como hemos podido comprobar a lo largo de estas lineas, y en su colección de bocetos donada al Puerto, y que, desgraciadamente, aún no se pueden contemplar en la sede de su Fundación, pendiente aún de inaugurarse. Que buena ocasión hubiera sido este Centenario para abrir las puertas a la exposición permanente de obras de Manolo Prieto en su ciudad natal.
Fragmento del cartel de la Temporada Taurina 2012.
Pero no acabó aquí su dedicación a la fiesta nacional, pues en sus últimos años también llevó a la medalla dos importantes colecciones de su "Tauromaquia", amén de la medalla que, con motivo del Centenario de nuestro coso taurino, y a petición de nuestro Ayuntamiento, realizó en 1980, pero de eso ya nos ocuparemos en otra ocasión. (Texto: Francisco M. Arniz Sanz).
1.388. ANTONIO ANDRADES ARANA. ‘Carambito’.

Antonio Andrades Arana nació el 28 de Enero de 1962, en el barrio alto de El Puerto de Santa Maria, concretamente en la calle Espelete 17, actualmente número 25. Hijo de José Andrades Gordillo, viticultor y Carmen Arana Buzón, ama de casa ambos naturales de Sanlucar de Barramela, aunque criados y formados en esta Ciudad.
1962.
En 1962 era alcalde de la Ciudad Luis Portillo Ruiz. Manuel Martínez Alfonso publica su libro «El Puerto de Santa María en la Literatura Española». Se rueda en El Puerto la película ‘La Becerrada’ con Fernando Fernán Gómez; la Plaza de Toros y el Vapor, espacios inmortalizados. Rafael Alberti publica ‘Poemas Escénicos’ primera serie.Se inauguraba el Hotel Meliá ‘El Caballo Blanco’. El ayuntamiento concede la Medalla de Oro de la Ciudad al dictador y Jefe del Estado, Francisco Franco. Se inauguraban las viviendas de La Pescadería, reciente y parcialmente derrumbadas para recuperar la Plaza del Carmen. Empieza a realizar su labor docente el Colegio La Salle que, en septiembre, inaugura el Curso 1962/63. Nacen ese año, también, el investigador Bernardo Rodriguez Caparrini, el compositor carnavalesco Luis Galán, la actriz Montse Torrent, el navegante Epi Unzueta Melgarejo y ell fotógrafo Manuel Bernabé Gatica y ell comerciante Miguel Ángel Mena Rodríguez.

En su primera comunión, en foto estudio Pantoja.
LOS ESTUDIOS.
Antonio, es el segundo hijo del matrimonio formado por José y Carmen, de tres hermanos; su niñez la vivió entre el callejón Espelete y el campo, en el Pago de la Arrejaná, finca ‘lo de Heredia’, estudiando en el colegio de ‘La Marrufa’, centro educativo que se encontraba exactamente donde hoy esta situado el centro de cumplimiento penitenciario Puerto III. Luego vendría el colegio del Hospitalito y por último inauguraría el centro escolar ‘José Luis Poullet’, donde terminaría sus estudios.

Durante su etapa como miembro de una banda de música, en la fila del centro es el segundo.
EL MUNDO DEL TRABAJO.
Pronto empezará a trabajar, a la edad de 13 años en el campo, haciendo diversas faenas tanto en la vid como en la agricultura en general; mas adelante probaría suerte con la jardinería en la cual estuvo durante ocho años para luego dedicarse al transporte ligero, trabajo que desarrolla actualmente junto a uno de sus hermanos y su hijo el mayor.

La flotilla y el personal de Transportes Carambito.
TRANSPORTES CARAMBITO.
‘Carambito’ es el apodo heredado de la familia, pues ya a su tatarabuelo le llamaban por este nombre, no se sabe con certeza por que, pero si podemos atestiguar que este hombre, amigo de sus amigos, contesta antes al sobrenombre de ‘Carambito’ que al suyo propio. Y, además, la agencia de transportes que regenta se llama ‘Transporte Hermanos Carambito e Hijos’.

Durante una corrida de toros, Carambito está con los mulilleros a la derecha de la imagen. 17 de agosto de 2003. / Foto: Bellido.
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1.370. MEJÓN QUE MANOLETE… Crónicas de la primera Feria de Primavera de El Puerto.
‘Mejón que Manolete’ decían las crónicas que estuvo la Feria de El Puerto el primer año de su celebración con el actual diseño como Feria de Primavera 1945’. Este año cumpleN 37 años que desembocó en Las Banderas desde su lugar de origen la Victoria pasando por Crevillet. Tuvo como antecedentes dos feria de ganado en el coto Valdelagrana celebradas en septiembre, mes también de las anteriores ferias de la Victoria, inmemoriales ya en el siglo XVIII, aunque la memoria nos puede llevar al Rey Alfonso X, que en 1.281 concedió a la Ciudad la celebración de dos ferias anuales.
Aquel 1.945, hace 67 años, días antes precisamente de que se firmara la paz en la Segunda Guerra Mundial, se informaba que el Puerto se estaba preparando con sus mejores galas para celebrar su feria y “fiestas primaverales” y que era “extraordinaria” la animación que reina en los contornos para asistir a esta típica fecha “En El Puerto no se habla de otra cosa que de nuestra Feria y Fiestas Primaverales.
Según parece decía el cronista de “Cruzados” Don Fulano en su perfil de la semana “Perfil de la semana” el 21 de abril de 1.945 “vamos por fin a disfrutar de una hermosa feria, llena de todo el sabor andaluz, sol, vino, fino, salero, que junto, muy juntito están salinas, gitanas con garbo y sandunga, cantando por bulerías y luciendo el color de mil colores de los trajes típicos de la tierra, jacas y caballistas y toda la gracia de Andalucía”.
Una semana después el mismo cronista confesaba “Yo, la verdad, no creía que la feria de la Victoria iba a resultar tan bien. Ayer oía a un hombre de esos que llevan un sombrero de ala ancha y bastón muy gordo, el cual le iba dando más vuelta que los caballitos, que le decía a otro, que estaba un poco ajumado: la feria ha estado “Mejón que Manolete”. Y es que lo flamenco comparan todas las cosas con los toreros. /En la imagen, Manolete, dibujado por S. Guzman.
¿Qué tal resultará la feria? Preguntaban todos. Los optimistas de antemano aseguraban rotundo éxito. Los pesimistas, completo fracaso. No faltaron tampoco los derrotistas, que no solo aseguraban el fracaso, sino que han puesto de su parte obstáculos de la murmuración, para ahogar la feria, si fuese posible, antes de nacer.

Foto: Justino Castroverde.
EL MERCADO DE GANADOS.
El mejor exponente del feliz resultado de la primera edición de la feria de primavera portuense era para “Cruzados” el mercado de ganados. Advertía que el número de transacciones realizadas (33 de ganado caballar, 22 de asnal y 17 de mular) podría parecer corto, pero no se tenía en cuenta que “la mayor parte del ganado era selecto y que sus propietarios se negaban a venderlos y los precios elevadísimos de los mismos” y que en la información sólo figuraban las que habían tenido que “pasar por las oficinas” así como que otros muchos tratos no habían sido más que iniciados pero ultimados.
Contaba también el programa de la feria con carreras de cintas en bicicletas, concursos de bailes regionales, carreras pedestre, un espectáculo cómico taurino musical y conciertos de bandas de música, como el de la banda de Infantería de Marina de San Fernando.

Foto: Rafael González.
EL ÚLTIMO DÍA.
Numeroso grupo de caballistas y amazonas cruzan el recinto y lucen sus habilidades con las pintureras cabriolas y movimientos de la garbosa jaca. Magníficos coches enjaezados con lujo y gracia desfilan entre el público llamando la atención con el sonar de cascabeles y el restallar de los látigos. Vino después la entrega de premios a las mejores cabezas y lotes presentados de ganado vacuno, caballar, mular, asnal, cabrío y de cerda y por la tarde, de carrozas fue concedido por un jurado integrado por Luis Suárez Rodríguez, Joaquín Calero y Juan C. Bottaro Palmer, la lancha presentada por Felix Tejada Mayo que había sido realizada por el pintor Juan Lara.

Foto: Kiko Sánchez.
GRACIAS Y SUCESOS.
Censuraba con todo, “Cruzados”, la actitud de algunos participantes en esta batalla “que olvidando su verdadero carácter de fiesta correcta y galante, creyeron estar en los campos de batalla de entre aliados y alemanes, niños patosos que se dedicaron a tirar todo lo que a mano tenían, y que con sus “gracias” estropearon una fiesta tan simpática.
No faltaban en las crónicas los relatos de otros sucesos como los ocho niños que fueron sorprendidos por los guardianes bañándose desnudos en la fuente grande la Victoria; o los otros tres que robaron una cartera con 75 pesetas; el robo que sufrió en sus camerinos un payaso de uno de los circos que actuaba en la feria o las detenciones de los dueños de un “puesto” donde se jugaba a los dados y de una garita donde había una ruleta cuyos premios eran falsos.

Foto: Archivo Municipal.
FIESTA DEL VINO.
Y, si hemos de buscar antecedentes, no faltaba tampoco para la denominación de “Fiesta del vino fino” que se incorpora a la feria este año. Fue en 1.943, el primero de los dos que hubo feria de ganado en el coto de Valdelagrana a principios de septiembre, cuando en la Feria de la Victoria, se celebró la “Fiesta del Vino”, en la que, según crónica de entonces, “bellísimas señoritas ataviadas con el típico traje andaluz” dieron a beber “los caldos, más selectos de las acreditadas firmas vinateras portuenses. (Texto: José Ignacio Buhigas Cabrera).
1.360. ALMUDENA S. DE LA MAZA YBARRA. Ganadera de Reses Bravas.
Almudena Sainz de la Maza Ybarra vive en Morón, (Sevilla), aunque estos últimos años reside en El Puerto de Santa María, por su oficio: ha trabajado hasta la semana pasada como Relaciones Públicas e Institucionales en Bodegas Caballero. Hija de Leopoldo Sanz de la Maza y Falcó, Conde de la Maza y primer alcalde democrático con UCD, y de Victoria Ybarra, también alcaldesa de Morón por Alianza Popular quien lo sucedió en el cargo, es la cuarta de siete hermanos de ese matrimonio tan singular, del que falta su padre, fallecido en 2002: Leopoldo, Cristina, Victoria, Almudena, Ignacio, Silvia y Micaela. Es prima hermana de la concejal popular Patricia Ybarra Lalor.
ECONOMÍA AGRARIA.
Almudena, persona campechana como sus progenitores, es licenciada en Economía Agraria por la Universidad de Readiwg (Inglaterra), ha trabajado en Bruselas en una Consultoria/Lobby especializado en informacion y legislación relacionada con agricultura y sector de alimentación: Bureau Europeen de Recherches. Desde 2006 hasta hace escasas fechas ha prestado sus servicios profesionales en el Grupo Bodegas Caballero.

Atendiendo a periodistas en el Castillo de San Marcos.
«De El Puerto tengo un hermoso recuerdo cuando venía, hace muchos años, a las Chocitas, en Vistahermosa. Y como no soy playera, bajaba cuando la playa estaba solitaria a disfrutar del horizonte de la Bahía. Era muy temeraria. Todavía hoy me acerco a mirar ese horizonte marítimo que, por su amplitud, me atrae mucho».

Recibiendo un azulejo de la Peña Taurina Florense.
DEL CAVIAR A LA GANADERÍA.
Además Almudena representa comercialmente una factoría de caviar y dirige junto a sus hermanos la ganadería de reses bravas Herederos del Conde de la Maza, así como el Cortijo de Arenales en Morón. «Por cruzar el puente me puse a la muerte», es la leyenda que figura en el escudo de armas de su familia. ¿se encuentra Vd. a las puertas de algo en el sector de la vitivinicultura?, responde Almudena: «--Es un sector que ni está de moda ni está pasando por su mejor momento. Igual que el mundo del toro».
DE LA EXPO’92 A EMBAJADORA EN IRÁN.
Fue durante la Expo’92 celebrada en Sevilla hace 20 años, en la que estuvo a cargo del personal de RRPP del pabellón de la Energía, cuando se dio cuenta de que tenía don de gentes. Almudena es una superviviente de la Expo donde se inició en el mundo de las relaciones humanas enfocadas al de los negocios.
Estuvo casada con un diplomático y fue la embajadora consorte de Irán, representando a España, por la vía de un matrimonio que no continúa. En Teheran Almudena tuvo que ver y vivir la injusticia del mundo islámico con la mujer, a la que se resistía siempre que podía. Y llevó el flamenco de España al Teatro Imperial de Teherán.
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1.348. MANUEL ÁLVAREZ. Tabernón de Merello.
En 1971, Manuel Álvarez abrió al público como bar el Tabernón de Merello, en la calle Santa Lucía, casi esquina con la calle Federico Rubio, cuya cercanía con la Plaza de Toros, influyó en fisonomía y su propia historia; con anterioridad había sido Despacho de Vinos.

Manuel Álvarez sascando vino de la bota. /Foto: Colección Vicente González Lechuga.
En el Tabernón, recuerdo de otros tiempos, se conservaban algunos carteles amarillentos y ennegrecidos por el tiempo y los vapores alcohólicos que emanaban de las botas. También una colección de programas de mano de las corridas, que con el paso del tiempo cogieron el cuerpo de aquellas soleras. Manuel le tenía una especial estima al cartel anunciador de la corrida en la que el diestro local José Luis Galloso (con nótula núm. 368 en GdP), recibió la alternativa de manos de Antonio Bienvenida y Palomo Linares, el 18 de julio de 1971.
Manuel Álvarez recordaba cuando «los días que había corrida de toros se cerraba y engalanaba la calle Santa Lucía, desde la plaza de la Iglesia hasta la plaza de Elías Ahuja, transformándose en un paseo peatonal por el que pasaban los aficionados camino del coso». Y en ese paseo muchos se paraban y tomaban una ‘morenita’ antes de entrar a ver la corrida.

El tabernón de Merello, en su etapa final. /Foto: Colección Antonio Gutiérrez Ruiz - Asoc. Cultural Puertoguía.
Entre las anécdota Álvarez recordaba que, «en cierta ocasión Juan Bernal, matador que era entonces peón de cuadrilla, se entretuvo más de la cuenta en el Tabernón. Llevaba una maletita y me preguntó si había algún sitio donde pudiera cambiarse. Yo me quedé un poco extrañado, pero acto seguido el mozo sacó un traje de luces de la maleta y me dijo que le ayudase a vestirse, después se puso una chaqueta y un pantalón vaquero sobre el traje y salió corriendo para la Plaza». Era costumbre que, al finalizar el festejo, los diestros, camino de la Pensión en la que se hospedaban y cambiaban --habitualmente el Hostal Loreto o el Hotel España-- cogían por la calle Santa Lucía, saliendo la clientela a aplaudirles y obsequiarles con una botella de vino o a silbarles, según estuviera la faena.

Manuel Álvarez despachando desde el mostrador que daba al local.
Apenas quedan tabernas y bodegones en El Puerto: Obregón y las Siete Esquinas se reconvirtieron de Despacho de Vinos a tabernas. Iniciativas nuevas como ‘La Media Chica’ en la calle Alquiladores o ‘El Bodegon’ en calle Pagador, vienen a recordarnos que lo que fue El Puerto de otros tiempos donde las Bodegas y el Vino jugaban un papel preponderante, junto a la pesca, en la economía de la Ciudad.

El establecimiento, cerrado, en una imagen tomada en la actualidad. /Foto: Adrián Morillo González.
Carlos Benjumeda escribía en Diario de Cádiz en 1992: «Los Despachos de Vino en El Puerto se han ido perdiendo. Los cambios en los hábitos de consumo de la población, sobre todo en los jóvenes, que han sustituido el vino por el licor, han afectado a la pervivencia de estas tasquitas. No obstante se conservan algunas, en las cuales se puede encontrar el sabor típico de antaño, adherido a la solera de sus botas, los clásicos arcos bodegueros, las vigas ennegrecidas por el vapor del alcohol, y los viejos recuerdos taurinos». Para Enrique Pérez Fernández, en su libro de Tabernas y Bares con Solera publicado en 1999, escribía: «No podemos sino dejar patente nuestra pena y rabia --sabemos que compartidas por muchos portuenses-- por la pérdida de este emblemático bodegón. Aquí, como en casi todo este cochino mundo, sigue primando, y va a más, sólo el dinero; no el valor intrínseco de las cosas y de las gentes. Los yanquis hubiesen conservado el bodegón de Merello como ore en paño. Aquí lo tiramos»·.
1.337. EL PUERTO-PARÍS
El Puerto es un santo lugar común de todo lo castizo, cuando lo castizo comienza a interesar en Europa. Viajeros extranjeros, saineteros, tonadilleros, ciegos copleros, gacetilleros, del XVIII y del XIX hacen de nuestra ciudad el centro y la raíz de lo castizo.

A título de ejemplos: el loro “gitano”, de treinta y nueve años, que baila el fandango y el olé y se jalea, llevando el compás, que encuentra en El Puerto el Conde de Maule, en pleno siglo XVIII; o los sainetes de Don Juan Ignacio González del Castillo, en las postrimerías del XVIII, “El robo de la pupila en la feria del Puerto”, “El día de toros en Cádiz”, “La feria del Puerto”, por citar algunos que contribuyeron a la fama de El Puerto. O, en 1847, “La venta del Puerto o Juanillo el Contrabandista”.

En la imagen, una estampa que muestra una feria-mercado de finales del XVIII o principios del XIX.
O las zarzuelas del XIX, de ambiente portuense y gaditano, como “El Tío Caniyitas” o “Los celos del Tío Macaco”... O el pliego de cordel de la “Boda de negros”. Romance en que se refiere la celebridad, galanteo, y acasos de esta Boda, que se efectuó en la Ciudad de El Puerto de Santa María”, donde, por cierto, se relata una gran juerga con fandango, el Guineo, y otros cantes y del que se publicaron en toda España y se difundieron millares de ejemplares.
O el que relata la muerte, en El Puerto, de José Cándido, el 24 de junio de 1771, primer torero de a pie que sucumbió de una cornada. O la canción “Toros en El Puerto” de Don Luis González Bravo, estrenada en 1841 y, desde entonces, la canción más repetida y famosa de todo el siglo XIX... /En la imagen, anuncio de la zarzuela de ambiente portuense 'El Tío Caniyitas'.
Pero en París, en 1834, el 29 de marzo, se presenta un drama lírico “El Gitano ou la Voile rouge” en cuatro actos, con texto de Partenneaux y música de Fontmichel, cuyo argumento, todo él castizo, se desarrolla en una plaza de El Puerto de Santa María, en el que intervienen un matador de toros y un barbero. El “Romance de Rosita”, que se canta en la obra comienza: Dans cet asile solitarie,/ Un jour ton coeur se brisera,/ Et pour te consoler, ton père,/ Ton père ne sera plus là...” etc. La “Gazette des Théâtres” da cuenta de todo ello al día siguiente, el 30 de marzo.

Teatro Lírico de París en una imagen del siglo XIX.
En el periódico “Le Théâtre” el 17 de junio de 1857, mientras se estaba poniendo en París, en el Théâtre Lirique, la ópera en dos actos “Les nuits d’Espagne”, en que se escenifica una en la Plaza de Toros de Cádiz. Para dar más verosimilitud a lo que está sucediendo en el teatro, se da la noticia, en una extensa gacetilla, de la muerte en El Puerto de Santa María --cerca de Cádiz, se dice--, del célebre espada Manuel Domínguez, por el toro Barrabás, y narra los pormenores de la lidia, la cogida y la muerte del torero.

Manuel Domínguez fue cogido en la Plaza de Toros de El Puerto por un toro de la ganadería de Concha y Sierra, de nombre 'Barrabás', que le dió primero una cornada en la mandíbulo. (Grabado de 'La Lidia').
Y es que en el XVIII y en el XIX, en toda España o en París, El Puerto de Santa María, fue todo un referente de lo exótico, de lo español, de lo racial, de lo castizo. Quede dicho. (Texto: Luis Suárez Ávila).
1.328. JUAN LARA. El pintor de la luz, en el 17 aniversario de su muerte.

Y esta luz
Juan Lara
y este color…
¿De que cartera de Luna
de que bolsillo de sol
sacaste el claro milagro
de esa luz y este color?
Manuel Benítez Carrasco.
Juan Lara Izquierdo llegó al mundo a El Puerto en el número 18 de la calle Pagador, el 9 de mayo de 1920 y como se ha afirma en diferentes publicaciones, en 1921. Ya lo dejó escrito: «Lo que si es extraordinario, yo diría que maravilloso, es haber nacido en El Puerto de Santa María». De su padre le vendría el interés por la pintura. Tenía Francisco Lara Sánchez --pintor decorador de profesión--, unas grandes cualidades para el dibujo, quien le encauzó su educación hasta llevarle a Juan José Bottaro, profesor de la academia de Bellas Artes Santa Cecilia: encontró en su padre el mas fiel aliado e impulsor de su don y de su arte. Juan tenía ocho años cuando conoció a su introductor y maestro.

El arranque de la calle Pagador, desde la Plaza de España, con la Casa Palacio del Marqués de la Candia, sede del Museo Municipal y la Academia de Bellas Artes. Óleo con el inconfundible estilo de Juan Lara.
Recuerda Juan su infancia: "Nací en la calle Pagador número 18, donde al cuidado de mi abuela paterna --abuela Carmen y de mis tías Milagros, Manuela y Lola-- estaba desde mi despertar hasta que me llevaban a la accesoria en que mi madre trabajaba, regresando a la calle Pagador a la caída de la tarde, donde en su patio inolvidable de losas blancas y negras, jugaba con mi hermano Jerónimo y Paquito Vicheras --que vivía en el piso bajo--. Yo me crié en la calle San Bartolomé, en el número 10, donde mi madre tenía alquilada una accesoria que hacía de taller, compuesta de una dependencia que daba a la calle, y otra interior, para cocina, fogón de hierro para calentar las planchas, comedor y cuarto de aseo. En dicho taller se dedicaba a planchar para el público toda clase de prendas de vestir, con lo cual ayudaba a mi padre --ya enfermo-- al sostén de la casa. La familia estaba compuesta por cinco hijos. Lo que yo he visto trabajar y sufrir a mi madre en esa accesoria es uno de los dolores mas grandes de mi vida".
De pequeño estuvo en la 'amiga' de Conchita Romero, un piso de una casa aneja a la bodega de José de la Cuesta en la calle San Bartolomé, con entrada por la calle Palacios, donde fue condiscípulo del polifacético artista local, Manuel Bejarano Armario. Después "fui al colegio de la Aurora, cuando ya, naturalmente, no pertenecía a ningún Patronato Parroquial o de otro tipo. Era Escuela Nacional, y tuve como maestro a don Remigio Peñalver, persona de extraordinaria bondad, de cariño a sus discípulos, muy paciente quien estimuló mucho para que me aplicase en el dibujo. Del Colegio de la Aurora me quedan muchos y buenos amigos y aunque no fue una etapa muy larga, sí muy feliz, por don Remigio, por sus auxiliares don Eduardo Ciria y don Juan Díaz, y mis compañeros los Sucino, Buhigas, Enrique Pérez, Manolín y otros, que siento mucho no recordar sus nombres". /En la imagen de la izquierda, la sede de las Escuelas Pías de la Aurora, luego Colegio Nacional, obra pictórica de Lara.

De izquierda a derecha, Juan Hernández Navarro, Antonio Serrano, el Comandante Francisco Martel Viniegra Ayudante de Marina en el Puerto, Severo Ruiz Calderón, José López, el pintor Juan Lara Izquierdo y Gumersinda López, Vda. de Garrán. Inicio de la década de los cincuenta del siglo pasado.
A los trece años, tras la muerte de su padre, comenzó a trabajar en las oficinas de Terry, donde estuvo hasta los diecisiete, época en que ingresó en la Marina de Guerra, como voluntario en el Cuerpo de Maestranza, y posteriormente destinado a la Ayudantía Militar de Marina, como personal civil, etapa que siempre quiso olvidar.

Embarque de Botas. Juan Lara realizó grandes obras para Bodegas Osborne, muchas de ellas publicitadas en calendarios, azulejos y otros objetos publicitarios.
...continúa leyendo "1.328. JUAN LARA. El pintor de la luz, en el 17 aniversario de su muerte."
1.320. PARTIDO DE FÚTBOL EN LA PLAZA DE TOROS. Década 1960.
Partido de fútbol celebrado en la Plaza de Toros de El Puerto entre los empleados de la Caja de Ahorros de Cádiz, hoy integrada en Unicaja y los taquilleros de la Plaza. Observamos la publicidad de Coñac Decano, de Bodegas Caballero en los vomitorios de acceso a los tendidos y Centenario Terry en la contrabarrera.

De pié, de izquierda a derecha Lupo, Antonio Cárdenas, Guillermo Romero Rivas, Agustín Fernández González, Luis Gatica Rivas, Fernando Arjona González y Javier Rendón. Agachados, de izquierda a derecha, Felipe Bononato Saez, Abelardo Gil González, José Antonio Lojo Rodríguez y Juan Romero Rivas. /Foto: Fariñas. Colección Vicente González Lechuga.









