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isabelalbabarbosa_puertosantamariaIsabel Alba Barbosa nació el 24 de noviembre de 1920 en Jerez de la Frontera, el año en el que nacían, también, el pintor de la Luz, Juan Lara Izquierdo y el profesor y radioaficionado Joaquín Calero Muñoz. Aquel 1920, El Puerto contaba con 18.839 habitantes de hecho 18.951 habitantes de derecho y 4.524 hogares. Era alcalde Manuel Ruiz-Calderón y Paz.

Lamentaba Isabel que su madre la quitara muy pronto del colegio, con apenas 0cho años y es que tenía hermanos pequeños “y como mi madre trabajaba, yo los cuidaba.” Eran once hermanos.

Con 18 años, Isabel se casa y se traslada a vivir a El Puerto de Santa María. Su marido, Juan Nucete Sucino, trabajador de Bodegas Terry fallecido en 1971, era con quien formó una  extensa prole, 7 hijas y 3 hijos: Milagros, Isabel, Carmen, Teresa, María, Marisol y Pepi y los hijos varones, Antonio, Manuel y Francisco Javier.

El trabajo fue una constante en la vida de Isabel. Cuando llegó a El Puerto en 1938 entró a trabajar en la casa de los Díaz Cortés, donde cuidaba a 13 niños, entre los que se encontraba el que fuera alcalde de El Puerto, Hernán Díaz Cortés. “Allí hacía de todo: planchaba, cosía, la verdad es que eran muy buenos chicos, yo llevaba a los ocho más pequeños al Parque Calderón a pasear”.

“Eran tiempos complicados para todos, finalizando la Guerra Civil, había mucha escasez de productos de primera necesidad y mi marido Juan era eventual en la bodega, por eso no tuve mas remedio que ayudar en la economía familiar porque había que comer”.

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Isabel junto a algunos de sus hijos el desaparecido Bar Gazpacho, situado en la zona de Crevillet, donde hoy se encuentra el Polideportivo Cubierto, durante la boda de un familiar en 1979.

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En el 84 cumpleaños de Isabel, junto a sus hijos, en 2004.

Al fallecer su marido en 1971, Isabel tuvo que hacer de padre y madre de su extensa prole, ayudado por algunas de sus hijas. Tuvo varios domicilios en El Puerto, entre otros en la calle San Juan. Nos dejaba el pasado 20 de noviembre de 2014, a pocos días de cumplir los 94 años edad.

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En una anterior colaboración en Gente del Puerto, elaboramos una biografía de Juan Nicolás Osborne Böhl, I Conde de Osborne (nótula 1508 de GdP) título pontificio que, posteriormente, gozaría su sobrino Tomás Osborne Guezala y sus sucesores y herederos. Pero sus hermanas Cecilia y Francisca Javiera, algunos de sus descendientes y también los de su hermano Tomás fueron nominativos de títulos nobiliarios de Castilla, algunos con la consideración de grandeza de España, de los cuales hemos recogido una docena de ellos, en los que el titular tuviese el apellido Osborne.

...continúa leyendo "2.315. LOS OSBORNE. Sus títulos nobiliarios."

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antoniofemeniamaiquez_puertosantamariaJosé Antonio Femenía Máiquez, es uno de esos personajes autodidactas, muy conocido en nuestra Ciudad, mientras estuvo entre nosotros. Muy pocos sabíamos que se llamaba José Antonio pues siempre respondió a su segundo nombre, Antonio. Había nacido el quince de agosto del año 1.917. /La fotografía de la izquierda, de Rafa, está tomada en 1978

1917.

Un año trágico especialmente para Europa pues estábamos sufriendo la Gran Guerra de la que España quedó al margen, aunque sufríamos conflictos sociales un día sí y otro también. En el mes de su nacimiento, la UGT convoca un paro ferroviario que sería la antesala de la primera Huelga General. El papá Benedicto XV había hecho un llamamiento a los países en conflicto para que depusieran las armas y renunciaran a las anexiones y en Rusia se estaba preparando la revolución que dos meses más tardes acabaría con el régimen de los zares.

En agosto de 1917 era alcalde de El Puerto, Manuel Ruiz-Calderón Paz. Ese año, Rafael Alberti se traslada a Madrid con su familia, donde abandona el bachillerato por la pintura, que ejerce una gran influencia en su obra. Se traslada a Madrid Francisco Anglada Gallardo, fundador de la fábrica portuense de automóviles Anglada. La Cruz Roja organiza la Fiesta de la Poesíal,con con beneficios humanitarios, en El Puerto. Pedro Muñoz Seca estrena la obra de teatrp ‘El Rayo’, escrita en colaboración con Juan López Núñez

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 Publicidad de 'coñac' Terry en ABC de Madrid, en 1917.

Nace en la calle Santa Lucía el bailaor flamenco José Luis S. Rodríguez y el corredor de comercio Fernando Monguió Becher. Nace en Bronchales (Teruel) el periodista de presna, radio y televisión, así como guionista y director de cine, Clemente Pamplona Blasco, director de Farmacia de Guardia, fallecido en El Puerto en 2001, padre y abuelo de las actrices Amparo y Laura Pamplona.

LA FAMILIA.

En este contexto histórico nació Antonio, el mayor de tres hermanos, junto a Juan y Manuel, fruto del matrimonio entre Carmen Máiquez López y Manuel Femenía García. Su padre era tonelero y cuentan que vivió algún tiempo en Chiclana, pero su memoria se perdía porque era muy pequeño. Al ser de una familia de condición humilde, estuvo muy poco tiempo en la escuela, pero le quedó de ella un profundo amor por la lectura y el conocimiento. Entre sus aficiones favoritas figuraba la filatelia. En los años cincuenta, contrajo matrimonio con Francisca Albaiceta Núñez con la que tuvo tres hijas: María del Carmen, María José y Francisca

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Antonio Femenía y Francisca Albaiceta, en septiembre de 1950, en la fotografía oficial de la boda. /Foto: Paco.

PRISIONERO DE GUERRA.

Cuando no había cumplido los dieciocho años, fue movilizado por el denominado bando ‘nacional’ y enviado al frente. Allí coincidió con su paisano y amigo Manolo

Gallardo, siendo hecho prisionero. Contaban ambos amigos sus batallitas y entre la más sobresaliente estaba la fuga del campo de prisionero. Ambos, heridos, llegaron hasta Francia donde una enfermera, según contaban, guapísima, les curó las heridas hasta que la policía gala, una vez recuperados, los envió a España a la zona ‘nacional’ donde estuvieron hasta el final de la guerra.

EL MUNDO DEL TRABAJO.

A su regreso a El Puerto, ejerció varios oficios, --era una persona muy laboriosa—ejerciendo el pluriempleo. Fue cobrador de los recibos de la compañía de electricidad y de Seguros Santa Lucia cuando se pagaban en el domicilio de los asegurados. Ayudó a su amigo Luis, sirviendo copas en el Bar Playa "Rempujo", (ver nótula núm. 1.610 en GdP) y consiguió una plaza de auxiliar de archivo en el Ayuntamiento donde trabajó hasta su jubilación en 1982.

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Antonio Femenía en la antigua Biblioteca Municipal, sita en Plaza de Isaac Peral el 15.01.1950 con el Jefe del Servicio Luis Fernández Sanz Méndez y un investigador desconocido. /Foto de Emilio Rasero

Antonio, por aquel entonces, era muy conocido en la ciudad, especialmente por los usuarios que visitaban la biblioteca porque era el encargado del Servicio de Préstamos de la Biblioteca Pública y de la Sala de Lectura. Siempre tuvo palabras de elogio para su jefe, Luis Fernández, el bibliotecario titular al que, según contaba, fue para él, un verdadero maestro.

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José Antonio Femenía Máiquez en la Antigua Biblioteca Municipal, sita en Plaza de Isaac Peral el 23.06.1972 con el investigador Juan de la Lastra Terry y Ana María Fernandez Sánz, funcionaria Municipal. /Foto Rafa.

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Acceso a la Biblioteca Pública, en la planta superior de la entrada lateral al Ayuntamiento, en cuya planta baja se encontraba la Policía Nacional. /Foto: Archivo Municipal.

Además de la biblioteca, también atendía el Archivo Municipal, lo que le despertó un gran interés por la historia colaborando con Hipólito Sancho de Sopranis (ver nótula núm. 780 en GdP), Juan de la Lastra y Terry, el profesor Manuel Martinez Alfonso (ver nótula núm. 1.051 en GdP) y con todos los estudiosos e investigadores que acudían al Archivo en busca de información.

CORRESPONSAL DE DIARIO DE CÁDIZ.

Como el salario de funcionario era bastante corto, se vio obligado a buscarse la vida con otros oficios. Así le llegó la propuesta de Diario de Cádiz para ejercer la corresponsalía en nuestra Ciudad, que aceptó ejerciéndola entre finales de los sesenta y el año 1.986 cuando sufrió un ictus que lo dejó incapacitado hasta que falleció el uno de septiembre de 1.990.

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Antonio Femenía con su inseparable amigo y compañero en Diario de Cádiz, el fotógrafo Rafa, y su cuñado Antonio Reyes Castañeda, patrón de pesca, durante una celebración familiar.

De su etapa como corresponsal hay un abundante testimonio en la hemeroteca de Diario de Cádiz. En su época de periodista, siempre se veía junto a su compañero y amigo, Rafael Pérez González, ‘Rafa’ el fotógrafo (ver nótula núm. 1.781 en GdP), recogiendo todos los acontecimientos de la vida local. Diariamente mandaba sus crónicas escritas en el último Vapor de la tarde, siendo el conocido Pepe Fernández Sanjuan, Pepe ‘el del Vapor’ (ver nótula núm. 1.026 en GdP), su mejor colaborador

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Con Rafael Morro Velázquez, entonces corresponsal de Radio Jerez en El Puerto, en las instalaciones del Club El Buzo el 27 de noviembre de 1970. /Foto: Rafa..

Las noticias de última hora también circulaban por medio del teléfono. Diario de Cádiz ubicado entonces en la gaditana calle Ceballos, era una empresa familiar dirigida por Emilio de la Cruz Hermosilla, Augusto Delkader o Luis Alberto Balbontín (ver nótula num. 096 Gente de Cádiz) como redactor jefe. También estaban otros periodistas como Higinio Sainz, Enrique Márquez, Paco Perea, Pérez Sauci y el porteño Agustín Merello del Cuvillo (ver nótula núm. 262 GdP). Otros colaboradores de El Puerto que mandaban sus artículos eran Luis Suárez Ávila (ver nótula núm. 128 GdP), Alfredo Botello Reyes (ver nótula núm. 1.170 GdP), Juan Ignacio Varela Gilabert (ver nótula núm. 1.047 en GdP) y otras plumas ilustres del ámbito local.

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En la imagen, entrevistando a Antonio Álvarez Herrera, el día de su toma de posesión como alcalde de El Puerto, el 19 de abril de 1979/ Foto: Rafa.

Femenía no sólo ejercía la labor informativa, era un hombre multidisciplinar, sino que también tuvo a su cargo la recepción de esquelas y diversas publicaciones publicitarias, directamente o mediante agencias..

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Recibiendo una placa de agradecimiento de las peñas flamencas, por la difusión dada a este mundo en Diario de Cádiz. De izquierda a derecha Pepe Arjona, Femenía, José Matiola 'El Mono', presidente de la Peña Flamenca 'El Chumi' y el guardia Torrriguera, el 16 de abril de 1983. /Foto: Rafa.

AMIGOS.

Muy amigo del pintor Juan Lara izquierdo, con quien pasaba algunos fines de semana en la casa que el pintor de la luz tenía en Benamahoma. Por mediación del portuense Enrique Galán, a la sazón director de la Banda Municipal de la vecina Villa de Rota, ayudó a organizar el Archivo Municipal de dicha población limítrofe con la nuestra. Era un todo terreno, hombre abierto, fiel y leal.

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Localizaciones de las aldeas andalusíes en el término portuense. En verde, las que se rememoran en esta nótula.

Completamos en esta entrega el recorrido por las once aldeas o alquerías andalusíes que iniciamos en la anterior (ver nótula 2.294), las que se distribuían por la campiña portuense hasta que fueron repobladas en 1268, tras la definitiva conquista alfonsí (1264) de las poblaciones y tierras del territorio gaditano-xericiense. Las ya rememoradas, Grañina-Grañinilla, Campix, Fontanina y Poblanina, se emplazaban al norte de la laguna del Gallo y fueron –las dos primeras- las poblaciones más importantes de la campiña, según se infiere del Libro del Repartimiento y de las prospecciones arqueológicas.

Las otras seis se emplazaban al sur y sureste de la laguna y todas teniendo al agua como protagonista de su espacio vital: Finojera junto al arroyo Campillo, derivado del Salado de Rota; Bayna junto al Salado; Villarana en las inmediaciones del Salado y del afluente de su nombre; y al sureste, Bollullos en la laguna Salada y Machar Grasul y Machar Tamarit en derredor de la pequeña marisma de los Tercios, al pie norte de la Sierra de San Cristóbal.

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Fotografía aérea de Finojera con la toponimia de su entorno. Abajo, el cruce de las carreteras El Puerto-Sanlúcar y Jerez-Rota

Todas las alquerías andalusíes que existieron en el término portuense dependieron fiscal y administrativamente de Jerez (Saris), la capital de la cora de Sidonia desde la segunda mitad del siglo X. Pequeñas aldeas integradas por pobladores unidos por lazos tribales, que mantendrían el modo de vida islámico que arraigó a partir de la ocupación a comienzos del siglo VIII de la decadente sociedad hispano-visigoda. Las principales poblaciones –Campix, Grañina-Grañinilla, Casarejos, Al-Qanatir- fueron fortificadas con torres y recintos murados y comunicadas por caminos que han perdurado hasta nuestros días. Las viviendas, sobrias, sin mostrar la diferenciación social y económica de sus moradores: las pequeñas ventanas de celosía, para ver sin ser vistos; el zaguán que daba paso al espacio que era el centro de la vida familiar, el patio, con el agua presente en forma de aljibe o pozo y plantas y flores que graduaban la temperatura de las viviendas; y alrededor, los dormitorios, las salas, la cocina y el aseo. Y como centro espiritual de las alquerías, las mezquitas, lugar no sólo donde se realizaba cinco veces al día el obligado rezo o salat, también lugar de encuentro donde se trataban y compartían los asuntos comunitarios. Y al menos en las principales alquerías, los zocos, donde se vendían los productos agrícolas y ganaderos del entorno y las manufacturas necesarias para la vida cotidiana. Y las escuelas coránicas donde se aprendía a leer, escribir y memorizar con rezos las enseñanzas del Profeta.

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Fragmento de borde de tinaja estampillada con las palabras ‘La Paz’, procedente de la alquería de Finojera. / Museo Municipal.

FINOJERA   
Esta alquería, variación de la voz ‘hinojera’, de ‘hinojo’, se encontraba en el espacio que media entre la torreta del depósito de agua de la carretera El Puerto-Sanlúcar y el cruce de ésta con la de Jerez-Rota, en el cerro de Venta Alta (que alude a la venta-posada que aquí existía en el siglo XIX, mencionada por algunos viajeros románticos), pero su antiguo nombre se ha conservado en las tierras de Hinojosa Alta y Baja, en linde y al sureste de la alquería andalusí. Aquí, junto al cruce de las carreteras indicadas, la alquería recibía las aguas del arroyo Campillo –el que a comienzos del siglo XVI llamaban del Serrano-, afluente del Salado y procedente de las tierras de Bayna, como bien menciona el Libro ubicando el límite sur de Finojera: “parte por término de Vayna por el arroyo arriba”. En linde al arroyo Campillo se encuentran los antiguos Pozos del Duque, por los de Medinaceli, los señores jurisdiccionales de El Puerto, que ciertamente fueron, ya a mediados del siglo XV, propietarios de estas tierras entonces nombradas Inogeruela.

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Fragmento de candil con decoración pintada, típico de la región norteafricana, prospectado en Finojera. / Museo Municipal.

Consta la existencia de una mezquita en la alquería y un número indeterminado de casas que en 1268 se repartieron –fronteras a sus nuevas tierras, distribuidas de forma radial- a seis repobladores.

En el plano que encabeza esta nótula marcamos dos puntos en rojo (con interrogantes) situados al este de la laguna del Gallo y al norte de Finojera. Son dos yacimientos andalusíes que localizamos en las prospecciones arqueológicas -en el entorno de las casas de Bulé y María Manuela-, que debieron de ser pequeñas casas rurales vinculadas a las alquerías próximas.

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Fotografía aérea de Vaina con los hitos mencionados en el Libro del Repartimiento.

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El cortijo de Vaina y las tierras donde existió la aldea andalusí. / Foto, Juan José López Amador.

 

BAYNA   
Al este de Finojera se encontraba Bayna o Vayna (que con ambas grafías lo nombra el Libro del reparto), topónimo que ha llegado a nuestros días en la forma Vaina nombrando a un cortijo y a las tierras donde se levantó la alquería. Acaso su nombre proceda del patronímico latino Baius, o quizás del bayna árabe, con el significado ‘entre’ (de haber sido así, el nombre andalusí completo se perdió porque en su origen aludiría a dos espacios o accidentes geográficos ‘entre’ los que se ubicaría la alquería).

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Monedas andalusíes de Vaina: 1 a 3: Feluses de cobre, fechables en los primeros momentos de la conquista musulmana. 4: no identificada, de bronce. 5 a 9: dirhems de plata. Todas las monedas son de la colección de don Manuel Ortega. / Foto, J.J.L.A.

Al pie oeste de la alquería transcurre el arroyo Salado, el río Casarejos del siglo XIII, que debió de estar plenamente vinculado a la población andalusí como vía de comunicación. Consta que hasta las primeras décadas del siglo XX quienes habitaban el cortijo hacían uso de un embarcadero sito al pie de la antigua aldea, donde existía un embarcadero y una barcaza en la que cargaban los productos hortícolas para su venta, vía arroyo Salado, en Rota y Cádiz.

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Fragmento de tinaja con decoración estampillada y vidriada en verde, procedente de Bayna. / Museo Municipal.

No se nombra en el documento medieval el reparto en su solar de casas, pero la localización de cerámicas y monedas en su solar prueban su ocupación en época hispanomusulmana, y la conservación del nombre hasta nuestros días, su identificación.

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Fotografía aérea de Villarana con la toponimia en torno al yacimiento. Arriba a la izquierda (señalado con un círculo) se sitúa el Vado del Salado.

VILLARANA  
Se localiza al sur de Bayna, en un cerro de suave pendiente próximo al Salado (400 m) y al arroyo de su nombre (800 m). El topónimo ha perdurado dando nombre a un caserío que de muy antiguo se levanta sobre el cerro y en torno al cual se encuentra el yacimiento arqueológico andalusí. Al pie sur, junto al cruce donde se unen las veredas de Villarana –que conduce a El Puerto- y la del Vado de Villarana se halla un viejo pozo concejil con abrevadero.

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Caserío de Villarana, donde se ubicaba la aldea de su nombre. / Foto, J.J.L.A.

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Otra imagen de Villarana, desde el sur. Al pie de la vereda, el antiguo pozo concejil. / Foto, J.J.L.A.

Tampoco se menciona en el documento alfonsí el reparto de casas de la alquería, que obviamente las tuvo, sólo el reparto de lotes de tierras a 133 repobladores, número –el mayor de los que recibieron tierras en la campiña- que habla de la extensión e importancia de sus terrenos, que limitaban con los de las alquerías de Bayna, Finojera, Casarejos (de la parte de la mar) y Bollullos. Posibles ruinas de la alquería –o acaso de construcciones bajomedievales o de la Edad Moderna- son las que Francisco Ciria decía en 1939 que por entonces aún eran visibles “interesantes cimentaciones en el cerro del pozo”.

islacartare_7_12_puertosantamariaEn la imagen de la izquierda, sepulcro de doña María Alfonso Coronel (1267-1330) en el monasterio de San Isidoro del Campo, Santiponce (Sevilla), señora de El Puerto y propietaria de la aldea de Villarana en el siglo XIV. / Foto, leyendasdesevilla.blogspot.com.

De siempre conformaron las tierras de Villarana –ya en tiempos romanos- un núcleo agrícola muy relevante, principalmente dedicado a la explotación cerealística y durante siglos, la despensa de trigo de El Puerto. Tras la primera repoblación cristiana de sus tierras, pasaron a manos de los señores jurisdiccionales de El Puerto. Así, se conoce que doña María Alonso Coronel, viuda de Guzmán el Bueno y propietaria del señorío portuense, en su testamento, fechado en noviembre de 1330, legó la aldea de Villarana a su hija, doña Leonor de Guzmán, que a su vez, en 1341, la testó a su hijo Juan de la Cerda y así sucesivamente, permaneciendo en manos de los Medinaceli hasta el último tercio del siglo XIX. De antiguo sus tierras (1.081 aranzadas) se dividían en suertes y cuartos: ya en el siglo XV, los cuartos de Hinojal, de Enmedio y de Urraca Alfonso. Este último topónimo se remonta a los mismos tiempos de la repoblación alfonsí, pues la citada Urraca Alfonso fue beneficiada en 1268 con 6 aranzadas en Casarejos y compradora en Santa María del Puerto de dos casas que hasta entonces pertenecieron a otro repoblador, pero el motivo de su vínculo en la toponimia de Villarana lo desconocemos. Acaso fuera familiar de Pero Alfonso, alcalde de Cádiz en tiempos de la repoblación, en la que participó activamente y que en Villarana recibió dos lotes de tierras.

...continúa leyendo "2.308. LAS ALDEAS ANDALUSÍES DE LA CAMPIÑA (y 2). Isla Cartare (VII)"

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Cartel que se muestra en las marquesinas de los autobuses urbanos.

Desde hace tiempo, tanto desde el Ayuntamiento como de los colectivos sociales se ha buscado la implicación de los hombres para que se sumaran a la repulsa más absoluta contra la violencia de género. Este pasado 25 N les habían pedido todavía más. Les habían pedido que lo hicierean públicamente, que contribuyeran con su rostro y su nombre propio a denunciar la violencia machista, a declarar públicamente ante los demás hombres que ellos están en contra de los maltratadores, que ellos no miran para otro lado, que ellos no son indiferente ante esta lacra que año tras año vierte unas cifras cada vez más alarmantes, que se manifiesta cada vez en edades más tempranas y que utiliza nuevos cauces para maltratar

Bien es cierto que no todo el mundo acepta prestar su rostro, su imagen, su nombre… para erradicar la violencia de género. A los seis hombres que han hecho posible este noviembre denunciar con sus caras la violencia machista el Ayuntamiento y los colectivos sociales implicados les mostraron su agradecimiento. A estos seis hombres portuenses, de nacimiento o de corazón. Su perfil y edad muy diferentes, pero sin duda, todos ellos valientes y comprometidos. Hombres que han dicho sí, sin dudarlo, sin pedir nada a cambio, a la lucha contra la violencia machista.

La campaña para el Area de Bienestar Social del Ayuntamiento de El Puerto de Santa María ha sido realizada por la empresa JMGP Animación.

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Ángel Angulo Fernández, sacerdote, profesor y abogado, siempre dispuesto a colaborar y a ayudar a los que más lo necesitan. (ver nótula núm. 624 en GdP)

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Baldomero Rodríguez, hostelero portuense recientemente jubilado de reconocido prestigio, un hombre de El Puerto, de los de toda la vida que no ha dudado ni por un instante para decir que él no es cómplice de los maltratadores y que los repudiará con nombre propio. (ver nótula núm. 2.045 en GdP).

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Fernando Durán Rey, la voz de las mañanas de Radio Puerto, la voz de la calle, la oportunidad para la denuncia, cercanía y compromiso para denunciar la violencia machista a través de las ondas y donde sea necesario. (ver nótula núm. 227 en GdP).

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Antonio Muñoz Cuenca, Muñoli, nuestro querido profesor, amante y estudioso de El Puerto y sus gentes. Siempre generoso y dispuesto a colaborar. Máximo exponente del compromiso y la bondad. Contundente con sus ideales, él también se ha prestado desinteresadamente para denunciar a los maltratadores, para posicionarse en contra de la cualquier atisbo de violencia machista. (ver nótula núm. 069 en GdP).

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Juan Gómez Fernández, hombre de la cultura, profesor e historiador. Aún retirado de la vida pública y política --sin duda el mejor concejal de Cultura que ha tenido El Puerto de Santa María-- ha querido sumarse a la campaña. (ver nótula núm. 954 en GdP)

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Ángel León, cocinero por el mundo... desde El Puerto, la fuerza de la juventud, embajador de El Puerto allá dónde vaya, marinero en tierra, Chef del Mar, Estrella Michelin. (ver nótula núm. 2.218 en Gente del Puerto). 

 

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Antonio Sánchez Parejo murió la madrugada del 10 de Noviembre de 2014 la edad de 50 años.

Antonio era una persona peculiar que nunca faltó a sus citas con las movilizaciones populares. Siempre estaba allí. Los que lo respetamos y lo quisimos lo vamos a echar de menos.

Antonio y yo nos conocimos hace casi treinta años cuando vino a sacarse el Graduado Escolar al Centro de Adultos. Vecino de uno los barrios más atacados en los ochenta por las drogas, peleaba entonces por salir una historia de adicciones a las que, con el tesón que lo caracterizaba, consiguió vencer unos años más tarde. Desde entonces trabajó por los más abandonados en colectivos como La Muralla o impulsando proyectos como el de "Café y Calor".

Fue durante algún tiempo militante anarquista ecléctico pues en sus análisis no dudaba en mezclar los elementos filosóficos del materialismo dialéctico con los del pensamiento libertario. Lector empedernido, gustaba de compartir con sus amistades y con la gente que le acompañaba en la lucha tanto las sesudas reflexiones sobre el devenir de la historia como las anécdotas de su intensa vida.

Quienes tuvimos la suerte de conocerlo sabemos que , en ocasiones, no era fácil discutir con él. La pasión con la que defendía sus análisis se nos hacía a veces dura de llevar. Aún así, fue toda su vida un militante por una sociedad más justa y más libre. Recientemente participó con intensidad en las luchas contra la venta de APEMSA y en todas las movilizaciones del Foro Social Portuense. En las diferentes huelgas generales que paralizaron nuestra ciudad en los últimos años, Antonio fue miembro activo de los piquetes informativos y recorrió infatigable la ciudad buscando la solidaridad del conjunto de las trabajadoras y los trabajadores.

La pasión de sus convicciones y la fuerza con la que fustigaba a quiénes consideraba políticos corruptos no ha mermado el reconocimiento póstumo de su compromiso por cuantas personas lo trataron en vida y en las redes sociales podemos leer cada día nuevos testimonios de homenaje, respeto y duelo por su pérdida.

Que la tierra --o el fuego-- te sean leves Compañero y amigo Antonio Parejo.

/Texto: Juan Luis Rincón Ares.

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manuelsanchezromate_1975_puertosantamariaManuel Sánchez-Romate,  fue Coordinador de Educación Permanente de Adultos en la década de los setenta del siglo pasado, siendo nombrado por el poeta y apóstol seglar de la No Violencia y la Paz en la Escuela, el mallorquín Lorenzo Vidal Vidal, a la sazón, inspector de Educación. Sánchez-Romate, junto a otros compañeros de magisterio, hicieron una importante labor, por la que fueron felicitados en diversas ocasiones. Declina ser protagonista de una nótula en Gente del Puerto, pero amablemente nos remite sus percepciones de lo que supuso aquella experiencia, en el recuerdo. /En la imagen de la izquierda, una fotografía de Sanchez-Romate en 1975, detrás aparece su suegro, Antonio Femenía Máiquez, funcionario municipal y corresponsal de Diario de Cádiz en aquellas fechas.

Hasta finales de los sesenta, funcionaba en nuestra ciudad, en el Colegio de San Agustín, la llamada Campaña de Alfabetización cuyo único objetivo era reducir el analfabetismo y extender el Certificado de Estudios Primarios a aquellos españoles que no habían podido asistir a la escuela.

A principio de los años setenta, se aprobó una nueva Ley de Educación impulsada por el ministro Vlllar Palasí, que pretendía un cambio revolucionario con relación al periodo anterior. Entre los aspectos a tener en cuenta figuraba la idea de extender la educación a todas las capas sociales haciéndola obligatoria y gratuita.

Se creó la Eduación General Básica (E.G.B.) y se extendió la obligatoriedad hasta los catorce años. La mayor parte de los colegios privados pasaron a sufragarse con fondos públicos y se crearon las llamadas escuelas concertadas, acabándose en parte, con la discriminación entre ricos y pobres en materia educativa.

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De izquierda a derecha Antonio Marchena, Lorenzo Vidal, Manuel Sánchez-Romate y Cipriano Pérez Barroso, durante una conferencia del segundo sobre 'Una pedagogía de la No Violencia'. Colegio San Agustín. 24 de junio de 1972. /Foto: Rafa. Archivo Municipal.

El autor de esta nótula estaba destinado en la Campaña de Alfabetización en Algeciras, pero está se suprimió y vino a sustituirse por un nuevo modelo conocido con el nombre de E.P.A. (Educación Permanente de Adultos). La idea fundamental era que la educación del individuo no acaba nunca. Empieza en la cuna y termina en la sepultura. Un proyecto ambicioso donde nos vimos inmerso un grupo de profesionales. Yo me incorporé a El Puerto bajo la dirección del Inspector de Enseñanza, Lorenzo Vidal Vidal, mallorquín, nombrado responsable en la provincia de la E.P.A.

Lorenzo Vidal era por aquel entonces un pedagogo joven que había hecho su tesis doctoral sobre un proyecto inspirado en Ghandi el pacifista indú, creador de una escuela que repudia la violencia. El Sr. Vidal había trabajado por instaurar en la escuela el Día Escolar de la No Violencia y la Paz.

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De izquierda a derecha, Antonio Carbonell López, José Luis Osborne Vázquez, Ramón González Montaño, Cipriano Pérez Barroso y Manuel Sánchez-Romate, ene el Centro de Educación Especial ‘Mercedes Carbó’. 21 de diciembre de 1970. /Foto: Colección de A.C.L.

A mi me dio su confianza y me nombró coordinador de la E.P.A. En un primer momento, se creó el Circulo de E.P.A. "Virgen del Carmen" gracias a la predisposición de Ramón González Montaño (ver nótula núm. 232 en GdP), párroco de San Marcos y el coadjutor franciscano Eugenio Gómez Carmona, que apostaron por cedernos parte del moderno edificio donde se iba a instalar el primer centro de Educación Especial.

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De izquierda a derecha, Fernando T. de Terry, Lorenzo Vidal, Cipriano Pérez Barroso, Francisco Manzano Ortega (quien fuera concejal de Juventud, reconocido judoka, director de la Caja de Ahorros de Cádiz y, previo a su jubilación reconocido sindicalista de UGT), y Manuel Sánchez-Romate recibiendo el premio concedido por el Ministerio de Educación y Ciencia al Centro de Adultos por su programa innovador. /Foto: Rafa. Archivo Municipal.

Este Centro funcionó durante dos cursos en la primera planta del edificio entre las calles Larga y Pozuelo. Allí también organizó la parroquia unos cursos de secretariado para jóvenes. Cuando el Ministerio de Educación otorgó al Puerto un Centro para adultos, el alcalde Fernando T. de Terry Galarza (ver nótula núm. 749 en GdP), ofreció la zona alta del edificio [conocido durante muchos años como Edificio de la Falange, que fuera expropiado a Elía Ahuja y Andria, (ver nótula núm. 185 en GdP)] donde está actualmente el Centro Alfonso X el Sabio y allí nos trasladamos.

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De izquierda a derecha, José Humanes, Ana María Martín, Elisa Doval, Rafael Bermudo, Lorenzo Vidal, Manuel Sánchez-Romate y José María Amosa, invitado artístico y Antonio Sánchez Briones, durante la apertura del Curso 1972-73 en el edificio que en la actualidad es el Centro de Alfonso X 'El Sabio', antiguo edificio de Falange, que fuera requisado a Elías Ahuja y Andria. /Foto: Rafa. Archivo Municipal.

Luego se hizo el Colegio José Luis Poullet [en memoria de otro educador de excepción con el que contó El Puerto (ver nótulas núm. 163 y 210 en GdP)] donde quedó ubicado hasta principio de los ochenta. En esa fecha, se acabó la E.P.A. que yo llamaría de la Transición pues coincide con el periodo de mayor cambio en la historia de nuestro país.

Fueron diez años de grandes transformaciones en materia educativa y social. Por nuestras aulas pasaron un nutrido grupo de alumnos adultos que venían muy ilusionado por obtener el Graduado Escolar, título académico de un cierto nivel, superior al antiguo Certificado de Estudios Primarios . Había numerosos empleados de bodegas, de policía local, nacional y guardias civiles y muchos portuenses que en su día se vieron obligado por razones familiares a abandonar los estudios de bachillerato y ahora, en clases nocturnas, tendrían ocasión de retomarlos. Otros porque deseaban inscribirse en la UNED, (Universidad de Educación a Distancia), y veían en el graduado la palanca que los podrían impulsar.

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De izquierda a derecha, Manuel Sánchez-Romate, desconocido, Lorenzo Vidal, Francisco Acero Doblas Inspector Jefe de Educación y Ciencia en Cádiz, Juan Barranco, secretario de la Delegación de Educación y Ciencia en Cádiz, y el concejal y también maestro, Diego Mora Fernández, en representación del Ayuntamiento durante el acto de inauguración del Centro de Adultos en el nuevo edificio del Colegio José Luis Poullet. /Foto: Rafa. Archivo Municipal.

La Ley de Villar Palasí, a pesar de sus defectos, supuso un importante avance en materia educativa pues creo grandes expectativas al reconocer en la educación un medio imprescindible para la promoción personal. El mundo laboral también contribuyó al tener muy en cuenta en los currículum, la titulación académica de los aspirantes a un puesto de trabajo.

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Plantilla del Centro de Enseñanza 'Virgen del Carmen', de izquierda a derecha, Manuel Sánchez-Romate, Ana María Martín, Elisa Doval, Antonio Marchena y José Manuel González. Curso 1971/72. /Foto Rafa. Archivo Municipal.

Durante esos diez años, la plantilla sufrió algunas modificaciones, pero hubo algunos que aguantamos la década completa. Recuerdo a Antonio Marchena, Elisa Doval, Rafael Bermudo, Ana Maria Martín, Teresa Cano, Eloy Cano Nuñez, y otros colaboradores como Ramiro Cerezo, Antonio Ojeda, Antonio Caraballo, Cipriano Pérez y otros más a los que les pido disculpa porque mi memoria me falla.

La apertura política que se produce en esta época, permitió que los alumnos pudieran conocer a poetas e intelectuales del interior y a los grandes talentos del exilio. Se pudo explicar al final, la poesía de Lorca, de Alberti, de Machado y de tantos otros que lucharon en el bando perdedor de la Guerra Civil. Los profesores que trabajamos coincidíamos en que había que huir de cualquier sectarismo y contar la verdad sin tapujos.

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Visita de los alumnos del Centro de Adultos a dos medios de comunicación de Cádiz: Diario de Cádiz y la emisora de Radio Juventud.

Se potenciaron las jornadas culturales, los viajes de estudios, la lectura, la visita a museos, y a los medios de comunicación como emisoras de radios, periódicos, etc. Había conferencias, ciclos de cine y uso de medios audiovisuales. En resumidas cuentas, se apostó por la innovación y se desterró el memorismo. Se busco un hombre capaz de encontrar por si solo aquellos aspectos del saber que en cada momento le interesara o les fueran útil. Mejor una cabeza bien puesta que una cabeza llena. Que supiera encontrar los mensajes de una obra de arte. /Texto: Manuel Sánchez-Romate.

luisalbertobalbontin_puertosantamariaEl ínclito Luis Alberto Balbontín Márquez (ver nótula núm. 096 en Gente de Cádiz), quien ocupaba la dirección del decano de la prensa andaluza en 1973,  el Diario de Cádiz, hacía referencia en su sección local de 'Cádiz al Día, a una buena noticia para El Puerto, para el muelle de El Puerto, en contraposición con el de Cádiz, que iba a mejorar notablemente la actividad de carga de las instalaciones portuenses. La noticia era publicada  el 7 de junio de 1973. Eran otro tiempos ...

“Es mas que normal que en una zona tan ligada al mar nos tengamos que ocupar, con frecuencia, a todo lo referente al tráfico portuario. Hace unos días comentamos sobre la Memoria del Puerto de Cádiz, y recordarán que nos referíamos a algo tan fudamental como es la antigüedad de las grúas que aquí funcionan. Hace mucho tiempo que se anunció oficialmente la llegada de otras modernas. Gestiones de todo tipo; viajes a Madrid a todos los niveles, presentación del problema a cuantas personalidades nacionales que por aquí desfilaron y ya ven ustedes el resultado. Nada de nada. No podemos comprender las razones máxime cuando el actual director general de Puerto fue ingeniero director del de Cádiz. /En la imagen de la izquierda, Luis Alberto Balbontín.

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Las grúas instaladas en La Otra Banda. En la margen derecha, una abigarrada flota de barcos pesqueros. /Foto: Rafa.

Contrasta este trato con la noticia que nos llega de que en plazo de días serán colocadas en la zona portuaria de Puerto de Santa María, cuatro modernas grúas de 9 toneladas cada una, lo que facilitará una enormidad el tráfico, especialemnte de chapas, importante en esta zona. Entendemos, y nos alegra, el florecimiento portuense y el hecho de haber pasado de 40 o 50 mil toneladas a 190.000, el estar logrando un comercio importante --próximamente un notable cargamento de automóvil--, pero esto no puede quitar el que sigamos lamentándonos de que el puerto de Cádiz no reciba también un trato también acorde con su importancia y con todo ese aumento que nos reflejaban las estadísticas de la mencionada Memoria. ¿que pasa con las grúas de Cádiz?

 

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Traemos una instantánea de los alumnos del Colegio Público ‘Sagrado Corazón’, situado junto a la Rotonda de la Puntilla, de 1973, precisamente el año que se instauraton las primeras clases mixtas en aquel centro.

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En la imagen, entre otros, Alfonso Cordones, Manuel Pérez, Pascual Perles, María Luisa Saborido, Nela, Encarnita Jaen, Manoli Mauriño, Ana María Gallardo, Milagros Álvarez, Mario Soriano Valiente, Antonio Ares, Nela Mena, Acosta, Manolo Horta, Ramón Verano Serpa, Carrasco, Paco Monís, Cordones, Castro Zampaña, Pili Bueno, Margarita Ariza López, Barea Rosa Buhigas, Faly Hermoso, Dolores Delgado Bernal, Mariquilla Iñiguez, Mercedes Monís y...

Que de recuerdos de los profesores, Don Rafael Bermudo, Doña Antoñita, Doña Eloisa, Doña Consuelo, Don Modesto, Don Enrique, Doña Hortensia, ...

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De izquierda a derecha, Juan Devesa Sánchez, capitán de barco de pesca; María José García Fariñas, con el puro José Fernández Sánchez, propietario del Restaurante Bar Jamón; exportador de pescados conocido como ‘el Portugués’, que vivía en la calle San Francisco; Ricardo, el difunto marido de Fina Devesa. La imagen está tomada en 1972, durante una celebración familiar en el Real Club Náutico. /Foto: Carretero (Jerez).

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Daniel Crespo Murillo nació en El Puerto de Santa María el día de la Patrona, el 8 de septiembre de 1994. Tiene 20 años. Estudió en el IES Juan Lara y en la actualidad cursa estudios para obtener el Grado de ADE (Administración y Dirección de Empresas) en la Universidad de Cádiz.

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En un tentadero.

Se ha formado en la Escuela Taurina de Jerez, de la que fue considerado un alumno aventajado, al no existir en 2006 en El Puerto; allí aprendió de Antonio Lozano, quien fue su maestro. Fue en 2006 cuando, tras presenciar una faena de Morante de la Puebla en la Plaza Real, cuando le atraparon las ganas de ser torero. Le apoderó el fallecido Antonio Corbacho --sacó a relevantes figuras como José Tomás y Talavante-- y los hermanos Pérez Villena.

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Saliendo a hombros por la Puerta Grande de la plaza de toros de El Puerto.

Ha actuado en dos ocasiones en la Plaza de Toros de El Puerto, sin picadores, de donde salió a hombros en ambas, cortando tres orejas a novillos de Martelilla y obteniendo los máximos trofeos a un novillo de Osborne, respectivamente. Debutó en público hace cinco años: el 23 de agosto del 2009. El pasado año lo hizo con picadores en Candeleda (Ávila) el 30 de marzo de 2013, en una terna completada por Rubén Sánchez y Francisco José Espada, con novillos de Carmen Lorenzo y San Pelayo.

JoseJulianLlagunoPreviamente, en 2012, merced a un intercambio organizado por el mentado Antonio Lozano de la Escuela Taurina jerezana, viajó a Méjico el 24 de diciembre de 2012, alojándose en casa de la familia de José Julián Llaguno Ibargüengoytia, en Saint Alto (Zacatecas), propietario de una ganadería de reses más templadas que las españolas, actuando en sendos espectáculos en Aculco y Moreira y aprendiendo en los tentadores, principalmente en la finca de Arroyo Hondo. /En la imagen de la izquierda, la divisa de José Julián Llaguno.

Sus próximos carteles para septiembre, serán en Villa del Prado (Valladolid) el 11 de septiembre; en Arganda del Rey (Madrid) el 15 de septiembre y su presentación en Madrid, en Plaza de Toros de Las Ventas, el domingo 28 de septiembre, dentro del ciclo de encastes minoritarios que se celebra por tercera temporada en la plaza de la capital del Reino, con novillos de Mauricio Soler Escobar (encaste Santa Coloma) siendo sus compañeros Luis Gerpe y Roberto Blanco.

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Faena con el capote en Arnedo (La Rioja) el 27 de septiembre de 2013. /Foto: Joël Buravand.

Esto dice la revista taurina Ebull de nuestro paisano: “Frente a un novillo con cuajo y volumen, nos ha gustado mucho el aire que tiene Daniel Crespo con el capote; la suavidad y naturalidad con la que maneja los trastos; el temple con el que torea; cómo quiere enganchar al novillo delante; los toques suaves para torear, no para defenderse, lo cual implica mucho valor; y el gusto y arte que tiene”.

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franciscoromeropegna_puertosantamariaFrancisco Romero Peña, 78 años, nacido en El Puerto de Santa María. Entró como fogonero en los trenes que hacían el trayecto Atocha-Madrid aunque pronto se trasladó a Sevilla integrándose en el servicio de la línea de Cádiz-Madrid en el trayecto entre la Bahía y Alcázar de San Juan, primero con máquina de vapor, después en el Expreso y en el Rápido. Eran tiempos en el que el viaje entre Sevilla y Cádiz se invertían cerca de tres horas y media. "En el viaje que realizábamos en el Expreso, teníamos que realizar una parada de 20 minutos a la espera de otra unidad, acoplándose dos composiciones que se reforzaban con cambios de máquinas lo que alargaba el tiempo de viaje. /A la izquierda, una imagen actual de Paco Romero.

Por su edad, Francisco Romero trabajó con máquinas diesel y eléctricas. "¡Se cruzaba Despeñaperros (la complicada frontera física con el centro del país) de maravillas; nada que ver con el vapor". Rememora la dureza del trabajo que realizaban. Pero, también, en la atracción que tenían con el mismo. "Todo lo que te cuente es poco", comenta Romero cuyo amor al tren le viene de familia pues su padre fue también ferroviario, estando al frente de la 3.307, una de las máquinas más potentes de la flota y que incluso podía alcanzar los 160 km/hora.

miviejocanasto_portada_puertosantamariaMI VIEJO CANASTO.
Dejó atrás miles de historias, algunas recogidas en su libro 'Juanito Romero y el tren de la libertad' y otras que llenan las páginas de su segundo libro 'Mi viejo canasto', publicado recientemente. /Portada del libro, recientemente publicado, 'Mi Viejo Canasto'.

Su vida en Renfe está llena de anécdotas. "Recuerdo los fines de semana cuando con la llegada del pasaje procedente del barco de Canarias, con el que se llenaban hasta 16 coches, con un peso que nos obligaba a utilizar hasta dos locomotoras para salvar la subida de El Portal". Mucha carga y, también, mucho retraso. Nada que ver con la puntualidad actual de los trenes españoles. "A la hora era muy difícil que vinieran. Una vez, en Zafra llegó el tren procedente a su hora... ¡el problema es que iba con 24 horas de retraso!" En 1992 Renfe dio un paso trascendental en su desarrollo con la puesta en servicio de la Alta Velocidad. Francisco Romero optó por no presentarse como maquinista de las nuevas unidades, aunque era uno de los empleados de la Compañía con mayor experiencia y mejor valorado.

MADRID-CÁDIZ: DE 25 A 4 HORAS.
La duración del viaje por tren entre Cádiz y Madrid está por debajo de las cuatro horas y aún se rascarán unos minutos más cuando esté terminada toda la duplicación de la línea férrea entre la capital gaditana y Sevilla. Son tiempos más que asumibles, que nos permiten incluso realizar viajes de ida y vuelta a la capital en una misma jornada.

franciscoromero_4_puertosantamariaNada que ver con lo que pasaba hace 150 años, cuando comenzó a funcionar la primera línea ferroviaria entre Cádiz y Madrid, con las primitivas locomotoras a vapor y vagones (y asientos) de madera. Entonces, y nos situamos en 1867 (los intentos de unir ambas ciudades datan de 1852), este mismo trayecto consumía 25 horas de duración en cada sentido, ¡más de una jornada!, en un viaje que no parecía que fuera eterno... simplemente lo era y donde a las paradas en las ciudades con estación intermedias se unía las que se hacían para aprovisionarse del agua con la que funcionaba la máquina de tracción. /De joven, abajo a la derecha, haciendo el Servicio Militar en la Unidad de Ferrocarriles de Madrid-Atocha. Año 1955.

Hace 150 años, este tren lograba una velocidad máxima de 29,14 kilómetros a la hora (apenas cinco más que la locomotora que realizó el trayecto entre Stockton y Darlington en 1825, en el primer viaje con este sistema de transporte en el mundo). Hoy, en los tramos de la alta velocidad entre Sevilla y Madrid, el Alvia que realiza este trayecto desde la Bahía puede tener puntas superiores a los 200 kilómetros a la hora. Y encima, el recorte se ha hecho más corto, de 726 kilómetros a los 626 actuales, gracias a los nuevos trazados de la red ferroviaria, especialmente con la apertura de túneles que han facilitado de forma notable el tránsito de estas unidades.

Lo cierto es que el tiempo de viaje hasta la capital ha sido hasta hace poco un auténtico suplicio, y más cuando no se tenían las comodidades y las ofertas de ocio que hoy ofrece este transporte público.

franciscoromero_3_puertosantamariaFUNDACIÓN DE FERROCARRILES.
Un estudio elaborado por Ana Cabanes y Raúl González, para la Fundación de los Ferrocarriles Españoles, ofrece un listado de tiempos de viaje en las principales líneas españolas desde que el tren funciona en nuestro país. La evolución, a la baja, de estas cifras va en paralelo a la propia evolución de la economía del país y el lento desarrollo que han tenido las comunicaciones en España hasta hace apenas dos décadas. Si en 1867 el viaje era de 25 horas, en 1892, un cuarto de siglo más tarde, aún se tardaban 19 horas, aunque los primeros trenes expresos alcanzaban ya los 40 km/hora de velocidad. En 1930 se había logrado bajar hasta las 12 horas, pero la Guerra Civil y la destrucción de buena parte de las infraestructuras disparó de nuevo la manecilla del reloj: 16 horas y media el viaje en 1950. Los años del desarrollo, con la llegada de los tecnócratas al poder en la década de los sesenta, mejoró las máquinas más que las líneas, especialmente con la expansión del Talgo, la estrella de los ferrocarriles españoles. /En la imagen de la izquierda, Paco Romero trabajando de fogonero en Sevilla-San Jerómino. Año 1962.

franciscoromero_fogonero_puertosantamariaEn 1970, el viaje ya está por debajo de los 10 horas; 8 en 1980 y poco más de 7 horas en 1990. La Alta Velocidad nacida en 1992 fue ya en no va más, mostrando el contraste de un viaje rápido y cómodo entre Sevilla y Madrid, y el viaje lento y algo menos cómodo entre la capital hispalense y Cádiz, hasta ahora en la que las eternas obras de duplicación de la vía férrea están a punto de terminar el horizonte de bajar de las 4 horas lo que en el origen de los tiempos se hacía en 25 es una realidad al alcance de la mano, y del billete del pasajero. /En la imagen de la izquierda, Francisco Romero (agachado) junto a Ventura, fogonero militar, y Francisco en la Locomota 1.740.

Una parte de esta historia de trenes entre las dos ciudades está fresca en la memoria de los ferroviarios que han cubierto durante años y años la línea y han visto la evolución de las máquinas, las traviesas, los recorridos, las estaciones y los propios viajeros. Quienes trabajan, o han trabajado, en el tren es un colectivo muy especial. Su implicación en su labor ha ido más allá de la edad laboral, conformando asociaciones que han mantenido los lazos de unión ya jubilados.

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Francisco Romero en el centro, delante del último tren de su vida ferroviaria. Tren Contenedor en la antigua Estación de Cádiz. Año 1994.

El largo trayecto con Madrid obligaba, en esta segunda mitad del siglo XX a realizar numerosas paradas para la toma de agua, debido a la escasa capacidad de los depósitos del tren. Se paraba para ello en El Puerto, Jerez, Utrera, Los Rosales, Almodóvar, Córdoba, Andújar, Espeluy, Linares-Baeza, Vadollanos, Santa Elena, Santa Cruz de Mudela, Manzanares, Alcázar de San Juan, Aranjuez... que unidas a las paradas para la recogida de pasajeros convertía al viaje en una peculiar ruta turística. La llegada de las locomotoras 3.007 permitió una mayor reserva de agua y una disminución de estas paradas, como destaca Francisco Romero, nuestro contertulio ferroviario. /Texto: José Antonio Hidalgo.

De las propiedades terapéuticas de los baños en el mar ya hablaron en su día Hipócrates y Galeno, aunque mi madre era más de Don Luis Botello, un colega de ellos mucho más joven que pasaba consulta en el ambulatorio Virgen del Carmen. "–-Lo del niño es un resfriadillo de nada por quitarse el sayo antes de tiempo. Paños calientes, su candié y, en cuanto mejore, a la playa a darse los quince baños para que pase un buen invierno".

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Tenían que ser quince, pero muchas madres llevaban una contabilidad creativa de los chapuzones y adaptaban la cifra a la baja dependiendo de las circunstancias particulares de cada familia (podían valer 13, 11 e incluso 9). Era algo parecido a lo que pasaba con el cómputo del tiempo de la digestión, cuya duración variaba en función del estado de ánimo de los mayores. En la playa, las matemáticas tenían más de ciencia oculta que de ciencia exacta.

Como mis padres trabajaban, solo los festivos y algunos sábados enterrábamos la sandía en La Puntilla. A eso había que descontarles los días de levante, los de los castigos, las mareas rojas de mi madre… Difícilmente podíamos llegar a la cifra mágica. Resumiendo: que por una cosa o por otra pisábamos menos la playa que Lawrence de Arabia.

¿Solución? Si los González Mendoza no podían ir a la playa, la playa iba a la casa de los González Mendoza. Por la salud de sus hijos unos padres hacen cualquier cosa. Hasta construir una sucursal de La Puntilla en plena calle San Sebastián. Para nosotros solos, como los ricos. Sacaban al patio el barreño de zinc en el que nos escamondaban los sábados, lo llenaban hasta arriba y se liaban a echarle sal. Las macetas recreaban los pinares y las Dunas de San Antón. Eran baños homologados que computaban para los quince. Nosotros disimulábamos, pero no era lo mismo, entre otras cosas porque para darse jogaillas  había que dominar el contorsionismo como Pinito del Oro y yo de niño tenía la misma agilidad que el perro de Heidi.

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El caso es que al final del verano, gracias a esa playa privada genuinamente familiar, juntábamos los quince baños recomendados por el médico. Nos daba un poco igual, la verdad. Entonces, uno se sentía inmortal y no nos asustaba la dureza del invierno. /Texto: Pepe Mendoza.

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Affiche-El-Puerto-de-Santa-MariaEse cartel promocional de las playas porteñas es de finales de la segunda mitad de los cincuenta del siglo pasado. La candidez del chiquillo de traza angelical que llena de arena dorada un cubo tumbado, con escudo municipal grabado y todo, es metáfora potente de lo que era en esos días la que resulta ser hoy la industria más decisiva para dejar atrás - de una vez por todas y de verdad- crisis, recesiones y demás pegajosas pesadillas de carácter económico.

Similares sensaciones de ternura nos asaltan cuando rescatamos de uno de los textos capitales de la bibliografía portuense, Puerto de Santa María. Ciudad de Historia y turismo, salido de la mano barojiana de don Manuel Martínez Alfonso, esta página que da cuenta de una visión de futuro que hoy leemos con la mirada con la que nos acercamos a una novela de ciencia-ficción de finales del XIX: con entrañable asombro y con respetuosa cordialidad.   /Texto: Ángel Mendoza). (Las imágenes que se reproducen a continuación pertenecen al libro de Martínez Alfonso).

“De hoy, en cambio, es la tercera industria portuense: el turismo.

De hoy, como tal industria. Pues bien antiguos e ilustres precedentes tienen las playas del Puerto como estación balnearia. Nada menos que los infantes Don Francisco de Paula y su esposa doña Luisa Carlota, con sus hijos, entre ellos Francisco de Asís, que luego sería rey consorte por su matrimonio con Isabel II, vinieron con su séquito y servidores –setenta y dos personas en total, sin contar las clases de tropa- a residir en el verano de 1822 al Puerto de Santa María; y hasta cuentan las crónicas de la Ciudad que les obsequió, complacida con su presencia, con un elegante baño flotante, y organizó en su obsequio todo un vasto programa de festejos.

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El Club Las Redes, en 1978.

De hoy, sin embargo, es la verdadera promoción turística de nuestra Ciudad. De hoy y, casi diríamos, de mañana; pues con ser ya firme y eficaz cuanto en este orden de cosas se ha realizado, las posibilidades turísticas del Puerto son tantas y tan buenas, que ofrecen par un futuro inmediato una amplia perspectiva de realizaciones, muchas de las cuales están ya en fase de programación.

Pero, para no adelantarnos a lo que tiene que venir, basta que centremos nuestros comentarios sobre lo que ya son espléndidas realidades.

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El paseo marítimo de Valdelagrana, en 1978.

En Valdelagrana, a la orilla izquierda del Guadalete, y en lo que hace pocos años sólo eran terrenos baldíos y playas deshabitadas, se extienden amplias zonas urbanizadas con viviendas unifamiliares, hoteles, residencias y torres de apartamentos, comunicadas por una red de calles y avenidas y enlazadas a lo largo de un hermoso paseo marítimo. Instalaciones comerciales, piscinas, pistas de Tiro Pichón y al Plato, Camping, Estadio Deportivo, completan, entre otras, las instalaciones de este maravilloso complejo residencial que, por otra parte, no ha hecho más que iniciar el desarrollo de sus inmensas posibilidades.

La antigua y tradicional playa de la Puntilla ha sido remozada, con nuevas instalaciones y más cómodos accesos, y construida ya la primera fase de un nuevo paseo marítimo, que llegará, por de pronto hasta la Punta de la Colorá, donde van a iniciarse las obras de un gran puerto deportivo.

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Vista aérea de la Ciudad en 1978.

Más al Oeste, y hasta el límite jurisdiccional de la Base de Rota, nuevas urbanizaciones con hoteles, chalets y bungalows se suceden a lo largo de la costa: Vista Hermosa, Las Redes, El Manantial, Fuentebravía…

El hotel de ese nombre, con su antigua denominación de “parador” y unas instalaciones por completo transformadas en la actualidad, fue el verdadero pionero del turismo portuense. Eran tiempos –todavía al alcance de la mano- en se iba a aquella playa en cascabelero coche de caballos. Por el camino –cinco largos kilómetros de curvas sorprendentes en medio de una rica vegetación- se cruzaba uno, a lo más, con un par de camperitos soñolientos, algunas muchachas deportistas que pedaleaban en su bicicleta y –eso sí- con el imprescindible carro de los cántaros, todo pintado de verde, que traía a los refinados de la población la provisión de agua, del fresco manantial de Fuenterrabía. Todo ello ha sido superado hoy, aunque lo digamos con cierta nostalgia. Pero en medio de este fecundo desarrollo turístico el Puerto vive hoy en nuestros días y ante las magníficas perspectivas de su todavía porvenir, todavía más prometedoras, bueno es traer aquí, modesta, sencillamente, el recuerdo de aquel “Parador” que sentó las bases del actual turismo portuense.”

'Puerto de Santa María. Ciudad de Historia y Turismo'. Manuel Martínez Alfonso. Editorial EVEREST. León, 1978

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José García Cote, en la Taberna Obregón.

José García Cote, hijo de los paterneros Vicente García y María Cote que vinieron a nuestra Ciudad a trabajar en el campo, nació en 1935 en El Puerto de Santa María en la casa palacio que existía anteriormente al edificio que alberga las actuales instalaciones de Mariscos Romerijo, es decir, hace 79 años, cuando sigue permaneciendo soltero. Es primo de ‘El Rubio’, el padre del alcalde, Alfonso Candón.

1935
Se funda la Bodega Obregón. Abre al público en junio el Cine Orpheo, en Puerto Escondido, permaneciendo funcionando hasta noviembre de 1941. En junio, Luis Cómpanys, expresidente de la Generalidad de Cataluña, ingresa en el Penal de El Puerto.  Era alcalde de la Ciudad, José Luis Macías Caro. Rafael Alberti le dedica la elegía ‘Verte y no verte’ a Ignacio Sánchez Mejías, ‘Poesía (1924-1930)’ y ‘Versos de Agitación’. Muñoz Seca estrena las obras ‘El Gran Ciudadano’, ‘Papeles’, ‘El rey Negro’, ‘La Plasmatoria’, ‘Soy un sinvergüenza’ y ‘Triple Seco’.

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El desaparecido edificio donde hoy se encuentra Romerijo, y donde en las dos puertas de la derecha se encontraba el antiguo Bar ‘La Draga’. Enfrente, cruzando la calle Jesús de los Milagros, el actual Bar ‘La Herrería, la antigua 'Draga' y el antiguo 'Dragón’.

Nacen el humanista Rafael Esteban Poullet. Nace el diácono Francisco Prieto Ramos, adscrito a la Parroquia del Carmen y San Marcos. Nace el corredor local Pedro Rizo Pérez, el pintor Luis Ortega García, José Alonso Martín. Muere el fundador de la Revista Portuense, Dionisio Pérez Gutiérrez.

ramonyesperanza_lourdestur_puertosantamariaMuere el Conde de Osborne, Tomás Osborne y Guezala, en posesión de este título pontificio desde junio de 1900. Su hijo, Ignacio Osborne Vázquez se hace cargo de la bodega hasta 1972. El 9 de enero de1935 fue enterrado en El Puerto de Santa María Tomás de Osborne y Guezala, Conde de Osborne. Se encontraba en posesión de este título pontificio desde junio de 1900. Estaba casado con Felícitas (sic) Vázquez, de cuyo matrimonio nacieron Elisa (casada en abril de 1917 con el Marqués de la Candía), Enriqueta,  María (casada en febrero de 1915 con José Gamero Cívico), Ignacio (casado en abril de 1921 con Ana María Vázquez Torres), José Luis (casado  doña Ángeles Domecq, hija del marqués de Casa Domecq) y Antonio. /En la imagen de la izquierda, el barco 'Ramón y Esperanza' pintado por Lourdes Tur, donde estuvo embarcado 'El Cote'.

BAJARSE AL MORO.
Pero volviendo a nuestro protagonista, José ha hecho de todo a lo largo de su vida laboral: marinero, cocinero, redero, faenas del campo, de las bodegas, conduciendo carros de marca (con mercancías desde el campo a las lonjas)… No acudió a ninguna escuela y de pequeño hacía pequeños mandados y encargos a Paco Rodríguez, del Bar Casa Paco: se crió en ese entorno de la plaza de la Herrería y el Parque. A los 11 años se quedó huérfano de padre y pronto empezó a trabajar, embarcado durante muchos años en el barco ‘Ramón y Esperanza’, de los Tur Tur, que bajaba a faenar a los caladeros de Marruecos. En cierta ocasión, por una grave enfermedad, tuvo que ser evacuado del barco en helicóptero hasta Canarias para ser tratado de una delicada intervención quirúrgica. También trabajaría en el campo y,durante muchos años, en los oficios de la vinatería, en las bodegas de los Gil.

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Busto hecho a palillo en la Academia de BBAA, de nuestro protagonista y que se encuentra expuesto en Bodegas Obregón, así como sus trofeos.

TABERNA OBREGÓN.
Ha hecho de todo a lo largo de su vida. Aficionado a los toros, llegó a tirarse como espontáneo en una corrida de toros en la Plaza Real, en medio de una faena del desaparecido diestro local Miguel del Pino. En la actualidad sigue colaborando en las Bodegas Obregón, donde hace de todo, desde algunos guisos a petición del respetable, cantiñea, pone una copa a algunos amigos y se arranca con algunos bailes, cuando procede.

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La Cruz de San Sebastián, entre las calles Santa Fe y Durango, en la actualidad y antes de la remodelación del espacio a finales del siglo pasado.

Tal es el título de la conferencia impartida en la noche del pasado jueves en el Palacio de Araníbar, por Miguel Ángel Caballero, técnico municipal de la Concejalía de Patrimonio Histórico del Ayuntamiento. La conferencia puso de relieve los numerosos elementos religiosos y espacios que se localizaban en el casco urbano, --algunos aún permanecen como reliquias, otras mas activos-- y en todo el territorio del municipio porteño, que hacen que se pueda hablar “de un espacio sagrado o territorio sacralizado”.

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En la imagen, al fondo, las murallas del Castillo de Santa Catalina, antes de la construcción de Puerto Sherry en 1984. En el solar que ocupan los restos del castillo de Santa Catalina se sabe que hubo una villa romana, con su alfar. También se encontraba la Ermita de Santa Catalina, de la cual no podemos establecer la fecha de fundación, si bien hay documentos que la mencionan en el año 1525.

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La Ermita de Santa Clara, según una interpretación de Faelo Poullet.

Miguel Ángel Caballero un detallado estudio de todos estos elementos, entre cruces y ermitas, que abarca un periodo comprendido entre el siglo XIII hasta el siglo XVIII. La charla se apoyó en la proyección de imágenes y dibujos esquemáticos. Entre los ejemplos que citó el ponente se encuentran varias ermitas, como las de San Cristóbal, Santa Catalina y a recientemente restaurada Santa Clara, entre otras muchas del término portuense.

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En un lamentable estado de abandono y deterioro, aún pueden verse hoy día los pilares de Las Cruces, en las proximidades de la entrada a los Depósitos de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir. de la Sierra de San Cristóbal. Las Cruces, entre las que discurría el viejo arrecife de la antigua línea de costa portuense, marcaban la separación de los términos municipales de Jerez y El Puerto y, al llegar a este punto, los viajeros procedentes de Jerez tenían a la vista el hermoso paisaje de las tierras de Sidueña  con la Bahía de Cádiz como telón de fondo. En las cercanías de Las Cruces, el Castillo de Doña Blanca. /Texto y Foto: García Lázaro.

En relación a las cruces, se nombraron la Cruz de Guía, las Cruces de la Sierra Cristóbal y la Cruz de San Sebastián --entre las calles San Sebastián y Durango, que aún perdura, casi desapercibida desde que fue apeada del soporte original--. La teniente de alcalde delegada de Patrimonio Histórico, María Antonia Martínez Valera, agradeció al público su participación en esta convocatoria y ha recordado que “la charla divulgativa de Migue Ángel Caballero también se ofrecerá durante el mes de agosto”, como otras programadas en dicho espacio cultural y turístico.

 

Para los porteños, como le gusta decir al amigo Morillo, que no residimos todo el año en El Puerto aunque si en la época del veraneo, que en mi caso se alarga casi a tres meses, El Puerto es una ciudad más atractiva que para sus residentes habituales y, a veces, no comprendemos las críticas que algunos hacen a su urbanismo: que si el deterioro del casco antiguo, que si la degradación de algunas zonas, que si los aparcamientos, etc. Antes al contrario para nosotros algunas de las peculiaridades de su urbanismo resultan curiosas y, a veces, atractivas  por singulares y se nos hacen muy ostensibles cuando paseando o en bicicleta las vamos constatando: porque no hay un Puerto, sino, al menos, cuatro.

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Vista aérea de la Tonelería de Huerta, en primer plano, el Hospitalito y la Prioral, en el casco antiguo. Valdelagrana no se había expandido aún, ni el muelle comercial estaba ampliado. /Foto: González y Hernández. 19 de junio de 1970.

En primer lugar, El Puerto de siempre, es decir el de nuestra niñez que queda dentro de un perímetro cuyos lados quedan acotados por la ribera del Rio, la calle Valdés, lo que era el ejido de San Juan con el límite que representaba el ferrocarril a Sanlúcar y, finalmente,  la antigua carretera general a Cádiz y la zona  de la Victoria. Es El Puerto de la cuadrícula y las calles a cordel, cuyos nombres son pura poesía cuando no son recuerdos de nombres de santos o de personajes ilustres, algunos paisanos.

Luego viene el Puerto crecido más allá de la Plaza de Toros –toda esa zona que llamamos Crevillet- y que, como reflejo de un urbanístico complejo de Edipo, abomina de la línea recta prefiriendo la curva y aun la quebrada y en el que, para seguir con los quiebros, resulta, además, habitual encontrase con una señal de contramano sin otra justificación que obligarnos a cambiar de dirección. Es el Puerto de nombres de calles casi imposibles de recordar por el noble deseo de perpetuar la memoria de gente corriente que fueron portuenses contemporáneos.

Nada tienen que ver los Puertos anteriores con la expansión por la costa Oeste y por el Norte, caminito de Jerez. Una nos recuerda el urbanismo anglosajón norteamericano y a veces pensamos si no estaremos pedaleando por un algún rincón del Estado de Florida; la otra es más bien de impronta hispanoamericana  y nos trae a la memoria las zonas periféricas de México distrito federal, aunque para que el parecido fuese más auténtico haría falta una maraña mayor de cables aéreos.

Y luego viene El Puerto de la otra banda, Valdelagrana, aunque próximo tan lejano que hasta tiene un obispo distinto y que no será de verdad El Puerto hasta que esté ultimado el cordón umbilical de esas pasarelas que debieran haber sido realidad desde hace medio siglo.

No hay un solo Puerto, sino cuatro o aun cinco. Cuando esa variedad ocurre en una gran urbe, su extensión hace que el fenómeno quede desapercibido. Cuando sucede en una ciudad mediana no hay lugar para el aburrimiento contemplativo. Por eso nos lo pasamos tan bien cuando callejeamos  por El Puerto. /Texto: José Luis García Ruiz

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En la mañana de hoy miércoles las hermanas Adelaida y Milagros Pérez Navarro han recibido de manos del alcalde, Alfonso Candón Adán, un diploma de reconocimiento municipal por el interés que muestran por todos los actos que se celebran en la Ciudad así como por su asistencia a los mismos. Ningún acto que se precie en El Puerto se puede celebrar sin que esas hermanas estén presentes en el mismo.

El primer edil les ha hecho entrega de un diploma enmarcado, insistiendo en que “sois muy queridas por la ciudadanía de El Puerto y hemos considerado que sois merecedoras de este diploma, porque hacéis de embajadoras de todo lo que acontece en nuestra Ciudad”. Además, Candón hace hincapié en que “os habéis convertido en parte de los organizadores de todos los actos, nos acompañáis allí donde vamos y a todo lo que os llega, y por eso entendemos que os habéis ganado este diploma”.

Un diploma que estas hermanas (ver nótula núm. 1.299 en GdP) han recogido mostrando su agradecimiento y entusiasmo, dando las graciasal alcalde y confirmando que seguirán acudiendo a todos los actos que se celebran y felicitando al primer edil por la amplia programación de actividades que se realizan en El Puerto, especialmente en verano, tanto de parte de la administración local como de las empresas o entidades que se suman a la misma.

Asimismo, el alcalde las anima a seguir acudiendo a todos los actos y actividades que se celebran, “porque se aprende mucho con esta programación a la que podemos asistir. Es bueno que otros portuenses os tomen como referencia y asistan también a todas las actividades que se ponen en marcha, porque estamos seguros de que es una oportunidad única de aprender, culturizarnos y conocer nuestra Ciudad”.

 

 

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De pie, de izquierda a derecha, Juan Miguel Selma, Javier Cobos, Manolo Lechuga, Jesús Bejarano, desconocido, desconocido, Juan Luis Morillo y Juan Carlos Jiménez Lavi. Sentados, Vicente Vela, Juan Cebrián, Juan Alejo, Javier Bejarano y Juan Poquet. Abajo, Javier Dandy. La foto está tomada al final de la temporada del verano de 1979 u 80.

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Son los socorristas voluntarios de la Cruz Roja del Mar, que por aquel entonces cubrían la vigilancia en playas entre el 15 de junio y el 15 de septiembre. A diario, salían desde el Real Club Náutico, donde dormían las embarcaciones --lanchas neumáticas zodiak con motor fuera de borda-- y se dirigían a las playas para dar servicio entre las 11:00 y las 20:00 horas. En todas las playas con el servicio, existía como mínimo una lancha con patrón y socorrista y un vigía. En Valdelagrana, dada su extensión y número de asistentes, la dotación era doble.

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