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chicuelo_puertosantamariaHace unos años tuve la oportunidad de saludar a Juan Mulet Martínez, pescador de 86 años natural de la localidad alicantina de Calpe, pero portuense de toda la vida, como él mismo reconocía. Formó parte de aquella colonia de alicantinos que arribaron por el litoral gaditano en el año 1.929. En la amena conversación comenzó a rememorar días ya lejanos pero de importante significación.
Aquel mes de Julio de 1.947 aún perdura en su memoria y, especialmente, porque se ahogó su hermano Toni, junto con cinco compañeros más en un naufragio a bordo del pesquero “Francisca Martínez”, conocido también como “La Blanca Paloma”, propiedad de Pedro Blanquer Giner. El siniestro se produjo porque fue abordado por un barco ruso que trataba en aquellos años de la posguerra de pasar el Estrecho de Gibraltar sin ser avistado. Precisamente de este suceso tenía yo referencias a través de mi hermano Rafael, pescador también, actualmente jubilado cuya memoria privilegiada ha contribuido en diversas ocasiones a aportarme testimonios, apodos, y momentos que difícilmente podría haber obtenido sin su apreciable colaboración.

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Joselete 'el Chopa'

Recuerdo que en 1.997, al cumplirse 50 años de la desaparición de “La Blanca Paloma”, me explicó mi hermano con todo detalle, lo difícil que le resultó a “Chicuelo” salvar al tripulante más joven del barco, “Joselete el Chopa”, que por aquel entonces tenía 12 años. En la vida refirió aquel incidente a nadie, ya que le resultaba tremendamente doloroso, aunque el “Chopa”, para el que siempre “Chicuelo” fue su héroe, relataba las grandezas de aquel salvamento, a pesar de haber perdido en el naufragio a su padre.
El historial de mi entrañable Francisco García Ríos, “Chicuelo”, es perfecto, sin comparación. Es muy poco probable que un pescador haya alcanzado tanto respeto y admiración por parte de sus compañeros y amigos. Embarcaciones como las portuenses “Cristo del Sudor”, “Mari Toni”, “Paco Rota” y “Pepe Carlos” fueron capitaneadas por su sapiencia marinera e igualmente estuvo como patrón de costa en los buques “Elvira” y “María Sibón” de los empresarios gaditanos Paredes y Sibón.
“Chicuelo” trabajó durante su vida profesional tanto en Marruecos como en los caladeros nacionales y conocía, sin necesidad de los sofisticados medios técnicos actuales, las navegaciones del litoral andaluz y de las costas marroquíes. Su gran pasión era la búsqueda de bancos de peces y lo agradable que le resultaba de regreso a tierra firme compartir con sus tíos “Pacote” y “Manguera” en aquel inolvidable cuarto de redes del “Tecle”, en la Bajamar de su Puerto, sus vicisitudes en alta mar.

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Embarcación 'Cristo del Sudor' que fue patroneada por 'Chicuelo'. (Foto Colección VGL).

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El muelle pesquero y la antigua lonja, en todo su esplendor. (Foto Colección A. Leveque).

A “Chicuelo” tuve la inmensa suerte de conocerlo más de cerca cuando se jubiló en 1975, y de haber recibido por aquel entonces su amistad. Continuamente relataba anécdotas de sus andanzas marineras y cómo detallaba con su gracejo particular que había constituido su propia cuadrilla en clara alusión a su apodo torero. Falleció en Cádiz hace algunos años y siempre lo tendré en mi memoria porque no es muy normal vivir con personajes de la talla y humildad como el bueno de “Chicuelo”.
(Textos: Antonio Carbonell López).

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Fotografía del paseíllo en el coso del Mesón el Jerezano, domingo 29 de abril de 1973.  De izquierda a derecha: José Luis Benjumeda Molleda, Marqués de Pezagua; José Luis Galloso y Manuel Gutiérrez Morillo, Manolito ‘el Cochino’. Detrás de Neno, Marqués de Pezagua; Luis Sánchez y Sánchez, ganadero portuense y gran colaborador del festival. Un poco más retrasado Pepe Acosta, esposo de Ana Mari Devesa. Antonio Agarrado Lobato. Atrás de Manolito ‘el Cochino’. Francisco Ruiz Muñoz, Paco 'Betordo’ conocido empresario porteño gaditano que tenia en los años 70, en la Casa de la Aduana, próximo al Bar La Lucha un establecimiento de utensilios marineros. Viajero empedernido, dió  varias vueltas por el mundo. Personaje muy querido por la gente de la mar y en el plantel de jugadores y directivos del equipo de futbol del Racing de los años 70. Por último, después de ‘Betordo’, Trujillo. (Foto Carretero).

En aquel Viernes Santo del 20 de abril de 1973, se mezclaron llantos y emociones y un costalero del paso de palio que al llegar al muelle pesquero fue requerido urgentemente para que acudiera al nacimiento de su primogénita. Por aquel entonces se pagaba por parte de las hermandades para salir de costalero y las necesidades y el hecho de dejar a sus compañeros el trabajo hizo que continuara su labor hasta la recogida del Nazareno. Alfonso Terry Muñoz, Hermano Mayor de la Fervorosa, Ilustre y Antigua Hermandad y Cofradía de Nazarenos de Ánimas de San Nicolás de Tolentino, Nuestro Padre Jesús del Nazareno, María Santísima de los Dolores, Orden Tercera de Servitas y Santa Cruz de Jerusalén, quedó impresionado por el comportamiento del costalero y cuando fue informado de las necesidades familiares, entre las que destacaba que no contaba con una vivienda adecuada, sugirió la posibilidad de ayudar a la familia del cargador.

Se puso manos a la obra con las tareas de recaudar fondos y un día después recaló por el Rincón de Neno en Valdelagrana, donde por cierto se encontraba Manuel Gutiérrez Morillo, Manolito ‘el Cochino’. Alfonso Terry, explicó detalladamente a José Luis Benjumeda Molleda, Marqués de Pezagua, (Neno) lo que había sucedido el Viernes Santo, contando con el beneplácito de Manolito ‘el Cochino’ que había presenciado la proeza del costalero.

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Galloso, el Marqués de Pezagua y Manolito ‘el Cochino’.que recibía la ‘alternativa’ Se puede ver a la derecha de la foto a Paco Bernal Peregil, Paco ‘Ragel’, mozo de espada del torero José Luis Galloso. Arriba, entre el público, José González Pereira, Maruja Forte, Ana Mari Devesa Sánchez, Aída Horh. (Foto Carretero).

El Marqués de Pezagua, asombrado sugirió la idea de celebrar un festival taurino a beneficio de la familia. Y dicho y hecho. Sin demora, conectaron aquella misma noche con el torero José Luis Galloso que se ofreció actuar como director de lidia poniendo a disposición de la organización su cuadrilla. Ante la grata presencia del matador Galloso, el Marqués se ofreció a torear y reaparecer de nuevo en un festival. La primera vez lo hizo en la Plaza Real el día 30 de mayo de 1944, y salió a hombros. Manolito ‘el Cochino’, se adjudicó rápidamente un puesto y se incorporó a la terna. Las cuadrillas correspondientes estaban formadas, por pescaderos de El Puerto y Jerez, la del ‘Cochino’ y la del Marqués de Pezagua, cliente asiduos, conocidos como goteras, también de las dos ciudades hermanas.

Ya con el cartel configurado, Alfonso Terry Muñoz, seguidamente se entrevistó  con el ganadero portuense Luis Sánchez y Sánchez, esposo de la rejoneadora jerezana Emi Zambrano, quien además se donar tres novillos se brindó a ir de subalterno del Marqués de Pezagua.

El domingo 29 de abril, nueve días después de la salida del Nazareno y de la más que destacable acción del costalero, José Luis Galloso, que ya había comenzado su temporada taurina, tomó el mando y decidió que se abrieran las puertas del coso taurino del Mesón del Jerezano, situado por aquel entonces en la carretera de Fuenterrabia,  donde más tarde estuvo ubicada la discoteca Pachá-05. Lleno hasta la bandera. El paseíllo se inició a las cinco de la tarde en un día esplendido y resulto bonito y muy profesional.

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Final de los festivales taurinos-benéficos campaña costalero. De izquierda a derecha: Alfonso Terry, Neno y Manolito ‘el Cochino’. A José Luis Benjumeda Molleda, Marqués de Pezagua y Neno para los amigos, se le nota cansado después de la lidia y de la otra hazaña, más sonada que la del coslatero: La de una buena acción por una causa justa con final feliz.

El maestro Galloso, se mostró entregado toda la tarde, especialmente con el festival benéfico y muy pendiente de sus compañeros de lidia. Después de una destacable actuación y de matar de manera genial a un novillo bien hecho y bravo le cortó las dos orejas y el rabo.

Manolito ‘el Cochino’, estuvo a gusto con el novillito. Era la primera vez que toreaba y pocos confiaban en que consiguiera acercarse al torito. Sin embargo, dio unos muletazos bastante aceptable y fue muy aplaudido al final de la faena por sus incondicionales.

José Luis Benjumeda  Molleda, Marqués de Pezagua, se fue a porta gayola y pegó dos medias largas de rodillas muy ajustadas que pusieron la piel de gallina.  Toreo al natural con empaque, pero lo mejor fueron varias buenas tandas de muletazos con ambas manos entre aplausos y olés. Dominio, arte, temple, suavidad que hizo que el maestro Galloso lo felicitara efusivamente cuando el novillo desaparecía del coso del Mesón el Jerezano.

Ante el asombro de Manolito ‘el Cochino’, el Marqués de Pezagua daba una vuelta al ruedo con las dos orejas y el rabo del único novillo lidiado y bien ejecutado debido a que Pepe Neno, estuvo al quite y pudo hacerse con los trofeos del matador Galloso.

Hubo espectáculo, eso si, con la actuación posteriormente de Don Mendo y sus Mendas Lerendas (1973) 1º Premio de Cuartetos Original de M. Rosales "Agüillo"  con el Peña y 'el Masa', dos genios gaditanos universales y una berza para mojar pan y chuparse los dedos y todo por mil pesetas de la época.

Salió todo a pedir de boca. Memorable y algunas pesetas que se llevó Alfonso Terry Muñoz, Hermano Mayor del Nazareno, para entrada de la casa del costalero.

EL SEGUNDO FESTIVAL.

Hubo un segundo festival, en Vista Hermosa en la placita del Picadero, pero no tuvo la brillantez del primer espectáculo y tampoco la asistencia de público. Segundas partes nunca fueron buenas, comentaba el Marques de Pezagua y no se equivocó. Se celebró en septiembre de 1973 y Alfonso Terry Muñoz acompañó a Neno y al ‘Cochino’ en el cartel que resulto descafeinado. Se salvó el festival por la celebre ‘Fila cero’.

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Fotografía de un desplante de José Luis Benjumeda Molleda, Marqués de Pezagua,  en el coso del Mesón el Jerezano. De izquierda a derecha: Antonio González Sabio, peón de confianza de Galloso el Marqués de Pezagua, Guillermo Valero y Paco Bernal Peregil, Paco ‘Ragel’, mozo de espada de Galloso. Increíble el quite del bueno de Guillermo Valero. Arriba Se puede ver a un jovencísimo Pepe Neno. Esta fotografía, casi año y medio después, tuvo dedicatoria especial del prestigioso periodista taurino Juan Fuente, que reproduciomos a continución. (Foto Carretero).

¡Que desplante, madre mía!
“Ni mi “hermano” lo diría
que estas cosas pueden verse
en El Puerto!
¡Puerto de Santa María!

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Paseíllo en Vista Hermosa en la placita del Picadero. Neno, Alfonso Terry Muñoz, Hermano mayor de la Hermandad del Nazareno y Manolito ‘el Cochino’. Aquel día acudió la Cruz Roja como se puede observar al fondo parte izquierda de la fotografía

Textos: Antonio Carbonell. (Fotografías: Colecciones de Manuel Gutiérrez Castro y Pepe Neno). Si alguien está interesado en ver el álbum completo del primer festival puede dirigirse al  Rincón de Neno, en Valdelgrana.

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Carmelo Delfín López es un porteño de los nacidos en Cádiz. Vio la luz en la calle Manuel Rancés 19, el 9 de marzo de 1935, hijo de José y Carmen y muy vinculado con el mundo del mar, pues su padre fue Patrón Mayor de la Cofradía de Pescadores de nuestra Ciudad. Estudió en los Marianistas de la capital gaditana durante 11 años. Sin antecedentes familiares en la medicina, decidió estudiar dicha carrera pues desde pequeñito siempre tuvo muy claro que quería ser médico. Tal es así que, con 18 años empieza a colaborar en la Clínica San Rafael de Cádiz, del Dr. José Manuel Pascual Pascual. Al terminar la carrera hizo la especialidad de Traumatología, habiendo sido alumno y médico interno por oposición de la Cátedra de Fisiología de la Facultad de Medicina de Cádiz.  Es vicesecretario general del Colegio Oficial de Médicos de la provincia, puesto en el que lleva 16 años, colegiado con el número 1144. Está en posesión de la medalla al Mérito Policial y fue Rey Mago (rey negro) en 1998, junto a Ramón Ruiz y Emilio Flor.

lawrenceLAWRENCE DE ARABIA.
Hizo el servicio militar en el reemplazo de 1961, como soldado médico, en el Regimiento de Melilla 52. Previamente había estado en el Campamento de Instrucción de Huercal Overa, en Almería, donde conoció y coincidió al que más tarde sería Comisario de Policía de El Puerto y Jefe de la Policía Local, José Díaz Otero -que hoy vive jubilado en nuestra Ciudad-. Precisamente en el puerto de Almería, previo al embarque para su destino en Melilla, tuvo oportunidad de ver los decorados, atrezzo y demás materiales que se habían usado para el rodaje de la película Lawrence de Arabia (en la imagen de la izquierda) y algunos aspectos del film rodado en nuestro país. Luego en Melilla coincidiría otras veces con el Teniente Díaz Otero. En esta película actuó como extra junto a su regimiento, el general en la reserva Francisco Lena Pacheco, padre de la ceramista local Pepita Lena.

Como ya hemos señalado, imbuido por su vinculación familiar con la Pesca y el mundo de la mar, llegó a ser Inspector Médico del Instituto Social de la Marina. En el año 1966 fue nombrado cirujano traumatólogo de la Sociedad Española de Construcción Naval de Puerto Real, en la que estuvo durante 31 años, hasta 1997. En 1972 obtuvo, por concurso oposición la plaza de Jefe de Equipo de la especialidad de Traumatología en la Escuela de la Seguridad Social cesando, a petición propia en 1993, tras 21 años de ejercicio de dicha responsabilidad.

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La Clínica Santa María del Puerto, antigua del Dr. Frontela, vista desde la calle Pintor Juan José Bottaro.

EL HOSPITAL SANTA MARÍA DEL PUERTO.
En 1987 la empresa de José Manuel Pascual Pascual adquiere  el hospital conocido como del Dr. Frontela, tras varios años cerrado. Eran los tiempos en que los niños tenía que nacer en Cádiz porque en nuestra ciudad no contábamos con una clínica. En aquel año de 1987 fue nombrado director médico, puesto en el que continúa en la actualidad.

De pequeño venía mucho por El Puerto ya que su padre fue Patrón Mayor de la Cofradía de Pescadores en 1947, al que acompañaba. «--Me enamoré de aquella -por entonces- pequeña Ciudad, con el Resbaladero de Maximino, La Lucha, ... y tantas cosas buenas como ví que me dije: “Algún día viviré, trabajaré y moriré en El Puerto”». Y sus pensamientos se hicieron realidad pues, desde 1983 vive en Vistahermosa en una casa concebida en principio para los fines de semana y el veraneo y luego se construyó una segunda, próxima a la primera y más reducida,  cuando los hijos empezaron a disgregarse del techo familiar.

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Recibiendo de José Manuel Pascual Sánchez-Gijón un reconocimiento por aquel entonces por sus más de  25 años de servicios prestados a la empresa de hospitales José Manuel Pascual Pascual, en presencia de la viuda del fundador de los hospitales.

LA FAMILIA.
Carmelo se casó con Margarita Martínez de Salazar Bascuñana, el 8 de diciembre de 1964, llegando a formar una familia numerosa de entonces -Familia de 1ª- con cinco hijos. Su hijo Carmelo, economista de profesión, presta sus servicios en el Ayuntamiento como responsable de la Recaudación Muncipal. El segundo, médico, estudia la especialidad de cirujía en Portugal; el tercero es abogado; el cuarto economista también, y la quinta, Psicóloga, reside en Madrid.

En El Puerto ha conocido a casi todos los alcaldes del periodo democrático, con los que, afirma, haber mantenido buenas relaciones con todos ellos.

alberti4ALBERTI EN ELHOSPITAL.
En enero de 1996 Rafael Alberti ingresaba --lo haría una vez más-- en la Clínica que dirigía el Dr. Carmelo Delfín. Aquello fue un revulsivo para el hospital y para la Ciudad. El poeta más universal, único superviviente de la generación de 1927 era noticia para los medios de medio mundo. La presencia de televisiones, radios, periodistas y las llamadas desde cualquier lugar del mundo -recibieron llamadas de Radio Shangai (China)- hizo que la vida del hospital se alterase porque había que atender a esos medios. Las televisiones exigían tres partes diarios antes las cámaras. El alcalde de la Ciudad ordenó acicalar el entorno de la clínica ante la cierta avalancha de medios que se deplazaron a El Puerto y la imagen que podrían proyectar del mismo...
Fueron unos días complicados, trabajando y haciendo de portavoz del equipo médico,  a petición de los periodistas que agradecieron y por escrito las facilidades dadas por el hospital para poder cumplir con su trabajo.

antonioguterres_puertosantamariaOtro ilustre visitante del Hospital lo ha sido el que fuera primer ministro de Portugal, Antonio Guterres, ex-presidente de la Internacional Socialista y Alto Comisario de las Naciones Unidas para los Refugiados quien, durante su estancia en El Puerto en un veraneo en Las Redes, tuvo que desplazarse a la clínica a visitar a un familiar suyo allí atendido y de quien el Dr. Carmelo Delfín guarda un grato recuerdo por su amabilidad y educación quien llegó a regalarle un libro. Conserva una anécdota del día que se marchó de El Puerto pues pasó a despedirse, alabando lo tranquilo del hospital. Lo que no sabía el entonces primer ministro luso era que media hora antes un trastornado mental, llevado poco antes por la policía, había querido suicidarse desde los pisos altos. Carmelo tuvo que hacer uso de su fuerza y agarrarlo para evitar que cometiera el desaguisado que anunciaba.

carmelodelfin_juanlara_puertosantamariaEL MÉDICO PINTOR.
Como ya hemos señalado, el padre de nuestro protagonista había sido Patrón Mayor de la Cofradía de Pescadores y coincidió con el pintor de la luz, Juan Lara quien, a la sazón trabajaba como personal civil en la Ayudantía de Marina. Se hicieron muy amigos y como prueba de aquella amistad Lara le regaló a José Delfín un aguafuerte. (En la imagen de la izquierda, manuscrito de Juan Lara dirigido a nuestro protagonista tras su estancia en el hospital).

Pasados los años, nuestro médico y nuestro pintor, coincidieron en el Aula de Cultura de Vistahermosa y allí se dieron un abrazo después de tantos años. Juan Lara sabía que el médico, aficionado a la pintura, había dejado de pintar. Más adelante, recuperado el trato y viendo un cuadro del Dr. Delfín le dijo: «--Carmelo, tu eres pintor y por tanto debes pintar. Mañana por la tarde te espero en el jardín de Cecilia Ybarra con caballetes, lienzos y todo lo necesario para que pintes». Y dicho y hecho. Juan Lara le dedicó su libro de memorias “Mis Recuerdos” con la siguiente dedicatoria: “A Carmelo Delfín, mejor médico, mejor persona y mejor pintor".

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"La Calita", óleo sobre lienzo tomado del natural. Carmelo Delfín. Año 1997.

Carmelo, que sigue encantado y feliz de vivir en El Puerto llegó a exponer hace tres años una muestra de su obra pictórica en el Castillo de San Marcos. Oleos, acuarelas de marinas -se vendieron todas- incluso una perteneciente a un lote de cinco que su mujer no dejaba salir de casa y que se expuso de forma equivocada. Le gusta pintar del natural, al aire libre y los rincones de su jardín ya los tiene amortizados de aparecer en sus cuadros. El médico pintor es un hombre que exuda bondad y tranquilidad, desde la atalaya de un oficio en el que ha tenido que aliviar los sufrimientos de los demás con la fortaleza de un gaditano enamorado de El Puerto.

Jubilado a principios de 2012, fallecía a la edad de 84 años a finales de octubre de 2019.

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antonion_puertosantamariaAntonio Romero García, ‘Antoñón’, nació a finales de la década de los años 20 del siglo pasado y vivió en la Casa de la Aduana (antigua Fábrica de Arguardientes y Licores), teniendo su cuartel general instalado en el restaurante Guadalete; precisamente su puerta trasera daba al patio de su casa, todo ello próximo al muelle y Lonja Pesquera de esta banda. Fue un hombre honesto muy querido por la marinería que durante la época de esplendor de la flota llegó a tener bajo su dirección como guardián, al grupo más numeroso de unidades pesqueras. Falleció a la edad de 61 años, a finales de los años 80 del siglo pasado, casi al mismo tiempo que comenzaba a perder unidades la flota pesquera porteña. Pero su impronta y su boina todavía se recuerdan por la Bajamar de El Puerto. Al recordarlo, nos viene a la memoria, igualmente, otro gran experto guardián, Joselito “Baltasar”.

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Mediados de los años 40 del siglo pasado en el Parque Calderón, a la izquierda ‘Antoñón’ y a la derecha Vicente Gómez Meseguer, Vicente ‘el Borriquete’ quien fuera patrón de pesca del recordado pesquero ‘Paco Rota’. Excelente lobo de mar que vivió muchos años en la Avenida de la Bajamar en la casa donde se encuentra en la actualidad el Bar ‘La Gaviota’, ultima enseña de lo que fue el sector pesquero de esta banda… No era nada extraño ver en el muelle pesquero a animales, como el perro que aparece en la fotografía. Este en particular tuvo que ser muy destacable. Hoy, las normas sanitarias prohíben que los animales deambulen por las instalaciones pesqueras, especialmente en la Lonja de Pescado.

EL NAUFRAGIO.
Su familia estaba relacionada con la mar. Su padre, Manuel Romero Castellano y su hermano Manolin, con apenas 9 años, perecieron ahogados en la barra en 1947, cuando navegaban en un bote en busca del jornal para la familia. Antoñón, que contaba con 18 años, poco pudo hacer por los suyos ya que de milagro salvó su vida, llegando exhausto a la orilla de esta margen del río. Pues resulta que antes de construirse los espigones de Levante y Poniente en la desembocadura del río Guadalete, obras que finalizaron en 1970, gracias al Ingeniero, don José Antonio Español Caparrós, la entrada de arenas que arrastraban las corrientes litorales y formaban la barra en la boca del río provocaba muchos accidentes y naufragios. Cabe recordar a las embarcaciones:. “Santa Inés”; “Josefa Caturla” ‘Ojos vedes’ y la última embarcación que se hundió  “Santa Teresa” en la que murieron siete pescadores ahogados.

Antoñón rara vez refirió este triste acontecimiento, pero ello lo marcó de por vida prefiriendo desde entonces quedarse en puerto trabajando como eslabón de la cadena productiva de pesca pero sin salir nunca más a pescar, afrontando la situación y ayudando a su madre, Milagros García Cuadrado y a sus tres hermanas, evitando que pasaran mucha hambre y mucha necesidad.

GUARDIÁN DE BARCO.
Excelente profesional en tareas de guardia y custodia de la flota pesquera porteña anclada a puerto. La figura de guardián de barco la engrandeció ‘Antoñón’, sin ningún género de duda. No solo protegía los enseres de pesca y las pertenencias de los pescadores, sino que además estaba siempre presto a achicar para garantizar la flotabilidad del barco ante cualquier situación de inundación.

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Barcos abarlobados en el antiguo muelle pesquero. Instantánea tomada el 2 de enero de 1976. (Foto Rafa) (Colección JMM).

Ágil y experto en pasar de un barco a otro cuando se abarloaban, seis y siete unidades, ocupando las márgenes de las dos bandas, casi rozándose en algunas ocasiones y en determinadas zonas.

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Finales de los años 50 del siglo pasado. En la margen derecha del río, donde hoy están ubicado los aparcamientos de Bajamar, ‘Antoñón aparece en el centro de la fotografía con gorro militar y un grupo de compañeros de las empresas auxiliares de la pesca: Chabolero, cajero, mozo y dos niños allegados. El del centro, fila superior con boina, es Manolo ‘el Huevo’ que  fue empleado de la Junta de Obras de Puerto.

Sin embargo, lo más destacable era la confianza que siempre tenían depositada en su persona los armadores y patrones de pesca a quién le delegaban, mientras iban a tomarse un refrigerio al Guadalete, Bar La Lucha, a la trastienda del Almacén Los Caballos de Nicanor, el cuidado de los lances de sus barcos (capturas de pescados y mariscos) cuando regresaban del moro o de ‘allá abajo’. Aquellas subastas en la Lonja, más próxima al pueblo, se celebraban a las 4 de la tarde y posibilitaba un trasiego constante de personas desde las primeras horas del día buscando un ranchito de pescado, propiciando que ‘Antoñón’ comentara  “--que cantidad de primos y amigos aparecen cuando los barcos arriban a puerto…

EL HABLA DE ANTOÑÓN.

Cuando las circunstancias lo permitían, ’Antoñón’ formaba parte de la tripulación de tierra allá donde fuera, no sólo con Manolito ‘el Cochino’, sino también con armadores y patrones de barcos, porque contaban con su confianza, discreción  y, sobre todo, su saber estar. No era nada extraño verlo viajar a  Madrid, Alicante, Calpe, en viajes de descanso o de trabajo a los astilleros, utilizando la jerga marinería y actuando de la misma manera que en su habitat natural, como es el caso  que comenta ‘Vigía’ en la nótula de Manolito ‘el Cochino’: “llamaba a los semáforos boyas cuando iba con Manolito ‘el Cochino a Madrid, en el taxi de Carmelo”. Del mismo modo, por ejemplo, “Buen lance compadre”; “Vaya calamento”; “que pedazo de Popa”… Además, si las condiciones eran adversas: “Vaya enfangá”; “se me ha ido el pescado por debajo del plomo”; “llevo dos días sin escucharlo”; “cuidadito por estribor o por babor, proa o popa”, dependiendo por donde podía venir el peligro cuando ‘navegaba’  en tierra…

AFICIONADO CADISTA.
En vida fue un acérrimo defensor de los colores amarillos, su Cádiz de sus alegrías y penas. El ser aficionado al futbol era más que suficiente para entablar una conversación con ‘Antoñón’. Los más viejos del lugar todavía recuerdan las tertulias futbolísticas que se organizaban los lunes en el Restaurante del Guadalete.

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Finales de los años 60 del siglo pasado, ‘Antoñón’ en la Cruz de los Caídos que se encontraba hasta hace poco en la calle Micaela Aramburu, en la plaza de Cristóbal Colón, enfrente de la Cruz Roja, con Juani Chico y Eugenio Espinosa Palacios, conocido por ‘Nono’ del Restaurante El Guadalete. Los tres tenaces defensores del equipo del fútbol gaditano. Se desplazaban al Ramón de Carranza a ver todos los partidos del Cádiz CF y no tenían desperdicios las tertulias de los lunes en el Restaurante El Guadalete.

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A mediados de los años 70 del siglo pasado, Antoñón en la Feria de Crevillet, caseta de la Ostrea, con José González Narváez, Pepe ‘el Panadero’, propietario que fue de la Panadería La Pajarita en calle Cañas y Pozuelo, así como de los pesqueros “Playa de Valdelagrana” y “Hermanos González”. ‘Antoñón’ fue guardián de los barcos y persona muy allegada a la familia de Pepe ‘el panadero’. (Fotos: Colección Uchi Romero García)

(Textos: Antonio Carbonell López).


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manolitoelcochino_puertosantamariaManuel Gutiérrez Morillo, Manolito ‘el Cochino’, sin duda alguna uno de los mejores pescaderos (para muchos el mejor) que ha dado El Puerto.  En el mundo del pescado sus facultades innatas y, sobre todo, su generosidad han hecho posible que como porteño sea muy querido y conocido allende nuestras fronteras. El apodo le viene por su bisabuelo, pescadero también como su abuelo y Gabriel, su padre. Su bisabuelo enfermo de viruela quedó con las secuelas de la misma dejandole  unas marcas características sobre la superficie de la piel.  Los pescaderos se sorprendieron y, claro, el cachondeíto de la tierra: “--Está más feo que un cochino.” Nació en la Calle Pozuelo, frente a la desaparecida Sala Pozuelo y se crió con su madre y sus hermanos, a quienes ayudó todo cuanto pudo, circunstancias adversas, ocurre en las mejores familias, hicieron que la figura de su tío Manolo, hermano de su padre, fuera determinante en el devenir de Manolito ‘el Cochino’. La generosidad de la que siempre ha hecho gala es fruto del trato y el cariño de su tío que fuera quién le abriera las puertas al negocio del pescado. (En la fotografía, Manolito ‘el Cochino’ cuando comenzó en el puesto de pescados en la Plaza de Abastos. Puesto que compraría a su tío Manolo y al padre de Pepe Romerijo a finales de los años 50 del siglo pasado).

EL MUNDO DE LA MAR.
Curiosamente la vida de Manuel, al menos en sus comienzos, tiene bastante similitud con la de los pescadores. Las necesidades familiares obligaban a los menores con edades comprendidas entre los 12 y 14 años a zarpar para faenar en alta mar y emprender una trayectoria que no abandonaban durante su vida. En su caso, su madre María y sus hermanos, Josefa, Inés, Carmen y Gabriel precisaron de su trabajo para subsistir. Sus comienzos no fueron nada fáciles. Sus primeros trabajos vendiendo naranjas y agua en la playa y de aprendiz en las Bodegas de Osborne. Durante el servicio militar comenzó a exportar pescados en el mismo tren que lo llevaba a San Fernando, incluso algunos fines de semanas llegaba hasta Córdoba.

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Fotografía tomada en la Feria de Primavera en Crevillet. De izquierda a derecha: Juan Luis Carrillo Lucero, empresario pintor; Vicente Arníz Arévalo, apodado 'Vivi', empresario electricista; Manolito 'el Cochino'; Antonio Sánchez Cortés, sibarita, con un mazo de tickets en la mano; Adolfo Sibila, director de Empresa Consignataria de Buques y Pepe Romero Zarazaga, Pepe de Romerijo.

EL PUESTO EN LA PLAZA.
Una vez licenciado, inicia su andadura en el Mercado de Abastos, gracias a su tío Manolo que le abre de par en par sus puertas en el puesto de pescados que en sociedad tenía con el padre de Pepe Romero Zarazaga, Pepe Romerijo, con nótula propia en Gente del Puerto, situación que le permite conectar con el público y asistir diariamente al muelle pesquero a la subasta de pescado recién extraído de la mar…

A finales de los años 50, después de la muerte de su tío Manolo, compra el puesto de pescados y emprende una extraordinaria labor relacionada con la comercialización de pescados y mariscos que permite en 1963 abrir en sociedad, con su intimo amigo Pepe Romerijo, un nuevo puesto de pescados en la Placilla, frente a la Frutería de Agustín Vela Mariscal.

Miguel Pineda Martí, armador del pesquero ‘Pascual Baldo’ con nótula propia en Gente del Puerto 99, tenía un Biscuter (era un coche considerado una de las pequeñas joyas de fabricación española en los años 50, nacida en una época en la que la falta de materias primas aumentaba el interés por los vehículos de pequeño tamaño y moderado consumo), e iba con Eugenio Espinosa Palacios, ‘Nono’ del Restaurante Guadalete a comprar pescado a Sanlúcar de Barrameda. En varias ocasiones se encontraron por la carretera a Manolito ‘el Cochino’ que se desplazaba con ciclomotor denominado Velosolex, (bicicleta con un motor delante encima de la rueda, de 25 kilogramos de peso, un depósito de un litro de capacidad, y menos de un caballo de potencia, la Velosolex podía recorrer 100 kilómetros a una velocidad de 27 kilómetros la hora). Manolito ‘el Cochino’ que compraba algún pescado para el puesto pedía el favor a Miguel Pineda para que lo trasladara en el Biscutex, a lo que accedía cada vez que se lo encontraba. ‘El Cochino’ empezaba con el puesto…  ¡Iba y venia con una Velosolex!

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Fotografía tomada a principios de los años 60 del siglo pasado en un Fin de Año. De izquierda a derecha: Milagros Castro Utrera, Manolito ‘el Cochino’, Juan Luis Carrillo Lucero y su esposa, María del Carmen Álvarez Serrano, conocida por ‘Puchi’ hija de Rafael Álvarez y cuñada de Ricardo Palacios Mena, de Vulcanizados Ricardo SL, fallecida recientemente.

SUBASTADOR DE PESCADOS.
La continuidad en el puesto de pescados  de la Plaza de Abastos y la ayuda en el puesto de la Placilla por parte de su hermana Carmelita y posteriormente la de su esposa, Milagros Castro Utrera, consolidaba sus conocimientos comerciales. Si bien, al principio, no todo fue fácil, ni mucho menos ya que su mujer, Milagros Castro Utrera, de profesión costurera, tuvo que continuar trabajando en su actividad y más tarde en el puesto de pescado de la Placilla, una vez que su cuñada, Carmelita, se casara. De la misma manera, el hecho de permanecer en el muelle pesquero observando las descargas del pescado, el trasiego y los entresijos diarios de la cadena comercial de la actividad pesquera, hicieron que se especializara, en un principio, como subastador de los barcos que se conocían como Juanelo, barco de pesca de pequeño calado y eslora y de un solo palo.

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En su hábitat natural: en la Lonja del Pescado en esta Banda o Margen Derecha,  mediados de los sesenta del siglo pasado. De izquierda a derecha: Manolito ‘el Cochino’, José Gutiérrez conocido como Pepe ‘El Chofer’, exportador de pescados; Juan Hernández Navarro, vendedor de pescados; José Fernández Bernal, Pepe ‘Chiquete’, subastador de pescado y Pepe Romerijo. De espalda Tomas Cervera, exportador de pescados.

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Fotografía con el cabo de Celadores-Guardamuelles, en Ribera del Río, 30, encima del Bar Puente; era una especie de patio o descansillo de la entrada del piso de Manolito Arniz, cabo de los Celadores-Guarda muelles y padre del pintor Paco Arniz, quien celebraba el bautizo de su hija Tere. Corría el año 1964.  Entre los invitados, vecinos, amigos y familiares, segundo por la izquierda José García Cruz, el que esta agachado, Ramón Quero Llerandi, padrino del bautizo, Manolo Arniz, con botella y bandeja con copas, a su derecha.  Manolito ‘el Cochino’. Quizás el de la derecha fuera Diego Pantoja del Puerto (el de Muebles Pantoja).

Años antes de que comenzará la expansión de su negocio, gracias a la labor que llevó  a cabo con la flota pesquera onubense conocida en la jerga marinera porteña como huelvana, la simpatía, el saber y la cortesía del ‘Cochino’ hizo posible un trato especial por parte de los Celadores-Guardamuelles de la Junta de Obras de Puerto: Luis Sánchez, José Hidalgo Luque, conocido por ‘el Viejo'; Roque, Lore, Ricardo, Niño José, Vicente Morató, Manolito Arniz, padre del Pintor Paco Arniz. Recuerdo que a mediados de los años 60, construidas las viviendas de la Rotonda de la Puntilla para el personal de la Junta de Obras de Puerto, se ofreció a trasladar con su furgoneta DKV el mobiliario y enseres de las familias de los Celadores-Guarda muelles.

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Finales de de la década de los sesenta del siglo pasado. De izquierda a derecha: Pepe Romeijo, su primera esposa y madre de sus hijos, Lola Sánchez de la familia Balcon de El Puerto; Milagros Castro Utrera, esposa de 'el Cochino’; Manolito ‘el Cochino’, Lola Flores, 'la Faraona', Lete y Pepe Bigote Jiménez, 'embajador oficioso' de El Puerto en Madrid. (Foto Caripén).

manolitoelcochino_011_puertosantamariaLa afinidad y amistad que compartía con Pepe Romero Zarazaga, Pepe Romerijo, con nótula propia en Gente del Puerto 13, sería el aldabonazo para contribuir en la década de los años 70 y 80 a que la sinergia de ambos sectores, el extractivo pesquero y el comercial, fuera, sin ningún género de duda, el de mayor esplendor y, como consecuencia, uno de los pilares básicos de la economía porteña. Cabe recordar a Pepito Roselló, Pepe ‘El Chofer’, padre de Jaime Gutiérrez Perea, concejal que fuera de IP; Juan Crespo Rodríguez, ‘Mosco’, Ángel Alonso Alejo, José Agarrado Macias, Juan Hernández Navarro, Miguel Roselló Bertomeu, José González García, la familia Soriano Gómez, ‘Abuja’, Quini Roselló, José Manuel Moy, Miguel Moy, Joselin y además Luis Fernández Chulian, Fali Alonso Gómez, Manolo Ariza, Miguel Payares, José ‘Plaza, ’Fermín Romero Díaz, ‘Abuelita… y toda la marinería, sin excepción de ningún tipo. Merece capitulo aparte la figura de José Antonio Español Caparrós, Ingeniero Director de la Junta de Obras de Puerto, muy particular y controvertido personaje, con el que se entendió a las mil maravillas. (En la fotografia con Pepe Romero Zarazaga).

VENDEDOR OFICIAL DE LA LONJA
A finales de los años 60 las cosas cambiarían ya que Manolito ‘el Cochino’ se asentó económicamente y hasta se permitió a partir de entonces, en bastantes ocasiones, hasta su jubilación, acudir a trabajar a la Lonja de Pescados y subastar el pescado y marisco con traje y corbata.  Genio y figura.

Más tarde, corría el año 1970, ante la incesante progresión de las ventas efectuadas por la presencia de pesqueros de la flota onubense, que faenaba en el Golfo de Cádiz, fue nombrado vendedor oficial en la Lonja de Pescados, uniéndose a los tradicionales vendedores: José Agarrado Macias, Juan Hernández Navarro y Miguel Roselló Bertomeu que se dedicaban a la venta de las capturas de la flota con base en este puerto, compuesta  por 132 unidadades y 1500 tripulantes que faenaban en los caladeros de Marruecos. De aquellas vendedurias, en la actualidad, después de muchas vicisitudes, la única que se mantiene en un maltratado sector pesquero es la de Manolito ‘el Cochino’.  En los años de esplendor de la pesca, sus grandes bastiones y personal de confianza en la vendeduria: Pepe Barbudo en la administración y su primo Paco Sacaluga, en una de las tareas más ingratas, cobrador de las ventas de los pescados y mariscos.

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Genio y Figura. Fotografía en el Restaurante El Resbaladero, mediados de los años 70: Izquierda a derecha. Manuel Camacho Aguilar de Hierros Osca, Maximino Sordo Díaz, propietario del Restaurante, Manolito ‘el Cochino’, Nicanor Gómez Recalde, de Ultramarinos ‘Los Caballos’ y Antonio Crespo Blanquer, de los alicantinos llegados a esta tierra, calpino, conocido por Toni Pala, excelente patrón de pesca.

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Fotografía en el Restaurante de Ramón Muñoz, mediado de la década de los años 80, carretera nacional IV, antes de llegar al Caballo Blanco, misma acera, en dirección a Cádiz. Rincón de Neno estuvo ubicado en el mismo lugar antes de ser Restaurante. Manolito ‘el Cochino’ marcándose unas sevillanas con su amigo Juan Luis Carrillo Lucero. Izquierda a derecha: Pepe Crespo, empresario vinculado a la carpintería, Juan Crespo Rodríguez, exportador de pescados, Ramón Muñoz, hostelero y Antonio Reyes Haro, empresario del transporte, barcos, pescados y mariscos.

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En Casa Lucio, principio de los años 80 del siglo pasado, en Madrid. De izquierda a derecha: Milagros Castro Utrera, esposa de Manolito ‘el Cochino’. Milagros Camacho, segunda esposa de Pepe Romerijo, Paco Villaescusa, excelente persona natural de Yecla (Murcia), Fabricante de muebles, muy amigo de Pepe Bigote Jiménez; Manolito ‘el Cochino y Pepe Romerijo. De pie Lucio Blázquez.

Los prematuros fallecimientos de las esposas de Pepe Romerijo y Manolito ‘el Cochino’, Lola Sánchez y Milagros Castro Utrera, respectivamente, unieron aún más los lazos de amistad. Ambos, con algunos de sus hijos aún pequeños, tuvieron que afrontar sus destinos. En el caso del ‘Cochino’, su cuñada Julia Castro Utrera, quien tomó las riendas de su casa y ayudó a llevar adelante a los hijos de Manolito ‘el Cochino’: María José, Mili, Maleni, Manolo, Inma y María del Mar. En la actualidad, a sus 78 años, Julia sigue al pie del cañón cuidando a su cuñado. Pepe Romerijo se casó en segunda nupcias con Milagros Camacho

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En el Restaurante El Resbaladero: Año 1983, homenaje de despedida a la funcionaria de la Cofradía de Pescadores Magdalena Nimo Real, Oficial de administrativa y cajera, a quien todos conocíamos por Pili. ‘--Anda dame un beso, Pili, que aquí te traigo un regalito’. Una mujer de armas tomar, eficiente cobradora y un hito en el muelle habida cuenta que era la única mujer que entraba en la Lonja de Pescados. Familia de los Nimo. Su hermano Jesús y su sobrino José Luis, concesionario de coches, amigos de ‘el Cochino’. Con este Nimo se le veía mucho en barrera en la Plaza Real.

Sus visitas diarias, en mañana y tarde, a los distintos ‘confesionarios’ eran sagradas: ‘El Guadalete’, ‘El Brillante’, ‘La Perdiz’, ‘Casa Flores’, ‘Paco Ceballos’, ‘La Guachi’ de Romerijo, ‘Betis’, Cervecería ‘Puerto’, ‘Liba’… acompañado en distintas etapas por ‘Antoñon’, Manolito ‘Justicia’, Pepe ‘el Cachorro’ de Lepe y durante los veranos se unía Pepe Bigote Jiménez, con nótula propia en Gente del Puerto 215, que regresaba de Madrid a tomar las aguas… Todo un espectáculo pues no le dolían prendas a la hora de invitar a una copa a los parroquianos que, durante su ‘vía crucis’, estuviera en la barra de los distintos ‘confesionarios’. Lo de comer era otra cosa, mas menos como dice Pepe Neno, con nótula propia en Gente del Puerto 209. Por cierto, hubo un tiempo que fue gotera del Marqués de Pezagua en su Rincón de Neno en Valdelagrana.

Es un personaje campechano que a pesar de la perdida de memoria tras los ictus sufridos todavía a sus 76 años, sigue fumando sus puros habanos y, lo más importante, conservando la elegancia y espontaneidad que siempre le ha caracterizado.  "--Que me quiten lo bailao..." es lo que, desde el afecto, puedo expresar mejor a lo largo de su dilatada y bien aprovechada vida.

Hoy, la crisis que atraviesa la actividad pesquera, también ha hecho mella en el negocio. Sin embargo, contra viento y marea, sus hijos luchan afanosamente por mantener la vendeduria y buscar nuevas alternativas. Su hijo Manuel Gutiérrez Castro, continúa con la aventura empresarial consolidando y ampliando nuevas líneas de negocio relacionados con la pesca extractiva y el mundo de la mar. (Textos: Antonio Carbonell).

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“Cuando paso por El Puerto,
lo primero que se ve
al parguela de Perico,
con su nueva mobylette”

(Sevillanas. Anónimo Popular).

mobylette-rural-av89-pPedro Delgado Sánchez, nace en el mismo año de la instauración de la II Republica en la Casa de Roque Aguado, colindando con la Casa-Palacio de Vizarrón o de las Cadenas en la Plaza del Polvorista. Su nombre artístico es el de Perico ‘de la Carlota’ en honor a su madre, por la que sentía un gran amor. Era tal su parecido físico que en los distintos disfraces que utilizaba en Carnaval confundía al personal.  Mucho que ayudó Perico a su madre que se dedicaba al estraperlo para echar un capote a la maltrecha situación económica de años de penurias. Recorrían las calles  para sacarse un dinero. (En la fotografía, Perico con su mobylette, frente al Bar la Ponderosa. Foto Colección AP).

Su cercanía al río Guadalete y el grupo importante de vecinos que albergaba la Casa-Palacio de Cargadores a indias: la de los López Romero, Fernández Galloso, López Tey… que formaban un gran familia hicieron más llevadero su situación de vida ya que la atracción sexual hacia personas del propio sexo le aportó injustamente más de un disgusto. Tiempos difíciles del pasado siglo, la Guerra Civil, la postguerra y prácticamente todo el franquismo con las persecuciones, humillaciones, torturas y abusos a seres indefensos por la poca conciencia en materia sexual de la que no escapó Perico que dio con sus huesos en prisión por otra injusticia.

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Casa Palacio de Roque Aguado, donde nació Perico. (Foto Archivo Municipal. 20.12.1971).

LA INJUSTICIA SOCIAL
Cuentan que iniciado los años 60, en la calle Palacios,  los serenos intervinieron ante una discusión que se armó sobre el amor de un mozo que compartían varias personas afecta a su mismo sexo. De cualquier manera, dicen que los seguimientos de estos agentes públicos eran constantes y que, siempre alertas y a cualquier hora de la madrugada intervenían y hacían redadas. Precisamente a la que me refiero detuvieron a Perico. No tuvo en esa ocasión nada que ver pero las acusaciones fueron dirigidas hacía él…

Lo que ocurrió en aquella casa de la calle Palacios, fue que robaron en la vivienda de un  oficinista del escritorio de una conocida bodega de la Ciudad, y el marrón le cayó a Perico. Resulta que ‘el oficinista’ de referencia, que tenía la misma tendencia sexual que nuestro protagonista, una noche se dio cita con un mozo del que también estaba enamorado Perico. Mientras ‘el oficinista’ actuaba, Perico rondaba su casa pero fue visto por los serenos. Pobre Perico con menos medios económicos que este oficinista de bodegas… Al día siguiente ‘el oficinista’ acudió a la Jefatura de Policía a dar cuenta de un robo en su domicilio. Los serenos informaron que vieron a Perico aquella noche, ya de madrugada, merodeando el entorno, Consiguiente detención y un año de cárcel. Pobre Perico, el mozo disputado en amores fue el ratero, pero ‘el oficinista’ no lo denunció…

Su familia, como no podía ser de otra manera, lo apoyó incondicionalmente que, gracias a la amistad de todo el vecindario, hizo posible que la estancia en la cárcel del Huelva fuera llevadera ya que José Padilla, funcionario de prisiones, emparentado con la familia de Pedro, Milagros y María Palacios, tíos de Francisco Ferrer Palacios, le proporcionó un trato especial por medio de la dirección nombrándolo, habida cuenta de la injusticia cometida, asistente para tareas domésticas.

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Junto al cantil del muelle pesquero de 'esta banda', lindando con la Lonja de Pescados, ayudando a los pescadores, se le puede ver con una buena ‘pieza’ en la mano, parece una breca. (Foto Colección AP).

Trabajó durante una época realizando funciones de carga en la ‘Otra Banda’, margen izquierda del río Guadalete, como empleado portuario y también hubo un tiempo que colaboraba con la gente de la mar en la descarga de los productos pesqueros.

perico_carnaval_puertosantamariaEn su panorama artístico sus actuaciones con los pensionistas del mar y en la Caseta de Chicharito en Real de la Feria, de lo más sobresaliente. Colaborador y muy querido en la Peña ‘La Marea’, donde encontró su segunda casa, su primer presidente Joselito Dandy le ofreció amistad y su comportamiento fue exquisito. Cabe destacar que después de su injusta detención e ingreso en prisión le hizo ser muy reservado y actuaba por libre. Dos excepciones, Sebastian Ganaza Cañas, ‘Ojito’ y su vecino ‘el Pino’. No se fiaba de nadie ni en tiempos de la democracia… Se nos fue a mediados de esta década, pero todavía recordamos su impronta paseando en su Mobylette. Muy enamorado de la playa de la Puntilla y de de las dunas, a donde solía acudir y meditar… La guasa del pueblo en muchas ocasiones buscaba el disparate y Perico, sin pelos en la lengua, decía: «--Soy Perico, 'el de la Carlota. Yo soy maricón, pero tu... Calla, calla mariquita, porque si los pinos hablaran…» (En la fotografía, disfrazado en Carnaval a finales de los años 80 del siglo pasado, maquillado y preparado, muestra un gran parecido con su madre. Foto Colección AP). (Texto: Antonio Carbonell López).

pumar_reyesEn 1864 llegaron a El Puerto los Jesuitas y fundaron el Colegio que lleva su  nombre. En él, como era habitual en los últimos decenios del siglo XIX, tanto en institutos como en colegios religiosos, existió un gabinete de física, química y de historia natural. El que sirve de base al libro escrito por Juan Carlos Pumar Reyes, fue especialmente rico en especies exóticas, pues El Puerto era punto de desembarco de misioneros que traían ejemplares de América. Además de una brevísima historia del museo, el grueso del libro –que está agotado y espera una reedición- está dedicado a estudiar la colección de peces del mismo. Se trata del volumen  titulado  ‘Museo de Ciencias Naturales del Colegio San Luis Gonzaga. Catálogo de Peces’. Biblioteca de Temas Portuenses nº 17. Año 2002. Ofrecemos un artículo resumen realizado por el autor de la publicación para Gente del Puerto.

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Fachada del Colegio de la Compañía de Jesús a finales del siglo XIX.

Las primeras piezas del museo no llegaron a manos de la Comunidad de Jesuitas hasta los años 1865-67, cuando estos se asentaron en el antiguo Hospicio de Misiones de la calle Los Moros, consolidándose entre los años 1875 y 1924. Muchas de sus piezas proceden de familias adineradas cuyos hijos estudiaron en este colegio; otras fueron compradas a principios de este siglo y otras tantas deben su presencia a las antiguas misiones Jesuitas que transcurrieron por América. Paralelamente al devenir de la Comunidad de Jesuitas, la colección de piezas del museo ha sufrido muchos traslados y movimientos que consecuentemente llevaron al deterioro y pérdida de buena parte de sus “reliquias”.

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Alumnos y profesores del Centro, con piezas del Museo de Ciencias de los Jesuitas, posando en el patio del Colegio.

La fundación del actual colegio tiene lugar en 1867. En septiembre de 1868, acababan de llegar desde París grandes cajas y embalajes con algunas máquinas e instrumentos para el Gabinete de Física del Colegio. El museo siempre estuvo ligado a la Sala de Física del Colegio, muy importante debido a la alta innovación y tecnología de sus instrumentos con fines pedagógicos.
Durante la Revolución de 1868, los Jesuitas se vieron forzados a abandonar el Colegio. En este momento, fueron acogidos en casas particulares y en nombre del Estado, se incautaron muchos de los bienes pertenecientes a la comunidad de religiosos de la Compañía de Jesús. No hay nada escrito sobre las piezas de este museo hasta su regreso del exilio en 1875. Existe un inventario de los bienes y pertenencias del Colegio del año 1868 que podemos encontrar en el Archivo Histórico Municipal de El Puerto Sta. María (Actas de la Junta Revolucionaria de 1869 R.B.137).

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Sala del Museo de Ciencias, con mamíferos disecados, incluso de gran formato.

Durante la Guerra Civil, el Colegio fue utilizado como hospital de sangre, ocasión que aprovecharon antiguos alumnos y Jesuitas para trasladar muchas piezas a domicilios particulares. Al finalizar la Guerra Civil Española, se reunieron todas las piezas, volviendo a ocupar su sitio en las antiguas vitrinas, dentro de una gran sala de la segunda planta del edificio y junto a la antigua capilla del noviciado.

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En 1961, las reparaciones del edifico y el traslado del noviciado a Córdoba, propiciaron la sustracción y extravío de algunas piezas singulares de la colección. Diez años después, en 1971 y por readaptación del espacio para el alumnado, se decidió el traslado del museo a cuartos situados en la crujía de la fachada principal. Para ello, se seleccionaron aquellas mejor conservadas desechando muchas otras por su mal estado de conservación, mutilaciones o roturas. Al parecer, se tuvo que prescindir de hasta un 50% del total de las piezas hasta entonces conservadas, incluyendo algunas de gran tamaño e inestimable valor.

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Gabinete de Física del Colegio San Luis Gonzaga.

En 1975, el Padre Luis Conradi S.J. con la ayuda de Fernando Terry Merello, consiguió financiación privada para llevar a cabo una restauración taxidérmica de aves, peces y mamíferos, realizada por el conocido taxidermista sevillano Vicente Gamarra. Desde 1985, esta “Sala de los Bichos”, como denominaban antiguamente y aún citan los maravillados alumnos, se ubica en su sala actual.

En su amplia y diversa colección, se incluyen animales disecados de todo tipo: aves, peces y mamíferos, invertebrados y hasta restos fósiles. Dado que muchas de las piezas son originarias de América, es obvio que muchas proceden de las misiones jesuitas en el nuevo mundo. Éste es el caso de las 214 aves tropicales disecadas que conforman la colección, datadas en el año 1901. Estas aves, que incluye rapaces y aves insectívoras proceden de Centroamérica y han sido determinadas al nivel de especie y catalogadas por el veterinario y antiguo alumno D. José Gutiérrez. Curiosamente, bajo la peana de un pequeño roedor aparece la etiqueta del taxidermista que trabajó el ejemplar en Puebla (México), lo que demuestra tal procedencia de la mayoría de las piezas.

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Laboratorio de Química del Colegio de los Jesuitas.

Los moluscos constituyen una parte muy importante del museo tanto por su número como por la variedad de especies. Esta colección está formada por 1264 gasterópodos marinos, 552 terrestres y 686 bivalvos entre un total de 2502 conchas, fósiles y fueron determinados, clasificados por el Jesuita Luis Conradi según el sistema A.P.H. Oliver (Shell of the World) De todas ellas, 1000 piezas fueron compradas al naturalista francés A. Loffe en el año 1902.
En lo que a mamíferos se refiere, también hay una atractiva colección, precisamente una de las últimas piezas incorporadas fue un leopardo cedido por la familia Terry el día 3 de julio de 1997.

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Esturión del Guadalquivir disecado que se encuentra en los fondos del museo.

Destaca el hecho de que en estos comienzos ya hubiera más de 70 especies de peces “raras” desconociéndose sus nombres (actualmente quedan 49 ejemplares). Un fragmento de esta exposición ha permanecido sin dar a conocer los nombres “propios y comunes” de una parte singular de su colección: los peces, que ha llevado a dedicar tiempo en la determinación y catalogación de estas especies y situarlas en el lugar que se merecen dentro de este histórico museo. Existen 49 ejemplares de las tres grandes clases en las que se agrupan los peces, formando actualmente la colección. Los Ciclóstomos (Mixinos y Lampreas), los Condríctios (Quimeras, Rayas y Tiburones, con esqueleto cartilaginoso) y los Osteíctios (verdaderos peces, con esqueleto óseo).

En lo que se refiere a los peces, al final de este catálogo inventario se cita la sierra de este mismo pez que aún perdura, de la que se comprueba que nunca tuvo el resto del animal en el museo: “Como curiosidades poseen una colección de más de 60 objetos pertenecientes a los indígenas de Fernando Poo... y entre otras cosas una sierra del pez sierra de 0.99 m”. (Texto Juan Carlos Pumar Reyes)

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De izquierda a derecha, Manuel Pinto Muñoz, 'Tagarnina', juez de línea; Manuel González Barrera, 'Manolín', exfutbolista del Rácing, capitan de los Futbolistas; Francisco Pérez Bernal 'Kako' árbitro de la contienda; Manuel Gutiérrez Morillo, 'el Cochino', capitán de los Artistas y Toreros; y José Peinado Herrera, 'Chaparro',  juez de línea.

Antes de que la solidaria Peña El Troncho (con nótula en Gente del Puerto) colaborara en la campaña de Navidad, el recordado Joaquín Rosso Morro, directivo y relaciones publicas del RC Portuense,  iniciaba nueve días después de la fiesta de Tosantos, la organización de un gran evento deportivo-benéfico anual para ayudar a los más desfavorecidos en las fechas entrañables de la Navidad. Era el Bar la Perdiz el lugar de encuentro, entrevistándose con Manuel Gómez Barrera, --Manolín, hijo de  Carmen Barrera Terrada, la del Bar la Lucha y exfutbolista del Racing-- (con nótula propia en Gente del Puerto) y Manuel Gutiérrez Morillo, Manolito ‘El Cochino’, vendedor de pescados y mariscos y ambos capitanes de los equipos participantes: Exfutbolistas del Racing contra Artistas y Toreros, respectivamente.

Cuentan que uno de esos días, después de más de dos horas de intenso debate, la designación del árbitro y jueces de líneas originó una pequeña discusión entre los capitanes y la organización debido a una tangana acaecida el año anterior. Habida cuenta de que la lista que ofrecía Joaquín Rosso Morro no llegó a consensuarse, Francisco Pérez Bernal, “El Kako”, artista profesional y catedrático callejero (con nótula propia en Gente del Puerto), presente en el Bar, intervino, ofreciéndose a dirigir la contienda, además, gratis, incluido los honorarios de los jueces de líneas. La generosidad mostrada por “El Kako” fue sorprendente y aceptaron de buen agrado. A continuación convinieron fecha y horario de la contienda, así como que Manuel ‘El Antequerano’ miembro activo de la Peña la Mezquita, como de costumbre, sería el encargado de pintar las bandas y áreas del terreno de juego del José del Cuvillo. Igualmente el reparto de carteles, cuartillas y octavillas del choque contaría con la inestimable colaboración de Ruperto a quien desde las oficinas de la Funeraria, Joaquín Rosso Morro le encomendaba las tareas oportuna. Capitanes, árbitro y organización, acordaron volver a reunirse de nuevo en el puente de la Inmaculada para ultimar los últimos detalles.

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Saque de Honor del Encuentro Deportivo Benéfico.  De izquierda a derecha, 'el Tagarnina', Manolín, Manolito Bejarano, 'el Kako', Manolito 'el Cochino' organizador del evento, y Joaquín Rosso Morro. Aparece tapado 'Chaparro'.

Resulta que ‘Yoyo’ Gilabert, representante del polifacético artista porteño Manuel Bejarano Armario, conocido por Manolito Bejarano, 'canta pinta y torea de salón', informado por Ruperto de la reunión previa al partido, se presentó en el Bar la Perdiz y detallando minuciosamente las actuaciones de su representado por toda la provincia solicitó a la organización que el saque de honor lo realizara el artista para el pueblo, que es así como se denominaba el querido y recordado Manolito Bejarano desde que encumbraron sus proezas en un obra escrito por un tal ‘Boga’.

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Trío de Ases: Manuel Bejarano, “canta, pinta, recita y torea de salón”; Francisco Pérez Bernal, ‘Kako’; y Pepicho Nogués, guitarrista distinguido y dúo musical junto con Kako, durante muchos años. (Foto Colección M.S.L.)

El resultado del partido fue lo de menos y sirvió para que ambos equipos homenajearan a Manolito Bejarano que con su peculiar estilo después de hacer el saque de honor pegó cuatro lances y un remate aplaudido por sus incondicionales…

Hubo unanimidad en la petición de ‘Yoyo’ Gilabert y quedó todo totalmente orientado,  incluso el nombramiento de los jueces de líneas que solamente conocía ‘El Kako’, a este ese momento. Los elegidos y aplaudidos José Peinado Herrera, conocido como ‘Chaparro’ de profesión lacero  municipal de perros, persona que se encargaba de recoger perros vagabundos o abandonados y de llevarlos a la perrera municipal… y Manuel Pinto Muñoz, “El Tagarnina (con nótula propia en Gente del Puerto), en su  versión corta, “Taga”, ayudante del gran ‘Chicharito’.

Así como de paso, he querido ir reflejando, a grandes pinceladas, lo que ocurría ante de los eventos deportivos benéficos, ahora debo destacar que además de la presencia de amigos, compañeros, familiares y simpatizantes de los participantes en los encuentros disputados existía un importante grupo de aficionados taurinos y futbolístico, llamados de la fila cero, que colaboraban por una causa justa con sus aportaciones económicas.

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Fotografía del equipo de los artistas y toreros: Fila de arriba de izquierda a derecha: Antonio Fernández Feria, José Feria, Fernando Heredia Romero, Francisco Romo Martínez, José Luis Feria Fernández, ’Galloso’; Leopoldo, José Luis Parada y Manuel Gutiérrez Morillo, Manolito ‘El Cochino’. Fila de abajo: Platerito de Cádiz, Manolo Gomez, Gregorio Cruz Vélez, Venturita, Juan Belmonte y José Martínez Limeño.

Lo importante era participar por lo que al equipo de Exfutbolistas del Racing, Manolín, Luis Soriano, Juan Rubio Cuevas, Juani ‘Jerez’; Gabriel Herrera Gutiérrez… Lo completaban exportadores, minoristas y mozos de pescados: ‘el Vivo’, ‘el Torero’, Pacote, Enrique Marroquín ‘Maño’, José Gómez Barrera, ‘Joselete del Bar La Lucha’; ‘Pellejon’, Lechuga, Ahucha, Vicente Sánchez,  Juani Chico, del Restaurante Guadalete …

En cuanto a los jueces de líneas, intervinieron en pocos lances del juego por la magnifica actuación del catedrático callejero, ‘El Kako’ que con buena mano  izquierda dirigió perfectamente la contienda. Tan solo una tarjeta amarilla en los inicios del partido al magnifico delantero centro del Racing Manolin, en aquel partido en tareas defensivas, por cometer una dura entrada a Gregorio Cruz Vélez.

En el mismo vomitorio del Estadio, finalizado el evento deportivo-benéfico anual, el entrañable Manuel Jarque Martínez, ‘Chicharito’ ofrecía a todos los participantes un pequeño banquete.

Destacar la gran delicadeza y afecto que mostraron los exfutbolistas artistas, toreros e invitados con el trío arbitral y el polifacético artista porteño. Para ellos, especialmente para Manolito Bejarano, ‘Chaparro’ y ‘Tagarnina’ fue un día inolvidable porque, vuelvo a repetir, el axioma [*]: “No me río de tí, sino contigo’ forma parte de la idiosincrasia de los Habitantes y Gentes de El Puerto, algo que nos hace tan distintos a los demás… (Text0: Antonio Carbonell López. Fotografías: Colección Manuel Gutiérrez Castro).

[*] Axioma: Proposición tan clara y evidente que se admite sin necesidad de demostración.

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De izquierda a derecha: José Sánchez Ivars, Bartolomé Sendra Palma y Antonio Pascual Rostoll, en el 'Martínez Ferrer', anteriormente llamado 'San Servando'.
De este barco donde iban de motorista, patrón de costa y patrón de pesca, respectivamente, es decir asalariados, compraron después los tres en sociedad,  el barco pesquero 'Amparo Perles' y mas tarde construyeron en Alicante un barco nuevo el pesquero 'CARMIMAG', la CAR por Carmen la mujer de José Sánchez, MÍ, por Milagros, la de Antonio Pascual y MAG, por Magdalena, esposa de Bartolomé Sendra Palma. De ahí CARMIMAG.  De ellos, viven todos menos Antonio Pascual Rostoll y su Esposa Milagros Amenedo.  

From left to right: José Sánchez Ivars, Bartolomé Sendra Palma and Antonio Pascual Rostoll, on the ‘Martínez Ferrer’, previously called ‘San Servando’. On this boat they held the positions of driver, coastal skipper and fishing skipper respectively, that is to say they earned a wage; they later bought as partners the fishing boat ‘Amparo Perles’ and later built in Alicante a new fishing boat called ‘CARMIMAG’, the CAR after Carmen, José Sánchez’s wife, MI, after Milagros, Antonio Pascual’s wife and MAG, after Bartolomé, which is how they came up with CARMIMAG. They are all still alive except Antonio Pascual Rostoll and his wife Milagros Amenedo.

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Este barco es el ‘San Servando’ que después se llamó ‘Martínez Ferrer’  que es el mismo barco de la fotografía anterior visto por la banda de estribor. Solamente distinguimos a dos personas, los dos primeros por la izquierda que están de pie: Antonio Valladares Molina y José Sánchez Ivars. Otra vez Pepe Sánchez Ivars. Una aclaración No era extraño ver en el muelle por aquellos años de los 50, cuando celebraban algún acontecimiento los pescadores, fiestas del Carmen, etc., etc., ver a las mujeres en cubierta. Observar que iban a comer. Algo estaban festejando o en casa habia necesidades…

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De izquierda a derecha: Juan Moragues, Molina, Ramón Campello Jaén ‘Lili’ hermano del Catarruso’ y Juan José García Lavado, ‘El Garza’. Niño desconocido.

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De izquierda a derecha; José Sánchez Ivars, Antonio Pascual Rostoll y Antonio Vicente Vela, en una barcaza, debajo del desaparecido Puente de San Alejandro.

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José León Pérez, ‘Joselete el Chopa’ fecha de la fotografía año 1954. Servicio Militar en El Juan Sebastian Elcano.  Hay una Meridiana (Diario de Cádiz, Marítimas) en la que me refiero a él:  “…Recuerdo que en 1.997, al cumplirse 50 años de la desaparición de “La Blanca Paloma”, me explicó mi hermano con todo detalle, lo difícil que le resultó a “Chicuelo” salvar al tripulante más joven del barco, “Joselete el Chopa”, que por aquel entonces tenía 12 años. En la vida refirió aquel incidente a nadie, ya que le resultaba tremendamente doloroso, aunque el “Chopa”, para el que siempre “Chicuelo” fue su héroe, relataba las grandezas de aquel salvamento, a pesar de haber perdido en el naufragio a su padre…” (Texto: Antonio Carbonell). (Fotografías pertenecientes a la colección de Antonio Leveque).

 

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De izquierda a derecha; Manuel Gutiérrez Morillo, Manolito ‘El Cochino’, vendedor de pescados y mariscos, Francisco Javier Merello Gaztelu, que sería alcalde de El Puerto años más tarde, desde noviembre de 1977 a octubre de 1978, Juan Crespo Rodríguez, exportador de pescados y mariscos y Santiago Masa Redondo, Capitán de la Guardia Civil y mando en plaza. Al fondo de puede ver a Felipe Bononato, padre de ‘Felipon’, fiscal en el paso de palio.  La fotografía está tomada en el cantil del muelle de la Lonja de Pescados antigua, ya desaparecida, hoy reconvertida en una tienda de ropa y locales de copas. Viernes, 28 de marzo de 1975, hace 34 años. (Foto Archivo Municipal).

sanagustin_puertosantamaria«Tal vez por la cercanía del Convento de San Agustín (en la fotografía de la izquierda, el Altar Mayor existente en lo que ha sido, también, Colegio San Agustín) a los muelles portuenses que facilitaba y potenciaba el contacto de las gentes del mar con la Imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno, sea por lo que fue nombrado Patrón y Protector de las Galeras Reales de España que por aquellas fechas tenían su base de invierno en nuestra localidad. La vinculación de la Imagen de Nuestro Padre Jesús del Nazareno con la gente de la mar desde el 28 de febrero de 1674 se consolidó en la década de los años 70 del siglo pasado, siendo  determinante para unir aún más los lazos que existían la labor incansable del Alfonso Terry Muñoz que como Hermano Mayor de la Fervorosa, Ilustre y Antigua Hermandad y Cofradía de Nazarenos de Änimas de San Nicolás de Tolentino, Nuestro Padre Jesús del Nazareno, María Santísima de los Dolores, Orden Tercera de Servitas y Santa Cruz de Jerusalén, involucró en aquellos años de esplendor de la actividad pesquera a todo el sector: marineros, rederos, armadores, mozos, chaboleros, vendedores, pregoneros, estibadores, cajeros, minoristas y exportadores en general, y especialmente, la familia Vázquez, Juan Poquet Grimalt, Manuel Gutiérrez Morillo, Manolito ‘El Cohino’ y Juan Crespo Rodríguez.

monumentomarinero_puertosantamariaIniciados los años 70, en el alba del Viernes Santo, entre el regocijo de los fieles, acabado el Vía Crucis, acercándose el Nazareno al balcón del río, se presentaba por primera vez en el desfile procesional la banda de cornetas y tambores del Cuartel de Instrucción de San Fernando, aunque su presencia fue transitoria. De la misma manera, como de un ritual se tratara, se incorporaba al cortejo del paso de palio los representares del sector pesquero, autoridades civiles y militares. El punto de partida era el Restaurante Guadalete, donde hoy se encuentra el Pub Berebere, en la Avenida de la Bajamar, finalizando con la recogida de María Santísima de los Dolores.  Desde el pasado año de 2008, de nuevo el desfile procesional pasa por el cantil del muelle pesquero, por la margen derecha del río, por esta banda. Quedó interrumpido desde los años 90 porque las algarabías que se formaban en los bares de copas que se ubicaron en antigua Lonja de pescados no era lo más recomendado para el desfile procesional… Durante ese tiempo, la bendición de las aguas y la oración por los fallecidos en alta mar que se venia celebrando ante el Monumento al Marinero (en la fotografía de la izquierda), próximo al Muelle del Vapor.

Los Hermanos Mayores, desde la década de 1970: Alfonso Terry Muñoz, Antonio de la Torre González, Fernando Arjona González, Rafael Vital Gordillo, Vicente Mayor Domínguez, José Luis García Martín y en la actualidad de nuevo Fernando Arjona González, supeviviente de aquellos años de los setenta del siglo pasado, colaborador incansable en distintos cargos en la Hermandad desde entonces.

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HACE 36 AÑOS.
Este Viernes Santo, hace exactamente 36 años, la Hermandad estrenaba dos candelabros de cola de su paso de palio.  A ellos también se unían medallones de plata con los nombres de la práctica totalidad de los barcos pesqueros de la Flota porteña. Pasaba la seis de la mañana y desde el Restaurante Guadatele, donde había quedado custodiado durante la noche los candelabros y medallones, portados por Eugenio Espinosa  Palacios, ‘Nono del Guadalete’, se entregaban al Hermano Mayor, Alfonso Terry Muñoz. Aquello fue inenarrable. En aquel Viernes Santo del 20 de abril de 1973, se mezclaron llantos y emociones mientras que el sacerdote Ramón González Montaño, bendecía las aguas del río Guadalete implorando al Nazareno y a la Virgen de los Dolores por todos los hombres de la mar, pero muy especialmente por los diez tripulantes desaparecidos en las costas de Arrecife de Lanzarote, dos meses antes, el martes día 6 de febrero de 1973 cuando faenaban a bordo del pesquero “Domenech de Varo”, arrojándose al río en su memoria varias coronas de laurel y ramos de rosas. A continuación José Manuel Manga Rodríguez y Vicente Pérez Yáñez, únicos supervivientes del pesquero desaparecido, colocaban los candelabros con sus más de 100 medallones en el Paso de María Santísima de los Dolores. (Foto: Juan José López Amador).

Este año la escasa pero muy cualificada  marinería local a pesar de la situación de abandono que sufre la pesca reivindicará su lugar en la Hermandad con un salvavidas de plata que llevará sobre su fajín la Virgen de los Dolores.

relojdesolcruces_puertosantamaria1SUSANA DEL NAZARENO.

En la esquina de Cruces con San Sebastian, este año, cuando las manecillas del reloj marquen las 12 horas, se acercará, después de pasar Nuestro Padre Jesús del Nazareno, María Santísima de los Dolores y allí Susana Jarén Tejero, Susana del Nazareno, en su pequeño cuerpo pero en su alma grande recibirá un año más el amor de los costaleros nazarenos. Susana del Nazareno, fue bautizada así en un artículo que escribí hace 10 años en Diario de Cádiz, el miércoles 7 de abril de 1999. Su padre fue pescador, Julio Jaren Perea, fallecido hace algunos años, sus hermanos cuñados y sobrinos, junto a sus compañeros bajo el paso de palio, le tributan un merecido homenaje. Son sublimes esos instantes, entre Cruces y la calle San Sebastián. Ella, con poco más de 30 años, mantiene su cuerpecito pequeño debido a una enfermedad ósea (huesos de cristal) desde su nacimiento, que no ha sido óbice para sentir una gran y fervorosa pasión por la Hermandad del Nazareno, además de ser súper inteligente, adaptada a las nuevas tecnologías informáticas. Todo un lujo para ese cuerpecito como de una pequeña de dos años.» Antonio Carbonell López.

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En la fotografía, el paso del Cristo del Nazareno. Podemos observar penitentes de la Hermandad de la Veracruz, únicos autorizados por la Junta de Gobierno del Nazareno para procesionar junto con los de la propia del Nazareno.

nazareno_cruz_4_puertosantamariaAÑO 1930, EL NAZARENO SALE EL JUEVES SANTO.
«La segunda cofradía en desfilar en 1930 fue la del Nazareno, que lo hizo a las 03:00 horas del jueves santo. Este año cuidaron del buen orden y disciplina de los participantes, dictando una serie de normas con tal fin, exigiendo a los nazarenos que deseasen realizar la estación de penitencia se ajustasen en sus túnicas y capas al modelo oficial, calzando zapatos negros y guantes blancos o negros, según la túnica. Asimismo se exigía a las señoras que quisieran acompañar al Nazareno “llevar vestido negro y velo de luto, o hábito, guardar silencio tanto en la procesión como dentro de la iglesia, colocándose en el lugar que se le designe, siendo recomendable portar cera... se situarán en la capilla de N.P. Jesús Nazareno pasando por el trascoro y los penitentes en la capilla de San Pedro”. Hasta un total de trece artículos formaban este rebosado decálogo de “instrucciones para el buen orden de la estación de penitencia” en el que se indicaba la distancia que se había de guardar entre penitentes, la prohibición de pisar un bar vestido con el hábito, esto último considerado falta muy grave o indicaciones para las paradas». Tradiciones Religiosas de El Puerto de Santa María. Medio Siglo de Cultos y Procesiones (1891-1939). Antonio Gutiérrez Ruiz. Año 2007.

En la fotografía a color, de Arbaro, el Nazareno y la Cruz. Existe un interesante estudio efectuado por el Sr. Gálvez, sobre las distintas escenas que aparecen en la cruz, documentada con fotogramas, trabajo que pretendemos publicar en Gente del Puerto en su momento.

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