Saltar al contenido

5

El Hidria Segundo quiere volver a casa. Lleva ya tres años fuera del puerto de O Grove (Galicia) y, según explica uno de sus propietarios, Jacobo Costas Otero, «xa temos morriña». Actualmente están en El Puerto de Santa María, en Puerto Sherry, en la zona de yates de grandes esloras, donde han decidido poner en marcha una campaña a través de Internet que les permita recaudar los fondos suficientes para volver a casa. Ese es su primero objetivo, pero no el único. Los dueños de este emblemático barco tienen en mente un sinfín de proyectos para que el Hidria vuelva a funcionar y sea patrimonio de todos.

BUSCAN FINANCIACIÓN.
Encontrar el dinero preciso para volver a casa es el primero objetivo de Jacobo y de su mujer, María José Otero Castro. Según explican en Facebook precisan sobre unos seis mil euros para poder llenar los depósitos, poner la embarcación a punto y pagar a los tripulantes. Para lograr esta cantidad, han decidido recurrir a un novedoso sistema que ofrece Internet. Se trata de una web en la que se presentan los proyectos. Primero precisan conseguir un centenar de votos para sacarlo adelante. Después en esta misma web la gente puede hacer donativos y colaborar de la forma que lo desee. El que ayude debe saber que, a cambio, podrá utilizar y disfrutar de ese museo que es el Hidria.

VISITAS Y EXPOSICIONES.
Según figura en la web, www.lanzanos.com, el que colabore con el regreso del Hidria a Galicia podrá conseguir a cambio visitas o permiso para organizar una exposición en el interior del barco. Por ejemplo, el que done diez euros recibirá diez visitas individuales a la sala de máquinas y a una colectiva. El que done veinte podrá pernoctar una noche y cenar con los armadores. Cuarenta euros permiten pasar un día en pensión completa en este vapor. Y por aportaciones de entre cien y quinientos euros se pueden presentar proyectos y organizar exposiciones en el interior del barco. Todo un lujo. (Texto: M. Alfonso).

LA HISTORIA.
El vapor Hidria Segundo se rescató de un desguace en el año 1997 para convertirlo en un buque museo y buque de pasajeros. La restauración nos llevó 9 años y tuvimos que cambiar nuestras vidas vendiendo todo lo que teníamos. No nos arrepentimos, lo conseguimos. Pero ahora necesitamos el apoyo de todos vosotros para poder volver a la tierra a donde pertenece, a Galicia.

Sesé Castro Otero, una de los armadores del Hidria Segundo.

LOS ARMADORES.
Jacobo Costas Otero y yo somos los armadores del vapor Hidria Segundo. Es el único barco de vapor que todavía funciona en España. Lo recuperamos de un desguace en Vigo y tardamos 9 años en conseguir que se convirtiese en un buque museo y en buque de pasajeros. Trabajamos en Galicia durante unos años y luego la mala suerte y la falta de apoyo de ningún tipo hacia este tipo de embarcaciones por parte de las instituciones hizo que acabásemos lejos de nuestra tierra y con pocas posibilidades de volver. Creemos que el "Patrimonio Marítimo" debe estar donde le pertenece, en donde nació o trabajó. En España todavía no tenemos una ley que ordene y proteja el Patrimonio Maritimo a flote, por eso el intentar hacer rentable su explotación como museo o atracción turística teniendo en cuenta los gastos que ocasiona la varada y mantenimiento de estas embarcaciones antiguas lo hace imposible. Nosotros seguimos luchando y esperando que un día nuestros gobernantes se den cuenta de que facilitando la supervivencia de estas embarcaciones ganamos todos. Hemos decidido por lo tanto volver a Galicia y si puede ser a Vigo, puerto en el que nació y desarrolló su trabajo como aljibe, suministrando agua de manantial a mercantes y trasatlánticos a vapor hasta principios de los años 90. Una vez volvamos formaremos una Asociación que gestione los gastos mínimos de mantenimiento del barco y actividades acordes a un buque museo a vapor. Esperamos que compartiendo el uso y gastos de mantenimiento del barco entre muchos apasionados de la cultura marítima podamos llevar adelante este sueño. ¡ Hagamos que nuestro sueño sea el sueño de muchos ! Muchas gracias. (Texto: María José Otero Castro).

Javier Armimont Plans, nacido en Badalona en 1965 en el seno de una familia industrial del sector de la madera. Es una persona muy conocida en El Puerto, no solo por su trabajo como director del Hotel Monasterio de San Miguel en su nueva etapa, sino porque se ha integrado de forma excepcional en la vida local. Quizás sea el director hotel que mas y mas pronto ha entrado a formar parte del paisanaje de El Puerto de cuantos han pasado por la Ciudad en el último cuarto de siglo.

Estudió en el Instituto de Estudios Empresariales ‘Ramon Llull’ de Barcelona, terminando en 1987, siendo fichado al año siguiente por la cadena hotelera Tryp llevando la administración de sus hoteles en la isla de Mallorca y luego la subdirección del mayor complejo de camas de Europa (1500), en Alcudia.  La cadena se lo lleva luego a la estación de esquí de Baqueira Beret (Lérida) en el Valle de Arán trabajando en el primer hotel de cinco estrellas en la nieve, el Royal Tanau.

Con directores de hotel de la provincia en el Hotel Monasterio San Miguel.

También será, con 26 años, el director de hotel más joven de un hotel de cuatro estrellas, el Carlemany, en Gerona. En Tryp valoran la capacidad de gestión y el don de gentes de Xavi y le adjudican la dirección de operaciones de los apartamentos hoteleros de la cadena, dirigiendo la zona norte de España.

Nuestro protagonista se saldrá del mundo hotelero y permanecerá fuera durante ocho años, trabajando en el Grupo Repsol en el sector de los plásticos, trabajando también como consultor autónomo, teniendo su centro de operaciones en Madrid, donde residía y estaba bien integrado. En el año 2009 se incorpora al grupo TDI Advisors, donde permanece, habiendo trabajado como director de operaciones en el Hotel Costa Calero en la isla de Lanzarote, en la apertura y dirección general de Royal Suite en Marbella, y desde el 30 de julio del pasado año en el Hotel Monasterio de San Miguel.

Fachada del Hotel Monasterio San Miguel y del Auditorio Municipal Las Capuchinas.

Para Xavi es importante que el hotel se encuentre imbricado en la vida cultural y social de El Puerto de Santa María y, para ello, continúa la actividad cultural que caracterizó siempre a este establecimiento hotelero: exposiciones, conferencias, tertulias taurinas, colaborando con diversas ONG solidarias de la Ciudad.

Evolucionando con los vinos de El Puerto, a la venencia.

Tweet

El declive de las comunicaciones masivas y el triunfo de las tecnologías de comunicación de persona en persona han provocado una explosión de información que crece de manera vertiginosa y fragmenta la opinión pública. Comunicar hoy es propagar. Las espirales irracionales, los rumores en cadena y los pronósticos impulsivos terminan por hacer mella en la confianza de clientes, socios, expertos, líderes de opinión y medios de comunicación. El libro ‘La estrategia del pingüino’ de Antonio Nóñez  le revela las claves de la comunicación de persona en persona. Su lectura le permitirá influir en cómo los demás perciben sus mensajes y, lo más importante, en cómo estos los transmiten a su red de personas de confianza.
 

«¡Atención! ¡Atención! —graznó con un tono nasal y trompeteante el sistema de megafonía— Se ha perdido un crío. Tiene seis años, es moreno y lleva un traje de baño azul marino. Responde al nombre de Antoñito. Se ruega a quien lo encuentre que lo traiga a la caseta de la Cruz Roja sita en esta playa".

España. Años setenta. Agosto. Como cada domingo de verano, casi toda la colonia de vecinos del pueblo, compuesta por 150.000 especimenes, habíamos emprendido nuestra migración hacia las playas de la costa de Cádiz. Durante el verano gaditano de Jerez de la Frontera, la temperatura acaricia sádicamente los cuarenta grados centígrados.

La playa favorita de mi familia era la de Valdelagrana, en El Puerto de Santa María. Hacia las once de la mañana toda la colonia se agolpaba en los accesos a la playa y arrastrábamos nuestros pies en procesión torpe y bamboleante hacia la orilla del mar.
Cada grupo familiar avanzábamos en fila india sobre una arena blanca y fina que nos abrasaba las plantas de los pies y nos apresurábamos a conquistar unos metros de playa. Como prueba fehaciente de la conquista territorial, el macho más adulto de la familia tomaba el parasol familiar y lo hendía cual espada artúrica en la arena. A continuación desplegábamos mesas, sillas, abuelos y suegras. Era imperativo colocar al cobijo del parasol una pieza indispensable para sobrevivir a un severo día de playa andaluz: la nevera portátil.

Cada nevera contenía prácticamente lo mismo. Todas y cada una de ellas serían destapadas gregariamente a la misma hora, perfumando la playa con el aroma del aceite de oliva. Nuestra dieta veraniega se componía de chacina y queso como aperitivo, tortilla de patata española y una sandía o un melón de postre. Todo ello regado con cerveza o tinto con gaseosa y deglutido en parloteante comunidad alrededor de las dos de la tarde.

Una vez afianzado el estandarte familiar yo me iba a la orilla del mar a retozar con los polluelos de la familia vecina. Mi padre y mi abuelo desplegaban las páginas de Diario de Jerez. Mi madre y mi abuela formaban un corro de sillas plegables junto a las hembras de las familias colindantes. Charlarían todo el día mientras observaban a los miles de bañistas que paseaban por la orilla.

En la playa me comportaba como un auténtico pájaro bobo. De poco servían las advertencias de los adultos sobre la distancia máxima a la que podía alejarme durante mis juegos. Era inútil saber que si me perdía me castigarían con la tortura de permanecer una hora quieto bajo el parasol, viendo jugar a los demás críos. Excitado por las olas y los partidos de fútbol sobre la arena dura de la orilla, me iba alejando poco a poco hasta perderme. Entonces era cuando algún familiar se acercaba al puesto de la Cruz Roja del Mar y pedía a la locutora que anunciase mi pérdida. El sistema de megafonía, omnipresente a lo largo y ancho de toda la playa, se ponía en marcha. En escasos segundos algún adulto me identificaba y me llevaba de la mano, o de la oreja, a la caseta de madera de la Cruz Roja, donde me esperaba alguien de mi familia.

La megafonía gozaba de una eficacia asombrosa como medio de comunicación, pese a que interrumpía brutal y constantemente la paz del día de playa de toda la colonia a la pura fuerza de los decibelios. Nada más oír el «¡Atención!, ¡Atención!» de la locutora, mi padre y mi abuelo sacaban sus cabezas del periódico local y el corro de hembras enmudecía. Los futboleros retiraban el pequeño transistor de radio de la oreja y las hembras que hacían crucigramas levantaban el bolígrafo del papel. Tras escuchar el mensaje atentamente, escrutaban a su alrededor durante unos instantes para ver si encontraban cerca al polluelo perdido que reclamaba la megafonía. Solo después de hacerlo volvían a sus distracciones. El sistema de megafonía inspiraba confianza y proporcionaba seguridad. Mis camaradas más traviesos se perdieron y fueron recuperados puntualmente varias veces  a lo largo de muchos domingos de playa durante toda su infancia.

El Papi en la desaparecida frutería de 'El Lati' en La Placilla.

El sistema de megafonía no emitía sus frecuentes alaridos solo para reclamar polluelos perdidos. También interrumpía con su tono impersonal para alertar sobre el estado de la mar o dar consejos para un baño saludable. A veces anunciaba temas tan prosaicos como eventos locales, bailes o conciertos veraniegos. Este medio de comunicación masivo no solo era capaz de captar la atención y detener durante minutos la vida de la colonia veraneante, sino que además sus mensajes gozaban de total credibilidad. Las madres prohibían terminantemente el baño a los críos —si así lo recomendaba la megafonía— y si la megafonía anunciaba que el baile comenzaba a las siete y media, a las siete y media en punto estábamos todos vestidos de domingo con el pie ensayando la primera pieza.

Un único medio de comunicación masivo, impersonal y casi anónimo, era capaz de captar la atención, paralizar a placer e influir en la manera de saborear el verano de miles de individuos. Y siguiendo sus consejos, todos los veraneantes terminábamos disfrutándolo de la misma forma y al mismo tiempo.

No obstante, en la playa de Valdelagrana había un segundo sistema de comunicación que superaba en eficacia, credibilidad y confianza a la megafonía. Se trataba del pregón playero —a voz en grito— del “Papi”, cuyo timbre podía distinguirse entre la algarabía retozona de la playa.

Vista aérea de Valdelagrana. Foto Rafa.

«¡Qué alegría de verano! ¡Qué alegría! PaaaaaaaaPiiiiiiiiii, Papi, el famosooooo, el más queridooooo, el famoso de la playa de… errrr… —aquí el Papi titubeaba unos microsegundos— ¡Valdelagrana! Compre las papas más ricas de toda Valdelagrana. ¡Qué alegría de verano, qué alegría!"

Rafael Pérez Sánchez, alias  El Papi, natural de El Puerto de Santa María, era vendedor ambulante. A diario recorría 15 km de playa, vistiendo pantalón y camisa de un algodón blanco inmaculado. Completaba su atuendo una gorra pasada de moda —grande y abullonada como las de los vendedores de prensa del Nueva York de los años veinte— , también de color blanco.

...continúa leyendo "1.690. EL PAPI. Ejemplo en el libro de comunicación: ‘La Estrategia del Pingüino’."

Patio de la calle Luna, esquina con Santa María, frente a la zapatería 'La Bota de Oro', restaurado y convertido en casa de apartamentos.

Patio de la calle Jesús de los Milagros.

Patio de la calle Larga, Casa de Oneto. (ver nótula núm. 879 en GdP)

Patio de la calle Santo Domingo, propiedad de la familia Thuillier (ver nótula núm. 147 en GdP), antes de su remozamiento.

Patio de la calle Pagador, convertido en casa de vecindad.

Patio de la Casa Palacio Reynoso-Mendoza, sede del actual Ayuntamiento que es el único edificio público, siendo los anteriores de propiedad privada. Fotoplumilla. /Fotografías de Antonio Gutiérrez Ruiz. A.C. Puertoguía.

 

 

Más de dos siglos después de su llegada a El Puerto de Santa María, los descendientes de Thomas Osborne Mann, un hidalgo británico, continúan ligados a la elaboración del “sherry” que les hizo famosos y que Washington Irving introdujo en Estados Unidos. El escritor Juan Eslava Galán recorre la historia de una empresa que uno de sus logros ha sido formar parte del imaginario popular gracias a la silueta del toro de Manolo Prieto que salpica nuestra geografía.

Al viajero le llama la atención un pasaje del libro: “No basta con nacer Osborne. Hay que serlo las 24 horas del día, los 365 días del año”. Medita sobre su significado mientras contempla a lo lejos El Puerto de Santa María desde la borda del catamarán que cruza la bahía de Cádiz, bajo un sol luminoso, respirando las fragancias del yodo, las algas, el marisco...

Bajo estas aguas yace el mayor cementerio de barcos hundidos del planeta: panzudas naves fenicias, estilizados bajeles griegos, barcos romanos que sacaban de estas tierras el aceite del imperio, navíos bizantinos, árabes, galeones españoles del oro, naves piratas inglesas, mercantes holandeses... Esta tierra, que tantas cosas ha sido y que encierra las primeras ciudades de Europa, Cádiz y Tartessos, siempre fue un emporio comercial, la meta de trujamanes llegados de lejanas tierras... Los grandes apellidos de la región lo confirman: Terry, Byass, Domecq, Osborne...

El viajero ha cruzado la comarca jerezana hasta Cádiz. Ha contemplado la sucesión de colinas cubiertas de vides Palomino que conforman el triángulo mágico del Sherry, el comprendido entre Jerez mismo, El Puerto de Santa María y Sanlúcar de Barrameda. Estas tierras blancas (ricas en carbonato cálcico) absorben el agua como una esponja y crean una corteza que impide la evaporación, lo que, unido a un clima singular, regulado por la cercanía del mar, y a los vientos vinateros (el poniente atlántico húmedo y templado que moja las cepas y el levante seco del este que las seca y las cura) crean las condiciones ideales para la crianza de un vino único, el sack mencionado por Shakespeare y apreciado por connoisseurs de todo el mundo.

ENCUENTRO.
El viajero tiene una cita con Tomás Osborne Gamero-Cívico, (Sevilla 1945) presidente del consejo de administración de una prestigiosa empresa que comercia en vinos y licores desde el siglo XVIII. El viajero se trae aprendidos algunos datos sobre la familia. Los Osborne llegaron al Puerto de Santa María hace dos siglos y pico. Descienden de Thomas Osborne Mann, un joven hidalgo de Exeter, Devon, que buscaba fortuna lejos de su país devastado por la Guerra de los Siete Años y se asoció, en la capital gaditana, con dos compatriotas suyos, Sir James Duff y William Gordon. También se casó con una de las hijas del apoderado de la empresa Duff-Gordon, un aristócrata menor alemán, Juan Nicolás Böhl de Faber. Los Böhl de Faber eran afamados bibliófilos y escritores (una de las hijas fue Fernán Caballero). /en la imagen de la izquierda, Thomas Osborne y Mann.

En este círculo, Thomas trabó amistad con escritores tan relevantes como Washington Irving que visitó El Puerto y terminó allí sus Cuentos de la Alhambra. De regreso a los Estados Unidos, el escritor se convirtió en un entusiasta propagandista de los vinos de Osborne. En una carta solicitaba que le enviasen el vino añorado «el mejor Brown Sherry (...) desearía que fuese un vino del cual yo pudiera enorgullecerme. Me propongo, con un poco de este vino, conseguirles muchos pedidos de Boston».  /en la imagen de la izquierdaWashington Irving

Tomás Osborne tiene sus oficinas en un edificio antiguo remozado y rodeado de bodegas. Es un hombre alto, rubio y bien parecido que podría pasar por inglés recriado en Andalucía. «--Creen que soy inglés hasta que abro la boca y hablo», bromea con su suave acento andaluz, mientras bebe té.

–«¿Qué significa hoy el apellido Osborne?» «–Yo pensaba que era el toro, el vino, el brandy, pero hace tres años, cuando iba camino de Murcia, a la boda de un primo, paro en una gasolinera y creo reconocer a un torero famoso. Le pregunto a la chica que me atiende: “¿No es aquél César Rincón?”. Y ella responde: “No lo sé. Lo que sí le puedo decir es que los de aquel coche son Osborne”. “Bueno”, le dije, “yo también soy Osborne”. Nunca pensé que nos pudieran reconocer, aparte, naturalmente, de mi primo Bertín, al que todo el mundo conoce».

A Thomas Osborne, fallecido en 1854, lo sucedieron sus hijos. El mayor, Tomás (ya escrito a la española), se dedicó al comercio de vinos, mientras Juan Nicolás, que había heredado la afición a las letras de los Böhl maternos, escogió la carrera diplomática y marchó a Moscú con el embajador español, duque de Osuna. “Este Osuna era un derrochador que lanzaba al río las vajillas de Limoges después de cada banquete. Naturalmente se arruinó”. Juan Nicolás, ennoblecido por el papa Pío IX con el título de conde de Osborne, murió en París sin descendencia y el título pasó a su hermano. /en la imagen, Juan Nicolás Osborne Bölh de Faber, primer Conde de Osbonre.

Tomás Osborne Böhl de Faber tuvo 10 hijos, que se educaron a caballo entre Inglaterra y El Puerto de Santa María, y encabezaron esa tradición de la aristocracia anglosajona establecida en la comarca que consiste en ser más andaluces que nadie sin por ello renunciar a sus raíces británicas. Antonio, uno de los 10 hijos de Tomás, se metió a jesuita. El propio Tomás era tan aficionado a los toros que presidió la sociedad constructora de la plaza de toros, de la que Joselito diría: “El que no ha visto toros en el Puerto no sabe lo que es una tarde de toros”.

ÉXITO.
El vino de los Osborne, todavía denominado Duff-Gordon, creció en fama y aceptación, especialmente, en los ambientes más refinados de Europa. A las oficinas de El Puerto de Santa María llegaban pedidos del duque de Gloucester, de la familia real británica, de la casa real belga y de la rusa, desde San Petersburgo.

En 1860, los Osborne adquirieron la parte de la sociedad de los Duff-Gordon y cambiaron el nombre de la empresa por el suyo. La fama de los caldos no se resintió, más bien creció con la nueva denominación, de fonética más española.

«--En 1904, mi bisabuelo Tomás (el tercer Tomás de esta dinastía) y su hermano Roberto fundan en Sevilla una empresa cervecera, la Cruz del Campo, y entonces deciden que los dos en Sevilla y los dos en El Puerto no puede ser y se intercambian las acciones de Osborne y de Cruz del Campo. Mi bisabuelo siguió en El Puerto y su hermano se quedó en Sevilla. Esa rama Osborne, a la que pertenece Bertín, vendió sus acciones hace años».  /en la imagen de la izquierda, Roberto Osborne Guezala.

Los negocios de los Osborne prosperaron en el siglo XX y recibieron un gran impulso durante la Guerra Civil Española. Las guerras, según parece, estimulan el consumo de vino, en definitiva, el consumo de vida.

«--La generación de mi padre ha podido vivir de los dividendos, pero en la mía eso es ya imposible: somos 200 accionistas, todos con el apellido Osborne, regidos por un consejo de administración de 10 miembros, con destacada participación de las mujeres. Nos hemos multiplicado tanto que el reparto de los dividendos no da para vivir. Por lo tanto, los jóvenes Osborne han diversificado sus trabajos, muchos son profesionales independientes, tienen negocios propios o trabajan en bancos... Lo que nos mantiene unidos es el amor a la bodega. Aquí abajo tenemos el bar de los consejeros, que es el de la familia y los amigos, una especie de remota versión de un club inglés, que abre a las dos de la tarde y cierra cuando marcha el último cliente. Yo, el día que puedo, bajo al bar antes de regresar a casa».  «–Ustedes, la aristocracia del vino y del toro, se casan con ricos, como las dinastías reales».  «–No creo que sean bodas premeditadas. Simplemente la gente de dinero se relaciona con otra gente de su clase y los jóvenes se enamoran».

...continúa leyendo "1.666. TOMÁS OSBORNE GAMERO-CÍVICO. Un “gentleman” del vino"

Milagos Moya y Miguel Larios, detrás de la barra de la Venta que regentan.

La Venta Miguel tiene la estructura típica de venta de carretera con decoración sencilla, abierta en marzo de 2012, frente a la segunda gasolinera que encontramos en la carretera de El Puerto a Sanlúcar, antes de la antigua fábrica de Cádiz Electrónica. El establecimiento tiene dos salones comedores, uno de ellos con barra para tapear, y una terraza. Fuera aparcamiento para coches. Miguel Larios y Milagros Moya decidieron, cuando se hicieron cargo del establecimiento, especializarse en pescados y mariscos, un mundo que conocen bien ya que Miguel ha sido pescador y también ha tenido una pescadería. Con anterioridad también habían regentado un pequeño bar en la barriada de El Juncal. La fritura mixta de pescados es una de las estrellas de la casa. Suele llevar acedías, pijotas, salmonetes, cazón, boquerones, aunque la composición depende de lo que compren fresco. En el apartado de mariscos suelen tener gambas, cigalas, langostinos de Sanlúcar y bogavantes, aunque estos es mejor encargarlos ya que siempre no están disponibles. Las tortillitas de camarones, son también otro de los platos más solicitados. Por las mañanas tienen desayunos y los días laborables menú. Se puede comer por tapas o también por raciones y platos. Tienen también algunas tartas caseras.

Una contundente realidad: las tortillitas de camarones.

Habíamos acudido a esta venta tras la alerta de varios tapatólogos sobre las tortillitas de camarones de este establecimiento y es verdad que las tortillitas de camarones están buenas, pero los inspectores del colegio disfrutaron especialmente con media ración de cazón frito, de ese que está más blanco que el vestido de una novia (antes del convite). El cazón frito güeno es difícil de encontrar. El adobo permite ser menos “estricto” con este pescado, pero cuando se presenta frito, sin aliño alguno, ahí es cuando la calidad del pescado da la cara.

Cazón frito de la Venta Miguel.

Este cazón frito de la Venta Casa Miguel destaca por la calidad de la materia prima, un cazón de esos de textura agradable. Miguel Larios, que se encarga de freirlo en la Venta Casa Miguel, sabe de que habla porque ha sido pescador y pescadero antes que cocinero en este establecimiento que regenta junto a su mujer Milagros Moya. El pescado que utilizan es fresco y habitualmente es de la lonja de El Puerto de Santa María. Llega a la mesa en color rubito escandinavo y Miguel destaca que para freirlo usa la premiada harina de El Vaporcito. El cazón se puede pedir solo, en medias o en raciones completas, o también formando parte de un frito de pescado mixto a los que el colegio le echo el ojo, sobre todo a unas huevas que iban con el plato, que pa mí que me guiñaron y tó. (Texto y fotos: Pepe Monforte).

¿Sabes que con 20 euros puedes tener una webcam HD? Hoy la grabación y edición de vídeo es más barata y sencilla que nunca. A través de este curso vas a aprender como situar la cámara, como iluminar y como grabar casi como un profesional. Ahora con el auge de los videotutoriales y los vídeos publicitarios este curso nos puede ayudar. Vas a aprender a grabar y editar tu vídeo de la manera más sencilla y amena con un curso (como no) en vídeo.


Xen el cocinero asiático que elabora los platos con uno de sus sushis.

La cocina japonesa, y más concreto todo lo relacionado con un plato concreto de ella, el sushi, sigue en plena expansión en la provincia de Cádiz. Si hace unas semanas abría en Cádiz Gadisushi, desde el pasado día 12 ha abierto un nuevo establecimiento en El Puerto de Santa María. Se llama ‘Sushi & Fresh’ y está situado junto a la rotonda por la que se accede a la carretera de El Puerto a Sanlúcar.

La iniciativa es del empresario gaditano afincado en El Puerto de Santa María, Luis Rosety, de 30 años y marino mercante de profesión. Precisamente esa actividad le ha llevado a vivir un tiempo en Canadá donde estaban de moda los “sushi bar”, unos establecimientos, al estilo de los bares andaluces, en los que se sirve este tipo de especialidades en una barra, mientras que el cocinero, a la vista del público, los prepara.

Rosety se mostró encantado con esta cocina y por eso, y tras comprobar que en la zona no existía esta oferta, ha decidido traerla aquí. Señala que “lo que hemos puesto en marcha no es exactamente un sushi bar, puesto que no tenemos barra, sino mesas altas y bajas donde poder tomar los productos, pero si tenemos la filosofía ya que lo que tenemos es eso sushi, de muy variadas presentaciones y presentaciones en torno a él”.

Luis Rosety junto a su cocinero en "Sushi & Fresh".

Para que los platos estén en su punto, algo fundamental en esta cocina donde se trabaja con materia prima de primera calidad, Rosety ha traido a El Puerto a Xen un cocinero de origen asiático que lleva ya afincado cinco años en España y que es el que se encarga de preparar las especialidades”. Todos los platos se preparan en el momento que los solicita el cliente para que así estén en perfecto estado.

Rosety destaca que el estilo de su establecimiento es “californiano” dentro de la clasificación que hacen los aficionados a estos platos que distinguen entre la “escuela”  japonesa, más purista, y la que ha surgido en Estados Unidos que ha aportado algo de esta cultura también a este tipo de locales. En la carta se pueden encontrar una ensalada realizada con soja, que viene en sus vainas, muy parecidas a las de los chícharos, y que se sirven cocidas y sólo aderezadas con sal. De ellas tan sólo se comen las semillas, como se hace con los chícharos. Asimismo hay una carta de “sashimis”, trozos de pescado crudos cortados muy finos y que se sirven con salsas como la soja o el wasabi (muy picante) como acompañamiento, además de guarnición de rábano rallado. En Sushi & Fresh lo hacen con atún, salmón o con pez mantequilla, un pescado muy apreciado por los japoneses por su sabor suave y su textura blanda, de ahí su nombre.

En cuanto al sushi lo tienen de más de 40 variedades. Van desde los rollitos (roll) que pueden ser de salmón con aguacate y sésamo, además del arroz, o de gambas y aguacates envueltos con el arroz y huevas de pez volador (tobiko), otro producto muy característico de la cocina japonesa.

Una de las especilidades del restaurante japonés, el City-Roll.

La fusión de culturas puede verse, por ejemplo, en el maki (relleno recubierto de arroz y de algas) de salmón queso de untar. En cuanto a los sushis los hay de pez mantequilla, salmón, sepia, lubina, atún, vieira, gambas o de anguila.

En cuanto a las bebidas, además de refrescos o algún vino, cuentan con cerveza importada de Japón o sake. De todos modos para Rosety lo ideal es acompañar el sushi con té japonés, aunque aún no lo tienen disponible. La idea es tenerlo en las próximas semanas para acompañar los platos. La carta se complementa con algunos postres como el helado de té verde.

El establecimiento cuenta con una zona de mesas altas y otras bajas, en total unas treinta plazas. Rosety resalta “el aire informal del establecimiento. Es para tapeo, aunque a base de estas especialidades japonesas, pero la filosofía es la misma, poder probar muchos sabores y compartir”.

En el local no hay tenedores ni cuchillos. Para tomar los sushis se acompañan unos palillos y, si el cliente lo desea, se le entregan unas pinzas de madera con las que también puede coger los productos. Los productos también se sirven para llevar, además de poder degustarlos en el local. (Texto y Fotos: Pepe Monforte).

Antonio Sánchez López delante de un azulejo del Vapor. /Foto: Pepe Monforte.

Hoy 10 de enero cierra sus puertas uno de los establecimientos de hostelería más veteranos de la ciudad, el bar Playa-El Rempujo, situado en la plaza del Polvorista. La jubilación de su propietario y el descenso generalizado del consumo han sido las razones que han llevado a la decisión de cerrar el negocio · En los buenos tiempos el establecimiento llegó a servir 700 cafés diarios

La calle de la Aurora, a la izquierda la Plaza del Polvorista, a la derecha la Casa de Roque Aguado, donde hasta hoy estaba el Bar Playa-El Rempujo. El establecimiento se fundó en la década de los 30 del siglo XX.

Una imagen de la Casa de Roque Aguado, donde estaba prevista una promoción inmobiliaria.

La decisión viene motivada por la jubilación de su propietario, Antonio Sánchez López, que comenzó en el negocio hace 55 años con tan solo diez años de edad, junto a sus padres Luis Sánchez y Milagros López Alejo. La familia trabajó antes en otro establecimiento también llamado El Rempujo en la calle Aguado, muy cerca del local actual, pero el padre de Antonio lo trasladó a la casa de Roque Aguado y rebautizó el establecimiento con el nombre de bar Playa, al no haber otro local similar ya hasta La Puntilla.

El rempujo es, según la terminología marinera, una manopla de cuero con refuerzo metálico en la palma para empujar la aguja de coser velas, nombre recogido de la nomenclatura martítima que ha dado nombre al establecimiento de hostelería.

BAR DE MARINEROS.
En sus inicios El Rempujo fue un bar de marineros. No hay que olvidar que en los años 50 en El Puerto la flota local contaba con unos 170 barcos y el sector daba mucho trabajo al bar, que abría entonces a las cuatro de la madrugada. Después llegaría la puesta en marcha de la parroquia del Carmen y San Marcos (al principio de forma provisional en la plaza del Polvorista), luego el impulso de la actividad bodeguera, con varias firmas del sector ubicadas en las inmediaciones como Osborne, Rives o Cuvillo.

En la imagen, el porteño José Manuel Domínguez Verano, que ha trabajado en El Rempujo desde el año 2004 --con anterioridad, desde 1977 a 2002 trabajó con Eugenio Quilimaco, como encargado en sus establecimientos en Carrefour-- Manolo Troncoso Pérez, que entró en la casa con 11 años y ya lleva 47, y Ramón Borja Arníz, trabajador de la casa desde 1993. Sin olvidar al ya desaparecido Diego.

Una instantánea de la cocina, que en su origen era atendida por la mujer de Antonio, Milagros Farfán y en los últimos tiempos por el cocinero Juan Ortiz.

EL AYUNTAMIENTO, EN POLVORISTA.
Y finalmente, lo que terminaría de darle al bar el empuje definitivo, el traslado del Ayuntamiento al actual edificio de la plaza del Polvorista, en los años 70. "Eso fue para nosotros una lotería", recuerda Antonio, que ha trabajado mucho durante toda su vida junto a su mujer, Milagros Farfán, que se encargaba de la cocina cuando el establecimiento amplió su actividad. Debido a su proximidad con la casa consistorial todos los políticos portuenses han pasado muchas horas en El Rempujo. "He conocido a diez alcaldes", dice Antonio, para quien su primer lema ha sido siempre la discreción: "ver, oír y callar".

Sin duda su especialidad más aplaudida son los chicharrones de atún, una receta propia que solo se puede probar en El Rempujo. En sus buenos tiempos en el bar Playa-El Rempujo se llegaban a servir hasta 700 cafés al día, unas cifras que quedan ya muy lejanas, ahora que la caída generalizada del consumo no respeta ni a los establecimientos más señeros.

Aunque hace unos años llegó a adquirir un nuevo local junto a la plaza de Peral, el retraso que arrastra el traslado del Ayuntamiento le ha hecho desistir, ya que a su inminente jubilación se ha unido la caída de las ventas en los últimos tiempos, algo a lo que casi ningún negocio está siendo ajeno.


JUBILACIÓN VIENE DE JÚBILO.
Sus tres hijos se ganan la vida al margen de la hostelería y tras 55 años de muchos sacrificios, Antonio está deseando estar libre para disfrutar de sus nietos, Carlos de 8 años y Martín, de tres meses. Aunque echará de menos a sus compañeros de trabajo, tiene claros su planes: "Voy a dedicar mi tiempo a mis nietos y a pasear por la playa, algo que no he podido hacer nunca porque siempre he estado trabajando", afirma. (Texto: Teresa Almendros Edeso).


TAPAS Y RACIONES.
Al mediodía y por la noche tapitas en la barra o medias raciones y raciones en la terraza. La carta es de platos clásicos con especialidades como el gallo empanao, los chocos a la plancha o guisos marineros como los fideos con almejas. Una de las últimas incorporaciones a la carta, los chicharrones de atún, se han convertido en su tapa más famosa. Se trata de trozos de atún fritos con los mismos ingredientes que los chicharrones de carne. Se comen fríos.


CHICHARRONES DE ATÚN.
Las obras de arte también pueden aparecer en las barras de los bares no sólo en los museos que, la verdad, los visita mucha menos gente. La imaginación humana no tiene límites y un buen día al equipo de cocina del Bar Playa El Rempujo de El Puerto en una acción coordinada, según narra Antonio Sánchez López, el propietario del local, se les ocurrió coger unos trozos de atún y aliñarlos como si fueran chicharrones de cerdo. Así les pusieron un poquito de orégano, un chorrito de vino fino de El Puerto, sal, laurel, ajo picaito, pimienta negra y los frieron en aceite. Luego dejaron que se enfriaran y los pusieron de tapas, el invento no salió nada mal porque cuatro años después estos chicharrones de atún, como bautizaron al invento tapístico, son la tapa de más éxito del establecimiento. Lo cierto es que el atún parece haberse disfrazado de cochino porque el guiso sabe al adobo de chicharrones, pero clavaito. Sin embargo, el atún no queda enmascarado y su sabor también se deja ver en la preparación. Para colmo la carne queda jugosita y llega a la mesa con un poquito del aceite de la fritura donde se puede mojar pan sin ningún tipo de remilgos, procurando coger un poquito del aliño para darle más gracia a la cosa. (Texto: Pepe Monforte).

Imaginación no les ha faltado a varios hosteleros de El Puerto de Santa María que han creado unas curiosas tapas para conmemorar la Navidad dentro de la ruta “Sabores y regalos” creada por la asociación Centro Comercial Abierto (CCA) y en la que participan 13 establecimientos de la Ciudad, además de bares de copas, también con cócteles especiales o pastelerías y tiendas gourmet con ofertas de productos y que hoy sábado tienen su última oportunidad de degustar.

En el bar La Herrería (antiguo La Draga) en la plaza del mismo nombre (ver nótula núm. 1.180 en GdP)  el cocinero Francisco Gómez Real ha creado una curiosa tapa bautizada con el nombre de “Papa No e”. La idea de este cocinero de 42 años y que está perfeccionando sus conocimientos de cocina con cursos a distancia en la taberna del Alabardero de Sevilla, ha sido representar en una tapa la cara de Papa Noel. Para ello ha utilizado un pimiento del piquillo para representar el gorro y luego la cara la representa con una original ensaladilla en la que las patatas se sustituyen por pequeños tacos de manzana que se mezclan con los ingredientes habituales de la ensaladilla como el atún, las zanahorias o los chícharos. La mayonesa lleva también un toque de leche y otro de ketchup para contrarrestar la acidez de la manzana. Las barbas del personaje se simulan con un aire de espárragos.

Papa no é, la curiosa "ensaladilla" navideña creada por el Bar La Herrería, con manzana y que intenta recrear la cara de un Papa Noel.

El cocinero, que está intentando agregar a su establecimiento algunas tapas innovadoras que va incorporando a las clásicas del bar, donde ha sustituido en la cocina a su madre Isabel Real Sánchez,  (ver nótula núm. 700 en GdP también ha creado para la ruta unos filetes de pollo que se empanan con almendras picadas a cuchillo y que, una vez fritos, se acompañan con una salsa de queso payoyo de Villaluenga. (Texto y fotos: Pepe Monforte).

Borja Fernández Serrano a las puertas del nuevo establecimiento.

La Bodeguilla del Bar Jamón ha abierto nuevo establecimiento en El Puerto de Santa María, en el centro comercial Bahía Mar, en la planta baja y junto a los cines situados en este complejo. El nuevo establecimiento, regentado por Borja Fernández Serrano, hijo de Rafael Fernández y Mamen Serrano, los fundadores de La Bodeguilla,  contará con la misma carta que su homólogo de la calle Misericordia. En concreto ha abierto ya con la carta de 2013 que han estrenado al unísono esta semana los dos bares. La apuesta de la nueva carta son las tapas y contempla 56 especialidades.

El establecimiento, que cuenta con barra, dos salones interiores y terraza, con capacidad en total para más de 70 personas, se inauguró a primeros del pasado de diciembre y supone un importante crecimiento de esta empresa familiar de El Puerto de Santa María que cuenta ya por tanto con dos locales, este nuevo y el de la calle Misericordia. (Ver nótula núm. 508 en GdP).

Además hay también una apuesta por los nuevos vinos de la provincia de Cádiz con la presencia de bodegas como Luis Pérez y Páez Morilla de Jerez, Barbadillo de Sanlúcar, Osborne de El Puerto, o Huerta de Albalá de Arcos.

Vista exterior del nuevo establecimiento de La Bodeguilla del Bar Jamón.

La nueva carta supone el estreno de 10 nuevas tapas con propuestas como una ensalada de mariscos, un pulpo con alioli, setas con sobrasada picante o un timbal de verduras con jamón ibérico. Se mantienen los grandes éxitos como el pan de la casa, la ensaladilla, la berza, las frituras, la presa al queso viejo o un caldo del puchero que ahora también aparece entre las propuestas aunque también es un clásico del establecimiento.

La Bodeguilla del Bar Jamón del centro comercial Bahía Mar abrirá todos los días en horario de tapeo al mediodía y por la noche. En las próximas semanas también está previsto que abrá por las tardes para ofrecer meriendas. (Texto y fotos: Pepe Monforte).

Corría el año 1972. Un macroproyecto turístico y residencial circulaba por los despachos, desde Madrid a El Puerto. Se trataba de urbanizar la Península de Los Toruños, y convertirla en un gran centro europeo de ocio, turismo y residencial. Se trataba de crear en El Puerto “La Venecia Atlántica», aprovechando los caños, el propio río San Pedro -surtidor principal de agua para el proyecto- creando nuevos canales que circundaran los espacios desecados y construidos. Ya se había empezado a urbanizar -era el boom inmobiliario de Valdelagrana- y paralelamente avanzaba la Barriada del Río San Pedro, en el término municipal de Puerto Real dejaban un suculento espacio para los constructores en una zona donde, argumentaban, «solo había mosquitos y aguas estancadas», abundando en que «podía suponer la creación de muchos puestos de trabajo directos e indirectos»,  ¿Han notado que el discurso sería el mismo, una década mas tarde, cuando se empezó a vender Puerto Sherry como la salvación de todos nuestros males de desempleo?.

Vista aérea de la península de Los Toruños.

Una carretera que todavía sobrevive en su primer tramo atraviesa Los Toruños en lo que hoy es el Parque Metropolitano más grande de Andalucía junto con el Pinar de la Algaida en Puerto Real. Gracias a las presiones ecologistas a principio de los ochenta se pudo evitar el mayor desastre ecológico que hubiera supuesto desecar las marismas, ahuyentar cientos de especies que nidifican y deshovan aquí, y que sin su presencia hubieran matado la pesca en la Bahía de Cádiz. Lo que hubiera sido un ¿espacio de privilegio para unos pocos? hoy es un lugar de esparcimiento para todos. Allí se encuentran águilas pescadoras, charrancitos, avocetas, flamencos, garzas, chorlitejos, martines pescadores,  lagartos ocelados y camaleones, entre caños, dunas, pinares, playas naturales y salinas. El dinero fácil, el dinero rápido para unos pocos en nombre de un falso desarrollo y crecimiento de las ciudades, encontró eco hasta hace poco en este Puerto de los Lamentos, que tristemente siempre ha sido indolente a lo largo de su historia, frente a su lenta destrucción. Solo de vez en cuando respondemos a los estímulos del hartazgo, nos levantamos con ganas de parar el Desarrollo Sostenible camuflado y mandar a tanto listo a tomar por donde amarga el pepino. Tendrán que venir de fuera a recordárnoslo. (Texto: José María Morillo).

2

Luis Sánchez Jiménez, familia de los ‘Churrasca’ y Ana María Galván Ruiz están ligados a la hostelería desde la adolescencia. Ambos se conocieron en el desaparecido Hotel Meliá Caballo Blanco --él era recepcionista y ella una de las primeras camareras de comedor con las que contó el hotel-- allí se hicieron novios y allí conocieron una profesión que ya no abandonarían. Ana María es, además, una excelente cocinera, que domina como nadie la cocina de cuchara.

Luis Sánchez, recepcionista en el Caballo Blanco, con 14 años.

Ana María Galván, camarera de comedor en el Caballo Blanco y en una foto de los desparecidos Estudios Garpre que estaban en la calle Luna abajo.

HUIDOS POR AMOR.
Luis y Ana María se escaparon de El Puerto para casarse. Ambos eran menores de edad --la mayoría de edad estaba en 1974 en los 21 años-- y dado que los padres de Luis no aceptaban la boda, se fueron en tren desde Jerez a Sevilla y desde Sevilla a Barcelona, en el tren correo conocido como ‘el catalán’. Aquella noche se celebraba la festividad de la patrona de los camareros, Santa Marta, en la desaparecida caseta de Crevillet ‘Tierra, Mar y Vino’ y aprovecharon la ocasión.

Una vez en Barcelona avisaron a los compañeros del hotel Caballo Blanco que estaban bien y esa llamada alertó a la Policía --la familia de él había denunciado su desaparición--. Una vez el padre de Luis dio su autorización, se celebró la boda en la iglesia de la Llagosta, municipio de la comarca del Vallés Oriental, situado en la provincia de Barcelona.

En Barcelona, el joven matrimonio paseando por sus calles.

Veinticinco años después, en las bodas de plata, Luis quiso homenajear a su mujer y celebrar con todos los compañeros del hotel que no asistieron a la boda la misa y banquete del recuerdo de aquella ceremonia que se celebró lejos de El Puerto. El matrimonio tiene tres hijos.

HOSTELERÍA PARA SIEMPRE.
Volviendo a Barcelona, Luis se buscó la vida como camarero --atrás quedaba el oficio de recepcionista en el Caballo Blanco-- en el Área de Servicio ‘Medas Montcada’ en la salida de la autopista de Montcada/Reixac. Tocaría también la hostelería mas adelante en El Puerto y Jerez en el Hogar de Pensionista, y trabajando con Juan Espinosa (ver nótula núm. 321 en GdP) en el Bar Guadebro, en el Kiosko de Murga en el Parque Calderón, en el Centro de Recursos Ambientales (antiguo Tiro de Pichón) y alguno más.

El hostal Alhaha Playa, propiedadel matrimonio, en las Dunas de San Antón.

Y en los hoteles canarios Meliá Puerto de la Cruz, hotel La Geria y hotel Morromar en Lanzarote. En El Puerto llevó la recepción del Hotel Puerto Sherry, entonces hotel Yacht Club, el hotel Campomar y, desde el año 2005 el hostal Alhaja Playa, en las dunas de San Antón, en la urbanización del mismo nombre, propiedad del matrimonio.

1

Un total de 35 bares de El Puerto, --un hito en las convocatorias de este tipo en la Ciudad-- con presencia de establecimientos de casi todas las zonas de la ciudad, participan desde el pasado jueves día 18 de octubre y hasta el 16 de diciembre en una nueva edición de la ruta gastronómica “De Tapeo por El Puerto”. La iniciativa está dirigida por el que fuera presidente de ACOCÉN y  presidente fundador de HOSPOR, el propietario de la cafetería-pub “Milord”, Juan Manuel Franco del Valle (Maestro Coctelero). Colabora con el evento gastronómico la bodega Osborne, permaneciendo al margen administraciones públicas ni asociación de empresarios alguna.

Cada establecimiento participante ofrecerá al menos una tapa acompañada de bebida a un precio único de 2,5 euros en las barras de los bares que se integran en la iniciativa empresarial. /En la imagen de la izquierda, Juan Franco del Valle, organizador de la iniciativa empresarial.

Alborada
Cojonudo Rollitos Kati
C/ Arión, 5

La Andana
Guiso del día
C/ Misericordía, 9

Andalusi Restaurant
Milhojas de Cordero Mermel, Dátiles y Frutas rojas
Micaela Aramburu, 3

La Bodeguilla del Club de Rugby
Ajo caliente, Garbanzos con acelgas
C/ La Palma, 23

Antojito
Chimichanga
Avda. Bajamar, 6

La Fuentecilla
Pimiento del Piquillo relleno
(C/ Estuario, 7) Pol. Ind. Las Salinas

Apolo
Tortilla Apolo
C/ Palacios, 44

...continúa leyendo "1.533. DE TAPEO POR EL PUERTO. Del18 de Octubre al 16 de Diciembre."

1

El establecimiento de Pepe Fernandez (ver nótula núm. 122 en GdP) situado en la Finca Santa Elisa (junto al Molino Platero) estrena propuestas con un toque de humor como la tortilla campera sobre fondo de Duralex o las brochetitas de salmón y piña “sin terminar”

El restaurante Bar Jamón acaba de estrenar una nueva carta de tapas con 24 propuestas todas al mismo precio, 2,5 euros. Además estas se pueden tomar en todo el establecimiento, tanto en la barra como en los comedores. La lista es muy variada con el toque clásico que caracteriza al establecimiento y con algunos de sus clásicos presentes como la berza o el solomillo ibérico al queso manchego aunque hay muchos estrenos y además con un llamativo toque de humor.

Así se propone probar una tortilla campera “sobre fondo de Duralex” que no es otra cosa que unos platos de los que existían a finales del siglo XX de color transparente y con una decoración en los bordes. Así la tortilla, como explica Pepe Fernández, el propietario del establecimiento, se sirve sobre uno de estos platos reproducciones de los antiguos.

Las croquetas del puchero “en transparencia” son unas croquetas clásicas aunque presentadas en un vaso de cristal transparente mientras que la brocheta de salmón y piña sin terminar, viene con los tacos sin poner aún en el palillo que la sostiene, que se sirve en el plato. Así es más fácil de comer y se juega también con el toque de humor.

Otro de los estrenos de la carta es una serie de platos que se proponen para compartir. Así se puede elegir entre 3 grupos de platos de los que los comensales eligen 5, con la única condición que sean del grupo que han elegido. Hay un grupo a 18 euros los cinco platos, otro a 22 y otro a 25. El menú en los tres casos incluye postre y una bebida por persona dentro del precio.

El establecimiento mantiene además su carta de restaurante. Si quiere ver la lista completa de tapas de la nueva carta y las tres propuestas de platos para compartir pulse en el recuadro de la izquierda, donde aparecen las nuevas propuestas en formato ampliado. (Texto: Pepe Monforte).


Aprovechando las bodas de plata de la expedición Ruta Quetzal, programa declarado de interés universal por la UNESCO, y que han disfrutado más de 10.000 jóvenes del mundo entero, el periodista portuense José Pablo García (ver nótula núm 661 en GdP) se decidió a escribir Mentores de la aventura. Diario de un monitor de la Ruta Quetzal para volcar experiencias y vivencias únicas que disfrutó como monitor de Ruta Quetzal BBVA y que ahora se publica en la joven editorial Seleer.

Con esta obra se pretende cubrir un hueco editorial que responde a los gustos y sentimientos de la gran familia rutera, compuesta por expedicionarios, colaboradores y monitores, a las personas interesadas en la pedagogía aplicada a las actividades de tiempo libre y, por supuesto, a los amantes de los viajes y la aventura. El libro, que cuenta con el prólogo de Santiago Tejedor, Catedrático de la Universidad Autónoma de Barcelona y creador del primer Máster de Periodismo de Viaje en España, se divide en dos grandes apartados. Una primera parte, en la que se describe de forma somera la expedición, así como se detalla el proceso de selección y los pasos previos para llegar a ser monitor de la Ruta Quetzal; y una segunda parte, en la que comienza el diario con todas las andanzas vividas en Panamá y España.

José Pablo García, en el centro de la imagen, con Miguel de la Quadra Salcedo, creador de Ruta Quetzal BBVA y con Andrés Ciudad, subdirector del proyecto, en la presentación que tuvo lugar en la Casa de América de Madrid.

La publicación se complementa con una amplia colección de fotografías cedidas por la organización de Ruta Quetzal, obra de Ángel Colina, que pretenden que con su imaginación vuele al lugar de la aventura.

El libro puede comprarse desde el pasado 27 de septiembre (Día Mundial del Turismo) a través de la página web de la editorial, en la tienda on line Amazon y en librerías y grandes superficies al precio de 15,95 euros. También puede se puede adquirir en formato e-book a través de la propia editorial y en Amazón.

EL AUTOR.
José Pablo García Báez nace en El Puerto de Santa María el 23 de julio de 1984. Es licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla. Dio sus primeros pasos en la profesión en su tierra natal; Ya en Sevilla, inició su andadura en la que fue su mejor escuela de periodismo, El Correo de Andalucía. Después estaría en la Cadena Ser y en el equipo fundacional de la edición de Sevilla del periódico La Razón. De la prensa escrita pasaría a la televisión. /Foto: 11500ElPuerto.

Desde entonces ha desempeñado su labor en la productora audiovisual Mediapro en distintos proyectos documentales para Canal Sur: en la serie Andalucía es su nombre (galardonada con el Premio Andalucía de Periodismo); Andaluzas o Guadalquivir, Río de historia; y como guionista en el programa Abrapalabra, Posteriormente ha trabajado en los servicios informativos de Giralda Tv, la televisión municipal de Sevilla. Tras ello, como reportero de Andaluces por el Mundo, en Canal Sur, ha podido unir sus dos grandes debilidades, el periodismo y los viajes. Más tarde se convirtió en reportero de 10 Razones, el programa documental de viajes (Grupo ZZJ) de Canal Sur que descubre los pueblos de Andalucía. En la actualidad es reportero del nuevo programa de viajes de La 1 (TVE) por los pueblos españoles, Conectando España producido por Medina Media.

Vemos a José Pablo --con barbas-- en audienciac on los participantes en la Ruta Quetzal 2008, junto a SSMM los Reyes de España.

El periodista porteño también ha sido colaborador de diario Público. Así mismo, en la actualidad, es articulista del periódico Espacio Digital Cádiz y escribe en otras publicaciones digitales especializadas en viajes (www.tuaventura.org y en su propio blog www.genteviajera.blogspot.com), su otra gran pasión junto al periodismo.

4

Hace unos años la polémica en torno a la obra de Chillida en la montaña de Tindaya enfrentó a dos colectivos activos. Ecologistas y artistas se prodigaron en todo tipo de ’elogios’ recíprocos entre los que destacaron, sin duda, unas palabras del autor que tachaban de incultos a todos aquellos que mostraron su incomprensión sobre la obra. La intervención trataba, recurriendo esta vez a las palabras más sensatas de Chillida, de modelar el vacío en un espacio natural tan potente como el interior de una gran montaña.

Muy cerca de nosotros contamos con una operación con raíces históricas, y bastante menos polémica: las Cuevas Canteras de la Sierra de San Cristóbal. Desde allí, la piedra arenisca del Puerto ha partido durante siglos, empleándose en un amplio catálogo tanto de monumentos civiles y religiosos como de discreta arquitectura doméstica. Pero si notables han sido los edificios que, como la Catedral de Sevilla, se han levantado con nuestra piedra, resultan también sorprendentes los espacios vacíos que la importante actividad de los canteros de la zona nos ha dejado, a modo de negativos de la historia de la arquitectura de nuestra región.

Se trata de explotaciones subterráneas en galerías, formadas mediante la apertura en el flanco de la cantera en la misma dirección de las bancadas una galería de dimensiones suficientes para permitir el transporte holgado de las piedras a extraer. La cueva o subterráneo se forma entonces partiendo de esta galería y extrayendo piedra en todos los sentidos, dejando siempre pilares aislados que sostengan su techo natural. El espacio resultante resulta espectacular.

Pese a ello, su estado actual es, al menos, triste: desde restos de animales a caseros sofás de sky dan al lugar una imagen sugerente pero preocupante. En el caso de las cuevas ocupadas por el Ejercito la situación es por el contrario bastante mejor, al haberse preocupado éste de su limpieza y mantenimiento.

En la propuesta de recuperación de las Cuevas planteada como Proyecto Fin de Carrera por la arquitecta María Llerena, brillantemente seleccionada para la Bienal de Arquitectura Española, podemos encontrar una impecable atención a dos premisas básica en la intervención sobre un lugar tan sensible: respeto al pasado y vocación de futuro.

Por una parte, este espacio tan sugerente resulta difícil de dotar de un uso habitual sin intervenciones radicales que alteren su carácter, sin embargo, con escasos recursos, esta capacitado para albergar usos puntuales: exposiciones, conciertos, recepciones, actos culturales, etc... Por otra parte, se acostumbra a pensar actualmente en la necesidad de establecer una necesaria vinculación entre Patrimonio y Desarrollo, pero desgraciadamente, no tenemos recursos para mantener nuestro rico Patrimonio Histórico, de modo que resulta inevitable que algunas actuaciones vayan de la mano del desarrollo integral de la zona: circuitos turísticos, áreas de esparcimiento, actividades comerciales, etc. deben acercarse de una manera compatible y dar un usos "rentables"  social, cultural o incluso económicamente a nuestros defendidos espacios monumentales. Tindaya, a unos pasos. (Texto: Ramón Pico Valimaña. Arquitecto). (Fotos. Xurso  Gago).

Entorno ajardinado de una cueva cantera en Siracusa (Sicilia-Italia).

LA CANTERA DE LA MUJER.
María Llerena, de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la Universidad de Sevilla, afirma que "desde siempre" se sintió atraída "tanto por las canteras como por la zona en la que se encuentra".

Su trabajo, Una puerta equipada para la cantera de La Mujer, se ha hecho con el premio en la categoría de Recuperación en Introducción de Nuevos Usos de Suelos Impactados. "Las de San Cristóbal -comenta- son unas canteras muy antiguas. De hecho, de ellas se extrajeron los sillares para la catedral de Sevilla. En épocas modernas, se han usado como polvorín militar".

María Llerena, posando delante de un plano esquema del proyecto de recuperación.

La cantera de La Mujer -cuyo nombre, probablemente, viene de un relieve con formas femeninas- es la más espectacular del conjunto, por dimensiones y mantenimiento. "Quise jugar con los llenos y vacíos que plantea la cantera llevados a la arquitectura -explica Llerena-. Lo más difícil fue establecer una conexión con la cantera lo más armoniosa posible, sin alterarla, respetando su estructura".

A priori, el espacio previsto no sólo tenía que habilitarse para visitas sino que habían de incluirse sala de proyecciones, auditorio, talleres... "Las posibilidades que planteaba el espacio eran muy amplias, pero le faltaba algo que sirviera de puerta... -continúa la arquitecta-. Un edificio que albergara todas las instalaciones que hicieran posible la explotación de la cantera. El objetivo era diseñar esa pieza que sirviera para reutilizar la cantera".

El proyecto plantea una primera planta semienterrada, "con cubiertas practicables, se podría andar sobre ella", indica Llerena. La otra planta conectaría directamente con la cantera, cuyo interior estaría lleno de pasarelas de madera: "Hemos de tener en cuenta -prosigue la arquitecta- que es un espacio complejo, laberíntico, con galerías de 200 a 400 metros y bóvedas de 20 metros. Cualidades que también se pueden usar para plantear un auditorio, salas de teatro, etc."

El plan incluiría, además, una residencia para investigadores aprovechando que San Cristóbal se incluye en la Red de Espacios Libres. "Es un proyecto -apunta Llerena- que no pretende ser localista". (Texto: Pilar Vera).

1

David Oliva Villar, 'el Niño Villar', lleva 32 años bailando y cantando. Con dos discos grabados y el tercero para este año, la afición le vino a David con cuatro o cinco años y es que pertenece a dos familias de aristas: los Oliva y los Villar; por un lado, los cantes rancios y por el otro los de fiesta o de compás. Y es que su familia destaca en el flamenco en tres facetas: el cante, el baile y la guitarra.

Con seis años sus padres lo llevan a la Feria de Ganado y le cantaba a los turistas extranjeros subido en lo alto de una bota de vino. Con diez años empezará a cantar y bailar en tablaos, salas rocieras, salas de fiestas, fiestas particulares... A los dieciséis se marcha a Barcelona a actuar y a los veinte a Madrid, donde permanece un año entero en los tablaos y salas de fiestas: Al Andalus,  Faralaes, Los Cuatro Puntales, etc... acompañado del guitarrista Manolo de Badajoz.

A los diecinueve años graba su primer disco junto al grupo porteño 'Solera Fina' con el título 'Juglares de Andalucía'. Con años su segundo disco: 'Querida amiga', ambos grabados en Cordoba y presentados en Barcelona en la Discoteca Up & Down.

'El Niño Villar' ha acompañado en el baile a 'Los Romeros de la Puebla' y a 'Los Marismeños', así como cantando y bailando para el grupo 'El Canto del Loco' en la Peña Flamenca 'El Chumi'. Tanto en esta peña como en la de Tomás 'el Nitri' nuestro protagonista se ha prodigado con frecuencia, llegando a tener cuatro actuaciones consecutivas en un mes.

'El Niño Villar' ha compartido cartel con consolidados artistas tales como 'el Nano de Jerez' y su hermano 'el Gordo', María José Santiago, la familia Carpio, Juani Loro, José Gálvez, Juan Valenzuela, 'el Boquerón' hermano de 'Camarón de la Isla', Manolo Simón, 'el Gitano de Bronce', 'el Pescaílla de Jerez', Concha y Sara Baras, Manuel de los Ríos 'el Lokito', corona de Puerto Real, 'el Forestal', 'el Almendro', 'el Ruiseñor de Paterna', 'Caracolillo', Rufino, el Cachorro', Los Marismeños, Requiebros, Ecos del Rocío, Romeros de la Puebla, Ecos de las Marismas, Amigos de Gines, Sal Marina, Los del Río, Rumba Tres, Las Carlostas, El Mani, María de la Colina, Manolo Orta, Zamarra.

David Oliva con José Cortés, 'Pansequito' en El Rincón del Arte. Ver nótula 131 en Gente del Puerto.

Con el torero local José Luis Fernández Feria, 'Galloso'. Ver nótula núm. 368 en Gente del Puerto.

...continúa leyendo "1.517. DAVID OLIVA. ‘El Niño Villar’"

1

El diseñador portuense Carlos Antonio Millán Ortolá nació en El Puerto el 2 de septiembre de 1974. Está casado con la también diseñadora Myriam Rubio Márquez. Carlos regresa a sus raíces para trasladar al Sur un modelo de negocio hotelero económico, sostenible y cercano: la Casa de Huéspedes Santa María.

Un simposio de matamoscas de diferentes colores decora el pasillo de entrada de la finca situada en el número 38 de la antigua calle Nevería de El Puerto. En el patio, un buzo gris se estampa en la pared y, en uno de los recovecos de la casa, dos sillones sacados de una mercadillo y una mesa construida con viejas maletas generan una salita acogedora. Carece conscientemente de lujos este lugar. Todo es reciclado. El mobiliario es usado, pero resucitado con ingenio para una nueva vida. En la fachada no ha una P ni una H sobre un fondo azul. No hay estrellas, no hay parafernalia hotelera. Lo pone bien claro en la fachada: Casa de Huéspedes. Una declaración de intenciones.

Carlos Millán es el artífice de este escenario. Portuense, se fue hace diez años a Madrid para trabajar como decorador, especialista en museos y exposiciones. Tuvo cierto éxito y, de hecho, en la actualidad sigue trabajando para el Prado, "pero lo hemos apostado todo por El Puerto", dice refiriéndose a él y a su compañera, igualmente dedicada al mundo del diseño. ¿Y a qué han apostado todo estos dos treintañeros? Vayamos por partes.

La familia de Carlos siempre estuvo vinculada al negocio hotelero en El Puerto, mucho antes de la llegada de los grandes hoteles. Y los grandes hoteles son lo contrario al pensamiento que tiene Carlos sobre lo que es el hospedaje:"Nunca he estado en un gran hotel, nunca he pisado un resort, no me interesan". En el caso de sus padres regentaban esta misma casa en la que nos encontramos, una casa que recibía familias de veraneo, una especie de hostal vacacional. Ese concepto, en alguna medida, se ha perdido. Consistía, recuerden, en casas de los lugares costeros en las que una familia acogía a familias de interior. Entre ellos, con los años, ya que los 'clientes' repetían cada año, se creaba un vínculo. La relación hospedador-huésped trascendía al negocio. Ese es el origen de la idea de Carlos y su compañera, explica en el patio de la casa de su infancia, pero sólo el origen. Continuemos.

Una pequeña revolución en el mundo de la hostelería se está produciendo en los barrios castizos de Madrid como Malasaña. Jóvenes cogen casas antiguas, las decoran con muebles viejos --no antiguos, viejos--, alguno de ellos escogidos en los más selectos basureros. Reciclan, decoran, hacen habitable un espacio, quizá un antiguo puticlub. Han creado un establecimiento cómodo, sin estridencias, para recibir huéspedes.

Carlos traslada e El Puerto esa filosofía. "Nos dirigimos a un público que aún no existe en Andalucía, que hay que crearlo". Esa es la apuesta. Se ha dado dos años para llevarlo a cabo. Si no es posible, lo dejará y emprenderá otra cosa. No hay miedo. Explica Carlos: "Sabemos que hay 200 millones de casas rurales, muchas de ellas se mueren de hambre porque el concepto es bueno, pero está saturado. Hay un público que quiere ese mismo concepto de casa rural en las ciudades. Esa es una idea aproximada. A nosotros no se nos podría clasificar. Quizá estaríamos en el apartado de hotel con encanto, pero tampoco es eso. Y tampoco somos una pensión, que es un término que el propio mercado ha convertido en peyorativo". Continúa: "Para la temporada alta no hay problema. Las diez habitaciones se llenan todo el verano. Queremos que el resto del año el espacio siga vivo, que la casa sea un centro de diseño, impartir cursos, concierto de formato reducido..."

Y todo esto se ha hecho sin pedir un duro a los bancos. Carlos no quiere ni oír hablar de la palabra crédito. Si el negocio funciona, bien; si no, a otra cosa. Nada de ponerse unas soga al cuello."Hemos invertido buena parte de lo que teníamos. ¿Y sabes en lo que mas hemos invertido? En camas, en buenas camas, en buena ropa de cama. Nuestras camas no desmerecen de las de un gran hotel. Porque queremos ofrecer cercanía, pero también comodidad".

De las obras en la casa, también previstas, prefiere casi ni hablar. Lleva meses esperando una licencia municipal. "Parece que el ayuntamiento no tiene prisa por crear empleo", se queja. Carlos y su chica no son los únicos. Poco a poco se está creando una red de establecimientos de este tipo. Comparten información. "Hace poco vino una pareja de Córdoba que tenía un hotel de este mismo tipo. Vinieron para conocer qué  habíamos hecho nosotros y nos intercambiamos información. Hay otro centrado en el surf pero que también tiene ese concepto". No muy lejos de aquí, a menos de 50 metros, una pensión trabaja el concepto británico del bed and breakfast. Lo pequeño, lo doméstico, busca su hueco.

En esas estamos cuando del cuartillo de los sillones sale una pareja madrileña de jóvenes con un café en la mano y un mapa. Están descansados, se nota. Arrastran sus maletas y cargan mochilas. Carlos abandona un momento la conversación para dirigirse a sus huéspedes y bolígrafo en ristre viaja con ellos, a través del mapa, por las playas más recónditas de la provincia. (Texto: Pedro Ingelmo).

3

Foto tomada en el antiguo Tiro de Pichón de la carretera de Jerez, hoy Bodegas el Tiro de Osborne (c.1960). De izquierda a derecha, Pepe Gamero Cívico, Miguel Castro, Conde de Osborne (entonces título Pontificio), Joaquin Osborne Tosar y Alfonso Osborne Vazquez.

La imagen está tomada justo debajo de los eucaliptos que aparecen al fondo de la fotografía del chalet.

 

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.

ACEPTAR
Aviso de cookies