Saltar al contenido

19

robertoromerolaffitte_puertosantamariaRoberto Romero Laffitte nace, de forma accidental, en Sevilla en 1940, pero es porteño de donde se siente, donde vive y donde disfruta de la vida.

Ese mismo año Mahatma Gandhi se reúne con el virrey de la India. El gobierno español dicta la ley para la represión de la masonería, el comunismo y demás movimientos «que siembren ideas disolventes contra la religión, la Patria y la armonía social». Mientras Ernest Hemingway publica: ¿Por quién doblan las campanas?, en España hace lo propio Enrique Jardiel Poncela con Eloísa está debajo de un almendro. Nacen también en 1940 Al Pacino, los políticos Alfonso Guerra y Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón; los músicos Ringo Starr y John Lennon, Pelé y Bruce Lee y también Frank Zappa.

Estudió en el Colegio de loa Pescadería y en el de la calle Luna. Mas tarde, en Sevilla, haría el Peritaje Industrial. Se casa con Maruja Miura con quien tiene cinco hijos, --el mayor, Roberto tiene un restaurante en Madrid, Foccolare, del que daremos cumplida información con una nótula en Gente del Puerto-- . (En la imagen, Roberto Romero Laffitte).

Dado que su padre, Alejandro Romero Osborne, marqués de Arco Hermoso , tenía tierras en Dos Hermanas, trabaja allí en la explotación agrícola y ganadera conocida como ‘La Huerta de Curro’. A los dos años se viene a El Puerto  a vivir en la casa familiar en la calle Durango y con 22 años se incorpora en la fábrica alimentaria propiedad de la familia: Conservas Sur, donde permanecerá como Director de Producción hasta el cierre de la misma a finales de la década de los setenta del siglo pasado. Su hermano Alejandro, también estuvo trabajando en la conservera familiar.

arcohermoso_puertosantamaria

Patio de la Casa del Marqués de Arco Hermoso en calle Durango. Desde el patio se accede al jardín y a otros patios secundarios, que en tiempos, fueron almacenes, bodegas y otras dependencias. (Del libro 'Casas Señoriales de Andalucía' de Patricia Espinosa de los Monteros. Ed. Cartago. 1998.  Foto: Francesco Venturi).

Se queda viudo con 47 años –hace 19—y con la ayuda de ambas familias saca a sus cinco hijos adelante. Ha ejercido como director en Cádiz de la Compañía GES (General Española de Seguros), durante cinco años, al término de los cuales volvió a su ciudad natal para ejercer como adjunto a la Dirección Comercial de Puerto Sherry, con Agustín Silvela de la Hidalga, --promotor del puerto que continúa en El Puerto--, jubilándose por problemas de salud de forma anticipada. Cuando se operó de una afección severa de garganta, se vino abajo. Pero su afición: la pesca le ayudó a salir adelante. Compró la tienda Caza y Pesca y allí estuvo defendiéndola hasta que cambió la reglamentación laboral, en la Ribera del Río. En la actualidad se dedica a sus nietos.

robertoosborneguezala_puertosantamariaCONSERVAS SUR.
La fábrica de Conservas la funda Roberto Osborne Guezala, en 1926, obteniendo autorización para la instalación de la fábrica de “Conservas alimenticias de carnes y pescado y la de frutas y hortalizas” en la calle Valdés, núm. 5, esquina con la calle Comedias, lindera con las fincas de Crevillet y el Recreo de Rafael Fernández de Haro (lo que hoy es La Ponderosa y Los Cedros). Ocupaba una superficie de 12000 metros cuadrados. Al frente de la industria alimentaria pone a su hijo, Eduardo Osborne Vázquez, estando al frente de la misma durante 12 años. El aporte de materia prima pesquera desde El Puerto se debilitó y se empezó a traer el género desde el puerto de Punta la Isla (Gallineras) en San Fernando. Como a los pocos años continúa faltando la pesca, Roberto Osborne cierra la fábrica y se marcha a Sevilla, donde continuaría una aventura empresarial iniciada junto a su hermano Tomás, en 1904,  la fábrica de cervezas La Cruz del Campo. Así, desmantela la fábrica de conservas y reutiliza los formeros y demás piezas de las naves de la conservera para ampliar la empresa cervecera sevillana. Según documentos del Archivo Municipal, en 1937 la fábrica de conservas, inactiva, se encuentra en Testamentaría, convirtiéndose la cervecera sevillana en sociedad anónima. (En la imagen, Roberto Osborne Guezala).

tranviadospisosbarcelona

Tranvía de dos pisos en Barcelona, con propaganda de La Cruz del Campo.

eduardo_felipe_osborne_puertosantamaria

Eduardo y Felipe Osborne Vázquez, empresarios conserveros y cerveceros.

En esa tesitura, Roberto Osborne Guezala, le ofreció la fábrica de conservas a su sobrino, Alejandro Romero Osborne, militar, que se retiró con la graduación de capitán. Y Eduardo y Felipe Osborne Vázquez se quedan en Sevilla con La Cruz del Campo. Se dio la feliz circunstancia que, previamente, en la Exposición Iberoamericana de 1929 de Sevilla, La Cruz del Campo y Conservas Sur tenían los expositores uno junto al otro, la primera inspirada en el Hospital de los Venerables de Sevilla, con lo que el visitante salía satisfecho con su caña de cerveza y la tapa de sardinas sin piel y sin espinas, de nuestras conservas.

cruzdelcampo_dominguezbecquer_sevilla

La sevillana Cruz del Campo, pintada por Domínguez Becquer, de la que toma el nombre la fábrica de cervezas fundada por el emprendedor porteño.

alejandroromeroosborne_puertosantamariaAlejandro se encuentra con que tiene la marca, tiene los locales y ya está, por lo que tendrá que crear nuevas infraestructuras para poner en marcha de nuevo Conservas Sur. Así, alquila una fábrica en Barbate, la dota del equipamiento necesario y al ser un puerto de mar receptor del género que necesita, empieza a fabricar conservas de pescado. En El Puerto quedarían las fábricas de vegetales y salsas y el almacén distribuidor de la firma. El marqués de Arco Hermoso se desplazaba a Sevilla y participaba en las subastas de las naranjas agrias de las calles, plazas, paseos y las del Alcázar sevillano.

Nos encontramos en 1968, Roberto Romero Laffitte cuenta con 28 años. Mientras, al haberle expropiado el estado a su padre ‘La Huerta de Curro’ en Sevilla, el de Arco Hermoso adquiere a su buen amigo Miguel Martín Navarro, de Ayamonte, una fábrica de conservas que construyó dicho ciudadano al amparo del Polo de Desarrollo de Algeciras, impulsado por el ministro López Rodó, quedando ésta para la exportación: Alemania, Italia, EEUU y Norte de Europa. Funcionarían así tres fábricas, junto con la de Barbate y la de El Puerto. (En la imagen, Alejandro Romero Osborne, Marqués de Arco Hermoso).

conservassur_plano_puertosantamaria

La fábrica estaba  situada en la calle Valdés, núm. 5, esquina con la calle Comedias, lindera con las fincas de Crevillet y el Recreo de Rafael Fernández de Haro (lo que hoy es La Ponderosa y Los Cedros). Ocupaba una superficie de 12000 metros cuadrados, distribuidos en una gran sala de máquinas, calderas,  lavaderos, depósito de sal, los almacenes, las oficinas de la empresa y la vivienda del ingeniero, además de una pista de tenis. En la actualidad se encuentran unos bloques de vivienda de promovidos por inmobiliaria Azul Mediterráneo, en su día propiedad de Rumasa. El arquitecto de la Conservera fué Manuel Romero Planas, el mismo de los Baños Termales de la Punttilla o del Cinema España.

conservas_sur_publi_puertosantamariaLOS TRABAJADORES DE LA CONSERVERA.
Conservas Sur llegó a tener una gran cantidad de trabajadores en todos sus centros de producción, más de 350 obreros. Barbate: 90 mujeres y 15 hombres. Algeciras: 70 mujeres y 7 hombres, El Puerto: 119 mujeres y 42 hombres, así como los eventuales en vegetales, más el personal de escritorio. Como se puede apreciar, la mano de obra femenina, mas cuidadosa, dominaba en los empleados de las distintas fábricas.

Los hermanos Bollullos fueron hombres claves en la organización de las dos fábricas más cercanas: José María Bollullos en la conservera de El Puerto y Francisco en la de Barbate; eran hermanos del fundador de la imprenta Bollullos de la calle Cielos, naturales de Puerto Real pero residentes en El Puerto. Personal de total confianza de la propiedad, por sus manos pasaron la gestión del día a día “—y nunca faltó una lata” en palabras de Roberto Romero, cuyo agradecimiento a estas familias ha quedado patente.

| Antonio Gil y Juan Muñoz, en el escritorio de Conservas Sur.

Por el escritorio pasaron conocidos vecinos de El Puerto y eficaces administrativos: Juan Martín Vélez, Manuel Ortega, Antonio Gil González y su hermano Abelardo, Juan Muñoz Aparicio, José Villar… El ingeniero director, encargado de la fabricación de los productos, que tenía vivienda propia en los terrenos de la fábrica, era suizo y está enterrado en nuestra Ciudad: Carlos Zuiki.

conservas_sur_tomate_puertosantamaria

La historiadora Isabel Pérez Sánchez, publicó un interesante trabajo en el número 20 de la Revista de Historia de El Puerto: ‘Las obreras conserveras portuenses durante la II República’, del que extraemos el siguiente texto: “Estas labores se llevaban a cabo dependiendo de la recogida de las cosechas o de la captura de las caballas. Esta situación va a condicionar la vida de la fábrica: los horarios, el número de trabajadores y el tipo de contratos, períodos y personal dedicados al trabajo, etc. En cuanto al horario, éste se alargaba cuando las necesidades de trabajo lo exigían. También el número de trabajadores variaba según las distintas épocas del año: en primavera y, sobre todo, en verano, era cuando el personal de la fábrica se hacía más numeroso. Primeramente por las frutas y hortalizas, y en segundo lugar, y más importante, por la llegada de los barcos cargados de caballas.

conservas_sur_tomatepimiento_puertosantamaria

Hay diferentes referencias de cifras de trabajadores conserveros, pero siempre, el mayor número de éstos, lo constituían mujeres. La mayoría de ellas trabajaban sólo temporalmente, según las necesidades de la fábrica. El personal fijo, por lo tanto, era mínimo y lo formaban, sobre todo, hombres. Según el informe de sanidad presentado en el expediente para la apertura de la fábrica, en ésta debían trabajar unos 50 trabajadores. En realidad, el número de obreros fijos no era ni la mitad de esta cifra, sin embargo, en épocas importantes de trabajo se podía llegar a triplicar, aunque siempre con trabajadores eventuales y en su mayoría mano de obra femenina. Las mujeres limpiaban el producto (caballas, tomates...) y, después de cocidos y preparados, se colocaban en las latas. Los hombres se dedicaban, sobre todo, a la carga y descarga de la mercancía, su transporte y colocación dentro de la fábrica, las calderas, etc.

conservas_sur_guisantes_puertosantamaria

En la fábrica existían dos categorías dentro de las obreras: las operarias estibadoras y las denominadas de “faenas varias”. Estas últimas constituían la mayoría de las trabajadoras. Su trabajo, como su nombre indica, consistía en dedicarse a lo que según el momento era más necesario: limpiando y pelando las frutas y hortalizas, descabezando y limpiando las caballas, limpiando las latas de conservas... Para estas faenas no hacía falta cualificación, ni aprendizaje y, en determinados momentos, eran realizados por todas las mujeres de la fábrica.

conservas_sur_salsaindia_puertosantamariaAsí, con la llegada de los barcos de caballas, todas las mujeres acudían para su limpieza y preparación, durante todo el tiempo que fuera preciso para ello, al ser el pescado un producto muy perecedero. Una vez limpias y cocidas las caballas, las operarias estibadoras las arreglaban y las iban colocando en las latas de conservas. Para realizar este trabajo se requería un aprendizaje con anterioridad. Se tenía en cuenta la destreza y rapidez en la práctica de la estiba. La mayoría de las veces se trabajaba “por cuenta”,  es decir, según el número de “bandejas” de latas de conservas llenas, así se cobraba. Acelerando el ritmo de trabajo, podían ganar más dinero.”

conservas_sur_bonito_puertosantamaria

LOS PRODUCTOS.
Sin lugar a dudas los productos estrella fueron en pescados, los filetes de caballa, de melva y una variedad que el fundador de Conservas Sur sacó al mercado: filetes de bonito chico en aceite, que daba unos filetes muy blancos y también en tomate; aún en chico en aceite. Otro producto singular eran las sardinas sin piel y sin espinas, demandadas por el mercado alemán; durante los últimos cinco años de existencia de la fábrica, toda la producción de sardinas de la factoría de Algeciras la destinaron para la fabricación de este producto, muy complejo de elaborar. En escabeches: sardina, caballa y atún. En Vegetales, melocotón en almíbar, guisantes, alcachofas, tomate triturado, judías verdes, champiñones, tomate al natural con pimientos verdes asados. En Salsas: Salsa Cátsup, Salsa India, Jalea Real, Jaleas de Vinos de Jerez, Salsa Vinagreta, Salsa Mayonesa. En mermeladas: de brevas, que era la especialidad porque no la fabricaba nadie; de naranja agria, de albaricoque, de melocotón y piña, de jalea de uva, de ciruelas, de fresa… y hasta Spaguetti con Tomate.

conservas_sur_catsup_puertosantamariaSe daba la circunstancia de que para recibir en buen estado las fresas con las que se preparaban las mermeladas, había que extremar las precauciones de conservación y transportes. Un caro con 200 canjilones de noria de barro, llenos de fresas pequeñas (3 kilos aproximadamente ), cerrados con hojas de higuera con un atadillo de palma, viajaban toda la noche, --desde el campo hasta la fábrica-- entre las seis de la tarde hasta las ocho de la mañana, para resistir de la mejor manera posible el calor.
Desde Conil venían las brevas y del campo de Chipiona, en grandes cantidades, de la huerta de Roberto Jiménez Tamplin.

LA BODEGA DE VINAGRE.
Conservas Sur tenía una bodega de vinagre para las conservas. En la actualidad mantienen seis botas procedentes de aquella bodega así como ‘la madre’, la bota madre a la que denominan ‘Santi Ponce’, con más de un siglo de antigüedad. Roberto y Juan son copartícipes de esa solera de vinagres.

conservas_sur_breva_puertosantamaria

LOS PROBLEMAS Y LOS TIEMPOS.
Pasan los años y ya en 1978 la actividad extractiva de la pesca desciende de forma significativa, como consecuencia de los desajustes y acuerdos pesqueros con Marruecos. Para que la fábrica funcionara había que invertir en naves y equipos de refrigeración; había que comprar la producción completa de los barcos de pesca. La crisis llega también a los vegetales, y eso que la California de Andalucía estaba en Chipiona, con los cultivos intensivos y de invernadero; pues bien, había que traer la materia prima desde Murcia, con el consiguiente aumento de los costes en transportes y fletes de la mercancía.

conservas_sur_melocoton_pina_puertosantamaria

La fábrica no pudo más y cierra. A finales de la década de los setenta, la inmobiliaria Azul Mediterráneo, propiedad de Rumasa, derriba las naves y construye una promoción de viviendas en lo que fue una de las mejores fábricas de conservas de Andalucía. Hubo posibilidad de que la fábrica se instalara en Agadir (Marruecos) pero fue algo que desechó la propiedad. Incluso, a la fábrica de Barbate venía periódicamente un ciudadano marroquí a cobrar el impuesto revolucionario, para que los barcos pudieran continuar faenando en los caladeros marroquíes.

conservas_sur_manzana_puertosantamaria

Llegaron a existir 22 fábricas conserveras en nuestra provincia y, en la actualidad escasamente quedan: El Rey de Oros, la Tarifeña, Marina Real, Diego Piñero y Ubago. En la actualidad, la propiedad de la marca Conservas Sur, pertenece a Osborne y Cía. S.A.

conservas_sur_ciruela_puertosantamaria

LAS CONSERVAS GADITANAS Y PORTEÑAS EN LA ANTIGÜEDAD.
Escribe el periodista e investigador Francisco Andrés Gallardo: "Junto a las animadoras más sicalípticas que vieron los banquetes imperiales, las puellae gaditanae, el nombre de Gades, la urbe más importante y conocida de la Bética de la Antigüedad, estaba unido al vino y a la salsa garum que algunos quieren ahora recuperar, o al menos reinventar. Gracias a las corrientes del golfo gaditano, la calidad de nuestros pescados azules, los peces grasos de nuestras costas, como atunes, sardinas y caballas, hicieron del garum gaditano el más afamado de todos los que se degustaban en la mesas, republicanas e imperiales, de Roma. El secreto estaba en la masa de las tripas. El garum era la maceración con hierbas aromáticas, vinagre y aceite de oliva de las tripas de pescado azul, aunque no nos ha llegado su fórmula, pero sí disponemos de los restos de factorías como la de Bolonia. Ysu subproducto, el escurrido, era el allec.
garumLa cocina mundana de los tiempos romanos era muy limitada en productos y recetas. La clase alta era la que podía permitirse delicatessen excéntricas como mamas de cerda, marmotas de los ríos galos y flamencos del Nilo. Todo ello, claro, especiado con garum gaditano.
El gastrónomo Apicio nos legó el más completo recetario de la época. He aquí la receta de un flamenco con salsa garum: se limpia el ave en una marmita de barro y se cuece hasta que se reduzca a la mitad el caldo. Se pasa entonces a una olla de hierro con aceite, cebolla, coriandro y un buena ración de garum. Se deja cocer y se le añade vino cocido para aportarle color oscuro. Cuando la carne esté blanda, se añade pimienta, apio, comino, silphium (especie vegetal extinguida), ruda, moscatel y miel y se deja reducir la salsa, a la que se agrega algo de harina para que termine de espesar. Se sirve adornando el ave con sus plumas y otros aditamentos adecuados... Esto no era precisamente
fast food. "

14

Agustín Vela Mariscal (1914 -2005), hijo de Antonio y María vivió casi 92 años, era el segundo de siete hermanos. Nació en la Granja San Javier, en la zona del Molino, junto al actual Parque del Vino Fino, terrenos que él había labrado en su juventud, pues se sentía hortelano y presumía de ello. Estudió poco tiempo, un año, pero le cundió y aunque fue una lástima que no continuara estudiando por tener que atender las obligaciones del campo, era una persona con una inteligencia natural innata. De niño, con apenas 10 años, llevaba, casi a diario, las frutas y verduras a Cádiz en el Vapor, donde alguien las recogía. Empezó a vender huevos, en canastos de la granja,  en la Placilla, delante del almacén de Nicanor. De jovencito llegó a ganar un concurso adivinando si los huevos de granja estaban sanos o si, por el contrario tenían alguna tara.

agustinvela_padres_puertosantamaria

Los padres de 'el Vela': María Mariscal Muñoz, natural de Cádiz pero oriunda de Jerez, y Antonio Vela Aragón, natural de Chiclana.

El día de su nacimiento la Comisión Europea, publicaba un proyecto de reforma de la agricultura, la verdadera vocación de Agustín. Ese año se abriría al tráfico marítimo el Canal de Panamá y Benedicto XV sucedería en el papado a Pio X. También 1914 es el año de la I Guerra Mundial, el 28 de julio declararía la guerra Austria-Hungría a Serbia; el 1 de agosto Alemania a Rusia; el 4 de agosto, Alemania a Francia y el Reino Unido a Alemania; el 5 de agosto Austria Hungría a Rusia y el 23 de agosto Japón a Alemania. Agustín venía al mundo en un ambiente enrarecido en la convulsa Europa de principios del siglo XX.

agustinvela_soldado_puertosantamaria

Agustín, de soldado, el segundo por la izquierda, en un bar de Córdoba. Hizo la mili junto al que fué ministro franquista, José Solís Ruiz --con quien mantuvo siempre una dilatada correspondencia-- y con el porteño Manolo Gatica. Le escribía las cartas a los soldados que no sabían leer y escribir.

Se marcha al servicio militar, estando principalmente en la Sierra de Córdoba, y también en Málaga. En Córdoba le cogió la Guerra Civil Española, con 22 años. Algunos historiadores la consideran como el preámbulo de la II Guerra Mundial, puesto que «sirvió de campo de pruebas para las potencias del Eje y la Unión Soviética, además de que supuso un desenlace, principalmente a raíz de la llamada Revolución social española de 1936, entre las principales ideologías políticas de carácter revolucionario y reaccionario (o contrarrevolucionario) que entonces se disputaban en Europa y que entrarían en conflicto poco después.» (W).

agustinvela_acaballo_puertosantamaria

Agustín, a caballo, en la Granja San Javier.

Vuelve a El Puerto tras la guerra y se incorpora a la huerta familiar, a la Granja San Javier para, más tarde, trabajar con el mayorista de frutas y verduras Felix Pérez Peral, donde cobró sueldos por encima de la media y es que, Agustín cobraba más porque era el que más trabajaba. Iban a Sevilla o Málaga en camiones a buscar el género y por el camino ni dormían, vigilantes, para que no les robaran la mercancía.

agustinvela_puestofuera_puertosantamaria

Agustín, ante el puesto de frutas y verduras en el exterior de La Placilla. Hubo un tiempo en el que las autoridades municipales decidieron, no solo impedir los puestos al aire libre, sino que eran perseguido por  los guardias municipales. Más de una vez le requisaron el género y él siempre pedía que 'lo entregaran al Asilo de Ancianos'.

Su abuelo tenía una huerta alquilada y con el reparto que dio la cosecha instaló un pequeño puesto en la Placilla, delante de la que luego sería su casa, precursor del gran puesto familiar de los Vela de toda la vida. Existían precedentes familiares, ya que la hermana de Agustín, Manuela, ya tenía un puesto de verduras en la calle Luna.
La aventura de la compra de género era algo cotidiano, hasta llegar a conocer todos los campos de El Puerto, Rota, Sanlúcar y Chipiona. En esos trances lo ayudaba Juanele  --Juan Robles-- un hombre fuerte que le acompañaba en el acopio de aquellos productos de primera necesidad.

agustinvela_familia_puertosantamaria

Ante el monumento del Sagrado Corazón, en la Plaza de los Jazmines, camino de la Feria situada en la Victoria, con su mujer y parte de los hijos.

LA FAMILIA DE AGUSTÍN.
Tras cinco años de noviazgo, se casa con Carmela Durán Valle (fallecida en 2006), con la que tiene siete hijos, alcanzado la misma cifra de descendencia que hermanos fueron los Vela Mariscal. Así, los hijos de la familia Vela Durán son Mari Carmen, Agustín, Milagros, Antonio, Quisca, Conchita y María Jesús, esta última casada con el torero de plata, Gregorio Cruz Vélez. Todos pusieron su grano de arena en el negocio familiar, todos echaron una mano al padre y a su madre, quienes trabajaron muchas horas en el negocio para sacar tan larga prole adelante. La empresa, en sus mejores momentos, llegó a tener algunos trabajadores externos.

agustinvela_002_puertosantamaria

Agustín Vela, al que gustaba ponerse para trabajar un gorro de paseo de los 'Marines' americanos. Fue el primer proveedor de la Base Naval de Rota.

EL PROVEEDOR DE LOS MEJORES.
Los principales restaurantes de El Puerto, Cádiz y Jerez y hoteles de la zona, así como ciudadanos de las poblaciones limítrofes --”el señorío de Jerez”-- venían a El Puerto a avituallarse y a comprar el género que ofrecía, por su calidad, presentación y exigencias, Agustín Vela. Fue el primer proveedor de la Base Naval de Rota y continuó siéndolo, incluso, cuando empezaron a salirle competidores que acababan tirando el precio de las mercancías. Al final, cuando no podían atender los compromisos, los americanos acababan acudiendo al puesto --o mejor dicho-- al mayorista/detallista de frutas y verduras porteño. Precisamente, muchos americanos venían a título particular a comprar a su puesto de La Placilla, y es que se corría la voz e incluso, venían conocidos de otros militares que, con anterioridad habían estado destinados en Rota.

carmenduran_02_puertosantamaria

Carmela, la mujer de Agustín, con una cliente-amiga norteamericana. Lo cierto es que la clientela de 'el Vela' tenía sus preferencias: había quien prefería ser despachado por Agustín o por su mujer.

GENIO, CARÁCTER Y EXIGENCIAS.
Agustín era muy exigente, le gustaba la limpieza, la buena presentación del género, era un perfeccionista en su trabajo, lo que quizás hiciera que tuviera “prontos” que le dieron fama de tener mal genio. Pero se le pasaba pronto. Tenía mucho sentido del humor --señal de inteligencia-- o en palabras más coloquiales de otros: «--era un cachondo, con el que no tenías más remedio que reírte de sus ocurrencias». Tan exigente era que enseñó a medio campo de Sanlúcar a plantar los pimientos, porque, afirmaba: «--Los pimientos no tienen porque salir torcidos, eso es cosa de malletos malos».

agustinvela_1933_castroverde_puertosantamaria

Agustín Vela, en 1933, posando en el Estudio de Castroverde. De futbolista y de paisano.

racing_1933_puertosantamaria

Agustín, el segundo por la derecha de pie, con el equipo del Racing Club Portuense. El quinto por la izquierda es José Domínguez Neto, el sexto es Luis León: era un medio alto, muy seguro y de gran toque de balón. El portero es Joaquín Camacho, que vino procedente del Triana CF, padre de la mujer de José Antonio López Esteras. La foto está tomada en el famoso Campo del Tiro de Pichón, era un terrero de juego yerboso  y de grandes dimensiones. El Racing se trasladaría al campo de Eduardo Dato, allá por 1941. La foto está tomada en 1933.

FÚTBOL: RACING Y MIRANDILLA.
Desde muy joven jugaba al fútbol, a pesar de que el padre no le dejaba, abrumado por las obligaciones de atender la granja: el ordeño de las vacas, atender a los animales de granja o las labores del campo; aún así, harto de trabajar, Agustín se escapaba y entrenaba siempre que podía, para acabar jugando como titular, primero en el Racing Club Portuense y luego en el Mirandilla de Cádiz. Le llegaron a apodar “el caballo” por las patadas que daba --¿al balón o a los jugadores contrarios?-- lo cierto es que hubo un ajuste a patadas con dos hermanos futbolistas. Es verídico que fue un jugador muy reconocido, empero, una lesión de espalda le obligó a retirarse, ya que estuvo a punto de quedar tetrapléjico.

racing_1935_puertosantamaria

Banquete homenaje a los jugadores del Racing Club Portuense, en 1935, el 23 de octubre. Entre ellos podemos ver a Agustín Vela, José Domínguez Neto, Paco Sevillano, Luis Ortega, Los Genaro, José Antonio Terrada Alemán y Antonio Torre Santiago.

Magnífico bailarín, en el Casino “hacía raya”, tenía como pareja de baile a la señorita Blanquer, hermana de Anita y Teresa. Muy religioso, era devoto de la Virgen de los Milagros y uno de los que acompañaban al paso de la patrona, cuidando de uno de los laterales del mismo. Ayudó siempre que pudo a las Hermanitas de los Pobres que existían en la calle Cielos y al Asilo de Ancianos.  El almacén de frutas y verduras cerró, tras el fallecimiento de los iniciadores de esta saga en El Puerto, el año de 2007.

agustinvela_reina_puertosantamaria

Agustín Vela, en una instantánea tomada en las Bodegas Terry, con Miguel Reina, portero que fuera del Atletico de Madrid y tambien del Barcelona. Su hijo, José Manuel, es decir, el nieto del cocinero del Hotel Meliá Caballo Blanco, con quien Agustín mantenía una buena amistad, es en la actualidad jugador de la selección española y del Liverpool.

agustinvela_fruteria_puertosantamaria

La Tienda de Frutas y Verduras de Agustín Vela, en su última etapa.

ndiaga_saga_puertosantamaria

Ndiaga (pronúnciese Yaga) Sama, nació en Touba (Senegal) el seis de septiembre de 1980. Hijo de Mor y Amiy, estudió el Graduado Escolar en su Ciudad natal, una de las más importantes de su país. La ciudad santa de Touba, en Senegal, es una especie de Vaticano, un emporio espiritual y económico musulmán, el centro de la orden sufí del Muradismo, donde se asienta la Gran Mezquita. Con once años se vino a España con su padre, desde Casablanca, dado que su progenitor “tenía papeles” de residencia en nuestro país. Y primero vivió en San Fernando, luego en Puerto Real, donde reside, aunque El Puerto es uno de sus lugares de trabajo desde que llegara a la Bahía de Cádiz. En El Puerto es muy querido, algo que nos consta y, según afirma, nunca ha sido discriminado por el color de su piel, aunque no siempre ha sido así en otros lugares de Andalucía. “¡Na ga deff!”, o lo que es lo mismo “Hola», lo saludamos.

En nuestro país estudió lo básico para saber leer y escribir el idioma español. Y luego ya vendría el trabajo, la venta ambulante de artesanía, bisutería, complementos y cosas de su país. Ferias de toda Andalucía y Extremadura, el Paseo Marítimo de El Puerto o el Parque en verano son sus lugares de trabajo, como un nómada buscando el sustento para su familia. También trabaja de forma ocasional con una empresa de montaje de andamios portorrealeña, Gadur, en Sevilla principalmente; la crisis en la construcción ha reducido al máximo este trabajo. Tuvo hace tiempo una novia blanca en San Fernando pero en la actualidad, está casado con Fatiy y tiene tres hijos Mor, Mahkt y Khadi, dos niños y una niña de los que se siente especialmente orgulloso y por los que se afana en encontrar trabajo.

senegaleses_puertosantamaria

Niños por una calle/camino de Touba (Senegal).

TOUBA, CIUDAD SANTA.
«La Ciudad de Touba, como ya hemos indicado, es como la Meca de Senegal o el Vaticano para el mundo católico, es un importante centro económico y espiritual del sufismo musulmán del Muradismo. El Sheij Ahmad ibn Muhammad ibn Habiballah (1854-1927), más conocido como Ahmadú Bamba, fue el fundador del muridismo en 1883, la orden sufí más influyente de las cuatro existentes en el Islam senegalés y gambiano. Sus herederos, hasta ahora, sus cinco hijos, se han ido sucediendo en la cabeza de la cofradía hasta el jeque general actual, Serigne Saliou Mbacke, un anciano de 91 años, líder de los murides desde que murió su hermano mayor en 1990.

mezquita_touba_puertosantamaria

La Gran Mezquita de Touba, construida en 1963; ceerca se encuentra la tumba del fundador del Muridismo.

Los senegaleses, murides o no, acuden a vivir a Tuba atraídos por el bajo precio del suelo que oferta la cofradía y por los privilegios que disfrutan sus ciudadanos. Por ejemplo, no pagan el agua que consumen y hasta hace pocos años gozaban de un fuero jurisdiccional distinto que escapaba de la autoridad de jueces y policías. Pero, ¿de dónde surgen estas peculiaridades? ¿por qué el desfile de embajadores y personalidades extranjeras a Tuba es obligatorio tras la visita al presidente del país, Abdoulaye Wade? El fundador del Muridismo, el equivalente a un santón ermitaño que dejó una gran producción escrita, incluída poesía, fue una figura clave de la formación del Senegal independiente. Apóstol de la no violencia, Bamba, obtuvo el favor de los colonizadores franceses tras el largo exilio de 12 años que le impusieron.

El envío de divisas para la asistencia a los pobres en las mezquitas y el engrandecimiento de las obras de Tuba ha sido una constante en la cofradía. De hecho, la mayor parte de los senegaleses que recorren las playas españolas vendiendo artesanía y otros objetos son murides afanosos que abonan sus contribuciones al morabito que les visita y asiste con consejos prácticos sobre práctica religiosa y de vida en general. Esto ha enriquecido al muradismo enormemente y convierte a la hermandad en un vector de influencia política clave en su país. Tan es así que el presidente Wade (también murid) procura no ausentarse de la peregrinación anual al mausoleo de Bamba en Tuba, el gran magal, de fecha variable y en el que participan cientos de miles de personas. También tras las elecciones, al día siguiente de su victoria, su primera visita oficial la rinde al “jeque general” de su hermandad.» (Webislam).

2

guillermorivasramirez_puertosantamaria-1Guillermo Rivas Ramírez (1900-1962) nació en nuestra Ciudad, quedando huérfano desde muy joven, con nueve años, siendo reclamado por dos tías que vivían en La Habana (Cuba) donde tenían plantaciones de caña de azúcar. Allí permaneció hasta que, insuflado de patriotismo, quiso hacer el servicio militar en España. Hasta su regreso a nuestro país se preparó en contabilidad, mecanografía, taquigrafía, pues tenía claro que con formación era como se podía salir adelante en la vida y, consiguientemente, en el mundo de la empresa y los negocios. (En la fotografía de la izquierda, Guillermo Rivas, con el uniforme de sargento de Regulares, durante el servicio militar, en 1921).

EL DITERO.
Tras el Servicio Militar, se instala en El Puerto y monta su primera empresa, con 22 años: hace un Libro de Dita, lo que le permitirá hacerse con un capital que posibilitará la posterior creación de otros negocios y empresas. Del relato “El Ditero” de Mateo Bellido Rojas: «En casa, pues, vivíamos con lo justo. Si mi madre juntaba algún ahorrillo, un tipo sonriente aparecía con un paquete bajo el brazo. Una vez, por Navidad, era una caja surtida de mantecados. Otra, una plancha eléctrica. Por fin, otro día, se encendió el primer transistor a pilas y el hogar se fue llenando algo, aunque sólo fuera de voces fantasmas. Le llamábamos “el ditero” y era habitual en las tardes de radionovela, merienda de cuenco de pan con aceite y chocolate rancio, que apareciera a cobrar una pequeña parte de lo que se le debía», con una libreta de tapas duras, en la que se llevaban las cuentas de cada vecino, cogido con unas palomillas. «Los pagos se eternizaban y, cada poco tiempo, me hacían sumarlos para saber si quedaba mucho. Cuando se liquidaba una cuenta, ya se podía pensar en abrir otra. Nunca noté que perdiera la sonrisa ante la imposibilidad de un pago y no creo que se cobrara intereses, pero para todos era que tenía dinero».

esquinabuenavista_molinamora_puertosantamaria

Esquina del Bar Buenavista, según una acuarela del porteño José Luis Molina Mora, basada en una fotografía de finales del siglo XIX.

micaela_aramburu_puertosantamaria

El Bar Buenavista a la derecha ya en el siglo XX; en frente la Avda. Micaela Aramburu, con las palmeras no muy altas, que conforma el actual espacio de dicha calle. (Foto Colección Carlos Pumar Algaba).

CAFÉ BAR BUENAVISTA.
En 1932 Guillermo Rivas se hizo cargo del Bar Buenavista en el que permanecería hasta el final de su vida laboral, durante 30 años más. Aquel lugar fue conocido como la “Tienda del Hierro” dado el material del que estaba fabricada la marquesina de la terraza. Escribe Enrique Pérez Fernández en su libro “Taberna y Bares con Solera”: «En 1889 era un café así llamado, de Ramón Ariza Sánchez, años después llevado por su hermano Andrés (el del Café La Marina de la Pescadería), hasta que en 1932, tras explotarlo unos años Antonio Vázquez, pasó a manos de Guillermo Rivas Ramírez». Todavía se pueden imaginar, entre sus paredes, los gritos en los juegos de cartas de la época: rentoy, mus, tute tute subastado... de los parroquianos.

cafe_buenavista_puertosantamaria

Publicidad del Bar Buenavista, siendo propiedad de Guillero Rivas.

Con el tiempo, Guillermo se iría haciendo de casi todas las casas de la Plaza de las Galeras: donde hoy se encuentran el Bar Liba, el Mesón Ibérico, la Galera Real --regentada hasta su reciente jubilación por Luis -Lucky- Rivas, propietario del establecimiento-- el Buenavista --Bar El Vapor, desde 1998-- y los antiguos billares y fábrica de gaseosas, hoy el Bar Loco de la Ribera. Una excepción La Mezquita, propiedad de los Pasage, que conectaba la esquina de Jesús de los Milagros con la Plaza de Las Galeras, por la calle Luna. Todo un patrimonio inmobiliario.

zeppelin_puertosantamaria

Publicidad de Naranjadas y Limonadas El Zeppelin, fabricadas y vendidas en exclusiva para nuestra Ciudad por Guillermo Rivas.

FÁBRICA DE GASEOSAS: EL ZEPPELIN.
En Vergel del Conde, núm. 12, hoy Plaza de las Galeras Reales, donde como ya hemos dicho se encuentra, actualmente,  el Bar “El Loco de la Ribera” y anteriormente una sala de billares y futbolines (Salón Recreativo), estuvo ya avanzado el segundo cuarto del siglo XX, la fábrica de gaseosas y sifones, Espumosos Rivas. Allí fabricaba y tenía la venta exclusiva para el Puerto de las naranjadas y limonadas, “El Zeppelin”. Más tarde el local lo alquilaría, maquinaria incluida, a Revoltosas Madrid, a Juan de la Fuente Cros.
En la fábrica de gaseosas había dos mesas de billar en las que se jugaba “A Palillos”: a 31, 41 y 7 y media, estando en activo la fábrica, jugándose de tapadillo, con dinero, en aquella época de prohibición. Aquello hizo que, más adelante, se instalaran los billares y futbolines a los que hacíamos referencia.

familia_rivas_acal_puertosantamaria

Los hermanos Rivas Acal, casi al completo en una instantánea tomada hace  cerca de 20 años: Fila superior: Manolo (+), Guillermo (+), Milagros, Carmen, Rafa y Enrique. Fila inferior: Fernando, Ignacio, Lucky y Jesuli. En la foto faltaba Lola, cuya imagen actual (tomada el 16 de junio de 2009), reproducimos a continuación. (Foto Pielfort).

lola_rivas_acal_puertosantamariaCASAMIENTO Y  UNA FAMILIA LARGA Y NUMEROSA.
Nuestro protagonista se casa con Carmen Acal Fuillerat dejando una amplia descendencia de 12 hijos, «más los estropeados que no prosperaron», según las propias palabras del hijo núm. 11, Lucky. Estos son Milagros, casada con Esteban Tejada; Manolo, casado con Milagros Romero Vaca; Guillermo, casado con Manolita Felices, ATS que fue de Terry, bellísima persona al igual que su hijo Guillermo quien trabaja en el Area de Personal del Ayuntamiento; Pepe, que falleció a los 14 años, tras un “corte de digestión” al bañarse en la alberca de La Victoria, tras un sudado partido de fútbol; Lola; Carmen, casada con Juan Muñoz, empleado multifacético que fue, entre otras empresas del Cosario de Tablas, de Conservas Sur, de la Caja de Ahorros de Cádiz y Gestor de las Taquillas de la Real Plaza de Toros; Enrique, casado con Milagritos Carreto, ya fallecida, hermana de Alfonso y Rafael Carreto Martín-Arroyo; Rafa, socio durante más de 30 años de Lucky en los negocios de hostelería y alma mater de Lobo Hermanos “Mobilandia” hasta su jubilación, casado con Isi López; Fernando, empleado de Osborne, casado con Maleni Botella; Ignacio, casado con su mujer, Mari Carmen; Lucky, propietario del Bar La Galera, recientemente jubilado y casado con Manoli Lobo; y Jesuli, empleado de Unicaja, casado con Petri Marín.

plazagaleras_sXX_puertosantamaria

La Plaza de las Galeras y el Parque Calderón, en el primer cuarto del siglo XX.

UN HOMBRE BUENO.
El negocio principal de Guillermo fue el Bar Buenavista, que estuvo atendiendo hasta su fallecimiento, en 1962. Guillermo era un hombre que tenía mucho sentido del humor, algo que le contagiaría, por la vía de la sangre y del roce, a gran parte de su abundante prole. Sus hijos recuerdan, en el patio de la casa familiar en Vergel del Conde 12, hoy Plaza de las Galeras, tirados de la risa a Milagros, la hermana de Guillermo y madre de Luis y Enrique Gatica Rivas, a su padre, y a sus hermanos, por las ocurrencias que venían de la gracia innata familiar.
También es recordada todavía su generosidad. Guillermo Rivas era un hombre generoso que daba dinero y daba de comer --en aquellos tiempos de hambruna-- a más gente que habitantes tenía la casa familiar: «--Carmela, ahí te mando a dos o tres para que les des de comer», solía ser una constante en aquella vivienda siempre repleta de hermanos y visitas. Quitó mucha hambre.

6

adolfotosar_antiguo_puertosantamaria(Continuación). Adolfo Tosar Martínez, era el mas joven de los hermanos que habían sobrevivido a sus padres, sexto en el orden familiar y, como hemos podido ver anteriormente, el favorito de don Antonio Tosar Hernández. Había nacido en Cádiz en 1822, recibiendo una educación  más  completa y polifacética, marchando muy joven a Inglaterra para ocuparse del mercado  en aquellas islas de la producción vinícola familiar. Avecindado en Londres, venía periódicamente a El Puerto. Debió vivir con intensidad su juventud, suponemos, sentando cabeza ya maduro, pues se casó en 1870, bien pasados los cuarenta, en San Sebastián, con una señora de nacionalidad inglesa y ascendencia vasco navarra, llamada Manuela Zurutuza Fesser. (En la imagen Adolfo Tosar Martínez. Miniatura propieda de Camilo González Selma).

En los primeros días de 1873 lo encontramos en El Puerto, pensamos que llamado por su hermano mayor, cuyo estado de salud comenzaba a debilitarse, para que tomara las riendas de la sociedad. Parece que su intención era  la de trasladarse definitivamente a esta ciudad, o alternar temporadas de residencia entre El Puerto y Londres ya que, además de venir acompañado de su esposa y los dos hijos que en esa fecha tenía el matrimonio, redactó un testamento en la notaría de don Miguel Raventós, con fecha 8 de enero de 1873, en el que, entre otras disposiciones, indicaba: ”Mando que mi cadáver sea amortajado decentemente y enterrado en el cementerio del pueblo donde ocurra mi fallecimiento y que mi funeral sea lo más humilde posible,” evidenciando con ello su intención de continuar viajando.

vergeldelconde_1874_puertosantamaria

Fotografía coloreada del Vergel del Conde en 1874, actual Micaela Aramburu. La vista desde el actual Parque Calderón, muestra las casas que forman la Plaza de las Galeras Reales.

Entrando en  el terreno de las suposiciones, creemos que Adolfo y su familia retornó a Londres, una vez regularizados los asuntos mercantiles, quedando Manuel, solo y enfermo, bajo el cuidado de sus sobrinos y ¿ama de llaves?, la señorita Galvez (ver anterior nótula 298 de Gente del Puerto), quienes debieron influir en sus decisiones posteriores, entre ellas la revocación del anterior testamento, documento que, dicho sea a título de curiosidad, había sido firmado por él con una caligrafía pulcra y armoniosa, equilibrada y elegante, virtudes que posiblemente poseyera.

embarcandobotas_puertosantamaria

Embarque de botas en el Guadalete, en lo que hoy es un aparcamiento. Al fondo el Puente San Alejandro, la desaparecida Fuente del Sobrante, donde hoy está La Pontona (gemela de la Fuente de las Galeras). A la izquierda el Parque Caderón.

escudocabildo_1878_puertosantamariaLos acontecimiento se precipitaron poco después y los testamentos que se abrieron  fueron los de su hermano Manuel, fallecido el 5-11-1874, estando ausente Adolfo y... sin conocimiento del cambio de voluntad, en cuanto a la herencia, realizado por el finado. A las dos de la tarde, estando a punto de sentarse el Sr. Notario a la mesa para almorzar, se presentó en su casa, que le servía de despacho, un militar, comandante de caballería,  llamado Antonio Bayo Tosar para que hiciese llegar al Juez de Primera Instancia del Partido Judicial un escrito por él redactado “como sobrino carnal y único pariente en esta población de don Manuel Tosar, que acaba de fallecer, a la una y cuarto de la tarde...” Constituido el señor juez en el domicilio del finado, en calle de la Plata número 6, acompañado del antes citado notario, este redacta las diligencias realizadas en estos términos: “...presenté el testamento cerrado bajo mi custodia y examinado el exterior de este, (por el juzgado) lo halló perfectamente cerrado en un pliego del sello undécimo, cosido con una cinta de seda encarnada y lacrada por ambos lados sus aberturas, sin que en los sellos y firmas hubiese alteración ni enmienda alguna ni se advirtiese la más leve señal de haberse podido extraer ni introducir cosa alguna bajo su cubierta...” (En la imagen, escudo del  Cabildo Municipal en 1878,  siendo alcalde accidental J. de Pazos).

camino-de-urda_puertosantamaria

El Camino de Urdax, que lleva desde la calle Larga (desde donde está tomada la fotografía) a la Estacion de Ferrocarril. A la izquierda el Paseo de la Victoria, con el enrejado original.

Este último testamento contenía una serie de legados  para amigos y trabajadores de su compañía, de los cuales los más importantes fueron, el anteriormente comentado de 140.000 reales a doña María Gálvez Sánchez, a la que también legó los muebles de su casa habitación y otro de 40.000 reales a su fiel dependiente. En cuanto a los herederos, dispuso de la siguiente forma el reparto del remanente de sus bienes: 1/3 para su sobrino Manuel Bayo Tosar; 1/3 para los dos hijos de su hermano Adolfo, por partes iguales, 1/6 para sus sobrinos Antonio y José Vinuesa y 1/6 para Belén, Carmen y Manuela Bayo, sobrinos todos ellos, asimismo.

adolfotosar_esquela_puertosantamariaEstas disposiciones testamentarias destruían la estructura societaria, al formar parte de los bienes la importante participación en la misma del testador, salvo que los herederos y el otro socio llegasen a un acuerdo para continuar, determinando las respectivas participaciones, entente que no se produjo, mas bien todo lo contrario, originándose diversas discusiones y falta de acuerdo entre los afectados, de tal forma que uno de los primeros pasos que debían darse para establecer el importe real de los bienes del fallecido, como era la disolución de la sociedad, no se produjo hasta año y medio después. (En la imagen de la izquierda, esquela de Adolfo Tosar Martínez. Colección de CGS).

ADOLFO TOSAR Y CÍA.
Después del reparto, Adolfo Tosar continuó en solitario los negocios vinícolas, creando la sociedad “Adolfo Tosar y Cia.”, arrendando las instalaciones donde estuvo instalada la anterior sociedad: la casa de calle la Plata, 6, esquina y vuelta con Larga, valorada en 96.606 reales, fue adquirida por él. En 1880 falleció don Adolfo Tosar, el día 12 de Noviembre. Declarados  herederos  universales sus cuatro hijos, su madre y tutora continuó los negocios familiares con el nombre comercial de “Vda. De Adolfo Tosar y Cia.”, funcionando así mas de dos décadas. En la Guía Oficial de El Puerto de Santa María de 1902 existe publicidad de esta empresa, almacenistas y exportadores de Vinos de Jerez, proveedores de la Real Casa, con bodegas en calle Espíritu Santo y escritorio en Plata, 6, esquina y vuelta con Larga.

casatosar_01_puertosantamariaLA FAMILIA EMPARENTA CON...

(En la imagen, sede de la oficina de la empresa vinícola, sala de degustación y despacho al detall de sus productos, esquina contraria al entonces Convento de las  Capuchinas, hoy convertido en hotel). La familia continuó ocupando el piso principal de la casa hasta que fueron emancipándose los respectivos hijos, que formarían nuevas familias a su vez. En los últimos meses del siglo XIX, la hija mayor casó con Juan Osborne Guezala, (su marido, descendiente directo del fundador de la firma Osborne, Tomás Osborne Mann, su abuelo, era el 6º de los once hijos habidos en el matrimonio formado por Tomás Osborne Böhl de Faber y Enriqueta Guezala Power), instalándose en la calle Fernán Caballero.  Le siguió su hermano Manuel, que casó con María Hano Rabech, instalándose recién casados en esta misma casa, aunque poco tiempo después, falleciendo el suegro y heredando una séptima parte del inmueble su mujer, compró las otras seis a los demás hermanos, trasladándose a vivir a escaso metros de allí, en la casa entonces número 27 de  calle Larga, 23 actual. Poco tiempo después le siguió Francisco Javier, que casó con Encarnación García Valdeavellano, instalándose cerca de allí, igualmente, en calle Larga número 15. Vivían frente a la fábrica de cervezas, industria montada por este joven portuense,  apenas alcanzó la mayoría de edad, en un solar con fachadas  por las calles Larga y Cielo, cercano a las bodegas de la familia. En 1901   comenzó la producción, poniéndose a la venta  por primera vez en agosto de ese año. Tres años después obtendría el producto la medalla de oro en la Exposición Agrícola de Córdoba. Un periódico cordobés de la época, llamado “El Noticiero” publica noticias de la  “Cerveza Tosar”, incluidos los elogios realizados por el Sr. Ministro quien, con motivo de su visita a la exposición,  degustó la misma. (REVISTA PORTUENSE del 13/7/1901, 28/5 y 4/6 de 1904.) Ver nótula 63 de Javier Tosar Barrera, en Gente del Puerto. Finalmente, Luisa, contrajo matrimonio con José Antonio Ruiz de Cortazar, viviendo muy cerca de sus dos hermanos y su madre, en la misma manzana, a la espalda de esta casa, en calle Espíritu Santo. No prolongaron su descendencia directa mas allá de los seis hijos habidos en el matrimonio, pues los solteros: Antonio, agente de Aduanas; Luisa, que trabajó en los comienzos de Bodegas Terry; Macuqui, que trabajó en el laboratorio de Herederos de Rafael Poullet; Javier; y los casados: José Antonio, casado con Paquita Pica y Rosario, la más pequeña, casada con Manuel Jiménez Jiménez, perito de Dragados, quien vive a los 95 años en el Asilo de Ancianos. Éstos tampoco tuvieron sucesores reconocidos. El apellido no se perdió pues buena parte de sus 27 sobrinos han continuado multiplicándose. ¡Nada menos que veintisiete! Ocho de ellos, hijos de su hermana Joaquina: Aurora, Juan, Luis, Joaquina, Josefina, Maria Teresa, Isabel y Margarita Osborne Tosar; 13, de Manuel: Manuel, José, Concepción, Ana, Adolfo, Rafael, Guillermo, Joaquín, Milagros, Enrique, Luis, Carmen y Pilar Tosar Hano, y seis, de Francisco Javier: Encarnación, Emilia, Nela, Manuel, Adolfo y Milagros Tosar Gª Valdeavellano. (Archivo personal de Antonio Gutiérrez: Genealogía de linajes y familias bodegueras de El Puerto de Santa María)

nomenclator_01_1936_puertosantamaria

La calle Ángel Urzáiz, nombre en honor del portuense que fué Ministro de Hacienda. La calle antes fue denominada Curtidores, Sarmiento, Puerto Chico y Plata (o La Plata, según el dicho popular). Nomenclator de 5 de agosto de 1936.

La casa debió continuar a  nombre de Doña Manuela Zurutuza que en 1925 contaba 85 años de edad, y aún después de fallecer, -fecha que no tenemos localizada-, suponiendo la heredase su hija mayor, no cambiando la titularidad, cediéndola a uno de sus hijos cuando contrajo matrimonio.  Se trataba de Joaquín Osborne Tosar, hijo de Joaquina Tosar Zurutuza, que casó con su prima Milagros Tosar Hano, hija de Manuel Tosar Zurutuza, quienes formalizaron la compraventa de la casa, después de residir en ella varios años, el 7 de Diciembre de 1954.  Serian los últimos habitantes de apellido Tosar de la que fue sacristía, sala de degustación y escritorio de las diversas compañías de la familia… y, anteriormente, cuna de Angel Urzaiz, tres veces ministro de Hacienda. El actual propietario es Mr. Thorpe que la adquirió a la familia Osborne Tosar.

casatosar_02_puertosantamaria

La casa fue labrada en los primeros años del siglo XIX en una parcela segregada de la finca colindante de calle Larga por Joseph Bellido, Factor de las Reales Provisiones y Víveres de la ciudad de Cádiz y Comisionado de Guerra de los Reales Ejércitos. Podemos destacar, aparte de su armonía y belleza arquitectónica, que fue cuna de Angel Urzaiz. Al que ostentó en varias ocasiones la cartera ministerial, lo parió entre esos muros doña María Dolores de la Cuesta Nuñez, una joven viguesa, en 1856. Y la corporación local, sesenta años después, en 1916, coincidiendo con el nombramiento de este portuense de nacimiento Ministro de Hacienda, acordó poner su nombre a la calle donde está ubicada la casa.

rejoneador_canero_puertosantamaria

Con motivo de una de sus actuaciones en El Puerto, en los años 20 del siglo pasado, el rejoneador Antonio Cañero posa para la cámara entre un grupo de amigos portuenses: De izquierda a derecha: José Portillo Ruiz, Nela Tosar García de Valdeavellano, Miguel Torres, Marquéa de Purullena,  Josefina Osborne y Tosar, Antonio Osborne Vázquez, Asunción Jiménez Loma, Romero Fontán, Javier Jiménez Loma, Natividad Rodríguez de Sancho, el rejoneador Cañero, Concepción Jiménez Guernica, Luis Osborne Tosar, Dolores JIménez Loma y José Luis Osborne Vázquez. (Del libro, Plaza Real).

(Textos: Antonio Gutiérrez Ruiz).

“Las tres primeras generaciones de la saga familiar de los Tosar» es un fragmento del trabajo inédito de Antonio Gutiérrez Ruiz: «LINAJES DE FAMILIAS BODEGUERAS PORTUENSES» que da a conocer en Gente de El Puerto.

4

eugeniopedregalvalenzuela_puertosantamariaEugenio Pedregal Valenzuela, conocido emprendedor local, era Perito industrial.  Siendo muy joven, recién terminados sus estudios, tras una etapa en el Banco Hispano Americano, Eugenio se fue a trabajar a Barcelona, ciudad en la que pasó muchos años y conoció a la que sería su mujer, María Antonia Viou Pradas, con quien tuvo dos hijas, Eva y Esther. En la Ciudad Condal trabajo un tiempo en empresas como Campsa, antes de regresar a El Puerto, donde comenzó trabajando en el negocio familiar, Muebles Pedregal, y realizando proyectos para numerosas empresas como perito industrial. Fue uno de los socios fundadores del céntrico Hotel Los Cántaros en el año 1984, todo un referente para el sector turístico porteño que animó a la instalación de otros establecimientos hoteleros en el centro de la ciudad. Persona inquieta y comprometida con El Puerto, formó parte de numerosas asociaciones y colectivos, ocupando cargos destacados en las directivas de la Asociación de Comerciantes del Centro (Acocen), la Asociación de Empresarios de El Puerto (AE) de la que fue su vicepresidente, y la Comunidad de Propietarios de Vistahermosa. Nos dejaba el 23 de octubre del pasado año 2008. (En la imagen, superior Eugenio Pedregal en una fotografía tomada poco antes de su fallecimiento. En la inferior, la fachada del Hotel Los Cántaros, en la Plaza de la Cárcel).

hotelloscantaros_puertosantamariaINTERESES RESIDUALES.
Tuve la suerte de conocer a Eugenio Pedregal hace ya bastantes años gracias a la  convergencia que ambos teníamos en la actividad turística. Tengo que decir que me impresionaron sus opiniones sobre el mundo de la empresa y del trabajo; el empuje que aplicaba a sus actuaciones profesionales. Tenía una frase “mis intereses hoy son residuales” pues ya tenía su vida resuelta, pero no lo parecía, dado el énfasis y las ganas que ponía a cuanto acometía. Pero el segundo rasgo que mas me impresionó y creo que ahí coincidíamos plenamente, era su portuensismo desmesurado, su amor a El Puerto además,  por alguien que vivió largo tiempo fuera de su ciudad. Pocas veces discutíamos, y si lo hicimos alguna vez lo fue en buen tono y al final, llegando a la avenencia, al acuerdo, al buen trato que siempre presidió nuestra relación profesional y de amistad.

eugeniopedregal_joven_puertosantamariaA Eugenio le podía El Puerto. Y le podía más el desinterés de los responsables políticos de la Ciudad cuando, a su juicio, dejaban escapar oportunidades para nuestra población, sea cual fuera el motivo o el color político. Era un luchador para la ciudad que lo vio nacer, y ahí andaba entre asociaciones empresariales, escribiendo cartas, entrevistándose con quien procediera para ayudar a empujar la locomotora de El Puerto. En esas, en esos ‘intereses residuales’ andaba Eugenio. Dejándonos un buen recuerdo, un buen sabor en la boca de las palabras, unos buenos sentimientos en la memoria de nuestros Puerto. (En la fotografía pequeña, Eugenio con poco más de 20 años, cuando trabajaba en el Banco Hispano Americano).

benjaminlorapedregal1_puertosantamaria

De izquierda a derecha: Manuel Jesús Merchante, Angelita Pedregal, Paquita Pedregal, Benjamín Lora, Conchita Pedregal, María Antonia Viou, Milagros Cárave. Detrás, de izquierda a derecha: Enrique Pedregal, Eugenio Pedregal y Manolo Bellido, un fin de año en la Sala de Fiestas “Oasis”, donde hoy se encuentra el restaurante “El Faro de El Puerto”. (Foto Colección I.L.P.)

15

ojito_y_domingo_puertosantamaria

Sebastián Ganaza Cañas, ‘Ojito’ nace en la calle de la Arena (Arzobispo Bizarrón) en 1930. Desde pequeño estuvo relacionado con la venta de frutas, hortalizas y verduras en un puesto que su padre tenía en la calle Sierpes, en los exteriores de la Plaza de Abastos, actividad que nunca abandonaría ya que cuando falleció su progenitor continuó al frente del puesto ayudando a los suyos. Más tarde, por una serie de circunstancias adversas, Vicente Sordo Díaz que desde 1950 comenzó a dirigir a Los Dos Pepes, al que rebautizó como Bar Vicente,  con nótula propia en Gente del Puerto, ofrece a ‘Ojito’ la posibilidad de colocar su puesto lindante con el Bar, en la misma acera, así como un pequeño trastero para depositar, finalizada la jornada, los bártulos correspondiente, todo ello de forma gratuita. Aquel gesto jamás lo olvidaría Sebastian y quedó siempre agradecido hasta su adiós definitivo en 1990. (En la fotografía, Ojito y Domingo, en la Feria de Crevillet).

Como defensor de la libertad de su tendencia sexual y por ende de todos sus compañeros, no cabe la menor duda que la figura de Sebastian Ganaza Cañas, ‘Ojito’, es la que tiene mayor relevancia desde mediados del siglo pasado para el pueblo llano. Todavía los más viejos del lugar recuerdan su defensa a ultranza por los colores del Racing en el campo de Eduardo Dato. Todo un espectáculo ya que pobre árbitro o juez de línea que se equivocara en contra de su equipo. La zona donde se ubicaba ‘Ojito’ en el campo era las más concurrida debido a que a los aficionados disfrutaba en los lances del juego de las genialidades y ocurrencias. Era temible en días de lluvias por el paraguas que mostraba al trío arbitral. Sus ‘piropos’, a veces, propiciaba malestar en los integrantes de la Benemérita, pero nunca se amilanó. Todo lo contario. Además, ya lo conocían…

aureliosanchezmartin_puertosantamariaAurelio Sánchez Martín, familia de los Balcon, de quién ‘Ojito', con el genio, el arte y la gracia que le caracterizaba decía: ‘La niña de don Camilo’, en clara alusión a Tere, la hija de un Coronel del Ejercito llamado don Camilo que vivía al final de la calle Larga, próximo al Paseo de la Victoria,  muy apuesta y muy formal. Es que Aurelio, el mismo lo reconoce,  para sus amigos, Domingo, ‘Ojito’, Enrique, Paquito Gallardo... era muy ‘formalito’. Por otrto lado, dicen que 'la ocasión la pintan calva'. Cuando así ocurría y no vamos a dar mas pistas, 'Ojito' le decía a su hermana Rosario en su casa de la calle de la Arena: "-Venga, date una vueltecita; tu a la calle que hoy me toca a mi…"

Ojito fue el gran impulsor de reparto del trabajo en los distintos bautizos que se celebraban en años de mucha hambre y mucha necesidad. Solían acudir a la Iglesia Mayor Prioral y a la de San Joaquín para informarse de los bautizos y domicilios respectivos. A tal efecto se repartían la faena y alegraban con su arte y buenas maneras la fiesta de las familias menos pudientes de El Puerto desde los años 50 hasta los 70 del siglo pasado. Cantaban y bailaban y los más introvertidos de palmeros, lo que hiciera falta con tal de pasar un rato agradable.

domingo_placilla_puertosantamaria

De la misma manera, tampoco lo olvidaría Domingo Rosado Ramírez quien cogería el relevo, del puesto de hortalizas y verduras, una vez fallecido ‘Ojito’,  gracias a Vicente y a su hijo, también Vicente (con nótula propia en Gente del Puerto), todo un experto en el difícil arte de “saber estar” detrás de un mostrador.(Domingo, a las puertas del Bar Vicente. Foto Colección Carlos Pumar Algaba).

domingoy3mas_puertosantamaria

Luis, J. Ramírez, Juan el Zapatero y Domingo en el Recinto de Las Banderas, durante la Feria de Primavera del año 2002

Domingo Rosado Ramírez nace en la calla la Zarza 56, curiosamente también en 1930  y el hecho de que no encajaran bien su homosexualidad hace que cambie de planes y a los 18 años se va a Barcelona y se une a su vecino y compañero de fatiga, Juan Zapata Sucino, conocido por ‘Reverte’. Trabajan de cocinero en ventas y restaurantes y al final como plato fuerte salían a bailar y a cantar.

domingo_1994_puertosantamaria

De izquierda a derecha, Juan 'el zapatero', Luis, 'el de los Huevos' y Domingo, pegándose un desayuno con pasteles. (Foto Colección Carlos Pumar Algaba).

Cuando Domingo regresa a El Puerto, después de su aventura por tierras catalanas, comienza a trabajar como cocinero con Maximino Sordo Díaz en el Bar Central, calle Larga esquina con Luna y en el Restaurante el Resbaladero, cuando las ocasiones lo requerían. También, antes de ‘heredar’ el puesto de ‘Ojito’, formó parte de la plantilla de trabajadores en el Bar Vicente, siendo su ultimo trabajo para la hostelería en Acuasherry Park, hoy denominado 'Acualand'.

domingo_26_12_2006_puertosantamariaDomingo Rosado Ramírez, aventurero y buscavidas cantaba cuplés y se acoplaba a cualquier reunión gastando todo cuanta ganaba entre sus amistades. Era una persona generosa. Mimaba mucho a los jugadores del Racing Club Portuense, y tenía predilección por alguno de ellos a los que consideraba su protector, allá por los años sesenta. Falleció a la edad de 75 años, una mañana de diciembre de 2006, en la Plaza del Polvorista cerca de su casa, conocida como la Casa de los Naranjos en la calle Aurora, cuando se dirigía a su trabajo, en la Plaza de Abastos, Bar Vicente, donde tenia instalado su puesto. Durante algunos días, después de su fallecimiento, clientes y amigos depositaron flores en el lugar donde estaba ubicado el puesto de hortalizas y verduras. A la izquierda,  podemos leer el epitafio recordatorio que se pudo contemplar a las puertas del Bar Vicente el 26 de diciembre de 2006. (Foto Colección Carlos Pumar Algaba).

4parguelas4_puertosantamaria

Luis Pinto Corzo, “Luichi con nótula propia en Gente del  Puerto; Juan el Zapatero, Domingo y Luis ‘el de los Huevos,' en el Carnaval del año 2000.

‘Ojito’ y Domingo, dos grandes amigos de toda la vida. Forman parte de la idiosincrasia local. No se concibe la historia de El Puerto sin estos personajes que tanto sufrieron en épocas pasadas. De igual forma que ‘Enrique ‘el Peluquero' -Enrique Rodicio Fuero-’; Juan 'el Zapatero', con nótula propia, Paco Gallardo, ‘Paquito’; Manuel Millán Álvarez, Manolito del Bar El Faro, en la esquina de Nevería con Palacios; ‘la Zorrita’ que nació y vivió en la Casa de los Frailes, Callejón Espelete; Perico el de ‘La Carlota’; Antoñito el del Penal; Juan Zapata Sucino, Reverte y José García Romero, entre otros.

domingoyluis_puertosantamaria

Domingo y su amigo Luis, 'el de los Huevos', en la calle Ganado, junto a la Plaza. 2001.

EL AUTOR DEL TEXTO QUIERE CONSIDERAR:
Cuando la nótula sobre Perico el de ‘La Carlota’. El Parguela de la mobylette, se comentaba que la homosexualidad está totalmente demostrada ya desde tiempos de Grecia y Roma. En tiempo de la dictadura franquista un porcentaje alto, de casi un 75º% se casaban y tenían hijos para disimular y morían siendo infelices, aunque de estos sigue habiendo todavía, hombres casados y con hijos que de vez en cuando se escapan para echar una canita al aire. Si bien, estas secuelas del pasado por el que dirán, felizmente tienden a ir despareciendo.
Añadía que los pocos que no disimulaban su homosexualidad en tiempo de la dictadura, eran considerados como enfermos, degenerados e incluso como escoria, por lo que muchos acabaron en la cárcel, como fue el caso de Perico y otros tantos que lo encerraban en la Plaza de la Cárcel, justo al lado de donde hoy se encuentra el Hotel Los Cantaros, ya que después de la persecución y eliminación de la disidencia política por parte del dictador y sus secuaces aplicaron a seres indefensos la Ley de vagos y maleantes.
Después de esta nótula, hoy todavía más, nos debe permitir, por una parte, valorar la gran valentía de los homosexuales de aquella época, obviamente los menos pudientes porque nunca tuvieron que salir del armario ya que era pública y notoria su vida al llevar por bandera su clara tendencia sexual y, por otra parte, que su misma dignidad se puede comparar con las de aquellos que lucharon por la defensas de las libertades durante la época franquista.

(Textos: Antonio Carbonell López).

Agradecemos a Luis del Pino Robles -Luis 'el de los Huevos'-, Aurelio Sánchez Martín, Miguel Muñoz -'Cabo Reyes'- y Vicente Sordo Gómez la colaboración prestada para la elaboración de esta nótula. Salvo que se indique lo contrario, las fotografías pertenecen a la Colección de Luis del Pino Robles.

11

manolitoelcochino_puertosantamariaManuel Gutiérrez Morillo, Manolito ‘el Cochino’, sin duda alguna uno de los mejores pescaderos (para muchos el mejor) que ha dado El Puerto.  En el mundo del pescado sus facultades innatas y, sobre todo, su generosidad han hecho posible que como porteño sea muy querido y conocido allende nuestras fronteras. El apodo le viene por su bisabuelo, pescadero también como su abuelo y Gabriel, su padre. Su bisabuelo enfermo de viruela quedó con las secuelas de la misma dejandole  unas marcas características sobre la superficie de la piel.  Los pescaderos se sorprendieron y, claro, el cachondeíto de la tierra: “--Está más feo que un cochino.” Nació en la Calle Pozuelo, frente a la desaparecida Sala Pozuelo y se crió con su madre y sus hermanos, a quienes ayudó todo cuanto pudo, circunstancias adversas, ocurre en las mejores familias, hicieron que la figura de su tío Manolo, hermano de su padre, fuera determinante en el devenir de Manolito ‘el Cochino’. La generosidad de la que siempre ha hecho gala es fruto del trato y el cariño de su tío que fuera quién le abriera las puertas al negocio del pescado. (En la fotografía, Manolito ‘el Cochino’ cuando comenzó en el puesto de pescados en la Plaza de Abastos. Puesto que compraría a su tío Manolo y al padre de Pepe Romerijo a finales de los años 50 del siglo pasado).

EL MUNDO DE LA MAR.
Curiosamente la vida de Manuel, al menos en sus comienzos, tiene bastante similitud con la de los pescadores. Las necesidades familiares obligaban a los menores con edades comprendidas entre los 12 y 14 años a zarpar para faenar en alta mar y emprender una trayectoria que no abandonaban durante su vida. En su caso, su madre María y sus hermanos, Josefa, Inés, Carmen y Gabriel precisaron de su trabajo para subsistir. Sus comienzos no fueron nada fáciles. Sus primeros trabajos vendiendo naranjas y agua en la playa y de aprendiz en las Bodegas de Osborne. Durante el servicio militar comenzó a exportar pescados en el mismo tren que lo llevaba a San Fernando, incluso algunos fines de semanas llegaba hasta Córdoba.

manolitoelcochino_002_puertosantamaria

Fotografía tomada en la Feria de Primavera en Crevillet. De izquierda a derecha: Juan Luis Carrillo Lucero, empresario pintor; Vicente Arníz Arévalo, apodado 'Vivi', empresario electricista; Manolito 'el Cochino'; Antonio Sánchez Cortés, sibarita, con un mazo de tickets en la mano; Adolfo Sibila, director de Empresa Consignataria de Buques y Pepe Romero Zarazaga, Pepe de Romerijo.

EL PUESTO EN LA PLAZA.
Una vez licenciado, inicia su andadura en el Mercado de Abastos, gracias a su tío Manolo que le abre de par en par sus puertas en el puesto de pescados que en sociedad tenía con el padre de Pepe Romero Zarazaga, Pepe Romerijo, con nótula propia en Gente del Puerto, situación que le permite conectar con el público y asistir diariamente al muelle pesquero a la subasta de pescado recién extraído de la mar…

A finales de los años 50, después de la muerte de su tío Manolo, compra el puesto de pescados y emprende una extraordinaria labor relacionada con la comercialización de pescados y mariscos que permite en 1963 abrir en sociedad, con su intimo amigo Pepe Romerijo, un nuevo puesto de pescados en la Placilla, frente a la Frutería de Agustín Vela Mariscal.

Miguel Pineda Martí, armador del pesquero ‘Pascual Baldo’ con nótula propia en Gente del Puerto 99, tenía un Biscuter (era un coche considerado una de las pequeñas joyas de fabricación española en los años 50, nacida en una época en la que la falta de materias primas aumentaba el interés por los vehículos de pequeño tamaño y moderado consumo), e iba con Eugenio Espinosa Palacios, ‘Nono’ del Restaurante Guadalete a comprar pescado a Sanlúcar de Barrameda. En varias ocasiones se encontraron por la carretera a Manolito ‘el Cochino’ que se desplazaba con ciclomotor denominado Velosolex, (bicicleta con un motor delante encima de la rueda, de 25 kilogramos de peso, un depósito de un litro de capacidad, y menos de un caballo de potencia, la Velosolex podía recorrer 100 kilómetros a una velocidad de 27 kilómetros la hora). Manolito ‘el Cochino’ que compraba algún pescado para el puesto pedía el favor a Miguel Pineda para que lo trasladara en el Biscutex, a lo que accedía cada vez que se lo encontraba. ‘El Cochino’ empezaba con el puesto…  ¡Iba y venia con una Velosolex!

manolitoelcochino_005_puertosantamaria

Fotografía tomada a principios de los años 60 del siglo pasado en un Fin de Año. De izquierda a derecha: Milagros Castro Utrera, Manolito ‘el Cochino’, Juan Luis Carrillo Lucero y su esposa, María del Carmen Álvarez Serrano, conocida por ‘Puchi’ hija de Rafael Álvarez y cuñada de Ricardo Palacios Mena, de Vulcanizados Ricardo SL, fallecida recientemente.

SUBASTADOR DE PESCADOS.
La continuidad en el puesto de pescados  de la Plaza de Abastos y la ayuda en el puesto de la Placilla por parte de su hermana Carmelita y posteriormente la de su esposa, Milagros Castro Utrera, consolidaba sus conocimientos comerciales. Si bien, al principio, no todo fue fácil, ni mucho menos ya que su mujer, Milagros Castro Utrera, de profesión costurera, tuvo que continuar trabajando en su actividad y más tarde en el puesto de pescado de la Placilla, una vez que su cuñada, Carmelita, se casara. De la misma manera, el hecho de permanecer en el muelle pesquero observando las descargas del pescado, el trasiego y los entresijos diarios de la cadena comercial de la actividad pesquera, hicieron que se especializara, en un principio, como subastador de los barcos que se conocían como Juanelo, barco de pesca de pequeño calado y eslora y de un solo palo.

manolitoelcochino_006_puertosantamaria

En su hábitat natural: en la Lonja del Pescado en esta Banda o Margen Derecha,  mediados de los sesenta del siglo pasado. De izquierda a derecha: Manolito ‘el Cochino’, José Gutiérrez conocido como Pepe ‘El Chofer’, exportador de pescados; Juan Hernández Navarro, vendedor de pescados; José Fernández Bernal, Pepe ‘Chiquete’, subastador de pescado y Pepe Romerijo. De espalda Tomas Cervera, exportador de pescados.

manolitoelcochino_004_puertosantamaria

Fotografía con el cabo de Celadores-Guardamuelles, en Ribera del Río, 30, encima del Bar Puente; era una especie de patio o descansillo de la entrada del piso de Manolito Arniz, cabo de los Celadores-Guarda muelles y padre del pintor Paco Arniz, quien celebraba el bautizo de su hija Tere. Corría el año 1964.  Entre los invitados, vecinos, amigos y familiares, segundo por la izquierda José García Cruz, el que esta agachado, Ramón Quero Llerandi, padrino del bautizo, Manolo Arniz, con botella y bandeja con copas, a su derecha.  Manolito ‘el Cochino’. Quizás el de la derecha fuera Diego Pantoja del Puerto (el de Muebles Pantoja).

Años antes de que comenzará la expansión de su negocio, gracias a la labor que llevó  a cabo con la flota pesquera onubense conocida en la jerga marinera porteña como huelvana, la simpatía, el saber y la cortesía del ‘Cochino’ hizo posible un trato especial por parte de los Celadores-Guardamuelles de la Junta de Obras de Puerto: Luis Sánchez, José Hidalgo Luque, conocido por ‘el Viejo'; Roque, Lore, Ricardo, Niño José, Vicente Morató, Manolito Arniz, padre del Pintor Paco Arniz. Recuerdo que a mediados de los años 60, construidas las viviendas de la Rotonda de la Puntilla para el personal de la Junta de Obras de Puerto, se ofreció a trasladar con su furgoneta DKV el mobiliario y enseres de las familias de los Celadores-Guarda muelles.

manolitoelcochino_003_puertosantamaria

Finales de de la década de los sesenta del siglo pasado. De izquierda a derecha: Pepe Romeijo, su primera esposa y madre de sus hijos, Lola Sánchez de la familia Balcon de El Puerto; Milagros Castro Utrera, esposa de 'el Cochino’; Manolito ‘el Cochino’, Lola Flores, 'la Faraona', Lete y Pepe Bigote Jiménez, 'embajador oficioso' de El Puerto en Madrid. (Foto Caripén).

manolitoelcochino_011_puertosantamariaLa afinidad y amistad que compartía con Pepe Romero Zarazaga, Pepe Romerijo, con nótula propia en Gente del Puerto 13, sería el aldabonazo para contribuir en la década de los años 70 y 80 a que la sinergia de ambos sectores, el extractivo pesquero y el comercial, fuera, sin ningún género de duda, el de mayor esplendor y, como consecuencia, uno de los pilares básicos de la economía porteña. Cabe recordar a Pepito Roselló, Pepe ‘El Chofer’, padre de Jaime Gutiérrez Perea, concejal que fuera de IP; Juan Crespo Rodríguez, ‘Mosco’, Ángel Alonso Alejo, José Agarrado Macias, Juan Hernández Navarro, Miguel Roselló Bertomeu, José González García, la familia Soriano Gómez, ‘Abuja’, Quini Roselló, José Manuel Moy, Miguel Moy, Joselin y además Luis Fernández Chulian, Fali Alonso Gómez, Manolo Ariza, Miguel Payares, José ‘Plaza, ’Fermín Romero Díaz, ‘Abuelita… y toda la marinería, sin excepción de ningún tipo. Merece capitulo aparte la figura de José Antonio Español Caparrós, Ingeniero Director de la Junta de Obras de Puerto, muy particular y controvertido personaje, con el que se entendió a las mil maravillas. (En la fotografia con Pepe Romero Zarazaga).

VENDEDOR OFICIAL DE LA LONJA
A finales de los años 60 las cosas cambiarían ya que Manolito ‘el Cochino’ se asentó económicamente y hasta se permitió a partir de entonces, en bastantes ocasiones, hasta su jubilación, acudir a trabajar a la Lonja de Pescados y subastar el pescado y marisco con traje y corbata.  Genio y figura.

Más tarde, corría el año 1970, ante la incesante progresión de las ventas efectuadas por la presencia de pesqueros de la flota onubense, que faenaba en el Golfo de Cádiz, fue nombrado vendedor oficial en la Lonja de Pescados, uniéndose a los tradicionales vendedores: José Agarrado Macias, Juan Hernández Navarro y Miguel Roselló Bertomeu que se dedicaban a la venta de las capturas de la flota con base en este puerto, compuesta  por 132 unidadades y 1500 tripulantes que faenaban en los caladeros de Marruecos. De aquellas vendedurias, en la actualidad, después de muchas vicisitudes, la única que se mantiene en un maltratado sector pesquero es la de Manolito ‘el Cochino’.  En los años de esplendor de la pesca, sus grandes bastiones y personal de confianza en la vendeduria: Pepe Barbudo en la administración y su primo Paco Sacaluga, en una de las tareas más ingratas, cobrador de las ventas de los pescados y mariscos.

manolitoelcochino_007_puertosantamaria1

Genio y Figura. Fotografía en el Restaurante El Resbaladero, mediados de los años 70: Izquierda a derecha. Manuel Camacho Aguilar de Hierros Osca, Maximino Sordo Díaz, propietario del Restaurante, Manolito ‘el Cochino’, Nicanor Gómez Recalde, de Ultramarinos ‘Los Caballos’ y Antonio Crespo Blanquer, de los alicantinos llegados a esta tierra, calpino, conocido por Toni Pala, excelente patrón de pesca.

manolitocochino_008_puertosantamaria

Fotografía en el Restaurante de Ramón Muñoz, mediado de la década de los años 80, carretera nacional IV, antes de llegar al Caballo Blanco, misma acera, en dirección a Cádiz. Rincón de Neno estuvo ubicado en el mismo lugar antes de ser Restaurante. Manolito ‘el Cochino’ marcándose unas sevillanas con su amigo Juan Luis Carrillo Lucero. Izquierda a derecha: Pepe Crespo, empresario vinculado a la carpintería, Juan Crespo Rodríguez, exportador de pescados, Ramón Muñoz, hostelero y Antonio Reyes Haro, empresario del transporte, barcos, pescados y mariscos.

manolitoelcochino_009_puertosantamaria

En Casa Lucio, principio de los años 80 del siglo pasado, en Madrid. De izquierda a derecha: Milagros Castro Utrera, esposa de Manolito ‘el Cochino’. Milagros Camacho, segunda esposa de Pepe Romerijo, Paco Villaescusa, excelente persona natural de Yecla (Murcia), Fabricante de muebles, muy amigo de Pepe Bigote Jiménez; Manolito ‘el Cochino y Pepe Romerijo. De pie Lucio Blázquez.

Los prematuros fallecimientos de las esposas de Pepe Romerijo y Manolito ‘el Cochino’, Lola Sánchez y Milagros Castro Utrera, respectivamente, unieron aún más los lazos de amistad. Ambos, con algunos de sus hijos aún pequeños, tuvieron que afrontar sus destinos. En el caso del ‘Cochino’, su cuñada Julia Castro Utrera, quien tomó las riendas de su casa y ayudó a llevar adelante a los hijos de Manolito ‘el Cochino’: María José, Mili, Maleni, Manolo, Inma y María del Mar. En la actualidad, a sus 78 años, Julia sigue al pie del cañón cuidando a su cuñado. Pepe Romerijo se casó en segunda nupcias con Milagros Camacho

manolitoelcochino_010_puertosantamaria

En el Restaurante El Resbaladero: Año 1983, homenaje de despedida a la funcionaria de la Cofradía de Pescadores Magdalena Nimo Real, Oficial de administrativa y cajera, a quien todos conocíamos por Pili. ‘--Anda dame un beso, Pili, que aquí te traigo un regalito’. Una mujer de armas tomar, eficiente cobradora y un hito en el muelle habida cuenta que era la única mujer que entraba en la Lonja de Pescados. Familia de los Nimo. Su hermano Jesús y su sobrino José Luis, concesionario de coches, amigos de ‘el Cochino’. Con este Nimo se le veía mucho en barrera en la Plaza Real.

Sus visitas diarias, en mañana y tarde, a los distintos ‘confesionarios’ eran sagradas: ‘El Guadalete’, ‘El Brillante’, ‘La Perdiz’, ‘Casa Flores’, ‘Paco Ceballos’, ‘La Guachi’ de Romerijo, ‘Betis’, Cervecería ‘Puerto’, ‘Liba’… acompañado en distintas etapas por ‘Antoñon’, Manolito ‘Justicia’, Pepe ‘el Cachorro’ de Lepe y durante los veranos se unía Pepe Bigote Jiménez, con nótula propia en Gente del Puerto 215, que regresaba de Madrid a tomar las aguas… Todo un espectáculo pues no le dolían prendas a la hora de invitar a una copa a los parroquianos que, durante su ‘vía crucis’, estuviera en la barra de los distintos ‘confesionarios’. Lo de comer era otra cosa, mas menos como dice Pepe Neno, con nótula propia en Gente del Puerto 209. Por cierto, hubo un tiempo que fue gotera del Marqués de Pezagua en su Rincón de Neno en Valdelagrana.

Es un personaje campechano que a pesar de la perdida de memoria tras los ictus sufridos todavía a sus 76 años, sigue fumando sus puros habanos y, lo más importante, conservando la elegancia y espontaneidad que siempre le ha caracterizado.  "--Que me quiten lo bailao..." es lo que, desde el afecto, puedo expresar mejor a lo largo de su dilatada y bien aprovechada vida.

Hoy, la crisis que atraviesa la actividad pesquera, también ha hecho mella en el negocio. Sin embargo, contra viento y marea, sus hijos luchan afanosamente por mantener la vendeduria y buscar nuevas alternativas. Su hijo Manuel Gutiérrez Castro, continúa con la aventura empresarial consolidando y ampliando nuevas líneas de negocio relacionados con la pesca extractiva y el mundo de la mar. (Textos: Antonio Carbonell).

9

joseroquemoralesaugusto_puertosantamaria

José Roque Morales Augusto nació El Puerto el año de la Exposición Iberoamericana de Sevilla, el 11 de febrero de 1929. Hijo de Roque y Luisa y tercero de los hermanos: Luisa, nacida en 1924 y Miguel, nacido en 1926, (el zapatero de la calle Larga). Viven los tres. Estudió con D. Alfonso Cárdenas Felices, en la calle Luna examinándose en Cádiz en el año roque_1949_puertosantamaria1939 los 14 alumnos presentados, aprobando todos ellos, entre los que recuerda a Eduardo Zamorano Lechuga, Antonio Aragón Astorga o a los hermanos Molleda. (En la fotografía de la izquierda, Roque en el año 1949).

EL BANCO HISPANO AMERICANO.
Empezó la carrera de Comercio. Estando inmerso en los estudios, Luis Muñoz (conocido en El Puerto por la coplilla de “la patita de Luis Muñoz”) estuvo en la zapatería de su padre, José Roque Morales Ahumada, y le informó que había oposiciones para 3 plazas en el antiguo Banco Hispano Americano. Era el 7 de junio de 1945. Como el examen era de un día para otro pidió urgentemente el temario, presentándose y aprobando tanto el propio Roque, como Juan Roselló Castell y el hijo de Manuel Álvaro Bonet, su maestro.

empleados_bha_puertosantamaria

Empleados del Banco Hispano Americano : Primera fila, de izquierda a derecha: Jose Luis Gallardo Poullet , Pérez (Hijo del cabo Pérez), Luis Pérez Sánchez, Andrés Jimenez (uno de los dos mellizos, con chaqueta blanca), Fernando Polanco Sierpes, desconocido, desconocido, desconocido.
Segunda fila, de izquierda a derecha: Francisco Mesa Gutierrez, Eugenio Pedregal, Juan Diaz Gómez, Jose Sánchez Sánchez, Francisco González, Ribera, desconocido, Juan Neva, Cossi, Santiago Castilla, desconocido, Antonio Garcia Brotón, Antonio Ortega García.
Tercera fila, de izquierda a derecha: Jimenéz (el otro mellizo con chaqueta blanca), Alfonso Benitez Retamar, Manuel Torres vallejo (Director del Banco Hispáno), Antonio Garcés, José Luis Delgado Forja, desconocido, desconocido.
Cuarta fila, de izquierda a derecha: José Roque Morales Augusto con chaqueta blanca, Eduardo Zamorano, Lechuga, Ramón Matiola Gutiérrez (delante), José Rodriguéz López, Manuel Álvaro Bonet, Manuel Romero Rivas.
La identificación de la fotografía es de José Roque Morales Augusto el 29 de mayo de 2009. (Foto Mesa. Colección Vicente González Lechuga).

Allí estuvo durante cuatro años, hasta que es llamado al servicio militar. Estuvo en la Batería “La Ardila” de San Fernando. De vuelta al Banco Hispano Americano estuvo un mes trabajando en la institución bancaria hasta el 29 de septiembre de 1951.

LA DROGUERÍA INGLESA.
La fecha de final de septiembre de 1951 la tiene bien presente Roque. También le dieron 24 horas para aceptar o no el traspaso de la Droguería Inglesa perteneciente a Antonio Pantoja Leal que ya llevaba funcionando 20 años. Roque ha vivido tres o cuatro crisis, como él mismo afirma. La Droguería empezó en el número 17 de la calle Ganado, junto a la Mercería Denia, pero desde el 31 de julio de 1979 permanece abierta al público en la esquina de Nevería con Ganado: casi 30 años hace ya. El oficio de droguero lo aprendió sobre la marcha, no sabía nada pero tuvo olfato para el negocio, para ser un joven emprendedor con apenas 22 años. Renovó casi todo el género. Sus hijas Luisa (Chica) y Ana María, tienen abierta una perfumería en la calle Nevería, y nótula propia en Gente del Puerto.

roqueysunovia_puertosantamaria

Roque, paseando con su novia Ana Vega, a mediados de los cincuenta del siglo pasado, por el Parque Calderón.

LA FAMILIA.
Se casó el 1 de noviembre de 1957 con Ana Vega Ramírez (fallecida hace casi dos años, el 30 de julio de 2007, a la que Roque sigue recordando y notando su falta), con quien tuvo cinco hijos y cuatro partos, pues tuvieron mellizos: María Luisa, la mayor, Ana María, Roque y Cristi -los mellizos- y Milagros quien se iba a llamar Rosario, pero fue revivida la madre, nada mas nacer Milagros, por una complicación en el parto en el que perdió mucha sangre.

morales_vega_matrimonio_puertosantamaria

Ana y Roque.

Roque recuerda muchas anécdotas, vividas detrás del mostrador, algunas incontables, pues en el fondo, en su oficio actuaba casi como un boticario para la casa. El cajero de la Caja de Ahorros de Cádiz le saludaba, en la puerta del establecimiento, con la fórmula de un jesuita, un frasco para las canas: “SIJ38”. Luego, seguía su camino.

familiamoralesvega_puertosantamaria

La típica foto de familia numerosa. Los padres Roque Morales  Augusto y Ana Vega Ramírez y los niños mellizos, Roque y Cristina, debajo María Luisa y Ana María. Faltaba por llegar Milagros.

roquemorales_playa_puertosantamaria

En la Playa de la Puntilla, con su hija María Luisa. Principios 1960.

roquemorales_cocheschoques_puertosantamaria

En la Velada de la Victoria, con su mujer Ana, en los coches choques.

ESPECIALISTA EN CUALQUIER REMEDIO.
En la Droguería Roque, nuestro protagonista o ahora sus hijos, pueden ayudarle con cualquier remedio o preparado para ese problema doméstico que se le resiste: Líquido para aflojar la lana en jerseys apelmazados; aceite para suelo de barro, jabón casero con fórmula exclusiva de Roque; otro jabón líquido de suelo, fórmula magistral también de Roque; limpia metales, fórmula antigua y exclusiva de nuestro protagonista; jabón de glicerina; cebos matacucarachas y para toda clase de bichos; cerote (cera que usaban los zapateros); jabón de marsella líquido para lavar la ropa; ácido oxálico para limpiar el mármol, el plástico o los cascos de los barcos cuando amarillea; betún de judea; tratamiento de la madera contra los insectos xilófagos (la carcoma); cola para reforzar los lienzos de pintores y artistas, ...

drogueriaroque_puertosantamaria

En la Droguería, con un antiguo empleado y dos de sus hijos.

PREMIO AL ESTABLECIMIENTO TRADICIONAL.
«Este 2008, el Centro Municipal del Patrimonio Histórico de la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento, concede el diploma de establecimientos tradicionales a Droguería Roque, como reconocimiento al mantenimiento de un establecimiento tradicional durante generaciones.  La de Roque es una de las escasas droguerías que aún permanecen abiertas en la ciudad. Ha cumplido cincuenta y siete años. Traspasó una perfumería que ya contaba con veinte años de antigüedad y cuyo nombre era muy apropiado para la época “La Inglesa”. Muy pronto se amplió el negocio a droguería. El fundador de la tienda es José Roque Morales Augusto, al que todos conocemos como Roque. A él le cabe el mérito de haber mantenido el negocio durante más de medio siglo, pero también el de haber transmitido la ilusión a sus hijos, pues casi todos ellos se dedican a la misma ocupación. El negocio se ha mantenido con la colaboración y el trabajo de toda la familia. Y se ha mantenido en tiempos difíciles, en los que abundan otro tipo de establecimientos menos especializados. Pero el buen trato y el afán por solucionar a los clientes problemas domésticos muy variados, han marcado siempre a este establecimiento. Por tanto, era ya momento de hacerles este pequeño homenaje.» Del discurso del alcalde de la Ciudad, Enrique Moresco, en la entrega del Diploma el Día Local de Patrimonio Histórico, celebrado el 5 de diciembre de 2008.

roque_premio_puertosantamaria

La amplia familia de José Roque Morales Augusto, arropándolo, el día que recibió el Diploma del Centro Municipal de Patrimonio Histórico, en un acto celebrado en el Centro Alfonso X  'el Sabio'.

8

fernandogonzalezborras_puertosantamaria

Fernando González Borrás nació el 27 de Marzo de 1943 hijo de Juan González Herrera, matarife del Matadero Municipal y de la Plaza de Toros, y de Sofía Borrás Moreno. Vivió toda su niñez y hasta hace poco tiempo en la calle Cantarería, junto a la Bodega de Francisco Zamorano, y frente a la zapatería de Antonio Herrera Santilario.

fgborras_padre_puertosantamaria

En la fotografía aparece el padre de Fernando. De izquierda a derecha, Manuel Marroñón González, Rafael Sucino Buela, Juan González Herrera padre de Fernando González Borrás y los niños, Guillermo Benvenuty Díaz y un joven torero Miguel Mateos 'Miguelín'.

Desde muy jóven sentía pasión e ilusión por jugar al fútbol, empezando en 1955 en el Imperio Portuense y en el Casamata, a las ordenes de Morrito promotor de jóvenes futbolistas, jugando los partidos en el no menos famos Campo de la Gimnastica, donde tantos portuenses o porteños hemos hechos nuestros pinitos futbolisticos.

En su niñez estuvo en el Colegio del Hospitalito, durante las mañanas y por las tardes iba al Colegio de Don Juan Díaz Rodríguez. De muy pequeño también, con 9 años, solía ir al Matadero Municipal con su padre para ayudar a hacer los despojos.

En 1958 entró a formar parte de la plantilla de los juveniles del Racing Club Portuense y en 1961, donde estuvo hasta que se fue a hacer el Servicio militar.

racing_1951_puertosantamaria

El Racing Club Portuense en 1961. Bellido, Vicuña, Tino, Bejarano, Pilongo, Tapia, González Borrás, Fernando, Ricardo Palacios Mena, Berenguer, Periquito, Adolfo y Bernabé Pérez Franco. Un directivo del Rácing de aquellas fechas recuerda que por entonces era entrenador 'Trompi', quien dimitió a final de temporada haciéndose cargo del equipo Antonio Jiménez. Dicho directivo fué como Delegado del Rácing con el mentado Jiménez a jugar a Bollullos donde perdieron por 3-0 y, aquella noche --le habían dado 10.000 pesetas para los gastos de desplazamiento en taxi-- paró a cenar en la carretera, en la Venta Bartolo. Alguien se dejó caer: "--Este directivo con esa cena después de haber perdido el partido, está dilapidando el dinero del Rácing". Como consecuencia de ello el referido directivo presentó su dimisión irrevocable al presidente, José Joaquín Muñoz Bela, entregándole las 10.000 pesetas, diciéndole que el desplazamiento corría por su cuenta.

fgborras_homenaje_morrito_puertosantamaria

Homenaje a 'Morrito' el 11 de mayo de 1962.  Fernando, González Borrás,  Bienvenido Soriano Gómez, José Marchena Rodríguez, desconocido (este ciudadano fue  el que tuvo la fábrica de gaseosas “La Revoltosa”); Manuel Rojas Martínez, Julio “El Cordobés”, Luis Salmerón Aguirre, Manuel Jarque “Chicharito”, Martínez de Murga Terrada, Manuel, Ramón 'Suárez' Gil Sánchez, Cristo; Eugenio Espinosa Palacios. (Foto de Rafa)

El 25 de Abril de 1964 se casa con Manuela Vázquez Clavijo y tienen cuatro hijos, Sofía, Asunción, Fernando y Juan de Dios.

En 1965 se fue al Servicio Militar siendo destinado a Melilla, donde jugó con el equipo del Melilla C.F., en 2ª división Nacional, la temporada 1965/6.

melilla_futbol_1961_puertosantamaria

Equipo del Melilla durante la temporada 1965/66. Fila superior: Valentín Raba Ortiz, Ibáñez, Ramos,  Guerrero,  2 desconocidos,  Fernando González Borrás. Fila inferior:  Celestino,  Juanirri,  Yanko Daucik,  Agustí,  Garrido.

fgborras_silueta_puertosantamariaCorría el año 1966 y coincidiendo de que el Racing Club Portuense estaba haciendo una gira por Extremadura, fueron a jugar un partido con el Mérida Industrial, coincidiendo que directivos de éste equipo que conocían a Mariano Serrano  “Nano”,  y debido a que el Mérida tenía que jugar un partido con el Oviedo, le preguntaron si sabían de algún portero y en aquel entonces Nano les propuso a Fernando. Este fue probado, les gustó y se quedó durante la temporada 1966/67. Para no ir sólo hasta Mérida le acompañó también Luis Marroquin Sánchez, conocido futbolísticamente con el sobrenombre de “el Maño”, quién también fue fichado por dicho equipo. Dos porteños en el Mérida Industrial no era mal fichaje para un equipo de Extremadura. (En la fotografía Fernando González Borrás, de portero en el Mérida en la temporada 1966/67).

fgborras_merida_equipo_puertosantamaria

fgborras_merida_003_puertosantamariaEn la fotografía superior, la alineación del Mérida Industrial temporada 1966/7. Fernando González Borrás, Enrique III, Manga, Fernando Cantino, Yerro,  Merino, Emilio, Gijón,  Ardila; Luís Marroquín Sánchez y Jeromo (Jerónimo Martínez Yanguas) . En la ilustración de la izquierda, la acreditación de su pertenencia al Mérida Industrial.

Debido a que en aquellas fechas los sueldo y fichajes, no era como ahora, tuvo que dejar el futbol ya que tenía que sacar adelante a su familia. En 1968 empezó a trabajar como empleado en la carnecería de María Vargas Durán, propietaria del negocio, quedandose posteriormente con el negocio que actualmente se conoce como Carnicería “El Tito”.

fgborras_carniceria_puertosantamaria

En la carnicería 'El Tito', a la vuelta de su etapa deportiva profesional.

Es muy aficionado al Carnaval habiendo obtenido muchos premios de disfraces personales.

fgborras_amigos_puertosantamaria

Luis Sucino Rico, Fernando González Borrás y Manuel Romo Martínez  “Lolete”: dos carniceros y un frutero.

Ya en su madurez siguió en el mundo del fútbol aficionado jugando en el equipo de la Peña “El Troncho” que colabora con los más desfavorecidos para,  al mismo tiempo, mantenerse en forma y hacer ejercicio. (Texto: Vicente González Lechuga).

fgborras_eltroncho_1958_59_puertosantamaria

Uno de los primeros partidos de la Peña 'El Troncho', cuando jugaba en el Campo de la Gimnástica sobre los años 1958/59. Fila superior, de izquierda a derecha:  Joaquín Miranda García, Joaquín Delgado Lavi, Miguel Quesada Pineda, Antonio Moreno Mayi, Juan Segura Mateo, Antonio Miranda García, Fernando González Borras. Fila inferior: Hugo Rodríguez Cortés, Sebastián Marroquín Gómez, Ramón 'Suárez' Gil Sánchez, niño desconocido, Francisco González Domínguez y Antonio Cristo Ruiz.

fgborras_maduritos_puertosantamaria

La Peña 'el Troncho' ya maduritos. Fila superior de izquierda a derecha: Desconocido, Fernando González Vázquez, Bernabé Pérez Franco, Desconocido, Juan Sánchez Durán, Fernando González Borrás, Juan Rodríguez Alonso y Rafael Gómez Morales. Fila inferior: Carlos Ramos, Manuel Rojas Martínez, Pepe Feria, José Cárave Moreno, Manuel Muñoz Aparicio, Luis Soriano Gómez y Joaquín Miranda García.


Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.

ACEPTAR
Aviso de cookies