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fatimaruizlassaleta_puertosantamariaFátima Ruiz de Lassaletta nació en Jerez de la Frontera en 1948. Sus primeros veinte años de vida profesional los dedicó a la comunicación y promoción internacional en el sector del vino de Jerez y su brandy. Más tarde, dirigió durante un cuarto de siglo la Fundación del Antiguo Hospital de la Resurrección de Utrera. En ambas etapas se ocupó de restaurar y decorar edificios antiguos: iglesias y capillas, bodegas y casas señoriales. Es desde 2009 miembro de número de la Real Academia de San Dionisio de Ciencias, Artes y Letras de Jerez de la Frontera.

Antes de La Ciudad de los Cien Palacios, de cargadores a Indias del XVII a bodegueros del XX, había publicado los libros Casa de abuela (1988), Fogón y bodega (2000), Casas señoriales, bodegas y sabores de Jerez (2006), así como unos cuatrocientos cincuenta artículos publicados bajo el epígrafe "Costumbrista y gastronómico" en el Diario de Jerez.

Viajera, ha recorrido Europa, América y parte de Asia y África, estando especialmente interesada en la gastronomía provincial y del norte de España y de Francia, país este último donde recibe cursos de alta cocina en las diferentes regiones vitivinícolas desde hace una década.

libro_ciudad_100_palacios_puertosantamariaLa Ciudad de los Cien Palacios, de cargadores a Indias del XVII a bodegueros del XX no es un libro de Historia. Más bien es un libro con historias. No es tampoco un libro sobre Arte. Más bien es un libro con arte. En compañía de su autora, Fátima Ruiz Lasaletta recorremos los palacios, las casas señoriales y los recreos de El Puerto de Santa María, "la ciudad de los cien palacios", desde la época de los Cargadores a Indias, en el siglo XVII, a la de los Bodegueros del siglo XX.

Libro de evocaciones y recuerdos, de tiempos idos y de  juventud revivida que servirá al lector para evocar un mundo de sedas y bordados de las  Colonias, de maderas nobles y con olor a  especias, a café de las Indias y a vino Fino. Un libro que da gusto y regusto leer y releer despacio por ser ameno, por recordar el pasado e invitar a los más jóvenes a esforzarse por un presente y un futuro digno de nuestra historia.

Luis Suárez, explica en el prólogo. «Que el Gran Puerto de Santa María fue ‘la Ciudad de los Cien Palacios’ es lugar común y dicho que corría de boca en boa, que utilizaron como título para dos artículos, por los años 1950, en ABC de Sevilla, Pepe de las Cuevas y mi padre, Luis Suárez Rodríguez.»

«Esta obra de cariño --afirma la autora-- a El Puerto de Santa María no ha pretendido ser exhaustiva. Es el fruto de tres veranos de paseos matutinos por el centro histórico de la ciudad fotografiando y estudiando cada uno del medio centenar de palacios y casas-palacios o señoriales aquí recogidos. También es el fruto de horas de lectura frente al mar, en las que me iba empapando de las obras y artículos publicados por historiadores recopilados pacientemente. Y es el resultado, como no, de reflexionar sobre cada fotografía, sopesar mi criterio y mis conocimientos y recordar las pequeñas historias de cuando los habitaron los bodegueros a mitad del siglo pasado, toda vez que mi padre fue bodeguero jerezano --su marca principal fue el Ponche Español-- y decidir que no podía contar y que sí, sin caer en la indiscreción.»

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Luis Suárez, Fatima Ruiz-Lassaleta, el Conde de Osborne y José Mateos de la editorial, durante la presentación anoche en el Salon San Miguel, de la bodega de Mora..

«Para todas las casas y palacios --abunda Luis Suárez-- Fátima tiene palabras halagüeñas y alguna censura por el estado lamentable en que están en la actualidad. Porque Fátima no es sólo una diletante de nuestros nobles edificios y paisajes rústicos y urbanos, sino una activista cabal en su defensa y conservación. Y, en esta ocasión, yo le he prestado mi hombro para llorar juntos nuestra desolación, como los judíos, super fluminem Babiloniae.»

Pedidos a la Editorial Libros de Canto y Cuento, pulsando aquí.

 

 

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kettycastillopacheco_puertosantamariaEnriqueta Castillo Pacheco, Ketty, nació en Santa Fé (Granada) el 6 de septiembre de 1956, hija de José Castillo Padial, granadino y de Enriqueta Pacheco Albalate quien, aunque nacida en Cádiz y vecina de El Puerto, en 1955 se casa el 20 de diciembre de 1955 y se va a vivir a Granada. Era alcalde de El Puerto Luis Caballero Noguera. Su padre, empleado del Banco Hispano Americano, trasladado en los cincuenta del siglo pasado a la oficina de la calle Larga, donde conoció a la que sería su esposa. Ketty es la mayor de tres hermanos, junto con José --ya fallecido-- y Oscar. Está casada en segundas nupcias con Armando Hutchion Azcuy (ver nótula núm. 300 en GdP), celebrando la ceremonia en La Habana (Cuba); su esposo tiene dos hijos que viven en la isla. Aficionada a la lectura y escritura, el senderismo y la jardinería.

SUS ÚLTIMAS NOVELAS.

“La Fuente de las Lágrimas” es la segunda novela de Ketty Castillo.  La  primera fue “La Mirada Infinita” (Alcalá Grupo Editorial), ambientada en Cuba e inspirada en la historia de su bisabuelo, Francisco Padial Rodriguez, emigrado a Cuba a principios del siglo XX y desaparecido poco después sin dejar rastro. También es autora de un libro de viajes sobre Cuba que aún no ha sido publicado.

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Durante la presentación, en abril de 2008, de su primera novela 'La Mirada Infinita', junto al Jefe del Servicio de Fomento y Promoción Cultural, Antonio Ahucha Femenía.

Por tanto, “La fuente de las Lágrimas” (Ediciones El Boletín), es el tercer libro de Ketty Castillo. Esta historia está inspirada en un suceso real ocurrido en 1954 en Granada, en la casa de sus abuelos, en la misma donde ella vivió de pequeña. Narra un crimen pasional en el que se ven implicados un republicano y un falangista que se ven obligados a convivir bajo el mismo techo. Partiendo de ese suceso, Ketty teje una ficción que se confunde con la realidad de una de las etapas más negras de la Historia de España. Novela, negra, novela histórica, drama...

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Durante la presentación de 'La Fuente de las Lágrimas, con el editor de Ediciones El Boletín, Eduardo Albaladejo Manzanares, en la Casa de Rafael Alberti el 17 de abril de 2013. El prólogo es de Juan José Téllez.

“La fuente de las Lágrimas” recrea la tragedia de la guerra civil en Granada y la huida de algunos de sus personajes hacia zona republicana, atravesando los montes de la Alfaguara, el bellísimo entorno donde Ketty pasó los mejores veranos de su vida. El mismo donde asesinaron a Lorca y a más de dos mil personas, víctimas de la represión franquista. El título de la novela se debe a un manantial que existe en aquellos parajes, cuyas aguas fueron encauzadas por los árabes para abastecer la Alhambra y el Albayzín. Los árabes la llamaron Aynadamar: La fuente de las Lágrimas. Pero el título también es alegórico a la tragedia que viven sus personajes, marcados por la guerra civil.

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La niña Enriqueta, con sus padres en Santa Fé (Granada), con apenas dos años.

De pequeña vivió en Santa Fé (1956-1961) en la calle María Jesús, conocida como ‘la calle del Cine’ donde se ubicaba el único cine del pueblo. Afirma que por eso es tan peliculera. En Grranada (1961-1968) en varias viviendas. Los veranos de 1964 a 1975 los pasaba en una casita de Alfacar, al pie de la sierra de la Alfaguara, donde vivió los mejores momentos de su infancia y adolescencia. Su pubertad y adolescencia la vivió, también por los traslados familiares en Málaga (1968-1978). Después de su primer casamiento continuó en Málaga, hasta su traslado a El Puerto en 1986, donde ha tenido diferentes residencias. Su proyecto: vivir en Cuba.

Estudió entre Santa Fé, Granada y Málaga, donde inició estudios en la Facultad de Medicina. Antes de llegar a la Radio, hizo casi de todo: Clases particulares, cuerpo de limpieza en hotel, cuidadora de niños, vendedora de cursos de inglés sin tener ni idea del idioma, dependienta en una papelería-librería…

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De izquierda a derecha, Juan Clavero, Ketty Castillo, Salvador González, Sole Duro, Agustín Álvarez, Fito Carreto y Toñi Flores, en el reciente encuentro celebrado en 'La Andreíta': "Delante y detrás de la noticia', el pasado 1 de junio de 2013.

DE SER PUERTO A CANAL SUR.

A su llegada a El Puerto comienza a trabajar en SER Puerto, en la calle Misericordia, como locutora y periodista. Dos años mas tarde, en 1988, en SER Málaga, tanto en Onda Media como FM. En 1989 aprueba las oposiciones de RTVA, y desde entonces trabaja como redactora en los Servicios Informativos en Canal Sur en Cádiz.

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Con un grupo de amigas, en Bodegas Osborne, tras la presentación de su primera novela.

PREMIO 28 DE FEBRERO. La historia de Caparrós.

En 2003 recibe el Premio de Periodismo ‘28 de Febrero’ al mejor programa de radio emitido durante 2002, otorgado por el Consejo Asesor de RTVE-A, uno de los más prestigiosos de Andalucía, por su trabajo de investigación: ‘4-D: la verdadera historia’. En dicho reportaje sobre los sucesos ocurridos en Málaga durante la manifestación pro autonomía del 4 de diciembre de 1977, en la que fue asesinado José Manuel García Caparrós. Se desvela por primera vez en 25 años el nombre de Juan Manuel Trinidad Berlanga, el joven que escaló la fachada de la Diputación Provincial de Málaga, para colocar la bandera andaluza en el balcón principal. Este hecho fue el que desencadenó la brutal carga policial que acabó con la vida de García Caparrós. Durante 25 años, y todavía hoy se sigue haciendo, se había difundido el error histórico de que fue García Caparrós quien colocó la bandera andaluza en la Diputación. El pasodoble de la agrupación carnavalesca ‘Raza Mora’, cae en 1978 en dicho error con su copla ‘Un cuatro de diciembre’.

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 En el malecón, en La Habana (Cuba) con su esposo Armando y unas amigas.

COMPROMISO POLÍTICO.

De ideología republicana, está afiliada al sindicato CCOO y a la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía. Colabora con los movimientos de solidaridad con Cuba, cuya revolución defiende sin ambages. En su juventud militó en el desparecido PSA (Partido Socialista de Andalucía), que abandonó cuando dejó de ser un partido de izquierdas; desde entonces no ha vuelto a militar en ningún otro, aunque no oculta sus simpatías por IU (Izquierda Unida), con el Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT), con Ecologistas en Acción y con el Movimiento 15M.

pacoarniz_2013_puertosantamariaEl idilio de Francisco M. Arniz Sanz --nacido en El Puerto de Santa María en 1952--, con la pintura viene de lejos, de muy lejos. Vamos, casi desde siempre. Ya en el colegio el pincel y los colores fueron unos de sus mejores amigos. Pero no sería hasta el año 1977 con su primera exposición en Barcelona cuando se empezó a dedicar profesionalmente al mundo del arte. Esta muestra tuvo tinte surrealista y en ella el desnudo femenino fue principal protagonista.

Tras su paso por la Ciudad Condal, donde residió doce años y ejerció la crítica de arte en El Noticiero Universal junto al célebre crítico Rafael Santos Torroella, en 1982 regresó a su tierra natal con el zurrón bien cargado de experiencia y conocimiento. Allí o aquí, depende desde donde se lea este texto, su obra pictórica se fue centrando poco a poco en los retratos de personajes y rincones urbanos. Temática en la que cosechó un gran éxito.

En la imagen de abajo, Francisco Arniz celebrando, puño en alto, celebrando en Barcelona la legalización del Partido Comunista. Le acompañan Amador Rey Fondo y Javier Aragüez

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Durante doce años, desde 1990 hasta 2002, fue Presidente de la Academia de Bellas Artes de Santa Cecilia de El Puerto de Santa María; período durante el que creó y dirigió la revista “Pliegos de la Academia”. Y es que además de practicar la pintura, Paco Arniz ha sido un gran estudioso de la obra de los artistas plásticos portuenses. Francisco Lameyer, Eulogio Varela, Enrique Ochoa, Juan Miguel Sánchez Fernández, Serny o Manolo Prieto son hoy día más conocidos gracias en buena parte a la labor de un Arniz empeñado en promocionar y dar a conocer al mundo la riqueza de la cultura portuense.

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Con el pintor Juan Lara, en una conferencia al alimón.

Dentro de esta faceta cabe destacar su amistad con el pintor Juan Lara. Con él, además de compartir conversación, vino y taberna, colaboró en la edición de las dos series de la carpeta “Pueblos rosas mejicanos / Pueblos blancos gaditanos” para las que escribió el prólogo. Ahora, Arniz le rinde tributo en algunas de las obras de esta exposición.

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Con el poeta Rafael Alberti, en Roma, en 1976.

El poeta Rafael Alberti fue otro de los genios de El Puerto con los que Francisco Arniz mantuvo estrecha relación. A él le dedicó y organizó dos importantísimos homenajes; uno en forma de antología poética (“Del corazón de mi pueblo”) y otro a modo de exposición pictórica (“Homenatge a Rafael Alberti”).

Miembro de la Asociación Española de Críticos de Arte y Embajador de la Red Iberoamericana de Ciudades Taurinas, a partir de 1998 Arniz decide dedicarse casi en exclusiva a la pintura taurina y a la técnica de la plumilla. Ese año precisamente realiza su primera exposición monográfica sobre el mundo de los toros en Chiclana, ciudad en la que reside actualmente.

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Dos muestras del arte de Arniz, la de la izquierda ha servido de cartel de exposición de su actual muestra en el Hotel Monasterio.

Desde entonces van ya casi 30 muestras en las que las estampas y retratos taurinos en blanco y negro son protagonistas absolutos. El Puerto, Sanlúcar de Barrameda, Puerto Real, Cádiz, Conil, Granada… y, por supuesto, Madrid han sido Un mundo que el pintor quiere reflejar a través de la plumilla, renunciando al colorido de otras técnicas pictóricas y sometiéndose a la dura disciplina de jugar con el blanco y negro a los que sabe sacar toda una riquísima gama de matices y contrastes. algunas de las plazas en las que la pluma y la tinta de Paco Arniz han hecho el paseíllo triunfal.

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En abril de 2009, en la Fundación Rafael Alberti, junto a uno de sus cuadros expuestos, del diestro José Tomás. 

No hay que olvidar tampoco su colaboración con la revista taurina mexicana “Bravada” para la que ilustró la contraportada de los números de octubre y noviembre de 2009. Y es que el arte de Arniz, como todo el buen arte, no tiene fronteras. De hecho hay obras suyas repartidas por todo el mundo (Inglaterra, Venezuela, Italia, etc.)

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Arniz expone desde el pasado 7 de julio hasta el 29 de agosto en el Hotel Monasterio de su ciudad natal la muestra 'Tinta y Color Taurino'.

Ahora, tras 3 años de parón voluntario, el pintor portuense regresa al ruedo artístico con energías y técnicas renovadas. Ha vuelto a abrir la caja de los colores y esta vez, junto a sus famosas plumillas taurinas, presenta una serie de nuevas obras de gouache y témpera a medio camino entre el cuadro y el cartel. Un toque de color ideal para este tiempo de crisis que no cesa. Pasen, vean y olvídense, aunque sea por un ratito, de lo que pasa ahí afuera. /Texto: Juanjo Castillo.

Baedeker'sSpain_puertosantamaria[Aquel 1913 del siglo XX, hace ahora 100 años, era alcalde de El Puerto de Santa María Manuel Ruiz-Calderón y Paz; lo sería también en un segundo periodo. Ese año un decreto papal declaró festivo el 8 de septiembre, día de la Virgen de los Milagros por la intermediación del Cardenal Enrique Almaraz Santos, quien fue recibido en la Estación de Ferrocarril por la Corporación Municipal Bajo Mazas, con cuyo nombre se rotularía la calle Zarza y quien sería nombrado Hijo Adoptivo de la Ciudad. Ese año volvía a salir la imagen del Cristo de la Veracruz, de salida irregular e intermitente en los últimos tiempos, desde sus capilla de la Sangre en la esquina de Nevería (Castelar) y Palacios (José Navarrete), frente al Bar Apolo donde hace años estuvo el Bar ‘La Mina’ y la Librería ‘Sanjamás’. Pedro Muñoz Seca estrenaba su obra ‘Trampa y Cartón’. En 1913 nació José de los Reyes Santos, ‘el Negro’ cantaor que interpretaba como nadie los ‘martinetes’]. /En la imagen de la izquierda, portada de la Guía Baedeker.

guiabaedeker_puertosantamariaEn la imagen de la izquierda, página de la Guía Baedeker, correspondiente a El Puerto de Santa María.

En 1913, la célebre casa editorial Karl Baedeker, de Leipzig (Alemania), publicaba la cuarta edición en inglés de España y Portugal. Manual para viajeros (594 páginas, 20 mapas y 59 planos). Esta guía turística de la Península Ibérica se presentaba como una edición “cuidadosamente revisada” de las tres anteriores en lengua inglesa, que habían visto la luz en 1898, 1901 y 1908. Se publicaron también cinco ediciones en alemán (entre 1897 y 1929) y tres en francés (1900, 1908 y 1920).

De las 71 rutas que contiene la guía Baedeker de 1913 que nos ocupa, El Puerto de Santa María aparece en la n.º 51, la que partiendo en ferrocarril desde Córdoba y pasando por Sevilla llegaba hasta Cádiz vía Utrera. El viajero —probablemente británico o norteamericano— de hace un siglo podía leer en la página 429 de su Baedeker de tapas rojas la siguiente información sobre El Puerto (la traducción es nuestra):

«Puerto de Santa María (Hotel de Vista Alegre, Calle Vergel 9, limpio, pensión completa 9 pesetas; ómnibus a la estación, 8 minutos, 75 céntimos; vicecónsul británico, R. J. Pitman), conocido por lo general simplemente como El Puerto, es el Portus Menesthei de tiempos remotos y uno de los asentamientos más antiguos de la Bahía de Cádiz, en la que desemboca el Guadalete. Es en la actualidad un importante puerto marítimo, con 20.000 habitantes. La industria pesquera y el negocio vitivinícola están mayormente en manos de empresas inglesas, cuyas Bodegas son casi tan importantes como las de Jerez. El embarcadero para los vapores está detrás del Hotel Vista Alegre.

Desde la estación de ferrocarril seguimos por la Calle Dendra [errata: debe ser “de entrada”, como sugiere Antonio Gutiérrez Ruiz], giramos a la derecha y llegamos al Paseo de la Victoria, con su abundante vegetación. De aquí nos dirigimos al oeste por la Plaza de Javier de Burgos y al girar a la izquierda entramos en la Calle Larga, la calle principal de la ciudad, con las casas de los ricos vinateros y el Ayuntamiento (Plaza de Isaac Peral). Desde este punto, la Calle de los Descalzos lleva al sur hasta el Paseo de Calderón, que se extiende a lo largo del Guadalete. Desde la Calle del Vergel, que prolonga la Alameda hacia el suroeste, continuamos por la Calle de José Navarrete hasta la Iglesia Principal, en la Plaza de Alfonso Doce, un edificio gótico con una portada barroca. Siguiendo por la Calle del Vergel hacia el oeste, llegamos a la Plaza de la Pescadería, con los restos del Castillo árabe. A partir de aquí la Calle Aurora se prolonga hacia el oeste hasta la Avenida de Nuestra Señora de los Milagros, con bodegas y buenas vistas a Cádiz. Al noroeste se encuentran el colegio de los jesuitas y la Plaza de Toros. Al noreste, en la carretera de Jerez, están el Cementerio Inglés y un cerro llamado de Buenavista».

mruizcalderon_puertosantamaria3En la imagen de la izquierda, el alcalde en 1913, Manuel Ruiz-Calderón y Paz.

A pesar de los cambios en los nombres de algunas de las calles citadas, no es difícil seguir el itinerario propuesto por el anónimo redactor de la guía. Considerada comúnmente como “la Biblia del turismo”, esta guía Baedeker contiene, sin embargo, dos inexactitudes llamativas en la información que proporciona sobre El Puerto, a saber, que “la industria pesquera y el negocio vitivinícola están mayormente en manos de empresas inglesas”. /Texto: Bernardo Rodríguez Caparrini

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teatroprincipal_ruinas2_puertosantamariaHoy se cumplen 21 años del fallecimiento de nuestro padre, José Lucas Morillo León. (Nótula núm. 336 en GdP). In memoriam.

Todavía olía a chamusquina cuando en junio de 1988 Agustín Merello dio la orden de salida a Enrique Alcina, Antonio Bueno, Diego Mora y José Ignacio Buhígas como primeros redactores del Diario con Delegación propia en El Puerto. Fito Carreto empezó a maravillarnos con sus insólitas instantáneas convertidas en obras de arte, y Pedro Ríos nos tenía al día rabioso sobre la vida y milagros del Rácing Club Portuense.

Esta primera redacción de la Delegación de Diario de Cádiz en nuestra ciudad, empezó a recorrer las calles de El Puerto con el olor a requemado que aún perduraba en los alrededores de la esquina de calle Luna, San Bartolomé y La Placilla. Ya habían pasado cuatro años pero el tufo a cisco de las vigas, de los palcos, plateas y butacas del Teatro Principal no se esfumaba tan fácilmente de las pituitarias de los portuenses. /En la imagen, el Teatro Principal, solo fachada, tras el incendio.

Estos redactores descubrieron que la versión oficial de ese incendio que tuvo lugar el 24 de febrero de 1984 no tenía nada que ver con la versión que les contaron los vecinos que habitaban las casas aledañas al Teatro. (Ver nótula núm. 937 en GdP). Ese día, una futura actriz que estudiaba 3º de EGB aprendió de sus mayores la palabra adrede. Ni los porros ni los porretas incendiaron el Teatro.

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Los bomberos, actuando desde La Placilla. (Foto: Pedro Lara. Colección Manolo Morillo).

Tres explosiones con intervalos de cinco minutos cada una dieron buena cuenta de un edificio “sencillo, cómodo, elegante, proporcionado al vecindario, en el mejor sitio de la población y preparado para las estaciones más rigurosas” que levantó en su día Críspulo Martínez en un terreno desamortizado a los jesuitas denominado Trabajadero de la Compañía a mediados del siglo XIX. Pero esa es otra historia.

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El Teatro Principal, en la década de los cuarenta del siglo pasado. /Colección V.G.L.

Curiosamente la vida del Teatro sin teatro como actividad cultural en un edificio cerrado, ha ido transcurriendo paralelamente a las vicisitudes diarias de estos veinticinco años que ahora rememoramos. La desaparición de uno ha convivido en el tiempo con la aparición de la redacción periodística porteña, y ésta a ayudado en la medida que un medio informativo puede hacer –sirviendo como altavoz a los que reclamábamos un nuevo Teatro- para que veintitrés años después de la desaparición del Principal El Puerto de Santa María inaugurara un coliseo/auditorio en octubre del año 2007. Pelín lentos los porteños en restaurar o construir nuevas dotaciones e infraestructuras culturales, pero ya sabemos que el hecho cultural siempre va a la zaga de cualquier formación política sea del color que sea, y casi siempre suele salir muy mal parado en la cosa de los dineros.

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El Teatro Municipal 'Pedro Muñoz Seca'. Fachada.

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Teatro Muñoz Seca. Interior.

Dicho esto, no podemos obviar que el teatro nació de la necesidad que una comunidad siente de expresarse a sí misma, y desde esta aserción, durante este periodo de tiempo los grupos aficionados de teatro han tratado de ocupar y de soslayar la ausencia de un coliseo actuando en salones de actos de colegios, gimnasios, calles, salas de exposiciones… allá en donde se les ocurría y/o les dejaban.

En estos 25 años grupos como Bellas Artes, TEJA, Jaramago, Piesplanos, Fierabrás, Hamaca, Tesón, Trovadores, Duende Teatro, Balbo (con anterioridad Histrión, Baco y Antinoe) Olvido Producciones, El Carromato… han ocupado -y algunos lo siguen haciendo desde la óptica profesional- un papel sumamente importante que la perspectiva del tiempo sabrá agradecerles; ellos con su entusiasmo inquebrantable han sabido mantener encendida la llama del teatro hasta nuestro días.

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La Compañía Olvido Teatro, compartiendo risas junto a un espectador de lujo, el prestigioso director de cine, José Luis García Sánchez.

No se trata de destacar a ninguno porque todos en su conjunto y desde distintas perspectivas sobre el hecho teatral en sí mismo, han sido el verdadero motor que ha empujado tanto a los aficionados como a la Administración local a que El Puerto se siga acordando que las primeras expresiones del hombre fueron teatro. Desde el teatro muñozsequiano a la comedia y la tragedia griega. Desde el teatro de calle a la alta comedia. Desde el teatro de denuncia social al teatro para el público infantil.

 Pero fue el grupo Piesplanos que nació como continuidad de los talleres municipales de teatro, concretamente del Instituto Muñoz Seca, siendo monitor del taller Pascual Varo -quien siguió luego como director del grupo- el  impulsor y fundador del Colectivo Teatral Portuense, una asociación de los grupos de teatro de El Puerto con la que se pretendía, no solo potenciar y fomentar el teatro en la ciudad, sino ayudar a la formación de los miembros de los diferentes grupos, para lo que se organizaron diferentes encuentros, como Café y Teatro, una tertulia que en cada ocasión se invitaba a una persona relevante dentro del mundillo teatral, y por los que pasaron Manuel Pérez Casaux, Pepe Bablé, Paco Algora y el profesor de teatro argentino Franklin Caicedo, entre otros.

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“La Cena de los Generales” original de José Luis Alonso de Santos, representada en 2007 en el ‘Teatro Muñoz Seca’, con el desaparecido actor Sancho Gracia en el papel protagonista.

El CTP (Colectivo Teatral Portuense) estaba formado por siete grupos de teatro que en esa época existían en El Puerto y, entre sus reivindicaciones, la más significativa era la de que se construyera un teatro para la ciudad, motivo por el cual se organizaban encuentros y concentraciones cada 27 de marzo con motivo del Día Mundial del Teatro.

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José Sacristán, el pasado mayo de 2013, interpretando en el Muñoz Seca 'Yo soy don Quijote de la Mancha'.

Traíamos a colación hace poco en una de las entregas de la columna de opinión El alambique que en el año 1983 nació una tímida y experimental Muestra de Teatro Escolar que acababa de cumplir los treinta años. Y decíamos también que como en la vida de cualquier hijo de vecino la Muestra ha disfrutado de las luces de los tiempos mejores, y está sufriendo entre sus bambalinas las sombras de los tiempos no tan mejores. Esta apuesta municipal necesita imperiosamente alicientes novedosos que le den un nuevo impulso para perpetuarse en el tiempo. Treinta años son muchos años para que no haya apenas cambios, y no parece sea oro todo lo que reluce, aunque se valore el trabajo que vienen realizando los monitores con tan poco tiempo de escuela. Así y todo, indicábamos igualmente que no deberíamos obviar nunca que la austeridad no tiene por qué estar reñida mal que bien con la calidad de lo que se hace.

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El Enfermo Imaginario, por El Carromato.

De esta Muestra de Teatro Escolar y de los grupos cantera de antaño y actuales como Balbo Teatro y Duende Teatro, han salido verdaderas vocaciones teatrales y una ingente cantidad de buenos aficionados al teatro incluso cuando carecíamos de él. Montse Torrent, Joaquín Perles, Juanjo Macías, Juan García Larrondo, Esther Pumar, José Pecho, Ana Peregrina, Jesús Torres, Eva Rodríguez, Mónica Yuste, Joaco Arjona, Ignacio Glez Verano, Germán Arjona, Carol Delgado, Juan Lorca…; además de actores y actrices han salido, dramaturgos, productores, creadores de contenidos y gestores culturales, maquinistas, iluminadores, espacio sonoro… todo un lujo para un núcleo poblacional cercano a los noventa mil habitantes.

Festival-Teatro-ComediasEl Puerto es una ciudad con una afición y cultura teatral muy por encima de la media habitual, más teniendo en cuenta el tamaño de la medida a la que nos referimos, es decir, en comparación con capitales de provincia o poblaciones de un mayor calado cultural labrado a través de los años. No es sólo que existe una programación teatral de calidad con producciones de primerísima línea y grandes formatos, sino que viene siendo una programación estable desde otoño a primavera, a la que responde un público muy fiel que prácticamente llena en cada sesión el auditorio-teatro Muñoz Seca desde que abrió sus puertas. Estos aficionados se han ido educando a lo largo de los años convirtiéndose en un público entendido, que diferencia matices que quizá otro tipo de público no es capaz de valorar, y que reparte méritos (y deméritos) entre autor y puesta en escena, dirección y trabajo actoral, ritmo y sensibilidad.

En este último cuarto de siglo ha surgido el Festival de Teatro de Comedias. La apuesta de un concejal, Juan Gómez, con uno de los considerados mejores dramaturgos españoles, José Luis Alonso de Santos, arrancaba mezclando compañías profesionales con el grupo Balbo Teatro y con el Grupo de Teatro de Bellas Artes. Una apuesta que ha ido creciendo con el tiempo y que ha mantenido el respaldo del público aunque últimamente los problemas económicos se están dejando sentir en su programación. De alguna manera el turismo cultural del verano portuense pasa necesariamente por acudir al patio porticado de San Luis Gonzaga para disfrutar de una noche veraniega viendo un teatro comercial, plagado de caras televisivas al que determinado sector de público gusta ver de cerca.

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Presentación de los libretos con Sancho Gracia y José Luis Alonso de Santos, en el Teatro Muñoz Seca.

También es un lujo la colección de textos teatrales emprendida por Diario de Cádiz. ¡Ojalá pueda seguir! Más que la guinda del pastel es el envoltorio, la caja en la que se exhibe el regalo. La presentación de los libretos con los actores o directores, la coqueta maquetación, las ilustraciones, todo, es una idea genial que abre el apetito para el ritual de la noche en el escenario y el patio de butacas. Un valor añadido incalculable. Gran encuentro con las entrañas de lo que se representa, imprescindible en el punto que ha alcanzado El Puerto como nivel de afición teatral.

 Quizá uno de los puntos negros en este tiempo es haber perdido la Muestra de Teatro Andaluz del mes de noviembre. Una lamentable pérdida por la que había que haber luchado más. Era la oportunidad de acceder en casa a las primicias andaluzas de cada temporada.

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Grupo Balbo

A día de hoy existen seis grupos de teatro en El Puerto, dos profesionales: El Carromato, con una magnífica y exitosa trayectoria en teatro de calle, y Olvido Producciones, especialistas en alta comedia dirigidos por el premio nacional de teatro José Luis Alonso de Santos. Y cuatro amateur: Balbo Teatro, el más longevo y auténtico referente del Teatro Clásico a nivel nacional; Duende Teatro, con representaciones de prestigio muy vinculadas al compromiso social y cada vez más reconocidas en los ambientes teatrales; Grupo Tesón, compuesto de actores y actrices con muchísima afición a los que hay que agradecer el enorme esfuerzo que realizan cada vez que se suben a un escenario, y Trovadores, de muy reciente creación, cuyos componentes son jóvenes actores y actrices estudiantes de la Universidad de Cádiz.

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Duende Teatro.

Es muy difícil sintetizar el trabajo de Paco Teja, de Emilio Flor, de Pascual y Adrián Varo, de Antonio Ocaña, de Enrique Miranda padre e hijo, de Manolo Barba, de José Manuel Pecho y Paco Crespo, de Pepe Ojeda, de Enrique Atalaya, de Maleni Rosso, de Federico Arjona, de Manolo Albert, de Lola Teja, de José Antonio Andrades, de Milagros Arena, de Pepe Sevilla, de Antonio Noriega, de Juan Villarreal, de Antonio Sánchez, y de tantos y tantas más… ellos/ellas y nosotros saben/sabemos muy bien lo que han hecho y lo que siguen haciendo por el TEATRO en El Puerto. /Texto: Manolo Morillo

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pepemendoza_ecosdevecindad_puertosantamariaDe la presentación del libro 'Ecos de Vecindad'. 

Sepan que quien nos presenta su  libro  es un impostor. Sí, un impostor. Con i de im y p de postor. Y sepan que su verdadero nombre es José Francisco González Mendoza, vecino de esta vecindad. Un auténtico peligro con patas que ha perpetrado cienes y cienes de artículos en el Diario de Cádiz, estando por ello buscado y rebuscado por las autoridades. Quienes le acompañan en la mesa, los también falsos doctores Fernando Santiago (prologuista y ex presidente de la Asociación de la Prensa) y Eduardo Albaladejo (editor de El Boletín), habrán de ser considerados cooperadores necesarios.

La ficha policial de José Francisco González Mendoza, alias Pepe Mendoza, no tiene desperdicio. Nació en El Puerto, en una calle peligrosa, la calle Curva, junto a la plaza de la Cárcel, como no podía ser de otra forma. Su infancia transcurrió en la calle San Sebastián, en una Casa Vieja en la que hoy no se le permite la entrada, y después en la barriada Maestro Dueñas, conocida en los ambientes policiales desde su llegada como el Distrito 21. Estudió primero en la SAFA y luego en San Luis Gonzaga, donde consiguió que le aprobaran todas las asignaturas gracias a su habilidad para la persuasión a través de la escritura, sin duda su arma más peligrosa. Un solo párrafo suyo en un examen era capaz de tumbar al profesor más inflexible. Y con medio folio encandilaba a diario al director.

ecosdevecindad_puertosantamariaSu carrera criminal continuaría luego en el Ejército español, donde prestó servicio militar y aprendió el manejo de otro tipo de armas, desde la navaja suiza hasta el mortero de cal. Aquello fue en Palma de Mallorca, en 1984, el año del 12-1 a Malta, un resultado corto para la España de hoy. La inteligencia militar le encargó la peligrosa misión de infiltrarse en un equipo de fútbol de Tercera División, el Andratx, en cuyas cuevas clandestinas conoció a otros futbolistas espías como Sabido o Zuviría. Fue allí donde comenzó a gestarse la leyenda de su 'zurda de oro', de potente trallazo que sorprendía a los guardametas incautos. Y es que con lo que mejor se maneja este enemigo público número uno es con la izquierda.

 Con la poli pisándole los talones en las islas, a su regreso de la mili (continúa la ficha policial) decidió hacerse hombre de leyes, como llaman los chinos a don Juan Carlos y doña Sofía. Por eso estudió graduado social y se infiltró en la Administración como interino. Luego hizo la carrera de Derecho, lógicamente por la UNED, a distancia, para no ser descubierto.

Licenciado en Derecho parecía que iba a emprender el camino recto pero volvió a las andadas (la cabra tira al monte) y se hizo funcionario, esa peligrosa plaga y rama del hampa que el Gobierno está tratando de erradicar. Trabaja actualmente en la Delegación Territorial de Economía e Innovación, Ciencia y Empleo, que es como se conoce oficialmente a lo que comúnmente es, para los portuenses, el sindicato.

Entre sus aficiones secretas se ha podido comprobar la tendencia a seguir practicando el fútbol en una especie de secta satánica compuesta por algunos falsos profesores doctores que se reúnen a modo de aquelarres los sábados por la mañana en el patio de un colegio de El Puerto, ocultos a la vista del público. Allí sigue pegando patadas a diestro (y sobre todo a siniestro) como forma de liberar sus bajos instintos.

Forma parte, igualmente, de otra secta, en este caso venenosa, llamada Atlético de Aviación o, según la gente moderna, Atlético de Madrid, que también da refugio a uno de los presentes en la mesa, el doctor impostor Santiago. Ambos rinden culto al dios Gárate y a los apóstoles Ayala, Futre y Adelardo. Ya no quieren saber nada del ángel caído Radamel Falcao.

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Pepe Mendoza y Rafael Navas, director de Diario de Cádiz, presentador del primero y autor de estas líneas.

Pero como decía al principio, la actividad que no ha dejado de practicar, y que es la que nos trae hoy aquí, es la de la escritura, eso que se hace con los dedos y se publica en esas cosas llamadas periódicos. Por su condición de quintacolumnista es hoy uno de los criminales más buscados del planeta, hasta el punto de que comparte piso piloto con Salman Rushdie en algún punto ignoto del planeta. Al parecer, según la brigada de información, pretende publicar un libro que reúne sus artículos en un rotativo provincial, con la colaboración de un editor, peligroso, proscrito y tigretón.

… … ...

Soy un amigo de Pepe Mendoza que se ha colado, por la misma cara, en este acto atraído en gran parte por el señuelo del croqueteo posterior. Un proyecto inacabado de periodista que desearía con contar algún día con el don que posee Pepe para escribir y llegar a lo más profundo de las personas. Un admirador, un esclavo, un amigo, un siervo. Lo que viene llamándose un “mendocista” de toda la vida. Bueno, realmente desde que lo conocí pegándole patadas a un balón (sí, yo soy aquel guardameta incauto al que goleó de forma inmisericorde como a un maltés o un haitiano) y más tarde como articulista de la mano de Francis Gallardo y de su hermano Ángel, el escritor y poeta cercano, al que le gustan las fiestas con canciones, las pequeñas posesiones y que investiga las huellas de elefante en la tarrina de mantequilla.

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De izquierda a derecha, Ángel Mendoza, Manolo Morillo, Pepe Mendoza y José María Morillo. Dos colleras de colaboradores de Diario de Cádiz, dos pares de hermanos 'Porque en El Puerto y en Arcos, los escritores se dan por colleras'

Y hasta hoy. No he logrado convencerle de que deje de ser del Atleti ni de que vuelva a dar el salto a las páginas provinciales del Diario, lo que sería dar una satisfacción a muchos más miles de lectores. Hoy, después de la presentación que estoy haciendo de él, pierdo la poca esperanza que me quedaba.

Sus “Ecos de vecindad” son un ejemplo de cómo contar, a través de las vivencias personales y desde un universo tan particular como el de El Puerto, historias que interesan a todas las personas, vivan donde vivan, tengan la edad que tengan. Sus recuerdos de la infancia marcan muchos de sus artículos pero eso no quiere decir que cualquier tiempo pasado fuese mejor pues, como dicen Les Luthiers, cualquier tiempo pasado fue anterior.

Estamos ante una persona que friega platos y rinde culto al Scotch Britte satisfaciendo así sus más bajas pasiones. Una persona que ejerce un gran compromiso social, ese que no tiene necesidad de folclore y pandereta, sino que es ejemplo callado, anónimo. Que se emociona con facilidad y transmite esa emoción a los demás con sencillez, que es el secreto de todo maestro. Sus columnas, sus medios folios, atraen a los lectores como un imán (califato independiente) y afortunadamente cada vez hay más “mendocistas” en el mundo. Ya quisieran Julio Camba o su admirado Manuel Alcántara contar con un club de fans como el suyo. Hoy, El Ratón, El Papi, el otorrino Casimiro, Severo el del carrillo homónimo, Tonino, los seres que pululaban y pululan por los mundos de La Burra o los Pepes, o Ángela Mekel, Mayor Oreja, Neil Armstrong, Rafaela Carra o Albert Camus, entre muchos otros personajes, están aquí para acompañarle. Y, por supuesto, su querido sobrino Alejandro, su superhéroe favorito.

Porque ellos y muchos otros son los protagonistas en “Ecos de vecindad” de 101 historias, como los famosos dálmatas, puestas en negro sobre blanco durante muchos años.

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Firmando ejemplares de su obra ante un público entregado.

El sentido del humor, los juegos de palabras, la fina ironía, el sentido común y el mensaje positivo son las herramientas con las que Pepe Mendoza esculpe cada una de sus obras bajo el epígrafe de “Palabras menores” o “El Alambique”. Ha tenido la suerte de contar con un buen amigo común para el prólogo de su libro, Fernando Santiago, colega periodista, dotado, como él, de esas mismas cualidades y, además, del mismo sentimiento atlético que los convierte en almas gemelas. Pereira y Leivinha juntos en sus mejores tiempos. Es una suerte también que Diario de Cádiz pueda contar con ellos en su nómina de articulistas. Fernando presume de ser un sieso y un antipático, así que como es bien cierto el refrán de “dime de qué presumes y te diré de qué careces”, les aseguro que no es así. Detrás de esa imagen hay una persona comprometida, con un sentido del humor ácido y que ejerce la crítica con valentía, algo tan necesario en estos tiempos. En el lado negativo hay que anotarle que no prueba el vino fino ni la cruzcampo, lo que lo convierte en un eterno sospechoso habitual.

elboletin_logo_puertosantamariaY como Pepe Mendoza no es alguien que deje indiferente a nadie, un avezado y valiente editor de El Puerto, también colega, ha escuchado esos “Ecos de vecindad” y les ha dado forma de libro. Eduardo Albaladejo, un quijote que lucha contra los molinos digitales, sigue creyendo en el papel y en que leer un libro es un placer que no debe perderse. Ahora vuelve a dar en la diana y su editorial “Ediciones El Boletín” se apunta otro gran tanto, como aquel gol de Rubén Cano a Yugoslavia. Enhorabuena y gracias, Eduardo, por tu compromiso con la cultura. Te aseguro que si el libro no se agota, al menos con estas palabras se agotarán los presentes.

Pepe, muchas gracias y enhorabuena por este libro escrito con pasión desde El Puerto para España y la Humanidad. Que sigas cultivando por muchos años el columnismo y que nosotros lo veamos. Y, sobre todo, hazme el favor de ser feliz. /Texto: Rafael Navas Renedo.

Enlace al Blog de Pepe Mendoza, donde se pueden leer sus palabras durante el acto.

Enlace a la web 11500elpuerto.com, donde se puede visionar el acto celebrado en la no extinta Fundación Rafael Alberti.

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LA DELEGACIÓN Y SUS DELEGADOS. De como las canas vinieron a sus sienes.

agustinmerellodelcuvillo_2_puertosantamariaLa historia de la Delegación lo es también la de los siete delegados que ha tenido desde que se abriera en aquel verano de 1988 con Agustín Merello del Cuvillo. Aquel porteño que se había marchado a Cádiz, que era un primer espada en el Diario, volvía a su pueblo a dirigir la Delegación con la experiencia adquirida en la redacción central de Cádiz, y la impregnó de portuensismo porque el llorado Agustín amaba a El Puerto como pocos. Y amarlo desde la distancia de la Bahía de Cádiz de por medio, era todavía mas si se pudiera, pues Agustín era un amante encelado de su Puerto, al que le dolía de forma especial, como ya empezara a relatarlo antes de su marcha a Cádiz con la sección ‘El Ruido y las Nueces’ bajo el seudónimo de Damasceno, que recuperó aquel verano con su nombre y apellidos y otra sección denominada ‘La Fuente de las Galeras’. Se marcharía en 1990 como Redactor Jefe en Cádiz y al año, nos dejó en esta vida. Sus restos, incinerados y esparcidos en la Bahía de Cádiz, los recuerda Francisco Montero Galvache: «Las cenizas tienen alas/ y las de Agustín Merello/ vuelan sobre el mar y cantan».

tilysantiagocossi_2_puertosantamariaTily Santiago Cossi será la nueva Delegada, otra periodista de aquí, nacida en la calle Alquiladores a la que también preocupa su Ciudad. Impulsó en la delegación los columnistas de opinión, y la sección histórica ‘Puerto Escondido’, donde intervinieron entre otros, Luis Suárez, Diego Ruiz Mata, María Jesús Rodriguez-Touron, Paco González Luque, Enrique Pérez Fernández, Paco Giles, … Le gusta reflexionar sobre el alma que, afirma, tiene El Puerto, esa que todavía “no hemos matado del todo” un Puerto “en coma que necesita un líder que recupere lo que queda de casco antiguo”, y abunda: “No hace falta hacer experimentos; podría valer el modelo de Cádiz de recuperación de casas y palacios que se caían y hoy están salvados para el disfrute de quienes vengan detrás”. Permanece en el puesto hasta que una baja maternal de seis meses, le obliga a atender sus obligaciones familiares. En 1994 salió el cuadernillo de la Edición de El Puerto.

jorgebezaresbermudez_puertosantamariaJorge Bezares Bermúdez será un delegado efímero pero intenso, el campogibraltareño desplegará una especial actividad en El Puerto, con atractivos diseños de páginas y nuevos fichajes de columnistas de opinión en agosto de 1995, --entre ellos quien esto escribe--, haciendo de el Diario una referencia constante en todos los aspectos de la vida de la Ciudad. Permanecerá en el puesto hasta diciembre de ese año y recibirá una cálida despedida de cuantos se relacionaron con él. Luego lo veríamos de director de Europa Sur, Delegado del Grupo Joly en Madrid y presidente de la Junta Rectora del Parque Natural de los Alcornocales.

Vuelve Tily Santiago hasta 1997, donde pasará a formar parte de la administración autonómica en Cádiz en la Delegación de Obras Públicas, llegando, mas tarde a ocupar la Dirección General de Medios de Comunicación de la Junta de Andalucía.

rafaelnavasrenedo_2_puertosantamariaEn octubre de 1997, otro portuense, Rafael Navas Renedo será el nuevo Delegado. Nieto del director de Cruzados, Domingo Renedo, el porteño regresará a su Ciudad tras años en Diario de Jerez, donde se formó periodísticamente al finalizar la carrera de Ciencias de la Información. Transformó la delegación y «creó un diario dentro del Diario», en palabras del actual vicepresidente del Parlamento de Andalucía, el izquierdista Ignacio García, en el homenaje que recibió de personas, instituciones, asociaciones y empresas en la multitudinaria despedida que le realizaron cuando lo nombraron Jefe de Sección en Cádiz, en el año 2000. Nuevas secciones, diseño y contenidos vieron la luz en las páginas de El Puerto. Luego sería director de Diario de Jerez y en la actualidad lo es de Diario de Cádiz.

rosaromeroservet_2_puertosantamariaEse año 2000 Rosa Romero Servet, una vasca afincada en El Puerto, ocupará la titularidad de la Delegación, llevando a gala que la edición del Diario de El Puerto fuera la que tuviera más columnistas de opinión: catorce, pues las opiniones empezaron con su paso por la calle Larga, 91, a ser bisemanales. Y tuve oportunidad de colaborar con ella creando una sección de entrevistas breves. Se especializó en cuestiones de urbanismo y ecologismo, dando amplia cobertura al movimiento ecologista local, cogiéndole el periodo final de Hernán Díaz Cortés al frente de la alcaldía.

Francisco Andrés Gallardo llega en septiembre de 2005 a El Puerto como Delegado procedente de Cádiz, donde había ejercido diferentes responsabilidades en la redacción central, con posterioridad a su paso por la de El Puerto, cuya antigüedad se remonta a 1995.

franciscoandresgallardoalvarado_2_puertosantamariaLicenciado en Historia, es otro porteño, también de la calle Alquiladores, al que le duele El Puerto y lo demuestra en sus acciones editoriales y en el día a día, llegando a crear un cuidado suplemento con motivo de nuestro 725 aniversario como El Puerto de Santa María, involucrando de portuensismo la edición y simultaneando su trabajo con las páginas de televisión para los nueve periódicos del Grupo Joly. Creó la sección calle del Sol y calle de la Luna, adquiriendo protagonismo en la información cultural el redactor Carlos Benjumeda. Relativamente breve fue su paso en esta nueva etapa por la Delegación ya que en enero de 2007 le reclaman para centrarse en esa sección y en la de Sociedad, realizándola en la actualidad desde Cádiz y El Puerto para todos los periódicos del grupo, siendo una de las plumas mas influyentes en el panorama televisivo editorial de Andalucía.

teresaalmendrosedeso_2_puertosantamariaEn Enero de 2007 Teresa Almendros Edeso, nacida en San Sebastián pero porteña desde los quince años, regresa a la calle Larga 91 de El Puerto donde había estado de redactora cuando vivirá junto a Rafael Navas la muerte de Alberi, desde las páginas de Cultura del Diario en el que ejercía de Jefa de Sección. Teresa destaca: «Siempre he procurado no perder la buena costumbre de no perder el contacto con la gente, no tener solo como fuentes las notas de prensa y los textos oficiales». Y eso se nota, pues el Diario en El Puerto es y sigue siendo con su labor, el periódico de los portuense, el medio de los porteños, donde todas las voces tienen cabida y donde hasta las malas noticias, Almendros las presenta, además de con rigor, con una sonrisa.

OPINIÓN.

La sección de Opinión de el diario, las columnas se han llamado de diferentes formas: La Casapuerta con Tily Santiago; Las 4 Esquinas con Jorge Bezares; Las 7 Esquinas de nuevo con Tily Santiago; Larga 91 con Rafael Navas; El Candié con Rosa Romero, Bienteveo con Francisco A. Gallardo y El Alambique con Teresa Almendros. /Texto: José María Morillo.

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Un aspecto de la exposición que se muestra en el Centro Alfonso X 'el Sabio' con imágenes tomadas por los fotógrafos del Diario de Cádiz en El Puerto, en estos últimos 25 años. /Foto: José Antonio Tejero.

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En esta fotografía, mayoritariamente de colaboradores del Diario; de izquierda a derecha, José María Morillo, Pepe Mendoza, Juan Clavero, María Fernández Lizaso, Manolo Morillo, Salvador González Mateos, Rafael Sánchez, Jesús Almendros, Antonio Muñoz Cuenca, Vicente Rodríguez, Pipi Gago y José Antonio Tejero junto a la Delegada, Teresa Almendros Edeso. /Foto: Andrés Mora.

rafaelalberti_poeta_puertosantamariaComo si en realidad existiera un Ángel de los Números que fuera contando las jornadas de luto: un año de oscuridad por cada uno de luz, más dos de propina. Cuando salió al exilio, Alberti  tenía treinta y seis años. Cuando volvió, habían pasado treinta y ocho. Casi cuatro décadas dan para mucho. Para más de treinta libros y una hija, para varias casas, para miles de cartas. Para lidiar con el desencanto. No es difícil pensar que la desilusión creciera a medida que los años transcurridos en uno y otro lado, dentro y fuera de la frontera, iban igualándose en la balanza.

Comentaba Rafael Alberti  en una antigua entrevista que, a su llegada a Buenos Aires en 1940, ni él ni María Teresa León querían comprar "ni siquiera una silla", en la confianza de que la situación que se vivía en España sería temporal. De esa aleteante creencia se pasó, al término de la contienda mundial, a considerar lo terrible. A hacer de lo provisional una certeza y a convertir en eterno el sentido de ausencia. Tal vez, en algún momento, Alberti  llegara a pensar que luchaba realmente contra una sinrazón imbatible y que algún poder extraño debía andar tras aquellos que hablaban desde lo alto y que, desde lo lejos, parecían intocables y eternos. Cuatro décadas dan para mucho. En 1941 nacería, bonaerense, Aitana Alberti . La familia permanecería en la Argentina durante veinticuatro años.

la-arboleda-perdida-rafael-alberti_MLA-F-2970565026_072012A Italia llegarían en 1963: pasarían otros catorce años hasta que el poeta pudiera pisar de nuevo suelo español, en abril del 77. Un año después del nacimiento de su hija, Alberti  publicaría en México el primer volumen de La arboleda perdida, su libro de memorias. "Si ha habido un poeta en el destierro que siempre haya recordado a España, ése he sido yo", decía. Una nostalgia que iría plasmándose en libros como Ora marítima o Retornos de lo vivo lejano. Aunque prácticamente no hay obra del portuense en la que no se refleje su necesidad de amarre, su sentimiento de pérdida. Esta herida haría de su nombre y de su imagen, ya siempre, un icono de los intelectuales represaliados.

En Sudamérica, Alberti  publicó títulos como Entre el clavel y la espada, El Adefesio, A la pintura o Noche de guerra en el Museo del Prado. Impartió numerosos recitales y conferencias, recuperó su faceta de pintor, participó en distintas exposiciones y cultivó vínculos imborrables. Visitó varias veces la URSS y algunos países de la Europa del Este. Rafael Alberti  vivía entonces, en realidad, un segundo exilio. El primero, doméstico y premonitorio, lo había experimentado durante su juventud, cuando la familia se trasladó a vivir a la capital de España -"No quería estar en Madrid, no me gustaban sus colores (…) Sentía la nostalgia de la espuma de mar", afirmaba en unas declaraciones a ABC-. Ejercía ya entonces, en su juventud, de andaluz exiliado.

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De izquierda a derecha, Rafael Alberti, María Teresa León y Pablo Neruda.

La otra expulsión, al término de la Guerra Civil, tuvo en París -en casa de Pablo Neruda y la emisora Radio París-Mondiale- su primerísima parada. El cerco alemán obligaría al matrimonio a partir poco después hacia América. "Yo quiero volver a Italia con María Teresa y mi chica. Ahí me siento bien y lleno de cosas. Aquí me muero poco a poco", escribe en una carta de 1951 desde La Gallarda, en Punta del Este. La familia no llegaría a Italia, sin embargo, hasta mucho más tarde, siendo éste un destino que los Alberti  escogieron buscando un país que estuviera cerca de España, escarmentados por las experiencias con la Policía francesa y alentados por la ascendencia italiana del escritor, que incluso recordaba a sus tíos hablando en italiano.

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En Roma, con José Agustín Goytisolo en 1964.

En Roma, en la vía Giulia y en el Trastevere, Alberti  aseguraba haber podido vivir "sin ser molestado". Su estancia en el país italiano le facilitaba, además, el contacto con sus compatriotas. En Italia, el poeta pudo recuperar la luz que había extrañado durante tanto tiempo, pero aún se dolía lo suficiente como para escribir los versos perturbadores de Roma, peligro para caminantes . El regreso y los recuerdos de lo vivo presente

alberti_avion_puertosantamariaAlberti  volvería a pisar suelo español el 27 de abril de 1977. Bajó del avión acompañado de su mujer y de su hija y no paró de repetir, en todo momento, que regresaba a España "con el puño cerrado y la mano abierta". "No quiero decir nada emotivo porque tenéis que daros cuenta de lo que siento ahora -fueron sus primeras palabras-. Estoy igual que cuando me fui o, quizás, mejor que entonces". Entre los títulos más vendidos de la III edición de la Feria del Libro de Madrid, que se celebraba por esas fechas, estaban El Libro Rojo de Mao; Dios y Estado, de Bakunin; la Obra poética de Miguel Hernández y dos obras de Alberti : El poeta en la calle y La arboleda perdida. El escritor, sin embargo, no se dejaría ver por la cita editorial madrileña y tardaría más de un mes, de hecho, en pisar la provincia gaditana: cosa que haría coincidiendo con un mitin organizado por el Partido Comunista en el Paseo de Santa Bárbara.

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Con Santiago Carrillo en un mitin del Partido Comunista.

Alberti  llegaría a El Puerto el lunes 23 de mayo, en el tren que salía desde Madrid. El viaje duraba doce horas, a las que hubo que añadir dos horas más de retraso. El periodista Agustín Merello  lo acompañó durante el trayecto. "Yo he sentido profundamente la lejanía porque, conmigo, se fueron todos los muertos de la guerra, los dolores de los que emigraron", comentaba el poeta.

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Con su sobrino, Agustín Merello, en el viaje en tren de regreso a El Puerto.

A su llegada a Sevilla, les dijo a los que esperaban: "Estoy haciendo el camino de la libertad". Había escrito la Poesía del regreso con la intención de leerla al llegar a su destino, "si es que había alguien" esperándole. Y en El Puerto había tal tumulto aguardándolo que Alberti  apenas pudo salir del tren . A la mañana siguiente, Rafael Alberti  dio un paseo por su ciudad natal, un lugar que encontró bastante fiel a las imágenes que guardaba en su memoria: "Me acostumbré tanto a rodar por el mundo que ya pensaba que no era de ninguna parte -confesaría justo después-, pero los recuerdos vividos esta mañana resultan suficientes para escribir algunos nuevos retornos, no ya de lo vivo lejano, sino de lo presente". /Texto: Pilar Vera

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Mañana lunes, día 17 de junio se cumpliran 60 años de la publicación en ABC del artículo de José de las Cuevas "El Puerto de Santa María, la Ciudad de los Cien Palacios" que  tanto prestigio ha dado a nuestra Ciudad, creando incluso un eslogan que se repite en numerosas referencias periodísticas, turísticas y literarias, haciéndolas suyas infinidad de vecinos y visitantes. Lamentablemente, 60 años después, no están todos aquellos palacios y otros están en peligro de extinción. Es este un buen momento para luchar para la conservación de los que nos quedan. Reproducimos el artículo del 17 de junio de 1953.

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Cuando me han preguntado por el Puerto de Santa María, yo he contestado siempre que se trata de una ciudad elegante; esto quiere decir, de una ciudad pulcra, limpia, con camisa blanca y recién desdoblada. Lo curioso es que la misma impresión han tenido todos los viajeros en todos los tiempos: «Ciudad limpia de calles anchas y algunas tiradas a cordel…» (Suárez de Figueroa, 1617). «Las calles son espaciosas, largas y derechas, tordas cordel, con ricas casas…» (Estrada, 1747). «Bellísima ciudad… excelente empedrado de sus calles» (Ponz 1791).

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Otra impresión permanente es que el Puerto ha debido de ser siempre residencia de señores. En el Puerto se h vivido con gran tren desde hace muchos siglos. Es una ciudad rica de antiguo, no hay en ella precipitaciones ni arquitectura febril de rico nuevo. La Historia parece coincidir con nuestra impresión. Primero, corte de los Medinaceli; después invernadero de nuestras Escuadras --¡que bonita palabra invernadero! Uno supone todas las naves, con arboladuras blancas como magnolias, dentro de los cristales templados de la ría--, la ciudad se llena de veedores, administradores de Aduanas reales, contadores, proveedores de galeras, toda gente de posición y vida asegurad. Por último, tras la aparición de los opulentos cargadores a Indias y de la Capitanía General --no olvidemos a ese capitán general conde de O’Reylli  que planta naranjos a la orilla del río--, la llegada de familias vascas, tan clásica en la Andalucía del XVIII--, los Araníbar, Vizarrón, Eguiarreta, Valdivieso--, todas con apellidos y fortunas probadas, y los hombres de negocios franceses, italianos, irlandeses --los Winthuyissen, Voss, Fleming, Tirry, Cortes, Clauders--, que traen la high life de Europa en sus maletas.

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Ya es sintomático que en los inventarios del XVI aparezcan caballeros del Puerto que han gozado un cintillos de piezas esmaltadas de oro sobre terciopelo negro, o un pomo de plata para perfumes, o sesenta botones de oro para la capa y el sombree, o una cama entera de damasco carmesí, o un tarro de ámbar, o una toalla de Indias… Nada ha faltado nunca al Puerto. En la Crónica Abreviada de los Reyes Católicos, de Mosén Diego de Valera, que escribe en el Puerto a los setenta años, lejos: En este tiempo yo estaba en el Puerto e fui certificado que una nao portuguesa llamada ‘La Borrella’ avía de venir prestamente en Portugal, cargada de arneses de Milán e cubiertas e brocados e otras sedas muy ricas… En el XVIII las naves de los cargadores traen las sedas de Francia; los paños de Inglaterra; la lencería fina, de Holanda; el papel y las pieles finas curtidas, de Génova, y el cristal, de Austria. De vuelta de América, el lastre de los buques es madera exótica para barandales y consolas, y en el retorno a Italia, mármoles de Carrara, mármol blanquísimo; son los primeros buques del mundo estibados con nieve.

...continúa leyendo "1.778. EL PUERTO DE SANTA MARÍA. La Ciudad de los Cien Palacios."

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Alberto Boutellier, flanqueado por José María Morillo y María del Carmen Cebrian, vicepresidenta de la Academia de BB.AA. Santa Cecilia, durante la presentación del libro.

Alberto Boutellier Caparrós nació el 31 de octubre de 1933, en Málaga. Lleva viviendo entre nosotros, desde 1975, es decir desde hace 38 años, casi la mitad de su vida. De su agitada vida juvenil y de la activa vida empresarial ya les hablé hace un año, en la presentación de su novela ‘A pesar del silencio’, el tercer volumen de producción propia tras ‘El Renegado’ e ‘Ipolka2’. Y tiene otro en cartera ‘Cana Maktub’, pero hoy estamos aquí para disfrutar de su cuarta entrega editorial: ‘Volando a media altura’

Vídeo de Gonzalo Díaz Arbolí que sitúa el libro a los lectores...

Créanme si les digo que la historia les va a gustar. Las conversaciones que Alberto mantiene con los personajes –con los iconos de sus estatuas que cobran vida— en el entorno del Castillo donde nos encontramos bien pueden recrear las tertulias que, por las noches se traen entre ellos, con Alberto de privilegiado invitado, hablando de sus cosas que no son sino las cosas de esta Muy Noble y Muy Leal Ciudad, desde que esta adquiere el nombre de Santa María de ElPuerto hace algo mas de 730 años, cuando la antigua aldea mora de Alcanatif empieza a tener protagonismo en la historia de Castilla y León.

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Un aspecto de la bodega del Castillo, durante la presentación.

De lo trivial a lo profundo, nos enteraremos de lo que pudieran vivir personajes tan principales como los que aparecen en la novela: Alfonso X, Juan de la Cosa, Alí el alarife que construye la fortaleza, … y otros personajes que aparecen en las conversaciones y evocaciones, importantes para la historia de la Mezquita Iglesia de San Marcos. Les va a gustar.

volandoamedialtura_puertosantamariaPero es que, también, Alberto nos trae reflexiones, poemas, artículos de una sensibilidad extrema, en una recopilación de su extensa producción literaria, que gracias a Dios, nos está poniendo por escrito haciéndonos pensar, sufrir, disfrutar y vibrar al terminar de leerlas: El Chigüi, el indigente de los perritos, el vendedor de higos chumbos, el Bar Vicente, el gitano canastero, lugares que nos enseña desde su interior de poeta y poesías bilingües o haikus completan el volumen, que seguro disfrutaran seguidores y amigos.

Y me voy a repetir porque mantengo lo que dije hace un año de este hombre, con la particularidad de que al acercarme a él, al agrandarse su figura ante mis ojos, no he visto defectos sino la grandeza de su corazón y el entusiasmo que transmite por El Puerto y su dolor por la incuria de muchos.

Por eso, para mi el Alberto que les traigo sigue siendo un descubrimiento que me produce admiración día a día, conversación tras conversación que mantenemos. Atrás queda el comunicador comercial y de marketing cuando supe de él allá por 1985 –que lo hacía y muy bien-- y se me aparece una persona joven en espíritu pero con una sabiduría que para si quisieran otros desde el Bienteveo de su vida. Como escritor, está sacando afuera todo lo que tenía guardado y es mucho, recibiendo una acogida extraordinaria por parte de nosotros, sus lectores.

...continúa leyendo "1.777. ALBERTO BOUTELLIER. Presentación de su libro ‘Volando a media altura’"

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De izquierda a derecha, María Antonia Martínez Valera, José María Morillo y Luis Suárez, al inicio del acto.

Enlace a la crónica del acto de presentación del libro, de Teresa Almendros, en las páginas de Cultura de Diario de Cádiz.

Texto del autor del libro, leído durante la presentación anoche, en la bodega del Castillo de San Marcos.

Alguien se está descuajaringando en la zona noble y distinguida del mas allá. Lleva poco mas de un año de tertulia con sus hermanos Manolo y Benito, con Juanín Varela Gilabert, con Carlos y Agustín Merello del Cuvillo, con mi padre, Pepe Morillo, con don José, el cura de San Joaquín, con Miguel Marroquín, con sus predecesores en la alcaldía Fernando C. de Terry y Antonio Álvarez, y con tantos con los que disfrutaba de charlas interminables amando a El Puerto. Este pasado año, en Fitur, notamos como nos ayudaba desde el Pabellón del Tránsito a Mejor Vida, a Raul Capdevila, a Antonio Ojeda y a mí en las labores de promoción turística, como vino haciendo durante tantísimos años de ejercicio profesional y político. Esta noche, aquí, con nosotros, nos está recordando a través del testimonio de quienes le conocimos, como era el verdadero Fernando Gago, una de cuyas corbatas, tengo el honor de llevar anudada al cuello, aunque no con la elegancia privativa que lucía el Magistrado.

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Francisco Andrés Gallardo introduce el acto en presencia de la Teniente de Alcalde, María Antonia Martínez, el autor del libro José María Morillo y el del prólogo, Luis Suárez Ávila.

A Fernando Gago le gustaba ser actor. De hecho el decía que tanto en la vida como en la política hacía Teatro, más allá de sus papeles en las compañías de aficionados locales. Fernando hacía teatro cuando se representaba a sí mismo, cuando representaba a la bodega, o cuando representaba alAyuntamiento de El Puerto, desde sus distintas responsabilidades. Sabía hacer el papel que correspondía en cada momento y con cada persona. Siempre dije de él que era como el personaje del Tenorio: «Yo a las cabañas bajé, yo a los palacios subí». Y supo darle a cada funcionario su sitio durante su periodo municipal, bien es cierto que existen dos etapas fernandinas en la Corporación: antes y después de los seis meses que no fue concejal, a finales de 1999.

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Verónica Gago Leyras durante su intervención

De sus habilidades para pasar por la política de un partido a otro sin inmutarse, Fernando tenía claro que lo hacía por el bien de El Puerto y porque le gustaba lo que hacía. Con firmeza, no renunció al acta de concejal ni a la posibilidad deser alcalde, cuando se lo pidieron; decía que el marco del cuadro era del partido, pero que el papel de dentro --el acta-- era suyo. Le daba igual lo que se dijera de él, sobre sus piruetas políticas o incluso que lo llevaran a la mesa antitransfuguismo, afirmando sobre su dictamen que «es papel mojado que no sirve ni para limpiarse los esfínteres». En el libro hablo del ‘Elogio de la Traición’, sirviendo como ejemplos S.M. el Rey que, jurando los principios del Movimiento, los traicionó en aras al cambio hacia la Democracia; o Felipe González que traicionó el marxismo de su partido para convertir el PSOE en una organización moderna y socialdemócrata. Era una persona útil en las tareas de Relaciones Institucionales que hubiera servido –en el mas estricto sentido de la palabra-- para cualquier partido o corporación municipal, bien como concejal o como asesor, dado sus conocimientos acreditados a lo largo de tanto tiempo.

Vídeo sobre la vida de Fernando Gago, estrenado ayer noche.

...continúa leyendo "1.766. PRESENTADO EL LIBRO ‘EL HABLA DE FERNANDO GAGO’."

En la imagen, Agustín Merello, con su tío Rafael Alberti Merello, el 24 de mayo de 1977, en el Talgo procedende de Madrid en el que acompañó y entrevistó al poeta Rafael Alberti en su regreso a El Puerto, tras 46 años de ausencia.

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Ponemos a disposición de los lectores de Gente del Puerto este documental de NODO. A partir del minuto 06:05 se puede ver una evocación poética y nostálgica con la voz del poeta e imágenes de la Ciudad, en la emisión del citado informativo de fecha 12 de septiembre de 1977.

PULSAR EN EL SIGUIENTE ENLACE QUE NOS LLEVA A NODO Y SELECIONAR EL REPORTAJE DE ALBERTI.

 

Muéstrame pueblo mío tus anhelos de torres miradores y nostalgias
las grietas de las casas que cobijan memorias de la gente que amó
por rectilíneas calles divisándose en el río.

Revélame pueblo mío las grietas del viento los balcones y azoteas blanqueadas
las palabras perdidas las mentiras la ropa tendida los celos la alegría
háblame de salicornias y geranios.

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Desde la azotea de San Luis Gonzaga. Finales siglo XX. /Foto: Fito Carreto.

Descúbreme pueblo mío tu corazón abierto y explica las batallas que has vivido tantos años silente
volcado a las riberas frente a la piel temprana
y la vejez herida y taciturna.

Sabes que estoy atento a los avisos que labras en las piedras palmeras araucarias aspidistras
donde los amantes se enamoran sueñan
y la muerte ronda las ventanas.

Distingues pueblo mío de amenazas a gaviotas palomas gorriones mapas y rutas
de esta tierra abierta a la bahía como un vaso
para gozo y dolor de los naufragios.

Percibes pueblo mío que no miento si afirmo que los navíos se estremecen de de las grúas
y también de los carabineros que pasean y otean en tus muelles
mientras pasan las horas mientras fuman sus vidas.

Ábreme pueblo mío las llagas del perro callejero que olisquea las esquinas
al vagabundo ebrio y alunado al caminante que ya no cree en destinos
para poder asirlo y consolarlo.

Dibújame pueblo mío las tiernas caricias los nidos de cigüeñas sobre las espadañas
las locomotoras y helicópteros sobrevolando tu cielo
al niño en bicicleta tu gentío de fiesta.

Exponme las arterias del olvido la tristeza el hambre el infortunio la rabia la nostalgia
la pena la venganza el paro la impotencia y esas frases
que no pronunciaremos por temor al ridículo.

Muéstrame pueblo mío tus anhelos tu corazón ingenuo
avisos
gaviotas
barcos
grúas
vagabundos
caminantes
cigüeñas
olvidos
infortunios
y palabras pues de la misma arena nos hicieron.

Jesús María Serrano
De el libro “Añil” o LIBRO DE LOS AMIGOS

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Vista desde la azotea de San Luis Gonzaga. Siglo XIX.

CODA
Mi pueblo no es el mejor del mundo ni su gente tampoco lo es.
Mi pueblo no tiene grandes puentes ni catedrales excelsas.
Mi pueblo no tiene universidad
Mi pueblo no tiene estación de autobuses
Mi pueblo cada día tiene menos cosas y más población.
Mi pueblo está cercano a los 14.000 desempleados.
No hay industrias, la pesca ha muerto, las bodegas están en cuadros.
Ni vaporcito le queda casi, abandonado en un ERE está.
¿Podremos resistir esta situación?
El problema no es sólo del gobierno y de los gobiernos: ES DE TODOS Y ENTRE TODOS TENEMOS QUE RESOLVERLO. JMS.

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Un pueblo domesticado es el que lo acepta todo de sus gobernantes. Se encuentra anestesiado: porque está de acuerdo con ellos, porque su status le permite no preocuparse o bien ha pasado a formar parte de la masa silenciosa. Los que se benefician del poder de forma directa o indirecta, los egoístas o la gran masa silenciosa, me recuerdan la reflexión del pastor protestante Martin Niemöller de 1946, erróneamente atribuido como poema a BERTOLT BRECHT: ... "Cuando vinieron por los judíos, guardé silencio, porque yo no era judío"...

Cuando se peatonalizó todo el centro de El Puerto sin crear los atractivos..., como yo no era comerciante, guardé silencio. Cuando el miserable picudo rojo asoló nuestro bellísimo Parque Calderón, como yo no suelo pasear, guardé silencio y observé con pasividad cómo se trataba de salvar cien palmeras que al final murieron. Si me hubiese interesado, tal vez hubiera levantado la voz, para sugerir su sustitución, adquiriendo cien nuevas palmeras a un precio de 600 euros unidad y quizá con 60.000 euros o un poco más, el Parque no parecería hoy la suela desclavada que Charlot se comió en aquella película.

Cuando El Puerto era el destino favorito de los moteros del Mundial de Jerez y se les cerraron las puertas de entrada a la ciudad, buscaron otros destinos más receptivos, pero como no soy hostelero, guardé silencio. Cuando vi como cerraban en el centro, los comercios antiguos, y los modernos solo sobrevivían uno o dos años, como no vivo en el centro, guardé silencio.

Cuando vi cómo una parte de la población no sentía la necesidad inmediata de una pasarela sobre el Guadalete y la criticó, como yo no pensaba usarla y como ingenuamente creí que no se hacía con mi dinero, guardé silencio. Cuando comprobé cómo se descarnaba el asfalto del tramo de la N-IV a la altura de Carrefour y se parcheó en tres ocasiones, chapuceramente, cuando una sola vez y bien hecho, hubiera sido más barato..., pero como yo no tengo coche, guardé silencio. Cuando se acometieron obras sin considerar otras prioridades, como no era mi dinero, o por lo menos no tenía conciencia de ello, también guardé silencio.

Ahora vienen a por mí, porque me han subido los impuestos hasta unos niveles imposibles de asumir. No tengo coche, pero debo tomar un autobús, que al botar sobre las descarnaduras del asfalto, hacen crujir mis maltrechos huesos artríticos y además me cuesta más de un euro el viaje.

...continúa leyendo "1.722. LEVANTEMOS EL PUERTO"

El hombre no es de donde nace, sino de donde pace o al menos ese es uno de los refranes preferidos de Luis Mollá Ayuso, nacido en Tarifa y criado y crecido en tantos sitios que se siente más portuense que otra cosa ya que “aquí puse mi casa hace más de veinte años y aquí he visto crecer a mis hijas y he crecido yo en muchas facetas de la vida . Nacido en 1955, el mismo año en que desaparecieron figuras de la talla de Fleming, Einstein, Thomas Mann, Concha Espina o James Dean , y el año que vio nacer dos trofeos futbolísticos de la altura de la Copa de Europa o el trofeo Carranza --de ahí quizás su afición al deporte rey--, Luis Mollá Ayuso es capitán de navío de la Armada y presta sus servicios en la Base Naval de Rota..

Luis, en el centro de la imagen junto a dos hermanos, en una imagen tomada en su adolescencia.

Sexto de una familia numerosa de doce hermanos, vio pasar su infancia en Cartagena, donde entró en contacto con algunas de las historias del mar que más tarde llevaría a los libros y en Guinea Ecuatorial, de la mano de los destinos de su padre, Marino de Guerra. A los doce años se trasladó con su familia a Madrid, donde se educó en el Colegio de Huérfanos de la Armada, el mismo centro donde se preparó para ingresar en el cuerpo de oficiales de la Armada. Estudió en la Escuela Naval Militar entre 1975 y 1980, año en que obtuvo el despacho de alférez de Navío, empleo en el que estuvo embarcado en el Transporte de Ataque "Aragón" con base en Cádiz y en el Patrullero de Altura "Atrevida", estacionado en Las Palmas de Gran Canaria. En este mismo empleo comenzó su formación como piloto naval en la Base de Rota, que completó como teniente de navío, pasando destinado a la Quinta Escuadrilla (Sea King) tras un breve paso por la Séptima (Huey Cobra).

Luis es el sexto hermano de una gran familia, con la que aparece en la imagen.

Después de un destino prolongado en Rota como piloto de helicópteros, sazonado con numerosos embarques a bordo del "Dédalo", pasó destinado a la Escuela de Trasmisiones y Electricidad de la Armada (Vigo), donde se hizo especialista en comunicaciones navales, regresando a continuación a Rota donde pasó destinado al Transporte de Ataque "Castilla", y desde ahí San Fernando como jefe de comunicaciones del Buque Escuela Juan Sebastián Elcano, a bordo del cual realizó dos viajes de instrucción, el primero en conmemoración del bicentenario de la expedición de Alejandro Malaspina, que le llevó a las más altas latitudes del océano Pacífico y el segundo, en otra importante conmemoración con motivo de la Gran Regata Colón 92, en celebración del descubrimiento del Nuevo Mundo. Su último destino en el empleo de teniente de navío fue el mando del patrullero "Cormorán", un prototipo cedido a la Armada por la entonces Empresa Nacional Bazán que fue vendido poco después a la Armada Nacional Colombiana.

El porta aeronaves Dédalo, donde estuvo embarcado en numerosas ocasiones.

Como capitán de corbeta fue jefe de operaciones de la Flotilla de Aeronaves, diplomándose en aquella época en Comunicación Social en la facultad de Ciencias de la Información de Madrid. Posteriormente pasó a hacer el curso de Estado Mayor en la Escuela de Guerra Naval (Madrid), pasando destinado al Estado Mayor del Grupo Alfa de la Flota, a bordo del portaaviones "Príncipe de Asturias" en Rota. Sus últimos destinos en el empleo fueron el mando del Buque de Salvamento de Submarinos "Poseidón" en Cartagena y Jefe de Seguridad de Vuelo en la Flotilla de Aeronaves e la Base Naval, destino para el que recibió la pertinente formación en el Colegio de Post-graduados de la US Navy en Monterrey (California).

Las hijas de nuestro protagonista, Cristina y Carlota.

Como capitán de Fragata fue segundo jefe de la división de Planes del Estado Mayor de la Flota, antes de marchar destinado a Nápoles por tres años como parte de la contribución nacional a la OTAN. De Nápoles marchó por otros tres años a Toulón, donde fue jefe de la División de Planes de la Fuerza Marítima Francesa de Intervención Rápida (HRF-M), también al servicio de la OTAN. Tras un año en Madrid donde fue jefe de la Sección de Oficiales de la Dirección de Enseñanza Naval (DIENA), regresó al ámbito de la OTAN, esta vez en el Cuartel General del Norte, en Brunssum (Holanda), donde permaneció otros tres años antes de pasar destinado a la Base Naval de Rota, donde a día de hoy continúa prestando sus servicios.

Su actividad literaria se dirige en línea: por un lado la creación de novelas de ficción en el ámbito del mar y por otro su actividad como colaborador habitual revistas y prensa de ámbito naval, casi siempre con asuntos relacionados con los misterios de las profundidades del mar. Como él mismo suele decir, "De vez en cuando los medios de comunicación nos informan de los progresos del ser humano en el espacio exterior, donde las sondas que hace años dejaron la tierra han progresado tanto que hemos tenido que inventar nuevas unidades para medir esas extraordinarias distancias, y todo ello mientras el hombre se ha impuesto definitivamente a los picos más altos de la tierra, y en las selvas más intrincadas, inexploradas hasta hace poco, podemos hoy ver por la televisión a los nativos disfrutando de la bebida universal y luciendo una camiseta con el anagrama de las marcas más conocidas... Pero siempre nos queda el mar. Ahí abajo la civilización apenas ha profundizado unos metros y Neptuno sigue siendo el rey. El ser humano aún no ha conseguido imponerse a los océanos, que siguen aprovechando cualquier resquicio para arrastrar al más orgulloso de los barcos a sus profundas simas, donde la arrogancia del hombre apenas tiene alcance. Que no se acabe. Mientras no seamos capaces de arrancar al mar sus misterios podremos seguir escribiendo historias sobre el más indómito de los elementos." /En la imagen de la izquierda, cartel anunciador de su conferencia que pronunciará el próximo día 11 de abril en San Fernando, de cuyo suceso se cumplen hoy 74 años.

Luis está casado con la jerezana Emilia Pérez, con quien aparece en la imagen.

Hasta la fecha tiene publicadas seis novelas de las que tres han sido galardonadas con diferentes premios nacionales. Ha escrito también numerosos artículos en prensa y revistas, habiendo sido galardonado también en diferentes certámenes de relatos cortos. Está casado con la jerezana Emilia Pérez y tiene dos hijas, Cristina y Carlota, entre sus aficiones destacan principalmente la lectura y la escritura y asegura que buena parte de su obra literaria la concibió durante sus largos paseos por las interminables arenas doradas de las playas de El Puerto. Sus dotes de orador le han llevado por media España, habiendo ganado merecida fama como conferenciante de temas marineros. Tiene su propio blog en http://www.el-sextante-del-comandante.es

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De izquierda a derecha, Guiseppe Piccioni, director de cine italiano y Oscar Lapeña Marchena.

Oscar Lapeña Marchena, nacido en El Puerto de Santa María en 1968, es Doctor en Historia,  profesor de Historia Antigua en la Universidad de Cádiz, habiéndose especializado en el género cinematográfico del Peplum (conceptualizado popularmente como cine histórico de aventuras, estando ambientada la acción en la antigüedad, fundamentalmente en Grecia y Roma). Sobre este tema ha publicado diferentes artículos en revistas especializadas como "Habis", "Dialogues d´Histoire Ancienne", o "Índice Histórico Español", además de los libros El mito de Espartaco: de Capua a Hollywood (Hakkert, 2007) y Guida al cinema peplum (Profondo Rosso, 2009). Hizo su debut literario con el libro de relatos La pista búlgara (El ombligo de Tarzán, 1998), siendo seleccionado el mismo año en la antología Almacén de aventuras (Fundación Municipal de Cultura de Cádiz, 1998). En el género de la narrativa corta también ha publicado El suplente (Diputación de Cádiz, 1999). (Texto Juan Carlos Palma).

PEPLUM.
Óscar Lapeña Marchena ha publicado en italiano ‘Guida al cinema ‘peplum', Ercole, Ursus, Sansone e Maciste alla conquista di Atlantide’ una obra de referencia para todos los interesados en el género peplum.

Son 390 páginas, cargadas de información e imágenes, y editadas por la editorial romana Profondo Rosso. Su autor es un reconocido experto en el género peplum sobre el que ha publicado numerosos artículos de investigación. En este libro realiza un recorrido por la historia del género partiendo de su definición, características y motivaciones políticas y analizando a continuación las diversas producciones a lo largo de sus años de oro y también de su decadencia.

El libro posee una buena filmografía y cuenta con interesantes apéndices. Uno a cargo de Luigi Cozzi recoge opiniones de directores de pepla sobre sus obras; el mismo Cozzi explica también su experiencia como director de pepla; otro escrito por F. Familiari analiza las cintas de este género dirigidas por Riccardo Freda y el último, a cargo de M. Maggioni, estudia la película La última legión. En suma una obra de referencia para los interesados en este género que utiliza la Antigüedad con grandes dosis de imaginación. (Texto: Fernando Lillo).

Hijo del poeta portuense José Luis Tejada (1927-1988), ver nótula núm. 1176 en GdP. Licenciado y doctor en Filosofía por la Universidad de Sevilla. Sus primeros poemas aparecen en la antología Seis nuevos poetas gaditanos (Cátedra "Adolfo de Castro", 1987), pero pasará tiempo hasta que publique su primer libro, Costumbre de palabras (Númenor, 1995).

En la imagen de la izquierda, el libro donde aparecen sus primeros poetas, publicado en Cádiz en 1987.

Pasa a dedicarse a su faceta investigadora, y fruto de la misma son Acción y conocimiento en el Fichte de Tena (Herqué, 2003), y Libertades (Herqué, 2005), este último escrito en colaboración con Francisco José Ortega Martínez, además de artículos en revistas como "Etapas", "Reflexión" o "Revista de Filosofía". Muchos años después retoma su actividad poética con Emergencias (Isla de Siltolá, 2010).

(Texto: Juan Carlos Palma).

 


El declive de las comunicaciones masivas y el triunfo de las tecnologías de comunicación de persona en persona han provocado una explosión de información que crece de manera vertiginosa y fragmenta la opinión pública. Comunicar hoy es propagar. Las espirales irracionales, los rumores en cadena y los pronósticos impulsivos terminan por hacer mella en la confianza de clientes, socios, expertos, líderes de opinión y medios de comunicación. El libro ‘La estrategia del pingüino’ de Antonio Nóñez  le revela las claves de la comunicación de persona en persona. Su lectura le permitirá influir en cómo los demás perciben sus mensajes y, lo más importante, en cómo estos los transmiten a su red de personas de confianza.
 

«¡Atención! ¡Atención! —graznó con un tono nasal y trompeteante el sistema de megafonía— Se ha perdido un crío. Tiene seis años, es moreno y lleva un traje de baño azul marino. Responde al nombre de Antoñito. Se ruega a quien lo encuentre que lo traiga a la caseta de la Cruz Roja sita en esta playa".

España. Años setenta. Agosto. Como cada domingo de verano, casi toda la colonia de vecinos del pueblo, compuesta por 150.000 especimenes, habíamos emprendido nuestra migración hacia las playas de la costa de Cádiz. Durante el verano gaditano de Jerez de la Frontera, la temperatura acaricia sádicamente los cuarenta grados centígrados.

La playa favorita de mi familia era la de Valdelagrana, en El Puerto de Santa María. Hacia las once de la mañana toda la colonia se agolpaba en los accesos a la playa y arrastrábamos nuestros pies en procesión torpe y bamboleante hacia la orilla del mar.
Cada grupo familiar avanzábamos en fila india sobre una arena blanca y fina que nos abrasaba las plantas de los pies y nos apresurábamos a conquistar unos metros de playa. Como prueba fehaciente de la conquista territorial, el macho más adulto de la familia tomaba el parasol familiar y lo hendía cual espada artúrica en la arena. A continuación desplegábamos mesas, sillas, abuelos y suegras. Era imperativo colocar al cobijo del parasol una pieza indispensable para sobrevivir a un severo día de playa andaluz: la nevera portátil.

Cada nevera contenía prácticamente lo mismo. Todas y cada una de ellas serían destapadas gregariamente a la misma hora, perfumando la playa con el aroma del aceite de oliva. Nuestra dieta veraniega se componía de chacina y queso como aperitivo, tortilla de patata española y una sandía o un melón de postre. Todo ello regado con cerveza o tinto con gaseosa y deglutido en parloteante comunidad alrededor de las dos de la tarde.

Una vez afianzado el estandarte familiar yo me iba a la orilla del mar a retozar con los polluelos de la familia vecina. Mi padre y mi abuelo desplegaban las páginas de Diario de Jerez. Mi madre y mi abuela formaban un corro de sillas plegables junto a las hembras de las familias colindantes. Charlarían todo el día mientras observaban a los miles de bañistas que paseaban por la orilla.

En la playa me comportaba como un auténtico pájaro bobo. De poco servían las advertencias de los adultos sobre la distancia máxima a la que podía alejarme durante mis juegos. Era inútil saber que si me perdía me castigarían con la tortura de permanecer una hora quieto bajo el parasol, viendo jugar a los demás críos. Excitado por las olas y los partidos de fútbol sobre la arena dura de la orilla, me iba alejando poco a poco hasta perderme. Entonces era cuando algún familiar se acercaba al puesto de la Cruz Roja del Mar y pedía a la locutora que anunciase mi pérdida. El sistema de megafonía, omnipresente a lo largo y ancho de toda la playa, se ponía en marcha. En escasos segundos algún adulto me identificaba y me llevaba de la mano, o de la oreja, a la caseta de madera de la Cruz Roja, donde me esperaba alguien de mi familia.

La megafonía gozaba de una eficacia asombrosa como medio de comunicación, pese a que interrumpía brutal y constantemente la paz del día de playa de toda la colonia a la pura fuerza de los decibelios. Nada más oír el «¡Atención!, ¡Atención!» de la locutora, mi padre y mi abuelo sacaban sus cabezas del periódico local y el corro de hembras enmudecía. Los futboleros retiraban el pequeño transistor de radio de la oreja y las hembras que hacían crucigramas levantaban el bolígrafo del papel. Tras escuchar el mensaje atentamente, escrutaban a su alrededor durante unos instantes para ver si encontraban cerca al polluelo perdido que reclamaba la megafonía. Solo después de hacerlo volvían a sus distracciones. El sistema de megafonía inspiraba confianza y proporcionaba seguridad. Mis camaradas más traviesos se perdieron y fueron recuperados puntualmente varias veces  a lo largo de muchos domingos de playa durante toda su infancia.

El Papi en la desaparecida frutería de 'El Lati' en La Placilla.

El sistema de megafonía no emitía sus frecuentes alaridos solo para reclamar polluelos perdidos. También interrumpía con su tono impersonal para alertar sobre el estado de la mar o dar consejos para un baño saludable. A veces anunciaba temas tan prosaicos como eventos locales, bailes o conciertos veraniegos. Este medio de comunicación masivo no solo era capaz de captar la atención y detener durante minutos la vida de la colonia veraneante, sino que además sus mensajes gozaban de total credibilidad. Las madres prohibían terminantemente el baño a los críos —si así lo recomendaba la megafonía— y si la megafonía anunciaba que el baile comenzaba a las siete y media, a las siete y media en punto estábamos todos vestidos de domingo con el pie ensayando la primera pieza.

Un único medio de comunicación masivo, impersonal y casi anónimo, era capaz de captar la atención, paralizar a placer e influir en la manera de saborear el verano de miles de individuos. Y siguiendo sus consejos, todos los veraneantes terminábamos disfrutándolo de la misma forma y al mismo tiempo.

No obstante, en la playa de Valdelagrana había un segundo sistema de comunicación que superaba en eficacia, credibilidad y confianza a la megafonía. Se trataba del pregón playero —a voz en grito— del “Papi”, cuyo timbre podía distinguirse entre la algarabía retozona de la playa.

Vista aérea de Valdelagrana. Foto Rafa.

«¡Qué alegría de verano! ¡Qué alegría! PaaaaaaaaPiiiiiiiiii, Papi, el famosooooo, el más queridooooo, el famoso de la playa de… errrr… —aquí el Papi titubeaba unos microsegundos— ¡Valdelagrana! Compre las papas más ricas de toda Valdelagrana. ¡Qué alegría de verano, qué alegría!"

Rafael Pérez Sánchez, alias  El Papi, natural de El Puerto de Santa María, era vendedor ambulante. A diario recorría 15 km de playa, vistiendo pantalón y camisa de un algodón blanco inmaculado. Completaba su atuendo una gorra pasada de moda —grande y abullonada como las de los vendedores de prensa del Nueva York de los años veinte— , también de color blanco.

...continúa leyendo "1.690. EL PAPI. Ejemplo en el libro de comunicación: ‘La Estrategia del Pingüino’."

Si yo nací
en un pobre pesebre,
hoy miro al Vaticano y en nada se parece.
Si, si yo nací
sin lujos ni riquezas,
en qué te has convertido
yo pregunto a mi Iglesia.

Yo jamás le dije a Pedro,
al confiarle la primera piedra,
que gastara en oro para el templo
la limosna de tantas ofrendas.

Yo no pedí ni mármol ni escultores
para levantar mi casa aquí en la tierra
y me sobran cuadros y pintores
si no acaba el hambre y la miseria.

Que mal que me expliqué,
que llevas dos mil años
solo acumulando dinero y poder.

La Iglesia que yo quiero
no es un gran monumento,
está en los misioneros
y en los comedores para los hambrientos.

La iglesia que yo quiero
no está en los cardenales,
está en todos los curas
que le dan ayuda a tantos inmigrantes.

Yo soy, yo soy el del pesebre
y a los mercaderes los eché del templo.
Si a la tierra yo volviera un día,
arrasaría... ¡con el Vaticano entero!

La comparsa "Los Majaras" participó en los Carnavales 2012 con una serie de coplas bajo el nombre "Llámame Jesús". Las letras son de Antonio Rivas y la música de Pepe Martínez.

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