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Un proyecto que nunca se llevó a cabo, ideado poco después de finalizar la Guerra Civil española, habría conectado Jerez con el mar a través de un canal de 15 kilómetros que debería llegar hasta El Puerto de Santa María.

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La conexión se realizaría, según un estudio del Ministerio de Obras Públicas, desde un puerto fluvial que se activaría donde ahora están El Chicle y otras barriadas de la zona sur. Lo que coloquialmente se conoce por playas de San Telmo.

El canal artificial planteado entonces por el ingeniero Juan Machimbarrena partiría de San Telmo para unirse al río Guadalete en la zona de El Portal y desde ahí, seguir el curso del río y continuar hasta la localidad de El Puerto por el propio cauce del Guadalete.

Existió un anteproyecto llamado Plan General de Habilitación del Puerto de Puerto de Santa María y enlace fluvial con Jerez de la Frontera. Este proyecto se basaba en aprovechar las alineaciones rectas del río y ensanchar el cauce en las zonas más complicadas, a partir de desbrozar vegetación en las riberas y sortear meandros cerrados (como se aprecia en la imagen principal que ilustra esta nótula).

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De hecho, se planteó un calado de dos metros y 30 de anchura en El Portal para compensar las mareas.

Para profundizar en este curioso proyecto resulta obligado leer el artículo El ‘puerto’ de San Telmo, el sueño jerezano de una salida al mar (click aquí), publicado en el blog de José García Lázaro y Agustín García Lázaro www.entornoajerez.com de donde se ha extraído una de las imágenes que acompañan a este texto. Afirman sus autores: "El proyecto contempla realizar algunas modificaciones en un tramo de 12 km. del río, desde el Puente de San Alejandro hasta El Portal. A decir del ingeniero, el Guadalete presenta en su cauce entre estos dos puntos, “grandes alineaciones rectas y curvas perfectamente aprovechables”. Para facilitar la navegación, y dar al encauzamiento la traza adecuada, planea realizar 11 cortas con las que rectificará los meandros más cerrados y “las bruscas inflexiones y pequeños radios que hoy tiene el río”, reduciendo también con ello su recorrido en dos kilómetros"./Texto: Jesús Sánchez.

Se han cumplido 190 años desde que, el 1 de Octubre de 1.823, desembarcara Fernando VII en El Puerto, tras su liberación por “Los Cien Mil Hijos de San Luís” de la prisión a la que le tenían sometido los liberales en Cádiz.

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“Desembarco de S.M. el Rey Don Fernando VII en El Puerto de Santa María, el 1 de Octubre de 1823.” José Aparicio. Óleo. El original (*) desapareció en un incendio. Esta es una copia del mismo autor (1,10 x 0,82), que se conserva en la Sala del Museo Romántico, de Madrid, propiedad de Mariano Rodríguez Rivas en 1959.

(*) El cuadro a gran tamaño estaba en el Convento de las Salesas Reales, de Madrid, donde estaba situado el Tribunal Supremo. Ardió completamente por efecto de un devastador incendio.

Poco después, el ‘malajoso’ rey del paletó derogaba la Constitución liberal, en el número 74 de la calle Larga. Un lugar, al parecer maldito, pues los comercios que alberga el actual Centro Comercial allí instalado (solo se conserva la fachada con una placa que recuerda la efemérides), no suelen tener, salvo excepciones, una larga singladura.

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Número 74 de la calle Larga, donde hoy se encuentra un Centro Comercial, (solo se conserva la fachada), donde se derogó la Constitución liberal.

Hay que recordar que cuatro años antes, aquí, en las afueras de El Puerto, se reprimió un intento de revolución el 8 de julio de 1819. Su propósito era imponer un régimen constitucional a Fernando VII, previo al ‘Trienio Liberal’, que fracasó por diversas circunstancias, siendo conocido como ‘El Pronunciamiento de El Palmar’. 

Pero volvamos a 1823. Así relata Santiago Montoto el suceso reflejado en la reproducción del óleo que acompaña estas líneas: «La hermosa ciudad, un día Capitanía General del Mar Océano, reunía en su seno lo más selecto del ejército francés y de los personajes del gobierno realista: el embajador de Luís XVIII, los de la Santa Alianza, el Presidente de la Regencia, Duque del Infantado, el ministro don Víctor Sáez, el Duque de Angulema, el Duque de Guiches… El muelle de El Puerto se hallaba engalanado con banderas y gallardetes; por las aguas de la bahía surcaban barcos empavesados. […]"

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Vista de El Puerto de Santa María, desde el Castillo de San Marcos. Los soldados al mando del Duque de Angulema, en el Patio de Armas del Castillo, al fondo Cádiz y los barcos que traían libre a Fernando VII, para llegar a los muelles de El Puerto. (Colección L.S.A.)

"La falúa real atracó al muelle… Una lluvia de flores cayó sobre Fernando y su familia. El Rey dio a besar su mano a las personas más significadas y ostensiblemente mostraba su alegría al pisar la tierra de El Puerto. Abrazó al Duque de Angulema, […] y se apresuró a buscar descanso en la hermosa casa que le habían señalado en la calle Larga, número 74, propiedad a la sazón de la familia Reinoso Mendoza de las Panelas, constituyendo el desembarco, según el Marqués de Miraflores, una de las escenas más interesantes que ofrecen los siglos»

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“Llegada de Fernando VII en una falúa al muelle de El Puerto de Santa María”. Litografía. (Colección de Antonio Osborne Vázquez en 1959)

El Puerto, por aquella época, se emperifollaba feliz por la presencia de tantos y tan principales personajes de toda índole, con repique de campanas en la Prioral. Los portuenses de 1823 vivieron en primera persona los agitados acontecimientos, violentos unos, diplomáticos otros; las conspiraciones y las traiciones, que han quedado reflejadas en tan triste momento de la historia de España: unas tropas extranjeras venían a liberar a un torpe rey de infausta memoria, que vino a derogar en nuestra Ciudad –por segunda vez- la primera carta magna que provenía del pueblo, fruto de la convulsa España de principios del XIX,  dando paso  a la que sería conocida como “Década Ominosa” (1823-1833). Autoridades y potentados, diletantes y militares, residentes o sobrevenidos se erigieron por unas fechas en protagonistas en torno a ese momento que finaliza con el desembarco real y subsiguientes decretos de anulación de lo actuado en el anterior periodo de política constitucional. A partir de ese día se produjo una fuerte represión, con especial depuración de oficiales del ejército, jueces, funcionarios y cuantos hubiesen colaborado con el gobierno liberal, faltando el rey a su palabra/manifiesto de un ‘olvido general’ para los protagonistas del periodo liberal.

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Grabado que representa una escenas del episodio de la liberación por el Duque de Angoulême y los “Cien Mil Hijos de San Luis ” del Rey Fernando VII, retenido en Cádiz por los liberales por sus veleidades absolutistas.  J.P. Wagner sobre dibujos de Andreas Rossi. Siglo XIX. (Colección J.S.A. Bruselas).

Texto del Grabado: «LLEGADA DE S.A. EL S. DUQUE DE ANGULEMA AL QARTEL GENERAL DEL PUERTO DE SANTA MARÍA EL 16.DE AGOSTO.
Al Excmo. S4. José Aznarez Navarro Sanchez y Fuertes. Consegero de Estado. Academico de honor de Nobles y bellas artes de San Luis de la Ciudad de Zaragoza, individuo de la Real Sociedad Aragoneza de Amigos del Pais. Socio honrífico de la de Sevilla y Asistente de esta Ciudad. Yntendente general de Facto de los quatro Reynos de Andalucia y de la Provincia en Comicion.

Y el portuense de a pie asistía, desde calles y plazas a un incesante ir y venir de carrozas, compañías de militares, servidumbre distinguida, acopio de avituallamientos, movimientos económicos y zarandeo a la monotonía. Era un reality show, en vivo y en directo.

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“El Puerto desde la Otra Banda”, con el puente colgante sobre el Guadalete. Litografía utilizada como cubierta del libro de Santiago Montoto ‘El Puerto de Santa María en la liberación de Fernando VII’. 1959. Edición Limitada de 500 ejemplares.

La  medalla que luego otorgara el rey al ayuntamiento de la Ciudad, como agradecimiento por los servicios prestados, venía con una cinta amarilla y hojas de laurel. Con posterioridad serviría de inspiración para los colores amarillo y verde de la Hermandad del Rocío, en el segundo tercio del siglo XX y mas tarde para definir los colores de la Ciudad. Unos colores basados en un momento indigno de la historia española. Ya hay quien aboga por el carmesí del pendón de los Duques de Medinaceli, señores de El Puerto hasta su incorporación a la corona, o el sugerido, previamente, en colores alfonsíes por su vinculación con la fundación por el rey Sabio. Que son, por otro lado, los colores del Racing Club Portuense junto con el blanco.

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Explicación de los personajes que aparecen en el cuadro de José Aparicio, que aparece al inicio de esta nótula.

Lo cierto es que el suceso, reproducido en un óleo de José Aparicio depositado en el Museo de Arte Romántico de Madrid (ojo al linnun crucis reproducido, cruz que se conserva en el tesoro de la Prioral), marca de forma clara a la Ciudad. Un lugar donde la Constitución es abolida, donde los principios de soberanía del pueblo venían a ser pisoteados por alguien que no supo interpretar su papel, en el escenario de una España que quería caminar hacia la modernidad. Se cerraron universidades y periódicos; se restableció la censura; se expurgaron bibliotecas y librerías, y no se restableció la Inquisición abolida en el Trienio Liberal, de puro milagro, valga el contrasentido. Un rey bajito de miras, corto de alcances y que pasó a la historia con semejante baldón, permaneciendo en las coplas por usar aquel gabán afrancesado, de paño grueso, largo y entallado: el paletó. Vaya prenda para un tío malaje. /Texto: José María Morillo.

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The_Battle_of_Trafalgar-puertosantamariaEn los días que sucedieron al nefasto 21 de octubre de 1805 (se cumplen hoy 208 años), penúltimo desastre naval, una decena de barcos derrotados, con sus bodegas llenas de heridos, la mayoría desarbolados y con graves averías,  fueron zarandeados a placer por la tormenta que azotó el Golfo de Cádiz, desde el cabo Trafalgar al de Santa María, desde Tarifa hasta Faro, terminando por arrojarlos, desencuadernados unos, varados otros, a las costas gaditanas y onubenses. /En el folleto inglés, se relatan las hazañas victoriosas del almirante Horacio Nelson en Trafalgar, quien pereció en la batalla naval.

Cercano a nuestra ciudad, según relata magistralmente la historiadora gaditana Lourdes Márquez Carmona en su artículo “Naufragios de la Batalla de Trafalgar y El Puerto de Santa María”, publicado hace una década en el número 30 de la “Revista de Historia de El Puerto”, zozobraron cuatro embarcaciones; dos francesas: El “Indomptable”, navío de 80 cañones al mando del capitán Hubert que se fue a pique pereciendo casi toda su tripulación, y el “Aigle”, de 74 cañones, capitaneado por Courrége que también se hundió, posiblemente frente a la Punta de los Saboneses, entre El Puerto y Puerto Real, y dos españolas: El “Neptuno” del porte de 80 cañones, mandado por el Brigadier Cayetano Valdés, el mismo que dieciocho años después dirigiría la falúa en la que Fernando VII viajó de Cádiz a El Puerto, liberado por los Cien Mil Hijos de San Luis Y el segundo barco de línea de la Armada española naufragado fue el “San Francisco de Asís”, de 74 cañones, comandado por Luis Antonio de Flores.

Cayetano_valdes_puertosantamariaHace unos años, - en 2005- con motivo de la celebración del segundo centenario vieron la luz infinidad de libros, artículos y reportajes en los que se analizaban y desmenuzaban todas las circunstancias y detalles de la efeméride. En estos días en que estas trágicas jornadas vividas por nuestros antepasados cumplen 208 años desde que se produjeron voy a relatar dos anécdotas de salvamentos de náufragos, de entre las muchas que conforman esta página de la historia moderna de España./ En la imagen de la izquierda, retrato de Cayetano Valdés y Flores capitán general de la Real Armada. Pintado por José Roldán y Martínez, realizado en Sevilla en 1847, por encargo del Museo Naval.

El “Neptuno”, que tenía 55,6 metros de eslora (largo) por 15 de manga (ancho) debió encallar en alguna de las escolleras naturales que rodean al fuerte de Santa Catalina. Podemos hacernos una idea del encaje que debió tener entre las rocas al mantenerse allí varado sus restos durante al menos dos años, tiempo que se tardó en rescatar toda su artillería. Con el mar embravecido resultaba imposible organizar el rescate de la tripulación. El método empleado en estos casos era armar una “jangada”, una especie de balsa construida con los propios restos del naufragio y con troncos de árboles, en la que se incluían numerosos asideros y dos postes, a proa y a popa, a los que ataban cabos para remolcar en las dos direcciones. A esta operación de tirar –jalar- desde el barco naufragado hacia él, y la contraria, desde tierra, cuando los náufragos se situaban encima de la balsa, se la denominaba “alar la jangada”.

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Alzados y perfiles del 'Neptuno'.

Los marineros valencianos que formaban un curtido gremio en El Puerto  intentaron acercarse con sus barcas, valiéndose de su experiencia e intrepidez, pero les resultó imposible, pudiendo llegar tan solo a voz del barco. Desde la distancia, preguntado los tripulantes, que animales vivos llevaban a bordo, dijeron que gallinas y una pareja de cerdos. Siguiendo las indicaciones de los marineros arrojaron al mar uno de los cerdos al que habían atado a una de las patas traseras una cuerda robusta, aunque fina, que a su vez enganchaba a otra más gruesa que pudiese servir de cabo a la jangada. El cerdo, a pesar del fuerte temporal, alcanzó tierra nadando y de esta forma se pudo, alando la jangada, llevar a tierra gran parte de la tripulación, siendo rescatados los heridos, entre los que se encontraban el propio Valdés, el segundo comandante Joaquín Somoza y el resto de supervivientes, días después, al amainar el temporal, por parte del capitán Ayalde, Ayudante General de la Escuadra.

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Plano y perfiles del Castillo de Santa Catalina.

El otro navío, al que simplificadamente llamaban “Asís”, debió varar frente a Vistahermosa o Fuentebravía, en mejores condiciones para poder enviar un cabo a tierra que el “Neptuno” si no hubiera sido por la furia del mar que impedía que nadie pudiera acercarse a tierra, donde estaban preparando la jangada de rescate. En esas circunstancias, se le ocurrió al comandante Flores arrojar un tonel vacío con el cabo atado y esperar a que el oleaje lo llevase a tierra. Y así fue, aunque no acababa de llegar a la orilla por el reflujo del oleaje, ante la desesperación de un nutrido grupo de militares del Regimiento de Zaragoza, que estaban de guarnición del fuerte de Santa Catalina, del Departamento marítimo y de los Carabineros Reales que esperaban en la playa poner en marcha la jangada para el rescate. Rompiendo la impotencia pasiva de sus camaradas, un carabinero, azuzó a su caballo y ambos se internaron entre las olas con gran valentía y riesgo hasta alcanzar el barril, permitiendo el inicio  del rescate de los tripulantes del “San Francisco de Asís” que estaban ya en tierra en la madrugada del día 25, contabilizándose como una buena cifra que no pasasen de treinta el número de ahogados, lo que vendría a suponer un 5% de los tripulantes, y casi todos debidos a intentos fallidos de llegar a tierra a nado.

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Combate entre el San Francisco de Asís y tres fragatas el 25 de enero de 1797

A todos los que participaron y colaboraron en el rescate y cuidado de los náufragos se les realizó público reconocimiento de su labor, y a la oficialidad se le elevó un grado, siendo especialmente elogiados el capitán de Fragata Pedro Cabrera, el teniente de Fragata Francisco Michelena y el coronel del Regimiento de Zaragoza,  el Brigadier Narciso de Pedro, que fue ascendido a Mariscal de Campo y como tal participó en la Guerra de la Independencia.

Como habéis visto, tanto el cerdo como la montura del carabinero, dos animales, fueron parte importante en el feliz rescate de numerosos náufragos. / Texto: Antonio Gutiérrez Ruiz.- A.C. Puertoguía.

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joseantonioespanol_puertosantamariaJosé Antonio Español Caparros nació en Larache en 1924, cursó estudios de Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos en Madrid y, en 1955 inicia su carrera profesional como ingeniero en la térmica de Cádiz. A El Puerto llegó en 1962 como director de la Comisión Administrativa de Obras y Servicios y permaneció hasta 1982. Tres años después fue designado consejero del Consejo de Obras Públicas y Urbanismo, hasta su jubilación en 1989.

Destacó por su espíritu emprendedor y su dinamismo. Su fuerte carácter –algo que muchos recuerdan no siempre con una valoración positiva—y su capacidad de decisión que hizo que la fisonomía del muelle cambiara totalmente. Uno de sus principales logros consistió en aumentar el calado del puerto, ya que hasta ese momento, podían acceder muy pocos barcos, incluidos los de pesca. Para ello construyó el espigón de Levante y el de Poniente, y periódicamente se dragaba para evitar que se perdiera el calado.

A partir de ese momento, pudieron entrar barcos de algo más de cincuenta toneladas y toda la flota pesquera. Además, las labores de carga y descarga se intensificaron y El Puerto se independizó del muelle de Cádiz, creciendo económicamente. En la época de Fernando T. de Terry de alcalde (ver nótula núm. 749 en GdP) durante los años 1971 a 1976 colaboró con el Ayuntamiento de forma desinteresada, en varios proyectos importantes.

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La playa de La Puntilla, sin espigón, solo con escollera que definía los límites del Guadalete.

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La playa de La Puntilla, con el espigón de su nombre. Enfrente los terrenos ganados al río, procedentes del dragado, que conformaron los nuevos terrenos de la Autoridad Portuaria, entonces Junta de Obras de Puerto.

Fue muy amigo del sacerdote Ramón González Motaño, párroco del Carmen y San Marcos, con quien trabajó en muchos proyectos. El cura Ramón no entendió la postura de Español Caparrós, cuando se opuso al encierro de los pescadores, en enero de 1977 en la parroquia de la que éste era titular. Sii bien, mas tarde González Montaño conocería en profundidad todos los detalles: eran tiempos difíciles --la Transición democrática-- y todo el poder de la provincia, bajo la dirección del Gobernador Civil, puso sus miras en aquel encierro, apoyado no solo por Español Caparrós, sino por otros en el poder local. Además, fue presidente honorífico del Real Club Náutico (ver nótula núm. 1.132 en GdP).

Estaba casado con María Cruz Echániz Echeevarría. En El Puerto nacieron dos de sus seis hijos, que estudiaron en el Colegio de La Salle. Algunos ex alumnos de los años sesenta todavía recuerdan su figura en el Colegio, de cuya Asociación de Padres  formó parte.

homenaje_espanolcaparros_puertosantamariaEn 1998 recibió un homenaje conjunto de la Demarcación de Andalucía Occidental del Colegio de Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos y la Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz, descubriéndose una placa conmemorativa del acto, situada en un pequeño monumento realizado para el mismo, consistente en un cangilón de una draga, sobre una piedra de escollera: nada mas representativo. Como recordaron en el homenaje, «cuando llegó a El Puerto en 1962, se podía cruzar andando la desembocadura del río Guadalete de una margen a otra, siendo un grave obstáculo para la flota pesquera. Gracias al trabajo profesional que desarrolló durante los años que estuvo al frente del puerto se trasladó el mismo a la margen izquierda, liberando los terrenos donde estaba el muelle, para la Ciudad. Se obtuvieron terrenos nuevos parra el puerto con los productos del dragado que se colocaban en unos recintos y se trasladó la lonja pesquera a la margen izquierda».  /En la imagen, el que fuera presidente de la Autoridad Portuaria, Rafael Barra Sanz, haciéndole entrega de un recuerdo en el homenaje recibido.

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El monumento homenaje a Español Caparrós que contiene la placa homenaje: un cangilón de la draga, sobre una piedra de escollera, situado delante del edificio de la Autoridad Portuaria.

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Personal de la Autoridad Portuaria asistente, entre otros muchos, al homenaje ofrecido a José Antonio Español, delante del monumento que le dedicaron. De pié y de izquierda a derecha: Ramón Sánchez Mendoza José Ramon Bravo Garcés, Ricardo Mena (Consignatario),  Rafael Catalán Alonso, Rafael Barra Sanz (Presidente de la APBC), Cristina Guerrero, Ignacio Höhr Gómez, Juan Garcia Ragel, Luis Peral García, Manuel Albert Gálvez, Santigo Acuña Camacho, Luis Pablo Duque, Antonio Magariño Rivas; agachados de izquierda a derecha, José Luis Sánchez Pacheco, Jose Maria Romero Peña, Juan Luis Sánchez Leveque, Francisco Manuel Rodriguez, Lorenzo Chacón, Armengol Viñas (fallecido y Director de la Autoridad Portuaria de la Bahía de Cädiz entonces) y Juan José Rosano. Año 1998.

Fallecido el 26 de abril de 2004, hubiera cumplido 80 años. Las banderas del Ayuntamiento ondearon a media asta por la muerte de Español Caparrós, único homenaje que le realizó la Ciudad en su conjunto a quien, a pesar de su controvertido carácter, tanto hizo por el desarrollo de la misma desde los terrenos portuarios y colaborando en otras iniciativas de corte social.

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En el salón de plenos del Ayuntamiento de Isaac Peral, mediados los sesenta del siglo pasado,durante la presentación de unos proyectos inmobiliarios al que asintió Español Caparrós. De izquierda a derecha, primera fila, Juan Melgarejo Osborne, Fernando Arjona Cía, José Puente García, Francisco de Bernardo Fernández, Manuel Rebollo Laínez, desconocido y Francisco Rábago de Celis. En la segunda fila, Maximino Sordo Díaz, José Antonio Español Caparrós y Francisco Díaz Vance, interventor municipal. En la tercera fila, José Caveda Arias, Juan Martín Vélez, desconocido y fotógrafo desconocido.

espanolcaparros_caricatura_puertosantamariaEL INGENIERO.
Reproducimos a continuación, actualizado, un artículo del experto en temas marítimos y pesqueros, Antonio Carbonell López, publicado en Diario de Cádiz en noviembre de 2003. /Ilutración: caricatura de Vicente Morató.

Durante años, con el profesor y amigo Paco Piniella, mantuve una sección en Diario de Cádiz sobre el mundo del mar, bajo el nombre genérico de ‘La Meridiana’. Comentaba la importancia de los diálogos que había mantenido con mi hermano Rafael, pescador jubilado ya fallecido; gran parte de los datos que había reflejando en ‘La Meridiana’ se debían a sus conocimientos como lobo del mar.  En una de esas ocasiones me refería la labor tan extraordinaria que había realizado el Ingeniero con los pescadores. También Manolo Roldán, estupenda persona, a quién admiro y aprecio, que trabaja desde la década de los sesenta como técnico --ya jubilado-- en lo que hoy conocemos como Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz, me había referido en muchas ocasiones el buen hacer del Ingeniero en El Puerto. Y tengo la seguridad que los pescadores onubenses y gaditanos admiraban al Ingeniero.

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De izquierda a derecha, Manuel Martínez Alfonso, José Alvarez Sevilla 'Gavina', Manuel Pérez Pichaco (Montero), Antonio Cólogan Osborne, desconocido, Comandante Jefe del Puesto de la Guardia Civil, José Nowel del Río segundo comandante de la Ayudantía de Marina de El Puerto, el Administrador de Aduanas, José Antonio Español Caparrós y Manuel Sañé, Comandante de Ayudantía de Marina. Misa celebrada en la Lonja del Pescado con motivo de la festividad de la Virgen del Carmen. Año 1974.

Pues resulta que antes de construirse los espigones de Poniente y Levante en la desembocadura del Guadalete, obras que finalizaron en 1970, la entrada de arenas que arrastraban las corrientes litorales y formaban la barra en la boca del río, impedían, al existir peligro de accidente, que los barcos pudieran pasar por el Guadalete a media marea o bajamar escorada. Precisamente sobre uno de los puntos considerado fatídico por la marinería debido a los naufragios que ocasionó porque había un bajo de piedras, el Ingeniero construyó el espigón de Levante. Desde entonces, y han transcurrido 43 años, ninguna embarcación se ha perdido y tampoco se ha ahogado ningún trabajador del mar.

Me han dicho que el día que se hundió la última embarcación en la entrada del río, la recordada ‘Santa Teresa’, había buen tiempo con un poco de mar de leva, incluso el entrañable Pepe ‘el del Vapor’ a bordo del Adriano preguntó a los pescadores si necesitaban ayuda, continuando su recorrido hacia el muelle al no recibir ninguna señal de socorro. Pero en un santiamén el barco se destrozó en el mismo momento que la marea comenzaba a subir y siete pescadores murieron ahogados. El caso es que también los hundimientos en el mismo lugar de los barcos ‘Santa Ines’, ‘Josefa Caturla,’ y el conocido por el apodo de ‘Ojos Verdes’, son referencias de la importancia que hoy tienen las obras que acometió y dirigió el Ingeniero que ejerció la profesión en la Bahía de Cádiz durante 23 años.

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De izquierda a derecha, Antonio Carbonell, Juan Manuel Pedreño, presentador del acto, su esposa Susi Weber, Lourdes Zuriaga y Basilio Rogado, de Televisión Española y la Cadena Ser respectivamente. En el Restaurante El Resbaladero durante Homenaje del sector pesquero  a José Antonio Español Caparros, ‘el ingeniero’;  al exportador de pescados y mariscos José Gutiérrez, ‘Pepe el Chófer’ y al pescador Manuel Bernal Genaro. 14 de julio de 1985. /Foto Garpre. Colección ACL.

Por aquel entonces, una vez construidos los espigones, el Ingeniero mantenía el calado del río al contar con un tren de dragado continuo donde la inolvidable draga de cangilones, la ‘Cinta’, velaba por la seguridad de los trabajadores del mar porque sin ningún peligro los barcos pesqueros y mercantes navegaban por el río. Por eso , recordaba en 2003, hace 10 años, cuando la Iglesia celebraba el Día del Hombre del Mar y se rendía homenaje a pescadores y colaboradores del sector, como al bueno de Pedro Herrera Vaca, patrón y marinero de la Bahía, que había fallecido hacía escasas fechas, también me acordaba de la trayectoria del muy particular y controvertido, pero eficaz y trabajador don José Antonio Español Caparrós, Ingeniero Director de la Junta de Obras de Puerto en El Puerto de Santa María, que todavía nombramos, sin más, como el Ingeniero. /Texto: Antonio Carbonell López.

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cangrejorojo___puertosantamaria copiaFue a mí tío José al primero que se lo oí pronunciar un domingo de agosto en La Puntilla, principio de los setenta, con esa media voz como de espías que ponían siempre los mayores cuando hablaban de secretos familiares o de política. Dijo “el Cangrejo Rojo” y enseguida mi tío Manolo y mi padre se perdieron con él, orilla abajo, en dirección al Castillito. Yo ya había escuchado en la clandestinidad doméstica del corredor de mi casa que mi tío José era comunista (de la filiación política de mi padre y de mi tío Manolo no había  podido averiguar nada todavía), por lo que imaginé que igual se habían citado, en alguna parte del litoral menos concurrida, con un alto cuadro del Partido, para cerrar los últimos detalles de una democracia que estaba al caer.  El Cangrejo Rojo, continúe con mis ya por entonces brillantes deducciones, podía ser el apodo en clave revolucionaria de Santiago Carrillo o de Marcelino Camacho, o del mismísimo Rafael Alberti, que lo mismo tenía un piso franco camuflado, con vistas al mar, en La Arboleda Perdida. /Anuncio en ABC.

Cualquiera de ellos podía ser el autor intelectual de la emboscada definitiva que acabaría para siempre, esta vez sí, con el Caudillo, quizá en su próxima visita a Cádiz, tal vez en la tranquila intimidad de su habitación del Motel Caballo Blanco (siempre la misma), donde pernoctaba cuando bajaba a la provincia. Cangrejo Rojo, Caballo Blanco, no estaba mal como título para una novela con la que El Puerto pasaría a formar parte de la historia gloriosa de todas esas ciudades europeas que se rebelaron y derrotaron al fascismo gracias a algunos héroes anónimos. En el caso que nos ocupa, mi tío José, mi tío Manolo, y Rafael, mi padre, los tres en meyba y con la espalda hasta arriba de Nivea.

Pero no, el Cangrejo Rojo tenía más de Freud que de Marx. Lo descubrí unos años más tarde, a esa edad en la que tan importante como la lucha incansable por la implantación de una sociedad sin clases es la utopía fervorosa e igualitaria del deseo carnal. Aquel Club de Vacaciones, poseía, justo delante del hotel, una zona de dominio público en la que retozaban medio en cueros, soñolientas y despreocupadas, ardientes hembras francesas (las suecas de aquí) que, no teníamos ninguna duda, venían buscando lo que venían buscando. La España alegre y faldicorta, de la que hablaba Fraga como símbolo de modernidad, era una película de Walt Disney al lado de aquel cine con dos rombos que se rodaba cada verano al final de Vistahermosa, en un Puerto ya preparado para el turismo y para lo que hiciera falta,  en el que, más temprano que tarde, acabaría triunfando la república dependiente y festiva del amor libre. Nos lo merecíamos, pues habíamos pasado sin traumas, y con una saludable alegría epidérmica, del refajo al traje de baño y del bikini al despelote, gracias sobre todo a nosotros, jóvenes y sobradamente acalorados, machotes coquineros en permanente estado de ebullición, atletas sexuales de la Ciudad de los Cien Palacios y un Número Indeterminado de Fantasmas.

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Edificio principal del Cangrejo Rojo, enclavado junto al Pinar de Mochicle.

No voy a negarlo (salvo la primera vez, que me puse las gafas de buzo, el resto de comparecencias las hice siempre a cara descubierta): yo también fui de excursión a esa playa libertina, a la edad en la que, según Quevedo, uno “vivía amancebado con su mano”. Y sí, también doblé bastante la vista a la derecha (en el camino de vuelta, a la izquierda), bizqueando mucho para no perderme detalle, sin dejar nunca de andar, porque si te parabas, algún gabacho, sólo por  disimular (era vox populi que todos tenían más venas que una caja de huevas), podía ponerse gallito, acomplejados como estaban por un pasado de guerras perdidas y un presente de cuernos bien puestos.

Sí, definitivamente el Cangrejo Rojo tenía mucho más de Freud que de Marx. (Texto: Pepe Mendoza).

Más información en Gente del Puerto: 

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Jully Caldas, conocida en el mundo artístico como Jully Star, nació el 9 de julio de 1981 en Rio de Janeiro (Brasil), hija única de madre soltera. Vive en El Puerto de Santa María desde hace seis años, desde donde dirige sus producciones audiovisuales y artísticas.

El año del nacimiento de nuestra protagonista, España temblaba todavía por la intentona de golpe de estado. El Puerto tuvo dos alcalde: el primero tras la llegada de la democracia, Antonio Álvarez Herrera y su sustituto, Rafael Gómez Ojeda. El número de habitantes de hecho era de 57.437 habitantes y 55.748 de derecho, siendo el número de hogares censados de 13.952. Ese año se cerraba el Monasterio de la Victoria, como centro de cumplimiento penitenciario; había permanecido como tal desde 1886. Rafael Alberti recibía el Premio Nacional de Teatro y el Premio Salinas, junto con José Bergamín, otorgado por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo y publicaba ‘Lo que canté y dije de Picasso’.

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Foto: Frank Eggers.

Jully tiene estudios de los mas variado: estudió Artes Escénicas en la Universidad ERJ, de Río de Janeiro con el maestro Sergio Xavier, Canto y técnica vocal con la maestra Gloria Calvente; Técnica de Procesamiento de Datos, en la Escuela ATG de Río; Marketing, en SENAC, en Río; Decoradora CDR, Mesoterapia -CHT Centro de Terapias Holísticas y Peluquería y maquillaje en Artes de la Belleza, todo en Río de Janeiro.

TRANSEXUAL.

Desde pequeña tenía una feminidad bastante visible, que se fue haciendo mas fuerte con el paso del tiempo. Por respeto a su familia lo ocultaba hasta que tuvo las fuerzas suficientes para tirar para adelante y cambiar su vida por completo. «Hoy soy muy feliz como soy y por mi condición sexual. Mi madre me enseñó que hay que tener respeto y educación con los demás para que te traten igual».

respetotransexual

EL PUERTO.

Le encanta El Puerto de Santa María, donde vive desde hace seis años porque la gente la respeta. Le apasionan lugares especiales como el Castillo de San Marcos, el Hotel Monasterio donde desayuna a diario y «las playas son como las que hay en mi país de orígen: es un pueblo muy turístico, rico, con buenos sitios de calidad e históricos. Lo siento como si fuera un pueblo de mi propio país. El clima es espectacular, tengo sol casi todos los días en mi ventana. Es un verdadero oasis para vacaciones o para vivir. ¡Hay que vivirlo!».

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Foto: Frank Eggers.

TRABAJOS.

Jully se considera polifacética. Y lo es. «Tengo mucha formación e información, pero creo que la práctica es muy importante para el éxito de un profesional, en todos los sectores». Empezó su vida laboral con trece años en Río de Janeiro con la entrega de comida para llevar; después en oficinas, como azafata asistenta y entrega de documentos en empresas. Hizo prácticas como auxiliar administrativa en la Caixa Económica Federal y en empresas de administración y recursos humanos.

Luego se introdujo en el mundo de la belleza y la estética, montó su propia peluquería con su familia donde siguen ellos con el negocio abierto; «Hice pasarela de moda, asesora de moda y estilo». Después entró en el mundo del diseño de mobiliario y trabajó en Saccaro Muebles, una empresa de diseño italiano, emigrantes en su país, donde desarrollaron los diseños con fibras naturales y maderas de Brasil. Más tarde vendría el trabajo de masajista, formándose con la fisioterapeuta Regina Célia, que lleva un centro de terapias holísticas en Río.

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En el pasado certamen Miss Trans Internacional 2013 celebrado en Barcelona.

Simultáneamente montaba sus producciones artísticas, shows, pasarelas, teatro en el mundo de las artes, comunicación y entretenimiento, «que es lo que mas me gusta en mi vida laboral y disfruto mucho. En la actualidad soy expositora en Ferias y Convenciones nacionales e internacionales, con entretenimiento, shows y montajes, presentación y desarrollo de entrevistas, protagonizando en eventos y festivales y apostando fuerte por una imagen muy sofisticada, siempre con mucha clase, glamour, diversión con mi propio estilo y exclusividad. Y sigo creciendo por mi valentía y tesón».

cartel-jully-2013barcelonaLe encanta la gastronomía, «Soy muy buena en la cocina, tengo mis propias recetas y creaciones. A los amigos españoles les encanta cuando organizo mis cenas especiales. Mi comida es muy condimentada y la base siempre tiene que tener arroz blanco en la mesa, por tradición familiar».

CERTAMEN MISS TRANS INTERNACIONAL 2013.

El pasado fin de semana terminó un trabajo audiovisual en la Gala del Certamen de belleza transexual en el Teatro Bart de Barcelona «Miss Trans Star Internacional», con muchas celebridades de la televisión nacional, entre ellos el conocido presentador Jorge Javier Vázquez. Allí representé a la firma de moda Sales Citta de El Puerto --con sede en la calle Cielos--. Y para los próximos meses, mas eventos y festivales, y giras por toda España con Jullystar Producciones. 

David regenta la Frutería Virtudes de la calle San Bartolomé, un pequeño establecimiento cercano al Mercado de Abastos de la Concepción. Lleva 15 años con el establecimiento abierto y dice conservar clientes desde su apertura. En el rótulo se anuncia como productos de Conil. Y es que él es de allí. Ahora vive en El Colorao.

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Este es otro ejemplo de esas pequeñas cosas que hacen que vuelvas. Un gesto tan cotidiano como hacer la compra en una tienda como ésta se puede convertir en otra extraordinaria experiencia cuyos protagonistas son las gentes de esta tierra.

David tiene frutas y verduras de buena calidad, de la tierra cuando estamos en época, y yo muero por estos productos, me los llevaría todos. Se me iluminan los ojos con los colores de frutas y verduras, con sus aromas. A mí me ha ganado con dos cosas: avisándome de que no lleve esto o aquello porque ya no está en su mejor momento y no “colándome” nunca una pieza en mal estado, como me ha ocurrido en otros establecimientos, ocultándola entre el resto.

Ahora viene el plus. Aquí no sólo se compra, aquí se respira un poquito de vida portuense auténtica. David tiene charla para todo el mundo. Destila un sano e insuperable humor mientras atiende a sus clientas (en su mayoría), de estar contento con lo que hace. Allí se habla un poco de todo: de la compra, de lo que se va a poner hoy de comer, de la salud, de los hijos, de los novios, del tiempo. En el año y poco que llevo yendo puedo decir que he vivido situaciones puramente surrealistas. Pero da igual; por muy rocambolesca que sea la situación, David sale al paso con una naturalidad pasmosa. Yo me pregunto que cómo lo hace. Las atiende, las escucha, las invita a sentarse en el taburete si ellas no lo han hecho ya por su cuenta, y hasta creo que ellas están encantadas por el ratito que han echado. David no pierde la sonrisa, las anima, las pica para que sigan hablando y se crea un ambiente tan particular que, al rato de estar allí, he olvidado lo que iba a comprar.

Por cierto, la Virtudes que da nombre a la frutería es su mujer, o como él dice con orgullo, la patrona. /Texto y foto: Alberto Reina Blanca

Baedeker'sSpain_puertosantamaria[Aquel 1913 del siglo XX, hace ahora 100 años, era alcalde de El Puerto de Santa María Manuel Ruiz-Calderón y Paz; lo sería también en un segundo periodo. Ese año un decreto papal declaró festivo el 8 de septiembre, día de la Virgen de los Milagros por la intermediación del Cardenal Enrique Almaraz Santos, quien fue recibido en la Estación de Ferrocarril por la Corporación Municipal Bajo Mazas, con cuyo nombre se rotularía la calle Zarza y quien sería nombrado Hijo Adoptivo de la Ciudad. Ese año volvía a salir la imagen del Cristo de la Veracruz, de salida irregular e intermitente en los últimos tiempos, desde sus capilla de la Sangre en la esquina de Nevería (Castelar) y Palacios (José Navarrete), frente al Bar Apolo donde hace años estuvo el Bar ‘La Mina’ y la Librería ‘Sanjamás’. Pedro Muñoz Seca estrenaba su obra ‘Trampa y Cartón’. En 1913 nació José de los Reyes Santos, ‘el Negro’ cantaor que interpretaba como nadie los ‘martinetes’]. /En la imagen de la izquierda, portada de la Guía Baedeker.

guiabaedeker_puertosantamariaEn la imagen de la izquierda, página de la Guía Baedeker, correspondiente a El Puerto de Santa María.

En 1913, la célebre casa editorial Karl Baedeker, de Leipzig (Alemania), publicaba la cuarta edición en inglés de España y Portugal. Manual para viajeros (594 páginas, 20 mapas y 59 planos). Esta guía turística de la Península Ibérica se presentaba como una edición “cuidadosamente revisada” de las tres anteriores en lengua inglesa, que habían visto la luz en 1898, 1901 y 1908. Se publicaron también cinco ediciones en alemán (entre 1897 y 1929) y tres en francés (1900, 1908 y 1920).

De las 71 rutas que contiene la guía Baedeker de 1913 que nos ocupa, El Puerto de Santa María aparece en la n.º 51, la que partiendo en ferrocarril desde Córdoba y pasando por Sevilla llegaba hasta Cádiz vía Utrera. El viajero —probablemente británico o norteamericano— de hace un siglo podía leer en la página 429 de su Baedeker de tapas rojas la siguiente información sobre El Puerto (la traducción es nuestra):

«Puerto de Santa María (Hotel de Vista Alegre, Calle Vergel 9, limpio, pensión completa 9 pesetas; ómnibus a la estación, 8 minutos, 75 céntimos; vicecónsul británico, R. J. Pitman), conocido por lo general simplemente como El Puerto, es el Portus Menesthei de tiempos remotos y uno de los asentamientos más antiguos de la Bahía de Cádiz, en la que desemboca el Guadalete. Es en la actualidad un importante puerto marítimo, con 20.000 habitantes. La industria pesquera y el negocio vitivinícola están mayormente en manos de empresas inglesas, cuyas Bodegas son casi tan importantes como las de Jerez. El embarcadero para los vapores está detrás del Hotel Vista Alegre.

Desde la estación de ferrocarril seguimos por la Calle Dendra [errata: debe ser “de entrada”, como sugiere Antonio Gutiérrez Ruiz], giramos a la derecha y llegamos al Paseo de la Victoria, con su abundante vegetación. De aquí nos dirigimos al oeste por la Plaza de Javier de Burgos y al girar a la izquierda entramos en la Calle Larga, la calle principal de la ciudad, con las casas de los ricos vinateros y el Ayuntamiento (Plaza de Isaac Peral). Desde este punto, la Calle de los Descalzos lleva al sur hasta el Paseo de Calderón, que se extiende a lo largo del Guadalete. Desde la Calle del Vergel, que prolonga la Alameda hacia el suroeste, continuamos por la Calle de José Navarrete hasta la Iglesia Principal, en la Plaza de Alfonso Doce, un edificio gótico con una portada barroca. Siguiendo por la Calle del Vergel hacia el oeste, llegamos a la Plaza de la Pescadería, con los restos del Castillo árabe. A partir de aquí la Calle Aurora se prolonga hacia el oeste hasta la Avenida de Nuestra Señora de los Milagros, con bodegas y buenas vistas a Cádiz. Al noroeste se encuentran el colegio de los jesuitas y la Plaza de Toros. Al noreste, en la carretera de Jerez, están el Cementerio Inglés y un cerro llamado de Buenavista».

mruizcalderon_puertosantamaria3En la imagen de la izquierda, el alcalde en 1913, Manuel Ruiz-Calderón y Paz.

A pesar de los cambios en los nombres de algunas de las calles citadas, no es difícil seguir el itinerario propuesto por el anónimo redactor de la guía. Considerada comúnmente como “la Biblia del turismo”, esta guía Baedeker contiene, sin embargo, dos inexactitudes llamativas en la información que proporciona sobre El Puerto, a saber, que “la industria pesquera y el negocio vitivinícola están mayormente en manos de empresas inglesas”. /Texto: Bernardo Rodríguez Caparrini

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 En la imagen, Juan Guerrero Villegas, en el exterior de la Plaza. Mas de treinta años viniendo desde Paterna de Rivera a El Puerto. La bolsa de 12 unidades, ya sin piel y envasado a la vista de todos, cuesta 2 euros.

Este último sábado, me detuve ante el vendedor de chumbos que se sitúa frente a la puerta principal del mercado, donde lo veo desde hace largos años y ante el que he pasado siempre sin reparar en que había un ser humano, solo un simple vendedor de chumbos.

Me acerqué y le pregunté, sin más: «--¿A cómo está la docena de chumbos?». --»A dos euros», me respondió con semblante circunspecto, es probable que aburrido de dar siempre la misma respuesta. «--¿A dos euros? ¡Que caros! --no termino de aprender--, con Juan ‘el Canastero’ (ver nótula núm. 1.780 en GdP) me pasó igual, preguntas obvias o comentarios apresurados. «--Hombre --me habló mirándome a los ojos-- ¿Usted sabe lo que cuesta hoy día coger los chumbos?». «--Antiguamente apenas tenían valor, las chumbares están en el campo abierto». Respondí. «--Si, pero hoy se han hecho muchas construcciones y han desaparecido las chumbares; en los campos donde las hay, no nos dejan entrar y además este trabajo no lo quiere nadie. Todos los años, al terminar la campaña, preciso ser atendido en el hospital para que me extraigan las púas infectadas de los párpados».

juanguerrerovillegas3_puertosantamariaSegún me hablaba, el estómago se me encogía. «--Ademá --continuó-- es muy duro, pero con esto en verano y los caracoles en invierno he sacado a mi familia adelante. No puedo encontrar otro trabajo, ¡ya me gustaría! total mucho esfuerzo para sacarme treinta o cuarenta euros con los que pago el impuesto al Ayuntamiento, la gasolina y tomarme a media mañana el desayuno aquí en el bar de al lado.

Probablemente, pensé, no cotizará a la Seguridad Social y su jubilación terminará en una miserable prestación de subsistencia. ¿--Como te llamas?», pregunté. «--Juan y también ‘el Rifle’». «--Me permites que te haga una fotografía». «--Naturalmente que si. ¿Quieres probar un chumbo?». «--Bueno, --respondí-- y me obsequió con el mejor higo chumbo que pudo seleccionar. Le compré dos docenas y me fui. «--Gracias Juan», --y para mis adentros pensé-- cada sábado me dan una lección. ¡Y todavía hay quienes piensan que los chumbos son caros!. /Texto: Alberto Boutellier Caparrós.

Más información de Juan Guerrero Villegas en GdP.

El vigente campeón de la clase, el sevillano afincado en El Puerto Juan Luis Páez vence imbatido a lo largo de cuatro pruebas, acompañado en el podio de los gaditanos Rafael Ruiz del Club de Vela Bahía de Cádiz y Vicente Climent del Real Club Náutico de El Puerto

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El patrón  Juan Luis Páez a bordo del ‘Herbalife’ ha levantado hoy la Copa de Andalucía de Patín a Vela, puesta en juego este fin de semana en aguas onubenses, bajo la organización del RCMT Punta Umbría y la Federación Andaluza de Vela, por delegación de la Junta de Andalucía.

Páez, vigente campeón de España de la clase, ha logrado mantenerse imbatido a lo largo de las cuatro pruebas que han completado la cita, las dos últimas disputadas el pasado domingo 9 de junio bajo condiciones muy parecidas a las de la jornada inaugural, con vientos de 17 nudos de intensidad máxima. El regatista ganaba la primera prueba imponiéndose por este orden a Ramon Calero, Vicente Climent, el sanluqueño Paco Fernández del RCN de El Puerto y Rafael Ruiz, mientras en la segunda los principales rivales eran los mismos pero cambiaban sus puestos, con el segundo a manos de Rafael Ruiz, seguido de Paco Fernández, Vicente Climent y Ramón Calero.

La general definitiva coloca en los otros dos puestos de podio a Rafael Ruiz (CV Bahía de Cádiz), que resuelve el empate con Vicente Climent merced al segundo final y se proclama subcampeon con un punto sobre el regatista del RCN de El Puerto de Santa María. Por su parte Paco Fernández, también del náutico portuense, acaba cuarto, seguido de Ramon Calero, a quien el descarte de un mal primer resultado permite escalar hasta la quinta plaza final.

La siguiente cita para la flota de Patín será en aguas de la bahía de Cádiz, en la celebración del Campeonato de Andalucía d la disciplina, que organiza el CV Bahía de Cádiz conjuntamente con la Federación Andaluza de Vela los días 29 y 30 de junio.

El matrimonio formado por José Luis Valdezate y María Victoria Lemaur, procedentes de Santander desde hace 20 años, son unos enamorados de nuestra ciudad, a la que quieren regresar a la jubilación. Consideran que es el lugar ideal para trabajar y vivir.

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José Luis Valdezate Paul, asturiano de Mieres de 56 años, y licenciado en Historia y doctorado en Periodismo lleva viniendo a El Puerto mas de 20 años. Ha sido director de los periódicos Alerta de Valladolid y Palencia, y en la actualidad es el Jefe de Gabinete y Asesor de Prensa del Colegio de Médicos de Cantabria. Colaboró en su día con El Periódico del Guadalete. Allí conoció a la entonces periodista de dicho medio, Pipi Gago, con quien estableció una amistad que aún perdura y que revalida año a año cuando veranean en nuestra Ciudad. Son muy amigos del matrimonio Barragán-Gago. José Luis, como es tradicional, se quema todos los años en la playa, aunque su mujer le da cremita.

Victoria Lemaur Soto, natural de Santander, mas joven que su esposo, es licenciada y doctora en Hisotoria, periodista del Diario Montañés (Grupo Vocento), y espera a la jubilación para poder establecerse en El Puerto junto a José Luis, pues no hay cosa que deseen mas. Ella viene de veraneo a El Puerto desde 1984, mientras que su marido lo hacía desde 1986, donde tenía piso frente a la ‘Arboleda Perdida’. A María Victoria le conquistó El Puerto y su gente. Se liberó en El Puerto, al que identifica con la felicidad, considera que es una ciudad ideal para trabajar y vivir, disfrutando de nuestro tiempo y dando envidia a sus paisanos. Conocen en profundidad los hoteles Monasterio y Bodega Real, donde se suelen hospedar.

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Jan de Clerck nació en la ciudad de Kortrijk, en Flandes Occidental, hace 70 años, pero su vida la marcó el viaje de novios que hizo en 1969 a Rota. Si bien había estudiado Derecho, carrera que nunca ejerció, vino a hacerse cargo de un hotel, en parte de propiedad familiar, en Rota. Su mujer Caroline también nació en la misma zona. Se conocieron y casaron. El matrimonio tiene tres hijos: Stefaan, Ann y Sophie, que trabajan en el grupo hotelero de sus padres, Hoteles Andaluces Con Encanto (HACE), en la provincia gaditana, que agrupa los hoteles Jerez, Villa Jerez, Guadalcorte Park, Playa de la Luz y Duque de Nájera, gestionando, además, el Hotel Puerto Sherry. Es Cónsul de Bégica en la provincia de Cádiz, cuya nacionalidad conservan con mucho orgullo tanto él como sus hijos, nacidos en Jerez: “Mis nietos tendrán ya la doble nacionalidad”. Preside la Estación Náutica Bahía de Cádiz. Vive en El Puerto de Santa María.

Sobre la corrupción política, asunto de triste moda, opina que “no influye tanto, porque desgraciadamene la corrupción está en toda Europa, en Holanda, en Alemania... Aunque aquí parece que somos los campeones. En realidad esto viene de que en las últimas generaciones mucha gente vive de la política, y esa es la consecuencia. Pero esto ya empezó con el Mercado Común y la cantidad de instituciones que se crearon y la cantidad de gente que se metió a vivir de eso, y que pagamos entre la gente que trabaja como usted y yo”.

Este era el discurso que ofrecía a políticos, colaboradores y amigos, con motivo de su 70 cumpleaños en enero de 2013: “El 31 de Enero hace 70 años nací en Bélgica en  plena guerra mundial. El 31 de enero de 1943. Mi padre, joven abogado, había construido un bunker en el jardín de la casa para proteger la familia que eran mi madre mi padre y yo recién nacido, contra los eventuales bombardeos de los alemanes. Los vecinos decían que estaba loco. Pero cuando sonaban las sirenas  en la torre de la iglesia avisando  un bombardeo aéreo alemán quiso entrar en su bunker  con mi madre y yo pero no había sitio. Los vecinos se habían instalado dentro. Todo esto y muchas cosas más he sobrevivido allí en Flandes, que no es Walonia. Que los dos, junto con algunos de Bruselas (los que más ruido hacen), forman la nación que se llama Bélgica. Parece que hay situaciones parecidas en el mundo.

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Hotel Puerto Sherry visto desde la marina del puerto deportivo.

Así, 26 años mas tarde llegamos a Rota. Fue el 17 de Abril de 1969. Llegamos a Rota porque mi padre y mi tío Roger junto con otro socio en estos tiempos habían comprado la Almadrabade Rota  ala Excma. Diputación de Cádiz, donde Don Álvaro Domecq Romero era Presidente. Esto pasó hace  48 años (en 1965) y esto no era tan lógico  en estos tiempos. Vender un patrimonio público a unos señores extranjeros. O podría ser que don Álvaro en estos tiempos tenía  ya una visión turística de la Costa de la Luz que algunos no tienen todavía el día de hoy.

 Vinimos con el coche cargado hasta el techo y pasamos por Sevilla donde se celebraba la feria de Sevilla alrededor de los Juzgados actuales. Paramos y aparcamos delante de un kiosco de feria y dimos un paseo. Esto no lo habíamos visto nunca, Continuamos el viaje. Llegamos a Rota y nos instalamos en una casa alquilada en Arroyo Hondo, cerca del hotel Playa de la Luz.

Empezamos a trabajar el 1 de Mayo. Día que descansa todo  el mundo, especialmente los sindicalistas que necesitan más descanso que otros. Pero después de la feria de Sevilla, vimos la feria de Jerez. de El Puerto Santa María, Rota, Chipiona, Sanlucar y tantos mas. Un descubrimiento. Y rápido conocimos también el vino de Jerez. Otro descubrimiento. Había buen ambiente y nos adaptamos rápido.

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La familia de Jan de Clerck.

Pero había que trabajar y trabajar, y viajar para buscar turistas. Ir a llorar para conseguir un pequeño contrato de los tour operadores belgas, alemanes e ingleses. Nadie conocía la Costa de la Luz en el extranjero. Por fin, después de muchos años se abrió la Costa de la Luz con la apertura del aeropuerto de Jerez para tráfico civil. Durante muchos años hemos hecho un trabajo de pionero en esta provincia. Y ahora ya son 44 años. Fue muy bonito. Era un turismo más romántico. Se trabajaba con el corazón y los sentimientos… Ahora se habla solo de números, rendimientos, revpar, ebitda, web, Internet y todas estas palabras complicadas que hacen a uno sentirse de vez en cuando totalmente amortizado en esta profesión.

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Alberto Anguiano Anta es un logroñés de 82 años que lleva viniendo 32 por El Puerto de Santa María. Nació en 1931. Divorciado, con dos hijos y una hija, está afincado en nuestra Ciudad --donde es muy querido-- en la Costa Oeste. En su Logroño natal se dedicaba al comercio, la ferretería y la construcción.

El año de su nacimiento: 1931 se celebran elecciones municipales el 12 de abril y el 31 de mayo, ya con la II República, se vuelven a celebrar los comicios locales. Fueron alcaldes ese año Eduardo Ruiz Golluri por los conservadores y Francisco Cossi Ochoa, por los progresistas.  Rafael Alberti estrenaba su primera obra de teatro: 'El hombre deshabitado' y se afilia al Partido Comunista. Pedro Muñoz Seca estrena las obras de tratro: “¡Todo para ti!”, “El alma de corcho”, “El drama de Adán”, “Mi padre”. El 14 de abril de 1931 nacían el primer alcalde del actual periodo democrático, Antonio Álvarez Herrera, el 22 de mayo el pediatra Juan Luis Bootello Reyes, el 28 de diciembre Francisco Sánchez Aguilar, del desaparecido Tabernón Sánchez, de la calle Ganado y el pintor portuense Vicente Galán.

Tío Alberto es muy querido en El Puerto, donde tiene numerosos amigos y reuniones de las que es habitual, recibió hace unos días un homenaje de sus amigos de una de sus peñas, la autodenominada ‘Tío Alberto’, en el Bar El Brillante.

Es conocido en diversos ambientes locales por su simpatía y su buen humor del que hace gala. Permanece fiel a su soltería tras el divorcio, aunque reconoce que no le faltan proposiciones, si él quisiera. Con la mente muy bien amueblada cuenta anécdotas de su tierra natal mientras que prueba los platos de la gastronomía portuense: le encantan la raya y las acedías. «Todas las mañanas me levanto y doy gracias a Dios: en El Puerto hay gente muy buena y por eso me quedé». Y conduce a diario su vehículo.

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Pedro San Juan Berrozpe nace en Logroño en 1968, siendo el tercero de tres hermanos fruto del matrimonio formado por Pedro San Juan y Luisa Berruzpe. Familia entroncada con el arte de la galletería en Logroño, propietarias primero de Galletas Marbú y luego ARLUY (Arturo y Luisa). Pedro trabaja en la actualidad en el sector alimentario para el grupo canario Tirma (ambrosía, chocolate, café, galletas, cacao, caramelos, confituras).

Ese año de su nacimiento, 1968 era alcalde de la Ciudad, Luis Portillo Ruiz. En junio se celebraba en El Puerto un pleno de la Diputación Provincial que se pronunciaba sobre la expansión universitaria en la provincia, algo de lo que El Puerto no se vería beneficiado y que produjo, por su desacuerdo que, un año después Luis Portillo abandonara la alcaldía al no verse apoyado para tal empresa. El 16 de junio el Racing Club Portuense, campeón de la Temporada 1967/68, jugaba la promoción de ascenso de Tercera División (equivalente a la Segunda B de hoy) a Segunda contra el Alavés, perdiendo 2 a 0. Tenían un gran equipo y una gran directiva. En la Real Plaza de Toros actúan en una corrida nocturna el sábado 20 de julio, los diestros Miguel Mateo ‘Miguelín’, Palomo Linares y Ángel Teruel.  El grupo de teatro ‘Bellas Artes’ representa ‘Mentir a Tiempo’ sainete de Pedro Muñoz Seca. Nace el cantante afincado en El Puerto, Enrique Bunbury.

Volviendo a nuestro protagonista, hace 20 años el portuense Galo Hernández era delegado para Andalucía de los productos familiares y dado que su representante era de aquí Pedro San Juan empieza a conocer El Puerto de Santa María y enamorarse de la Ciudad, afincándose en 2004 en nuestra Ciudad. En 2011 se casa con la porteña Manuela Monje Vidal que trabaja como directiva en la cadenas de hoteles Valentínl, hija de Domingo Monge Reinado y nieta del conocido practicante Domingo Monge Atalaya. Tienen una hija nacida el 1 de enero de 2013.

Quiere abrir, antes de que empiece el verano, un nuevo concepto de hostelería en El Puerto ‘A la vera’, en el local que fue primero ‘El Tambuche’ y luego ‘Levante’ en la Avda de la Bajamar. Pedro pertenece a varias sociedades gastronómicas del norte de España y quiere entroncar el sistema con la hostelería portuense, en una especie de mestizaje riojano porteño. Pretende traer el espíritu de la calle logroñesa ‘Laurel’ una calle de mucho ambiente por las tapas, a El Puerto.

En la imagen, acompañando a la embajada promocional de El Puerto de Santa María en Logroño, durante la presentación de la Feria 2013 dedicada a Logroño, con el presidente del Consejo Reguladore DO La Rioja, Victor Pascual, en la sede del citado organismo.

Pertenece a las sociedades gastronómicas riojanas ‘La Becada’, ‘El Olivo’, ‘El Círculo Logroñés’, y en El Puerto a la caseta de feria ‘El Binomio’

Bo Derek y Ana García Obregón, posando durante un descanso de la película Bolero, entre las botas de Bodegas Terry. 3 de mayo de 1983. /Foto Rafa

Bo Derek es en Bolero una turista americana de los años veinte que recala en Andalucía atraída por el mundo de los toros. Conoce a una gitana (Ana García Obregón), adjudicada como novia desde pequeña a un rejoneador (Fabio Testi). La americana acaba enamorando y enamorándose del torero e incluso pretende llegar a ser rejoneadora.

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El Hidria Segundo quiere volver a casa. Lleva ya tres años fuera del puerto de O Grove (Galicia) y, según explica uno de sus propietarios, Jacobo Costas Otero, «xa temos morriña». Actualmente están en El Puerto de Santa María, en Puerto Sherry, en la zona de yates de grandes esloras, donde han decidido poner en marcha una campaña a través de Internet que les permita recaudar los fondos suficientes para volver a casa. Ese es su primero objetivo, pero no el único. Los dueños de este emblemático barco tienen en mente un sinfín de proyectos para que el Hidria vuelva a funcionar y sea patrimonio de todos.

BUSCAN FINANCIACIÓN.
Encontrar el dinero preciso para volver a casa es el primero objetivo de Jacobo y de su mujer, María José Otero Castro. Según explican en Facebook precisan sobre unos seis mil euros para poder llenar los depósitos, poner la embarcación a punto y pagar a los tripulantes. Para lograr esta cantidad, han decidido recurrir a un novedoso sistema que ofrece Internet. Se trata de una web en la que se presentan los proyectos. Primero precisan conseguir un centenar de votos para sacarlo adelante. Después en esta misma web la gente puede hacer donativos y colaborar de la forma que lo desee. El que ayude debe saber que, a cambio, podrá utilizar y disfrutar de ese museo que es el Hidria.

VISITAS Y EXPOSICIONES.
Según figura en la web, www.lanzanos.com, el que colabore con el regreso del Hidria a Galicia podrá conseguir a cambio visitas o permiso para organizar una exposición en el interior del barco. Por ejemplo, el que done diez euros recibirá diez visitas individuales a la sala de máquinas y a una colectiva. El que done veinte podrá pernoctar una noche y cenar con los armadores. Cuarenta euros permiten pasar un día en pensión completa en este vapor. Y por aportaciones de entre cien y quinientos euros se pueden presentar proyectos y organizar exposiciones en el interior del barco. Todo un lujo. (Texto: M. Alfonso).

LA HISTORIA.
El vapor Hidria Segundo se rescató de un desguace en el año 1997 para convertirlo en un buque museo y buque de pasajeros. La restauración nos llevó 9 años y tuvimos que cambiar nuestras vidas vendiendo todo lo que teníamos. No nos arrepentimos, lo conseguimos. Pero ahora necesitamos el apoyo de todos vosotros para poder volver a la tierra a donde pertenece, a Galicia.

Sesé Castro Otero, una de los armadores del Hidria Segundo.

LOS ARMADORES.
Jacobo Costas Otero y yo somos los armadores del vapor Hidria Segundo. Es el único barco de vapor que todavía funciona en España. Lo recuperamos de un desguace en Vigo y tardamos 9 años en conseguir que se convirtiese en un buque museo y en buque de pasajeros. Trabajamos en Galicia durante unos años y luego la mala suerte y la falta de apoyo de ningún tipo hacia este tipo de embarcaciones por parte de las instituciones hizo que acabásemos lejos de nuestra tierra y con pocas posibilidades de volver. Creemos que el "Patrimonio Marítimo" debe estar donde le pertenece, en donde nació o trabajó. En España todavía no tenemos una ley que ordene y proteja el Patrimonio Maritimo a flote, por eso el intentar hacer rentable su explotación como museo o atracción turística teniendo en cuenta los gastos que ocasiona la varada y mantenimiento de estas embarcaciones antiguas lo hace imposible. Nosotros seguimos luchando y esperando que un día nuestros gobernantes se den cuenta de que facilitando la supervivencia de estas embarcaciones ganamos todos. Hemos decidido por lo tanto volver a Galicia y si puede ser a Vigo, puerto en el que nació y desarrolló su trabajo como aljibe, suministrando agua de manantial a mercantes y trasatlánticos a vapor hasta principios de los años 90. Una vez volvamos formaremos una Asociación que gestione los gastos mínimos de mantenimiento del barco y actividades acordes a un buque museo a vapor. Esperamos que compartiendo el uso y gastos de mantenimiento del barco entre muchos apasionados de la cultura marítima podamos llevar adelante este sueño. ¡ Hagamos que nuestro sueño sea el sueño de muchos ! Muchas gracias. (Texto: María José Otero Castro).

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Este es un viejo dicho portuense que estuvo en uso, aunque en sus últimos estertores, hasta los años 60 del pasado siglo. Supimos de él por un testimonio de Antonio Alcalá Galiano (1789-1865), el viejo liberal romántico gaditano que en su Recuerdos de un anciano (1864, nota 5 del capítulo IX) dejó escrito: “Palmar llaman en Andalucía a ciertos terrenos incultos que allí abundan, y deben su nombre a estar llenos de palmas enanas que no sé cómo deben llamarse, pues aunque soy en extremo aficionado a árboles, plantas y flores, ni sé de ello lo que sabe no ya un botánico, sino acaso el jardinero u hortelano más tosco y rudo. Este Palmar del Puerto, teatro de la hazaña de O’Donnell y Saarsfield [en 1819, ver nótula 1435 en GdP], tiene cierta fama. Cuando en los pueblos de la Andalucía baja, vecinos a la costa, se habla de una persona de mucha edad, y quiere ponderarse su vejez, es común decir de ella que tiene más años que el Palmar del Puerto.”  /En la imagen, Antonio Alcalá Galiano, retrtado por Vicente Esquivel.

Este paraje, el Palmar de la Victoria (del convento de la Victoria), situado a la salida de El Puerto a ambos márgenes de la avenida de Jerez, hoy está plenamente urbanizado, perdido en su naturaleza. Desde mediados del siglo XIII, tras la conquista alfonsí de la aldea andalusí de Al-Qanatir, fueron terrenos baldíos de los Propios de la ciudad, y en las zonas inmediatas a los meandros de la madre vieja del Guadalete, de fértiles huertas durante el Medioevo y la Edad Moderna, alimentadas también por dos arroyos (uno de ellos el que en el siglo XVIII llamaban arroyo de la Vidriera).

Aquí se levantó en el XVI una fuente que sería reparada o reconstruida a mediados del XVII, correspondiente a la conducción de aguas que desde La Piedad suministraba a El Puerto. Huertas del Palmar a las que acudió varias jornadas, para solazarse y cazar pájaros, Felipe V y la familia Real en el verano de 1729, recién incorporada la ciudad a la Corona.

El Palmar hacia fines del S. XVII: fuente de la conducción de La Piedad y meandro de la Cantera del Palmar. (Detalle de acuarela del Archivo Ducal de Medinaceli).

A la izquierda del camino de Jerez (en el acceso a un conocido centro comercial) se habilitó en 1861 un cementerio protestante, que fue salvajemente arrasado en 1990. En su entorno se celebraron las Ferias de Ganados entre 1871-1916 y 1945-1965 (nótula 276 en GdP), y al margen derecho (bodega El Tiro) se estableció durante el último tercio del XIX un hipódromo y en 1912 el Tiro de Pichón, activo hasta 1964 (nótula 1087 en GdP).    

Tiene más años que el Palmar del Puerto…, decía Alcalá Galiano. Viejo dicho cuyo origen puede tener, a nuestro juicio, dos significados. El más explícito, que haga referencia a la antigüedad del terreno como parte de los Propios de la ciudad desde el siglo XIII. Pero extraña que esta circunstancia, aplicable a otros espacios del término, diese  nacimiento al dicho. ¿Por qué no más antiguo que las playas del Puerto, o que el Egido del Puerto, o que el Castillo de San Marcos...? Marcar como rasgo de vetustez  la antigüedad de un espacio geográfico en concreto parece un argumento poco consistente. Su origen debe ser otro, aunque en tiempos de Alcalá Galiano probablemente ya se hubiese olvidado. Más lógico parece relacionar la sentencia con una obra artificial de origen remoto o incierto.

¿Pero qué pudo existir de antiguo en El Palmar para que diese origen al dicho? La respuesta la encontramos mientras elaborábamos nuestro libro El Puerto Gaditano de Balbo (ed. El Boletín, 2013 ver nótula núm. 1623 en GdP).

En un folleto editado en Jerez en 1648 (Discurso demostrable en desengaño de las causas que dieron motivo a abrir la comunicación de el Salado al río Guadalete) leímos una relación donde se nombraban los bajos (la colmatación y elevación del fondo de un río –o del mar- que impide o dificulta la navegación) que por entonces tenía la madre vieja del Guadalete entre El Portal y El Puerto y que tanto, hasta hacerla imposible, dificultaban la navegación: El Granadillo, Puerto Franco, La Isleta, Sidueña o La Cantera Vieja, El Carrizal, La Esparraguera, La Cantera del Palmar, Las Salinas y el del Puerto.

La Cantera del Palmar…, de la que dice el folleto: “El séptimo bajo es la cantera del palmar, es bajo de piedra viva en partes, y en partes de montones de piedras, y dura por tradición la memoria que estas piedras las juntaron los antiguos Romanos y Turdetanos, para hacer arrecife aquel paraje”. Es tan explícita y contundente la mención a la antigüedad de las piedras, que damos por bueno su encuadre cronológico: estamos ante una obra de romanos en el curso de la madre viejadel Guadalete a la altura del bajo de la Cantera del Palmar. Pero su origen y función es asunto difícil de solventar, por lo que nos limitaremos a puntualizar algunas cuestiones:

-La mención del lugar como cantera no hace referencia a una cantera natural de extracción de piedra,  porque  en  El Palmar nunca hubo piedra natural que extraer, sino que alude a un espacio donde el hombre acumuló muchas piedras para un determinado fin. Es el mismo caso que el cuarto bajo citado, Sidueña o Cantera Vieja, que nombra a los cimientos de las ciudades que conforman el yacimiento arqueológico del Castillo de Doña Blanca, cantera antrópica que otros documentos también llaman, ubicándola en relación a las canteras-cuevas de la Sierra de San Cristóbal, la cantera de abajo.

Fotografía aérea del año 1956. Hemos señalado la zona donde estaría la Cantera del Palmar, así como marcado con puntos el antiguo recorrido de la Madre Vieja del Guadalete.

-La estructura se formó con piedra viva –mezclada con tierra o aluviones- y con acúmulos de piedras superpuestas sin trabazón. Y dice el texto que la obra se hizo para hacer arrecife aquel paraje. Aquí ha de entenderse arrecife como sinónimo de bajo marino o fluvial, es decir, la disposición artificial de un entramado de piedras que cubre el nivel de las aguas.

-El propósito de la obra lo desconocemos, pero cabe pensar, al menos, en tres finalidades. Pudiera ser un dique de contención –los aggeres romanos- ante las avenidas del río; pero de ser así, ¿para qué en este lugar?, distante del núcleo central del Portus Gaditanus en el entorno del Castillo de San Marcos. Otra posibilidad es que se tratara de una obra de canalización vinculada directamente a la formación artificial de la actual desembocadura del Guadalete por Balbo el Menor hacia el año 19 antes de nuestra era, de lo que tratamos en el libro referido. De ser así, dos posibilidades contemplamos: Si, como creemos, en época romana la madre vieja del Guadalete pasaba a espalda del Coto de la Isleta por terrenos de marisma y caños, durante las crecidas y las avenidas el ímpetu de las aguas debió de ser considerable, por lo que tal vez fuera precisa una pantalla artificial que disminuyese la fuerza del caudal. O quizás la estructura fuese una cortadura del río que desviara el curso natural hasta unirse a la boca abierta por Balbo o al principal emisario del Guadalete, que hace dos mil años era el San Pedro, que desembocaba en las inmediaciones de Puerto Real. La tercera finalidad que planteamos

Plano de 1750 Servicio Geográfico del Ejercito.

–y es la que intuimos como la cierta- es que la estructura pétrea correspondiera a un dique dispuesto desde tierra firme hasta el curso del río para servir de embarcadero. Siendo así, se trataría de un muelle anterior al habilitado por Balbo, utilizado en los comienzos de la romanización –principios del siglo II a fines del I a.C.- por los asentamientos rurales y alfares próximos para el embarque de la producción agrícola de la campiña frontera. Invita a esta hipótesis su ubicación en una ensenada natural a espalda de la barra del Coto de la Isleta, entorno que hace dos milenios debía estar surcado, junto al curso de la madre vieja del Guadalete, por caños mareales abiertos en las marismas, como los hoy existentes junto al curso del San Pedro. (En las inmediaciones del convento de la Victoria se exhumaron numerosas ánforas republicanas, algunas depositadas en el Museo Municipal.)

Así pues, el origen del viejo dicho que nos transmitió el gaditano Antonio Alcalá Galiano habría que vincularlo, a nuestro juicio, a una obra antrópica, probablemente la aludida en 1648: “...y dura por tradición la memoria que estas piedras las juntaron los antiguos Romanos y Turdetanos, para hacer arrecife aquel paraje”. Seguramente, el embarcadero republicano que existió antes de que Lucio Cornelio Balbo, el Menor, fundara el Portus Gaditanus, que es decir El Puerto de Santa María. (Texto: Enrique Pérez Fernández – Juan José López Amador)

En estos días, cuando se cuestiona el orígen de los Reyes Magos, recordamos que hace 12 años, los humoristas gráficos de ‘El Mundo’ Idígoras & Pachi presentaron en El Puerto su libro  ‘Los 33 Reyes Magos’ en los últimos días de noviembre del –también apocalíptico, ya ven—año 2000. Esta es la crónica que hicimos de aquella puesta de largo monárquica.

Sinopsis: Aunque solo nos han llegado los nombres de Melchor, Gaspar y Baltasar, en realidad fueron 33 los Reyes Magos de Oriente que abandonaron sus palacios para seguir a la estrella. El rey Timoteo, el rey Blas, el Rey Humberto, el rey Roque y muchos otros no acabaron el camino por diversas razones a cual más disparatada, que se conocen en el cuento, el primero que los humoristas gráficos Idígoras y Pachi dedican al público infantil.

“Su Majestad el Rey está muy ocupado con las obligaciones de la corona, y no ha podido venir con nosotros a la presentación del libro, por lo que, esta noche nos acompaña un mago malagueño, Luigi, que seguro con sus ilusiones, nos traerá la magia de los niños que todos fuimos”, fueron las palabras con las que Idígoras y Pachi argumentaban el acto celebrado en el auditorio San Luis Gonzaga, en la presentación de su libro.

Abrió el acto el [entonces concejal de Cultura], Enrique Moresco, quién agradeció a los humoristas que escogieran El Puerto como segundo lugar de presentación de su nuevo libro ‘Los 33 Reyes Magos’, tras Málaga. El Teniente de Alcalde de Cultura se refirió claramente a la vocación cultural de El Puerto para acoger actos de este tipo, en una noche que transcurrió entre la magia, el buen humor y las carcajadas de un público que disfrutó con los humoristas gráficos de El Mundo y El Jueves.

Pachi & Idígoras, posando delante de sus personajes ¿de ficción?

Modesto Barragán, director territorial de Canal Sur Cádiz, introdujo el acto, con una semblanza de los autores, y la importancia que el auditorio en el que se encontraba supone para El Puerto, lugar en el que correteaba hace menos de un siglo el poeta Rafael Alberti, señalando que: “en esta ocasión no le vamos a pedir a los Reyes Magos que nos traigan regalos, sino que se los lleven, que cojan por la EPA las cifras del paro, que el pueblo de Moisés abra de par el Estrecho y que se queden con un palmo de narices las mafias del narcotráfico y que, los Magos, que lo consiguen todo, hagan que los hijos de... la Gran Bretaña se lleven el ‘Tirolés’, y que se queden fuera en las telebasuras de las cajas tontas, el himno de Tamara. Esta noche, Pachi e Idígoras, ya saben lo que es un día de Toros en El Puerto, y en esta Bahía, esta noche todos nos sentimos monárquicos por la gracia de la Navidad, gritando juntos: ‘Vivan los Reyes Magos, los 33’.”

Idígoras, quien hizo un detallado recorrido por la historia del humorismo en España a través de la literatura, el teatro y los tebeos, tuvo referencias para Muñoz Seca, de quién recordó la anécdota  en la que siendo preso político, dijo a sus captores: “Podréis quitarme mis bienes, mi vida, pero una cosa no podéis quitarme: el miedo que tengo”. Pinceladas sobre Lewis Carroll y su obra. Recuerdos a Ibáñez, Raf, Estivil, Schmich, o Vázquez. O a Mihura, Tono. Y su empeño por recuperar el humor de los tebeos, en un libro aunque infantil, para todos los públicos: “Seguramente la infancia no es la época más feliz, pero si es la única en que puede alcanzarse la felicidad pura”. Por eso la tenacidad es desconectar de los problemas de todos los días, con las tiras en prensa diaria: Arzallus, Gapar Zarrías, el submarino de Gibraltar, por eso desocuparon las neuronas de los problemas cotidianos y han editado su primer libro infantil.

El mago Luigi, quién recordó al también ilusionista portuense Juan Escolano, deleitó a los asistentes con sendas exhibiciones de mentalismo y escapismo con la colaboración del público y el propio Modesto Barragán, quién actuó como notario de los ejercicios del mentalista, dando fe como el  notario de la realidad que es.

Pachi, en un cuaderno de gran formato representó a personajes de la vida pública provincial y nacional, justificando su caracterización y el cuento infantil en el que los incluían: Rafael Román, presidente de la Diputación, como una hada madrina transformando una calabaza en un BMW. Pedro Pacheco, alcalde de Jerez como el Lobo de Caperucita Roja. Jesús Gil, alcalde de Marbella, como Caperucita con dos cestas/maletas con contabilidades A y B. Teófila Martínez como Pipi Calzaslargas, o el propio alcalde de El Puerto, Hernán Díaz, como Super Nán. (Texto: José María Morillo).

Según parece, el famoso escritor francés Alejandro Dumas (1802-1870) no pasó por Jerez [pero si estuvo en El Puerto de Santa María]. Así es al menos lo que se puede concluir si se lee su libro de viajes por España, De Paris a Cádiz, escrito entre 1847 y 1848. Aunque no llegó a pisar tierras jerezanas, las referencias a los vinos de la zona están presentes, no sólo en esta publicación de viajes sino en algunas de sus novelas más populares y conocidas.

De seguro que esta inspirada frase de Dumas, «Jerez, símbolo de la alegría y del espíritu español», pronunciada por él o puesta en boca de algún personaje de ficción nacidos de su imaginación recoge fielmente la percepción que tenían otros famosos paisanos suyos que disfrutaron de la magia de la Campiña y la Bahía de la provincia, como el pintor Gustave Doré y los escritores Theophile Gautier y Pierre Louys, entre otros.

En cambio, describe su paso por Sanlúcar y El Puerto de Santa María, otras dos de las poblaciones que conforman el actual Marco de vinos del Jerez, además de Cádiz, a donde le trae su itinerario desde Sevilla a través del Guadalquivir y el Guadalete.

En el grabado del siglo XIX podemos ver en el agua, el Vapor; a la izquierda la antigua Real Fábrica de Aguardientes y Licores, luego Aduana, s u lado el Resbaladero y detrás, el Castillo de San Marcos con otra configuración arquitectónica.

En los últimos capítulos del libro podemos leer: «El vino de Jerez se extiende por el mundo gastronómico desde El Puerto de Santa María. Ya conoce el famoso jerez, el jerez de los caballeros que tanto le gusta encontrar a don César Bazán junto al rey de los patés. Por eso El Puerto de Santa María es un verdadero lugar de peregrinación para los ingleses. El barquito de vapor que cada hora hace el recorrido de Santa Maria a Cádiz lleva en cada viaje, si no un cargamento completo, sí por los menos una buena muestra de gentlemen viajeros que, tras haberse detenido en Sanlúcar, quieren comparar el pajarete con el jerez».     

Pero Dumas ya conocía y apreciaba el jerez antes de probarlo en su mismo origen. Al menos así nos lo hace saber por boca de algunos de los aristocráticos personajes de su novela, El conde de Montecristo (1844): "...votre vin d'Espagne est excellent" (vuestro vino de España es excelente). Igualmente, va a estar presente en otras tres de sus obras, en las que queda patente que el jerez era muy conocido en otros períodos de la historia de Francia. (Texto: José Luis Jiménez García).

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