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La historia de este Gran Puerto de Santa María está hecha a base de montañeses. Si no, repase Vd. el Libro del Repartimiento de Alfonso X, por cierto publicado hace escasas fecha en una edición escrupulosa del Catedrático de Historia Medieval de la Universidad de Sevilla Manuel González Jiménez.

Habrán habido, en el tiempo avalanchas de genoveses, de flamencos, de franceses, de irlandeses... pero el germen de la demografía portuense ha sido siempre montañesa. Aquello es Castilla pura, es la mar de Castilla. En todas las épocas esta Baja Andalucía ha sido un atractivo para los montañeses y ya sea de chicucos, ya sea de comerciantes, cualquiera de ellos, escarbando un poco tenían unas ejemplares y claras ejecutorias de hidalguía, cuando no de nobleza. Todos.

Maximino era montañés. Maximino Sordo Díaz (Trescudia, Camijanes, 1912-El Puerto, 1982) no se llamaba Maximino, sino Luis-Maximino. La verdad es que poca gente lo sabía. Entre ellos mi padre, Luis, yo, Luis, ambos de San Luis IX, Rey de Francia, el 25 de agosto, felicitábamos a Maximino en su día y a una señora, Luisa , Aquino Arnosa, viuda de Quijano, que también celebraba ese raro santo de agosto.

El restaurante 'El Resbaladero' o 'Resbalón', a la izquierda, en la década de los 30 del siglo pasado, con el castillo de San Marcos sin la  restauración a la que lo sometió Hipólito Sancho.

El abuelo de Maximino, Mateos Sordo, ya recaló por aquí en el último tercio del XIX y trabajó en "La Vega", en Jerez. El padre, Francisco Sordo también, aunque luego se fue a la Montaña para casarse y no volvió sino para ver a sus hijos Maximino, Ángel y Cosme que se vinieron a El Puerto, a "Las Mellizas". Maximino tomó "El Resbaladero" en el 36, un restaurante que tenía una honda tradición marinera, andaba en boca de todo el mundo e incluso en páginas escritas por Pío Baroja o José Navarrete.

Bar 'Las Mellizas', actual Bar Vicente.

En el 37, Maximino marchó a El Arrudo y se casó en Vielba con su novia Feliciana de la Torre y se volvieron a El Puerto. En el 41 amplió su negocio con "La Fuentecilla" y algo más tarde tomó el "Bar Central".  Su imperio fue ampliándose con el Tiro de Pichón, con el Club "El Buzo" y el Club Naútico, en El Puerto o con la caseta del Casino Nacional en Jerez. Además tuvo un catering acreditadísimo para bautizos, primeras comuniones, bodas y cualquier otra celebración.

Fachada del Restaurante El Resbaladero, con toldos y mobiliario antiguo. /Foto: Neto Anelo.

Barra y estanterías bien provistas de El Resbaladero.

Cuadro de 'El Resbaladero', pintado por Juan Lara. La polémica de aquel cuadro la hemos contado en GdP en la nótula núm. 670.

Imagen del comedor nuevo del Resbaladero.

En los sesenta, El Puerto comenzó a expandirse y se establecieron otros, de modo que el casi monopolio de Maximino empezó a resentirse. Se decía por aquellos entonces:"El Caballo Blanco, el Cangrejo Rojo, El Candil Verde y... Maximino Negro". (Texto: Luis Suárez Ávila).

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Ana Delgado Ramos nació hace 77 años, en 1934. Eran cuatro hermanos.  Estudió interna en un colegio en Cádiz, junto al Hospital de Mora: había que quitar una boca que alimentar en plena posguerra. Su padre trabajó en Jerez, en una bodega, cuyo nombre no recuerda. 31 alcaldes ha tenido El Puerto desde que nació nuestra protagonista: 6 durante el Frente Popular; 19 durante la Rebelión Militar, la Dictadura y el Postfranquismo y 6 durante el actual periodo democrático.

1934
El año del nacimiento de Ana, nacen también Juan Muñoz Aparicio, jefe de taquillas de la Plaza de Toros y Luis Caballero Florido, presidente de honor de Bodegas Luis Caballero. El Ayuntamiento estuvo presidido por tres alcaldes, desde junio del año anterior hasta marzo, por Francisco Cossi Ochoa; de marzo a Octubre, por Francisco Tomeu Navarro y, desde octubre hasta enero de 1936 por José Luis Macías Caro, padre de Luis Macías Rubio.

Hipólito Sancho (en la imagen de la izquierda) publica «La Iglesia Prioral del Puerto de Santa María y Antón Martín Calafate». Pedro Muñoz Seca estrena «Mi chica», «¡No hay no!», «La Eme», «El Escándalo» y «El Ex». Alberti publicará, ese año, ‘Bazar de la Providencia’ y ‘La farsa de los Reyes Magos, dos farsas revolucionarias’ y funda junto a su esposa, María Teresa León, la revista revolucionaria ‘Octubre’ e iniciará una gira por diversos países americanos.  La vía pecuaria ‘Colada del Cementerio’ fue deslindada y amojonada los días 14 y 15 de marzo de 1934. El Maestro Dueñas es destinado a hacer el servicio militar en El Puerto. Agrupaciones carnavalescas de El Puerto participan en el Carnaval de Isla Cristina (Huelva).

La primera pata concedida como trofeo taurino fue entregada en 1934 a Vicente Barrera Cambra (en la imagen de la izquierda) que cortó, además dos orejas y rabo y toreó junto a Rafael ‘el Gallo’ y Juan Belmonte. El Teatro Principal, cerró sus puertas durante la Semana Santa, reabriéndolas el sábado de Gloria, con la película ‘Melodías de Arrabal’, en la que intervenía Carlos Gardel junto a Imperio Argentina. El Ayuntamiento, creemos que en el último trimestre del año, acordó que fueran días festivos locales, las festividades religiosas del Corpus, la Virgen del Carmen y la Virgen de los Milagros.  Se crea el ‘Pósito Marítimo y de Pescadores’, siendo su primer presidente José Poquet Cabrera, entidad antecesora de la Cofradía de Pescadores.

Una antigua imagen del Mercado Municipal realizado con el material de derribo del Convento de los Descalzos (actual Plaza de Isaac Peral).

MERCADO DE ABASTOS.
Ana lleva 56 años vendiendo camarones en la Plaza, en el entorno del Mercado de Abastos, desde los 20 años. Y continúa a sus 76 porque, ya sin paga desde los 70 años al no tener hijos dependientes, no alcanza con la jubilación de su marido: Joaquín Lara Pino (80 años), con quien tuvo 8 hijos «--y dos abortos», se apresura a precisar, además de 9 nietos y 3 bisnietos. Joaquín trabajó en muchos sitios: estuvo embarcado, emigrante en Alemania, al principio de las obras en la Base Naval de Rota, en el campo...

Camarones vivos y saltando

Los camarones que vende, vivos y saltando antes en un canasto, hoy en una moderno recipiente de polímero azul, los cogía antes Joaquín, su marido. Hoy, dada su elevada edad, son sus hijos los que surten a Ana de la materia prima y se los paga, «--Ellos también tienen que dar de comer a sus familias», añade.

Ana, el pasado Miércoles Santo, en plena faena de venta.

Y en la plaza, esta menuda mujer aún tiene voz para lanzar su pregón: «--¡Venga niño: camaroncito vivo!». Paga al ayuntamiento según los días que tenga el mes, que viene a ser una media de cincuenta euros mensuales. Y vende con dos medidas diferente de cristal, la cantidad estipulada, para tortillas, para cocerlos e incluso para cebo vivo para los pescadores, ofreciendo a quien se lo pide, recetas de como cocinarlos.

Hace un mes, un matrimonio americano le pidió permiso para que su hija pequeña se fotografiara con Ana, avisándola de que aquella imagen se colgaría en una de las paredes de su restaurante, a su regreso tras las vacaciones. Y ahí sigue Ana, en la Plaza, en invierno y en verano --sufriendo corrientes de frío y golpes de calor-- recordándonos con su presencia que antiguas formas de subsistencia siguen vigente en pleno siglo XXI. (Texto: José María Morillo).

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Manuel Moreno Simeón, nació el 30 de octubre de 1938 en el Hotel ‘Vista Alegre’ propiedad de sus padres, asistido en el parto por el Dr. Francisco Muñoz Seca, siendo el tercer hijo del matrimonio formado por Manuel Moreno Moreno y Bella Simeón Rodríguez: Rosario (Charo), Bella (Belli) y Manuel (Lolo).

La abuela materna de Manolo, Rosario Rodríguez, madre de Bella Simeón, fue una notable empresaria, propietaria entre otros del Hotel Vista Alegre, Hotel París, Restaurante La Puntilla, Balneario de Fuente Amarga (Chiclana), Hotel Vista Alta (Córdoba) y Hotel Emperador (Sevilla).

Anuncio del Bar-Restaurant La Puntilla, a cargo del Hotel París, propiedad de la abuela materna de Manolo, Rosario Rodríguez. Almanaque de Verano 1927.

1938
Ese año nacían en Roma y Atenas, cunas de la civilización de occcidente, Don Juan Carlos I y Doña Sofía, reyes de España. Era alcalde  de El Puerto Antonio Rives Brest. Se estrenaban las películas ‘El barbero de Sevilla’ de Benito Perojo, ‘Carmen, la de Triana’ de Florián Rey. Rafael Alberti publica ‘El Burro Explosivo’ y ‘Poesías (1924-1937)’. Desaparece la Revista Portuense. Se remodela y crea la Plaza de Cristobal Colón. El primer gobierno ‘nacional’ de Burgos, reconocido por el Vaticano ese año, por medio del ministro del Interior, declaraba días festivos con carácter oficial en el territorio ‘nacional’, el jueves y viernes santo..

Anuncio de 'La Antigua de Cabo', en el Almanaque Comercial de 1930. 11 años mas tarde pasaría a ser propiedad de la famiia de Manolo Moreno.

CUATRO VIVIENDAS SINGULARES.
La familia Moreno Simeón vivió a lo largo de los años dentro de los diferentes negocios de hostelería que gestionaron, y que tan buen recuerdo han dejado en la memoria de los porteños (no es de extrañar, así, la vocación hostelera de Manolo): el Hotel ‘Vista Alegre’, que daba a las calles Micaela Aramburu, Guadalete y Bajamar. A partir de 1941 el hogar familiar sería en ‘La Antigua de Cabo’, en la calle Ganado, año en el que se hacen cargo de dicho establecimiento que estaba junto al comercio de Moresco y Salvatierra. Y en 1947, contando Manolo 9 años, en la ya desaparecida Venta ‘El Chorizo’ --hoy solo queda el pozo--, en la Avenida de Jerez, donde Bodegas Terry construiría unas modernas naves bodegueras y que, en la actualidad se ha reorganizado en calles para la construcción de la futura urbanización ‘Bahía Blanca’, junto a la casa del Pico San José. Por último, la familia viviría en la Ribera del Marisco, en la vivienda del primitivo ‘Échate Pa’yá’. /En la imagen, con su familia, de izquierda a derecha, Manolo, Lolita Gil de Reboleño, su padre Manuel Moreno, su madre Bella Simeón, la Tata María, sus hermanas Belli, Charo y la perra 'Linda'.

Avda de la Bajamar, el desaparecido Hotel Vista Alegre, hotel de toreros, donde hoy se encuentra el edificio del mismo nombre, que alberga en sus bajos de cara al río el ‘Bar del Puerto’ en la esquina con la calle Guadalete, que es la que se muestra. /Foto Colección Vicente González Lechuga.

LA COCINERA PIANISTA.
Un día, estando la madre de Manolo, Bella, en la cocina, llegó a comer una familia bastante pudiente. Nada más entrar vieron el piano, un Ronisch y preguntaron que a quien pertenecía. Cuando les contestaron que era de la cocinera, se echaron a reir y pasaron al comedor. Cuando la madre de nuestro protagonista terminó sus quehaceres en la cocina, salió a tocar el piano y, al escuchar la música, la familia salió del comedor a ver quien era el que tocaba tan magnífica pieza, el ‘Improntu’ de Chopin. No salían de su asombro al ver que era, en verdad, la cocinera la que, tan magistralmente operaba entre los dientes de marfil de aquel piano.

VENTA EL CHORIZO.
Nuestro protagonista recuerda, con nostalgia, a un caballo que le regaló su padre: ‘Chico’, de mediana estatura, hijo de un semental de las caballerizas de Terry llamado ‘Arnaig’. Era un potro muy listo, pero con mucha malas ideas. El pequeño Lolo iba todas las tardes de verano a montar con su caballo por la zona de Las Beatillas. Al llegar amarraba a ‘Chico’ con una cuerda y un clavo grande al suelo y disfrutaba de otra de sus pasiones: leer. Una tarde ‘Chico sacó el clavo del suelo con la boca y se marchó de vuelta a casa. Cuando Manolo se dio cuenta no le quedó otra que volver a la Venta El Chorizo andando. Al llegar a casa, allí estaba ‘Chico’, tan contento, en su cuadra. /Manolo y su entonces novia, Lolita Gil de Reboleño, a caballo en la Feria de Primavera.

ÉCHATE PA’YÁ.
Cuando el padre de nuestro protagonista, Manuel Moreno Moreno regentaba el ‘Échate Pa’yá’, una de las tapas estrellas, aparte del Txangurro, era la tortilla de camarones. Y siempre se producía el mismo rito cada vez que le pedían una: al entregarla al cliente decía: “Al que encuentre un camarón, le regalo un televisor en color”.

ESTUDIOS.
A los cinco años su madre lo inscribió en el colegio de las Carmelitas. Con ocho pasó a La Pescadería (San José y San Estanislao), donde permanecería hasta segundo año de Comercio. También, con ocho años, empezó los estudios de Solfeo y Violín en la Academia de Bellas Artes, recibiendo clases particulares de mano de Ramón Zarco, hijo de Doña Virginia Hernández. También estuvo en el Instituto Santo Domingo, hasta que dejaría los estudios.

LA MÚSICA.
Durante los veranos, sus padres regentaron en Rota un restaurante denominado Bar ‘Sur’, en el cual por las noches tocaba una orquesta de Sevilla dirigida por el conocido para la época  Maestro Navarro quien, al ver las dotes musicales de ‘Lolo’ --así era como lo llamaban en familia-- quiso darle clases de solfeo. Y es que Manolo llevaba la música muy adentro. En cierta ocasión le regalaron una armónica y, sin nociones previas, terminó tocándola como si llevara haciéndolo toda su vida. A los nueve años ofreció un concierto de violín en el Salón de la Academia de Bellas Artes, la primera parte solo y la segunda acompañado por Merche Valimaña ‘Macaria’, con nótula núm. 047 en GdP, al piano. /En la imagen de la izquierda, el profesor de música Ramón Zarco Hernández /Foto: Academia Bellas Artes.

Su afición y amor por la música le llevaron a estudiar por su cuenta piano, con los tomos de música de su madre quien, además de ser una magnífica cocinera, fue una gran pianista, licenciada en Solfeo por la Facultad de Cádiz. Poco a poco, Lolo fue soltándose hasta el punto que el piano se convirtió en su gran pasión. En la actualidad, toca a diario en su casa.

PRIMER TRABAJO Y SERVICIO MILITAR.
Con dieciséis años trabajó en el Banco Central de la calle Larga y, con gran pesar, tuvo que dejarlo por enfermedad. Con dieciocho ingresa como voluntario en la Escuela de Especialistas del Aire de Getafe(Madrid), en donde permaneció seis meses; el año siguiente lo pasó en el Cuartel de Tablada de Sevilla.

Manolo, con bigote, a la derecha de la imagen, en su taller de efímera vida en la calle Diego Niño.

TALLER DE MOTOS.
Con 21 años, en 1962, se embarcó en su primera aventura empresarial, montando un Taller de Motos en la calle Diego Niño.  El negoció se fue a pique debido a que aunque vendió muchísimas motos de las marcas Ossa y Lube-Ren, él mismo respondía de las operaciones a plazos con las fábricas y no pudo soportar el déficit con la banca, sumado a que algún que otro cliente le dejó a deber facturas, lo que le llevó a tener que cerrar el taller viéndose obligado a contemplar la posibilidad de irse de emigrante a Alemania.

EMIGRANTE EN ALEMANIA.
Ese mismo año, 1962, consiguió un contrato de trabajo con la fábrica Brown Bovery, en Alemania y se marchó. La jornada laboral en esta empresa era por las mañanas, en una cadena de montaje de frigoríficos y por las tardes trabajaba un par de horas en un taller de motos. Era un trabajo que le gustaba, pero en invierno era imposible manipular bien la mecánica debido a las bajas temperaturas.

Con la orquesta 'Suspiros de España'.

Manolo, al piano, con 'Suspiros de España'.

De su estancia en Alemania el mejor recuerdo que conserva Manolo es  de cuando en el ‘Club de Españoles’ organizaron una orquesta a la que denominaron ‘Suspiros de España’. La dirigía un valenciano llamado Rodolfo que tocaba la trompeta, y la integraban un gallego al contrabajo, otro gallego al clarinete y al acordeón, Ascanio un cordobés de Cabra a la batería, José Luis un onubense a la guitarra y Manolo al piano y al violín.  Actuaban todos los sábados en el Club de Españoles y en algunas fiestas como bodas, bautizos y otros eventos en la Base Americana de Hanau am Main, ubicada en la región de Hesse, una población equivalente a El Puerto, con 88.648 habitantes.

El órgano de la catedral de Frankfurt en el que Manolo, por responsabiliad, se negó a tocar.

EL ÓRGANO DE LA CATEDRAL DE FRANKFURT.
En el Club de Españoles había un sacerdote que se hizo muy amigo de Manuel. Este cura sabía de los conocimientos y de la gran afición a la música que tenía Manolo, así que un día le pidió que fuera a tocar el órgano de la Catedral de Franckfurt. Manuel le preguntó al sacerdote cuales eran las características del instrumento musical, a lo que éste le respondió que normal, mas o menos como el que él tocaba en el Club de Españoles. Con mucho respeto y miedo Manolo terminó accediendo.  Al llegar el día señalado, el sacerdote y él llegaron a la Catedral, quince minutos antes de la ceremonia. Manolo se encontró con el Coro de la Catedral presente ante un órgano de varios siglos, cuyos tubos alcanzaban casi el techo. Le pidió al cura si podía ensayar un poco antes de empezar y éste le dijo que no había tiempo, que no se preocupara, que todo saldría bien. Empero, como persona responsable y respetuosa, Manuel decidió no tocar, pues la ceremonia podía pasar de lo solemne a lo ridículo, pensó.  Así que, Manolo, cogió la puerta de la Catedral, camino de la estación, se subió al tren y se marchó para el pueblo donde residía.

Panorámica de Zurich con torres de aguja de las iglesias.

ZURICH.
Aproximadamente al año de su estancia en Alemania, salió ardiendo la fábrica quedando completamente destruida. Ante esta circunstancia, Manolo pidió ser destinado en Zurich (Suiza), donde por aquel entonces trabajaban sus hermanas Charo y Belli, junto a sus maridos Carlos y Pepe. Allí permanecería por espacio de seis meses. Un fin de semana regresó a Alemania para resolver unos asuntos y comprobó que la fábrica ya estaba de nuevo en funcionamiento e ingresaría de nuevo por seis meses más, luego un periodo de tres meses otra vez en Zurich hasta su regreso definitivo a España.

REGRESO A ESPAÑA
En la frontera española vivió un sorprendente episodio: un cabo de la Guardia Civil le confiscó dos revisas italianas del Festival de Eurovisión dado que, al no entender el idioma, creyó que era propaganda marxista y lo tuvo retenido mas de una hora, hasta que llegó un superior que entendía el idioma y se arregló el malentendido. En total, estaría fuera de España algo mas de dos años.

DE MAQUINISTA A JEFE DE CANTERA
Al poco tiempo de llegar a España, se colocó en una compañía constructora, SATO  (Sociedad Anónima de Trabajos y Obras) como maquinista de una grúa alemana. Gracias a que un proveedor de la empresa, Javier Paz, sabedor de que Manolo tenía estudios, habló para que lo pasaran a oficinas y allí trabajaría durante un año. Ya casado lo destinan a San José del Valle como administrador de la cantera. Allí se encontraban, tanto él como su esposa, muy contentos, pero la llegada de su primer hijo, en marzo de 1966, le impide aceptar el nuevo traslado que le habían propuesto (Bilbao o Almería), por diversos problemas de salud de su primogénito, Manolín, y regresan a El Puerto.

Construcción de la Base Naval de Rota.

DE PEÓN A JEFE DE PLANTA Y DE TRANSPORTES.
Encontró trabajo en la Base Naval de Rota con la empresa Dragados en calidad de peón, pero al revisar su trayectoria laboral lo pusieron de encargado en una Planta Asfáltica y de Jefe de Transportes a los dos meses de empezar.  A los dos años  la obra de la Base en la que estaba la empresa donde trabajaba Manolo finaliza su contrata y Manolo decide comprarse un camión de transportes de construcción.  En Dragados le ofrecen trabajar en la autopista de peaje Cádiz-Sevilla como encargado de una Planta de Hormigón y de los camiones hormigoneros que surtían los trabajaos de la nueva vía.

LA SOLERA.
Al término de la obra del moderno vial, Manolo decide vender el camión y coger el traspaso del bar ‘La Solera’ en la calle Ganado, que por aquel entonces y desde la década de los cincuenta del siglo pasado pertenecía a la familia de su esposa, inaugurándolo con una nueva impronta en Agosto de 1972. Ver nótula núm. 858, Taberna ‘Los 48’ en GdP.

Con su hijo Ramón --también le ayudó Juan Carlos-- en plena faena en 'La Solera'.

En sus comienzos el bar empezó con pocas tapas, pero debido a la gran aceptación que tuvieron fue incrementando la lista. El bar empezaba a ser un establecimiento moderno. Manolo, con su incansable trabajo, buen hacer  y con la ayuda incondicional de Lolita, su esposa y más tarde de sus hijos, consiguió hacer de una tasca un bar de familia, donde los clientes se convertían muchos de ellos en amigos. Estaba especializado en hamburguesas caseras, pepitos de lomo, cordón bleu, chipirones a la plancha, menudo de Bella, croquetas de Carmela y un sinfín de especialidades que hicieron de La Solera uno de los bares de la época más conocidos de El Puerto, cuando las tapas elaboradas empezaron a ponerse de moda.

La recordada y popular hamburguesa de 'La Solera'.

LA HAMBURGUESA.
La receta original de la ‘Hamburguesa Casera’ y las ‘Mini Hamburguesas’, y muchas otras tapas formaban parte del Libro de Recetas familiar. En el caso de las hamburguesas, que eran filetes rusos empanados, nada habitual en la zona, la receta se remonta a su abuela materna, Rosario Rodríguez, madre de Bella Simeón, modernizada con los complementos al uso: ketchup de Conservas Sur, Salsa Picante o mostaza, además de tomate y cebolla, en un panecillo de horno local, nada de bollería industrial. Pasarían los años con Manolo al frente de La Solera, siempre innovando la carta, pero sin dejar de lado las tapas que le dieron el reconocimiento de bar de familia.

TARTAS QUADRO’S.
A mediados de la década de los ochenta del siglo pasado y sin dejar La Solera, comienza una nueva aventura empresarial, haciéndose distribuidor de tartas Quadro’s y dado su tesón y constancia llegará a serlo a nivel provincial. El problema surgirá cuando comprueba que empieza a bajar la clientela del negocio matriz: La Solera, abandonando le distribución y regresando, para dedicarse de lleno, al bar de la calle Ganado. Además, Manolo abrió La Solera II, frente al Ambulatorio de la Seguridad Social ‘Virgen del Carmen’, de efímera vida y nada especialmente destacable.

En febrero de 1994 Manuel sufre un infarto de corazón; en marzo le hacen su primer cateterismo y en junio le operan en el hospital Reina Sofía de Córdoba, donde el equipo del Dr. Concha con éste a la cabeza, le implanta un bypass. Tras una lenta recuperación, Manuel continuará en el bar hasta la finalización de los estudios de sus hijos, dando por finalizada su vida laboral y la del propio establecimiento como bar de familia, en septiembre de 2000.

LA FAMILIA.
Manolo se casa el 1 de mayo de 1965 --va  a hacer 46 años-- con su novia de siempre: 11 años estuvieron de novios, con María Dolores (Lolita) Gil de Reboleño Insúa; se conocía desde que él tenía 15 años y ella 13. Tienen tres hijos, dos de los cuales les han dado cuatro nietos.

Manolo y Lolita, con sus hijos con pocos años.

Tuvieron tres hijos varones, Manolín en 1966, que nació con Síndrome de Down, trastorno genético que por entonces --aunque la enfermedad estaba descrita en 1866, hasta 1958 no se descubrieron las causas que lo producían-- era poco conocido, así como su tratamiento. En la actualidad, el cambio de mentalidad de la sociedad han supuesto un cambio cualitativo positivo en sus expectativas vitales, aunque Manolín siempre ha sido la alegría de la casa y de toda la familia y amigos.

En una fotografía actual, el matrimonio con hijos y nietos.

Ramón Manuel fue su segundo hijo, nacido en 1969. Estudió Ciencias Empresariales y tiene Despacho como Asesor Contable, Fiscal, Mercantil y Tributario; tiene dos hijos, Ramón Manuel y Marina Victoria. Juan Carlos, su tercer hijo, nacido en 1974, estudió Medicina, estando especializado en Medicina Deportiva; tiene dos hijos: Juan Carlos y María Jesús.

Casa donde vivieron en la calle Luna hasta el año 2002. /Foto Mata. 2002.

Desde que tuvieron a su primer hijo vivieron en la calle Luna esquina con la Plaza de las Galeras, con unas vistas impresionantes del río Guadalete y el Parque Calderón, arriba del Bar La Garnacha, antes Bar Los Maera. En Diciembre de 2002 se mudaron a la urbanización El Ancla.   Allí viven Manolo y Lolita junto a su hijo Manolín. Como ya hemos señalado, Manuel toca el piano que tiene en el salón de su casa todas las tardes, lo que no se ha dicho es que lo hace por petición y para deleite de su hijo Manolín al que le encanta la música, toda la música, desde la clásica al pop, desde los carnavales a los villancicos, … de la mano de uno de los actores, de una parte importante de la reciente historia de la hostelería portuense.

Nuestro agradecimiento a Ramón Moreno Gil de Reboleño, quien con su inestimable concurso ha hecho posible la elaboración de esta nótula.

7

A Vicente Sordo Gómez, con mi amistad.

Es una inacabable algarabía,
donde todo es posible e inaudito:
desde la tapa insigne al numerito,
que vende silenciosa “La Alegría”.

Una alegre y flamenca bulería
en la barra ... Se bebe Fernandito
su quinto “valdepeñas”, como un rito
solemne, alrededor del mediodía.

Todo tiene un acento costumbrista:
en la puerta la foto de un artista
se cuelga del cristal, calladamente.

Y el tiempo que parece se ha quedado,
al pie de La Placilla ensimismado,
colgado en la pared del “Bar Vicente".

Todo tiene el sabor recio y añejo
de aquel Puerto de ayer, tan aldeano,
donde imperaba el trato campechano
no falto de sapiencia y de gracejo.

Baja de La Angelita el Puerto viejo,
campesino y sufrido, al par que humano.
Gesticula al hablar su recia mano,
dando al ambiente un aire de festejo.

“Los Dos Pepes” ayer ... Hoy, padre e hijo,
en un constante y cálido amasijo
de lealtad y servicio a sus clientes,

escriben, sin saberlo, lo que historia
mañana habrá de ser ... Que en la memoria
del Puerto han de quedar los “Dos Vicentes”.

Paco del Castillo.
3 de octubre de 2002.

Fotos: Bar Vicente

Mas información en Gente del Puerto.
014. BAR VICENTE. O Las Mellizas (el Rubio), o Los Pepes.
655. MANUEL GARCÍA GÓMEZ. El Tabique.

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Mario en la barra y Juan Carlos en la Cocina, regentan desde septiembre de 2005 el Bar Gonzalo, en la calle Micaela Aramburu. El establecimiento, donde se dan una excelente relación entre la calidad y el precio, ha unido a estos dos hermanos, profesionales de la hostelería, muy conocidos en El Puerto. Mario (41 años), 25 de ellos en hostelería, ha trabajado con anterioridad en el ‘El Otro Tendido’, Restaurante ‘Alboronía’ o el ‘Dinner 24h’. Su hermano Juan Carlos, de 39, conoce los fogones de Casa Flores, Club Náutico con Lastra, Puerto Sherry o el Centro Inglés.

Pocas cosas hay tan sencillas como unas zanahorias aliñás, pero en esa sencillez está la dificultad de hacer de una cosa de todos los días, una cosa extraordinaria como es el caso de este plato del Bar Gonzalo de El Puerto de Santa María. La verdad es que en este establecimiento bordan los aliños y si no te pides las zanahorias pues también están de maravilla las huevas o las papas alioli. Todo, además, se sirve en raciones generosas con lo que el tapatólogo se pone todavía más contento. /La pizarra con las especialidades del Bar Gonzalo, para aprenderlas de memoria.

Aliñosis extrapireñaica. La aliñosis, la ciencia que estudia los aliños, estudia este tipo de fenómenos en el que el vinagre de Jerez y la verdura tiene un papel fundamental. Cuando dentro de la aliñosis nos encontramos con un plato que no es de piriñaca, aún siendo aliño, se le considera extrapireñaica, como en este caso las zanahorias aliñadas.

Las afamadas zanahorias aliñás, con su mijita de comino y orégano.

Lo primero a elogiar en esta zanahoria es la textura de la verdura, ni blandengue ni durengue, en su punto y luego su mijita de comino, su mijita de orégano, el aceitito, sus buenos trozos de cebolla picá, el ajito, muy picao, muy picao, algo de perejil y el punto matemático de vinagre, que también es de artista. Juan Carlos  lleva aliñando este plato ya desde hace ocho años.

Cazón frito, sin adobar, fresco y con aceite de oliva extra recién repostado en la freidora.


Marrajo a la plancha, rodaja de tomate a la mitad y mahonesa, junto al aliño de aceite, ajo y perejil.

El arte extrapireñaico se lo enseñó el anterior dueño del establecimiento, Antonio Ganaza, con quien trabajaba. El Bar Gonzalo, que se abrió hace ya 43 años, está ahora regentado por los hermanos Juan Carlos y Mario Gómez Cuevas que además sirven joyas como la raya en tomate y, cuando lo hay, un poquito de cazón en amarillo. Otras tapas, como el cazón frito, el marrajo a la plancha, la caballa en adobo, el mero empanao o los chocos y los huevos de ídem fritos, entre otras exquisiteces, configuran la carta. El bar abre todos los días, excepto los martes. (Texto: Pepe Monforte).

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Alvaro Ramírez, que se ocupa de la administración del restaurante, junto a Pilar Vara de Rey y Ricard Vivas, que se ocupan de la cocina.

Álvaro Ramírez y Tomás Fernández de Córdoba estudiaban Administración de Empresas en Madrid. Cada vez que salían para la capital de España el coche llevaba un particular cargamento, una amplia selección de fiambreras con croquetas, albóndigas, gazpacho y otras exquisiteces que hacía para ellos Pilar Vara de Rey, la madre de Tomás.

Las comidas de Pilar llegaron a hacerse tan famosas que los compañeros de estudios de Álvaro y Tomás esperaban con verdadera inquietud a los de Cádiz para disfrutar de su cocina. Medio de cachondeo los dos siempre hablaban de que deberían poner un restaurante con las comidas de Pilar y al final la broma se hizo realidad en 2010 y abrieron en la urbanización Vista Hermosa, en el centro comercial, en el local que antes ocupaba Curro El Cojo, un establecimiento para comer en plan informal, a medio camino entre el bar de tapas y el restaurante. Y lo han abierto, además con Pilar al frente de los fogones junto al cocinero vasco Ricard Vivas Aguilar, y su marido Tomás Fernández de Córdoba Ybarra también implicado en el proyecto y muy atento “a la calidad, que nos preocupa mucho”.

Detalle de la decoración de Plato al Centro.

‘Plato al Centro’ es un sitio para disfrutar de los detalles. Todo está cuidado, muy cuidado. La decoración al estilo de los grastobares, líneas sencillas, muy luminosa con grandes ventanales a la calle. Fuera también una terraza, en total unas 150 plazas que se suelen llenar los fines de semana. La decoración es de Javier y Basilio Iglesias de BI Arquitectos. Ellos mismos realizaron las pinturas que decoran el local, de inspiración marinera.

Salón del restaurante, obra de Javier Basilio Iglesias.

LA INSPIRACIÓN.
Pero lo más interesante de ‘Plato al Centro’ está en la mesa, en la carta de platos y tapas en la que se juntan varios estilos. Por un lado cierta influencia vasca, de bar vasco incluso, fruto de la coincidencia en la cocina del donostiarra, aunque nacido en Cataluña, Ricard Vivas y también de los gustos de los propietarios. Pilar Vara de Rey señala que muchos de sus conocimientos se deben a Luis Irizar,, el maestro de la generación de cocineros que creó la nueva cocina vasca y con una escuela de cocina en San Sebastián, Koldo Royo o a Isabel Maestre, Premio Nacional de Gastronomía, muy conocida en Madrid y con un prestigioso obrador de catering y pastelería. Pilar ha recibido clases de estos maestros y también las ha dado. Ha vivido en distintos puntos de España y eso ha contribuido a la riqueza de sus conocimientos, aunque reconoce que siente por la cocina vasca una especial atracción. Pero Plato al centro tampoco olvida que está en la Bahía de Cádiz y también tiene creaciones de la zona con atún o con langostinos de Sanlúcar.

La pizarra con las propuestas de 'Plato al Centro'.

LA CARTA.
La idea es que se pueda comer de tapas, a 2,5 euros, o por platos o medias raciones que tienen un precio variable, aunque el precio para comer por persona puede situarse en torno a los 20-25 euros. Pero lo más curioso de ‘Plato al Centro’ es que cada plato tiene su historia. La carta la escribió un amigo de la familia, Jaime Pombo y cada propuesta va acompañada de un texto explicativo.

Así unos huevos fritos con patatas se apellidan con el nombre de Huevos Parva. Pilar señala que se los enseñó a hacer Manuel Amador, un torero de Albacete. Son unas patatas fritas, caseras y hechas al momento que se acompañan de un par de huevos fritos de granja, muchos de ellos de dos yemas, que se sirven junto a las patatas y partidos a trozos para que el comensal, ya en la mesa los pueda mezclar. Tienen también calamares fritos, aunque Pilar prefiere, cuando hay en el mercado que sean chipirones. El pescado lo compran, fresco, de una pescadería de El Puerto de Santa María. Los calamares también lo tienen “a lo pelayo” una fórmula muy típica de San Sebastián. Hay propuestas muy poco vistas en la Bahía de Cádiz como un rosbiff (carne asada al estilo inglés que se sirve en lonchas muy finas) o un plato de pasca fresca. El atún rojo de almadraba figura en varios platos como un tartar, un sashimi o un tarantelo preparado a la plancha. No faltan tampoco las famosas croquetas de Pilar que se llevaba su hijo para Madrid. Vienen en un surtido con las de jamón, las de pollo y las de queso. La carta se mantiene fija prácticamente al completo excepto algunos guisos del día que van variando.

Carne gallega conocida como 'de alta expresión'.

RICARD VIVAS.
Ricard Vivas, el cocinero de Plato al Centro, destaca que cuidan mucho la materia prima. Con 28 años y formado en casas de prestigio como Arzak, Mugaritz o Martín Berasategui, su máxima influencia ha sido la del restaurante Urola de San Sebastián donde ha estado 4 años trabajando. Allí aprendió el punto de las carnes y esta es la estrella de Plato al Centro, el chuletón de Buey gallego. Lo sirven en chuletones que tienen más de un kilo de peso. Tras asarse en la cocina del restaurante se sirve troceado y en plato caliente a los clientes guarnecidos con pimientos de piquillo. En ‘Plato al Centro’ se proveen de esta carne gallega conocida como “de alta expresión” por su sabor de la empresa vasca Cárnicas Luismi que se dedica a seleccionar cortes de vacuno de gran calidad y que es la misma que surte también al restaurante Urola o a Martín Berasategui (tres estrellas Michelín). En la carta ya se advierte en tono de broma que el plato “es para amantes de la carne en estado puro…abstenerse aficionados”.

Los huevos fritos con patatas bautizados como huevos Parva en Plato al Centro.

HUEVOS PARVA.
Existen muchos tipos de parejas y una de las más recomendables es la pareja de huevos fritos. La soledad de un huevo frito nunca es aconsejable, por eso siempre se recomienda presentarlos por parejas y con una buena fritá de papas celebrando el acontecimiento. En el caso de ‘Plato al Centro’ el fenómeno es aún más destacable porque muchos de los huevos que se emplean para este memorable plato son de los de dos yemas con lo que se puede mojar más pan y el disfrute es aún mayor. No es fácil hacer unos huevos fritos con papas. Sería la prueba de fuego para comprobar si alguien es un buen cocinero. Lo primero a destacar en estos huevos fritos es que las patatas, evidentemente hechas en el establecimiento, llegan a la mesa cucurruítas por fuera y tiernas por dentro y de corte pequeñito, no excesivamente gordas. Luego, los huevos, que llegan con la yema líquida en estado óptimo para mojar pan (in, in) y que vienen ya precortados con lo que es fácil mezclar todo el conjunto, proceso que resulta científicamente aconsejable en este caso. El único defecto del plato que preparan los cocineros del establecimiento Pilar Vara de Rey y Ricard Vivas es que tan sólo te ponen una pulguita de pan para el mojado y este resulta insuficiente dado todo lo que hay que mojar. (Textos y fotos: Pepe Monforte).

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‘Toros en El Puerto’, así reza el cartel inserto en el gran mural de la planta superior del restaurante madrileño ‘Taberna Viña P’. En su publicidad se anuncian como proveedores de Vinos Finos. (Foto: Adrián Morillo González).

En el número 3 de la madrileña Plaza de Santa Ana existe desde hace 40 años un restaurante de nombre 'Taberna Viña P'. En su publicidad habla de  cocina casera y Vinos Finos. Antaño era típico comer y después ver salir a los toreros del cercano Hotel Victoria. Es un lugar "con solera", según la cantante Rosario Flores, que ya frecuentaba de pequeñita, cuando sus padres --Lola Flores y Antonio ‘el Pescaílla’-- actuaban en el cercano tablao de Villa Rosa.

Sus paredes están adornadas con los carteles anunciadores de las diferentes corridas de la Feria Taurina, acumuladas junto a retratos de toreros, cantaores y artistas como la torera Cristina Sánchez, clienta asidua; el ganadero Victorino Martín o el genial guitarrista Paco de Lucía. Por Viña P han pasado todas las figuras del toreo español sin excepción, además de ganaderos, cuadrillas de subalternos, pintores de toreros, escultores, artistas del cante y el baile flamenco. Y últimamente vemos mucho al actor Fernando Conde, uno de los fundadores de ‘Martes y Trece’ que abandonó el trío en 1984.

En el restaurante no consiguen recordar el nombre del autor del mural donde se encuentra el cartel de ‘Toros en El Puerto’ que preside la planta superior del restaurante y que da paso a la planta sótano donde otra pintura de gran formato ocupa un testero. (Foto: Adrián Morillo González).

El diseño y la decoración del bar, que salvo alguna reforma sigue igual que entonces (estamos hablando de 1971, año de su apertura), corrió a cargo de Manuel García, quien en 1969 era decorador de TVE, cuando el ente estaba en el Paseo de la Habana. El jefe de decoradores era un tal Mariano y uno de los pintores se llamaba Bonifacio.  Su propietario, entonces y ahora, es José Luis Amieiro y, entonces como ahora mantiene una clientela fiel que disfruta de su cocina española, casera y tradicional y los camareros, castizos y algo bruscos.

El Hotel Reina Victoria, en la Plaza de Santa Ana, donde me hospedé hace 25 años. A la derecha de la imagen, la Taberna Viña P.

Desde hace algo así como 25 años suelo hacerles una visita a los hosteleros de la Taberna Viña P, siempre que puedo, cada vez que voy a Madrid. (JMM).

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En El Puerto nos hemos caracterizado por unir a nuestro nomenclátor de apellidos, los de muchos extranjeros que vinieron a engrandecer, con su esfuerzo profesional, a la Ciudad. Excepción hecha de algún neocolonizador, que también de éstos habitan entre nosotros. Durante 25 años justos –entre 1958 y 1983-, José Luis Kutz Muñagorri estuvo regentando el antigo Parador, luego Hotel Fuenterrabía, (que no Fuentebravía) uno de los establecimientos de alojamiento y restauración que brillaron como solitarias estrellas en la provincia de Cádiz en aquella España que todavía era cañí.

Una casa de la que salió la famosa “Tarta Imperial” de Pepe Mesa, y que ya es dulce típico de El Puerto, anterior incluso a la dirección de Kutz. ¿Qué contemporáneo de aquella época no se acuerda de los profesionales que allí fueron formados; del ambiente glamouroso vivido allí durante años, cuando el turismo empezaba a florecer en nuestro país; de los primeros tiempos del Casino Bahía de Cádiz, instalado provisionalmente en el Parador; y por supuesto de José Luis Kutz , su sonrisa, y su retranca madrileño-andaluza?

A pesar de sus apellidos, Kutz era madrileño de nacimiento. Vio la luz  circunstancialmente en 1919 en Madrid, hijo los vascos de Luis Kutz Igarzábal y Elvira Muñagorri Aguirrebarrena, siendo tres los frutos del matrimonio. Allá por 1840 y tantos llegó su familia a España, procedente de la Alsacia, en un carro tirado por bueyes, con todos los avíos para fabricar cerveza. Y ya para siempre, su familia estuvo entroncada con la hostelería y el turismo, incluso en la actualidad pues uno de sus descendientes, su hijo Fermín está ligado a la patronal de Hostelería HORECA, entidad de la que Kutz fue fundador y su primer presidente, habiendo pertenecido con anterioridad a la desaparecida HORECA Internacional, allá por 1950..

Vivían entre San Sebastián, Pamplona y Madrid, por temporadas. En San Sebastián su familia regentaba un Café Bar y tenían la Fábrica de Cerveza de Luis Kutz primero y luego Hijos de Kutz, así como el primer cine de la capital donostiarra. En Pamplona el Café Kutz en la famosa Plaza del Castillo donde hoy tiene el BBVA sus oficinas y en Madrid otro Café en el número 9 de la Gran Vía.

HEMINGWAY, CELA Y KUTZ.
El Café Kutz de Pamplona no existe en la actualidad. Ocupaba el local situado entre el Café Iruña y el Pasaje de la Jacoba. Inaugurado por Luis Kutz en el año 1912. Hemingway habitó su terraza en numerosas ocasiones, dejando constancia de ello en su libro Muerte en la tarde. José Luis Kutz, hijo del fundador de este café, rememoraba hace unos años sus recuerdos de las estancias del escritor norteamericano, destacando la imagen mítica que en los años cincuenta alcanzó este personaje entre sus compatriotas: “le veneraban, casi se arrodillaban ante su presencia.” Tras el fallecimiento de Luis Kutz el café pasó a manos de su esposa Elvira, quien con la ayuda de sus hijos Mª Luisa y José Luis, mantuvo abiertas sus puertas hasta el año 1961. Curiosamente entre los clientes del Kutz estuvo otro escritor que también llegaría a ser galardonado con el Premio Nobel de Literatura; se trata de Camilo José Cela, quien mantenía una buena amistad con José Luis Kutz, antiguos compañeros de estudios. Actualmente los locales que ocupó el Kutz acogen a una oficina bancaria del Banco Bilbao Vizcaya Argentaria.

Vista del Funicular que comunicaba la playa de Fuenterrabía con el Parador. En la imagen, Antonio y su sobrino Tomas Osborne Vazquez. (Foto: Colección V.G.L.)

Vista del Funicular; de pasajeros,  Ignacio y José Luis Osborne Vázquez. (Foto: Colección V.G.L.)

José Luis estudiará en Madrid en los Maristas y luego la carrera de Comercio entre Pamplona y Bayona (Francia) en castellano y francés;  el idioma vasco lo consideraban entonces un lenguaje ancilar, que no se transmitía a los hijos. Luego vendrá la Guerra Civil y, entre 1936 y 1942 realiza un prolongado servicio militar que finaliza en Alicante. Ese año fallece su padre y se hace cargo de los negocios familiares, empezando una vida laboral que concluye a su fallecimiento en octubre de 1992.

En 1947 crea la Cooperativa de Hosteleros de Navarra, siendo su primer presidente y la única que todavía funciona en la cornisa cantábrica. También formaría parte del Sindicato Vertical, siendo Jefe Nacional de Café Bares durante dos años. Se le entendía todo y no todo se podía hacer, por lo que lo dejó..

En Madrid llegará a regentar el Bar de la Embajada Americana y en San Sebastián la hostelería del Tiro de Pichón. Se casa en 1957 con Mónica Bruch Chapán, una francesa de Burdeos, con la que enn el viaje de novios estuvo recorriendo diferentes puntos del litoral español, y entre Ayamonte (Huelva) y Altea (Alicante) se decidió, tras dudar entre Huelva –que no había arrancado--, Málaga –que se había venido abajo-- y El Puerto por la ciudad que lo prendó para siempre: El Puerto de Santa María. Así escogió a El Puerto -¿o El Puerto lo escogió a él?- y ya vino a luchar por sus negocios, y por tanto por su Ciudad de adopción, innovando, experimentando, y luchando con la fuerza de tantos que han venido a hacer crecer a nuestra Ciudad.

Mónica y José Luis, en 1960, en el Parador Fuentebravía.

Visita del Gobernador Civil, Guillén Moreno, Santiago a El Puerto de Santa María con Portilo Ruiz, Luis (Alcalde de la Ciudad) saliendo de la Iglesia Mayor Prioral donde asistieron a una  Salve en la capilla de la Virgen de los Milagros. Además de los antes citados podemos distinguir a Osborne Vázquez, Joaquín, Pérez de Andrés, Anastasio; Rivas Rodríguez, José María; Salido Gutiérrez, Manuel; Puente García, José; Kutz Muñagorri, José Luis  a la derecha de la imagen. Año 1962.

HOTEL FUENTEBRAVÍA.
Afirmaba –y aquí dejaba caer su retranca- que la ubicación del Parador debía ser inmejorable, al estar situado entre la Residencia de los Jesuítas y la Base Naval de Rota: “--Si a la izquierda estaban los Jesuitas y a la derecha los americanos, era el mejor sitio del mundo”. Optó por el Parador de Fuenterrabía que arrendó con opción a compra a Antonio Sancho y Gloria Jiménez, opción que ejecutó casi de forma inmediata. En 1958 ya estaba instalado entre nosotros, siendo hasta 1962, año en el que se inaugura el Motel Meliá ‘El Caballo Blanco’, y un año después la ciudad de vacaciones ‘El Cangrejo Rojo’ los pioneros del nuevo turismo de El Puerto.

Vistas de la Playa de Fuenterrabía, desde el Parador. (1).


Vistas de la Playa de Fuenterrabía, desde el Parador. (2).

José Luis quiso que se respetara el nombre por el que era conocido ‘el Parador’, pero la negativa del ministro Arias Salgado, que no quería que se confundiese con la Red de Paradores del Estado, hizo que cambiase la denominaci´ñon a hotel. Lo que si consiguió Kutz fue que se cambiase la denominación a todo un paraje y a la playa, para no confundirla con la vasca Fuenterrabía (Ondarribia) y durante años hasta 1996 en el que recuperó su nombre original, estuvo oficialmente en mapas, señalizaciones, geolocalizaciones y denominaciones oficiales como ‘Fuentebravía’.

El Salón del Hotel Fuenterrabía.

Bar típico andaluz y marinero del hotel Fuenterrabía.

Aquel Parador que compró Kutz, aquel Hotel que logró hacer referente en el turismo de la Costa de la Luz tuvo una importante y singular cocina –ya nos hemos referido a Gloria Jiménez y Antonio Sancho como sus principales gestores—con la maestría de Mesa, que cocía las langostas en agua de mar e hizo famosa la Tarta Imperial, que hoy su hijo Pepe elabora artesanalmente en un obrador heredero de aquella tradición. Ver nótula núm. 242 de Pepe Mesa.

Jardín del hotel, con la araucaria que lo presidió durante tantos años.

El Hotel ocupaba tres parcelas: Fuenterrabía, La Palma y Suerte Real y pasó de tener 20 habitaciones a 90, con tres edificios. Una de sus frases preferidas en cuanto a éstas era que: “--Las habitaciones de hotel son como las naranjas, valen si hay o no existencias, valen si hay o no clientes”. A los empleados que estudiaban inglés en invierno los gratificaba.

José Luis, a la derecha, junto al alcalde Luis Portillo Ruiz, atiende al Obispo Auxiliar de Jerez, Monseñor José María  Cirarda Lachiondo, en la inauguración del tercer edificio del hotel, en 1967.

En enero de 1983 lo vendió a Patrimonio del Estado, en concreto al Ministerio de Defensa, para Residencia Militar, dada su proximidad con la Base Naval de Rota. De hecho se hicieron algunas obras en su interior, desestimándose con posterioridad dicho proyecto. El Puerto había perdido un hotel con solera ya que desde el Ayuntamiento no se adoptaron las medidas de preservar aquel suelo para uso hotelero, acabando convertido en viviendas y encareciendo el suelo y el acceso a las mismas, en una maniobra especulativa muy propia de los ochenta del siglo pasado. Lo que hubiera permitido el disfrute de muchos, como hasta entonces, ya sería de uso privativo.

Los tres edificios que conformaban el hotel, poco antes de su venta en 1983.

Fuenterrabaía y El Manantial, en la actualidad. (Foto: Jorge Roa).

PUNTA DEL ESTE (URUGUAY).
Hombre peculiar y original en sus planteamientos empresariales y laborales, había estudiado hacer una réplica del Hotel Fuentebravía en Punta del Este (Uruguay), desmontar el mobiliario, enseres y demás ajuares del hotel portuense, meterlos en contenedores y, enviados por barco, trabajar siempre en temporada alta –de septiembre a abril— en aquel país sudamericano.

José Luis, haciendo uso de la palabra en el Congreso Internacional de HORECA, en 1975, celebrado en España. Visita a la Bodegas Pedro Domecq. A la derecha, sentado, el empresario José Basteiro Pereira.

HORECA.
Al desaparecer por decreto los sindicatos verticales, con el advenimiento de la Democracia, funda el 26 de junio de 1977  con un grupo de amigos la patronal de hostelería HORECA, de la que sería su primer presidente durante dos mandatos y luego presidente honorario, como también llegaría a serlo de la Confederación de Empresarios de Cádiz (CEC).

La Asamblea Constituyente se celebró en El Puerto de Santa María y lo que se inició entre un grupo de amigos empresarios aglutina en la actualidad la máxima representación empresarial hostelera de la provincia de gaditana, constituyéndose en órgano de gestión y consulta, estando integrada por las siguientes Asociaciones Provinciales: de Hoteles, de Restaurantes y Cafeterías, de Café-Bares y Tabernas, de Salas de Fiestas y Discotecas, de Campamentos Turísticos y Ciudades de Vacaciones, de Hostales y Pensiones de Obradores de Pastelería y Confiterías.

En la imagen, Asamblea de HORECA celebrada en el Casino Bahía de Cádiz, durante la elección del primer presidente de la entidad, José Luis Kutz Muñagorri. De izquierda a derecha, Francisco Vallejo, Antonio Rodríguez, desconocido, Pepe Basteiro, desconocido, José Luis Kutz Muñagorri, Antonio Gamero, –segundo presidente de la entidad–, José Luis Muñoz Martín, entonces director del Hotel Puertobahía, dos desconocidos y Sebastián Martínez, entonces presidente de Hoteles, integrado en HORECA. 26 de junio de 1977.

El acta constituyente relaciona, por orden de aparición, como en las buenas obras de teatro, a los siguientes: Antonio Gamero Alba, de la Camelia (Cádiz); José Basteiro Pereira, Cervecería El Puerto y Cafetería La Ponderosa (El Puerto); Sebastián Martínez Garrido, hostal Imar (Cádiz); Juan Vallejo Vázquez, restaurante San Francisco, hoy hotel Serit (Jerez); Manuel Benítez Sánchez-Romero, Bar Central (Rota); José Luis Jiménez Alcazar, Hotel Capele (Jerez); Manuel Vieites  Bascuas, La Flor de Galicia (Cádiz); Antonio Ibáñez García de Movellan, Bar El Arco (Cádiz); Antonio Montero del Carmen, Hotel Octavio (Algeciras); Maximino Sordo Díaz, El Resbaladero (El Puerto); Antonio Rodríguez Álvarez, Restaurante El Bosque y Cátering Alfonso (Jerez); Luis Martín Martín entonces Hotel Alarde (Algeciras); Antonio Gil Guijarro, Cafetería Estación Marítima (Algeciras) y Manuel Espejo Posada, del Bar Tip-Top (Jerez) y al propio Kutz.

El hotel Fuentebravía, en la playa, entonces, del mismo nombre. (Foto: Colección V.G.L.).

EL 23-F Y EL CONVENIO.
El 23 de febrero de 1981 le cogió en el Gobierno Civil de Cádiz, negociando el Convenio de Hostelería. Cuando se produjo el asalto al Congreso de los Diputados, los representantes sindicales se marchaban pero Kutz, con toda la retranca del mundo les animó a que se marcharan, no sin antes dejar firmado el Convenio, por lo que pudiera pasar.

HORAS DE PRESENCIA.
Una curiosidad de la peculiar forma de pensar de Kutz, que no gustó a la parte laboral y que llegó a plantear en alguna negociación de convenio, era valorar dos tipos de horas de trabajo, a la hora de conformar la nómina. Y es que en hostelería, afirmaba, estaban las horas de presencia, cuando no había clientes, y las horas de trabajo efectivo. Fue algo que la masa social no vio con buenos ojos y no prosperó.

De izquierda a derecha, Antonio Rodríguez, Pedro Pacheco alcalde de Jerez, Juan Antonio Castillo Manzano consejero de Turismo de la Junta de Andalucía,  José Luis Kutz, presidente de Horeca y Francisco Vallejo, durante la inauguración de la Primera Feria de Equipamiento de Hostelería del Sur,  HOSTELSUR, en los jardines de El Bosque --Parque González Hontoria-- que sería el germen del Palacio de Ferias y Exposiciones de Jerez, gestionado por la Institución Ferial de Cádiz (IFECA). Año 1983.

EL MILAGRO DE LOURDES.
También se refería Kutz a la expansión del turismo poniendo como ejemplo al fenómeno del turismo religioso que se da en Lourdes (Francia) “--Si aquí ocurriera como en Lourdes, un milagro: que se apareciera la Virgen, se conformaría una industria de turismo religioso de primer orden y no tendríamos problemas de estacionalidad, con ocupación todo el año”.

EL CARBÓN.
Allá por 1981 consideraba que había sido un gran error por parte de los empresarios europeos el poner sus industrias en manos del petróleo. «--Lo que habré luchado yo con mi mujer por este motivo, que si el gas es mejor, que si el fuel, nada, que quería propanizarme hasta la cocina. Pero yo me he mantenido fiel al carbón, que, poco o mucho, por lo menos es la energía que producimos».

En la imagen, el entonces presidente de la Confederación de Empresarios de España (CEOE), José María Cuevas junto al sucesor de Kutz, Florencio Molinero, entregaba una placa de reconocimiento con motivo del X Aniversario de la CEC, en el Casino Bahía de Cádiz. Año 1988.

CONFEDERACIÓN DE EMPRESARIOS DE CÁDIZ.
La Confederación de Empresarios de Cádiz (CEC) que presidió en el primer mandato, fue creada un año después, en mayo de 1978, representando a los sectores de hostelería, metal, comercio-textil y construcción, siendo el paso lógico de la dictadura a la democracia con la libertad de asociación, tratándose en muchos casos de gremios procedentes del sindicato vertical. Un año después, en 1979, se crea la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA), a nivel regional.

La 'Hoja del Lunes' recogía el evento empresarial, de la 'SAMBLEA' [sic].

ALFÉRECES LABORALES.
Escribe Ángel Duarte una anécdota acaecida en 1965 sobre que pensaba Kuz en cuanto a organización del trabajo: «El 28 de noviembre José Luis Kutz, hostelero, escribía a Luis Galdós García, procurador en Cortes y presidente del Consejo Nacional de Empresarios. La carta llevaba el membrete de su hotel, el Fuentebravía. Kutz respondía, con esa misiva, a la previa petición de sugerencias por parte de Galdós. Sugerencias con las que hacer frente a los problemas más urgentes que afectaban a “la Organización Sindical y la Economía Española”. En los primeros párrafos el tono era aguerrido, combativo, militante. El crecimiento de la economía -”a partir del año 57, se acrecienta y acelera nuestro afán de desarrollo y actualmente nuestro gigantismo elefantiásico”- hacía urgente la creación de cuadros. ¡Qué digo cuadros! ¡Mandos!

Cuando la guerra, para soslayar el problema de la ausencia de mandos “se pensó, luminosa idea, en la creación de los Alféreces Provisionales”. Pues bien, “ahora en este terrible Pacear” habría que hacer otro tanto. Entre los que murieron en la guerra, los exilados y los que se fueron buscando mejor salario… se ha producido un vacío. ¿Cómo llenarlo? Dando paso, “cual Provisionales”, a unos inéditos “alféreces laborales, que sean los que salven una vez más la situación crítica”.»

Vista de la piscina del Hotel.

Una piscina junto al mar.

EL LITIGIO DE VISTAHERMOSA.
El litigio que en 1981 mantenía el Ayuntamiento con la Urbanización Vistahermosa por el cierre del acceso a las playas a través de los caminos públicos --la famosa barrera móvil--, se presentaba de fácil solución para nuestro protagonista, según confesaba a Lola Galán, en una entrevista concedida al periódico El País, en agosto de ese año:

«Los dos tienen razón», señala, con un gesto conciliador de sus gruesos brazos, este navarro enamorado de Andalucía y casado con una francesa, que parece conocer todas las claves de la vida en El Puerto. ‘El Ayuntamiento, que, además, tiene muy buena voluntad, aunque no lo esté haciendo demasiado bien, tiene razón; Vista Hermosa cegó un camino público que bajaba a la playa. Pero también la urbanización la tiene, porque las calles son particulares, y la solución para que sigan siendo de uso casi exclusivo de sus habitantes está en dejar libre el acceso a todo el mundo, pero impedirles aparcar abajo. ¡A ver quién es el guapo que es capaz de ir a esa playa si tiene que aparcar el coche dos kilómetros más arriba!’».

Los temporales ya afectaban en 1979, a la playa y a las instalaciones del hotel. La instantánea está tomada el 13 de febrero de 1979.

El parador de Fuenterrabía, en la playa, antes de su desaparición. (Foto: Mata).

El lugar del parador, en la actualidad. Año 2002. (Foto: Mata).

CANDIDATO POR LA FALANGE.
Una persona tan peculiar sería original hasta hasta el final, presentándose por Falange Española de  las JONS, como candidato al Congreso de los Diputados en 1977. Encabezaba la lista junto a Fernando Parilla Garrido, Enrique Arduán de Torres, María Victoria Quirós Gómez, José Luis Cardóse López, Pedro Cobo Díaz, Manuel Xodi Galarco, Rafael Oliver Falcón, Juan Antonio Cabeza Anula y José Luis Antolín de Antonio. El ex alcalde de Cádiz, Jerónimo Almagro, Fernando Porro Guerrero y Eduardo Ballesteros Morales conformaban la lista para el Senado.

En el programa electoral destacaba la  pintoresca propuesta de José Luis Kutz, que sugería reconvertir la base, «en 24 horas, dada su valiosa infraestructura», en lo que él denominaba «un emporio turístico de primer orden». Una Ciudad de Vacaciones que multiplicaría por x el número de plazas del Club Mediterráneo y que hoy dejaría en pañales a Marina d’Or.

Mónica Bruch y José Luis Kutz, durante la asistencia a uno de los múltiples congresos en los que participó.

IN MEMORIAM.
En los primeros tiempos, el Casino Bahía de Cádiz tuvo como instalaciones provisionales el Hotel Fuentebravía, mientras se ultimaba su construcción. Kutz conoció El Puerto, como tantos ciudadanos que hoy lo habitan, fruto de la casualidad, pero hoy El Puerto tiene con Kutz una deuda de agradecimiento para este forjador y pionero de la industria turística tal y como hoy la conocemos. Porque se es de donde se pace, y no de donde se nace, El Puerto le debe un reconocimiento en forma de calle o plaza a uno de sus hijos, a José Luis Kutz. A su memoria.

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Reunión de un grupo de empresarios del gremio de la hostelería portuense, allá por 1960, fecha estimada de la instantánea, en una visita a la Fábrica de Cervezas La Cruz del Campo, en Sevilla.  De izquierda a derecha,  José Fernández Rodríguez, que en febrero cumplirá 87 años (Bar Jamón en calle Capillera), Francisco Sánchez Ruiz, hoy tiene 79 años (Cervecería Sánchez en calle Ganado), Luis Bustos (+) (cantina de la Estación de FFCC), Andrés González Mateos (+) (Bar Andrés en calle San Juan), José Luis Palomo Abadía, (taberna Casa Palomo, en calle Durango 22),  fallecido en enero de 2000; Antonio Sucino Barrera (+), Juan Espinosa Palacios (+) (Bar Guadebro) y Antonio Sánchez Ruiz (+) (hermano de Francisco).

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Presentación: Comparsa de El Puerto de Santa María que representan en su tipo a Miguel de Cervantes con la ironía y seriedad que se le supone, y haciendo una escueta exposición de su vida y que el personaje se refiera a Cádiz; "y en tu pena mojaría la pluma mía"

Antonio Leal Jiménez, de padres alicantinos, nació durante la madrugada de un caluroso mes de verano, en la población manchega de Alcázar de San Juan, Corazón de la Mancha, en la provincia de Ciudad Real. Es una de las siete ciudades que se disputan el nacimiento de Miguel de Cervantes. A los cuatro años no quería ser nada, solo niño, a los nueve tener el pelo blanco  y a los doce Maestro.

Allí viviría, una infancia feliz, entre viñas, trenes y jugando alrededor de los molinos de El Quijote. Antes de concluir sus estudios de bachillerato cayó enfermo, y por ello durante casi un curso académico, se vio obligado a guardar reposo absoluto. Este acontecimiento le permitió que, además de crecer en altura, le naciera  una gran pasión por la lectura y la reflexión. Aprendió a conocerse descubriendo algunas de sus potenciales capacidades y sus muchas debilidades. También comenzó a comprender la importancia de la familia, del respeto, de la solidaridad, de la honestidad, la importancia del trabajo, la lealtad...

PRIMER ENCUENTRO CON EL PUERTO.
Viajó a El Puerto de Santa María, siendo jugador de baloncesto del Colegio de la Santísima Trinidad, donde estudió. Muy joven vino a San Fernando a jugar un partido clasificatorio para fase de ascenso. Los frailes Trinitarios les instalaron en la Pensión Frasquita en la calle Ganado en El Puerto, porque entre otras cosas tenía muy buena fama de ser un sitio “muy serio” y que se comía bien. A partir de ese viaje, tuvo muy claro donde quería vivir en el futuro. La ciudad, los habitantes y las gentes de El Puerto le sedujeron profundamente.

Inicia sus estudios superiores en la Universidad Complutense en Madrid. Siendo aún estudiante es seleccionado para trabajar en una de las compañías de comunicación más importantes del mundo. Sin duda alguna, fue su mejor escuela de aprendizaje. Tuvo la oportunidad de trabajar junto a grandes y famosos profesionales de Marketing y Creativos publicitarios.

VIVIR EN EL PUERTO.
Años más tarde tuvo la posibilidad de hacer realidad su deseo. Rechazó una importante oferta profesional de la empresa Carbonell, líder en el sector  de aceite, ubicada en Córdoba, precisamente donde nació su esposa, para venir a vivir a El Puerto de Santa María en los comienzos de los años setenta para trabajar en Bodegas Terry, donde desarrolló toda su vida  profesional. Importantes campañas de los vinos y brandies salieron de su departamento.

Si bien es verdad que los ejecutivos que se dedican a la publicidad tienen fama de manipuladores porque tratan de crear mercados, conduciendo al potencial cliente hacia el producto de la empresa para la que trabajan, este que nos ocupa, no es el caso. Posee el necesario gramo de locura para que muchas de sus actuaciones puedan ser consideradas genialidades.

La empresa Domecq en la década de los 80, intentó que formara parte de su equipo de Marketing en Madrid, ofreciéndole un importante puesto de ejecutivo con muy buenas motivaciones económicas. Por aquellos tiempos en Terry había grandes dificultades de supervivencia. Sin embargo su  decisión fue inmediata y clara: dar las gracias y continuar en Terry y en El Puerto de Santa María.

En la actualidad Antonio piensa , en relación a los vinos del Marco que «--Tenemos un producto singular, pero faltan talentos para manejar el tema. La mayoría de las bodegas se han dedicado a pelearse entre ellas, y la competencia consiste en construir, no en destruir. El mercado del vino de Jerez está especializado en Andalucía y nadie se ha preocupado en internacionalizarlo».

LA FAMILIA.
Casado con Adela Quintanilla, cordobesa, filóloga anglo-germánica y francesa, que desarrollo su vida profesional en los colegios porteños de Las Esclavas, Grazalema y La Salle. En El Puerto nacieron sus cuatro hijos, Silvia (licenciada en Filología Anglo-Germánica), Ricardo (Licenciado en Farmacia), Adela (licenciada en Derecho) y Borja (licenciado en Dirección y Administración de Empresas).

MARKETING SOCIAL.
Se siente feliz aportando toda su experiencia y conocimiento ayudando a colectivos desfavorecidos, o a cualquier causa social en general. «--Ahora tengo varios retos personales, como el tema del hambre, la educación y la recuperación de valores en los jóvenes». Su tesis doctoral fue un intento de  utilizar  técnicas de Marketing para mejorar la imagen social de las familias con hijos que padecen desajustes de comportamiento a nivel mental principalmente esquizofrénicos. (Su libro Gestión del Marketing Social, editado por McGraw-Hill /Interamericana de España es utilizado como Manual en varias universidades americanas y es consultado en temas de Solidaridad y Cooperación internacional).

Para Antonio «--La reforma psiquiátrica de 1984 supuso la desaparición de los hospitales psiquiátricos, y muchos enfermos regresaron a su entorno familiar. En la tesis lo que me preocupa son las actitudes que tenía la gente hacia los familiares con hijos esquizofrénicos y la aplicación de técnicas de marketing para conseguir un cambio de las actitudes y comportamientos hacia esas familias. En este trabajo me ayudó mucho el Centro de Salud Mental de El Puerto, porque hay unos profesionales magníficos».

ACADEMIA DE BELLAS ARTES.
El pasado cinco de febrero tomó posesión como Académico de Bellas Artes, con un discurso muy vinculado con la historia reciente de la Ciudad: «La malla de Terry, la Neurociencia y el Neuromárketing», donde ofreció un discurso científico y con rigor académico. En su intervención de ingreso enlazó cómo a principios del siglo XX alguien tuvo en El Puerto la idea de poner en una botella de brandy un estímulo distinto del resto de las presentaciones del momento. «--En 1905 doña Pepa Cuvillo, en su desaparecida casa de la calle San Juan esquina con Cruces, pensó que si le ponía una malla a una botella iba a conseguir un valor diferencial e iba a producir un estímulo en el cerebro del consumidor. Quise hacer un homenaje a toda la gente que ha trabajado en Terry. El Puerto se ha dado a conocer gracias a esas personas, que han contribuido a que la Ciudad y Terry sean una marca conocida en todo el mundo». Le respondió, el también académico Enrique García Máiquez.

De izquierda a derecha, Ana “Toti” Pérez, Carmela Bernal, Carmen Aguilar, Rosa Valiente, Francisca Pérez, Chari, Milagros Martínez Mulero y Gertrudis. 18 de Octubre de 1958. Patio de la casa esquina de Cruces con Arenas, donde estaba la lechería de 'el Pelao'. (Colección Encarni Pulido. Foto Rafa).

UNIVERSIDAD DE CÁDIZ.
En la Universidad de Cádiz, ha realizado importantes innovaciones es aspectos docentes e investigadores intentando llegar a conseguir los quería cuando tenía doce años: maestro. Desde la mítica Escuela de Turismo en la jerezana calle Compañía y la Escuela Universitaria de Estudio Empresariales allá por 1972, hasta llegar a ser un principal contribuidor para la creación de la Facultad de Ciencias Sociales y de la Comunicación en el campus de la vecina población de Jerez. Su última etapa en la Universidad en este año 2010 se substanció, principalmente, colaborando con el Rector en la responsabilidad de Director General de Marketing Institucional de la UCA. En la actualidad, se encuentra en situación de prejubilación, sin haber perdido vinculación con el organismo educativo, donde continúa colaborando desde otros ámbitos docentes, dirigiendo tesis doctorales, impartiendo lecciones magistrales de su especialidad, y como profesor honorario de la misma. 6000 alumnos han recibido sus enseñanzas.

Campus de Jerez, edificio universitario.

PLAN BOLONIA.
Su opinión sobre este plan de estudios universitarios es elocuente: «--Bolonia representa una excelente oportunidad para renovar las metodologías educativas y mejorar la oferta académica oficial. Supone una decidida apuesta institucional por participar en el proceso de armonización europea del sistema universitario español. Se trata de formar alumnos con una visión global, con mayores destrezas y habilidades. El alumno se convierte en el principal protagonista del nuevo escenario de educación, que está basada en el aprendizaje, en oposición a la educación tradicional basada en la enseñanza del profesor. También conlleva un cambio de paradigma educativo (pasándose de centrar la atención en la enseñanza y en el profesor a centrarse, ahora, la atención en el aprendizaje y el alumno), no basta con impartir docencia, pues hay que organizar, orientar y supervisar el trabajo y el aprendizaje de los estudiantes. Las universidades deberán seguir pendientes de los cambios que se producen en la sociedad, no sólo a nivel estatal sino también mundial, y, sobre ellos, deberán seguir adaptando su oferta académica, pues no puede pensarse que ningún título permanecerá en el tiempo sin la necesidad de introducir los cambios demandados».


Sus conferencias por importantes universidades europeas y americanas y sus publicaciones, así como su el trabajo realizado en el mundo de la empresa llevando el nombre de El Puerto de Santa María por todos los lugares, han hecho que Antonio, a sus 63 años, sea una referencia en el mundo académico y profesional en Comunicación y Marketing.

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