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jose_candido_puertosantamariaJosé Cándido Expósito fue un mulato abandonado frente al Orfanato Casa de Expósitos de Santa María del Mar de Cádiz el 30 de noviembre de 1734  --y del que aún se cuenta que fue hijo de una dama de alcurnia de Cádiz y de su criado antillano--, y que más adelante fue adoptado por un matrimonio de Chiclana donde vivió desde niño. Desde muy joven, se dedica al arte del toreo y se convierte en alumno de 'Lorencillo'.  Toma la alternativa a los 22 años de edad en Madrid el 25 de mayo de 1756 de manos de Diego de Álamo “El Malagueño”.  José Cándido fue uno de los más famosos toreros de su tiempo, antes de 'Costillares', 'Pepe Hillo' y Pedro Romero.

Desventuradamente fue cogido por un toro de nombre  'Coriano' de una de las ganaderías de Bornos  --refieren algunos cronistas que probablemente era la de don Francisco Martínez Salido-- en la plaza de toros de madera de El Puerto de Santa María en el Ejido de San Francisco, frente a la calle de Santa Lucía, el 23 de junio de 1771.

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Grabado de la época donde se refleja la muerte del torero a los 36 años.

Cuentan los enterados,  que salió el quinto toro, bravo y seco con los picadores. Uno de ellos, apodado también 'Coriano', c omo el toro asesino, se adelantó para picarle, siendo derribado y cayendo al suelo a descubierto. Hizo el quite el banderillero Juan Barranco 'Chiqulín', a quien persiguió el toro, librándole de una cogida segura José Cándido. Tuvo éste la desgracia de resbalar y caer en el quite por cosa de haber pisado la sangre de un caballo, y bien fuera que por el golpe en la cabeza perdiera el sentido, o bien fuera estudiado el quedarse inmóvil como difunto, el caso es que el toro pasó sobre su humanidad, arrollándole, y al revolverse presto, para desgracia del torero, le recogió con las astas, enganchándole por los riñones, pasándole de cuerno, suspendiéndole por un muslo y arrojándole ya herido de muerte como un muñeco, a grande distancia y sin sentido. Murió diez horas después de sufrir estas dos horribles cornadas, en el fatídico número 5 de la portuense calle de San Francisco, a la 1 de la madrugada del siguiente día. Uno de sus dos hijos, Jerónimo José, también será matador,  y uno de los más famosos de finales del siglo XVIII al ser considerado  el creador de la Escuela Chiclanera.

mortuorio_josecandido_puertosantamariaFue el primer matador de toros fallecido en España, en una plaza edificada ex profeso para el desarrollo de la lidia. Está enterrado en la Iglesia Mayor  Prioral del Puerto de Santa María. (En la imagen de la izquierda, anotación de su fallecimiento). Dios le tenga en su Santa Gloria, por ser buen hombre, y gente de trabajo. Don Juan José de Bonifaz, el ilustre cronista,  refiere de este personaje, que fue "Figura cimera del toreo de segunda mitad del siglo XVIII, José Cándido Expósito, gaditano y mulato, fue contratado para torear en el Puerto de Santa María (Cádiz), localidad en que por entonces residía el 23 de junio de 1771. Se corrieron en tal fecha reses de un ganadero de Bornos (Cádiz) y el lidiado en sexto lugar propinó dos gravísimas cornadas a Cándido al realizar un quite al banderillero Juan Barranco (Chiquilín). Las heridas recibidas, en riñón y muslo, determinaron el óbito del espada a la una de la madrugada del siguiente día. " (Texto: Juan Carlos Villegas).

"En er Puerto murió er Cándido
y ayi remató su fin;
le mató un toro de Bornos
por librá a Chiquilin....

Al otro día siguiente
salieron toos los toreros
vestíos de negro luto
por la muerte e su maestro"

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Fotografía aérea de las lagunas, ortofoto municipal 2001.

Se cumplen ahora 30 años de un proyecto pensado por dos jóvenes, en aquel momento, nacidos en nuestra ciudad: Juan José López Amador y José Ignacio Delgado Poullet, Nani, y que por distintos motivos con el tiempo ha pasado inadvertido. Me refiero al proyecto Salvar las Lagunas.

En el año 1980 descubrimos las lagunas, aquellos parajes nos dejaron sorprendidos, no esperábamos encontrar en una tierra tan codiciada como es nuestra campiña, unos espacios naturales como aquellos. Tres grandes lagunas llenas de pájaros y de nidos, la mayor, la laguna Salada conocida entonces como de Terry, Juncosa y Chica. Aunque todo el entorno era arado y no conservaba ninguna cubierta vegetal, todo el espacio que ocupaba el agua estaba provista de una vegetación abundante que cuando te introducía en ella parecía cambiar de escenario y transportarnos a otros lugares.

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Juan José López Amador (izda.) en busca de una fotografía  y José Ig. Delgado Poullet, Nani, (dcha.), fotografiando un nido.

PELIGRO DE DESAPARICIÓN.
Pues bien, a base de ir continuamente, pudimos hacerlo todo el verano ya que ese año no hubo excavaciones en el Yacimiento Arqueológico de Doña Blanca --donde colaborábamos--,  y descubrimos el interés que había por desecarla y convertir estos espacios en tierras de labor, incluso un día encontramos la laguna Salada con tractores arando todo el espacio que ocupaba. Esto nos puso en alerta y comenzamos una autentica labor de salvamento. Lo primero era conseguir imágenes de la fauna y la vegetación que había en estos lugares, para ello pasábamos días e incluso noches, con el objetivo de conseguir imágenes impactantes, y lo conseguimos.

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Partiendo el cascarón una cría de Focha.

Llegamos a fotografiar los polluelos partiendo el cascaron. Para captar buenas tomas, nos compramos maquinas fotográficas de calidad, y nos fabricamos con fibra de vidrio una barca, que utilizamos para recorrer toda su orilla entre neas, cañas y juncos, sin alterar demasiado el hábitat de mucha fauna que allí anidaba o utilizaba de paso, como los flamencos.

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Con el amigo común, Enrique Pérez Fernández, partiendo en la barca que construyeron.

DIAPORAMAS.
Con las imágenes que habíamos conseguido realizábamos unos montajes donde se fundían las tomas con música de Jean-Michel Jarre, que no solo nos impresionaron a nosotros, sino a todos aquellos que las veían. Así, con este montaje, recorrimos casas particulares, bares, asociaciones, y barriadas, donde en la fachadas de los bloques proyectábamos el diaporama. No fue nada fácil conseguir las imágenes, el frio, la lluvia o el calor fueron nuestros acompañantes durante todo aquel periodo, pero nunca estábamos solos, siempre contábamos con personas que cada vez se interesaban más, y además del aliento para que continuásemos con la labor, nos acompañaban en multitud de ocasiones.

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Nani, buceando en la Laguna Salada.

La juventud que teníamos entonces hacia que no temiésemos a nada. Así, lo mismo buceábamos en la laguna para ver que había dentro del agua, que salíamos con sanguijuelas, o, con las manos ocupadas con las cámaras y el agua hasta el cuello, nos encontrábamos  con alguna culebra en nuestra cara. Esta misma juventud, y por qué no admitirlo desconocimiento, hacia que actuásemos.

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La ropa de los entusiastas salvadores de las Lagunas, dispuetas para secarse, después de un húmedo día de trabajo.

La vegetación del contorno era muy escasa, y nosotros sabíamos que protegían las lagunas, por tanto y después de comprobar cuál era la vegetación autóctona más significativa, nos lanzamos a repoblarla, los acebuches eran los arbustos de mayor tamaño y los más abundantes, así, nos trajeron de Jerez una gran cantidad de ellos que nosotros no dudamos en plantar por todo el entorno de la laguna Salada y Chica, de los muchísimos que echamos algunos agarraron, y hoy rodean, protegen y dan cobertura a infinidad de animales. La verdad es que entonces no sabíamos si esto sería bueno o no, pero la gran cantidad de animales que pastaban y se comían toda la vegetación que la rodeaban, hacia que no tuviésemos dudas.

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Panorámica de la Laguna Chica.

COMPLEJO ENDORREICO.
Durante al menos 2 años estuvimos paseando distintos audiovisuales por todo El Puerto. Durante este periodo las construcciones ilegales que muy cerca se estaban realizando, el pastoreo continuo de vacas y cabras, los intentos de convertir las tierras en agrícolas, y la construcción del canal de riego de la zona Noroeste, pusieron en grave peligro mantener estas lagunas endorreicas, conocidas como Complejo Endorreico de El Puerto de Santa María.

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Flamencos a orillas de la Lguna Salada.

Con el paso de los años se crearon entidades locales para la protección del Medio Ambiente, como el Instituto Municipal para la Conservación de la Naturaleza  (IMUCONA); asociaciones para la defensa de la naturaleza como “los ecologistas”, y finalmente desde la administración Autonómica se dieron las directrices para su conservación definitiva. Esto propicio que las lagunas estuvieran permanentemente siendo visitadas y la vez protegidas, finalizando con la protección definitiva de las mismas convirtiéndose en Reserva Integral.

CAMINO DE LOS ROMANOS.
Hoy las podemos visitar a través del Camino de los Romanos (por donde discurría una calzada romana), pero, por sus perímetros exteriores, siguen siendo unos parajes realmente únicos en la campiña, donde un sinfín de aves las utilizan para anidar o descansar en sus migraciones. Un autentico vergel en medio de urbanizaciones que avanzan y campos arados que a veces parecen desérticos. Unos recursos naturales, su vegetación, que desde la Prehistoria ha servido para hacer las chozas de los poblados, o hasta no hace mucho años, las existentes en la calle Santa Clara. Asimismo  como proveedoras de alimentos, huevos, aves o palmitos entre otros, que ayudaron a sostener una economía domestica, que por suerte ya no dependen de ellas.

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Flamencos sobrevolando la Laguna Salada.

Esperemos que en poco tiempo todo el espacio entre lagunas, así como su entorno más inmediato, dejen de ser tierras para labores agrícolas o insoportables explotaciones inmobiliarias, y pasen a ser tierras donde la vegetación autóctona se recupere, y tengamos un espacio que nos muestre como era verdaderamente nuestro rentable Patrimonio Natural.  (Texto: Gerión).

ESTE FIN DE SEMANA, SÁBADO Y DOMINGO 2 Y 3 DE OCTUBRE, SE CELEBRA EN EL PARQUE METROPOLITANO DE LOS TORUÑOS EL V DÍA MUNDIAL DE LAS AVES. Habrá rutas guiadas, interpretación del medio, actividades y talleres infantiles, observación de aves, exposición fotográfica, proyección de documentales, ponencia y charlas.

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De izquierda a derecha, Juan Hernández Navarro, Antonio Serrano, el Comandante Francisco Martel Viniegra Ayudante  de Marina en el Puerto, Severo Ruiz Calderón, José López, el pintor Juan Lara Izquierdo que a la sazón trabajaba en la Auudantía de Marina y Gumersinda López, Vda. de Garrán. La foto está tomada a finales de los 40 a principios de los 50 del siglo pasado, ya que Martel dejaría de ser Ayudante de Marína por esas fechas.

Gumersinda López vivió toda su vida en la Casa de las Cadenas, enviudó y tuvo que afrontar una difícil situación como en otras tantas casas de viudas de pescadores. Sus hijos siguieron el ejemplo paterno y también se embarcaron. Uno de ellos, Vicente Garrán López, vive en la calle Nevería, regente que fue del Bar La Dorada, antes de sus actuales inquilinos. Otro, Guillermo, fue muy querido en la Parroquia del Carmen, el más pequeño, Miguel, debe de andar por los 60 años.

La instantánea del  acto donde están representados la autoridad de la Marina, --a la que en El Puerto los hombres del mar, por una cuestión de respeto llaman Comandante o Comandancia en lugar de Ayudante de Marína o Ayudantía--, así como representantes de la Cofradía de Pescadores, recoge el momento de la entrega de un donativo, algo que ya se estilaba por aquellas fechas en casos de naufragio o prematuro fallecimiento por el accidente o enfermedad del pescador. Una gran señora Gumersinda.  (Textos: Antonio Carbonell López. Foto: Rasero. Colección:  Vicente González Lechuga).

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La Granja San Javier la conocí cuando fue de don Félix Tejada y cuando vivieron en la casa principal José Luis (de soltero), Mari Pepa, Felisa y Antonia Tejada Peluffo, en la parte de la fachada que da a la carretera.  Aunque yo era muy pequeño, lo recuerdo. Luego, recuerdo, ya algo mayor, pero con once años, a Lalo Tejada, casada con Juan Bermúdez Jaén, nótula 458 en GdP, y a sus hijos Lalote, Juan Luis, Javier y Mamue, en el lateral, bajo, cuando se fueron a la Granja desde la casa Ribera del Río, creo que 14.

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Los Tejada en la Granja San Javier. De izquierda a derecha, Felisa, Mari Pepa y Lalo Tejada, debajo una amiga, Tisca, Lalote y Juan Luis Bermúdez Tejada.

En la otra casa, que había sido oficina de la Explotación Avícola, vivió Mari Pepa Tejada, cuando se casó con Juan Fortes.  En aquella época Juan Bermúdez tenía un Fiat Balilla negro, en el que nos subíamos diez u once niños para las excursiones a Valdelagrana o a otros sitios. Juan Forte tenía un coche de marca Lloyd muy raro, porque no he visto otro igual nunca. Más atrás de la casa principal estaba una casa de la huerta y muchos como búnkeres,  unas bóvedas donde estaban las gallinas. Esos edificios estaban rodeados de vallas de tela metálica sostenida por postes de hierro.  Se contaba que Franco,  cuando venía a cazar a casa de don Fernando Terry, una vez que pasó por la carretera y vio esas bóvedas creyó que eran instalaciones militares, pues eran muy parecidas a los pabellones que había en los campamentos y en los cuarteles.

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La casa principal de la Granja San Javier.

Frente por frente a la casa principal, tirando hacia las oficinas estaba la alberca que tenía una baranda de hierro y una escalerita. En la alberca nos bañábamos y, una vez, metimos en ella, con muchísimo trabajo, una artesa de madera que tenían los albañiles para hacer mezcla. La utilizábamos como barca. La artesa terminó hundida en el fondo de la alberca.

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La niña Reyes, en 1958, delante de la alberca. La familia Ollado Lapeña, procedente del norte, alquiló durante un año la casa a la Familia Tejada.

Recuerdo en la Granja un tonneau, pintado de amarillo y marrón rojizo, que fue de José Luis Tejada, cuando niño. No lo recuerdo enganchado por él, pero me contaban que lo tiraba una jaquita gallega. El tonneau terminó en las cuadras de Terry.

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Juan Luis Bermudez Tejada, con su hermana Lalote, con Javier en los brazos, sobre una mula, en la Granja, dispuestos salir para la Feria de Ganados.

Una Feria de Ganados, Juan Luis Bermúdez montó una mulita de la que recuerdo un atacola color blanco con rayas verdes y rojas y los madroños esos colores.  Lalote iba a la grupa. El traje corto de Juan Luis y el de flamenca de Lalote se los hicieron en Sevilla. Su abuelo los tuvo escondidos toda la mañana “para que no se los copiaran”, según decía.

felixtejadamayo_PUERTOSANTAMARIATuvieron que nominarlos como primer premio de pareja infantil a la grupa, aunque no figuraban en la convocatoria, según me contaba Lalote.  Son recuerdos que no se me borran.  Acaso como José Luis Tejada iba despuntando como poeta, Martínez Montenegro, por agradar, en la tribuna de la Feria de Ganados, proclamando los premios  dijo, en verso: «Tres gallinas y un gallo,/ Don Félix Tejada Mayo». Pero peor parados quedaron otros como cuando Martínez Montenegro decía: “Primer premio al conejo de doña…”, o “Primer premio, don…, un toro”. (En la imagen de la izquierda, Felix Tejada Mayo, en la fachada de la Granja).

La Granja comenzaba en lo que hoy es calle de los Toneleros, donde estaba la portada pequeña. La portada principal estaba a la altura de lo que hoy es la rotonda al final de la Victoria. Esta portada, tenía, entre los dos pilares, rematados por bolas de piedra artificial, un arco de hierro calado con el primitivo nombre de las Granja: “Nuestra Señora de los Dolores. 1896”. En cada uno de los pilares, sin embargo estaba el nombre moderno.

san_javier_puertosantamariaEn dos murales de cerámica Mensaque, había un letrero, en cada pilar:”Explotación Avícola/ San Javier”. Ese nombre se lo pusieron porque Javier Bermúdez Tejada estuvo muy  malo de recién nacido y lo encomendaron al patrono de El Puerto, San Francisco Javier. Tan grave estuvo Javier, que el párroco de San Joaquín tuvo que ir a la Granja, al día siguiente de su nacimiento a bautizarlo de urgencia.

En los años 50 0 53 se hizo una carretera, en diagonal, que dividió la Granja,  para unir la carretera de Jerez, que discurría desde la Plaza de los Jazmines por delante de la Granja. Esa nueva carretera que dividió a la Granja conectaba la de Jerez a la ronda, a la altura de la Huerta de Buhigas, para unirla con la que va al cementerio y con la finalidad de poder cruzar la carretera del Ejido y unirla a  la nueva carretera de Rota (asfaltada cuando la Base), que antes se llamaba Camino de Mazzantini o Camino de Fuenterrabía. Lo que hoy es Parque del Vino Fino formaba parte de la Granja. La Granja llegaba por el fondo hasta lo que hoy es Avenida de la Diputación y, por la carretera de Jerez, hasta lo que hoy es el Instituto José Luis Tejada (que ocupa parte de la Granja). Por cierto que José Luis Tejada, en la solapa de su libro “Para andar conmigo”, pone que es avicultor y óptico.  El poeta gaditano Guillermo Portillo Sharfaussen rememora, con mucho detalle, esa etapa de José Luis en la Granja.

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Francisco Vela Mariscal y José Benítez Díaz 'el Pili', trabajando en la Granja, detrás las estructuras abovedadas típicas de la Granja.

Recuerdo que en la Granja trabajaba José Benítez Díaz, “El Pili”, (hijo de José Benítez y de Fermina Díaz, la de los dientes largos, que eran los guardeses del “Recreo de los Trapos”, conocido también como “Recreo de Nuestra Señora de los Dolores” de Don Francisco Muñoz Seca, luego “El Oasis” y ahora Restaurante “El Faro”) y,  a veces,  vi por allí—por la Granja San Javier--, a un hermano de Agustín Vela Mariscal, que después trabajó en el Garaje Aduana.

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El matrimonio formado por Max Ollado y Amparo Lapeña, en 1958, su hija Reyes y su hijo Maxi,, recién nacido y llegado del Hospital y dos primos, Carlos y Javier, delante de la fachada principal de La Granja. En primer término el enrejado de la alberca.

reyesolladolapeña_3En la parte  de la casa que habitaban Felisa y Antonia Tejada Peluffo vi y oí, por primera vez, tocar un piano.  Felisa y Lalo Tejada habían cursado la carrera de piano y hacían alarde de sus cualidades. Tenían muebles, cuadros y objetos antiguos muy interesantes. En la casa de Mari Pepa, en una esquina, sobre un pedestal, estaba la famosa Inmaculada de talla, estofada, con los pendientes de oro y brillantes, del siglo XVII, que tanto nos admiraba a los niños. En  la casa de Lalo recuerdo el reloj de pared en cuya esfera había un paisaje alemán pintado al óleo. En el paisaje, un edificio con una torre y, en la torre, un reloj. Pues bien, la verdadera esfera del reloj con sus manillas era el que estaba en la torre. (En la imagen, Luis Lapeña, Amparo Lapeña y Max ollado, delante de la puerta de acceso al edificio principal de la Granja).

Al fondo de la Granja, por lo que hoy es Avda. de la Diputación había un depósito de la empresa constructora “Cubiertas y Tejados” donde encerraban los camiones y tenían neumáticos amontonados. Un día, recuerdo, ardió todo aquello incrementándose el fuego con los neumáticos almacenados. Acudieron los bomberos de Jerez, con unos extintores de polvo blanco y, como estaba allí, porque acudió, como alcalde, don Luis Caballero, vestido de negro por el luto de su madre, Doña Carmen Noguera Jiménez (prima hermana de Juan Ramón Jiménez el poeta), los bomberos, sin darse cuenta, pusieron a don Luis todo blanco de espuma. Lo recuerdo como si fuera hoy.

Era interesantísimo, en la Granja, el sistema de regadío mediante acequias, cuando se abría la compuerta de la alberca.

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En el porche de la casa, Amparo Lapeña, Carlitos y su madre, Teresa Lapeña en 1958.

Desde la Granja se oían las “alertas” de los Guardias Civiles que ocupaban las garitas del muro del Penal. Recuerdo a los Morchón (Olegario y Antonio, éste disminuido psíquico, que vivían en la casa calle San Sebastián, 3), a Luis Aranda (que cantaba rancheras), hijo del Director del Penal y a otros hijos de funcionarios del Penal que frecuentaban la Granja.  Enfrente de la Granja, pegada al Penal había una casita –de la que se conservan todavía algunos muros, entre ellos el que ostenta el grafitti con el retrato de Manolo “El Polvorón”--, donde vivía una  joven a la que llamaban “Tísca”,  nombre rarísimo que me llamaba la atención, de la que no he vuelto a saber nada. Creo que era hija del Director del Penal y amiga de Felisa y Antonia Tejada.

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Grafitti con el restrato de Manolo “El Polvorón”

De aquellas fechas data la famosa fuga de dos presos que, a punto de terminar sus condenas, tenían un régimen más flexible. Resultó que el Director del Penal tenía un SEAT 600 y, como los dos presos eran mecánicos, les encargó revisar el coche. Una vez que lo hicieron y lo pusieron a punto, como eran presos “de confianza”, le dijeron al Guardia de puerta que iban a probarlo. Así salieron tan tranquilamente por la puerta del Penal y hasta el día de hoy. Al cabo de una semana encontraron el SEAT 600 abandonado en un campo.

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Edificio de viviendas existente en la actualidad, donde se encontraba la Granja San Javier.

Al final de la Victoria, frente al Penal y hasta, por lo menos, la gasolinera que hoy hay, existió una finca llamada “La Sericícola” con grandes líneos de moreras, una portada roja y blanca y una reja en la fachada. Al fondo del camino de moreras había una casa roja, que parecía de la época victoriana inglesa. Allí vivieron los Sancho.

[LA SERICÍCOLA O SERICÍCULA. Referente a la casa de ladrillos rojos que cita Luis Suarez en la finca conocida como “La Sericícula”, a la que acudíamos todos los niños de la década de los cincuenta a coger hojas de morera para alimentar a los gusanos de seda, fue en su día -desde 1912, concretamente- una Estación Agrícola estatal que recogía y publicaba diariamente datos meteorológicos e hidrológicos y realizaba cultivos experimentales. Ocupaba el cargo de director Felix Sancho Peñasco, que vivía en el pabellón que se cita, junto a su esposa francesa, Germaine Faraud. AGR.]

Más adelante, frente a la Granja, por la carretera de Jerez, estaba la Huerta de Enrique Romero Ortiz, Romerito el Gordo. Recuerdo, en El Puerto, otras huertas, con sus albercas y sus norias tiradas por un burrito al que le tapaban los ojos para que no se mareara. Recuerdo la Huerta de Quijano, frontera con la hoy Venta Millán, al otro lado de la vía, con sus dos albercas y la estancia con los terneritos a los que toreábamos. Y, a partir de la calle Valdés, las Huertas de Cuesta, del Granado, de Malacara, de Alcántara, de Ramón Vinagre, la de Susana, hasta llegar a Crevillet, por detrás de las bodegas y de Conservas Sur, donde estaba la Huerta de don Pantaleón Sánchez Robledo, esposo de Anastasia Sánchez-Cossío y Leal del Ojo, el Recreo de Don Rafael Fernández de Haro, el campo de fútbol y la fábrica de vidrio.

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Dibujo realizado por Juan Jesús Nimo Ruiz-Herrera.

Me gustaría que Lalote Bermúdez Tejada, con nótula 419 en GdP,  asidua lectora de esta página, aumentara con sus recuerdos muchas noticias de la Granja San Javier, donde vivió los años más felices de su vida.  (Texto: Luis Suárez Ávila)

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Francisco Vela Mariscal y José Benítez Díaz 'el Pili', en la Granja San Javier, para ellos, la Granja de Antonio Vela, durante el periodo de su explotación.

LOS VELA Y LA GRANJA.
Todos los que conocieron a mi abuelo Antonio Vela Aragón, dicen que desde ese 29 de mayo de 1944,  ya no era el mismo. La pérdida de su esposa, María Mariscal Muñoz lo sumió en una amargura, que no podía ni quería superar. Al parecer apenas iba por La Huerta (así la nombraba mi padre). Ese día 29 de junio de 1945, decidió recorrer esa tierra que tanto le había dado, pero que a la vez tanto le había arrebatado. Solo Dios sabe cuales fueron sus últimos pensamientos. Puede  que se despidiera de  la sonrisa de su mujer, de las risas de sus hijos al corretear por su querida huerta.

antoniovelaaragon_puertosantamaria(En la imagen de la izquierda, Antonio Vela Aragón, padre de Agustín Vela Mariscal, con nótula núm. 326 en GdP). De su pequeño José Luis, ese niño simpático  y travieso al que un mal día le regalaron esos peces de colores, que tanto le gustaban.  Y  por que no, de su Antoñito ese niño que quería ser mayor, y  que  afanosamente cuidaba  su propio huerto, que mostraba orgulloso, esperando la aprobación de su padre.  Ese pequeño huerto en el que mi abuelo  se postraba sin consuelo  y  que convirtió en su  Santuario. Tal vez pensó en  su obra, en ese día en que tomó la decisión de dejar su tierra --Chiclana-- y el  amparo de los suyos, para  construir su propio porvenir  y el de su recién estrenada familia. Supongo que  pensó en  el día  en que el Sr Hervias  y el se dieron ese apretón de manos, que sellaba el acuerdo. Hervias  conocía la integridad de Antonio Vela Aragón al ofrecerle,  que rentara la Huerta.  Mi abuelo asumió sus responsabilidades,  levanto y mantuvo la huerta con trabajo, sudor y lágrimas. La amistad  con el propietario  perduró  a través de los años,  De eso  doy fe. Tuvo que sentir un dolor muy agudo,  que le dejo sin voz para pedir ayuda.  Lo buscaron sin descanso  hasta que su hija Loreto, sintió un gemido. Estaba caído en esa tierra que tanto amó  y que hasta el último día de su vida consagró.  (Texto: María Jesús Vela Durán).

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Josefa Gallego Vega y Juan Ruiz-Herrera Martín-Niño, en la Granja.

LOS RUIZ-HERRERA Y LA GRANJA.
El 7 de mayo de 1.962, Juan Ruiz-Herrera Martín-Niño, hortelano y Josefa Gallego Vega, regente de un puesto de verduras en la Plaza, compran a Antonia y Felisa Tejada Peluffo, en escritura ante el notario Castor Montoto de Sedas  la finca Granja o Recreo Nuestra Señora de los Dolores, en las inmediaciones del Paseo de la Victoria, con huerta, arbolado, caserío, pozo, que antes fue noria, con una portada a la carretera general y otra, al Egido, cercada en parte de vallados, tunas y rosales, y en otra alambrada de espino.

Estos datos se desprenden en las escrituras de aquellas fechas, donde se habla de los linderos, la carretera, camino del Hato de la Carne, Palmar de la Victoria, …  Ruiz-Herrera compra desde la carretera que atraviesa la finca matriz hasta el cuartel de la Guardia Civil, no incluyéndose lo que fue la Venta del Molino.

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Exterior de las estructuras abovedadas.

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Interior de las estructuras, arreglándola para un club juvenil musical 'El Panteón'.

Tanto Juan como sus hermanos los Ruiz-Herrera Martin-Niño, nacidos en la Villa de Rota, llegaron a El Puerto y comenzaron la explotación de la Huerta El Granado, con lo que hoy llamaríamos ‘nuevas tecnologías’. Aplicaban además un enfoque distinto, cultivaban ellos mismos de forma diferente,  pagando  sueldos superiores al resto, lo que hizo tener los mejores colaboradores --permítasenos utilizar terminología actual--. A ello se unió la apertura de puestos de verduras en la Plaza, con lo que consiguieron llevar lo que producían, directamente a las manos del consumidor, sin intermediarios.  Así fue como Juan Ruiz-Herrera y su mujer  consiguieron los medios suficientes para adquirir la Granja San Javier, que éste comenzó a explotar, incorporando una explotación de ganado vacuno  así como otras actividades complementarias.

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hipolitosanchodesopranis_puertosantamariaHipólito Sancho Mayi Díez de Aux-Sopranis (Sancho de Sopranis) nació en el número 21 de la calle Palma de nuestra ciudad, el 2 de marzo de 1893falleciendo el 17 de agosto de 1964 en su casa del número 26 de la calle Luna. Combinando los apellidos de sus ascendientess utilizó con frecuencia seudónimos y criptónimos, por los que ha sido ampliamente reconocido, siendo el más habitual entre todos ellos el de Sancho de Sopranis, aunque usaría los de Rafael de Ayraldo, Sancho de Melgar, Sopranis, Senex, Pedro Hisam, Cibo de Sopranis, Cibo d'ria... Con unos y otros firmaría casi medio millar de trabajos de investigación entre libros, artículos, colaboraciones en revistas y periódicos, etc.

Como una gran mayoría de niños portuenses de la época –algunos de los cuales son hoy recordados como hombres ilustres- estudió sus primeros años como interno con los Jesuitas, obteniendo el título de bachiller en el Instituto de Jerez en 1909 y más tarde el de Teología en el seminario sevillano.

De sólida formación humanística, se licenció con las máximas calificaciones en Derecho y Filosofía, haciéndolo después en Historia, la que sería su verdadera vocación, en las universidades de Deusto y Salamanca. Esta materia y el Arte se constituirían en ejes principales de su faceta investigadora, influyendo en todos los estudios históricos sobre la comarca ya que todos los investigadores posteriores han recurrido en uno u otro momento a su extensa obra.

elpuertoyamerica_sancho_puertosantamariaÉsta abarca amplios y variados temas, entre ellos los religiosos –él conocía como nadie la orden dominica y su historia-, las épocas medieval y moderna, la historia comarcal, sobre todo la de las ciudades de Jerez y El Puerto en las que acometió trabajos tan ingentes como la elaboración de una historia de las mismas; y también artísticos, aspectos este ultimo en el que destaca la organización de la muestra del museo de la catedral gaditana y su vinculación a la restauración del Castillo de San Marcos portuense, que él realizó junto a extensos estudios del edificio. También fue quién gestó y desarrolló las visitas a los monumentos jerezanos, tan populares y célebres por su contribución al acercamiento de la ciudad a sus habitantes y a los que otorgó un reconocido merito. (En la imagen de la izquierda, portada del libro de 'El Puerto de Santa María y el Descubrimiento de América, escrito con Rafael Barris y publicado en 1926. En la fotografía, facsímil publicado por la Academia de Bellas Artes 'Ssanta Cecilia' en 1992. Hubo que pedir un ejemplar a la Biblioteca Nacional de Madrid, al no existir ninguno en las de la zona. Fue un homenaje y la recuperación de un libro para los lectores de hogaño).

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Acto organizado por Bellas Artes en el Castillo de San Marcos, durante la presentacion del facsímil del libro 'El Puerto y América'. De izquierda a derecha, el académico y abogado Luis Suárez Ávila, el Dr. en Historia Juan José Iglesias, Lourdes Sancho Mayi, Francisco Arníz Sanz presidente de la Academia, el Profesor Enrique Bartolomé López-Somoza y la Profesora María del Carmen Cebrián, que prologó la reedición de la obra. 1992. (Foto Colección: Francisco M. Arniz).

alfonso_X_y_el_puertosantamariaA lo largo de su trayectoria profesional recibió Hipólito diversos premios, nombramientos y condecoraciones. Entre otros, le fue concedida la Medalla de Oro de la Ciudad de Melilla y obtuvo el nombramiento de miembro de la Orden de Mehdauía en Marruecos, etc… Igualmente fue miembro de Academias como la Real Hispanoamericana de Ciencias y Artes de Cádiz o la Real de Historia de las Bellas Artes de Sevilla, y tuvo una intensa y activa participación en la fundación y desarrollo del Centro de Estudios Históricos Jerezanos, tarea esta en la que colaboró estrechamente con su fundador  Tomás García Figueras. Con este investigador jerezano le unían también temas de investigación, como los trabajos realizados en el Archivo de Jerez, su etapa africana y la publicación de sus trabajos en revistas como África o Mauritania, etc… Se relacionó asimismo con otros estudiosos como Rafael Barris, Juan de la Lastra Terry o Fernando Monguió Betcher, colaborando en ocasiones con alguno de ellos. (En la imagen de la izquierda portada del libro 'Alfonso X el Sabio y El Puerto de Santa María', editado en 1984, que recoge artículos dispersos de Sancho y que fue presentado por el invetigador y hoy director del Centro Municipal de Patrimonio Histórico, Javier Maldonado Rosso y la historiadora Mercedes García Pazos. Como afirmó Maldonado, 'A Hipólito Sancho le debemos el que sentase el conocimiento de este periodo de la historia de El Puerto sobre bases científicas).

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Hipólito Sancho en su despacho de trabajo.

Personalmente, y por referencia de quienes tuvieron la fortuna de compartir su amistad, Hipólito Sancho era un hombre profundamente religioso, de carácter silencioso y modesto. Tan solo poseía una única ambición, investigar y escribir, a lo que dedicaría con ahínco toda su vida recopilando cuidadosamente documentación para sus trabajos. Muchos de ellos quedaron reducidos a simples apuntes y meticulosas notas que no tuvo tiempo de desarrollar a pesar de su fecunda e incansable carrera.

hipolitosancho_amontillado_puertosantamariaImpartió clases entre otros centros, en la Academia Poullet en la calle Cruces,  en el Instituto de Jerez y en el colegio los Marianistas de dicha ciudad; trabajó en el Archivo y Biblioteca Pública Municipal. Fue secretario General del alcalde de El Puerto, Antonio Rives Brest, en 1939. Cronista Oficial de El Puerto, por nombramiento de 13 de febrero de 1939, finalizando su vinculación con la instiución municiapl en enero de 1941. Fue el responsable de la imagen actual que presenta el Castillo de San Marcos y de su restauracion y hemos de señalar, además, que estuvo en los negocios de la vinatería, tan propios de El Puerto, en una aventura empresarial familiar, una de cuyas etiquetas mostramos en la imagen de la izquierda.

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Tras su muerte en 1964, fue nombrado por el Ayuntamiento Hijo Predilecto de la Ciudad, a título póstumo --en El Puerto, como casi siempre, todo ocurre después-- como reconocimiento a toda una vida de laborioso trabajo. Algunas de sus investigaciones serían superadas o sujetas a nuevas interpretaciones pero no que fuese quien sentase las bases para muchos estudiosos que vendrían después.

En 1981, siendo concejal de cultura del Ayuntamiento Antonio Muñoz Cuenca, se le tributó un reconocimiento público, colocando una placa en la casa de la calle Luna donde murió, dentro de los Actos Conmemorativos del Séptimo Centenario de la Carta Puebla. Al acto asistieron sus hermanas, Lourdes y María Teresa Sancho

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Casa número 26 de la calle Luna, donde vivió sus últimos años el investigador Hipólito Sancho.

En 1982 la Fundación Municipal de Cultura de El Puerto convocó el 'I Premio de Investigación Hipólito Sancho' para niños y jóvenes sobre temática local. Los premiados recibirían los reconocimientos en la Feria del Libro del mismo año decicada al erudito desaparecido.

En 1989, a los 25 años del fallecimiento del investigador, la Academia de Bellas Artes 'Santa Cecilia' recibió los derechos de propiedad intelectual de toda la obra de Sancho.

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En 1992, la Academia de Bellas Artes 'Santa Cecilia' le dedicó, el 23 de abril, el Día del Libro

En 1993, el Ayuntamiento de la Ciudad, a instancias de quien fuera su concejal de cultura en aquellas fechas, Juan Gómez Fernández, le tributó un homenaje con motivo del centenario de su nacimiento en forma de exposición conmemorativa. Fueron muchas las entidades y personas que se sumaron y colaboraron con aquella muestra. Podemos citar entre otras a su hermana Lourdes Sancho, Pablo Antón Solé, Ramón Bayo, Valerio Marín, la familia Poullet Ramírez, Gonzalo Zaragoza.

En cuanto a instituciones colaboraron el Ayuntamiento de Jerez, el Archivo Histórico Provincial de Cádiz, el Archivo de la Iglesia Mayor Prioral, el Archivo Municipal, la Biblioteca Municipal de El Puerto y el de la de Jerez, Safa San Luis, Centro de Estudios Históricos Jerezanos, Comunidad de Jesuitas de El Puerto, el Instituto Padre Luis Coloma de Jerez, el Museo de la Catedral de Cádiz, el Instituto de Estudios Canarios, el Museo Histórico Municipal de Cádiz, la Academia Hispanoamericana de Cádiz de Ciencias y Artes, Academia de Santa Isabel de Hungría de Sevilla, Academia de San Dionisio de Jerez, el Seminario de San Telmo de Sevilla y la Unversidad de Deusto.

historiadelpuerto_sancho_puertosantamariaHISTORIA DEL PUERTO DE SANTA MARÍA. Desde su incorporación a los dominios cristianos en 1259 hasta el año mil ochocientos. Ensayo de una síntesis.

(En la imagen de la izquierda, portada de la edición de 1943).

El mérito de Sancho de Sopranis fue haber sido el primero en ilustrar los orígenes del Puerto de Santa María a partir de la riquísima información contenida en algunas de las hermosas cantigas de Alfonso X el Sabio. En el capítulo segundo, analiza la primera repoblación del Puerto, así como la carta - puebla otorgada por Alfonso X el 13 de diciembre de 1281. En el capítulo tercero, Sancho de Sopranis, vuelve a echar mano de las Cantigas para referir la predilección de Alfonso X hacia el Puerto de Santa María. En los capítulos IV y V se pasa revista a un breve etapa durante la cual el Puerto fue señorío de la Orden de Santa María de España (1272 - 1280). El capítulo VI se dedica con un gran lujo de detalles, a las relaciones entre Colón y el Puerto. Los cuatro últimos capítulos de la I Parte los dedica Sancho de Sopranis a la organización municipal y eclesiástica de la villa, para concluir con una reconstrucción de la vida y fisonomía de la villa en torno a 1498. A la Edad Moderna, Hipólito Sancho dedica los libros II, III y IV. El primero se centra en el siglo XVI, dentro de la que destaca su vinculación con el mundo atlántico. En el libro III aborda una dilatada etapa que tiene su comienzo en los albores del XVII y concluye en 1729.

LHP-5-1El libro IV, El Iluminismo, quizás el título menos afortunado tiene su inicio en la incorporación del Puerto a la Corona, coincidente con la estancia en la ciudad de la familia real de Felipe V, cuyos pormenores relata Sancho. No olvida Sancho en las páginas que dedica al siglo XVIII, efectuar un repaso a la vida religiosa de la ciudad. Parcas son en cambio las páginas dedicadas a la vida económica local, con las que remata la obra y que ofrecen un sumario testimonio de la roturación de alrededor de doscientas aranzadas de arenales para viñas, la ruina de las salinas y el desarrollo comercial. La síntesis de Hipólito Sancho se completa con unos nutridos apéndices dedicados a las magistraturas portuenses durante la Edad Moderna, que vienen acompañados de sendos índices onomástico y toponímico. (En la imagen, portada del libro, edición 2007).

Del libro “Bibliografía y recuerdo de Hipólito Sancho de Sopranis”, de Fernando Toscano de Puelles, editado por aquellas fechas y del catálogo de la exposición de 1993 se extrajeron los datos que conforman esta nótula.

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Javier Alonso Osborne es un periodista porteño, actualmente director adjunto de la Revista ¡Hola!, donde trabaja desde hace 25 años. Hijo de María Teresa Osborne Tosar  y del extremeño Javier Alonso Sotillo, nació circunstancialmente en Madrid durante la Guerra Civil en el hoy inexistente hospital Francés, el 21 de abril de 1937, siendo hijo póstumo pues su padre moriría asesinado durante los tristes episodios de Paracuellos del Jarama (Madrid), en 1936. (Foto: Javier Alonso Asensio).

javieralonsosotilloSu padre, funcionario de Patrimonio Nacional, había sido detenido en su domicilio de San Lorenzo del Escorial por milicianos republicanos, y trasladado a Madrid. A partir de ese momento su madre, que también se traslada a la capital, no tendrá ya más noticias ciertas de su marido. (En la imagen, Antonio Alonso Sotillo, su padre).

Consigue un visado del consulado para abandonar con su hijo España, vía Valencia en dirección a Marsella. De allí viajarían a San Juan de Luz y de nuevo en España por Irún, Fuenterrabía, San Sebastián… hasta cruzar la Vía de la Plata y llegar a su Puerto natal. Aquí, tres años después conocerá el triste final de su esposo. Aquí en El Puerto, con ocho o nueve años, Javier se enterará del trágico suceso.

piccolo_puertosantamariaPICOLO: INFANCIA EN EL PUERTO.
En casa de su abuela habían viviendo unos soldados italianos. El grueso de la tropa estuvo alojada en el Cuartel de Caballería de la Plaza del Polvorista. Según cuenta Javier, recordándolo: «La cosa es que aquellos señores, que eran muy simpáticos según mi madre, y que hablaban muy mal el andaluz, vamos, el español, me cogían en brazos y me subían por encima de sus cabezas, como se hace con los niños chicos parar hacerles reír, y todo el rato decían: «¡El píccolo! ¡El píccolo!». Y ‘Picolo’ --pequeño, en italiano-- se le quedó como sobrenombre cariñoso por el que le conocen sus amigos.

javieralonsoosborne_comunion_puertosantamariaJavier (en la imagen de la izquierda, vestido para la Primera Comunión) estudiará en El Puerto, hizo la primera comunión en las Carmelitas y en el Colegio de San José y San Estanislao,  donde tendrá como condiscípulos a Crespo, Rascón, Gonzalo Benjumeda, Borja Osborne Vázquez, … ; luego vendría el Colegio de El Palo (Málaga), donde cursa el bachiller para mas adelante trasladarse a Madrid a hacer lo que siempre quiso hacer, periodismo. “Siempre me gustó escribir”. Así obtiene el título de Periodismo en la Escuela Oficial de Madrid.

PERIODISMO: DIEZ MINUTOS Y ¡HOLA!
Al finalizar los estudios de Periodismo con 23 años, Joaquín Valdés Sancho, --que fue para nuestro protagonista un maestro,  del que hablamos en GdP en la nótula núm. 410 de María Merello--, y que era propietario de varias publicaciones, entre ellas  ‘Anuario del Gran Mundo’ y ‘Diez Minutos’ lo fichó en 1960 para esta última publicación donde trabajaría por espacio de 25 años, sustituyendo a su mentor en las tareas de Director, por espacio de 12 años.

hola2En septiembre de 1985 es contratado como subdirector por la Revista ¡Hola!, al año de fallecer su fundador, el rondeño Antonio Sánchez Gómez, donde ya lleva 25 años y, desde hace dos en las funciones de Director Adjunto. Recientemente, el 14 de julio pasado, ha fallecido Eduardo Sánchez Junco, hijo del fundador de la revista y, en la actualidad, continuando la saga familiar, el medio es dirigido, con gran éxito por su nieto Eduardo Sánchez Pérez, con la colaboración de sus hermanas Mamen y Mercedes, quienes tienen casa en El Puerto.

La publicación, nacida en 1944, tiene 12 millones de lectores en todo el mundo, alcanzando 13 ediciones y llegando a 70 países. La expansión de la marca dio comienzo en 1988, con el lanzamiento de la edición inglesa Hello!, estando presente en países tan dispares como Rusia, Canadá, Grecia, India, Turquía o Tailandia mientras que actualmente tiene hasta siete ediciones online (Reino Unido, España, México, Canadá, Rusia, Grecia), siendo Zinio la proveedora de Internet. Hola es la "revista mas respetada dedicada a la intimidad y el éxito de personalidades de diferentes ámbitos", así se define la propia revista en la recién estrenada edición brasileña.

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Con S.M. el Rey, en una recepción en el Palacio de la Zarzuela, una vez repuesto tras el accidente que tuviera el monarca, esquiando en Suiza.

PERIODISMO POLIFACÉTICO.
Durante estos 50 años simultaneaba sus trabajos en ambos medios con otras ocupaciones esencialmente ligadas al periodismo. Así, prestaría sus servicios profesionales a partir de 1965 por mediación de quien fuera Ministro de Exteriores, Alberto Martín Artajo, en la Editorial Católica, donde trabajaría por espacio  de diez años en las redacción del diario ‘Ya’; se fue al morir Franco.

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Javier Alonso recibiendo el premio 'Popular' del diario 'Pueblo' de manos de Don Juan de Borbón, Conde de Barcelona.

Y como Jefe de Redacción de tarde en la agencia de noticias ‘Logos’. Un colaborador de Gente del Puerto, Antonio Gutiérrez era el corresponsal en nuestra Ciudad de Logos y, aunque nunca se conocieron personalmente, recuerda que hablaron mucho por teléfono. Gutiérrez rememora como, con la noticia del accidente que sufrió Mariana Mateos, la primera esposa de Fernando T. de Terry Galarza cerca del desaparecido restaurante ‘Mi Casita’, en el que perdieron la vida ella y la asistenta doméstica, recibió por parte de Logos una mención o premio a la noticia más humana.

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Unos jóvenes Javier y Rocío Jurado.

NOVELISTA
En 1972, su novela ‘Martín Grís’ “bella y triste a un tiempo” como escribiría el escritor Alfonso Grosso en su prólogo, quedó finalista del Premio ‘Café Gijón’. Hay quien afirma que, por razones de oportunidad política, no consiguió el premio que fue para un cubano: el padre de Mayra Gómez Kemp.

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Javier, en un pulso contra dibujante de prensa, Antonio Fraguas  'Forges', descubrimiento de nuestro protagonista para la Revista 'Diez Minutos'.

Casado en octubre de 1963 en Madrid con la también periodista María Eugenia Asensio Iglesias, a la que conoce en la Academia de Luis María Ansón haciendo el preparatorio para la Escuela Oficial de Periodismo. Tienen cuatro hijos, María Eugenia, Alfredo, Elena –licenciada en Ciencias Políticas y Periodismo—y Javier fotógrafo de la revista ¡Hola!, quienes les han dado seis nietos. Aquí tiene casa en la Costa Oeste, donde aprovecha para relajarse e impregnar su retina de la luz y el color del mar de El Puerto.

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En la reciente boda de Lolita Flores.

Portuense hasta la médula, su madre siempre le inculcó el amor a esta tierra, el amor a El Puerto. "Siempre me llamó la atención como dos escritores antagónicos en cuanto a las ideas políticas, Alberti y Muñoz Seca, vivieron en la misma manzana donde estudié las primeras letras: en las Carmelitas, calle Nevería, donde vivió Muñoz Seca y en Santo Domingo, Rafael Alberti”. Unidos desde la cuna, separados por la política, ambos hijos ilustres de El Puerto.

mteosbornetosar_puertosantamaria‘A MI MARIDO LO ASESINARON EN PARACUELLOS’.
“… No tengo más remedio que responder a las preguntas cada vez más insistentes de mis hijos y de mis nietos, algunos de ellos ya en edad de exigir contestaciones objetivas y concretas… De pronto me acordé del diario de mi madre que tuve olvidado durante setenta años, pero que la ‘memoria histórica’ había desenterrado, casi un siglo después, por la incesante búsqueda de fosas y trincheras, dormidas en la injusticia de los tiempos, para reivindicar a un abuelo muerto, cuando en casi todas las familias españolas hay un padre, un abuelo, un capitán republicano o de las tropas franquistas, o un tío cura cuya foto, ya casi olvidada –ni roja ni azul--, permanece en la cómoda del pasillo o en cualquier cajón sin que ni los hijos ni los nietos pregunten detalles de aquella guerra que debería ser una lección para aprender a vivir en paz, en libertad y democracia sin buscar, nunca más, revanchismos y nuevas venganzas…” Escribe Javier en su libro “A mi marido lo asesinaron en Paracuellos”, historia en forma de diario del puño y letra de la madre del autor, publicado por la Editorial Martínez Roca cuya reseña puede leerse en la nótula 591 en Gente del Puerto. María Teresa Osborne fallecería en Madrid el 27 de diciembre de 1987.

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En la imagen, una hembra joven de Palomo de Clase.

La afición al divertimento con palomas ha sido a lo largo de los siglos cuestión de adoración por nuestra cultura y sobre todas, las influenciadas por las de descendencia árabe y como tal, nuestra ciudad no iba a librarse de ello.

Existen ya referencias a la ordenación gubernamental sobre la tenencia de palomas en nuestra provincia con las Reales Ordenanzas de Cádiz de 1759, en las que se disponían las normas para el vuelo y tenencia de estas aves, lo que dice mucho sobre la antigüedad y tradición de esta modalidad que fundamentalmente consistía en adiestrar tanto a machos como a hembras de esta especie a atraer a sus congéneres alados sin dejarse así mismo atrapar por otros aficionados que empleaban las mismas técnicas colombicultoras.

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Lances de conquista del Palomo de Clase, en el aire.

palomosdeclase_lances_puertosantamariaEL CORTEJO O LOS PALOMOS RATEROS.

En resumidas cuentas, esta disciplina o mas bien arte, consiste en soltar uno o varios machos en soltería para captar o atraer hembras bien perdidas o de otros aficionados a su palomar, donde se dispone de trampillas en los cajones de los palomos a tal efecto y viceversa. Las hembras solteras atraerán también  a los incautos machos que las pretenden siendo atrapados por los ‘hembreadores’ si estos se entregan a sus captoras.

Esta condición conocida y empleada por el hombre a través de los tiempos ha venido en denominar a este tipo de palomas como ‘Ladronas’ o ‘rateras, términos por las que han sido conocidas por las personas ajenas a esta afición, y que no hace realmente justicia al animal en sí, ya que su ejecutoria no es sino realizar su cortejo, consistente en llamar a su congénere al nido y prepararse para las futuras crías.

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Pareja de macho y hembra de cortejo en el suelo.

SUSTENTO EN ÉPOCA DE PENURIA.

Es sabido que en nuestra tierra, el poseer una collera de estos palomos ‘rateros’ era sinónimo de tener garantizado el sustento en época de penurias con alguna que otra zurita o paloma común que echar al puchero. Durante mucho tiempo así se fueron seleccionando para este menester a las palomas mejor dotadas en esta condición captadora, dando este hecho lugar a que los aficionados perpetuasen diferentes líneas de sangre o genéticas. Ello ha derivado en lo que actualmente se conoce como razas de ‘Buchonas Españolas’, todas ellas con un marcado carácter y capacidad de búsqueda y conquista.

palomodeclase_1_PALOMAS AUTÓCTONAS.

El ‘Palomo de Clase’, es una de estas razas de palomas autóctonas que se distingue de las demás --además de poseer estos rasgos de comportamiento-- por las figuras o posturas que adoptan en vuelo y por sus peculiaridades morfológicas de parada, establecidas en su estándar racial. (En la imagen de la izquierda, hermoso ejemplar criado y propiedad de F.M.B.V.).

EL NOMBRE.

Fue bautizado así, ‘Palomo de Clase’, precisamente por sus atributos en cuanto a la manera de seducir a las palomas y su forma de volar con un braceo grácil y elegante, como flotando alegremente al lado de su amada y conduciéndola hacia su palomar con nobles intenciones.

ORÍGEN ALICANTINO.

Son animales seleccionados a través del tiempo por los aficionados, realizando oportunos cruzamientos de palomos autóctonos con otras variedades que originariamente fueron palomas de origen levantino, traídos por marineros alicantinos principalmente a nuestra ciudad a mediados del siglo pasado.  Coincidía con su asentamiento en El Puerto de Santa María y, posteriormente, allá por la década de los 70 con otros tipos de palomas de figura o postura denominadas ‘Holgueras’ y que fueron ideadas en la localidad vecina de Jerez de la Frontera.

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Palomo de Clase con pintas 'Zarandalín', macho.

REPERCUSIÓN INTERNACIONAL.

Mas tarde con el trabajo adecuado de selección morfológica fueron fijándose los caracteres exigidos en su patrón racial, que fue aprobado por la Real Federación de Colombicultura en el año 1999 y que, a raíz de ello, han ido difundiéndose a nivel internacional, siendo hoy día una raza muy cotizada y valorada por sus atributos.

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Integrantes de las Juntas Directivas de los Clubs de Palomos de Clase de las poblaciones de El Puerto, Jerez y Rota, el día de la ratificación del estandar de vuelo de dicha ave, celebrado hace un par de años en nuestra Ciudad.

FOCOS DE LA AFICIÓN.

En nuestra provincia, los focos principales de afición son El Puerto, Jerez, Rota, Sanlucar, Chipiona, San Fernando, Chiclana y algunas localidades mas que poseen Clubes o Asociaciones de criadores que aglutinan a los aficionados que participan en eventos organizados para valorar la calidad de sus ejemplares.

palomosdeclase_cartel_puertosantamariaEn nuestra ciudad existen tres clubes de aficionados a este palomo: Los Bravos,  La Portuense y el Club deportivo Los Bravos que acumulan decenas de aficionados, amen de las personas que practican esta modalidad sin estar incluidos en asociación alguna y que se cuentan por cientos. (Cartel Certamen año 2009).

Así pues, la afición actual a nuestro ‘Palomo de Clase’ goza de buena salud pese a los cambios arquitectónicos sufridos en nuestra Ciudad, que cada vez lo hace menos propicia para practicar esta afición, así como a la merma en la cantidad de afición juvenil que hoy prefiere hobbies menos tradicionales, muy a nuestro pesar. (Texto y Fotos: Joaquín Cordero).

Más información: palomosdeclase.blogspot.com

Palomar en El Puerto, propiedad de Juan Reyes "El Roteño", donde vuela sus palomas de raza Palomo de Clase

Vídeo con imágenes históricas del Racing Club Portuense, realizaco por el Canal Racing Portuense Tv, con imágenes de Gente del Puerto y la web eseracingoe.com.

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Con motivo de la renovación de la Plaza de España, popularmente conocida como de la Iglesia, y su entorno, se están realizando una serie de trabajos que podrán gustar mas o menos. Entre éstos, encontramos una serie de grabados en las losas de la plaza que representan la silueta muy esquemática de varios barcos o navíos. Lo que pretendemos en este pequeño trabajo que hoy presentamos, es precisamente dar a conocer de donde proceden y que representan.

dibujo_barco_prioral_puertosantamariaCuando los redactores del proyecto arquitectónico de la plaza nos presentaron la idea nos pareció estupendo, y sin dudarlo estuvimos de acuerdo. Nuestra ciudad y el mar es una unión natural salpicada por la intervención  humana, de las que estos grabados forman parte de su Historia, pues ellos mismos son parte del Castillo o Fortaleza de Santa Catalina, conocido por la Gente del Puerto como Las Murallas.

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Panorámica de Fuerte Ciudad. (Foto: Javier de Lucas Almeida).

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Otra vista de la edificación. (Foto Javier de Lucas Almeida).

DESDE 1737
Los grabados fueron realizados en su mayoría por soldados españoles o franceses. El tiempo de aislamiento en el castillo, las largas guardias, la soledad o el recuerdo, dejar nuestra huella, o simplemente la distracción, alentó a las personas presentes en los distintos momentos históricos a plasmar en las paredes del castillo aquello que veían, vivían, recordaban, o testimoniaban su paso. Así, podemos encontrar decenas, tal vez centenares de grafitos. Los más antiguos hasta el momento están fechados en el año 1737. Aunque los más abundantes, y a la vez menos interesantes, son los realizados a finales del siglo pasado, y lo que llevamos de éste, en gran parte pintados, que están solapando los más viejos.

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Otra vista de la edificación frente al mar, podemos observar los bloques de piedra ostionera que conforman el dintel de una de las puertas. (Foto Javier de Lucas Almeida).

HACE 25 AÑOS.
Sobre estos grabados, ya hemos realizado varios trabajos, el aquí firmante Juan José López Amador,  junto a nuestros compañeros y amigos José Antonio Ruiz Gil, y Enrique Pérez Fernández. En el año 1985, realizamos un importante trabajo de recopilación “in situ” de los grabados donde también participo nuestro amigo José Ignacio Delgado Poullet, se calcaron sobre plásticos todos aquellos que estaban visibles, transportándolos luego al papel, decidimos llevarlo a cabo debido al mal estado que presentaba el Castillo, hoy 25 años después, muchos de estos grabados están mas dañados o han desaparecido.

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Plano de Fuerte Ciudad de 1801. Archivo Militar de Segovia.

SISTEMA DEFENSIVO.
A raíz del descubrimiento de América se desarrolla en todo el entorno de la Bahía un sistema defensivo, básicamente diseñado en la defensa de ataques provenientes del mar, convirtiendo desde el siglo XVI la entrada a la Bahía de Cádiz en una encerrona para las flotas enemigas. Un sistema de guardas a caballo, avisos de ahumadas en el día, y almenaras por la noche, se pone en marcha. Pero, sobre todo, serán unas pequeñas baterías, al menos una veintena, situadas estratégicamente por toda la costa, las que formen el cerrojo de la ciudad de Cádiz y su Bahía. Apoyadas por grandes fortificaciones, hacia el mar las de Cádiz, y una en el interior del seno de la bahía, el Castillo de Santa Catalina, tendrán un papel fundamental en desarrollo militar de Cádiz.

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Vista aérea del Castillo de Santa Catalina. Destaca el 'hornabeque' (Del al. Hornwerk, de Horn, cuerno, y Werk, obra). Es la fortificación exterior que se compone de dos medios baluartes trabados con una cortina. Sirve para lo mismo que las tenazas, pero es más fuerte, por defender los flancos mutuamente sus caras y la cortina. (Foto: Google Maps).

CASTILLO DE SANTA CATALINA.
El Castillo o Fortaleza de Santa Catalina, esta ubicado en un pequeño cabo en el interior de la bahía, siendo el castillo de mayor tamaño construido. El espacio ocupado por las construcciones defensivas sobrepasaban los 15.000 metros cuadrados. Un cordón de murallas con baterías hacia el mar, y murallas a tierra con figura de hornabeque configuraban su perímetro.

En el solar que ocupa el castillo sabemos que hay una villa romana, con su alfar. También se encontraba la Ermita de Santa Catalina, de la cual no podemos establecer la fecha de fundación, si bien hay documentos que la mencionan en el año 1525.

juandelacosa_puerto_de_santa_mariaPARTIDA DE JUAN DE LA COSA.
La primera vez que tenemos constancia de este lugar en la Historia, fue por la partida de sus playas en el año de 1499 de la expedición que Juan de la Cosa, quien en el año 1500 realizara el primer Mapa Mundi en esta misma ciudad. Alonso de Hojeda y Américo Vespucio, completaban el mando de esta expedición, en la que se descubrieron las costas de Venezuela.

DEFENSA DE EL PUERTO Y CÁDIZ.
En el año de 1540 el rey Carlos I ordenó al Duque de Medinaceli la construcción de una torre. Y comienza la historia militar. El 25 de mayo del año 1562 trece navíos turcos intentan saquear Cádiz, al no conseguirlo desembarcan en Santa Catalina siendo repelidos por el socorro de las milicias de Jerez. En año de 1577 Luis Bravo de Laguna envía un memorial al rey Felipe II, donde le expone la situación defensiva tan caótica que tienen las ciudades de El Puerto y Cádiz, así como la necesidad de levantar una fortaleza. Así mismo, la ciudad de Cádiz en el año de  1586 le pide al rey que se finalice el fuerte de Santa Catalina. Hay un documento fechado el 27 de agosto del año 1587, mandando restituir al colegio de Santo Tomas de Aquino de Sevilla 112 reales que se le repartió para la fábrica de la torre de Santa Catalina. Por tanto podemos fechar la construcción militar entre el decenio de 1577 a 1587.

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Plano de José Antonio Calderón Quijano. (1730-40).

Como se puede ver en el plano de J. A. Calderón Quijano, de entre los años 1730-40, hay construcciones de importancia, almacenes, cocinas, iglesia, y otras estancias. En el año 1765 la artillería era la siguiente: seis piezas de a doce, ocho de a treinta, seis montadas y un pequeño destacamento de artillería e infantería. Además de alojamiento para el gobernador, el oficial de artillería y su tropa con cincuenta soldados y doce caballos con un almacén de pólvora, dos de pertrechos y un tinglado para enseres. Esta distribución pertenece a las ruinas que hoy se pueden ver.

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Cuartel de la Guardia Civil en Fuerte Ciudad, poco antes de su desmantelación hacia 1970. (Foto: Archivo Municipal).

HACE 200 AÑOS.
En enero de 1810 el Capitán General de Andalucía, Francisco Javier Venegas, autoriza al almirante inglés Pervis a volar Santa Catalina, para impedir que el ejército napoleónico encuentre un lugar cómodo desde el que situar sus cañones. Una vez que llegan al Castillo las tropas imperiales francesas, comienzan con la reparación de las baterías, hasta el 18 de febrero día en la que se produce un golpe de mano español sobre el Castillo. Por lo tanto, este fue el momento en el que la fortaleza decimonónica fue arruinada. En el siglo XIX junto al fuerte se construye un importante cuartel de la benemérita, hoy desaparecido, que funciona hasta los años setenta del siglo pasado.

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Grabado y dibujo a calco, hayado en la tronera 2-2, y dibujo a calco.

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Réplica del grabado anterior en una de las losas de la Plaza de España.

LOS GRABADOS.
Estos grabados se realizaron en los lienzos de murallas construidas básicamente con una piedra local denominada ‘piedra ostionera’. Las canteras de esta piedra están situadas al pie del castillo, en la zona intermareal. Con el tiempo, en el espacio que ocuparon las canteras, se construyeron grandes corrales de pesca y marisqueo que se mantuvieron hasta los años setenta del siglo pasado.

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Sobre estas murallas se aplica un mortero de cal hidráulica y arena con un grosor de entre los 1 a 3 centímetros; el fratasado o repellado es de gran calidad, con la superficie cristalizada por la acción caliza, manteniendo un enlucido pintado de rojo y amarillo.

CONSERVACIÓN.
La conservación del castillo en un análisis general es bastante mala, casi todo el frente del mar ha desaparecido, gran parte a consecuencia de las voladuras realizadas, excepto grandes paredones del lienzo de muralla del frente del mar en la actual playa de La Muralla. De la torre solo se conserva el 30% de la construcción, mientras que del resto de la edificación interior sólo quedan los cimientos. Sin embargo, el muro de tierra se conserva prácticamente completo; eso si, con grandes perdidas del enlucido donde se realizan los grabados, y grietas estructurales que lo ponen en peligro, muchas de ellas producidas por la acción de la vegetación, a veces de tamaño arbustivo.

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Pero, sin duda, tras el factor natural, quien más incide en la pérdida y destrucción de los grabados antiguos es el humano, técnicas de picado, rayado y  pintado con espray.

FIGURAS Y DIBUJOS.
El trazado de las figuras suele ser muy esquemáticas y con ausencia muchas veces de detalles. La gran mayoría está, a veces, agrupados; sobre todo en las troneras y su entorno, así como en el muro del frente de tierra, lógico si tenemos en cuenta que gran parte del castillo ha desaparecido.

A pesar de la simplicidad en los dibujos, en algunos se pueden atisbar los cascos y los aparejos de los barcos, representados estos en una gran variedad de modelos. Podemos ver navíos de velas cuadras, con los puentes de los cañones. Tartanas remolcando fragatas, un buque de dos palos, que bien puede ser un bergantín. En algunos casos se les puede apreciar enarbolando banderas en cruz. Faluchos, tal vez cañoneros, con aparejo latino, alcázar en popa y cofa. Otras embarcaciones veleras con marcados timones, pertenecientes a pequeños pesqueros, también hay un buen numero de buques de la Guerra Civil Española.

fuerteciudad_incripciones_puertosantamariaINSCRIPCIONES.
Tras los barcos el mayor número de grabados pertenecen a las inscripciones. Muchas de estas se encuentran muy deterioradas y sólo se aprecian palabras y, a veces, letras sueltas. Pocas se han conservado que puedan ser legibles, las que lo son proporcionan una serie de datos que, a veces, pueden ser de interés. Al menos en dos de los grabados tenemos la fecha de 1737, ambas realizadas en el mes de junio. Esto nos lleva a fechar en termino post quem la construcción del lienzo de muralla del Frente de Tierra. Otras inscripciones recogen los nombres o cargos, hay varias que corresponden  a soldados del ejército francés, dos del Regimiento numero 13 de Cazadores (Chasseur). El primero, A. Berner, que es sargento. El segundo Humbert Lezociourre (posiblemente un voluntario polaco), es lancero como el anterior, y pertenece a los chasseur-a-cheud (cazadores montados). La fecha debe corresponder con el bienio 1823-24, cuando se produce la ocupación francesa por el Duque de Agulema y los “Cien mil Hijos de San Luis”. Las tropas anticonstitucionales arribaron a El Puerto el 23 de junio de 1823, y mantuvieron el control de Cádiz y sus fortificaciones hasta el año 1828.

fuerteciudad_signos_puertosantamariaMARCAS Y SIGNOS.
Un gran numero de grabados pertenecen a marcas y signos, la mayoría de los cuales nos son desconocidos o ilegibles. Otros pertenecen a marcas, que nosotros relacionamos con distintos blasones familiares, una heráldica popular poco estudiada en la zona. Son marcas que se grafía sobre objetos personales o de uso domestico, e incluso en las casas. Algo similar a estas marcas lo hemos encontrado en El Puerto de Santa María; en los siglos XVI-XVII, en las botijas para la exportación, aparecen marcas con una, dos o tres palabras, a veces con un signo, indican su propietario. Se trata de gentes ligadas al mar, con la diferencia de que en este último caso pertenecen a comerciantes con América. (En la imagen, grabado de marcas personales).

BLASONES FAMILIARES.
Los grabados que hemos recopilado del castillo de Santa Catalina debemos entenderlos como representaciones de blasones familiares tradicionales, semejantes a los registrados en otras zonas de la Península Ibérica. Según esta tradición el padre detenta la marca del tronco de su blasón, a la que su descendencia añade sucesivamente un signo complementario, hasta que el hijo menor vuelve a recuperar la marca original, y que de la misma forma transmitirá a sus descendientes. Estas marcas están presentes en La Guardia, Galicia, y en Póvoa de Varzim, Portugal, donde sí están bien estudiadas.

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Lienzos de las murallas de Santa Catalina o Fuerte Ciudad. (Foto: González Lechuga).

Por todo esto creo que aunque no sean muy conocidos, estos grabados si son algo nuestro que nos representa, son muestras de gentes sencillas desconocidas en su mayoría, pero que ya forman parte de la historia de nuestro Gran Puerto de Santa María. (Textos: Juan José López Amador).

Pulsar para saber más sobre los grabados del Castillo o Fortaleza de Santa Catalina

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antoniocamachocaballero_puertosantamariaLos padres de Antonio Camacho Caballero (1901-1991), fueron Miguel Camacho Soldado y Josefa Caballero Muñoz originarios de Iznájar (Córdoba). Quedó huérfano de padre siendo muy niño. Junto  con su hermana Aurora --unos años mayor-- y su madre se vinieron a El Puerto a vivir con el hermano mayor  --Juan-  20 años mayor que él.

Juan Camacho Caballero era propietario de la Casa de Las Cadenas donde  también tuvo un almacén de comestibles y un bar.  También era propietario de la Casa Roque Aguado --actualmente en promoción de viviendas--  y de una bodeguilla donde hoy está situada la oficina de Correos, en la Plaza del Polvorista.  Además era dueño de dos  tabernas en El Puerto donde se despachaban sus vinos:  ‘El Golpe’  en la calle las Cruces y  ‘El Segundo Golpe’ en la calle la Zarza,  así como de  de otro despacho de vinos llamado ‘La Campana’ situado en  la calle San Sebastián esquina  Santa Lucia. (Antonio Camacho, al volante de unos de los muchos vehículos que tuvo a lo largo de su vida).

Juan tenía dos hijos, Miguel y Rosa, quienes eran casi de la misma edad que su tío Antonio.  Debido a la diferencia de edad entre los hermanos –Juan y Antonio- tío y sobrinos se criaron juntos como hermanos.  Miguel se casó con Francisca y no tuvieron descendencia. Rosa se casó con Joaquín Albiol,  quedando  la rama Camacho de esta parte finalizada con los Albiol Camacho.

la_diana_envoltorio_puertosantamariaCOMESTIBLES LA DIANA. EL BAR Y LAS BICICLETAS.
Cuando Antonio se emancipó de su hermano Juan –sobre el año 1923- pasó una temporada en Sevilla y ahí empezó su gran afición por los automóviles.  De vuelta a El Puerto --con 25 años--  abrió el almacén de comestibles La Diana en la calle  José Navarrete, 51 -posteriormente llamada Reyes Católicos y en la actualidad Palacios- propiedad de un montañés de 77 años llamado Marcelino Aguaro. En los años siguientes amplió el negocio a bar --donde servía, además del consabido vino, café y chocolate-- y venta y alquiler de bicicletas con entrada por la calle San Bartolomé y a desarrollar su afición por los automóviles con  taxi en la parada. (En la imagen, papel envoltorio de 'La Diana').

En el año 1928 se casó con María Teresa García Rodriguez --la séptima de nueve hermanos-- del matrimonio formado por Fernando García Rodriguez, nacido en Coladilla (León) y por María Teresa Rodriguez  Sánchez  nacida en Jerez de la Frontera.  La familia García Rodríguez vivía en  la casa núm. 5 de la Calle San Sebastián, propiedad de Fernando. Una preciosa casa solariega con un magnífico patio y un jardín con una bodega anexa donde tenía un lagar, frente a la Capilla de la Aurora. La casa aún conserva la fachada y el patio y el resto ha sido  transformado en viviendas habiéndose incluso construido unifamiliares en el jardín y bodega.

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La nueva familia Camacho García, en 1940, como no, en torno a un coche.

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A la derecha, frente a la Capilla de la Aurora, casa de la calle San Sebastián, 5, número 38 en la numeración antigua del siglo XIX, que aún conserva en azulejo en la fachada de la puerta principal.

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Fotografía antigua del patio de columnas de la casa, con una bonita estampa del jardín posterior, que se puede observar, rabioso de vegetación y luz, a través de las rejas, hoy también desaparecidas. Durante el cierre de la casa cuando es dejada de habitar,  hasta su rehabilitación como viviendas modernas, el noble edificio fue despojado --¿expoliado?-- de los elementos de ornato interior que la distinguían: el barandal de palosanto, las puertas de casetones y cuarterones de caoba, la yesería de las bóvedas, etc... Al menos quedó el escudo exterior de quienes lo mandaron construir y que vemos en la fotografía de abajo.

sansebastian5_escudo_puertosantamariaSAN SEBATIÁN, 5.
Dada la extensión de la casa, de San Sebastián, 5, además de los García Rodríguez y sus nueve hijos la compartían una hermana de María Teresa –Petra- que se casó con un Fernández Lobo de la tonelería que hubo en la calle Comedias; de esta familia parte la rama Fernández Rodríguez con sus hijos: Rogelio, Francisco, Agustín, Rafael y Eloísa.

Volviendo a Antonio Camacho. Sus descendientes: Aurora, Antonio, María Teresa (fallecida) José Miguel y Rafael son los actuales transmisores de la rama Camacho originaria de Iznájar (Córdoba).  Los primeros años de su matrimonio vivieron en la actual calle Palacios.  Cuatro años más tarde se mudaron al piso principal de la casa de La Diana, aún propiedad de Marcelino Aguado, según contrato de fecha 6 de Marzo de 1932.

la_diana_antiguo_puertosantamariaCon el paso de los años fueron desapareciendo el bar, las bicicletas y los taxis quedando solo el almacén de La Diana que fue traspasado a Isidro Gómez Recalde en el año 1960. En esta fecha el propietario de la finca y almacén era Doña Quintina Caballero, santanderina, posiblemente descendiente de Marcelino Aguaro. En la actualidad el establecimiento es propiedad de José Joaquín Sánchez Sena, quien primero por traspaso de Isidro Gómez Recalde y luego adquiriéndolo, pasó a ser de su propiedad, como ya se ha indicado. Ver nótula núm. 090 en Gente del Puerto.

LOS TRANSPORTES.
Al margen de La Diana, que es lo que ha motivado esta semblanza de Antonio Camacho Caballero hay que añadir que, no solo fue conocido por el almacén sino por sus otras múltiples actividades y últimamente en el ramo del transporte. El 16 de Enero de 1927 adquiere de José Arniz Franco un turismo marca Ford matrícula SE-2719 motor 6381398 de 12 HP del año 1926. Arniz lo tenía en alquiler, en el año 1926, por una peseta el kilometro según la tarifa manuscrita que los descendientes de Antonio Camacho aún conservan. Así mismo, consta en documentación el parte al Ayuntamiento de Antonio Camacho de la tenencia del citado automóvil con custodia en garaje en calle Aurora núm. 3 --emplazamiento de la casa de Las Cadenas--.

almacen_la_diana_puertosantamariaEl día 26 de Diciembre de 1931 da parte de baja al Ayuntamiento motivando la baja por avería en el motor. Este vehículo fue trasladado más tarde al garaje de la casa núm. 5 de la calle San Sebastián --casa natal de su esposa María Teresa-- donde permaneció inactivo hasta el año 1952 en que fue transformado en la furgoneta conocida como el “coche o forito de La Diana”. (Antonio Camacho y su mujer, en el interior de 'La Diana').

LOS COCHES DE CAMACHO.
Para ilustrar su faceta como transportista, a continuación reseñamos los vehículos que poseyó, de acuerdo con la documentación custodiada por sus hijos:

  • Sevilla, 26 Mayo 1924 Contrato de compra. Don Antonio Camacho Caballero y Don Sebastián Tenorio adquieren de de Doña Josefa  Romero Rodríguez un automóvil Marca Ford, matrícula SE-2605 en dos mil quinientas pesetas, entregando en este acto quinientas pesetas aceptando los referidos señores 10 letras a razón de 200 pesetas cada una (sic)
  • El Puerto, 6 de Junio de 1925 Contrato – He vendido a Don Antonio Camacho, un coche Ford matrícula CA-344 en dos mil doscientas cincuenta pesetas pagaderas en ocho mese en letras aceptadas.  El vendedor Don Esteban Paullada.
  • El Puerto, 16 de Enero de 1927. Don José Arniz Franco vende a Don Antonio Camacho Caballero un coche Ford matrícula SE 2719 en mil cien peseta, entregando seiscientas pesetas y el resto pagaderas en cuatro letras de ciento veinticinco pesetas cada una
  • 19 de Agosto de 1938 automóvil marca Ford matrícula CA- 4893 dado de baja posteriormente el día 9 de Febrero de 1939.
  • 14 de Noviembre de 1941 Baja provisional de automóvil marca Opel matrícula CA 4594. No hay documentación de la adquisición. Este coche estuvo como taxi en la Parada.
  • 10 de Agosto de 1944 Venta de automóvil Opel Matrícula CA 4594 A Don Luis Abarzuza Pacheco.
  • 2 de Septiembre de 1952 automóvil marca Ford matrícula SE 7389 adquirido de Don Emilio Romero Aranda y transferido a nombre de Dª María Teresa García Rodríguez --esposa de Antonio Camacho--.

coche_pedales_1945_puertosantamariaEste vehículo tiene su historia: Conocido como el ‘Forito de la Diana’, fue inscrito con placa provisional para pruebas num. TO 50035 el 10 de Noviembre de 1925 a nombre de Don Roberto Osborne domiciliado en Sevilla y matriculado posteriormente el 25 octubre 1926. Sus posteriores propietarios fueron: Don Ignacio Osborne Vázquez, Doña Angeles Campos Caro y por último Don Emilio Romero Aranda  --todos de El Puerto-- siendo éste último el titular a partir del 12 de Noviembre de 1946 quien lo transfirió a Doña María Teresa García Rodríguez, convertido en furgoneta y con motor sustituido por el perteneciente al Ford Matrícula SE 2719 que, según hemos dicho más arriba, permanecía encerrado en el garaje de la casa numero 5 de la calle San Sebastián desde el 26 de Diciembre de 1931, dando origen –repetimos- a la furgoneta conocida como el “coche de La Diana”. (En la imagen, Antonio Camacho al volante de uno de sus coches de pedales y a su derecha Juanín Barcala, íntimo de Camacho y quien le acompañó a una Feria a Córdoba con dichos vehículos).

Más información de La Diana, en la nótula 090 de Gente del Puerto.

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josemariacruzgarcia_puertosantamariaJosé María Cruz García, ‘el Chico’, escribió en abril de 1993, además de los recuerdos de su infancia, los tristes memorias del inicio de la Guerra Civil, vividos por un adolescente con apenas 12 años.

Nacido el 1 de mayo de 1924, ‘El Chico’, que falleció el pasado 27 de enero de 2010, estuvo casado con María Aurora de los Milagros Vélez Hidalgo, con la que tuvo seis hijos: José María, Manolo, Gregorio, Milagros, Mercedes y Francisco. Hizo el servicio militar en Sidi Ifni (Marruecos español). Estuvo emigrado en Alemania. Trabajó toda su vida con maquinaria pesada, iniciándose en la construcción de la Base Naval de Rota. Trabajaría en la construcción de carreteras y autopistas por toda España con Dragados y Construcciones, así como en obras de pantanos en Cáceres y Badajoz. Cuando se jubiló estaba de capataz en las tristemente célebres Minas de Aznalcollar. Trajo a El Puerto la delegación de la Compañía de Seguros Norte Hispana, consiguiendo, gracias a la importante cartera de clientes que creó, abrir oficina en nuestra Ciudad.

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Rodeado de hijos y nietos, en uno de sus úlitmos cumpleaños, en el año 2006

Este es su relato realizado durante un curso impartido en el Hogar del Pensionista. La transcripción del mismo es de Manuel Paz Muñoz.

josemariacruzgarcia_ninio_puertosantamariaLA CASA DONDE NACÍ.
«Yo, José María Cruz García, nací en El Puerto de Santa María el 1 de Mayo de 1924, en la calle Santo Domingo, casa núm.3, segundo piso. Allí vivía mi abuela Dolores, con su hijo José que era viudo y su hija Lola, hermana de Jochele. Al quedarse viudo mi tío se fue a vivir con su tía Ana. En éste piso también vivía mi tío Manolo Silva y mi tía María que estaban solteros. Mis padres y yo teníamos dos habitaciones en éste piso que era muy grande, dos dormitorios, que daban a la calle Santo Domingo, y otra habitación interior con una ventana que daba al Horno de Rascón, En la actualidad (1993) es un despacho de electrodomésticos. Este piso tenía una especie de sala o recibidor, un comedor y la cocina que era inmensa de grande; no tenía cuarto de baño como hoy, sólo un retrete; tampoco luz eléctrica. Estamos hablando de los años 1928 o 29, que son lo más lejano de mis recuerdos de infancia que puedo recordar, de niño, con cinco o seis años. De quien no tengo recuerdos es de mi padre en mi casa, sólo se que mi madre se separó de él. A mi me dijeron, un poco más mayor, que mi padre desatendió sus obligaciones como padre y esposo  de mi madre.

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EL TRABAJO, LAS CALLES.
Recuerdo algo de la Fábrica de Conservas Sur que estaba en la Calle Comedias, donde trabajaban mi madre, mis tías, mi prima Lola y mi tío José, así como Manolo Silva, que lo hacía en el denominado Molino, donde fabricaban los envases de lata para las conservas. Éramos pobres, pero trabajadores, y gracias a ello teníamos para vivir humildemente. Por esos tiempos no había lujos como ahora. La mayoría de las casas eran de vecinos sin agua corriente ni luz eléctrica; un retrete comunitario es decir para todos los que allí vivían. Con esto quiero decir que nosotros teníamos un piso para la familia y vivíamos mejor que mucha gente. Recuerdo que, al caer la noche, por la calle no se veía ni un alma. Tampoco el alumbrado de las calles invitaba a pasear de noche. Nada más había un cine: el del Teatro Principal; y tampoco todo el mundo tenía para sacar la entrada. Esos tiempos eran malos.

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Milagros García, madre de nuestro protagonista y su abuela, Dolores.

EL INGLÉS McKINLEY.
Cuando tenía edad escolar, con seis o siete años, estaba en la Escuela de Encarnación, en la calle Alquiladores. Era una mujer soltera que, no sé por que circunstancia, vivía con su hermano y dos hijos de éste --Mercedes y Eduardo--. Él trabajaba en casa de Don José de la Cuesta; era una especie de mayordomo y venía mucho a la escuela. También pasaba por allí un inglés grande y alto, que se llamaba Mckinley y cuando entraba en la escuela los niños echábamos a correr y a temblar porque, “si éramos malos” nos decían los mayores “llamarían  a Mckinley, que era más grueso que el pan”. Y así las madres asustaban a los niños con el inglés. En la plaza del Castillo solíamos jugar los chiquillos, bien a la pelota o a la piola. Era el centro de reunión de los críos. Una plaza de terrizo con árboles los cuales nos servían de portería. Allí jugué hasta los trece o catorce años, hasta que empecé a trabajar.

Jose-María-Cruz-García-y-su-madre-MaríaLA FONDA DE LA ESPADA.
En la esquina de Santo Domingo con Larga se encontraba el almacén de ultramarinos de Manolito ‘el Loco’, que creo era pariente de mi padre porque, Joaquina , hermana de ‘el Loco’ siempre les decía a mi tía Pepa y a mi padre ‘primo’. Por las noches, mi tía María y mi prima Laja liaban el pimentón, el azúcar y la harina para los clientes de por la mañana ya que, entonces, no se vendían los productos envasados sino en papeles al peso. Donde actualmente está la cafetería Milord estaba la fonda de ‘La Espada’. Allí comí varias veces con mi padre cuando ya estaba separado. Por cierto, Matilde que era la hija, cocinaba un arroz con habichuelas riquísimo --todavía me acuerdo--. La cena valía un real. (Con su madre, Milagros García, en una fotografía de la época).

DIEGO NIÑO CON CHANCA.
De la calle Santo Domingo mi madre se fue a la calle Diego Niño esquina con Chanca que era de la familia del ‘Vivo’. Ya aquí vivíamos con Rafael, un hombre viudo que se junto con mi madre. Allí viví hasta el año 1934 en el que ella falleció en Cádiz en el Hospital de Mora. Recuerdo que bajé al sótano, donde se encontraba de cuerpo presente y me dijeron que tuvo problemas con una operación.

De verdad, en aquella época vivíamos muy bien. No tuve quejas de este hombre ya que conmigo se portó muy bien y con mi madre, también. Yo los veía felices, y eso a mi me daba alegría, a mi no me faltaba de nada estaba en un buen colegio. No nos faltaba la comida que, en esas fechas, estaba escasa. Se empezaron a ver los movimientos del Frente Popular, las huelgas, los despidos, … Cerraron la Fábrica de Conservas Sur donde trabajaba mucha gente y también la empresa que hacia los envases.

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Con su primo 'Ochele' vestido con ropa del batallón infantil y José María, de marinero.

Al morir mi madre yo tenía 10 años. Entonces, mi abuela Dolores que vivía en la Calle Nevería, frente a Muebles Pedregal, me llevó con ella. Allí vivían su hijo José padre de Jochele, su hija Lola, mi tío Manolo Silva, que pertenecía al Sindicato comunista y que ‘a posteriori’ en el año 1936 en el que se declaró la Guerra Civil fue fusilado por los Falangistas. Al padre de mi tía se lo llevaron al Frente y ya no volvió. Su hija Milagritos no conoció a su padre: la crió mi tía Ana. La madre de Milagritos, que murió en 1941, a causa de una epidemia a causa de la cual murieron mucha gente, al faltar alimentos y medicinas. Y es que, durante tres años, los campos no produjeron nada: ni se sembró ni se trabajó en los campos. Fué una época de hambre y muertes.

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José María Cruz, a la izquierda, de aprendiz en la Tonelería Lores.

APRENDIZ DE TONELERO.
Yo con doce años y no teniendo nada para subsistir, me puse a trabajar de tonelero, llevándole las duelas a los que labraban las maderas para las botas. Allí ganaba un real al día, es decir seis reales de lunes a sábado. Yo, que me críe como un niño bien para la época,  me vi, de la noche a la mañana, al más bajo nivel. Todo lo que pasó era para olvidarlo.

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Miembros de una Compañía del Tercio de Regulares.

EL GOLPE DE ESTADO EN EL PUERTO.
Una tarde, el 18 de Julio de 1936, se declaró la Guerra Civil. Franco dió un golpe de estado y se levantó contra el Gobierno de la República presidido por Don Manuel Azaña. Yo estaba en la plaza del Polvorista recogiendo agua en una tinaja en la fuente pública. Estaba en la esquina del Cuartel que se derrumbó para construir lo que hoy son pisos de empleados de Osborne. Allí cogíamos el agua para uso doméstico, ya que no todo el mundo tenía grifo en su casa, ni baño, ni muchas cosas que hoy tenemos. La vida era muy dura, en fin, como digo yo estaba en la fuente, y por el río entró un barco con una Compañía del Tercio de Regulares, quienes tomaron El Puerto en un periquete. No hubo nadie que le hiciera frente. Desembarcaron en el muelle del Vapor, cogieron la calle Luna arriba, calle Larga y plaza de Isaac Peral donde tomaron el Ayuntamiento. En los calabozos había gente detenida, de derechas, que fueron puestas en libertad.

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Las tropas italianas, acuarteladas en la Plaza del Polvorista, recibiendo un homenaje en El Puerto. La instantánea el 1 de octubre de 1938 en la Plaza de Isaac Peral. (Foto: Sánchez Pérez).

LOS FUSILAMIENTOS.
Todos salieron armados con su correspondiente pistolas. Aquella misma noche empezaron a detener a todos los que pertenecían a algún partido de izquierdas y empezaron los fusilamientos. Era horrible.  De noche se sentían los tiros de los que fusilaban en la tapia del Cementerio. ¿Por qué? Ellos no hicieron nada, solo tener unas ideas diferentes, es decir ser de izquierdas. Dieron instrucciones los sublevados a las órdenes de los franquistas de quitar de en medio a todos los socialistas, comunistas o republicanos.

sieteesquinas_puertosantamariaMi maestro, Don Ángel Madrigal también fue fusilado y casi todos los maestros nacionales:  la mayoría pertenecían a la República. Como aquellas fechas eran muy malas, como ya digo, mi tío José el padre de Jochele ya no podía trabajar estaba enfermo de los pulmones, mi tía ya no tenía trabajo en la Fábrica de Conservas y mi tío Manolo también se quedó parado así que no podíamos pagar la casa y nos echaron a la calle.

PALIZAS Y FUSILAMIENTO DE MI TÍO.
Nos fuimos a una casa en las Siete Esquinas (en la imagen de la izquierda). Allí fue la catástrofe: murió mi tío José de una paliza que le dieron los falangistas para que dijera donde estaba escondido su hermano Manolo 'el Silva'. Y él de verdad que no lo sabía; eso no lo sabía nadie nada más que mi tía Ana que lo tenía en su casa detrás de un armario. Pero un día de los muchos que registraron la casa, se salió del escondite y se fue a la azotea donde un vecino simpatizante del régimen franquista lo vio subir las escaleras y se lo dijo a Zamacola que era el Jefe de la Falange.

Manolo-'el-Silva'Subieron a la azotea y vieron un cordel por donde se echó a la casa de junto y allí lo detuvieron. Le dieron una paliza brutal y de inmediato fue fusilado: el único pecado que cometió fue ser del Sindicato. (En la imagen de la izquierda, Manolo 'el Silva').

HAMBRE Y MISERIA.
Aquellos fueron unos años muy duros y más para los que olíamos a izquierdas. A mi, con doce años, cuando iba por la calle --aquellos que yo creí que eran mis amigos porque jugaban conmigo-- me llamaban 'rojo'. Pasamos mucha hambre y miseria, los muebles los quemamos para no pasar frío. No teníamos nada de nada, ni dinero ni comida.

En ése trágico verano del 36 estaba de vacaciones escolares. Mi maestro, D. Angel Madrigal, un buen hombre y mejor persona --yo lo apreciaba-- se esmeraba mucho con sus alumnos para que aprendieran, era muy cariñoso con todos, pero el Movimiento acabó con él y con todos los maestros que eran republicanos. Aquel gobierno fue resultante de una votación democrática y constitucional, pero los militares franquistas se alzaron en armas con los falangistas y declararon la guerra a la República: empezaron los fusilamientos, los Moros tomaron El Puerto y se hicieron dueños del Puerto. Entraron como Dios por su Casa no pegaron tiros ni nadie les hizo frente ni le pusieron resistencia, después fueron fusilados todo aquellos que eran de izquierdas o sindicalistas.

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Los niños y los falangistas, en una festividad del Corpus Christi, en la Plaza de España.

EL PENAL DEL PUERTO.
El Penal del Puerto estaba lleno de presos políticos. Había hombres de todos los pueblos de la provincia y fuera de la provincia. De este Penal, por las noches, salían los camiones cargados de personas y bien eran fusilados o desaparecían sin saberse nada más de
ellos.

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En el Penal del Puerto, todos obligados a levantar el brazo.

Hubo un hombre al que todas las noches lo nombraban y al rato de subirse en el camión lo volvían a bajar y le decían «--Tu te quedas para mañana, hoy a ti no te toca». Así varias veces hasta que Zamacola le dijo: «--Enrique, más vale que te vayas voluntario al frente porque tu propio hermano quiere fusilarte».

fernando_zamacola_puertosantamariaMi pregunta es la siguiente: ¿que sangre tiene un hermano que por tener ideas diferentes quiera matar a su propio hermano? Este hombre se va  a ‘Los Leones de Rota’ [centuria falangista a cuyo frente se encontraba Fernando Zamacola Abrisqueta, cantero bronquista de procedencia gallega, afincado en El Puerto, con antecedentes según la policía, de atracador por robo a mano armada, arrestado en El Puerto por borrachera, escándalo público y estafa, que dió bandazos entre la CNT y los partidos de la derecha y cuyo hermano Domingo ostentó la jefatura de la Falange en El Puerto, muriendo en el frente de batalla, según el historiador Fernando Romero] al frente y tuvo la fatalidad de caer prisionero de los rojos siendo llevado a un Campo de Concentración donde reconoce su tendencia de izquierda de la UGT, y se alista con el bando de Izquierda siendo ésta vez detenido por la Falange y llevado nuevamente a otro Campo de Trabajo Forzados estando el resto de la guerra trabajando de sol a sol hasta que finalizó ésta. (En la imagen, Fernando Zamacola, en un retrato realizado por Julio Pérez Palacios).

Cuando Franco venía al Puerto a visitar a la Viuda de Terry, éste al ser sindicalista era detenido o encerrado en su casa hasta que el dictador se iba de la localidad, por miedo a que Enrique lo matara o provocara algún tipo de movida dentro de la Bodega.

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Otra visión del Penal del Puerto antiguo: Eucaliptos y edificiaciones delante del Monasterio de la Victoria, donde vivían los funcionarios de prisiones, hoy desaparecidas en la explanada de la Estación de Renfe.

Del Penal del Puerto se escribe poco y fueron muchos los que no se saben donde están y a algún sitio fueron a parar sin juzgar, sin juicio ni abogado que los defendiera. Pienso que fueron fusilados y exterminados así porque sí, porque eran de Izquierdas. Franco se sublevó contra la República: un gobierno democrático elegido por el pueblo en unas votaciones libres. Por éste motivo Franco fue un dictador.

Ya tengo poco tiempo para escribir más. Pero estaría escribiendo todo lo que me quede de vida de aquella situación. La paciencia es la virtud de los viejos. El honor es la base principal de una familia: aquella que lo pierda no lo recupera jamás».

José María Cruz Garcia, ‘el Chico’.
abril 1993.

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Manto de Castillos y Leones. (Foto: J.M.M. 2010).

Este año la Patrona, Titular y Alcaldesa Perpetua de este Gran Puerto, la Santísima Virgen de los Milagros, ha sido vestida con el manto real de castillos y leones, tal cual el de Alfonso X El Sabio con aparece en el códice de las Cantigas. Es un homenaje a la Virgen y al piadoso introductor de la devoción fundacional de esta Ciudad. Es el manto de la polémica. Es el manto que se estrenó, en 1991, frente a la prohibición y la rabieta del entonces Obispo de Asidonia-Jerez. Es el manto del LXXV aniversario de la Coronación Canónica de esta imagen. Es el manto diseñado por mi mujer y por mí, con la sana idea de homenajear a la Virgen en ese aniversario, pero sin que costara mucho porque no lo había.

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Miniatura de Cantigas de Santa María de Alfonso X, 1248 h. Biblioteca de El Escorial. El rey luce un manto de castillos y leones.

La Archicofradía y Esclavitud lo tenía aprobado desde mucho antes. Así es que, encargada la tela a los mejores sederos del Reino de Valencia, los hermanos Miralles, nos encontramos con que el Obispo decidió prohibirlo. Ese propio año, la Virgen de la Merced de Jerez estrenaba con el beneplácito del Obispo un costoso manto bordado. Pero más que nada el Obispo, en nuestro caso, se opuso porque el Alcalde acordó que el Ayuntamiento se haría cargo del costo del manto. Y Alcalde y Obispo estuvieron a "la tuya sobre la mía". La cosa saltó a la prensa y a los demás medios. Y se armó.

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Este año, por segunda vez consecutiva, la Corporación Municipal ha asistido bajo mazas en la procesión de la Patrona. Previa y posteriormente desfilaron en la Procesión Cívica, esto es, la corporación municipal bajo mazas trasladándose desde un edificio del Ayuntamiento --el Centro Alfonso X  'el Sabio'-- hasta el lugar de la procesión religiosa. En la imagen, la corporación, constituida como Procesión Cívica, saliendo de la Prioral al finalizar los actos religiosos. Iban precedidos por dos guardias de gala, maceros con el uniforme tradicional de castillos y leones, --en esta ocasión no iban los clarineros--, cerrando el cortejo tras la Corporación, dos guardias de gala, el Jefe de la Policía Local y el Comisario de Policía. (Foto: J.M.M.)

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El paso de la Patrona, a su paso por la calle Palacios, frente al antiguo Hospital Municipal.

La Peña "Los Bolaos" capitaneó un movimiento popular y se organizó una fiesta en la Plaza de Toros para recaudar fondos para el manto. Y se recaudaron. LLegó la tela, magníficamente tejida en los telares de los Miralles y gustó a unos y no gustó tanto a otros. Hubo que explicar el sentido historicista del diseño: de cómo la Virgen de los Reyes tiene un manto de castillos y leones; de cómo la Virgen de Monserrat de Sevilla, también... El caso es que en casa de Antonio Sánchez Cortés se había terminado de confeccionar el manto. Pero el principal escollo era "saltarse a la torera" a la autoridad eclesiástica y lograr ponérselo a la imagen de la Señora.

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Imagen de 1908 de la Fábrica de Tejidos de Seda de los Miralles, en el camino de Burjasot (Valencia). Esta saga se inició hace algo más de un siglo en Alcoy, con un tejedor que hilaba y tintaba. Los Miralles exportan tapicería lujosa, contando con operarios especializados en telares manuales que hicieron las históricas sedas valencianas, introducidas antaño en Europa destacando su filatura, colorido y estampación.

antoniosanchezcortes_puertosantamariaGracias al Papa Alejandro VI, que impulsó la exportación a Italia, ya que ennobleció con damascos, brocados y tisúes su residencia, mantiendo el gusto de realzar con ornamentos la pomposidad de las ceremonias.

Con ocasión de la Misa de Ofrendas, el pueblo soberano organizó un Rosario cantado desde la casa de Antonio Sánchez Cortés (en la imagen de la izquierda) y portaron, en una servilla de mimbre, un gran centro de flores. Debajo de las flores iba, perfectamente doblado, el manto. En el ofertorio de la Misa, varios miembros de "Los Bolaos", llevaron al altar el centro de flores --y el manto-- y quedó la cosa así. Ante la actitud del Obispo, la Esclavitud de la Virgen quiso estar a la obediencia, aunque contrariada. Pero de madrugada, del 7 al 8 de septiembre de 1991, la Virgen fue despojada, "milagrosa" y clandestinamente, del manto de los "Panaderos" que vestía y amaneció con el de castillos y leones. Y nadie se movió.

mantocastillosyleonesSolamente el Obispo se negó a venir a decir la Misa de 8, que la concelebraron muchos sacerdotes portuenses. Sin embargo, vino el Arzobispo Metropolitano a la Función y todos aplaudieron el gesto popular de obsequiar en su aniversario a la Patrona. Un trozo de tela del manto expuesto en una Exposición Internacional de Gremios consiguió, para los Miralles, la Medalla de Oro y, desde entonces, los Miralles se han hecho devotísimos de la Patrona y la han colmado de regalos. Quede escrito. (Texto: Luis Suárez Ávila).

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De izquierda a derecha, Mario Peluffo Rojas, teniente de alcalde de Policía Local, Carlos Humberto Varela Hervias, hijo del pintor, Antonio Alvarez Herrera alcalde de la ciudad, Gloria Varela Hervás, Antonio Muñoz Cuenca, concejal de Cultura, Francisco Arníz Sanz coorganizador de los actos con el Ayuntamiento, detrás Manuel Espinar Galán, Manuel Rodríguez, el secretario del Ayuntamiento, Jaime Fernández Criado y Federico Aguirre, Oficial Mayor de la municipalidad. Entre éstos, el secretario particular del alcalde, Juan Martín Vélez y un guardia y vecinos desconocidos. Descubrimiento de la placa en la casa donde nació Eulogio Varela, en la calle Alquiladores.

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Eulogio Varela  Sartorio, pintor y escritor.

En 1980, con motivo del XXV aniversario de la muerte del pintor y escritor porteño Eulogio Varela Sartorio, la corporación municipal, a través de la Fundación Municipal de Cultura de la época, organizó una serie de actos en homenaje al ilustre hijo de El Puerto, nacido en 1868 y fallecido en 1955.

En la sección de Bellas Artes del Museo Municipal podemos encontrar algunas de sus pinturas, con temas tradicionales como "El baile" o "El estudio de Berruguete", como su colección de "ex libris" y dibujos modernistas, de cuyo estilo es digno representante en sus ilustraciones, grabados y acuarelas. Fue profesor en la Escuela de Artes y Oficios de Madrid y dejó escritas algunas obras, entre otras: La letra y su teoría constructiva o Tratado de Perspectiva.

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De izquierda a derecha, Manuel Moreno Romero, concejal de Coalición Popular, niños desconocidos, Francisco M. Arniz, quien además escribió un libro sobre Varela que sirvió de catálogo a la Exposición que se celebró en el Castillo de San Marcos, con el título ‘Homenaje  a Eulogio Varela (1868-1955) Con movitov del XXV Aniversario de su muerte’. Vemos también, a la derecha de la imagen, al profesor Enrique Bartolomé. (Fotos: Colección F.M.A.S.)

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Quiero hablar de una de las calles del barrio alto, la calle en que viví mi niñez y mi juventud en los años 50 del siglo pasado. Me refiero concretamente a la calle Cardenal Almaraz en el pasado, nombre que le viene de Don Enrique Almaraz Santos, hijo adoptivo de El Puerto de Santa María, y de otras ciudades españolas, me refiero a la calle Zarza. (En la imagen, el Cardenal Almaraz, que fue Cardenal de Sevilla, diócesis a la que perteneció El Puerto. En 1916 coronó a la Virgen de los Milagros. También fue, Arzobispo de Toledo y Primado de España).

MARGARITO.
Casi todas las calles del barrio alto de entonces, eran de cantos rodados (chinos) desiguales,  bien colocados y asentados sobre tierra, quedando la parte más plana a cara vista, las aceras eran de losas de Tarifa, bien canteadas y asentadas sobre mortero bastardo de cal; las fachadas casi todas estaban blanqueadas con cal apagada,  los zócalos eran pintados igualmente con el clásico amarillo de El Puerto, que se compraba en las calerías con esta nombre, los pinceles y brochas que eran utilizados para este fin eran fabricados por Margarito, esquilador profesional muy acreditado por la cabaña caballar, mular y asnar de El Puerto, dejaba a todo sus componentes en perfecto estado de revista, Margarito vivió junto a su mujer Jerónima en la Calle Espelete; rejas salientes de hierro forjado y azoteas visitables, que al reflejo de la luz solar de medio día lastimaban los ojos.

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La calle Cantarería, donde se aprecian perfectamente los chinos de la calzada y las aceras de losas de Tarifa. A la derecha un borrico, con los serones de esparto, posiblemente esquilado por Margarito. A fondo, el campario de la Prioral.

ROSARIO STENTERELLO.
La perspectiva que ofrecía todo este paisaje con el azul del cielo más limpio que se pueden ustedes imaginar, era increíblemente bonito. Casi todas las casas  eran de una sola planta, algunas tenían la puerta del zaguán en forma de postigo, para que las bestias pudiesen entrar con serones incluidos. El tráfico era escaso, casi inexistente, junto a nuestra casa vivía  un taxista Luis Carreto que tenía el clásico Ford, que había que ponerlo en marcha a manivela, pero ¡oiga!, arrancaba a la primera.

carboneriaUna vez al  año más o menos, Rosario Stenterello, industrial carbonero, oriundo de Italia recibía de no sé donde un camión de carbón en su almacén que estaba junto al bazar de Paca la del Inglés y lo mismo en la carbonería de Manolo que estaba en una finca, frente al núm. 25, propiedad de Mauricio León, creo que hoy la utilizan como garaje, entonces en vez de gasolineras había carbonerías. Rosario Stenterello y su mujer Milagros tuvieron, una carbonería en la calle Ganado, justo en el sitio que está la galería de arte de Rafael Fenoy, sin embargo el almacén de carbón estuvo  en calle Zarza.

LA BRIGADA DE LOS GALLEGOS
Para la descarga del carbón se utilizaban una brigada de hombres que le decían "los gallegos", tenían su cuartel general en la taberna "Antigua de Rueda", eran seis o siete hombres fornidos,  puro músculo; el jefe se llamaba Carrasco, hacían este tipo de trabajo, descargaban o cargaban harina, trigo, una maquinaria pesada, o costaleros en Semana Santa, o lo que fuese.

ZARZA, UNA CALLE LLENA DE COMERCIOS.
El resto de trafico, que pudiese haber podía ser el reparto del almacén de coloniales de José Velarde Diaz-Munio. Para este menester El Sr. Velarde tenía dos repartidores,  los hermanos Diego  y  Curri que diligentemente en un triciclo repartían las mercancías propias de  alimentación .

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Calle Zarza, al fondo la calle San Juan. (Foto: Rafa. Colección C.P.O.)

Debemos tener en cuenta que en aquellas fechas en esta calle, en el tramo comprendido, desde calle de San Juan a calle Rosa, "el tejido empresarial" era el siguiente: diez tiendas de alimentación, una lechería, dos barberías, cinco tabernas, un zapataro remendón llamado Marroquin, una carbonería, la fragua de Canales,  un taller de calderería y además una familia, apodados los Vinagres, que tenía un rebaño de cabras, las cuales ordeñaban en plena calle, vendiendo la leche a cualquier persona que la solicitara, leche  rica de cabra,  espumosa, calentita,  nutritiva,  y sin bautizar, un lujo. Al final de 1.959 se instaló en el nº 25 un taller de imprenta.

ARTESANOS Y VENDEDORES AMBULANTES.
Además, los vecinos éramos visitados por artesanos y vendedores que venían ofreciendo sus servicios y mercancías. Casi todos venían a bordo de burros de Lucena, bien  herrados y aparejados. Algunos traían, por ejemplo, --recuerdo el pregón--: «--Los arneros, las zarandas, tapaeras e lata, María», otros cargados con redores de esparto, utilizados como alfombras: «--Hay reondeles», algunos venían cargados de botijos, cántaros de Lebrija, lebrillos, macetas, etc.

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La carbonería que existía en el Palacio de Purullena en la calle Cruces. Los carros, como los de la imagen también tirados a mano, eran imprescindibles para el transporte de mercancías.

plato_con_lanasVenían también lañadores que arreglaban los lebrillos y cántaros rotos, era uno de los trabajos que más me gustaban: estos artesanos cogían un lebrillo que se utilizaba como pila de lavar roto, unían las piezas y haciéndole unos taladros en ambas piezas rotas, le colocaban unas lañas en forma de U que previamente habían puesto al rojo en un anafre; una vez colocadas se enfriaban estas y las piezas quedaban perfectamente unidas y el lebrillo una vez lleno de agua no salía gota alguna.

Afiladores con su clásica flauta de pan y pregón que todos conocemos, arregladores de paraguas; vendedores y vendedoras de géneros; vendedoras de colonias; diteros  cargados de grandes cestos de mimbre llenos de cachivaches; el ciego Cadenas pregonando: «--Cincuenta iguales»; el Miji con su carro de helados: «--Rico mantecado helado al corte, el polo helado»; el Picha con  su pregón «--Higo a chica, higo a chica»; Serafín con su carro de pescado: «--Llevo la caballa, gooorda... vamo a la caballa»; el Guarigua vendiendo cemitas, etc.

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Todo esta algarabía  y trasiego gente arriba y abajo, daba un colorido especial a pesar de las carencias de aquellos años, había una vida en la calle importante, desde el amanecer, gente fuera de casa, cada uno a su quehacer, hombres al trabajo, señoras a sus labores, niños al colegio, los ociosos de siempre con manos en los bolsillos, esperando el porvenir, o algún que otro trabajo que no llegaba, cualquiera sabe.

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Útiles para el juego de la billarda.

JUEGOS EN LA CALLE.
Las calles de entonces, eran nuestros campos de deportes, podíamos jugar a todo, a los bolindres, al fútbol, al mocho y la billarda, en algunos trozos de acera lo suficientemente plana se podía jugar al trompo en la modalidad de robaguita; al salto en bua, a la palmá, a las guerrillas, y a un sinfín de juegos inocentes que entonces se estilaban.

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El escudo de la Orden de los Mínimos en la vivienda número 69 de la calle Zarza, en remodelación, con la inscripción ‘CHARITAS’ en un sol. (Foto: Alfredo García Portillo).

Había un arriero que vivía en calle Espelete, casi a la esquina con Zarza apodado Mojamé, que llegaba a comer a medio día a su casa y dejaba la recua de burros sueltos, los animales se ponían a mordisquear las hierbas, que nacían  entre el suelo enchinado comiendo y comiendo se alejaban sesenta o setenta metros, cuando salía  Mojamé de su casa  y  no veía a las animales donde los dejó, con vara de acebuche en mano, empezaba a soltar una jerga de improperios, que solo Dios y él entendían y por lo vistos los burros también, ya que volvían con las orejas gachas al lugar de origen.

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La calle Zarza, esquina con Rueda, 'tomada' por los peculiares ocupas de la Barriada José Antoniio.

Por la tarde, cuando el Sol se iba marchando a otros lugares, se regaba las calles y las chicas casaderas se sentaban en sillas de anea, y se ponían a hacer las famosas mallas de Terry, con nótula 149 en GdP. De vez en cuando algún que otro rondador de turno con el pelo peinado con exceso de brillantina y pañuelo colgado el el bolsillo de atrás, contoneándose como torero de postín, hacía su habitual ronda a la morena de sus sueños. Más tarde casi oscureciendo, un ejército de golondrinas, vencejos y panarrias , recorrían la calle desede San Juan a Espíritu Santo, atiborrándose de los mosquitos que llegaban de la cercana marisma. Más tarde, todo era silencio, después algún  que otro gallo, se encargaba de anunciar el alba y otro día. (Texto: Francisco Bollullos Estepa).

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Hoy 3 de septiembre, se cumplen 37 años de accidente que costó la vida al jesuita Pedro Guerrero González, S.J., --el Padre Guerrero-- quien desarrolló un importante trabajo en El Puerto de Santa María entre los años 1956 y 1962. Según cuentan quienes le conocieron, era raro verle descansando y siempre andaba entregado a tareas pastorales o caritativas, en todo momento abierto a ayudar a quien lo necesitase. Mostraba un notable afecto por los pobres y facilitaba importantes donaciones y ayudas a familias de limitados recursos económicos, a la par que atendía con especial atención y delicadeza a los enfermos. Ejerció, ademas, como capellán de la Base Naval de Rota.Todos, sus compañeros jesuitas y el resto de quienes con él se relacionaban veían su plena disponibilidad, su afán de servicio, su caridad y su humildad. Su causa de canonización se inauguró oficialmente el 3 septiembre 2001.

...continúa leyendo "761. PEDRO GUERRERO GONZÁLEZ. El querido y recordado jesuita."

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valentingalarzamorante_2_puertosantamariaValentín Galarza  Morante fue uno de los ocho hijos del matrimonio portuense formado por  Nicolás Galarza Sancho, jefe de oficina de las bodegas que regentaba José Pemartín en Jerez y de María Josefa Morante Seytre. Nació en El Puerto de Santa María el 28 de abril de 1882 y murió en Madrid en 1951. Era el mayor de los varones y, siguiendo los pasos de sus tíos maternos Lorenzo y Antonio Morante Seytre, emprendió la carrera militar, profesión en la que, pasando el tiempo, alcanzará los máximos entorchados profesionales, --sus propios compañeros de armas le apodaban ‘el técnico’--, ocupando igualmente, importantes cargos políticos tras la Guerra Civil, entre otros la cartera ministerial de Gobernación.

Los datos biográficos de nuestro personaje, especialmente los correspondientes a la tercera y cuarta década del siglo pasado, pueden encontrarse en los libros de historia contemporánea. Nosotros vamos a referir  especialmente algunos hechos y datos que le relacionan con su ciudad natal.

En el padrón de 1900, fecha en la que contaba  18 años, figuraba censado en el domicilio familiar de Larga, 87, indicándose como ocupación la de estudiante. Poco después ingresará en la Academia de Infantería, y en las fiestas navideñas del año 1903, que en esas fechas se denominaban ‘Pascuas’, lo encontramos en El Puerto de nuevo, disfrutando de unos días de licencia, convertido ya en el segundo teniente del Batallón de Cazadores de Las Navas.

casa_galarza_1_puertosantamariaEn 1906 ingresó como alumno en la Escuela Superior de Guerra, de donde salió en 1911 con el grado de Capitán de Estado Mayor. En este periodo de formación como alto oficial del  ejército también realizó una breve visita a su familia en El Puerto, aprovechando un desplazamiento realizado a Cádiz y San Fernando para prácticas especiales, en la primavera de 1908.

Contrajo matrimonio en Madrid, el 11 de marzo de 1912, en la Parroquia Castrense, con María del Carmen Remón Roteta, continuando su ascendente carrera militar con el desempeño de importantes destinos en diversos lugares de la geografía hispana, siendo designado por el general Primo de Rivera como Jefe de la Secretaría Auxiliar de su Gobierno. (En la imagen de la izquierda, domicilio familiar en la calle Larga, 87, frente al Bar La Perdiz. En la actualidad se encuentra una entidad bancaria y oficinas en los pisos superiores. La fotografía está tomada desde el solar derribado que hoy ocupa otra entidad bancaria, y en el que en su día se construyó Porto Moda). (Foto: Centro Municipal de Patrimonio Histórico).

En 1921 fue nombrado Hijo Predilecto de la ciudad, entregándose una placa acreditativa de tal distinción con el siguiente texto:
El Excmo. Ayuntamiento de la Muy Noble Leal Ciudad y Gran Puerto de Santa María, en sesión celebrada en 26 de octubre de 1921 acordó nombrar Hijo Predilecto de la misma al Sr. Don Valentín Galarza y Morante, comandante del Estado Mayor del Ejército, como prueba de agradecimiento por trabajos hechos a favor de los intereses de su pueblo. El Puerto de Santa María, 31 de octubre de 1921. El Alcalde: Manuel Ruiz Calderón. El Secretario: José Luis García.
El autor del diseño de la placa  fue del portuense Manuel Ordóñez Garabito, de quien oportunamente saldrá una nótula en Gente del Puerto.

Los ‘favores’ mencionados consistieron en recomendar e influir para que se acuartelaran en la ciudad el 3º Regimiento de Artillería Pesada, guarnición militar que debería teóricamente contribuir a mejorar la maltrecha economía local, dando vida a pequeños comerciantes y creando puestos de trabajo.

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Visita de Valentín Galarza a El Puerto. El coche está situado a la puerta de la vivienda familiar en la calle Larga. (Foto: Centro Municipal de Patrimonio Histórico).

Manuel-AzanaPOCO AFECTO A LA REPÚBLICA.
El gobierno de la República lo retiró del servicio activo cuando contaba 52 años de edad, siendo teniente coronel de Estado Mayor.  Alabado por Azaña (en la imagen de la izquierda) –según se mire--, que dijo de él cuando lo pasó a situación de disponible por considerarlo poco afecto: “…Galarza es inteligente, capaz y servicial, escurridizo, obediente… y de los más peligrosos”.

Intervino de forma activa en los preparativos de la sublevación militar contra el gobierno de la República, actuando como enlace entre los generales Franco y Mola. El 18 de julio de 1936, fecha del inicio de la Guerra Civil, se encontraba  en Madrid. Detenido, estuvo encarcelado en la cárcel Modelo la mayor parte de la contienda hasta la toma de Madrid. Algunos autores comentan que se libró de ser fusilado, como lo fue su paisano Pedro Muñoz Seca, gracias a coincidir su apellido con el de un notable socialista madrileño, Ángel Galarza Gago, simulación que evitó formase parte de algunas de las tristemente famosas ‘sacas’ . Se incorporó al cuartel general de Franco con el grado de coronel de Estado Mayor, siendo nombrado el 25 de mayo de 1939 subsecretario de la Presidencia del Gobierno.

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Llegada en tren (vagón de la derecha) a la estación de El Puerto. (Foto: Centro Municipal de Patrimonio Histórico).

LA BIBLIOTECA PÚBLICA.
Otro de los cargos que desempeñó en estas fechas fue el de presidente del consejo de administración del Patrimonio Nacional, favoreciendo nuevamente a su ciudad al propiciar fuese dotada con una biblioteca pública estatal, entidad inusual en municipios que no superasen los 50.000 habitantes, como era el caso de El Puerto en esas fechas. De ahí viene el especial y complicado a la vez, estatuto del que disfruta nuestra biblioteca pública.

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Fachada del Ayuntamiento en la Plaza de Isaac Peral. A la izquierda, en el segundo vano, puerta de acceso a la biblioteca, tras la que se subía por una escalera. En la parte baja de esa zona se encontraba el Depósito Municipal Carcelario. (Foto: Centro Municipal Patrimonio Histórico).

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Interior de la antigua Biblioteca Pública. La fotografía está tomada en 1971. (Foto: Rafa. Archivo Municipal).

MINISTRO DE GOBERNACIÓN.
Su simpatía hacia la monarquía –fue miembro activo de la ‘Unión Monárquica Española’— y todo lo contrario por la Falange a pesar de ser jefe directo de las milicias de FET y de las JONS, cercenaría su carrera política, ejerciendo tan solo 15 meses como ministro, siendo cesado en 1942. Y es que, Galarza, claramente posicionado, junto con el General Varela como adalides del pensamiento de Ejército frente al excesivo poder político que gozaban los falangistas, enfrentamiento poco disimulado por ambas partes, que tuvo su cenit en el fallido atentado a las puertas de la basílica de Begoña, en Bilbao, cuando un importante cargo falangista --Juan Domínguez, inspector nacional del SEU-- arrojó una bomba a los pies de Varela, que era ministro del ejército. El incidente originó una crisis de gobierno que se resolvió con el cese de ambos ministros. A Galarza lo sustituiría en el cargo Blás Pérez Fernández, que no era ni militar ni falangista.

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Cortes Españolas durante la dictadura del General Franco. Galarza fue nombrado procurador en Cortes.

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En el centro, con pajarita, saliendo de la Prioral; a la izquierda su cuñado Carlos J. de Terry y del Cuvillo. (Foto: C.M.P.H.)

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Galarza, en la procesión de la Virgen de los Milagros, en el centro. (Foto: C.M.P.H.)

Fue Procurador en Cortes por designación de Franco, durante la I Legislatura, constituida en marzo de 1943. Junto a otros dieciséis procuradores y otras personalidades firma el Manifiesto de los Veintisiete, promovido por el procurador Juan Ventosa en el que propugnan la restauración monárquica en la persona de Don Juan. Claramente mostraba su desacuerdo con el régimen. Continuó en el Ejército hasta su retiro, enfocando su vida en asuntos privados y negocios, que nada tenían que ver con su profesión, falleciendo en Madrid en 1951, a la edad de setenta años.

baltasargarzonIMPUTADO POR CRÍMENES CONTRA LA HUMANIDAD.
Valentín Galarza fue uno de los altos cargos del franquismo –35 en total--- imputados en el sumario instruido por Baltasar Garzón, (en la imagen de la izquierda) el que fuera juez de la Audiencia Nacional, por los delitos de crímenes contra la humanidad y detención ilegal cometidos durante la Guerra Civil y en los primeros años del régimen de Franco, no siendo procesado al comprobarse su fallecimiento.

LÍNEA SUCESORIA.
Su línea sucesoria es amplia.
Gracias a la amable colaboración de sus parientes portuenses del mismo apellido hemos conocido que tuvo siete hijos de su matrimonio con Carmen Remón. (La imagen que vemos a continuación, representa una de las últimas imágenes que se conservan de Valentín Galarza).

valentingalarzamorante3_puertosantamariaNicolás, el mayor, murió en los tenebrosos hechos de Paracuellos del Jarama, dejando un hijo de nombre José Antonio Galarza, desconociendo su segundo apellido y la identidad de su esposa; Valentín Galarza Remón, también fallecido como los restantes hermanos, excepto uno, estuvo casado con Carmen Pardo Belmonte y Morante, posiblemente prima suya y tuvieron una sola hija; Carmen y María, sin descendencia. La primera profesó como religiosa en una comunidad  denomininada ‘Servicio Doméstico’ y la segunda, de estado soltera. Una tercera hembra, de nombre Milagros, casó con Antonio Morata, de la que es viuda y con el que tuvo seis hijos;  Manuel, militar como el padre, estuvo casado con María Teresa Aspe y tuvo cuatro hijos, los mismos que su hermano José, el benjamín familiar, casado con María Quiroga.  (Texto: Antonio Gutiérrez Ruiz. A.C. Puertoguía.)

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miera_fachada_puertosantamariaNo son pocos los paseantes por el tramo inicial de la calle Larga, muchos de ellos veraneantes alojados en los hoteles cercanos, que se quedan mirando con perplejidad el montículo de tubos y jirones de redes que sepultan la fachada de la casa número 11 de esa calle. Lleva años así. Tanto tiempo y con tan gran deterioro que es bastante probable que cuando desmonten el andamiaje, todo se venga abajo. Total, para lo que queda: muros agrietados, el estucado de la fachada deshecho, sin techumbre y los majestuosos bluendes cascarillados. El bello jardín de antaño hecho un erial y todo el material noble y artístico que contuvo durante dos siglos, vigas de caoba incluidas, liquidados por el último propietario antes de vender el inmueble.

Pero esta casa merece un respeto. Por su enclave, dentro del casco histórico. Por sus propietarios y moradores anteriores al último que la depredó y por el valor  de su continente, mejor dicho del recuerdo de lo que contuvo. Forma parte del patrimonio colectivo de todos los portuenses, aunque autoridades y organismos defensores del patrimonio no se enteren o miren para otro lado.

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Perspectiva del patio y distribuidor de la finca. Al fondo, la galería acristalada de acceso al jardín. A sendos lados del arco trilobulado dos esbeltos macetones sobre pedestales de mármol y sobre ellos una muestra de la amplia colección de pinturas que decoran toda la casa. Presiden la fotografía tres estatuas de mármol blanco, sobre pedestales del mismo material integrantes de un conjunto que representaba las cuatro estaciones. (Todos estos elemento están incluidos en el inventario de bienes de la testamentaría de Julian Urruela, documento fechado en 1848). (Foto: 20 de enero de 1972).

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Arco trilobulado similar al de la Mansión de los Miera, que se encuentra en la Casa de Roque Aguado.

hipolitosanchomayi_b_puertosantamariaEl historiador local Hipólito Sancho la incluye en la treintena de casas citadas en sus “Notas sobre los edificios más salientes de El Puerto de Santa María” publicada en el número  11 de la  Revista de Historia de El Puerto, bautizándola como “Casa de Winthuissen”, refiriéndola así: “Magnífica y bien trazada fachada rococó, patio de atrevidísimas arcadas sobre pilares prismáticos de mármol análogos bastardeado de la casa de Aguado; la planta alta solo es aparente. La edificó Manuel de Mieras a quien pertenecía en 17(¿) y pasó después a la familia Winthuissen” Sin ánimo de enmendarle la plana a Don Hipólito no logro entender como conociendo quien labró el edificio no la cita como Casa de Miera –Manuel de Miera figura en el censo de hidalgos de la localidad de 1775- y le asigna el apellido de alguien que, si bien vivió durante algunos años en la casa, nunca fue propietario de la misma, pues era de su familia política, los Urruela Barreda.

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Detalle de la puerta de acceso que se puede divisar entre los andamiajes.

La casa debió edificarse en el último tercio del s. XVIII. En mis notas y apuntes figura un hijo del constructor, José Joaquín Miera, dedicado al comercio con ultramar, viviendo en ella con su familia –mujer y 4 hijos- una amplia parentela –cuñados, sobrinos, primos…- y 8 personas de servicio en la última década de ese mismo siglo. Poco después, debieron trasladarse a Cádiz, único puerto habilitado para los negocios que ejercía, residiendo en la casa cortas temporadas, dejando a su cuidado y mantenimiento  a  un  empleado de su confianza. Lo confirma el censo de 1808, en el que figuran inscritos en ella solamente Jacinto González, de color negro y Ramón Villa, soldado de marina, posiblemente huésped de las familia.

mariscal_claude_victor_perrin_puertosantamariaDiversos autores la señalan como alojamiento particular del Mariscal Victor durante el asedio de Cádiz en la Guerra de la Independencia (1810-1811) periodo durante el cual se instaló en el palacio del marqués de Villarreal de Purullena  el cuartel general del ejército imperial y las iglesias del Espíritu Santo y Monasterio de la Victoria fueron habilitadas como caballerizas de sus escuadrones. (Imagen de la izquierda, el Mariscal Claude Victor Perrin).

En la siguiente ocupación francesa, la de 1823, debió ser el jefe del denominado Ejercito de la Fé, contingente de tropas españolas que precedieron a los “Cien mil hijos de San Luis”, el teniente coronel Luis Fernández de Córdoba el que se alojase en ella y, quedó tan gratamente impresionado y satisfecho de su estancia que la compró a la familia Miera, que por esta época habían perdido el esplendor de años atrás con el giro desfavorables de los negocios.

tte_gral_luisfernandezcordoba_puertosantamariaEl siguiente propietario del que puedo darles noticia es Julián José Urruela,  rico indiano asentado en Cádiz, oriundo de Guatemala. Invirtió parte de su fortuna en adquirir grandes parcelas en el Campo de Guía, iniciándose en el negocio de la vinatería adquiriendo viñas y bodegas en calle Victoria y Espiritu Santo..Finalizando el primer tercio del XIX, rebasados ampliamente los cuarenta años se trasladó con toda su familia de Cádiz a El Puerto,  instalándose en la casa que estamos relatando con su esposa, Pastora Barreda Ortiz de Zarate y sus hijos: José Ramón, que casaría con Emilia Terry Gil; Rita, que casó con Francisco Javier González; Fernando, que falleció párvulo; Rosa, que casó con Justino García Polavieja; Luis, que casó con Carolina Colón e Inés que casó con Juan Winthuysen Martínez-Baños. (A la izquierda grabado del Teniente General, Luis Fernández de Córdoba (1797-1840). Madrid. Museo Romántico.

Esta saga familiar poseerá la casa siglo y medio. El fundador de la misma, Julian Urruela, falleció el 15 de agosto de 1845, cundo estaba gestionado el proyecto de construcción de una nueva bodega en lo que hoy son las de Gutierrez Colosía. Dejaba un importante patrimonio a su familia, aparte la casa, sus muebles y menajes, entre los que no faltaba la plata labrada, -un termómetro de la época para medir el nivel económico de las familias- desde dos docenas de cubiertos hasta las tenacillas para coger los turrones de azúcar, pasando por candelabros, bateas, escribanía, jarrones y un largo etcétera de utensilios domésticos de tan noble metal. El Inmueble se valoró en 580.620 Reales de Vellón. Sus bodegas contenían 36.000 arrobas de vino con un valor superior, igualmente, al medio millón de reales. Las dos viñas, una grande de 60 aranzadas y otra pequeña, de 14, en las que existían siete lagares con sus aparejos se tasaron en una cifra cercana a los 600.000 Rv.

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Mediado el siglo XIX, era la Viuda de Urruela la propietaria y en las siguientes décadas, en periodos irregulares, habitarían junto con ella y los hijos solteros las familias Urruela Terry, Winthuysen Urruela y Garcia Polavieja. A su fallecimiento en el reparto de la testamentaría, será su hija Rita Urruela Barreda con la que por entonces vivía en la casa de Larga, esquina a Chanca (actual oficina de Recaudación) la poseedora del inmueble quien, a su vez, lo transmite  (donándolo, cediéndolo o vendiéndolo) a su hija Amalia Gonzalez Urruela, casada con Ramón Jiménez Varela, otro importante y emprendedor empresario vinatero local.

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Gran grieta en uno de los paredones laterales y apuntalamiento con vigas de hierro.

mansiondelosmiera_bluende_puertosantamaria(A la izquierda, imagen de un bluende, hoy ya maltrecho, de la Mansión de los Miera).

En realidad esta  familia  la ocupaba ya desde 1871 y continuaron viviendo en ella hasta el fallecimiento de ambos –ella hace este año un siglo, y él en 1911- compartiéndola con su primogénito y heredero del inmueble, Ramón Jiménez González y su esposa, Eugenia Guernica Siloniz. Posteriormente, una hija de ambos, Concepción González Guernica, casada con el militar de Marina, Camilo González, sería la heredera y el único hijo varón de dicho matrimonio el último propietario descendiente de los Urruela Barreda. (Textos: Antonio Gutiérrez. A.C.PUERTOGUIA).

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Fernando Tomás de Terry Galarza nació en el año 1923, quinto hijo del matrimonio formado por Carlos Joaquín de Terry y del Cuvillo y de Nicolasa Galarza Morante, hermana que fué del Ministro de Gobernación, Valentín Galarza, entre 1941 y 1942. La larga prole fue: Josefa Manuel, Nicolás, Jaime, Milagros, Fernando, Carlos, Carmen, José María, Teresa y Concha, de los que sobreviven, Carmen, Teresa y Concha.

...continúa leyendo "749. FERNANDO T. DE TERRY GALARZA. El alcalde de la Ciudad de Historia y Turismo."

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juanvanhalen_puertosantamariaJuan Van Halen y Sarti, famoso general nacido en San Fernando en 1788 y muerto en El Puerto en 1864, donde vivió durante 18 años.  Aunque de origen belga (flamenco), su padre Antonio Van Halen Morphy era de Cádiz. Su familia pertenecía a la Armada Española. Masón y conspirador, marino y militar español, con empleo en el ejército belga, donde fue comandante en Jefe de los ejércitos de Bruselas; teniente coronel español a las órdenes del General Mendizábal, alcanzando más tarde el grado de Teniente General; prisionero de la Inquisición en Madrid. En Rusia, luchó para el Zar, que le hizo Mayor de un Regimiento de Dragones del Cáucaso a las órdenes del General Yermolov, recibiendo sus despachos en Tiflis, en lo que es la actual Georgia. General español en la Guerra Carlista..., vivió en Cuba, isla en la  que  tuvo plantaciones,  y en EEUU, donde residió impartiendo clases de español. Vino a pasar sus últimos años en El Puerto, dada su azarosa vida militar, no permitiéndosele vivir en capital de provincia ni plaza militar.

Pio Baroja escribía en la Colección ‘Vidas Españolas e Hispanoamericanas del Siglo XIX’, editado en 1933: « En 1846 vivía en el Puerto de Santa María en situación de cuartel, con autorización para poder viajar, previo aviso y pasaporte, por Bélgica y Prusia.

Juan_Van_HalenHasta 1853, estuvo sin destino y haciendo frecuentes viajes desde El Puerto a Bélgica, Prusia, Italia y Africa, y en 1854, al ocurrir los sucesos políticos de julio, se le autorizó para residir indistintamente en Madrid o El Puerto de Santa María. En esa época, el Puerto de Santa María gozaba de alguna prosperidad. Tuvo muchos años Van Halen su residencia en el Puerto, habitando durante su permanencia allí en las casas de Luna, 45; Larga, 15 y, últimamente en la Sardinería, número 16. (Luego Descalzos y hoy Javier de Burgos).

Adquirió en la ciudad propiedades, siendo dueño de las famosas salinas que hoy explotan (el relato está escrito en 1933) los señores Benvenuty y Compañía, y de algunas tierras y haciendas de labor. Don Juan podía considerarse un hombre afortunado, para quien la vida fue relativamente fácil. Había sido español, francés, ruso y belga; había intrigado y había conocido reyes, príncipes y emperadores; había brillado como joven y elegante; había sido un Don Juan; ya no era más que un viejo andaluz que tomaba el sol y paseaba por el Vergel y por la plaza del Polvorista, contando a sus amigos sus aventuras».

Encontrándose en Cádiz, enfermo en curación, falleció a las cinco de la mañana del 8 de noviembre de 1864, a los setenta y cuatro años de edad. Su cadáver fue embalsamado, y solicitada la oportuna autorización fue concedida, comunicándose a la alcaldía de El Puerto en oficio de 12 de aquel mes y año, trasladándose a la repetida ciudad del Puerto desde esta capital, para ser allí sepultado en el lugar que en vida eligió para su reposo eterno».

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Fue enterrado en medio de solemnidades militares, en el Pateón que Van Halem se hizo construir en el Cementerio Campal de la Santa Cruz de El Puerto. Situado en el patio primero, a la derecha de la capilla. (Foto: A.G.R.).

Figura hoy el aludido panteón en el Cementerio Campal de la Santa Cruz de nuestra Ciudad, y el enterramiento donde se guardan los restos de aquel soldado liberal, donde estaba enterrada su primera esposa, María del Carmen Quiroga y Hermida, lo cubre la siguiente losa:

DON JUAN VAN HALEN Y SARTI, TENIENTE GENERAL Y MARISCAL DE CAMPO DE LOS EJÉRCITOS DE ESPAÑA. 8 DE NOVIEMBRE DE 1864.

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