| Texto: José María Morillo.
A Antonia Mora Leiva la conocían en El Puerto por más nombres que santos tiene el calendario: Antoñita “la de las flores”, “la tuerta”, “la de la maceta”... y si uno preguntaba por cualquiera de ellos, tarde o temprano acababa señalando al mismo torbellino humano que se apostaba cada mañana en la puerta del antiguo ambulatorio de la Seguridad Social --hoy centro de especialidades médicas--, justo enfrente de la Comisaría. Allí, como si fuera su escenario particular, se plantaba con sus flores en la cabeza, su desparpajo y su fajo de cupones de la ONCE bajo el brazo.
| Dibujo del sarcófago de Medina Sidonia en una de las láminas que Guillermo Tirry envió en 1764 al conde Caylus. Biblioteca Capitular y Colombina de la catedral de Sevilla.
| Texto: Enrique Pérez Fernández
Era uno de los objetos más destacados de la colección arqueológica de los marqueses: pieza digna del Gabinete de un Soberano, sentenció Guillermo Tirry. Procedía de Asido, la Medina Sidonia romana. Se descubrió al construirse el convento de San Francisco asidonense, entre 1620 --cuando tomaron posesión del solar-- y 1625, al cimentarse el inmueble.
Por entonces, según contó en 1724 un cronista de la orden religiosa, se hallaron “muchos ídolos truncos [truncados, incompletos] y sepulcros primorosos y otras lápidas con algunas inscripciones, que la poca curiosidad o la providencia de quererlo aprovechar todo, dejó por cimiento en la misma fábrica. Todavía la codicia, a mi ver, más que la curiosidad, reservó un sepulcro de mármol, con dos figuras y algunos bajeles, que lo adornan todo con otras molduras muy primorosas que hoy sirve de aguamanil en la sacristía de nuestro Convento.Todo el Convento está fundado sobre diferentes arcos y bóvedas antiquísimas, que por considerarlas los alarifes muy firmes, pareció conveniente que sobre ellas se fundase el Convento.”
El Puerto de Santa María dijo adiós a finales de febrero de 2025 a Hernán Díaz Cortés (1940-2025), el carismático alcalde que, entre 1991 y 2006, dirigió los destinos de esta Ciudad. Más allá de su controvertida trayectoria, Díaz Cortés será recordado como el artífice que transformó la Feria de Primavera y dio vida a la Fiesta del Vino Fino, dos eventos en uno que, bajo su liderazgo, dieron brillantez al principal evento festivo de El Puerto de Santa María.
Nacido en 1940, Hernán Díaz asumió la alcaldía al frente de Independientes Portuenses, un partido ya desaparecido que fundó y dirigió con su inconfundible sello personal. Durante sus 15 años de mandato, su pasión por engrandecer El Puerto se reflejó en múltiples iniciativas, una de ellas el impulso a la Feria de Primavera. Fue él quien tuvo la visión de añadir el nombre de ‘Fiesta del Vino Fino’ dentro de esta celebración, uniendo la tradición vitivinícola del Marco del Jerez-Xérès-Sherry al que El Puerto pertenece, con el ambiente festivo de la primavera.
Fue uno de los impulsores de la caseta Tierra, Mar y Vino, en el siglo pasado
| Texto: Luis Alfonso Pérez Nogués
La caseta 'Tierra, Mar y Vino' fue fundada por Juan Ignacio Pérez Salas, Depositario/ Tesorero del Ayuntamiento de El Puerto de Santa María y por Antonio Romero Castro, jefe de Negociado de la concejalía de Fiestas. En aquella época y durante 15 años hasta 1980 (posteriormente y desde el año 1981 se trasladó al recinto actual de Las Banderas), la Feria portuense pasó a ser por primera vez urbana, aunque nunca perdiera su carácter campestre y de concurso de ganado, que esta vez se celebraba a la sombra de los pinos y eucaliptos de las dunas de San Antón, en lo que su día fuera plaza de abastos y hoy sede de la Policía Local.
Fue uno de los impulsores de la caseta ‘Tierra, Mar y Vino’ en el siglo pasado
| Texto: José María Morillo
Hablar de Antonio Romero Castro es hablar de la esencia misma de la fiesta en El Puerto de Santa María en los años 60 y 70 del siglo XX. Como jefe del Negociado de Fiestas del Ayuntamiento, su influencia en la organización de eventos festivos fue determinante para consolidar celebraciones que hoy forman parte del calendario colectivo de la ciudad. Pero su legado no se limitó a la Feria: su labor abarcó también Playas, Turismo, Vivienda y otros ámbitos municipales, siempre con la intención de hacer de El Puerto un lugar más vibrante y acogedor para vecinos y visitantes.
Conocido cariñosamente como el ‘alcalde chiquito’, no tanto por su estatura sino por su capacidad de gestión y liderazgo, Romero Castro se convirtió en una pieza clave en la planificación y presentación de los actos lúdicos organizados por el Ayuntamiento. Su cercanía y don de gentes lo convirtieron en una figura indispensable en cada evento, desde las festividades patronales hasta las iniciativas culturales y benéficas que iban ganando peso en la Ciudad.
Las estatuillas de Hércules y Neptuno de Sancti Petri
Islote y Castillo de Sancti Petri | Foto, Dolores Estrada.
| Texto: Enrique Pérez Fernández
En abril de 1764 Guillermo Tirry hizo dibujar 50 de los objetos más destacados de su colección arqueológica para enviárselos, en 13 láminas, al francés conde de Caylus, uno de los más reconocidos anticuarios de la época. Y también mandó una copia al coleccionista de antigüedades cordobés Pedro Leonardo de Villacevallos, con quien su padre y él mantuvieron de antiguo un estrecho contacto. De esta copia, en 1772 el también cordobés y numismático Manuel J. Díaz Ayora sacó otra que es la que en 1993 localicé en la Biblioteca Capitular y Colombina de la catedral de Sevilla cuando preparaba con José Ignacio Buhigas un artículo para la universidad hispalense sobre los marqueses de la Cañada y su gabinete de antigüedades.
Francisco Varo, cuando fue premiado con el Diploma de Patrimonio Histórico por el Ayuntamiento | Foto: Diario de Cádiz.
| Texto: Antonio Cristo Ruiz.
Francisco Varo Marchán, conocido como ‘Cuqui’, nació el 2 de abril de 1939. Peluquero de profesión y gran aficionado al flamenco y a los toros, dejó una huella imborrable en la cultura de nuestraCciudad.
Fue fundador de la Tertulia Portuense Flamenca—aunque no tengo certeza exacta— entre 1968 y 1970. El 20 de abril de 1974 se inauguró la primera sede de la Tertulia Flamenca “Tomás El Nitri”, con la presencia del alcalde de El Puerto de Santa María, Fernando T. de Terry y Galarza, así como de artistas como Manolo Sanlúcar, Antonio Núñez, y el propio Cuqui, que ejercía como presidente.
| Texto: José María Morillo | Foto: Miguel Sánchez Lobato
El Puerto de Santa María, año de 1926. En las calles aún se escuchaba el silbido de los serenos al caer la noche, los carros de mulas marcaban el ritmo de la Ciudad, y en la taberna de La Burra se hablaba más de uvas que de bancos. Fue en ese mismo año cuando vino al mundo Miguel Morales Augusto, en una población que todavía olía a pesca, sal y creosota, huerta y vino, y donde el tiempo parecía andar en alpargatas.
Mientras Rafael Alberti escribía La Amante soñando carreteras y modernidades, y Pedro Muñoz Seca seguía desgranando comedias a un ritmo que parecía imposible, en una modesta casa portuense nacía Miguel, hijo de Roque Morales Ahumada y Luisa Augusto. Segundo de tres hermanos, criado entre la voz de la radio galena y las escobillas de betún, Miguel aprendió temprano el sonido del martillo sobre la horma y el arte de escuchar los pasos ajenos a través de sus zapatos.
“¡Hasta siempre Don Enrique! La carta que aún late 27 años después
| Texto: Eloy Fernández Lobo.
Aunque la fecha de hoy no sea, que yo sepa, aniversario de nada relativo a la vida y la obra de D. Enrique Bartolomé López-Somoza, me voy a arrogar el privilegio de adelantarme al centenario de su nacimiento, que tendrá lugar el próximo 29 de enero del 2026, para rendirle un cariñoso y público homenaje, sacando a la luz, con ligeras variaciones, la carta que le dediqué bajo el título: “¡Hasta siempre Don Enrique!” el 17 de marzo de 1998, hace 27 años, con motivo de su fallecimiento; en la que trataba de dejar constancia del gran afecto, admiración y respeto que por él sentía; sentimientos que el paso de los años no han conseguido mermar; son precisamente ese cariño, ese entusiasmo y esa consideración, los que me llevan a tratar de proyectar de nuevo, públicamente, la imagen de este gran Hombre, de su inconmensurable talla humana.
Hay personajes que no salen en los libros de historia, pero se quedan en la memoria de los barrios, en las esquinas donde aún se respira lo auténtico. Luis del Pino Robles, más conocido como Luis ‘el de los huevos’, fue uno de esos gaditanos de casta, hechos a la vieja usanza, que lo mismo te cantaban una copla que te contaban un chascarrillo. Repartidor desde niño, artista por vocación, emigrante por necesidad y soñador hasta el final, Luis fue un hombre de los que sabían ganarse la vida con las manos, y los aplausos con el alma.
Así fue una de las bodas más notables de comienzos del siglo XX
| Foto de Ana Ruiz Golluri y Juan Gavala Laborde, posando con un grupo de invitados a su boda.
| Texto y fotos: Antonio Gutiérrez Ruiz
Por estas fechas se cumplen 113 años de un acontecimiento en la vida social portuense de principios del siglo XX: el casamiento entre Juan Gavala Laborde y Ana Ruiz Golluri, sobre el que escribí en uno de mis libros de la serie 'Mansiones y linajes portuenses', el volumen III 'La Quinta de Terry'. Los contrayentes se casaron el 17 de abril de 1912 en el camarín de la patrona. Previamente se había celebrado la toma de dichos el día 2 de ese mismo mes, seguida de una pequeña fiesta en la Quinta de los Ruiz, hoy hotel Duques de Medinaceli.
Evocación de un rico patrimonio atesorado a orilla del Guadalete
Casa de los marqueses de la Cañada del Campo de Guía (por calle Aurora, donde hoy se encuentra el Edificio Diplomático), 1755. De fondo el Guadalete. Detalle de un plano del Archivo Militar de Segovia
| Texto: Enrique Pérez Fernández
Antonio Ponz, el célebre historiador autor del imponente Viaje de España escribió en 1794: “En El Puerto de Santa María vi hace años la casa del Marqués de la Cañada Guillermo Tirry, y en ella la célebre colección de preciosidades de todas clases, dignas de la instrucción y buen gusto de dicho Caballero, que después de su muerte pasaron a poder de otros dueños; y he vuelto a ver parte de ellas en Cádiz y en Xerez.
| Antonio Ponz (1725-1792). Autorretrato, 1774.
Era mucho lo que allí había de libros raros y estimables hasta siete mil volúmenes, y lo mismo de pinturas, estampas, medallas, dibujos y otros monumentos de la antigüedad. Ciudadanos de esta clase parece que merecerían más larga vida: en mi dictamen son de grande ornamento para las Ciudades donde están establecidos.”
Con el fin de evocar ese rico patrimonio perdido que existió en El Puerto, estoy escribiendo una monografía sobre la vida de los marqueses de la Cañada. Como anticipo, presentaremos a los lectores de Gente del Puerto en varias entregas algunos de los bienes culturales que durante medio siglo reunieron los marqueses en su casa-palacio del Campo de Guía, derribada a comienzos del siglo XX, donde hoy está el Edificio Diplomático, junto al hotel boutique Soho Puerto (antes Hotel Santa María)
| Vista aérea del Edificio Diplomático por la Avenida de la Bajamar, donde estuvo la casa-palacio de los marqueses de la Cañada y su "colección de preciosidades de todas clases", junto al Hotel Boutique Soho Puerto (antes Hotel Santa María).
Luis Suárez Ávila, de El Puerto de Santa María, nos dejó con 79 años, el 14 de abril de 2023. Fue el descubridor del Romancero Flamenco, un palo del flamenco en el que se cantan poemas de autores del siglo XV.
Un encuentro antes del adiós
Tres días antes de su fallecimiento, iba yo con mi hermano Juan y me lo encontré por la calle Vicario. Se había caído, se apoyaba en una muleta y bastón. Le pregunté: —¿Cómo te encuentras, Luis? —No me encuentro bien, Antonio —me respondió.
Luis tenía un enemigo: el tabaco.
El anuncio que cambió la publicidad musical en televisión española
Texto: José María Morillo.
¿Sabías que Peret, el rey de la rumba catalana, fue pionero en la publicidad musical en España? En este video te contamos la historia poco conocida de cómo Peret revolucionó los spots de televisión con Ponche Caballero en los años 60 y 70 del siglo pasado.
Peret, de copas y fiesta flamenca, en Bodegas Caballero, a la izquierda de la imagen, Rosso; a la derecha, Pantoja | Foto: Col. María Jesús Vela.| En la imagen, delante de unas botas de J.W. Burdon, de Bodegas Caballero, aparece de espaldas Luis Caballero Noguera junto a Peret; en el centro de la imagen José Navarro alias ‘José Pandonga, que por aquellos años era guarda nocturno en la bodega. Desconocemos los nombres de los dos mellizos que aparecen frente por frente en la imagen. | Foto cedida por Inmaculada Navarro.
En la memoria del olvido de la cerveza andaluza, --algo tan de esta desembocadura del río Guadalete-- hay un nombre que debería figurar en letras doradas sobre una etiqueta vintage: Diego Sewell. Un británico afincado en El Puerto de Santa María que, en pleno 1804, se propuso lo impensable en una tierra de vinos: abrir una fábrica de cerveza.
| Texto: Antonio Cristo Ruiz
Ha vivido toda una vida en El Puerto de Santa María, y fue una gran persona que no merece quedar en el olvido. ¡Y eso que escribió cuatro o cinco libros! Los que le conocimos sabemos bien cómo era Salvador Cortés Núñez, “el Chigüi”. Muy apreciado por todos los que lo tratamos. Salvador no sabía decir “no”. Pasó muy malos momentos tras el fallecimiento de su esposa, Juana Cortés Jiménez, hermana del gran cantaor flamenco José Cortés, “Pansequito del Puerto”.
| Texto: José María Morillo
Detrás de la imponente silueta negra del Toro de Osborne se encuentra el portuense Manuel Prieto Benítez, conocido artísticamente como Manolo Prieto. El documental emitido por Radio Nacional de España el pasado 28 de marzo, con guion de Nacho Álvaro, rescata la dimensión compleja y fascinante de este pionero del diseño gráfico español. A través de las voces de expertos como Emilio Gil, académico de Bellas Artes; Sofía Rodríguez, directora del Museo Nacional de Artes Decorativas; el investigador Juan Aguilar; el numismático Javier Gimeno; su nieta Marta Prieto, actual presidenta de la Fundación Manolo Prieto, y el testimonio íntimo de su hijo Manuel, se reconstruye el legado de un creador polifacético.
| Texto: José María Morillo
El martes 18 de marzo, de manera repentina, se apagó la voz de Daniel Bastida Monge (1968-2025) a los 56 años. Conocido por su aguda mirada sobre la actualidad y la cultura, Bastida dejó una huella que no olvidaremos en los medios de comunicación locales y en quienes lo leyeron y escucharon a lo largo de los años.
Formado en Turismo, Imagen y Sonido, y Cine, su trayectoria profesional estuvo marcada por una inquietud intelectual que lo llevó a trabajar en distintos medios audiovisuales y a colaborar en diversas publicaciones, aunque también tuvo esporádicos trabajos más prosaicos, para vivir. Su incursión en el Diario de Cádiz comenzó en otoño de 2006, cuando Francisco Andrés Gallardo le abrió las puertas de la sección de opinión local Bienteveo, donde su pluma incisiva diseccionaba la realidad portuense. Aquel fue solo un primer capítulo: Bastida regresaría años después con nuevas columnas y críticas culturales, siempre con su sello inconfundible.
| Texto: Francisco Andrés Gallardo
Manuel Teja Moreno, conocido como ‘el Teja’, dejó una huella que aún perdura en la memoria colectiva de esta ciudad. Fallecido en octubre de 2018 a los 58 años, su nombre resuena no solo por su pasión por el carnaval, sino por una hazaña que aún hoy, casi 23 años después, sigue sorprendiendo: en octubre de 2002, recorrió a pie 625 de los 655 kilómetros que separan Madrid de El Puerto de Santa María tras perder el autobús que lo devolvería a casa. Lo que comenzó como un viaje para protestar contra el ‘Decretazo’ de Aznar —la reforma laboral (Ley 45/2002) que abarató el despido— se convirtió en una travesía de nueve días marcada por la precariedad, la solidaridad y la voluntad de un hombre sin recursos.
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